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COLEGIO NIÑO JESÚS 1º BACHILLERATO – AA.EE. LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS Asignatura: TRABAJO MONOGRÁFICO-H Entrega : 17-N-2014 Curso 2014-2015

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COLEGIO NIÑO JESÚS

1º BACHILLERATO – AA.EE.

LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS

Asignatura: TRABAJO MONOGRÁFICO-HEntrega: 17-N-2014

Curso 2014-2015

Apellidos: ETERTER ERTETTNombre: JKJSDFKJSD

Dirección postal: C/ERTETRT, 2-46015 VALENCIACorreo electrónico: [email protected]

Teléfono: 444444-444444Profesor: XXXXXXX XXXXX XXXX

ÍNDICE:

HOMÍNIDOS: Definición.-................................................................................................................... 3

Últimos hallazgos en Kenia.-............................................................................................................. 3

MORFOLOGÍA.-...................................................................................................................................... 4La especie elegida.-......................................................................................................................................... 5Evolución de los primates hasta los homínidos.-..................................................................................6Rasgos morfológicos del hombre.-.............................................................................................................8Rasgos de los póngidos y humanos modernos.-....................................................................................9

Clasificación.-...................................................................................................................................... 11Primeras especies homínidas.-................................................................................................................ 11Especies de las que evolucionó el hombre.-.........................................................................................12

Rasgos relevantes y patrones de conducta.-.....................................................................................................16

HOMO HABILIS.-................................................................................................................................. 20

HOMO ERECTUS.-............................................................................................................................... 21

HOMO NEARDENTHALENSIS.-........................................................................................................ 22

HOMO SAPIENS.-................................................................................................................................. 23

Evolución de los homínidos.-......................................................................................................... 25Aspectos morfológicos..................................................................................................................................................25Aspectos Culturales........................................................................................................................................................31

Tabla comparativa de las diferentes especies del género Homo.-...............................................32Tabla de la evolución humana.................................................................................................................. 33

Distribución geográfica de las distintas especies (género Homo)....................................34

Futuro de la evolución humana.-.................................................................................................. 35Sobre el proceso.-.......................................................................................................................................... 35Sobre el aspecto.-.......................................................................................................................................... 36

BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................... 39

WEBGRAFÍA......................................................................................................................................... 39

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HOMÍNIDOS: Definición.-

El concepto puede entenderse de distintas maneras. Es posible considerar que los homínidos u homininos constituyen la subtribu de primates  que se caracteriza por caminar en dos patas y de manera vertical. En este caso, la única especie que subsiste es el Homo sapiens. Los homínidos como subtribu de primates surgieron hace unos seis millones de años; un millón de años más atrás, es decir, hasta siete millones de años, habría existido un eslabón común entre el chimpancé y las personas.

Se puede considerar, por otra parte, a los homínidos como la familia de los primates hominoideos que incluye tanto al ser humano como a sus parientes más cercanos: los chimpancés, los bonobos, los gorilas y los orangutanes. La familia Hominidae, por lo tanto, está compuesta por los integrantes de géneros como Homo, Australopithecus y Paranthropus, entre otros. Esto quiere decir que muchos homínidos ya se han extinguido.

En definitiva, el concepto de homínido se presta a confusiones ya que puede hacer referencia a diferentes cuestiones. Por un lado nos encontramos con una subtribu de primates que incluye sólo a los Hominidae bípedos (con el ser humano como una única especie superviviente), mientras que por otro podemos hallar a los Hominidae en general (con los primates bípedos y los grandes simios).

El estudio de los orígenes y el desarrollo humanos, la Paleontología humana, cristalizaba en la década de 1860 con las aportaciones de diferentes ramas de la ciencia natural y social: la anatomía comparada y filogenética, la antropología, la arqueología y la geología, entre otras.Tres acontecimientos científicos aportaron nuevas perspectivas al estudio de los orígenes humanos, y a la existencia del “hombre fósil”: el descubrimiento del hombre de Neandertal en 1856, la formulación de la teoría de la evolución de Darwin en 1859,  y la aceptación general de la tesis de Boucher de Perthes sobre la gran antigüedad del hombre, basada en la identificación de útiles paleolíticos.

Últimos hallazgos en Kenia.-

A principio del año 2012, un grupo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania halló tres fósiles de la especie homínido en Kenia; los mismos no pertenecen a ninguna de las clasificaciones de homínidos realizadas hasta el momento.

En el este de África se encontraron dos especies de homínidos, las cuales habitaron esta región en el período inicial de la evolución humana. Dichas especies fueron nominadas como: Homo erectus y Homo habilis; ahora han encontrado una tercera a la que todavía no han dado nombre.

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Este último descubrimiento, que ha sido publicado por la revista científica Nature, permite esclarecer muchas cuestiones respecto al período evolutivo de nuestra especie posterior a la escisión de los primates.

Según los análisis realizados por los investigadores, las tres especies convivieron en un mismo tiempo y espacio pero posiblemente no tuvieron contacto entre sí. Los restos hallados consisten en un cráneo casi completo y dos mandíbulas inferiores, los cuales pertenecieron a tres ejemplares diferentes que existieron hace unos 1,95 millones de años (Paleolítico Inferior). Más precisamente se tratan de la cara y algunas piezas dentales de un niño que contaría con unos 8 años, una mandíbula inferior con varios dientes y raíces y un trozo de otra mandíbula con algunos pequeños dientes incisivos.Todos éstos se ha conservado en un muy buen estado por lo que posiblemente servirán para realizar un exhaustivo estudio por parte de los paleontólogos, tras el cual podríamos conocer mucho más acerca de nuestra propia especie.

El lugar donde fueron hallados se conoce como Yacimiento de Koobi Fora, ubicada cerca de un lago al norte de Kenia; un territorio muy propicio para el hábitat de los primeros homínidos debido a la extensa vegetación y a las temperaturas cálidas.

Cabe mencionar que en 1972 se había hallado un fósil de similares condiciones a éstos y que obviamente se diferenciaba claramente de las dos especies previamente clasificadas; al mismo le faltaban tanto el cráneo como la mandíbula, por lo que no se pudo analizar en profundidad. Con este nuevo hallazgo, podría afirmarse que ese fósil pertenece a esta misma especie, el tercer grupo de la especie homínido que habitó en África.

La verdadera importancia de este reciente descubrimiento es que permite saber con más certeza que la evolución de nuestra especie no siguió una línea unidireccional.

MORFOLOGÍA.-

Un equipo internacional de investigadores, en el que participa el Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo, publica en la revista Science un método novedoso que ha permitido desentrañar el patrón de metilación del ADN de dos especies extinguidas, un neandertal y un homínido de Denisova.  

Comparando sus patrones epigenéticos con los de los humanos modernos, han podido identificar los genes cuya actividad difiere entre esas especies, y que marcan los cambios evolutivos que han configurado nuestra especie, es decir, que nos han hecho ser como somos actualmente. Han descubierto 2.000 regiones genómicas diferentes, entre ellas las que albergan a los genes Hox que organizan el cuerpo de todos los animales.  

Al desentrañar cómo se regulaban los genes en los neandertales y los denosivares, este estudio aporta por primera vez datos acerca de la evolución de la regulación de los genes en los humanos y abre una ventana a la exploración genética en especies que se extinguieron hace decenas de miles de años.

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  En el trabajo, coordinado por Liran Carmel, de la Universidad de Jerusalén, ha

participado la Unidad de Epigenética del Cáncer del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias Obra Social Cajastur (Universidad de Oviedo), dirigida por el doctor Mario Fernández Fraga, investigador del CSIC-CNB.   

El profesor de la Universidad de Cantabria y del Instituto de Investigación Valdecilla (IDIVAL), José A. Riancho, ha colaborado también en los trabajos desarrollados por el equipo internacional.  

“Algunas de las diferencias en los patrones epigenéticos afectan a genes relacionados con el desarrollo de los huesos y podrían explicar las diferencias entre el esqueleto de esas especies antiguas y los humanos actuales”, comenta Fernández Fraga.  

Otras afectan a genes relacionados con el sistema cardiovascular y el sistema nervioso, los cuales se han asociado con enfermedades como el alzhéimer o la esquizofrenia.  

Aunque se desconocen los factores que han dado lugar a esas diferencias, dado que los patrones epigenéticos están influidos tanto por las propias características genéticas como por las condiciones ambientales, como dice Riancho, “surge el interrogante de si esos trastornos, tan frecuentes en la sociedad actual, reflejan una predisposición inherente a nuestra especie o son, por el contrario, consecuencia de la forma de vida y el entorno en el que discurre nuestra existencia”.

La especie elegida.-

  En el mundo actual convivimos humanos de una sola especie, pero eso no fue así en el pasado. Hasta hace algunas decenas de miles de años, nuestra especie, el Homo sapiens, compartió el territorio y probablemente ideas y parejas con otras especies, como los neandertales.  

Sabemos poco acerca de cuáles fueron las características genéticas específicas que nos permitieron a los Homo sapiens sobrevivir en condiciones adversas, mientras las otras especies se extinguieron. Aún sabemos menos de las características epigenéticas que hicieron de nosotros 'la especie elegida'. La genética tiene que ver con los cambios en la secuencia de ADN que representa la estructura básica de los genes.  

La epigenética, sin embargo, representa las variaciones sutiles de los genes que, sin afectar al núcleo de su estructura, modulan su actividad y pueden transmitirse a través de las generaciones. Entre ellas se encuentran algunas modificaciones químicas, como la metilación del ADN, que controla cuándo y cómo son activados y desactivados los genes que controlan el desarrollo de nuestro organismo.  

La determinación de los genomas y los epigenomas de nuestros antecesores es fundamental para entender los mecanismos moleculares responsables de que seamos como

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somos. Para abordar este reto, Svante Pääbo, científico del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, lleva coordinando desde varios años el proyecto de la secuenciación del genoma del neandertal.   

Como resultado de ello, el pasado mes de febrero la revista Nature publicó el primer genoma completo de un neardental. El ADN se obtuvo de un hueso del dedo del pie de un individuo adulto que vivió en las Cuevas de Altai (Sur de Siberia) hace unos 50.000 años. Unos meses antes, el mismo grupo había publicado otro artículo en el que describía el genoma del denisovan, un grupo de humanos arcaicos descubierto recientemente.

Evolución de los primates hasta los homínidos.-

Hace 60 ó 70 millones de años había un grupo de animales insectívoros de pequeñas dimensiones, con hocico largo con garras, con rabo, que andaban a cuatro patas (musaraña), y que vivían en el suelo, esto sucedía en el tránsito de la era secundaria a la terciaria.

Al final de esta época esta época, se produjo un gran desarrollo del medio del bosque, que se supone que debe de ejercer una fuerte presión selectiva (stress), pasando de un mundo del suelo a un mundo de los árboles, favoreciendo la vida arborícola, siendo animales nocturnos e insectívoros.

El paso del suelo al árbol creó una serie de cambios morfológicos, que se refieren a las extremidades, cerebro, las garras se van convirtiendo en dedos separados y el pulgar poco a poco fue consiguiendo la oponibilidad. el paso de garras a dedos supuso que se podían agarrarse más fuerte a las ramas de los árboles y conseguir una mejor manipulación de los alimentos que, originariamente, lo hacían con el hocico.

A parte de la transformación de las garras en manos tuvieron que adaptarse a la vida de los árboles abriendo otras posibilidades en cuanto a sistemas de locomoción. en este sentido

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podemos ver dos tipos vías diferentes. algunos primates continuaron, a pesar de ser cuadrúpedos con manos, manteniendo el mismo sistema de locomoción, existiendo en estos casos cambios morfológicos poco significativos.

Pero sí que hubo otros primates que comenzaban a utilizar la braquiación. este cambio de cuadrúpedos a braquiados supone cambios morfológicos de gran importancia:

• Alargamiento de los brazos: lo más trascendental fue que un primate adoptó la posición bípeda. los primates tienen diferentes formas de locomoción: los prosimios saltan y se aferra de forma vertical a los árboles; otra forma es la marcha cuadrúpeda; la tercera forma de locomoción es la braquiación que es la que practican los póngidos, más cercanos a nosotros que se desplazan de rama en rama con los brazos pero manteniendo el centro de gravedad por debajo de la base de sustentación que serían los brazos.

Para poder balancearse y agarrarse de las ramas -, desarrollando la clavícula, húmero, tórax y convirtiéndose en forma aplastada en el pecho y hacia la espalda. con la braquiación la capacidad de mantenerse erguido es mayor, tienen mayor potencialidad que el cuadrúpedo y mayor capacidad para convertirse en bípedos.

• Cambios craneales: en el cráneo también se produjeron modificaciones como el acercamiento de los ojos, aproximándose a la parte frontal del cráneo (cara). esto tuvo como consecuencias una visión estereoscópica que permite enfocar los dos ojos hacia el mismo objeto y calcular mejor la profundidad de campo o distancia, que le permitió tener mayor soltura para saltar de rama en rama. también pudo convertirse en una visión cromática que le permitiría manipular y coger los objetos de manera más fácil. estos dos nuevos rasgos debieron ir desarrollándose poco a poco en los primates como consecuencia de la adaptación a un medio cerrado arbóreo.

A su vez, el acercamiento de los ojos supone unos cambios en la estructura del cráneo, el hocico se acorta y termina por extinguirse, ya que la función que tenía será suplantada por las manos y la visión estereoscópica y cromática.

Esta modificación del cráneo permite que se vaya alargando y tiende a redondearse sin llegar a tener la forma del ser humano. este es el comienzo del cambio morfológico del cráneo que permitirá una mayor capacidad craneal.

• Cambios en el aparato digestivo: esta vida arborícola potenciará un cambio en la alimentación de estos primates, que conllevarán un cambio en la fisiología digestiva, ya que el aparato digestivo de un insectívoro es diferente al del omnívoro

Hace 20 millones de años se produce un empeoramiento climático provocando una reducción de las áreas boscosas a favor de los espacios abiertos.

Estas nuevas condiciones van a favorecer entre 4 y 5 millones años la aparición de los primeros homínidos que podemos individualizar por su sistema de locomoción bípeda,

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pero con pocos cambios en la capacidad craneal (aproximadamente 300 cm3), siendo esta bastante reducida, más o menos como la del chimpancé actual.

Entre 3 y 2 millones de años se produce un nuevo empeoramiento climático más seco y otra reducción de la masa boscosa. entre 2,5 y 2,6 millones de años, a partir de esos homínidos veremos la aparición de los primates con bipedia mejor conseguida, con capacidad cerebral mayor y también están en condiciones de la elaboración de un utillaje y, por tanto, con la capacidad tecnológica mayor que la que puede tener un chimpancé actual.

Rasgos morfológicos del hombre.-

Parece que definir morfológicamente al hombre es una tarea fácil, pero esto no es así. nuestro estado actual no tiene nada que ver con el que apareció en la antigüedad. no es tarea fácil establecer una línea nítida entre los póngidos y el hombre, ya que éste no aparece de una manera repentina, sino que es el resultado de un proceso evolutivo, teniendo grandes parecidos formales con una serie de especies como el chimpancé, del que nos hemos separado recientemente (aprox. entre 4-5 millones de años). aunque genética y morfológicamente tenemos parecidos, es necesario hacer ciertas matizaciones. los rasgos que diferencian al hombre de los póngidos son tres, a cuál de ellos más importante:

1.- la bipedia: desde este punto de vista, el hombre no tiene una bipedia ocasional, sino que nos mantenemos en una posición erecta que representa la liberación total de las manos utilizando las piernas como sistema habitual de desplazamiento permitiéndonos de esta manera incluso la carrera manteniendo esa posición erecta, a pesar de utilizar solo las piernas. aunque no somos los únicos que utilizamos la bipedia, si que podemos asegurar que somos más bípedos que el resto, esto es un grado de consecución de rasgos determinados.

2.- la oponibilidad del pulgar: la posición del pulgar, totalmente enfrentada al resto de los dedos, nos permite grandes niveles de precisión para la aprensión de objetos, superior a la de los primates. la pinza de precisión que supone los dedos pulgar e índice en el ser humano, pese a no ser distinta a la que tienen los póngidos tiene mayor precisión.

3.- la capacidad cerebral: ésta ha llegado en el hombre a cotas muy altas. el problema no es tanto el tamaño de éste como la complejidad, no existiendo una relación directa entre el tamaño y la capacidad de reflexión. no obstante se necesita un mínimo, nuestro cerebro es el cuádruple que el del chimpancé, 1.450 cm3 frente a 350 cm3. El hombre tiene un mayor nivel de complejidad, mayor capacidad de reflexión e inteligencia. estamos nuevamente en una diferencia de grado.

En este sentido, sería necesario hacer ciertas matizaciones, hay una rama de la paleontología denominada primatología, muy desarrollada desde hace unos años. Los expertos vienen insistiendo en que a los chimpancés se les pude reconocer cierta capacidad tecnológica, que era desconocida hace algunos años. son capaces de hacer herramientas, buscar un palo, quitar las hojas y las ramitas para que quede lo más recto posible y poder introducirlo en lugares donde hay termitas; lo humedece con la lengua y de esta forma las termitas quedan pegadas y

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pueden comérselas. dicen que esto es innato y que el hombre lo haría de otra manera, si por ejemplo los trasladáramos a la época de las sociedades recolectoras. éste fabricaría una herramienta a partir de una piedra, y pasando por diferentes procesos (nódulo, núcleo, lasca) terminaría haciendo un utensilio para este menester. por tanto hay diferencias entre la capacidad tecnológica del hombre y la del chimpancé, ya que éste último no hace una herramienta sino que utiliza materias que ya se encuentra en la naturaleza.

Otra diferencia relacionada con la capacidad humana sobre la de otros primates es que éstos últimos no experimentan, sino que repiten y enseñan mecánicamente una misma conducta por lo que no pasan a un nivel tecnológico superior, que sería más propio del hombre.

Rasgos de los póngidos y humanos modernos.-

Los póngidos, es decir los primates más cercanos al hombre son los chimpancés, los orangutanes y los gorilas. veamos las principales diferencias morfológicas que hay entre los humanos actuales y los póngidos:

1. El cráneo:

Forma del cráneo: es redondeado en el caso del hombre, mientras que en el chimpancé es alargado. otra diferencia será que la frente del hombre es mucho más vertical y en el chimpancé está proyectado hacia atrás.

Tamaño: el del chimpancé tiene unos 350 cm3 de capacidad, el gorila de unos 500 cm3, mientras que el del hombre actual tiene 1.450 cm3.

Grosor: el grosor de las paredes del cráneo es mayor en los póngidos que en el hombre. Cresta sagital: es una cresta ósea que va desde la frente a la nuca y que no aparece en el

cráneo humano. esta cresta está íntimamente relacionada con los músculos que mantendrán la cabeza erguida, en el caso del hombre, dada su posición vertical, no será necesaria la fuerte musculatura que gorilas y chimpancés han de presentar, por lo que la cresta sagital, al perder su función, desaparece del cráneo humano.

Reborde supraorbital: en el caso del hombre no existe, estando presente tanto en chimpancés como en gorilas.

Posición de agujero occipital (foramen magnum): en el gorila y el chimpancé está inclinada, ya que la columna se inserta de forma inclinada. en el hombre es horizontal porque la columna se inserta verticalmente. esto está relacionado con el sistema de locomoción (bipedia).

Pprognatismo subnasal: que proyecta la mandíbula al exterior en el caso de los póngidos, cosa que no ocurre en el hombre ya que en este su cara es vertical.

Arco cigomático: está mucho más separado en el gorila y en el chimpancé que en el hombre. esto se debe a que se insertan en este los músculos del aparato masticador, mucho más potente que en el hombre.

2. Aparato masticador: los dientes son las partes más duras del aparato óseo y los antropólogos han dedicado mucho tiempo al estudio de dichos rasgos.

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Forma de arcada dentaria: es distinto en el hombre y en los póngidos en éstos tienen forma de “u”, con los bordes paralelos, y en el hombre es más abierta formando una “v” siendo los lados divergentes.

Piezas dentarias: tenemos el mismo número de piezas por arcada: 4 incisivos, 2 caninos, 4 premolares y 6 molares. las diferencias estarán en la morfología de estas. el canino es el que presenta mayor diferencia. en los póngidos este está mucho más desarrollado y sobresale por encima del resto de las piezas dentarias, como consecuencia presentan diastemas para que encajen la mandíbula superior e inferior. en el caso del hombre los caninos están menos desarrollados no presentando ningún tipo de separación entre una pieza dental y otra.

3. Diferencias en la pelvis: la pelvis es distinta en el hombre que en los póngidos, esto se debe a la forma de locomoción. en el chimpancé la pelvis es estrecha y alargada mientras que en el hombre es ancha y corta, ya que tiene que soportar todo el peso del individuo debido a su posición vertical.

4. Diferencias en las extremidades: las extremidades superiores son más alargadas en los póngidos que en los humanos mientras que en las inferiores ocurre lo contrario.

En los póngidos los cuatro pulgares son oponibles, en los humanos sólo los superiores. nuestro pulgar es más corto que los otros dedos, en los póngidos el pulgar es más largo que los demás dedos.

Estas diferencias llevan a los antropólogos a colocar los restos encontrados en una u otra familia aunque a veces es difícil su clasificación. el registro fósil nos permite fechar en 4,2 millones de años los primeros restos de homínidos; los primeros restos humanos pertenecen al australopithecus.

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Clasificación.-

Primeras especies homínidas.-

1. Sahelanthropus tchadensis: este es el primer homínido del que tenemos ciertas referencias. se desarrolló en el chad hace 7 millones de años, aunque apenas si tenemos vestigios y por tanto conocimientos de éste.

2. Arthipithecus ramidus: de hace unos 6 millones de años se conocen los restos del yacimiento de Aramis (Etiopía) que pertenecen al llamado arthipithecus ramidus. en algún momento estuvo considerado como el primer homínido y del cual se generaban los demás, incluido el hombre. en la actualidad este planteamiento ofrece muchas dudas. los restos son escasos y por los datos obtenidos del estudio de un húmero y del agujero occipital, no se puede determinar que el sistema de locomoción sea bípedo, aunque tiene una posición más erguida que los simios actuales.

En cuanto a las piezas dentarias, los rasgos de los molares y premolares lo acercan más al chimpancé que al hombre y los caninos son superiores al del resto de los homínidos, acercándose más a los póngidos.

El medio ambiente en que se desarrolló, de acuerdo con la analítica paleoambiental, nos demuestra claramente que se desarrolló en un ambiente selvático y muy próximo al ambiente actual en el que se desenvuelven los chimpancés. no parece que este ambiente pueda favorecer la bipedia ya que es un ambiente cerrado.

En la actualidad se mantienen dudas acerca de su inclusión en la familia de los homínidos y habrá que esperar nuevos datos de restos que aparezcan para decantarse por una u otra posición, ya que sólo los restos que se tienen es de un solo individuo y son unos restos muy fragmentados, teniendo por tanto una documentación muy pequeña y limitada.

3. Australopithecus: en la zona de la gran fosa africana han aparecido gran cantidad de restos óseos cuya consideración como homínido no ofrece ninguna duda, constituyen una familia, género y especie; dentro de la cual se pueden distinguir distintos tipos.

Sus restos han aparecido entoda África oriental, desde Etiopía a Sudáfrica, solo un resto se ha encontrado fuera de esta área, es el australopithecus bahrelghazali que estuvo en un ambiente distinto a los demás.

El marco cronológico del género de los homínidos está comprendido entre los 4,2 millones de años hasta 1 millon de años.

Dentro de ellos hay una cierta diversidad formal dentro del género, lo que permite diferenciar las distintas especies aunque podemos seguir un esquema general de su morfología:

Capacidad craneal baja, entre 400 y 500 cm3, muy parecida a la del chimpancé actual.

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Aparato mandibular con rasgos más cercanos al hombre, aunque también presenta pequeños diastemas similares al de los póngidos.

Su sistema de locomoción es bípedo, es decir caminaban erguidos aunque presentan rasgos de capacidad para subir a los árboles. Este homínido no se alejaba demasiado de éstos, aunque habita en espacios abiertos y más secos.

Su alimentación básicamente es vegetariana, aunque pudo haber aportaciones cárnicas. La estatura media es de 1,5 m. y hay un marcado dimorfismo sexual, llegando el macho a

ser un 40% mayor que la hembra, este dimorfismo sexual es mayor que el del chimpancé, estando más cerca del gorila. es un rasgo típico de las especies de espacios abiertos.

No hay evidencias claras de que tuvieran capacidad tecnológica para fabricar herramientas que pudieran considerarse como humanas. pero esto no significa que no se hiciera uso de ellas, siendo este un uso de herramientas naturales, como piedras, ramas u objetos arrojadizos.

Hay distintas especies de australopithecus, pero los que más nos interesan es la especie a partir de la cual evolucionó el hombre, sin quitar el valor ni la importancia a las demás.

Especies de las que evolucionó el hombre.-

a) Australopithecus amanensis: la historia morfológica del australophitecus se inicia con uno de los tipos menos conocidos. data de hace 4,2 hasta 3,8 millones de años. Es el de más reciente localización e identificación, aunque hay muy poca documentación acerca de él.

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Sus restos se han localizado en Kenia, en el lago Turkama, que es una zona muy rica en recursos, siendo el único yacimiento conocido.

Se conoce poco de su morfología, su nivel de conocimiento no es elevado ya que tenemos restos muy limitados de éste. pero puede afirmarse que caminaba en posición erguida. aunque no se ha podido determinar el nivel de bipedismo se piensa que este no estaba muy conseguido por lo que sería una bipedia balanceante.

Sus caninos son más bien pequeños y parecen marcar ciertas diferencias con respecto al australopithecus robustus, cuyos rasgos son más cercanos al chinpancé.

Esta diferencia morfológica se hace en un medio físico distinto ya que se desarrolla en ambientes abiertos, el tipo de alimentación es vegetariana (frutos, hojas, tallos tiernos, etc). es por tanto una alimentación diversificada pero no especializada en la que también debió contemplar la ingesta esporádica de carne.

b) Australopithecus afarensis: tiene entre 3,8 y 3 millones de años. Este es bastante bien conocido, ya que hay un número bastante amplio de yacimientos de esta época. Entre los descubrimientos más significativos hemos de destacar el de yacimiento de Laetoli, en el que se conservan pisadas sobre restos volcánicos. también hay yacimientos en Etiopía y en las cercanías del río Omo.

Pero sin duda el descubrimiento más espectacular y que más repercusión tuvo fue el descubrimiento de un esqueleto casi completo que ha permitido un amplio estudio sobre éste. nos referimos a la archifamosa Lucy.

La estatura media estaba en torno al 1,5 m. con un dimorfismo sexual muy marcado: los machos pesaban alrededor de 60 kg., mientras que las hembras medían en torno a 1 m.

La capacidad craneal está en torno a los 425 cm3. presenta un claro prognatismo con rebordes craneales marcados. su arcada dentaria está

en una posición intermedia entre la del hombre y la del chimpancé, con caninos reducidos, aunque puede aparecer algún pequeño diastema.

La locomoción es bípeda, según se desprende del estudio de la pelvis, las rodillas y las pisadas del yacimiento de Laetoli.

Los brazos son largos con respecto a las piernas. algunos piensan que andaban de forma basculante y no parece que pudieran desarrollar una carrera ágil de ahí la separación de los dedos del pie que hace pensar que debió recurrir con cierta frecuencia a los árboles como refugio.

Vivía en espacios abiertos pero cerca de donde había árboles donde se pudieran refugiar en caso de peligro.

En algunos casos presenta cresta sagital. La alimentación es vegetariana sin llegar a alcanzar un nivel de alta especialización.

La bibliografía más actual incorpora dentro del A. aferansis al A. Bahrelghazali que apareció en una zona medioambiental mucho más cerrada que distaba unos 2.500 km. de la zona del áfrica oriental – zona habitual del a. afarensis –, por lo que la diferencia no es solamente la

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distancia sino también el ambiente en el que se desarrolla. no se explica como llegó hasta allí, aunque parece ser que llegó cuando ya estaba muerto, bien arrastrado por las corrientes, bien por otras causas no existiendo datos suficientes para explicar el hallazgo en una zona tan distante.

c) Australophitecus africanus: está datado en torno a los 3-2,5 millones de años. Está documentado en la zona meridional del África oriental, en un ambiente físico similar al resto de los australophitecus.

A este grupo pertenece el primer australophitecus que se descubrió en los yacimientos de y en otros de la misma zona como los de Sterfonten y Makpansgat.

Es un australophitecus que ofrece una morfología un tanto confusa, por lo que su papel como antecesor del hombre está muy discutido. parece ser que está en la línea del A. Afarensis. en su morfología se observa:

Aumento del tamaño corporal. Prognatismo subnasal muy disminuido tendiendo hacia el humano. Dimorfismo sexual: el tamaño del macho es unos 1,4 m y el de la hembra 1,15 m. Aumento ligero de la capacidad craneal que alcanza unos 450 cm3. El sistema de locomoción es bípedo, con una pelvis parecida a la del A. Afarensis estando

el dedo gordo del pie separado, lo que nos indica un arraigo al mundo arborícola. Hay una disminución de los caninos, no obstante los molares son más robustos,

alejándolo así de la línea humana. La alimentación era vegetariana, pero empieza a incluir en la dieta a las gramíneas.

Parece que llegaron a tener bastante peso en su alimentación, que al ser duras quizás contribuyeron a robustecer los molares y las mandíbulas.

Brazos relativamente largos en comparación con las piernas, rasgo que los asemeja con el H. Afarensis.

d) Australopithecus Garhi: en 1999 se encontró en Etiopía un fósil que se fechó en torno a los 2,5 millones de años. No es el más antiguo, pero el dato más significativo es que junto con sus restos aparecieron otros pertenecientes a animales sobre los que se había actuado con herramientas. Este descubrimiento ha despertado mucha controversia ya que no se conoce ninguna industria perteneciente al auatralopithecus. Tal vez la explicación al enigma sea ya que, por estas mismas fechas y en la misma región, se encontraba el homo habilis, mucho más avanzado y con tecnología lítica conocida. pudieron ser, por tanto, estos los que dejaron estos restos de animales y no los australopithecus, pero deja de ser una casualidad asombrosa que ambos restos se encontrasen juntos.

Salvo esta cuestión, con respecto al A. Garhi no se conoce nada. La documentación fósil es muy limitada y parece mostrar diferencias con el A. afarensis y el A. africanus por lo que no sabemos si incluirlo dentro de uno de los dos o si es el representante de una especie distinta.

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e) Australopithecus aethiopithus: aparece alrededor de unos 2,5 millones de años en yacimientos del lago turkana y del río Omo, en la zona norte del África oriental, y no se han encontrado en otros sitios por lo que su registro fósil no es muy amplio.

Hay que destacar, además de la bipedia y del dimorfismo sexual, el , esta mayor robustez va acompañada de una y de una , lo que supone que incluía en su alimentación una parte importante de gramíneas. Según su desarrollo morfológico no pudiéndose asemejar con éste.

f) Australopithecus Boisei: Tenemos documentación de su aparición en la zona septentrional del África oriental en yacimientos del lago Turkana y del río Omo. Su banda cronológica de vida está entre 2,2 y 1,3 millones de años.

Se descubrió en los años 60 un fósil de esta especie, a la que originariamente se le llamó zinjanthropus. este consistía en un cráneo casi completo en el yacimiento de Olduvai en Tanzania, que es uno de los yacimientos mejor conocidos en el que se utilizó por primera vez el potasio-argón como método de datación, dando como resultado que este cráneo presentaba una antigüedad de 1,75 millones de años.

Es el australopithecus más robusto de todos los arcaizantes, que alcanza niveles corporales mayores, en principio más cercano al hombre que a los póngidos. presenta un aparato masticador muy robusto. Es bípedo. Su capacidad craneal ha aumentado, sobrepasando los 500 cm3. La alimentación es vegetariana, incluyendo en su dieta las gramíneas siendo muy especializada. Cabe la posibilidad de que esta especialización fuera al menos una de las causas de su desaparición hace 1 millón de años sin dejar descendencia.

g) Australopithecus robustus: este australopithecus es más reciente en cuanto a su aparición y se mueve cronológicamente entre 1,8 y 1 millones de años. Aparece documentado en yacimientos del África oriental, en la zona parecida al del A. Africanus (Sudáfrica).

Es el que alcana, dentro del género australopithecus, la mayor capacidad craneal, siendo el promedio de 525 cm3. Este rasgo, nos puede plantear que tenga un mayor acercamiento al género humano, pero ocurre todo lo contrario, ya que su morfología mandibular es muy potente, muy robusta y también presenta cresta sagital. Desde el punto de vista masticador, presenta unas piezas molares muy grandes, acercándose al A. Boisei. en cuanto a su alimentación, podemos considerar que su ingesta es vegetariana y, especialmente, gramíneas.

Es un individuo bípedo y presenta dimorfismo sexual acusado. Los machos tienen una altura de 1,35 m, mientras que las hembras 1,10 m.

El género australopithecus es anterior al homo. El australopithecus parece tener una tendencia evolutiva clara hacia la molarización a partir del A. aethipicus, que podemos retotraer en torno al los 1,5 millones de años. Esta tendencia, coincide con una crisis climática acaecida entre los 2 y 3 millones de años, y cuyas condiciones ambientales van a ser más secas, habiendo una expansión del paisaje abierto, con un gran desarrollo de las gramíneas. Este proceso conducirá a un especialización que parece que tiene algo que ver con esta crisis climática que favoreció el desarrollo de especies vegetales duras, originando tamben una especialización de los

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molares y es posible que, precisamente esta especialización, fuera la causante de la desaparición de los australopithecus del registro fósil, sin dejar descendencia hace aproximadamente 1 millón de años.

Como aspectos a tratar a la hora de considerar a estos australopithecus, independientemente de la relación evolutiva que tengan entre ellos hay que considerar que, según los expertos:

Sólo hay un género australopithecus, que presenta distintas especies. Las distintas especies que lo constituyen a su vez presentarán distintos grupos.

Pero también hay otras opiniones que han de ser tenidas en cuenta y que se consideran desde un punto de vista formal, se puede establecer una división de acuerdo a su morfología. Estas opiniones quieren evidenciar que no hay a un australopithecus “único”, sino que existieron dos géneros con distintas especies:

Los australopithecus: estos sería el A. bahrelghazali, el A. amanensis, el A. afarensis y el A. africanus.

Los A. paranthropus: entre los cuales se incluirían el A. aethiopicus, el A. robustus y el A. boisei.

Independientemente que tengan un género o dos, lo que más nos interesa es la relación interna que tienen entre ellos. es decir saber que tipo de relaciónes establecen. Existen varias tendencias a la hora de establecer dichas relaciones pero la que más refrendo tiene es la que parte de los rasgos del aparato mandibular.

Hay otra tendencia de menor aceptación que no tiene en cuenta el tema mandibular para establecer las relaciones, sino que buscan otros rasgos formales anatómicos más concretos, existiendo por tanto distintas opiniones evolutivas que se basan en distintos rasgos anatómicos.

Rasgos relevantes y patrones de conducta.-

El bipedismo: Uno de los rasgos que nos permiten caracterizar al hombre es el bipedismo (posición erecta vertical con desarrollo para la carrera). si este es el rasgo que más le ha caracterizado es lógico que intentemos profundizar, con ciertas preguntas que son interesantes pero de respuesta difícil.

La morfología de los primeros australopithecus es bastante clara, eran individuos de pequeñas dimensiones con una dentición vegetariana; caninos algo desarrollados presentando, en ocasiones, diastemas; cerebro pequeño, del tamaño del chimpancé; con un sistema de locomoción bípedo pero recurriendo al mundo arbóreo como sistema de defensa de los carnívoros.

El H. Habilis es un tipo que nos muestra un bipedismo con brazos largos, con una capacidad baja inicialmente, acercándose al camino de lo humano y con una tecnología

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tremendamente reducida. Su capacidad craneal es de 800 cm3, algo más de la mitad de la capacidad actual y con un bipedismo bastante desarrollado.

Si lo analizamos morfológicamente queda claro que el rasgo más conseguido es el de la bipedia. esta es el primer rasgo que separó a la humanidad del tronco común del chimpancé y hecho por tierra la teoría de que el linaje humano se iniciaba con el desarrollo de una cierta capacidad cerebral y de una tecnología lítica, que favorecería el bipedismo. Esta teoría se mantuvo durante bastante tiempo. actualmente se dice que todo empezó con el bipedismo, nuestra separación comienza gracias a que andabamos sobre dos pies.

Otro tema más difícil de abordar se refiere a las causas que dio lugar a esta. ha habido muchas aportaciones al respecto. durante mucho tiempo ha habido una obsesión por buscar un origen. hoy se piensa que fueron varias causas:

Origen de la bipedia: es difícil saber los factores que intervinieron y aunque se manejan varias propuestas, ninguna puede considerarse aceptable al 100%, siendo, tal vez, el conjunto de todas.

Es un hecho probado que aparece en la gran fosa africana, es un medioambiente en el que debió predominar un paisaje vegetal abierto con zonas de arbolado vinculada a humedades lacustres y fluviales: en este marco geográfico apareció y este marco debió influir en ella.

La aparición de la bipedia supuso una gran ventaja al permitir ver por encima de la vegetación herbacea y contribuyó a impedir el ataque de depredadores, como el “tigre dientes de sable”.

Por otro lado, este tipo de locomoción libera las manos, con lo que estas se pueden emplear en otras actividades como la manipulación de alimentos y en la fabricación de herramientas para la defensa.

La progresiva dispersión de las zonas arboladas, también pudo influir. la base de la alimentación del australopithecus procedía del bosque (frutos, hojas, bayas), lo que su dispersión obligaba a grandes desplazamientos, y en ellos la bipedia sería un sistema de locomoción mas ventajoso desde el punto de vista de economía de energía.

Otra propuesta está en relación con lo anterior: la bipedia en ese medio ambiente supone un ahorro de energía y eliminación de calor. Los rayos del sol inciden en una superficie del cuerpo mucho menor en el hombre que en el chimpancé.

Por otro lado, a nivel del suelo, el calor es mayor y el cuerpo del hombre esta más alejado del suelo que el cuerpo del chimpancé. por lo tanto recibimos más aire y, además, menos caliente. esto hace pensar que a los primeros homínidos le sería más fácil entrar en la sabana en las horas de mayor calor, que es cuando hay menos depredadores.

Dimorfismo sexual: Es un indicador indirecto de los modos de diferenciación social. La existencia del dimorfismo sexual en los primeros primates está ligada a la pugna entre los machos al acceso a las hembras y por el control del grupo.

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En los grupos que hay dimorfismo sexual, el nivel de cooperación entre los distintos individuos es limitado: a mayor dimorfismo menor cooperación entre individuos. Esta cooperación se limita a la defensa del grupo, al cuidado de las crías y a la caza, como ocurre en el chimpancé. El nivel de cooperación no llega a la repartición de alimentos ni al transporte de estos, solo en el chimpancé, en algunas ocasiones, se da el reparto, pero no el transporte. en el caso del gorila de lomo plateado, el macho reproductor es el que asume la defensa y no permite el acceso de otros machos a las hembras; en los mandriles sucede algo parecido.

En grupos de un dimorfismo sexual menos acusado, el grupo es más flexible a la hora de la reproducción, aunque hay un macho que ejerce cierto control. también en estos grupos, el grado de cooperación es mayor y así sucede a la hora del reparto de alimentos, de cazar, de defenderse, etc.

En medio de estas dos situaciones hay otras intermedias en el que el nivel de cooperación también es intermedio.

Dimorfismo sexual en los primeros homínidos: En los australopithecus, el dimorfismo sexual es acusado: cerca del 40%, pareciéndose más al gorila. Es el de los primeros primates adaptados a los espacios abiertos.

Estos grupos aparecen coordinados por una oligarquía de machos: en un sistema muy adaptado a los espacios abiertos en los que se necesita un mínimo de cooperación, por ejemplo para la defensa.

El australopithecus pudo tener un marco de relaciones más o menos parecido al de los papiones. éste esgrimirá la defensa con herramientas naturales, como palos y piedras.

El homo habilis, tiene un dimorfismo sexual claramente atenuado con respecto al australopithecus. en este sentido debemos suponer que, en este, el nivel de cooperación sería mayor, lo que es un factor muy importante en el desarrollo de la inteligencia y la cultura.

Parece ser que en ciertos yacimientos se produce un aporte de alimentos y de herramientas, estos reciben el nombre de lugares de acampada, y en ellos se repartían alimentos. esto no ocurre en el caso del australopithecus, pero si en los primates actuales.

Este mayor grado de cooperación pudo estar relacionado con la existencia dentro del grupo de individuos no autosuficientes durante largos periodos de tiempo, lo que obliga a una inversión de tiempo en su cuidado. esto supuso un cambio en el patrón de crecimiento y desarrollo. en el h. habilis se habría producido un aumento del periodo de la infancia, es decir un mayor periodo de dependencia y crianza de las crías.

El chimpancé tarda cuatro años para pasar a la etapa juvenil, y 12 para se adultos. en el hombre entre 10 y 12 para pasar a la etapa juvenil y 18 para se adulto, los valores en

El caso del hombre son mayores. esta diferencia de tiempo repercute, entre otros factores, en la capacidad cerebral: 450 cm3 contra 1.350 cm3. El chimpancé nace con algo más de 200

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cm3 y con el periodo de crecimiento llega a duplicarlo a los 11 o 12 años. El hombre, sin embargo, nace con unos 380 cm3 y lo triplica la final de su crecimiento. la capacidad cerebral del recién nacido está condicionada por el tamaño del canal pélvico de la madre. No podemos tener el patrón de crecimiento del chimpancé, pues tendríamos que nacer con una capacidad de 700 cm3 y esto no es posible. nacemos más indefensos y por eso necesitamos más tiempo para el desarrollo. la especie humana desarrolla una inversión energética mayor que cualquier otro primate en la descendencia.

Con respecto al H. Habilis, hay pocos datos pero si existe sobre el H. Ergaster, del que se conserva un esqueleto completo. del estudio de su pelvis, se deduce que el neonato tendría al nacer unos 270 cm3 y los triplicaría al llegar a la madurez (900 cm3), este patrón es el mismo que el del hombre y podemos suponer que el h. habilis podría tener un patrón intermedio entre el australopithecus y el hombre actual y de aquí suponer que su nivel de cooperación fuese mayor que en el australopithecus.

Este ambiente de cooperación y de infancia retardada pudo favorecer el desarrollo del cerebro. pero, lo que sí es evidente, es que le h. habilis presenta un cerebro más desarrollado.

Regimen alimentario: el australopithecus mantiene una dieta vegetariana, como la del chimpancé actual, y solo de forma ocasional recurriría a la carne. esto no requiere cooperación, sino que se puede hacer individualmente y solo cuando quiere comer carne necesitaría cierta cooperación.

En el h. habilis, la alimentación es mixta, con ingesta de carne de forma habitual y complementada con vegetales, según se desprende del registro fósil y del análisis de las piezas dentarias. esta alimentación cárnica tendrá que conseguirse con un mayor nivel de cooperación que el australopithecus, pues habría de obtenerla del carroñeo o de la caza.

La incorporación de la carne como elemento habitual en el régimen alimenticio, supuso un aumento considerable del nivel nutritivo, de elementos proteicos y energéticos.

Ahora nos tenemos que preguntar porque se incorpora la carne a la alimentación. la aparición del H. Habilis sucede hace 2,5 millones de años, este hecho coincide con una crisis climática, ambiente seco y reducción arbórea, suponiendo esto un paisaje abierto y predominio de las gramíneas. ante estos cambios solo quedaban dos salidas, adaptarse desarrollando una especialización de vegetales duros o diversificar el tipo de alimentación incorporando el consumo frecuente de carne. estas son las dos respuestas adaptativas:

Vía de especialización: fue la seguida por el a. boisei, que desarrollo una dentición especializada para el consumo de gramíneas y terminó extinguiéndose sin descendencia.

Vía de diversificación: es la seguida h. habilis que desarrollo una dentición menos especializada y mas omnívora que, al parecer, que tuvo éxito, sino nosotros no estaríamos aquí.

El lenguaje: Parece que se puede rastrear en restos hallados. hay datos que permiten indagar en el tema a través de dos vías: por un lado la paleoneurología y por otro por el registro óseo. La

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paleoneurología trata de averiguar la capacidad mental de los fósiles estudiando la impronta de las rugosidades cerebrales en el interior del cráneo. según esta vía, el área del lenguaje estaba bien desarrollada en el homo habilis y en sus sucesores, lo que indica cierta capacidad para el leguaje, mayor que en el caso de los primates actuales.

El estudio de los huesos hioides que tiene una relación con el lenguaje indica una capacidad de lenguaje para el hombre de neanderthal, pero no tenemos huesos de este tipo pertenecientes a época anteriores.

HOMO HABILIS.-

Homo Habilis es el primer representante del género Homo (el nuestro). Habilis no era muy diferente del Australopithecus Africanus, tenía una capacidad craneal media de unos 600 centímetros cúbicos y era quizá un poco más pequeño que los Australopithecus y que sus contemporáneos del género Paranthropus.

1. Los restos fósiles encontrados por el matrimonio Leakey, en 1959, en las gargantas de Olduvai (Tanzania) revelan que eran individuos de unos 140 cm de altura, con una capacidad craneal de unos 600 cm3 de promedio y un esqueleto con rasgos anatómicos más modernos que los de los australopitecos y con piezas dentarias más pequeñas.

El nombre asignado a esta especie (habilis) hace referencia al hecho de que estos humanos son los primeros talladores que tenían la capacidad técnica para fabricar utensilios. Fabrican las primeras herramientas de piedra y son cantos rodados y piedras talladas toscamente por una cara (choppers) o por dos (chopping tools).

Los análisis al microscopio electrónico de las muescas de desgaste de la dentadura, junto con otras evidencias indirectas, muestran que su dieta incluía la carne, sin embargo no podemos decir que fueran todavía cazadores, practicaban más bien una actividad de carroñeo. Probablemente solían aprovechar el tuétano de los huesos procedentes de los despojos de la caza de otros depredadores. Los cantos tallados serían utilizados para fracturar el hueso y extraer el tuétano. También utilizarían los instrumentos de piedra para cortar plantas y triturar ciertos productos vegetales duros.

El Homo habilis todavía no conocía el uso del fuego, ni tampoco estaría en posesión de un lenguaje articulado, aunque en los moldes de un cráneo de un Homo habilis se ha observado que tenían una circunvolución de Broca bastante desarrollada.

Analizando algunos de los huesos de las extremidades recuperados se puede reconocer que se trata de una especie con un aspecto mucho más humano. La cabeza del fémur es mucho

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más grande y de forma más corta y redondeada. También la pelvis tiene un aspecto mucho más moderno.No hay dudas que su andar era erguido, así lo atestiguan los rasgos de su pelvis, columna, miembros y foramen magnun. Podemos concluir que tanto los huesos de las manos como de las piernas estaban más próximo a los seres humanos modernos que a los antropomorfos.

Homo Habilis tenía ciertos rasgos simiescos como unos brazos muy largos con respecto a las piernas. Sin embargo experimentó una expansión cerebral a la vez que una reducción del aparato masticador, y, lo que es más importante, sus restos son los primeros, de momento, que han aparecido asociados a industrias líticas.

HOMO ERECTUS.-

El descubrimiento de útiles o herramientas fosilizadas y esqueletos de grandes mamíferos cerca de los fósiles de Homo erectus (hombre erguido) sugiere que estos ancestros humanos llevaron una existencia más compleja que las especies anteriores. A pesar de que su estructura anatómica se parece a la de los seres humanos actuales, los antropólogos han encontrado que el cerebro humano sufrió muchos cambios durante la evolución de una especie a otra.

Los Homo erectus son los primeros viajeros intercontinentales. Desde África se dispersan a través de Asia Menor y el Próximo Oriente, llegando por un lado hasta España y por el otro hasta cerca de Pekín, en el norte de China, y hasta la isla de Java, en Indonesia. Los fósiles más antiguos de Atapuerca, cerca de Burgos, que tienen 800.000 años, son descendientes de ellos.

Los Homo erectus más antiguos de Europa se han encontrado en Georgia, donde vivían hace 1,6 millones de años. (La localidad de Dmanisi, donde se han encontrado estos fósiles, está cerca del límite generalmente reconocido entre Europa y Asia).

Además de fabricar hachas de mano de piedra, el Homo erectus también dejó los primeros restos de viviendas construidas, de objetos de madera tallada, la primera lanza de madera y el recipiente más primitivo, un cuenco de madera. Pero su mayor avance cultural fue que aprendió a manejar el fuego. Se han encontrado los primeros indicios de su utilización en China, hace 300 mil años y se atribuyen al "hombre de Pekín", una versión del Homo erectus.

El ejemplar más antiguo tiene 1 millón de años y el más joven tan solo de 100.000 y corresponden a Java (Asia). En China se han encontrado de una antigüedad de entre 800.000 a 230.000 años. Se parece mucho al Homo Ergaster, pero tiene mayor capacidad craneal (750-1.300 cc). Los ejemplares de Java y China difieren en algunos aspectos, considerándose como

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dos subespecies, el Homo erectus erectus, para los primeros, y el Homo erectus pekinensis, para los segundos.

Los antropólogos piensan que el Homo erectus vivió hace 1,8 y 0,2 millones de años. Pero el fósil más antiguo se encontró en África, en Oulduvai, por lo que se piensa que esta especie se originó en este continente y después emigró.

HOMO NEARDENTHALENSIS.-

Ahora sabemos que Homo Neanderthalensis no es, como se creía, un antepasado directo nuestro, sino que eran una rama paralela en el árbol evolutivo. Una rama que guarda muchos secretos. Por ejemplo, no sabemos por qué se extinguieron, no sabemos si poseían un lenguaje.

Poco faltó para que a los neandertales se los conociera como calpenses, en honor de un cráneo de tipo neandertal hallado en 1848 en la cantera Forbes en Gibraltar: Calpe es el nombre clásico de Gibraltar. Sin embargo, el hallazgo del cráneo gibraltareño precedió en 8 años al de la cueva Feldhofer en el valle del río Neander (Alemania) que dio nombre al popular tipo humano fósil (Neandertal, significa valle del Neander). El nombre científico Homo neanderthalensis fue creado por William King (1863). Los neandertales son los humanos extinguidos que mejor conocemos, sin ningún género de dudas.

Los neandertales eran más bajos que nosotros, pero tenían una musculatura extremadamente fuerte. Sus esqueletos eran masivos, y tienen prominentes marcas musculares. Su anatomía en general está hecha para el territorio no muy agradable en el que vivían. Incluso los niños eran más musculosos que los niños actuales. La característica facial que más llama la atención es su nariz, que es grande y bulbosa. Esta adaptación les servía para calentar y humidificar el aire que inhalaban, y para perder calor con el que exhalaban, protegiéndose así de sufrir de sobrecalentamiento.

La fauna que acompañaba a los neandertales era bastante rica, y un poco extraña para lo que uno pensaría. Por ejemplo, había mamuts, rinocerontes lanudos, hienas, leones, y toda clase de animales que uno asociaría con África, en versiones adaptadas a climas fríos. También habían especies gigantes de venados y osos. La flora alternaba entre la típica de la tundra, cuando la temperatura promedio era baja, y los bosques, en los periodos en que el clima se hacía más agradable.

En vez de utilizar un tipo de herramienta multipropósito, como el hacha de mano acheuliana, crearon diferentes tipos de herramientas según la necesidad. Tenían diferentes herramientas para cortar carne, raspar, trabajar la madera, etc. Algunas puntas tienen signos de

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haber sido parte de flechas. Además, los Neandertales deben haber sido expertos en usar la piel de animales muertos y convertirla en cuero. Algunos resultados experimentales nos conducen a pensar que comían grandes cantidades de carne. También manejaban el uso del fuego, el que probablemente podían crear por sus propios medios.

Hacia el final de la era de los neandertales, vemos un avance en las técnicas y pasamos a una etapa llamada Chatelperroniana. Este avance se supone debido a copias de los neandertales de las técnicas sapiens. Ahora encontramos aparte de herramientas, objetos tales como pendientes, dientes de animales agujereados, y lo que parecen ser los cimientos de una cabaña.La faringe era más corta que en los humanos modernos. Esto quiere decir solamente que no podían producir exactamente los mismos sonidos que nosotros, pero no quiere decir que no poseyeran lenguaje. Probablemente poseían un lenguaje articulado, gestos u otras formas, pero no sabemos si poseían síntaxis, gramática o un alto nivel de razonamiento simbólico. En un análisis hecho por Lieberman, se llegó a la conclusión de que los neandertales podían pronunciar al menos tres vocales: a, i, u. Comparado con otros homínidos, esto es un gran avance.

Los neandertales no parecen haber dependido de símbolos, al menos en la forma en que nosotros (y los primeros sapiens). De hecho, aparte de las tumbas, es difícil encontrar conductas simbólicas. Conchas de invertebrados y moluscos fosilizados se han encontrado en sitios de neandertales, que muestran algún tipo de sentido estético o curiosidad.

Debemos desterrar completamente la idea acerca del primitivismo de los neandertales. Ellos eran una especie tan evolucionada y adaptada a su medio, el que era hostil, que no puede dejar de sorprendernos el hecho de que hayan podido sobrevivir en él. Probablemente no tenían las mismas habilidades cognitivas que nosotros, ni se representaban al mundo de la misma manera, pero sin duda pudieron arreglárselas perfectamente, al menos hasta que llegamos nosotros, y causamos probablemente su extinción.

El hombre de Neanderthal constituye la primera especie de homínido moderna que vivió por toda Europa, y representa una forma que se adaptó al clima imperante hacia los 300 mil años atrás. Desarrolló un volumen craneal que llegó a ser superior al nuestro, alcanzado los 1500 cc. Desapareció hace unos 30 mil años, refugiado en cuevas del sur de la península Ibérica.

HOMO SAPIENS.-

Podemos suponer que nuestra especie, Homo sapiens, se originó en algún lugar de África hace alrededor de 150.000 años. Especies más arcaicas parecen haber continuado durante un tiempo. La especie se expandió relativamente lento, llegando a Australia hace 40.000 años. En Europa, la especie parece haber entrado más lentamente, entre 40.000 y 35.000 años, por España y por el este.

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Las herramientas de nuestra especie se asocian en cuatro periodos. El primero de ellos es el Auriñaciense, que apareció hace 40.000 años y persistió hasta hace 28.000, está marcado por una explosión de creatividad. Aparecen el arte, la decoración de objetos, la decoración personal, la música (en forma de instrumentos).

Este periodo es seguido por el Gravetiano, entre los 28.000 y los 22.000 o 18.000 años. Es aquí cuando aparecen las agujas de coser, aparte de cuchillos más pequeños y afilados.Seguidamente aparece el Solutreano, entre los 22.000 y los 18.000 años. Este periodo se caracteriza por los cuchillos "hoja de laurel", llamados así por su forma. Algunos de estos cuchillos son tan delgados y delicados que no es posible imaginar que hayan tenido un uso práctico.

Finalmente, llegamos al Magdaleniano, el que se extiende de los 18.000 a 10.000 años atrás. Con este periodo termina el paleolítico superior. Encontramos un trabajo sofisticado del hueso y las astas, junto con abundantes "microlitos", pequeñas herramientas de piedra que eran seguramente puestas en mangos. Encontramos también enterramientos, siendo mucho más complejos que los de los neandertales.

Cuando aparece el hombre es cuando encontramos por primera vez indicios de actividad artística, como en las famosas cuevas de Lascaux y Altamira, hechas por el hombre de Cro-Magnon, primer ejemplo de Homo Sapiens europeo.También podemos considerar el arte rupestre que practican los aborígenes en Australia. Las asociaciones entre distintos grupos de animales, y entre un conjunto aparentemente regularizado de símbolos abstractos indican un enorme complejo de creencias, historias y mitos.

El arte en la edad del hielo se dio en sitios de Francia y España particularmente favorecidos por la naturaleza. La estepa abierta y la tundra soportaban grandes grupos de herbívoros grandes y medianos, que no deben haber sido problema para cazar. En los sitios en que se desarrolló el arte paleolítico, la supervivencia no debe haber sido un gran problema.

Los problemas empezaron probablemente al terminar la edad de hielo. Con el progresivo calentamiento del clima, los grupos de mamíferos empezaron a moverse hacia el norte, y la estepa comenzó a transformarse en bosque. Los magdalenianos descubrieron entonces que era mucho más difícil cazar entre los bosques que en las pradera abiertas, y hace 10.000 años su rico estilo de vida, materialmente hablando, empezó a transformarse en manifestaciones culturales más simples, que reciben el nombre de Epipaleolítico. Irónicamente, estos mismos cambios climáticos contribuyeron a desarrollar las innovaciones que, hacia el sur y el este, dieron lugar a una de las revoluciones fundamentales en la historia humana: la agricultura.

Los recientes estudios del ADN mitocondrial postulan que los humanos modernos vivieron en África antes que en otros continentes. Hay que recordar que este material genético se transmite a través de las mujeres. Sólo si hay continuidad femenina se puede retroceder en el tiempo hasta llegar a una hipotética primera mujer (madre). A esta primera madre se le ha llamado Eva, y su antigüedad oscila entre los 150.000 y 200.000 años.

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Desde África los sapiens sapiens habrían avanzado hacia el Cercano Oriente (Palestina), donde hay yacimientos antiguos de alrededor de 100.000 años. A Europa estos hombres modernos habrían entrado hacia los 40.000 años; a Australia, entre los 40.000 y 50.000 años, y a América, un poco más tarde. El sapiens sapiens es el antepasado más directo de la actual Humanidad. Por lo tanto, posee una desarrollada cultura, que con el correr del tiempo se hizo cada vez más compleja. Tiene una anatomía igual a la nuestra y una gran capacidad cerebral (1350 cm3). Fue la especie que invadió todos los continentes y la que organizó su vida en variadas estructuras sociales y políticas.

Evolución de los homínidos.-

Aspectos morfológicos

Diferencias con otros primates

Cuando los ancestros del Homo sapiens y otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homininos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes (por ejemplo de la citada vitamina C).

Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática.

Cerebración

La cerebración y la corticalización son temas que requieren, por sí solos, artículos propios, dado el alcance y la importancia de dichos procesos. Aquí importa comentar de lo mínimo indispensable para comprender la evolución humana.

La cerebración tanto como la corticalización son fenómenos biológicos muy anteriores a la aparición de los homínidos, sin embargo en éstos, y en especial en Homo sapiens, la cerebración y la corticalización adquieren un grado superlativo (hasta el punto que Theilard de Chardin enunció una curiosa teoría, la de la noósfera y noogénesis, esto es: teoría del pensar inteligente, que se basa en la evolución del cerebro).

El cerebro de Homo sapiens, en relación a la masa corporal, es uno de los más grandes. Más llamativo es el consumo de energía metabólica (por ejemplo, la producida por la "combustión" de la glucosa) que requiere el cerebro: un 20% de toda la energía corporal, y aun cuando la longitud de los intestinos humanos evidencian los problemas que se le presentan.

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En Homo sapiens el volumen oscila entre los 1.200 a 1.400 cm3, el promedio global actual es de 1.350 cm3; sin embargo no basta un incremento del volumen, sino cómo se dispone; esto es: cómo está dispuesta la "estructura" del sistema nervioso central y del cerebro en particular. Por término medio, los Homo neanderthalensis pudieron haber tenido un cerebro de mayor tamaño que el de nuestra especie, pero la morfología de su cráneo demuestra que la estructura cerebral era muy diferente: con escasa frente, los neandertalenses tenían poco desarrollados los lóbulos frontales y, en especial, muy poco desarrollada la corteza prefrontal. El cráneo de Homo sapiens no sólo tiene una frente prominente sino que es también más alto en el occipucio (cráneo muy abovedado), esto permite el desarrollo de los lóbulos frontales. De todos los mamíferos, Homo sapiens es el único que tiene la faz ubicada bajo los lóbulos frontales.

Sin embargo, aún más importante para la evolución del encéfalo parecen haber sido las mutaciones en el posicionamiento del esfenoides.

Se ha hecho mención en el apartado dedicado a la aparición del lenguaje articulado de la importancia del gen FOXP2; dicho gen es el encargado del desarrollo de las áreas del lenguaje y de las áreas de síntesis (las áreas de síntesis se encuentran en la corteza cerebral de los lóbulos frontales). El aumento del cerebro y su especialización permitió la aparición de la llamada lateralización, o sea, una diferencia muy importante entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo tiene desarrollado en su corteza áreas específicas que posibilitan el lenguaje simbólico basado en significantes acústicos: el área de Wernicke y el área de Broca.

Es casi seguro que ya hace 200.000 años los sujetos de la especie Homo sapiens tenían un potencial intelectual equivalente al de la actualidad, pero para que se activara tal potencial tardaron milenios: el primer registro de conducta artística conocido se data hace sólo unos 75.000 años, los primeros grafismos y expresiones netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000 y 35.000 años. Las primeras escrituras (" memoria segunda" como bien les llamara Roland Barthes) datan de hace entre 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática.

Se ha dicho, también líneas antes, que Homo sapiens mantiene características de estructura craneal "primitivas" ya que recuerdan a las de un chimpancé infantil;, en efecto, tal morfología es la que permite tener la frente sobre el rostro y los lóbulos frontales desarrollados.

La cabeza de Homo sapiens, para contener tal cerebro, es muy grande; aún en el feto y en el neonato, razón principal por la cual los partos son difíciles, sumada a la disposición de la pelvis.

Una solución parcial a esto es la heterocronía: el neonato humano está muy incompletamente desarrollado en el momento del parto; puede decirse (con algo de metáfora) que la gestación en el ser humano no se restringe a los ya de por sí prolongados nueve meses intrauterinos, sino que se prolonga extrauterinamente hasta, al menos, los cuatro primeros años; en efecto, el infante está completamente desvalido durante años, tan es así que, que entre los 2 a 4 años es cuando tiene lo suficientemente desarrolladas las áreas visuales del cerebro como para tener una percepción visual de su propio ser (Estadio del espejo descubierto por Jacques Lacan

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en la década de 1930). Ahora bien, si Homo sapiens tarda mucho en poder tener una percepción plena de su imagen corporal es interesante saber que es uno de los pocos animales que se percibe al ver su imagen reflejada (sólo se nota esta capacidad en bonobos, chimpancés, y si acaso en gorilas, orangutanes, delfines y elefantes).

Tal es la prematuración de Homo sapiens, que mientras un chimpancé neonato tiene una capacidad cerebral de un 65% de la de un chimpancé adulto, o la capacidad de Australopithecus afarensis era en el parto de un 50% respecto a la de su edad adulta, en Homo sapiens 'bebé' tal capacidad no supera al 25% de la capacidad que tendrá a los 45 años (a los 45 años aproximadamente es cuando se desarrolla totalmente el cerebro humano).

Pero no basta el desarrollo cronológico. Para que el cerebro humano se "despliegue" -por así decirlo- o desarrolle requiere de estimulación y afecto; de otro modo la organización de algunas de las áreas del cerebro puede quedar atrofiada.

Bipedestación

Los Homininos, primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos (East Side Story[][]). Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja algunas de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Hace 150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos principales de la especie Homo sapiens.

Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:

Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se ha desplazado; mientras en los simios el foramen magnum se ubica en la parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus ancestros directos) el foramen magnun se ha "desplazado" casi hacia la base del mismo.

Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis; si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso. En la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies; al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de gravedad corporal es bastante inestable (y hace que al intentar nadar, el humano tienda a hundirse "de cabeza")[cita requerida]. Otro detalle; las

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vértebras humanas son más circulares que las de los simios, esto les permite soportar mejor el peso vertical.

Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.

Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional (esto es, puede moverse en diversas direcciones), aunque en los monos -por ejemplo el chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, lo que facilita un mejor desplazamiento por las copas de los árboles, es así que el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.

Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar" del pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio

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de los homininos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr. Los huesos de los miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los de otros primates.

Ventajas y desventajas de la bipedestación

Es evidente que la gran cantidad de modificaciones anatómicas que condujeron del cuadrupedismo al bipedismo requirió una fuerte presión selectiva. Se ha discutido mucho sobre la eficacia e ineficacia de la marcha bípeda comparada con la cuadrúpeda. También se ha notado que ningún otro animal de los que se adaptaron a la sabana al final de Mioceno desarrolló una marcha bípeda. Hemos de tener en cuenta que partimos de homínidos con un tipo de desplazamiento cuadrúpedo poco eficaz para largos desplazamientos en terreno abierto: el modo en que se desplazan los chimpancés, apoyando la segunda falange de los dedos de las manos no puede compararse a la marcha cuadrúpeda de ningún otro mamífero. Los primeros homínidos de sabana probablemente se vieron obligados a desplazarse distancias considerables en campo abierto para alcanzar grupos de árboles situados a distancia. La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas condiciones ya que:[]

Permite otear el horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de árboles o depredadores.

Permite transportar cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos, liberadas de la función locomotora.

Es más lenta que la marcha cuadrúpeda, pero es menos costosa energéticamente, lo que debería ser interesante para recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más pobre en recursos que la selva.

Expone menos superficie al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no recalentar el cuerpo y ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez del líquido elemento.

Hace años se argumentó que la liberación de las manos por parte de los primeros homínidos bípedos les permitió elaborar armas de piedra para cazar, lo cual habría sido el principal motor de nuestra evolución. Hoy está claro que la liberación de las manos (que se produjo hace más de 4 millones de años) no está ligada a la fabricación de herramientas, que aconteció unos 2 millones de años después, y que los primeros homininos no eran cazadores y que a lo sumo comían carroña esporádicamente.

Pero la bipedestación trajo una desventaja en la reproducción, ya que el hecho de pasar del cuadrupedismo al bipedismo conllevó un cambio anatómico de las caderas, con gran reducción del canal del parto que hacía más difícil y doloroso el alumbramiento, tal como se demuestra cuando se compara la cadera de un chimpancé promedio con la de un Australopithecus como Lucy, quienes además presentan un tamaño de cerebro similar.[]

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Liberación de los miembros superiores

La postura bípeda dejó libres los miembros superiores que ya no tienen que cumplir la función de patas (excepto en los niños muy pequeños) ni la de braquiación, es decir, el desplazamiento de rama en rama con los brazos, aun cuando la actual especie humana, de la cintura hacia arriba mantenga una complexión de tipo arborícola.

Esta liberación de los miembros superiores fue, en su inicio, una adaptación óptima al bioma de sabana; al marchar bípedamente y con los brazos libres, los ancestros del hombre podían recoger más fácilmente su comida; raíces, frutos, hojas, insectos, huevos, reptiles pequeños, roedores y carroña; en efecto, muchos indicios hacen suponer como probable que nuestros ancestros fueran en gran medida carroñeros y, dentro del carroñeo, practicaran la modalidad llamada cleptoparasitismo, esto es, robaban las presas recién cazadas por especies netamente carnívoras; para tal práctica, nuestros ancestros debían haber actuado en bandas, organizadamente.

Los miembros superiores, siempre en relación con otras especies, se han acortado. Estos miembros superiores al quedar liberados de funciones locomotoras, se han podido especializar en funciones netamente humanas. El pulgar oponible es una característica heredada de los primates más antiguos, pero si en éstos la función principal ha sido la de aferrarse a las ramas y en segundo lugar aprehender las frutas o insectos que servían de alimento, en la línea evolutiva que desemboca en nuestra especie la motilidad de la mano, y en particular de los dedos de ésta, se ha hecho gradualmente más precisa y delicada lo que ha facilitado la elaboración de artefactos; aún (junio de 2005) no se tiene conocimiento respecto al momento en que la línea evolutiva comenzó a crear artefactos, es seguro que hace ya más de 2 millones de años Homo habilis/Homo rudolfensis realizaba toscos instrumentos que utilizaba asiduamente (en todo caso, los chimpancés, en estado silvestre, confeccionan "herramientas" de piedra, madera y hueso muy rudimentarias). El desarrollo de la capacidad de pronación en la articulación de la muñeca también ha sido importantísimo para la capacidad de elaborar artefactos.

Visión

El humano hereda de los prosimios la visión estereoscópica y pancromática (la capacidad de ver una amplia tonalidad de los colores del espectro visible); los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica (en tres dimensiones), pero si esa característica surge en los prosimios como una adaptación para moverse mejor durante la noche o en ambientes umbríos como los de las junglas, en Homo sapiens tal función cobra otro valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la visión es bastante más aguda en los humanos que en los otros primates y en los prosimios. Esto facilitará el hecho por el cual Homo sapiens sea un ser altamente visual (por ejemplo las comunicaciones mediante la mímica), y facilitará asimismo lo imaginario.

Especialización

Pese al conjunto de modificaciones morfológicas antes reseñadas, desde el punto de vista de la anatomía comparada, llama la atención una cuestión: Homo sapiens es un animal

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relativamente poco especializado. En efecto, gran parte de las especies animales ha logrado algún tipo de especialización anatómica (por ejemplo los artiodáctilos poseen pezuñas que les permiten correr en las llanuras despejadas), pero las especializaciones, si suelen ser una óptima adaptación a un determinado bioma, conllevan el riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal bioma si éste se modifica.

La ausencia de tales especializaciones anatómicas ha facilitado a los humanos una adaptabilidad inusitada entre las demás especies de vertebrados para adecuarse a muy diversas condiciones ambientales.

Más aún, aunque parezca paradójico, Homo sapiens tiene características neoténicas. En efecto, la estructura craneal de un Homo sapiens adulto se aproxima más a la de la cría de un chimpancé que a la de un chimpancé adulto: el rostro es achatado ("ortognato" o de "bajo índice facial") y es casi inexistente el torus supraorbitario (en la humanidad actual apenas se encuentran vestigios de torus en las poblaciones llamadas australoides). De otro modo se puede decir que los arcos superciliares de Homo sapiens son "infantiles", delicados, el rostro aplanado o ligeramente prognato.

Homo sapiens es, por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones naturales.

Asociado al hecho por el cual morfológicamente el ser humano tenga características que le aproximan a las de un chimpancé "niño" se encuentra el 'ortognatismo' y esto quiere decir, entre otras cuestiones, que los dientes de Homo sapiens son relativamente pequeños y poco especializados, las mandíbulas, por esto, se ha abreviado y hecho más delicadas, falta además el diastema o espacio en donde encajan los colmillos. La debilidad de las mandíbulas humanas las hace casi totalmente inútiles para la defensa a mordiscos ante un predador y, asimismo, son muy deficientes para poder consumir gran parte del alimento en su estado natural, lo que es uno de los muchos déficits corporales que llevan al humano a vivir en una sociedad organizada.

Aspectos Culturales

Aparición del lenguaje simbólico

Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico, por lógica parecería implicar que hay que hablar previamente de la cerebración, y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano simbólico tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios importantes en la estructura del sistema nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica (de un modo semejante a un sistema muy simple de comunicación para mudos).

Ahora bien, el lenguaje simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se requieren más innovaciones morfológicas, algunas de ellas muy probablemente anteriores al desarrollo de un cerebro lo suficientemente complejo como para pensar de modo simbólico. En efecto, observemos la orofaringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción del humano, la laringe se encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que la epiglotis cierra la tráquea de un modo

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estanco al beber e ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a las cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados, pero al no poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y la ingesta deben alternarse para que el sujeto no se ahogue. El acortamiento del prognatismo que se compensa con una elevación de la bóveda palatina facilitan el lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y estructura del hioides, su gracilidad y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente articulado.

Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca (España) evidencian que Homo antecessor, hace unos 800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para ser considerado simbólico, aunque la consuetudinaria fabricación de utensilios (por toscos que fueran) por parte del Homo habilis hace unos 2 millones de años, sugiere que en éstos ya existía un lenguaje oral articulado muy rudimentario pero lo suficientemente eficaz como para transmitir la suficiente información o enseñanza para la confección de los toscos artefactos.

Además de todas las condiciones recién mencionadas, imprescindibles para la aparición de un lenguaje simbólico, se debe hacer mención de la aparición del gen FOXP2 que resulta básico para la posibilidad de tal lenguaje y del pensamiento simbólico, como se verá a continuación.

Tabla comparativa de las diferentes especies del género Homo.-

Los nombres en negrita indican la existencia de numerosos registros fósiles.

Especies Cronología (cron) Distribución Altura de

adulto (m)Masa de adulto

(kg)Volumen

craneal (cm³)Registro

fósil

Descubrimiento /publicación del

nombreH. habilis 2.5–1.4 África oriental 1.0–1.5 30–55 600 Varios 1960/1964

H. rudolfensis 1.9 Kenia 1 cráneo 1972/1986

H. georgicus 1.8–1.6 Georgia 600 Escasos 1999/2002

H. ergaster 1.9–1.25 Este y Sur de África 1.9 700–850 Varios 1975

H. erectus 2–0.3 África, Eurasia (Java, China, Vietnam, Caucaso) 1.8 60 900–1100 Varios 1891/1892

H. cepranensis 0.8 Italia 1 copa craneal 1994/2003

H. antecessor 0.8–0.35 España, Inglaterra 1.75 90 1000 Tres sitios 1994/1997H. heidelbergensis 0.6–0.25 Europa, África 1.8 60 1100–1400 Varios 1907/1908

Homo rhodesiensis 0.3–0.12 Zambia 1300 Muy pocos 1921

Homo neanderthalensis 0.23–0.024 Europa, Asia Occidental 1.6

55–70 (complexión fuerte)

1200–1700 Varios 1829/1864

Homo sapiens 0.25–presente Mundial 1.4–1.9 55–100 1000–1850 Todavía vive —/1758

H. sapiens idaltu 0.16 Etiopía 1450 3 cráneos 1997/2003

H. floresiensis 0.10–0.012 Indonesia 1.0 25 400 7 individuos 2003/2004

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Tabla de la evolución humana

Época[] Edad Tiempo (absoluto)

Australopitecinos (África)

Homo en África Homo en Europa Homo en Asia Cultura

Holoceno (reciente)Actualidad

 11 700

H. sapiens H. sapiens H. sapiensNeolítico a actualidad(Escritura, ...)

Pleistoceno

Tarantiense[]

11 700     

126 000

H. sapiens(195 000-act.)

H. sapiens(¿40 000-act.)H. neanderthalensis(230 000-29 000)

H. sapiens(42 000-act.)H. floresiensis(75 000-13 000)H. erectus soloensis(130 000-50 000)

Paleolítico SuperiorMusteriense(Pensamiento abstracto, arte)

Ioniense[]

126 000     

781 000

H. sapiens idaltu(185 000)H. sapiens(195 000-act.)H. rhodesiensis(600 000-160 000)

H. neanderthalensis(230 000-29 000)H. heidelbergensis(500 000-250 000)

H. erectus(1,8 Ma-250 000)

MusterienseAchelense(Fuego)

Calabriense[]

781 000   

1,8 Ma

Paranthropus robustus(2,0-1,2 Ma)P. boisei(2,3-1,3 Ma)Australopithecus sediba(1,95-1,78 Ma)

H. ergaster(1,75-1 Ma)H. habilis(1,9-1,6 Ma)

H. antecessor(>780 000)H. cepranensis(800 000)Homo sp. de la Sima del Elefante(1,2 Ma)

H. erectus(1,8 Ma-250 000)H. georgicus(1,8 Ma)

AchelenseOlduvayense

Gelasiense[]

1,8 Ma          

2,59 Ma

A. sediba(1,95-1,78 Ma)P. robustus(2,0-1,2 Ma)P. boisei(2,3-1,3 Ma)P. aethiopicus(2,6-2,2 Ma)A. garhi(2,5 Ma)A. africanus(3-2,5 Ma)

H. habilis(1,9-1,6 Ma)H. rudolfensis(2,4-1,9 Ma)       

Olduvayense(Industria lítica)

Plioceno

Piacenziense

2,59 Ma      

3,6 Ma

A. africanus(3-2,5Ma)Kenyanthropus platyops(3,5 Ma)A. bahrelghazali(3,58 ± 0,27 Ma)A. afarensis(4-2,7 Ma)

Zancliense

3,6 Ma  

5,33 Ma

A. afarensis(4-2,7 Ma)A. anamensis(4,2-3,9 Ma)

Distribución geográfica de las distintas especies (género Homo)

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Futuro de la evolución humana.-

Sobre el proceso.-

El proceso de evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros hasta ahora ha pasado por diversos estados. El ser humano ha cambiado su cuerpo, su rostro, su vello y lo seguirá haciendo. El diario británico The Sun ha reunido a un grupo de expertos médicospara intentar realizar un retrato robot de cómo será el hombre dentro de 1.000 años. Y el resultado es que nos pareceremos muy poco a cómo somos ahora. En el estudio se ha tenido en cuenta para determinar los cambios variantes como los alimentos, el clima y la evolución de la medicina.

Dentro de unos 1.000 años el hombre será más alto, como ha ocurrido desde 1960. Se prevé que su altura sea de 1.83 a 2.13 metrossegún el osteópata Garry Trainer, que asegura que "ya en la actualidad, en promedio, el estadounidense es 2,54 centímetros más alto que en los años 60 del siglo pasado".

Nuestros intestinos se harán más cortos, por lo que no absorberán tanta grasa y azúcar, una forma natural de evitar la obesidad, dice el dentista Philip Stemmer. El odontólogo añade que “disminuirá la dimensión de la cavidad bucal y el número de dientes, debido a que un alimento blando requiere menos masticación”

Además, si la fertilidad masculina sigue decreciendo, los testículos de los hombres serán más pequeños.

Las extremidades se harán más largas, sobre todo los brazos y los dedos. Esto tiene sentido debido a los numerosos aparatos tecnológicos que utilizamos con los dedos actualmente, tales como ordenadores, móviles, videoconsolas, etc. Aumentará el número de terminaciones nerviosas, “como resultado del frecuente uso de dispositivos que requieren una compleja

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coordinación de manos y ojos”. Estos últimos también se agrandarán para compensar la reducción de la cavidad bucal, y “la comunicación se basará en las expresiones faciales y los movimientos de los ojos”. 

También tendremos el cerebro más pequeño, a causa de que “la mayor parte del trabajo de memorización y pensamiento lo harán los ordenadores”. “Las típicas imágenes de ciencia ficción muestran a los humanos con el cerebro más grande, pero los grandes cerebros no tienen por qué ser necesariamente lo mejor”, dice Chris Stringer desde el Museo de Historia Natural.

Nuestros ojos serán más grandes para compensar el tamaño de la boca, que se hará más pequeña ya que se podría conseguir que la nutrición se base en líquidos  Un científico de la Universidad de Lancaster explica: “la comunicación se basará en las expresiones faciales y en los movimientos de los ojos”.

El Doctor Stemmer, dentista, dice que “Incluso podríamos conseguir nuestra nutrición de los líquidos o pastillas en el futuro, lo que podría significar tener menos dientes y que las mandíbulas retrocedieran".

Lo que menos cambiará, dicen los expertos, será la nariz, ya que gracias al aire acondicionado y a la calefacción el hombre no notará tanto el cambio en el clima. Por esta razón, la calefacción hará que tengamos menos pelo, aunque tendremos más arrugas debido a los dispositivos electrónicos.

Podríamos acabar también con el “cuello de pavo”, ya que la incidencia del sol en la piel haría que parte de ella se perdiera o quedara colgando. Los humanos cada vez tendrán una piel más oscura debido a la mezcla entre las diversas razas.

Sobre el aspecto.-

El aspecto que tendrá el ser humano dentro de cientos, miles o millones de años es una de esas grandes preguntas a las que los científicos no pueden replicar con una única respuesta. ¿Nos convertiremos en individuos más altos, sanos y esbeltos? Se trata de una fantasía generalizada, pero algunos investigadores apuntan a panoramas más realistas y otros creen que ni siquiera sufriremos cambios dignos de reseñar. Las teorías más extraordinarias dibujan un futuro de ciencia ficción, en el que podríamos convertirnos en ciborgs, organismos cibernéticos dotados de dispositivos mecánicos para mejorar las limitadas capacidades biológicas con las que hemos nacido, e incluso hay quien apunta que acabaremos digitalizando nuestras conciencias para conseguir una inmortalidad cibernética.

El debate está más de actualidad que nunca con motivo del segundo centenario del nacimiento de Charles Darwin (1809-1882) y los 150 años de su obra más famosa, “El origen de las especies”, este último celebrado hace tan sólo unos días. En su libro, el naturalista británico esbozaba la entonces revolucionaria teoría de la evolución, una ley del más fuerte que quizás ya no funcione con nuestro extenso grupo humano. En la actualidad, el curso que tomará el hombre está más allá de la fortaleza y la habilidad para sobrevivir al medio. La tecnología y el desarrollo

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de la medicina, el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas de la Tierra, la gigantesca migración que hemos protagonizado como especie y quizás el más extraordinario viaje que nos espera, la conquista de otros planetas para convertirlos en hogares habitables, pueden influir en nuestra futura apariencia tanto como en nuestras vidas. Estas son las principales hipótesis al respecto:

-La evolución ya se ha detenido: “Porque hemos evolucionado, es natural imaginar que lo continuaremos haciendo, pero creo que ésa es una idea errónea”, afirma el antropólogo Ian Tattersall, del Museo de Historia Natural de Nueva York, a la revista National Geographic. “Por lo que sabemos, las innovaciones genéticas se producen solamente en pequeñas poblaciones aisladas”, añade el especialista. Por ejemplo, esto es lo que ocurrió con los famosos pinzones de Darwin en las Galápagos, que adquirieron características propias para ajustarse a la vida en la isla.

La selección natural, a la manera del naturalista británico, tiene lugar cuando una mutación genética -como una columna adecuada para caminar erguido- se transmite de generación en generación, porque supone algún beneficio para la especie. Finalmente, la mutación se convierte en la norma. Para Tattersall es muy difícil que esto le ocurra al Homo sapiens, ya que poblamos prácticamente todo el planeta y disfrutamos de gran mestizaje y movilidad. “Tendremos que aprender a vivir tal y como somos”, concluye.

Esta idea está respaldada por otro concepto importante en la teoría de Darwin que ya no funciona de la misma forma. El más fuerte no encabeza necesariamente el cambio evolutivo, ya que, gracias a los avances médicos, los más débiles, individuos que habrían muerto sin remedio si sólo dependieran de la selección natural, también sobreviven y pueden transmitir sus genes. Al menos, en las sociedades occidentales.

-Mujeres más bajas y rellenitas: 

Al contrario que sus colegas más negativos, otros científicos creen que la evolución humana está lejos de haberse terminado. Una de las hipótesis más interesantes fue publicada hace apenas unas semanas en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Según el biólogo evolutivo Stephen Stearns, de la Universidad de Yale, las mujeres del futuro serán más bajas (dos centímetros menos), más rellenitas (dos kilos más) y más fértiles. Además, tendrán un corazón más sano que el de las mujeres actuales. Todo eso ya para el año 2409. No queda tanto.

El científico pudo comprobar que las mujeres más bajas y de mayor corpulencia tendían de forma inequívoca a tener más descendencia que las demás, más altas y delgadas. De la misma forma, las mujeres con una menor presión sanguínea y con índices de colesterol más bajos también tenían más hijos que la media. Pero lo que terminó de convencerle es que todos esos rasgos pasaban a la siguiente generación, de forma que también las hijas de esas mujeres tenían más hijos que la media.

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La conclusión es que los humanos actuales siguen evolucionando y que, en palabras de Stearns, la selección natural aún está en funcionamiento. Por supuesto, los cambios evolutivos identificados por los investigadores serán lentos y graduales, como ocurre con el resto de las especies.

Otros científicos afirman que la evolución sigue actuando a partir de las distintas frecuencias de determinados genes según la localización geográfica de los individuos estudiados. Y algunos atribuyen gran importancia a la selección de la pareja sexual para garantizar hijos más sanos, una selección a la que la tecnología puede dar un giro, ya que permitirá obtener descendencia sin enfermedades, más fuerte y saludable y, por lo tanto, también más atractiva.

-Una inmortalidad electrónica: 

El movimiento conocido como transhumanismo que confía en las nuevas tecnologías para trascender al mundo biológico y mejorar las capacidades mentales y físicas del ser humano. Nick Bostrom, director del Instituto de Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford y uno de los principales teóricos de esta tendencia, considera que el desarrollo de la clonación, la robótica, la genética, la inteligencia artificial y la nanotecnología cambiarán nuestro aspecto de una forma determinante. No es una evolución natural, pero es una evolución. El rango de posibilidades es ilimitado, desde una especie de ciborgs con piezas electrónicas en el cuerpo que nos ayuden a superar nuestras limitaciones humanas hasta el desarrollo de una nueva generación de super soldados o atletas, propuestas que aunque parezcan insólitas no pueden despreciarse, ya que quizás el futuro nos plantee serios problemas morales que debemos estar preparados para afrontar.

Una de las ideas más extremas del transhumanismo es la inmortalidad electrónica: que el cerebro de una persona pueda “escanearse” átomo a átomo para transferir sus pensamientos a un ordenador.

-Colonias fuera de este mundo: 

En el futuro, la colonización de otros planetas puede dar lugar a una situación insólita: congéneres de la especie humana absolutamente aislados durante un prolongadísimo espacio de tiempo. ¿Podrían producirse cambios evolutivos? El antropólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison John Hawks explica en National Geographic que para que una nueva especie humana vuelva a surgir sería necesario un panorama semejante. Sin embargo, a pesar de que poblaciones de lugares como Australia y Papua Nueva Guinea han permanecido parcialmente aisladas durante 30.000 años, no se produjeron cambios espectaculares.

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