Download - 54073142 Fabricacion de Silos
ÍNDICE
PÁG.
1.INTRODUCCIÓN
2.ESQUILMOS Y SUBPRODUCTOS AGRÍCOLAS
2.1 UTILIZACIÓN
2.2 ESPECIES
TONELADAS
2.3 MANEJO
2.3.1 Diferidos “En Pie”
2.3.2 Corte
2.3.3 Mejoramiento o Tratamiento
2.3.3.1 Molienda
2.3.3.2. Tratamiento químico
2.3.3.3. Ensilaje de pajas
2.3.3.4. Fermentación
2.3.3.5. Cultural
2.4 PRINCIPALES SISTEMAS DE CONSERVACIÓN DE FORRAJES
2.4.1 Criterios de Elección
3.ELABORACIÓN DE ENSILAJE Y CONSTRUCCIÓN DE SILOS
3.1 ENSILAJE
3.2 ENSILADO
3.3 SILO
3.4 CÓMO PRODUCIR UN BUEN ENSILAJE
3.5 CUÁNDO SE DEBE ENSILAR
3.6 ¿CÓMO ENSILAR?
3.7 CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN ENSILADO
3.8 ¿CÓMO ENRIQUECER UN ENSILADO?
3.9 ELABORACIÓN DE UN INÓCULO PARA UTILIZAR EN EL PROCESO SE ENSILAJE
3.9.1 Cantidad a Utilizar
3.9.2 Recomendaciones para Realizar el Inóculo
3.10 VENTAJAS DE UN BUEN ENSILADO
3.11 VARIEDADES DE SILO
3.11.1 Aéreos
3.11.1.1 Silo almiar
3.11.1.2 Silo torta
3.11.1.3 Silo torre
3.11.2 Aéreo-Subterráneos
3.11.2.1 Silo cuba
3.11.3 Subterráneos
3.11.3.1 Silo trinchera
3.11.4 Ensilado de Forrajes al Vacío (Silo de Plástico)
3.12 CARACTERÍSTICAS COMPARATIVAS ENTRE LOS SILOS VERTICALES Y HORIZONTALES
3.12.1 Silos Verticales
3.12.2 Silos Horizontales
3.13 NECESIDADES DE ESILAJE Y TAMAÑO DEL SILO
3.14 CANTIDAD DE ENSILAJE
3.15 MÉTODOS DE COMPACTACIÓN
3.16 ELIMINACIÓN DEL AIRE EN LOS SILOS
3.17 EL SILO DEBE CUBRIRSE TAN PRONTO SEA LLENADO
3.18 AL ABRIR EL SILO DEBE EXPONERSE LA MENOR SUPERFICIE POSIBLE
3.19 DIMENSIONES DEL SILO
3.20 CULTIVOS PARA ENSILAR
3.21 VALOR ALIMENTICIO DEL ENSILAJE
4.HENIFICACIÓN
4.1 PRINCIPALES CULTIVOS PARA HENO Y LOS ASPECTOS MÁS IMPORTANTES DE CADA UNO
4.2 TIPOS DE HENO
4.2.1 Henificación Natural
4.2.1.1 Siega
4.2.1.2 Secado
4.2.1.3 Los acondicionadores
4.2.1.4 Los rastrillos
4.2.1.5 Empacado y transporte
4.2.1.6 Almacenamiento
4.2.2 Henificación con Ventilación Forzada
4.3 SUMINISTRO DE HENO AL GANADO
4.4 FORMAS DE HENO
4.5 LAS PRINCIPALES OPERACIONES EN LA PRODUCCIÓN DE HENO
4.6 PÉRDIDAS EN LA PRODUCCIÓN DE HENO
4.7 PRESERVACIÓN DEL HENO
5.DESHIDRATACIÓN DE FORRAJES
5.1 UTILIZACIÓN DEL FORRAJE DESHIDRATADO
CONSERVACIÓN DE FORRAJES
1.INTRODUCCIÓN
La tierra y el ganado constituyen el único patrimonio de un gran
número de productores, por lo que una de las tareas imperiosas
para ellos es cuidarlo y acrecentarlo. En algunas regiones del país
donde una de las principales actividades es la ganadería, se
disponen de importantes alternativas para hacer que las tierras
agrícolas produzcan grandes volúmenes de forrajes para que el
ganado lo tenga a su disposición durante todo el año. Se debe
tomar en cuenta que, para ello, es importante el manejo de la
producción forrajea, como un medio para regular las variaciones
en el establecimiento del forraje para el ganado.
La distribución estacional de la producción forrajera dificulta de
forma natural el suministro constante de forraje a las
explotaciones pecuarias. La producción de forraje se caracteriza,
generalmente, por la presencia de una época de abundancia y otra
de escasez, lo cual es determinado por el clima.
Considerando que la demanda de alimento por los sistemas de
producción tiende a ser constante, se deben de analizar las
alternativas que permitan resolver el problema. La primera, puede
ser el uso de subproductos agrícolas tales como las pajas de
cereales, rastrojo de maíz, paja de cacahuate, etc., que aunque
son de menor calidad ayudan a atenuar el problema de la escasez.
Otra solución, que no es muy frecuente, es la utilización de forrajes
de invierno, de los cuales se explota su capacidad para crecer y
desarrollarse cuando la generalidad de las especies no lo hacen,
debido a las bajas temperaturas y, desde luego, por la escasez de
lluvia; esta solución, no es muy común, principalmente porque
involucra la utilización de riego y de especies anuales, las cuales
tienen altos costos de establecimiento, si se comparan con las
perennes.
Una alternativa más común, que es la solución más viable, es la
utilización de forrajes conservadas en las épocas de abundancia.
Los objetivos que se persiguen con la conservación son:
Disponer de alimento para el ganado en las épocas críticas
cuando no hay condiciones favorables para el crecimiento
vegetal.
Mantener el máximo la calidad del forraje producido.
Facilitar el almacenamiento y transporte del forraje.
La conservación de forrajes, tiene fundamento en los principios
generales de conservación de alimentos, los cuales son:
Salado
Refrigeración
Acidificación
Deshidratación
El salado es una práctica común en el tratamiento de carne en los trópicos. La refrigeración,
que es muy útil, tiene la desventaja de no estar disponible en muchas condiciones. La
acidificación, se usa para el tratamiento de muchas verduras, y la deshidratación es más
generalizada por su economía.
A partir de los principios anteriores se han establecido los métodos
convencionales para conservar forrajes: Se han descartado la
refrigeración por ser un método muy caro e impráctico para
utilizarse a niveles comerciales.
Las formas físicas más comunes en que se encuentran los forrajes
utilizados comercialmente dependen de la región, de la facilidad
del transporte, del tipo de explotación y de la finalidad de uso. Las
más importantes son:
Forrajes verdes. Son aquellos materiales cosechados en
estado vegetativo para consumo inmediato del animal en
pastoreo o corte.
Forrajes secos o henos. Se refiere al material que es
ofrecido al animal con niveles de humedad menores a 20%.
Comprenden al forraje verde secado en campo para elaborar
heno.
Pajas y rastrojos. Son forrajes obtenidos como productos
secundarios de la agricultura de cereales y de leguminosas
de grano, y material vegetal de planta madura.
Forrajes conservados. Son forrajes verdes sometidos a
procesos de deshidratación, para evitar su descomposición,
y pueden ser usados en épocas críticas, como el ensilado.
Harinas y aglomerados. Son forrajes verdes de alta calidad
deshidratados artificialmente y procesados físicamente para
reducir el tamaño de las partículas, lo que facilita su
incorporación en alimentos balanceados.
2.ESQUILMOS Y SUBPRODUCTOS
AGRÍCOLAS
Esquilmos agrícolas. Son subproductos o residuos de los cultivos
básicos o agrícolas que quedan después de cosechar o recoger el
principal producto (granos). Como tal, su calidad nutritiva es baja,
aunque es deseable bajo ciertas circunstancias, ya que, además de
aportar los pocos nutrientes que contienen, sirven de
complemento alimenticio, utilizándose como forraje de auxilio o de
apoyo en la época de estiaje.
Subproducto. El componente o producto secundario de otro
considerado como principal, cuando se utiliza en el ámbito de la
alimentación animal, es preciso aclararlo y matizarlo, dada la
amplitud, diversidad y complejidad del término, entendiendo éste
como alimento, potencial o de uso, para el ganado.
Los subproductos susceptibles de empleo en la alimentación
animal serían aquellos residuos originados en las actividades
agrícolas y agroalimentarias, consideradas de un modo amplio,
desde los derivados de la recolección del producto principal en el
campo, hasta los procedentes de la cadena de transformación y
elaboración en las industrias.[JMR1]
La utilización de subproductos para alimentación animal interesa y
se justifica desde muy diferentes puntos de vista que trascienden
incluso el meramente económico-productivo, debido a que
involucran, además, razones de tipo social, ético y ecológico.
Desde el punto de vista productivo, el empleo de algunos
alimentos atípicos de esta clase tiene una clara justificación
económica, ya que se incorporar a las raciones de los animales con
el objetivo de abaratar los costos de alimentación, costos que son
los más importantes en todo tipo de explotaciones.
A nivel industrial se utilizan, también, ciertos subproductos para la
formulación de piensos, con el objetivo de minimizar los costos de
producción. Además, el uso de los subproductos en alimentación
animal posibilita el desarrollo de modelos de producción basados
en su aprovechamiento, en zonas geográficas de escasa vocación
ganadera, generalmente de elevada especialización agrícola y en
donde se localizan, lógicamente, las industrias de transformación,
que aseguran un abastecimiento variado, cuantioso y regular de
residuos de cosechas y cultivos, y subproductos de la industria
agroalimentaria.
Algunos de ellos se utilizan por su alto contenido de fibra que
previene el timpanismo (principalmente en ganado alimentado con
leguminosas) o como mejorador del contenido de humedad de la
ración, etc.
Este tipo de alimentos se conoce como forrajes toscos y se utilizan
principalmente en las zonas templadas, áridas, semiáridas y
tropical seca, en donde la concentración de la precipitación no
permite el desarrollo de pastizales a través de todo el año en las
áreas de temporal.
En cualquier caso, los sistemas de producción basados en el
aprovechamiento de subproductos y residuos, cumplen la
importante función de revalorizar unos recursos que, de no ser por
el ganado, se abandonarían, lo que, además de evitar el derroche
que ello llevaría implícito, supone un argumento ético justificativo
de la producción animal en un mundo en que una proporción
importante de la población humana sufre graves problemas de
subnutrición.
Se trata de unos alimentos que no se consideran aptos para el
consumo humano y que no compiten, por tanto, en su cadena
trófica. En este sentido existe la necesidad de un mayor y mejor
uso de los desechos agrícolas, pesqueros, forestales y de
industrias afines, basándose en la obligación que tiene el hombre
de hacer un uso más completo de sus recursos y de proteger el
medio ambiente.
2.1 UTILIZACIÓN
La forma de utilización práctica es muy diversa, dependiendo de
varios factores: desde las características y condiciones del
subproducto en un sentido muy amplio (localización, forma física,
valor nutritivo, etc.), hasta la capacidad y eficacia de utilización
por los propios animales, según su estado y características
fisiológicas intrínsecas. Así, el abanico es muy amplio: desde
subproductos que se consumen directamente en el campo, en
sistemas de pastoreo, hasta subproductos que se incorporan en los
alimentos comerciales, fabricados por las industrias.
[JMR2]
2.2 ESPECIES
Los principales esquilmos agrícolas que se utilizan en la
alimentación animal se detallan en el cuadro siguiente:
Tipo y producción anual de esquilmos agrícolas que se registran en el país.
ESQUILMOS AGRÍCOLAS TONELADASRastrojo de maíz 48, 086, 020Paja de sorgo 6, 026, 349Paja de frijol 5, 525, 782Punta de caña 4, 256, 982Paja de trigo 3, 348, 739Paja de cártamo 1, 154, 706Paja de cebada 1, 043, 485Paja de algodón 951, 693Paja de ajonjolí 865, 695Paja de soya 627, 867Paja de garbanzo 608, 327Paja de arroz 430, 580Paja de cacahuate 275, 188Paja de avena 221, 521Paja de haba 105, 335Paja de chícharo 79, 474Frutas y hortalizas no
comerciales
70, 855
Paja de elote 44, 974Rastrojo de girasol 42, 972Paja de ebo 39, 764Paja de linaza 25, 068Paja de fresa 8, 235Rastrojo de elote 5, 406Paja de nabo 298
Fuente: SARH (1982). Primer Simposium sobre el aprovechamiento de esquilmos agrícolas y subproductos industriales para la alimentación animal. D.G.A.F., México, junio, 1982.
2.3 MANEJO
Los métodos de manejo de esquilmos más utilizados por los
ganaderos son:
Diferidos “en pie”.
Corte
Mejoramiento o tratamiento
2.3.1 Diferidos “En Pie”
Este método consiste en dejar el esquilmo en el terreno para
utilizarlo para pastoreo directo en una época posterior. Es
aconsejable en terrenos de temporal, y en donde no hay presión
por establecer otro cultivo.
El esquilmo bajo estas condiciones se deteriora diariamente por
acción del sol, la lluvia y otros factores meteorológicos, además de
que presenta el peligro de ser atacado por roedores e insectos, o
bien, convertirse en hospedera de bichos nocivos al ganado
(ponzoñosos, etc.), o la agricultura (plagas) y quizás de perderse
por acciones (fuego).
Dado que no requiere de mano de obra del hombre, ni
tratamientos, su costo es relativamente bajo.
2.3.2 Corte
El esquilmo se trata como un forraje de corte y generalmente se extrae del terreno para
suministrarlo al ganado fuera de él. El corte puede hacerse en forma manual o mecánica,
dependiendo del costo y disponibilidad de mano de obra y de maquinaria.
2.3.3 Mejoramiento o Tratamiento
Existen varios métodos para mejorar la calidad de los esquilmos e
incrementar el consumo voluntario de los mismos. Los métodos
más utilizados son:
Molienda
Tratamiento químico
Ensilaje
Fermentación
Cultural
2.3.3.1 Molienda
Debido a que algunos esquilmos presentan un alto contenido de
fibra, el forraje se somete a su trituración, a fin de reducir el
tamaño del producto.
El tamaño de la molienda depende del grosor de la planta y de su
contenido de fibra, siendo el más recomendable de 0.5 a 1.5 cm.
La molienda, por lo general, se puede realizar con un molino de
martillo, el cual puede estar integrado a la cortadora que va en el
contacto eléctrico de un tractor, o puede ser estacionario,
accionado por electricidad en el establo o conectado al contacto
del tractor.
2.3.3.2. Tratamiento químico
Este método se basa en que la celulosa puede desdoblarse con
algunos productos químicos, lo que mejor la digestibilidad de las
pajas (esquilmo).
Los productos que se utilizan son los siguientes:
Sosa cáustica o hidróxido de sodio (NaOH)
Amoniaco (NA4OH)
De estos el más práctico, y que puede tener aplicación en el
campo, es el tratamiento con amoniaco, ya que el hidróxido de
sodio es costoso y requiere de más mano de obra para su
aplicación.
La aplicación del amoniaco se hace en forma de gas y la cantidad recomendada de
aplicación es de 4 a 5 % del peso total de la paja. La duración del tratamiento depende de la
región en donde se pretende hacer la operación, es decir, depende de la temperatura
ambiental. Los periodos de exposición de amoniaco en relación a la temperatura son:
TEMPERATURA
(°C)
TIEMPO DE EXPOSICIÓN
(SEMANAS)5 8 a 12
5 - 15 4 a 815 - 30 1 a 4
30 o mayor 1 a 2
Mediante el tratamiento con amoniaco, se enriquece al cantidad de N[JMR3] (proteína) que
contienen las pajas, por lo que este tratamiento sólo se recomienda para las gramíneas o
cereales. El grado de incremento de N en las pajas depende de la especie o tipo de paja,
como puede observarse en el siguiente cuadro. Así mismo, el grado de digestibilidad puede
incrementarse de un 10 a 15%, lo que representa una ventaja adicional del amoniaco.
Influencia del tratamiento con amoniaco en la solubilidad enzimática y contenido de Nitrógeno en pajas de esquilmos agrícolas.
ESQUILMO O
PAJA
SOLUBILIDAD ENZIMÁTICA
(%)
CONTENIDO DE N (%)
SIN TRATAR TRATADA SIN TRATAR TRATADA
Alfalfa 53 62 2.36 3.24Cebada 37 62 0.53 2.01Frijol 52 65 0.91 2.47Festuca 37 62 0.79 1.50Avena 33 63 0.43 1.77Centeno
perenne
40 65 1.00 1.92
Arroz 29 62 0.56 1.32Trigo 37 62 0.86 2.14
Fuente: Flores, M. J. A. (1980). Bromatología Animal. Editorial Limusa, México, 930p.
Las desventajas que presenta el método de la amonificación, son:
Requiere personal capacitado.
Se necesita equipo especial para el manejo del amoniaco
(transporte, etc.).
En algunos lugares no puede ser accesible.
Representa costos por adquisición y manejo.
Los incrementos de N en las pajas que se obtienen, pueden
lograrse por otros métodos.
En la actualidad la alternativa que se ha tomado es mezclar urea
en la melaza e incorporarla a las pajas ya molidas.
2.3.3.3. Ensilaje de pajas
El ensilaje de pajas es un proceso semejante al del forraje, con la
diferencia de que en este caso se le agrega agua, melaza, granos y
aditivos.
La proporción que se adquiere de cada uno de estos productos es:
PRODUCTO PESO DEL ESQUILMO (%)Agua 10 – 15Melaza 20 – 25Granos 5 – 8Aditivos Según el tipo
2.3.3.4. Fermentación
Este proceso es la adición de levaduras, carbohidratos, enzimas
(lactobacilos) y agua. Para el proceso de indispensable que la
melaza alcance las temperaturas adecuadas de fermentación (35 a
48 °C) y la humedad más apropiada.
El método puede ser práctico, pero la poca disponibilidad de los
productos necesarios para la fermentación, así como su costo, lo
han hecho un sistema poco recomendable.
2.3.3.5. Cultural
Consiste en mejorar el esquilmo con la asociación de leguminosas
forrajeras anuales.
El establecimiento de las leguminosas generalmente se hace al
momento de la siembra o escarda, en el lomo del surco, a fin de
que sea cubierto con el cultivo y se desarrolle en forma
intercalada.
Leguminosas más utilizadas y la dosis por hectárea para asociaciones con esquilmos
Frijol Terciopelo 5 – 10 Siembra Ts, ThFrijol Ixmilucan 5 – 10 Siembra y escarda T, A, S, TsDolichos lablab 8 – 15 Escarda Ts, ThPhasey bean 4 – 6 Siembra y escarda ThTrébol Huban 2 – 3 Escarda T, A, S, TsMelilotus 2 – 3 Escarda T, A, SCentrocema 2 – 3 Siembra Ts, ThGlycine 2 – 3 Siembra Ts, ThFrijol de Campeche 2 – 3 Siembra Ts, Th
Ts = Tropical seca
Th = Tropical húmeda
T = Templada
A = Árida
S = Semiárida
2.4 PRINCIPALES SISTEMAS DE CONSERVACIÓN DE FORRAJES
ENSILAJE
HENIFICACIÓN (natural o artificial)
DESHIDRATACIÓN
2.4.1 Criterios de Elección
Costo
Calidad
Mano de obra
Maquinaria
3.ELABORACIÓN DE ENSILAJE Y
CONSTRUCCIÓN DE SILOS
Una de las principales alternativas de bajo costo que se disponen para la conservación de
forrajes, es el ensilaje, que representa la base para una ganadería más numerosa y
productiva. Esta técnica es la forma más económica y práctica de conservar, por un lapso
prolongado, el forraje verde con un alto grado de nutrientes y de buen gusto para el ganado.
3.1 ENSILAJE
Es la práctica mediante la cual el material forrajero manifiesta una
sucesión de cambios mecánicos, químicos y físicos, que, como ya
se dijo, permiten conservar un alto grado de su valor nutritivo por
un lapso prolongado, para ser utilizado en las épocas críticas del
invierno y o durante sequías prolongadas.
El ensilaje es el método de conservación de forraje en estado
fresco a través de un proceso de fermentación anaeróbico que
produce un grado de acidez que inhibe la acción de cualquier otro
microorganismo.
3.2 ENSILADO
Se denomina forraje a aquel material de origen vegetal,
generalmente la parte aérea de la planta, destinado al consumo de
herbívoros que contiene más del 18% de fibra cruda en la materia
seca. El ensilado es el forraje conservado obtenido del proceso de
ensilaje
3.3 SILO
Es la estructura física donde se colocan los forrajes para ser
conservados a través del proceso de ensilaje.
3.4 CÓMO PRODUCIR UN BUEN ENSILAJE
Es una práctica necesaria la determinación del potencial
productivo del suelo, a través del análisis fisicoquímico del
mismo. Esta debe ser una rutina indispensable a seguir.
Una magnífica preparación del suelo es fundamental.
Emplear semillas bien adaptadas, de gran rendimiento
valorado y de buena calidad.
Propiciar una óptima densidad de plantas por hectárea.
Tener un amplio conocimiento del equipo a utilizar y un buen
operador para levantar la cosecha.
Previo a la cosecha, tener construido el silo con las
características y la capacidad deseada.
3.5 CUÁNDO SE DEBE ENSILAR
La cosecha de cualquier cultivo forrajero debe efectuarse cuando las plantas se encuentran
en un estado de desarrollo tal, que permita que la cantidad de nutrientes aprovechables por
el ganado esté en su máximo grado.
En el proceso de conservación de pasturas vedes picadas, éstas
deben tener de 30 a 40% de materia seca y una excelente
madurez al corte. Cabe destacar que cuando se tiene menos
materia seca, existen pérdidas de nutrientes por escurrimiento, y,
en el caso contrario, se hace difícil eliminar el aire del material a
compactar, lo cual acarrea problemas de sobrecalentamiento y
pérdidas de material forrajero.
En el caso particular del maíz, para obtener un buen ensilaje debe
procurarse su cosecha cuando la mayor parte de las mazorcas se
encuentran en estado masoso, que es precisamente cuando el
contenido de hidratos de carbono solubles está en su grado
máximo; en forma práctica, esto se puede comprobar cuando las
mazorcas están todavía blandas, pero el contenido de los granos
no salen con fuerza al ser presionado con los dedos. En este punto
de los granos de maíz, las plantas también se encuentran en su
óptimo desarrollo para ensilarse, ya que el contenido de humedad
es de aproximadamente del 60 al 70 % y la proporción de azúcares
es al ideal para obtener una excelente fermentación, por lo que no
se hace necesario añadir aditivos para la obtención de un ensilaje
de alta calidad.
3.6 ¿CÓMO ENSILAR?
Debido al alto contenido de azúcares, los cultivos de maíz y sorgo
para grano se pueden ensilar con bastante éxito en cualquier tipo
de silo. Al momento de iniciar el proceso, el forraje de estas dos
gramíneas debe picarse en porciones muy pequeñas y debe
distribuirse de tal manera, que por cada 40 ó 60 cm de espesor, se
compacte y apisone perfectamente para eliminar cualquier
vestigio de aire y, de esta manera, provocar la liberación de los
jugos que propician una rápida y eficiente fermentación.
Cuando el material por ensilar son esquilmos de cosecha o
rastrojos secos, pobres en azúcares y proteínas, es necesario
agregarles los elementos que le hacen falta, es decir: agua, azúcar
y proteínas. Si se conoce que la humedad ideal para un buen
ensilaje es del 70%, se recomienda agregar por cada tonelada de
esquilmo, 50 kg de melaza y 15 kg de urea disueltos en 300 litros
de agua.
Una ayuda en la conservación del forraje por ensilar para que éste
contenga un alto porcentaje de humedad, es la de agregar
esquilmos secos, tales como rastrojo molido, olote o mazorca con
maíz molido o pacas de cereales con granos molidos.
3.7 CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN ENSILADO
Textura: Debe ser suave, consistente y ligeramente poroso.
pH: Debe ser ácido, con un pH de 4.3 a 4.5. Esta acidez la
proporciona el ácido láctico, sustancia que permite la
conservación del forraje.
Olor: Este debe asemejar a la de una fruta fermentada; si el
olor es muy fuerte, es señal de presencia de ácido butírico,
sustancia que limita el consumo por el ganado.
Color: Debe tener un color verde amarillento. Un color café
oscuro, es señal de un exceso de calentamiento provocado
por una deficiente compactación del material. El color verde
intenso, indica que el forraje ensilado tuvo demasiada
humedad.
REGULAR CALIDADColor Verde oscuro. Tallos y hojas con igual tonalidad.Olor Ácido, con fuerte olor a vinagre. Deja un persistente olor a
manteca rancia en las manos al tocarlo.Textura Las hojas se separan fácilmente de los tallos, los bordes de
los tallos aparecen mal definidos, las hojas aparecen transparentes.
Humedad Al ser comprimidos en el puño gotean efluentes, existe una tendencia a ser compactados y formar una masa.
MALA CALIDADColor Café, casi negro o negro.Olor Desagradable, con olor a podrido o a humedad.Textura No se aprecia diferencia entre las hojas y tallos, los cuales
se tiene una masa amorfa, que incluso llega a ser jabonosa al tacto.
Humedad Destila líquido al ser tomada del ensilado, se compacta con facilidad y llega incluso a tomar la forma que uno quiere.
[JMR4]
3.8 ¿CÓMO ENRIQUECER UN ENSILADO?
Se puede agregar otros alimentos[JMR5], por ejemplo:
Melaza 3.0 - 5.0 %Urea 0.5 - 1.0%Sulfato de amonio 0.05 - 0.1 %Fósforo 0.1 - 0.25 %
3.9 ELABORACIÓN DE UN INÓCULO PARA
UTILIZAR EN EL PROCESO SE ENSILAJE
3.9.1 Cantidad a Utilizar
Incluir de 1 al 3%
Por ejemplo:
Para 100 Toneladas 1% de inóculo
1.0 t = 1000 kg
Para 100 Toneladas 3% de inóculo
3.0 t = 1000 kg
[JMR6]
3.9.2 Recomendaciones para Realizar el Inóculo
COMPONENTE PORCENTAJEMelaza 10.0Urea 0.5Pollinaza 5.0Yogurt 1.0
Subtotal = 16.5Agua 83.5
Total = 100.0
Preparar la mezcla y dejar fermentar durante 24 horas, tiempo en
el cual estará listo para asperjarse en el material a ensilar.
3.10 VENTAJAS DE UN BUEN ENSILADO
Las ventajas que tiene el ensilaje sobre otros métodos de
conservación como el henificado y la deshidratación son los
siguientes:
Es un alimento a bajo costo que proporciona nutrientes
suculentos y de buena calidad para el ganado.
Permite mantener un mayor número de cabezas de ganado
por unidad de superficie.
Mínima pérdida de nutrientes.
Disposición de forraje de calidad en épocas de estiaje y
sequías prolongadas.
Mejor aprovechamiento de los residuos de cosecha.
Ocupa poco espacio.
Conserva eficazmente los valores nutritivos de los forrajes.
3.11 VARIEDADES DE SILO
La conservación de los forrajes es importante, pero igualmente
importante es la construcción que se utilizará par su
almacenamiento.
El silo es una construcción o depósito útil y económico que permite
almacenar forrajes verdes cuando tienen abundantes elementos
nutricionales y conservarlos en buen estado para la alimentación
del ganado en los meses de estiaje y de sequía prolongada.
3.11.1 Aéreos
3.11.1.1 Silo almiar
También conocido como silo plancha ó plataforma. Es un silo
sencillo en su diseño y muy económico, tiene como características
primordiales la de poder establecerlo en cualquier lugar, no
presenta problemas de drenaje y no requiere de instalaciones
especiales. Este se instala al aire libre o intemperie, apilando el
forraje ligeramente picado sobre el suelo, procurando darle una
forma cónica o alargada y cubriéndolo con un plástico fijado en la
base con objetos pesados como tierra, arena o piedras; de
preferencia deberá situarse cercano al lugar donde se maneja el
ganado.
Este tipo de silo, tiene el inconveniente de que toda la superficie o
área que ocupe el forraje queda expuesta al medio ambiente,
disminuyendo su valor nutritivo. Este efecto se puede disminuir
procurando que el apilado y compactación del forraje sea de tal
forma que permita la eliminación del aire mediante la utilización de
un equipo agrícola pesado.
3.11.1.2 Silo torta
Conocido también como silo pastel, éste es una ligera variación del
anterior, ya que en este caso se emplea un molde de lámina
galvanizada calibre 20 para darle al silo una forma cilíndrica de 8 a
10 metros de diámetro por 1.20 de alto, colocando en los extremos
armellas que permitan la colocación y retiro del molde cuando
haya sido llenado.
Este tipo de silo es muy apropiado para ensilar forrajes de
praderas, cereales y pastos que no requieren de un picado en
especial. Solamente necesita una distribución uniforme, una buena
compactación y estar cubierto perfectamente con plástico.
3.11.1.3 Silo torre
Esta clase de silo, da excelentes resultados a aquellos productores
que poseen grandes superficies de cultivo, sin embargo,
Corte de dos silos torres. (A) Con carga y descarga lateral, (B) Con carga superior y descarga inferior.
3.11.2 Aéreo-Subterráneos
3.11.2.1 Silo cuba
Este tipo de silo es una transición del almiar y del de trinchera, su
construcción es ideal para lugares donde no es posible excavar a
una profundidad considerable a causa de un subsuelo con elevado
manto acuífero o demasiado pedregoso. Su principal característica,
es que requiere de un mínimo trabajo de excavación y de
construcción que varía de un metro a 1.5 de profundidad y de 2.5
a 3.5 metros sobre la superficie del terreno, y tiene una forma
alargada y angosta. Este puede construirse de diferentes
materiales, tales como piedra, ladrillo, plástico ó lámina
galvanizada.
3.11.3 Subterráneos
3.11.3.1 Silo trinchera
También se le conoce como silo de pozo o zanja. Este tipo es
actualmente el más popular entre los productores, pues presenta
muchas ventajas a causa del menor costo inicial en su
construcción y por la posibilidad de una mecanización completa en
las operaciones de llenado y manejo del silo.
Para la construcción de este tipo de silo, debe seleccionarse
perfectamente un terreno con cierta pendiente que facilite el
drenado natural, es recomendable darle al piso del silo una ligera
inclinación de un 2 % en el sentido del terreno.
Se recomienda que el terreno sea firme, compacto y con buen
drenaje, si las paredes de éste son sueltas y porosas deberán
revestirse, perfectamente, con cemento. Adicionalmente, se
recomienda trazar un dren en el interior del silo, rellenado con
piedra, así como drenes por toda la orilla dándole salida por la
parte inferior.
Por la parte superior se construyen dos rampas, una de entrada y
otra de salida, es muy conveniente tapar el silo con un plástico que
permita protegerlo de toda infiltración de agua.
Corte de un silo trinchera o zanja. (A) Cubierto de plástico, (B) Capa de tierra, (C) Canaleta de escurrimiento del agua de lluvia.
3.11.4 Ensilado de Forrajes al Vacío (Silo de Plástico)
Además existe el ensilado de forrajes al vacío (silo de plástico), es
una técnica que consiste en colocar el forraje dentro de unas
grandes bolsas o láminas de plástico que se cierran
herméticamente, extrayéndose el aire aprisionado entre el forraje
mediante una máquina de vacío o simplemente con un aspirador
doméstico. Esta bolsa se hace normalmente con dos láminas de
plástico, cuyos bordes se unen por medio de dos tubos de PVC que
encajan uno dentro del otro. La ventaja de este sistema de
ensilado es que puede resolver el problema de conservación del
forraje sin necesidad de invertir en instalaciones costosas, se
puede adaptar a volúmenes variables (de acuerdo con las
necesidades de la explotación) y se puede realizar en cualquier
lugar o parcela.
La aparición en el mercado de las rotoempacadoras, ha
posibilitado ensilar las grandes pacas cilíndricas producidas por
aquellas máquinas. Este ensilado puede hacerse por paca
individual, introduciéndolas en una bolsa de plástico con o sin
extracción del aire, o bien, de montones horizontales de dos
hileras de pacas, lo cual es más práctico y recomendable. De
recientes experiencias inglesas y francesas sobre ensilado de
pacas cilíndricas se puede extraer las siguientes recomendaciones:
La materia seca del forraje en el momento de hacer la
rotopaca debe estar comprendida ente el 25 y 40%. Un
mínimo del 30% es preferible, especialmente si se tata de
ensilado en sacos individuales. En consecuencia, es
totalmente necesaria una desecación previa.
Es también deseable el empleo de un conservador, aunque
no es imprescindible si se alcanza un mínimo del 30 a 35%
MS.
Las pérdidas son mayores en silos de pacas agrupadas que
en silos individuales.
El hermetismo del silo debe ser lo mejor posible. Por ello, es
necesario elegir una superficie llana y sin asperezas en el
suelo, que permita el drenaje, así como aplicar la lámina de
plástico muy ajustada sobre el montón de pacas.
Se puede ensilar montones de 7 pacas cilíndricas agrupadas
en dos hileras, por ejemplo (3 + 4), disponiéndose varios
montones de este tipo.
La capacidad debe calcularse para consumir cada grupo de
pacas ensiladas en no más de 7 o 10 días.
La maquinaria de carga y descarga, así como la
rotoempacadora, es la misma que se emplea para la
recolección y manejo del heno o paja.
Entre los
inconvenientes de
este método se
encuentran el costo
que representa la
renovación anual
de los plásticos y el riesgo de que ratones, pájaros u otros
animales rompan la lámina o láminas que protegen el ensilado,
que al entrar en contacto con el aire se deteriora. Cuando estos
accidentes no están a la vista las pérdidas pueden ser cuantiosas.
3.12 CARACTERÍSTICAS COMPARATIVAS ENTRE
LOS SILOS VERTICALES Y HORIZONTALES
3.12.1 Silos Verticales
Son generalmente de forma cilíndrica. Predomina la altura
sobre sus otras dimensiones.
El espacio de terreno ocupado por ellos es de 6 a 8 veces
menor que el de los silos horizontales.
Permiten la mecanización de todas las operaciones de carga,
descarga y distribución.
La masa ensilada es prensada bajo su propio peso
Fácil protección contra el agua de lluvia y escorrentías
Permiten una mejor conservación del alimento que los
horizontales por su menor superficie de contacto con el aire y
su mayor hermeticidad.
El coste es 3 a 4 veces más elevado por metro cúbico que el
de los silos horizontales, a lo que hay que añadir los
mecanismos de extracción y distribución.
3.12.2 Silos Horizontales
La altura es la menor de tras dimensiones
Costo inferior a los verticales
Mayor necesidad en mano de obra que los verticales
Necesidad de cubrirlos con un material que evite la entrada
de aire
Pérdida en materia seca elevados (del 10 al 30 %).
3.13 NECESIDADES DE ESILAJE Y TAMAÑO DEL
SILO
La cantidad de ensilaje y el tamaño del silo están en función del número de animales que se
requiere alimentar, de la cantidad de forraje que se les proporcionará diariamente, del
número de días requeridos para alimentarlos y del porcentaje de materia seca del forraje
que se desea ensilar.
Debe tomarse en cuenta que se requieren 15 kg de ensilado diariamente para alimentar a un
toro o una vaca, o a 2 becerros de 12 a 15 meses, o a 5 becerros de 5 a 8 meses de edad.
3.14 CANTIDAD DE ENSILAJE
Para calcular la cantidad de ensilaje que se requiere, debe multiplicarse el número de
animales que se desea alimentar por la cantidad diaria de ensilaje que consumirán y el
resultado obtenido, multiplicarlo por el número de días que se alimentarán.
Ejemplo:
Se tienen 10 animales y cada uno de ellos requiere de 15 kg de ensilaje diariamente por un
periodo de tiempo de 180 días: la multiplicación se realiza de la siguiente manera:
10x15x180=27,000; este resultado nos indica que se necesitan 27,000 kg o 27 toneladas de
ensilaje para este caso.
3.15 MÉTODOS DE COMPACTACIÓN
El método de compactación depende del tamaño del silo. En los
silos verticales de 2 t o menos, basta que una persona camine
sobre las sucesivas capas de ensilado para compactar la masa.
En silos horizontales, con un ancho menor a 4 m, se puede compactar usando animales o
personas. Los silos más grandes precisan tractores con ruedas o máquinas con orugas. El
ancho mínimo para compactar mecánicamente es de 4 m. Las ruedas u orugas deben
repasar el borde interno de la huella dejada en el pasaje previo, para así asegurar una
compactación homogénea. Se debe evitar toda acumulación de barro o agua alrededor del
silo para evitar la contaminación del forraje.
3.16 ELIMINACIÓN DEL AIRE EN LOS SILOS
Cuando la cosecha se carga dentro del silo, el aire queda aprisionado entre los fragmentos
de hierba, continuando la respiración con pérdida de azúcares hasta que se consuma este
aire. La mayoría de las cosechas tienden a calentarse en el interior del silo. Esto hace que el
aire aprisionado se eleve, produciéndose corrientes que atraen al aire fresco del exterior y
conduce a un aumento posterior de la temperatura. Si se corta o tritura la cosecha, la
consolidación es mejor, conteniendo menos aire en el interior. Con esto se reduce o evita el
calentamiento inicial. El aumentar la consolidación, llenando rápidamente el silo, o
prensándolo con tractor o evacuando el aire con una bomba, ayuda a comprimir la cosecha
y reducir el peligro de la corriente de aire. Esto es relativamente fácil con una cosecha
húmeda que forma una masa compacta, pero es más difícil con cosechas más secas, donde
la consolidación pueda actuar incluso como un “fuelle”, introduciendo más aire.
Cualquiera que sea la clase de forraje, es de la mayor importancia tapar por las noches la
parte superior del silo con una lámina de plástico: esto evita que el aire caliente salga de la
masa del silo y que entre el aire fresco.
Combinando la consolidación con el cierre, se consigue la ausencia de aire necesaria, para
que los lactobacilos se establezcan rápidamente y, al mismo tiempo, que la mayor parte del
azúcar existente vaya transformándose en ácido, por la fermentación debida a estos
microorganismos.
El llenado rápido del silo sirve indiscutiblemente de gran ayuda en la consecución de un
buen ensilado, pero esto no debe hacerse a expensas de introducir en el silo cargas de
forraje tan húmedo que sea imposible conseguir un producto de buena calidad. Algunas
veces, cuando la cosecha esta demasiado húmeda, es mejor detener la carga del silo y evitar
el movimiento del aire a través del ensilado, cubriéndolo hasta que pueda reanudarse la
carga.
Cuando se utiliza un tractor para consolidar el material que se va a ensilar, hay que tener
cuidado en no conducir demasiado cerca del borde. Se han producido muchos accidentes
mortales al volcar los tractores. Una precaución aconsejable es proveer al tractor de una
cabina de seguridad que proteja conductor en el caso de que vuelque la máquina.
3.17 EL SILO DEBE CUBRIRSE TAN PRONTO SEA
LLENADO
Durante el periodo de llenado debe colocarse una hoja de plástico sobre la superficie del
ensilado, cada noche, para evitar el movimiento de aire. Cuando el silo sea llenado por
completo, debe cerrarse de forma permanente lo más rápido posible.
Este cierre ejerce diversas funciones:
Cuando el producto ensilado esta aun caliente, evita que el aire caliente escape de
las capas superiores, atrayendo al aire fresco.
Cuando se ha producido suficiente cantidad de ácido para conseguir un ensilado
estable, mantiene el aire lejos de la superficie del mismo, evitando que se altere.
Cuando se utilizan silos sin techos, evita que la lluvia penetre en el ensilado; esta
puede diluir tanto la acidez del producto conservado que su pH no sea lo
suficientemente bajo para evitar que comience la putrefacción.
Otro método para cubrir de manera permanente, es colocar una capa de hierba muy
húmeda sobre la superficie y aplastarla con el tractor hasta hacerla una papilla. Esto
puede resultar eficaz en silos con techos (aunque esta capa de hierba supone un
despilfarro), pero es poco probable que evite la penetración del agua de lluvia en
silo descubiertos. En ambos casos, no obstante, parece preferible el uso de hojas de
plástico. Estas debe colocarse en íntimo contacto con la superficie del ensilado para
evitar el deterioro que se produce siempre que hay un hueco entre este y la hoja.
Una capa ligera de tierra, o material similar o una capa [JMR7]de paja, evitara que se
produzca esta oquedad.
La cobertura diaria de la superficie del silo es igualmente importante en lo silos en
forma de torre y la parte superior del ensilado debe cubrirse con una hoja de plástico
sujeta con una capa de paja.
3.18 AL ABRIR EL SILO DEBE EXPONERSE LA
MENOR SUPERFICIE POSIBLE
Cuando un silo esta abierto, el aire comienza inmediatamente la oxidación lenta y el
enmohecimiento de la parte frontal del mismo. Estos efectos son inapreciables si esta parte
es retirada en una proporción razonable (unos 15 cm por día), pero se produce un
desperdicio del ensilado si la cara esta expuesta durante largo tiempo, por ejemplo, cuando
una cara frontal esta siendo comida por muy pocas vacas. Por consiguiente, el tamaño del
frente del ensilado debe ser planeado según el número de animales que vaya a alimentarse.
Es importante, también, que la parte superior y los lados estén bien cubiertos para evitar
que el ensilado caiga por la parte que esta siendo comida, de lo contrario el aire puede
penetrar por debajo de la cobertura y ocasionar el deterioro del ensilado que aun queda por
comer. Esto es particularmente importante en los ensilados de vacío horizontales.
Es mismo principio se aplica a la descarga del silo de torre, en el que la superficie debe
cortarse por lo menos unos 15 cm diarios; este factor es uno de los que debe tenerse en
cuenta a la hora de decidir el diámetro de una torre antes de instalarla.
3.19 DIMENSIONES DEL SILO
En silos tipo trinchera, el tamaño del silo dependerá, básicamente, de las variables antes
mencionadas, así como del porcentaje de materia seca que presente el forraje que se desea
ensilar. El porcentaje de materia seca del forraje determinará la densidad o peso del
ensilado como se muestra en el cuadro siguiente:
PORCENTAJE DE MATERIA SECA
DENSIDAD O PESO DEL ENSILADO (kg/m3)
25 500 – 60020 600 – 800
FORRAJE HUMEDO 1,100
Retomando el ejemplo anterior: si se requieren 27,000 kg, de
ensilaje y el material forrajero a ensilar presenta 25% de materia
seca, ¿qué capacidad deberá tener el silo?, para responder,
únicamente se divide 27, 000 entre 600 y el resultado obtenido
será la capacidad del silo en metros cúbicos. (27,000/600=45m3).
En el cuadro siguiente, se muestran medidas para la construcción
de silos tipo trinchera con diferentes capacidades de
almacenamiento para un número de animales variable, al cual se
le alimentará durante un lapso de 180 días.
NO. DE ANIMALES
NECESIDAD DE
ENSILAJE (kg)
CAPACIDAD DEL SILO DE ACUERDO AL PORCENTAJE DE
MATERIA SECA DEL MATERIAL A
ENSILAR. (m3)
MEDIDAS DEL SILO (m)
CAPACIDAD DE SILO (m3)
ANCHO
ALTURA LARGO
25% M. S.
20% M. S.
F.H. ARRIBA ABAJO
10 27,000 45 33.75
24.5
4 3 1 13 45.5
15 40,500 67.5 50.6 36.8
4 3 2 10 70
20 54,000 90 67.5 49 4 3 2 13 9125 67,500 112.
584.3 61.
34 3 2.5 13 113.75
30 81,000 135 101.3
73.6
4 3 2.5 16 140
La figura siguiente representa las medidas de un silo trinchera con
capacidad de almacenamiento de 91 toneladas de forraje con un
25 % de materia seca.
Una gran variedad de plantas pueden ser ensiladas fácilmente.
Muchas de ellas se cultivan con la finalidad de hacer ensilajes, en
tanto que otras se utilizarán en forma diferente según las
circunstancias.
A continuación de da una lista de las plantas o cultivos más
comúnmente usadas para ensilar:
CULTIVOS PARA ENSILARGRAMINEAS LEGUMINOSAS DIVERSOS
Timothy Alfalfa GirasolPasto bromo liso Trébol dulce Coles
Ryegrass Trébol rojo PapasPasto Johnson Trébol ladino Remolacha
Sorgo Soya Residuos de leguminosas, frutos,
cereales de cervecería y de destilería
Mijos Chícharo de granoPasto pata de gallo Veza
Pasto Sudán Kudzú Maíz Lespedeza
Avena Chícharo de vaca Cebada Trigo
Centeno
3.21 VALOR ALIMENTICIO DEL ENSILAJE
El valor nutritivo de cualquier alimento depende de su contenido
de proteínas, grasas, fibra, carbohidratos fácilmente solubles
(E.L.N. o extracto libre de nitrógeno), sales minerales y vitaminas.
Ciertos alimentos están constituidos en tal forma que sólo son
adecuados para el mantenimiento de la salud y peso corporal;
otros están de tal manera balanceados que son adecuados tanto
para el mantenimiento como para la producción; otros más poseen
una elevada concentración de un constituyente particular y
solamente deben darse al animal como parte de la ración.
Contenido de proteína bruta digerible y equivalente de almidón de diferentes ensilajes
Tipo de
ensilaje
Porcentaje de ensilaje fresco Porcentaje de materia secaM. S. P. B. D. E. A. M. S. P. B. D. E. A.
Pastizal: Frondoso 20 2.8 12.5 18 14.0 62Mediano 25 2.1 14.5 14 8.4 58Maduro 25 1.2 11.4 10 4.8 46
Legumino
sas
Tréboles 20 2.7 8.9 20 13.5 45Alfalfa 20 2.4 8.0 18 12.0 40
Habichuela 25 2.5 11.8 16 10.0 47Rastrojo de
papas25 2.1 11.5 15 8.4 46
Cereales –
Legumino
sas
25 1.9 10.8 13 7.6 43
Cereales Maíz 20 1.4 12.1 11 7.0 60
Avena 25 1.1 11.0 7 4.2 45Granos de
cervecería30 3.3 13.5 18 11.0 45
4.HENIFICACIÓN
El heno es el alimento que se obtiene desecando los forrajes verdes, hasta dejarles un
contenido de humedad del 15% o menos. Este tipo de alimento es importante cualitativa y
cuantitativamente, tanto desde el punto de vista económico, como desde el nutritivo.
Es decir, es el secado rápido del forraje, hasta un 10 o 15% de humedad.
Aunque existen henos preferidos, una gran variedad de
leguminosas y pastos se pueden utilizar y se utilizan con buenos
resultados para preparar heno; el tipo que se produzca depende
del suelo, pH, clima, etc.
Siempre que sea factible, se recomienda que se cultive una
leguminosa para preparar heno porque, en comparación con los
pastos, aquellas son más ricas en proteínas, vitaminas y minerales,
su rendimiento es mayor y fijan nitrógeno cuando se las inocula,
porque las bacterias que están en sus raíces captan el nitrógeno
atmosférico libre. Sin embargo, muchas veces es preferible una
mezcla de pastos y legumbres por razones de sabor y facilidad de
henificado.
4.1 PRINCIPALES CULTIVOS PARA HENO Y LOS
ASPECTOS MÁS IMPORTANTES DE CADA UNO
a) Alfalfa. La alfalfa rinde el mayor tonelaje por hectárea y
produce el heno de leguminosas que mayor proteína contiene. Es
rica en calcio, proteína y caroteno y también en muchos otros
minerales y vitaminas.
Está sujeta a la pérdida de las hojas si no se la cosecha
correctamente y, como las hojas son la parte más nutritiva de la
planta, el valor alimenticio de la alfalfa se deteriora mucho si se
quiebran las hojas por resecamiento.
b) Heno de cereales. Los cereales como la cebada, la avena, el
centeno y el trigo son buenos cultivos para heno si se siegan
cuando los tallos y las hojas están verdes todavía. Producen un
heno más nutritivo si se siegan en la etapa en que los granos están
blandos. En comparación con las leguminosas y la mayoría de los
pastos, los henos de cereales rinden menos y no son tan nutritivos.
En general son pobres en proteína, calcio y caroteno, y si se los
deja madurar suelen ser más ricos en fibra que los cultivos para
heno más comunes.
El heno de avena es un alimento excelente para caballos. Se
henifica con facilidad y a los caballos les agrada. El heno de avena
es pobre en proteína, de modo que su valor alimenticio se
acrecienta mucho cuando se da junto con alfalfa o alguna otra
leguminosa.
c) Tréboles. Los tréboles suelen cultivarse para heno en
combinación con pastos. La combinación de trébol y fleo es la más
popular. En comparación con la alfalfa, los henos mezclados de
trébol y fleo contienen menos proteína y su calidad no es tan
buena.
d) Henos de gramíneas. La mayoría de los pastos que crecen a
suficiente altura se pueden emplear para preparar heno. Entre los
pastos que se suelen cosechar para el heno figuran fleo, pastos
nativos, dactilo, pasto Bermuda, sorgos híbridos, Sudan grass, etc.
Los pastos suelen ser más pobre en proteína y calcio, más ricos en
fibra y menos sabrosos que los henos de leguminosas comunes, y,
con excepción del Sudan grass y de los sorgos híbridos, no rinden
tanto como la mayoría de las leguminosas. Sin embargo, crecen en
condiciones más diversas que la mayoría de las leguminosas y
muchas veces ocurren como vegetación nativa en regiones
incultivables.
Otras consideraciones a tener en cuenta a la hora de elegir las
especies para henificar son las siguientes:
Los henos hechos con leguminosas suelen ser más ricos en
proteína y minerales que los henos de gramíneas. La mayoría de
los henos de gramíneas incluyen cierta cantidad de trébol. La
alfalfa (Medicago sativa) es una leguminosa muy importante que
se cultiva en muchos países para preparar heno. El valor del heno
de alfalfa radica en su contenido, relativamente alto, de proteína
bruta, que puede llegar a los 200 g/kg de materia seca si se trata
de alfalfa segada al comienzo de la floración.
En ocasiones, los cereales se siegan en verde para hacer heno, lo
que suele hacerse cuando el grano se encuentra en estado
“lechoso”. El valor nutritivo de los henos de cereales segados en
esta fase de madurez, es semejante al de los henos hechos con
gramíneas maduras, aunque el contenido en proteína es algo más
bajo.
Si se tienen en cuenta los extremos, es posible producir henos de
excelente calidad, con contenidos en proteína digestible superiores
a 115 g/kg de materia seca y valores de energía metabolizable
superiores a 10 MJ/kg de materia seca. [JMR8]
4.2 TIPOS DE HENO
Existen 2 tipos de heno, el natural y artificial.
4.2.1 Henificación Natural
La evaporación de humedad se realiza sobre el propio terreno.
Consta de las siguientes fases:
4.2.1.1 Siega
Con esta operación se inicia cualquier cadena de recolección y
consiste en separar el tallo de la raíz, que permanece unida al
suelo, en toda la superficie del campo.
Para valorar la calidad del trabajo de una segadora se debe
considerar:
La limpieza con la que se realiza el corte.
Su resistencia al embozado.
El grado de contaminación con tierra de la hierba segada.
Dos son los principios básicos generalizados para realizar la siega:
el empleo de cuchilla y contra cuchilla, que actúan durante el corte
como una tijera, produciendo un cierre por aplastamiento en las
zonas cortadas, y el corte con golpe con una cuchilla
desplazándose a alta velocidad (sin contra cuchilla), que solo
producirá un corte limpio si la velocidad se suficientemente alta y
la cuchilla está bien afilada, pero sin el aplastamiento y cierre de la
zona cortada.
Para realizar este trabajo existen básicamente dos tipos de
segadoras, alternativas o barras de corte, y rotativas. Las
alternativas son las clásicas barras guadañadoras o segadoras, que
han sido durante mucho tiempo las principales máquinas de siega,
arrastradas por animales, acopladas lateralmente al tractor, o más
recientemente autopropulsadas (motosegadoras y cosechadoras
de forraje).
La barra segadora realiza un corte limpio de la planta, lo que
facilita un rebrote rápido, pero es más lenta y frágil que los otros
tipos de segadoras. Necesita un terreno uniforme bien nivelado,
especialmente para el trabajo de máquinas autopropulsadas de
corte amplio. Es ideal para la siega de alfalfa y de cualquier planta
que se espera rebrote posteriormente. En cambio tiene problemas
en la siega de cultivos forrajeros muy densos como veza-avena
[JMR9]o praderas encamadas. Requiere un mantenimiento de
cuchillas cuidadoso, siendo recomendable su afilado frecuente.
El corte se produce por la acción conjunta de las dos piezas
componentes de la barra, una móvil y otra fija (inmóvil) que actúa
de contra cuchilla. Los tallos son cortados por la acción de las dos,
que actúan como tijeras.
En las barras de doble cuchilla que carecen de dedos, existen dos
sierras accionadas de forma contraria, lo que permite un mayor
rendimiento y un menor número de atascos.
Aparte de las barras de corte citadas, movidas por la toma de
fuerza del tractor, hay que destacar la existencia de máquina
autopropulsadas con el mismo sistema de corte, que pueden ser
de tamaño pequeño, como las motosegadoras, útiles para el
trabajo en pequeñas o medianas parcelas, o de gran tamaño (más
de 2 m de ancho de corte), aptas para las grandes explotaciones.
Estas últimas, se fabrican hoy día combinadas con rodillos
acondicionadores, denominándose la máquina segadora-
acondicionadora autopropulsada.
No obstante las segadoras alternativas se han quedado obsoletas
para la agricultura moderna frente a las rotativas. Una de las
Barra guadañadora alternativa diseñada para ser accionada por un tractor
Las segadoras rotativas producen el corte por impacto sobre el
tallo de varias cuchillas que giran a gran velocidad. Producen más
daños en la planta, por ejemplo, desgarres, y los fragmentos más
pequeños pueden desaparecer entre el rastrojo, de la pradera o
del cultivo, perdiéndose como parte de la cosecha.
El rebrote de las plantas es más lento a consecuencia de los daños
realizados. Son máquinas de mayor rendimiento y más fácil
mantenimiento que las barras segadoras. Aunque necesitan más
potencia de tractor son muy versátiles y pueden aplicarse en toda
clase de praderas y cultivos forrajeros.
Pueden clasificarse, según la posición del eje, en horizontales (de
mayales) o verticales (de tambores o discos).
Las segadoras de mayales son muy poco utilizadas para
henificación, aunque son bastantes populares como máquinas para
ensilado. Realizan un trabajo útil en praderas densas, sin atascos,
rasgando y troceando bastante el forraje, pero producen gran
pérdida de foliolos y hojas en las leguminosas.
Las segadoras rotativas verticales pueden ser de tambores o de
discos. Las de tambores suelen llevar dos o cuatro tambores, cada
uno con varias cuchillas, accionados de forma que giran en sentido
inverso dos a dos, lanzando el forraje hacia atrás entre cada dos
tambores vecinos, obteniéndose cordones bien formados.
Las rotativas de discos se desarrollaron posteriormente a las de
tambores. Constan de un número par de discos (4 a 6), circulares u
ovalados, en los cuales se insertan las cuchilla libremente
articuladas[JMR10]. Su ancho de trabajo oscila entre 1,6 y 2,4 m.
Segadora de discos
Dentro de los dos tipos de corte citados (segadoras alternativas y
rotativas) existen máquinas que acoplan uno u otro sistema de
siega a los rodillos acondicionadores clásicos, constituyendo las
llamadas segadoras-acondicionadoras. En una sola pasada realizan
tres operaciones: siega, acondicionado, e hilerado, reduciendo los
costos y mejorando la calidad, al reducir el tiempo de secado en un
30 a un 40 %, según las condiciones climatológicas.
La parte fundamental de estas máquinas son los rodillos,
generalmente acanalados, metálicos o, más usualmente,
recubiertos de caucho, los cuales cortan los tallos de la hierba o
provocan pequeñas roturas en ellos, facilitando así la posterior
pérdida de agua.
Segadora de tambores trabajando con acondicionador
Los trabajos de siega conviene realizarlos después de la salida del
sol, una vez que el forraje ha perdido algo de humedad y rocío de
la noche.
En lo que respecta a la altura de corte, conviene hacerla a 5 cm del
suelo. De esta forma se facilita el secado del forraje, ya que habrá
una circulación del aire más libre a través de la masa forrajera
segada.
4.2.1.2 Secado
El secado o curación de la hierba o forraje tiene por objetivo
reducir su contenido de agua a menos de un 20 %, con la menor
pérdida posible de hojas.
Los factores que determinan la rapidez de la pérdida de agua del
forraje a henificar son: el clima, la cantidad y disposición de la
hierba en la hilera y el tipo de planta.
A nivel de planta individual, la pérdida de agua se produce a través
de las hojas, mientras que el agua de los tallos se elimina en parte
después de su traslocación a las hojas. También existen
diferencias entre especies en cuanto a la rapidez de desecación,
siendo en general las gramíneas más rápidas que las leguminosas,
y entre éstas el trébol blanco más lento que otras plantas.
El proceso de secado se acelera y el forraje gana en calidad
cuando el troceado es uniforme; también se acelera mediante el
acondicionamiento del forraje, realizado por el paso del mismo
entre dos rodillos que aplastan los tallos de las plantas.
El acondicionamiento del forraje acelera el tiempo de secado en
más de un 20% y es tanto más eficaz cuanto mayor es el
contenido de agua de la planta, ya que su principal ventaja es
aumentar la velocidad de evaporación de los tallos.
También permite la desecación simultánea de tallos y hojas, lo
cual es importante en leguminosas, cuyas hojas suelen secarse en
muy pocas horas mientras que los tallos tardan mucho más
tiempo. Sin embargo, con clima húmedo, las pérdidas por arrastre
de la lluvia pueden ser mayores cuando se acondiciona el forraje,
sea cual sea el método.
El acondicionado debe realizarse inmediatamente después de la
siega, o simultáneamente, cuando se dispone de segadora-
acondicionadora. Su acción es particularmente importante en la
primera fase del secado del forraje (hasta llegar al 50% de
humedad), fase en la cual la velocidad de evaporación puede
aumentarse al doble mediante el acondicionamiento.
Otro sistema de acelerar la velocidad de secado se basa en la
laceración de los tallos producida por el sistema de corte de las
segadora-rotativas de eje horizontal (de mayales). Sin embargo,
las pérdidas son mayores, especialmente de hojas, y no se
recomiendan en absoluto para leguminosas.
El secado en zonas de clima húmedo se realiza extendiendo el
forraje por toda la superficie segada, pero si el terreno está
húmedo, es conveniente dejar un rastrojo un poco alto e hilerar
estrechamente el forraje, que debe voltearse una o dos veces al
día.
En zonas muy secas es aconsejable hilerar rápidamente para evitar
una desecación muy rápida de las hojas, que luego pueden
perderse en el proceso de recolección, mientras que los tallos
permanecen aún con humedad. Por las noches se debe dejar en
todos los casos el forraje bien hilerado para protegerlo del rocío o
posibles lluvias. El secado en hileras, aunque más lento, se hace
necesario para obtener un heno de calidad.
En condiciones secas normales, con uno o dos pases de rastrillo
hilerador es suficiente para un heno de calidad, el primero a las 24
ó 36 horas del corte y el segundo (si es necesario) entre 24 y 36
horas antes de empacar.
Un exceso de movimiento de los cordones de heno encarece su
realización y aumentan las pérdidas mecánicas, aunque en caso de
lluvias a veces es necesario realizar de 3 a 5 movimientos. En
condiciones secas, todos estos movimientos de las hileras deben
hacerse por la mañana temprano, a fin de evitar las pérdidas de
hojas ya citadas.
El empleo de desecantes como el ácido fórmico para acelerar la
pérdida de agua ha sido ensayado en Inglaterra, y, aunque el
tratamiento es efectivo, su empleo no está muy difundido en la
henificación, aunque sí en el ensilado.
4.2.1.3 Los acondicionadores
La forma en que se realiza la “rotura” de los tallos permite
establecer diferencias en estos equipos. La acción mecánica
predominante puede ser:
El aplastamiento con formación de fisuras longitudinales.
El plegado a intervalos fijos que provoca roturas
transversales.
La laceración producida con choques y frotamientos.
Se estima que se necesitan de 15 a 20 horas de sol, en
condiciones favorables para secar el heno destinado al empacado.
Si el forraje ha sido acondicionado en el momento de la siega sólo
se necesitan 8 o 10 horas de sol para el mismo secado. Además, se
mantiene el color natural del forraje, aumenta la palatabilidad del
heno y su mejor aprovechamiento por el ganado. Es, por tanto,
imprescindible para producir heno de calidad, especialmente en
plantas de tallo grueso como la alfalfa.
Normalmente el acondicionador va asociado a la segadora, con
independencia del dispositivo de siega utilizado, y la hierba debe
quedar formando un baraño hueco y voluminoso, con las hojas
hacia dentro y los tallos hacia fuera, y apoyado sobre el rastrojo
para que la hierba segada quede aislada del suelo, generalmente
más frío y húmedo.
Debe procurarse que la anchura del acondicionador sea igual a la
de siega (relación 1/1), ya que con las relaciones inferiores de 1/2
a 1/3, que se encuentran en algunas máquinas, el acondicionado
es menos intenso y los tiempos de secado llegan a aumentar hasta
en 5 horas.
Para producir el acondicionado se utilizan generalmente pares de
rodillos, lisos o dentados, o bien dedos montados sobre un rotor
que golpean la hierba de manera similar a como lo hace una
segadora de mayales después del corte.
Acondicionadores de rodillos
Los rodillos producen un aplastamiento de la hierba al girar por
parejas en sentidos contrarios. El material utilizado para la
construcción, el área de contacto y la presión entre ambos
condiciona la intensidad de su acción. Las acanaladuras en los
rodillos dificultan la tendencia del forraje a enrollarse en los
cilindros, que, de ocurrir, impediría su correcto funcionamiento.
La velocidad periférica de los rodillos es de tres a cuatro veces mas
rápida que la de avance de la máquina, para que se produzca la
succión de los tallos y su aplastamiento, además de obligar a la
hierba a salir de la máquina a mayor velocidad que la de avance,
formando un baraño suelto y aireado que no precise sucesivos
esparcidos y aireados.
Dependiendo de las características constructivas de los rodillos,
estos pueden ser o lisos o dentados.
Acondicionador de rodillos de goma
Acondicionadores de dedos
Consiguen el lacerado del forraje por su choque contra varias filas
de dedos, montados en un eje horizontal animado con movimiento
de rotación.
El empleo de este sistema, inicialmente diseñado para praderas
naturales de zonas húmedas, se ha incrementado como
consecuencia de la difusión de las segadoras rotativas e disco y de
tambor. En ellas la salida del forraje no se produce en toda la
anchura de corte, por lo que los acondicionadores de rodillos no
actúan siempre con uniformidad. La incorporación de
acondicionadores de dedos en cada una de las salidas, entre cada
dos rotores consecutivos, se adapta mejor a esta forma de entrega
del forraje.
Los dedos han evolucionado pasando de las formas rectas a las de
“Y” invertida, con lo que la parte inferior del tallo (con mayor
consistencia) recibe más golpe que la superior.
Sin embargo, un empleo poco cuidadoso del acondicionador de
dedos puede ocasionar excesiva pérdida de hoja en las
leguminosas, sobre todo cuando se actúa en condiciones secas.
Segadora de discos con acondicionador de dedos en Y
4.2.1.4 Los rastrillos
Los rastrillos aparecen ante la necesidad de agrupar el forraje en
cordones para incrementar la capacidad de trabajo de las
máquinas que tienen que realizar la recogida. Sin embargo, se
pueden considerar unas máquinas polivalentes capaces de:
Formar cordones de hierba esparcida en toda la superficie
del campo.
Unir varios cordones pequeños en uno mayor.
Esparcir el forraje acordonado por toda la superficie del
campo.
Voltear los cordones de manera que se pongan hacia arriba
las partes más húmedas.
Cuando las características del rastrillo se adaptan preferentemente
para realizar las operaciones indicadas en los dos primeros grupos,
se suele hablar de rastrillo “hilerador”o “acordonador”, mientras
que si se adaptan a los dos últimos se suelen considerar como
“volteador” o “henificador”.
Efecto de los rastrillos en el henificado
Tres son los aspectos fundamentales que se deben analizar para
valorar el trabajo de un rastrillo:
Los daños que se producen en el forraje.
La contaminación por tierra.
El estado en que queda el cordón sobre el que debe trabajar
la máquina recogedora que sigue en la cadena.
Los daños en el forraje siempre están en relación con el grado de
humedad de éste. Así, con el mismo rastrillo, se tienen pérdidas
del 1 al 2% en el momento de la siega, del 4 al 5% en el
acordonado y, si el heno está próximo a la desecación, estas
pérdidas pueden alcanzar del 8 al 10%.
Hay diferentes tipos de rastrillos:
Rastrillos de molinete horizontal oblicuo.
Rastrillo hilerador-volteador de eje vertical
4.2.1.5 Empacado y transporte
En la cadena de recolección, después de conseguir que el
contenido de humedad de la hierba sea suficientemente bajo, es
necesario proceder a la recogida y, por tratarse de un material de
baja densidad, a su compresión, para reducir su volumen de
almacenamiento.
Con los sistemas tradicionales de recogida, al igual que en la
recolección de los cereales, se buscaba formar un “paquete”
relativamente fácil de manejar a mano.
La mayoría del heno se conserva y transporta en pequeñas pacas o
paquetes paralepipédicos. Sin embargo, cada día es más frecuente
el uso de las grandes pacas, tanto cilíndricas como de forma
prismática (menos usuales) que, poco a poco, y de acuerdo a la
tendencia europea, van popularizándose.
Se realiza con la máquina denominada empacadora. Las que
podríamos denominar de tipo convencional, recogen el heno
depositado en la hilera, lo comprimen dándole una forma
prismática, sujetan el prisma atándolo con sisal o alambre y lo
devuelven al terreno para que continúe el secado. Con otros
sistemas la paca es recogida inmediatamente.
La principal ventaja de las pequeñas pacas o fardos tradicionales
es su manejabilidad, pudiendo moverse perfectamente a mano, sin
necesidad de maquinaria o elementos cargadoras, como ocurre
con las cilíndricas. Su peso es de 10 a 30 kg según sean las
dimensiones y la presión de la empacadora y, dada su forma
regular, pueden almacenarse y amontonarse ordenadamente en
cualquier espacio.
Empacadora convencional de pacas prismáticas
El mayor inconveniente es su alto costo de realización, por
kilogramo de heno.
En la alimentación de los animales facilitan una dosificación en
cantidades bastante exactas, pudiendo realizarse la distribución al
ganado manualmente. La carga de pacas convencionales o fardos
pequeños, se realiza a mano, o bien, mediante cargadores
especiales que se pueden acoplar a los remolques o camiones. Hay
cargadores arrastrados (alzapacas) que por medio de una cadena
sinfín elevan por un tobogán la paca que recogen del suelo
directamente, sin más precaución que dichas pacas se encuentren
orientadas en el sentido de la marcha del tractor, pues si se
encuentran atravesadas producen atascos y detenciones del
vehículo. Teniendo esa precaución, el conductor y un ayudante
pueden cargar 4 o 5 toneladas por hora, mientras que a mano se
necesitarían dos hombres más, con un rendimiento menor.
También son frecuentes los brazos elevadores accionados
hidráulicamente, que se acoplan lateralmente al remolque o
camión, pero suelen necesitar un ayudante más, que va colocando
adecuadamente las pacas en el elevador.
Hay implementos que se acoplan a la empacadora, como el
lanzador de pacas, que dirige éstas a un remolque en donde se
van colocando al mismo tiempo que salen de la máquina. También
se acopla a la empacadora una plataforma que deja reunidas en el
terreno varias pacas, de forma que suelen manejarse después
como un solo conjunto de mayor peso, facilitando su posterior
carga y transporte con la ayuda de cargadores especiales
acoplados a la parte delantera del tractor.
Un equipo sencillo y económico compuesto, además del tractor,
por un recogedor de pacas con elevador y un remolque de dos
ejes, puede recoger y cargar entre 100 y 120 pacas por hora con
tres hombres, transportarlas a unos 800 o 1000 m y descargarlas
con elevador en el almacén. El resultado global será un
rendimiento de 33 a 40 pacas por hombre y hora.
Este rendimiento puede llegar a incrementarse progresivamente
hasta más de un 100% (90 a 100 pacas por hombre y hora),
utilizando remolques y cargadores especiales más caros y
sofisticados.
Existen en el mercado diversos tipos de remolques autocargadores
de pacas. Uno de los más conocidos recoge las pacas del suelo por
medio de un elevador y las va depositando ordenadamente, en
forma de almiar prismático sobre el remolque, haciendo el
cruzamiento automático de las pacas del conjunto para darle una
mayor rigidez. Puede llegar a cargar las 150 pacas de su capacidad
normal en lapsos de 15 a 20 minutos, haciendo la descarga
posterior en bloque, basculando hacia atrás la plataforma del
remolque.
Otro modelo de remolque autocargador, tras recoger las pacas del
suelo con un tobogán, las eleva y deposita alineadas en una
especie de rampa o pista de cuatro pisos horizontales que ocupa
totalmente el remolque. La descarga se hace de la misma forma
que la carga, pero en sentido inverso, de manera ordenada,
utilizando el tobogán, que puede orientarse en distintas
direcciones y alturas, a fin de conectarlo a una cinta
transportadora para subir las pacas al almiar.
La capacidad normal es de 125 pacas de 0,8 m de longitud,
pudiendo recogerlas en unos 5 a 10 minutos, si la densidad es alta.
Las grandes pacas cilíndricas se obtienen por enrollamiento
progresivo del forraje en un tipo de máquina denominado
rotoempacadora. Las dimensiones de estas pacas oscilan entre 1,6
y 1,8 m de diámetro, con una longitud o altura de 1.5 a 1.7 m. Los
Su manejo en carga y descarga exige siempre el uso de
cargadores especiales u horquillas o palas cargadoras, acopladas
al tractor, generalmente frontales. Las pacas se transportan, bien
en remolques normales o en los especialmente diseñados para
ello, algunos de los cuales son basculantes, de forma que permiten
depositar las pacas cilíndricas debidamente agrupadas sobre el
suelo.
Con ciertos tipos de ganado en explotaciones en las que el
consumo del heno vaya a hacerse en zona próxima a la parcela de
producción, pueden descargarse con la misma rotoempacadora en
dicha zona, a la intemperie, más o menos agrupadas, ya que las
pérdidas por lluvia son escasas, y protegidas del ganado por un
pequeño cercado se reparten y distribuyen cuando sea necesario.
Este sistema disminuye notablemente los costos, tanto de
empacado como de transporte. La utilización en autoconsumo
directamente en el campo es fácil con determinados tipos de
ganado, con lo que el proceso de distribución también se abarata
enormemente.
Como el caso de las pacas convencionales también existen
remolques autocargadores de pacas cilíndricas. Uno de ellos las
carga en posición horizontal, con la generatriz o altura en sentido
perpendicular a la marcha del tractor, existiendo modelos de
remolques para 8 y 16 pacas (en 2 y 4 hileras, respectivamente).
La descarga se hace basculando la plataforma hacia atrás. Otro
tipo de remolque carga 4 ó 5 pacas cilíndricas alineadas,
transportándolas con su altura o generatriz orientada en el sentido
de la marcha. También descarga basculando hacia atrás,
depositando las pacas en forma vertical, formando una especie de
torre cilíndrica de varias pacas.
Conviene también citar un tipo de remolque que distribuye el
forraje de las rotopacas, desenrollándolo progresivamente y
facilitando así su consumo por el ganado. Esto puede ser
especialmente útil en las explotaciones extensivas de gran número
de cabezas.
Debe mencionarse, finalmente, la existencia de las grandes pacas
de forma prismática cuyo peso oscila entre 600 kg (cuyas
dimensiones son de 1.2 x 1.2 x 2.4 m, y 1000 kg, (2.10 x 2.44 x
2.44 m). Para su elaboración se necesitan máquinas empacadoras-
prensadoras especiales. Para su manejo y distribución posterior,
que no suele ser fácil, se requiere también de equipo especial. Aún
así pueden ser interesantes en circunstancias muy concretas.
Empacado de grandes pacas prismáticas
4.2.1.6 Almacenamiento
Las pacas de heno convencionales se apilan formando montones o
almiares, unas veces al aire libre, lo que no es muy corriente
debido al elevado precio del heno, y otras en heniles o cobertizos
que las protegen de la lluvia. Este tipo de construcciones deben
ser lo más diáfanas posibles, con una altura mínima de 4 m y
normalmente cerradas por el lado o lados de los vientos de lluvia
dominantes en la zona.
La realización de estos almiares se facilita mucho disponiendo de
paredes para apoyar las pacas, pudiéndose utilizar elevadores
mecánicos de pacas o simples cintas transportadoras, para facilitar
el trabajo de los operarios.
[JMR11]
Un cargador telescópico facilita la formación de almiares de gran altura
El heno debe quedar perfectamente protegido de la lluvia y del sol,
pero bien ventilado.
En almacenamientos al aire libre, es aconsejable cubrir la parte
superior de la pila o almiar, que puede acabar en arista, con una
lona o plástico grueso que impida la penetración de la lluvia, la
cual perjudicaría la calidad del heno. Dicha cubierta de plástico
debe fijarse mediante cuerdas o, mejor, con una capa de pacas de
paja encima de ella. A veces, también es útil cubrir con placas
usadas de fibrocemento o galvanizadas, sujetadas mediante
cuerdas y con algún peso encima.
Las pacas cilíndricas grandes ofrecen mejor protección ante la
lluvia debido a su sistema de elaboración por enrollamiento,
aunque se debe evitar depositarlas en sitios húmedos. Si se
almacenan al aire libre es aconsejable disponerlas en un lugar
abrigado de los vientos húmedos. El apilado de estas pacas es
difícil y los montones muy inestables, por lo que debe tenerse
cuidado al moverlas.
Las pacas cilíndricas al aire libre durante todo un invierno, sólo se
humedece por la lluvia en los 3 o 4 cm exteriores, en tanto que el
resto del heno se mantiene perfectamente seco.
En una pequeña experiencia de Infante y col. (1980),[JMR12]en
Extremadura, citado por Muslera y Ratera (1991), con heno de
veza-avena, se compararon tres sistemas de almacenamiento y
conservación del forraje cosechado:
Sistema convencional, recogida con empacadora y transporte
de pacas al henil.
Recogida con rotoempacadora formando pacas cilíndricas de
500 kg que se dejaron a la intemperie.
Recogida con empacadora dejando las pacas a la intemperie,
formando pequeños montones prismáticos de 27 pacas, con
peso similar a los fardos cilíndricos.
Se estudió la evolución de la calidad del heno a lo largo del
invierno, mediante el análisis de cada tratamiento, no
observándose una gran variación en el contenido proteico, de
fósforo, y en la humedad del heno almacenado en el henil y del de
las pacas cilíndricas.
Por el contrario, las pacas convencionales amontonadas sin
protección a la intemperie se humedecieron con las primeras
lluvias, disminuyendo la materia seca hasta un 23,3% y
produciéndose fenómenos de putrefacción y mohos como
consecuencias del invierno lluvioso.
La digestibilidad del heno en cada uno de los sistemas de
almacenamiento es variable, observándose una aceptable
disminución del conservado en rotopacas al aire libre, mientras
que el descenso del conservado en pacas a la intemperie es mucho
mayor, hasta el punto de hacerlo prácticamente inútil para el
consumo al final del invierno.
De lo expuesto se deduce que, para las zonas de verano seco, el
heno que vaya a ser utilizado en el verano y otoño siguiente a su
recolección puede ser conservado en rotopacas a la intemperie. Su
calidad será semejante a la de las pacas guardadas en henil y se
abaratará en el almacenamiento en la medida de no ser ocupada
alguna [JMR13]para su conservación, al menos en inviernos de lluvia
normal.
4.2.2 Henificación con Ventilación Forzada
Es el paso de aire caliente forzado a través de forraje semiseco (40
a 60% humedad) que se aplica sobre forraje sin empacar o
empacado, bajo cubierta.
El gran enemigo del forraje en proceso de henificación es la lluvia.
Debido a lo imprevisible y frecuente de las precipitaciones, se han
desarrollado técnicas para evitar este peligro. Se ha extendido el
sistema de secado del heno en almacén o henil, a base de
ventilación forzada.
Este método permite recolectar el heno en un estado mucho más
precoz, y de forma más rápida, lo que redunda en la mejor calidad
del mismo.
En condiciones húmedas, a medida que el heno de la hilera o
cordón se acerca al punto de equilibrio con la humedad
atmosférica, la velocidad de evaporación se reduce, y mientras las
hojas excesivamente secas se pierden los tallos continúan
suculentos.
En consecuencia, el momento de recogida o empacado es un
compromiso entre aceptar un contenido de agua demasiado
elevado para un almacenamiento seguro, o dejar el forraje en el
campo para sufrir un mayor lavado y también mayores pérdidas
físicas de materia seca.
La solución que se ha desarrollado en muchos países europeos es la recogida del heno con
mayor humedad, y aplicar después ventilación forzada de diversas formas. El método
tampoco está regularmente extendido, calculándose que en el Reino Unido sólo un 4% del
heno es elaborado de esta forma, si bien en otros países como Francia, el porcentaje de
heno secado en almacén en algunas regiones llega al 60 o 70%.
La ventilación consiste en hacer pasar suficiente aire forzado a través del forraje, que puede
retirarse del campo empacado o sin empacar, mediante remolques autocargadores. La
humedad inicial puede oscilar entre 40 y 60% en el momento de recogida, siendo usual
hacer una siega precoz y presecado en campo hasta el 35 o 50% de humedad,
aproximadamente.
Para que el coste energético sea menor, es fundamental trabajar
con un forraje no demasiado denso y homogéneo, es decir
preferentemente sin empacar (a granel), o bien en pacas de baja
presión.
El sistema más elemental de secado puede consistir en un
ventilador conectado a un conducto de ventilación central en
forma de túnel, sobre el que se amontonan las pacas o el heno a
granel a desecar. Es imprescindible en este caso situar uno
soportes metálicos o de madera para asegurar que quede
suficiente espacio para el caudal de aire calculado. El método más
habitual de secado en almacén es el de ventilación vertical, que
consiste en disponer una plataforma o área de secado elevada a
unos 50 o 60 cm del suelo del almacén, formada por un suelo
enrejillado o emparrillado, de madera u otro material, o bien
paneles reticulados soldados apoyados en soportes separados ente
0,90 y 1,20 m. Este tipo de plataforma debe tener una resistencia
de unos 1300 kg/m2 cuando el forraje está húmedo, para pilas de
heno con alturas máximas de 5 a 6 m. Esta plataforma de secado
suele ocupar casi toda la superficie del almacén-henil.
Se necesita también prever una cierta altura libre por encima del
montón, sobre todo cuando se utilizan sistemas de manipulación a
granel, consistentes en una grúa-puente situada en el techo, con
un sistema de garras o brazos articulados para mover el heno.
La velocidad del aire a través del forraje debe ser de 20 cm por
segundo, mientras que a la salida del ventilador no debe superar
los 8 m/s en el conducto principal, con unas aberturas hacia el área
emparrillada de secado de sección suficiente para una velocidad
inferior a 4 m/s. Esto exige que la superficie cubierta de la
plataforma de secado, por madera u otro material, sea inferior al
40 %, dejando libre el paso del aire en un 60% del área total.
En todo momento se pueden distinguir tres zonas en el montón de
forraje, una primera seca, en la base, que constituye un obstáculo
a la penetración del aire hacia las capas superiores; una segunda
intermedia, en proceso de secado, y una tercera en la zona de
arriba todavía húmeda y la cual no está secándose, pues el aire
que le llega está saturado de agua. Cuando se maneja el heno en
pacas es conveniente presecarlo hasta un 30 o 40% en campo, e
introducir las pacas progresivamente. Cuatro o cinco capas el
primer día, y tras ventilar unos 3-4 días, volver a introducir otras 2
ó 3 capas a la vez, continuando así sucesivamente.
Esto sugiere otro de los sistemas de ventilación forzada, en el cual
el forraje se seca sobre un área de ventilación de dimensión
reducida, diferente del lugar de almacenamiento, lo que supone
una doble manipulación.
Esta variante ofrece la ventaja de un secado mucho más rápido al
limitar la altura de la masa de forraje ya seca, y reducir el área de
ventilación. Sin embargo, la superficie mínima de ventilación
implica, para un mismo caudal el aire, una mayor velocidad a
través del forraje, y por tanto un ventilador de más potencia y
mayor consumo energético. En consecuencia, esta solución no
parece muy aceptable, salvo que las construcciones existentes no
se adapten al sistema de secado en almacén habitual o bien en los
casos en que la doble manipulación que se exige al heno esté
estudiada de una forma simple y eficaz.
4.3 SUMINISTRO DE HENO AL GANADO
El heno almacenado resulta un producto muy estable y fácil de
manejar para la alimentación del ganado. Conocido el peso medio
de una paca, resulta muy fácil el racionamiento por lotes contando
su número.
Puede ser consumido sin problemas por cualquier tipo de ganado y
constituir la totalidad de la ración base. Tiene propiedades
astringentes. Es ideal para iniciar a rumiantes jóvenes en el
consumo de forrajes. Por su gran estabilidad, el heno es
susceptible de comercialización.
Son características físicas importantes el contenido de hojas, la
textura y la rigidez, además de la longitud de las partículas de
heno y la densidad al darlo a los animales. Se ha dado importancia
a la posibilidad de suministrarlo en forma de pastillas, preparadas
a base de heno molido. Se han hecho comparaciones entre dos o
más de las siguientes formas de preparación del mismo heno:
largo, picado (trozos de 2 a 10 cm) y entregado suelto o
comprimido en forma de pastillas; y molido muy fino (partículas de
1,6 a 8 mm), dado en forma de harina o en pastillas.
Las densidades aproximadas (kilogramos por litro) son: heno largo
0,08; heno picado 0,15; heno picado y comprimido en pastillas
0,26 a 0,48; harina finamente molida 0,34; y, por último, molido y
comprimido en pastillas 0,65 a 0,97. Cuando se prepara heno en
forma de pastillas, la densidad y la dureza de éstas dependen de la
cuantía de la presión aplicada. Se ha comprobado que el consumo
voluntario del heno molido y comprimido en pastillas es de un 10 a
un 25% mayor que el del heno natural o picado en trozos.
Las pacas deben ser abiertas y el heno extendido sobre el pesebre
o en una zona de alimentación. Si se dispone de rastrillos
especiales para heno se reducen las pérdidas.
También pueden constituirse heniles de autoconsumo. Para ello,
en el propio edificio que alberga el heno, basta disponer una
plataforma de 1 m en pendiente hacia un pesebre sobre el cual
está colocado un rastrillo para heno. La plataforma está siempre
llena de heno desempacado que va cayendo hacia el rastrillo a
medida que es consumido por los animales.
Distribución de una paca picada sobre el comedero
4.4 FORMAS DE HENO
El heno puede ser hecho en varias formas, de acuerdo a las condiciones, al uso que se
pretende hacer del mismo y al nivel de tecnología.
Heno largo. Es la forma tradicional y más antigua de forraje
cortado, dado vuelta y acarreado.
Heno triturado. Es una opción cuando las condiciones para
el secado son favorables y los sistemas altamente
mecanizados; es menos voluminoso y adaptado al manejo
mecánico, pero debe ser acondicionado, hilerado y
recolectado con una cosechadora de forraje.
Heno en rollos o fardos. Originariamente se hacía
manualmente y, posteriormente, con máquinas fijas; se
automatizó a partir de 1950 con la introducción del
levantador de rollos. Los rollos grandes que pueden ser
levantados por un cargador montado en el frente del tractor
son ahora el principal tipo usado en la producción en gran
escala. Los rollos son actualmente la forma más común y
más simple de confeccionar fardos; su forma los protege de
la lluvia y resisten al agua mejor que los fardos tradicionales.
Heno pildorizado o comprimido. Es denso y de buen flujo,
fácil de transportar, manejar y almacenar. Existen equipos de
campo para elaborarlo, pero son costosos; se usa para la
producción de heno de leguminosas de alta calidad en climas
que permiten un secado rápido. Las pérdidas son menores
que con los rollos.
Heno secado en el establo. Con equipos para el secado
con ventiladores, con o sin calor adicional; no están muy
difundidos.
4.5 LAS PRINCIPALES OPERACIONES EN LA
PRODUCCIÓN DE HENO
Los distintos métodos de producción de heno varían dependiendo
del cultivo y de las circunstancias; sin embargo, las principales
operaciones son, en general, similares:
El corte, que puede ser combinado con el acondicionamiento.
El acondicionamiento artificial para un rápido secado (una
innovación que se usa pocas veces).
El removido y esparcido del forraje cortado para permitir un
secado uniforme del material, ayudar a disipar el calor y
reducir el peligro de desarrollo de mohos y la fermentación.
El hilerado, es decir, poner el forraje cortado en hileras para
su posterior manejo y recolección y, en algunos casos, para la
protección nocturna; en condiciones cálidas y áridas el
hilerado protege el forraje de la caída de hojas y de su
blanqueo.
La formación de pequeñas parvas o montones son etapas
intermedias del secado en algunos sistemas manuales.
El transporte y almacenamiento, con la formación de fardos o
rollos; en los sistemas tradicionales el heno seco es
transportado y almacenado en montones o en el establo. La
preparación de rollos antes del almacenamiento es más
común en los sistemas mecanizados modernos.
4.6 PÉRDIDAS EN LA PRODUCCIÓN DE HENO
Para limitar las pérdidas y mantener el deterioro a un nivel
mínimo, son fundamentales la capacidad y la experiencia del
operador que debe prestar atención a detalles a lo largo de todo el
proceso de producción de heno. El buen éxito de este proceso
depende, en buena medida, del criterio y la experiencia del
operador. La primera y más importante forma de minimizar las
pérdidas es secar el forraje tan rápido y uniformemente como sea
posible y, posteriormente, manejarlo cuidadosamente.
Las causas de las pérdidas incluyen los siguientes factores:
Fermentación. Cuya acción comienza tan pronto como el
forraje es cortado; la oxidación enzimática de la savia y la
actividad de las bacterias y los mohos sobre la superficie del
cultivo causan pérdidas y generan calor. Si el cultivo no está
lo suficientemente aireado como para disipar dicho calor,
pueden ocurrir daños importantes. Revolver y esparcir el
forraje debe ser una operación inmediata y adecuada.
La pérdida mecánica de las hojas. Ocurre cuando llueve
sobre el forraje cortado durante el proceso de curado. La
rehumidificación del heno parcialmente secado es un
problema más serio que la lluvia sobre el forraje recién
cortado, y puede causar el lavado y un grave daño de mohos.
Si la lluvia fuera inminente sobre un forraje parcialmente
secado, este debería, en lo posible, ser recogido en montones
más grandes.
Pérdidas mecánicas adicionales. Ocurren durante la
recolección, transporte y formación de los fardos o rollos; la
severidad del daño depende en parte de la habilidad del
operador.
El deterioro en los rollos o en los fardos. Es
particularmente peligroso, y puede llevar a la pérdida de toda
la cosecha, por lo general, como resultado del
almacenamiento de material con un alto contenido de
humedad en unidades muy grandes o en parvas mal hechas
que permiten la penetración de la lluvia o que no tiene una
ventilación adecuada. El contenido ideal de humedad para las
parvas o los rollos depende del cultivo y el lugar; la
experiencia y el criterio del operador deben ser las guías
principales. El agricultor debe juzgar y tomar una decisión
según el clima prevaleciente: cuando el forraje no muestra
humedad cuando es retorcido, probablemente contenga de
25 a 30 por ciento de humedad y esté listo para preparar
fardos o rollos. Los medidores de humedad no son fácilmente
accesibles y tampoco son prácticos para usar en el campo;
por otra parte, también es difícil tomar muestras
representativas.
4.7 PRESERVACIÓN DEL HENO
Hoy día existen varios compuestos que preservan las propiedades del heno; su objeto es el
de permitir el almacenamiento con altos niveles de humedad los que, en ausencia de esos
compuestos, darían lugar a un severo deterioro o al ataque de mohos. En estas condiciones
el heno se puede almacenar con un contenido de humedad de 40 a 50 por ciento. El ácido
propiónico es una de las sustancias usadas. El amoníaco anhidro y la urea que
originariamente se usaron para mejorar la digestibilidad de la paja, han dado buenos
resultados para mejorar la estabilidad del heno bajo condiciones anaeróbicas y su valor
nutritivo. El amoníaco, además de excluir el aire, tiene un efecto fungicida y también
aumenta el contenido de proteína cruda del heno.
5.DESHIDRATACIÓN DE FORRAJES
El procedimiento industrial de deshidratación de forrajes fue
introducido en Gran Bretaña al final de la década de los años
treinta, y adquirió bastante impulso en determinados países
europeos hasta que la crisis energética detuvo su expansión en los
años setenta. Alemania y los Países Bajos frenaron su desarrollo y
sólo Dinamarca y Francia continuaron aumentando su producción
de forrajes deshidratados artificialmente (alfalfa
fundamentalmente).
La creación por la Comunidad Económica Europea en 1974 de la
organización común de mercado (OCM) de los forrajes
deshidratados, así como las disposiciones posteriores sobre un
nuevo régimen de ayudas económicas a dichos forrajes (1978),
impulsaron de nuevo la producción, que, muy especialmente en
Francia, experimentó un gran incremento entre 1965 y 1981, no
dejando de crecer en la UE hasta la actualidad, con ligeros
altibajos según los países.
Debido a las características típicamente industriales de esta
producción, se pueden conocer estadísticamente las cantidades
producidas, al contrario de lo que ocurre con el heno o silo, de muy
difícil evaluación por ser forrajes de autoconsumo en la propia
explotación.
La posible expansión europea de los forrajes deshidratados parece
que va a ser contenida en el futuro con el fin de no causar
problemas presupuestarios en la Política Agraria Común, según
manifestaciones del sector en 1989, y pese al déficit de la UE en
esta fuente de alimentación.
Los esfuerzos van a centrarse en cambio en la mejora de la calidad
y en la rentabilidad de las unidades de deshidratación. La
investigación debe buscar un mayor contenido en proteínas,
digestibilidad y ahorro energético. Las inversiones en ahorro de
energía, según datos de la CEE-10, se han revelado muy eficaces
en los últimos diez años, pasando los gastos directos debidos a la
energía de representar un 45 % un 23 % del total de gastos.
Así como la henificación y el ensilado son métodos de
conservación de forrajes ampliamente usados en todas las
explotaciones ganaderas y cuya principal utilización es el consumo
en la misma finca, la deshidratación artificial pertenece mucho
más al mundo de las industrias transformadoras, con unos
objetivos comerciales que, en más de un 80%, son las fábricas de
piensos compuestos. Estas utilizan el forraje deshidratado en
forma de harina o gránulos de alfalfa fundamentalmente para
incluirlo en pequeñas proporciones en las raciones de aves y
cerdo. Este mercado demanda el forraje seco por su contenido en
proteínas, caroteno y xantofila (pigmento que colorea la yema de
los huevos).
La alfalfa, con un 15 o 18% de proteína bruta, puede producir
habitualmente entre 2000 y 2500 kg/ha de proteína total,
rendimiento que puede considerarse como máximo en nuestras
condiciones de cultivo, ya que ni las leguminosas grano, con
producciones proteicas por debajo de los 1000 kg/ha, ni la soya,
alcanzan los rendimientos citados.
En consecuencia, es esta planta la que más comúnmente ocupa las
deshidratadoras actuales, si bien en Francia existen algunas
cooperativas que, en la programación de cultivos para la planta
deshidratadora, introducen además, para alargar la duración de la
campaña, festuca, ray-grass o trébol, que son aprovechados
generalmente por el ganado de los propios agricultores
cooperativistas. En España, la mayor concentración de
deshidratadoras se encuentra en las regiones tradicionalmente
cultivadoras de alfalfa, esto es Aragón (Zaragoza principalmente),
Navarra y Lérida, en las cuales se concentra casi el 70% de las
instalaciones, seguidas por la zona del Duero, con un escaso 15%.[JMR14]
Existen diversos sistemas para la eliminación del agua de los
forrajes (presión, absorción, etc.), pero el más utilizado es la
aplicación directa de aire caliente, como ya hemos visto al hablar
de la ventilación forzada. Dentro de este sistema el proceso puede
hacerse a baja (130 a 150 ºC) o alta temperatura (800 a 1000 ºC),
siendo este último el más empleado.
La instalación más corriente (figura siguiente), consta de un gran
cilindro o tambor giratorio horizontal en donde se introduce el
forraje, el cual se desplaza al otro extremo impulsado por el aire
caliente que va secándolo progresivamente. Los trozos de hojas se
secan muy deprisa y salen rápidamente del tambor, a un ciclón
recolector, mientras que los tallos húmedos y pesados caen a
través del chorro del aire y son arrastrados por la rotación del
cilindro, avanzando lentamente hasta que, ya secos, también
pasan al ciclón.
[JMR15]
La alimentación del cilindro secador se controla por un tornillo
alimentador (A), cuya velocidad depende de la temperatura media
de salida en el ciclón principal (E). De esta forma el forraje con un
elevado contenido de humedad. entra más despacio que el forraje
seco. Este se separa del chorro de aire en el ciclón y pasas a través
de una válvula rotativa (G), mientras que el aire húmedo se
expulsa por un ventilador (F) y una chimenea (H).
El forraje, ya deshidratado, pasa después al molino de martillos,
donde es triturado en forma de harina. Este puede ser el producto
final en unos casos, mientras que en otros se conduce después a
una prensa granuladora (N) del tipo de las utilizadas en las fábricas
de piensos. La presentación en una u otra forma del producto final
depende del sistema de comercialización.
Caben diferentes posibilidades:
Forrajes condensados: es el sistema anteriormente
descrito, triturados y aglomerados en máquinas que los
transforman en gránulos.
Forrajes compactados: aglomerados en el mismo tipo de
máquina, debidamente picados pero sin triturar. Se
presentan en pastillas de 10 a 20 mm de diámetro.
Forrajes comprimidos: aglomerados en una prensa de
pistón que respeta mejor la estructura del forraje, sin triturar.
Se presentan en briquetas de 50 mm de diámetro.
Cualquiera de los métodos de presentación citados ayuda al
transporte, ensacado y distribución posterior al ganado.
La instalación de una deshidratadora exige una fuerte inversión
que, por lo general, queda reservada a asociaciones de
agricultores o grandes empresas.
Como los gatos fijos suponen, aproximadamente, el 25% de los
gastos totales, para la rentabilidad de la instalación se ha de
procurar un índice de ocupación lo más elevado posible, ya que, en
caso contrario, la elaboración de un kilogramo de producto seco
puede sufrir un incremento próximo al 20 o 30%.
El costo energético, que puede disminuirse mejorando la
tecnología (como el prensado en frío) y la capacidad mínima de la
instalación, son de esta forma los puntos débiles de la industria
deshidratadora de forrajes, que está asistiendo desde hace años
en Europa a una reestructuración de las unidades, orientándose a
capacidades de evaporación superiores a 10000 L/h y mejor aún
próximas a 15000 L/h, de forma que pueda producirse un mínimo
de 8 a 10000 toneladas de forraje seco por año, con gastos
energéticos medios de 0,55 L de combustible por litro de agua
evaporado. Se debe destacar que hay zonas en Francia en las
cuales ciertas fábricas tiene capacidades próximas a 40000 t/año,
si bien lo normal son unidades de producción entre 15 y 20000
t/año.
La conclusión es que la deshidratación de forrajes es un trabajo
para especialistas, capaces de operar en gran escala y de utilizar
mano de obra especializada, y sólo apto para cooperativas o
empresas bien organizadas y con dimensiones mínimas rentables.
5.1 UTILIZACIÓN DEL FORRAJE DESHIDRATADO
Según diversos trabajos de Demarquilly [JMR16]y otros autores, citado
por Muslera y Ratera (1991), la deshidratación a alta o baja
temperatura, siempre que se efectúe adecuadamente, modifica
muy poco el valor nutritivo y la ingestión de los forrajes. La
disminución de la digestibilidad de la materia orgánica es mínima y
no se produce disminución en el valor energético. Por otro lado, al
poder realizar el corte de los forrajes o de la hierba en el momento
óptimo de su ciclo vegetativo, con independencia de condiciones
climáticas adversas, se puede obtener el máximo valor alimenticio
de las plantas.
En consecuencia, se ofrece al ganado un alimento apetecible y
equiparable en muchos casos a un concentrado tradicional.
La forma posterior de presentar el forraje desecado (gránulos,
pastillas, etc.), sí tiene una cierta influencia en la ingestión,
derivada de variaciones en la digestibilidad, aunque muy ligeras.
Diversos ensayos franceses con bovinos de engorda, indican la
posibilidad de usar el forraje deshidratado tanto como ración
complementaria de ensilados o como sustitutivo de concentrados.
Así, una ración compuesta por un 80% de gramíneas
deshidratadas en un estado relativamente joven, y un 20% de
cereales, sirve perfectamente para cubrir las necesidades de
añojos con ganancias diarias de peso de 1100 a 1200 g/día.
Las vacas de leche pueden recibir forrajes deshidratados como
único forraje durante lactaciones enteras, sin ningún problema
sanitario o reproductivo, ni del porcentaje de grasa de la leche. La
única condición es que consuman un poco de paja y que el forraje
no esté excesivamente picado. Recolectados en su punto óptimo,
los forrajes deshidratados cubren la producción de 15 a 18 kg de
leche, además de las necesidades de mantenimiento (Jarrige[JMR17],
1973), citado por Muslera y Ratera (1991). Sin embargo, dado su
elevado precio, es evidente que una alimentación basada
exclusivamente en ellos es muy cara. Pero en cambio, la
incorporación de 1 a 5 kg/día por vaca, como complemento a
diferentes raciones de base, principalmente ensilaje de maíz-urea,
puede ser muy interesante.
Cuando el alimento complementario de la ración aumenta, la
cantidad de ensilado ingerido disminuye menos con un aporte de
forraje deshidratado (condensado y compactado), que con el
mismo aporte de cebada. [JMR18]En experiencias realizadas en el
centro de investigación de Hurley [JMR19](Inglaterra), citado por
Muslera y Ratera (1991), las ganancias de peso de bovinos de
engorde y la eficacia alimenticia máxima, se obtuvieron cuando la
ración llevaba, en materia seca, un 50% de ensilado y otro 50% de
forraje deshidratado.
Los forrajes deshidratados se adaptan así, especialmente en la
producción de carne, a cualquier tipo de ración, en función de las
circunstancias de precio de cada elemento nutritivo y de los tipos
de animales a alimentar en cada caso.
E. De Muslera, P. y C. Ratera, G. 1991. Praderas y Forrajes, Producción y Aprovechamiento. Ed. Mundi-Prensa. 2ª. Edición. España. Pp: 573.