diario de residencia en chile, maria graham

7/22/2019 Diario de Residencia en Chile, Maria Graham

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UIBLIOTECA AYACUCHOO LA D i d E C C I 6 N D E D O N R U F I N OBLANCO-FOYBOI

A N.

MARfA GRAHAM

D I A R I ODE SU RESIDENCIA EN CHILE (1822)Y-DE U VIAJE AL BRASIL (3823)

M A R T i . C O C H R A N E -O HIGG NSPRLOGOI DON J U A N C O N C H A


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PUBLICACIONES:

IIiblioteea Ayacucho (historia).

Biblioteca de Ciencias polticas y so-ciales.IV

Biblioteca de la Juventud hispano-americana.


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IARIDE SU RESIDENCIA EN CHILE (1822) Y DE SU VIAJE AL BRASIL (182SAN MARTN.-COCHRANE. --CBHIGGINS


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BIBLIOTECA AYACUCHOBAJO LA D I R E C C I ~ N E D O N RUFINO BLANCO-FOMBONA

OBRAS PUBLICADASI-Yl.-MEMORIAS DEL GENERAL O'LEARY:

Bolvar y la emancipacin de Su-AmricaDos lujosos volmenes de 700 800 pginas er 4.'&venden separadamente al precio de 7,50 pesetas cadauno.

IL i lM~~o~ i~sE Q C O N N O Rsobre laIndependencia Americana.La obra en 4.3 en papel pluma. Precio: 5 pesetas.

v,-MBMORIAS DEL GENZRAL JOS ANTONIOEz .Un volumen muy bien impreso, en 4P Precio: 7.50pesetas.V,-MEMORIASDE UN OFICIAL DEL EJRCITO ESPAGOL.Por el Capitn Rafael SevillaUn volumen en 4. , 5 pesetas.VI-VIL-MEMORIAS EL GENERAL GARCiA CAMBA.

Pa ra la historia de las arm as espaolas en el PerUDos magnficos y gruesos vdmenes en 4. , todolujo. Precio: 7,50 pesetas cada uno.

VIIL-MEMORIASDE UN OFICIAL D E LA LEGIN BRITNICA.Campanas y Cruceros durante l a guerra de emancipac in Hispnno-americana.Un volumen en 4. , 4 pesetas.


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PRLOGO DE JUAN CONCHA

GLOSAS AL DIARIO BE UN VIAJEROSantiago en 1822.

Un viajero ha desembarcado en el puerto y se dirige la apital, Santiago del Nueva Extremo. Estamos en Agosto. La prmavera se anuncia esplndida; el cielo, de un azul intenso; brisa, fresca, clida, remece las ramitas nuevas de los rboleHay una suave quietud en el ambiente. Nuestro viajero se dirge 6 la capital; dista varias decenas de leguas del lugar de sarribo; el trayecto hay que hacerlo lomo de mula, por entrlomas escarpadas y breales. Son sus acompaantes upen y una esclava. Lleva sus brtulos en tres mulas. Estamoen 1822; primavera...Nuestro viajero ha tomado el camino viejo, camino asumamente escabroso,, pero frecuentado por leadores y recuas dcarga. A medida que avanza, va extasindose en la contemplacin del-paisaje: .las boscosas hondonadas, las nevadas montaas en el horizonte,. A lo largo del camino, serpenteando po


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8 P R L O G O DE U A N CONCHAamigas, 1 encontrarlo, en dos coches. Rehusa el ofrecimiento entrar 6 un vehculo 'por no penetrar cubierto de polvo,; sguio, pues, caballo. Llega Mara Graham - nuestro aporredo viajero-el veinticuatro de Agosto de mil ochocientos veitids aos Santiago del Nuevo Extremo..,

Nuestro viajero es husped de una linajuda familia de Santigo. Despus de disfrutar de algn descanso y vestirse, es llamdo comer. *.La comida fu ms copiosa de lo que en nuestrhbitos permitiria el buen gusto ..s Ms adelante observa: considera como una muestra de la ms delicada atencin sacale alguien una porcin de su plato y ponerla en el de su amgo, y nadie se le hace escrpulo servirle uno con el cuchi cuchara con que ha estado comiendo>. *A juzgar por lo qhoy he visto, podria decir que los chilenos comen mucho%Despus de la comida, la mayor parte de la familia se ha ha rtirado practicar sus devociones. Pronto llegan algunas famlias amigas; las personas mayores conversan alrededor debrasero; los jvenes bailan un minu .incorrecto y descuidadEn el silencio de la noche ha sonado 5 lo lejos una campata y se ha extendido por las calles desiertas ia voz del serenque montona cantaba: Ave Maria Pursima, las once de noche han dado, y nublado ...

Examina nuestra viajera la casa en la cual se hospeda. Sobla muralla, .baja y blanqueadas, *se proyecta un enorme alede tejas.. En el centro,'un zagun empedrado de menudos gu


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PRLOGO DE UAN CONCHA 9a b a el palacio de residencia del director OHiggins, el antiguopalacio de los capitanes generales; la Audiencia; la crcel. AlPoniente, la catedral levanta SUS torres, y los palacios de lasdigpidades eclesisticas yerguen sus muros frios; al frente destos, en el lado opuesto, aslo hay unos cuantos edificios vul-gares.; cierran la piaza las arqueras del costado Sur, dondetienen sus tiendas los vendedores de telas, zapatos, quincalla,comestibles y algunas chucheras ms. En las noches de luna,estos portales y tenduchos


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10 PRLOGO DE UAN CONCHAos estantes,, y que hay *un buen nmero de obras francesas,pero pocas inglesas,; hojea un incunable; hace algunos comen-tarios pertinentes libros, y se va


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PRLQGO DE JUAN CONCHAvidad de los campesinos, la rutina en todo orden de cossugiere Mara Graham sesudas reflexiones y severos reparo

Una campana suena, despus otra, despus otra, y otraNuestro forastero mira del lado del plcido repiqueteo. yauna pequea iglesia, de cuyas puertas salia una larga y solemprocesin de sacerdotes, que comenzaban una rogativa de nuedias San Isidro para pedirle lluvia*. Agrega en seguida algnas consideraciones acerca de ]la supersticin, guisa de cmentario...

El 28 de Septiembre parte Maria Graham de Santiago dNuevo Extremo. Estuvo en la ciudad de D. Pedro de Valdivtreinta y seis das. Muri veinte aos ms tarde, en 1842,su resideiicia de Kensington Pits, la edad de cincuenta y sieaos. Nos dej un fuerte-admirable en la precisin y penetrcin de las observaciones-, hermoso, imperecedero


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PROLOGO DEL TRADUCTOR

A fines de Abril del ao 1822 llegaba Valparaso la fragataD o r i s de la armada de S.M.B., trayendo su bordo los restosde su comandante, el capitn Thomas Craham, fallecido enbrazos de Mara Craham, su esposa, al doblar el Cabo deHornos.La piedad y el amor de su mujer haban preservado los res-tos del malogrado marino de ser sepultados en las ondas, hastaque la fragata arrib Valparaso, donde fueron depositadosen tierra hospitalaria, con los honores debidos su rango y laspreces de su culto.

La triste viuda desech las proposiciones que le hacan 10soficiales de la Doris para que siguiera viaje bordo de la fra-gata hasta que encontraran otro buque que pudiera trasladarladirectamente Europa, y prefiri quedarse en Valparaso pararecobrar sus fuerzas quebrantadas por el sufrimiento.El romntico inters que inspiraba la soledad en qne su viudezla dejaba en tierra extraa, la distincin social que supona e


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14 PRLOGO DEL TRADUCTORguardia-marina que se iniciaba en la carrera naval y que mtarde lleg ser el capitr Thomas Graham.Atendi, pues, lord Cochrane con toda solicitud la viudde su antiguo camarada, que era una dama de esclarecida intligencia y fino trato, y la present en Santiago A las familias dla mejor sociedad.Dotada de una clara inteligencia, enriquecida por los conocmientos adquiridos en largos viajes y por una variadisima letura, era natural que sus ideas y sentimientos afinaran estrechmente con las ideas y sentimientos de lord Cochrane, que tanto aventajaban las preocupaciones y aejeces que formaban ambiente intelectual en que habia dejado la dominacin espola sus antiguos sbditos.De aqu que apreciaran de idntica manera los hombres y lacosas de la revolucic, tal punto, que hay en este *Diario. mchas pginas que uno se sentiria inclinado 5 suponerlas directmente sugeridas por lord Cochrane, si Mara Craham no hbiese dado conocer sus agudas facultades analticas, su prfundo espritu de observacin en las diversas obras que formban su bagaje literario mucho antes de su arribo Chilc.

Ea simpata por el hroe injustamente proscrito de su patriel recuerdo de sus gloriosas hazaas en las guerras napolencas, la admiracin por su denuedo y abnegacin para hactriunfar la causa de la independencia de los lejanos estadamericanos, todo concurra desarrollar en ella un culto vehmente por lord Cochrane, lo que Garlyle llama herow ozshque hace que tento en las pginas del .Diario. como en las d


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P R L O G O DEL TRADUCTOR 1lenas la entusiasma, y dice asi en una ocasin: *que una lindchilena se ve diez veces ms linda cuando se pone la mantillpara ir 5 misa., y cuando cuenta que ha asistido 5 una tertulien casa deD. Jos Antonio de Cotapos, dice: w StOy segura dn o haber visto jar& reunidas en un solo da tanta mujerebonitas, como en esa ocasin; no estoy segura de que fuesentodas de trascendental belleza; pero si de que no haba unsola fea..Ahora, su abnegacin incomparable, que la hace arrostrajunto con el hombre qne ella ama, esposo, padre 15 hermanotodos los rigores de las adversidades polticas; sus hospitalz riosentimientos; hasta su misma pasmosa ignorancia, *que las hacrecurrir con mayor gracia los medios de seduccin que la Naturaleza ha dado la mujer, la amabilidpd y la ternura,, sontemas que vuelven muchas veces a lospuntos de su pluma pardar estas pginas un encanto que no empaan jamais ni eadulo ni la stira.Su temperamento artstico, s u ilimitado amor las plantas y las flores le hacen admirar entusiasmadalos variados paisajesque ofrecen 1 su vista los campos de la regin central, que ellaha recorrido; detinese en sus excursiones campestres y recogelas plantas indgenas, cuyas virtudes indaga, cuyos hbitos describe con toda prolijidad, sin someterse las arideces de laterminologa botnica. Intersase por la suerte de los pobresconversa con ellos y se sienta su lado para aprender sus In-dustrias rudimentarias: la alfarera, el hilado.Conversa con QHiggins, con San Martin, con Centeno, y


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16 PRLOGO DEL TRADUCTORambicin de dominar como jefe absoluto. Son dos pginas reamente soberbias las que dedica 5 esta visita.A OHiggins tambin lo vemos vivir en estas pginas; comprendemos cmo ha iatido siempre acompasado su sano coraze n medio de a tormenta revolucionaria: su valor es frio y resuelto, su palabra sobria y precisa, tiene todas las virtudes dun gran soldado; pero carece de las cualidades que imponen ahombre de estado: no sabe sobreponerse las intrigas palaciegas ni acierta i debelar las cbalas de sus adversarios poltico

Los Carreras, Freire, Monteagudo, el ministro Rodrguez, lsugieren juicios que nos parecen ser los de un contempornenuestro, que quedan en el fiel de la balanza, entre la acendradadhesin de sus parciales y las acerbas invectivas de sus adversarios polticos.Es sensible que la ruptura de una arteria, que sufri mientraregresaba Santiago de una excursin Melipilla y que puso epeligro su existencia, no permitiera Mara Graham realizar proyecto que abrigaba de recorrer el territorio de la Repblichasta Concepcin. Tena listas varias cartas de introduccin pardiversas personas, y entre eltas una de lord Cochrane para el gaera l Freire que estaba al mando de las tropas de la fronterCon estas condiciones, el libro tiene todo el mrito de un documento histrico, y con los Recuerdos de Zapiola,los de PreRosales y l as pocas Memorias y correspondencias privadas qunos han quedado del perodo revolucionario, habr de servpara estudiar la historia bajo un aspecto que no ofrecen los d.rumentos y comunicaciones de carcter oficial, que han sido fuente de los estudios histricos hechos hasta ahora.Otro titulo tiene adems para darlo conocer al pueblo ch


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PR6LQGO DEL TRADUCTOR 17abandonado lord Spence-, y quien repatri bordo de la Do-ris, no ha dejado, por desgracia, ms que unas cuantas lneasen sus Recuerdos del Pasado, que nos dan conocer las bon-dadosas disposiciones de carcter de la ilustre viajera. As,pues, habremos de contentarnos con dar conocer su intelec-tualidad por medio de los escasos datos biogrficos que hemospodido obtener en la A'ational Biography de Leslie Stephen yalgunas otras fuentes de informacin no menos compendiosas.orge Dundas. contraalmirante de la escuadraazul y miembro del Almirantazgo, naci el ao de 1785 en Pap-castle, cerca de Cockersmouth.Desde sus primeros aos manifest una decidida aficin lalectura y al estudio de las plantas y las flores. La governess quedirigi su educacin era mujer muy ilustrada y que cultivabarelaciones de amistad con las ms esclarecidas inteligencias dela poca: Burney, Johnson, Reynolds, quienes di 5 conocerlas brillantes disposiciones de su discpula. Mara Dundas, pors u parte, frecuentaba Ba casa de su to, Sir David Dundas, don-de se reunian Campbell, Lawrence y otros.En 1808, impulsada por su vivaz imaginacin y por SU am5r5 lo nuevo y lo bello, acompa su padre en un viaje laIndia; su regreso contrajo matrimonio, en 1809, con el capi-tn Thomas Graham, de la Marina rea , de quien no se hacemayor mencin en las obras de consulta que hemos podido pro-curarnos. Luego emprendi con s u marido otro viaje la India,de donde regres en 1811, establecindose en Londres. Por ra-zones de servicio, el capitn Craham hubo de permanecer va-r ios aos ausente de su patria, durante los cuales su esposa sededic por entero los trabajos literarios. En 1812 public suDiario de Residencia en la India, que aos ms tarde fu tra-


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18 PRLOGO DEL TRADUCTORtnica Doris, zarp en comisin para la Amrica del Sur, y depus de tocar en Ro Janeiro sigui viaje con destino al PacificComo en otras ocasiones, acompabalo su esposa, interesda en conocer estos pases, que comenzaban llamar la atec i jn europea con motivo de su levantamiento contra el domnio de Espaa. Desgraciadamente, el capitn Graham enfermdurante la navegacin, y al llegar la altura dei Cabo de Hornexhal el itimo suspiro en brazos de su abnegada compaerLa fragata prosigui viaje hasta Valparaso, adonde arribel 28 de Abril de 1822, fecha en que comienza el Diario de Rsidencia en Chile. Mara Craham permaneci entre nosotrhasta Febrero de 1823, en cuya fecha se embarc en el bergantn Colonel Allen con destino al Brasil; en Ro Janeiro permaeci hasta fines de ese ao, sirviendo de institutriz la princesa doa Maria, que ms tarde fu reina de Portugal.jos literarios, y en 1824 publicaba su Diario de viaje a l Brasy de residencia en este pais durante los aos 821 1823, y sDiario de Residencia en Chile,que ahora se traduce al castellano por primera vez. LOSdibujos, que representan paisajetipos y costumbres del pas, que ilustran ambos libros, revelaen ella una artista de felices disposiciones, que sabe poner drelieve los rasgos ms caractersticos de las cosas.En 1827 contrajo segundas nupcias con uno de los ms clebres pintores ingleses de la primera mitad del siglo xix,Augusto Wall Callcott, que frisaba entonces la cincuentena. Artistpor temperamento, sus primeras inclinaciones lo llevaron al es

Vuelta por fin su patria, continu dedicndose sus traba


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PRLOGO DEL TRADUCTOR 1de ingls, por tenerlos en tanta estima como los mejores dClaude Lorrain. En 1837, con motivo de la ascensin de la reina Victoria, fu hecho caballero, y desde entonces se dedicla figura, gnero que haba abandonado desde sus primeros trabajos, Entre los cuadros de este gnero que ms han popularzado los grabadores ingleses se cuentan Milton dictando supsema sus hijas y Rafael y la Fornarina. Con todo, la crticmoderna, que lo considera un talento serio y lo coloca entrConstable y Turner, lo encuentra frio, sin pasin ni poesa: perole reconoce una factura amplia, fcil, una tonalidad justa y unluz franca y agradable, que constituyen el gran mrito de supaisajes. Por otra parte, Callcott era hombre muy estimado posus amables disposiciones de carcter, por su generosidad yfalta de prejuicios en s u arte y por la liberal proteccin qudispensaba los artistas jvenes.

Unida un hombre de estas condiciones, lady Callcott tuvaun feliz compaero de sentimientos y de gustos artsticos, encuyo consorcio s u inteligencia se inclin decididamente loestudios crticos, la historia y la literatura de ficcin. En 1822public una Historia de Espaa. En 1831 , cuano regresaba deun viaje de estudio que haba hecho por Italia en compaia dsu marido, sufri lady Callcott la ruptura de una arteria, que ladej invlida por el resto de SUS das. N o por eso abandon lapluma. En 1835 public la Little Arthurs History of Englanden dos volmenes, que alcanz una gran popularidad y fue reimpresa varias veces, y adems una Descripcin de la capilla deGiotto en Padua, con motivo de una serie de dibujos de SirA. W , Callcott; en 1836, un Ensayo sobre la Historia de la


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PREFACIO

El "Diario" de mi residencia en ChiIe debiera habocupado lgicam ente su lugar entre el de las dos visitasBrasil, que son materia de mi primer libro; mas yadado en el prefacio del de mi residencia en el Brasil razones que me indujeron dividir los diarios.La introduccin del presente volumen es quizsparte ms importante. Pocos son los informes que puedprocurarse de los seis primeros anos de la revolucinChile, sea que se les busque en los archivos de las sectaras de Estado, sea entre los papeles de los actores ddrama. Durante los pocos das calamitosos que transrrieron entre la derrota de los patriotas en Rancagua ypaso de los Andes, fueroa quemados todos los papeledocumentos pblicos que se hall mano, para evi


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22 PREFACIOres, sea como espectadores, y las cuales tuvieron lamabilidad de permitirme escribir, sobre sus relacioneverbales, los puntos capitales que he detallado. Los relatos de los realistas concordaban en todos los hechos colos de los patriotas, y todos ellos con las claras y entre tenidas narraciones del Supremo Director OHigginscuya liberalidad y cortesa para conmigo, en este comen todos respectos, mgrecen mis ms calurosas expresiones de reconocimiento.Desde 1818 hasta 1821 s e daba en las gacetas ampliopormenores de todo acontecimiento pblico y s e imponal pueblo de todo documento. Pero ya, desde 1821, laespeculaciones polticas del Protec tor d el Per y los planes comerciales de los hombres d e gobierno d e Chile neran evidentem ente de una naturaleza tan desem bozady, en consecuencia, las publicaciones comenzaron hacerse muy defectuosas. N o pod r jactarme de ser capad e llenar esas deficiencias, pero confo que los puntocapitales que me ha sido dado estzb lecer, sern suficientepara inducir otros ms capaces acabar el bosquejque yo dejo apenas indicado.Como la lucha de la Amrica espaola fue solamentde las colon ias con la madre patria, no he tenido parq u referirme las transacciones de aqullas con las naciones neutrales, cuyos buques, tanto de guerra com o


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PREFACIOmnimo proveer esas necesidades, suavizar esas dcultades, llamando la atencin hacia ese pas, por supecial preparacih para los intercambios comercialepor los recursos y energas naturales que hay todava61 por cultivar, sera para m la ms verdadera satfaccin.


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BOSQUEJO DE LA HISTORIA DE CHILE-El descubrimiento de Chile por los espaoles y l a r

lacin de sus primeras fundaciones en l, forman uno dlos m;s rom ancescos captulos de la historia de la coquista de Sur-Am rica por los europeos.Despus de la muerte del inca Atahualpa, en 153Pizarro , receloso de la infliiencia y de la ambicin d r scompaero Alm agro, representle la conquista de C hic3mo empresa digna de su talento, y lo comprometiella, no obstante lo avanzado de su edad, que frisaba los setenta aos.El desierto de Atacama separa el Per de C hile, ylos dos caminos practicables entre ambas provincias,vida impaciencia de Alrnag-o escogi el de la cordil


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26 M R CRAHAMde los ardores del desierto y de las nieves de la cordillra, promovi luego las disputas entre los indgenas y lsoldados, qu e Almagro castig8 severam ente entre aqullos, y form as la base de esa tenaz oposicin de pard e los indgenas que mantiene todava desoIadas algunde las mejores provincias del pas. Cuando el ejrciespaol lleg a ribera Sur del ro Cachapoal, encontrse con varias de las tribus indgenas, y particularmente d e los promaucaes, preparados para oponerse sus avaces, y aunque Almagro sali siempre victorioso , juzg pItimo que era insuficiente el provecho de la conquisen proporcin los trabajos de los conquistadores, y regres con su ejrcito al Per, en el ao 1538.All, despus de haber dominado e l Cuzco por un coto tiem po, fu ajusticiado de orden de Francisco P izarr5 os setenta y cinco aos de edad.Pedro de Valdivia fu el otro capitn espaol que, eseguida, design Pizairo para llevar un ejrcito Chilas lo hizo, con 200 espaoles y un numeroso cuerpo dperuanos, siguiendo el mismo camino de Almagro; percomo la marcha se hizo en verano, los soldados no tuviron que soportar el fro que tantos estragos caus Amagro. La recepcin de Valdivia fu enteram ente distind e la que se le dispens s u predecesor. Los chileno


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DIARIOque pudieran tentar ms fcilmente 5 10s soldados eropeos agregrse es. La pequea compaa fu asaltasin embargo por los indios de Copiap y slo escaparoMonroy y Miranda. Conducidos ante el jefe del valfueron condencldos muerte; pero la intercesin demujer de ste los salv. Este beneficio lo retribuyerocon la ms ba ja ingratitud. Com o la hubieran traido vrios de los caballos tomados los espaoles, ella roglos prisioneros que le ensearan su hijo cabalgaoportunidad que aprovecharon para escapar, apualanantes, sin necesidad alguna, al hijo de la india y huyenden seguida hacia el Cuzco.Esta ciudad estaba entonces gobernada por Castrsucesor de Pizarro, que otorg el auxilio solicitado pValdivia, y Monroy condujo por tierra hasta Copiapcorto nmero de reclutas, al mismo tiempo que se depachaba por mar una fuerza considerable, bajo el mandde Juan Bautista Pastene, noble genovs. EntretantValdivia se haba apoderado de las ricas minas de ode1 valle de Quillota, y, penetrado de que no se podhacer nada de eficacia sin comunicarse por mar conPer, haba comenzado construir una embarcacin ela desem bocadura del ro A concagua, que nace cerca dlas cumbres de los A nd es, atraviesa todo el valle de QuIlota y s e precipita en la peligrosa baha de Concon, ent


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28 MARiA GR AHAMdej Sm tiago,veng la miierto, de sus gentes ejerutandocuanta crueldad fu posib le sobre los infelices quillotanos y levant un fuerte para proteger las minas. En seguida, se adelant encontrar los nuevos refuerzos quvenan las rdenes de Villagrn y de Escobar, quienele traian 303 hombres del Pzr; y deseando tener unbase en la parte Norte de Chile, se fij en la hermosllanura que s e extiende i a desem bocadura del Coquimbo, donde fund, en 1543, la colonia de La Serena, comirnmente llamada Coquimbo (1).

** *El ao siguiente se seal por haberse ganado l a adhesin de los prornaucaes la causa de los espaoles, los cuales fueron fieles desde entonces, impelidos probablemente por recelo sus inmediatos vecinos los araucanos. Valdivia prosigui entonces sus conquistas en el Su r

pero, despus d e haber atravesado el Maule, fu derrotado en Itata y se vi0 obligado ir en persona al Per enbusca de refuerzos. Durante su ausencia, los indios dCop iap , que no haban olvidado el alevoso asesinato dsu joven jefe por Monroy y Miranda, cayeron sobre udestacamento de cuarenta espaoles, los cuales dieron


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DIARIO 2je fe , quien distribuy Ias tierras entre sus ms antiguoadictos, siguiendo las costumbres feudales que entonceprevalecan en Europa.Al ao siguiente, Valdivia a v a x hacia el Sur hasta lamrgenes del Bio -B io, cerca de cuya desem bocadura, ela hermosa baha de Penco, fund la ciudad de Concepcibn, en una de las ms ricas y frtiles provincias de ChilePero all fueron contrastados sus progresos por el cacque toqui Ailavilla, jefe de los araucanos, que cruz ero para socorrer los indios de Penco y resistir hasta lmuerte los invasores de su territorio.Arauco es una provincia frtil y rica, que se extienddesde el Bio-Bio hasta el Calle-Calle, muy boscosa por 1general, llena d e cerro s y bien regada. Los naturales sofuertes, valerosos y amantes de s u libertad; hasta ahorno han sido nunca domados, y han resistido con iguaxito los ejrcitos de los Incsj y los de los espaoles. Hsido una fortuna para eilos el tener, entre sus enemigoun poeta como Ercilla que supo hacer justicia su valoy preserv e: recuerdo de sus pecu liares costumbres y dsu constitucin politica, que le cupo presenciar comtestigo ocular, por haber tomado parte distnguidsimen varias de las batallas que describe.Entre la primera fundacin de Concepcin, en 1550,SU destruccin, en 15.54, la actividad de Valdivia habfundido la ciudad d e h p r r i a l sobre el rio, que forma u


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30 MARfA GRAHAMLautaro haba sido tomado prisionero por Valdiviquien lo educ y destin su servicio. Parecia muy adito su seor y nunca haba manifestado deseos de unir sus connacionales hasta que, al verlos derrotados euna batalla y que huan delante de la artillera espaols e sinti avergonzado, desgarr sus vestidos europeocorri6 hacia sus compatriotas, y exhortndolos seguirlen nombre de su pas, los condujo la victoria, que fuconfirmada por la muerte de VaIdivia.Desde ese da, pas ser su jefe principal. Viilagrnsucesor de Valdivia, evacu inmediatamente Concepci n, que fu incendiada por Lautaro; pero, h abiendaparecido la viruela entre los araucanos, los espaoles saprovecharon de la confusin que la mortfera enfermedad introdujo entre aqullos para reconstruir Concepcin, en 1555. Lautaro atac inmediatamente los nuevocolonos, les destruy una vez ms su ciudad y marchdirectam ente hacia Santiago. En el camino, sin embargofu sorprendido por Villagrn quien un espa habconducido por un paso secreto hasta la playa, donde loaraucanos habian acampado en un paso entre un alto cerro y el ocano. Cayb sob re ellos al rayar el alba, en emomento mismo en que Lautaro se hab ia recogido descansar, despus de haber velado durante la noch e. Lautaro, q ue corri ponerse a frente de su ejrcito en cuan


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DIARIO 31Desp us d e la muerte de Lautaro, los espaoles reconstruyeron Concepcin, fundaron Caete y descubriero

el archipilago de Chilo. Ercilla, que acompaaba lodescubridores, inscribi en un Arbol unos versos que recordaban su nombre y la fecha del descubrimiento, 31 deEnero de 1558. La ciudad de Osorno fue fundada al regreso de Chilo.Con este perodo acaba la Araucana de Ercilla, poema que comprende los sucesos ocurridos en los nueve aoque el poeta sirvi en el ejrcito de Sur-Amrica. A suregreso Espaa, Ercilla continu figurando en las gu e-rras europeas, ba jo Felipe 11 La continuacin del poema, por Santisteban Osorio, dista mucho de poseer elmrito del de ErcilIa, no abarca ms all de la muertedel segundo cacique Gaupolican, el dominio temporal deArauco y Ia desaparicin de sus jefes.Pero mientras los espaoles s e ocupaban de la invasin de Tucumn y de levantar las ciudades d e San Juany Mendoza, allende los Andes, los araucanos se preparaban en silencio para nuevas guerras, y antes de que seles afrontara, abandonaron sus selvas y destruyeron laciudad de Caete, que fu reconstruida, sin embargo, en1665, por Villagrn e joven , que haba sucedido su padre en el gobierno. Al ao siguiente, Ruiz Gamboa f u eenviado tomar posesin de Chilo y fund la ciudad deCastro y el puerto de Chacao.Durante este tiempo, la prolongacin de la guerra


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32 MARiA CRAHAMterremoto, que desol una grande extensin del territorioLos araucanos emplearon difigentemente este intervalen buscarse aliados entre los indios vecinos, y consiguieron que los peh uen ches, tribu de la montaa, y los chequillanes, los m i s salvajes de los indios, los ayudaranresistir los espaoles, y continu as la incesante luchque ha sealado el gobierno de todos los capitanes gen eaaies desde el tiempo d e Vaidivia.

A pesar de estos continuos disturbios en el Sur, la cantidad de metales preciosos extrados de Chile, la fertilidad de sus tierras y la bondad de su clima, comenzaronatraerle la atencin de otras naciones. Los ingleses, bajsir Thomas CavendiEli, que a.-rib con tres buques en1586, intentaron establecer una posesijn en la bahia dQuinteros; pero fueron inmediatamente atacados y desalojados por los espaioles, que no sufran qu e nacin a. g m a se entrom etiera en sus nuevos dominios. Ms desg r x i a d a fu todavia la segunda expedicin, las rdened e sir John Narbcrough, durante el reinado de Carlos 1porqlie la flota entera zozobr en el estrecho de MagI anes.Los holandeses intentaron tambin, en 1600, estabtecurse en la isla de Chilo, adonde arribaron con cincb-iques, y comenzaron por saquear la posesin y por asesinar los moradores; pero, en una ocasin en que la trpulacin del comodoro desembarc cerca de Talca, lo


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DIARIOValdivia y sus sucesores, entre el Bio-Bio y Chilo. Shabitantes, extenuados por el hambre, cayeron prisionros, siendo repartidos entre los indgenas los solterosambos sexos; los casados se les permita conservarmujeres y sus fami ias. Los descendientes de estos prisneros, han figurado despues entre los ms acrrimos emigos de los espaoles, habiendo mejorado con su trlas relaciones de la vida civil de los indgenas. El afornado cacique muri el ao 1603, un ao despuEs d etoma de Osorno, que fu la ltima plaza que redujo.Para prevenir la frecuencia de estos desastres se esbleci en la frontera, el ao 1608,un cuerpo de 2.090 hobres d e tropas regulares, que sirvi para prevenir todatentona seria de parte de los indios para invadir los dtritos de l Norte; pero no pudo reprimir sus incursionesrapia, y Arauco continu libre.En 1609, la Audiencia, que haba sido suprimida Concepcin, fu restablecida en Santiago, ciudad quebien se hallaba lo bastante lejos de la frontera para temer las incursiones de los indios, quedaba, en cambmuy distante del mar, noventa millas d e Valparaiso,puerto ms vecino.Esta situacin tuvo, sin embargo, sus ventajas en aqlla poca, porque dejaba la capital lejos del alcanzelos aventureros franceses, holandeses ingleses que e


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34 MARiA GRAHAMcurso de sus brazos, sino que les negaron las provisioneobligndolos abandonar la plaza tres meses despus dhaber arribado ella.Los espaoles se aprovecharon de la labor de los holandeses, acabs-on sus fuertes y fortificaron la isla dMancera. Desde entonces no fu turbada esa coloniahasta la ltima revolucin.Mientras que esta continua lucha desolaba y despoblaba las provincias del Sur de Chile, se hacian tambin sentir en este pequeo Estado las mismas causas que amenazaban Iss dems provincias espaolas. El desproporcionado engrandecimiento de Espaa durante el reinado dCarlos V la envolvi en todas las guerras del continenteuropeo; y com o habia perdido las ventajas que sacaba dlas artes y la agricultura de 10smoros, qu e no fueron sustituidas por ninguna industria equivalente, aquel prncipslo contaba para sus largas y dispendiosas campaas conla cantidad de metales preciosos importados del Nuevo

D e aqu la po co perspicaz poltica de sofocar en lacolonias toda industria que no estuviese directamentaplicada la extraccin del oro y de la plata; la recelosexclusin del comercio y las prohibiciones impuestas las manufacturas, exceptuando, apenas, las ms indispensables para las necesidades dom esticas. Los reveses su

Mundo.


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DIARIO 35Valdivia no est libre del cargo de crueldad, Ia construccin de ciudades, e1 establecimiento de corporacionesque hacan de Tribunales de Justicia y la disposicingranjearse, si era posible, la voluntad de los ~iaturaleque forman el principal objeto de su gobierno y del desus inmediatos su~cesores, ran sumamente benficos.Pero, ya antes de la ascensin de Felipe V, las escaseces de una corte menesterosa aconsejaron la necesidadde poner en venta los altos puestos d e las Indias. Lovirreyes no pensaron ms en distinguirse por las armas npor su poltica, y en su afn de conservar eIIos solos emonopolio, sustraan el comercio toda intrusin de loextranjeros. Las instrucciones enviadas en 1701 por lcorte de Versalles 6 Marsin, su embajador en Madridcontienen las siguientes observaciones: - < L o s derechode la corona en las Indias Occidentales, han sido sacrificados la avaricia de los virreyes, de los gobernadoresy de los empleados subalternos..-Y todava:-


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36 MARiA GRAHAMsacar de la posesin de una colon ia en la costa occidentade Sur-Am rica, por lo menos, de un exclusivo privilegio de comercio. Consecuente con estas expectativasdespus de haber obtenido el privilegio de proveer deex la vo s al Per y Mkjico, en lugar de los holandeses, lobuques franceses comenzaron traficar con aquellopases, y en cuanto se presentaba una oportunidad, sdespachaban hombres distinguidos en ios diversos ramode la ciencia observar informar sobre el estado desas regiones. Uno de ellos fu el padre Feuill, quiese l e deb e el m ejor estudio botnico sobr e Ch ile, dondresidi tres aos, y otro fu Frezier, cuyo Viaje en eMar del Sur , nunca ser lo bastante recomendado posu exaztitud. Per o las consecuencias del com ercio francs, tan exclusivo como el de los espaoles mismos, distaron mucho de ser provechosas para Espaa las colonias.Los mercaderes franceses se organizaron en dos compaas, que se abrogaron los derechos de los comerciantes espaoles y excluyeron todos los dems, y en 170hallamos el siguiente notable pasaje en un memorial sobre el estado d e Espaia, transmitido por Am elot, ministrfrancs en Madrid: Las riquezas del Per y Mjico, esainagotables fuentes de fortuna, estn casi perdidas paEspaa. No slo hay las quejas que se formulan contr


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DIARIOnerales; de manera que el mismo sistema de extorsiel consiguiente empleo del soborno y del cohecho qhabia corrompido el Consejo de las Indias en Madriddesarroll en inferior escala en la corte de Lima.Los dbiles monarcas de la casa de Borbn que reiron en Espaa, pasaban demasiado afanados en laschas domsticas con su pueblo, que nunca am ni respcordialmente la dinastia francesa, y en la participacque tomaron en todas las guerras europeas, para tetiempo n i poder para mejorar lo condicin de los reidos d e Occidente. En realidad, despus de los edicprovinciales de 1818, hbilmente confeccionados y pfectamente adoptados las circunstancias del pais,aparece otro esfuerzo de consideracin hecho en Euren beneficio de los colonos.Algunos virreyes y capitanes generales merecieron, todo, el dictado d e padres del pueblo que presidChile, en particular, tiene razn para estar agradeciddon Ambrosio O Higgins, militar irlands, al servicioEspaa, quien, despus de comandar las tropas enfrontera d e Chile y de rechazar los arauaanos qunuevo habian comenzado amargar la tranquilidad Estado, puso varias d e las ciudades y fortificaciones dfrontera en estado d e conveniente defensa, descubriruinas d e Osorno , que reconstruy, y pract ic un e


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38 MARA GRAHAMTrasladado 6 Lima, como virrey del Per, continuarondistinguiendo su carcter el mismo desinters por su fortuna privada, la misma preoxpicin del bien pblicoA 1deben los limeos el hernioso samino que une suciudad con el puerto del Callao y varias otras obras deutilidad y d e ornato. Todava se recuerdan con gratitudtanto en Chile como el Per, la justicia y la beneficenciade su administracin, y al morir, en 1799 1800, dejando

su familia muy lejos de la riqueza, fu sinceramentesentido.** *

Estos antecedentes prepararon en pocos aos el perio-do en que las colonias espaolas del Sur-Amrica co-menzaron abogar, en un principio, por tener igualesprivilegios que la madre patria, y finalmente, por recla-mar como un derecho si1 independencia, cuya posesinestaban resueltos sostener como un hecho que los ejr-citos y la armada espaola no se hallaban en condicinde disputar. La emancipacin de a Amrica del Nortehibia producido cierto efecto, tanto en las colonias espa-olas com o en las portuguesas, desapercibido al principio


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DIARIOmismas, enseles conocer sus propios recursos y lerse de e:fos; y las continuas exigencias de dinero degobierno lejano, que slo poda retribuirles con escasima ayuda proteccin, disgustaron los naturales cuna monarquia tan distante y tan costosa.Por otra parte, l a influencia d e la Iglesia, que haentonces habia sido casi omnipotente, en favor del anguo orden d e cosas, comenz hacerse valer en pro a causa de la independencia, casi sin tal intencin. Procupaba seriamente al clero la manera de evitar queAmrica del Sur cayese en manos de los franceses, publo sin inquisicin y que toleraba sin distincin judoherejes infieles, por cuyo motivo figur siempre el cleal lado de los patriotas, mientras stos procedan caulosamente en sus principios, bajo el pretexto de que trtaban de preservar su pais de la usurpacin francesade conservarlo para su legtimo soberano.

Los clrigos comenzaron descubrir la necesidad mejorar su propia instruccin, y, en consecuencia, mchos libros que hasta entonces haban sido proscritosque figura3an en las listas de libros prohibidos, comenzron ser buscados con avidez. Llegse hasta mandalgunas personas buscarlos Inglaterra, y si bien encalor de los primeros momentos se tom junto lo bueny lo malo y s e mezcl y confundi toda clase d e sistema


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40 MARA GRAHAMligro en que s e halla la sociedad d e que forma parte, ysabe que los encargados d e la autoridad, que deben gobernarlo y defenderlo, se haiian subordinados y avasalla-dos, siente naturalmente la necesidad de defenderse pors mismo, y en consecuencia, adquiere un extraordinarioy legitimo derccho de insurreccin."

Los sur-americanos estaban demasiado penetrados desus aspiraciones de independeueia para dejar que se esca-para un pretexto tan favorable, y los que todava no shaban embarcado en la obra revolucionaria, avanzaronhacia ella con ms menos cautela, como su situacin slo permita.Pero no cabe comparacin entre las circunstanciabajo las cuales afirmaron su independencia las coloniasbritnicw d e la Am rica del Norte, y aquellas en que seencuentran todava luchando por la suya las colonias espaiiolas de la Am rica del Sur. Las colonias espaolashaban producido desde un principio tal abundancia deoro y plata, que llamaron desde el primer momento Iaatencin y la vigilancia del gobierno en Europa, que traslad ellas todo el pesado andamiaje eclesistico, military civil de una vieja monarqua.El derecho de mayorazgo, estrecho vncuIo que haceconservar en manos de unos cuantos individuos inmensaextensiones de tierras sin cultivo, per judic la pobla


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DIARIO 4sin alguna para manifestar sus talentos n i para ejercitsus facultades.Las instituciones polticas de las colonias britnicaeran ms favorables que cualesqu iera otras al adelanto dlos estados y al cultivo de la tierra. Muchos de los prmitivos colonos eran hombres que haban ido all guiadpor su amor la libertad de conciencia, que haban Ilvado consigo aquel indmito independiente espritque rechaza toda vigilancia como una opresin, y quformando sus propios consejos provincia es, legislabangobernaban para s y transmitan esos privilegias SUhijos.Por otra parte, no se favorecia el acaparamiento de ltierras; se facilitaba su enajenacin, y como cada persna que obtena una nueva concesin quedaba obligad cultivar cierta proporcin de sus terrenos, la pobiaciaumentaba con tanta rapidez como os medios de subsitencia. Adems, como los gobernadores eran en su mayparte elegidos entre los mismos miembros de las colon iahaba siempre cierto nmero de hombres preparados pael desempeo de tan importantes funciones.De aqu que los Estados de Norte-Amrica, firmesunidos en s u propsito, y preparados con la mejor edcacin (porque, com o para los hombres, hay una educcin para los Estad os) pudieron levantarse despus d


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.42 MARA GRAHAMTo do el sistema d e Espaia respecto las colonia

mientras las tuvo bajo su dominio, fu comercial y npoltico. Los virreyes, despus de terminadas las primeras guerras con los indiienas, no fueron en redidad otrco sa que presidentes de una compaa de monopolistasus propsitos estaban limitados por sus srdid os y mezquinos intereses y el gobierno y ocupacin de Mjicodel Peri no fueron nunca contem plados de otra manerque como medios para hacer fortuna, descuidndose econsecuencia la libertad, la felicidad el inters de 10habitantes.L a pereza y la ignorancia fueron las consecuencias necesarias, y cuando el pueblo s e levant, com o de un sue

o, y proclam6 su independ encia, estaban tan amoldadoal antiguo rgimen de cosas las costumbres ideas de lclase donde por necesidad escogi sus jefes y gobernadores, que estos siguieron por la misma senda. Considerando la posesin del poder simplemente como la posesin del capital de una compaia mercantil, especularoncon l, y con su mezquino trfico, con los monopoliopblicos y privados, y con sus ardides m ercantiles, perjudicaron aI pueblo que gobernaban, excitaron la desconfianza entre los extranjeros y, en muchos casos, se arruinaron ellos mismos.Tal ha sido ltimam ente el caso en Chile y lo mism


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DIARIO 4cesa. Antes, habanse celebrado algunas reuniones prvadas.Los agentes de la Junta Central no haban pasado ela inaccin; pero no s e haba presentado ninguna ocsin pblica para manifestar el sentimiento popular. Eda, sin embargo, fu dado conocer muy claramente,aunque se toler Carrasco que continuase en su puesttodos 13s dems miembros de su gobierno, con excepcidel secretario Reyes, fueron depuestos, aprehendidosdesteirados. Pocos dias despus, el mismo Carrasco fuencarcelado y por aclamacin del pueblo fu elegido cpitn general de Chile el brigadier general Toro, condde la Cm quista.Por ese tiempo, las tropas realistas que haba en Chiconsistan nicamente en los 2.000 hombres que protgian la frontera, aparte de unos 50 dragones destacaden la capital, de los cuales haba ya ganados unos cuatos la causa de la independencia por don BernardO'Higgins, que desempeaba entonces el cargo de cornel en Chillan, su ciudad.Este oficial era hijo de don Ambrosio O'Higgins, maqus de Qsorno, quien lo mand en edad tempranaEuropa, donde residi algunos aos, cinco de los cualpas en Inglaterra en ia Academia de Mr. Hill, en Rchmond, Suney, donde no slo aprendi perfeccijn idioma, sino que tambin se asimil el espritu libre i


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Durante este tiempo, los principales personajes depas haban resuelto un completo cambio de gobierno,el 18 de Septiembre del mismo ao se celebr8 una asamblea, que acord la supresin del empleo de capitn general y cre una Junta que, reconociendo 10sderechode Fernando VI , habra de resistir contra toda autoridaextranjera. El ex-capitn general Toro fu nombrado presidente, y fueron sus colegas Mrquez de la Plata, ehombre ms rico de Chile ; don Francisco Reina, doJuan Enrique Rosales, don Juan Martinez de Rozas y doIgnacio Carrera, secretario de la Junta.

El primer acto de la Junta fu levantar un ejrcito,tal nombre puede darse dos pequeos cuerpos de bisoos reclutas. El primero, de infantera, fu confiado amando de don Jos Santiago Luco, agente de la Junta dla vieja Espaia, y don Juan Jos Carrera, segundo hijde don Ignacio Carrera, y el mando del segundo, quera un cuerpo montado, fu encomendado Toro, hijdel presidente.El otro objeto que la Junta ded ic inmediatament


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DIARIO 4por cuyo motivo se haban desprendido 400 hombres deejercito de la frontera Sur, mandados por don Toms dFigueroa, trasladndose por mar de Talcahuano Valparaiso, desde donde deban dirigirse Mendoza, atravesando a cumbre de los Andes.Haban llegado ya Casablanca, cuando los 50 dragones de la capital salieron encontrar Figueroa, alarmados por las reuniones electorales, instndolo apresurasu marcha, y tomar bajo su mando no slo ellos mimos, sino tambin los reclutas que se estaba instruyendpara el ejrcito patriota, quienes se comprometanasegurar. Figueroa avanz hacia Santiago y ponindosela cabeza de los dragones, que cumplieron su promesa dasegurar los reclutas obIigndoles espada en manoagregrseles, entr i a plaza con el imprudente propsito de dispersar ai pueblo, reunido para elegir sus representantes. Pe ro el pueb lo, que no estaba dispuesto dejarse perturbar en sus propsitos, se volvi contra los relistas, los derrot completamente y los oblig retirarsquedando unas cuarenta personas por cada bando muetas en la plaza. Figueroa s e refugi en el con vento dSa nto Domingo; descubierto al da siguiente, fu conducido la plaza, donde se le fusil. (1)Verificada la e leccin , el congreso s e reuni en JunioEl primer acto de l cuerpo representativo, fu depon er


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46 MARA GR AHAMdiscordia civil que casi arruin la causa patriota. C on cep-cibn, qrie antes haba tenido ciertas pretensiones que sela considerara como capital de Chile, por hallarse en rea-lidad en el centro de sus provincias y estar situada in-mediaciones de una baha de las ms venta josas para elcom erc io, haba s ido tambin la que ms haba irnpui-sado desde un principio la causa revolucionaria. SUhabitantes insistan, en consecuencia, que el gobierno seradicara all y que tambiCn funcionase alli el Congreso.

Los habitantes d e Santiago, que habian disfrutadolargo tiempo de las ventajas consiguientes al estableci-miento de la metrpoli en su ciudad, no estaban por s uparte dispuestos ced er, alegando la seguridad de su si-tuacin, igualmente alejada de los indios y del mar;mientras que Concepcin, por hallarse tan inmediata delos indios araucanos, que podan fcilmente animarse 6invadirla y desolar sus tierras, era demasiado expuestapara que en ella pudicra reunirse el Cuerpo legislativo.La prudencia de Rozas acall el clamor de loshabitantesde Concepcin, y mientras l permaneca en d icha ciudad,se le di por sustituto en el triunvirato ejecutivo donJuan Miguel Benavente.El primer acto de la asamblea legislativa fue abolir laesclavitud. Todos los hijos de los esclavos nacan libres


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DIARIO 4aos un papel importantisimo tanto en Chile como enBueno Airea.Don Jos Miguel Carrera era el segundo hijo d e d oIgnacio Carrera, de una rica familia criolla, que, siendooriginariamente rica, s e enriqueci ms todavi3 durante periodo de ila revolucin, gracias las concesiones y fciles ccmpias que obtuvo don Ignacio de algunas propiedades confiscadas los espaoles & algunas congregaciones religiosas que habian sido suprimidas. Este jovendotado de re evantes prendas personales, de natural inteligencia y de muchas cualidades de clase superiorera turbylento y sin educacin.En s u edad temprana, como los hroes d e las comediasde Molikre, habia apelado toda suerte de mezquinas yoriginales picardas para procurarse el dinero que necesi-taba para sus gastos privados, que no siempre eran muyinocentes, hasta que por fin uno de estos expedienteshizo tanta mella en la fortuna de u n to suyo que era co -merciante en Lima, que don Ignacio, para separarlo d e losmalos compaeros quienes miraba como los seductoresd e su hijo, do mand 5 Espaa, donde ingres al ejrcito.Hay cierta historia de un indio asesinado en defensade su mujer d e su hija qu e sus enemigos repiten en altavoz, y que sus amigos no estn lejos de considerarlaver-dadera y que guarda consonancia con sus actos.Pero en ese t iempo Espaa, ocupada por ejrcitos de


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48 MARA GRAHAMlen en lo de aprovecharse de la labor d e los dems pardominar el pas y levantar su familia un rango hastentonces ah desconocido.Su familia tena una gran infIuencia.Don Ignacio, aunquno era miembro del actual gobierno , conservaba todavgran influjo; Juan Jos era seguiido comandante del pricipal cuerpo de ejercito; su hermana, doa Javiera, damde gran belleza inteligencia, estaba emparentada colas mejores familias de Chile por su prirnero y segundmatrimonio, y el hermano menor, un joven singularmenhermoso, era universalmente estimado por las dulzuras dsus maneras y su trato siempre amable. Con estas ven tzjano encontr Jos Miguel dificultades para provocar la dmisin de LUCOel mando del ejrcito y obtener que sse le nombrara en su lugar.Sus desenvueltas y nobles maneras le conquistaron afecto de los soldados, cuya adhesin confirm con su lberalidad, al mismo tiempo que su entusiasmo y elocuencia le asignaban bastantes partidarios entre la clase melevada.Pero el mando del ejrcito, som etido al congresocompartido con el coronel de artillera y otros oficialque no eran de su familia camarilla, no satisfaca su ambicin. As, pues, comenz sondear las opiniones de lodiversos partidos qu e siempre se producen en poca drevolucin.


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DIARIOraban 6 nombrarle, que toda sospecha pareci disiparsEn la noche del 14 de Noviem bre, cuando Mackennque era comandante de artillera, pas ver Juan Josu cuartel, encontr reunida la familia entera: 10s trhermanos, doa Javiera y el padre; pero ccmo don JuJos parecia estar postrado por la enfermedad, no le soprendi n i la inusitada presencia de don Ignacio enciudad. Jos Miguel acompa Mackenna hasta s u cadici6ndoIe entre risas: Lo que falta es que digan quepadre ha venido la ciudad para ponerse al frente del mvimiento. A la maana siguiente, al romper el da, alamaba la ciudad el llamamiento las armas. Los principles oficiales de artilleria y granaderos fueron arrestadoJuan Jo s quedaba e n la enfermera mientras L u i s s e pna al frente de la artilleria y mandaba dos caones auxilio de su hermano.Jos Miguel dispers el senado y estableci una nueJunta que lo declar su presidente, y todas las oficinas gobierno fueron ocupadas por los Carreras y sus relacnes. Semejante gobierno disgust las provincias, que estaban en inmediato contacto con la capital, porquebien el poder estaba en manos de un hombre de talentera ste de un carcter tan imprudente que nadie podconfiar en l; tan variable de voluntad, que ni l mismsaba muchas veces cules eran sus propias intencionestan amigo del placer, que la ms ligera tentacin lo hac


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50 MAR~AGRAHAMLas Juntas de Vaidivia y Concepcin, en particular

formularon serias quejas; renovse la antigua pretensinde esta ltima ciudad ii ser considerada como l a metrpoli y la guerra civil pareci inevitable. El descontentodel Sur subib tal grado, que Carrera se puso al frente delas tropas y avanz hasta el A4auie fin de reducir Con-cepcin; pero Rozas, que se encontraba todava all, altener noticias de la marcha del ejrcto se adelant en-contrarlo.

** *Una vez en el cuartel general de C arrera, que estaba orillas del rio, con sus prudentes reflexiones indujo al jo -ven general retirarse y evitar por entonces la efusind e sangre. El 12 de Marzo de 1813 regres la capital yvolvi tomar las riendas del gobierno. Los diez y seis

meses de su poder no fueron de ningn provecho para elpas. S u prodigalidad con los soldados aument su nme-ro; pero era este un gasto que un Estado tan nuevo noestaba en situacin de soportar, y de muchos tiles p ro-yectos que form no: leg realizarse cumplidamenteninguno, parte debido su volubilidad y parte la falta


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D I A R I O 5ambos partidos para aprovechar a primera ocasibn favorable que se presentara para restablecer e gobierno realista. A cosecuencia de esta orden, Pareja desembarcen Chile mediados del mismo mes en que Carrera haba hecho su excursibn al Maule. Parece que los realistade Concepcin y Valdivia haban credo que Carrera obraba en conformidad las promesas de adhesin su patido al apoderarse por primer2 vez del gobierno y que sunira con Pareja en cuanto se presentara la oportunidadEn consecuen cia, se declararon abiertamen te por la causrealista. N o haba unin en el bando opuesto, y luegtodo el Sur de Chile estuvo en manos del invasor.Pero aun cuando con su imprudencia favorecieromuchas veces la causa de los realistas, perjudicaron lde los patriotas, los Carreras no eran traidores, por 1menos en es te sentido. inmediatamente marcharon haciel Sur, y principios de Abril los cuarteles generales deejrcito estaban en Talca.

Todos 10s oficiales que en sus disensiones habian encarcelado desterrado fueron llamados de nuevo al servicio. Mackennatuvo el servicio de Intendencia; QH igginmandaba todas Iras tropas del Sur y la milicia nacional-cuerpo utilsimo en es te pas formado de expertos jinetesarmados con lanzas de quince pies de largo.Formaba Ia lnea de defensa el caudaloso y rpidoMaule, cuyos v a d ~ s , o siempre practicables para la caballera, lo son mucho menos para a infantera.


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52 M A R ~ AGRAHAMBuenas, que al principio s e haba presentado favorablelos patriotas.Jos Miguel qued con sus cuarteles en Talca, cincoleguas del ro, mientras que don Luis acampaba con egrueso del ejrcito orillas del Maule. Afortunadamentpara los chilenos, parece que Pareja era hombre de tan

poca capacidad cc m o sus jef es para los asuntos militaresS e empearon numerosas escaramuzas, en las cuales lopatriotas iban ganando generalm ente terren o, hasta que aprincipio d e O ctub re la accin del R ob le, donde la fortunfavoreci O Higgins, arro j al enemigo Chillan y dejolos chilenos dueos del terreno entre el Maule y el Itata

La irregular y anmala conducta de los Carreras habdisgustado muchos chilenos. Su ausencia de la capitdiles tiem po para con spirar en contra de ellos, y su d eposicin se llev cabo tranquila y decorosamente. S e creque la familia de los la Reina fu el centro de la conspracin; pero stos, prudentemente, no tomaron parte eel gobierno nombrando Supremo Director del Estadodon Enrique Lastra i), hombre de indiscutible probiday de muy buen sentido, aunque tardo para procedeque desempeaba entonces el cargo de gobernador dValparaso y comandante de marina, y se intim doJos Miguel Carrera la orden de entregar el mando d


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DIARIO 5sas (1);as, no vacil en entrar en negociaciones con enuevo general espaol Gainza, quien el virrey del Perhaba enviado en reemplazo de Pareja , la muerte de steEl capitn Hillier, de la Phoebe, buque de la armadde SU Majestad Britnica, se constituy en fiador decumplimiento de las condiciones de la paz, cuyos artculos se firmaron en Lircai, cerca de Talca, el 3 de Mayde 1814. S e estipulaba que Chile reconocera la sobemnia de Fernando VII,& la poca de su restauracin; y quemientras tanto, se gobernara con un congreso propiogozara de com ercio libre. Gainza se comprometa poner en iibertad los Carreras y evacuar Chile con sejrcito. Pero mientras los comisionados se encaminaba Lima para som eter estos artculos la consideracin dvirrey, un nuevo cambio de las cosas volva poner loCarreras la cabeza del gobierno.S e dice que la escapada de los hermanos de Chillan sdebe una dama realista qu e los libert de la prisidndoles caballos y dinero para que se fuesen SantiagDisfrazados de campesinos llegaron Santiago princpios de Ag osto, y all fueron de casa en casa, de cuarten cnartel donde tenan conocidos; una vez preparado spartido y ganados la mayor parte de los soldadas, depsieron Lastra y Jos Miguel volvi ser el jefe dEstado (2).


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54 MARiA GRAHAMM arc, el regiiniento de Talaveras, que se ofreci para Chile y reconquistarlo. Con es to ,el virrey cam bi de parecer, y despach un fuerte cuerpo de ejrcito (1) lardenes del general Osorio, qu e zarp del Callao el 18 dJulio, desembarc el 12 de Agosto en Talcahuano y mac h inmediatamente hac ia Santiago. La incapacidad dun gobierno dbii y atolondrado, dice Gibbons, asummuchas veces la apariencia de una traidora com plicidacon el enemigo y produce 10s efectos consiguientes.Y esta coyuntura ofrece una prueba fatal de la exacttud de tal observacin, porque mientras el general O H iggins, que se haba mostrado infatigable en la formacide nuevas tropas y en reducir al orden las antiguas, obstrua y entorpeca la marcha de Osorio y estaba puntde presen tarle batalla inmediaciones de San Fernandorecibi una diputacin de todas las autoridades de Santiago y de las piovincias vecinas que iba pedirle quse pusiera inmediatameete en marcha la capital, parcombatir un enemigo peor que los mismos espaoleen la persona de los Carrera , cuyo yugo era ya intolerable. En consecuencia, de j e l principal cuerpo de ej rcito, que consista en unos 2.000 hombres, para observaal enemigo, y se puso en marcha la ciudad con uno900 hombres.En el llano de Maip, en un punto llamado lo Espejo


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DIARIOMiguel Carrera vohi la ciudad, O'Higgins marcsobre Rancagua, donde haba llegado el enemigo, Y JuJos, 6 la cabeza de u n numeroso cuerpo de ejrciqued de seguirlo y juntarse con 61.Pero O'Higgins sufri una decepcibn: nunca llegarlas tropas de Carrera. Acorralad o en Rancagua, sostudurante cuarenta y ocho horas una lucha incesante, restiendo calle por caIle, casa por casa, los espaoles, qno daban cuartei. Al caer la tarde del segundo dia, OSrio mand una comisin donde O'Higgins ofrecerlems de las seguridades personales, el favor del rey sirenda. Rechaz con indignacin la oferta, diciendo queel cielo le aceptara al rey y que, aunque 1daba cuarteno lo pedia. Una hora despus la ciudad ardia en difrentes puntos (1). "NOSodearon-dice el general (2)con l a muerte y el incendio, todo se veia rojo y negt i nuestro alrededor. En esta em ergencia, tom mi bandra, que el enemigo atraves de un balazo, y habiendllegado el fuego y la casa donde sosteniamos la lucha,agotadas ya las municiones, nos abrimos paso, espada emano, en medio de los enemigos que rodeaban la casy seguimos viaje la capital."

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56 M R GRAHAMte para d errota r Os or io, que haba perdido mucha gente, y sollvar la capital. Pero parece que el pnico se habapoderado de todo el gobierno. Carrera di orden aprsuradamente de destruir varios edificios piiblicos, pricipalmente el polvorn; se quemaron todos los papelpiiblicos y actas del nuevo gobierno, y tomando consiglos restos del tesoro pblico, emprendi una desordenda iuga hacia Mendcza el 1." de Octubre de 1814.El 5 del mismo mes, entr Qsorio la ciudad, restbleciendo la sala de la real Audiencia, nombrndose cpitn general iniciando sus funciones con el severo catigo de los patriotas ms distinguidos, muchos de lcuales mand desterrados Juan Fernndez.Por es te mismo tiempo, algunos de los que haban sidms hoztiles la causa realista buscaron su salvacin ela fuga y se agregaron los 600 hombres que seguanCarrera travs de los Andes. La estacin estaba muatrasada, las nieves no se habian derretido todavia,muchas de las 2.000 personas que dejaron la ciudad, epecialm ente las mujeres y los nios, perecieron en la c u mbre de hambre y de fro.N o era tiempo todava para que pudiesen atravesarlos caballos y bestias de carga; de manera que los desdchados fugitivos tuvieron que hacer pie el largo y pen


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DIARIO 5ellos , que al cabo origin la muerte de 10s tres hermano

Tales fueron los sucesos que CaraCter~ZarOn la Prim erevolucin de Chile, en la cual se hizo mucho, porque srompieron 10s moldes de los viejos sistemas, y el pueblaprendi en cierto modo conocer SU poder; habiasdado cuenta tambin de que no podra sentirse 5, salvo dinvasiones de las tropas de Lima y aun de las de Espasi no dirigia su atencin ia marina y formaba una fuerznaval.Hasta entonces slo haba contado con dos 6 tres mserables caoneras y lanchas, que haban servido iinicmente para transmitir las noticias instrucciones por costa y para mantener la correspondencia con los patritas del Per.El gobierno de Osorio dur dos aos, durante lcuales los Carreras, con su hermana doa Javiera y sumujeres, haban vivido ocasionalm ente en Buenos AireMontevideo, etc. Jos Miguel habiase dirigido NortAmrica para tratar de conseguir recursos y adquiralgunos buques: O'Higgins serv a en el ejercito patrioen Buenos Aires y Mackenna haba sido muerto en duepor Luis Carrera.Pero no bastaba ya la mera posesin del gobierno poun general espaol para someter Chile al yugo dEspaa. Aparte de los deseos de independencia y dlibertarse de su doble esclavitud, porque eso equival


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5 8 MARiA CRAHAMgado, no fu muy tranquilo en Santiago; y como el aflictivo estado de Espaa le impeda socorrer 5 sus generalede las co lonias, aqul se encontr d e lo ms mal preparadopara afrontar los sucesos de la primera poca del ao1817, que import para la corona de Espaa ]la prdiddefinitiva de Ch ile. El estado del pas era, por Po demsaiserable. ,En toda p x a han sido terribles para a humanidadlios efectos de la guerra civil. Y sta era, la vez, unaguerra civil y extranjera. En uno y otro bando han combatido hijos del mismo .pais, con soldados y generaleextranjeros. Muchos de los soldados licenciados habanformado bandas de ladrones y asesinos que infestaban lomontes por doquiera entre Santiago y Concepcin, sinque estuviese exento tampoco el camino Valparaso.Los regimientos Chillan y Talaveras fueron fraccion adoen destacanentos que deban recorrer por turno el pasy s i era posible, prender y conducir la ciudad lojadrones, ocupacin demasiado fatigosa para ellos y querespondia muy mal su destino. En cualquier otro pascon otro clima, el hambre habra sido l a consecuencianatural de estas revueltas; pero, entretanto, Chile continuaba produciendo sus grandes cosechas de trigo, com osi fuera cosa espontnea, y abasteciendo al PerU.Buenos Aires, ba jo sus diversos gobernadores y formas


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DIARIOacogidos, sino que s e hizo un gran esfuerzo para restararlos su pais y para ayudarlos sacudir una vez mel yugo de Espaa.Haba adems un pod eroso motivo para tal esfuerzLOS pasos travs d e los A nd es chilenos son fcilescortos, mientras que los del Per son distantes y difcild e modo que mientras las tropas re a h ta s dominaranChile, e virrey de1 Per podra siempre socorrer lespaoles de allende los Andes y comunicarse con ellpor m edio del puerto d e Valparaiso. Por consiguiener a de la mayor importancia para Buenos A ires cortesta comunicacin.Con este propsito, los ltimos das del ao 1816emplearon en reclutar un ejrcito en Mendoza bajo lrdenes del general D. ose de San Martn. A mslos chilenos que haban huido despus de la accin Rancagua y de muchos otros de ese lado de los Andehabia algunas tropas de Buenos Aires, especialmente dregimientos de negros que fueron colocados bajo las imediatas rdenes del general D. Bernardo de O'Higgins.E l general Las Heras mandaba tambin un considerble cuerpo d e ejrcito; y el total del ejrcito de los Ade s llegaba unos 4.000 hombres ms menos.Mientras San Martn se consagraba preparar en Medoza la invasin de Chile, di ocasin varias veces qu


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60 MARiA GRAHAMCon tales datos, se acuartel en ese punto la mayo

parte de las tropas realistas para que estuviesen listapara recibirlo. Efectivamente, una pequea divisin,las rdenes del general D.Ramn Freire, emprendi lmarcha por ese lado y otra pequea divisin sigui poel acostumbrado camino de la cumbre, mientras el grueso del ejrcito se internaba por el paso de SanJuan dlos Patos guardando un sigilo tan absoluto, que su totalidad logr atravesar la cord illera y llegar los llanos dChacabuco antes de que el enemigo supiese que habapartido de Mendoza. El 14 de Febrero de 1814, cuandtodo el mundo esperaba oir hablar de la invasin porSur, se recibi en Santiago la inesperada noticia de quuna partida d e patriotas haba sorprendido la guarncin de los Andes, unas quince leguas de la villa dSanta Rosa y que slo habian librado unos 30 hombrepara traer las noticias.La guarnicin de los Patos di aviso tambin de quel enemigo haba sido avistado en aquel paso. La capitfu presa al instante de la mayor agitacin: el gobernadoM arc, junto con el cabildo, daba rdenes y con tra rdnes, nombraba oficiales y los cam biaba, y todo parecque eran preparativos para la fuga. El da 5 s e despachal coronel Quintanilla para que fuese reforzar las tropaque se hallaban estacionad as en Aconcagua, Santa Ros


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DIARIOmn, y si hubiesen obtenido la victoria las tropas Marc, habria quedado franqueada la comunicacin en10s ejrcitos realistas y se hubiesen originado las ms dsastrosas consecuencias.En la madrugada del 12, el general QHiggins logver el llano desde la cumbre de un cerro, y distinguienemigo, cuyo numero apreci muy aproximadam ente 3.000 hombres (1). San Martn no poda creer que fusen tan numerosos; pero, QHiggins, seguro de 10 qhaba visto, persuadi Soler que lo acompaar1pedirle permiso para hacer en seguida frente al enemien favorables condiciones, aun cuando no era s u divisila sealada para el ataque: rep etidos rechazos no lo hicron desistir de su propsito, hasta que el ca bo logr mbien arrancar el permiso que ganar el asentimiento de SMartn, y como las tres de la tarde emprendi el ataquLos patriotas se vieron en un principio tan acosadque como eran apenas el puado que formaban la visin particular de O H ig gin s, tuvieron que mandarbusca de refuerzos; pero no los esperaron, y antesque les llegaran se les haban hecho innecesarios. OHgins se lanz la carga y rompi la primera lnea, todhuyeron y los patriotas quedaron:dueos, no slocampo sino de los bagajes, municipales, etc., desbanddose los realistas en todas direcciones encabezados p


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62 MARfA GRAHAMmarchaban por la Cuesta de Prado, otros por los desfilderos de Esp ejo y varios por el camino d e M elipiila, todoafluan hacia el mar. En la tarde del 13 la confusin spropag6 Vaiparaso, donde apenas s i encontraron cabida en los buques atestados de gente los oficiales de graduacin cuando all llegaron. Todos los magistrados shallaban embarcados, el puerto estaba abandonado; evarios puntos el populacho saqueaba las casas y la playestaba cubierta de gente que pugnaba en vano por embarcarse en los buques.

Dos mil onzas de oro y plata que pertenecan al tesorse perdieron s e las robaron; los presos se haban escapado y apuntaban los caones de las bateras sobre lorealistas. Nueve buques llenos de fugitivos zarparon parel Per; pero como salieran escasos de agua, entraronCoquim bo, donde los patriotas les hicieron fuego contrlos botes; entonces continuaron para Muasco, y all descubrieron que en la precipitacin de la partida habandejado atrs su jefe, Marco, creyendo 10s de cada buque que ira en el de ms atrs. Con motivo de este descubrimiento, tom el comando D.Manuel Olaguer Zeliny la flotilla prosigui en saivo hasta el Callao.Los patriotas marcharon en seguida sobre Santiagodonde se les juntaron todos sus amigos y los que creye


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DIARIO 6consiguiente, la creacin d e una fuerza naval.Desde h a ctiempo hallbase esta blecido en Chile un francs, el captn Tortel, que antes habia sido corsario y contrabandisten graiide escala, y comandado de u n navo d e guerra.Era riaturai de Toln, y tenia los sentimientos y princpios de 10s mejores y ms primitivos republicanos franceses. Suyas eran las dos lanchas que, durante el primegobierno patriota, haban prestado tan buenos serviciotransmitiendo las instrucciones por la costa, y ahora, qulo haban nombrado capitn de puerto, empeabase eformar una pequea escuadra afrontando increbles difcultades. S e mand algunas personas con poderes parcomprar dos fragatas en Norte Amrica, y los agentes dlos patriotas en Inglaterra recibieron orden de contrataoficiales y comprar buques all.Pero el principal objetivo, incuestionablemente, erreconquistar la parte Su r d e Chile, y en consecuencia, enel mes de Mayo de 3817, sea dos meses despus de laccin d e Ch acabuco, O'Higgins asumi el mando deejrcito del Sur, poniendo el gobierno en manos d e trecomisionados. Habiendose suscitado entre ellos algunadivergencias y dificultades, se nombr diputado-directo D. uis Cruz (1). Al cabo de po co tiempo gran parte dla provincia y la ciudad de Concepcin estaban reducidas; pero principios de 1818 lleg Talcahuano un considerabie refuerzo procedente de Lima, las rdenes de


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64 MARA CRAHAMle sali al encuentro San Martn al frente de las tropapatriotas, sobre las cuales obtuvo la ms completa victoria, dispersando los chilenos hiriendo $ OWigginque inmediatamente regres la capital, donde todo edarma. Mujeres y nios volvieron arrancar, atravesandla cordillera para llegar Mendoaa, lo mismo que dep u s de la batalla de Rancagua (1).Pero el director se dedic con todo empeo reparel mal; inmediatamente se despacharon vestido s, provisines y dinero para el ejrcito. Muchas familias donaron svajilla para que fuera acuada; los comerciantes extranjros contribuyeron con sus m ercad erias, su dinero ycrdito, de modo que el 5 de Abril el ejrcito chilenmandado por los generales San Martn y Balcarce y locoroneles La s Heras, Freire y otros, volvi interceptar Osorio cu avance Santiago. A un da de camino desta ciudad, en l o s llanos del Sur, llamados de Espejo, pele l a batalla de Maip, y jams se ha visto una acc ims decisiva.Del ejrcito de Oso rio, 2.000 hombres quedaron muetos en el campo de batalla; 2.500 cayeron prisioneros,mis de 190 oficiales; la artillera, la ambulancia y eI paqiie, todo cay en manos de los chilenos; slo escapOsorio con 200 jinetes.Esta victoria fu celebrada con justicia COMO la mayy la ms completa que se haba ganado durante el dilat


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DIARIOal general San Mslan como el hroe deMaipU, las que tomaron parte en esas baconsiguiente, fueron testigos oculares de su conducta, spermitan dudar de SU va or personal. En Chacabuco apen a se le vi6 en el campo de accin.En bjaipii el general Balcarce, los coroneles Las Heray Freire y otros fueron los que llamaron la atencin d e losoldados que sdo vinieron 4 recordar San Martn cuand o aparecib al mando de las t r o p a victoriosas despude la accin. Sin embargo, se le decretaron pirmidescintas y medallas, y ?a gloria del general era demasiadgrande para consentir en fastidiosas averiguaciones.Las fuerzas de ambos bandos no eran numerosas; comya lo hemos dicho, las de Osorio suban poco ms d5.030 hom bres, pero consistan principalmente de tropaagtierridas y disciplinadas, mientras que el ejrcito chileno estaba totalmente formado de bisoos reclutas y dmilicianos armados iinicamente con lanzas d e indios; Sniimero era d e 4.500 infantes y 2.500 hombres de caballo, con 20 piezas de artifleria.Despus d e la relacin d e victoria semejante, da penanotar el rgico succso que tuvo lugar en Mendoza caen es e mismo tiempo. L a tentativa d e los Carreras paapoderarse d e esa ciudad, cuando su retirada de Chilen 1814, no la habia olvidado ni la perdonaba San Matin, que estaba entonces d e gobernador; por otra part


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66 MARfA GRAHAMgracia podan esperar del gobernador miIitar, intentaroescaparse ms de una vez.La joven y amable esposa de Juan Jo s acompaabasu marido y vendi cuanta prenda d e valor tena para poderle procurar l a s cosas ms indispensables en su prisinse tendr u n a idea de sus sufrimientos cuando se sepque habindola mandado de regalo un amigo una fanegd e trigo , ella s e fu inmediatamente la plaza del mercado p blico venderla para ob tener con qu compraalgunas cosas para su marido; un zapatero quien antehaba ocupado, la vi en la plaza, impresionado por suinfortunio Ia 1Iev descansar su casa, mientras el colocaba el trigo de la manera ms ven tajosa que s e podiay con el precio que se obtuvo subsistieron ella y su marido casi hasta que acaeci la prematura muerte de steEntretanto, una comisin haba estado funcionando conel objeto de tomar conocimiento de los cr menes de losCarreras.H e eido atentamente el informe que di8 i uz; el principal capitulo consiste en SU tentativa para escapar de laprisin; que en cuanto lo de haber sido miembros degobierno de Chile y de haber tratado de recobrar suanterior influencia, los tiempos de guerra civil dejan abierto un campo tan vasto todos los aventureros, que nin-g n cabecilla afortunado deja traslucir sus recelos al cas-


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D IARIO 67mente, as murieron. Su muerte excit la compasin paraellos y el temor para con el partido que tan prfidamentabusaba del poder, temor que despus se ha convertidoen un profundo horror para algiino de SUS individuosHay que confesar que tanta severidad fu intil; y en logobiernos la severidad intil es siempre criminal.

L a autoridad se les confiere para que puedan aumentar y resguardar la felicidad de la comunidad con la menor restriccijn posible d e la libertad de la felicidad delos individuos. P ero mientras se desarrollaba Ia lucha pola independencia, los nuevos gobernadores sintironse tanembriagados por el poder, que con el nombre d e libertaden los labios opriman y asesinaban, y cuando satisfacanas sus bajas pasiones personales llamaban eso sus deberes pblicos.N o eran los Carreras buenos ni tiles ciudadanos; perlos dos que acababan d e ser ajusticiados eran, por lo menos, inofensivos, y s e les poda haber dejad o respirar consus familias, en otro clima donde no hubiesen podidtratar ni con ios soldados ni con los gobernadores dChile.Mientras tanto, los espao es haban bloqueado epuerto d e Valparaso con la fragata Esmeralda, d ecacnes, y e bergantin Potrillo; pero como el gobiern


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68 MAR ~ AGRAHAMEste triste suceso, que import para Chile la prdidade un oficial inteligente y activo, junto con la confusinocasionada por haber comenzado incendiarse la Esme

ralda, obligaron la Lautaro retirarse sin sus presaseue escaparon; pero el puerto qued libre del bloqueoEsta corta, pero brillante acc in , levant el espritu dPos chilenos al mas alto grado, por lo cual redoblaron suesfuerzos para conseguir dinero con que comprar y equipar una escuadra.Impuestos, em prestitos voluntarios, suscripciones, todo se recurri, y todos fueron cubiertos gustosamentpara lograr el gran objetivo. Alistronse con el mismfin varios corsarios, que sirvieron por lo menos parltransmitir noticias de los movimientos del enemigo. Percomo se notara que el estimulo de los corsmios dificultaba la tripulacin de los buques de guerra regulares, spublic una orden para que licenciaran su marineravolvieran al comercio en Agosto. De este mes datan tambin las primeras disposiciones sobre el rango de looficiales y los primeros nombramientos navales, siendalmirante don Manuel Blanco Encalada, oficial de artilleria, que muchos aos antes habia servido de guardia-mrina en la armada espaola; y asi, con pocas excepcionefueron calificados los dems oficiales, sin tomar gran coen cuenta su preparacin anterior para el servicio.


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DIARIO 692.000 hombres, las 6rdenes d e don Francisco del Hoyodestinadas 5 reforzar al virrey del Per. La tripulacin6 ms bien dicho, los soldados que iban bordo del 7rn idad , uno de los transportes, se amotinaron contra SUoficiales, apod erronse del buque, y lo condujeron Buenos Aires, donde se juntaron los patriotas, y les dieroinformes sobre las fuerzas de los restantes y su destinal Sur de Chile.Inmediatamente se despach un correo por los A ndeelgobierno tom sus medidas en consonancia, y redoblados los esfuerzos para que la escuadra se hiciera mar, el 9 de O ctubre zarpaba en busca del enemigo. Lfuerza consistia del S a n M ar tin, con 64 caones, comadado por el capitn Wilkinson, y que llevaba la insigndel amirante Blanco, el Lautaro, con 54 caones, comadado por el capitn Worcester, que fu dueo de ucorsario americano durante la ltima guerra, y qde vinoChile por especulaciones mercantiles; la corbeta Chacbuco, de 20 caones, al mando de don Francisco Diaoficial de artilleria; el bergantn Araucano, de 18 canes, capitn Morris; y el Pueyrredon, capitn VzqueEl 28 del mismo mes la escuadra avist la Maria Isbel y los transportes en la bahia de Talcahuano, ba jo abrigo del fuerte, que contena cuatro piezas de campa, cuatro de una libra y otros tres caones del mism


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70 MARA GRAHAMpatriotas llegaron la baha con cerca de 1.000 hombresLOS spaoles hicieron una defensa honrosa para ellos,cuando la Mara Isabel fu obligada arriar, corriponerse bajo las bateras de las costa, que trataron d e protegerla , pero que eran demasiado dbiles para el efecto ,al siguiente da fu apresada Este fu un verdadero triunfo para el pueblo de Chile. No slo haban reducido epoder del enem igo, sino que haban ganado para su escuadra un buque, inferior ninguno de los de su claseadmirable velero, ampliamente provisto de toda clase dpertrechos. Por esta misma poca habia doblado el Cabde Hornos el bergantn Intr ip ido, de Buenos Aires, quvenia auxiliar la escuadra de los chilenos; pero que nIleg hasta el 11 de Noviembre, el mismo da en que erapresado uno de los transportes que iba en viaje Limy antes de que los buques llegaran Valparaso fu capturado el Helena, otro de los transportes del mismconvoy.D e los nueve transportes que zarparon de Cdiz, unoel Trinidad, se qued en Buenos Aires, siete fueron capturados por los chilenos y del otro no se volvi sabems. Nunca fu flota alguna ms bien venida las costade Chile como lo fuera su regreso la escuadra del Suel 17 de Noviembre; con eila se resolvi apresurar loplanes tanto tiempo meditados para llevar la guerra fuer


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DIAR IO 7 bordo al capitn Guise, de la armada inglesa, que abrgaba la esperanza de obten er el comando de las fuerznavales del pas; y junto con l haba cierto nmero dallegados, que estaban tan interesados que asi fuera, quparecan considerar que le corresponda de derecho, y eparte haban logrado persuadirlo pensar la misma cosEl capitn Forster, de la armada britnica, haba Ilegdo Chile con iguales esperanzas y las mismas fantsticpretensiones; esto s e juntaba que con eI resultado d e ltima expedicin, ni el capitn Wilkinson ni el capitWorcester se sintieran dispuestos someterse ningoficial de menor graduacin en el servicio de C hile. O cioSO seria inquirir adnde habran ido parar estas disptas si no hubiesen sido acalladas, lo menos por el mmento, con la llegada de uno de los ms hbiles oficialque hasta entonces hubiera producido la Inglaterra.

** *Por una de aquellas singulares coincidencias que npodian haber anticipado ni las ms favorables expectativas para Chile, los agentes del gobierno, que tenainstrucciones de conseguir el concurso de algn expert


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72 MARA GRAHAMtodas las slidas ventajas y los atractivos de la educaciny su trato, singularmente caba lleresco y cor ts, qu e velaba la par que adornaba la resolucin de su carcter, parecan admirablemente calcu lados para conciliar todas lasopiniones (1).Lleg con su familia el 29 de Noviembre bordo deuna pequea embarcacin llamada la Rosa, y bu6 recibidocon la mayor alegra por ei Director, que vino de Santiago Valparaso para darle la bienvenida.El 9 de Diciembre s e le di la Mara Isabel el nombre de OHiggins, y qued acordad o que Ic seria ofrecid lord Cochrane; pero ste no iz su insignia bordo dela nave hasta el da 22.

En el entretanto, habanse desarrollado diversas treta intriguillas entre los oficiales que haba ya establecidoen Chile, que antes que tener la cabeza un hombretan superior todos ellos, atemorizados quizs de quno hese ponerlos en un disparadero, trataron de concertar una esp ecie de comando d ividido, deseand o, segndecan, de tener: dos comodoros y no Cochrane soloEste no era slo el clamor de los oficiales inglesessino que estaban ganados tambin algunos de los gobernantes inferiores, en quienes no e ra difcil excitar lenvidia contra un noble extranjero; pero el almirantBlanco, que era el nico oficial cuyo rango inter


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DIARIOdar 5 conocer el estado del gobierno civil, ser& necesarvolver unos cuantos meses atrs.Al ser nombrado por primera vez e Director, todlos poderes, tanto el Legislativo como el Ejecutivo, concentraron necesariamente en l. Jam s monarca algues , por el momento, tan absoluto como un caudillo milirecientemente victorioso, especialmente en la causa deindependencia, porque dispone la vez del poder deopinin y del poder de su espada.

Le premier qui u t Roi , fu t un So lda t heureux.Pero s e hizo necesario pensar en dar al pas una espede Constitucin. En consecuencia, el Director nombuna comisin encargada de formular un proyecto de gbierno provisional que servira hasta que las circun stcias permitieran convocar u n Congreso representativEn cuanto qued formulado, en cada parroquia se abun libro donde todo jefe de familia todo hombre qtuviese medios para vivir con su trabajo y que no se hllase acusado por ningn delito ante las Cortes de Juscia , tena derecho para estampar su asentimiento sentimiento, en p resencia del cura , del juez y del escbano; Ia mayora de los votos decidi la aprobacin la Canstitucin provisora, que fu jurada solemnemeel 2? de Octubre.


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74 MARiA GRAHAMDon Juan Agustn, alcalde, yDon Jos Mara Rozas.Cada uno de ellos tena un suplente para los casos denfermedad 6 ausencia.Los primeros trabajos del senado, se dirigieron naturalmente' al mejoramiento de las finanzas, que, pesad e la carencia total d e 10s conocimientos y principios d

la economa poltica , adelantaron considerablementeEntonces se dirigi su atencin al establecimiento de escuelas, la reparacon de las obras pblicas y la construccin de otras nuevas, principalmente el canal dMaip, que conduce las aguas de este ro un alto nivecon el objeto de irrigar una inmensa llanura, antes esteril, y que slo serva de campamento los ladrones,para dar agua toda clase de mejoras (1).Estas obras tenan la ventaja d e dar ocupacin lonumerosos prisioneros d e guerra, cuya subsistencia habrsid o d e otro modo una pesada carga para el Estado,cuyo tratamiento era tal, cuando as no se les ocupabaque la humanidad habra preferido correr un velo sobrl. Pero como los espaoles haban dado terribles ejemplos, no es de maravillarse que las naciones que ellohaban oprimido les aplicaran veces la pena del talinEl general San Martn, entretanto, haba visitadoBuenos Aires, pero resida la mayor parte del tiempo en


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DIARIO 7moda todos los gustos, as los de un refinado cortesno como los de un payaso vulgar, y un gran poder dfingimiento. Es uno d e aquellos de quienes Bacon diceH ay quienes saben ernpandillar los naipes y no puedejugar bien ; as tambin hay quienes sobresalen en las intrigas y divisiones, pero que fuera de ah no valen nada.Su ecre tario, Monteagudo, tiene d e comn con l muchacualidades; pero los defectos del je fe los tiene ms exagerados, y , sin duda alguna, es superior al mismo SaMarth en su insensible crueldad.Pero su perspicacia es asombrosa: es perfecto en C Onocer el carcter de los hombres, quienes maneja posu lado flaco; su elocuencia sirvi bastante la buencausa, por msque en varias ocasiones sus proclamasdocumentos de Estado estn saturados de ese giro bornbstico que en general se reprocha los espaoles, y que n realidad, es muy notable e n la ribera occidental dAtlntico.La llaneza, el sencillo buen sentido, la honradez y rectos sentimientos de OHiggins, no siempre podan parearse con los talentos ms variados de San Martin; adems, era OHggins muy propenso descansar e n la honradez de los dems, que l juzgaba por la rectitud d e supropias intenciones.ES d e extraar qu e, con aquella natural honradezrectitud que lo guiaban, haya podido ser inducido 5 ad


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76 MARfA GRAHAMdoza para poder vivir; pero en 1817 volvi acompaaal ejrcito de los Andes y reapareci en su propia posicin.Zenteno ha ledo un poco ms que lc que cs de usentre sus conciudad anos,y piensa ese po co ms; com o SaMartn, dignifica con ei nombre de filosofa el escepticismo en religin, el relajam iento en moral y ia frialdad,no crueldad, de corazn; y si bien no dejaria de mostracierta ostensible sensibilidad por la suerte de un gusanosera capaz de juzgar la muerte la tortura de un advesario poltico como un motivo de congratulacin.y sentencioso y tiene mucho de la argucia y sagacidaatribuidas comnmente su primera profesin, pasa pohombre muy capaz.Tales era-i los personajes principales con quienes tuvque entenderse lord Cochrane su llegada ChilOHiggins era sincero, y de San Martn puede decirsque, com o lord Angelo, una conven iente sinceridad rga sus actos hasta que divisaba... la posibilidad dejercer el poder absoluto en el rico pas del Per. Perlos sucesos hablarn por si solos. Po r ahora, de lo que strata, es de la historia de Chiie durante la primera pardel ao 1819.La escuadra de Ch ile consista entnces de la OHi

Su trato es fro; pero com o siempre se manifiesta grav


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DIARIOAhora los chilenos vean sus buques que salan

atacarlo, y un sentimiento de temor de su pro pia osads e mezclaba sus esperanzas. Pocos meses antes, cuanhaba estado bloquead o el puerto, todo s sus deseos limitaban verse libres de los buques enemigos; pelas situaciones haban cambiado, su puerto era ahorainviolable, y sus buques los que iban atacar la ciuddela del enemigo.N o es de extraarse, pues, que s e prestara odos damente todo rumor y que toda vela extranjera que tjera buenas nuevas de la escuadra fuese recibida con sia; al cabo llegaron, sin em bargo, despachos verdaderque se publicaron en una serie de gacetas extraordirias como los ms importantes documentos que hubiesjams llegado Chile. La flota habia sido tripulada prcipalmente con nacionales, muchos de los cuales ehiiasos de las montaas; A bordo de toda la escuadra ba unos trescie

diario de residencia en chile, maria graham

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