Transcript
  • GIJÓN Martes, 15 de agosto de 20068 LA NUEVA ESPAÑA

    Boceto n.º 28 (1942).

    A la izquierda, boceto n.º 1.725 (1955). A la derecha, Aurelio en el domicilio madrileño de Rubio Camín (1959).

    Boceto n.º 118 (1946).

    Boceto n.º 319 (1947).

    Boceto n.º 326 (1948).

    Boceto n.º 327 (1947). Boceto n.º 328 (1947). Boceto n.º 427 (1947). Boceto n.º 1.619 (1954).Boceto n.º 550 (1947).

    Boceto n.º 2.472 (1964).

    Boceto n.º 1.858 (1957).

    Boceto n.º 2.505 (1965).

    Boceto n.º 1.513 (1952).

    Boceto n.º 1.302 (1951).

    Boceto n.º 551 (1947).

    J. C. GEAAurelio Suárez a partir de cierto

    momento de su carrera escogióautoexiliarse de los circuitos con-vencionales del arte y fue tambiénpersona poco dada a figurar enactos sociales; de ahí que durantedécadas su rostro no apareciese enninguna publicación, y de ahí tam-bién la leyenda de hombre retiradoque le acompañó hasta su muerte.Naturalmente, el pintor gijonés nose escondía –lo pueden atestiguarlas personas que le trataban a diarioen su ir y venir por la ciudad y losclientes a los que solía recibir en sudomicilio–, pero el hecho es que,salvo por el documento aportadopor la fotografía de Marcos Leónrealizada a mediados de los añosnoventa y aparecida en LANUEVA ESPAÑA, el pintor care-cía públicamente de rostro, inclusopara sus propios paisanos, desde1959, año en que aparecieron susúltimas fotos en prensa con motivode una entrevista en el diariomadrileño «El Alcázar». Esa espe-cie de anonimato se rompe ahoracon motivo de la aparición del libro«Aureliografía», que aparecerá elpróximo otoño editado por la Fun-dación Alvargonzález y recogerálos retratos y autorretratos del pin-tor cuyas muestras inéditas hoy daa conocer LA NUEVA ESPAÑA.

    Como otros aspectos de la vidade Aurelio Suárez, éste tambiéncomenzó a hacerse público des-pués de su fallecimiento, en abrilde 2003. Y no sólo por la apari-ción de fotografías como las cita-das de 1959 con motivo de laexposición en Vértice de 2005,sino también por un materialmucho más excepcional, debido ala propia mano del pintor.

    El primer asomo a los autorre-tratos aurelianos –que tambiénenfocó en ocasiones como «auto-caricatura»– se pudo ver en laexposición «39 bocetos», organi-zada en 2005 por la sala Durerocon patrocinio de LA NUEVAESPAÑA. Ahora esa visión propiase multiplica con alguna otra«autocaricatura» y con variosautorretratos, además de dibujosde las manos y los pies del artistaen distintas actitudes –trabajando,sosteniendo una pipa– , y una seriede estupendas fotografías realiza-das por Joaquín Rubio Camín, delas que este diario ya había adelan-tado alguna muestra.

    Todo este material, más abun-dante documentación sobre elentorno vital, familiar, laboral eintelectual de Aurelio, formaráparte de «Aureliografía», unaaportación imprescindible paracontextualizar la obra aureliana.

    Todos los rostros de AurelioEl libro «Aureliografía», de próxima aparición, reúne unacolección inédita de retratos y autorretratos del pintor

    En la playa de San Lorenzo (1958).

    Con Camín en Valdediós (1990).

    Aurelio Suárez en Gijón (1951).

    ARCHIVO Y DOCUMENTACIÓN: G. J. SUÁREZ / FOTOGRAFÍAS: J. R.CAMÍN


Top Related