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    centro unesco euskal herriacentre unesco pays basqueunesco centre basque country

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    Maider Maraa

    UNESCO EtxeaCuadernos de trabajo. N 1.

    En el marco de

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    01. Introduccin

    02 . Cultura y desarrollo

    03.El papel de UNESCO

    04 . Otras agencias de Naciones Unidas

    05. Otros instrumentos

    06. Derechos culturales

    07. Conclusiones

    08. Invitacin a la lectura

    09. Enlaces

    Crditos

    UNESCO Etxea, 2010Colaboraciones: M. Mancisidor, O. Andueza, T. Anuzita, L. Vega, M.Hernando, N. Uribe y R. Iiguez.Traduccin: BakunProduccin editorial: SRBDepsito Legal: BI-1924-2010

    Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 EspaaUsted es libre de copiar, distribuir y comunicar pblicamente esta obrabajo las siguientes condiciones: Debe reconocer la autora de la obra.No puede utilizar esta obra para fnes comerciales. No se puede alte-rar, trans ormar o generar una obra derivada a partir de esta obra.

    Licencia completa: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/deed.es

    Con apoyo de:

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    UNESCO Etxea. Cuadernos de trabajo. N1

    Cultura y Desarrollo Evolucin y perspectivas

    01. Introduccin

    Cultura y desarrollo son dos palabras que no siempre hanido unidas, ni se han trabajado en el mismo contexto. Sin em-bargo, en los ltimos aos encontramos nuevos elementos,instrumentos e ideas que promueven una cada vez mayoratencin hacia esta pareja de conceptos.

    La publicacinCultura y desarrollo. Evolucin y perspectivas que presentamos en esta ocasin se enmarca en el inters cadavez mayor de pro undizar en los diversos aspectos que ormanparte del desarrollo, omentando una comprensin global e in-tegral del mismo. En este sentido, son ya conocidos los trabajosrealizados en el anlisis del papel undamental que aspectoscomo la educacin o el medio ambiente, por ejemplo, pueden

    adquirir en el desarrollo humano. La cultura, esa palabra quea menudo tanto pretende abarcar, no ha quedado uera deestos debates. Hace ya tiempo que personalidades del mundoacadmico y social y diversas organizaciones, tanto interguber-namentales como de la sociedad civil, vienen trabajando en lapro undizacin terica del papel que la cultura puede desem-pear en el desarrollo, as como en acciones que omenten suaplicacin prctica.

    Sin embargo, y a pesar de todos estos trabajos realizadosen el mbito de la cultura y el desarrollo, la sociedad civil, lasinstituciones culturales y las ONG, entre otras, identi can lanecesidad de una mayor pro undizacin en el papel de la cul-

    tura en los procesos de desarrollo, tanto a nivel terico, comoen su aplicacin prctica por medio de actividades y proyectosde desarrollo: partiendo de la comprensin cultural del mismo

    concepto de desarrollo, hasta la clari cacin de qu entende-mos por cultura en la cooperacin al desarrollo, para generarherramientas que avorezcan la aplicabilidad de la teora y unamayor transversalizacin de la cultura en la prctica del desa-

    rrollo.Son numerosos los autores que se han acercado al bino-mio cultura y desarrollo, as como a di erentes aspectos quepodramos destacar dentro de este marco (derechos culturales,industrias culturales y creativas, diversidad cultural y lingstica,etc.). Podemos sealar tambin que an queda camino por re-correr en este mbito. Esta publicacin pretende sumarse a lasnumerosas iniciativas existentes en materia de cultura y desa-rrollo, aportando un instrumento de acercamiento para aque-lla persona interesada en conocer de qu se habla cuando semenciona este binomio.

    Fue UNESCO quien ya en 1966 seal en un documento in-

    ternacional la inevitable necesidad de contemplar la cultura den-tro de la cooperacin internacional. En las posteriores d cadas,se pro undiz en el concepto de desarrollo y con la aparicin en1990 del desarrollo humano, que no atiende slo al crecimientoeconmico, sino que, de la mano del internacionalmente recono-cido Amartya Sen, omenta el desarrollo como un proceso para

    ortalecer las capacidades y ampliar las opciones de las personas,se cont con un marco de re erencia que inclua una amplia gamade temas en torno al desarrollo. Tambi n la cultura -as como ladiversidad y libertad cultural-, ha sido objeto de estudio e inter scomo elemento necesario para el pleno desarrollo de las personasy las comunidades.

    Sin embargo, la cultura ha estado excluida durante aosde los programas de desarrollo y de la cooperacin. Por tan-to, en este trabajo analizaremos, en primera instancia, la evo-

    Foto: UNESCO G. Riccio

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    UNESCO Etxea. Cuadernos de trabajo. N1

    Cultura y Desarrollo Evolucin y perspectivas

    En este marco, en los ltimos aos se ha generalizado laidea de que es necesario incluir la dimensin cultural en las po-lticas y acciones de desarrollo. Debido a la priorizacin del de-sarrollo humano sostenible sobre otros modelos de desarrollo

    ms economicistas, la cultura ha sido objeto de estudio comoelemento necesario para el pleno desarrollo de las personas ylas comunidades. El desarrollo, como superacin de la pobre-za, ha optado tambin cada vez ms por un concepto msabarcador del trmino pobreza: as, un en oque ms amplio depobreza incluye, entre otros, el mbito cultural.

    E ectivamente, como tambin muestra, entre otros, el autorGeorge Ydice, tanto desarrollo, como cultura, son palabrascambiantes, sealando incluso que durante los 60 se tendi aun desarrollo sin preocupacin por la cultura. Incluso cuan-do se popularizan conceptos de desarrollo menos economicis-tas, como pudieran ser aqullos que de la mano de ecologistas

    y ambientalistas generaron el conocido desarrollo sostenible,la cultura segua sin ser un elemento a tener en cuenta. Cabraagregar que tampoco en la accin del desarrollo se contabacon una presencia real de la cultura. El desarrollo estaba de-masiado vinculado al crecimiento econmico, y autores comoJohn Hawkes -en su publicacin The Fouth Pillar o Sustaina-bility- de endan, a menudo sin encontrar gran eco o respaldoen las polticas pblicas, que la cultura debera constituir el 4pilar de la sostenibilidad.

    La relacin entre cultura y desarrollo comienza a ser de en-dida por di erentes expertos hacia la dcada del 70, aunque noes hasta nales de los 80 o incluso en los 90 cuando los orga-

    nismos internacionales y las agencias de cooperacin al desa-rrollo comienzan a impulsar los estudios y trabajos que analizancmo los actores culturales podan incidir en los procesos dedesarrollo. Al ons Martinell, Director de la Ctedra UNESCO dePolticas Culturales de la Universidad de Girona, mani estabaque pese a los estudios promovidos por expertos sus apor-taciones han merecido poco inters en las agendas polticasde la comunidad internacional5. Numerosos Planes Directoresen Cooperacin al Desarrollo de di erentes administracionesrespaldan tambin esta idea, como el actual Plan Director deCooperacin del Gobierno Vasco (2008-2011) cuando a rmaque durante aos la cultura estuvo excluida de los programas

    de desarrollo6.El estudio de las causas que incidieron en este distancia-

    miento entre cultura y desarrollo abarcara una amplia diver-sidad de motivos y un anlisis de esta ndole sobrepasara losmrgenes de este trabajo. Pero, sin querer ahondar demasiadoen dicha cuestin, queremos sealar que la inde nicin que elpropio trmino cultura conoce en nuestra sociedad, as comola sobre-utilizacin de la palabra, pueden haber incidido tam-bin en su tarda inclusin dentro de las polticas de desarrollo.

    La cultura, vista siempre como una cuestin compleja y degran sensibilidad social y poltica, se ha convertido en nuestrostiempos en una palabra clich, empleada de modo pro uso encasi todos los contextos de nuestra realidad (polticos, sociales,

    educativos, econmicos, etc.).La palabra cultura es, segn Anna Geli, una palabra ma-leta, que junto con otras, como educacin, son palabrasque pueden signi car todo y no aclarar nada. Geli aade quemuchas veces nos llenamos la boca con palabras como cultu-ra sin saber exactamente a qu nos re erimos7. La cultura hasido tambin un mbito en el que encontramos a menudo una

    uente de controversias en el plano poltico y social.La palabra cultura es, adems, de reciente incorporacin

    en nuestra lengua con el signi cado actual: no hace ms de300 aos que la cultura se separa completamente de su vin-culacin a la idea de cultivar la tierra y adquiere el signi cado

    abstracto (cultivar el espritu) con el que se conocera a pos-teriori8. Segn Prieto de Pedro, el nacimiento de la palabracultura es un hecho lingsticamente relativamente reciente.Hace slo tres siglos, en 1690, el Dictionnaire Universel, slotomaba cultura en su sentido tradicional.

    Los numerosos trminos asociados que encontramos entorno a cultura (cultura de masas, patrimonio cultural, identi-dad cultural, cultura popular, diversidad cultural, etc.), puedenser tomados a su vez como muestra de la utilizacin que se

    5Carb Ribugent, Gemma (coordinadora);La cultura, estrategia de cooperacin al desarrollo,Documenta Universitaria, Girona, 2008.

    6Plan Director de Cooperacin al desarrollo del Gobierno Vasco (2008-2011).7Carb Ribugent, Gemma (coordinadora); 2008.8Prieto de Pedro, Jess;Cultura, Culturas y Constitucin,Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, Madrid, 2006.

    Foto: UNESCO A. Clayson

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    Cultura y Desarrollo Evolucin y perspectivas

    hace de esta palabra, sin dotar a la misma, a menudo, de uncontenido real.

    Asimismo, la diversidad cultural y su relacin con la iden-tidad de la persona, convierten al trabajo en cultura en un

    aspecto sensible, a los ojos de numerosos actores del mbi-to de la cooperacin. Las mltiples de niciones del trminocultura hacen tambin que existan variadas aproximaciones yen oques di erentes en torno al trabajo que se podra realizaren el mbito cultural. La inde nicin terica en torno a cultu-ra incidi necesariamente en su no inclusin en las polticasde desarrollo, ya que como a rma Rubens Bayardo: Existennumerosas lecturas y diversas apropiaciones de la nocin decultura, y el problema es qu se incluye y qu se excluye de lamisma9.

    En este trabajo emplearemos una de nicin amplia decultura, proveniente de la de nicin surgida en Mondiacult

    (1982) y empleada por UNESCO, que integra las expresionesculturales, como mani estaciones espec cas de las culturas.As pues, es la cultura la que o rece el contexto, los valores,la subjetividad, las actitudes y las aptitudes sobre las que losprocesos de desarrollo han de tener lugar, tal como reco-ge tambin el Plan de Cooperacin del Gobierno Vasco. Estade nicin de cultura incluye tambin la idea de complemen-tariedad de las culturas, de dinamismo de las mismas y de lageneracin de identidades culturales no excluyentes entre s.As, la cultura no es un conjunto esttico de valores y prcticas:se recrea constantemente en la medida en que las personascuestionan, adaptan y rede nen sus valores y prcticas ante

    el cambio de la realidad y el intercambio de ideas. Por ltimo,destacar que este trabajo entiende que la diversidad cultural esun hecho natural e inherente al ser humano.

    Dentro de los obstculos a la inclusin de la cultura en eldesarrollo, debemos mencionar que hasta hace poco, la cues-tin de la proteccin de las culturas era exclusivamente unproblema de minoras culturales, de grupos, por tanto, conescasa infuencia en el Estado10. Esta idea la trabajaremos tam-bin en el captulo dedicado a los derechos culturales.

    Otra cuestin a resaltar en el anlisis de cultura y desarro-llo, es que bajo el paraguas de la cooperacin cultural se dantodo tipo de acciones diversas y que, de la mano de esa con-

    cepcin lamentablemente tan extendida que vincula culturacon bellas artes y elitismo, las polticas culturales han tendidoa avorecer siempre un tipo de cultura concreta, como sealael propio Ydice: Las polticas convencionales de apoyo a lasartes y el patrimonio, que son la mayora de las polticas cultu-rales, han marginalizado el concepto ms amplio de cultura.As, el patrimonio inmaterial, las lenguas y las costumbres, en-tre otras, no se conceban como elementos a ser promovidos yprotegidos por las polticas pblicas.

    Esta situacin no se da, como se podra pensar, slo enel mbito local: debemos a rmar que los organismos multi-laterales de desarrollo no incluyen sistemticamente la im-plementacin de la dimensin cultural en sus acciones. Entre

    las ltimas instancias internacionales ms destacadas de losltimos aos, por ejemplo, no podemos dejar de citar los Ob- jetivos de Desarrollo del Milenio, adoptados en el ao 2000.Una de las crticas ms extendidas hacia los Objetivos de De-sarrollo del Milenio es, precisamente, la de haber obviado elcomponente cultural. El 21 de mayo de 2008, con motivo dela celebracin del Da Mundial de la Diversidad Cultural parael Dilogo y el Desarrollo, Koichiro Matsuura, el entoncesDirector General de la UNESCO, subrayaba que la coyunturaactual nos invita a demostrar que la diversidad cultural ese ectivamente una uerza motriz del desarrollo sostenible y,por ello, un instrumento decisivo de lucha contra la pobreza.

    Se trata de un envite decisivo para la comunidad internacio-nal, pues la cultura, a di erencia de la educacin, no guracomo tal entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pese aque es indispensable para la consecucin de stos11.

    En otro orden, tampoco podemos olvidar la cuestin dela economizacin de la cultura o instrumentalizacin delas expresiones culturales, que tantas crticas ha merecido,como seala el propio Rubens Bayardo o los trabajos de Na-ciones Unidas sobre economa creativa. Asistimos a una mer-cantilizacin de nuevos sectores, incluidos los culturales. Esimportante atender a aquellas investigaciones y propuestasque estn trabajando en el mbito de la vinculacin de las

    industrias culturales y las industrias creativas con el desarro-llo, de manera que la creatividad inherente a toda culturasea aprovechada para el desarrollo de cada comunidad. Eneste sentido, es de destacar el In orme de Naciones UnidasIn orme sobre la Economa Creativa 2008. El desa o de eva-luar la economa creativa: hacia la ormulacin de polticaspblicas in ormadas, realizado entre varias agencias, bajo lacoordinacin del PNUD y UNCTAD (Programa de Comerciode Naciones Unidas), con apoyo de UNESCO y OMPI.

    El desarrollo, como superacin de la pobreza, debe serun concepto amplio y holstico que debe incorporar el con-cepto de desarrollo cultural. A su vez, es necesario recor-

    dar el amplio potencial que tiene el trabajo que atiende ala riqueza cultural, ya que dota de una visin de riqueza acomunidades que siempre son vistas como pobres desde laaccin en cooperacin internacional, que suele contar conun concepto ms clsico de pobreza (necesidades bsicasno cubiertas). la cooperacin deber tambin tener presen-te siempre el abordaje cultural de los problemas de la so-ciedad, a rmacin de Gonzalo Carmbula12 que muestraque no slo los proyectos culturales de cooperacin debern

    9Bayardo, Rubens: Sobre el fnanciamiento pblico de la cultura. Polticas culturales y economa cultural (www.naya.org.ar).

    10Prieto de Pedro, Jess;Cultura, Culturas y Constitucin,Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, Madrid, 2006.11Matsuura, Koichiro, 21 mayo 2008, discurso con motivo del Da Mundial de la Diversidad Cultural de UNESCO.12Carmbula, Gonzalo; http://www.laondadigital.com/laonda/laonda/Documentos/6En%20el%20Foro%20de%20la%20zona%20Oeste%20de%20Montevideo.ht

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    tener en cuenta la cultura, sino que toda accin social o tec-nolgica de desarrollo tiene necesariamente que atender lasespeci cidades culturales. El papel de la gestin cultural en losconfictos, sin embargo, no es tenido en cuenta, como seala

    Carmbula: Llegado el momento de la toma de decisionespblicas () las miradas culturales quedan al margen o sujetasa otras reglas.

    Este mismo autor, nos brinda otra de las claves que ha inci-dido tambin en las di cultades para incluir la cultura como di-mensin del desarrollo, y es que, segn Carmbula, la culturatiene tiempos muy distintos a los de la poltica o la administra-cin. El desarrollo y las acciones de cooperacin, sin embargo,estn intrnsecamente ligados a los ondos, recursos y tiemposde la poltica y sus administraciones, por lo que esta cuestinse debe tener en cuenta tambin a la hora de plantearnos lasposibilidades de un abordaje de los procesos culturales en el

    desarrollo.En este punto es necesario hablar de indicadores cultura-les, ya que cada vez son ms los organismos internacionales,regionales y locales que sealan la necesidad de medir el im-pacto de los procesos de desarrollo por medio de indicadorescuanti cables y comparables. Pero, de nuevo Gonzalo Carm-bula demuestra que habr que ser conscientes de que es muydi cil medir el impacto cultural de cualquier accin tomandosimplemente indicadores cuantitativos y cualitativos, pero,eso s, l mismo a rma que podrn ser pistas. UNESCO seencuentra actualmente en un intenso trabajo en la bsquedade indicadores culturales vlidos para el desarrollo. Podemos

    sealar tambin el importante trabajo en torno a indicadoresque AECID (Agencia Espaola de Cooperacin Internacionalal Desarrollo) ha realizado en su reciente publicacin: Cmoevaluar proyectos de cultura para el desarrollo: una aproxima-cin metodolgica a la construccin de indicadores (AECID,2009).

    En todo este proceso, lo primero ser que la cultura seaparte del lenguaje poltico: la asuncin de la diversidad cultu-ral es un enorme desa o que habr de tomarse y mirarse comoproceso. Es de di cil evaluacin episdica. Sealar la importan-cia de trans ormar la diversidad cultura en un vector transversalde las polticas pblicas es asumir la di cultad de medir en un

    perodo corto, segn Carmbula.A pesar de todo lo expuesto hasta el momento, se puede

    hoy da hablar de un proceso hacia la concrecin de las po-lticas culturales como acciones prioritarias en el desarrollo y,siguiendo a Al ons Martinell, podemos a rmar, con un ciertooptimismo, que existe un proceso gradual de consolidacin deeste sector de la cooperacin13.

    Diversos organismos internacionales (Naciones Unidas, conUNESCO como re erente en esta materia, entre otras) y organi-zaciones pblicas y privadas (como la Agencia Espaola de Co-operacin Internacional al Desarrollo AECID, etc.), han dado

    importantes pasos en este sentido, por medio de refexiones,documentos y actuaciones, que describiremos a continuacin.Estos pasos dotan de un corpus terico bsico y sealan yaalgunos de los mbitos prioritarios de actuacin en el marco de

    cultura y desarrollo, como pueden ser las industrias culturales,o la especial atencin del patrimonio inmaterial y de la diversi-dad lingstica, entre otras.

    George Ydice seala que e ectivamente el reconoci-miento de la incidencia cultural circula en UNESCO, en algunasredes internacionales y en algunos municipios y retricamenteen muchas polticas nacionales. Pero son muy pocos los casosen que realmente se han puesto en operacin polticas pblicasa partir de esa visin, sealando ya una de las cuestiones queapuntbamos, y que es la alta de concrecin de acciones encultura y desarrollo.

    Describiremos a continuacin, por tanto, los hitos e instru-

    mentos de la comunidad internacional ms destacados.

    03. El papel de UNESCO Dentro de los organismos especializados de Naciones Uni-

    das, ue UNESCO quien seal con mayor decisin la inevita-ble relacin entre cultura y desarrollo. Siendo UNESCO el nicoorganismo de Naciones Unidas encargado de la cultura en sumandato, UNESCO ha omentado desde su nacimiento hasta la

    actualidad la promocin de la diversidad cultural y el entendi-miento entre culturas, podemos sealar que en 2010 se celebrael Ao Internacional del Acercamiento de las Culturas, coordi-nado por UNESCO. Podemos recordar tambi n la a rmacin dela nueva Directora de UNESCO, Sra. Irina Bokova, en su recientevisita a Hait, de que el desarrollo y la cultura estn estrecha-mente ligados14, insistiendo sobre la necesidad de incluir losaspectos culturales como parte del proceso de reconstruccin deeste pas, tras el terremoto que asol parte de su territorio haceunos meses, desplegando as otro oco de atencin en la relacinentre la cultura y los procesos de recuperacin tras desastres oemergencias.

    Corresponde a UNESCO el m rito de haber llamado la aten-cin sobre este asunto y haber promovido acciones, tanto deinvestigacin como de accin, que responden al criterio de quela cultura es parte esencial del desarrollo.

    UNESCO se especializ en procesos de proteccin y restau-racin del patrimonio cultural y campaas de incidencia interna-cional, como las realizadas en Abu Simbel o Venecia, culminandocon la reconocidsima Convencin de UNESCO sobre el Patrimo-nio Mundial Cultural y Natural (1972). Tras las numerosas y e ec-tivas acciones que UNESCO llev a cabo en torno al patrimoniocultural y su proteccin, la organizacin ue pro undizando en

    13Carb Ribugent, Gemma (coordinadora);La cultura, estrategia de cooperacin al desarrollo,Documenta Universitaria, Girona, 2008.14http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/culture_must_be_an_integral_part_o _reconstruction_says_director_general_a ter_haiti_visit/ba

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    el papel del patrimonio dentro de la cohesin social, as comoampliando la visin cultural y su vinculacin con las acciones dedesarrollo. Las polticas culturales comienzan as poco a poco aper larse como elemento transversal y como agente activo den-tro del propio proceso de desarrollo y no como mero accesorio.

    En esta trayectoria la propia UNESCO seala cuatro etapasen la evolucin que el t rmino cultura ha conocido en las ltimasd cadas del siglo XX y principios del XXI:15

    Aos 50 y 60: se da la ampliacin del concepto de cultura1.desde una de nicin ms ligada a la produccin artsticahasta el concepto de la identidad cultural. Durante este pe-

    riodo, UNESCO de ende las culturas en respuesta a situa-ciones concretas como la descolonizacin, reconociendo laigualdad de todas las culturas.Aos 70 y 80: toma de conciencia de la unin vital entre2.cultura y desarrollo, que se tomar como base de la coo-peracin internacional y la solidaridad con los pases en de-sarrollo desde UNESCO.Aos 80 y 90: toma de conciencia sobre las aspiraciones y3.bases culturales en la construccin de democracias. Trabajasobre la exclusin y discriminacin de minoras, pueblos au-tctonos y poblaciones inmigrantes.Aos 90 y 2000: se orienta hacia la puesta en valor del di-4.

    logo de culturas y civilizaciones en su riqueza, designadacomo patrimonio comn de la humanidad por la Declara-cin Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural.Seala, adems, la doble vertiente de la diversidad: la prime-ra se basa en asegurar una interaccin armoniosa de las di-versas identidades culturales, variadas y dinmicas; mientrasque la otra vertiente, aboga por la de ensa de la diversidad

    creativa, la diversidad de las mltiples ormas y expresionesculturales inherentes a las culturas.

    Actualmente UNESCO promueve a su vez la comprensin dela cultura como un proceso continuo, maleable y evolutivo y se-

    ala a la diversidad cultural como condicin esencial para la pazy el desarrollo sostenible.En este camino, UNESCO llev a cabo numerosas reuniones

    intergubernamentales, estudios y propuestas que convirtieron ala cultura en uno de los ejes prioritarios dentro del nuevo modelode desarrollo. Sealaremos algunos de estos hitos en torno a cul-tura y desarrollo de la labor de UNESCO:

    1) DECLARACIN SOBRE LOS PRINCIPIOS DE COOPERACINCULTURAL INTERNACIONAL (UNESCO, 1966).16

    El aporte ms signi cativo de esta Declaracin ue, sin lugar

    a dudas, la de ensa de la igual dignidad de todas las culturas querealiza desde su Artculo primero:17Artculo primero

    Toda cultura tiene una dignidad y un valor que deben1.ser respetados y protegidos.Todo pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar 2.su cultura.En su ecunda variedad, en su diversidad y por la in- 3.fuencia recproca que ejercen unas sobre otras, todas las culturas orman parte del patrimonio comn de la humanidad.

    Esta Declaracin mani est ya ideas que luego tendran una

    amplia repercusin en todo el trabajo internacional en materiade cultura: desarrollo de la cultura, diversidad cultural, pa-trimonio comn de la humanidad, etc. Asimismo, o rece unaprimera de nicin de cooperacin cultural internacional, que seestablece como un derecho y un deber de todos los pueblos yde todas las naciones, los cuales deben compartir su saber y susconocimientos (Artculo V). El Artculo XI, que cierra la Declara-cin, a rma que la aplicacin de todos los principios contenidosen la Declaracin deber basarse en el respeto de los derechoshumanos y las libertades undamentales, idea sta sobre la queexistirn en las siguientes d cadas numerosos debates.

    2) PRIMERA CONFERENCIA INTERGUBERNAMENTAL SO-BRE LOS ASPECTOS INSTITUCIONALES, ADMINISTRATIVOSY FINANCIEROS DE LAS POLTICAS CULTURALES (UNESCO,1970).18

    La Con erencia Intergubernamental se celebr en 1970 enVenecia con el objetivo de estudiar los medios de contribuir

    1510 cls pour la Convention sur la protection et la promotion de la diversit des expressions culturelles,UNESCO, pp.2-3.16Declaracin de los Principios de la Cooperacin Cultural Internacional (UNESCO, 4 noviembre, 1966).

    http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13147&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

    17Ver La posicin de la UNESCO (p.91-96) en Prieto de Pedro, Jess;Cultura, Culturas y Constitucin,Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, Madrid, 2006.18Primera Con erencia Intergubernamental sobre los aspectos institucionales, administrativos y fnancieros de las polticas culturales (UNESCO, Venecia, 1970).

    http://unesdoc.unesco.org/images/0009/000928/092837SB.pd

    Foto: UNESCO M. Ravassard

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    Cultura y Desarrollo Evolucin y perspectivas

    al desarrollo cultural, siendo sta, segn la propia UNESCO, laprimera con erencia intergubernamental organizada nicamenteen torno a la cultura por este organismo. Se plante y discutila nocin de desarrollo cultural y de la dimensin cultural deldesarrollo.

    El documento de In orme Final presenta las conclusiones rea-lizadas sobre la inclusin de la cultura en las acciones pblicas dedesarrollo. Parte de la base de que el pblico se est dando cadavez ms cuenta de la necesidad de proteger los valores cultura-

    les y de estimular las actividades culturales. Y entiende que enesta labor, dejar hacer no es su ciente para garantizar la plenarealizacin de las necesidades culturales, por lo que seala quepuesto que a primera vista, las necesidades culturales pueden noparecer tan evidentes y urgentes como algunas otras, tales comola sanidad, la educacin o el bienestar social, () es necesario quelos gobiernos y otras autoridades pblicas acepten una clara res-ponsabilidad con respecto a la cultura y ormulen polticas a largoplazo.

    Es destacable que ya en 1970 se lanzaban algunas de las ideasque siguen an vigentes hoy, 40 aos despu s, como cuando a r-ma que Debe ampliarse la ayuda internacional () a n de incluir

    () el omento de la cultura y la conservacin del patrimonio cul-tural, tanto espiritual como material.

    En otro de los puntos de este In orme General leemos: sereconoce cada ms que el adelanto cultural es un componenteesencial del progreso econmico y social. El establecimiento de laidentidad nacional mediante la accin cultural puede incluso con-siderarse como un requisito previo del progreso social y econmi-co. Esta idea de la necesidad de contar con un desarrollo culturalpara poder hablar de desarrollo humano integral transversalizalos trabajos realizados en este mbito en las siguientes d cadas.Aunque t rminos incluidos en este documento, como identidadnacional o ormas nacionales de expresin, atienden ms a un

    lenguaje propio del contexto histrico de 1970 y el proceso de des-colonizacin, y hoy ya no se emplean, se muestra ya la importanciade las expresiones culturales locales como actor de desarrollo

    La Con erencia intent tambi n generar una de nicin decultura , ya que vea necesario huir de las visiones elitistas que ha-ban envuelto a menudo este t rmino: Es necesario estimular laparticipacin de grandes capas de la poblacin en las actividadesculturales y sustituir as, una cultura de minoras, importada y ex-tranjera, por una cultura genuinamente popular y nacional, basa-

    da en ormas nacionales de expresin. Rea rma esta idea cuandoasegura que la cultura no es simplemente un adorno sino unaparte integral de la vida social.

    Asimismo, seal ya algunos de los mbitos que luego hansido tomados como base en la inclusin de la perspectiva cultural,como puede ser el papel de los medios de comunicacin y la cultu-ra, o la participacin de la juventud en la creatividad cultural.

    A partir de esta con erencia, se sucedieron Con erencias regio-nales: Con erencia Intergubernamental sobre las Polticas Cultu-rales en Europa (Helsinki, 1972); Con erencia Intergubernamentalsobre las Polticas Culturales en Asia (Indonesia, 1973); Con eren-cia Intergubernamental sobre las Polticas Culturales en rica (Ac-

    cra, 1975); y la Con erencia Intergubernamental sobre las PolticasCulturales en Am rica Latina y el Caribe (Bogot, 1978), que ue-ron pro undizando en las dimensiones de la cooperacin.

    3)CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LAS POLTICAS CULTURALESMONDIACULT (UNESCO, 1982).19

    La Con erencia Mundial sobre las Polticas Culturales - MON-DIACULT, tuvo lugar en M xico DF entre el 26 de julio y el 6 agostode 1982, y sent las bases de trabajo en materia de polticas cultu-rales que rigieron varias de las actuaciones de organismos interna-cionales y de gobiernos estatales en los siguientes aos.

    19Con erencia Mundial sobre las Polticas Culturales MONDIACULT Mxico (1982). http://unesdoc.unesco.org/images/0005/000546/054668MB.pd

    Foto: UNESCO - A. Sellanes

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    UNESCO Etxea. Cuadernos de trabajo. N1

    Cultura y Desarrollo Evolucin y perspectivas

    En la Declaracin de M xico, se establece el vnculo irrevocableentre cultura y desarrollo: slo puede asegurarse un desarrolloequilibrado mediante la integracin de los actores culturales enlas estrategias para alcanzarlo.

    En su Prembulo, acomete la labor de establecer una de ni-cin decultura, que como habamos visto era ya una cuestin quese haba intentado trabajar en anteriores con erencias. Esta de ni-cin ha sido ampliamente aceptada y es adoptada por UNESCO,emplendose hasta hoy en da:A) En su sentido ms amplio, la cultura puede considerarse ac- tualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales

    y materiales, intelectuales y a ectivos que caracterizan a una so- ciedad o un grupo social. Ella engloba, adems de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos undamentales al ser huma- no, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.B) La cultura da al ser humano la capacidad de refexionar sobre s

    mismo. Es ella la que hace de nosotros seres espec camente hu- manos, racionales, crticos y ticamente comprometidos. A travs de ella discernimos los valores y e ectuamos opciones. A travs de ella el ser humano expresa, toma conciencia de s mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestin sus pro- pias realizaciones, busca incansablemente nuevas signi caciones,

    y crea obras que lo trascienden.En esta misma Con erencia se tom al desarrollo como

    proceso complejo, global y multidimensional que transciendeel simple crecimiento econmico para incorporar todas las di-mensiones de la vida y todas las energas de la comunidad, cuyosmiembros estn llamados a contribuir y a esperar compartir los

    bene cios. La cuestin de la dimensin colectiva de la culturaqueda por tanto subrayada, cuestin sobre la que luego trabaja-rn tambi n los procesos de clari cacin internacional en tornoa los derechos culturales.

    La Con erencia y su Declaracin pueden considerarse deter-minantes en el trabajo que nos ocupa, ya que jaron las bases dela relacin entre cultura y desarrollo: por un lado, present la yamencionada de nicin de cultura, como un concepto abarcador y

    amplio de la misma, que incluye no slo los aspectos tradicional-mente ligados a la misma, sino tambi n los modos de vida o losderechos undamentales del ser humano. Estableci varias ideasligadas a la inclusin de la cultura en el desarrollo, como quedade mani esto en los apartados de la Declaracin, entre los quesealamos algunos a continuacin:

    IDENTIDAD CULTURAL: rea rma que toda cultura es un con- junto de valores nico y que la identidad cultural contribu-ye a la liberacin de los pueblos. Considera la identidad cul-tural como riqueza que omenta el relacionamiento humano;la cultura es dilogo y se agota y muere en el aislamiento.DIMENSIN CULTURAL DEL DESARROLLO: la cultura se toma

    como dimensin undamental del proceso de desarrollo. Slopuede asegurarse un desarrollo equilibrado mediante la in-tegracin de los actores culturales en las estrategias paraalcanzarlo.CULTURA Y DEMOCRACIA: seala el Artculo 27 de la De-claracin Universal de Derechos Humanos que a rma quetoda persona tiene derecho a tomar parte libremente enla vida cultural de la comunidad (), para subrayar que lacultura es de todas las personas de la comunidad, huyendodel elitismo que en algunos casos haba de nido a sta y de-

    endiendo el t rmino democracia cultural. Destaca que paragarantizar la participacin de todos los individuos en la vida

    cultural tienen que eliminarse las desigualdades de origen,nacionalidad, edad, lengua, sexo, pertenencia a grupos mi-noritarios, etc.PATRIMONIO CULTURAL: su concepcin de patrimonio abar-ca tanto lo material como lo inmaterial. Todo pueblo tieneel derecho y el deber de de ender y preservar su patrimoniocultural.COOPERACIN CULTURAL INTERNACIONAL: de ende la ne-cesidad de compartir los conocimientos culturales por mediodel intercambio, que avorece la di usin de la creatividad.Esta cooperacin se undar en el respeto a la identidad cul-tural y en el valor de cada cultura, sin posibilidades de subor-

    dinacin o asimilacin cultural.

    4) DECENIO MUNDIAL PARA EL DESARROLLO CULTURAL(UNESCO, 1988-1997).20

    A sugerencia de la Con erencia Mundial MONDIACULT de1982, la Con erencia General de la UNESCO aprob la procla-macin del Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural (1988-1997). El Programa de Accin de este Decenio responda a unadoble preocupacin: por una parte, la preocupacin de aten-der ms a la dimensin cultural en los procesos de desarrollo y,por otro, la de estimular las aptitudes creadoras y la vida cultu-

    20Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural, 1988-1997. Programa de Accin. http://unesdoc.unesco.org/images/0008/000852/085291sb.pd

    Foto: UNESCO

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    ral en su conjunto. Este Decenio sirvi, por tanto, para llamarla atencin a nivel internacional sobre la necesidad de tener encuenta los aspectos culturales del desarrollo. Los cuatro objeti-vos jados para el Decenio eran:

    Tener en cuenta la dimensin cultural del desarrollo: el1. reconocimiento de la dimensin cultural del desarrolloprovendr del reconocimiento de los aspectos culturalesde todas las actividades vinculadas con el desarrollo eco-nmico, social, cient co y tcnico.A rmar y enriquecer las identidades culturales: las orien-2.taciones en este objetivo tendan a una proteccin y re-valorizacin del patrimonio, pero huyendo de una visinpuramente conservadora, sino incidiendo en procesos dedinamismo de estos bienes patrimoniales; seala tambinla necesidad de estimular la creatividad.Ampliar la participacin en la vida cultural: entiende que3.

    es preciso primero garantizar el acceso a la vida cultural,para posteriormente estimular la participacin. Ambos,acceso y participacin, son necesarios para el verdaderodesarrollo cultural: se precisa la existencia de condiciones

    avorables al ejercicio e ectivo de los derechos culturales.Promover la cooperacin cultural internacional: la cultura4.puede desempear un papel determinante en el estable-cimiento de las relaciones ms equilibradas entre los Esta-dos, analizando los undamentos culturales de un nuevoequilibrio de las relaciones entre las di erentes regiones delmundo.

    5) NUESTRA DIVERSIDAD CREATIVA. INFORME DE LA COMI-SIN MUNDIAL DE CULTURA Y DESARROLLO, dirigida por Ja-vier Prez de Cuellar (UNESCO, 1996).21

    Un desarrollo disociado de su contexto humano y culturales un crecimiento sin alma.Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo

    En el Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural, se es-tablece la Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo, impul-sada por UNESCO y compuesta por numerosos expertos in-ternacionales, coordinados por Javier Prez de Cuellar, quien

    a rm que: las iniciativas de desarrollo haban racasado conrecuencia porque en muchos proyectos de desarrollo se haba

    subestimado la importancia del actor humano, la complejatrama de relaciones y creencias, valores y motivaciones que esel corazn de una cultura.

    Haca alta repensar el proceso mismo de desarrollo22,por lo que la Comisin comenz su trabajo en 1993. Con laaparicin del concepto de desarrollo humano del PNUD, la cul-tura quedaba seguramente implcita en la nueva nocin, peroen realidad no se incorporaba de manera explcita. El siguientepaso en la reconceptualizacin del desarrollo deba consistir en

    la incorporacin de perspectivas culturales a las estrategias de

    desarrollo.El In orme Nuestra Diversidad Creativa, dot de elementosclave para el anlisis de la cultura en relacin con el desarrollo:la relacin entre cultura y gnero, la creatividad, el patrimoniocultural al servicio del desarrollo, el papel de los jvenes y elpluralismo. Cabe destacar la importante labor de identi cacinde la inevitable relacin entre gnero y cultura, y la necesidadde tener en consideracin de orma primordial los derechos delas mujeres en los trabajos de cultura y desarrollo.

    La Comisin hizo un importante es uerzo en resaltar la im-portancia de las polticas pblicas en lo relativo a la cultura.Era preciso repensar las polticas culturales. Necesitamos

    encontrar nuevas ormas de mantener cohesionadas a socie-dad multitnicas y multiculturales, utilizando el pluralismo deormas nuevas y di erentes:

    Implica nuevas ormas de estimular la creatividad.1.Implica nuevas ormas de utilizar los medios de comunica-2.

    21Con erencia Mundial sobre las Polticas Culturales MONDIACULT Mxico (1982). http://unesdoc.unesco.org/images/0005/000546/054668MB.pd22Prez de Cuellar (dir); Nuestra diversidad creativa.Informe de la Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo,UNESCO, Mxico, 1996.

    Foto: UNESCO N. Burke

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    cin para reducir la brecha in ormativa.Implica adoptar una perspectiva de g nero.3.Implica dar mayor papel a la juventud.4.Implica un mejor entendimiento de las dimensiones cultu-5.rales de la gestin del medio ambiente.

    El In orme ue tambi n claro al a rmar ya entonces la cues-tin de los indicadores culturales que, hoy, ms de una d cadadespu s, sigue siendo motivo de controversia en la comuni-dad internacional: Se precisan indicadores culturales cuidado-samente diseados, que sirvan como estndares o puntos dere erencia con los que podamos medir los resultados de las ac-ciones en materia cultural. Se debe elaborar un rango nuevo de

    indicadores de la dimensin cultural.Otro de los mbitos que mencion el In orme ue la cuestinde la diversidad lingstica, cali cando a las lenguas como re-servas del conocimiento. La desaparicin de una lengua es unagotamiento de nuestros recursos como lo es la extincin de unaplanta o especie animal. La p rdida de cualquier lengua repre-senta un empobrecimiento de las reservas del conocimiento y delas herramientas para la comunicacin intra e intercultural.

    Sirvi para sealar que se deba re ormular el signi cadode patrimonio cultural, huyendo del en oque elitista de pre-servacin y conservacin. En los pases industrializados occi-dentales, la conservacin del patrimonio cultural se centra en lo

    espectacular y monumental: sitios arqueolgicos, monumentosarquitectnicos, etc. Adems, se exhiben uera de contexto y envitrinas cerradas, a menudo de colecciones privadas. La visinde patrimonio es sesgada hacia la elite y lo masculino: recibenatencin y respeto lo monumental y no lo dom stico, lo literarioy no lo oral, lo ceremonial y no lo cotidiano, lo sagrado en vezde lo pro ano.

    Pese a que actualmente algunos de los en oques del tra-bajo Nuestra Diversidad Creativa puedan estar superados, sereconoce an hoy la importancia que este estudio tuvo en lageneracin de conocimiento hacia una incorporacin real de la

    cultura en el desarrollo.6) DECLARACIN UNIVERSAL SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (UNESCO, 2001).23

    Este documento internacional ue pionero en promoverla diversidad cultural como patrimonio de la humanidad eidenti c la diversidad cultural como actor de desarrollo, pormedio de su Artculo 3: La diversidad cultural ampla las po-sibilidades de eleccin que se brindan a todos; es una de las

    uentes del desarrollo, entendido no solamente en t rminosde crecimiento econmico, sino tambi n como medio de ac-

    ceso a una existencia intelectual, a ectiva, moral y espiritualsatis actoria. En palabras de la actual Directora General de laUNESCO, Irina Bokova, este texto prolonga la Declaracin delos Derechos Humanos de 1948.24

    Esta Declaracin ue una importante llamada de aten-cin en la comunidad internacional y orient a los EstadosMiembros a pro undizar en el debate internacional sobre losproblemas relativos a la diversidad cultural, especialmente losque se re eren a sus vnculos con el desarrollo. No slo losEstados eran identi cados como actores clave en la diversidadcultural, sino que, adems, instaba a lograr que los di eren-tes sectores de la sociedad civil colaboren estrechamente en la

    de nicin de polticas pblicas de salvaguardia y promocinde la diversidad cultural.Siguiendo a Bokova, la importancia de este texto radica,

    entre otras cuestiones, en que postula que los bienes y losservicios culturales no son mercancas como otras, ya que sonportadoras de identidad, de valores y de sentido.

    Sin embargo, no podemos olvidar que esta Declaracinera slo un compromiso poltico moral (no vinculante jurdi-camente). Segn Carmbula: los procesos u objetivos de esamagnitud no se garantizan solamente con declaraciones yconvenciones,25 por muy importantes que estos sean, a nues-tro entender. En otra obra del mismo autor26 vemos acentuada

    esta idea: una Declaracin, como las normas de derecho oel acuerdo entre personas, no garantiza de por s los resulta-dos esperados. Pero s que da cierta importancia a este ins-trumento cuando a rma que no es lo mismo contar con undocumento rmado en torno a principios, que no tenerlo,solicitando que los Estados e ectivamente hagan suyo este do-cumento internacional.

    23Declaracin Universal sobre la Diversidad Cultural http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001271/127160m.pd24Discurso de I. Bokova, con motivo del Forum Las estrategias culturales para un nuevo mundo, Avignon, 20 noviembre 2009. http://unesdoc.u

    images/0018/001860/186086 .pd

    25En Carb Ribugent, Gemma (coordinadora);La cultura, estrategia de cooperacin al desarrollo,Documenta Universitaria, Girona, 2008.26Carmbula, Gonzalo; La diversidad cultural ante la otra violencia. Algunos casos de la gestin cultural pblica de Montevideo, en Moneta, Carlos (edEl jardn de

    los senderos que se encuentran: Polticas pblicas y diversidad cultural en el MERCOSUR,UNESCO Uruguay, 2006.

    Foto: Natalia Uribe

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    7) CONVENCIN SOBRE LA PROTECCIN Y LA PROMO-CIN DE LA DIVERSIDAD DE LAS EXPRESIONES CULTURALES(UNESCO, 2005).

    La propia Directora General de UNESCO a rmaba queUNESCO estim necesario ir ms all de la Declaracin de 2001y adoptar un texto jurdico vinculante. En 2005 UNESCO dio unpaso ms con la aprobacin de la Convencin sobre la Protec-cin y la Promocin de la Diversidad de las Expresiones Cultura-les, que entr en vigor el 18 de marzo de 2007, tras ser rati cadapor 30 Estados Miembros. Expresiones Culturales, las di eren-tes mani estaciones de la creatividad de los individuos y de losgrupos sociales. Estas mani estaciones incluyen las expresionestransmitidas por medio de las palabras (literatura, cuentos),el sonido (msica), imgenes ( otos, pelculas), en cualquiersoporte (impresos, audiovisuales, digitales, etc.), accin (danza,

    teatro) u objeto (escultura, cuadros).Segn la propia UNESCO28 el objetivo de este instrumentonormativo es la proteccin y promocin de la diversidad de lasexpresiones culturales. Siendo estos los objetivos espec cos deltexto:

    Crear las condiciones que permitan a las culturas expan-dirse e interactuar libremente de manera que se puedanenriquecer mutuamente.Reconocer la naturaleza espec ca de estas actividades, bie-nes y servicios culturales, por ser portadores de identidad,de valores y de sentido.Rede nir nuevas modalidades de cooperacin internacional.

    La Convencin, segn UNESCO29

    , no recoge todos los as-pectos de la diversidad cultural (s estaban sin embargo en laDeclaracin), sino que se ja ms en campos precisos, que son,por un lado, la necesidad de reconocer que los bienes y serviciosculturales son portadores de identidad, de valor y de sentido, yno pueden ser considerados como mercancas o bienes de con-sumo como otros cualquiera; por otra parte, la necesidad porparte de los Estados de tomar medidas para proteger y promoverla diversidad de las expresiones culturales. Finalmente, la necesi-dad de rede nir la cooperacin internacional, para llegar a verlacomo dilogo permanente.

    Siguiendo a los autores Jess Prieto de Pedro y Al ons Mar-

    tinell30, la Convencin tuvo una inusual pronta rati cacin y en-trada en vigor, que demuestra el amplio consenso social a trav sde las redes y coaliciones e inter s poltico que despertaba estacuestin. Segn los autores estos indicios hacen pensar que laConvencin es un texto llamado a dis rutar de un alto signi cadohistrico. Este texto, al igual que el anterior de la Declaracin,merece el innegable valor poltico de situar la diversidad en lasprioridades de la agenda poltica mundial. Consagra, porprime-

    ra vez en un tratado internacional, la salvaguardia de la diversidadcultural como un gran principio jurdico. Frente a la Declaracin2001, que slo es un compromiso poltico moral, la Convencinimplica un compromiso ms uerte; tiene la orma de un tratado

    internacional.Una de las cuestiones ms relevantes de esta Convencin esel signi cado de proteccin: para UNESCO hasta ese momentoproteccin inclua las medidas para la preservacin, salvaguarday la puesta en valor. Pero en este caso, con la palabra promocin,la Convencin invita a la regeneracin perpetua de las expresio-nes culturales, con el n de luchar contra la musealizacin, ol-clorizacin o cosi cacin. A partir de este momento el binomioproteccin-promocin, binomio que nos remite a la importanciade las polticas culturales, se hace indisociable.

    Atendiendo a la cuestin de la adaptacin del binomio cultu-ra y desarrollo a las acciones de cooperacin internacional, es de

    destacar que la Convencin dedica los artculos 12 al 18 a la co-operacin internacional, redactados con un alto, aunque desigual,detalle. Este bloque de artculos es uno de los ms novedosos dela Convencin, segn Martinell y Prieto de Pedro, lo que identi cala importancia que la cooperacin internacional puede tener en lapromocin de la relacin entre cultura y desarrollo:

    Art. 12. La promocin de la cooperacin internacional.Art. 13. La integracin de la cultura en el desarrollo sos-tenible.Art. 14. La cooperacin para el desarrollo.Art. 15. Las modalidades de colaboracin.Art. 16. El trato pre erente a los pases en desarrollo.

    Art. 17. La cooperacin internacional en situaciones de

    grave peligro para las expresiones culturales.Art. 18. El Fondo Internacional para la Diversidad Cul-tural.

    A su vez, dota de un amplio trabajo de de nicin, al clari caralgunos conceptos, entre los que apuntamos:

    Cooperacin internacional: todo tipo de actividades rea-lizadas conjunta y coordinadamente con el objetivo dela promocin de la diversidad cultural por dos o ms Es-tados soberanos y por organizaciones internacionales yotros actores. La cooperacin cultural internacional apa-rece concebida como instrumento general utilizable por

    cualquier pas.Cooperacin para el desarrollo: aparece vinculada a de-terminados valores: la sustentabilidad, la reduccin de lapobreza y los Objetivos del Milenio.Cooperacin en situaciones especiales de riesgo para lasexpresiones culturales: obligaciones de asistencia mutua.

    En su anlisis de la Convencin, Prieto de Pedro y Martinellsealan tres ideas- uerza:

    27Convencin sobre la Proteccin y la promocin de la diversidad de las expresiones culturales: http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001508/150824s.2810 cls pour la Convention sur la protection et la promotion de la diversit des expressions culturelles,UNESCO.

    29UNESCO,bidem.30Este apartado contiene numerosas ideas y aportes del trabajo de Prieto de Pedro y Martinell en Carb Ribugent, Gemma (coordinadora);La cultura, estrategia de

    cooperacin al desarrollo,Documenta Universitaria, Girona, 2008.

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    La primera idea- uerza es la a rmacin de la diversidadcultural como patrimonio comn de la humanidad;diversidad como una caracterstica esencial de la hu-manidad. La diversidad cultural deja de ser concebida

    como un asunto interno y exclusivo de los estados ode los grupos y comunidades, para ser a rmada comoalgo de inter s de la humanidad entera. Se hace unconcepto universal y se mani esta como un bien pbli-co mundial generador de derechos y obligaciones queataen a toda la comunidad humana.Segunda idea- uerza: se sita en la estrecha vinculacinentre diversidad cultural y los valores democrticos y losderechos undamentales. (Ver artculo 2 y Prembulo).Tercera idea- uerza: principio de igual dignidad y respetode todas las culturas (sus antecedentes se sitan en laDeclaracin de UNESCO de 1966, ya tratada en este tra-

    bajo). Siendo los pases desiguales desde el punto de vistasocioeconmico, sin embargo, la cooperacin cultural, seconvierte en un actor de equilibrio y acilitacin de lasrelaciones entre los pueblos, sealando la enorme ventajacomparativa de la cooperacin cultural en este aspecto.

    Por ltimo, no podemos olvidar la importancia undamen-tal de la dimensin cultural y la diversidad cultural y su valorestrat gico para el desarrollo que en atiza la Convencin endiversos puntos de su articulado, al de nirla como condicinesencial para el desarrollo sostenible (Art. 2); o al a rmar desdesu Prembulo que la cultura como elemento estrat gico a laspolticas de desarrollo nacionales e internacionales (Prembulo)

    y la cultura como uno de los motores del desarrollo sosteniblede las comunidades, los pueblos y las naciones (Prembulo).

    8) OTROS HITOS E INSTRUMENTOS DE UNESCO.

    Adems de las con erencias, publicaciones y normativasinternacionales anteriormente expuestas, UNESCO emplea yconvoca numerosas instancias para seguir promocionando lapro undizacin del binomio cultura y desarrollo. A continuacin,simplemente sealaremos algunas de las acciones ms destaca-das en los ltimos aos:

    Ao Internacional de los Idiomas -2008: Bajo el lema Los idio-

    mas cuentan, el Ao Internacional de los Idiomas seal que: Le- jos de constituir un mbito reservado al anlisis de los expertos, laslenguas son la m dula de toda vida social, econmica y cultural.Ao Internacional del Acercamiento de las Culturas- 2010: En 2010 se celebra este ao que tiene como suprincipal meta poner de relieve los e ectos bene ciosos dela diversidad cultural, reconociendo la importancia de lospr stamos, trans erencias e intercambios entre culturas gra-cias a un dialogo implcito o explcito.

    In orme Invertir en la diversidad cultural y el dilogo

    intercultural, 2009.31 UNESCO present en octubre de2009 este In orme Mundial, que aspira a convertirse en unelemento de re erencia en el mbito de la diversidad cultu-ral. Reducida con demasiada recuencia a la mera protec-cin del patrimonio en peligro, la diversidad cultural no sloguarda una relacin ntima con el omento de las compe-tencias interculturales, la bsqueda de un antdoto contrael ensimismamiento identitario, la prospeccin de nuevas

    ormas de gobernanza y la promocin del ejercicio e ectivode los derechos humanos universalmente reconocidos, sinoque adems constituye un medio para reducir los desequili-

    brios en el comercio mundial de la creacin.Simposio Cultura y desarrollo: una respuesta a losdesa os del uturo? (Pars, 10 de octubre de 2009)32:UNESCO y AECID organizaron este Simposio con el objeti-vo de reactivar el debate intelectual sobre el componentecultura, como una de las nuevas claves para un desarrollosostenible y equitativo.Congreso La gestin del riesgo en el fnanciamientode la cultura (Pars, 16 y 17 de mayo de 2010):33 Comoparte de su compromiso con el estudio y la promocin de larelacin entre la cultura y el desarrollo, UNESCO organizarun simposio de dos das para analizar y a rontar la percep-

    cin del riesgo cuando se nancian los sectores culturales ycreativos de las economas en desarrollo. A pesar de que lacultura tiene un gran potencial para el desarrollo socio-eco-nmico y la reduccin de la pobreza, contina marginadaen los programas y polticas de desarrollo. Es ms, el sectorsu re de una alta de acceso a la nanciacin, especialmen-te en los pases en desarrollo, bajo la percepcin, muchasveces basada en alsas premisas, de que estas inversionesson ms propensas al riesgo.

    31In orme Mundial de la UNESCO. Invertir en la diversidad cultural y el dilogo intercultural, UNESCO, 2009. http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001847/1

    32Cultura y desarrollo: una respuesta a los desa os del uturo? (Pars, 10 de octubre de 2009) http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001876/187629s.pd33La gestin del riesgo en el fnanciamiento de la cultura (Pars, 16 y 17 de mayo de 2010) http://portal.unesco.org/culture/en/ev.php-URL_ID=40601&UR

    TOPIC&URL_SECTION=201.html

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    04. Otras agencias de Naciones Unidas

    Como a rmbamos, UNESCO ue la pionera en esta te-mtica, pero otras agencias del Sistema de Naciones Unidastambin se hicieron eco de esta cuestin. En 2004, el PNUD(Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) dedic suIn orme sobre Desarrollo Humano anual a La libertad culturalen el mundo diverso de hoy. Con la colaboracin de expertosinternacionales, este In orme dio as un paso ms, incluyendola libertad cultural en el marco del desarrollo. Comentaremostambin uno de los In ormes donde UNFPA ha tratado estacuestin.

    PNUD, 2004, INFORME DE DESARROLLO HUMANO, LALIBERTAD CULTURAL EN EL MUNDO DIVERSO DE HOY34

    Hacerle rente a la diversidad cultural es uno de losprincipales desa os de nuestro tiempo.IDH 2004, PNUD

    Desde el Pre acio, este In orme intenta romper con la ex-tendida idea de que las culturas pueden llegar a ser incluso

    un impedimento para el desarrollo de los pueblos y muestraelementos para incluir la perspectiva cultural en las polticasde desarrollo. Segn el documento, si el mundo desea lograrlos Objetivos de Desarrollo del Milenio y erradicar de nitiva-mente la pobreza, primero debe en rentar con xito el desa-

    o de construir sociedades inclusivas y diversas en trminosculturales; esto no slo es necesario para que los pases pue-dan dedicarse a otras prioridades, tales como el crecimientoeconmico y la prestacin de servicios de salud y educacinpara todos los ciudadanos, sino porque permitir la expresincultural plena de toda la gente es en s un importante objetivodel desarrollo.

    E ectivamente, el desarrollo humano, como ya hemos vis-to, se basa en ampliar las opciones de la gente, es decir, per-mitir que las personas elijan el tipo de vida que quieren llevar,pero tambin de brindarle tanto las herramientas como las

    oportunidades para que puedan tomar tal decisin. Sin pre-tender la sustitucin de las prioridades tradicionales, el PNUDomenta la inclusin de la libertad cultural en sus estrategias

    de desarrollo, en un intento de complementar y ortalecer lasprioridades bsicas. Muchos consideran que permitir el de-sarrollo de la diversidad puede ser bene cioso en teora, peroen la prctica podra debilitar al Estado, causar confictos yretardar el desarrollo.

    La libertad cultural constituye una parte undamental deldesarrollo humano puesto que, para vivir una vida plena, esimportante poder elegir la identidad propia -lo que uno es-sin perder el respeto por los dems o verse excluido de otras

    alternativas. La cuestin identitaria es, pues, una de las cues-tiones que este In orme trabaja de manera directa.Este In orme incide tambin sobre la cuestin de la rique-

    za cultural, al a rmar que la cara menos recordada del temadel desarrollo es que los pases en desarrollo suelen contar contradiciones culturales ms ricas y diversas que sus contrapar-tes ms desarrolladas del Norte.

    Seala que debemos alejarnos de la concepcin de quelas cuestiones culturales slo ataen a minoras o a Estadoscon numerosas y variadas identidades: el desa o de hacer-se cargo de la diversidad y respetar las identidades culturalesno es slo de algunos estados multitnicos pues casi ningn

    pas es completamente homogneo. Hoy todos los pases sonmulticulturales. Esta cuestin tambin es ms real con lasmigraciones internacionales, asunto que el PNUD trat poste-riormente en su In orme de 2009, en su In orme Superandobarreras: movilidad y desarrollo humano.

    El In orme se propone derrumbar mitos: las polticasque reconocen las identidades culturales y avorecen la di-versidad no originan ragmentacin, confictos, prcticasautoritarias ni reducen el ritmo del desarrollo. Estas ideasno siempre ueron acogidas con satis accin por toda lacomunidad internacional (no podemos olvidar cmo a me-nudo la cuestin identitaria se ha utilizado como motivo de

    conficto por la poltica internacional).El argumento central de este In orme es que las socieda-

    des deben acoger y no reprimir estas identidades mltiples ycomplementarias. El desa o que en rentan los legisladores delsiglo XXI es ampliar las opciones de la gente, de manera deque sta no tenga que renunciar a aspectos de su identidadpara acceder al completo espectro de oportunidades socialesy econmicas, as como pro undizando en la eliminacin de laexclusin cultural hacia minoras.

    As, rompe con tres mitos extendidos:Algunas culturas tienen mayores posibilidades de de-1.sarrollo que otras.

    34PNUD, 2004, In orme de Desarrollo Humano, La libertad cultural en el mundo diverso de hoy http://hdr.undp.org/en/media/hdr04_sp_complete1.pd

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    La diversidad cultural conduce inevitablemente a2.choques en torno a valores.La diversidad cultural es un obstculo para el de-3.

    sarrollo.Segn el PNUD, no existe una relacin clara entre culturay desarrollo. La idea de que la cultura de un grupo incide ensu desarrollo resulta muy atractiva a nivel intuitivo y permiteconvertir los estereotipos culturales en explicaciones del esta-do del mundo, rompiendo as con el determinismo culturaltan extendido entre algunos sectores.

    De la mano de Amartya Sen, uno de sus co-autores, setrabaja en el In orme la cuestin de las identidades mltiplescomplementarias: La identidad no es una dinmica excluyen-te. Para los individuos es importante tener sentido de identi-dad y pertenencia a un grupo en que se compartan valores y

    otros vnculos culturales. Pero cada individuo se puede iden-ti car con varios grupos distintos. Las personas poseen unaidentidad de ciudadana ( rancs), gnero (ser mujer), raza (seroriginario de rica Occidental), lengua (hablar con fuidez tai-lands, chino e ingls), poltica (tener tendencias de izquier-das) y religin (ser budista). Tambin es claro cuando a rma:La identidad no es una caja cuadrada de tamao jo.

    La identidad tambin tiene una dimensin opcional: den-tro de estas agrupaciones, los individuos pueden elegir quprioridad asignarle a una con respecto a otra dependiendode cambios, circunstancias, cuestin que tratar tambinla Declaracin de Derechos Culturales de Friburgo, as como

    la Experta Independiente de los Derechos Culturales del Con-sejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que luegoanalizaremos.

    En el intenso debate entre tradicin y desarrollo humano(tambin abordado actualmente en procesos de clari cacininternacional de los derechos culturales), el In orme sealaque la posicin extrema de conservar la tradicin a cualquier

    costo puede renar el desarrollo humano. Es mucho lo que sepuede rescatar de los valores y prcticas tradicionales y mucholo que est en consonancia con los valores universales en ma-teria de derechos humanos.

    DefnicionesPero, qu es la libertad cultural? Segn este In orme, la

    libertad cultural consiste en ampliar las opciones individuales yno en preservar valores ni prcticas como un n en s con unalealtad ciega hacia las tradiciones. La cultura no es conjuntoesttico de valores y prcticas: se recrea constantemente en lamedida en que las personas cuestionan, adaptan y rede nen

    sus valores y prcticas ante el cambio de la realidad y el inter-cambio de ideas.Por tanto, seala con n asis que no se debe con undir la

    libertad cultural ni el respeto por la diversidad con la de ensade la tradicin. La libertad cultural es que la gente pueda viviry ser aquello que escoge y contar, adems, con la posibilidadadecuada de optar tambin por otras alternativas.

    Este trabajo desestim tambin aquellas corrientes ideo-lgicas que a rman que los pases tnicamente diversos sonmenos capaces de desarrollarse, mani estando que no existenindicios de una relacin clara, positiva o negativa, entre diver-sidad cultural y desarrollo.

    La libertad cultural implica permitir a las personas la liber-tad de escoger sus identidades -y de llevar la vida que valoran-sin ser excluidas de otras alternativas que les son importantes(como las correspondientes a la educacin, la salud o las opor-tunidades de empleo).

    El in orme seala que para expandir las tan necesarias po-lticas multiculturales, los Estados deben reconocer las di e-rencias culturales en sus constituciones, leyes e instituciones.Adems, necesitan ormular polticas que garanticen que losgrupos mayoritarios o dominantes no ignorarn ni anularnlos intereses de grupos espec cos, sean stos minoras o bienmayoras histricamente marginadas.

    Respecto a las lenguas, el In orme a rma que la uentems recuente de exclusin generalizada incluso en democra-cias bien establecidas es la poltica monolinge. Reconoceruna lengua implica ms que su mera utilizacin. Simboliza elrespeto por las personas que la hablan, su cultura y su inclu-sin total en la sociedad.

    Trata tambin la cuestin de la globalizacin y la infuenciaque podra tener en el mbito cultural, sealando que puedeamenazar las identidades nacionales y locales. La solucin, se-gn este documento, no es regresar al conservacionismo ni alnacionalismo aislacionista, sino disear polticas multicultura-les que promuevan la diversidad y el pluralismo. Los Estados

    estn en condiciones de ormular polticas de reconocimientocultural a travs de medios que no son contradictorios conotros objetivos y estrategias de desarrollo humano.

    Foto: UNESCO V. Gudac

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    Libertad cultural y desarrollo humanoEste In orme se centra en la importancia de la libertad cul-

    tural y las prdidas personales y sociales que pueden ocurrir ensu ausencia. Este en oque ampliado de desarrollo, que incluye lalibertad cultural, no olvida los compromisos bsicos, pero reco-noce que la negacin de la libertad cultural puede generar pri-vaciones muy importantes y as empobrecer la vida de la gentee impedirle establecer conexiones culturales a las que podranaspirar.

    La libertad cultural es una dimensin importante de la li-

    bertad humana, pues resulta decisiva para que la gente viva deacuerdo con sus pre erencias y tenga la oportunidad de escogerentre las opciones a su disposicin. Promover la libertad culturaldebe ser un aspecto primordial del desarrollo humano y exigetranscender las oportunidades sociales, polticas y econmicas,que por s solas no garantizan la libertad cultural.

    El aspecto medular no es la importancia de la cultura tradi-cional, sino la relevancia trascendental de las libertades y opcio-nes culturales.

    En la relacin entre diversidad cultural y libertad cultural, elIn orme seala que si bien mantener en orma conservadora lavariedad de culturas que existe en este momento podra ser el

    modo ms simple de procurar diversidad cultural, eso podra re-mitirnos a una postura contraria a la libertad, segn la cual seexigira a la gente no abandonar su historia cultural ni optar porevolucionar sus expresiones culturales, mermando y limitando sulibertad cultural.

    Si bien es cierto que dar lugar a la diversidad en las prcticasculturales puede resultar muy importante, puesto que el ejerciciode la libertad cultural depende de esa diversidad, ello no equivalea de ender la diversidad cultural por su propio mrito. El en oquedel In orme es que considerar la diversidad cultural como algovalioso sin importar cmo se consigue sera un error grave.

    En de nitiva, segn el en oque del desarrollo humano la

    diversidad cultural no es un valor en s mismo, sino que radicaen su uerte conexin positiva con la libertad cultural. La di-versidad no es un n en s mismo. Es el resultado de las liberta-des de los seres humanos y de sus elecciones e implica, a la vez,la oportunidad de evaluar di erentes alternativas a la hora derealizar tales elecciones.

    UNFPA-ESTADO DE LA POBLACIN MUNDIAL 2008: MBITOS DE

    CONVERGENCIA: CULTURA, GNERO Y DERECHOS HUMANOS35

    En 2008, el UNFPA (Fondo de Poblacin de Naciones Uni-das) es contundente cuando seala en las primeras palabrasde su In orme del Estado de la Poblacin Mundial: La cul-tura es y ha sido siempre un aspecto central del desarrollo.Dado que se trata de un aspecto natural y undamental enlas vidas de los seres humanos, es preciso integrar la culturaen las polticas y los programas de desarrollo. Este In ormese centra, adems, en la cuestin de la vinculacin entre g-nero, cultura y desarrollo, con la transversalizacin del en o-que de derechos humanos.

    35UNFPA-Estado de la Poblacin Mundial 2008: mbitos de convergencia: cultura, gnero y derechos humanos: http://www.un pa.org/swp/2008/presskit/docs/sp-sw

    Foto: UNESCO P. Howard

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    05. Otros instrumentos

    Tras el anlisis de los documentos de Naciones Unidas mssigni cativos en cultura y desarrollo, queremos sealar a con-tinuacin algunos instrumentos de otros agentes de la coope-racin al desarrollo, que tambin pueden resultar de interspara el trabajo en esta materia. No podemos dejar de analizaren este sentido la Estrategia de Cultura y Desarrollo de AECID(Agencia Espaola de Cooperacin Internacional y Desarrollo),la Carta Cultural Iberoamericana y la Agenda 21 de la Cultura.

    Estrategia de Cultura y Desarrollo AECID36

    Adems de numerosas acciones, como el Fondo PNUD-Espaapara el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, quecontiene una Ventana Temtica espec ca en Cultura y Desa-rrollo37 -y que sirve tambin como elemento para visibilizar lanecesaria presencia de la cultura en los Objetivos de Desarrollodel Milenio-, la AECID (Agencia Espaola de Cooperacin In-ternacional al Desarrollo) present la Estrategia de Cultura yDesarrollo de la Cooperacin Espaola, que la propia Agenciaconsidera herencia de anteriores acciones de la cooperacinespaola, pero que, a su vez, es un documento que sistematizay da coherencia a las diversas acciones promovidas dentro de la

    cooperacin cultural.Si atendemos a su Marco terico, podemos sealar varios

    puntos de inters, como la cuestin de la cultura a que seaccede y la cultura que se tiene, identi cando ya la idea deque la cultura no es algo inmvil, ni tampoco algo ya dado,ya presente en las comunidades e inmutable. Otra cuestininteresante de esta Estrategia es la importancia que le da alEn oque en Derechos, al sealar la necesidad de pro undizaren el desarrollo de los derechos humanos que inciden en lavida cultural.

    Esta Estrategia reconoce el papel que los organismos inter-

    nacionales como UNESCO y PNUD han tenido en la promocinde la perspectiva cultural en el desarrollo, pero admite el cami-no que an resta por recorrer: para acilitar la integracin dela dimensin cultural en las acciones de cooperacin sea-

    la que se debern realizar diversas acciones, algunas de ellas,como podr observar el lector, ya presentes en otros autores yorganismos que hemos analizado en este trabajo. Estos puntosson eminentemente prcticos, en ocados, sobre todo, a la pro-pia accin de la cooperacin cultural:

    Realizar diagnsticos precisos sobre las realidades cul-turales ( ases de identi cacin, diseo y ormulacin).Introducir indicadores de impacto cultural.Analizar la aportacin de la cultura a los distintos pro-yectos y programas de cooperacin al desarrollo, ensus dimensiones intangibles o simblicas (vida polti-ca, cohesin social, identidad) como en los sectores

    ms tangibles (empleo, economa, turismo).Propiciar el respeto y la integracin de las lenguas ymani estaciones culturales minoritarias.Integrar el concepto de diversidad cultural.Evitar posiciones de ensivas y excluyentes no respe-tuosas con los derechos humanos.

    Para este trabajo, se identi caron 7 lneas estratgicas, queresumimos a continuacin:1. Formacin de capital humano para la gestin cultural conn asis en proyectos de cultura y desarrollo:

    Basndose en la situacin actual que adolece de una claraalta de agentes capacitados en esta materia, se propone

    acilitar procesos ormativos en cultura y desarrollo.2. Dimensin poltica de la cultura en su contribucin al desarrollo:Valorar los di erentes aportes que las polticas culturalespueden realizar para contribuir a la mejora de la gober-nanza y a la cohesin social.

    3. Dimensin econmica de la cultura en su contribucin aldesarrollo:

    Pretende potenciar el aporte de la cultura al crecimiento eco-nmico mediante el omento, la creacin y produccin deempresas, industrias e instituciones culturales y creativas.

    4. Relacin y complementariedad entre Educacin y Cultura:Re orzar las estructuras y contenidos culturales en los

    procesos de educacin bsica y de al abetizacin, bus-cando una mejor comprensin y participacin en los e-nmenos culturales.

    5. Gestin sostenible del Patrimonio Cultural para el Desarrollo:Siendo una de las pautas clsicas de la AECID la inter-vencin en la restauracin y proteccin del patrimoniocultural, la Estrategia da un paso ms, al incluir espec -camente el patrimonio inmaterial y al dotar a esta lneade un carcter multisectorial. Seala, adems, la impor-tancia de actuacin en casos de conficto o de catstro-

    es naturales.

    36Estrategia de Cultura y Desarrollo de la Cooperacin Espaola http://www.aecid.es/export/sites/de ault/web/galerias/cooperacion/Cultural/descargas/Estrategia_37http://www.mdg und.org/es/content/cultureanddevelopment

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    6. Relaciones entre Comunicacin y Cultura con impacto en eldesarrollo:

    Potenciar procesos autnomos propios en el mbitocomunicativo, adaptados a cada realidad regional, as

    como trabajar en la ormacin de pblicos y en el accesoa los medios.7. Impulso a los procesos de reconocimiento de los DerechosCulturales:

    La Estrategia habla claramente an de reconocimientoy no de implementacin, por lo que deducimos que laAgencia destaca el camino an por recorrer en la clari -cacin de los derechos culturales a escala internacional.Seala la necesidad de potenciar los estudios en los di-

    erentes aspectos de la legislacin cultural y en temasrelativos a la participacin en la vida cultural.

    Vemos, por tanto, que la Estrategia de Cultura y Desarrollo

    de la Cooperacin Espaola, contempla tambin aspectos yaanalizados por otras agencias y autores, como son la vincula-cin de la cultura con la educacin, la relacin entre cultura yderechos humanos o la dimensin poltica de la cultura.

    Esta Estrategia es innovadora en el panorama de la coope-racin al desarrollo en Espaa, incluso en Europa, al sintetizary pro undizar el trabajo en cultura y desarrollo. Consideramos,a su vez, que puede servir de instrumento para otras institu-ciones locales, as como organizaciones de la sociedad civil, enel es uerzo por implementar la inclusin de la cultura en losprocesos de desarrollo y de cooperacin internacional.

    Carta Cultural Iberoamericana38

    En 2007 se adopt la Carta Cultural Iberoamericana, en la XCon erencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, con elobjetivo de desarrollar la diversidad interior de cada pas, ascomo coordinar acciones de cooperacin cultural entre los pa-ses rmantes. Se considera que la Carta es una herramientaheredera de la Convencin de la UNESCO sobre la Diversidadde las Expresiones Culturales39 y, adems de servir para rea r-mar la cultura y su diversidad como elemento de base para lacohesin social, se identi ca en este documento la importanciade la proteccin de los derechos culturales y de la participacinen la vida cultural.

    Agenda 21 de la cultura 40

    La Agenda 21 de la cultura, aprobada en 2004, se conside-ra el primer documento, con vocacin mundial, que apuestapor establecer las bases de un compromiso de las ciudades ylos gobiernos locales para el desarrollo cultural. Este instru-mento nace de la accin conjunta de instituciones locales parala implementacin de polticas en materia de estrategia culturallocal, de derechos y responsabilidades culturales o de la evalua-cin del impacto cultural, entre otros. Actualmente ms de 300

    ciudades se han adherido a la Agenda 21 de la cultura.Cuenta con 67 artculos, que responden a los siguientes

    mbitos temticos: Cultura y derechos humanos; Cultura y go-bernanza; Cultura, sostenibilidad y territorio; y Cultura e inclu-

    sin social. La Agenda guarda por tanto relacin con los mbi-tos identi cados a nivel internacional por otros organismos, ycolabora en la implementacin local de estas acciones.

    06. Derechos culturalesEn este es uerzo por buscar la relacin entre la cultura y

    desarrollo, debemos tambin reconocer el proceso que actual-mente estn viviendo los derechos culturales, al coincidir a lo

    largo de 2009 varias instancias relevantes a nivel internacional-descritas a continuacin-, que nos hacen pensar en un proce-so avanzado de clari cacin de los derechos culturales y de sucontenido, paso indispensable para hablar a continuacin de lae ectiva implementacin de los mismos.

    El En oque en Derechos es una perspectiva cada vez msintegrada en las acciones de desarrollo, por lo que atendiendoa esta lgica, consideramos que la clari cacin internacionaldel contenido de los derechos culturales puede ser tambinun actor de relevancia en la inclusin de la perspectiva cul-tural con En oque en Derechos dentro de la cooperacin aldesarrollo.

    La relacin entre los derechos culturales y el desarrollo hasido tambin abordada por di erentes expertos, como podemosapreciar en las siguientes palabras de Gonzalo Carmbula: larealidad sigue presentando los sntomas de una desigualdadsevera en el acceso a los derechos culturales; es notorio que nose han podido resolver las situaciones ms acuciantes donde lamarginalidad y los desequilibrios impiden el desarrollo culturalde muchas comunidades y amenazan con daar gravemente ladiversidad del ecosistema cultural41.

    Retomando la Declaracin sobre la Diversidad Cultural dela UNESCO, en dicho documento ya se identi c la necesidadde vincular derechos humanos y diversidad cultural, a rmando

    que nadie puede invocar la diversidad cultural para vulnerarlos derechos humanos garantizados por el derecho internacio-nal, ni para limitar su alcance. Entre otros, el Plan Directorde Cooperacin del Gobierno Vasco incluye tambin esta ideaal a rmar que la dimensin cultural debe tener en cuenta lade ensa de la identidad cultural, pero siempre dentro del marcode los derechos humanos.

    Ligados a esta idea, encontramos los derechos culturales,sealados en la Declaracin Universal de los Derechos Huma-nos de Naciones Unidas de 1948 -Artculo 27: Toda persona

    38Carta Cultural Iberoamericana, http://www.oei.es/cultura/carta_cultural_iberoamericana.htm

    39Ver ponencia de Prieto de Pedro, Jess, en Presente y Futuro de los Derechos Culturales, UNESCO Etxea, Bilbao, 2010.40Agenda 21 de la Cultura, www.agenda21culture.net41Carb Ribugent, Gemma (coordinadora);La cultura, estrategia de cooperacin al desarrollo,Documenta Universitaria, Girona, 2008.

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    tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de lacomunidad, a gozar de las artes, y a participar en el progresocient co y en los bene cios que de l resulten-, y dentro delPacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Cultu-rales de 1966 de Naciones Unidas, en su Artculo 15, especial-mente en el 15.1.a: derecho de toda persona a participar enla vida cultural.

    Una primera mirada a los trabajos de algunos de los ex-pertos ms representativos en el mbito de los derechos cul-turales, nos muestra la necesidad de clari cacin y concrecin

    de estos derechos para poder con posterioridad hablar de unaimplementacin real de los mismos. Entre otros destacamos losapelativos como el lanzado por Januzs Symonides, reconocidoautor polaco y ex Director de Derechos Humanos de UNESCO,que cali ca a los derechos culturales como una categoradescuidada de los derechos humanos42. El Grupo de Fribur-go (Suiza) a rmaba que los derechos culturales son una cate-gora subdesarrollada de los derechos humanos. Recordemosque este Grupo de expertos lanz en 2007 una Declaracinde Derechos Culturales43, que ue uno de los es uerzos msrepresentativos del trabajo de la sociedad civil en este caminohacia la clari cacin internacional de los derechos culturales.

    Junto a ellos, el experto espaol Prieto de Pedro, se re ere alos derechos culturales como el hijo prdigo de los derechoshumanos. El propio Presidente del Comit de Derechos Eco-nmicos, Sociales y Culturales, Jaime Marchn Romero, a rmque los derechos culturales su ren una desatencin44 dentrode la accin del Comit.

    Todas estas expresiones nos indican la situacin en la quese encuentran hoy estos derechos. Asimismo, no podemos ne-gar que, tal como la mayora de expertos coincide en sealar,uno de los problemas que arrastraran an hoy los derechos

    culturales es que a menudo se siguen viendo vinculados al tra-bajo en torno a derechos de las minoras tnicas y culturales.

    Derecho de la CulturaEn paralelo, el Derecho de la Cultura se va con ormando

    poco a poco como una disciplina concreta y especializadadentro de la rama del Derecho. Sin embargo, esta evoluciny la presencia de esta disciplina en los estudios de Derecho esan limitada, ya que la legislacin cultural no ha gozado has-ta el momento de un gran reconocimiento ni di usin, ni de

    pro usos estudios por parte de la Filoso a del Derecho, si locomparamos con otras ramas del Derecho, como pueden ser lamercantil, econmica, tributaria, penal, etc.

    Asimismo, la legislacin cultural se ha ido con ormandocomo una especie de mosaico que ha ido regulando, en primerlugar, mbitos concretos vinculados siempre a cuestiones depropiedad (propiedad intelectual y derechos de autor) y, porotro, promoviendo legislaciones y normativas culturales quemantenan an un concepto de la cultura elitista, ligado a lasbellas artes y la esttica. As, como Jess Prieto de Pedro men-ciona por medio de las tres columnas que sostienen el derechode la cultura, casi todas las legislaciones occidentales del siglo

    XIX contenan ya normas que a ectaban la regulacin del patri-monio cultural y de centros artsticos, como museos, archivos ybibliotecas. No olvidemos que estas legislaciones de patrimoniocultural, se basaban tambin en un concepto o aproximacinclsica o tradicional al patrimonio, esto es, contemplaban sloel patrimonio material y en especial el arquitectnico y monu-mental ( rente a ese patrimonio culto, estara el denominadocomo olclore, que contena las mani estaciones inmaterialesde las culturas y que no merecan el inters de los juristas). Porltimo, cabe destacar que, ya en el siglo XX, las legislaciones

    42Symonides, Janusz; Cultural Rights: new dimensions and challenges, O -Print, Thesaurus Acroasium, Vol. XXIX.43www.droitsculturels.org44Marchn Romero, Jaime, en Presente y Futuro de los Derechos Culturales, UNESCO Etxea, Bilbao, 2010.

    Foto: UNESCO R. Delongaro

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    incorporaron un nuevo aspecto a contemplar dentro del mbi-to cultural: las industrias culturales, vinculadas especialmente auna normativa que jaba su inter s en la proteccin y promocindel mbito econmico de estas industrias.

    No podemos olvidar tampoco la amplia legislacin que encon-tramos en di erentes legislaciones nacionales sobre la libertad deexpresin o la libertad de ctedra, vinculado a prensa, literaturao ejercicio de ctedra en la enseanza.

    Pero estas legislaciones son realmente representativas de unenmeno tan complejo como la cultura? Los procesos culturales,

    hoy asumidos como procesos en continua interaccin, cambio ytrans ormacin, estn realmente protegidos por estas legislacio-nes? O se trata ms bien de legislaciones parciales que siguen

    jando su inter s en un concepto de la cultura vinculado a laselites polticas y econmicas? La proteccin del derecho de ex-presin es su ciente garanta para a rmar que est protegido el

    derecho a participar en la vida cultural? Cmo quedan refejadoslos derechos culturales de las comunidades culturales minoritariasdentro de los Estados?E ectivamente, las legislaciones no cuentan con una visin integralde la cultura. El hecho de que hasta la Constitucin de M xico de1917 ningn texto constitucional recogiera la palabra cultura estambi n signi cativo del desarrollo que la legislacin cultural hapodido tener. Se puede a rmar, tal como hace Prieto de Pedro45,que la creciente presencia de la palabra cultura en las ltimas cons-tituciones no es una moda l xica ni resultado del azar, sino queresponde a causas pro undas de la evolucin de la relacin entrecultura y derecho, y que se tratara del refejo de la asuncin por

    parte del derecho del concepto cada vez ms abarcador de culturaque tienen hoy en da otras ciencias como la antropologa.

    Clarifcacin internacional actualSi, tal como sealbamos antes, el propio concepto de cultura

    provoca tantos debates, las di cultades de de nicin y concre-cin se agudizan si hablamos de derechos culturales. As, no esde extraar el desarrollo tan limitado de su concepcin terica.En este marco, queremos destacar la labor del Grupo de Friburgo,quienes realizaron en 2007 la ya mencionada Declaracin sobreDerechos Culturales de Friburgo, que marc un punto de infexinen la di usin de la necesidad de abordar esta cuestin en la es era

    internacional.Esta Declaracin seala que la diversidad cultural no puede

    protegerse sin una puesta prctica e caz de los derechos cultu-rales. La Declaracin ue un importante reto de la sociedad civily constituye el ms importante ejemplo de codi cacin privada yclari cacin internacional del contenido y alcance de los derechosculturales. En la misma se rea rma que stos orman parte de losderechos humanos y que, por tanto, no cabe la posibilidad de caeren el relativismo cultural. En su articulado encontramos numerosasre erencias a di erentes elementos del binomio cultura y desarro-

    llo: cultura, identidad cultural, patrimonio, comunidad cultural,libertad cultural, educacin y ormacin, cooperacin cultural, go-bernanza democrtica, economa, responsabilidad de los actorespblicos y de las organizaciones internacionales, etc.

    Frente a la situacin de subdesarrollo o marginalizacin de losderechos culturales, nos encontramos hoy en una situacin crucialpara el uturo de los derechos culturales. A 60 aos de la aproba-cin de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos y a 40aos de rati cado el Pacto Internacional de Derechos Econmicos,Sociales y Culturales, contamos actualmente con dos procesos enel seno de Naciones Unidas que puedan quiz generar un signi-

    cativo paso en la concrecin del contenido de estos derechos,paso previo necesario para su dis rute.

    Observacin General sobre derecho a participar en la vidacultural46

    El primero de ellos es la recentsima aprobacin, el 19 de no-viembre de 2009 en Ginebra, de la Observacin General nmero21, re erente al Art. 15.1a. del Pacto Internacional de DerechosEconmicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, que ha-bla del Derecho de toda persona a Participar en la Vida Cultural.Este documento pretende aterrizar el signi cado de ese artculo.Esta Observacin dota a los gobiernos y administraciones de indi-caciones sobre qu contempla ese derecho, como elemento quecolaborara a la comprensin e implementacin del Pacto en laslegislaciones nacionales.

    Esta herramienta, pese a no ser jurdicamente vinculante, esuna interpretacin autorizada por parte de la institucin desig-

    nada para ello en el Pacto, y ha tenido en otros casos (como eldel derecho humano al agua) un peso signi cativo en la clari ca-cin internacional del contenido de ciertos derechos de ms di cilcomprensin. Aunque debido a su recentsima aprobacin an nopodamos saber cul ser el alcance de este texto, la existencia deesta Observacin, de 20 pginas, redactada en consulta con di e-rentes expertos y sociedad civil, adems de los propios miembrosdel Comit DESC, podr quiz generar procesos de concrecininteresantes en materia de derechos culturales; podemos sealarla idea del propio Relator de la Observacin, el Sr. Jaime MarchnRomero, actual Presidente del Comit DESC de Naciones Unidas,quien a rma que con la aprobacin de la Observacin no termi-

    na la tarea sino que quiz invita a un trabajo mucho ms largo47.No podemos, sin embargo, dejar de sealar el hecho de que, sibien antes haba recibido atencin por parte del Comit , no eshasta ahora que se ha podido llegar a consenso en la cuestincultural dentro del Pacto.

    La Observacin General cuenta con ciertos aspectos que soninteresantes, y que pueden ser de relevancia para el trabajo encooperacin internacional. Por un lado, la Observacin pone unimportante es uerzo en la de nicin de las palabras que con or-man el enunciado del derecho, a saber: toda persona, participar

    45Prieto de Pedro