cuentos pequeños ojo

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EL RATON AGUDO.- Un ratón salió un día de su cueva y, al ver una trampa, dijo: Los hombres son muy agudos: con tres palitos y un ladrillo arman una trampa, en uno de los palitos ponen un pedazo de queso, y dicen después: Esa es una trampa para los ratones. ¡Como si los ratones no fuéramos mas agudos!. Nosotros sabemos muy bien que si tocamos el queso, cae el ladrillo y nos aplasta, y por eso no lo mordemos. Un rato se quedó el ratón mirando la trampa, hasta que al fin dijo:” Buen olor tiene el queso, y de olerlo solo no ha de caer la trampa; vamos, pues, a oler el quesito con cuidado.” Poco a poco; se fue acercando a la trampa hasta que llego al queso. Pero tanto se acercó, que de repente cayó el ladrillo y lo aplastó.- EL NIDO DE PERDIZ.- Al pasar por una sementera de trigo, divisaron dos niños un nido de perdiz.

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EL RATON AGUDO

EL RATON AGUDO.- Un ratn sali un da de su cueva y, al ver una trampa, dijo: Los hombres son muy agudos: con tres palitos y un ladrillo arman una trampa, en uno de los palitos ponen un pedazo de queso, y dicen despus: Esa es una

trampa para los ratones. Como si los ratones no furamos mas agudos!.

Nosotros sabemos muy bien que si tocamos el queso, cae el ladrillo y nos aplasta, y por eso no lo mordemos. Un rato se qued el ratn mirando la trampa, hasta que al fin dijo: Buen olor tiene el queso, y de olerlo solo no ha de caer la trampa; vamos, pues, a oler el quesito con cuidado.

Poco a poco; se fue acercando a la trampa hasta que llego al queso. Pero tanto se acerc, que de repente cay el ladrillo y lo aplast.-

EL NIDO DE PERDIZ.-

Al pasar por una sementera de trigo, divisaron dos nios un nido de perdiz.

Apenas lo vieron, corrieron hacia l y pillaron la perdiz, que estaba echada sobre los huevos.

El mayor de los nio dijo entonces al otro:Toma t los huevos, yo me quedar con la perdiz; los huevos valen mucho ms que la perdiz._ Si es as, contest el menor, dame a m la perdiz y qudate t con

los huevos.

De palabra en palabra se fueron enojando hasta que por ltimo se pusieron a pelear.

Durante la pelea se escap la perdiz a uno de los nios y el otro pisote

los huevos.

Al ver que haban perdido la perdiz y los huevos, los nios se reconciliaron y prometieron no pelear nunca ms. L A S O P A .-

Esta sopa es muy mala, deca una maana Juanita a su Mam, no se puede comer.No tengo tiempo ahora de hacer otra, contest la mam

pero esta tarde te dar una mejor.La madre fue despus con Juanita al Jardn a desenterrar papas. Juanita estuvo ocupada todo el da en recoger papas y echarlas en sacos.

Despus que volvieron a la casa, trajo la madre la sopa, Juanita la prob

y dijo:!Que buena est! sta es mucho mejor que la otra y se comi

un plato lleno. La madre se ri y dijo:Es la misma sopa que encontraste tan mala esta maana . Ahora te gusta porque el trabajo te ha abierto el apetito.- LA HERRADURA VIEJA .-

Un campesino fue un da con su hijo Toms a la ciudad.

En el camino divis el padre una herradura vieja y al verla, dijo al nio: Recoge, Toms, esa herradura que est en el suelo y gurdala en tu bolsillo.No vale la pena de agacharse por tan poco,respondi Toms.

Sin contestar una palabra, tom el padre la herradura y la guard en su bolsillo. Al llegar a una aldea vecina, la vendi al herrero por sesenta centavos y con este dinero compr cerezas. Padre e hijo continuaron despus su camino. El sol quemaba mucho. En ninguna parte se divisaba un rbol o una casa donde protegerse. Toms casi se mora de sed y a duras penas poda seguir a su padre.

Este dej entonces caer como por casualidad, una cereza. Toms la recogi, como si hubiera sido oro y se la ech a la boca. Algunos pasos ms adelante, dej el padre caer otra cereza .Toms la recogi con la misma rapidez. Y as continu hasta que hubo recogido todas las cerezas. Cuando se hubo comido la ltima cereza el padre se volvi a su hijo y

le dijo:Si te hubieras agachado una vez para recoger la herradura no habras tenido que agacharte cien veces para recoger las cerezas.-

N O S E A S M I E D O S O .-

Federico era un nio muy miedoso. Una noche su padre lo mand a casa del vecino. La luna alumbraba mucho. Cuando entr al lugar Federico vio parado delante de s un hombre negro y grande.

Lleno de susto, salt el nio a un lado. Pero el hombre negro dio un salto y se puso ms pequeo.

Federico grit espantado y volvi corriendo a su casa. El Hombre corri tambin detrs de l agrandndose al tiempo como por encanto.

A los gritos sali el padre y encontr al nio tendido en el suelo y medio muerto de susto .

Despus de un momento Federico cont llorando que un hombre lo persegua. Al or esto el padre tom al nio de la mano lo llev delante de la casa y le hizo ver que el hombre negro slo haba sido su propia sombra. Federico se puso colorado de vergenza y prometi no ser ms miedoso.- EL HOMBRE CON LA PIERNA DE PALO.-

Pasaba un da por una aldea un pobre que tena una pierna de palo.

Pedro jugaba en la calle con varios nios amigos suyos. Al ver al pobre hombre,. Pedro corri detrs y empez a burlarse de l y a remedarle o imitar su manera de andar.

El hombre se dio vuelta y mirando con tristeza al muchazo le dijo:He peleado como soldado por la Patria, en una batalla recib un balazo, y

Como resultado de l perd la pierna; esta pierna de palo no merece, pues, tus burlas.- Estas palabras conmovieron a todos. Los nios se sacaron la gorra y saludaron respetuosamente al hombre .Pedro no se atreva a levantar los ojos de vergenza. Desde ese da no se volvi a burlar de las personas con algn defecto fsico.- LA HONRADEZ PREMIADA.-

Mara encontr un da en el patio de su casa un huevo .Llena de alegra corri a decir a su madre:Mire, mam, el huevo que me he encontrado.

La madre contest: Este huevo no te pertenece a ti, sino a la vecina. Seguramente ha volado una de sus gallinas a nuestro patio y ha puesto el huevo. Es necesario que lo devuelvas.

Obedeciendo a su madre, Mara llev el huevo a la vecina. Esta se alegr mucho de la honradez de Mara y de su madre, que era muy pobre y dijo:Para premiar tu honradez, quiero regalarte el huevo; pero te lo guardar algunas semanas.

Y diciendo esto, lo puso en el nido de una gallina que estaba empollando.

Despus de algunas semanas, sali del huevo una polluela. Mara tuvo un gran susto al recibirla de manos de su vecina y se dedic a cuidarla con gran cario. Para alimentarla no faltaba, porque la buena vecina procuraba a Mara el maz y trigo necesario.- Con el tiempo la polluela creci, puso huevos y los empoll. Luego tuvo Mara doce polluelas ms, que tambin crecieron. Estas ponan muchos huevos y Mara venda cada sbado varias docenas en el mercado, y con lo que ganaba sustentaba a su madre para vivir.- EL LADRON DE MANZANA.- Antonio era un muchacho muy travieso. Al pasar una vez por una quinta, divis en el suelo una cantidad de bonitas manzanas. Creyendo que nadie lo notara, se entr a la quinta por un portillo del cerco, recogi las manzanas y se rellen con ellas todos los bolsillos.-

Pero, luego lleg el dueo con un bastn en la mano. Al verlo, Antonio corri tan ligero como pudo hacia la tapia y trat de escaparse por el portillo del cerco .Pero como tena los bolsillos rellenos de manzanas, se qued atajado y no pudo salir.-

Luego lo alcanz el dueo, lo tom y slo lo solt despus de haberle dado un buen nmero de bastonazos y de haberle quitado todas las manzanas.- Antonio tuvo, pues, que pagar muy cara su maldad. EL NIO RABIOSO.- Oscar, un nio de diez aos, tena varios hermanos. Su madre era muy humilde y tena que trabajar mucho para sostener a su familia.-

Muchas veces, cuando sala, recomendaba a Oscar que cuidase de sus hermanitos menores. Pero Oscar no lo haca de buena voluntad, porque as no poda jugar con otros nios.

Una de sus hermanitas se llamaba Rosita y tena tan slo un ao .Un da dijo la madre a Oscar:Lleva la nia al jardn y cuida que no le suceda nada.Oscar obedeci de muy mala gana. Despus de pasar un rato con su hermanita en el jardn, se dijo: No me gusta tener que cuidar siempre a los nios. Mientras yo estoy aqu, mis compaeros juegan y se divierten.Y luego se fue dejando sola a la nia, pero sta se puso a llorar y gritar. Oscar volvi muy enojado y le dio un empujn. La niita cay sobre una piedra y qued sin sentido. Oscar muy asustado le levant y la llev a su madre. Esta, al ver a la nia sin sentido y muy plida, grit espantada:La nia est muerta: Y entonces todos se pusieron a llorar y a lamentarse. Luego lleg el mdico y dijo:La nia no est muerta, pero est muy enferma y es difcil que viva. Mientras la madre haca los remedios ordenados por el mdico, Oscar se retir avergonzado a un rincn del cuarto. El muchacho lloraba amargamente y senta el mayor arrepentimiento.

Por fin la niita san, Oscar confes su mala accin y dijo a su madre: He pasado el susto ms grande de mi vida, pues me pareca que mi hermanita no sanara. Nunca ms volver a ser rabioso; nunca ms volver a maltratar a mis hermanitos.- LA SALUD ES UN GRAN TESORO.-

Antonio sali una vez al campo. Despus de mucho caminar ; lleg cansado y de mal humor a una posada; all se hizo servir un vaso de agua y un pedazo de pan. Pero estaba descontento porque haba hecho su viaje a pie y porque no tena dinero para almorzar mejor.-

Poco despus par a la puerta de la posada un coche. Dentro de l vena un caballero, que se hizo llevar un pedazo de carne y una botella de vino.- Antonio mir de mal humor al caballero y pens en su interior: Ojal pudiera yo hacer lo mismo!.

El caballero lo not y le dijo: Estaras t dispuesto a cambiar conmigo? Por supuesto, respondi Antonio sin vacilar; bjese usted del coche y deme todo lo que usted tiene; yo le dar tambin todo lo que yo tengo.-En el acto orden el caballero a su criado que lo levantara de su asiento. Pero qu horror! Sus pies estaban tullidos; el pobre caballero no poda mantenerse parado; el criado hubo de sostenerlo hasta que trajeran las muletas, sin las cuales no poda dar un paso.-

Qu hay? pregunt entonces el hombre,ests todava dispuesto a cambiar conmigo?--No, por Dios! Contest Antonio con espanto. Yo aprecio mis piernas mucho ms que cien caballo juntos. Ms vale comer slo pan y estar bueno y sano que comer carne y tener que hacerse conducir como un nio chico. Y despus selevant y se fue.-

Tienes razn, le grit el caballero; si t pudieras darme tus buenas piernas, yo te dara mi coche, mis caballos, mi plata, todo lo que tengo. Un hombre pobre y sano es mucho ms feliz que uno rico y tullido.-