dios no vive en templos construidos por hombres (armando h. toledo)

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Armando H. Toledo IN DUDA, EL APÓSTOL PABLO estaba familiarizado con los templos de Atenea, pues estos se hallaban en muchas de las ciudades que él visitó en sus viajes misionales. Atenea era conocida no solo como la diosa de la guerra y la sabiduría, sino también de la artesanía y los oficios en general durante tiempos de paz. El templo más famoso de Atenea era el Partenón, ubicado en Atenas, ciudad llamada así en honor de esta diosa. El Partenón era considerado uno de los templos más importantes del mundo antiguo, y en él se hallaba una estatua de Atenea hecha de oro y marfil que media 12 metros. Cuando Pablo visitó Atenas, este templo de mármol blanco ya había sido el lugar más prominente de la ciudad durante unos quinientos años. Con el Partenón a la vista, Pablo predicó a un grupo de atenienses acerca del Dios que no mora en templos hechos por la mano del hombre. 1 Puede que la majestuosidad de los templos de Atenea y la grandeza de sus ídolos hicieran que la diosa pareciera más impresionante para algunos de sus creyentes que un Dios invisible al que no conocían. Pero el apóstol recalcó que “no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.” 2 Los dioses y diosas como Atenea, cuya gloria ha dependido de templos y estatuas, han aparecido y desaparecido a lo largo de la historia. La estatua de Atenea desapareció del Partenón en el siglo V d. C., y solo quedan los restos de algunos de sus templos. ¿Quiénes acuden hoy a Atenea en busca de sabiduría y orientación? Es muy diferente en el caso del “Dios eterno”, a quien ningún hombre ha visto jamás”. 3 Los hijos de Coré escribieron: “Este Dios es nuestro Dios eterno. ¡Él nos guiará para siempre!” 4 Y una manera de disfrutar de la guía de la Divinidad es estudiando su Palabra, la Biblia, y poniendo en práctica su consejo. Por eso, los estudiantes de la UCLi (Universidad Libre para Cristo), nos reunimos semanalmente para estudiar con profundidad las Sagradas Escrituras y encontrar la guía que necesitamos para sobrevivir moralmente en este mundo turbulento, en el que el conocimiento exacto de Dios es un bien cada vez más escaso. ■ “Por una fe inteligente…” 1 Ver Hechos 17:23, 24. 2 Ibíd. 17:29 3 Romanos 16:26; 1ª Juan 4:12. 4 Salmos 48:14. S

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Con el Partenón a la vista, Pablo predicó a un grupo de atenienses acerca del Dios que no mora en templos hechos por la mano del hombre. Puede que la majestuosidad de los templos de Atenea y la grandeza de sus ídolos hicieran que la diosa pareciera más impresionante para algunos de sus creyentes que un Dios invisible al que no conocían. Pero el apóstol recalcó que “no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.”

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Page 1: Dios no vive en templos construidos por hombres (Armando H. Toledo)

Armando H. Toledo

IN DUDA, EL APÓSTOL PABLO estaba familiarizado con los templos de Atenea, pues estos se hallaban en muchas de las ciudades que él visitó en sus viajes misionales.

Atenea era conocida no solo como la diosa de la guerra y la sabiduría, sino también de la artesanía y los oficios en general durante tiempos de paz. El templo más famoso de Atenea era el Partenón, ubicado en Atenas, ciudad llamada así en honor de esta diosa. El Partenón era considerado uno de los templos más importantes del mundo antiguo, y en él se hallaba una estatua

de Atenea hecha de oro y marfil que media 12 metros. Cuando Pablo visitó Atenas, este templo de mármol blanco ya había sido el lugar más prominente de la ciudad durante unos quinientos años. Con el Partenón a la vista, Pablo predicó a un grupo de atenienses acerca del Dios que no mora en templos hechos por la mano del hombre.1 Puede que la majestuosidad de los templos de Atenea y la grandeza de sus ídolos hicieran que la diosa pareciera más impresionante para algunos de sus creyentes que un Dios invisible al que no conocían. Pero el apóstol recalcó que “no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.”2 Los dioses y diosas como Atenea, cuya gloria ha dependido de templos y estatuas, han aparecido y desaparecido a lo largo de la historia. La estatua de Atenea desapareció del Partenón en el siglo V d. C., y solo quedan los restos de algunos de sus templos. ¿Quiénes acuden hoy a Atenea en busca de sabiduría y orientación?

Es muy diferente en el caso del “Dios eterno”, a quien ningún hombre ha visto jamás”.3 Los hijos de Coré escribieron: “Este Dios es nuestro Dios eterno. ¡Él nos guiará para siempre!”4

Y una manera de disfrutar de la guía de la Divinidad es estudiando su Palabra, la Biblia, y poniendo en práctica su consejo. Por eso, los estudiantes de la UCLi (Universidad Libre para Cristo), nos reunimos semanalmente para estudiar con profundidad las Sagradas Escrituras y encontrar la guía que necesitamos para sobrevivir moralmente en este mundo turbulento, en el que el conocimiento exacto de Dios es un bien cada vez más escaso. ■ “Por una fe inteligente…”

1 Ver Hechos 17:23, 24. 2 Ibíd. 17:29 3 Romanos 16:26; 1ª Juan 4:12. 4 Salmos 48:14.

S