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Cuento de León Tolstoi EL SUEÑO DEL ZAPATERO MARTÍN

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EL SUEÑO DEL ZAPATERO MARTÍN. Cuento de León Tolstoi. Martín Avedeitch era un zapatero remendón ruso ya anciano. Una noche después del trabajo se puso a leer su Biblia, y pensó:. «¿Qué haría si se presentara el Señor en mi casa?». - PowerPoint PPT Presentation

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Page 1: Cuento de León Tolstoi

Cuento de León TolstoiCuento de León Tolstoi

EL SUEÑO DEL

ZAPATERO MARTÍN

EL SUEÑO DEL

ZAPATERO MARTÍN

Page 2: Cuento de León Tolstoi

Martín Avedeitch era un zapatero remendón ruso ya anciano.

Martín Avedeitch era un zapatero remendón ruso ya anciano.

Una noche después del trabajo se puso a leer su Biblia, y pensó:

Una noche después del trabajo se puso a leer su Biblia, y pensó:

«¿Qué haría si se presentara el Señor en mi casa?»

«¿Qué haría si se presentara el Señor en mi casa?»

Page 3: Cuento de León Tolstoi

Quedó dormido con estos pensamientos hasta que le

despertó una voz:

Quedó dormido con estos pensamientos hasta que le

despertó una voz:

—Martín, Martín. Mañana vendré.

—Martín, Martín. Mañana vendré.

Page 4: Cuento de León Tolstoi

Al día siguiente el buen zapatero estaba inquieto porque esperaba la

visita del Señor.

Al día siguiente el buen zapatero estaba inquieto porque esperaba la

visita del Señor.

A través del ventanuco que daba a la calle vio los pies del anciano

Stepanich que paleaba la nieve.

A través del ventanuco que daba a la calle vio los pies del anciano

Stepanich que paleaba la nieve.

Martín golpeó la ventana con los dedos y lo hizo entrar para que se calentara y

bebiera un poco de té.

Martín golpeó la ventana con los dedos y lo hizo entrar para que se calentara y

bebiera un poco de té.

Page 5: Cuento de León Tolstoi

—Gracias Martín Avedeitch —dijo el anciano cuando marchaba—.

—Gracias Martín Avedeitch —dijo el anciano cuando marchaba—.

Me has dado alimento y

confortación al cuerpo y al

alma.

Me has dado alimento y

confortación al cuerpo y al

alma.

Page 6: Cuento de León Tolstoi

Era ya mediodía cuando dio comida y ropa a una forastera desaliñada que

llevaba a su bebé en brazos.

Era ya mediodía cuando dio comida y ropa a una forastera desaliñada que

llevaba a su bebé en brazos.

La pobre mujer rompió a llorar cuando aquel anciano al que no conocía de nada le

ofreció también su propio capote y unas monedas.

La pobre mujer rompió a llorar cuando aquel anciano al que no conocía de nada le

ofreció también su propio capote y unas monedas.

—El Señor te bendiga, buen hombre, —musitó sollozando al abandonar la pequeña estancia.

—El Señor te bendiga, buen hombre, —musitó sollozando al abandonar la pequeña estancia.

Page 7: Cuento de León Tolstoi

Era ya tarde entrada y el Señor Jesús no había venido.

Era ya tarde entrada y el Señor Jesús no había venido.

Martín vio cómo un niño harapiento robaba a una anciana una manzana de su cesto.

Martín vio cómo un niño harapiento robaba a una anciana una manzana de su cesto.

Ésta le había agarrado y le tiraba de los pelos.

Ésta le había agarrado y le tiraba de los pelos.

Page 8: Cuento de León Tolstoi

—Déjalo, abuela. No lo hará más —intervino Martín

—Déjalo, abuela. No lo hará más —intervino Martín

La anciana lo soltó.La anciana lo soltó.

—¡Pide perdón a la abuela! —¡Pide perdón a la abuela!

Y no lo hagas más. Y no lo hagas más.

Te vi robar la manzana.Te vi robar la manzana.

Page 9: Cuento de León Tolstoi

El niño rompió a llorar y pidió perdón.El niño rompió a llorar y pidió perdón.

—Así me gusta. —Así me gusta.

Martín tomó una manzana del cesto y se la dio al muchacho.

Martín tomó una manzana del cesto y se la dio al muchacho.

—Aquí tienes una manzana. Yo te pagaré, abuela.

—Aquí tienes una manzana. Yo te pagaré, abuela.

Page 10: Cuento de León Tolstoi

—Merecía que lo azotaran para que se acordara toda una semana —contestó la anciana.

—Merecía que lo azotaran para que se acordara toda una semana —contestó la anciana.

—Abuela, abuela. Eso es lo que queremos nosotros.

—Abuela, abuela. Eso es lo que queremos nosotros.

No lo que quiere Dios. No lo que quiere Dios.

Si debemos azotarlo por robar una manzana... ¿qué mereceremos nosotros

por nuestros pecados?

Si debemos azotarlo por robar una manzana... ¿qué mereceremos nosotros

por nuestros pecados?

Page 11: Cuento de León Tolstoi

Y el niño se ofreció ayudarla a llevar el saco porque iba por el mismo camino. Y el niño se ofreció ayudarla a llevar el saco porque iba por el mismo camino.

Y marcharon juntos, el niño con el fardo de manzanas y ella

apoyada en su hombro.

Y marcharon juntos, el niño con el fardo de manzanas y ella

apoyada en su hombro.

Page 12: Cuento de León Tolstoi

Escuchó una voz al oído.Escuchó una voz al oído.

—Martín, Martín... ¿No me conoces? — —Martín, Martín... ¿No me conoces? —

Martín regresó a su zapatería y terminó el trabajo del día, y al volver a abrir su Biblia creyó oír rumor de

pasos en el oscuro rincón.

Martín regresó a su zapatería y terminó el trabajo del día, y al volver a abrir su Biblia creyó oír rumor de

pasos en el oscuro rincón.

Page 13: Cuento de León Tolstoi

Y del rincón salió Stepanich que le sonrió y se disipó como una nube.

Y del rincón salió Stepanich que le sonrió y se disipó como una nube.

Page 14: Cuento de León Tolstoi

—Soy yo —repitió la voz—. —Soy yo —repitió la voz—.

Y de la oscuridad, surgió la mujer con el niño que también se desvaneció en

las sombras.

Y de la oscuridad, surgió la mujer con el niño que también se desvaneció en

las sombras.

Page 15: Cuento de León Tolstoi

—Soy yo —volvió a oír

—Soy yo —volvió a oír

Y vio a la anciana y al niño con sus manzanas

que sonreían y desaparecían.

Y vio a la anciana y al niño con sus manzanas

que sonreían y desaparecían.

Page 16: Cuento de León Tolstoi

Y Martín comprendió que el Salvador le había visitado tres veces ese día.

Y Martín comprendió que el Salvador le había visitado tres veces ese día.

Page 17: Cuento de León Tolstoi

Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me

acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a

verme."

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me

acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a

verme."

Page 18: Cuento de León Tolstoi

Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."

Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."

Mateo 25, 34-40 Mateo 25, 34-40

Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de

comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o

desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"

Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de

comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o

desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"

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