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iI/ III. DECADENCIA Y COLAPSO DE LA CIVILIZACI6N
MAYA
Vanas de los reyes las ambiciones son,
si can lraleos y casas muerlas anhelan
tras de elias un nombre inmorlal dejar:
pues mallas lejen que s610 at vienlo atrapan.
JOliN WEBSTER (l1580?-,16113?)
LLECA POULLA A LA COLM ENA MAYA
KIPLING, en su Actions and Reactions induy(') lIna pequefia parabola
que llam6 "La colmena madre". En ella cuellta la degeneraci6n fisica
y moral de un colmenar: A el llega un dla la polilla de panal y las
abejas obreras empiezan a poneI' huevos. Sllrgell entonces extrafias for
mas y su nlunero se muhiplica; las obreras VlVenes se niegan al
y comienzan a construir celdillas circulares; por alglll1 tiempo eJ
no tiene reina. Finalmente, el apicultor y SII hijo abren la colmena y
destruyen todo 10 que hay dentl'o, menos 1I1las (U<lllt:lS abejas laborio
sas que escapan a una rama vecina y alli de nuevo (ollIienzan a tra
bajar.
" 'jVamos, esto no es un pana!! Es lin IlIlIseo de curiosidades', ex
clarno Ia otra voz, detras del velo. Era cl apicultor que asi hablaba a
su hijo. 'Padre -dijo este- ~vas a arroiar ];1 culpa sobre elias? Fs que
la polilla ha introducido la corrnpci('J11 pOl dO!Jllier.', . Replid, CII
tonres cl apicultor: ',No estas conhllldiendo ;!caso, hijo l11io, cl tJOsl
h()(: (011 el jno/)ln' hoc? La polilla de 1111 pall;d s{)lo s{' ~ak COli la suya
eHando ha tcnido paso franco poria dchilidad de las
Kiplin~ esta alc~oria a Ia IlIgblcrra del rcy Eduardo. Para
aillor Ia callsa de la d{'sillte~ra(i('JIl lIloral ('slab;1 {'ilia
ILj
...... ~ ~
l.LEG.\ I'OI.IU.A A LA COLMJ<:NA MAYA
; eI rCllledio, en la emigraei6n. Con todo, la pad bola se puede
~ apliear a cualquier cultura -la maya inclusivc- en proceso de dege
neracion.
I En efeeto, las extrafias desigualdades y las celdillas de ex6tica forma
de la colmena maya se perciben facilmente, como facilmente se perci
ben sus panales perforados porIa intrusi{m de la polilla. Solo conje
tmas podemos formamos acerca de la f1aqueza que propici6 la incu
baeion de estas condiciones y descuid6 tanto eI celo ancestral dejando
entrar los dafiinos insectos a sus dominios. Para Centroamcrica esta
polilla del abejar fueron los nuevos conceptos y las influencias de unat eultura moralmentc mas debil que procedia del centro de Mexico. ~
Kipling no fue el primero en usaI' este simil de la polilla del pana};
. .. antes, los mayas estignlatizaball de cste modo a quienes
ian normas de inferior categoria.
Ya antes hemos aludido brevemente a la degeneraci6n en el estilo
escultorico que se hace mas ostensible al cerrarse el Periodo CIasico
en el Area Central. Las pruebas de esta degeneracion y la aparici6n
de conceptos diferentes son m;is evidentes en Yucat;ln y en Campeche
que en cJicha area, la Cllal pasa ya a la historia desde el momento en que
se abandonan los grandes centros ceremoniales. No sllcede 10 propio
en Yucatan, dOllde la arqueologfa. mmplementada (on datos hist6ri
cos, pOlle en claro que la actividad contillu6, si bien con diferente
orientaci('m.
EI Area :-\orte, que comprende Yucatan y la lIIayor parte de Cam
peche y Quintana Roo, hahia desarrolJado durante e\ Periodo CIasico
ideas en arqllitenllra y escultllra. Ell la primera, los
como los de PUlle, los Chenes y Rio Bee, difieren de
los correspondielltes estilos del Area Central m,ls 0 UlellOS en la misma
forma que el estilo gbtico perpendicular inglcs se distillgue ·del g()tico
"flamhoyant" cle la Francia cOlltemporanea; esto quiere clecir que a am
bos los caracterizahall los mismos principios y COllceptos, pero cada uno
tenia su caracter local. La unidad, elllpero, proveniente de una herencia
COmlll1 se imponia pOI' sobre las divergencias regionales. Hayen la es
cultllra una c(lntidad consi(krable de bajorrelieves hechos confoIllle
a la tradici(H1 C\;isica, si hien COil localismos hastante hien marcados;
pero t'xisten olros estilos qlle 1Illly poco tiencll CIl COil 11'11 I con las obras
tipicas del Area CClltral ([,limiT/a 22 a) , y,lUll l'xisten tallados qlle SOIl
bastante eXlraiios al modo d;isico. Tatian<t ProskollriakoH, f1l1ien ha
estlldiado de llJodo especial ('S105 problemas, dice 'lilt' Ia cS(lIltllra yll
cateca ('s "esencialtlJ('lltc helcrog{'llca y pare!'(' repres(,lIlal' IIlla fllSi(lll
de ('S;!S escull \1-
110
117
,..
DECADENCIA Y COLAPSO DE LA CIVILIZACION MAYA
ras -particularmente una serie de figuras a la manera de enanos con
sus vientres distendidos, las cuales tienen su paralelo en eI arte del
sur de Veracruz- nos hablan de influencias de pueblos no mayas en
Yucatan durante eI periodo chisico. Las pequefias figuras como de
enanos parecen reflejar, en su misma extravagancia, una cultura en des
equilibrio. Quizas no sea esto sino una interpretacion mia bastante
subjetiva; pero en todas estas esculturas de tipo estrambotico yo yeo
los mensajes de una insania y un desasosiego culturales.
Es un hecho tambien que en Yucatan existen esculturas falicas en no
despreciable cantidad. Probablemente aparecieron alli al finalizar eI
Periodo Chisico, continuando despues hasta ya entrado eI Periodo Me
xicano. Hablar cronologicamente de esta intrusion es pisar terreno
inseguro; pero los simbolos falicos son numerosos en Uxmal, que no
sobrevivio mucho a la terminacion del Periodo Cl;isico, y aparecen
en un edificio del citado periodo en Chichen Itza. Lo mas notable es f .que la escultura del Area Central es completamente ajena a este con
cepto. Tales ideas tienen, en cambio, un gran desarrollo al sur de
Veracruz y se diria que es mas bien claro que dudoso que es de esta
region de donde llegaron a Yucatan. Se prolongaron luego durante
el Periodo Mexicano, y que fueron extranas y no del agrado de los
mayas se desprende de varios pasajes contenidos en los libros de Chi
lam Ba1am.
No obstante, la aceptacion de esos conceptos, aunque una minoTia
los haya visto en discordancia con el viejo ideal maya de que debiera
prevalecer moderacion en todas las cosas, es, en mi opinion, sintoma
tica del debilitamiento de esa cu1tura: se hahfa preparado el terreno,
pues, para el cambio.
Mientras 1a civilizacion maya habia madurado al calor de esc sol
que fue el Periodo CIasico, sus parientes culturales, es decir los descen
dientes del mismo ancestro 0 Periodo Formativo, hahian f1orecido
igualmente. Grandes centros como TeotihuaCiln, cerca de la ciudad
de Mexico; Monte Alban, tipico exponente de la civilizaci6n zapoteca;
Tajin (que £1orecio en el Clasico tardio, y aun quizas en epoca pos
terior a. este Periodo), 10 mismo que La Venta, fueron, como ya 10 vi
mos, ciudades mucho mas antiguas y se hahian desarrollado siglliendo
lineamientos propios, su parte en la herencia comllO, pero dando a
ese desarrollo lin toque menos espiritual si bien rodeado de un exito
material mas notorio. Como ya hemos visto, fuertes inflllencias de
Teotihuacan, asi como impulsos secundarios procedentes de Monte Al
ban, se hahian heeho sentir en KaminaljllYll, ya en las tierras de
montana; pero por esc tiempo las culturas de Mexico, al Ignal que
LLEGA J'OLlLLA A LA COLMENA MAYA
fas ciudades clasicas del Area Central, se desenvolvian dentro de un
marco de predominancia religiosa. Subseeuentemente, pareee haber
habido un cambio hacia una sociedad mas secularizada, la que, mas
tarde, desenvolvi6 marcadas tendencias militaristas. Hasta donde nues
trOS conocimientos 10 permiten, podriamos decir que el abandono de
los grandes centros del Periodo Chisico maya tuvo tambien en Mexico
un paralelo parcial. En la mayor parte de los casos no fueron aban
donados los sitios mismos, pero sf se registro un cambio del enfasis,
pasando de la construccion de estructuras religiosas, como piramides
por ejemplo, a la ereccion de grandes edificios seculares, en forma de
barrios residenciales que incluian aposentos de pequenos patios. Es
un tipo de estructura que ya existfa en la primera mitad de los equi
valentes locales del Periodo Clasico. pero, a juzgar por los murales que
a menudo adornan sus paredes, habian alojado a sacerdotes y Ifderes
de una organizacion que fue predominantemente teocratica. Mas
tarde, la erecci6n de piramides y templos cedio el primer lugar a cons
trucciones secnlares mencionadas. liste es un cambio que parece haber
sido col1comit.:.nte con una orientacion hacia la guerra como actividad
principal de la cultura, habiendo comenzado -parece tamhien- alre
dedor del ano 650 d. C,) antes que los mayas, en eI Sur, .hubieran al
canzado la cima de su Periodo Clasico. A traves de toda Mesoamerica, la guerra pareee haber tenido su
origen en la necesidad de ohtener cautivos para sacrificarlos a los dio
ses. Al sol, en particular, habia que alimentarlo con sangre, prefercn
temente humana. Y es que todas las tardes, despues de haber cruzado
el cielo, el sol hacia su descenso al mundo suhterraneo, la regibn de la
muerte y de los dioses de la muerte: alIi el astro recorda, durante toda
la noche, eI inframundo de oeste a este y lIegaba a su destino a tiem
po de volver a salir cada manana; pero en su viaje por el mundo infe
rior de esta tierra, la mnerte Ie impregnaba su naturaleza de modo
que, al emerger de nuevo con eada aurora, en buena parte no era sino
un esqueleto: debia, pues, para recobrar eI euerpo y sus fuerzas, heber
sangre, y sangre hnmana de preferencia, como ya 10 dijimos. Ahora
bien, la guerra aseguraba, si habia triunfo, victimas para esa sangre,
sin tener que agotar los recursos humanos propios. AI H1ismo tiempo,
esta actividad villo a desarrollar un grupo de guerreros <J ue, a expclI
sas del sacerdorio, I1eg<'J a ser dominante. Porquc los hombres de
armas, como sa Ivac\orcs de su pnehlo qlle eran, supucsto q lIC cI pro
ducto dc SII arrojo daba fllnza a los (\ioses y los volvia ;Jllliy;ahles, se
h.icieron acrc('dores a ('specialcs privil('gios, no s610 {'II ('stc IIIlIlHlo.
SlilO tambiclI Cil eI de Ilt;lS a1I.i.
lIS DECADENCIA Y COLAI'SO DE LA CIVILIZACloN MAYA
Pesar las motivadones de un acto cualquiera no es c~ fadl, comb
parece. Decir, entonces, que la captura de prisioneros era la causa
{mica de la guerra en Mesoamerica, no es estar en 10 cierto. En tiem
po de los aztecas, por ejemplo, y quizas mucho antes, la conquista de
territorios y la imposici6n'de tributos eran causas muy importantes;
no obstante, estos factores pueden considerarse, creo yo, como aspec
tos secundarios que despues ocuparon un primer plano cuando la
guerra se convirti6 en industria nacional. En todo caso, los mexicanos
se convencieron de que la guerra les proporcionaba rendimientos, tan
to econ6micos como espirituales. Y as!, acentuaron la preparaci6n de
los mancebos para la guerra, establecieron categorias para sus j6ve
nes guerreros y les otorgaron privilegios de acuerdo con el mimero de
enemigos que capturaban; igualmente organizaron 6rdenes militares
de "caballeros". De estas las principales fueron la del Aguila y la del ;Jaguar, Ilamadas as! porque tales animales simbolizaban al sol en el
delo y en el mundo subterraneo, respectivamente.
En gran parte nuestro conocimiento del militarismo mexicano pro
viene.de los informes espanoles, escritos por testigos que presenciaron
la maquinaria militar azteca, 0 por escritores que obtuvieron sus ma
teriales de informantes del siglo XVI. Sin embargo, hablando de fechas,
hay motivos para creer que ese militarismo ya estaba bien desarrollado
en el Mexico central desde hacia unos 500 anos, pues par entonces los
toltecas de Tula ya ten Ian las 6rdenes del Jaguar y del Aguila; preci
samente, las esculturas y murales de esta ciudad hablan muy en claro
de la importancia que alii tenia la carrera militar.
Es bastante f,icil imaginarse el resultado que se produjo cuando se
desplazaron grupos mexicanos a Yucatan, especialmente si se toman
en cuenta tanto el adiestramiento, la organizaci6n y aun los armamen
tos superiores de dichos grupos, como el resq uebrajamiento, de la vieja
cultura clasica y de la jerarquia mayas. Los mexicanos se dirigian al
combate lIevando gavillas de dardos que luego arrojaban con un apa
rato que prolongaba el impulso del brazo, es decir un lanzadardos
(Figura 8 a y b) ;. los mayas, en cambio, empleaban una lanza corta
que disparaban, parece ser, en una primera descarga, arrojandose en
seguida a pelear cuerpo a cuerpo (Figura 8 c). Los lanzadardos, asi
como los dardos mismos de los mexicanos, daban a estos las vcntajas
de un mayor alcancc, gran penctraci6n y una incuestionable sllperio
ridad en Ia batalla. Su invasi6n flle, £lues, un precedentc en America
de la "blitzkrieg" de Hitler contra el ejerciw polaco de I9!l!) , que
ronfiaha su fuerza en la destreza de Sit caballeria.
• En M(~xico central sc «mocen con la palahra nahua til/atl. 1'1',1
_i
c
1:IGlJRA 8, 1'ipos de gucrn:ros, Im~xic!llos y mayas. Los guerrcros ilzaes (Il y b)
aparccell lIevalldo lall7,adanlos. gavillas de dardos y eS(lldos redondos; el guerrero
maya (c) porta ulla lan].a de mellor cfenividad para la guerra Y Ull eS<:IHlo de
material flexihle, EI militar mexi('allo (b) ostellta Ull locado con Ia digie de un
pajaro, llll pedoral Y Ulla rodd.. a la espalda; sus rasgos fisicos son lOlalmente
eXlrailOS a los de los mayas; esta digic es Ull duplicado de las que aparcc("11 ell
Tula, cimlad tolteca al norte de Mexico, D. F. a) Dc Ull mural; b) y c) Tallados ell bajorrelicve. 1'0<105 son de Chichcn Ilz;\..
alrededor del aflo 1100 d. ('.
120
........
{
BECJ\I)ENCIA \' COLAI'SO DE LA CIVIUZACloN MAYA
La conquisla hecha por los mexicanos probablemente no fue to-
tal, hablando en terminos geognHicos, debido a su debilidad nume-
rica; mas sus infIuencias se dejaron sentir por todas partes. Por ello
a este periodo 10 Hamamos "Mexicano".
Pero nos estamos adelantando mucho en nuestra historia. Es nece-
sario que regresemos al final del Periodo Clasico en Yucatan y presen-
temos los detalles que se conocen hasta ahora acerca de estos eventos y las circunstancias que los produjeron.
La mayor parte de las ciudades mayas de Yucatan y Campeche
parecen haber sido abandonadas al mismo tiempo que las del Area
Central 0, por 10 menos, no mucho tiempo despues. De esto eSlamos
casi seguros con respecto al gran numero de sitios con arquitectura
del estilo Puuc, como Labwl, Sayil, Kabah y una veintena de otros, y ., es probable que tambit.~n sea verdad con respecto a otras ciudades con
'l
arquitectura en los eSlilos Chenes y Rio Bee. Por 10 que se refiere a
los sitios del primer grupo, las excavaciones no han revelado ceni-
mica de los tipos que se sabe fueron usados durante el Periodo Mexi-
cano. Uxmal es la unica excepcion a esta regIa, pues allf se hallaron
pequenas cantidades de tiestos que se atribuyen a dicho periodo y
donde, igualmente, los motivos mexicanos aparecen con mas frecuencia
que en ningun otro lugar Puue. Uxmal tambien, recordemoslo, ha
mostrado evidencias de wlto falico, lIevado alii desde eI Golfo de Me-
xico y luego adoptado por los mexicanos. Alberto Ruz encontrb, en
el patio de las monjas (Uxmal), desechos entre los que habia dos
tiestos de plumbate) del tipo de exportacion, asi como otras clases de
ceramica tardla. Esto indica que hubo ocupacion puede ser que re-
ocupacion en el siglo x 0 en el XI: probablemente un leve control
ejercido por quienes Ilegaron al ultimo, tal vez los Xiues (vease P,I_ gina 153). La fecha mas tardla de Uxmal, que aparece pintada sohre
piedra de remate en las Monjas, se refiere posiblemente el ano 909 d. c.
Las fechas tardias en los sitios Puuc de las cercanias son 489 d. c. en
Oxkintok, a unos cuantos kilometros al noroeste, y 869 d. c. en Labna.
Dos jambas encontradas en Kabah y que tienen una fecha egui-
valente quizas al ano 879, muestran figuras COil lanzadardos y una
especie de jubones ajustados a la lISaIlZa mexicana. Esto podria indicar
la infiltracion de ideas mexicanas en YUcat,in antes de la invasi6n pro-
piamente dicha, puesto que el edificio doncle estaban las jambas es
de estilo tipicamente PUlle, que po<\emos asig'nar a I Periodo CI;lsiw.
No olvidemos que la arquitectura lIormanda lleg/) a Inglaterra alltes del ano 1066.
121V\ INTRlISION MEXICANA
LA INTRUSlON MEXICAN A
La verdadera invasion de extraiios y de las ideas que estos introdujeron
consigo ocurrio dentro de los 100 anos que siguieron el fin del Perio-
do Clasico. Fue gente cuyo centro de dispersion era Tula, la capit~l I
de los toltecas en el Estado de Hidalgo, al norte de Ia ciudad de Me-
xico: la presencia de estos extranjeros se hace mas evidente en Chichen
Itza. La linea mas corta por tierra entre uno y otro lugar no tiene
menos de I 280 kilometros; es decir punto menos que la distancia
entre Nueva York y Chicago. Para nosotros, que vivimos en la epoca
de los aeroplanos y de ferrocarriles comO cl "Twentieth Century Lim-
ited", que recorre esa distancia con una rapidez que ya es prover-
bial, eso significa un viaje de unas cuantas horas; pero para los cami-
nantes de la America Media del siglo x esto era una distancia inmensa
toda vez que eI (mico medio de transporte era el "coche de San Fer-
nando" (es decir, "a ratos a pie y a ratos andando") 0, en el caso de
los miernbros de la aristocracia, la litera (parte del viaje pudo haber
sido realizada en piraguas). Por otra parte, la mayoria del territorio
era hosti!' Pero las dificultades no se limitaban (micamente a la ani-
mosidad de los habitantes, tambien los pantanos, las selvas y el terreno
montanoso venian a ser barreras. Y sin embargo, entre Tub y Chichen
ltd existen las mas notables similitudes en el arte de la escultura, en
la arquite(:tl:lra, en la planifica{'it'm, en cI simbolismo religioso y aun
en los detalles de la indumentaria, los ornamentos y las armas de las
dos ciudades (Ldmmas 8 c y II; y Figuras HalO). Y rmls extraordina-
rio a1m es el hecho de que en ninguna parte entre Mexico central y
Yucat;ln se han encontrado edificios ni esculturas que presenten eI
estilo de aquellos dos ccntros, si hien existe la posihilidad £Ie que al-
gun dla aparczcan en algt'll1 lugar al slIr de Veracruz 0 en la costa de
Tabasco. Las cr()nicas espafiolas del siglo XVI Y los lihros mayas de Chi-
lam Balam no concuerdan en CU<lnto a quien introdujo la cultura
mexicana y cll,indo. Naturalmente no voy a haccr aqu! una lista de
todas las posibles soluciones; s6lo presentare la interpretaci()n que
considero llI,is razona hIe, reconl;indole a l lector (I lie se han propuesto
otras varias posi I>i lidades. Otras lll;lS a ['Ill ser;in form 1I1adas segllramen-
te antes de que este prohlema se rcslIe\va dcfinitivamente, si es que se
resueivt'. No hay que olvidar <Jut:, durante eI Periodo CI:\sico, Chichen Itz;i
fuc una (i udad m;lya de cierta i IIIl)orl<lllcia, como 10 a testi gua n IlO
pocos edificios «()lIstrllidos ell la t1'adicilm de ('sa cultura (l_rilflinu () a)
y varias ohras esndt()ric;ts de cstilo d,}sico de Yllcat;il1, 10 lIIislIIO que
122 DECADENCIA Y COLAPSO DJ·: LA CIVILIZACION MAY,\
textos jeroglificos. Los monumentos fechados que estan en asociaci6n
con esos edificios se pueden agrupar alrededor de Ia fecha maya equi
valente al aiio 889 d. c., epoca aproximada del fin del Periodo C1<isico
en el Area Central. Hay una inscripcion, que se ve en la fachada de
Ia torre circular Hamada el Caracol, cuyo equivalente podria ser, con
algunas reservas, el aiio 909 d. c. Este edificio parece ser uno de los
ultimos de estilo maya (los ornamentos toltecas Ie fueron aiiadidos
despues). En el templo interior de Kukulcan se hallo una estructura
transicional (esta dentro de la ultima piramide del Castillo, Ldmi·
na 6 b), que es maya en su estilo, pero presenta varios motivos mexi
canos: en seguida viene la masa de las estructuras toltecas. Se deduce
que el estilo mexicano es posterior al maya porque hay ejemplos
en que alguna casa tolteca 0 un ala de este estilo fue agregada sobre
'. una estructura maya; mas no se conocen casos en sentido inverso. Tam
bien se presentan ejemplos de piedras trabajadas al modo maya que
luego fueron vueltas a usar en construcciones mexicanas; por ejem.
pIo, parte de un dintel jerogHfico maya hecho de piedra flle talla{\o
de nuevo para emplearlo a guisa de cola en una de esas columnas tan
tipicas en forma de serpiente emplumada, que es caractcristica arqlli.
tectonica tolteca: casos en sentido contrario no han sido encontrados.
Tenemos, as!, pruebas incontrovertibles de que alIi la arqllitectura
mexicana es posterior a la maya por 10 que su introduccion en Chichen
Itza debe haber sido despues de 889 d. c., 0 de 909, las dos fechas mas
tardias en asociacion con el estilo de los mayas.
Por el cotejo de diversas fuentes sabemos que los itzaes, extranje
ros que chapurreaban la lengua maya, se establecieron en Chichen en
d lapso de 20 anos que va de 967 a 987 (Katun 4 Ahau, en el calen
dario maya); sabemos, asimismo, que de Chichen Itza se apodero
Kukulcan, "La serpiente (0 el quetzal) emplumada", destacada figura
de los mexicanos. E1 obispo Landa, autor de la mejor fuente espanola
sobre los mayas, dice «Que es opinion entre los indios que con los
Ytzaes que poblaron Chicheniza, reino un gran seiior llamado Cucul
can (Kukulcan) ... y dicen que entro por la parte de poniente y que
difieren si entri) antes 0 despues de los Ytzaes 0 con ellos." Ahora
bien, una profeda maya habla tanto de Kukulcan como de las itzaes
Ilegando de nuevo a la ciudad de Chichen Itza en un katlhl 4 Ahau y,
como par otr" parte, en el cOllcepto de los mayas la historia se repe
tia siempre, podemos entonces slIponer con alg'un fundamento que
Kuk uldn file el jde de la invasi6n de los itzaes que capturaron Chi
chen Itza en el Kattm 4 Allau con que terminI') el ana 987, y quien introdujo, par 10 tanto, la religion, la arquitectura y el arte toltecas.
\.., \~ \- ~~~£,JA";4=
LA INTRUSIoN MEXICANA 12"
EI problema que subsiste es el que se refiere a quien fue Kukulcan
y quienes fueron los itzaes. Kukulcan (kukul, pluma 0 quetzal; can,
serpiente) es la personificacion maya del Quetzalc6atl de los mexica
nos (quetzal, nombre de la conocida ave cuyas plumas eran tan apre
ciadas en la antigua America Media; coati, serpiente). Quetzalc6atl
fue uno de los gobernantes de Tula, quien mas tarde fue glorificado
como el dios del planeta Venus y de la vegetacion. Una vez caido en
desgracia debido a las maquinaciones de un dios rival suyo (Tezcatl
ipoca), se encamino hacia el sur de Veracruz 0 de Tabasco, donge se
perdi6 de vista despues de embarcarse en una balsa. De acuerdo con
otra version, al lIegar al mar, Quetzalc6atl hizo una pira en la que se
quemo a si mismo. Mas tarde, esto es, a los ocho dias (el periodo de
invisibilidad del planeta debido a su conjuncion inferior). reapare
cio en el orto heIiaco como el planeta Venus. La fecha correspon
diente a la expulsii)ll no se conoce con exactitud a causa del metodo
abreviado que se usaba en la region del Mexico central para el re
gistro crono16gico, pero los arqueologos mexicanos tienden hoy a con
siderar el ano 978 d. C., como el mas probable 0, con mucho, llna
fecha apenas posterior.
Esto ciertamente viene bien con los datos para los mayas (eI Ka
tun 4 Ahau corresponde a 967-987 d. c.) , pero antes de afirmarlo con
certeza, seria conveniente recordar que "Quetzalcoatl" era tambien el
titulo del gTan sacerdote de los mexicallos y que los quetzalcoatls,
segun se sabe, eran tan frecuentes en la historia de este pueblo como
los Roose:velts 0 los Adams en la vida ptlhlica de los Estados Unidos.
Parece demasiado conveniente como para ser cierto. por otra parte,
que el Qlletl..:'1\cbatl hist<'>rico y sus segllidores toltecas deSplleS de huir
de Tula, conqllistaran Chichen ItZ;). Adem,is, hay otras partes den
tro del area maya que tienen tradiciones rderentes a la Ilegada de Quetza leba tl.
Pero aparte del problema de la idcntidad del Kukulcan existe,
como ya se dijo, el misterio de quienes fucron los itzaes. cFueron por
ventura los toltecas que sigllieroll a Qllelzakbatl-KlIKUIGln? ~O fue al
gun otro pueblo, tal vez IIll grllpo maya de Tabasco, como el chon tal,
que habia ya adoptado el cuito de QlIctzalcbatl y la cultllra de los
toltccas? Itza al IIlcnos parecc ser un viejo l10mhre lllaya, ya {llle no
esta desconectado con regiones bastante alejadas de Yucat:lll. Los ter
~inos ."extranjeros" y "aquellos que no ha blall hicn Illlcstra leng-ua n
bIen pod ian referirse a lin grupo maya chon tal. POI' olra parte, dehic>
se~ ~n pueblo por entonecs completamente "roltcqllizado", si es que ongmalmente fue maya, porql1e en Ulla en'mica ell' csta (1I1I1Ira (e1 Li
125 124 DECADENCIA Y COLAPSO DE LA CIVILIZACIoN MAYA
bro de Chilam Balam de Chumayel) se afirma que los emblemas de
los itzaes eran el aguila, la piedra preciosa extendida y el jaguar. El
aguila y el jaguar eran los emblemas de los guerreros de Tula e igual
mente 10 fueron de los hombres de armas figurados en las paredes y
columnas de los edificios del Periodo Mexicano en Chichen Itza (Fi
gura 8 b).
A mt me parece que esto ultimo es una prueba excelente para
identificar a los itzaes con quienes gobernaron Chichen Itza durante
el Periodo Mexicano; igualmente, los innumerables sfmbolos de la
serpiente emplumada (Figuras 9 aJ C y d Y 10 b) son una buena prue
ba para asociar a Quetzalc6atl-Kukulcan con el gobierno de aquellos.
Sin embargo, como parece haber alH ciertos elementos no toltecas que
fueron introducidos mas 0 menos por ese tiempo desde el area mexi
cana -ya he mencionado el falismo y los cuerpos enanos con el jvientre distendido-, consideramos que es preferi ble emplear el ter
mino "mexicano" -de connotaci6n mas amplia- para designar este
periodo y su cultura, que el de "tolteca", de significado mas res
tringido. No obstante, me inclino a creer que algunos itzaes llegaron
antes que Kuku1can. Una antigua eancion que aparece en el Libro de
Chilam Balam de Chumayel dice que Chichen Itza fue tomada en un
2 Akbal 1 Yaxkfn, feeha que se repite cada 52 anos. Las posiciones
obvias tienen que ser 918 a. c. 0 970 a. c. Aquella cancic'm eOl1tiene
palabras del nahuatl, si bien corruptas, de las que puede pensarse que
no aeusaban significacion alguna para quien las cantaba: se refieren
seguramente a la herejia; esto es, a que una religion diferente estaha
siendo favorecida. Este material sugiere un preludio a la introduccic'm
del cuIto franco de Kukulcan. La estructura arquitect6nica que est,i
dentro del Castillo y en la eual apenas se nota alguna influeneia de
Tula, pero que tampoco podemos afirmar que es de estilo maya PU[(l,
puede ser que se haya erigido por esa epoca.
De acuerdo con las en'micas mayas, la ocupaei6n itza de Chichen
Itza duro dos siglos (circa 987 d. c. circa 1185), ticmpo q lIe bast6
para causar alteraciones profundas en el modo de vida maya. En Cllan
to a los lindes geogTaficos hasta los que se cxtendi() el dominio de
Chichen Itza en dicha epoca nada sabemos; las fuentes ahorigcnes <li
cen que todo el pais estaba ba jo la fenlla de SlI poder, pero el htcho
es que ni el arte ni la arquitectura toltecas se enCllentran fllera de esa
capital. Hemos leido acerea de las conquistas i tzaes de ci IIdades COIllO
Izamal y Mayap,ln; las lIIismas fllentes mayas hahlan talllhi(~11 de IIlla
triple alianza formada pOI' ChichclI ltz;i, Mayap:in y UXlIIal. <Jill' dun')
los doscientos anos (987 a 1185) del dOlllinio de los itzaes ell Chichcn.
LA INTRlISION MF.XICANA
No obstante todo esto, la arqueologia demuestra que Uxmal estuvo
desierta la mayor parte de esos dos siglos, asi como Mayapan tuvo muy
poca importancia.
Por derto, este es un excelente ejemplo de como la arqueologia
rinde sus servicios para comprobar los informes de las cronicas nati
vas. Estas, tal como nos han llegado de los mayas han probado no ser
dignas de mucho crMito. Una considerable parte de la historia maya
se iba incorporando en forma de profedas: y ello debido a la creencia
de este pueblo de que 10 que habia ocurrido en un katun (periodo de
veinte anos) volverfa a sueeder cuando tal periodo se repitiera. Cada
katun lIevaba el nombre y el numero en que terminaba, Ahora bien,
a causa de la estructura del calendario maya, el katt'm habia de ter
minar con el di'a llamado Ahau, y como los numeros que se Ie unian
corren de I a 13, un dia que se Hamara 4 Ahau tenia que repetirse
como final de katun: por consiguiente, el nombre del katun habia
de repetirse tambien despues de 260 anos (anos vagos mayas; en rea
lidad 256 Y2 anos de los nuestros, porque esta c1ase de anos suyos
-es decir, los tunes- consistian solamente de 360 dias). E igualmen
te, debido a la construecion tan especial de este calendario, el numero
que completaba el nombre de cada dia Ahau -con el eual iba term i
nando sllcesivamente cada katl'In- se iba disminuyendo en dos un i
dades; esto es, que los katunes se irian Ilamando asi: II Ahau, 9 Ahau,
7 Ahau, 5 Ahau, 3 Ahau, I Ahau, 12 Ahau (porqlle I mas 13 menos
2 igual 12), 10 Ahau, 8 Ahau, 6 Ahau, 4 Ahau. 2 Ahau y 13 Ahau;
despues la euenta recomenzaba con II Ahau.
Los anticuarios mayas del siglo XVlll, al tratar de escrihir la histo
ria de S1l pueblo en una epoea en la que los conocimientos de las
viejas eosas estaban ya desapilfeciendo, se esforzaron por desenmaranar
estas referencias a los eventos que hahian tenido lugar en determinados
katunes, para colocar dichos sucesos en una secuencia de cronologia
continlla. Es como si, en cI ano 2500 d. c. y hahiendose perdido casi
todos los rcgistros que tcnemos sohre Europa y America, alguien tnt
tara de recollstruir la hi8toria de estos continentes s<'>lo con un par de
Iibrctas ('uyo ('ontcllido fllcran hreves anotaciones como estas: Batalla
de Waterloo, '15; Relldici(>11 en Yorktown, '81; Derrota de la Ar
mada, '~8; Asesinato de Lincoln, 'G5; Toma de la Bastilla, '89: Huicla
del Kaiser it Ho\allda, '18; Batalla de Nueva Orldns, '11.
EI historiador muy hicn podria decidir qlle I.. relHlicibn cn York
twon y la dcrrota de la Armada caycron en el misllIo siglo, cI XVII, y,
correiacionand.o la huida del Kaiser a Holanda ('(>11 Ia Batalla dc
Waterloo, colocara amhos hechos ell cI siglo XX, CIl tanto qllc Ia hatalla
126 127 DECADENCIA Y COL;\l'SO DE LA (:IVI LiZACl()N MAYA
--a
cb
e
FIGURA 9. Tipos de Se.picnlcs. Touas. menos b (del Perioda CUsiro. en Vax.
chil<in), eStiln emplumildas. EI ejernplo e es uno de los raws {iISOS de
emplumadas del l'criodo C1asiw (Copan, alredcdar de HOO d.
0), c) y d) I'erioda i\lcxicano, ell Chichcn Ilz;\ (alrededor de 1100 d. c.); no. tense los cascaheles. Ell la escena de Ull sacrificia hllmano (d: tornado de till 1l11)ral).
1£1 victima descansa eI (lH.'rpo sobre la parte encol'vat/a de IIlla serpiellte y cs soslelli.
da fuertemcnle pOI los aYlI<ialltPs que Jo han tomado de los bral.Os Y las picrtl;ls; ('I
sacenlotc esta a PUIiIO de haeer d corte para eXlraerlc d (Oralclll. F1 gllt'rrero CII
c es un Iipien itz;'\ lolteea.
LA INTRIISI()N MEXICANA
de Nueva Orleans podria asociarla con los franceses situandola, por 10
tanto, en 'el siglo XVlll. Los anticuarios a que aludimos encararon eI
mismo problema, solo que en vez de tener que calcular los siglos en
cuestion, hubieron de situar diversos hechos dentro de cielos de 260
afios: Las soluciones que formularon no siempre fueron correctas. La
triple Alianza, si es que existio, probablemente no cayo en los siglos
XI Y XII como elIos calcularon, sino en los siglos Vlll Y IX, tardiamente
ya dentro del Periodo Chisico, cuando £loredo Uxmal; 0 bien, Ia alian
za comenzo cuando los itzaes conquistaron Chichen Itza, no durando
mas, entonces, que unas cuantas decadas, pero no dos centurias. Porque
solo al situar as! dichos sucesos se hacen concordar con Ia evidencia
arqueologica de que Uxmal fue abandonada en el siglo x) 0 muy poco
tiempo despues.
Los invasores mexicanos introdujeron nuevos cultos religiosos, el
mas importante de los cuales fue la adoraci6n a Quetzalcoatl-Kukul
can, el dios de la serpiente emplumada. Pronto surgio como elemento
omnipresente en todos los nuevos edificios, terminando el cuerpo de
dicha serpiente: por un lado con una cabeza bastante exagerada, las
fauces abiertas y listas para acometer; por el otro, can los cascabeles
caracteristicos de esta vibora (Laminas 8 c y 18 b; Y Figmas 9 a) c y d
Y 10 b). Y asf, serpientes emplumadas aparecen retorciendose en las
esculturas de bajorrelieve, siendo en este caso punto concurrente de
fiIas de guerreros que, como deidad que es, Ie rinden SlI homenaje.
Se yen otras veces descendiendo sobre las balaustradas de empinadas
escaleras; levantando su cuerpo ondulante por detras de guerreros 0 de
sacerdotes que ejecutan sacrificios humanos; 0 sirviell(\o -al apoyar
su cabeza en el suelo y levantar al aire la cola- de COllllllilaS en las
grandes elltradas de triple puerta. Otras veces slirgen sohre los cor
nisamentos de los altares, de dos en dos, lIna frente a olra, COIl sus
fauces abiertas y en actitud que sugiere la inmillCll\e lucha; vense,
final mente, ell utros ejemplos mas, en lIna m,1s amigable pose en la
.que entrelazan sus cuerpos formando giiilogis que nus recuerdan los
muebles de tipo jacobi no. La repetici6n es excesiva y monotona: al
verlas uno piensa en aquellas rellniones de j()venes hitleristas (on sus
interminables ht~ilJ y sus infalihles sv.\sticas, salvo que los artistas de
Chichen desplcgaron mucha m.is imaginaci()n. En TllIa, estc e1emcnto
de la serpicllte con plumas es iguallllcnte dOlllin<lnte. En caml>io, se
ve raras vcccs en el artc del Periodo Clasico del Area Ccntral: no obs
tan te, Cll COp.ill se conocell uno () dos ejelll plos extr;lOrd illa rios q Ill'
fUerol1 tallados jllstamcntc antes del ahalldono de ('sa cilldad. (Tittlc
esta coillcidcllcia alglln sig<llificado? (Fig/lm!1 (,): Fs (llrioso cI hccho
- - - - - - - - - --- - - - - - - - - -128 DECADENCIA Y COLAI'SO DE LA CIVILIZACION MAYA
de que el estilo de esta serpiente es totalmente distinto del trata
miento habitual que se Ie da en TlIla y en Chichen Itza, hasta el punto
de que uno llega a dudar que representen el mismo concepto. De
Tula llegaron tambien otras deidades: Tezcatlipoca, el dios todopode
roso que arroj6 a Quetzalc6atl, esta alIi, si bien en Chichen ya no
tiene un papel tan formidable; por otro lado, Tlachitonatiuh, el "Sol
en el horizonte", dios del culto guerrero, goz6 quizas de un gran
prestigio, a juzgar por la abundancia de sus representaciones (Figu
ra 10 c); esta tambien Chicomecoatl, "siete serpiente", una diosa del
maiz que, 10 mismo que en Veracruz, aparece como una figura sin
cabeza y de cuyo cuello irradian siete culebras en forma de abanico.
Asimismo hay representaciones de los dioses mexicanos de la lIuvia,
es decir, los Tlaloques, aunque estos entes extranjeros no pudieron
desplazar a los bien amados dioses mayas de la lluvia, los Chaques. Fi
nalmente, el dios Sol de los mexicanos contempla con fijeza la tierra
desde innumerables discos solares y un monstruo de la tierra, cuyo
origen tambien es Tula, ocupa el lugar de su contraparte maya que
es mucho menos estereotipada.
Con todas estas manifestaciones de nuevos cultos lIega intimamen
te asociado un militarismo agresivo. Ya antes hemos hablado del sur
gimiento de la actividad guerrera al servicio de una religi6n defor
mada; preciso es que hagamos notar ahora cual rue 5U influencia en la
civilizaci6n genuinamente maya, influencia en la cual el mejor testimo
nio esta en eI arte mexicano de Ch ichen Itza.
Tanto en la escultura como en los murales aparecen fila tras fila
de orgullosos guerreros que, 0 bien miran hacia un altar donde se
Bevan a cabo los sacrificios a la serpiente emplumada, 0 bien reciben
la rendici6n de los mayas en denota (Laminas 8 c y 18 I}) , F;kilmente
se reconocen los dos grupos por las diferencias en la indllmentaria y
por detalles como el lanzadardos, el ave de identificacibn sohre eI to
cado, y un adorno que, con mucha probabilidad, es IIna representa
cion, bastante convencional, de una mariposa 0 tal vez de lin aguila;
dicho adorno aparece sobre el pecho 0 a veces se agrega al propio
tocado. Estos ornamentos los llevan l1l1icamente los mexicanos y en
el arte de Tllia se puede observar qlle aparecen con similar repeticiem
(Figuras 9 c, 8 (l Y Il). Desde cada lado de innumerables pilares del
templo, gllerrerns de gTan talla y acompafiados de sus armas, nmtem
plan vag'amente hacia su izqlliercla 0 hacia Sll derecha. Y, a pesar de
las peq uenas eli ferencias en la vesti men ta, todos IlIcel1 COIllO si huhie
sen salidn del misrno molde; se tiene alli la impresi<'>n de qlle al volver
la cara se va IlllO a encontrar con Kh rllshchev reci biell(lo el sa Illdo
LA 1:-\°1 RIISI():-\ MEXICANA 12!J
frellte a 1'1 tumba de Lenin. Ya no estamos aqui, pues, ante lIna teo
cracia, sillo ante tina sociedad en la que el soldado oeupa un rango
superior al de sacerdote mismo que Ie concedi6 tanta importancia.
Pero eso no es todo. Sobre los frisos que adornan plataformas y
pir;imides hay representaciones de jaguares, pumas y aguilas, simbolos
de las ordenes militares, que ofrecen los corazones de las vktimas sa
crificiales a Tlalchitonatiuh, el sol de la manana (Figura 10 bye) ;
por otra parte, paredes con hileras talladas de craneos humanos espe
tados en largos palos que evocan el cruel espect;iculo del barbaro
tzornpantli} es decir, aquella "percha de calaveras" en la que los me
xicanos colocaban las cabezas de los sacrificados en honor de los dioses
avidos de sangre y a la gloria de la casta guerrera. En verdad, es triste
el cambio que se ha operado desde e\ Periodo Clasico, aquel en que, la
vida se deslizaba por eauees m;ls Waves. °
Que estas ideas eran para ellos extranas queda al descllbierto por
eI hecho de que los mayas adoptaron para algunas de °ellas los cortes
pondientes terminos mexicanos y esto es sintomatico de que caredan
de las palabras que designaban e50S conceptos extrafios a Sll cultura.
Estos prestamos lingiifsticos anojan alguna luz sohre la nueva orga
nizacion social introdueida bajo la inspiraei6n lIegada de Tula.
Con el cambio de una teocracia a otra en que 1a inrtuencia secular,
reforzada por una casta militarista, daha la t6nica del momento, eneon
tramos las siguientes palabras de ascendencia mexicana: Ir!pai 0 lipuai)
"Senor", y rnacehllai, "gente comllll"; lallan} "estructura de gran co
munidad" 0 "palacio real"; lelldrnill. "pohlaci<'m fortificada 0 COil mu
rallas"; tepeu, "gTandeza", "gloria".
Por supuesto, ya los mayas tell ian .ides mllcho antes de la trallS
formacibn rnexicana; mas si consideramos los otro:; tbol1lillOS introdu
cidos, se j IIsti fica 11IIcstra preslIllci(m <Ie q IIC el calli bio ell cl gohierno
fUe 10 slIficientemente notable para prerisar HIla Ilueva palahra que
10 descrihiesc, Ia adopci<'ln del tb'lIIillo laT}(w, que :lIl1de tanto a una
estructllra cOlllllllal (,Ollto a lin alm:tcclI de arlllas y talllhien a 1<1 resi
dentia <lei soherallo, In lIIiSIlIO <JII(' las nuevas palahras para "cilldad
fortilica<la" y "gloria" marcan iguahllcllle eI camllio de IIna vieja po
sici61l padfica de 1II0(\eraci<'1Il y cscm:iallllcntc illtrovertida bacia una
mi I i tarista y ex lrov('rtida, 101 d(' los hel icosos IIIcxicallos.
All" ell lIomhres <1(' arlllas po<iclllos vcr algllllas rnndific;tciOllcs,
COlllo ell ('I caso de las palahras 1IJ('xic<lIl,\S que dcsigllall el "(,sclldo"
y e\ "estalJ(iart(''', quc IOlllaron ('II pre'slamo los lIIayas, (.:stos, desdc
Iuego, tC1l1;1I1 esc lidos allIes de 1I('~ar los illvasorcs y, por 10 tanto, IIIl
nomine para tales ohjelos; el IIll('VO le'rillillO, ell lOll C('S , haec pCllsar
__________________'."0_.,
- - - - - - - - - -- - - - - - - - - -IlECAIlENCIA Y COLAPSO DE LA ClVILlZACI()N M\Y\13°
en probabJes nuevos tipos de escudo llevados por los mexicanos. En
cuanto a la voz para "estandarte" <asi con seguridad se refiere a las
pequefias banderas que lIevaha el guerrero mexicano cuando iba a la
batalla, costumbre desconocida por los mayas del Periodo Clasico. De
igual modo, los mayas tomaron tanto eI nombre mexicano para la cha
queta sin mangas que usaban a veces los combatientes, como la arma
dura mexicana, esa prenda defensiva de algodon acolchado que era
tan efectiva frente a las armas del pais, y que mas tarde las usaron los
propios espafioles... ~.<
Despues que termino el Periodo Clasico tuvo lugar un sefialado ~ cambio en la zona montafiosa guatemalteca, pues de los centros cere
moniales abiertos se paso a los sitios apropiados para realizar una facil
defensa militar, tales como las cimas de los cerros 0 las lenguas de
tierra que estuvieran rodeadas en dos 0 tres de sus lados por profun
das barrancas. Y 10 mismo ocurrio en el Norte. Por
Mayapan, que estaba destinada a servir de capital a Yucatan
que Chichen Itza perdio su dominio, esta rodeada por llna solida mu
ralIa de piedra -hoy en pesimas condiciones- cuyo circuito es de
mas de 8 kilometros de longitud, con seis entradas principales.
Tulum, en la costa oriental de Yucatan, ciudad illlportantc des
pues de las invasiones mexicanas en la peninsula, tiene una mllralla
en su £rente terrestre que circunda la poblacion por tres de sus lados
y en una distancia de cerca de 730 metros. Su £rente al mar est;\ pro
tegido por los riscos. Los muros son de 3 a 4.5 metros de altura y has
ta 6 metros de gTosor, interrumpidos solamente por cinco estrechas
entradas. Estos mums se conservan mejor que los de Mayapan yalgu
nos fueron construidos obviamente con propositos militares. En lIll
sitio la puerta que da al angosto pasaje apenas tiene 1.20 metros de
altura, de modo que el invasor tenia que encorvarse para entrar al pa· sillo y al pasar de la luz solar a la semioscuridad se en('(mtraila ell
indudables malas condiciones. Xelh;i e Ichpaatt'lll, tamhicn en la costa
del estan defendidas de modo semejante por paredes sulidas y
ambos eran lugares estrategicos desplles de la invasibn lllexicana. No
en cuanto al tiempo en que estas ciudades de Yueat<ill
fueron amuralladas; pero bien pudo haher 5i<lo cuando Mayap;ill era
cl centro de dominio: esta hiputesis se ;lpoya en 1;1 <lllselH:ia de tllla
ciudad amurallada en Chichen Itz;l. EI proccso de militarizaciun,
pues, hubo de ser 11I11y largo, siendo los lIIums de piedra lIna COI1S('
cueneia t'tltillla de camhios hastalltc allteriorcs ell cl sistcllla de vida.
"EI mal que los hombres hacell penillra, ciertalllcnt(', desJ>llcs quc
ellos han ya dcsaparecido."
LA INI'I{l:SION MEXICANA 3
Por vleps cromcas de los cspafioles sabemos que varias ciudades
mayas se erigian sobre islas en lagos, y que otras estaban circuidas
por empalizadas. A una de elIas la protegia una pared viva de ma
gueyes. Cortes, en su celebre marcha hacia el Sur vio, en el noroeste
del Peten, no pocas poblaciones mayas as! fortificadas; refiricndose i- I.
una en particular la describio asi al rey: "La manera deste pueblo
es que esta en un pefiol alto, y por la una parte Ie cerca una gran la
guna, y pot la otra un arroyo muy hondo que entra en la laguna, y
no tiene sino sola una entrada llana, y todo el esta cercado de un fo
sado hondo, y despues del fosado un pretil de madera hasta los pechos
de altura, y despl\(~s de este pretil de madera una eerca de tablones
muy gordos, de hasta dos estados en alto, con SllS troneras en toda ella
para tirar sus flechas, ya trechos de la cerea unas garitas altas que so· .
brepujaban sobre ella cerca otro estado y medio, asimismo con sus
torreones y muchas piedras encima para pelear desde arriba, y sus tro
neras tambien en 10 alto, y de dentro de todas las casas del pueblo
asimismo sus troneras y traveses a las calles, por tan buena orden y
concierto que no podia ser mejor. .. " Es intercsante recordar que en
las esquinas de las murallas de Tulum hay pequefios templos desde
cuyos tecllos aplanados podian defenderse las propias murallas.
Ell 1934, una expedicion de la Carnegie Institution, que a \a sa
zon dirigia Karl Ruppert, desclIbri6 al sureste de Campeche una ciu
dad maya de apreciables dimensiones y cuyo nombre es Becan: estaha
rodeada con un foso artificial cup anchura varia de ;~ a mas de 24
metros y la profundidad, de mas de 2 a cerca de 4 metros; csta exca
vaci6n se salvaba por medio de siete pllelltes de piedra de :~ 0 de 4.5
metros de anchura. En su inforTne tecnico, Ruppert haee notH que
hay llIotivos para creer que el /oso pllede no haber si<lo terlllina<io
nUllca.
Hecall es I1l1a cOlltraprllcba 801n(' la idea q\le aqlli he venido des
arrollando accrca de q IIC la gllerra ell p,rande esca la y q \Ie las forti fi
cacioncs sc de/)cll Ill,is biell a illflllcllcias IIIcxiclll<ls; y se opone a esa
_ la arquitcctllra ell cslc sitio pucdc muy hien idellti
ficarse dClltro de Ia d('1 tipo de Rio Bee, que f1orcci() seg,lIralllcnte Cll
la sep;ullda ruitad del Perio(\o (:I;isico. Ahora biell, es Illuy posihlc
que el foso s(' haya a~re~ado ('II IIna fecha postcrior, 0 que algunas
cOnstrlln:iolll'S, hoy dcshcchas, pllcdall haher si<lo del Periodo M ('xi
cano (los edilicios de tipo lolteca ('II Chi,hclI Itz;'1 li(,II(,1I dd('ctos de
constnlccit'>Il qu(' hall pnllliti<io qlle la \llayor palt(' sc VCII~;JII ah;ljo) :
pero es Ill;!;; probable ;1l'1/I q lie dicho los<> Iller;! (ollstrlli<io ya ('11 ('I
verdadero lillal dcl Periodo CLlsic!), CIl;}IHlo las illllllcilcias de I\U'xi(o
- - - - - - - - - - - - - - -132
- - - - ,..
IlECAllJ:NCI.\ Y COLAI'SO I>/', I.A CIVILIZACION M..\ \.\
empezaban a dejarse sentir, toda vez que hay algun fundamento p;na
suponer que el noroeste del Peten y las zonas adyacentes fueron los
ultimos bastiones de la jerarquia, La posibilidad de que el foso jamas
haya sido terminado (en alguna parte, el fondo del zanjon esta a 4.80
metros mas arriba del nivel al que el foso se une con un pantano que
fue la probable fuente del agua; algunos puentes se conservan soli
dos, de modo que el agua seguramente nunca llego a circular de una
seceron a la otra) presta apoyo a la tesis de que este fue uno de los
ultimos proyeetos del Periodo Clasico que no pudo terminarse debido
a la expulsion de la jerarquia, 0 sea la autoridad que habfa iniciado .!~
los trabajos.
Tenemos asi entonees un cuadro en el que se observa una reorit~n
taeion de la vida. Dioses extrafios y una c\ase gobernante tambien
extranjera imponen un nuevo modo de vida a los mayas de Yucatan
y de los altos de Guatemala; se continua, igual que antes, ]a vieja
rutina agricola para el campesino, pero ahora este sostiene a nuevos
amos quienes, despues de ver la guerra solo como un medio para un
fin, inevitablemente encontraron qHe los medios son mucho mas im
portantes que aquel fin; esto es, los hombres de armas se organizan
para servir a los dioses, pero estos se convierten a su vez en los patronos
de la guerra.
Si es cierta la teo ria de que los campesinos se habian levantado en
contra de la vieja teocracia, ohligados por las que esta les habia
impuesto, hien podenlOs ciaI' por sentado entonees que dicha revllelta
no los bendicic') en nada, toda vez que los nuevos amos taIllbien los
obligaron a trahajar, a constrllir nHevas esttucturas para honrar a nlle
vasdeioades para gloria de sus seguidores. Su situaci('m, pues, se tran~·
formo solo en aspectos: se camhiaron los Jatigos por los azotcs,
Las partes de Yucat,lll que no cayeron bajo el dominio de los ('x
trafios se vieron obI igadas a adoptar el militarismo con eI ohjeto de
sobrevivir. Parece que lll1icamente el Area Central quedb al margell
de tales cambios, debido, es C<lsi seguro, a que esta zona estaba dema
siado aislada como para invitar a SII conquista. Alii, en decto. Cil
ausencia de una fllcne casta gobernarne, parece haher cesado iii crcc
cion de ciudades. Sin emhargo y COl1l0 ya In hicimos notar en ona
parte, el pais no cstaba desierto, En Hondllras Brit;tnica, d01H1e los
trabajos arqlleol()gicos y la COllstrll('eic'm de ('alllinos 1Il0defllOS hall
sido m,ls intensos quc ('II otras P;Il·tcs del IlIklco del Are;l Celltral. hall
salido a la IlIz prllchas de lIua OClIP;ICic'Hl tardia: por ejcllIplo. sc ('11
con traron objetos de III eta I (descolloci<io d II rail tc cI Pcriodo Cl;\sico) .
tipos de vasijas y de (igllrillas de ('r;llIlic;! ql\c SOil slIhsCCllCllt('S .. I
LA I:"JTRIISJ('):"J MEXICA:"JA 1:13
gran exodo; es mas, en Santa Rita, al extremo norte de la colonia,
existen excelentes murales con marcada influencia mexicana. En Tikal
yen Topoxtle hubo actividad del Postclasico.
Estamos en posesibn de datos vividos que nos informan sobre las
reacciones de los mayas ante sus conquistadores: son datos que, en
alguna manera modificados y en parte hechos para poder referirse
igualmente a los invasores espafioles, se conservan en las cronicas na
tivas que comunmente se conocen como los libros de Chilam Balam.
P~r ellos sabemos que a los mayas les repugnaban particularmente las
practieas erbticas introducidas por los itzaes como parte, parece ser,
del eulto de QuetzaIc6atl-Kukulcan. En efecto, un pasaje que se re
fiere a los i tzaes 10 haee con estas palabras: "Sus corazones estan sumer
gidos en el pecado. Sus corazones han perecido en sus pecados carnales,
Reineidentes a menudo, los principales que extendieron el pecado,
Nacxit Xuchit en el pecado carnal de sus compafieros, los gobernantes
de dos dias... Elias son los irrefrenables lujuriosos del dia, los irre
frenables lujuriosos de la noehe, los bribones del mundo. Ellos tller
cen los cHellos, guifian los ojO!;, slleltan SlIS babas en la boca, a quicnes
gobiernall la coman:a, senor. l\Iirad, clIando llegan no hay verdad en
las palabras de los extranjeros de la tierra. Ellos dicen casas mlly
solemnes y Jl1 isteriosas. los ca lltos de los hombres de los siete-desiertos
edificios, la prole de las Illujcrcs de los siete-desiertos edificios." Nac
xit es Ull nombre con que se ;dllde a Qlletzalcbati-Kukllldn, De
hecho, en otra parte de estos libros se Ie llama Nacxit Kukuld.n, pre
cisamente en el pasaje q"e se reiicre a el como jde de Chichen ltz;i
y se habla de la introduccibn de la violencia y del pecaclo.
Un viejo canto, que prohablemente haee aillsil'ln a la lIegada de
los mexicanos, pero pllede estar relaciollac\o con JIll inci(\cll te poste
rior, aparece en el hbro de Chilam Balal\l de Chlllllayel. Partes del
mismo diccn asi: "(Tn Illllchacho tierno era yo, ell Chich{~n, clIando
e\ hombre malo, el amo del ejercito, lleg(') a tomar la tierra. iAy! Ell
Chichen Itz;t 5t' ravorecj{) la herejia, YUll1 Iw,}!aNO. iAIl! 1 Imix flle el
dia en qlle cl jde rile prelldido (,11 Chikill (:11'('11 ... Nosotros fuimos
para Mizcit Allal1 CO\110 <111illl;des <11l1;lllsados. Vil'lle ya el fin de SII
Mirad, <lsi yo rcclIl'rdo III i C;lIlto. La h('rej fa file favorecida,
lI(1YIllIO! iFya! Mllcro, dijo {'J. COil llIolivo de los festejns cn el
puehlo. iFyil' Vo]vcre, dijo ('1. a callsa de la d('strucci(m del puchlo.. ,"
Las pa b hras ell l<'lra rllrsi va SOli proha II \elliell Ie ('XC la lllaCiOIlCs
meXiC<ill;tS, M/zcil, por ej(,llIplo, ('s casi s('gllJ'O qlle sc Irate del Illl'xica
no rnizljllill. el arimsto (\el l\H'zqllite, lln hOlllhre (Oil esc apclativo
dehi() SCi' del Ilorte de I'vU·xico. porq lIl' ('I llI('zq II iIe, s<',!!/111 Cil tiendo,