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BOLETÍN DEL CAMPAMENTO DEL PUEBLO - SAN JERÓNIMO DEL BOQUERÓN • EDICIÓN 2 • FEBRERO 2008

EN ESTA EDICION:¿Cuáles son las controversias del caso Paseo Caribe?por Érika Fontánez Torres...............1-2

Sentencia de Juez Caso Paseo Caribe Acto de Terrorismo .................3

Dos frentes contra un mismo poder económicopor Abderramán Brenes La Roche.........3

Adolfi na Villanueva,desarrollo y resistenciapor Cándida Cotto.....................4

El caso de Paseo Caribe ha sido, tal vez, el que más atención pública ha genera-do en el último año porque representa claramente la gran cantidad de casos en que los ciudadanos demues-tran la irresponsabilidad del gobierno de velar por el pa-trimonio cultural y público del país y las serias irregu-laridades de las agencias en la otorgación de permisos. Paseo Caribe representa,

puede hacerse con ellos actividades en benefi cio de particulares. Por lo tanto, los contratos de venta de terrenos de dominio público son nulos radicalmente. Tampoco procede que se hipotequen.

El planteamiento principal en Paseo Caribe es que gran parte del lugar don-de está el proyecto es un terreno de dominio público. ¿Porqué? Porque gran parte de estos terrenos eran terrenos sumergidos (bajo el mar) y fueron relle-nados por obra humana. A los terrenos sumergidos que se rellenan se les co-noce como “terrenos ganados al mar”. En la Opinión del Secretario de Justicia de diciembre de 2007, éste analizó a profundidad la legislación española, norteamericana y puertorriqueña y con-cluyó que los “terrenos ganados al mar” también son bienes de dominio público. Por lo tanto, los contratos mediante los cuales se vendieron estos terrenos a corporaciones privadas son contratos nulos que carecen de toda validez y por lo tanto no le pueden pertenecer. Tam-

poco, puesto que se trata de un bien dominio público, ningún particular puede construir allí para fi nes privados.

Esta determinación del Se-cretario de Justicia, aunque es una opinión, fue acogida por la Rama Ejecutiva, lo que im-plica que las agencias pueden ordenar la paralización de las actividades allí llevadas a cabo, mediante procesos administrati-vos. La paralización de las obras es una medida preventiva, mien-

¿Cuáles son las controversias del caso Paseo Caribe?

D E M O L I C I Ó N A L A C O R R U P C I Ó N

POR ÉRIKA FONTÁNEZ TORRES

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Spor otro lado, el reclamo efectivo de los ciudadanos de protección de lo que nos pertenece a todos los puerto-rriqueños y el reclamo de un gobier-no limpio que verdaderamente vele por nuestros intereses. ¿Cuáles son las controversias principales en este caso?: la clasificación del terreno, el asunto de los permisos y los posibles remedios. A continuación resumiré cada una de éstas.

¿Cómo se clasifi ca el terreno en que ubica el proyecto Paseo Caribe?

La clasifi cación de un terreno es im-portante porque nos dice qué se puede y qué no se puede hacer allí. En gene-ral, los terrenos se clasifi can como de dominio público o de dominio privado (pueden ser privados del estado). Los bienes de dominio público no le perte-necen a nadie en particular, ni siquiera al gobierno, sino que son de todos y to-das. Esto implica que los bienes de do-minio público no se pueden vender ni

tras los tribunales dilucidan fi nalmente

la controversia sobre la clasifi cación del terreno. Es absolutamente válida y necesaria porque si continuara la construcción mientras se dilucida este punto en los tribunales, el daño oca-sionado sería irreparable y se estarían permitiendo acciones ilegales sobre bienes de todos nosotros. ARPE, luego de celebrar una vista pública, paralizó las obras y esta paralización fue impug-nada por el dueño del proyecto en el Tribunal de Apelaciones. En cuanto a la clasifi cación de los terrenos, el Tribu-nal de Primera Instancia es quien tie-ne ante su atención la controversia y el proponente ha solicitado ya en dos ocasiones, pero sin éxito, que el Tribu-nal Supremo atienda la controversia sin que el asunto tenga que pasar por los tribunales inferiores. El Departamento de Justicia defi ende la posición de que se trata de bienes de dominio público y el proponente argumenta que no lo son y que él está protegido porque inscribió en el Registro de Propiedad. Una arqui-tecta y la organización Iniciativa para el Desarrollo Sustentable solicitaron intervenir en el pleito y el Tribunal no se los permitió.

Sobre los argumentos del dueño de Paseo Caribe, habría que decir que aún cuando éste alegue que tiene permi-sos, no puede alegar titularidad sobre el terreno puesto que el gobierno no podía venderlo. Por lo tanto, sus per-misos también son nulos porque se die-ron sobre un bien de dominio público. Tampoco procede alegar que porque tuviera inscrito su supuesto derecho en el Registro de la Propiedad es dueño, pues la inscripción en el Registro no puede otorgar derechos sobre un bien de dominio público. En todo caso, en el futuro se determinará si tuviera algún remedio de quien le vendió.

¿Qué sucede con los permisos que alega tener el dueño de Paseo Caribe?

El segundo aspecto importante en

este caso son las irregularidades de los permisos. Aún cuando el terreno fuera privado (que a mi entender no lo es), cualquier dueño de un terreno tiene que cumplir con los reglamen-tos de planifi cación, ambientales y de protección de patrimonio arqueológi-co y cultural. En este caso se plantean serias irregularidades y violaciones de ley en la consulta de ubicación del proyecto tal como fue aprobada por la Junta de Planifi cación, craso incumpli-miento con los requisitos de la Ley de Política Pública Ambiental (no se hizo una declaración de impacto ambien-tal) y el Instituto de Cultura no evaluó ni atendió el asunto (no existen permi-sos o evaluaciones de esta institución encargada de velar y salvaguardar el Fortín San Jerónimo, sino del Consejo de Arqueología, entidad distinta y con funciones distintas).

Los permisos otorgados contrarios a las leyes y reglamentos son nulos y el dueño del proyecto no podrá ampararse en las ilegalidades cometidas para con-tinuar su proyecto. Las irregularidades en la otorgación de los permisos y la falta de las agencias de hacer cumplir las leyes y reglamentos aplicables es un asunto que todavía se está dilucidando por el Secretario de Justicia y habrá que estar muy atentos y atentas.

¿Qué remedios existen?Se plantea la demolición de las es-

tructuras en el dominio público, pre-cedente que países como España han adoptado para proteger sus costas y fo-mentar una buena planifi cación por el bienestar del turismo y la economía. A esto se le conoce como el saneamiento y es lo que ordena la ley y la política pública en los casos en que se cons-truye en terrenos de dominio público. Le corresponde al Departamento de Recursos Naturales velar por los bie-nes públicos y ordenar el saneamiento del dominio público. En la Opinión del Secretario de Justicia se planteó la po-sibilidad de “desafectar” los terrenos, en otras palabras, que por un acto de la Asamblea Legislativa se disponga “legalizar” lo “ilegal”. Esto crearía un precedente nefasto para el país, donde se validen acciones ilegales y se privilegie a los que, mediante su poder económico, pretenden ir por encima de la ley. También existen medidas cri-minales en caso de que se determine que hubo actos ilegales como posibles sobornos o compra de permisos. De la misma forma, existe la posibilidad de multas administrativas por las vio-laciones a las leyes o los reglamentos y acciones de daños y perjuicios, por ejemplo, por violaciones a la política pública ambiental.

La autora es catedrática de la Escue-la de Derecho de la UPR y miembro de la Asociacion Nacional de Derecho Ambiental.

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Los permisos otorgados contrarios a las leyes y reglamentos son nulos y el dueño del proyecto no podrá ampararse en las ilegalidades cometidas para continuar su proyecto.

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La situación actual de la lucha-ofensiva que se lleva a cabo tanto en Paseo Caribe como en las co-munidades marginadas está más entrelazada de lo que a simple vista se puede apreciar. El contro-versial proyecto y las comunidades pobres son el antagonismo dentro del sistema; son la tesis y la antí-tesis pronunciado dentro del seno del modelo neoliberal/colonial del Estado, donde la lucha contra

Dos frentes contra un mismo poder económico

1era parte

POR ABDERRAMÁN BRENES LA ROCHE

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San Juan- Los defensores de las tie-rras de dominio público y la zona ma-rítimo terrestre que invade el mega proyecto Paseo Caribe, condenaron la decisión del juez Dávila Suliveres del Tribunal de Primera Instancia, quien citó a vista para hoy lunes 11 de febrero, pero emitió la sentencia el pasado viernes en la tarde. El dic-tamen a juicio de abogados, analistas y ciudadanos, constituye un ‘error y una crasa violacion a nuestro estado de derecho’.

“Nosotros creemos que la acción del juez es un acto de terrorismo contra los mejores intereses de los bienes del pueblo y por pretender

Sentencia de Juez caso Paseo CaribeActo de Terrorismo

justifi car un proceso de transferencia de tierras sin tener toda la informa-cion necesaria, para una decision tan importante”, expresó Miguel Angel Re-yes, uno de los portavoces del Campa-mento del Pueblo.

“Queremos pedirle a toda la ciu-dadania a que evalúen y se pregun-ten a qué y a quienes le responde un Juez, que en menos de 30 dias, emite una sentencia donde él mismo dice que el caso tiene 13 tomos, mi-les de folios y un expediente de casi dos pies de alto y quien desde la pri-mera vista del 9 de enero, expresó que ya tenia su decision”, denunció Reyes y señaló que “la apropiación

ilegal de tierras de dominio público y de la zona maritimo terrestre es un crimen ambiental”.

Otro de los portavoces del Cam-pamento del Pueblo, Agustín Cente-no enfatizó que “el Juez cometió un grave error al perder la oportunidad histórica de aclarar un proceso irre-gular por la prisa, pero en el Campa-mento del Pueblo no tenemos prisa, nosotros vamos a continuar la lucha desde la calle y en los tribunales hasta que se haga justicia”. Centeno aclaró que “la sentencia no es fi nal y fi rme, y mucho menos levanta la paralización del proyecto, por lo que continuamos vigilantes”.

el mega proyecto hotelero se convier-te, dentro de muchas formas, en una lucha ofensiva contra el poder del ca-pital en Puerto Rico.

En Paseo Caribe hay que distinguir las diversas concepciones y motivacio-nes que convergen entorno a este tema. Está la legítima lucha ambiental por la defensa de la zona marítimo-terrestre

que es destruida por el impacto de la construcción. También está la concep-ción histórica del Fortín San Jerónimo. Ésta concibe al fortín como parte inte-gral de nuestro Patrimonio Nacional y conmemora la batalla contra los ingle-ses como un triunfo defi nitorio de nues-tro pueblo, al igual que muchas otras concepciones particulares y peculiares

sobre el mismo. Pero el eslabón que más identifi ca el Frente ofen-sivo contra Paseo Caribe con las comunidades desplazadas lo son el factor sociopolítico-económi-co y la usurpación de terrenos de y para el dominio público. Este Frente ofensivo se enfrenta di-rectamente a la maquinaria del mollero económico desarrollista que usurpa terrenos públicos y erige residencias inalcanzables

para el sueldo de la mayoría de las fa-milias trabajadoras. Es meridianamente claro que de este proyecto, como mu-chos otros, sólo se benefi cia una ínfi ma parte del país. Este poder económico que ejerce la burguesía nacional y ex-tranjera está representado por el em-presario colombiano Arturo Madero en concubinato con la clase politiquera...

COMUNICADO DE PRENSA

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FEBRERO 2008

El Campamento del Pueblo está ubicado en el sector San Jerónimo del Boquerón frente al proyecto ilegal Paseo Caribe. Nuestro propósito es mantener viva la lucha por defender nuestra riqueza cultural, histórica y natural así como rescatar los terrenos que han sido robados al Pueblo de Puerto Rico. Nuestra intención es hacer del Campamento del Pueblo un lugar para recibir a todas las personas, organizaciones y comunidades que están en contra de la corrupción gubernamental y a favor del rescate del patrimonio de nuestro pueblo. Se organizan piquetes, tertulias, actos culturales, conciertos y confraternización. Puedes ayudar organizando actividades especiales que mantengan viva nuestra presencia y donando agua, hielo, dinero, talento o simplemente asistiendo. Lo importante es trabajar juntos para seguir creando conciencia.

Para más información: campamentodelpueblo@yahoo.com787.603.4906 787.934.2733 787.370.0944

Reproducimos este artículo publicado en Reproducimos este artículo publicado en Reproducimos esteClaridad en febrero de 2007 en recordación de los 28 años del asesinato de Adolfi na. Ha sido editado por razones de espacio. EM

Fuertes sentimientos de dolor difí-ciles de sanar y una fi gura que se alza como símbolo de heroicidad y valentía, son las dos memorias en que se debate para los loiceños el recuerdo de Adolfi na Villanueva Osorio.

Este seis de febrero se cumplieron 28 años del acto abusivo y despiadado del desalojo de la familia de Adolfi na, junto a su esposo Agustín Carrasquillo Pinet y sus seis hijos, de la humilde vivienda que habitaban en el sector Tocones de Loíza. En medio del desalojo, Adolfi na fue asesi-nada. El poder de “Don Dinero” del terra-teniente Veremundo Quiñones, logró que el juez Edgardo Márquez, del Tribunal de Distrito de Río Grande, emitiera una orden de desahucio y demolición de la humilde vivienda. Cinco alguaciles y más de una docena de policías de la Fuerza de Choque fuertemente armados se pre-sentaron a la humilde vivienda para hacer “cumplir” la orden.

La violencia utilizada para desalojar a la familia de Adolfi na parece haber sido una advertencia para el resto de las fa-milias del lugar. Hoy, del exuberante pal-mar que en su pasado fue el litoral cos-

tero de Tocones, se alza el cemento en cajones para aquellos que tienen dinero y quieren ir de vacaciones.

El destacado pintor loiceño, Samuel Lind, nos habla sobre la memoria de Adol-fi na entre sus compueblanos y nos cuenta sus recuerdos sobre los hechos. Lind, na-cido y criado en Tocones, como muchas otras personas en Loíza conocía a Adolfi -na, a su esposo y a su familia. En cuanto se enteró de lo que sucedía se fue al palmar. Todavía al evocar los sucesos “me da co-raje y me hierve la sangre. Adolfi na abrió la puerta y le dispararon con la escopeta y luego toda la casa fue destruida”.

“Cuando vi toda esa destrucción lo que quedó en mi mente fue la imagen del lo-iceño, al negro humilde, entendí que era al loiceño al que había que defender. An-tes de Adolfi na también se sacó a muchas familias del palmar, eso pasaba mucho en Loíza. Pero Adolfi na, con ese sentido de madre, como la gallina que protege a los pollitos, usó todas las alternativas legales, pero ese terrateniente tenía comprado a todo el mundo. Ella entendía que estaba en su derecho de defender su tierra”.

La familia Carrasquillo Villanueva hizo esfuerzos económicos para enfrentar con asistencia legal las acciones de desalo-jo de Quiñones e incluso acudieron a la Ofi cina de Ayuda al Ciudadano en la For-taleza. Pero ni los abogados contratados fueron diligentes, ni en la Fortaleza les

atendieron, según se desprende de artí-culos de prensa cercanos a los hechos.

La política y el racismo se unen para tratar de que el verdadero signifi cado de la acción de Adolfi na no sea reconocido por el pueblo, comentó Lind. “En Loíza, para los políticos la memoria de Adolfi na representa una amenaza, porque representa esa parte del loiceño que se resiste al llamado pro-greso en contra de su realidad”.

La avaricia no paraCon lágrimas en sus ojos, a sus 71 años,

todos vividos en Tocones, don Gregorio Ca-rrasquillo confi esa su cansancio ante una vida perseguida por el desalojo. Capataz, cortador de caña, pescador, Don Gregorio vivió la experiencia de la familia Carrasqui-llo Villanueva. Ese día –recordó- regresaba de su trabajo cuando vio salir por el camino unos ‘trailers’. Se preguntó qué estarían haciendo, cuando llegó y se encontró con el “desastre de que habían disparado a Guanín y a Nenotén”, el esposo y Adolfi na.

“Antes esto era un barrio olvidao, aquí no entraba nadie, sólo los políticos a pes-car votos, vivíamos bien”.

Ése es el recuerdo lejano de la vida en el palmar que una vez fue Tocones. Luego de Adolfi na y su familia, el llama-do “desarrollo” fue desplazando a sus residentes originales con menos violen-cia física pero con la misma insensibili-dad y avaricia.

Adolfi na Villanueva, desarrollo y resistencia

POR CÁNDIDA COTTO CLARIDAD

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