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1 EL DISCIPULADO EVANGELICO Por Moisés Chávez

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EL DISCIPULADO EVANGELICO

Por Moisés Chávez

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MOCOSOS EN MISION (Historia Corta)

Una de esas noches cuando el Dr. Terrazos y yo íbamos al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez para recibir a nuestros profesores procedentes de Los Angeles para sus clases en nuestra flamante California Biblical University of Peru (CBUP), me detuve a curiosear ante un stand y vi una artesanía de cerámica que me robó el corazón. Era una representación tridimensional de la Ultima Cena. A la mesa, en el centro, estaba Jesús, y a sus costados estaban acomodados sus discípulos, cargamontón, seis a cada lado, Judas incluido. Estaba hecha en el inconfundible estilo caricaturizado de los ceramistas de Huanta, Ayacucho.

La escena se inspira en el mural de Leonardo Da Vinci: Están sentados a la mesa, no recostados en tricliniums o divanes romanos, como celebraban sus banquetes en ese tiempo los hombres de la aristocracia judía, y como refiere el Evangelio de Juan. Si te fijas bien, todos los discípulos son unos mocosos, con excepción de Pedro Picapiedra que luce medio teclo. Y todos, a las ganadas, echan mano al pan. El único que guarda la compostura y da gracias con la mirada hacia el cielo, es Jesús.

* * * Me gustó mucho la artesanía, pero no tenía los 25 dólares que costaba. Claro que la podía conseguir en algún otro lugar por la mitad o menos. Pero, ¿dónde? Además, no sería igual, porque cada pieza es única, hecha a mano. O la adquiría antes de que algún turista se la llevase, o me quedaría con los crespos hechos. Entonces se me prendió el foquito y pensé que sería excelente para ilustrar la cubierta de un manual de Discipulado que en ese momento se me ocurrió escribir para la CBUP. Y después, podría revenderla en Estados Unidos por 250 verdes o más, por ser hecha a mano. Así es el precio de la historia, tú sabes. . . Le pedí una rebajita al dueño del stand: Yo no soy turista. No tengo dinero conmigo, pero vuelvo si me lo das en 20 verdes. Se rascó la cabeza y dijo que sí. Aparecí al día siguiente y le dije: Aquí están los 20 dólares. Son 25 dólares. Quedamos en 20; esto es lo que tengo. De mala gana me la dio, y desde entonces forma parte del Museo de la Biblia del CEBCAR.

* * *

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En el preciso momento en que acabo de contar esta historia en el Aula Magna de la CBUP, se despierta Salomón Grados Román y pregunta: ¿Dijo usted que los discípulos de Jesús eran unos mocosos? Al menos uno de ellos, Juan, era un quinceañero, pero ya se había casado. Un documento del año 200 llamado Prefacio Latino, identifica al novio de las Bodas de Caná de Galilea con Juan hijo de Zebedeo y de Shlomít (Salomé). Y como Shlomít era hermana de Miriam, madre de Jesús, resulta que Juan y Jesús eran primos hermanos, ¿la manyas? ¿Y la novia? Esta bien, gracias. ¿Cómo se llamaba, pe, doctor? Por alguna razón, Juan no lo dice, a pesar de que en toda boda lo principal es la novia. Tú sabes. . . No hay novia fea, doctor. . . Pero puedes estar seguro de que Juan cargaba con la mocosa a cuestas, porque a diferencia de todos los círculos rabínicos en Israel, en el de Jesús estaban permitidas las mujeres, como ocurre en el círculo rabínico del Dr. Luis Alberto Romay, mundialmente conocido como la ECAMM, la Escuela de Capacitación Misionera Mundial.

A propósito, permítanme hablarles de esos mocosos.

* * * En una conferencia magistral llevada a cabo en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el Rector de la ECAMM dijo con visible preocupación: “He de hablarles de la triste situación que atraviesa la Iglesia Evangélica. Las estadísticas del movimiento de Iglecrecimiento dicen que crece, pero eso no es verdad. El apóstol Juan Yalico señala que “en lugar de crecer, engorda, por culpa de la celulitis y del maldito colesterol espiritual”. Suspiró hondo y añadió: “Según algunos analistas, la Iglesia Evangélica, podría desaparecer en los próximos cincuenta años, o llegar a ser tan diferente de su matriz reformada, que habrá dejado de ser evangélica.” Y prosiguió: “Uno de los factores que más contribuye a su desintegración es el moderno Movimiento Apostólico promovido por un grupo de publicanos y pecadores que han formado “el Club Apostólico” en Estados Unidos y en el Brasil. Un mocoso de la ECAMM interrumpió: ¿No será ese el club del autor del libro, Transición de lo pastoral a lo apostólico?

* * * El Rector continuó: Los del Club Apostólico se han propuesto eliminar a los pastores de sus respectivas iglesias mediante una estratagema que utiliza a los mismos pastores para contribuir a su propia eliminación. ¡Genial! Esta estratagema consiste en declarar a sus propias iglesias, “apostólicas”, de la misma manera en que los yijadistas islámicos toman poder del territorio de un país tras declararlo “estado islámico”, para proseguir a decapitar a diestra y siniestra.

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En el caso de las iglesias declaradas “apostólicas”, sea cual sea su vinculación denominacional en lo doctrinal y en lo administrativo, tales iglesias son hechas dependientes de los auto-denominados “apóstoles” del Club Apostólico de Estados Unidos o del Brasil, los mismos que derivan ingentes ingresos de las iglesias que caen en su red. ¿Con qué derecho? interrumpió, recontra asada Abigail, una mocosa de la ECAMM.

* * * El Rector respondió: Los del Club Apostólico se consideran herederos de Los Doce y preconizan haber reactivado su magia gerencial que garantiza un crecimiento eclesial explosivo y, en consecuencia, la acumulación de riqueza material que pasaría a engordar los bolsillos de los neo-apóstoles locales. ¡Con razón les tienta el corazón a los hijos de la codicia! Y añadió: A aquellos que no son nada, ¿cómo no les va a hinchar el alma el pasar, al estilo bandangán, de la nada a ser businessmen que reparten sus business-cards diseñadas por los del Club Apostólico, donde su nuevo status gerencial-apostólico queda automáticamente refrendado por “Mateo 10:1-4”?

* * *

El Rector prosiguió: A continuación mi exposición se centra en la exégesis de Mateo 10:1-4, que ha

llegado a ser el mantra de los neo-apóstoles. En realidad este pasaje empieza en Mateo 9:35-38, que dice:

Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas,

predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo: “A la verdad, la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”

* * * El Rector les dice: De estas palabras aprendemos que en la raíz de la Misión está la compasión por las

multitudes acosadas y desamparadas porque ya no tienen pastor, sino neo-apóstoles. Pues paradójicamente, la estrategia de los del Club Apostólico no es darles pastores, sino eliminar a los pastores que aún quedan, para instalar en su lugar a los neo-apóstoles cuyo objetivo es explotar económicamente a nuestros pobres hermanos en la fe.

Y de nuevo intervino ese mocoso de la ECAMM: ¿En eso consiste la “transición de lo pastoral a lo apostólico”? Y el Rector le respondió:

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Así es, y uno de los miembros del Club Apostólico, John Eckhardt escribió su libro con ese título, Liderazgo: Transcisión de lo pastoral a lo apostólico, publicado por Ministerio Crusaders, Chicago, Illinois, y Jhire Grafel S.R.L, Lima, 2000.

* * * Ingresando al ámbito de la exégesis, el Rector les dice: Observen bien las palabras de Jesús: “A la verdad, la mies es mucha, pero los

obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” Estas palabras implican una oración que Jesús mismo eleva al Señor de la mies a

favor de las multitudes desamparadas y acosadas por los romanos, y en la actualidad por los hombres fuertes del Movimiento Apostólico: Peter Wagner, John Eckhardt y otros publicanos y pecadores a quienes de hecho hay que atar.

Y de entre sus discípulos presentes que escuchaban sus palabras, doce elevaron al Señor de la mies la misma oración de Jesús.

* * * Recién cuando vemos que doce discípulos se identificaron con esta oración al Señor

de la mies, podemos interpretar correctamente Mateo 10:1-4, que empieza diciendo: Entonces llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus

inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Observen que les manda tareas relativamente facilongas, como echar fuera

demonios y resucitar muertos. No les manda hacer su debut en medio de los sabios de Jerusalem, porque ningún milagro de Dios es capaz de producir erudición ex nihilo.

* * *

Los aplausos de los mocosos de la ECAMM no se hicieron esperar. Pero no faltó un chistoso que intentó echar a perder el momentum, y dijo, fuera de corral:

¡Dios sí puede hacer hablar a una burra, doc! Y el Rector le respondió: Sí, George Frankenstein, pero no puede hacerla chatear es decir, digitar en su

laptop. El Rector prosiguió: Luego, Mateo los señala por nombre: “Los nombres de los doce apóstoles son

éstos.” Y el apóstol George Frankenstein dio un salto y dijo: ¡Aytá! ¡Los llama “apóstoles”! ¿Sí o sí? ¡Guau! Y le respondió: Justamente, de esta palabrita tengo la intención de hablarles, porque de esta

palabrita se agarran los del Club Apostólico para subirse por encima de las cabezas de los

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pastores latinoamericanos, sin tener compasión de las multitudes a las cuales privan de la atención pastoral.

Interviene el Dr. Luis Alberto Romay, Director Académico de la ECAMM: Así nomás, en la superficie, parecería que ni bien los llama para ser sus

“discípulos”, terminan por graduarse de “apóstoles”, ipso facto, bandangán, sin estudiar, en el más pulcro estilo del apóstol George Frankenstein, aquí presente. . .

* * * El Rector les explica: Los del Club Apostólico no atinan a darse cuenta que la palabra “apóstoles” es un

calco lingüístico del griego apostóli, que significa “enviados”, como lo corrobora la Biblia Peshitta en arameo, que en este texto tiene shelíje, “enviados”.

Ahora bien, la palabra “enviados” tiene su antecedente en la oración del Señor en Mateo 9:38: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Y su consecuente está en Mateo 10:5: “A estos doce los envió Jesús dándoles instrucciones.”

El Dr. Romay enfatizó: Hay que observar que no los envió así nomás, al estilo “qué me importa”. El les

envió después de haberles dado la instrucción de rigor en la ECAMM. El Rector recalcó: Y de allí mismo deriva el concepto de “Mocosos en Misión”. Del verbo “enviar”,

en latín, derivan la palabra “Misión”, y el término técnico Missio Dei de la Misionología. Los aplausos de los mocosos de la ECAMM no se hicieron esperar, porque ellos

también son, modestia aparte, ¡mocosos en misión!

* * * El Rector prosigue a explicarles: Los del Club Apostólico tampoco se dan cuenta de que hay secuencia conceptual

entre la analogía de “las ovejas” en Mateo 9:36, donde Jesús describe la situación socio-político-económica de Israel bajo el Imperio Romano y la primera instrucción que da a sus enviados en Mateo 10:5, 6.

Mateo 9:36 dice: “Cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor.”

Y Mateo 10:5, 6 dice: “No vayáis por los caminos de los gentiles, ni entréis en las ciudades de los samaritanos. Pero id, más bien, a las ovejas perdidas de la casa de Israel.”

El apóstol George Frankenstein exclama, un tanto achorado: ¿Por qué sólo les envía a las ovejas perdidas de la casa de Israel?

Y le responde: ¡Paciencia, George! Más adelante también los enviará a todas las ovejas y a todos los burros del mundo, incluidos Platero y yo.1

1 Alusión a la obra de Juan Ramón Jiménez, Platero y yo.

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* * * Un detalle que no está debidamente esclarecido es si el Señor les envió tras darles instrucciones, o si les envió después formando parte de un grupo más grande y mejor entrenado. Mateo parece indicar que no los envió al toque. Primero ellos necesitaban saber qué cosa es el Reino de los Cielos, si iban a anunciar su llegada. Y necesitaban aprender a controlarse un poco, como para no agarrar a patadas a los samaritanos, o confrontarse innecesariamente con los romanos y otros gentiles que se cruzaran en su camino. Lucas no habla de la misión de los Doce, sino de los Setenta, y refiere que volvieron super contentos y chinos de risa, y asombrados de su astucia. Lucas 10:17 describe su regocijo: “Los setenta muchachos de la ECAMM volvieron con gozo diciendo: ‘¡Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre! ¡Guau!’ ” Y Lucas 10:21 enfatiza el regocijo de Jesús: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: ‘Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la Tierra porque has escondido estas cosas de los del Club Apostólico y las has revelado a los mocosos de la ECAMM. Sí, Padre, porque así te agradó.’ ”

* * * En el Evangelio de Mateo estas palabras de Jesús aparecen seguidas de la siguiente convocatoria: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” En Mateo estas palabras aparecen en otro contexto, y no en el capítulo 10 sino en el capítulo 11:21-26. Y a las mismas les siguen las palabras de Mateo 11:28-30, que aunque no aparecen en el texto paralelo de Lucas, sin duda tienen que ver con la misión de los Setenta. Observa que les dice “aprended de mí”; aprender a ser manso y humilde de corazón toma mucho tiempo. Pero doc, estas palabras son a menudo usadas en la evangelización. . . Pero originalmente se refieren a los discípulos que fueron enviados en misión y volvieron llenos de gozo, pero también agotados y maltrechos, porque esta labor desgasta. Como solía decir el apóstol Topo Gigio: “¡Y me lo vas a decir a mí!”

* * * Y he aquí que en medio de los aplausos de los de la ECAMM, el Rector terminó diciendo: “Si hay algún apóstol presente aquí en esta noche, yo lo emplazo a que se ponga de pie y me desmienta en mi propia cara. He dicho.” Y el George Frankenstein se puso de pie y salió del recinto con el rabo entre las piernas. ¿Y quién diablos es ese George? Es un mocoso fundamentalista, cucufato y mentecato a cual más, uno que nunca cambia. Pero es simpático el shilico. . .

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COMO ERAN ESOS MOCOSOS Los discípulos de Jesús eran jóvenes adolescentes, como los Benéi Akiva, como los discípulos de Rabi Shlómo Karlibach, el rabi cantante a quienes siguen miles de adolescentes, especialmente chicas que cantan sus lindas canciones cuya letra deriva de la Toráh. Este fenómeno actual nos ayuda a captar ciertos aspectos del diario quehacer del círculo rabínico de Jesús, en el cual no puede haber estado ausente la música, inclusive la danza, entre otras señales de la alegría que hay de por medio en el entorno del estudio de la Toráh. Sirva de ilustración la hermosa canción compuesta por Rabi Shlomoh Karlibach, cuya letra dice:

Ve-yajéd libéinu be-Toratéja,

ve-dabéq libéinu be-mitsvotéija,

ve-yájed levavéinu le-ahavah u-l-irá

et Shemeja.

Le-máan lo nebósh ve-lo neqashel, ve-lo nitkalém le-olám va-éd.

Y unifica nuestros corazones

con tu Toráh, y pega nuestros corazones

a tus mandamientos. Y une nuestros corazones

para amar y temer tu Nombre.

Así no seremos avergonzados ni fracasaremos,

ni seremos exterminados por siempre jamás.

Pero no es la oración, no es la música, no es el baile. Es el estudio de la Toráh lo que caracteriza al discipulado bíblico. Los discípulos formados con este tipo de discipulado fueron los que conquistaron el ikuméni, el mundo civilizado, antes de que terminara el Primer Siglo. Cualquier otro tipo de discipulado será, como dice el Rabi Amiqam Tavor, masturbatsia rujanít (masturbación espiritual).

* * *

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Juan era evidentemente el más tierno de los discípulos de Jesús, de la misma edad que otro discípulo llamado Jacob el Menor (Santiago el Menor), que es llamado “el Menor” para diferenciarlo de Jacob (Santiago), hermano de Juan, que era mayor que él y que Juan. Pero Jacob, el hermano de Juan, no habría sido mayor por muchos años, y tanto Jacob el Menor como Juan habrían tenido la misma edad. Eran unos mocosos adolescentes. A propósito, según algunos documentos del Siglo Segundo, las bodas de Caná de Galilea habrían sido las bodas de Juan. Al respecto, sírvase examinar las separatas académicas respecto del Evangelio de Juan. En cuanto a los demás, es muy probable que todos eran una tira de mocosos, con excepción de Pedro Picapiedra, que sin ser tan teclo que digamos, como los “jóvenes” de nuestras iglesias evangélicas, habría sido el “abue”, el cocho, comparado con sus compañeros de discipulado. BASES IDEOLOGICAS

DEL DISCIPULADO Interesante esta exposición relacionada con los jóvenes discípulos de Jesús, ¿verdad? No existe otra razón de ser de los discípulos, aparte de una gran Misión que han sido llamados a compartir. A continuación exponemos los conceptos fundamentales del discipulado evangélico o bíblico, los mismos que faltan en la generalidad de los manuales de discipulado en circulación, no obstante ser fundamentales: Conceptos de “discípulo” y “discipulado” ¿Cómo se te ocurre hablar de discipulado sin referirte para nada a los términos que se traducen “discípulo” en los textos originales de la Biblia? Para que veas cuánto se aprende de este ejercicio etimológico, hélo aquí: La palabra hebrea, talmíd La palabra talmíd significa “que aprende”, pues proviene de la raíz hevea , “aprender”. Exprimiendo el significado de la palabra hasta las últimas consecuencias a partir de su forma iterativa indicada por el infijo yod ( ),2 diríamos que significa “que aprende continuamente”.

2La yod () entre la segunda y la tercera consonantes de la raíz verbal indica sentido iterativo o de continuidad.

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El discípulo no es alguien que aprende en alguna ocasión fortuita, en un fin de semana, o en alguna vacación. No se trata de “estudiantes” al estilo de los estudiantes tercermundistas de la Universidad de San Marcos, que se pasan toda su vida en la universidad, pero no estudian. Por consiguiente, no aprenden, porque el ámbito estudiantil es para ellos la esfera de su quehacer político. ¿Los has visto? Algunos ya son teclos calvos y desmuelados, pero tienen carnet de estudiante y pagan medio pasaje en el bus. Talmíd significa “que aprende”, por tanto, no puede ser traducido por “estudiante”, porque puede haber estudiantes que no aprenden. Tampoco puede ser traducido por “alumno”, porque hay alumnos que realmente son unas bestias, y nada aprenden. La palabra griega, mathitís La palabra mathitís proviene del verbo mantháno, “aprender”, y la asimilación de su primera “n” resulta en su desaparición fonética. La equivalencia semántica con el término hebreo talmíd es evidente: “Que aprende”. Dicho sea de paso, de la misma raíz verbal, proviene la palabra mathímatos, “estudio”, “ciencia”, “disciplina”, es decir, la materia que se aprende. De la misma raíz viene también la palabra mathimatiká, la ciencia matemática, considerada la ciencia por excelencia, aunque de la raíz verbal no se deduce que se trate exclusivamente de números, como sí ocurre con la palabra “aritmética”, que viene de arithmós, “número”, “cuenta”. Matemáticamente hablando, el término mathitís se reviste de dignidad y honor por cuanto introduce a los discípulos de los grandes sabios y filósofos griegos, ellos mismos herederos de la ciencia de sus maestros, aun siglos después de que hubieron pasado a mejor vida. Como tu tío Sócrates. . . O como su discípulo amado, Aristóteles. La palabra latina, discípulo La palabra “discípulo” viene del latín, y no deriva directamente del verbo “aprender” como talmíd y mathitís, sino indirectamente del sustantivo “disciplina” que significa “doctrina”, “instrucción”, especialmente en lo moral. El discípulo es, entonces, la persona que se identifica con una doctrina, que se sujeta a la instrucción en dicha doctrina, que sigue y guarda fidelidad a sus instructores. El Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, define el término “discípulo” de esta manera: “Persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro. Persona que sigue la opinión de una escuela, aun cuando viva en tiempos muy posteriores a los maestros que la establecieron: Discípulo de Aristóteles, de Platón.”

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La palabra “discípulo” está cargada de significación, por lo cual traducirla como “alumno” o como “estudiante” sería relativizarla. Queda en claro que la primera misión de los discípulos es aprender de Jesús. Aspectos de la misión de los discípulos Víctor Rey escribe:

¿Cuál es la tarea que debe desempeñar un discípulo de Jesucristo en un mundo tan cambiante y tan desesperante como el actual?

Me parece que el modelo supremo sigue siendo el de nuestro Señor Jesucristo y su Evangelio del Reino de Dios. Debemos, pues, dirigir nuestra mirada a las páginas de los Evangelios para descubrir la tarea que el Señor realizó mediante su ministerio terrenal. Uno de los resúmenes de su labor lo encontramos en Mateo 9:35-38.3

Mateo 9:35 enumera los tres aspectos de la Missio Dei o Misión Integral de Jesús y

de sus discípulos: “Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.”

Tales aspectos son: 1. Predicación o Kérygma (evangelización) 2. Enseñanza o Didaskalía (educación cristiana y educación teológica) 3. Sanidad o Terapéutica (implementación de una comunidad mental y físicamente

sana) ¡Cómo empezar a hablar de discipulado sin profundizar estos conceptos que tanto

tienen que ver con las bases ideológicas y praxiológicas del discipulado! Sin embargo, esto ocurre debido, no a mala motivación, sino a falta de profundidad

en la reflexión misionológica. EL DISCIPULADO

Y EL SHEMA ISRAEL Continuando con nuestra exposición de las bases ideológicas del discipulado evangélico, nos toca enfoca el Shemá Israel, considerado el credo de Israel, formulado en Deuteronomio 6:4, 5: “Escucha Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.” En el corazón del concepto de discipulado en Israel se encuentra el compromiso total con su fe monoteísta. Tal compromiso era el fundamento del Discipulado en tiempos antiguos, cuando existían las “escuelas de profetas” (como las de Elías y Eliseo). Lo era en

3Víctor Rey, Misión y vida en América Latina hoy, Págs. 41, 42, World Vision, Chile y Círcuylo de

Reflexión de Estudios Evangélicos (CREE), Impresos Flecha, Santiago de Chile, 2002.

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el primer siglo de la era, cuando existían los círculos de discípulos o círculos rabínicos. Y lo es en tiempos modernos en las yeshivót o centros de estudio de la Toráh en Israel y en todo el mundo judío.

* * * Entre los círculos de discípulos judíos cabe recordar de manera prominente a los Esenios, formados alrededor de un maestro generacional llamado con el epíteto de Moréh Tsédeq, “Maestro de Justicia”, que se cree ha sido la designación de diversos maestros que se sucedieron uno a otro aunque se hace difícil identificarlos por nombre. Algunos investigadores creen que fueron los dirigentes de la comunidad esenia con su sede en Qumrán, que se sucedieron a manera de los Zugót, o parejas de Rabanim, en la comunidad de los fariseos, como lo ilustra el Pirquéi Abot o Tratado de los Principios.4 Los Esesios tenían el Shemá Israel como piedra angular de su discipulado. Ellos valoraban el amor a Dios de la siguiente manera: Con todo tu corazón Según los Esenios, se ama a Dios en primer lugar con toda nuestra dedicación al estudio de la Toráh, su Palabra escrita. En hebreo, esta derivación conceptual a partir de la palabra “corazón” es fácil y evidente: La palabra lev, “corazón”, se refiere, aparte del órgano que bombea sangre, al centro de todo el ser, y ese es el centro de los pensamientos, del intelecto, del conocimiento adquirido mediante el estudio. Y por cierto, el estudio de la Toráh o la Palabra de Dios está en el centro, en primer lugar. Sin ir lejos, el mismo concepto expone el apóstol Pablo en su Epístola a los Romanos 12:1, cuando habla del “culto racional” (griego: loyikós, o “lógico”). La exposición de estos conceptos le evitaría al discípulo evangélico desarrollar desproporcionadamente su sentimentalismo, como los que dicen que están dispuestos “a morir por Cristo”, cuando lo que a él realmente le interesa es que estés dispuesto y capacitado para vivir por él. Morir es poca cosa; más difícil es vivir, porque implica una férrea disciplina en el estudio de la Toráh, la misma que en la comunidad evangélica ha sido relativizada en cuanto a su valor intrínseco.

* * * A los evangélicos de hoy les importa un pepino el estudio bíblico. ¿Cómo entonces crees que hubieran sido escogidos para ser escribas y maestros de la Toráh? Para empezar, no digas “ley” en lugar de Toráh, porque eso también es relativizar el Libro de Dios, y peor cuando escribes esta palabra con minúscula, “ley”.

4Moisés Chávez, Pirquéi Abot o Tratado de los Principios, Texto hebreo, traducción al español y

anotaciones, Editorial Juan Ritchie-Ediciones CBUP-CEBCAR, Lima 2012.

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¿Acaso no es en este particular en lo que fallan todos los “discipuladores” de nuestro tiempo? De la misma manera que fallaban algunos escribas y fariseos abocados a la conversión de algún potentado romano, como lo señala Jesús: “¡Ay de vosotros, hipócritas, porque recorréis mar y tierra para hacer un solo prosélito; y cuando lo lográis lo hacéis un hijo del infierno el doble que vosotros!” Con toda el alma La palabra hebrea néfesh, que se traduce “alma”, también significa “vida” y la totalidad del ser. Los Esenios enseñaban que esto implica el sacrificio de sus propias vidas por amor del Señor y por fidelidad a su Toráh. Esto no significaba que estaban por allí, exponiéndose al peligro que representaban los romanos. Por algo tuvieron su centro comunal en un lugar casi inaccesible en esos tiempos, como lo es Qumrán, en las inmediaciones del Mar Muerto. Pero dado el caso, ellos supieron consagrar el Nombre de Dios con el sacrificio de sus vidas, como ocurrió en Masada, como lo expone categóricamente el film “Masada” con Peter Strauss como Eleazar y Peter O’Toole como el Gral. Silva. Con todas tus fuerzas La expresión hebrea be-jol meodéja literalmente dice “amarás al Señor con todo tu mucho”. Pero se ha traducido eisegéticamente como “con todas tus fuerzas”, porque hacerlo literalmente no habría sido una traducción aceptable. Para aquellos que quieren usar este texto como prueba de la estructura tricótoma del ser humano, este texto los golpea con golpe de bumerang, porque no habla del hombre como tricótomo, ni como dicótomo, sino como una unidad. Lo que pasa es que Moisés, al hablar del amor debido al Dios de Israel echó mano del recurso literario llamado “clímax”, en que los términos en sucesión incrementan el énfasis o la intensidad de lo expresado, hasta lo máximo.

El término “alma” que sigue a “corazón” se refiere al mismo ser, pero de manera más intensa. Moisés ya no tuvo en hebreo otro término más intenso que “alma” para expresar cómo debemos amar a Dios.

Y a la manera del apóstol Chato Barraza terminó diciendo: “¡Ya no ya!” Y ayudándose con la expresión corporal dijo, ensanchando sus brazos y poniéndose en puntas de pies: “¡Con todo tu mucho!”

* * * ¿Quisieras saber cómo interpretaron los Esenios esta tercera parte del Shemá Israel? Lo hicieron de una manera muy ingeniosa: “Con todo tu mucho” lo interpretaron como una referencia a todos tus bienes, a todos tus recursos, a todas tus riquezas. Y me parece que hicieron bien, porque amar a Dios sentimentalmente, hormonalmente, es

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facilongo y no te cuesta nada. Pero meter la mano al bolsillo para sacarlo todo y darlo para los objetivos misionológicos del discipulado, eso es, hermanos, ¡imposible! ¿Por qué crees que Jesús probaba a algunos patas diciéndoles, “anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres”? Fíjate, que a mí no me probó diciéndome eso, no obstante que estoy rodeado de pobres. Hay gente que prefiere dar su corazón y aun su alma, pero no su molido, no su mermelada, menos su secreto bancario, ¿sí o sí? EL DISCIPULADO RABINICO En la literatura teológica moderna se denomina “discipulado rabínico” al fenómeno de democratización de la educación teológica que tuvo su auge en el primer siglo de la era, justamente en los días de la actividad sacerdotal de Jesús. Dicho fenómeno se materializó en círculos de discípulos que se formaban alrededor de un gran maestro o Rab o Rabí. Este fue un fenómeno paralelo al movimiento de los Esenios, pero impulsado por los Fariseos (hebreo: perushim), otra facción del pueblo de Israel. Cuando hablamos en términos historiográficos y teológicos, es conveniente que el lector se deshaga de la caracterización de los fariseos como malos e hipócritas, porque como movimiento teológico, ellos encarnaban los principios misionológicos de Jesús e impulsaron el mayor movimiento de democratización de la educación teológica en el mundo judío, sentando las bases teológicas del mensaje del evangelio. Pablo era recontra fariseo, como testifica en Hechos 26:5, y no era ningún hipócrita: “Conforme a la más rigurosa facción de nuestra religión, viví como fariseo.”

Yo mismo soy fariseo y no tengo nada de hipócrita: En la Universidad Hebrea de Jerusalem escribí mi tesis de grado con el tema de Maabaq ha-tseduquim ve-ha-perushim (Conflicto de los Saduceos y los Fariseos).5 Aunque Jesús era de casta levítico-sacerdotal, a diferencia de Pablo, que era de la tribu de Benjamín, teológicamente hablando no era saduceo, sino fariseo. Por eso criticaba a los fariseos en primer lugar, porque uno no pierde su tiempo criticando a los que no son de su propia confesión. A mí, por ejemplo, qué me importan los mulas del Islam, pero les digo la vela verde a los auto proclamados “apóstoles” de la comunidad evangélica.

* * *

5Moisés Chávez, Maabaq ha-tseduquim ve-ha-perushim (Conflicto de los Saduceos y los Fariseos),

Universidad Hebrea de Jerusalem, Israel, 1970.

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En hebreo, a los diversos círculos rabínicos que surgieron en Israel se denomina con la palabra bet, “casa”, en el sentido de “familia”, y a los discípulos de un maestro famoso, digamos, de Akiva, se les llama “los hijos de Akiva” (hebreo: benéi Akiva). Ellos eran los discípulos que formaban su círculo rabínico. Lo mismo se podría haber dicho de los discípulos de Jesús, aunque el término que se ha conservado en los registros evangélicos es simplemente talmidim, “los discípulos”. En Israel, la palabra “maestro” no era una simple designación de quien enseña, sino una designación de rango superior: Rab (literalmente, “excelso”, “grande”), o de cariño, Rabí (Juan 3:2), y de mayor jerarquía, Rabán, el título de Rabán Gamliel Hazaquén, el maestro de Pablo. El título tiene sus orígenes en el movimiento fariseo, un movimiento de democratización de la educación teológica en Israel.6 Los primeros discípulos de Jesús, literalmente “seguían” a su Maestro en sus recorridos peripatéticos de instrucción y entrenamiento misionológico. Su aprendizaje dependía de su presencia en la escena y de su permanencia en el círculo rabínico formado por el conjunto de discípulos que se identificaban con la doctrina o enseñanza de su Maestro.

* * * De la misma manera que para formar parte de un ejército se tiene que ser joven y sin responsabilidades familiares o laborales, así ocurría con la conformación de los círculos rabínicos en el Primer Siglo y a lo largo de la historia de Israel. Pablo alude a este hecho al hablar del discipulado evangélico como “militancia”. Los hechos presentados en la historia, “Mocosos en misión” que encabeza la presente separata académica, no son exclusivos del círculo rabínico de Jesús; son característicos de todos los círculos rabínicos de su tiempo.

El fenómeno en el Primer Siglo es más impactante debido a su modalidad peripatética que no estaba ligada a una sede, sino que era de naturaleza itinerante. La itinerancia daba al movimiento una cuota de atractivo inserto en el factor aventura, aunque también puede haberse originado en un esfuerzo por despistar a los romanos. Rabi Akiva, por ejemplo, enseñaba la Toráh a sus discípulos escondidos en una cueva en Galilea, y Rabi Romay lo hace en lugares que podrían ser catalogados nada menos que como infernales.

* * *

El discipulado requiere de inversión de tiempo y de otros recursos. Interesantemente, para seguir a Jesús la inversión era básicamente de tiempo, tiempo invertido de manera presencial. La inversión de dinero y de otros bienes a veces era descartada y a veces era asumida por personas con llamamiento inversionista, antes que kerygmático o académico.

6Moisés Chávez, Democratization of Theological Education in Latin America, Tesis Doctoral,

California Graduate School of Theology, Westminster, California, 1998.

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Israel ha sido educado desde tiempos bíblicos para saber invertir en el estudio y la investigación, y sobre todo en el estudio de la Toráh. En ello residía su prosperidad y su superioridad sobre todas las naciones. También en el día de hoy, Israel está a la cabeza en desembolso promedio anual en investigación como porcentaje del PNB (que es 3.1), seguido por el Japón con 2.8, según informes estadísticos up-to-date. Pero puesto que el fondo de toda doctrina es ideológico, lo ideológico es fundamental tanto entre quienes practicarán el discipulado con presencia en el círculo rabínico primero, y luego en el ámbito de la misión, así como también entre quienes actúan como inversionistas porque se trata de la gesta de un movimiento. Cuando el cristianismo deja de ser un movimiento y se convierte en sedentario desde el punto de vista espiritual (es decir, no dinámico, conformista, apático, hipócrita y relativista) entonces los que pálidamente lo representan no son discípulos, sino enquistados y frutos pasivos de una cultura decadente. En pocas palabras, nada tienen que ver con Jesús. RELACION MAESTRO-DISCIPULO Juan el Bautista, que en su momento también tuvo alrededor de sí un círculo rabínico, nos ofrece un bello testimonio de la relación “maestro-discípulo”. El primer principio de relación en el discipulado evangélico indica que un discípulo no es un discípulo del creyente que lo “discipula”, sino de Jesús mismo. Parte esencial del discipulado evangélico consiste en enseñarle al nuevo discípulo a poner su mirada en la persona de Jesús. Claro está que el nuevo discípulo necesariamente lo será también de quien lo discipula, pero eso sólo debe ocurrir en un segundo plano, y en forma gradual el discipulador debe permitir que el nuevo discípulo madure independientemente y se convierta él también en discipulador. Este es el primer principio del discipulado evangélico. Muchos patas misioneros que no han entendido o han descuidado poner en práctica este principio, al fin de cuentas se han visto atrapados en los vínculos morbosos del paternalismo y han terminado cargados de una prole de entenados y ahijados espirituales que no soltarán la teta hasta que la muerte los separe.

* * * El ejemplo clásico del discipulador misionológicamente maduro es Juan el Bautista, quien dijo al guiar a sus discípulos a la persona de Jesús: Ningún hombre puede recibir nada a menos que le haya sido dado del Cielo. . . El que tiene la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado de pie y le escucha, se alegra mucho a causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido. A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.

(Juan 3:27, 29, 30)

* * *

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En una situación diametralmente opuesta encontramos al misionero neófito y corrupto, al pichón inmaduro que actúa como el amigo del novio, su best friend que estaba soñando quedarse él mismo con la novia, o al menos la codicia mientras llora interiormente su desconsuelo en el momento de su boda con las palabras de la melodía nuevaolera popularizada por Antonio Prieto:

Blanca y radiante va la novia. Le sigue atrás su novio amante.

Pero al unir sus corazones han de morir mis ilusiones. . .

¡Era yo aquel a quien quería!

¡Ave María! ¡Ave María! Este principio misionológico también sirve de freno a la tendencia de que alguien se convierta en discípulo de un discípulo, y éste de otro discípulo, produciendo jerarquías en el discipulado, ajenas a la dinámica del discipulado y del evangelio de Jesús. ENFOQUE DEL

DISCIPULADO EVANGELICO El tema del discipulado ha sido abusado en la comunidad evangélica mediante materiales en los cuales se ha invertido una buena cuota de irresponsabilidad, no obstante que el tema es tan delicado e importante. Para empezar, los manuales de discipulado en circulación generalmente enfocan al discípulo y al parecer hacen todo lo posible para desanimarlo de seguir a Jesús y aprender de él. Hacen exactamente lo mismo que dijo Jesús que no se debe hacer: Preparar para los pobres discípulos cargas pesadas que los mismos discipuladores no osan levantar. Con excepción de la obra del misionólogo chileno Víctor Rey, bautista y pastor, son pocos los manuales que podríamos recomendar. Aunque no tiene por título, “Discipulado”, su obra expone el tema con conocimiento de causa y con responsabilidad, y la hemos utilizado en el I COMED (Congreso de Maestros de Escuela Dominical) a causa de su formulación escueta, casi como catecismo. Lleva como título, Misión y vida en América Latina hoy,7 y ha sido diseñada con el propósito de motivar y encaminar la reflexión misionológica del Círculo de Reflexión de Estudios Evangélicos (CREE) que él fundara en Chile, y de grupos similares en América Latina, como los sucesores denominacionales del Círculo Bíblico Universitario (CBU), cuyo impacto creciera hasta formar en el Perú la AGEUP (Asociación de Grupos Evangélicos Universitarios del Perú). A propósito, al CBU y a la AGEUP los mató el denominacionalismo protestante; ¡pero déjate, que ya tiene su

7Víctor Rey, Misión y vida en América Latina hoy, World Vision, Chile y Círcuylo de Reflexión de

Estudios Evangélicos (CREE), Impresos Flecha, Santiago de Chile, 2002.

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recompensa por atentar contra el discipulado evangélico en las universidades de América Latina. Otra obra más extensa y específica es la de Guillermo Mac Donald, El verdadero discipulado,8 a la cual nos hemos de referir a lo largo de la presente separata académica a causa de su mayor contribución a la reflexión sobre el tema del discipulado. Pero la mayoría de los pastores evangélicos no podrían señalar una obra asequible a los discipuladores de sus iglesias porque ellos mismos desconocen el tema. Esta situación deja al discipulador, o al discipulador potencial a la deriva, a tomar las cosas a su propia iniciativa, imprimiendo muchas veces en los discípulos lacras horribles y difíciles de borrar. Se corre así el riesgo de que el discipulador se convierta gradualmente en manipulador.

* * * La presente separata académica ha sido diseñada para ambos, para el discipulador y para el discípulo, y de manera especial para el pastor evangélico a quien le compete más que a nadie el entrenamiento de sus feligreses en el tema. Se trata de un texto conceptualmente graduado y es un material adjunto de la separata académica de Soteriología, incluida en la Biblioteca Inteligente MCH y de nuestra obra, Los hijos del trueno, que enfoca el discipulado de Jesús. Su publicación fue anunciada en el volumen, Puestos los ojos en Jesús, cuyo contenido es el punto de partida del discipulado evangélico. A este volumen sigue en secuencia la presente separata de discipulado, y termina la serie con Soteriología. Enfatizamos el orden por razones relativas a la reflexión: 1. Puestos los ojos en JESUS, 2. DISCIPULADO, 3. Soteriología. Esta serie triple9 pone el fundamento para empezar con buen pie la vida como discípulos de Jesús, tomando en cuenta que el discipulador es nada más que el discípulo guía, el hermano mayor.

* * * Entre los manuales de discipulado destaca el de Guillermo Mac Donald, no obstante su énfasis desproporcionado en sus instructivas respecto del manejo de los recursos económicos del discípulo: Todo discípulo ha de vender todo lo que tiene y repartir el importe entre los pobres y las misiones, sobre todo las misiones.

8Guillermo Mac Donald, El verdadero discipulado, Centros de Literatura Cristiana, Bogotá, 1979.

9Los estudiantes del CEBCAR y de la CBUP han sugerido que estos tres materiales sean publicados en un solo volumen para ser expuestos en todas las iglesias evangélicas y adventirstas.

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Se trata del énfasis característico de las misiones evangélicas interesadas en levantar fondos para sostener misioneros en el campo misionero, con el argumento de que en esto consiste la evangelización. El entrenamiento teológico que ocupó la mayor parte del desempeño sacerdotal de Jesús es débilmente visible en su perspectiva. No obstante, esta obra tiene el mérito de confrontar al discípulo con las exigencias de Jesús y del discipulado. No dice mucho acerca del significado de la palabra “discípulo” (hebreo: talmíd; griego: mathitís). La palabra talmíd, y sobre todo su forma femenina, talmidáh, que causó una revolución en los tiempos de Jesús, respecto de otros grupos de discípulos que excluían a la mujer, es el punto de partida teológico para los seguidores del Señor, participantes de sus objetivos misionológicos. Poco dice del meollo del discipulado: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.” Sin este otro punto de partida siempre hay el peligro latente de que el discípulo del Señor se crea “la divina pomada” o “la mamita de Tarzán”, o “la niña de mis ojos”. Nada dice del discipulado en el contexto del movimiento rabínico, que era el movimiento de la educación teológica en los tiempos de Jesús, un movimiento que para ser movimiento debía no estar atado y estancado en elefantes blancos, en edificios, en redes institucionales, sino en una agenda de características peripatéticas, a la manera de la AMIEP en el Perú o de la ECAMM en Bolivia, bajo la dirección del Dr. Juan Yalico Campos y el Dr. Luis Alberto Romay, respectivamente. Los discípulos estaban llamados literalmente para dejarlo todo, sea grande o chico; estar todo el tiempo al lado de Jesús y seguirle en sus jornadas de entrenamiento. No se trataba de seguirle “en el espíritu” o “virtualmente”, es decir, sin involucrarse físicamente, como ocurre con tantos pseudo-discípulos de nuestro tiempo en la televisión, los videos y el internet. El presente manual de Discipulado tiene la intención de suplir todo lo que falta a los manuales en circulación. EL DISCIPULADO DE LA MUJER El caso de María de Betania, que se sentaba a los pies de Jesús y aprendía su enseñanza, presenta el perfil del discípulo en el contexto de Israel. Su hermana Marta también participaba del discipulado, preparado la comida, cosa que no tenemos derecho de considerar como algo material. Pero Jesús dice que puestos en la balanza el estudio de la Toráh y el preparar la comida, la primera era la “mejor parte”. En otra ocasión Jesús enfatizó en esta valoración al decir que su “comida” es que haga la voluntad de aquel que le envió, mientras que para la gente común y corriente es el “vitute”. Volviendo a María de Betania, el Tratado de los Principios enseña que el mejor discípulo “es el que se sienta a los pies de su maestro y absorbe el polvo de sus pies”. Porque su maestro ha caminado, ha adquirido experiencia.

* * *

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En el judaísmo no ha existido, y posiblemente no se enfatiza ni aun ahora, el discipulado de la mujer. En el Tratado de los Principios no existe el término talmidáh (discípula, en femenino). Historiográficamente el primero que la introduce es el Apóstol Lucas, en su libro Hechos de los Apóstoles: Al referirse a Tabita la llama talmidáh. Este simple hecho es revolucionario. Lamentablemente, en términos generales las mujeres no han sabido tomar la bandera en alto para alcanzar su propia liberación, y como dice la apóstola Mafalda, las mujeres “han preferido no jugar un rol en la historia, sino enjugar un trapo”. EL ROL DEL DISCIPULADOR A decir verdad, el rol del “discipulador” no existe. Lo que hizo Andrés fue llevar a su hermano Pedro ante el Mesías. Si quieres puedes llamarle a Andrés “discipulador”, pero no sé si a Andrés le habría gustado que le llames así. A la verdad, se confunde a menudo el rol del que practica el evangelismo personal con el de un discipulador. También se confunde a menudo el rol del catequista que te da las primeras lecciones doctrinales (o de educación cristiana) con el de un discipulador. Hay personas que asumen el ministerio que se suele llamar de “seguimiento”, no sólo hasta el punto de ver a un nuevo creyente vinculado con una iglesia local y con la comunidad de creyentes, sino que se les pegan de por vida, y hasta comen y chupan a sus costillas. Estas personas, con un buen entrenamiento en el discipulado podrían llegar a ser maravillosamente eficientes, pero sin tal formación pueden ser tan contraproducentes como las garrapatas. Dentro de esta categoría caben muchas personas que incluso han escrito manuales de discipulado. Reflexionar sobre estas cosas revela que el rol de “discipulador” que se ha abierto camino a codazo limpio es algo que debemos enfocar con la advertencia de que existe la tentación de considerar a los discípulos como suyos propios y no de Jesús. El Dr. Sergio Romaní Larrea, en su obra, Líderes evangélicos de alto riesgo,10 nos habla de este tipo de “discipuladores”. Con esta salvedad, sí podemos hablar de “discipuladores” en el sentido de que practican dignamente el discipulado.

10Sergio Romaní Larrea, Líderes evangélicos de alto riesgo, Tesis Doctoral CBUP, Lima, 2011.

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ENFOQUES INCORRECTOS DEL DISCIPULADO Asumiendo el rol del discipulador como un factor del discipulado, hablaremos a continuación de diversos enfoques incorrectos e incluso peligrosos del discipulado, que nada tienen que ver con aprender de Jesús, que es manso y humilde de corazón, ni con el estudio de la Toráh o la Palabra de Dios. Enfocaremos tres de ellos: 1. El enfoque iconoclasta 2. El enfoque publicano 3. El enfoque catequístico EL ENFOQUE ICONOCLASTA La Dra. Gladys Victorio Arribasplata escribe su testimonio acerca de sus primeros años en la fe,11 sujeta a la ministración de una viejita evangélica de la iglesia con la cual se identificó. La viejita asumió el rol de “discipuladora”. Sin menospreciar su cariño y la inversión de su tiempo calificaríamos el tipo de discipulado que la viejita llevó a cabo, de iconoclasta (griego: íkonos, “imagen”; klástis, “destructor”) o destructura de imágenes, en lugar de recrear imágenes correctas. Antiguamente, allá por el Siglo 8, a los que se oponían al uso de imágenes en el culto cristiano, y las destruían, se les llamaba “iconoclastas”. Por extensión, se les llama “iconoclastas” también a los que se dedican a destruir los valores y los anhelos de los demás. En el caso de la Dra. Gladys Victorio Arribasplata, la viejita realmente le impulsaba a destruir los íconos, las imágenes (estatuas o cuadros) del culto católico.

* * * Su testimonio es realmente conmovedor. Empieza diciendo: “Cuando me convertí al evangelio, todos me decían qué hacer: ‘Tienes que destruir toda imagen, cuadro o adorno relacionado con los santos, porque los creyentes no somos idólatras’.” Ella cuenta:

Lo hice. Rompí una estatuilla de la Virgen Inmaculada, pero como no tenía fuerzas suficientes, le pedí a mi esposo que la destruyera a martillazo limpio. Cuando mi madre se enteró de ello me miró con desconfianza y se resquebrajaron seriamente nuestras relaciones familiares, habiendo destruido yo, al fin de cuentas, el ícono maternal.

11Gladys Victorio Arribasplata, “Cuento de viejas”, monografía presentada al Dr. Gustavo Montero,

CBUP, Lima, febrero 2012.

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Después rompí un cuadro de Jesús y escudriñé todos los rincones de la casa para dar con cuanta estampita hubiese, incluso las figuras de las láminas que había pegado en mis cuadernos de la escuela y que atesoraba como recuerdo de mi infancia. Nada se salvó, ni las ilustraciones en mi Biblia Católica como la creación del hombre por Miguel Angel y el Cristo de Velásquez. Como si fuera poco, también chanqué a martillazos mis medallitas de oro de 18 kilates.”

* * * La Dra. Victorio prosigue: Después la viejita me dijo: “Ahora tienes que ponerte falda, porque las cristianas

se ponen falda. El pantalón es para los hombres, así dice la Biblia.” Me tuve que comprar “faldas evangélicas” para ponérmelas sólo los domingos.

Pero eso no fue suficiente. La viejita pasó a decirme: “Tienes que quemar el árbol de Navidad que tienes en tu

casa, porque eso es cosa del mundo. . .” Tenía que quemarlo. No valía que lo botara a la basura; tenía que quemarlo.

* * *

Ella pasa a referirnos que tuvo que deshacerse de todos sus cassettes de “música del

mundo” y sus videos de “películas del mundo”: Tuve que botar a la basura las películas de Barbie, que eran de mi hija pequeña. Arrojé al tacho de basura mis discos compactos de mis campeonatos de marinera, y

películas como “Mendigar y morir”, porque me dijo que esas también eran cosas del mundo, y por consiguiente, malas y pecaminosas.

Todos en la comunidad terapéutica de la CBUP saben que mi esposo y yo campeonamos en un Concurso de Marinera en el Coliseo del Gran Chimú en Trujillo, y ganamos un premio para visitar Epkot y Disneyworld en Orlando, Florida, toda la familia, incluida nuestra pequeña Hillary. ¿Sabes qué significan para nosotros todos estos recuerdos registrados en videos?

Pero se trataba de una normatividad muy estricta: “No escuches música del mundo, incluida la música folklórica, la música peruana. ¡Como si uno pudiese taparse las orejas en todos los microbuses a los cuales subes!

* * * Su testimonio prosigue: Una lección más avanzada de discipulado me fue formulada de la siguiente

manera: “No prestes nada, ni recibas nada que le haya pertenecido a otra persona, porque en esa cosa está su humor y sus demonios. Y si tienes alguna foto de algún familiar que ha fallecido, entonces también quémala, porque conservar esa foto es culto a los muertos.”

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Y otra lección más: “Si ves televisión, que sean solamente canales cristianos.” Mi última lección de discipulado cristiano fue: “No hagas fiestas de cumpleaños.”

¡Y justo cuando se nos venía encima la celebración del quinceañero de mi hija unigénita!

* * * A un querido amigo que ahora se encuentra estudiando en el Programa de

Doctorado de la CBUP, su discipulador le hizo pasar por todas estas orgías iconoclastas, pero este su discípulo le dijo “¡basta!” cuando le dijo su discipulador: “Quema todos tus tomos de la obra de Sigmund Freud que tienes en tu biblioteca.”

¿Tú crees que ese discipulador sabría algo del Psicoanálisis, del consciente, del subconsciente y del inconsciente?

¡Nada, teclo! Simplemente era un inconsciente de esos devotos de la “sola Biblia”, a cual más bibliólatras y doblemente merecedores del infierno.

El Dr. Advíncula no le hizo caso, y en adelante dejó de escucharle. Y en buena hora, porque cierto día que nos dio un banquete a profesores y alumnos en su residencia, nos mostró su valiosa biblioteca, en la cual destacaban las obras del Sigmund Freud al lado del Gran Paquetazo del Dr. De la Mancha, todas debidamente empastadas e impresas con letras en pan de oro.

¿Cree usted, amigo, que exageramos? Pues mire usted que muchos discipuladores de este tipo actúan como esclavizadores

que atentan contra los Derechos Humanos y poseen, en el más pulcro estilo de Satanás, las conciencias de las gentes que caen en su red.

EL ENFOQUE PUBLICANO A continuación utilizaremos el término “publicano” en su sentido normal, regular,

de recolector de fondos, mayormente en la forma de impuestos. Lamentablemente, también existen los publicanos evangélicos en las iglesias de Dios.

Hay manuales de discipulado que enfatizan en que el nuevo discípulo afloje todo lo que tiene para darlo a la iglesia o a alguna institución misionera, que generalmente existe como pantalla de algún empresario explotador. En nuestros tiempos escatológicos esta demanda va acompañada de promesas de prosperidad material y, de lo contrario, de advertencias de inminentes maldiciones.

Este enfoque constituye una trampa y una gran tentación moral a aquellos discipuladores que se le prenden a uno como sanguijuelas y garrapatas, sobre todo a algún nuevo creyente con notorios recursos económicos. Algunos incluso pueden llegar al exceso de incitar al nuevo discípulo a no tener dónde recostar su cabeza, como el Señor, cuando lo que más quiere Jesús es que aprendamos de él a ser mansos y humildes de corazón.

El exceso consiste en que todo el énfasis es puesto en motivar a un nuevo discípulo a dar ciertos pasos relacionados con sus finanzas que bien pueden ser en contra de la voluntad de Dios para él en particular, y por consiguiente, trágicos.

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* * * Se da una exposición incorrecta de las palabras del Señor en Lucas 14:33: “Así,

pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.”

La pregunta que nos hacemos a la luz de las Escrituras es: ¿Y puede alguien ser un discípulo si no tiene nada a qué renunciar?

Este tipo de preguntas se plantearía en cualquier círculo rabínico, como constatamos en la literatura del Talmud.

¿Se refiere a poner todas las cosas que posee a la disposición de su Señor o a que se apresure uno a deshacerse de todo, regalándolo o vendiéndolo? Porque estos dos hechos son distintos.

Y en el caso de que lo vendiese o lo rematase, ¿a quién tendrá que dar el importe, puesto que el Señor, Rey del Universo no tiene necesidad de cosas materiales?

* * * Dios respeta más que nadie la propiedad privada, como consta en el Decálogo que

dio en el Monte Sinaí, y en las palabras del Apóstol Pedro en la historia de Ananías y Safira: “Reteniéndolo, ¿acaso no seguía siendo tuyo? Y una vez vendido, ¿no estaba bajo tu autoridad?” (Hechos 5:4).

De estas palabras no se puede derivar que Ananías y Safira no hayan sido discípulos del Señor. Más bien, por ser discípulos fue que mancaron, porque a los discípulos se les exige transparencia ante los hombres y ante el Espíritu de Dios.

* * * Guillermo Mac Donald inquiere en su libro, El verdadero discipulado: “¿No dijo

Jesús, ‘vended vuestros bienes y dad ofrendas de misericordia’? (Lucas 12:33) Sí, eso dijo, aun cuando elimosínin es traducida generalmente “limosnas” en lugar

de “ofrendas de misericordia”, cosa que Jesús no dijo porque sabe bien que las limosnas sólo producen limosneros.

Dice Mac Donald: “¿No instruyó al joven rico diciéndole, ‘vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres y tendrás tesoros en el cielo, y ven y sígueme’ ” (Lucas 18:22)

Sí, eso dijo. Pero eso le dijo a ese Joven Rico, no a vos. No les dijo eso a la mayoría de sus jóvenes discípulos que formaban su círculo rabínico de doce escogidos, porque entre ellos algunos no tenían absolutamente nada qué vender y dar a los pobres. Y hay muchos jóvenes ricos a quienes no tiene necesidad de decirles “vende todo”, porque sabe que sus riquezas no constituyen una traba ni una trampa para su discipulado.

* * *

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Se requiere de un enfoque hermenéutico responsable, porque se da el caso de personas muy pobres y a la vez muy susceptibles, a quienes se les conduce a deshacerse del pan de sus hijos, como si esto fuera la voluntad de Dios.

Dice Mac Donald: “¿No es verdad, acaso, que los creyentes de la Iglesia Primitiva “vendían sus posesiones y sus bienes, y los repartían a todos, a cada uno según tenía necesidad?” (Hechos 2:45)

Sí, es verdad. Esa fue una característica de la Iglesia de Judea, porque había urgencia de atender a los discípulos empobrecidos por el yugo romano y las continuas guerras y masacres, casualmente contra los fieles del Señor. Pero la iglesia no es sólo beneficencia; es muchas cosas más. Y una cosa no es: No es una institución que lave el cerebro de sus miembros a fin de que no quede uno solo que deje de vender sus bienes y poner el importe ante los pies de los líderes eclesiásticos, quienesquiera que sean.

* * * Mac Donald refiere el testimonio de Antonio N. Groves y su esposa, que fueron

misioneros en Bagdad. Ellos se convencieron que tenían que dejar de hacer tesoros en la tierra y que debían dedicar la totalidad de una importante fortuna al servicio del Señor.

También presenta el testimonio de C. T. Studd: El decidió dar toda su fortuna a Cristo aprovechando la dorada oportunidad que se

le ofrecía de hacer lo que el Joven Rico no pudo hacer. Era un simple acto de obediencia a las definidas declaraciones de la Palabra de Dios. Después de distribuir miles de libras esterlinas en la obra del Señor, reservó el equivalente de 9.588,12 dólares para su esposa.

Pero ella no fue menos que su marido: Carlos le preguntó, ¿qué le dijo el Señor al Joven Rico que hiciera? Vende todo le contestó. Entonces comenzaremos bien con el Señor desde nuestra boda. Y el dinero fue a dar a las misiones cristianas.

* * *

Esta es una enseñanza correcta, pero el énfasis respecto del verdadero discipulado

no es correcto. La enseñanza es correcta para los casos de estudio en los cuales el Señor realmente

le dice a un discípulo en particular que venda todo, pero el énfasis no es correcto cuando se aplica a la generalidad de los casos a la luz de lo que el Señor enseña en la Parábola del Mayordomo Injusto en Lucas 16:8, que el mismo Mac Donald comenta más adelante en los siguientes términos:

12Equivalente, como se dice, a un “moco de pavo”.

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Hay solamente una cosa por la que se le alaba al siervo injusto y es que haya planeado su futuro. Dio los pasos necesarios para asegurarse que tendría amigos después que hubiera cesado su mayordomía. El actuó para “el después”, a cambio de satisfacer su sola necesidad inmediata.

Este es el punto central de la parábola. La gente del mundo toma estrictas medidas a fin de proveer para los días venideros. Del único futuro que se preocupan es el de su vejez y sus años de jubilación. Por ello trabajan diligentemente para asegurarse de una situación cómoda cuando ya no sean capaces de trabajar en forma provechosa. Nada olvidan en su búsqueda de la seguridad social.

En este aspecto los no creyentes son más sabios que los cristianos. Sin embargo, para entender el por qué, debemos entender que el futuro del cristiano no está en la tierra sino en el cielo. Este es el punto crucial. El futuro para quien no es cristiano es el tiempo entre el ahora y la tumba. Para el hijo de Dios es la eternidad con Cristo.

Sólo una cosa hay que añadir al enfoque de Mac Donald: Que los que mejor han

entendido las enseñanzas bíblicas son los directivos de las grandes misiones evangélicas, que aseguran bien a sus misioneros, a sus mujeres y a sus hijos, hasta el extremo de que no les cuesta a ellos, personalmente, ni el auto ni la gasolina.

Entonces, ¡que no vengan, pues, a decirnos que todos los discípulos tenemos que vender todo lo que tenemos y darlo a las misiones para pagar su gasolina.

* * * Existe la tendencia irresponsable de generalizar el enfoque de los casos personales

que nos aporta la Biblia, y esto puede ser realmente peligroso. Al Carcelero de Filipos, Pablo le dijo: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu

casa” (Hechos 16:31). Y no cabe duda que su palabra profética se cumplió, porque la familia del carcelero recibió al Señor en pleno. Pero tal puede no ser la experiencia tuya o mía, y eso no se debe a que nuestra fe sea inefectiva aunque auténtica o, aunque creyentes, estemos bajo maldición. Simplemente, en otros casos puede no ocurrir de la manera que ocurrió con el Carcelero de Filipos.

* * * Francisco de Asís tomó la historia del Joven Rico en un sentido personal, siendo él

mismo un joven rico, y su testimonio prueba que el Señor realmente le dijo a él también lo que le dijo al Joven Rico, y lo que ocurrió fue que lo puso todo a la disposición del Señor y de los pobres, y el Señor lo sustituyó con riquezas hasta llenar la Tierra: Cientos y quizás miles de catedrales, cientos de universidades, cientos de hospitales, cientos de museos, y miles de misioneros franciscanos.

Una tarea que como su asesor académico le impuse al Ing. César Alberca Lojas, perteneciente a la Tercera Orden Seglar de los Franciscanos, fue calcular a cuántos billones de dólares asciende actualmente el patrimonio de la Orden Franciscana en el mundo. Todavía espero su informe estadístico final.

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Yo creo, honestamente, que el Señor también le dijo lo mismo a Carlos T. Studd y a su flamante esposa. En lo que a mí respecta, eso no me dijo a mí, quizás porque no necesitaba decírmelo.

* * * El Señor puede no hablarles de la misma manera a otros, por varias razones: 1. Porque sus riquezas no son obstáculo para su discipulado. Tal es el caso del

patriarca Abraham. 2. Porque con sus riquezas, mejor administradas por ellos mismos que por religiosos

mamarrachos, contribuirían a la empresa del evangelio de manera sustentable. ¿Acaso no fue éste el caso del Apóstol Pablo?

3. Porque existen discípulos paranoicos y apartados de la realidad y expuestos a cometer excesos y a tomar decisiones equivocadas.

4. Porque existen discípulos seniles, que tristemente son el blanco de los traficantes de “blancas”, es decir, de monedas pequeñas, y también de monedas grandes.

5. Porque hay discípulos zonzos que son “puntos” fáciles para la explotación religiosa.

6. NUAY Nº 6. SIRVASE PASAR AL Nº 7. 7. Después de todo, los discípulos fieles a su Señor, no le darán el diezmo, sino el

cien por ciento, no sólo de sus ingresos, sino de sus vidas.

* * * ¿Acaso el Señor no le dijo a otro: “por qué no lo pusiste en el banco”? Por si no sabes, el Señor también tenía su cuentita de ahorros en el Banco de

Crédito. Si no, ¿con qué crees que atendió las necesidades de su madre y sus hermanos menores mientras se dedicó tres años a recorrer Israel predicando?

¡Fue con lo que tenía debajo de su colchón! Y con respecto al Apóstol Pablo, por sí no sabes, nadaba en plata, no por el simple

hecho de ser judío, sino porque fabricaba tiendas de campaña para el ejército romano, como lo ha demostrado fehacientemente el Dr. Richard Fales, arqueólogo americano que sirvió como asesor arqueológico para la filmación de la película, “El gladiador”.

Hubieras perdido tu tiempo intentando sonsacarle su plata para misiones, porque él mismo era misiones, exactamente como el apóstol Bill Gates.

* * * Esto me lleva a contarte una anécdota: Jacinto era el zonzo del pueblo en mi ciudad

natal, Celendín. El fue zonzo toda su vida. Una vez, cuando tenía 50 años su mamá le dio 100 soles diciéndole: “Guarda esto

en el armario; es para el Carnaval. El zonzo se paró en su puerta preguntando a todos los que pasaban si eran el

Carnaval, y un vivo le dijo que sí. Y el zonzo le entregó los 100 soles diciéndole: “Esto me ha dicho mi mami que es para usted.”

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Así, un discípulo zonzo puede ser ensartado y terminar arruinando su vida y la vida de su familia por discipuladores irresponsables que no trazan correctamente la Palabra de verdad y por manuales de misionología realmente cuestionables.

* * * Existen predicadores que incitan a los creyentes ingenuos a firmar un pacto con

Dios en el más pulcro estilo de los pactos con Satanás, a cambio de prosperidad y sexo. Por cierto estos pactos se llevan a cabo “poniendo”.

Existen discipuladores vividores que sacan tajada de las pobres viejitas y de los viejitos a quienes les despojan de sus jubilaciones y de sus pensiones.

Existen discipuladores adictos a la teología de la prosperidad, que es el más reciente de los exabruptos de la Serpiente Antigua.

El tema de la renuncia de las propiedades no debe ocupar todo el contenido de un manual de discipulado, porque el énfasis del Señor nunca fue ése. La única diferencia entre un discípulo y alguien que no es discípulo, es que el discípulo sabe que todo lo que tiene le pertenece a su Señor y esta es la pauta que reordena toda su escala de valores.

Lo que tiene el que no es discípulo también es todo del Señor, pero de saberlo, eso no reordena su escala de valores.

EL ENFASIS RECONTRA CATEQUISTICO Otros manuales de discipulado se concentran en presentar las enseñanzas básicas del

evangelio con mentalidad recontra catequística, es decir, dando las cosas como con cuentagotas o con biberón, aunque como dice la Escritura, hace tiempo que se debía haber recurrido ya al alimento sólido. ¡Es que a los mismos discipuladores les encanta la mamadera!

Muchas veces los excesos del enfoque catequístico se convierten en un franco insulto a la inteligencia.

Para evitar que discipuladores con inveterada mentalidad catequística afecten lo que con dignidad se denomina estudio de la Toráh, se requiere entrenarlos a fin de que dejen de ser mitómanos, cucufatos, bibliólatras y beatas ignorantes que hacen proliferar en la viña del Señor las fábulas profanas y los cuentos de viejas.

* * * Por sí no lo sabes, hay una manera de evitar que gente con mentalidad catequística

irrumpan como discipuladores. Esa manera, aunque parezca paradójico, es depender del catecismo.

La palabra “catecismo”, deriva de la palabra “catequesis”, y de la misma palabra deriva la palabra “catecúmeno” que tanto usas en tu iglesia local y no sabes qué significa.

¿No significa “energúmeno”?

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Todas estas palabras derivan del verbo griego katijéo que significa “resonar” y que se ha asociado con la instrucción de los niños pequeños, haciendo que la participación de ellos en coro resuene en el aula. Se pensaba que esto contribuía a fijar en sus mentes el contenido de la instrucción, coadyuvando con la repetición y la memorización.

El catecismo es un libro que contiene la catequesis, es decir, el material a enseñar mediante la repetición, la memorización y el método de las preguntas y las respuestas en el aula, preguntas y respuestas que ya están escritas.

A los discípulos sometidos a la catequesis sea mediante el catecismo o mediante otros métodos se les llama “catecúmenos” (griego: katijúmenos), que significa “catequizado” o “adoctrinado”.

* * *

Cuando dijimos que hay manuales que presentan las enseñanzas básicas del evangelio con mentalidad recontra catequística, no nos referíamos al catecismo como manual de doctrina, sino a un círculo doctrinal vicioso del cual está prohibido salir. Es el caso de los creyentes que después de haber pasado toda su vida en una iglesia evangélica, persisten en mantenerse en los niveles más elementales de la Escuela Dominical, porque se les ha impedido remontar vuelo a las alturas de la reflexión teológica que es el nivel que todo creyente debe alcanzar.

La mentalidad catequística se convierte en una trampa cuando los discipuladores manipuladores, seriamente limitados ellos mismos, se convierten en maestros sabiondos al estilo de Jaimito Sabelotodo y evitan a toda costa que sus discípulos lleguen a despegar y lleguen a saber más que su discipulador.

No estamos, pues, negando los méritos de la catequesis y de los catequistas, pues constituyen un punto de partida donde todos debemos empezar, pero no finiquitar.

LA APERTURA A LA REFLEXION Un material que abre las puertas a la reflexión es la separata académica, La aventura

de la reflexión teológica, incluida en el Programa Universitario de Teología del CEBCAR (PUT-CEBCAR).

La aventura de la reflexión teológica es un divertido manual que ayuda a dar el salto de fe de la catequesis a la reflexión. Este manual logra su cometido gracias a un inagotable recurso: Hilarantes historias cortas que harán que te destripes de risa.

Las historias que incluye son las siguientes:

UN MUCHACHO SINIESTRO ZAPATOS EN MISION

UN SUCULENTO BANQUETE EN EL TERCER CIELO

LA MAFALDA EN LA CBUP LAS RICAS OMELETAS DE MARLEN

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LOS HERMENAUTAS EL FLAUTISTA DE CELENDIN

LA VENGANZA DE YAAQOV BAR YOSEF MARAVILLOSO AMOR

Este manual termina diciéndote: “¡Seas bienvenido a la gran aventura de la reflexión teológica!” LA VOCACION AL DISCIPULADO En la vida real el Señor llamó a muchos, y la mayoría rechazaron seguirle y ser sus discípulos. Los Evangelios han registrado algunos ejemplos que sirven como casos de estudio para enseñarnos sobre la naturaleza radical de la vocación al discipulado. A continuación exponemos los casos de quienes no calificaron para ser discípulos de Jesús. Los Evangelios no registran sus nombres; después de todo, ¿para qué? Pero para la exposición homilética Mac Donald acierta a ponerles nombres literarios concordes con las características de su actitud fallida. A continuación les presentamos a. . . Mister Apresurado El primer caso de estudio es de alguien que se ofreció entusiastamente para seguir al Señor: “Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas” le dijo a Jesús (Mateo 8:19). Jesús le dijo: “Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” Fue como si hubiera dicho: “¿Estás dispuesto a hacerlo sin las comodidades materiales que tienes en perspectiva?” Era claro que el hombre no estaba dispuesto; por eso Jesús le habló de esta manera, que es una manera diplomática de decirle: “Estás jalado. Estás desaprobado. No calificas. ¡Chaucito!” Tras el corto diálogo no oímos más de él en las Sagradas Escrituras. Mister Agenda El segundo caso de estudio es de un hombre que no se ofreció a seguir a Jesús; mas bien, Jesús le llamó a que le siguiera. Su respuesta no fue de plano una negativa, un rechazo, pero él tenía una agenda que seguir previamente. Y él puso su propia agenda por delante de las demandas del Señor y le respondió: “Señor, permíteme primero que vaya y entierre a mi padre” (Mateo 8:21).

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Podría ser que su padre yacía muerto en su casa, o que era anciano y estaba cercano a morir. Pero también podría ser que su padre estaba vivito y coleando, rebosante de juventud. El Señor le respondió: “Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.” ¿Le seguiría ipso facto? Es posible que sí; es posible que no. Es posible que aprendió de hecho que el Señor es primero en toda agenda de sus discípulos. Mac Donald comenta: “Hay cosas que los muertos espirituales pueden hacer como los creyentes. Pero hay cosas que solamente un creyente puede hacer. Cuida de no pasar tu vida haciendo las cosas que el no creyente puede hacer tan bien como tú.” Miss Pussy Lánime Este es el caso de estudio de alguien de quien el Señor sabía que era pusilánime, y que al ir a despedirse de sus familiares podría ser influenciado por ellos para desistir de seguir al Señor. Esto es lo que le dijo a Jesús: “Te seguiré, Señor, pero primero permite que me despida de los que están en mi casa” (Lucas 9:61). Jesús le dijo: “Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás es apto para el Reino de Dios” (Lucas 9:62). Mac Donald comenta:

No es de ninguna manera contrario a las leyes de Dios demostrar un cariñoso interés por los familiares u observar las reglas de urbanidad cuando uno se aleja de ellos. Entonces, ¿en qué falló este hombre?

Fue en esto: Dejó que los tiernos lazos de la naturaleza ocuparan el lugar que corresponde a Cristo. Sus aspiraciones de ser un discípulo se hicieron mil pedazos al chocar con la roca de los lazos familiares.

Quizás era una madre llorosa la que le dijo lastimeramente: “Harías estallar el corazón de tu madre si me dejas para irte al campo misionero.”

No lo sabemos. Todo lo que sabemos es que se ganó el epitafio: “NO APTO para el Reino de los Cielos”.

LAS CONDICIONES PARA EL DISCIPULADO

Jesús no busca personas que le dediquen sus tardes libres, sus fines de semana o sus años de jubilado. El busca personas dispuestas a darle el primer lugar en sus vidas. Mac Donald presenta las condiciones del discipulado:

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1. Amor supremo por Jesús Jesús dice: “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas, y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26). Esto no quiere decir que debamos tener indisposición o mala voluntad en nuestro corazón hacia nuestros familiares, sino que nuestro amor a Cristo debe ser tan grande, que en comparación todos los demás afectos parezcan inexistentes. En realidad, la parte más difícil de entender de las palabras de Jesús es la expresión “y aun su propia vida”. El amor propio es uno de los obstáculos más persistentes para el discipulado. Mientras no estemos dispuestos a ofrecer voluntariamente nuestra vida a disposición de Cristo, no estaremos en el lugar donde él desea que estemos. 2. Negación del yo Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo” (Mateo 16:24). La negación del yo no es lo mismo que la abnegación. Esto último significa privarse de algunas comidas, placeres o posesiones. La negación del yo es la sumisión tan completa al señorío de Cristo, que el yo no tiene derechos ni autoridad alguna. Significa que el yo abdica del trono. Henry Martin lo expresa así: “Señor, no permitas que tenga voluntad propia ni considere que mi felicidad dependa en lo más mínimo de las cosas que puedan sucederme exteriormente, sino que descanse completamente en tu voluntad.” 3. Deliberada elección de la cruz Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24). Tomar la cruz no se refiere a una enfermedad física o la angustia mental, puesto que estas cosas son comunes a todos los hombres. La cruz es una senda escogida deliberadamente. Es un camino que tal como el mundo lo considera es una deshonra y un reproche. La cruz es el emblema de la persecución, la vergüenza y el abuso que el mundo cargó sobre el Hijo de Dios y que el mundo cargará sobre todos aquellos que elijan ir contra la corriente. Cualquier creyente puede evitar la cruz conformándose a este mundo y a sus caminos.

* * * Una pregunta que se hacen los que tienen desarrollada la facultad de la reflexión es: ¿Qué significaba la palabra “cruz” para los discípulos de Jesús antes de la crucifixión de Jesús, digamos, al comienzo de su actividad sacerdotal. ¿No será que los evangelistas han puesto estas palabras en boca de Jesús, partiendo de las implicancias de ser discípulo de Jesús en las circunstancias de la crucifixión de Jesús y después de ella?

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Los guionistas de la película, “La última tentación de Cristo”, basada en un poema del escritor griego, Katzantzakis, proponen una interesante observación: Como carpintero, Jesús habrá labrado muchas vigas que después fueron utilizadas por los romanos para hacer cruces, y quizás pasó por su mente que uno de esos maderos podría ser utilizado para su propia crucifixión. La respuesta de otros comentaristas es que la expresión “llevar su cruz” existía desde que los romanos subyugaron a los habitantes de la pequeña Judea, y hasta es posible que haya existido originalmente en latín. Se basaba en que al condenado se le obligaba a llevar su cruz hasta el lugar de su crucifixión a fin de hacer del acontecimiento un espectáculo público para que sirviera de escarmiento. La innovación de Jesús es que la cruz de sus discípulos se transformaría de la condena de ladrones y antisistemas al testimonio cumbre de quienes apuestan por la causa de Jesús y del evangelio. A aquellos que optan por tomar la cruz del Señor y seguirle al martirio no les hacen mella el oprobio, la vergüenza o la traición de los demás. 4. Una vida invertida en el evangelio Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” Para comprender lo que significa “seguir a Jesús” conviene preguntarse: ¿Cuál fue la principal característica de la vida del Señor Jesús? Fue una vida de obediencia a la voluntad de Dios, una vida de servicio desinteresado a los demás, una vida de paciencia y tolerancia ante los más graves errores. Fue una vida llena de celo y de desgaste, templanza, mansedumbre, bondad, fidelidad y devoción. Para ser sus discípulos debemos andar como él anduvo. Debemos mostrar el fruto de nuestra semejanza con Cristo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto y seáis mis discípulos” (Juan 15:8). En sí, esto es el objetivo, pero misionológicamente hablando, el discípulo de Jesús está abocado a la evangelización, o como lo llama Mateo, a la kérygma o proclamación del evangelio, sin desmedro de los otros aspectos de la Missio Dei o Misión Integral.

* * * El texto de Mateo 3;35 se refiere a la Misión Integral que el Señor llevaba a cabo: “Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.” El orden y las prioridades no se alteran dentro del círculo rabínico, pues todo el tiempo, día y noche, Jesús dedicaba a la enseñanza o didaskalía, tiempo que se veía incrementado con su enseñanza en las sinagogas con la presencia de sus discípulos. Sin embargo, se cometen errores estratégicos cuando se anula la didaskalía y se dedica todo el tiempo a la evangelización o kérygma. Este error estratégico del discipulado en la comunidad evangélica ha llevado a que se produzca el fenómeno que Randall M.

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Wittig, director de la revista Apuntes Pastorales: “La iglesia ha crecido hasta el tamaño de un océano, pero sólo tiene un centímetro de profundidad.”13 Randall M. Wittig está citando a cierto pastor anónimo y comenta: “Un centímetro de profundidad bien podría ser remplazado por discípulos de Cristo maduros y completos.” 5. Permanencia continua en su Palabra Jesús dice: “Si vosotros permanecéis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31). El verdadero discipulado se caracteriza por la estabilidad. Es fácil empezar bien y lanzarse adelante en un deslumbramiento de gloria. La prueba de la realidad del discipulado es la resistencia hasta el fin: “Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás es apto para el Reino de Dios” (Lucas 9:62). La obediencia ocasional a las Escrituras no sirve. Cristo desea que los que le siguen lo hagan obedeciendo en forma constante y continua.

* * * No estará de más enfatizar que esta relación con el Señor se lleva a cabo sobre la plataforma de la Palabra escrita, la Biblia, con la guía del Espíritu Santo. Y esto abarca no sólo la lectura de la Biblia, y menos dosificada cada día para satisfacer las exigencias de una apretada agenda personal. El verdadero discípulo leerá la Biblia de cabo a rabo, cientos de veces en toda su vida, y aprovechará toda oportunidad para estudiarla de la mano de los mejores maestros y en las mejores instituciones académicas, como dice el apóstol Miguel Angel Cornejo y Rosado, sea su memoria bendición: “La tragedia de nuestro sub-desarrollo se debe a que tenemos el complejo de ser sábelotodos, supersabios y sietemachos”, que pensamos que la ciencia y la civilización, todo empezó con nuestra venida al mundo.

* * * ¿Acaso no es ésta la situación presente del discipulado evangélico? ¿Acaso no creemos que por haber aprendido unos pocos versículos de memoria somos geniales y no tenemos necesidad de aprender más? Permanecer en la Palabra del Señor es ser consciente de nuestra exégesis-eiségesis. Porque si no tenemos este tipo de conciencia que te da el estudio elemental de la hermenéutica bíblica, bien puede ocurrir que estamos fundamentando nuestro discipulado sobre algo que es ajeno a la Palabra del Señor.

13Ver nota, “Mucho trueno, poca lluvia”, Apuntes Pastorales, Volumen XV, Nº 3, Pág. 4, Editada

por Desarrollo Cristiano Internacional, San José, Costa Rica.

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Ya es tiempo que los discípulos de Jesús tomemos posición respecto de la pseudo-piadosa postura del Pastor Arridilleti y del Pastor Ayunetti que dice: “¡Qué hermenéutica ni qué hermenéutica! ¡Aquí lo que necesitamos es arrodillética y ayunética!” 6. Un amor ferviente por sus condiscípulos Jesús dice: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Este es el amor que considera a los demás como mejores que uno mismo. Este es el amor que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4-7). Sin este amor el discipulado sería un ascetismo frío y legalista. Sería un címbalo que retiñe. Al respecto, el apóstol Teodoro Rojas, doctorado en la CBUP con una tesis revolucionaria sobre el Orgasmo Cristiano, excelente manual de consejería matrimonial, pone el dedo en la llaga cuando señala la escala interrelación que existe entre los graduados de la CBUP con sus hermanos menores que prosiguen al blanco de su propia graduación. Ellos dicen, como los impíos: “Ajarái ha-mabúl” (después de mí, el diluvio), y no les regalan el mínimo aliento a los que les sucederán en el sano liderazgo en la iglesia del Señor. ¿Qué se puede esperar de ellos después? Su falta de amor les llevará a relativizar la labor de los maestros de la Escuela Dominical en sus respectivas iglesias, y a relativizar a sus propias familias y a la familia del Señor. Ellos tienen que aprender de la valoración de por medio en las palabras del Señor cuando se refiere a sus amados discípulos diciendo: “Ellos son mis hermanos y mi madre.” 7. Renuncia a todo lo demás Jesús dice: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:33). Esta es, tal vez, la menos apreciada de las condiciones de Cristo para el discipulado, y se podría probar que es el texto menos apreciado de la Biblia. Los teólogos y entendidos pueden dar mil razones para probar que el versículo no quiere decir lo que parece decir, pero los discípulos sencillos lo reciben con ardor, aceptando que el Señor Jesús sabía lo que quería decir. ¿Qué quiso decir con renunciar a todo? Mac Donald dice: “Significa el abandono de todas las posesiones materiales que no nos sean absolutamente necesarias y que se puedan usar en la extensión del evangelio.” El que renuncia a todo no se convierte en un despreocupado holgazán. Trabaja arduamente para proveer a las necesidades comunes de su familia y de sí mismo, pero como el fin de su vida es extender la obra de Cristo, invierte en el trabajo del Señor todo lo que sobrepase a sus inmediatas necesidades y deja el futuro en las manos de Dios.

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Buscando primeramente el Reino de Dios y su justicia, él cree que nunca le faltará nada, ni comida ni vestido. El no puede poner su confianza en dinero ahorrado cuando hay almas que están pereciendo por falta del evangelio. No quiere malgastar su vida acumulando riquezas que caerán en manos del diablo cuando Cristo regrese por sus santos. Desea obedecer el precepto del Señor en lugar de almacenar tesoros en la tierra. Renunciando a todo, ofrece lo que de todos modos no puede conservar y que ya ha dejado de amar.

* * * De nuevo, Mac Donald aparece atrapado en los conceptos pecuniarios, financieros. Este criterio, tan en boga en la predicación homilética en las iglesias evangélicas, limita seriamente la exégesis. Bien podría ser que en el pensamiento de Jesús, el dinero estaba ausente, u ocupaba el último lugar cuando dijo “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo”. En el caso del discípulo Abraham, por ejemplo, el todo que Dios demanda tenía relación con su propio hijo, a quien lo pidió en sacrificio. Pero resulta que cuando Abraham dio testimonio de renunciar a su hijo, el Señor le dijo: “¡No hagas!”

* * *

Mac Donald termina diciendo:

Estas son las siete condiciones del discipulado cristiano. El que esto escribe comprende que al señalarlas se condena a sí mismo como un siervo inútil que es. Pero, ¿se suprimirá la verdad de Dios por la incompetencia de su pueblo? ¿No es verdad que el mensaje es más grande que el mensajero? ¿No es correcto que Dios permanezca veraz y todo hombre sea considerado mentiroso? ¿No diremos como aquel anciano, siervo fiel del Señor, “haz tu voluntad aun cuando para ello tengas que quebrantarme”? Cuando hayamos confesado nuestro fracaso, enfrentemos decididamente lo que Cristo pretende de nosotros y procuremos ser verdaderos discípulos de nuestro glorioso Señor. LA DINAMICA DEL DISCIPULADO El Apóstol Pablo no sólo practicó este criterio dinámico del discipulado, sino que urgió a Timoteo a que lo practicara: “Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarna a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2). El primer paso es la selección cuidadosa y con oración de hombres fieles. El segundo paso es impartirles la gloriosa visión.

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El tercero es enviar a estos hombres para que discipulen a otros. Esto mismo dice Mateo 29:19: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” A los que codician ver números y piden al Señor grandes multitudes, este criterio les parecerá tedioso y aburrido. Pero el Señor sabe lo que está haciendo y sus métodos son los mejores. Dios puede hacer mucho por medio de pocos discípulos dedicados a él que por medio de un ejército gigante de religiosos satisfechos.

* * * De estos conceptos fundamentales podemos ver que la dinámica del discipulado abarca los siguientes pasos: 1. Aprendiendo de Jesús Jesús llamó a un pequeño grupo de hombres para que estuvieran con él y para poderlos enviar. Marcos 3:13-15 dice: “Entonces subió al monte y llamó a sí a los que él quiso, y fueron a él. Constituyó a doce, a quienes llamó ‘enviados” para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar y tener autoridad para echar fuera a los demonios.” En Mateo estas palabras aparecen seguidas de la siguiente convocatoria: “Venid a mí todos los que estáis fatigados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.”14 Les dice eso porque a los mocosos, a los pichones, se les suben fácilmente los humos y se vuelven vanagloriosos de corazón. Por eso no tienen sosiego. 2. Estudiando la Toráh Propongo que en esta separata académica utilicemos los términos originales del discipulado, uno de ellos es talmud Toráh, “estudio de la Toráh”, término que se sigue usando en Israel pero que ni se menciona en la comunidad cristiana. El concepto detrás de este término ha enfocado todo el programa educativo en Israel a lo largo de cuatro mil años. La palabra Toráh, traducida erróneamente en nuestras Biblias como “ley”, no se refiere a un código legal sino a un texto de instrucción divina. La raíz de la palabra Toráh es la misma raíz de la palabra hebrea moderna, horaáh, que significa “educación”. Aunque es difícil explicar el origen de esta palabra cuando no se conoce los rudimentos del idioma hebreo, su etimología es muy ilustrativa: Es la raíz del verbo “tirar”, es decir, apuntar y disparar la flecha de modo que alcance su objetivo.

14En Mateo estas palabras aparecen en otro contexto, no en el capítulo 10, sino en el capítulo 11:21-

26. Y a las mismas les siguen las palabras de Mateo 11:28-30 que aunque no aparecen en el texto paralelo de Lucas, sin duda tienen que ver con la Misión de los Setenta.

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Para los antiguos hebreos la educación consistía en el entrenamiento y la capacitación para dar en el blanco de la vida y lograr las metas. Un mural egipcio de la época de Moisés ilustra magníficamente el concepto de educación. En él aparece un niño con su arco tensado y su flecha dispuesta. Pero detrás de él está de pie su maestro que pone sus manos sobre las manos de su joven discípulo para adiestrarle cómo dar en el blanco. Los cinco primeros libros de la Biblia son conocidos en hebreo como la Toráh, y por extensión se le llama Toráh a toda la Biblia Hebrea.

* * * Después de la destrucción del Templo de Jerusalem por los romanos y la dispersión de los judíos por todas las naciones, surgieron en Babilonia, en las localidades de Sura y Pumbedita, las yeshivót o especie de academias que concentraban a todos los estratos del pueblo de Israel en su programa educativo. Había los alumnos regulares e inmensas concentraciones de alumnos ocasionales que acudían una vez al año en la época llamada, yarjéi kaláh, “meses de noviazgo”, pues consideraban su re-encuentro con los Textos Sagrados tan emotivo y placentero como el reencuentro de dos seres a quienes une el amor y el compromiso. Acudían desde distancias considerables y desde países lejanos para escuchar las enseñanzas de los maestros o rabanim. Entre los rabanim más famosos tenemos a Rabi Akiva, a Hilel, o al gran rabí que fuera maestro del Apóstol Pablo: Rabán Gamliel Ha-zaquén.

* * *

La conexión de Jesús con la Toráh se revela en sus palabras: “No he venido sino para cumplir la Toráh. El concepto de “cumplir la Toráh” no es sólo comportarse de acuerdo a sus instrucciones, sino también cumplir su designio profético. Interesantemente, al hablar de la yod, Jesús parece aludir a los descubrimientos de la exploración de los códigos secretos de la Biblia en que la yod (), no obstante su tamaño tan pequeño puede hacer resaltar un determinado mensaje en código, incluido lo que aparentemente en el Texto Sagrado es una variante escribal, como en el caso del qere y el ketív, y de la escritura malé y jaser (si recurre a matres lectiones o no). La Toráh y su estudio ponen los fundamentos de la didáctica, que tanto se requiere para anunciar el Reino de Dios. 3. Anunciando el evangelio del Reino El Reino de Dios en cierta forma es sinónimo del Pueblo de Dios que se viene conformando a través de la historia; se viene “llenando” hasta el momento en que se manifestará en su plenitud y ya no será una entidad invisible como el sheerít (el remanente de Israel) o la Iglesia invisible.

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El Reino de Dios o Reino de los Cielos no son las conquistas de la justicia social como lo exponen los exponentes de la pastoral latinoamericana y el equipo pastoral del Seminario Bíblico Latinoamericano. Según el concepto de Jesús, el Reino de Dios es la dimensión donde se realiza o se cumple la voluntad de Dios:

Venga a nosotros tu Reino = Sea hecha tu voluntad en la Tierra como en el cielo.

* * * En la mente del pueblo cristiano es claro que la evangelización precede a la labor del discipulado, y así son las cosas desde el punto de vista organizativo y práctico. Mas no es así desde la perspectiva de la naturaleza intrínseca del discipulado. Llama mucho la atención que en el contexto de las palabras de la Gran Comisión, Jesús no usara el verbo “evangelizar” o el sustantivo “evangelización” para referirse a la tarea de la propagación del evangelio. Jesús ha usado más bien el verbo “haced aprender” o “enseñad”. El aspecto global de la labor del discipulado involucra el aspecto evangelístico, proclamativo, pero su énfasis central es docente. En este sentido no existe una brecha que separe la actividad evangelizadora del discipulado evangélico que se proyecta en el futuro hasta convertir al discípulo en un verdadero discipulador.

* * * Cuando presentamos el evangelio de la manera más simple y escueta posible, acompañado del testimonio de nuestra vida y de acuerdo al grado de comprensión de las personas, ¿qué otra cosa hacemos sino enseñar? Permítaseme ilustrar este pensamiento con una anécdota: En cierta ocasión, cuando yo aún estaba en la secundaria, visité a un congresista peruano en su despacho de abogado. Era el Dr. Regal, mi profesor en el Colegio San Andrés, y en su juventud había sido compañero de mi padre en la Escuela de Educación de La Cantuta. El me tenía gran aprecio y me recibió en su despacho. Con mucha paciencia e interés escuchó mi exposición del evangelio a partir de las Cuatro Leyes Espirituales según las había graficado Bill Bright, el fundador de Campus Crusade for Christ International o Cruzada Estudiantil para Cristo.

* * * Cuando terminé mi exposición, yo esperaba que me acompañara en una oración aceptando a Jesús. El no hizo eso, pero visiblemente emocionado me dijo: “¡Que quedado maravillado de la excelente exposición didáctica que has hecho! ¡Es una verdadera joya de la didáctica!” En aquel momento yo no me sentí halagado; esperaba mucho más que esas palabras. Pero con el transcurso del tiempo he visto a este hombre tan querido dirigir las asambleas

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matutinas en el Colegio, leyendo las Escrituras y orando de una manera tan espontánea que no podría haber sido una mera imitación de nuestros misioneros escoceses. El Dr. Regal tenía toda la razón. Como maestro que era pudo captar que la dinámica y el contenido de la evangelización constituyen una maravillosa unidad didáctica. La evangelización que se lleva a cabo gritando, pujando, llorando, cantando, bailando, manipulando, cayendo y revolcándose sobre el piso, pero sin una clara exposición didáctica que apele a nuestra inteligencia no tendrá resultados auténticos y duraderos.

* * *

Nunca olvidaré las palabras de Billy Graham en el Coliseo Amauta, en Lima, en 1962. Con expresiones característicamente cortas y didácticas expuso la siguiente analogía del mundo de las hormigas, del mundo de los seres humanos y de lo que implica la inmanencia divina manifiesta en la venida de Jesús al mundo. El resultado fue un admirable ejemplo de midrash: Vi en el parque un montículo de hormigas y me detuve a observar con tanta armonía y dedicación se movilizaban y construían. De pronto algo ocurrió que causó gran confusión. Empezaron a chocarse unas con otras y a comerse vivas. Yo tuve mucha pena al ver esto. Mucho quería llegar a ellas y ayudarlas a restaurar su pequeño mundo. Pero yo no podía; yo era demasiado grande. Pero él sí pudo, y se hizo hombre. Esto es un midrash, un admirable recurso de la didáctica. Billy Graham lo ha aprendido de su Maestro Jesús. En la mente de Jesús no existe separación entre la labor de evangelizar y la labor de enseñar. El evangelizaba enseñando, y enseñaba evangelizando.

* * * El verbo griego que traducimos “predicar” es keryzo, y básicamente significa “proclamar”. La proclamación de Jesús tenía como tema central el anuncio de la venida del Reino de Dios. Eso hacía Jesús mediante los recursos didácticos desarrollados por la tradición rabínica. Seguramente, él no cambiaba el tono o el volumen de su voz de acuerdo a las circunstancias: Si hablaba a un grupo pequeño o si hablaba a una multitud. Cuando hablaba a una multitud al aire libre o a un grupo apiñado en una sinagoga predominaba el factor proclamativo. Cuando hablaba a una persona o a pocas personas, predominaba el factor docente. El hecho de que fuera conocido como Maestro y no como predicador indica que prefería dirigirse a grupos pequeños, aun estando rodeado por las multitudes. Pensar que por ser el Hijo de Dios hablaba a las multitudes con una voz tan poderosa como el trueno con el efecto de los modernos amplificadores, es absurdo. En suma, su mensaje docente parece haber sido más enfatizado que su mensaje proclamativo como lo ilustra repetidamente el Evangelio de Mateo que dice en 9:35: “Jesús

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recorría todas las ciudades y las aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.” 4. Haciendo discípulos del Señor Las bases teológicas de la educación cristiana coinciden con las primeras instrucciones de Dios al hombre y son exploradas por la Misionología. No vamos a hacer aquí un estudio minucioso del tema de la Missio Dei, al cual dedicamos la separata de Misionología. Más bien, vamos a concentrarnos en las instrucciones específicas de Jesús respecto del enfoque bíblico de la educación. Para ello requerimos examinar los aspectos educativos involucrados en las palabras del Señor al hacernos participantes de su Gran Comisión en Mateo 29:19, 20: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.

* * * En el texto griego, la expresión “haced discípulos” es una sola palabra, mathitévsate, que se puede traducir “discipulad”. Pero lo interesante es que deriva del verbo mantháno que significa “aprender”. Luego, una traducción exacta, aunque forzada, sería “haced aprender” o “haced que aprendan”. Pero, ¿cómo crees que se dice “haced discípulos” en el idioma de Jesús, en hebreo? Tanto en hebreo como en arameo se dice, lehaamíd talmidím, que literalmente se traduce: “poned de pie discípulos”. El concepto deriva de la analogía de nuestros bebés a quienes les ayudamos a pararse solitos y a aprender a andar sus primeros pasitos hasta el momento en que estamos seguros de que pueden hacerlo solos. Hay que ponerlos de pie para que en la fase siguiente puedan andar solos. ¡Qué admirable analogía! ¡Y qué desfachatez representa la postura de algunos discipuladores mamarrachos que lo que hacen es más bien empujarlos para que se caigan! la herejía de las caídas santas.

* * * Discipular significa poner de pie a los discípulos a fin de encaminarlos en pos del Señor, pues los discípulos son del Señor; no son del discipulador manipulador. La famosa expresión hebrea, haamídu talmidín harbéh, “haced muchos discípulos” es el consejo de los sabios de Israel en el Tratado de los Principios, una perla de la literatura rabínica escrita en los días de Jesús y destinado a resaltar las relaciones entre maestros y discípulos. Se puede utilizar el catecismo y los manuales de discipulado, tanto en la catequesis católica o en la Escuela Dominical de las iglesias evangélicas, profundizando el evangelio hasta el punto en que se llegue a encarnar los objetivos del evangelio a la manera de Jesús.

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El discipulador debe exponer a los discípulos bajo su responsabilidad a la reflexión teológica, de la misma manera que al bebé hay que exponerlo a pararse solo y dar sus primeros pasos ya sin la ayuda de su padre o su madre. Pero ocurre generalmente que les impiden y obstaculizan ir un poco lejos del alcance de sus manos y del radio de su influencia. Eso es contraproducente, porque ni las mismas águilas ni los cóndores hacen eso; pues con ser animales, saben exponer a sus pichones a volar solos, y no a la manera de las voladeras o cometas, sostenidas de un hilo a las manos de su dueño. En lugar de prohibirles, el verdadero discipulador debería llevarles como alumnos libres a las actividades del CEBCAR y de la CBUP, como los COMED (Congresos de Maestros de Escuela Dominical) y las EXPOLITE (Exposiciones de Literatura Evangélica). Un ejemplo a seguir es el caso de nuestro Rector de la CBUP, el Dr. Inmer Céspedes Alarcón, pastor de la Iglesia de los Nazarenos, que envía a las clases de la CBUP a los jóvenes y señoritas de su congregación. Dos de ellas, Ana María y Cristina Cochachi han llegado a ser prácticamente alumnas regulares. Cristina Cochachi es conocida en el ámbito de la CBUP como “la Novia de Caral”, porque en nuestra visita al Museo de Caral, el Señor de Caral giraba su cabeza como buscando algo y detenía su mirada en Cristina, como diciendo: “¡Después de cinco mil años por fin te encontré!”

* * * ¡Cuánto provecho sacarían muchos pastores de Lima si siguieran el ejemplo inteligente y bien motivado del Dr. Inmer Céspedes! Por cierto, es imposible esperar que ocurra esto en el caso de muchos pastores acomplejados. Este tipo de profundización y consolidación es un ingenioso apoyo al discipulado evangélico, un campo que bien podrían explorar los creyentes con vocación misionera bi-vocacional (aquellos que son discípulos dentro de sus respectivos campos y actividades profesionales). Ellos no son bi-vocacionales si sólo dan plata, como piensan los ideólogos de COMIBAN, pues el Señor quiere darnos antes que recibir de nosotros. 5. Haciendo realidad la Missio Dei Como hemos expuesto en la separata académica de Misionología, el discipulado es un aspecto de la Missio Dei, de la Misión Integral. Podríamos decir que es el aspecto consciente de la Missio Dei en que los seres humanos participamos de los secretos de la estrategia divina para la restauración del universo físico y espiritual. Pero la Missio Dei es mucho más amplia y abarca el involucramiento en la defensa de la salud, en la educación, en el activismo en pro de la defensa del equilibrio ecológico, y en la implementación de una comunidad terapéutica donde podemos desarrollarnos sanos y fuertes. Muchos evangelistas han interpretado el aspecto “sanidad” de la Missio Dei como la producción de milagros en serie, custom made o a pedido del cliente. ¡Craso error, porque el Señor no sanó a todo el mundo y bajo diversas circunstancias de la vida siempre tendremos el dolor, la enfermedad y la muerta a nuestras puertas. Pero el Señor quiere un pueblo sano física y espiritualmente en que el sacerdocio mutuo produce sanidad mental. Y

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esto no ocurre a pedido del consumidor, sino como algo predeterminado en la estrategia misionológica de Dios. De lo contrario, ¿por qué crees que el Señor le sanó a la suegra de Pedro de su fiebre? Fue para que ella sirviera. Como dice el pastor-psicólogo Jorge A. León, ella es figura de la Iglesia, de una iglesia que está afiebrada, como la iglesia evangélica de hoy, pero una vez sana de su fiebre puede servir a Dios para traer sanidad a la humanidad. LA ORACION DEL DISCIPULO Es un hecho documentado que la oración del Padrenuestro fue formulada por el Señor a petición de sus discípulos. Este hecho da pie a la evaluación de que el tiempo invertido en oraciones y ejercicios espirituales en el contexto del círculo rabínico de Jesús casi brillaba por su ausencia. La razón es que el Señor estaba en medio de ellos. Pero vendría el tiempo en que el recurso de la oración se tornaría imprescindible. Por eso, de manera condescendiente asintió al pedido de sus discípulos y les enseñó a orar en el marco de una oración modelo, como ocurrió entre los discípulos de Juan Bautista y de otros círculos rabínicos cuyos modelos de oración han hallado lugar en el Sidur, el libro de oraciones que está en el centro del ritual diario, del Sábado y de las ocasiones festivas de Israel. La oración del Señor es tan profunda y responde a todas las necesidades humanas, que Adolph Saphir se ha sentido corto al escribir su obra, The Lord’s Prayer, publicado recientemente por la editorial mesiánica Keren Ahvah Meshijít.

* * * La oración del discípulo es una necesidad, pero hay mucha hipocresía en todo el tiempo dedicado a la oración en que los discípulos oran diciendo “envía obreros a tu mies”, pero dicen en sus mentes y corazones: “Pero por favor haz excepción de mí.” Otro tipo de oraciones superfluas está representada en la oración del apóstol Pato Donald que termina diciendo: “Y bendice a todos los que dicen cuá-cuá, amén.” La carga primaria de la oración del discípulo debe ser los intereses del Señor. Debemos pedir en primer lugar: “Venga tu Reino; sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la Tierra”, para luego añadir “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”. La vida de oración no se mide por el tiempo que uno pasa arrodillado o por los callos en las rodillas, sino por permanecer en Cristo y todo lo que ello involucra: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). Estar en él exige que obedezcamos sus mandamientos: “Y cualquiera cosa que pidamos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22).

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EL EJERCICIO DE LA FE EN EL DISCIPULADO En todo, pero especialmente en lo que respecta a la Misión Integral, interviene la fe como común denominador, como ingrediente activo. Dice Mac Donald: “La fe dice, ‘si la única objeción es imposible, aquello puede hacerse’.” Mac Donald dice:

La fe hace que Dios entre en el escenario; por lo tanto, no sabe de dificultades, y aun más: Se ríe de las imposibilidades. Para la fe, Dios es la gran respuesta a toda duda, la gran solución a todo problema. Todo lo remite a él, y por eso poco importa a la fe si se trata de 600 mil pesos o de 600 millones. Sabe que Dios es todo suficiente. Halla en él todos sus recursos.

La incredulidad dice: “¿Cómo es posible tal o cual cosa?” Está llena de cómos, pero la fe tiene una sola y gran respuesta para diez mil comos, y esa respuesta es Dios.

* * * Nuestro Dios es especialista en imposibilidades (Lucas 1:37). Nada le es demasiado

difícil (Génesis 18:14). Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios (Lucas 18:27).

La fe reclama su promesa: “Al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). Y asegura juntamente con Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

Solía decir el apóstol Cecilio McConnell respecto de nuestros hermanos pentecostales: “Los pentecostales son tan zonzos, que se ponen a hacer algo imposible, y saben que lo que hacen es imposible, y con todo lo siguen haciendo. ¡Y les resulta!”

* * *

Todo discípulo que decide andar por fe puede estar seguro de que su fe será probada. Tarde o temprano será llevado hasta el límite de sus recursos humanos. Se sentirá tentado a recurrir a sus semejantes en busca de auxilio. Pero si está realmente confiando en Dios, esperará en él solamente. La actitud normal del discípulo es desear un crecimiento en la fe (Lucas 17:5). Ya ha confiado en Cristo para su salvación. Ahora espera poner bajo el control del Señor nuevas áreas de su vida. Cuando enfrenta enfermedades, tribulaciones, tragedias y aflicciones llega a conocer a Dios en una forma nueva y más íntima, resultando fortalecida su fe. Comprueba la verdad de su promesa: “Conoceremos y persistiremos en conocer al Señor” (Oseas 6:3). Mientras más comprende la fidelidad de Dios, más ansioso está de confiar en él para cosas más grandes. Los discípulos son hombres de fe conforme aprenden de su Señor y Rabí que dice: “Si le decís a este monte arráncate y tírate al mar, será hecho.” Pero no gastes tu fe ordenándole al Illimani que se arranque y se cambie de lugar.

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EL DISCIPULO COMO ADMINISTRADOR Siempre existe la tentación de considerar al discípulo como un simple principiante sin mayores responsabilidades.

¡Craso error! Desde un comienzo el discípulo debe ser instruido respecto de sus responsabilidades como administrador como enseña 1 Corintios 4:1, 2: “Que todo hombre nos considere como servidores del Mesías y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.”

Utilizamos el término “administradores” en lugar de “mayordomos”, como está en la Biblia RVA, para evitar las imágenes de Dedos (de la serie de los Locos Adams), o de Mister Williams en la serie de “La Nana”, o de Peter Mackay (Adolfo Chuiman) en la super serie “Al fondo hay sitio”, que suele decir: “Mejor me cayo, porque soy un lacayo.” Observe este detalle importante: La Parábola del Mayordomo Injusto en Lucas 16:1-13 empieza con estas palabras: “Dijo también a sus discípulos.” Se trata de un tema fundamental en la temática del discipulado; no exponerlo es una grave omisión en muchos manuales. El discípulo empieza siendo administrador de los misterios de Dios, y también de los recursos materiales que el Señor le ha encomendado, desde que empieza a seguir a Jesús.

* * *

La Parábola del Mayordomo Injusto (o del Administrador Injusto) de Lucas 16:1-13 ha sido magistralmente expuesta por Guillermo Mac Donald en el capítulo 4 de su obra citada: La Parábola del Mayordomo Injusto fue presentada a los discípulos. En ella el Salvador sienta principios aplicables a los discípulos de todos los tiempos. Después de todo, los discípulos de Cristo son esencialmente mayordomos a quienes se ha confiado el cuidado de sus pertenencias e intereses sobre la Tierra. Esta parábola está rodeada de dificultades. Aparentemente recomienda la deshonestidad y los negocios ilícitos. Pero cuando se entiende con la debida luz la encontramos saturada de enseñanzas de gran importancia. En resumen , la historia es ésta: Un rico propietario encargó sus negocios a un empleado. Pasado mucho tiempo el amo supo que su empleado estaba despilfarrando su dinero. Inmediatamente le pidió una rendición de cuentas y le informó que quedaba despedido. El empleado comprendió que su futuro era lúgubre. Era demasiado viejo para hacer trabajo físico pesado y le daba vergüenza mendigar. Entonces encontró una estratagema que le aseguraría tener amigos en los días venideros. Fue a uno de los deudores de su amo y le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi jefe?” La respuesta fue: “Tres mil trescientos setenta y cinco litros de aceite.” “Bien”, dijo el empleado, “para la mitad y demos la cuenta por liquidada.”

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Fue a otro de los deudores y le preguntó: “¿Cuánto debes?” El deudor contestó: “Treinta y dos mil kilos de trigo.” “Bien, entonces paga veinticinco mil y demos por cancelada la cuenta.” Aun más contraproducente que la acción del empleado deshonesto es el comentario que sigue: “Y el señor elogió al mayordomo injusto porque actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son en su generación más sagaces que los hijos de luz” (Lucas 16:8).

* * * ¿Cómo hemos de entender esta aparente aprobación de prácticas deshonestas en los negocios? Una cosa es cierta: Ni su señor, ni nuestro Señor aprobaron sus prácticas sinuosas. Fue por eso mismo que lo destituyeron. Ninguna persona justa aprobaría el fraude y la infidelidad. Cualquiera sea la enseñanza de la parábola no sugiere que el desfalco sea justificado. Hay solamente una cosa por la que se alaba al siervo injusto, y es que haya planeado su futuro. Dio los pasos necesarios para asegurarse de que tendría amigos después de que hubiera cesado su mayordomía. El actuó para el “después” a cambio de satisfacer su sola necesidad inmediata. Este es el punto central de la parábola. La gente del mundo toma estrictas medidas a fin de proveer para los días venideros. Del único futuro del que se preocupan es el de su vejez y sus años de jubilación. Por ello trabajan diligentemente para asegurarse una situación cómoda cuando ya no sean capaces de trabajar en forma provechosa. Nada olvidan en su búsqueda de la seguridad social. En este aspecto los no-creyentes son más sabios que los cristianos. Sin embargo, para entender el por qué debemos entender que el futuro del cristiano no está en la tierra sino en el cielo. Este es el punto crucial. El futuro para quien no es cristiano es el tiempo entre el ahora y la tumba. Para el hijo de Dios es la eternidad con Cristo.

* * * La parábola enseña entonces que el no regenerado es más sabio y precavido en sus preparativos para el futuro en la tierra que el creyente lo es para su preparación para el cielo. Con esto en mente el Señor presenta la enseñanza práctica: “Y yo os digo: Con las riquezas injustas ganaos amigos para que cuando éstas lleguen a faltar, ellos os reciban en las moradas eternas” (Lucas 16:9). Las riquezas injustas son el dinero y las demás posesiones materiales. Estas cosas podemos usarlas para ganar almas para Cristo. Las personas que nosotros ganamos por el adecuado uso de nuestro dinero aquí son llamados “amigos”. Viene un día cuando faltaremos, ya sea por la muerte o por haber sido llevados al cielo por Cristo en el arrebatamiento. Los amigos ganados por el correcto uso de nuestras posesiones materiales servirán entonces como un comité de bienvenida para recibirnos en las moradas eternas.

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PRINCIPIOS BASICOS DEL DISCIPULADO Como dice Guillermo Mac Donald, cuando estos discípulos salen en el nombre de Jesús, siguen ciertos principios básicos bosquejados en la Palabra de Dios: 1. En primer lugar son astutos como serpientes, pero inofensivos como palomas. Su sabiduría la piden de Dios para poder seguir el difícil camino que tienen que transitar. 2. En segundo lugar son mansos y humildes en sus contactos con sus semejantes. Nadie puede temer la violencia física de parte de ellos. Los hombres deben temer solamente a sus oraciones y a su inquebrantable testimonio. 3. Los verdaderos discípulos se mantienen libres de la política de este mundo. No se sienten llamados a luchar contra ninguna forma de gobierno ni contra ideas políticas. Pueden trabajar bajo cualquier forma de gobierno y ser leales al mismo mientras no se les exija comprometer su testimonio o negar a su Señor. Si esto ocurriese, entonces ellos rehúsan obedecer y se someten a las consecuencias. ¿No dijo el Señor, “si mi Reino fuera de este mundo mis servidores pelearían”? 4. Estos hombres son embajadores de un país celestial y pasan por este mundo como peregrinos y extranjeros. 5. Son absolutamente honestos en todos sus tratos. Evitan los subterfugios de cualquier tipo. Su sí es sí, y su no es no. Rechazan la mentira de que el fin justifica los medios. Bajo ninguna circunstancia hacen el mal para que venga algún bien. Cada uno es una conciencia encarnada que preferiría morir antes que pecar. 6. Otro principios invariablemente seguido por estos hombres es que su trabajo los une a una iglesia local. Salen al mundo a ganar almas para Cristo, pero ganadas las almas las ponen en comunión con la iglesia local donde pueden ser fortalecidas y edificadas en la fe. El verdadero discípulo comprende que la iglesia local es la unidad de Dios puesta para propagar la fe y que el trabajo mejor y más duradero se edifica siguiendo estos lineamientos. 7. Los discípulos son prudentes y evitan implicarse en alianzas de cualquier tipo. Firmemente rehúsan permitir que sus movimientos sean dictados por organizaciones humanas. Reciben sus órdenes de marchar directamente del cuartel general en los Cielos. Esto no significan que operan sin la confianza y la recomendación de la iglesia local. Por el contrario, consideran tal recomendación como una confirmación del llamamiento de Dios para el servicio. Pero insisten en la necesidad de servir a Cristo en obediencia a su Palabra y en que él les guíe. 8. Finalmente, estos discípulos evitan la publicidad. Tratan de mantenerse en el segundo plano. Su propósito es glorificar a Cristo y hacer que él sea conocido. No buscan

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grandes cosas para sí mismos, ni quieren revelar su estrategia al enemigo. Saben que el cielo será el mejor lugar y el más seguro para conocer los resultados de su labor. TEMATICA DEL DISCIPULADO Tomando el discipulado como la fase elemental en que el nuevo discípulo requiere que alguien le provea de la instrucción elemental, se han enseñado diversos materiales básicos para la formación doctrinal. Es triste que en las iglesias evangélicas se haya abandonado el uso del catecismo utilizado en tiempos de la Reforma, porque tiene el efecto de no dejarle al discipulador ceder a la tentación de convertirse en manipulador, aparte de que al formar parte de tu ser dará fundamento a tu reflexión a lo largo de tu vida. Recomendamos El Catecismo Menor de la Asamblea de Westminster (American Tract Society, New York), o El Catecismo Menor Explicado por Ezequiel Lango (Publicaciones El Faro, S.A., México). Esta obra puede ser leída en la Escuela Dominical, clase adultos. Y para los que creen que estas obras son demasiado presbiterianas, también tenemos El catecismo bíblico y doctrinal para el nuevo creyente, por Adolfo Robleto. Con la restauración del catecismo podría solucionarse el problema de la falta de materiales para la Escuela Dominical. El catecismo basta y sobra, tanto para niños viejos como para viejos niños porque su exposición se puede graduar, ampliar y complementar, aparte de que se puede crear una cultura bien cimentada en formulaciones lacónicas y literarias.

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APENDICE

EL DISCIPULADO El tema del discipulado ha venido siendo enfocado desde varios ángulos y de una manera cada vez más intensa en diversas publicaciones doctrinales y teológicas. Dos ángulos de enfoque que predominan son los siguientes: 1. El enfoque eclesiástico. 2. El enfoque misionológico El enfoque eclesiástico está representado por cursillos elementales de carácter doctrinario que no obstante su lenguaje actual todavía reflejan una mentalidad catequística. Sus programas, ya sea publicaciones o clases de capacitación para el bautismo constituyen una especie de “empujoncito hacia la vida cristiana”. Este enfoque, a causa de sus limitaciones conceptuales no pasa de ser eso: Un empujoncito inicial cualesquiera sean sus consecuencias. No puede ir más allá de las limitaciones impuestas que lo hacen un programa más de la educación religiosa con sus características inherentes de temas escasos y repetitivos, y dados a la memorización de paporreta.

* * * Por otro lado, el enfoque misionológico es producto de la reflexión en la Misión común a diversos ámbitos de la cristiandad. A decir verdad, el enfoque misionológico siempre debió acompañar al discipulado al lado del enfoque eclesiástico, porque el discipulado es básicamente la Misión que el Hijo de Dios vino a cumplir en la Tierra y la misma que ha delegado a sus discípulos. Por lo mismo, el discipulado no se circunscribe ni se limita a la educación cristiana o religiosa, antes bien genera una dinámica reflexión de consecuencias prácticas a lo largo de la vida del discípulo.

* * * Ante las deficiencias conceptuales y prácticas del enfoque eclesiástico el enfoque misionológico se ha visto en la necesidad de recurrir a adjetivos calificativos.

Stuart Briscoe escribe en su libro, Discipulado para todos publicado por Editorial Vida, tratando de corregir algunos de los conceptos desvirtuados.

El CLADE III expresa esta misma inquietud al haber escogido como su lema la expresión “Todo el evangelio para todos los pueblos desde América Latina”. Aunque las palabras “desde América Latina” echan a perder la inteligencia del lema; mejor hubiera sido decir “desde el pueblo de Dios”.

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Al mismo tiempo, el adjetivo “integral” aplicado originalmente por René Padilla al enfoque de la Misión divino-humana o Missio Dei, ha venido siendo aplicado también al discipulado.

La contribución del Dr. Juan Yalico ha sido definir de una manera radical y de una vez por todas el adjetivo “integral” para evitar que sea desvirtuado y limitado por la propaganda misionera de diversos grupos evangélicos (Integral Discipleship from a Missiological and Christological Perspective, California Graduate School of Theology, año 2000).

Para Yalico, el “discipulado integral” significa “discipulado misionológico y cristológico”.

* * * Discipulado misionológico significa que está en el núcleo mismo de la Misión

divino-humana, por no decir, en la totalidad de la Misión, ya que abarca también el así llamado “mandato cultural” formulado en Génesis 1:28.

No se puede concebir el discipulado aparte de su postulado fundamental de crear cultura. Por lo mismo, cuestionamos el concepto mal expresado por John Stott, de que el evangelio constituye una “contracultura”.

Discipulado cristológico significa que tiene que ser llevado a cabo a la manera de Jesús el Mesías y en la dimensión de la consumación de la Misión en la cruz.

Mientras el enfoque eclesiástico enfatiza en la labor temporal del evangelizador y del maestro cristiano, el enfoque misionológico-cristológico enfatiza en el desarrollo del discípulo hasta la meta de madurez que el Apóstol Pablo designa “la estatura del Mesías” (Efesios 4:13), y el Dr. Yalico designa “lo cristológico”.

No hablamos de algo “cristocéntrico” por cuanto diversos grupos han demostrado fallar respecto del enfoque que consideran “centrado”.

El discipulado no se presta a definiciones ni evaluaciones subjetivas, convencionales ni de moda.

* * * El presente volumen de Discipulado Evangélico es, básicamente, el aporte reflexivo

de Juan Yalico en su tesis doctoral. En la misma prefirió definir los parámetros y los conceptos que vienen siendo manipulados y pisoteados, y no tanto a dar ilustraciones descriptivas y estadísticas de lo que se concibe como Misión integral y Discipulado integral.

Sin embargo, las ilustraciones objetivas de su propia experiencia respaldan los conceptos desde la obra misionera, fundamentalmente de educación misionológica que él comparte con los directivos y con los estudiantes de la Misión Beit Shalom (con base en Alemania y el Perú) y con la Academia Misionológica de la IEP (AMIEP). Concretamente hablando el discípulo de Jesús ha de llevar a cabo la Misión divino humana en que los mismos ángeles desearían verse involucrados directamente.

* * *

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En lo que concierne a la iglesia local estamos en mejores condiciones para corregir errores conceptuales y prácticos que persisten en medio del pueblo de Dios como el que presenta a la iglesia como un espectro de “miembros en plena comunión”, “miembros de segunda clase”, “miembros disciplinados” eufemismo por “indisciplinados”, y “simpatizantes” o “asistentes”.

Más errado es el parámetro que cataloga a los “miembros” como los bautizados, los que pagan, y los que están inscritos en la lista.

Yalico abomina este criterio eclesiástico, pues la Biblia nos habla de un pueblo de Dios, al cual se pertenece o no se pertenece, y de una responsabilidad que la generalidad de los miembros de las iglesias ignoran: La de ser discípulos de Jesús el Señor.

INFORMACION IMPORTANTE

Para tener información sobre la Biblia Decodificada del Dr. Moisés Chávez sírvase

acceder a la separata, Biblia Decodificada. Para tener información sobre la Biblia Reina-Valera Actualizada (RVA) sírvase

acceder a la separata, Biblia RVA. Para tener información sobre el contenido de las 1.050 historias cortas, 165

separatas académicas, 150 libros, 76 tesis de grado CBUP y los volúmenes del Indice Expurgatorius – Libros Prohibidos que conforman la Biblioteca Inteligente MCH, sírvase acceder a la información que presenta la separata, Biblioteca Inteligente.

Para obtener información sobre los Estudios Universitarios del CEBCAR y de la CBUP-VIRTUAL, sírvase acceder a la separata, Estudios Universitarios CEBCAR-CBUP.

Para tener acceso a la bibliografía de la Biblioteca Inteligente MCH, sírvase acceder al documento, Bibliografía WORD.

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