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DECONSTRUCCION Y DESDIBUJAMIENTO DE LOS PARTIDOS POLITICOS TRADICIONALES Vs LA CONSOLIDACION DE NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES.

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analisis de los nuevos movimientos sociales y el desdibujamiento de los partidos politicos tradicionales

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DECONSTRUCCION Y DESDIBUJAMIENTO DE LOS PARTIDOS POLITICOS TRADICIONALES Vs LA CONSOLIDACION DE NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES.

RESUMEN.

Sabemos que mucho se ha reflexionado y teorizado desde la dcada los noventa, sobre la Crisis de los sistemas polticos y de partidos en toda Latinoamrica. Esta es definitivamente una afirmacin demasiado apresurada y general. Hay algunos pases donde es indudable esta crisis. Hay otros en donde se puede opinar en uno u otro sentido, existen otros en los que algn partido poltico se encuentra en crisis y finalmente hay muchos otros en los que sera muy difcil opinar o argumentar que existe alguna crisis en esos partidos, cualquiera que sea el significado de la palabras crisis que se adopte.

Esta supuesta crisis ha llevado a ciertos pases a generar nuevos movimientos sociales y partidos polticos, en contraposicin con los partidos tradicionales, ya sea por desconfianza, agotamiento ideolgico, las tpicas promesas sin cumplir etc.

Es normal, o ms bien natural que estos partidos polticos tradicionales se agoten o se desgasten en el ejercicio del poder. En regiones como Latinoamrica, en las cuales existen serios problemas sociales, econmicos, polticos y de seguridad ciudadana, los partidos en el poder enfrentan desafos cada vez ms difciles. La crisis de los partidos tradicionales parece ocurrir parece ocurrir en nuestro caso colombiano cuando se conjugan grandes fracasos gubernamentales en diferentes reas, o cuando hay una sucesin de fracasos.

Los movimientos sociales en Latinoamrica en las ltimas dcadas, se han convertido en importantes actores polticos. Buscando cambios lejos de los partidos polticos tradicionales, tratando de mantener su autonoma y dando prioridad a su estrategia de accin colectiva dirigida a las movilizaciones masivas; o bien han decidido acercarse a algunos actores polticos ya consolidados, partiendo del mismo sistema poltico por la va tanto electoral, como institucional.

Palabras Clave: Crisis, partidos polticos tradicionales, nuevos movimientos sociales, accin colectiva, movilizacin social.

INTRODUCCION.

Durante las ltimas dcadas Colombia y Latinoamrica han experimentado lo que algunos tericos han llamado crisis de gobernabilidad resultado del incremento y multiplicacin de las protestas sociales contra el modelo de desarrollo que segua los lineamientos de los partidos polticos tradicionales, segn nos dice F. Acua (2010), la expansin de fenmenos tanto regionales como globales, narcotrfico, terrorismo, incapacidad y desdibujamiento de los partidos y sistemas polticos tradicionales y finalmente la corrupcin casi generalizada de las instituciones gubernamentales para manejar o sortear estas situaciones de ruptura. Los nuevos movimientos sociales han expuesto y se han expresado de una forma directa dentro de estos escenarios de formas diversas. Algunos, ya consolidados como nuevos partidos polticos, han conseguido llegar directamente al poder, formalizar e institucionalizar sus propuestas y proyectos de accin poltica. En cambio, otros en franca y abierta rebelda contra el poder poltico tradicional han desafiado la institucionalidad democrtica. Por ltimo, otros han hecho pactos con estas mismas fuerzas en trminos de alianzas de gobierno que han resultado ineficaces y efmeras F. Ventura (2006).

Los partidos polticos tradicionales siguen siendo actores principales en la democracia, aunque atraviesan dificultades para cumplir con las expectativas de los ciudadanos, aun mantienes su papel principal de ejercer mucha influencia en la formacin de la voluntad poltica. Y por ello, de acuerdo con Javier Duque (2007), ms que seguir insistiendo en las dificultades una y otra vez y las crisis de estos partidos tradicionales, debe interesar a la sociedad saber cmo funcionan y cual es en este momento su papel, tipo y calidad de comunicacin que tienen con los ciudadanos.

Es suficientemente claro ante la desconfianza y descredito que generan estos partidos, los relativamente nuevos movimientos sociales y las organizaciones que representan, se han convertido en medios de expresin y fuerte canalizacin de las demandas, quejas y propuestas de ciertos grupos o sectores de la sociedad. Aunque estos movimientos sociales, como lo expresa (Abal Medina, 2003), solo representan un porcentaje de la sociedad civil en general, no podemos desconocer que estos pueden ser generadores de nuevas identidades y discursividades que dan forma a nuevas formas de representacin poltica. Por su naturaleza, los modos y formas de participacin poltica de estos movimientos sociales son de fuerte ruptura con el establecimiento y van en contra de los modelos tradicionales de intervencin e intermediacin que caracteriza nuestras democracias actuales.

En medio de esta supuesta crisis de representacin que caracteriza nuestros modelos latinoamericanos de democracia y el desencanto y enfado de una opinin publica decepcionada por los sistemas polticos y sus actores, principalmente los partidos polticos de tradicin, segn Fernndez, Arturo (1991) las expresiones que estn fuera de lo institucional polticamente hablando, que en contadas ocasiones se convierten en propuestas anti polticas, se vuelven muy atractivas para las personas. La situacin clave o cuestin neurlgica, es entender si la presencia cada da ms extendida de estos movimientos sociales como actores polticos se debe pensar, considerar y tratar como un desafo o afrenta a los viejos esquemas de democracia representativa, o como una real y verdadera oportunidad para consolidar, reflexionar, debatir sobre los avances y espacios ya obtenidos a travs de una nueva onda de democracias alternativas. Con respecto a lo anterior, la sociloga Elizabeth Jelin (2003) observa que estos movimientos sociales tratan acerca de una nueva forma de hacer poltica y de una nueva forma de sociabilidad, de relacionar lo poltico y lo social, lo pblico y lo privado, incluyendo en las prcticas sociales cotidianas lo ideolgico y lo poltico institucional en directa interaccin entre ambos.

LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA POLITICA.

El despertar contemporneo de los movimientos sociales y populares en el tercer mundo tiene ms de dos dcadas. Ya no son nuevos y estn adquiriendo otras modalidades Orlando Fals Borda (1989).

Charles Tilly (2002) nos dice que un movimiento social es el desafo sostenido de un grupo social a quienes detentan el poder mediante repetidas manifestaciones pblicas de su nmero de simpatizantes, su nivel de compromiso, unidad y valor. Tambin nos dice que los movimientos sociales se incluyen en la categora de actores polticos colectivos ya que a pesar de las grandes diferencias que estos mantienen con los partidos polticos y los grupos de presin o inters, los actores polticos colectivos comparten una relativa estabilidad organizativa, una comunidad de objetivos, e ideas e intereses entre sus miembros, una lnea de accin coordinada y organizada y finalmente la voluntad de intervenir en la poltica incidiendo as en la gestin de un conflicto social. De igual forma Tarrow (1997) nos dice que el poder de los movimientos sociales se pone de manifiesto cuando los ciudadanos corrientes unen sus fuerzas para enfrentarse a las elites, a las autoridades y a sus antagonistas sociales. Crear, coordinar y mantener esta interaccin es la contribucin especfica de los movimientos sociales, que surgen cuando se dan las estructuras de oportunidades polticas (EOP) para la intervencin de agentes sociales que normalmente carecen de ellas. Estos movimientos atraen a la gente a la accin colectiva por medio de repertorios de enfrentamiento e introducen innovaciones en torno a sus mrgenes. En su base se encuentran las redes sociales y los smbolos culturales a travs de los cuales se estructuran las relaciones sociales.

En amrica latina, actualmente colectivos, grupos y asociaciones de hombres y mujeres se organizan en torno a bsquedas, demandas o reivindicaciones, con diferentes objetivos y direccionamientos. Se refiere a movilizaciones en contra de los efectos de las polticas sociales, econmicas, organismos en defensa de los derechos humanos, pueblos indgenas, agremiaciones de campesinos, cooperativas de trabajadores que trascienden las estructuras sindicales tradicionales y los partidos polticos, asociaciones de jvenes, movimientos de mujeres, coaliciones en defensa del medio ambiente, grupos de reivindicacin de gnero o sexualidad, movimientos artsticos, etc. que han florecido en el continente desde mediados de los ochenta en amrica latina.

La relacin entre los movimientos sociales y los partidos polticos suele ser compleja. Es innegable que las organizaciones sociales derivadas de los movimientos y que constituyen su andamiaje o estructura pueden llegar a parecerse a los partidos polticos y grupos de inters; por lo que es necesario establecer sus diferencias. Aunque todos persiguen fines polticos, los dos ltimos no dependen de la participacin directa de sus miembros para alcanzar sus objetivos propuestos.

Independientemente de las causas a que se acojan, los movimientos sociales tienen una gran importancia como actores sociales por dos razones fundamentales: la primera es que funcionan como catalizador de las demandas de los ciudadanos o grupos sociales que optan por expresar a si su descontento con el establecimiento. La segunda es sus funciones como proponentes y catalizadores del cambio social. Pero para lograr dicho cambio, generalmente necesitan de otros actores sociales. Uno de estos actores son los partidos polticos Hanspeter Kriesi (1996). Es comn que estos movimientos sociales enfrenten dos opciones; quedarse como fuerza de oposicin, luchando por vas extra-institucionales manteniendo toda su autonoma, o competir por el poder mediante los canales institucionales, sea en alianza o como parte de algn partido poltico.

Existen tres grandes interrogantes en lo que se refiere a las relaciones entre el poder y los movimientos sociales. Segn David Slater (1989) en primer lugar los movimientos sociales en muchos momentos de su historia disponen de los recursos para la accin colectiva, en general aceptan su destino o se alzan tmidamente, para verse sometidos por la represin del estado, entonces cules son las circunstancias en las que surge el poder en los movimientos sociales?; la segunda cuestin nos dice Slater, se refiere a la misma dinmica del movimiento. El poder popular surge con rapidez, alcanza su clmax y no tarda en desvanecerse o dar paso a la represin o a la rutina existe alguna dinmica comn al desarrollo de los movimientos sociales, que vincule sus entusiastas inicios con el auge de su lucha y su desengaada extincin?

La tercera y ltima, se relaciona con los resultados de los movimientos sociales tienen algn impacto ms all de sus efmeras movilizaciones? Los elementos para disuadirlos son menos que relevantes; los participantes se agotan y abandonan; las protestas que tienen xito tempranamente crean el espacio necesario para otras protestas y para la aparicin de movimientos opositores o antagnicos; el poder controla a la disidencia por medio de las reformas o la represin, mientras que las elites antagnicas desvan el descontento en otras direcciones Es real el poder de los movimientos sociales si su impacto esta mediatizado y es tan efmero? .

Tal como lo exponen los autores antes mencionados, los movimientos sociales surgen como respuesta a oportunidades para la accin colectiva que el medio ofrece, pero es necesario apuntar tambin que su desarrollo se ve firmemente determinado por sus propias acciones Tilly (1978).

En base a lo anterior existe una escuela que analiza los movimientos sociales a partir de la forma en que ellos intervienen en asuntos polticos. Para esta escuela la accin colectiva forma parte de la cultura pblica de una sociedad donde cada grupo tiene su propia historia y una memoria propia de la accin colectiva, es decir, como una especie de abanico de formas familiares de accin conocidas, tanto por sus actividades como por sus oponentes. Estas formas de accin, que son productos culturales que evolucionan lentamente, se han calificado como el repertorio de confrontacin

Nos dice Castells (2009) que en el pasado la mayor parte de las formas de accin colectiva estaba vinculada a grupos y a determinadas situaciones conflictivas, pero con la creciente difusin de la informacin se produjo un cambio radical: se empezaron a difundir y a extender determinadas rutinas de accin colectiva y estas se empezaron a aplicar a gran variedad de situaciones, aportando convenciones que ayudaron a los movimientos sociales a aglutinar grupos grandes y dispares.

Los movimientos sociales plantean ciertos desafos, a travs de acciones directas de ruptura contra las autoridades, las elites u otros grupos o cdigos culturales. Aunque lo habitual es que estas acciones directas sean pblicas, tambin pueden adoptar la forma de resistencia personal coordinada o de reafirmacin colectiva de nuevos valores, Tarrow (1989).

Estos desafos colectivos suelen caracterizarse por la interrupcin, la obstruccin o la introduccin de incertidumbre en las actividades que realizan los dems, es decir, especialmente en sistemas represivos, lo podemos ver en forma de consignas, estilos musicales, formas de vestir etc. Incluso en los estados ms liberales, la gente puede identificarse con los movimientos por medio de palabras, formas de dirigirse a los otros y pautas de conducta privadas que representan su objetivo colectivo y se ven reforzadas por el mismo.

De esta forma, el estudio de la accin colectiva es muy til para analizar los movimientos sociales debido a que como esta rara vez disponen de incentivos selectivos sobre sus seguidores, la accin colectiva suele ser el instrumento para estimular las movilizaciones y el apoyo a la gente.

CONCLUSIONES.

La propagacin de elecciones libres y gobiernos democrticos en Amrica Latina, han hecho pensar a muchos que era la oportunidad para que buena parte de los ciudadanos se interesaran y participaran en los asuntos pblicos Sin embargo, en muchos estados de la regin el establecimiento de elecciones libres y justas no ha estado acompaado de una slida institucionalizacin democrtica mediante una competencia efectiva de partidos, libertad de expresin y asociacin, respeto y observancia de la ley, garantas de derechos humanos, rendicin de cuentas y transparencia gubernamental.

Por ejemplo, algunas democracias como han desarrollado la arquitectura de instituciones electorales competitivas pero en cambio han fracasado en la creacin de las bases de una sociedad civil dinmica. Sumado a lo anterior, las constantes crisis econmicas y los grandes sectores de la poblacin que han sido excluidos de los beneficios del desarrollo econmico, los movimientos de reivindicacin y la desconfianza poltica e institucional que parece un mal endmico de la regin, mantienen latente el peligro de regresar al autoritarismo.

Los autores que sealan que los movimientos sociales muestran un dinamismo mayor que los partidos de izquierda en la regin. "Va emergiendo una clara conciencia de los lmites de los partidos y, en paralelo, la idea de que los movimientos son algo ms que sociales."Tambin los movimientos tienen su propia agenda y ya no actan de forma reactiva ante estados y partidos.

Desde sus prcticas sociales han descubierto y cultivado nuevas formas de articulacin de intereses y aspiraciones que pueden ser experiencias importantes de aprendizaje para los partidos polticos. Por su parte, los partidos deben asumir la responsabilidad de renovarse con el fin de mantener su irremplazable carcter de mediadores de intereses diversos, asumiendo la existencia de otros mecanismos y mediadores provistos por los primeros.

Para recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones democrticas, ser posible siempre y cuando se abran los respectivos canales de comunicacin, participacin y control ciudadano en los procesos de la toma de decisiones en los asuntos pblicos. Los movimientos sociales en sus diversos contextos tienen extensas posibilidades de contribuir a esto mediante la propuesta de nuevas y mejores formas institucionales, ms adecuadas para encauzar esa participacin social y el empoderamiento.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS

Biblioteca Virtual universidad nacional de Colombia. Instituto de estudios polticos y relaciones internacionales. (IEPRI)

Christian Adel Mirza,Movimientos sociales y sistemas polticos en Amrica Latina: la construccin de nuevas democracias:Buenos Aires. CLACSO, 2006, p. 258.

Fabin Acua Villarraga. El Indefinido Nuevo Sistema de Partidos en Colombia. Buenos Aires. 2010. Observatorio Latinoamericano 5.

Jrgen Habermas,El Discurso Filosfico de la Modernidad:Cambridge, MIT Press, 1987, p.455.

Charles Tilly,de la movilizacin a la revolucin, Addison Wesley Publishing Co., 1978.

Orlando Fals Borda, Movimientos Sociales y Poder poltico. Bogot. Carlos Valencia Editores. 1988

Sidney Tarrow. El poder en movimiento: Los movimientos sociales, la accin colectiva y la poltica. Alianza Editorial. Madrid. 1997.

Manuel Castells. La Era de la informacin. Economa Sociedad y Cultura. Vol. 2. Madrid: Alianza, 1988.

Ma. Fernanda Somuano Ventura. Movimientos sociales y partidos polticos en Amrica Latina: una relacin cambiante y compleja. Polt. Cult.no.27Mxicoene.2007

ENLACES:

http://www.revistas.uchile.cl/index.php/RP/article/viewFile/33102/34816

http://www.revistafolios.mx/node/221

http://www.iepri-bog.unal.edu.co/biblioteca_virtual.php