dialnet-aprenderaconvivir

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Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, n.º 44, Agosto 2002, pp. 79-92 Recibido el 2 de abril de 2002 Aceptado el 13 de abril de 2002 I.S.S.N. 0213-8646 APRENDER A CONVIVIR XESÚS R. JARES RESUMEN Aprender a convivir, además de ser uno de los objetivos de todo sistema educativo, está conside- rado como uno de los retos fundamentales para la educación del siglo XXI. Sin embargo al día de hoy el aprendizaje de la convivencia en la formación del profesorado continúa siendo claramente deficitaria, a pesar de que, según los datos que presentamos, es un aspecto que la mayoría del profesorado valora como muy importante para nuestro desarrollo profesional. Con estas claves, proponemos una serie de requisitos que deberían reunir los programas de formación del profesorado en estas temáticas. Finalmente presenta- mos un ejemplo de intervención, el «Programa educativo municipal Aprender a convivir» que estamos coordinando en la ciudad de Vigo. ABSTRACT Learning to coexist, as well as being one of the objectives of any educational system, is also con- sidered to be one of the fundamental challenges to education in the twenty-frist century. However, at pres- ent, programs for learning coexistence in teacher training continue being clearly deficient, in spite of the fact the majority of teachers see it as an aspect that is very important for our professional development. From these key questions, we propose a series of elements that should be included in teacher training pro- grams on this topic. Finally, we present an example, the «Municipal education program: Learning to coexist» which we are coordinating in the city of Vigo. PALABRAS CLAVE Convivencia, Conflicto, Formación del profesorado, Criterios de formación, Programa aprender a convivir KEY WORDS Coexistence, Conflict, Teacher Training, Training criteria, Program to learn to coexist. El objetivo de aprender a convivir forma parte, al menos de forma implícita, de todo pro- ceso educativo. Históricamente al sistema educativo, junto con la familia, se le ha asignado el aprendizaje de las normas de convivencia elementales para vivir en sociedad. El «Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre educación para el siglo XXI» (Delors, 1996), pre- sidida por Jacques Delors, resalta el aprender a convivir como uno de los cuatro pilares en los

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Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, n. 44, Agosto 2002, pp. 79-92Recibido el 2 de abril de 2002Aceptado el 13 de abril de 2002 I.S.S.N. 0213-8646APRENDER A CONVIVIRXESS R. JARESRESUMENAprender a convivir, adems de ser uno de los objetivos de todo sistema educativo, est conside-rado como uno de los retos fundamentales para la educacin del siglo XXI. Sin embargo al da de hoy elaprendizajedelaconvivenciaenlaformacindelprofesoradocontinasiendoclaramentedeficitaria,apesar de que, segn los datos que presentamos, es un aspecto que la mayora del profesorado valora comomuy importante para nuestro desarrollo profesional. Con estas claves, proponemos una serie de requisitosque deberan reunir los programas de formacin del profesorado en estas temticas. Finalmente presenta-mosunejemplodeintervencin,elProgramaeducativomunicipal Aprenderaconvivirqueestamoscoordinando en la ciudad de Vigo.ABSTRACTLearning to coexist, as well as being one of the objectives of any educational system, is also con-sidered to be one of the fundamental challenges to education in the twenty-frist century. However, at pres-ent, programs for learning coexistence in teacher training continue being clearly deficient, in spite of thefact the majority of teachers see it as an aspect that is very important for our professional development.From these key questions, we propose a series of elements that should be included in teacher training pro-gramsonthistopic.Finally,wepresentanexample,theMunicipaleducationprogram:Learningtocoexist which we are coordinating in the city of Vigo.PALABRAS CLAVEConvivencia, Conflicto, Formacin del profesorado, Criterios de formacin, Programa aprendera convivirKEY WORDSCoexistence, Conflict, Teacher Training, Training criteria, Program to learn to coexist.El objetivo de aprender a convivir forma parte, al menos de forma implcita, de todo pro-ceso educativo. Histricamente al sistema educativo, junto con la familia, se le ha asignado elaprendizaje de las normas de convivencia elementales para vivir en sociedad. El Informe a laUNESCO de la Comisin internacional sobre educacin para el siglo XXI (Delors, 1996), pre-sidida por Jacques Delors, resalta el aprender a convivir como uno de los cuatro pilares en los80 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jaresque se debe sustentar la educacin para el nuevo siglo. Nuestro marco legislativo enfatiza tantoen los objetivos del sistema educativo como en los objetivos de etapa y en determinados temastransversales, el aprendizaje de una convivencia democrtica y pacfica. Aprender a convivir espues una necesidad inaplazable de todo proyecto educativo adems de un requerimiento formalde nuestras leyes. Demanda que cobra mayor urgencia por los tiempos que estamos viviendo,en los que la violencia impregna todo el tejido social.Ahora bien, el aprendizaje de la convivencia no se conforma nicamente en los centroseducativos, sino que tambin se aprende a convivir, de una u otra forma, en el grupo de igua-les, en la familia y a travs de los medios de comunicacin, fundamentalmente. Adems de estosmbitosmsprximosalosestudiantesyprofesorado,tampocopodemosolvidarunmbitoms macro que tiene que ver con los contextos econmicos, sociales y polticos en los que esta-mos inmersos. Por consiguiente, ni se puede responsabilizar en exclusiva al sistema educativodelsupuestodeteriorodelaconvivencianilasociedadpuededelegarsuconstruccinenlaescuela.Debemosromper,pues,conlospndulosideolgicosquehancaracterizadobuenapartedelpensamientoeducativoenelsigloXX:nilaescuelaeslaresponsabledetodoslosmales que aquejan a la sociedad ni es la tabla de salvacin que nos puede liberar de todos ellos.Por otro lado, tampoco podemos olvidar que los diversos mbitos de socializacin pueden, y dehecho entran tambin en conflicto. Para afrontar este conflicto, la escuela no siempre se encuen-trabienpreparadaniapoyada.Porellotampocovalequedesdelaadministracinsedeleguetoda la responsabilidad a los centros educativos. Por el contrario la administracin debe apoyarla actividad de los centros con cuatro medidas fundamentales:- La formacin del profesorado.- La dotacin de mediadores sociales (educadores o trabajadores sociales) para actuar sobretodo en la conexin entre el centro y aquellas familias desfavorecidas.- El apoyo con medidas especficas en centros situados en zonas desfavorecidas (ms dota-cin de personal para los departamentos de orientacin; profesorado auxiliar para apo-yar las medidas de integracin; profesorado complementario para apoyar a los estudian-tesinmigrantesquenodominennuestralengua;comedoresescolares;actividadescomplementarias; etc.). - Impulsar programas educativos para favorecer la convivencia y los valores propios de unacultura de paz. En esta entrega vamos a centrarnos en la primera y cuarta medida.1. LA FORMACIN DEL PROFESORADOPorproblemasdeespaciovoyacentrarmeenelprofesoradodeSecundaria,sibienelaprendizajedelaconvivenciatieneunespecialcaladoenlaEducacinInfantilyenlaEducacin Primaria. Sin embargo, para el profesorado de Secundaria contina sin afrontarse deRevista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 81Xess R. Jares Aprender a convivirforma institucional la formacin pedaggica en general y, como para el conjunto del profesora-do, en relacin al tema que nos ocupa. El propio profesorado de Secundaria reconoce que no hasido formado para afrontar el nivel de conflictividad inherente al ejercicio profesional. As enla investigacin que hemos dirigido Conflicto y convivencia en los centros escolares, realizadaen 118 centros de Secundaria de toda Galicia, pblicos y privados concertados, y con una mues-tra de 1.131 docentes, en relacin a la formacin inicial el 67,6% responde que no ha recibidoningn tipo de formacin inicial sobre conflictos, y el 20,8% respondi que ha recibido pero hasido poco satisfactoria. Slo un 8,6% declara que ha recibido formacin y que ha sido bastanteo muy satisfactoria. En relacin a la formacin en ejercicio los datos mejoran algo, pero siguehabiendo un porcentaje muy alto que no ha recibido ningn tipo de formacin, concretamenteresponden de esta forma el 34,6% de los encuestados y un 36,7% dice que han recibido algopero ha sido poco satisfactoria. Slo el 25,8% del profesorado de Secundaria responde que suformacin en ejercicio sobre conflictos ha sido bastante o muy satisfactoria.Estos datos contrastan, sin embargo, con la gran importancia que concede el profesora-do a su formacin sobre resolucin de conflictos para el buen desempeo de la profesin. Asel 51,1% responde que le concede mucha importancia y el 38,1 % bastante, lo que nos dauna tendencia de un 89,2% del profesorado que le concede bastante o mucha importancia fren-te al 8,3% que le concede poca o ninguna importancia. Tambin es de destacar el dato que al62,8% de los encuestados les gustara participar en un programa en su centro con el objetivo defavorecer la convivencia y la resolucin positiva de conflictos. Slo un 8,2% respondi que noy un 25,6% respondi que no sabe.Por consiguiente estos datos prueban dos aspectos importantes. En primer lugar consta-tan empricamente lo que es un secreto a voces: en una profesin en la que lidiamos casi dia-riamenteconconflictosparadjicamentenohemossidoformadosparaafrontarlos.Estadis-funcinocontradiccinnoestalsitenemosencuentaquenuestrossistemaseducativoshansido construidos desde un modelo tcnico-positivista en el que la realidad del conflicto no secontempla. Por consiguiente no forma parte de las destrezas profesionales. Profesorado y alum-nado deben cumplir con sus obligaciones, aparentemente claras, y soslayar todo aquello que seaconflictivo o polmico. Los gestores o responsables de la educacin tomarn las medidas opor-tunas para solventar esa disfuncin si llega a producirse. La invalidez de este anlisis junto a alprogresivoaumentodelaconflictividaddelasociedadhacenqueestafaltadeformacincomience a cuestionarse desde distintos sectores.En segundo lugar, un porcentaje mayoritario del profesorado est dispuesto a trabajar enprogramas para favorecer la convivencia en sus centros. Por consiguiente, si bien la preguntaestaba hecha en relacin a analizar la disposicin de los encuestados para participar en un pro-grama de centro para favorecer la convivencia y la resolucin positiva de los conflictos lo quellevaimplcitountipodeformacinenejercicio-,podemosextrapolarestosresultadosalosdiferentesmbitosdeformacin,muyparticularmenteeneluniversitarioenrelacinalaformacin inicial como en la red de formacin del profesorado en ejercicio.82 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jares2. PROGRAMAS EDUCATIVOS: PRESUPUESTOS DE FORMACINAunque pueda parecer paradjico, consideramos que el punto de partida de los progra-mas de formacin debe ser la realidad del conflicto. El propio currculum acadmico deberaimplementarse desde esta nocin. La perspectiva creativa del conflicto nos lleva a un aspectocentral de la convivencia, la forma de relacionarnos con el conflicto; dicho con otras palabras,no es posible separar la convivencia del conflicto, por ello el diseo de este tipo de programaseducativos debe realizarse desde y para la resolucin de los conflictos, frente a los modelos quepretenden negarlos o silenciarlos. En efecto, contrariando las posiciones mstico-idealistas ale-jadas de la realidad que conciben el ideal de convivencia como ausencia de conflictos o de losingenieros sociales del neoliberalismo que pretenden crear falsos consensos, partimos del hechode que los conflictos son inseparables de la convivencia, y muy especialmente de la conviven-ciademocrtica.Comohemosdicho,convivirsignificavivirunosconotrosenbaseaunasdeterminadas relaciones sociales y a unos cdigos valorativos, forzosamente subjetivos, en elmarco de un contexto social determinado. Esos polos que marcan el tipo de convivencia estnpotencialmente cruzados por relaciones de conflicto, pero que en modo alguno significa ame-naza para la convivencia, ms bien al contrario (Jares, 2001b:9). Para decirlo con palabras deP. Barcellona, el conflicto que estructura la democracia lleva en s, inevitablemente, el valorde la convivencia (1992:132).Igualmente, el profesorado en ejercicio y los futuros profesionales de la educacin debentener la posibilidad de recibir una formacin terico-prctica sobre las estrategias y mtodos deresolucin de conflictos. Este entrenamiento debe contemplar desde los principios que inspiran elafrontamiento noviolento de los conflictos hasta los mtodos clsicos de resolucin como son lanegociacin, la mediacin y el arbitraje. Ms concretamente, la formacin de los profesionales dela educacin debera contemplar y realizarse desde los siguientes criterios:a)La visin positiva del conflictoNo slo consideramos al conflicto como natural e inevitable a la existencia humana, sinoque le otorgamos, en segundo lugar, una caracterstica realmente antittica a la concepcin tradi-cional: su necesidad. En efecto, el conflicto no slo es una realidad y un hecho ms o menos coti-diano en educacin, sino que tambin es necesario afrontarlo como un valor, pues el conflicto ylas posiciones discrepantes pueden y deben generar debate y servir de base para la crtica pedag-gica, y, por supuesto, como una esfera de lucha ideolgica y articulacin de prcticas sociales yeducativas liberadoras (Escudero, 1992:27). Desde la teora noviolenta del conflicto se enfatiza laidea de que el conflicto no tiene que ser necesariamente negativo, ni comportar destruccin u odio.Por el contrario el elemento central en la aproximacin gandhiana al conflicto reside en el hechodeserconsideradocomoundon,unagranocasin,potencialmenteunbeneficioparatodos(Galtung, 1987:89). Por consiguiente, sea cual sea el tipo de conflicto, podemos decir que, en gene-ral, es un fenmeno necesario para el crecimiento y desarrollo tanto de los individuos como de lassociedades globalmente consideradas (Smith, 1979:180).Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 83Xess R. Jares Aprender a convivirb) El carcter procesual del conflictoEl conflicto es un proceso social que como tal sigue un determinado itinerario con sus subi-das y bajadas de intensidad, sus momentos de inflexin, etc. Para decirlo grficamente, el con-flicto se parece ms a un electrocardiograma que a un punto o lnea fija y desde esta perspectivaprocesualescomohayqueestudiarlo.Porellovenimosutilizandolaexpresin conflictograma(Jares, 1999b) para referirnos a esta concepcin procesual del conflicto. Idea que tambin es resal-tada por diversos autores como J. Galtung, J.P. Lederach o M.H. Ross. ste ltimo lo denominafenmenoevolutivo:nopuededecirsequeelconflictoseaunacontecimientodeunsloinstante ms bien hay que considerarlo como un fenmeno evolutivo (Ross, 1995:101).c) La especificidad de cada situacin conflictualEnprimerlugar,noestdemsrecordarlacomplejidaddelfenmenoeducativoengeneral y del hecho conflictual en particular, lo que nos impide dar una respuesta contundentey taxativa que sea generalizable a todo tipo de situaciones. En este sentido, contrariando diver-sas publicaciones enmarcadas en esquemas tecnocrticos, consideramos que es necesario tenerla suficiente cautela para no aferrarse a esquemas prefijados e inalterables y reconocer que lasposibilidades de intervencin tienen que estar enmarcadas en la necesaria combinacin de lossaberesyprincipiosgenricosquenosaportanlasdiversasdisciplinasqueseocupandeestudiar los conflictos y la especificidad de cada hecho educativo y conflictual.En segundo lugar, tal como hemos sealado (Jares, 2001b:125-126), la creciente demandade formacin que se est produciendo en los ltimos aos sobre resolucin de conflictos tiene unaspecto positivo pero tambin puede ocultar una desviacin en doble sentido. Por una parte, creerque la resolucin de conflictos es una tcnica que se puede aprender y aplicar en cualquier con-texto o situacin; por otra, creer que es una receta mgica que nos salvar de todo conflicto o, deno evitarlo, nos dar todas las claves para poder resolverlo satisfactoriamente. En estas situacio-nes la demanda se produce ms por una visin negativa qu hacer para que no haya conflic-tos o por una desinformacin del tipo aprenda a resolver conflictos en diez das y para todala vida, alimentada en parte por cierta bibliografa anglosajona. Pues bien, an a riesgo de decep-cionar hay que decir con claridad y rotundidad que la resolucin de conflictos no es un procesoque se pueda aplicar mimticamente a cada situacin conflictiva ni tampoco nos garantiza xitoen todas las situaciones. No podemos obviar que cada situacin conflictual tiene sus peculiarida-des y que la resolucin positiva del conflicto no depende nicamente del conocimiento de deter-minadas tcnicas o procesos que, en cambio, si pueden ayudarnos a entender y a poder interveniren los mismos de forma ms eficaz, o al menos con ms probabilidades de que as sea.84 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jaresd) La distincin entre agresividad y violenciaDebemos incidir en la confusin que contina presentndose entre conflicto y violencia,relacionadaconlaconfusinentreagresividadyviolencia.Enmuchasocasionesnoshemosencontrado con personas que defendan la violencia como un instinto o pulsin humana cuan-doenrealidadloqueestabanafirmandoeslaagresividad.Estpolmicaestenvueltaenlasupuestanaturalezaviolentadelserhumano,creenciaquecuentaconunalargatradicin.Incluso en su enunciado ya se mezclan dos cuestiones claramente diferentes, por un lado, deci-dir si somos seres agresivos y/o violentos, y, en segundo lugar, si efectivamente lo somos, a quees debido. Para abordar esta cuestin considero que lo primero que tenemos que aclarar es laconfusin que hemos sealado entre lo que es violencia y lo que es agresividad, conceptos queparanosotrostienensignificadosmuydiferentes.Confusinquellevaconsigounasegundaentre violencia y conflicto. Sin embargo en los ltimos aos podemos decir que en general exis-te acuerdo en formular esta distincin: una cosa es la agresin o diferentes formas de violenciay otra diferente es la agresividad o combatividad. El primer trmino designa un acto efectivoy el segundo se refiere a una tendencia o a una disposicin (Van Rillaer, 1977:20). La agresi-vidadformapartedelaconductahumana,nonegativaensmismasinopositivaynecesariacomo fuerza para la autoafirmacin, fsica y psquica, del individuo, y especialmente determi-nada por los procesos culturales de socializacin. La violencia no es sinnimo de agresividad(Van Rillaer, 1977:27). Asociamos la agresividad a la combatividad, a la capacidad de afirma-cin, y, por lo tanto, como algo necesario y positivo para la supervivencia y el desarrollo delindividuo. Como ha sealado Silvia Bonino, la agresividad desempea fundamentalmente dosfunciones complementarias: por una parte constituye una fuerza activa para el propio desarro-llo y para la afirmacin de s mismo, por otra parte es un instrumento para defender la propiaidentidad de todo aquello que la amenaza (1987:7).e) La importancia de la afectividad y el cultivo de las relaciones interpersonalesLa dimensin afectiva, de una u otra forma, est siempre presente en toda relacin edu-cativa,dejandosuhuella,enmayoromenormedida,enlasposibilidadesdelaprendizaje.Incluso en aquellas aulas en las que la afectividad y la ternura han sido desterradas aparece unadeterminada relacin afectiva que en muchos casos puede ser de rechazo, temor u odio. Por ello,la alfabetizacin de la afectividad y la ternura debe ser un objetivo de todo proceso educativo,en tanto en cuanto forma parte del proceso vital y madurativo de las personas, y, en segundolugar, por su inequvoca relacin con la convivencia. En relacin a lo primero, la afectividad esunanecesidaddetodoslossereshumanosyrequieredesudesarrolloparaunaconstruccinequilibrada de la personalidad. Como seal A. Montagu (1983), la salud es la capacidad paraamar, para trabajar, para jugar y para usar la propia inteligencia como una herramienta de pre-cisin.Loshumanosnacieronparavivir,comosiviviryamarfueranunamismacosa.Paraamar hay que aprender a amar y solo se aprende a hacerlo cuando se es amado. El afecto es unanecesidad fundamental. Es la necesidad que nos hace humanos. En relacin a lo segundo, laincidenciadelaafectividadenlaconvivencia,elprofesoradoquellevaaosejerciendolaRevista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 85Xess R. Jares Aprender a convivirprofesin habr detectado en numerosas ocasiones como ciertos problemas de convivencia tie-nen su origen en una falta o deficiente desarrollo de la afectividad. En este sentido, un aspectoque debemos cuidar es la posible distorsin de la variable gnero en la concepcin de la afecti-vidad, especialmente en ellos. Ms que una atribucin de gnero, la ternura es un paradigmadeconvivenciaquedebeserganadoenelterrenodeloamoroso,loproductivoylopoltico,arrebatando,palmoapalmo,territoriosenquedominandesdehacesigloslosvaloresdelavindicta, el sometimiento y la conquista (Restrepo, 1999:17).Desde esta ptica venimos insistiendo en los ltimos aos en la necesidad de la creacinde grupo. En la formacin del profesorado, sea cual sea su nivel educativo o la materia que vayaa impartir, es imprescindible disear una estrategia tendente a generar en el aula como en el cen-trounclimadeseguridad,deconfianza,demutuoapoyo, etc.(Jares,1999a,1999b,2001a,2001b). Para ello el profesorado debe ser formado en las estrategias y recursos que facilitan la cre-acin de grupo. Y ello no slo por motivos ticos o morales, que lo son y en s mismos constitu-yen razones ms que suficientes, sino tambin porque el trabajo didctico en estas situaciones esms agradable para todos/as y, en tercer lugar, suele producir mejores resultados acadmicos.f)Formaralprofesoradosobrelanecesidaddeplanificareltrabajoeducativoparalaconvivencia desde los diferentes mbitos del currculumEl aprendizaje de la convivencia no puede ser una tarea ni improvisada ni sujeta a unamera intervencin verbal en un momento determinado. Por el contrario necesita una planifica-cin, tanto para el espacio de aula como de centro, y teniendo en cuenta los tres protagonistasprincipales de la comunidad educativa profesorado, alumnado y madres/padres. Entre losaspectos a contemplar destacamos:- Tiempo para analizar e intervenir en conflictos, explorando las diversas posibilidadesderesolucin.Tambinparaevaluarlosgradosdecumplimientodelosposiblesacuerdos. - Espacios adecuados para abordarlos.- Oportunidades, apoyo y estmulo para ensayar y ejercitarse en habilidades y tcnicasde resolucin. No podemos quedarnos en los reproches aunque es necesario hacer-los. Debemos ofrecer espacios y posibilidades para que aprendan formas alternativasde resolucin y ser perseverantes en este empeo. Como sealan Johnson y Johnsoneste trabajo exige entrenamiento, perseverancia y respaldo (1999:11).- Experiencias ldicas y de dinmica de grupos que faciliten la cohesin grupal.- Organizacin democrtica del aula y centro escolar. Como expres N. Bobbio sin demo-cracia no existen las condiciones mnimas para la solucin pacfica de los conflictos(1991:14).86 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jares- Fomentar el aprendizaje cooperativo y el trabajo en grupos. Democratizar el trabajo,en los actuales contextos educativos, significa sobre todo transformar el currculumacadmico competitivo. Es el escenario de las principales exclusiones sociales que seproducenporcausadelaeducacin,yconstituyeelprincipalfundamentodelajerarqua que habita en las instituciones educativas (Connell, 1997:102). - Ofrecer un currculum integrado desde la visin conflictiva de la realidad y en el que secuestione la violencia como forma de resolucin de los conflictos. Por consiguiente nose trata de negar las diferencias y los conflictos sino de afrontarlos de forma positiva,es decir, de forma noviolenta. Afrontar los desacuerdos no implica generar dinmicasde destruccin ni, en el otro extremo, acomodarnos o someternos a los requerimientosde la otra parte. En este sentido, no est de ms recordar la clebre frase de Gandhi, tan-tas veces por mi citada: ante los conflictos debemos ser duros con los problemas perosensiblesconlaspersonas.Estereaprendizajedenuestrarelacinconlosconflictosimplica todo un reto educativo y cultural de amplio calado. Se trata, como deca el his-tricoManifiestoRussel-Einsteinde1955,deaprenderapensardeformanueva.Para ello, el primer paso es romper con la estigmatizacin negativa del conflicto.g) Aceptacin de la diferencia y compromiso con los ms necesitadosAprender a convivir significa conjugar la relacin igualdad y diferencia. Como procla-malaDeclaracinUniversaldelosderechoshumanossomosigualesendignidadyderechos(Jares,1999b),perolaspersonastambinsomosdiferentespordiferentesmotivosycircuns-tancias; diferencias que pueden ser positivas y fomentadas y en otros casos diferencias que sonnegativas y por lo tanto deben ser eliminadas. Como seala Jos Gimeno, los seres humanosson desiguales o diferentes en muchas cosas que los jerarquizan entre s. Eso es indiferente enciertoscasos,positivoenalgunoseinaceptabledesdeunpuntodevistaticoenotros(2002:54). En cualquier caso la diferencia o diversidad forma parte de la vida y puede ser unfactor de conflictividad: Convivir en un ecosistema humano implica una disposicin sensiblea reconocer la diferencia, asumiendo con ternura las ocasiones que nos brinda el conflicto paraalimentar el mutuo crecimiento (Restrepo, 1999:142).Es evidente que uno de los grandes conflictos que se plantean en la actualidad es preci-samente esta relacin igualdad-diferencia. Desde los presupuestos de una educacin democr-tica y comprometida con los valores de la justicia, la paz y los derechos humanos, tenemos queafrontar esta diversidad reclamando los apoyos que sean necesarios, tal como hemos sealadoen la introduccin de esta entrega, pero en ningn modo favoreciendo polticas de segregacinen el interior de los propios centros. En este sentido no podemos ocultar nuestra preocupacincon la propuesta ministerial de la nueva Ley de calidad. Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 87Xess R. Jares Aprender a convivirh) Afrontar el conflicto valores democrticos-valores del neoliberalismoComo hemos sealado, un programa de formacin del profesorado desde y para la con-vivencia democrtica no puede sustraerse del anlisis de los valores dominantes en la sociedad,y su incidencia en la convivencia. En este sentido los programas de formacin del profesoradono pueden obviar el momento histrico que estamos viviendo en el que el neoliberalismo es laideologa dominante. Ideologa que se apoya en la excelencia del mercado, el culto a la com-petitividad, la eficacia, la productividad, el triunfo a cualquier precio, el consumismo, el indi-vidualismo,etc.Almismotiempo,laideologaneoliberalsitaloscomportamientosylosaprendizajessocialesenclaveindividualmsqueenclavesociolgica,talcomotradicional-mente se ha hecho y se sigue haciendo. Precisamente la propuesta neoliberal opta por la expli-cacinpsicologicistaporquedeestaformasitaenelindividuolasresponsabilidadesdesusituacin. As, si una persona no tiene trabajo es porque no quiere trabajar o no se ha prepara-do lo suficiente; si fracasa escolarmente es porque no ha estudiado lo suficiente, porque no quie-re estudiar o no ha nacido con capacidad intelectual suficiente; si presenta conductas indisci-plinadasoviolentasesporquetienealgntipodedisfuncinorespondeasadeterminadassituacionespersonalesofamiliares;etc.Frenteaestavisin,proponemosanalizarestasposi-bles situaciones desde el contexto social y cultural en el que se generan. No pretendemos obviarlas responsabilidades y opciones personales en la vida, lo nico que proponemos es analizarlasdesde el contexto en el que se producen para tener una explicacin ms objetiva de sus causasy, con ello, tener ms posibilidades de acertar en los remedios.En segundo lugar, no podemos ocultar el tremendo conflicto en el que se coloca al pro-fesorado. Por un lado se le pide que eduque para la convivencia democrtica, para el respeto, lasolidaridad, etc., mientras que por otro lado los poderes dominantes de la sociedad a travs delas diferentes relaciones sociales y muy particularmente por medio de los medios de comunica-cin transmiten unos valores que van en direccin contraria. Desenmascarar esta situacin per-versa y armarse intelectualmente para cuestionar esta ideologa neoliberal es una necesidadque en nuestra opinin no puede faltar en la propuesta de formacin que propugnamos. En estesentido,decodificarlosmensajespublicitariosyprogramastelevisivosesunejerciciodidctico que consideramos obligado.i) Insistir en el valor de la democracia y la necesidad de la globalizacin de los derechos humanosComo hemos propuesto (Jares, 1999b), la educacin para la convivencia debe realizarsedesde y para los derechos humanos. Todos y cada uno de los derechos para todas y cada una delas personas. Por ello los centros educativos, y muy particularmente el profesorado, deben hacerfrentealaspolticasneoliberalesqueasentadasenelindividualismo,lacompetitividad,elgerencialismo y la excelencia del mercado, cuestionan la democracia, el estado del bienestar yel propio derecho a la educacin. En este sentido luchar contra la conversin de la democraciaenmeralibertaddeconsumo,aceptandolasnormasyvaloresimpuestosporelmercadoa88 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jarestravsdelaingenieradelapersuasin(Ramonet,1995:68),sontareasprioritariasentodaeducacin democrtica.Por ello hacemos nuestras las palabras de Jos Saramago cuando en su texto del clausu-ra del Forum Mundial Social de Porto Alegre (Brasil), el da 6 de febrero del 2002, afirmaba,...entretantasotrasdiscusionesnecesariasoindispensables,urge,antesdequesenoshagademasiado tarde, promover un debate mundial sobre la democracia y las causas de su decaden-cia,sobrelaintervencindelosciudadanosenlavidapolticaysocial,sobrelasrelacionesentre los Estados y el poder econmico y financiero mundial, sobre aquello que afirma y aque-lloqueniegalademocracia,sobreelderechoalafelicidadyaunaexistenciadigna,...(Saramago,2002:14).Igualmente,enesemismotexto,seproponenlos30derechosdelaDeclaracin Universal como el ideario sindical y poltico a conquistar.3. PROGRAMA EDUCATIVO MUNICIPAL APRENDER A CONVIVIRUn ejemplo de intervencin educativa sobre las temticas citadas es el Programa edu-cativo municipal Aprender a convivir que estamos coordinando en la ciudad de Vigo. Programaque nace en el ao 2000 a iniciativa del grupo Educadores/as pola Paz-Nova Escola Galega yel patrocinio de la Concejala de educacin y mujer del Ayuntamiento de Vigo.Los objetivosEl Programa educativo municipal Aprender a convivir pretende ofertar al conjunto dela ciudadana, y muy particularmente a los diferentes sectores de la comunidad educativa, unaserie de propuestas y recursos para construir una convivencia ms sana y respetuosa entre todasy todos, democrtica, solidaria y sin ningn tipo de discriminaciones y violencias. Ms concre-tamente los objetivos del mismo son: -FavorecerunaconvivenciapositivaydemocrticaenloscentrosescolaresdeEducacin Infantil, Primaria y Secundaria del Ayuntamiento de Vigo.- Aprender a convivir con el conflicto de forma positiva.- Rechazar la violencia como forma de resolucin de los conflictos.-Prevenirconductasintimidatoriasydemaltratoentreelalumnado,favoreciendoactitudes contrarias a todo tipo de discriminacin y de violencia.- Desarrollar una cultura de la paz asentada en los derechos humanos y en los valores derespeto, tolerancia y democracia.- Generar una red de mediadores/as de resolucin de conflictos entre los estudiantes delos centros escolares del Ayuntamiento de Vigo.Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 89Xess R. Jares Aprender a convivirEl mbito fundamental de intervencin son los centros educativos de enseanza no uni-versitaria del Ayuntamiento de Vigo. Por consiguiente, los destinatarios son el profesorado, elalumnado y las familias del alumnado de Educacin Infantil, Educacin Primaria y EducacinSecundaria. Debemos sealar que el Programa tambin est abierto al conjunto de la ciudada-na, a las diversas entidades y colectivos de la ciudad. De hecho en una segunda fase, el pro-gramaquiereconvertirseenunapropuestaintegralycomunitariaabarcandoenmbitodegestin de diversas concejalas.Lo que ofrece el programaEl Programa no es algo totalmente cerrado. No se trata de ofrecer unas orientaciones yunos materiales para que otros los apliquen, sino de explicitar unos principios y normas de actua-cin a partir de los cuales construir colectivamente un proyecto de intervencin para favorecer laconvivencia. Incluso de las opciones que oferta el Programa cada centro podr coger aquellas quems le interese. Las propuestas y recursos que se ofrecen a los centros inscritos son: Formacin para los tres sectores de la comunidad educativa- Cursos de formacin para el profesorado de 30 horas de duracin, homologados por laConsejera de Educacin de la Xunta de Galicia.- Actividades y cursos de formacin para madres y padres sobre esta temtica.- Actividades y cursos de formacin para estudiantes, particularmente de formacin demediadores/as en resolucin de conflictos. Asesoramiento a los centrosEn los centros seleccionados para participar en el Programa, y siempre y cuando lo soli-citen,sedesarrollarnsesionesdeasesoramientosobrelosdiversosaspectosdelmismo. Se dar prioridad a aquellos que tengan elaborado un proyecto de interven-cinenestatemticayestndesarrollandoactividadesdelmismo.EspecialmenteimportantessernlassesionesdecoordinacinconlaspersonasresponsablesdelPrograma en los centros, que se celebrarn al menos una por trimestre. Servicio de mediacinPara los centros participantes en el Programa, se ofrece la posibilidad de que miembros delEquipodetrabajohagandemediadoresenconflictosligadosalavidadelcentro,siempre y cuando se hayan utilizado previamente los mecanismos internos de resolucin.90 Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. Jares Trabajo directo con el alumnadoDesde el Programa las intervenciones directas con las y los estudiantes las concretamosfundamentalmente en cuatro tipos:- En la sensibilizacin y formacin en dinmicas de resolucin de conflictos.- En la formacin de la red de mediadores/as para la resolucin de los conflictos entrelos propios estudiantes.- En algunos de los tpicos de los tres itinerarios que conforman el apartado dedicado alcurrculo: Itinerario de educacin afectiva y relaciones interpersonales, Itinerario deresolucindeconflictosynoviolenciaeItinerariodeeducacinparalapazylosderechos humanos.- En algunas actividades extraescolares. Materiales de apoyoTodos los centros del Ayuntamiento de Vigo recibirn los materiales propios diseadosespecficamente para el Programa. Inicialmente son:- Libro Aprender a convivir, escrito por el coordinador del programa (Jares, 2001a),en el que se recogen las claves desde las que se vertebra el programa, propuestas deintervencin y recursos didcticos. - Tres carteles: uno con el logotipo del Programa, otro sobre qu hacer ante un conflic-to y un tercero sobre la mediacin (en los cuadros 1 y 2 exponemos el contenido deestos dos ltimos).- Dos trpticos: uno sobre el Programa y otro sobre la mediacin.- Dossieres informativos con experiencias y recursos.- Adhesivos y marcadores de libros.-Maletapedaggica. Ademisdelosmaterialesespecficosdelprograma,loscentrosparticipantes recibirn una maleta pedaggica con diferentes materiales didcticosrelacionados con el programa.La experiencia de los dos primeros aosEl curso 2000-2001 ha sido el ao acadmico en el que se ha diseado y presentado el pro-grama a los diferentes sectores de la comunidad educativa. En efecto, una vez que se han concre-tado los objetivos y lneas de intervencin, se ha pasado a la fase del diseo grfico del mismo ydeelaboracindematerialesdidcticos.DespuselprogramasehapresentadoenlaComisinpedaggica del Consejo Escolar Municipal de Vigo (CEMV), rgano que haba aprobado previa-mente la prioridad de trabajar en esta temtica. Una vez asumido por la Concejala de educaciny mujer fue presentado al pleno del CEMV. Tambin fue presentado a la asamblea de directores/asRevista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92 91Xess R. Jares Aprender a convivirdeEducacinInfantilyPrimaria,yalaasambleadedirectores/asdeEducacinSecundaria.Tambin se insisti en presentarlo a la Federacin Olvica de Asociaciones de madres y padres dealumnos,perofinalmenteporproblemastcnicostuvoqueaplazarseparaelcurso2001-2.Igualmente fue presentado al conjunto de la sociedad a travs de los medios de comunicacin yms tarde a travs de la presentacin el libro Aprender a convivir. Adems de esta labor de dise-o y difusin, se inici una tercera actividad ligada a la formacin del profesorado con el primercurso de 30 horas y diversas reuniones de trabajo con grupos de profesores/as. En el segundo ao de funcionamiento, curso 2001-2, se ha proseguido con la difusin;la formacin del profesorado, a travs del segundo curso de formacin de 30 horas y un cursode especializacin de 20 horas (impartidos ambos entre los meses de octubre y noviembre de2001). Tambin se ha iniciado la formacin para el alumnado de ESO, a travs de los cursos deformacin de mediadores/as de 10 horas de duracin (en este curso se han impartido dichos cur-sos en tres IES. Adems del curso realizamos sesiones de coordinacin con los mediadores/aspara analizar la marcha de sus posibles actuaciones) y otras actividades, tanto en horario esco-lar como extraescolar, y la formacin para madres y padres (adems de una sesin de trabajorealizada un sbado por la maana para el conjunto de las ANPAS de Vigo, se han realizado doscursos de formacin para madres y padres en dos centros. En esta formacin hemos participa-do los cuatro ponentes del curso inicial del profesorado desarrollando cada uno de nosotros unasesin de trabajo. Las temticas abordadas han sido: conflicto y estrategias de intervencin; eldesarrollo de la autoestima en las familias; la adolescencia y la afectividad y sexualidad en lasfamilias). Igualmente continan las sesiones de coordinacin y asesoramiento a los centros; elapoyoalprogramaconmsmaterialesyrecursos,entreellosyaestenlaredlawebdelprograma (www.aprenderaconvivir.org).Anesmuytempranoparahacerunaevaluacindelprograma,perolasevaluacionesparciales que hemos hecho de los tres tipos de cursos de formacin impartidos profesorado,formacin de mediadores/as y de formacin de madres/padres, as como por el amplio ecodel programa que ha tenido tanto en Galicia como fuera de Galicia; el nmero de centros ins-critos (en total tenemos 21 centros participando en el programa, 14 de ellos inscritos en el curso2000-1 y otros 7 centros ms inscritos en el curso 2001-2); la reedicin de buena parte de losmateriales; etc., son indicadores que nos invitan a tener esperanza en el futuro. Para ms informacin sobre este Programa pueden dirigirse a: Instituto Municipal de Educacin. Tfno.: 986 20 49 12. Fax: 986 20 78 64. Correo Electrnico: [email protected] Revista Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 44, 2002, 79-92Aprender a convivir Xess R. JaresREFERENCIAS BIBLIOGRFICASBARCELLONA, P. (1992). Postmodernidad y comunidad: El regreso de la vinculacin social. Madrid: Trotta.BELOTTI, E. G. (1984). Las mujeres y los nios primero. Barcelona: Laia.BOBBIO, N. (1991). El tiempo de los derechos. Madrid: Sistema.BONINO, S. (1987). Bambini e nonviolenza. Torino: Abele.CONNELL, R.W. (1997). Escuelas y justicia social. Madrid: Morata.DELORS, J. (1996). La educacin encierra un tesoro. Madrid: Santillana-Unesco,ESCUDEROMUOZ,J.M.(1992).Innovacinydesarrolloorganizativodeloscentrosescolares.IICongreso Interuniversitario de Organizacin Escolar. Sevilla: GID-Universidad de Sevilla.GALTUNG, J. (1987). Gandhi oggi. Turn: Abele.GIMENO, J. (2002). Hacerse cargo de la heterogeneidad. Cuadernos de Pedagoga, 311, 52-55.JARES, X.R. (1999a). Educacin para la paz. Su teora y su prctica. 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