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1 De la Ley a la Cruz Por Héctor Antonio Brea Gil Para Ministerio Cristiano Bíblico Planeta Tierra No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo (Gálatas 2:21). 12 Diciembre 2010 Santo Domingo, República Dominicana

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De la Ley a la Cruz

Por Héctor Antonio Brea Gil

Para

Ministerio Cristiano Bíblico Planeta Tierra

No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo (Gálatas 2:21).

12 Diciembre 2010

Santo Domingo, República Dominicana

2

Índice

Introducción…………………………………………………….…3

La Ley y el Pueblo de Israel……………………………………...4

Jesús: ¿El Fin de la Ley? ……………………………………........9

La Ley en los Tiempos de la Gracia……………………………..22

La religiosidad: Obras de la Ley en tiempos del Nuevo Pacto.….33

¿Está el Mandamiento del Diezmo Vigente?.................................36

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Introducción:

Hace algunos días hablaba con el Hermano Pedro y el Hermano Carlos, dos compañeros de trabajo y hermanos en Cristo, acerca de la justificación por fe. Y lo que más nos llamaba la atención era que los judíos, que no aceptan que Jesús es el Mesías, están más claros que los evangélicos en que la justificación para nosotros es por fe. Aunque hay muchos cristianos que se meten en la Ley buscando mandamientos para cumplirlos y tratar con eso de agradar a Dios. Inclusive hablando con un líder religioso Judío muy amable y servicial, con el cual hablo de vez en cuando, me di cuenta de lo celosos que son ellos con la Ley, que no permiten que alguien que no sea Israelita la cumpla y ni siquiera que lea La Torah (Los 5 Primeros libros del Antiguo Testamento) ni el Talmud (Tradición Oral Rabínica). Esa relación con el rabino empezó cuando le pedí permiso para leer la Torah hebrea y no me autorizó aunque me dijo que la traducción de la Torah en la Biblia Reyna-Valera es buena y confiable, aún así me facilitó el leerla, traducida directamente del hebreo al español, pero no tocando sus libros sagrados.

Los cristianos, como sabemos que somos salvos por gracia, hemos permitido que algunas personas conviertan la gracia en libertinaje, porque creen que la justificación es una sola vez y que con aceptar a Jesús es suficiente. Mucho cuidado: Hay una santidad que debemos guardar. Hay personas que se burlan de la Ley y del Pueblo de Israel. Mucho cuidado: La Ley es Palabra de Dios y el Pueblo de Israel es el Pueblo Elegido por Dios. Nosotros somos benditos en la simiente de ese pueblo, no olvidemos que Jesús nuestro Salvador nació en ese pueblo (Mateo 1:18-25). El problema que hubo con los judíos que guardaban celosamente la Ley es lo que nosotros los gentiles debemos evitar: Caer en la religiosidad (Mateo 23:1-36). La Ley es buena porque es Palabra de Dios (Éxodo 31:18) y si leemos la Ley, no para buscar justificaros delante de Dios guardándola celosamente sino para ver la belleza que hay en ella y sacar de ella lo mejor, nos daremos cuenta de que es rica en enseñanza y que hace mucho énfasis en la misericordia.

La Ley no tiene en ella ningún problema, el problema fue que el Pueblo de Israel prefirió guardar la Ley para justificarse delante de los hombres (Mateo 23:5), le dieron la espalda a Dios, endurecieron sus corazones y cayeron en la religiosidad. La religiosidad es dañina porque endurece los corazones de las personas y hace que más que en predicadores y pescadores de hombres se conviertan en jueces y verdugos.

Veamos a continuación un resumen de lo que dice la Biblia al respecto.

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La Ley y el Pueblo de Israel.

Mucha gente ha oído hablar de la Ley pero no sabe lo que es la Ley. Se conoce como la Ley a una cantidad de normas que Dios le entregó a Moisés en el Monte Sinaí después de la salida de Egipto y que rigen la adoración a Dios y la vida diaria del Pueblo de Israel y por las cuales ellos son justificados delante de Dios. La Ley, en la Biblia está contenida en los libros de Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, en el Antiguo Testamento. Estos cuatro libros junto a Génesis componen el Pentateuco, también conocido por los judíos como la Torah. La autoría de estos libros se le atribuyen a Moisés. También existe el Talmud que es la tradición oral rabínica donde también encontramos algunas leyes. Algunos judíos creen que Dios le dio a Moisés primero el Talmud y después la Torah (Levítico 26:46).

El primer gran mandamiento perpetuo que recibe el Pueblo de Israel a través de Moisés fue el de la Fiesta de Pascua, en el cual se les ordena una festividad anual que guardarán perpetuamente y que en esta cenarán panes sin levadura y se comerán un codero asado con yerbas amargas, con el compromiso de que esta fiesta solamente la celebrarán los israelitas, ningún extranjero la puede guardar (Éxodo 12:1-28). Este mandamiento lo recibió Moisés antes de salir de Egipto con el pueblo de Israel en pos de él. Después de haber cruzado el Mar Rojo (Éxodo 14) el Pueblo de Israel llega al Sinaí donde reciben la Ley oral de parte de Dios, mejor conocida como los Diez Mandamientos (Éxodo 20), después Moisés recibe instrucciones especiales las cuales debe pasar al Pueblo de Israel y uno de esos mandamientos es que el Pueblo de Israel debe evitar mezclarse con otros pueblos para que no caigan en apostasía ni mezclen Su adoración con la de dioses paganos (Éxodo 23:25-33). Después de haber recibido la Ley oral Moisés se apartó de nuevo al Sinaí donde recibió nuevas leyes, esta vez escritas en piedra por el dedo de Dios (Éxodo 24 al 31). Para los israelitas los pueblos que no son del linaje de Abraham son considerados gentiles y ellos mismos reconocen que los gentiles no son justificados delante de Dios por la Ley sino por los Mandamientos dados a Adán (Génesis 3:17-19) y los Siete Preceptos de las Naciones o Mandamientos dados a los hijos de Noé (Génesis 9:1-17)

La justificación por fe es un tema que últimamente he estado tratando mucho y es por el hecho de que veo a personas que buscan de Dios y no saben todavía si son salvos o están condenados. Hacen muchas cosas para tratar de agradar a Dios: votos, promesas, peregrinaciones, abstinencias, etc. Creyendo que con eso hallarán gracia. La gracia se adquiere por medio de la fe (Efesios 2:8-9), de creer en Dios, que El existe, que es galardonador de los que le buscan y por aceptar a Jesús como nuestro Redentor y Salvador personal (Romanos 10:9). Pero la fe ha sido el don principal desde siempre. Desde que Dios creó al hombre, todo el tiempo ha mostrado que su misericordia está de parte de quienes se arrepienten de sus faltas y lo buscan. ¿Adán pudo haber sido perdonado por Dios si al momento de caer en pecado se arrepiente? Claro que sí. Lo que pasó fue que Adán en vez de humillarse se justificó y eso mismo a veces hacemos los seres humanos: nos justificamos en lugar de humillarnos (Génesis 3:12). Pero una muestra enorme de fe fue el caso de Abel hijo de Adán el cual presentaba sus mejores ofrendas a Dios y por esto recibía bendiciones. Ha Caín le pudo haber ido igual si en vez de envidiar a su hermano le hubiera tomado como ejemplo y hubiera tratado de hacer lo agradable delante de Dios, porque el problema de Caín no era su ofenda sino su corazón (Génesis 4:1-7).

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Noé es otro ejemplo de la justificación por fe. Con Noé se inicia una promesa de Dios de que por la fe somos salvos nosotros y nuestras familias. Génesis habla bien claro cuando dice que Noé encontró gracia delante de Dios cuando el Señor decidió destruir la Tierra con un gran diluvio y le mandó a construir una arca donde entrarían él, su familia y una pareja de cada animal de la Tierra y ave del cielo. ¿Qué podía ser más importante y más vital para Noé que su familia? ¡Creo que nada! Pues por tal razón Dios tuvo misericordia de él y de sus seres queridos (Hechos 16:31). Dios no nos quita a sus elegidos lo que más amamos y apreciamos fuera de tiempo y sin prepararnos para el momento. En este caso cuidó de Noé y su gente. Aunque aquí también se confirma que la salvación es individual, pese a que Noé encontró gracia delante de Dios, si los hijos de Noé no creen y se quedan fuera del arca, también hubieran muerto ahogados (Génesis 7 y 8). Pero después vemos que encuentra gracia Abraham y por su fe y obediencia a Dios es bendecido y prosperado materialmente (Génesis 12 y13). Abraham tuvo el privilegio de ser visitado por Dios, de hablar directamente con Dios (Génesis 18:1-6) y de ser bendecido por Melquisedec, Sumo sacerdote y Rey de Salem (Rey de Paz) ¿y cómo fue bendecido? Con Pan y Vino (Génesis 14:17-18). Una cristofanía, un adelanto de lo que venía: La bendición de los que tienen fe por medio del cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Qué hace Abraham con Melquisedec? Le da el diezmo de todo lo que tenía en ese momento (Génesis 14:19). ¿Pero diezmó Abraham solamente? No, con él diezmó toda su descendencia, incluyendo a Leví, cuyos hijos más tarde se beneficiarían de los diezmos (Deuteronomio 18:1-8). Un acto de desprendimiento voluntario que se hace por fe. Es este el mismo acto de desprendimiento que Dios demanda de sus hijos, no tan solo con las finanzas sino con toda su vida. Abraham recibió de Dios la promesa de que en su simiente serían benditas todas las naciones de la Tierra, esa promesa fue antes de la Ley y nos hace herederos de un Nuevo Testamento dejado por Dios, pero ese testamento no sería cobrado hasta que el dueño de todo muriera (Génesis 12:1-3).

Murió Abraham, pero el no era el dueño de todo, él era amigo del dueño.

De la descendencia de Abraham nacen Ismael e Isaac. Ismael es el primogénito pero era hijo de un adulterio con la esclava Agar; pero por su condición de hijo de Abraham hereda 12 reinos, los que componen la Gran Arabia en la actualidad, cumpliéndose en estos días lo dicho por el Señor de que él estará contra todos y todos estarán contra él y que vivirá al lado de sus hermanos (Génesis 16:1-16). Independientemente de que Ismael es hijo de una relación fuera de matrimonio también es bendecido por Dios. ¿Por qué? Porque su madre Agar también creía en el Dios de Abraham y le fue contado como justicia y también aquí vemos otra vez la promesa de que serán salvos tú y tu casa. Ismael era el primogénito de Abraham y aunque no era el hijo de la promesa, su padre lo amaba. Isaac, hijo de Abraham con su esposa Sarah pasa a ser el heredero de la promesa y por su parte recibe la confirmación de parte de Dios de que en su simiente serán benditas las naciones de la Tierra y que será grandemente multiplicada su descendencia (Génesis 26:1-5). En esta promesa vemos que Dios le manda a guardar sus leyes, pero, ¿Cuáles leyes si no había Ley Del Sinaí? Los Mandamientos de Adán y de Noé. Isaac fue aquel niño que Abraham llevó al monte Moria para sacrificarlo por orden de Dios; pero vemos en dos ocasiones la fe y la seguridad de Abraham en que Dios lo respaldaría: Cuando dice a sus sirvientes “quédense aquí que luego bajaremos” y cuando le dice a Isaac que “Dios proveerá cordero para el sacrifico” (Génesis 22).

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Isaac tuvo dos hijos: Esaú y Jacob. Dios apartó para cumplir su propósito a Jacob desde que este estaba en el vientre de su madre. La promesa de que en la simiente de Abraham serían benditas todas las naciones se dio definitivamente con Jacob, el cual tuvo 12 hijos varones de los cuales salieron las 13 tribus de Israel que luego fueron 12 porque una fue apartada para el servicio sacerdotal y no se les dio tierra en herencia, esta fue la tribu de Leví (Números 35). Jacob al igual que sus antepasados había recibido una promesa de Dios y una noche, mientras dormía, tuvo una visión e la que veía una escalera de la cual bajaban y subían ángeles (Génesis 28:10-22). En esa visión recibiría una promesa de Dios, una confirmación del pacto que Dios había hecho con Abraham y movido por la fe hizo un voto de dar diezmo de lo que Dios le diera si el Padre le cumplía lo que le había prometido. Jacob sabía que contaba con el respaldo de Dios, por tal razón fue a la casa de su tío Labán y trabajó para este 21 años, de los cuales 14 los trabajó para ganarse a su amada Raquel y aunque Labán abusaba de él con los salarios de sus labores, aun así Dios obró cumpliendo su promesa y Jacob fue prosperado materialmente. En Jacob encontramos dos factores fundamentales para ser bendecidos: Tener fe en Dios y manejarse con integridad frente al prójimo. Pero cualquiera diría: ¿Integridad! Jacob? ¡Si hasta su nombre significa usurpador! Jacob nació de nuevo.

Los hijos de Jacob fueron: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad y Aser, José y Benjamín. También tuvo una hija llamada Dina (Génesis 35:22-26). Estos hijos los tuvo con cuatro mujeres. Y de estos varones vienen las 12 Tribus de Israel. José tuvo dos hijos, Manases y Efraín y estos fueron considerados por Jacob como hijos suyos, por eso dos tribus llevan sus nombres (Génesis 48:5).

A Jacob le nace un hijo el cual se llama José, primer hijo de su relación afectiva con su amada Raquel. Este joven haya gracia delante de Dios y se convierte en el primer visionario profético que registra la Biblia. José fue vendido por sus hermanos como esclavo y llevado a Egipto donde después le sirvió al faraón como su mano derecha al interpretarle unos sueños que profetizaban miseria para Egipto. José fue prosperado por Dios debido a su fe y todo cuanto este joven hacía era bueno y prosperaba materialmente (Génesis 40 y 41).

Es con la descendencia de Jacob que se funda el Pueblo Elegido de Dios. Este Pueblo llamado Israel duró 400 años esclavo en Egipto hasta que fueron liberados por un hombre descendiente de Leví llamado Moisés, el cual guió al Pueblo de Israel a través del desierto hasta llevarlos al Sinaí, donde recibieron las leyes orales o 10 Mandamientos (Leer Éxodo). Estos mandamientos son la Ley eterna de Dios y no contradicen en nada a los preceptos de las Naciones o Mandamientos de los Hijos de Noé. Si nos fijamos en Génesis, cuando aún no existía la Ley, el robo, el adulterio, la fornicación, la mentira, eran pecados, pues esto se debía a que estas leyes estaban grabadas en los corazones de las personas y esa tradición era pasada de generación en generación. Las diferencias entre los 10 Mandamientos y los 7 Preceptos de las Naciones radican en tres mandamientos: Guardar el sábado, no Tomar el Nombre de Dios en Vano y Honrar a Padre y Madre. Si leemos Génesis nos damos cuenta que Dios es muy especifico con sus siervos Abraham, Isaac y Jacob en que deben guardar sus leyes. ¿Pero cuáles leyes si aún no existía la Ley? No existía la Ley del Sinaí pero ya existían las leyes dadas a Noé. Pero aun así Dios estableció leyes para el Pueblo de Israel. Las leyes que recibieron en el Sinaí fueron duras para ellos pero fueron creadas por causa del pecado, la iniquidad que arrastraban, heredada de sus ancestros los hacia un Pueblo de dura cerviz.

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¿Iniquidad heredada? Claro que iniquidad heredada. ¿Hijos de quienes eran? Primero hijos de Adán y después de un grupo de hombres que mataron por venganza a todo un pueblo (Génesis 34:1-30), hijos de un grupo de hombres que vendieron a su hermano por envidia (Génesis 37:12-36), hombres que de una forma u otra hicieron lo malo delante de Dios y provocaron muchas preocupaciones a su padre Jacob, pero eran hijos de un hombre que había recibido por su fe una promesa de tener una descendencia en la cual serían benditas todas las naciones de la Tierra, como una señal de que Dios no rompe sus promesas.

Pero a la verdad que ellos eran difíciles. Jacob tuvo un encuentro con Dios, antes de ese encuentro era una persona difícil, era un usurpador de bendiciones (Génesis 27:1-40), pero como estaba apartado por Dios desde el vientre de su madre, recibió la promesa del Señor y a partir de ese encuentro cambió, pero sus hijos arrastraban la iniquidad de parte de sus madres y los ancestros de estas. Y es claro que fue así: Si Jacob fe transformado y cambiado luego de su encuentro con Dios, ¿De quién heredaron los hijos de Jacob sus iniquidades? Simeón y Leví: Homicidas con premeditación y alevosía (Génesis 34:1-30), Rubén: Adúltero (Génesis 49:1-3) Judá: Fornicario (Génesis 38) y los demás con excepción de Benjamin: Mentirosos e indolentes, cómplices de echar a su hermano José en un pozo y venderlo como esclavo a Egipto (Génesis 37:12-36). Pues heredaron la iniquidad de sus ancestros. ¿Todavía se preguntan por qué el Pueblo de Israel era de dura cerviz? Pero aun así Dios mantiene su Pacto con ellos. Y miren si eran duros que Dios les abre el Mar Rojo para que crucen en seco, los alimenta con Maná desde el cielo, y les hace muchas señales cuando son sacados de Egipto de tierra de esclavitud, aun así dejan de creer en El y con todo y eso Dios mantiene su Pacto con ellos (Romanos 11:29-30).

Pues por el pecado del Pueblo de Israel es que Dios envía su Ley a través de Moisés: 10 mandamientos básicos y cerca de 600 ordenanzas más que el Pueblo de Israel debe guardar por estatuto perpetuo de generación en generación. Y las leyes abarcaban todos los aspectos de la vida, desde la purificación después del parto hasta los sacrificios para el perdón de los pecados. Además el Señor ordenó al Pueblo de Israel a que se le hiciera un tabernáculo y después un templo para que les llevaran sus sacrificios, sus primicias, sus diezmos, etc. Solamente el Pueblo de Israel podía guardar esa Ley. Los que no eran israelitas no podían ni debían guardar ninguno de eso estatutos (Deuteronomio 7:6-25). Para hacer eso debían convertirse en Judíos y cumplir con toda una serie de pasos para ser admitidos. Miren si Dios era celoso con su Pacto y su Ley que en muchas ocasiones le ordenó al Pueblo de Israel que no se mezclara con otros pueblos ni a sus varones que tomaran para ellos esposas de otros pueblos (Deuteronomio 7:1-5). Definitivamente la Ley era para Israel, de eso no hay dudas.

Y entonces: ¿Nosotros los gentiles debemos guardar los mandamientos de la Ley para poder ser justificados delante de Dios? Bueno, la Biblia dice que quien guarda un mandamiento de la Ley debe guardar la Ley entera y esa Ley lo justificará delante de Dios.

Pregunto: ¿Qué usted prefiere: ser salvo por reconocer a Jesús como su Salvador personal o tratar de justificarse ante Dios, convirtiéndose en Judío, negando que Jesús es el Hijo de Dios y cumpliendo 600 reglamentos de los cuales hay algunos que en la actualidad son imposibles de cumplir? Yo prefiero ser salvo por gracia, reconociendo a Jesús como mi Señor.

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Y Dios le hizo una promesa a Abraham de que en su simiente serian benditas todas las naciones de la Tierra. Y la Tierra fue bendita por un hombre que nació en el Pueblo de Israel, un hombre que es la representación del Dios Vivo. Un Rey de Paz y Amor, un Sumo Sacerdote que se dio en sacrifico para el perdón de todos los pecados de la humanidad. Ese hombre se llama Jesús de Nazaret y solamente por El llegamos al Padre.

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Jesús: ¿El Fin de la Ley?

En la Biblia hay un pasaje muy interesante y es aquel en el cual hay un fariseo y un pecador orando. El fariseo quiere justificarse delante de Dios recordándole que guarda todos los mandamientos de la Ley mientras el otro admite que es pecador. Jesús dice muy claro en esta Parábola quién de verdad fue justificado delante de Dios.

Jesús durante su ministerio en la Tierra nos aclaró que no venía a abolir la Ley hasta que todo se hubiera consumado, pero si les recordó algo a los judíos, que antes y por encima de la Ley dada por Moisés había un mandamiento de amor al prójimo. Y en muchas ocasiones vemos como los judíos contradecían las enseñanzas de Jesús apoyándose en la Ley y también veremos como Jesús demuestra que con guardar la Ley para ser vistos por los hombres nadie será justificado delante de Dios. Pero contrario a lo que muchos dicen, Jesús no vino a eliminar la Ley sino a hacerla en algunos momentos más fuerte que la anteriormente establecida. Usaremos principalmente el Evangelio según San Mateo ya que este fue escrito por un discípulo de Jesús llamado Mateo el cual era judío y escribió este libro del Nuevo Testamento especialmente para los judíos. Veamos:

Jesús y la ley

17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para

abrogar, sino para cumplir. 18

Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y

la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19

De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y

así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas

cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

20

Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y

fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 5:17-20).

Aquí se confirma que Jesús vino a cumplir la Ley y debía ser así. Jesús siempre predicó humildad y El sabia que en realidad tenía autoridad para abolir la Ley pero no podía fomentar el desorden y el irrespeto a lo ya establecido por Dios de manera perpetua para el Pueblo de Israel. Jesús fue un ejemplo de respeto y obediencia. Y en este pasaje advierte a los que quieren imponer sus enseñanzas por encima de las que da Dios, diciéndoles las serias consecuencias que trae consigo el quebrantar un mandamiento de la Ley. Jesús habla que nada pasará de la Ley y los profetas hasta que todo se haya cumplido; ¿Pero qué debe cumplirse? Todo lo escrito acerca del Mesías. Fijémonos en la Biblia que cuando Jesús muere en la cruz se consuma todo lo escrito en los profetas (Juan 19:25-30), la Ley y los salmos respecto a El y cuando asciende al cielo manda a sus discípulos a llevar el evangelio por el mundo haciendo discípulos y bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:18-20), no los manda a someterlos a la Ley sino que con solamente creer y bautizarse serán salvos (Marcos 16:15-20).

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Jesús y la ira

21

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será

culpable de juicio. 22

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano,

será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante

el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. 23

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo

contra ti, 24

deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu

hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25

Ponte de acuerdo con tu adversario

pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue

al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26

De cierto te digo que no

saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante (Mateo 5:21-26).

En este pasaje vemos como Jesús refuerza la Ley llevándola a un nivel más estricto. Ya no solamente es homicida el que mata sino que también el que se enoja contra su hermano. Vemos aquí como algo que era tan importante para la gente como el llevar ofrenda tratando de comprar la gracia, es dejado en un segundo plano, ocupando la principalidad el amor al prójimo.

Jesús y el adulterio

27

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28

Pero yo os digo que cualquiera

que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29

Por

tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es

que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30

Y

si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se

pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno (Mateo

5:27-30).

Aquí vemos otra vez como una Ley se endurece. Ya la lujuria pasa a ser adulterio. Lo que antes no era pecado ahora es un pecado grave, un pecado que nace en nuestra mente porque el codiciar nace en nuestra mente y al materializarse puede convertirse en un pecado carnal grave. Con este nuevo mandamiento Jesús quiere limitar el campo de acción del Ser Humano, atacando la carnalidad desde la fuente que es la mente.

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Jesús y el divorcio

31

También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. 32

Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace

que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio (Mateo 5:31-

32).

El matrimonio es un pacto delante de Dios que debe ser respetado por su grado de espiritualidad y es un pacto perpetuo aunque algunos no lo vean así. Algunas personas dicen que la Ley permitía la poligamia y ponen como ejemplo a Jacob, a David y a Salomón, los cuales eran hombres de Dios y tuvieron varias mujeres. El adulterio y la fornicación nunca han sido del agrado de Dios y desde el principio el nos hizo varón y hembra, nos hizo en pareja, no en trío, en pareja. Y esos hombres de Dios antes mencionados tuvieron muchas mujeres pero esa vida en desorden les provocó serias consecuencias y castigos por sus pecados. Pese a que Dios mantiene su promesa con los hombres, también demanda de ellos respeto a sus ordenanzas. La persona divorciada es un Ser Humano con los mismos derechos y deberes básicos que los casados y los solteros, no son extraterrestres y tienen derecho a vivir en felicidad y armonía. El divorciado debe ir a buscar apoyo espiritual directamente con Dios y con un ministro que le oriente con la Biblia. Si dentro del propósito de Dios está que se vuelva a casar, pues eso es una bendición, pero que siempre sea en el orden de Dios.

Jesús y los juramentos

33

Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al

Señor tus juramentos. 34

Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo,

porque es el trono de Dios; 35

ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por

Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36

Ni por tu cabeza jurarás, porque no

puedes hacer blanco o negro un solo cabello. 37

Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no;

porque lo que es más de esto, de mal procede (Mateo 5:33-37).

Es muy común que a veces las personas cuando queremos darle un sello de seriedad y certeza a lo que hablamos ponemos a Dios por testigo o juramos en su nombre. Jesús nos advierte que no debemos tomar el nombre de Dios en vano, confirmando uno de los 10 Mandamientos de la Ley de Dios dados a Moisés en el Sinaí. Jesús nos hace un llamado a no obligar a alguien a creernos; si estamos diciendo la verdad, Dios nos respaldará.

12

El amor hacia los enemigos

38

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39

Pero yo os digo: No

resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele

también la otra; 40

y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también

la capa; 41

y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. 43

Oísteis

que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

44 Pero yo os digo:

Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os

aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45

para que seáis hijos de

vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que

hace llover sobre justos e injustos (Mateo 5:38-45).

. Este si es un mandamiento difícil para los Seres Humanos. Amar a quien te odia y te quiere muerto es difícil para la persona común. Pero Jesús nos da un mandamiento de piedad y amor y tiene su justificación: Si le pedimos misericordia a El por nuestras culpas, El la tendrá pero si nuestros enemigos hacen lo mismo, El también los perdonará. Si odiamos a nuestros enemigos porque nos hicieron algún mal, ¿No somos nosotros igual que ellos? Pues para que te diferencies de quien te odia y tengas siempre la misericordia de Dios, debes amar a tus enemigos. Otro mandamiento que se endurece.

Jesús y la limosna (Para los que les gusta hacer Pactos económicos y promesas en Público).

1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos;

de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 2

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los

hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de

cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu

izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que

ve en lo secreto te recompensará en público (Mateo 6:1-4).

. Al Ser Humano le gusta la gloria y los piropos; el tratar de ser notorio es una debilidad de la carne. Todos queremos reconocimiento por lo que somos o lo que hacemos. Nadie se escapa a algún día querer ser homenajeado y admirado por los demás. Lo que los humanos no acabamos de entender es que todo es permitido por Dios de una forma u otra. El dar una ofrenda o una limosna y sonar trompeta delante de la gente es una señal de vanidad y este mal era común en los judíos de la época de Jesús. Buscar el reconocimiento social por las buenas obras era y son consideradas justificaciones delante de Dios para las personas que ignoran que la salvación es por gracia. Otra ley que se endurece.

13

Jesús y la oración

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las

sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os

digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y

cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te

recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,

que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a

ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le

pidáis (Mateo 6:5-8).

Por eso repetir el Padrenuestro, rezar el Santo Rosario y cantar extensas letanías no son consideradas oraciones. En el caso del Padrenuestro tenemos un modelo de oración. Cuando Jesús nos enseña a orar nos manda a hablar con Dios, a establecer una comunicación directa de Padre a hijo y viceversa. Una conversación íntima con un corazón triste y humillado, dando gracias, reconociendo su grandeza y pidiendo misericordia para nuestra vida.

Jesús y el ayuno

16

Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus

rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su

recompensa. 17

Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18

para no

mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que

ve en lo secreto te recompensará en público (Mateo 6:16-18).

El ayuno es un sacrifico que debe hacerse con un propósito y en secreto, es algo entre Dios y la persona. No debe comunicarse a particulares ni debemos demostrar a la gente que estamos débiles por causa de un ayuno. Además el ayuno debe hacerse en orden, no debemos destruir nuestro cuerpo, recordemos que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y algunas personas han abusado de sus cuerpos creyendo que con eso van a agradar a Dios y han terminado cortados.

La oración, y la regla de oro

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel

que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay

de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10

¿O si le pide un pescado,

le dará una serpiente? 11

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a

vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a

los que le pidan? 12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con

vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas (Mateo 7:7-12).

En este mensaje el Señor nos enseña que debemos confiar en sus promesas y que estas las recibiremos si nos portamos bien con nuestro prójimo. Hay personas que hacen votos, promesas, se inventan pactos y todo cuanto puedan hacer en momentos de desesperación con el objetivo de obtener favores y justificarse delante de Dios. Por mucho esfuerzo que haga el Ser Humano sus fuerzas serán pocas para lidiar con las batallas espirituales y las tentaciones de la carne, solamente en Cristo encontraremos fortaleza (Filipenses 4:13).

14

Por sus frutos los conoceréis

15

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero

por dentro son lobos rapaces. 16

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas

de los espinos, o higos de los abrojos? 17

Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el

árbol malo da frutos malos. 18

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol

malo dar frutos buenos. 19

Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el

fuego. 20

Así que, por sus frutos los conoceréis. 21

No todo el que me dice: Señor,

Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que

está en los cielos. 22

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en

tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos

milagros? 23

Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores

de maldad (Mateo 7:15-20).

En los últimos años se están viendo estos personajes. Aparentan piedad y tienen un gran conocimiento de la Palabra de Dios pero en realidad su objetivo es más destruir que ayudar. Muchas personas se confunden por los dones que una persona pueda exhibir; los dones son irrevocables y aunque hagan milagros en el nombre de Jesús, no debemos olvidar que en los milagros operan dos factores: La fe de quien busca de Dios y la voluntad del Señor, el profeta no es más que un instrumento que Dios usa en un momento. Si Dios quiere hasta una burra puede hablar (Números 23:28).

Lo que contamina al hombre

1 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:

2

¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan

las manos cuando comen pan. 3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros

quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? 4 Porque Dios mandó

diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre,

muera irremisiblemente. 5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su

madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, 6 ya no ha de

honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por

vuestra tradición. 7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:

8 Este

pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me

honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 10

Y llamando a sí a la

multitud, les dijo: Oíd, y entended: 11

No lo que entra en la boca contamina al

hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. 12

Entonces

acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando

oyeron esta palabra? 13

Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi

Padre celestial, será desarraigada. 14

Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el

ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo (Mateo 15:1-6).

Este mensaje es muy importante y es un ataque directo a los religiosos que entienden que la santidad debe mostrarse antes que guardarla. Los seres humanos no podemos ver más allá de la ropa de la gente. Quien de verdad escudriña el corazón es Dios y si en algún momento le llevamos una ofrenda abundante o nos extendemos en las oraciones, solamente El sabe si lo que hacemos de verdad es para agradarlo y darle honra. Usted no puede ser cristiano por fuera y por dentro tener un corazón lleno de ira y rencor, esos no son frutos del espíritu, por lo tanto, un árbol malo solamente puede dar frutos malos (Gálatas 5:19-22).

15

La gente entiende mal este mensaje del Señor y dicen que como lo que hace daño es lo que sale, pues comen y beben desordenadamente. No olvidemos que hay cosas que entran que pueden hacer salir por la boca algunas palabras contaminantes y esas cosas que entran no necesariamente son alimentos.

Pago del impuesto del templo

24

Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas,

y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25

El dijo: Sí. Y al entrar él

en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la

tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los

extraños? 26

Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están

exentos. 27

Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer

pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por

mí y por ti (Mateo 17:24-27).

Pese a que Jesús era Dios entre nosotros nunca se envaneció, sino que se humilló y pagó siempre sus impuestos, inclusive los del templo, un ejemplo de que debemos guardar los mandamientos de Dios pero también la autoridad impuesta por los hombres siempre y cuando esta no altere los mandamientos del Padre Celestial.

El joven rico

(Mr. 10.17-31; Lc. 18.18-30)

16

Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida

eterna? 17

El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios.

Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18

Le dijo: ¿Cuáles? Y

Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19

Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20

El joven le

dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21

Jesús le dijo:

Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro

en el cielo; y ven y sígueme. 22

Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía

muchas posesiones. 23

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que

difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24

Otra vez os digo, que es más

fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 25

Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues,

podrá ser salvo? 26

Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible;

mas para Dios todo es posible (Mateo 19:16-26).

Este pasaje nos enseña mucho que lo más importante es el desprendimiento espiritual hacia Jesús. Vemos como el joven rico se quiere justificar por obras de la Ley y Jesús afirma que lo que él ha hecho está bien pero cuando le dice que entregue todas sus riquezas a los pobres y lo siga el muchacho se va. Ahí se demuestra que lo importante no es guardarse religioso para Dios, sino tener un corazón dispuesto para El. El joven rico guardaba los mandamientos para ser visto por los hombres, pero en su corazón faltaba misericordia y amor al prójimo.

16

Purificación del templo

(Mr. 11.15-19; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)

12

Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y

compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que

vendían palomas; 13

y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada;

mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 14

Y vinieron a él en el templo, ciegos

y cojos, y los sanó. 15

Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las

maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna

al Hijo de David! se indignaron, 16

y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les

dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la

alabanza? 17

Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí (Mateo

21:12-17).

Me encanta esta parte porque en los tiempos actuales se está viendo eso con frecuencia: Ministerios que son negocios. Hay personas que ganan mucho dinero haciéndose pasar por ministros de Dios: Apóstoles, pastores, cantantes, etcétera. Pero a Jesús le toca sacarlos del templo no a nosotros. Nuestro trabajo es orar por ellos para que encuentren el camino verdadero.

La autoridad de Jesús

(Mr. 11.27-33; Lc. 20.1-8)

23

Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se

acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas?

¿y quién te dio esta autoridad? 24

Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré

una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas

cosas. 25

El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos

entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no

le creísteis? 26

Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a

Juan por profeta. 27

Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les

dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas (Mateo 21:23-27).

. La sabiduría de Jesús no tenia limites cuando estuvo con nosotros. Nunca se dejó provocar, respondía con Palabras sabias, pero siempre escudriñando la mente de los que lo abordaban. Haciendo esto los dejaba indefensos ante las respuestas divinas que el Padre daba. Como vimos brevemente Jesús a algunas leyes las fortaleció, siempre dejando la puerta abierta a la misericordia. Los judíos creían mucho en la Ley escrita y en el Talmud y se pasaban la vida meditando en eso buscando la justificación delante de Dios pero Jesús les dijo:

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida

eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que

tengáis vida (Juan 5:39-40).

17

Algunos Milagros de Jesús a Gentiles y a judíos

Jesús sana a un leproso

(Mr. 1.40-45; Lc. 5.12-16)

1 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

2 Y he aquí vino un

leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3 Jesús

extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra

desapareció. 4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al

sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos (Mateo

8:1-4).

El hombre de la mano seca

(Mt. 12.9-14; Lc. 6.6-11)

1 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una

mano. 2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder

acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en

medio. 4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la

vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo,

entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la

extendió, y la mano le fue restaurada sana. 6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo

con los herodianos contra él para destruirle (Marcos 3:1-6).

La hija de Jairo

(Mt. 9.18-26; Lc. 8.40-56)

39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino

duerme. 40

Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la

madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41

Y

tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo,

levántate. 42

Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se

espantaron grandemente. 43

Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que

se le diese de comer (Marcos 5:39-43).

18

Milagros a Gentiles.

Jesús sana al siervo de un centurión

(Lc. 7.1-10)

5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

6 y diciendo:

Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús

le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de

que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque

también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a

éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10

Al oírlo

Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel

he hallado tanta fe. 11

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se

sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12

mas los hijos del

reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 13

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue

sanado en aquella misma hora (Mateo 8:5-13).

La fe de la mujer cananea

(Mr. 7.24-30)

21

Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22

Y he aquí una mujer

cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de

David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23

Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron,

diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24

El respondiendo, dijo: No soy

enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25

Entonces ella vino y se

postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26

Respondiendo él, dijo: No está bien

tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27

Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun

los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28

Entonces

respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su

hija fue sanada desde aquella hora (Mateo 15:21-28).

En el caso del joven leproso vemos como Jesús hace dos cosas muy importantes y que dejan una gran enseñanza: Se mantiene obediente a la Ley pero quiere también que el hombre le mantenga en el anonimato para que la gloria sea de Dios y para no causar un caos en la sinagoga. Jesús sabia que nosotros los cristianos íbamos a ser sus imitadores, pues por eso mantuvo una actitud humilde y de bajo perfil, para que nosotros aprendiéramos a darle siempre la gloria a Dios sin creernos mejores que alguien. Fijémonos bien en algo: Mandó al joven a guardar la ofrenda establecida en la Ley.

19

Si se fijan en algo importante: Jesús a los judíos los mandaba a cumplir los mandamientos de purificación y ofrenda establecidos por la Ley y en el caso del Principal de la Sinagoga le mandó a que no hablara ya que para los de la Sinagoga Jesús era un enemigo de Dios, mas la fe de este judío lo justificó delante del Señor. Sin embargo, a los gentiles no los mandó a guardar ningún mandamiento de la Ley, inclusive a la cananea le dice que El vino por las ovejas de Israel, implantando primero el orden en su casa para luego ir a afuera a llevar la Buena Nueva. Con estos casos particulares de judíos que creían en Jesús, vemos como Dios movía a personas del Pueblo de Israel a creer en el que El había enviado. Estos son ejemplos de judíos que confiaron en Jesús para sanarse de una enfermedad, que los maestros de la Torah no sabían explicar, pero que solamente una persona que proviniera de Dios podía tener autoridad sobre cualquier mal físico, inclusive sobre la muerte (Isaías 53:4). Pero lo que los judíos no ven es la gran cantidad de coincidencias que hay entre su maestro Moisés y mí Señor Jesús, lógicamente guardando una distancia abismal ya que Jesús es Dios hecho carne (Juan 1:1-7) y Moisés fue un instrumento humano de Dios (Josué 1:1-2). Veamos:

Moisés Jesús Descendiente de Levi hijo Lea (Génesis 35:23, Éxodo 2:1-3)

Del linaje de Judá hijo Lea (Génesis 35:23, Lucas 1: 26-38)

Se salvó de una matanza de niños (Éxodo 1:1-22) Se salvó de una matanza de niños (Mateo 2:13-23)

Pasó su niñez en Egipto (Éxodo 2: 8-10) Pasó parte de su niñez en Egipto (Mateo 2:13-14) Se comunicaba con Dios en un monte (Éxodo 3:1-22).

Se apartaba y hablaba con Dios en un monte (Mateo 14:23).

Defendió su ministerio delante de faraones y sacerdotes (Éxodo 5:1-21).

Defendió su ministerio delante de gobernadores y sacerdotes (Juan 18:19-40).

Fue usado por Dios para librar de la esclavitud al pueblo de Israel (Éxodo 14: 1-31).

Liberó de la esclavitud del pecado a toda la humanidad (Hebreos 4:14-16),

Duró cuarenta días en el monte del desierto Sinaí a solas con Dios (Éxodo 24:15-18),

Duró cuarenta días en el desierto en ayuno y oración (Mateo 4:1-2),

Recibe de Dios el Pacto y la Ley del Sinaí (Éxodo 20, 21, 22, 23 y 24).

Recibe de Dios el Nuevo Pacto de la Gracia (Lucas 22:7-22).

Fue líder y guía de 12 Tribus de Israel (Números 1:1-2).

Fue líder y guía de 12 Apóstoles que gobernarán las 12 Tribus de Israel (Mateo 19:27-30).

Fue instrumento de Dios para hacer milagros (Deuteronomio 34: 10-12)

Hacia grandes milagros por si mismo (Juan 21:25)

Murió en un monte (Deuteronomio 34:5) Murió crucificado en un monte (Marcos 15: 21-22)

Su cuerpo fue levantado por Ángeles (Judas 1:9) Jesús resucitó de entre los muertos y sigue vivo sentado a la derecha de Dios (Juan 20:1-10).

Pero ambos tienen una gran característica en común: Pasaron mucho trabajo con el Pueblo de Israel. Para los judíos el Mesías prometido no ha llegado aún porque ellos esperan a un rey que pondrá a Israel como cabeza de las naciones, ellos esperan un rey político, pero Dios hace dos mil años mandó un Rey Espiritual y con Jesús se confirman todas las profecías respecto a El. Veamos algunas profecías mesiánicas y sus confirmaciones en el Nuevo Testamento.

20

Génesis 49:10 Nacido de la Tribu de Judá Mateo 1:2-16, Lucas 3:23-33 Salmos 132:11, Isaías 9:7 De la familia de David Mateo 1:1; 6-16, 9-27; Hechos 13:22 Miqueas 5:2 Nacido en Belén Lucas 2:4-11; Juan 7:42 Isaías 7:14 Nacido de una virgen Mateo 1:18-23; Lucas 1:30-35 Oseas 11:1 Llamado de Egipto Mateo 2:15 Isaías 61:1-2 Comisionado Lucas 4:18-21 Isaías 53:4 Llevó nuestras enfermedades Mateo 8:16-17 salmos 69:9 Celoso por la casa de Jehová Mateo 21:12; Juan 2:13-17 Isaías 53:1 No se le creyó Juan 12:37-38; Romanos 10:11-16 Zacarías 9:9; Salmos 118:26

Aclamado como rey y como enviado de Dios Mateo 21:1-9; Marcos 11: 7-11

Salmos 118:22-23; Isaías 28:16

Rechazado por ser la principal piedra angular Mateo 21: 42-46; Hechos 3:14, 4:11, 1 Pedro 2:7

Salmos 41:9; 109:8 Un apóstol lo traiciona Mateo 26:47-50; Juan 13:18; 26-30

Zacarías 11:12 Traicionado por 30 piezas de plata Mateo 26:15; 27:3-10; Marcos 14:10-11

Isaías 53:8 Sometido a juicio y condenado Mateo 26:57-68; 27:1-2; 11-26

Isaías 53:7 Guarda silencio ante sus acusadores Mateo 27:12-14; Marcos 14:61; 15:4-5

Salmos 69:4 Odiado sin causa Lucas 23:13-25; Juan 15:24-25 Isaías 50:6; Miqueas 5:1 Lo golpean y le escupen Mateo 26:67; 27:26-30; Juan 19:3

Salmos 22:18 Echan suertes sobre sus ropas Mateo 27:35; Juan 19:23-24

Isaías 53:12 Contado entre los pecadores Mateo 26:55-56; 27:38; Lucas 22:37 Salmos 69: 21 Le dan vinagre y hiel Mateo 27:34; 48; Marcos 15:23;36 Salmos 22:1 Abandonado por Dios Mateo 27:46; Marcos 15:34 Salmos 34:20; Éxodo 12:46 No le rompen los huesos Juan 19:33-36 Isaías 53:5; Zacarías 12:10 Atravesado Mateo 27:49; Juan 19:34-37; Apocalipsis 1:7

Isaías 53:5-12 Muere como sacrificio para quitar pecados Mateo 20:28; Juan 1:29; Romanos 3:24; 4:25

Isaías 53:9 Enterrado con los ricos Mateo 27:57-60; Juan 19:38-42

Jonás 1:17; 2:10 Resucitado al tercer día de ser sepultado Mateo 12:39-40; 16:21; 17:23; 27:64

Fuente de esta tabla: El Hombre en busca de Dios pag 245. Watchtower Bible & Tract Society 1994.

Cuando Jesús comisiona a los doce discípulos y les da autoridad para hacer milagros, les advierte que no vayan a pueblos gentiles ni samaritanos, sino que vayan a las ovejas perdidas de Israel (Mateo 10:5-15). Una señal clara de que el ministerio para los gentiles estaba apartado para alguien, judío de la diáspora, uno que conociendo de la Ley no había nacido en Israel sino en Turquía: Saulo de Tarso, mejor conocido como el Apóstol Pablo. Cuando Jesús comisionó a sus doce discípulos los mandó a buscar las ovejas perdidas de la Casa de Israel, dándoles de su poder para hacer milagros, pero formándolos para el duro trabajo que les esperaba: Convencer a los israelitas de que el Reino de Dios había llegado. Los gentiles somos más fáciles de convencer, tenemos un corazón más dispuesto a recibir a Jesús como el Hijo de Dios y es obvio: Los gentiles siempre hemos sido guiados y justificados por la fe.

21

El plan de Dios, el que había sido comunicado al Pueblo de Israel a través de los salmos y los profetas estaba ya en ejecución: Dios había mandado a su unigénito a morir para darle inicio a un Nuevo Pacto en el cual ya nadie iba a ser justificado por una Ley escrita en piedras y en rollos de papel, leyes que eran señal de un pacto que el Pueblo de Israel no pudo mantener. Ahora venía un Nuevo Pacto, sellado con sangre como todos los pactos de Dios, para remisión de pecados. Ya no seria sacrificado un cordero sino que seria sacrificado el hijo de Dios, el que llevaría sobre si nuestros pecados y que al morir cambiaría la historia de la humanidad (Jeremías 31:31-33). Con la muerte de Jesús en la cruz se cumplen todas las profecías escritas por la Ley, los profetas y los salmos respecto al Mesías salvador de la humanidad, no solo del Pueblo de Israel. Y toda la ceremonia de sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo se inició cuando Juan el Bautista impuso sus manos sobre Jesús para bautizarlo, una simbología de lo que se hacía en la Ley cuando se iba a sacrificar un cordero para expiación de pecados (Levítico 4). Pero es en la cruz donde Jesús carga con todos los pecados de la humanidad y es al momento de morir que se inicia el Nuevo Pacto; cuando se rompe el velo del templo de Jerusalén creando el acceso directo a Dios y aun y con el velo cambiado por uno nuevo, venía el golpe más fuerte para los que guardaban la Ley: La destrucción del templo por parte de los romanos. Cesando así los sacrificios que mandaba la Ley para el perdón de los pecados y mandando al Pueblo de Israel a un exilio que duraría casi dos mil años, hasta que David Ben Gurión en 1947, con ayuda de los ingleses establece el Nuevo Estado de Israel en las tierras que Dios les había dado pero que en ese momento políticamente pertenecían a Palestina, es decir a Filistea. .

22

La Ley en los Tiempos de la Gracia.

Respondió el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye. Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada (Juan 9:30-33).

Si nos vamos a la justificación por fe, vemos en la Biblia que cuando Jesús sana al joven leproso judío lo manda a hacer la ofrenda que manda Moisés según la Ley y así por el estilo vemos que el manda a los Judíos a cumplir la Ley en franca obediencia a los estatus establecidos por Dios para el Pueblo de Israel por perpetuidad. Si nos fijamos también, cuando Jesús sana a los gentiles no los manda a hacer ofrendas conforme la Ley, inclusive cuando sana al siervo del centurión declara Jesús: Ni en Israel he visto tanta fe…vendrán de oriente y occidente y sentarán en la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, mientras los hijos de Israel quedarán fuera. ¿Quiénes son Abraham, Isaac y Jacob? Los padres del Pueblo de Israel, los que recibieron el pacto de parte de Dios y los tres son personajes justificados por la fe y con todos se confirmó una promesa antes de ser establecida la Ley: En tu simiente serán benditas todas las naciones de la Tierra. Por lo tanto, somos herederos de una promesa dada a Abraham antes del cautiverio del Pueblo de Israel en Egipto y en esa promesa todas las naciones serán benditas en la simiente de Abraham, pero por fe. Somos justificados delante de Dios por la fe: Por arrepentirnos de nuestros pecados y aceptar a Jesús como nuestro Salvador personal. Recuerdo que hace pocos días estaba en una casa visitando a unos amigos católicos y la madre de una amiga me dijo: “No veo bien que la gente le haga promesas a Dios a cambio de bendiciones, las considero una falta de fe”. Y no deja de tener razón. La fe es la que mueve la mano de Dios. ¿O acaso no conoce usted a personas que se cansan de ofrecer y no reciben nada? Algunos les ofrecen Horas Santas y misas, dinero, diezmos y primicias, pero no le ofrecen su corazón ni su vida. Por eso no reciben.

Cuando Abraham diezmó a Melquisedec lo hizo por la unción que vio en Melquisedec, fue movido por el Espíritu, no porque Melquisedec le desenrolló la Torah, la cual ni siquiera existía, y tampoco le dijo ladrón a Abraham después de leerle a Malaquías, sino que fue movido por la fe. La misma fe que años después movería a Jacob a hacer voto de diezmo. Pero tanto Abraham como Jacob fueron primero bendecidos antes de dar el diezmo: Abraham por Melquisedec el cual lo bendijo con pan y vino (Igual que Jesús en su última cena). Pero cuando le llega la Ley al Pueblo de Israel el diezmo se convierte en mandamiento para ellos y los votos y promesas se convierten en ofrendas voluntarias que si no se cumplían eran contadas como pecado (Deuteronomio 23:21-23). Solamente eran bendecidos por cumplir los mandamientos. Los gentiles no tenemos la Ley escrita en rollos de papel ni custodiadas en sinagogas, no tenemos Talmud, aunque muchos cristianos se han inventando tantas interpretaciones de la Biblia que tienen un “Talmud” que si lo escriben no cabría ni en la Biblioteca de Alejandría. Nosotros los cristianos tenemos la Ley grabada en nuestros corazones y debemos hacer como Abraham, movernos siempre por fe. Cuando murió en la cruz, nuestro Señor Jesús, se rasgó el velo del templo como una señal de que la justificación por fe es la llave que nos abrirá la puerta del cielo, tal cual le dijo a Pedro después de su confesión de fe (Mateo 16:13-20). Entonces eso nos enseña algo: Que debemos hacer las cosas con fe y amor no por imposición humana.

23

Por eso hay que tener cuidado y no mezclar el cabrito con la leche de su madre (Éxodo

34: 26). Vino nuevo en odre nuevo (Mateo 9:16). Si hay una salvación por gracia que viene de la fe (Efesios 2:8-10), no hay por qué mezclar mandamientos de la ley con la salvación por fe. Recordemos que esos mandamientos aunque eran buenos no fueron cumplidos a cabalidad por el Pueblo de Israel. Peor aun, prefirieron guardar los mandamientos para ser vistos por los hombres y se olvidaron de ser vistos por Dios. Si guardamos un mandamiento de la Ley por cuanto es mandamiento, estamos pecando porque somos transgresores y para justificarnos por guardar la Ley debemos guardar todos los mandamientos y guardarlos todos es imposible (Santiago 2:10), porque el principal de estos para el perdón de los pecados, que es sacrificar un cordero en el templo de Jerusalén no se puede hacer, porque no hay templo en Jerusalén para presentar los sacrificios. La salvación por gracia es el verdadero Plan de Dios para la humanidad. El velo del templo se rasgó y ya no hay templo en Jerusalén. El nuevo templo es nuestro cuerpo, ese el lugar donde debemos santificar a Dios, los rollos de la Ley están en nuestros corazones y nuestras ofrendas y sacrificios deben ser movidos por y con amor (1 Corintios 6:12-20). Dando por gracia de lo que por gracia hemos recibido. La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23) y cuando el Pueblo de Israel estaba bajo la Ley, pecados como el adulterio debían ser pagados con la muerte (Levítico 20:10). En la actualidad ya no hay alguien acechándote con dos piedras, sino que la paga del adulterio, además de muerte espiritual, te puede traer SIDA, HPV, Hepatitis C, Tuberculosis, o que la parte afectada te mate por celos.

Veamos que dice Dios acerca de la Ley a través de nuestro querido Apóstol Pablo.

Romanos.

El poder del evangelio

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a

todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17

Porque en el

evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo

por la fe vivirá (Romanos 1:16-17).

12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que

bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la

ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14

Porque

cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos,

aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15

mostrando la obra de la ley escrita en

sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus

razonamientos, 16

en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los

hombres, conforme a mi evangelio (Romanos 2:12-16).

24

Los judíos y la ley

17

He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en

Dios, 18

y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19

y confías

en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20

instructor de los

indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. 21

Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se

ha de hurtar, ¿hurtas? 22

Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que

abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23

Tú que te jactas de la ley, ¿con

infracción de la ley deshonras a Dios? 24

Porque como está escrito, el nombre de Dios

es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. 25

Pues en verdad la

circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu

circuncisión viene a ser incircuncisión. 26

Si, pues, el incircunciso guardare las

ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? 27

Y el que

físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que

con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28

Pues no es

judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la

carne; 29

sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del

corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de

Dios (Romanos 2:17-29).

No hay justo

9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos

acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10

Como está escrito: No

hay justo, ni aun uno; 11

No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.

12

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay

ni siquiera uno. 13

Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno

de áspides hay debajo de sus labios; 14

Su boca está llena de maldición y de

amargura. 15

Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16

Quebranto y desventura

hay en sus caminos; 17

Y no conocieron camino de paz. 18

No hay temor de Dios

delante de sus ojos. 19

Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están

bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20

ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;

porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3:9-20).

25

La justicia es por medio de la fe

21

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la

ley y por los profetas; 22

la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para

todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23

por cuanto todos pecaron, y

están destituidos de la gloria de Dios, 24

siendo justificados gratuitamente por su

gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25

a quien Dios puso como

propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de

haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26

con la mira de

manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que

es de la fe de Jesús. 27

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál

ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28

Concluimos, pues, que el

hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29

¿Es Dios solamente Dios de los

judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30

Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la

fe a los de la incircuncisión. 31

¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna

manera, sino que confirmamos la ley (Romanos 3:21-31).

El ejemplo de Abraham

1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?

2 Porque si

Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.

4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;

5 mas al

que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia

(Romanos 4:1-5).

La promesa realizada mediante la fe

13

Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que

sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14

Porque si los que son de la

ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15

Pues la ley produce

ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16

Por tanto, es por fe, para que

sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no

solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el

cual es padre de todos nosotros 17

(como está escrito: Te he puesto por padre de

muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama

las cosas que no son, como si fuesen (Romanos 4:13-17).

14

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino

bajo la gracia (Romanos 6:14).

26

Siervos de la justicia

15

¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En

ninguna manera. 16

¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para

obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea

de la obediencia para justicia? 17

Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del

pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis

entregados; 18

y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia (Romanos

6:15-18).

4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de

Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos

fruto para Dios. 5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas

que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6 Pero

ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos

sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen

viejo de la letra (Romanos 7: 4-6).

Viviendo en el Espíritu

1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no

andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de

vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que

era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo

en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a

la carne, sino conforme al Espíritu (Romanos 8:1-4).

La justicia que es por fe

30

¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la

justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31

mas Israel, que iba tras una ley de

justicia, no la alcanzó. 32

¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por

obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, 33

como está escrito: He aquí

pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será

avergonzado (Romanos 9:30-33).

1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es

para salvación. 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no

conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la

suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque el fin de la ley es Cristo,

para justicia a todo aquel que cree. 5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés

escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas (Romanos 10:1-5).

27

16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a

nuestro anuncio? 17

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18

Pero

digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos,

Y hasta los fines de la tierra sus palabras. 19

También digo: ¿No ha conocido esto

Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es

pueblo; Con pueblo insensato os provocaré a ira. 20

E Isaías dice resueltamente:

Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por

mí. 21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde

y contradictor (Romanos 10:16-21).

La salvación de los gentiles

11

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera;

pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12

Y

si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles,

¿cuánto más su plena restauración? (Romanos 11:11-12).

10

El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor

(Romanos 13:10).

1 Corintios

17 Pero cada uno viva según los dones que el Señor le repartió y según era cuando

Dios lo llamó: esto ordeno en todas las iglesias. 18

¿Fue llamado alguno siendo

circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se

circuncide. 19

La circuncisión nada significa, y la incircuncisión nada significa; lo que

importa es guardar los mandamientos de Dios. 20

Cada uno debe quedarse en el estado

en que fue llamado. 21

¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes, aunque si

tienes oportunidad de hacerte libre, aprovéchala, 22

porque el que en el Señor fue

llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre,

esclavo es de Cristo. 23

Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los

hombres. 24

Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca

para con Dios (1 Corintios 7:17-24).

28

2 Corintios

3 Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros,

[c] escrita no con

tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne

del corazón. 4 Esta confianza la tenemos mediante Cristo para con Dios.

5 No que

estemos capacitados para hacer algo por nosotros mismos; al contrario, nuestra

capacidad proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos capacitó para ser ministros de un

nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da

vida. 7 Si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto

que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del

resplandor de su rostro, el cual desaparecería, 8 ¿cómo no será más bien con gloria el

ministerio del Espíritu? 9 Si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más

abundará en gloria el ministerio de justificación, 10

porque aun lo que fue glorioso, no

es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente (2 Corintios

3:3-10).

Gálatas

3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a

circuncidarse; 4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que

entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a

esclavitud, 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la

verdad del evangelio permaneciese con vosotros (Gálatas 2:3-5).

11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.

12

Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero

después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la

circuncisión. 13

Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal

manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14

Pero

cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro

delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué

obligas a los gentiles a judaizar? 15

Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de

entre los gentiles, 16

sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley,

sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser

justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de

la ley nadie será justificado (Gálatas 2:11-16).

No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás

murió Cristo (Gálatas 2:21).

2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o

por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora

vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que

realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas

entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? (Gálatas 3:2-5).

29

El pacto de Dios con Abraham

6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

7 Sabed, por tanto, que los

que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8 Y la Escritura, previendo que Dios había

de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham,

diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De modo que los de la fe son

bendecidos con el creyente Abraham. 10 Porque todos los que dependen de las obras

de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

11 Y que

por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe

vivirá; 12

y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque

está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14

para que en Cristo Jesús

la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la

promesa del Espíritu (Gálatas 3:6-14).

El propósito de la ley

19

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta

que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de

ángeles en mano de un mediador. 20

Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es

uno. 21

¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera;

porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22

Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en

Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23

Pero antes que viniese la fe, estábamos

confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24

De

manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos

justificados por la fe (Gálatas 3:19-24).

4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y

nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que

recibiésemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros

corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres

esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Gálatas

4:4-7).

30

Alegoría de Sara y Agar

21

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? 22

Porque está

escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

23 Pero el de

la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. 24

Lo cual es una

alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual

da hijos para esclavitud; éste es Agar. 25

Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y

corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26

Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. 27

Porque

está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama,

tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la

que tiene marido. 28

Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la

promesa. 29

Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que

había nacido según el Espíritu, así también ahora. 30

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa

fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la

libre. 31

De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre

(Gálatas 4:21-30).

Estad firmes en la libertad

1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez

sujetos al yugo de esclavitud. 2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de

nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida,

que está obligado a guardar toda la ley. 4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley

os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos

por fe la esperanza de la justicia; 6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo,

ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor (Gálatas 5:1-6).

Pablo se gloría en la cruz de Cristo

11

Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano. 12

Todos los que

quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no

padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. 13

Porque ni aun los mismos que se

circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse

en vuestra carne. 14

Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor

Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. 15

Porque en

Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

16

Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al

Israel de Dios. 17

De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi

cuerpo las marcas del Señor Jesús (Gálatas 6:11-17).

31

Hebreos

Dios ha hablado por su Hijo

1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los

padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien

constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el

resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las

cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros

pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4

hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos

(Hebreos 1:1-4).

Jesús es superior a Moisés

1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al

apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; 2 el cual es fiel al que le

constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. 3 Porque de tanto

mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa

el que la hizo. 4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las

cosas es Dios. 5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo,

para testimonio de lo que se iba a decir; 6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual

casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la

esperanza (Hebreos 3:1-6).

Jesús el gran sumo sacerdote

14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de

Dios, retengamos nuestra profesión. 15

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no

pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según

nuestra semejanza, pero sin pecado. 16

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de

la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro

(Hebreos 4:14-16).

9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

10

porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al

encuentro. 11

Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él

recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote,

según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12

Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13

y

aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14

Porque

manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés

tocante al sacerdocio. 15

Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec

se levanta un sacerdote distinto, 16

no constituido conforme a la ley del mandamiento

acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17

Pues se

da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 18

Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19

(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la

cual nos acercamos a Dios (Hebreos 7:9-19).

32

26

Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de

los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27

que no tiene necesidad cada día,

como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios

pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre,

ofreciéndose a sí mismo. 28

Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles

hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para

siempre (Hebreos 7:26-28).

13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se

envejece, está próximo a desaparecer (Hebreos 8:13).

1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las

cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año,

hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los

que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3

Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre

de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados (Hebreos 10:1-4).

Santiago

8 Si en verdad cumplís la Ley suprema, conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo

como a ti mismo»,bien hacéis; 9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado

y quedáis convictos por la Ley como transgresores, 10

porque cualquiera que guarde

toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos, 11

pues el que dijo:

«No cometerás adulterio», también ha dicho: «No matarás».Ahora bien, si no cometes

adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la Ley. 12

Así hablad y así haced,

como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad, 13

porque juicio sin

misericordia se hará con aquel que no haga misericordia; y la misericordia triunfa

sobre el juicio (Santiago 2:8-13).

Como vimos anteriormente, la Biblia es muy específica cuando nos advierte tanto a los gentiles como a los judíos que por guardar la Ley nadie será justificado delante de Dios. Pero para los judíos hay una cláusula especial y es que ellos son salvos por ser herederos de la promesa que Dios le hizo a Abraham y por el Pacto del Sinaí, pero aún así serán justificados los que se mantengan santos. Pero fíjense en algo interesante: Pablo predicaba a los gentiles, los demás apóstoles de Jesús fueron llamados para predicar a la Casa de Israel (Gálatas 2:6-10), pero Juan cuando recibe la visión del Apocalipsis debe mandar 7 cartas a igual número de Iglesias en Asia. Todas estas iglesias eran gentiles no eran sinagogas judías (Apocalipsis 2:8-9), por lo tanto fíjense que Jesús no las manda a guardar mandamientos de la Ley sino a reconciliarse con El por medio de la fe (Apocalipsis 2 y 3). .

.

33

.

La religiosidad: Obras de la Ley en tiempos del Nuevo Pacto.

8 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres (Isaías 29:13).

En República Dominicana y estoy seguro que en otros lugares del mundo sucede que en algunas congregaciones cristianas a las personas se les exige que guarden ciertas normas de conducta y vestuario que los miembros de esas congregaciones entienden que deben guardar las personas para demostrar que son cristianos. Hay un refrán que dice que la Mujer del César además de serlo tiene que aparentarlo, pues en estos lugares es más importante aparentar ser cristiano que serlo.

Hay lugares en los cuales cuando una mujer hace el Paso de Fe, las hermanas la halan aparte y le dicen que debe dejar de usar pantalones, que no debe maquillarse, que debe evitar el alisado para el pelo, pintarse las uñas, etcétera, porque estas cosas no les agradan a Dios. Pues si no les agradan a Dios es porque son pecados. Primero se preocupan por lo de afuera y se olvidan de lo de adentro. La Biblia si especifica que la mujer cristiana debe evitar los vestuarios ostentosos, el lujo, la vanidad y debe profesar piedad haciendo buenas obras (1Timoteo 2:9-10). Es muy común advertirles a las mujeres que no deben usar pantalones porque esa es vestidura para varones, pero ¿Existían los pantalones en la época en que se escribió el Nuevo Testamento? Cuando se nos dan esas Palabras respecto a que la mujer debe evitar vestir como hombre no se nos habla solamente de la vestidura general, sino también de la vestidura espiritual, cosa que no se cumple a plenitud hoy en día debido al desorden que se ha permitido que entre en las congregaciones. Yo considero y creo que no contradigo al Señor, que el problema no esta en el pantalón, porque el pantalón no tiene alma ni espíritu, el problema está en quien se pone el pantalón y con cual intención se lo pone. La mujer no debe ser piedra de tropiezo para los hombres con sus vestiduras y viceversa. Pero hay un detalle interesante: La mujer debe profesar piedad pero para hacer esto debe ser cambiada por dentro. Entonces lo más importante debe ser que la mujer cambie por dentro para que el Espíritu Santo que vive en ella la trasforme por fuera sin necesidad de que nadie le diga lo que debe hacer por imposición de una doctrina. ¿Entonces con esto estoy invalidando la Biblia? Nunca, al contrario, con esto la confirmo, porque hago un llamado primero a la santidad interna para que haya una santidad externa y así poder crear una santa para Dios. Recuerden que hay mujeres que van a la iglesia con un vestido bastante largo, profesando piedad por fuera pero por dentro están llenas de inmundicias, al igual que hombres que parecen varones de Dios y son lobos feroces.

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Recuerdo que un día hice una pregunta en un grupo de personas: ¿Puede un Pastor predicar con un reloj costoso? Me dijo la mayoría que sí, que el Pastor puede porque es el Pastor. El tema vino porque se discutía si un cristiano debía usar o no un brazalete. Miren como es la vida del religioso: Al Pastor se le permite todo por cuanto es pastor pero al hermano o a la hermana se le ponen limitaciones porque hay que guardar un orden y porque la Biblia prohíbe el usar joyas. Si yo soy médico y entro a una congregación con mi anillo de graduación, mi aro de matrimonio y además llevo en mi pulso un reloj bonito ganado con el sudor de mi frente y sin pedirle a nadie un centavo, me critican y me mandan a guardar santidad quitándome esos adornos, riesgoso a que al verme sin el anillo de matrimonio alguna hermana soltera cometa adulterio codiciándome por desconocer que soy casado. Así piensan los religiosos. Pero si es el Pastor o un Predicador invitado, no les dicen nada porque esas joyas son testimonios de cómo han sido bendecidos. ¡Hipócritas! Lo que vayas a exigirle a tu prójimo por cuanto para tu denominación es santidad, eso mismo deben guardar las cabezas de esa congregación (Mateo 23:1-7). Siempre recuerdo cuando la mujer derramó el perfume sobre Jesús que le dijeron que mejor debió venderlo y el dinero dárselo a los pobres; lo mismo piensan muchos fisgones vestidos de cristianos que no lavan ni prestan la lavadora y que se pasan la vida mirando y criticando pero envidiando las cosas del otro. ¿Es malo el oro? Si el oro fuera malo Dios no hubiera permitido que se usara en su templo, ni le hubiera pedido al Pueblo de Israel que le pidiera oro a los egipcios antes de salir de la esclavitud. Lo malo no es el oro como metal precioso, lo malo es un corazón que codicie el oro para suplir sus vanidades y deseos carnales. Cuando la mujer enjugó los pies de Jesús con sus lágrimas y le vació perfume, muchas personas cavilaban en sus corazones respecto a la clase de vida que esta mujer llevaba, pero Jesús no la juzgó por lo que era por fuera sino por quien verdaderamente demostró que era: Una persona que se humilló a los pies de Cristo (Mateo 26:6-13). Lo mismo opino cuando una persona entra a un templo por primera vez: No debemos juzgarla por su forma de vestir, debemos acercarnos a esa persona y tratarla con aprecio y darle la bienvenida; no sabemos si esa persona estaba al punto de suicidarse y el Espíritu la guió a ese lugar para reconfortarla y salvarle la vida. No juzguéis por las apariencias sino hacedlo con juicio justo (Juan 7:24).

El cambio debe ser de adentro hacia fuera porque si lo hacemos al revés esteremos creando a una persona religiosa no a una persona piadosa. La persona religiosa peca más con el corazón que con las manos y es que la persona religiosa se aferra a las tradiciones y las tradiciones llevaron a Jesús a la cruz. ¿Acaso no conoce usted a alguna persona que viste de piedad pero que le gusta el chisme y la calumnia? ¿Acaso no conoce usted a alguna persona que viste de piedad pero que en su casa nadie la soporta? ¿Acaso no conoce usted a alguna persona que viste de piedad pero que es adultero, lujurioso y malicioso? La piedad de faldas largas y Smoking Frac no sirven de nada sino hay un corazón transformado. Uno de los disfraces que más están usando los criminales comunes en República Dominicana es el vestirse como evangélico y hasta con una Biblia andan. Hay personas que me han dicho que no creen en nosotros los evangélicos porque vociferamos en las plazas exigiéndole al otro que guarde cosas que nosotros mismos no guardamos. Y tienen razón. No me siento bien cuando me dice que hay un pastor que le exige a los padres que disciplinen a sus hijos, mientras los suyos son los primeros desordenados, y la queja más común y más dolorosa de escuchar: Aquel pastor hace poco era un infeliz y ahora es millonario.

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Esa religiosidad está alejando a la gente de las congregaciones evangélicas. Pero hay otra carga peor que esta haciendo que las personas pequen frente a Dios sin darse cuenta y es la carga financiera.

Hay congregaciones que invitan a sus miembros a hacer sus promesas monetarias al Señor. Generalmente estas promesas son una suma de dinero a cambio de bendiciones. ¿Pero tiene esto respaldo bíblico? No, la Biblia dice que la misericordia de Dios es gratis (Isaías 55:1-3) y en ninguna parte dice que una persona puede hacer intercambio comercial con Dios, al contrario, hay versículos que son muy estrictos al respecto de intentar hacer estas cosas, veamos:

21 Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo

demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22 Mas cuando te abstengas de

prometer, no habrá en ti pecado (Deuteronomio 23:21-22).

17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,

poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;

18 que hace

justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y

vestido (Deuteronomio 10:17-18).

18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el

Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para

que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces

Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se

obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón

no es recto delante de Dios (Hechos 8:18-21).

No pierdan la gracia buscando ventaja (Gálatas 5:4).

En vez de buscar que las personas presenten promesas de romper ataduras del pasado y crecer espiritualmente, los quieren poner a prometer dinero a cambio de bendiciones. Y da mucha pena ver como la mayoría de los escándalos en nuestra iglesia evangélica tienen que ver con dinero. Jesús nunca nos mandó a prometer: El nos prometió a nosotros muchas bendiciones si le seguíamos y cumplíamos sus mandamientos. Pues mejor aprovechemos esas promesas de Jesús porque El sí cumple y cuidémonos de prometer si no vamos a cumplir. Hay ministerios que han crecido a base de la mentira y sus predicadores y líderes les rendirán serias cuentas a Dios (Mateo 23: 15)

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¿Está el Mandamiento del Diezmo Vigente?

¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro (Mateo 23:15-23).

¿Donde dice en la Biblia que los gentiles debemos pagar el Diezmo porque es un mandamiento de Dios para nosotros? En ninguna parte.

El diezmo es mandamiento irrevocable para el pueblo de Israel (Deuteronomio 26:1-19). La Ley manda a que se le paguen diezmos a los levitas, pueblo elegido por Dios para ejercer el sacerdocio y se diezmaba el grano, el vino, el aceite y el ganado, los cuales se llevaban a un depósito que había en el templo llamado Alfolí. En la actualidad algunos templos le dicen alfolí a una alcancía, a una cuenta bancaria o a la caja de las ofrendas, pero eso no tiene sentido, es como decirle cohete a una bicicleta, no es lo mismo aunque ambos sean medios de transporte.

Algunas denominaciones cristianas dicen que el mandamiento del diezmo está vigente y que quien no lo guarda le está robando a Dios. Entonces quien no diezma roba, por lo tanto es ladrón, por consiguiente está en pecado, al final va para el infierno. Eso significa que no estamos bajo la Gracia sino que seguimos bajo la Ley. Entonces en vano murió Cristo (Gálatas 2:21). Pero hay un detalle: Si el diezmo es un mandamiento que me justificará delante de Dios, si dejo de diezmar debo limpiar ese pecado presentando un sacrifico sustentado en la misma Ley que establece el diezmo. Todo manual de procedimientos tiene un acápite de políticas, normas y sanciones. Yo no puedo implementar un procedimiento de Contabilidad y regularizarlo con normas y sanciones de Ingeniería Hidráulica, debo hacerlo con normas y sanciones del manual de ética de Contabilidad. Por lo tanto si el mandamiento del diezmo, como mandamiento para justificarnos delante de Dios está vigente, pues cuando alguien peque por dejar de diezmar debe hacer lo siguiente: Comprar un cordero macho sin defecto y llevarlo al Templo de Jerusalén y sacrificarlo para el perdón de ese pecado. Es lo que dice la Ley. Pero hay otro detalle: ¿A dónde llevan el cordero para sacrificarlo si no hay templo en Jerusalén? Lamentablemente estarán perpetuamente en pecado hasta que reconstruyan el templo y se reanuden los sacrificios. De ser así, cuando restauren el templo no va a caber gente llevando corderos porque la mayoría de los cristianos dicen de la boca para afuera que diezman, pero no es verdad ninguno puede decir que ha sido leal con el diezmo: El que no lo ha dejado de pagar por lo menos una vez, se ha sentado a hacerle cálculos contables a Dios de forma tal que sus finanzas no se perjudiquen al momento de pagar; y eso muchos lo hemos hecho por lo menos una vez en la vida. Pero para un cristiano que violó el diezmo y lo reconoce como mandamiento que lo justificará delante de Dios, poder acceder al perdón, debe convertirse en judío y esos son otros quinientos. Tendría que acercarse a un rabino, hacer un voto, hacerse la circuncisión, aprender hebreo, leer la Torah, leer el Talmud, además debe guardar el Shabbath, el Yom Kippur, el Sukkot, el Hanuká, el Purim, el Pesaj, tener un Mezuzah en la puerta de la casa y creer que el Mesías no ha llegado todavía. Pero como yo soy cristiano y creo que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías prometido y que está sentado a la derecha del Padre en el Cielo, tengo una mejor forma de diezmar sin estar esclavizado bajo la Ley y sin dejarme chantajear de nadie. Lo hago por revelación espiritual no por negocio.

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El diezmo no debe ser enseñado como un mandamiento que nos justificará delante de Dios porque no es así y ni siquiera para el Pueblo de Israel es así. Veamos que nos dice Jesús:

“Dos hombres subieron al Templo: el uno fariseo y el otro publicano. El fariseo, de

pie, oraba para sí de esta manera: “¡Oh, Dios!, gracias te doy porque no soy como los

demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros o también como ese publicano; ayuno

dos veces por semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo”. Mas el publicano,

manteniéndose a distancia, no osaba siquiera alzar los ojos al cielo, sino que

golpeaba su pecho diciendo: “¡Oh, Dios, ten piedad de este pecador!”. Os digo que

éste bajó a su casa justificado más bien que aquel; porque todo el que se exalta será

humillado, y el que se humilla será exaltado” (Lucas 18: 9-14).

El diezmo es una ventana más para Dios bendecirte y una muestra de amor y agradecimiento a Dios. En algunas congregaciones evangélicas les dicen a las personas que si no diezman caen en maldición y que el que diezma es abundantemente bendecido con dinero y que nunca va a tener problemas de ningún tipo. Si a alguien le pasa algo que lo afecta materialmente le dicen: “Eso es que no estas diezmando, rompe la maldición, diezma”. La maldición está en querer justificarnos delante de Dios guardando mandamientos de la Ley (Gálatas 3:10). Como vimos anteriormente nosotros los gentiles somos herederos según la promesa que Dios le hizo a Abraham, antes de la circuncisión. Abraham le dio diezmos a Melquisedec no por mandamiento porque la ley del diezmo no existía en ese entonces, sino que lo dio por revelación, porque le nació del corazón al sentir la unción de Melquisedec. Al igual que Jacob, quien también dio por revelación, no por mandamiento porque ese mandamiento no existía. Entonces es mejor dar el diezmo con amor y desprendimiento para ser verdaderamente bendecido.

Es muy común que nos lean en las congregaciones a Malaquías 3:6-12 para decirnos ladrones si en algún momento dejamos de dar el diezmo, pero veamos primero a quiénes va dirigido Malaquías, así sabemos quiénes son los verdaderos ladrones:

1 Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías.

2 Yo os he

amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob?

dice Jehová. Y amé a Jacob, 3 y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y

abandoné su heredad para los chacales del desierto. 4 Cuando Edom dijere: Nos hemos

empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los

ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y

pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. 5 Y vuestros ojos lo verán, y

diréis: Sea Jehová engrandecido más allá de los límites de Israel (Malaquías 1:1-5).

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Por lo visto este libro va directamente al Pueblo de Israel. Pero leamos la parte que más nos interesa:

6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las

guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los

ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios?

Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros

diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda,

me habéis robado. 10

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y

probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de

los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11

Reprenderé

también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid

en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán

bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos

(Malaquías 3:6-12).

Más claro ni el agua. Esto se escribió para Israel. Aunque hay personas que dicen que los cristianos al acercarnos al Trono de la Gracia somos ciudadanos de Israel, pero se aplica cuando se habla de dinero, cuando se habla de expiación de pecados somos hijos de la Gracia. Tremendo Talmud.

Ahora si usted quiere adueñarse de esa promesa de que se abrirán las ventanas del cielo para usted, le tengo una buena noticia, esa promesa de bendición también es suya pero si lo hace de corazón no por imposición ni para sobornar a Dios. Ahora si usted es de los que todavía creen que esto para usted es un mandamiento que lo justificará delante de Dios le aconsejo que si no se ha circuncidado se vaya haciendo su circuncisión y prepárese para guardar cerca de 600 leyes. ¿Por qué? Porque eso hacen los que tales cosas practican. Ahora si usted entrega sus diezmos con amor a Dios y con agradecimiento usted será más bendecido de lo que en realidad puede ser si lo hace por imposición. Pero hay una promesa mucho mejor que esa en el Nuevo Pacto y que si es para nosotros los gentiles, veámosla:

6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que

siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso

en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,

teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.

10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará

vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11

para que estéis

enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros

acción de gracias a Dios (2 Corintios 9:6-11).

Me conviene más la promesa nueva que la vieja. ¿Por qué? Porque la vieja me limita a dar un 10%, mientras la nueva no me pone límite y me dice que si con amor siembro un 10% de ese porcentaje cosecharé pero si siembro más, cosecharé mucho más.

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Hermano que me lees: Debes honrar a Dios con tus finanzas. Estás en libertad de dar el diezmo, tus ofrendas, tus primicias, eres libre de hacerlo, pero Dios quiere que con el mismo amor con el que El sacrificó a su hijo para el perdón de tus pecados y para darte salvación tú le lleves tus ofrendas. Yo creo en las bendiciones de dar el diezmo y las he recibido y te invito a que recibas también la tuya pero no creas que es un mandamiento de la Ley al cual estás sometido y que tendrás problemas con Dios, más problemas tendrás si te enfocas en dar el diezmo pero el resto de tu vida es pecado y perdición. Recuerda que El escudriña los corazones y que el te prefiere santo y salvo. Las ofrendas voluntarias más grandes las dan los mafiosos y los narcotraficantes. ¿Y tú crees que por esas ofrendas sus crímenes serán perdonados por Dios? Estás llamado a aser libre en Cristo no a ser esclavo de los hombres (Juan 8:32).

La obra de Dios necesita de tu ayuda y tu diezmo, tus ofrendas y todo lo que puedas dar con amor es necesario para que la iglesia donde vas se mantenga abierta, si no puedes diezmar pues ofrenda pero que tus desembolsos de dinero sean con amor. No le robes a Dios. ¿Sabes cuando le robas a Dios? Cuando vas a una congregación, recibes alimento espiritual y no cooperas para que esta obra siga bendiciendo a otras personas, teniendo tú los recursos económicos para cooperar. Pero tampoco te dejes robar tu dinero por personas que predican prosperidad y se olvidan de predicar arrepentimiento y amor.

Por lo tanto te digo: ¡El mandamiento del diezmo está vigente! Pero no escrito en un código penal que te condena a muerte por ladrón, sino escrito con la sangre de Jesús en tu corazón no para justificarte delante de Dios sino para que bendiciendo a la obra de Dios seas bendecido tú también.

Y así como el diezmo está vigente, la Ley entera está vigente pero no para esclavizarnos con ella buscando ganar el cielo, sino para llevarla en nuestro corazón como lo que de verdad es: Palabra de Dios para la humanidad, para que vivamos felices y disfrutemos nuestros días en la Tierra hasta que vayamos a la presencia de Dios o hasta que Jesús venga (2 Timoteo 3:16-17). Solamente seremos salvos si dejamos de pecar y entregamos nuestra vida a Cristo.

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31 »Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: "Conoce a Jehová", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová. Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado (Jeremías 31:31).

¡Gracias Por leerme otra vez! ¡La Gloria es de Dios! Cristo viene pronto y viene por un Pueblo Santo.

Muchas Bendiciones.

Si Dios no edifica la casa en vano trabajan los obreros (Salmos 127:1)

Héctor Antonio Brea Gil

Ministerio Cristiano Bíblico Planeta Tierra

Santo Domingo, Republica Dominicana

12/12/2010