Juan J. Berríos Concepción
Análisis del cuento “La Virgen de Borinquen” (1859)
de Ramón Emeterio Betances.
El cuento “La Virgen de Borinquen” (1859) de Ramón Emeterio
Betances, fue escrito a raíz de la muerte de su prometida, algunos días antes
de celebrarse la ceremonia de casamiento entre ellos. El impacto que le
causó esa muerte fue muy grande. Su estabilidad emocional se vio afectada:
“Las promesas que yo le había hecho a mi virgencita muerta se (las) he
confirmado en la muerte y ella se ha llevado mi anillo nupcial. Mi vida queda
atada a su tumba.”1 Desde el momento que se murió, el 22 de abril del 1859,
en su epistolario íntimo, se puede observar el tema constante del amor
perdido de su novia, Lita, su soledad y su comprometida estabilidad mental:
“¡Ay! Yo estoy loco, yo no puedo conformarme! Se me murió el Viernes
Santo a las doce de la noche!”2 Se puede ver desde la muerte de ella como
se afecta Betances. Todavía en septiembre del 1860, un año y cinco meses
de la muerte de Lita, en una carta escrita a C. Cintrón le cuenta: “Una noche
creí que ella estaba en el balcón de casa y corrí a abrir la puerta… Luego yo
la veía. Ella entraba por el balcón de atrás. Yo entraba en el patio. Como un
rayo me precipité y del imp(acto) me llevé el balcón sin lastimarme
siquiera.”3 No en pese a esta adversidad, pudo escribir su cuento con mucha
determinación alrededor de dos a tres meses después de la muerte de su
novia. En una carta escrita a su tío, Don Francisco Betances, le dice sobre el
1 Ramón Emeterio Betances, “Escritos íntimos”, Obras completas, vol. II (San Juan: Ediciones Puerto, 2008) 46-47.2 Ibid. 48.3 Ibid. 149.
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particular: “Aquí también se ha publicado un pequeño folleto que mando;
aún está en francés. A pesar de ser aún muy indigno de ella, tal vez puede
hacer concebir la idea del amor injusto que mereció.”4
La demencia del protagonista, lo espectral de la parte onírica del
cuento y lo siniestro de todo lo que acaece en él lo dotan de esas
características que son parte de la narrativa gótica que había en esa época.
El que Betances usara como epígrafe extractos del cuento “El retrato
ovalado” (1842) de Edgar Allan Poe, es indicio del contacto que tuvo éste,
durante su estadía de estudiante en Francia, con la literatura del momento
en especial las traducciones de Poe al francés. Como es conocido, Poe
escribió varios cuentos y poemas de corte gótico. Aunque el cuento
pertenece al Romanticismo, luego de un análisis detenido y cuidadoso
podemos subclasificarlo como gótico. El ambiente cultural y económico de la
Francia de mediados de siglo XIX, era uno de gran ebullición con un
Romanticismo dominante en todo su apogeo.
Ramón Emeterio Betances nació en Cabo Rojo, Puerto Rico en el 1827.
Fue escritor, médico y político puertorriqueño. Autor de una obra literaria
escrita principalmente en francés. A los diez años fue enviado a Francia para
que cursara allí el bachillerato y, posteriormente, los estudios superiores de
Medicina (1837-1855) recibiendo la influencia de las ideas políticas y
culturales de la Francia y la Europa de ese momento. En el año 1848,
Betances participó en la revolución del 24 de febrero que implantó la
Segunda República francesa. De ahí en adelante estableció su "compromiso 4 Ibid. 107.
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de solidaridad con las causas justas." A la vez, fue desarrollando su interés
por la literatura teniendo en su haber la novela corta Les deux indiens
(1857), el cuento “La Vierge de Borinquen” (1859), la traducción al español
de la comedia de Marcus Accius Plautus, La botijuela (1863), un tratado
científico-médico basado en su tesis doctoral, Las causas del aborto, varias
poesías, monografías científicas y artículos de periódicos, muchos de estos
últimos los firmó bajo el pseudónimo de El antillano.
De regreso a Puerto Rico pudo demostrar sus conocimientos médicos
durante la epidemia del cólera morbo y el brote de ésta en Mayagüez,
ayudando principalmente a los más menesterosos. Fundó una sociedad
abolicionista secreta y se manifestó abiertamente en contra de la esclavitud.
A causa de estas actividades, fue desterrado de la isla en el 1858, por lo que
regresó a Francia. Enamorado de su sobrina María del Carmen Henri, deciden
casarse. Estando ella en Francia y poco antes de casarse, la joven falleció
repentinamente a causa de la fiebre tifoidea, lo que le ocasionó a Betances
una grave crisis y consternación la que plasmó en la narración titulada “La
Vierge de Borinquen”. En 1863 se casa con Simplicia Isolina Jiménez Carlo,
su compañera en los últimos 35 años de vida.
Identificado con la causa separatista de Puerto Rico fue desterrado dos
veces más en el 1864 y en el 1867, por vinculársele a actividades políticas
antiespañolas. Entre esos años, se asegura, Betances se inició como masón,
en 1866, en la Logia Unión Germana, de San Germán y más tarde se trasladó
a la Logia Yagüez, de Mayagüez. En noviembre de 1867, Betances se
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encuentra en Saint Thomas donde produce su Proclama de los “Diez
Mandamientos de los Hombres Libres”. Se traslada a Nueva York y cofunda
el Comité Revolucionario de Puerto Rico, organismo rector del proceso
insurreccional que culminó en el Grito de Lares en el 1868. Se mantiene
activo y al tanto de la actividad política separatista de Cuba y Puerto Rico,
además de tener participación en el desarrollo político de la República
Dominicana. Coincide con Eugenio María de Hostos en 1875, en la República
Dominicana y desarrollan el proyecto de la Federación Antillana. Luego se
traslada a Francia a la práctica de la medicina, la investigación y la cátedra
médica. Se mantuvo activo en pro de la causa política de Cuba, Puerto Rico y
República Dominicana. Murió en París, Francia en el 1898, el también
conocido como El padre de la patria.
El cuento de Betances, “La Virgen de Borinquen”, trata de un
puertorriqueño está visitando una institución para pacientes con trastornos
mentales, lo que se conocía como un manicomio, un nosocomio, un
sanatorio y lo que conocemos hoy como un hospital psiquiátrico o un centro
de salud mental. En él hay un paciente, puertorriqueño también, que
enloqueció por la pérdida de su amada. Padece la fijación del momento en
que ella está muerta. Mantiene su mano derecha sujeta por la izquierda y
cuando la libera la eleva a lo alto dejándola caer sobre su pecho creyendo
que tiene un puñal en ella, buscando la muerte para ir a habitar con ella.
Habla con el visitante, que es paisano suyo, y le cuenta su breve historia.
Habla de haber estado encerrado en una habitación por un “genio maléfico”,
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que había matado a su novia. En ese mismo lugar vio varios animales:
murciélagos, cuervos, arañas, culebras y topos. Experimentó la sensación de
estar flotando sobre el agua jabonosa, que sus pensamientos se le salieran
de su cabeza en forma de papeles escritos volando de él. Al tratar de
recuperarlos, los animales se lo impedían. Luego aparece “La Virgen de
Borinquen” y lo libera, pero desaparece quedándose solo para siempre. El
visitante se refiera a ese relato como “sueño”. A todo esto, había una
viejecita cerca de ellos oyendo el relato del loco. Al éste terminar el mismo
se burló de él y en ese instante cae muerto, maldiciéndola. Por lo anterior
podemos decir que el loco padece de esquizofrenia: “De acuerdo a la
Organización Mundial de la Salud: "La Esquizofrenia está caracterizada por
un disturbio fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento,
delusiones bizarras, percepciones alteradas, respuestas emocionales
inapropiadas y un grado de autismo. Estos síntomas son experimentados en
presencia de conciencia clara y (generalmente) capacidad intelectual
conservada"5. Estas características están presentes en el protagonista, el
loco. Por esa razón es que se encuentra ingresado en esta institución. Este
es a grosso modo, el cuento.
Este cuento tiene unos epígrafes que nos resumen la narración. El
primero es parte de un aguinaldo popular que se canta en Puerto Rico sobre
los Reyes (magos): “Ya se van los Reyes,/¡Bendito sea Dios!/¡Ellos van y
vienen/y, nosotros no!”6 El mismo lo recoge casi noventa años después,
5 Jorge Luis Rovner, “Esquizofrenia”, Confederación Farmacéutica Argentina, 13 diciembre 2009 <http://www.cofa.org.ar/esquizofrenia.htm#principio> ¶ 3.6 Betances, “La Virgen de Borinquen”, Obras completas, vol. III, ibid. 165.
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Abelardo Díaz Alfaro, en su cuento “Santa Clo va a la Cuchilla”, en su libro
Terrazo (1947). Esto alude a los personajes folclóricos de los Tres Reyes
Magos. Estos Magos de Oriente que, según la tradición popular
puertorriqueña católica cristiana, vinieron a adorar al niño Jesús, trajeron
regalos y se regresaron. Estos magos en la antigüedad caldea y egipcia,
poseían el conocimiento de los misterios, la adivinación y eran sacerdotes.7
Este epígrafe nos adelanta por una parte, una perspectiva esotérica que
tendrá esta narración y un vacío que se queda entre los que creen en ellos,
del bien que los magos tienen por la efímero de su visita; pero se mantiene
la esperanza de volverlos a ver, la esperanza cíclica, cuando regresen un año
después. De otra parte tenemos partes de la narración del cuento de Edgar
Allan Poe, “The oval portrait” (1842), como epígrafe. Estos apuntan a la
relación del personaje de la joven que amaba al pintor, con quién se casó, y
el pintor dedicado al trabajo de pintar un retrato de su esposa al extremo de
la locura. Se encerró con ella en la torre donde pintaba. Trabajó arduamente
y al terminar el retrato de su esposa cayó en cuenta que ella estaba muerta.
Este epígrafe establece un paralelo con la narración en que se encuentra el
personaje del loco: su amada muere luego de que él la trajera a su lado para
casarse con ella.
Este cuento de Betances está enmarcado en la llamada literatura
gótica, aludiendo este ultimo término a los godos, aquellos grupos de origen
germánico que vagaron en hordas por Europa desde el siglo III d.C. Esta
literatura tiene su inicio después de la segunda mitad del siglo XVIII, en 7 Kenneth R.H. Mackenzie, The royal masonic cyclopedia (Wellingborough,: Aquarian press, 1987) 463.
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Inglaterra con la publicación de la novela The castle of Otranto (1765) de
Horace Walpole. Es importante resaltar que dicha literatura tiene como
trasfondo histórico la Revolución Industrial, la cual se puede situar entre
1760 y 1825. Esta revolución, en el orden económico, implicó la
transformación de la visión de mundo de los seres humanos. Un cambio en el
orden de la sociedad. Dándose la misma en lo que llamamos la época
Romántica, la época de la ciudad industrializada, del alejamiento del campo.
Por eso “el entusiasmo de los románticos por la naturaleza es tan
inconcebible sin la separación de la ciudad frente al campo como su
pesimismo sin el abandono y la miseria de las ciudades industriales. Son
completamente conscientes de lo que está ocurriendo, y ven muy bien lo
que significa la transformación del trabajo humano en mera mercancía.”8 La
cosificación del ser humano le causa un extrañamiento al escritor como
partícipe de la sociedad en que se mueve. El tratar de rescatar la pérdida de
la naturaleza y del orden natural obliga a recurrir al pasado a los escritores
románticos. Tenemos a Rob Roy (1816) e Ivanhoe (1819) de Walter Scott,
por citar dos ejemplos de ese gran escritor, como novelas históricas
enmarcadas en ambientes dentro de en un pasado heroico, que contienen lo
que se carece al momento de emerger ellas, aunque representen de forma
alegórica, las fuerzas y conflictos dentro del contexto histórico-social en el
que afloran.
Pero la literatura gótica tiene unas características muy particulares que
la distinguen de la producción romántica.8 Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte, t. II (Madrid: Ediciones Guadarrama, 1969) 398.
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Desde sus comienzos, el gótico se impuso como una literatura de
estructuras que se derrumban, de recintos horribles, de sentimientos
prohibidos y caos sobrenatural. Deleitándose en lo maligno
sobrenatural, el gótico trataba de subvertir las normas del
racionalismo y del autocontrol apelando a la eterna necesidad humana
de elementos inhumanos, una necesidad no satisfecha por el sensato y
decoroso arte de la Edad de la Razón.9
Todo esto va de la mano de la Revolución Industrial con la nueva
cultura que la acompaña, la cultura que corresponde a la maduración de la
clase burguesa. En la literatura gótica “todo aquello que queda fuera del
umbral de la cultura se convierte en fuente de inspiración para la literatura
fantástica: la brujería, la perversidad, el erotismo, la blasfemia, lo siniestro,
la demencia, los espectros…”10 El cuento de Betances que estudiamos aquí,
tiene algunas de las características anteriormente descritas: la demencia, los
espectros y lo siniestro.
Abordando el cuento desde una perspectiva narratológica y de crítica
literaria podemos considerar varios puntos muy importantes. La voz del
narrador se nos ofrece en el nivel homodiegético, un personaje dentro de la
diégesis que nos relata lo que sucede, en este caso en tercera persona
omnisciente, aunque la primera oración del cuento esté en primera persona
del plural: “Penetramos entonces en una sala donde varios hombres estaban
9 Lucía Solaz, “Literatura gótica”, Espéculo. Revista de estudios literarios, núm. 23, 2003 (8 noviembre 2009 <http://www.ucm.es/info/especulo/numero23/gotica.html>) ¶5.10 Lola López Martín, Penumbra: antología crítica del cuento fantástico hispanoamericano del siglo XIX (Madrid: Ediciones Lengua de trapo, 2006.) xv.
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reunidos.”11, el resto de las intervenciones del narrador, personaje del
cuento, se presenta en tercera persona: “Así se hallaba cuando nos
acercamos. Levantarse frente a mí, clavar en mí los ojos dos relámpagos e
interrogarme, todo fue uno.”12 Este tipo de narrador se nos presenta como
testigo inmediato de los acontecimientos dentro de la diégesis, nos da el
testimonio de lo presenciado por él aumentando la credibilidad de lo narrado
y la verosimilitud de la diégesis. A esto debemos añadirle que se nos
presenta una focalización interna, “el foco coincide con uno de los
personajes, el cual pasa a convertirse en el sujeto perceptor fundamental del
relato.”13
Un detalle que debo mencionar es que al principio, un personaje
semejante a Cristo, aparece y ofrece su sangre como aparece en los
evangelios durante la llamada Última Cena14. El Cristo que aparece es el que
se prepara para el sacrificio, el que comparte con sus discípulos, el que
emula al gran sacerdote Melquisedec en su ofrenda de pan y vino.
Nos menciona el narrador que el protagonista le pregunta: “¿Es usted
egipcio?”15 En una situación como la que se encuentra el protagonista y
conociendo parte del trasfondo esotérico que rodea la palabra, nos
atrevemos a observar que “Egipto ha sido considerado siempre como la cuna
de los misterios. Fue ahí donde se establecieron primeramente las
11 Betances, 166.12 Ibid. 167.13 José Garrido Domínguez, El texto narrativo (Madrid: Editorial Síntesis, 1993) 135.14 Betances 167.15 Ibid. 166.
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ceremonias de iniciación.”16 Lo que le pregunta al narrador es si es un
iniciado en los misterios con el fin de conseguir la clave para pasar al mundo
donde se encuentra su novia, el espíritu de su novia, el cual en esta realidad
cotidiana en donde él se encuentra, lo busca y no lo halla, por lo que le dice
más adelante: “¿Qué tiene usted que enseñarme?”17. La búsqueda y el
proceso de aprendizaje van dirigidos a conocer lo necesario para llegar a la
otra realidad donde ella se encuentra, que está encadenada18, pero más aun
va dirigida a llegar a otra realidad, una realidad que tenga conocimiento
diferente a la que él tiene, una realidad llena de potencias “que tienen toda
la vida y toda la ciencia”19. Por eso le dice al narrador: “comprenderá esta
historia de desolación y tinieblas y se dedicará, como yo, al estudio de las
ciencias que revelan los mundos del más allá.”20 Algo pasa con el mundo del
más acá que no le es agradable, no sólo que su novia haya partido para el
otro mundo, pues el estudia “ciencias que revelan los mundos del más allá”,
como indicamos arriba. Algo hay en su realidad cotidiana que le satisface.
Debo mencionar que para ese tiempo Allan Kardec, gran difusor
del espiritismo, había publicado en Francia la obra Le livre des esprits
(1857), que por lo menos debió haber visto u oído Betances, ya que Kardec
era ante todo un estudioso de matemáticas y ciencias, miembro de la
Academia de las Artes de Francia.
16 Albert Gallatin Mackey, “Egipcios, Misterios” Enciclopedia de la francmasonería y su relación con las ciencias, t. II (México: Editorial Grijalbo, 1981) 495.17 Betances ibid.18 Ibid. 172.19 Ibid.20 Ibid. 169.
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El protagonista ante todo, esta buscando dirección. Se siente
desorientado, tiene que buscar su oriente, el punto por donde sale el sol,
tiene que ubicarse. Está confundido, se siente solo. Está siendo víctima del
mismo genio que le arrebató a su novia. Cuenta que en un sueño, en una
habitación de “trece paredes sin salida y yo había sido encerrado allí por ese
mismo genio maléfico, ciego y destructivo que, como parte de sus juegos,
había matado a mi novia y se la había llevado adonde el pensamiento no
puede penetrar.”21 Detengámonos un momento en este pasaje para
analizarlo con cuidado. El protagonista está encerrado en una habitación de
trece paredes. Trece, dentro del esoterismo, es el número de la “muerte y
nacimiento, cambio y reanudación tras el final.”22 En la misma hay varios
animales identificados con la muerte, lo maligno y lo subterráneo:
murciélagos, cuervos, culebras, arañas y topos. En esa habitación se
encierra un mal augurio para él. La habitación cerrada sin ventanas, que
luego nos dice que es un calabozo, una reclusión en solitaria, simboliza la
individualidad y la incomunicación.23 Sólo “más allá, estaba la luz viva,
espléndida, centellante.”24 El recinto donde él se encuentra, el más acá, es el
recinto de la oscuridad de la muerte.
Llama la tensión que hay en la habitación donde el loco se encuentra
le produce una experiencia extraordinaria, casi alucinógena, él se
autocontempla y nos relata que
21 Betances Ibid.22 Juan Edoardo Cirlot, Diccionario de símbolos (Madrid: Siruela, 1997) 337.23 Ibid. 241.24 Betances 169.
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la bóveda de mi cráneo se abrió y volvió a cerrarse con un ruido
áspero, y entonces sopló un viento espantoso seguido de un rumor de
hojas secas que son arrebatadas al tiempo que giran sobre ellas
mismas. El viento sopló de lo bajo hacia lo alto y vi una infinidad de
cuadros de papel en blanco, irregularmente desgarrados cada uno
portando una inscripción, que volteaban en medio de los murciélagos y
cuervos atónitos. ¡Todas mis ideas habían volado de mi cerebro como
los pájaros de su nido!25
Las ideas, la memoria, los pensamientos, la mente del loco están
simbolizados por los papeles, por la escritura que hay en los papeles. La
escritura, como lo establece Platón en el “Fedro”26, es “un antídoto contra el
olvido, un fármaco para la memoria”27, en los papeles está su ser a través
del signo de la palabra escrita, pues es de deducir que los papeles no
estaban en blanco. Estos papeles fueron mancillados y hurtados por los
animales que antes mencionamos, sus “enemigos”, que a su vez se
destruyeron entre sí, dejando como producto su sangre, el lugar donde
reside la energía, la vida de la cual emergió la luz y en la luz apareció “La
Virgen de Borinquen”, su amada, con resultado liberador, pero
desapareciendo de inmediato. Entendemos que a falta de los papeles le
faltan las ideas, por lo tanto su mente está erosionada y deposita en su
25 Betances 170.26 Platón, “Fedro o la belleza”, Obras completas (Madrid: Aguilar, 1972) 843-884.27 Simón Royo Hernández, “La ambigüedad de la escritura”, A parte rei 21 14 diciembre 2009 < http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/escritura.pdf> 9.
Berríos 12
novia el papel de recuperación de su mente, de su cordura y estabilidad
emocional.
Detalle singular es que él se encuentra dentro de la habitación por
causa de un genio. Un genio es ““el personal espíritu vital”, aquel ente
“relativamente” inmortal que es la característica esencial y el acompañante
constante de la familia romana.”28 Sin embargo en el cuento el genio se
comporta de manera no buena, el protagonista nos informa que mató a su
novia como parte de un juego, de una treta, hay un fin lúdico detrás de la
muerte de ella, y que a él lo encerró en una habitación que anuncia la
muerte, quizás con la misma intención lúdica que la mató a ella. Hay una
naturaleza dual en este genio, tanto para el bien como para el mal. Es
permisible entender el genio (concepto romano genius) como un daimón
(concepto griego Δαίμων) en el sentido de que este es “certian spirits, or
genii, which appeard to men, either to do them service, or to hurt them.”29
Estos seres parecen no tener un punto fijo en cuanto a al dirección que
deben dar al ser humano a quien está sujeto. Goethe halaba de ellos como
seres que interactuaban con él. Goethe hace “numerosas referencias al
daimon, particularmente en la segunda mitad de su camino terrestre.”30 En
varias citas de diferentes documentos y cartas de Goethe hace mención de
la naturaleza de los daimon. Una de las características de la naturaleza del
comportamiento del daimon es el juego: “confiesa cómo jugaron y juegan
28 Miguel de Ferdinandy, “Lo demoníaco”, Mito e historia (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1995) 83.29 “Dæmon”, Encyclopædia Britannica, vol. II (Edinburgh: A. Bell and C. Macfarquhar, 1771) 304.30 Ferdinandy 86.
Berríos 13
con él.”31 Lo lúdico es parte de la naturaleza del comportamiento del daimon.
Ante los ojos de Goethe “representaban existencias, si uno lo prefiere,
realidades –seres pues, malvados o benevolentes, superiores o inferiores,
juguetones y comunicativos.”32
Entre las obras de Goethe escribió un poema titulado “Urworte.
Orphisch” (Palabras órficas, primigenias) consta de cinco estrofas tituladas
Daimon, Tyche, Eros, Anake, Elpis (Demonio, Azar, Amor, Fatalidad,
Esperanza). El leitmotiv del mismo es el daimon. Estos están designados a
cada ser humano individualmente, lo acompañan hasta el momento de la
muerte. Nos dice Miguel de Ferdinady que Goethe pensaba que por eso “se
entiende que un Sócrates optara por la copa de veneno, por qué le convenía
morirse.”33 Goethe, yendo un poco más allá, aludiendo a la caída de
Napoleón explica que una vez el ser humano alcance la realización de su
vida, el ser humano “ya no es necesario en esta forma. La Providencia lo
emplea en otras cosas… y es entonces el deber de los daimones que le
pongan obstáculo tras obstáculo hasta que quede definitivamente
vencido.”34 Debe desarrollarse un tensión tal en la vida del ser humano a fin
de cambiar su orden, que rompa su equilibrio y surja el cambio trágico. Para
ejemplificarnos eso trae el caso del ilustre Miguel Servet, médico que planteó
de manera científica la circulación de la sangre en el cuerpo humano. Éste es
sentenciado a muerte y quemado en la hoguera por orden de Juan Calvino,
31 Ibid. 87.32 Ibid.33 Ibid. 90.34 Ibid. 99.
Berríos 14
Ferdinandy le clasifica como inferior a Servet y sectario religioso. “Su caso
[el de Servet] es el de un desgraciado, cuyo daimon no solamente lo
abandona, sino también lo conduce a esa destrucción total que, en último
análisis, no es sino el propio auto-aniquilamiento.”35
Observamos que en el cuento de Betances, el protagonista, el loco,
quedó abandonado por su daimon, a merced de su propio aniquilamiento
simbolizado por la ausencia de su novia. La insalubridad mental del
protagonista es parte de la forma de alcanzar, obtener, realizar su
destrucción, por lo que podemos inferir que el loco, en determinado
momento, logró la realización de su vida. Alcanzó el punto máximo del
esplendor de su vida, el cual se simboliza con la presencia de la novia y lo
que ella representaba: “la Razón pura y el Amor venerado!”36 Ella era “La
Virgen de Borinquen”, casta, pura y sin mancha. Un ser, dentro de la
concepción religiosa puertorriqueña de la época sobre la “Virgen”,la madre
de Dios, una divinidad, una deidad que protege y auxilia llena de bondad,
humildad, comprensión y sobre todo “llena de gracia”.
Pero el loco está a la espera del “momento favorable (Kαιρός:
Occasio)” para su muerte, pues el Καιρός, aparte de favorecedor, implica a
Krónos-Chrónos; Saturno (el poder mortífero).37 Luego de dramatizar su
suicidio (quizás autoinmolación), “se golpeó el corazón y cayó como herido
35 Ibid. 101.36 Betances 168.37 Manfred Kerkhoff, Kairos: exploraciones ocasionales en torno a tiempo y destiempo (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1997) 159.
Berríos 15
por un rayo.”38 Y volviendo en sí dice: “--¡Es verdad! ¡Mi tarea todavía no se
ha cumplido!”39 y él está en espera de su Kairos: Καιρός mortífero.
Al final del cuento, luego de reiterar el loco que buscará hasta el más
allá por liberarla a ella, como una treta del destino, “una viejecita con cara
de momia”, que inferimos que es una representante de la muerte, quizás
Áthropos, la parca que corta el hilo al final, o la personificación de su
daimon, al oírle pronunciar esas palabras, le dice al narrador: “No es dado a
todo el mundo viajar a Corinto.”40 (non licet omnibus adire Corinthum) Esta
cita, que se le atribuye al escritor latino Horacio, alude a lo oneroso que era
el costo de la vida en esa ciudad bajo los romanos. Sin embargo, hay que
recordar que Corinto, fue famosa durante los griegos por sus templos
dedicados a Apolo, Poseidón y el santuario de Hera, también por sus juegos
atléticos conocidos Juegos Ístmicos en honor a Poseidón. En la época romana
fue una ciudad muy importante para el comercio, y sus sacerdotisas
dedicadas a Afrodita. Pero la cita tiene una trascendencia singular. Corinto
es en este contexto lugar de escogidos, la palabra que en sí denota el orden
arquitectónico griego de la belleza, de la sublime belleza. La ciudad era
centro de uno de los principales cultos a Apolo, dios del sol, de las artes y
era dios oracular (i.e. Oráculo de Delfos dedicado a Apolo). El loco, al oír
pronunciar las palabras a la viejecita le responde “¡Sibilia de la
desesperación, maldita seas!”41 Sibila significa profetisa dedicada a Apolo, y
38 Betances 169.39 Ibid.40 Ibid. 172.41 Ibid.
Berríos 16
ésta le anuncia la desesperanza, la angustia, el no lograr lo que él desea.
Acto seguido murió. El daimon lo condujo a su destino final, cumpliera o no
con adquirir la ciencia y el conocimiento que buscaba para liberarla a ella, a
“La Virgen de Borinquen”.
Todo lo ocurrido en el cuento sucede en el cronotopo del sanatorio, en
un tiempo indefinido, pero actual y real para el narrador in illo tempore. A
través del relato “el tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en
visible desde el punto de vista artístico; el espacio a su vez se intensifica,
penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia.”42 El loco
es un personaje llano, este tipo de personaje “son estables, estereotipados y
no contienen/exhiben nada sorprendente.”43 Desde un principio el
protagonista se nos mostró como un loco, en espera de su muerte, buscando
ciencia, deseando estar con su novia ausente y así terminó, tan loco como al
principio con el mismo deseo, la misma búsqueda y enfrentándose a la
muerte esperada. No podemos perder de vista que la locura es un personaje
dentro de esta diégesis. A lo largo de todo el cuento está presente de forma
muy acentuada, también, pero en menor medida, está la muerte, que
aparece al final.
Cerrando el cuento vuelve a aparecer el personaje de Cristo que
apareció al principio. Rezando al lado del cadáver del loco pronunció:
“¡Porque ellos habían amado mucho!”44 Esto alude al versículo del Evangelio
de Lucas en el cual cuestionan por qué Cristo perdona a la pecadora, Cristo
42 Mijail Bajtin, Teoría y estética de la novela: trabajos de investigación (Madrd: Taurus, 1989) 238.43 Mieke Bal, Teoría de la narrativa (una introducción a la narratología) 3ª ed. (Madrid: Cátedra, 1990) 89.44 Betances 173.
Berríos 17
les dice a los que prejuzgaron, porque ella “ha amado mucho”45. Quiere
decir, que el amor que tuvo el loco por su novia es lo que lo exonera de
cualquier juicio de parte de los presente al momento de él morir.
El cuento “La Virgen de Borinquen” (1859) de Ramón Emeterio
Betances, tiene varios de los componentes de la narrativa gótica del
Romanticismo de su época. En él pudimos observar como la experiencia de
la pérdida de la novia, los traumas a posteriori del escritor empírico,
coincidieron para acoplarse dentro del género del cuento produciendo la
presente obra que acabamos de analizar, cónsono con la época que le tocó
vivir. El esoterismo entretejido dentro de la diégesis junto con el significado
que hay en muchos símbolos dentro de la narración, nos hace concluir que
Betances poseyó una educación y un saber amplio en cuestiones
académicas al igual que en las del ocultismo. Su cuento breve es ejemplo del
grado de inmersión cultural a la que estuvo expuesto durante su estadía en
Francia y Europa. Este cuento es muestra de la producción literaria
puertorriqueña en la lengua francesa y ejemplo singular de la grandeza
desconocida de la producción intelectual de los puertorriqueños en el siglo
XIX.
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