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8/18/2019 Democracia y Libertad de expresion
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comunicaEstudios venezolanos de comunicación • Segundo trimestre 2010 • Nº 150
ción C E N T R O G U M I L L A
e democracia
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DirectorMarcelino Bisbal
Editores adjuntosCarlos Delgado-Flores
Luis Carlos Díaz
Consejo editorialJesús María AguirreMarcelino BisbalCarlos CorreaAgrivalca CanelónAndrés CañizálezGustavo HernándezCarlos Delgado-FloresLuis Carlos Díaz
Consejo FundacionalJosé Ignacio ReyJosé Martínez-de-TodaFrancisco Tremontti ✝
Jesús María AguirreMarcelino BisbalIgnacio Ibáñez ✝
Epifanio LabradorCésar Miguel Rondón
Colaboradoresdel presente númeroMássimo Desiato
Iria Puyosa
Ysabel Briceño
Carlos Arcila Calderón
Johanna Marghella Fuentes
Carmen Beatriz Fernández
Elvira García
Nora PaulLyudmila Yerzer’ska
Mabel Calderín
Miladys Rujano
Jorge Badillo
Roberto Igarza
Silvia Martínez
José Azevedo
Janet Martínez
Fernando Zamith
Pavel Gómez
Roberto Giusti
Yoany Sánchez
William Peña
IPYSAsdrúbal Aguiar
Víctor Suárez
Lucie Morillon (RSF)
Jean-François Julliard (RSF)
Carlos Jiménez
Juan Andrés Soto
RevisiónMarlene García
Asesor GráficoVíctor Hugo Irazábal
Producción EditorialBimedia 21 Diseño Editorial
Impresión
Ex Libris
Suscripción(4 números al año)Venezuela: Bs.F 90ººSuscripción de apoyo: Bs.F 180ººNúmero suelto: Bs.F 25ºº
Forma de pago:En Venezuela
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Centro GumillaEdificio Centro Valores,local 2, esquina de la Luneta,Altagracia. Apartado 4838Caracas 1010-A- VenezuelaTeléfonos: 564.9803 - 564.5871Fax: 564.7557
Redacción Comunicación:[email protected]
Redación SIC:[email protected] de Documentación:[email protected]ón:[email protected]
Depósito Legalpp 197502 DF851ISSN: 0251-3153
Comunicación no compartenecesariamente las opinionesvertidas en los artículos firmadosque expresan, como es obvio,la opinión de sus autores.
Los textos publicadosen la sección de Estudios dela Revista son arbitrados.
La revista Comunicaciónde la Fundación Centro Gumillaestá indizada en la base de DatosClase “A” de la Fundación Venezolanade promoción del investigador, al igual que enLatindex (Catálogo de revistas)
Visite nuestra página en la Web:http://www.gumilla.org.ve
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Entradas
Estudios
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Informaciones
Reseñas
Dossier
Nº 150 • Estudios venezolanos
de comunicación • CENTRO GUMILLA
Perspectiva Crítica y Alternativa • Integrantes de la Red
Iberoamericana de Revistas de Comunicación y Cultura
Hombre, sujeto y realidad en la era de la digitalización ■ Massimo Desiato ............................................................................................................4
Ciudadanía en red o la vanguardia de un proceso revolucionario
■ Iria Puyosa ....................................................................................................................10
NAP: ¿oportunidad para mejorar el acceso universal de banda ancha?
■ Ysabel Briceño..............................................................................................................16
La construcción de lo público en el entorno digital: transformaciones desde las identidades
ciudadanas
■ Carlos Arcila Calderón/ Andrés Cañizález ....................................................................30
Dan Gillmor: cambiando la lectura por conversación
■ Johanna Marghella Fuentes ........................................................................................36Tres años husmeando en la ciberpolítica latinoamericana
■ Carmen Beatriz Fernández ..........................................................................................42
Guerrilla comunicacional no es educación en medios de comunicación
■ Gustavo Hernández 48
La dinámica del contenido generado por el usuario en medios digitales de Iberoamérica y
Estados Unidos
■ Elvira García / Nora Paul / Lyudmila Yerzer’ska / Mabel Calderín / Miladys RujanoJorge Badillo / Roberto Igarza / Silvia Martínez / José Azevedo / Janet MartínezFernando Zamith ..............................................................................................................54
El gobierno electrónico en el municipio venezolano ■ Pavel Gómez 78
“Chávez ha sido el Viagra que necesitaba el Gobierno cubano”
■ Roberto Giusti ..............................................................................................................86
Yoani Sánchez, una balsera virtual
■ Yoani Sánchez 88
........................................................................................................................................93
........................................................................................................................................97
INTERNET BAJO LA LUPA ..............................................................................................100
Daños Colaterales
■ Víctor Suárez ..............................................................................................................101
Internet insurgente
■ Carlos Jiménez ..........................................................................................................102
Web 2.0 versus control 2.0
■ Lucie Morillon y Jean-François Julliard (Reporteros Sin Fronteras RSP) ..................103
Cronología de una amenaza
■ Juan Andrés Soto 105
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El título de esta entrega de
Comunicación, posee de entradados de las condiciones ya comunesa la jerga –a ratos percibida como neolin-gua– que surge de cara a la Sociedad delConocimiento. Por una parte, es una ex-presión sintética de la confluencia de dosórdenes: el de los medios electrónicos o tec-nologías de información y comunicacióny el de las prácticas de formación social,de construcción de ciudadanía y goberna-bilidad, de la democracia y sus atributos.Por la otra, inscrita en la comunidad de lasprácticas sociales en el ciberespacio, laidea de una democracia electrónica surge
acaso como una folksonomía: taxonomíapopular, de uso común en la red, para eti-quetar contenidos que poco a poco se vanestructurando en favor de una mejor com-prensión de los procesos que se siguen, eneste nuevo modo de ser y de hacer queEcheverría ha designado como un tercer en-torno cultural modulado por la tecnología:Telépolis.
Como definición y clasificación, la de-mocracia electrónica supone varios retosa la investigación en comunicación y cul-tura, además de la posible confluencia dedisciplinas y saberes en la búsqueda de
una mejor comprensión. Se requiere fijarlos objetos de estudio preservando su re-ferencia a órdenes tradicionalmente hete-rogéneos, pero propiciando algunas sínte-sis que permitan optimizar las tareas quetradicionalmente han vinculado a la aca-demia con el espacio público, la sociedadcivil o el entorno privado, preparándolaademás para el abordaje de otras, nuevas,que este modo de democracia trae consigoen esta perspectiva de cambio cultural;para ello, los debates sobre la formaliza-ción de la democracia digital deben docu-mentarse de manera rigurosa, pero procu-
rando trascender el mero interés descrip-tivo.En este sentido, la apuesta de este nú-
mero por sumar elementos para la com-prensión apela a la misma lógica relacio-nal de las folksonomías: hay un cuerpo deconceptos que se repiten de forma siste-mática a lo largo de las contribuciones quepresentamos, que operan como nodos enuna trama de sentido. Así pues, en“Entradas”, Massimo Desiato plantea unconjunto de dilemas para la comprensióndel sujeto en este nuevo entorno; Iria
Puyosa aborda las tensiones entre lo pú
blico-privado para abordar los alcances duna nueva socialidad productora –y portadora– de la condición de ciudadanos dlos sujetos; Ysabel Briceño explora laprestaciones tecnológicas del NAP (PuntÚnico de Acceso) acaso como opción democratizadora; Carlos Calderón y AndréCañizález abordan desde una perspectivteórica las implicaciones del entorno digital 2.0 para la construcción de lo públicoJohanna Marguella presenta un perfil dDan Gillmor, reconocido promotor deperiodismo ciudadano; Carmen BeatriFernández presenta una lectura compa
rada de usos de las redes digitales para lciberpolítica, a partir de las investigaciones de DataStrategia; y GustavHernández aborda desde la educomunicación en entorno tecnológico (Edutic’s), eepisodio de la guerrilla comunicacional.
Para este número ofrecemos como“Estudios” la traducción de la investigación internacional que varios expertos ddiferentes puntos del orbe, realizaransobre la dinámica del contenido generadpor el usuario en medios digitales dIberoamérica y Estados Unidos, el cuapasa revista a este punto de encuentro
entre las prácticas de mediación social tradicional y las alternativas seguidas por comunidades de usuarios empoderados través de la tecnología. Asimismo, ofrecemos un informe de la investigación quPavel Gómez viene realizando sobre egobierno electrónico en el municipio venezolano.
El “Hablemos” lo ocupa la emblemática figura de Yoani Sánchez, varias vecepremiada por la calidad de su trabajo blogueril, pero principalmente por personificar el afán de democratizar desde el espacio dialógico de la Web, un espacio de li
bertades conculcadas, como lo es el cubano, en la actualidad.Sabemos que la reseña cronológica de
proceso venezolano resulta ya indispensable y más cuando la democracia electrónica comienza a figurar en la agenda política del Gobierno. De allí que dediquemoel “Dossier” a las posturas en torno a la voluntad del Ejecutivo, de ejercer algún control sobre Internet, con los puntos de vistde Víctor Suárez, Reporteros SinFronteras, Carlos Jiménez y Juan AndréSoto.
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1) “Y el marciano encontróal hombre, y tuvo miedo”
El hombre es un ser
que se puede deshumanizar a símismo y no darse cuenta.massimo desiato
Érase una vez el hombre. Así podría co-menzar un nuevo tratado sobre lo quesuele llamarse antropología filosófica,disciplina que, con este comienzo, deter-minaría su propio fin. Y, tal vez, de eso setrata; de acabar con las antropologías filo-sóficas de todo tipo, esas suerte de éticasfundamentales que ya no sirven para ac-tualizar una crítica a un mundo desbocadoen una globalización aberrante, en un tur-
bocapitalismo aterrador, en una serie decontradicciones que no van a resolversesolas, por arte de magia, por encanto; queno son, ni serán, como quería Marx elmotor de la historia, pues cuesta creer quehaya todavía historia, es decir, creación denuevo sentido. A lo sumo lo que queda esmotor, mucho motor. De allí la expresiónturbocapitalismo. Motor acelerado hastamás no poder.
En esta aceleración, la configuraciónque solíamos llamar hombre desaparece.Emerge una generación en el ciberespacio
de mutantes. El hombre se transforma enotra cosa, algo que se hace frente a nues-tros propios ojos que van perdiendo, acausa de la desaparición misma de nues-tra configuración, la capacidad de ver. Ya
no vemos, somos vistos. Y lo somos enmás de un sentido. Y ya se ha dichomucho. Ya lo que se afirma es excesivo.
Se habla de hombre como configura-ción porque ya no es posible creer en unaesencia humana; ni siquiera el términocondición humana puede satisfacer. Y,aún así, se habla de mutantes. ¿Qué es loque muta hasta el exceso de no ser ya unquién, un sujeto, sino una mera digitaliza-ción montada en un tecnocuerpo? Y simuta, ¿respecto de qué lo hace? Tal vez hayaque hablar de posición del hombre frentea lo que muta, su mudar, su ser nómada y
rizoma.La respuesta ya ha sido dada: muta deuna configuración a otra y ésta ha de serentendida como una traza de posición.“En el análisis de la configuración, los in-dividuos aparecen en alto grado, tal comose les puede observar, como sistemas pe-culiares abiertos, orientados mutuamenteentre sí, vinculados recíprocamente me-diante interdependencias de diversas cla-ses y, en virtud de éstas, formando con- juntamente configuraciones específicas”.¹
■ Massimo Desiato
Se trata de una reflexión de antropología filosófica acerca delhombre y su transformación a sujeto social en la era del ciberespacio.El autor plantea que el hombre-sujeto social se transforma en otracosa en donde se va perdiendo la capacidad de ver y empezamos a ser vistos… ¿Es la deshumanización del ser?
Hombre, sujeto y realidad
la digitalización
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Trazados de un modo tal que sólo po-demos reconocernos en esa delgada línearoja, en ese umbral donde lo que es humanoy lo que no lo es se pone como un inciertoafuera. El hombre es un habla de límites,entendidos estos últimos como combina-ciones y recombinaciones de un alfabeto
explorado miles de veces y siempre terraincógnita. El hombre es la incógnita de sí mismo, es una configuración que se des-configura para reconfigurarse. El pro-blema es que en tal ir y venir pueda no re-conocerse, extraviarse definitivamente,apabullarse él mismo con tanta pregunta ytanta respuesta: ser sólo espacio cyber .Desaparecer. No comprender que ha decomprender su propia disposición a lacomprensión.
Sin fundamento, injustificable, perosiempre a la búsqueda de una posición defondo desde el cual avizorarse y recono-
cerse, vigía de su propia traza y posición,trazada por otros, y por otras cosas, mate-rias y resortes de una objetividad arrojadapor miles de micro actividades, por prác-ticas cotidianas aparentemente inocuas, yque inofensivas terminan por ofender elreconocimiento mismo: este es el hombre.¿Cómo no pensar que el conocerse a sí mismo es un acto de autofundación en elseno de un desfondamiento que, cualabismo, todo se lo traga? Una autofunda-ción en el corazón mismo de la otreidadactiva y de la otreidad pétrea, de la quehace ser y de la que aniquila al quién o
que, de manera menos fuerte, lo sujeta.¿Quién soy yo Dios mío?, preguntaba
San Agustín en las Confesiones. ¿Quiénesson éstos, y nosotros en éstos?, pregunta-mos nosotros desde la congoja de saberque sin conocerlos a ellos, o a ello, no po-demos conocernos, autofundarnos, cui-darnos en un ciberespacio que se desbordaen la realidad desdibujándola. Meterse enuna funda, protegerse del estallido demiles de sentidos que conducen inevita-blemente a la pérdida de sentido, es decir,al extravío de la pregunta por el sentido.El sentido ya no tiene sentido, no puede
ser evocado en la ontología cyborg. He allí el mutante.
Y el marciano encontró al hombre, y tuvo miedo. ²
2) Configuración y marcianos
Configurado, el hombre desaparece bajoel peso de figuras poco delineadas, inter-mitencias de modas y felicidades a lacarta, hasta que, en su propia configuración
comienza a no entenderse: una configura-ción configurada para comprenderse, yque no lo logra, es lo más cercano a la de-saparición. A la desconfiguración radicalque haría imposible la comunicaciónentre los seres humanos. Paradoja ex-trema del ciberespacio: la multiplicidadde informaciones, de los sistemas infor-mativos, no sólo no alimenta la comuni-cación, sino que la elimina.
Configuración, composición de laspartes cuya peculiaridad determina elvivir y lo vivido; conformidad, seme- janza, acción y efecto de componer, elhombre, en tanto configuración, se com-pone a sí mismo y a sí mismo se descom-pone. Parte entre partes, y nunca un todo, jamás una indivisión, sino una única e ili-mitada capacidad de dividirse: un cruce,una tentación. El hombre, una cruz que nose logra cargar, a tal punto que aparecentendencias transhumanizadoras, sujetoscon tecnocuerpos, digitalizaciones queson ellas mismas sujetos. ¡Sí, es posible un
sujeto sin hombre!En todo caso, y volviendo a nuestro tó-
pico, no debe sorprender si el marcianoque encuentra al hombre se asusta.¿Quién rayos es este ser que se desvanececomo aleatoria combinación semántica,léxicos y redescripciones de léxicos, enpleno estallido de una imagen audiovi-sual, de una imagen internauta e inter-nada, léxicos que enmudecen repentina-mente frente a una imagen que, cual tota-lidad, totaliza el todo, no conociendo elmovimiento perpetuo de la destotaliza-
ción, esa fisura de la totalidad que evita lototalitarismos de la vida cotidiana, ese cerrarse sobre el sentido prefigurado, enlatado, empaquetado y paquete que la práctica capitalista globalizadora vende buen precio. Ya no se trasciende si no shace con base en la tecnología de punta.
Objetivado en la nueva imagen cyberen la cyber-realidad asistimos a unnueva configuración que desfigura y figura la antigua autocomprensión mediante la confrontación, asimilación, conservación de los grandes textos, los monumentos de nuestra tradición occidentaly no tan occidental. Nuevo poder el ciberespacio convierte el hombre en imagentextualidad, metáfora, máquina deseanty necesitada, todo menos sujeto, al menono un sujeto capaz de iniciar una acciónPermite el sujeto sujetado del cual hablarFoucault. El sujeto que no habla, sino qu
es hablado. Ciberpoder.¿La imaginación al poder? El mar
ciano se asusta aún más y responde: “epoder contra la imaginación”, el podecomo bloqueo de la imaginación, el podecomo un perpetuo estar, el poder piedraimagen ancla, un poder masturbatorio qupoco hace excepto poderse.
Configurarse para hacerse comprendepor el marciano, para que éste no sienta ymiedo frente al hombre, para que el hombre no sea aquel inútil faro de la nochepara que no sea noche y sea faro; y desdela inutilidad funde la utilidad de un sen
tido que sólo se sostiene sobre el co-sentido de otros que no tienen, a su vezmiedo al marciano.
Configurarse para mutar con los mutantes sin caer en un relativismo aberrante; mutar con el viático de la críticconstructiva, criticar para que nos comprendamos más allá de la necesaria confrontación generacional, sin perder econtacto.
Configurarse para el marciano: “El crimen perfecto es el de una realización incondicional del mundo a partir de la actualización de todos los datos mediante l
transformación de todos nuestros actosde todos nuestros acontecimientos en información pura; en suma: la soluciónfinal, la resolución anticipada del mundpor clonación de la realidad y exterminación de lo real a manos de su doble”.³
Discretos como el marciano y sumiedo, y su incapacidad de configurarseque eso es sólo cosa de hombre, cada vezmás palabra vacía, estéril humanismo. Ehora que conduzcamos nuestro conocefrente a lo terrible, lo casi insoportable, lapenas soportable, la intemperie y su fie
¿La imaginación al poder?El marciano se asusta aún más
y responde: “el poder contra la
imaginación”, el poder como bloqueo
de la imaginación, el poder
como un perpetuo estar, el poder
piedra, imagen ancla, un poder
masturbatorio que poco
hace excepto poderse.
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bre. Nosotros los hombres de paja, los queviajan de noche por caminos oscuros y sereparan en posadas de paso y que, a dife-rencia de K. en El Castillo no tengan queenfrentar la deshumana letra de Kafka quecomienza su obra diciendo: “Ya era denoche cuando K. llegó”.⁴ No dijo: “Era
noche”. Sino: “Ya, era de noche”. Esdecir, era tarde, demasiado tarde para verel castillo (“ni el más débil resplandor re-velaba el gran castillo”⁵).
Ese ya, que nosotros volveremos, en ya, ya, espera, demora, porque no se tratade entrar o ser aceptado por El Castillo,sino sólo en llegar a la posada de los se-ñores a tiempo. Nosotros, los agrimenso-res de nuestro tiempo sin ser, de un ser sintiempo, de isotopías precarias, de preca-rios y asistentes desconocidos, extraños,¿como los de K.?
3) Hombre y sujeto
Es oportuno aclarar y entendernos. De loanterior se siguen al menos tres cosas:1. La necesidad de no perder el compás de
las configuraciones.2. La terrible tarea que esto representa
para un investigador formado y confi-gurado por el libro como matriz.
3. Que el sujeto, entendido como aquélcapaz de iniciar una acción, no es ne-cesariamente un hombre, pero que laconfiguración no atañe sólo a los suje-
tos sino, y quizás sobre todo, a loshombres.
Podría parecer obvio. No lo es en unaépoca en la que emerge un movimientotranshumanista: “La ciberpercepción aca-rrea consecuencias múltiples que tras-cienden la mera definición psicológica alperder el ‘yo’ el estatuto de análisis de lapsicología o la sociología y, por supuesto,la vieja idea de sustancia pensante de la fi-losofía, además de forzar a pensar metafí-sicas de urgencia, si no ya para sostener elconcepto ‘individuo’ o ‘yo’, sí al menos
para intentar adelantarse al tiempo en unintento de redefinirlo, no de ‘llenar elhueco’ como dice Foucault, sino de ha-cerlo nuevo; obliga a pensar diferente: elproducto del pensar se adelanta a lo pen-sado, perdida la fe en el orden causal deaquel viejo y único mundo. La sinergiahumano-máquina desestabiliza e impelea resistirse (o no) a que la mente sea sus-tituida por un programa, al tiempo que in-utiliza parejas tradicionales como indivi-duo-sociedad o yo-ello.”⁶
Frente a esta desestabilización, y endefensa del hombre, abogamos por uncambio en la manera de concebir al hom-bre. La pregunta ¿qué es el hombre? es, encuanto lenguaje, originaria resonancia desu verdad, la verdad del hombre, cuyo serconsiste en ser de preguntas, pero más
aún, ser de pregunta de su ser . Pero sóloen cuanto pregunta, pues las respuestas,las antropologías antropológicas puntua-les que se han dado y se dan en la histo-ria, son respuestas realizadas a partir deléxicos y narraciones provisionales: meromapas para mantener viva la pregunta y fijaruna posición hombre, mudable, que no esni esencia, ni naturaleza, ni condición hu-mana. Esta posición es la fuente de la cualbrotan los léxicos provisionales en sus re-cíprocas imbricaciones y danza argumen-tativa; a veces, enfrentamiento nefastoque implica la dimensión política social y
económica y el mismo concepto de cultura.La pregunta del hombre sobre sí
mismo abre posibilidades y explaya reali-dades, sin llegar jamás a ser, en tanto res-puesta, nunca para sí mismo, una realidaddesplegada (completamente). El hombrese escurre del hombre. No coincide con-sigo mismo, abre trascendencias más alláde la inmanencia de un lenguaje que, si es-tuviera sólo replegado sobre sus estructu-ras, compacto y sin fisuras, no dejaría es-pacio para lo divino, forma en la cual elhombre pone la pregunta sobre su ser
como aventura y, finalmente, como miste-rio. La muerte es la palabra que derriba lagramática.
Debemos con fuerza esta pregunta alcristianismo, en tanto que la honestidad yla autodisciplina del preguntar son conse-cuencias de una educación cristiana de si-
glos. Sin embargo, el cristianismo tiene eldefecto de ponerse, luego, como conte-nido y de caer en una respuesta y una con-cepción del hombre que dan lugar a unaantropología filosófica con un elevadocompromiso ontológico. Es una ontologíade máximos.
Evitar la ontología de máximos, paraquedarse con la mínima, nada tiene quever con una postura escéptica, sino consalvaguardar la pregunta, pues, si se reba-tiera la premisa mayor, casi nunca fun-dada en un demostración racional, se cae-ría todo el aparato antropológico quedán-
donos con una suerte de retórica, más omenos efectiva socialmente, pero filosófi-camente débil, por no decir nula.
Decir que el hombre y lo humano sonuna pregunta, y nada más, filosóficamenteentendido el asunto, significa decir queesta pregunta es vocada e invocada como preservación de lo humano contra, tam-bién, y quizás sobre todo, el ciberespacio.Sólo cuando desaparece la pregunta, másque las respuestas, el hombre desaparece,tragado por el mundo de las respuestasexactas.
La pregunta es el pensamiento del
hombre que no sabe lo que es, y por ellopregunta. Lo que no equivale a decir queel hombre es pensamiento, porque esa esya una respuesta. “El pensamiento nodebe sólo ser cada vez pensado [pregun-tado como pensar y pensado como pre-gunta] partiendo del instante creativo dela decisión del particular, pero es, encuanto pertenencia a la vida misma unadecisión histórica – una crisis”.⁷ Pero la cri-sis, lejos de ser negativa, señala un rasgodel hombre-pregunta. Si no se diera la cri-sis, no sólo se cristalizarían las respuestas,volviéndose anacrónicas, sino que de-
saparecería la pregunta y con ella la pro-cedencia misma del hombre, y su origen.Lo que equivale a decir que el hombre queen su ser pregunta por su ser, pensandocomo decisión, es lo que permite que la cri-sis brote y ponga en crisis las verdadesgastadas y corrientes, fácilmente presa delos poderes constituidos. La crisis a la quese alude aquí remite a una instauración dediscurso, provisional ella también, pero,en tanto problemática, vida misma de lohumano del hombre. La crisis es un clarode bosque donde el hombre pregunta y se
La honestidad y la autodisciplinadel preguntar son consecuencias
de una educación cristiana de siglos.
Sin embargo, el cristianismo tiene
el defecto de ponerse, luego, como
contenido y de caer en una respuesta
y una concepción del hombre
que dan lugar a una antropología
filosófica con un elevado
compromiso ontológico.
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actualiza en su ser humano, dejándose in-terpelar, “que” pregunta, por todo lo queno es humano –lo inhumano– y por todolo que no siendo humano tampoco es in-humano. Lo divino es la pregunta que elhombre realiza a partir de la crisis. Lo di-vino, la religión que trata de religar, es cri-
sis, y respuesta, y nueva crisis, nunca fe,y menos religión confesional. Lo mismopasa, y ha de pasar, con la era de la digi-talización, nuevo dios que se erige sobrela muerte de Dios.
Ahora, ciertas instauraciones de dis-curso –el ciberespacio, internet podría seruna de ellas– bloquean la crisis, es decirla pregunta, en consecuencia borran elhombre del mapa para reemplazarlo conla exactitud de la técnica que se convierteen una cotidianidad chata donde la pre-gunta del hombre sobre el hombre –pre-gunta destinada a no tener una respuesta
definitiva– desaparece, declarada comoinútil especulación, pérdida de tiempo y re-curso, negación de la decisión creadora afavor del one best solution. Pero el hom-bre no viene al mundo como solución delmundo, sino como crisis del mundo, im-pugnación del mismo. El hombre es elabismo del mundo que impulsa a que elmundo conquiste un nuevo ser-mundo.
La pregunta, así entendida, es el pen-samiento, no pensado por un sujeto, quepiensa los pensamientos del mundo paranadificarlos y ponerlos en crisis, aperturaque no se quiere hacer cerrar en la clau-
sura de una antropología filosófica estruc-turada como cuerpo doctrinal. La pre-gunta ¿hombre? es el pensamiento de lospensamientos, acción de las acciones,vértigo, y tonalidad anímica elevada, bienpronto desplomada por los discursos deuna tecnología no orientada, ni muchomenos controlada, por la posición hom-bre. Que no se sienta la necesidad demudar, periódicamente, la posición hom-bre, significa que hay sólo posiciones y nohombre en vigía de sí mismo. No se tratade vacuo humanismo, sino que en esto nos jugamos lo que hasta ahora hemos sido: su-
jetos capaces de iniciar una acción en fun-ción de su ser hombre como pregunta delhombre. Tal vez no seremos más. Tal vezseremos otra cosa. Pero esa otra cosa, eseno ser más pueden ser peores de lo quehasta ahora hemos sido. Y hemos sido a lavez mucho y poco, exceso y falta.
Es nuevamente la ontología cyborg laque hay que encarar; es ella la que deses-tabiliza:
Parafraseando a Baudrillard, lo quesiempre ha estado en juego ha sido la
realidad. La trascendencia del ser hu-mano, que antes venía dada por la parti-cipación en él de un ser superior y por-que había sido creado, recibió un durogolpe cuando Darwin puso en tela de juicio el concepto de creación. La tras-cendencia viene dada hoy por la tecno-logía, ya sea virtual o genética, por laque el individuo adquiere un nuevo es-
tatus ontológico. El tecnocuerpo es unser trascendente gracias a la tecnología,porque hace ir más allá de su condiciónde organismo, tanto porque son posibleslos saltos evolutivos gracias a la tecno-logía genética, como porque el orden dela realidad puede modificarse mediantetecnología virtual.⁸
4) Hombre, sujeto, realidad
Ya hemos llamado la atención sobre elhecho de que el sujeto, entendido como
aquél capaz de iniciar una acción, no es ne-cesariamente un hombre, pero que la con-figuración no atañe sólo a los sujetos sino,y quizás sobre todo, a los hombres. Ade-más que corremos constantemente elriesgo de una desconfiguración radicalque nos haría incapaces de comprender lamutación que acontece en virtud de latrascendencia ontológica. Al mismo tiem-po esta trascendencia, apoyada en el tec-nocuerpo nos haría, correr el riesgo deperder el sujeto humano, dando lugar a laaparición de máquinas-sujeto.
En resumidas cuentas tendríamos, poun lado, 1) máquinas-sujetos basadas ensistemas de información y caracterizadapor la repetición y la falta de preguntaacerca de si lo que están haciendo corresponde a lo humano del hombre. Estamáquinas-sujetos tienen en el fondo hom
bres colocados en lejanías interactivas, enuna soledad que tratan de solventar mediante la virtualidad. Por otro lado, 2) tendríamos hombres-sujetos basados en lcomunicación y caracterizados por lconstante posibilidad de hacer surgir la pregunta acerca de lo humano del hombrevitando así la deshumanización a manodel propio hombre. El hombre-sujeto estcolocado en cercanías recíprocamente activas.
En las máquinas-sujetos, donde ehombre es fondo y residuo de lo que la virtualidad deja, la lejanía se acompaña a un
obsesión de localización, es decir, la máquina-sujeto exaspera la interactividapor el terror a la soledad del hombre fondo. De ahí que el móvil en la mano, el correo electrónico constantemente conectado, Skype y cuanto otro sistema de conexión de última generación, constituyan edispositivo básico de la máquina-sujetohombre-fondo. Pero estos dispositivos yesta mutación por más que representen lomás cercano a la desconfiguración radicarespecto de la generación formada en ltradición del libro, de la prensa, de la radio, de la televisión, tienen que remitirs
al hombre-sujeto y a la comunicaciónabandonando el sistema de información“Efectivamente, siempre llega un momento en que es preciso apagar la máquina yhablar con alguien. Todas las competencias que tenemos con las tecnologías noconllevan para nada una competencia enlas relaciones humanas”9.
Vale decir que la máquina-sujeto, basada en los sistemas de información, ennada mejora la comunicación humanasino que primero se le superpone parluego paulatinamente desplazarla con uritmo vertiginoso:
No existe la comunicación sin la pruebdel tiempo (...) siempre hay una duración en el acto de la comunicación. El ordenador (...) acentúa gracias a la velocidad, esta idea de una posible disminucióde la obligación del tiempo. Comprimiéndolo casi se anula. Es cierto, navegar por la red ocupa tiempo pero haytanta diferencia entre el volumen daquello a lo que se accede y el tiempopasado, que entramos así en otra escalde tiempo¹⁰.
Pero el hombre no viene almundo como solución del mundo,
sino como crisis del mundo,
impugnación del mismo.
El hombre es el abismo del mundo
que impulsa a que el mundo
conquiste un nuevo ser-mundo.
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Con esto desaparece la primera dimen-sión de la realidad, la temporalidad, puesla eliminación de la duración implica unaauténtica mutación antropológica. Esta-mos frente a un tiempo rápido que se tragael tiempo. Respecto del espacio ya sabe-mos cómo los sistemas de información
nos han globalizado hasta tal punto queestamos en todas partes y por tanto en nin-guna. Por debajo de esta transformaciónde la realidad se mueve la utopía de eli-minar la diferencia entre sistemas de in-formación y de comunicación:
Hay tanta diferencia entre la rapidez delos sistemas de información y la lentitudde la comunicación humana que soña-mos encontrar en el hecho de que hayacada vez un número mayor de máquinasel medio para introducir un poco más deracionalidad en las relaciones huma-
nas¹¹.
Pero esto no es posible. Por más má-quinas-sujetos que entren en juego, la len-titud de la comunicación, su duración nopodrán sino borrar del mapa al hombre su- jeto. La racionalización de los sistemas deinformación, no sólo no corresponde a lasrazones humanas, sino que las niega,dando lugar a la mutación y al hecho deque “el marciano le tenga miedo al hom-bre”. Por si fuera poco,
...asistimos a un desplazamiento progre-
sivo de razonamiento: a partir de la pre-misa de que los resultados técnicos sonsiempre buenos para la comunicaciónhumana, llega la conclusión de que lasindustrias de la información son la esen-cia de la sociedad del mañana¹².
Dicho en otro léxico, la trascendenciatecnológica conduce a una ontología de lono humano. ¿Qué se desprende de esto entérminos del hombre-sujeto? Es Nietzs-che quien nos alerta que el peligro de lospeligros es perder de vista que la preguntaapunta a la amenaza de la falta de sentido.
Podemos hasta decir –diserta el filósofode Basilea– que a falta de una nueva posi-ción hombre las cosas pierden su peso. Sevuelve apremiante la pregunta respecto dela posibilidad de conducir las cosas en unnuevo sistema de pesos. El peligro de lospeligros se evita mediante el pensamientode los pensamientos, aquella pregunta quees el único ser del hombre. Si de condi-ción humana debe seguirse hablando, di-remos que esta condición no es la de serportador de una pregunta, como si hubieraun hombre y luego una pregunta, sino que
la condición misma es la pregunta y nadamás. Hombre y pregunta son dos modosde decir lo mismo. Tampoco lo divino nodebe ser confundido con Dios, que es unarespuesta, la primera técnica para enfren-tarse con la contingencia. La pregunta encambio se instala en y como contingencia
y, más aún como crisis. No como crisis delhombre, sino crisis que abre espacio anuevas posibilidades. El hombre, en rigor,no es un ser: es sólo una posibilidad de ser.
La pregunta esencial y contingente a lavez, es la única antropología filosóficaque estamos dispuestos a aceptar. Míni-ma, como asidero en el ser, la pregunta esla cima y el sino del ser que nos habla yque es hablado por nosotros, cuando nopermitimos que los sistemas establecidosnieguen la aparición de crisis como estu-por, allí donde el sentido común ve sola-mente un apacible andar existencial.
Todo lo que no lleva a la pregunta, nolleva el hombre consigo. En esto, tal vez,el humanismo rancio y baboso sea el peorde los enemigos, al igual que la técnica te-nida como deshumanizadora. Que lo essólo cuando ahoga la pregunta, como lasreligiones o cualesquiera otras cosas quequieren salvar al hombre de ser un ser sinsalvación. Lo que es más, la salvación noes un tema que va con el hombre. La cri-sis no busca la salvación, así como la pre-gunta, sino hundirse en la precariedad, ne-cesaria para vivir y establecer culturas ysociedades, de respuestas contaminadas
por los poderes, con el fin de lograr in-tersticios de liberación.
La pregunta ataca los poderes. El hom-bre es hombre más allá de los poderes ins-titucionalizados e interiorizados acrítica-mente, sin que esto signifique que nohaya, ónticamente, que vérselas con elpoder. La pregunta es el eterno boome-rang que regresa al ser de la pregunta.Pero si el boomerang regresa, una razónexistirá. Si Sísifo sube la roca para queesta caiga, habrá que preguntarse no porqué cae, sino por qué la sigue subiendo,sabiendo que caerá. Es que no puede evi-
tar subirla, y caer. De esto trata la pre-gunta, el hombre, palabra misteriosapuesta por quién sabe quién, pues el hom-bre no se autodenomina a sí mismo sinoen el nivel óntico. El lenguaje nos aban-dona. La pregunta entra en el silencio. Elhombre es el silencio del lenguaje y, a lavez, quien crea el lenguaje a partir de unaprimera palabra no dicha por él. Esa pri-mera palabra es el tiempo y el ser, eltiempo que repercute sobre el tiempo. Yel tiempo, repercutiendo sobre sí, no
quiere más que generar tiempo: tiempo depregunta.
■ Massimo DesiatoDoctor en Filosofía y columnistadel diario El Nacional
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Notas
1 ELIAS, N. (1993): La sociedad cortesana.México: F.C.E., p.41. La cursiva es nuestra.
2 Epígrafe Dama de Porto Pim novela deAntonio Tabucchi.
3 BAUDRILLARD, J., “El crimen perfecto”, ci-tado por AGUILAR GARCÍA, T. (2008):Ontología cyborg. Barcelona: Gedisa, Barce-lona. p.45.
4 KAFKA, F. (1998): El Castillo. Madrid:Alianza. p.7.
5 Ibidem.
6 AGUILAR GARCIA, T:, Ob.cit., pp. 62-63.La cursiva es nuestra.
7 HEIDEGGER, M. (1995): Nietzsche. Milán:Adelphi. (1961). p.346. Traducción nuestra.De ahora en adelante. T.N.
8 AGUILAR GARCÍA, T., Ob.cit., p.63.
9 WOLTON, D. (2000): Internet ¿y después?.Barcelona: Gedisa. p. 114.
10 Ibidem.
11 Ibidem, p. 115.
12 Ibidem, p. 117.
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Entradacomunica ción10
La comprensión de los problemas departicipación ciudadana y las prác-ticas políticas emergentes requiereun enfoque que combine una teoría de lasociedad en red y una teoría del uso de lastecnologías de información y comunica-
ción en las dinámicas de acción ciuda-dana. En ese sentido apunta el trabajo quehemos venido desarrollando en los últi-mos cuatro años en torno a la cultura enred y los mecanismos de co-creación delcampo social de lo que se ha denominadola Web 2.0.
Este campo social está estructuradopor un conjunto de plataformas, aplica-ciones y servicios caracterizados por de-pender de la participación de los usuariospara su configuración, la generación desus contenidos y la difusión de novedades.Lo que se conoce como la arquitectura de
participación de la Web 2.0 (O’Reilly,2005) consiste en que los usuarios, ac-tuando de manera independiente y des-centralizada, generan y/o organizan la in-formación aprovechando la disponibili-dad de aplicaciones y servicios Web ge-neralmente gratuitos o de bajo costo. Elusuario no paga con dinero por el uso delos servicios Web básicos sino que pagacon prácticas de agregación de valor, apartir de la reconfiguración de los produc-tos/servicios, con el aporte de sus propios
conocimientos y la atracción de más usuarios a través de la promoción de innovaciones entre sus redes de contactos(Puyosa, 2007).
Los usuarios de la Web 2.0 han sido caracterizados por diversos estudios (Ber
linguer & Wainwright, 2007; Lenhart &Fox, 2006) como ávidos consumidores dinformación; líderes de opinión en sugrupos de pertenencia; más proclives simpatizar con movimientos socialeemergentes; más sociables y con redes dcontactos más extensas que las personas consimilares características demográficaque no son usuarios habituales de servicioWeb 2.0; y, más proclives a usar serviciode gobierno electrónico que otras personacon similares características demográficas (Puyosa, 2007).
Cifras oficiales indican que Internet tie
ne una penetración de 31% en Venezuelaes decir 8,8 millones de personas son usuarios de la Web en el país (Conatel, diciembre 2009). Los internautas venezolanoson 57% sexo masculino y 43% sexo femenino, 22% son menores de 25 años, máde 60% posee educación superior y 65%pertenece a las clases D-E mientras qu35% proviene de las clases A-B-C(Jiménez & Puente, 2007). Más de la mitad de los habitantes de las grandes ciudades del país (Caracas, Valencia, Ma
Comprender los problemas dela participación ciudadana
y las prácticas políticas en eltiempo presente, requiere tomar en cuenta las tecnologías de la
información y comunicación(TIC) y una teoría de la sociedad
en red. En ese sentido, en losmomentos actuales hay quecombinar ambas reflexiones
para dar cuenta exacta de laciudadanía y sus formas de
participación
■ Iria Puyosa
Ciudadanía en redo la vanguardia de un
proceso revolucionario
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G a l e r í a d e P a p e l . R i t u a l e .
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C o l o n i a ,
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racaibo, Barquisimeto, Maracay, SanCristóbal, Mérida, Ciudad Guayana, Puer-to La Cruz-Barcelona) se conecta a In-ternet al menos una vez a la semana; loscaraqueños se conectan principalmentedesde su hogares (32%) mientras que en elresto del país reina el cibercafé como el
principal sitio de acceso a Internet (Espa-ña, 2009). Los usuarios venezolanos in-vierten un promedio de 13 horas semana-les en Internet y 30% de los sitios Web quevisitan son venezolanos (Fuente: Tenden-cias Digitales, junio 2009). Los usos prin-cipales de Internet en Venezuela son: bús-queda de información (32%), investiga-ciones académicas o profesionales (30%),envío y recepción de correo electrónico(26%), trabajos escolares (22%) y conver-saciones con amigos y otros relacionados(21%) (España, 2009).
Basándonos en los patrones de uso re-
portados en estudios de mercado y en in-vestigaciones académicas podemos esti-mar que 75% de los internautas venezola-nos son usuarios Web 2.0 (escriben y/ocomentan en blogs, son miembros de co-munidades en línea, tienen perfiles activosen sitios de redes sociales, suben videos aYouTube, etcétera). Esta relativa sofisti-cación de los usuarios de Internet enVenezuela, aparece vinculada al boom deFacebook en el país, que ha permitido unespacio seguro de experimentación contecnologías interactivas para la mayoríarecién llegada a los espacios de la Web.
Hace apenas tres años, es decir antes delboom Facebook, sólo 25% de los usuariosde Internet en Venezuela habrían podidoser considerados del tipo 2.0.
Estimamos que la población de electo-res que podría alcanzarse vía herramien-tas basadas en Internet es cerca de 7 mi-llones; de ellos, 5 millones mantienen per-files activos en Facebook y cerca de 210mil son parte de la conversación enTwitter. No poseemos datos confiables dela composición por preferencias políticas,pero al menos en los principales espaciosde la Web social (blogosfera, Facebook y
Twitter) parecieran estar proporcional-mente representados los independientes,los opositores y los chavistas. No obs-tante, existen algunos indicadores de lapreferencia por Internet como medio deacceso a la información por parte de losindependientes (Datanálisis, 2008). Asi-mismo, estudios sobre el referendumconstitucional del 2007, indican queexiste correlación entre el acceso a unadensa red de información (librerías, bi-bliotecas, infocentros, centros culturales)y la abstención en centros de votación en
los cuales el presidente Chávez había ga-nado las elecciones de 2006 (Delgado,2008).
Un espacio para ensayarla política deliberativa
Analizando el proceso de formación de la
opinión pública vehiculada por los me-dios masivos, bajo el enfoque haberma-siano del concepto de esfera pública (Ha-bermas, 1981; 1996), encontramos quedicho proceso excluye el debate racionalentre ciudadanos autónomos (Salter,2003). Este fenómeno de desintegracióndel diálogo público parece afectar a la ma-yoría de las democracias representativasen el mundo. En este contexto, una nuevaesfera pública conformada por ciudada-nos en red que se conectan en la Web estásupliendo el espacio para el discurso deli-berativo que las ciudades y sus áreas de libre
tránsito ya no proporcionan, debido a quehan devenido en no-lugares, espacios deanonimato y desconexión (Varnelis &Friedberg, 2008). Como hemos intentadoponer en evidencia en estudios recientes(Briceño, Núñez, Pisanty, Puyosa, Urri-barrí & Torrens, 2010), la Web cumplecon el fundamento para constituirse en unespacio de la esfera pública, dado que enella se configuran redes para circular in-formación y compartir puntos de vista conuna intención argumentativa y delibera-tiva (Lim & Kann, 2008).
Desde 2006, hemos experimentado enVenezuela con varias iniciativas de ciberpolítica que no han sido articuladas por organizaciones políticas tradicionales sinque son configuradas por acciones distribuidas de ciudadanos interesados en el fomento de la democracia deliberativa con
bases en organizaciones de la sociedad civil. Algunas de esas experiencias destacables son las elecciones del 3D, una campaña de blogs para la cobertura de las elecciones presidenciales 2006; virtu@lPOLITIKun grupo de debate en línea sobre el proyecto de reforma constitucional en 2007; lvideo-campaña Voto Consciente, para promover la participación ciudadana en las eleciones regionales de noviembre 2008; lcampaña #internetlujo en rechazo a la calificación de gasto suntuario para los servicios de Internet en 2009; y el actual movimiento #todosenred en rescate de las plen
vigencia del decreto 825 que califica Internet como prioritaria para el desarrollde Venezuela (Briceño, Núñez et al, 2010Gutiérrez, 2010).
Todas esas experiencias mencionadatienen en común haber sido impulsadapor profesionales de la información y el conocimiento, con una visión alternativa derol de los ciudadanos en la discusión de loasuntos públicos. El uso intensivo de tecnologías de información en sus tareas cotidianas ha tenido como consecuencia colateral que este grupo social use la Webcomo su principal canal de información y
tienda a confiar más en miembros de suredes de contactos profesionales o personales como orientadores de opinión, quen los periodistas-anclas de la TV y lradio. De ese cambio en los hábitos dconsumo y reproducción de informacióhan pasado al planteamiento de que lo(info)ciudadanos pueden independizarsde los medios masivos de informacióncontrolados por corporaciones privadas opor gobiernos que intentan montar estructuras de control informativo, desde el extremo caso de China hasta formas más sutiles de aparataje para la hegemonía co
municacional (caso Venezuela) o laquiescencia manufacturada (caso USApost 9/11).
La infociudadanía consiste en la expresión de una identidad política en lWeb, condicionada por la identidad política que el ciudadano ya posee en los espacios fuera-de línea, pero modificada pola participación en la conversación política en los espacios sociales de la Web, edonde se promueven prácticas de remezcla y reinterpretación de la informaciónsobre asuntos públicos (Puyosa, 2008)
Estimamos que la población deelectores que podría alcanzarse vía
herramientas basadas en Internet
es cerca de 7 millones; de ellos,
5 millones mantienen perfiles activos
en Facebook y cerca de 210 mil son
parte de la conversación en Twitter.
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Estos infociudadanos están configurandouna nueva esfera pública (Salter, 2003) endonde la acción política (opinión crítica,debate deliberativo y organización para lamovilización) se articula en redes (Var-nelis, 2008). Por ejemplo, en los blogs sepuede conversar sobre asuntos públicos y
se puede dar expresión a tendencias deopinión emergentes. En las conversacionesentre redes de blogs, la gente puede con-trastar argumentos que ayuden a reforzarsus opiniones o a modificarlas; sirven parael debate, para consolidar redes de afini-dad y para tender puentes entre gruposcon posiciones políticas diversas. Las blo-gosferas nacionales son eficaces en la rea-lización de campañas de protesta frente aeventos políticos cuestionables y tambiénen campañas de solidaridad con causassociales. No obstante, la conversaciónsobre asuntos públicos en las blogosferas
no implica movilizacion. Otras platafor-mas de información han sido más poten-tes para la movilización que los blogs, tales el caso de campañas via SMS (11 demarzo en Madrid), via Facebook (No másFARC) y via Twitter (#pman en Mol-davia).
La movilización es siempre una etapaulterior a la conversación y a la formaciónde opiniones. Para que se produzca la mo-vilización, tienen que estar presentes mo-tivadores emocionales fuertes que sirvande disparadores para la acción y tambiéndeben darse condiciones (asociadas con el
clima político y con la pre-existencia deestructuras de organización) que facilitenel proceso. Esas condiciones son las queencontramos en casos de gran impactomundial como las protestas altermundis-tas de Ginebra y Seattle; eventos pionerosde la movilización ciberactivista en redque lograron un efecto disruptivo real enel debate mundial sobre la globalización(Puyosa, 2008; Rico, 2004). El movi-miento altermundista de Seattle 1999puso en evidencia que Internet ofrece uncampo privilegiado para que las organiza-ciones y movimientos sociales se conec-
ten globalmente a la vez que fortalecen suacción local (Rico, 2004). Lo local y loglobal sustituyen a lo nacional en el cibe-ractivismo en red, lo que genera un cam-bio radical en los marcos de debate. Losobjetivos de toma de poder (intrínsecos enla actividad política dentro de los límitesde los Estados-nación) no son prioritariospara los proyectos ciberactivistas, quetienden a centrarse en grandes debatesideológicos y en sus concreciones en lavida cotidiana (Puyosa, 2008). Por ejem-plo, el debate sobre la libertad de infor-
mación se concreta en el surgimiento demedios ciudadanos, el debate sobre larazón de ser de la sociedad del conoci-miento se concreta en el uso de softwarelibre o en los archivos compartidos p2p, elconflicto con el poder económico, guber-namental o militar se concreta en el hack-tivismo o incluso en la ciberguerrilla (ej.Zapatismo en la Web).
¿Pueden los espacios sociales de dis-
cusión en la Web cumplir con las funcio-nes políticas de los medios masivos? Esdecir, ¿desde la Web social puede estable-cerse la agenda de debate público, puedenlegitimarse actores y orientarse a laaudiencia en el proceso de conformaciónde un consenso político? En el caso de losmedios masivos: tenemos un pequeñogrupo organizado empresarialmente (ogubernamentalmente) que controla losfactores de producción y fija políticas edi-toriales para distribuir un mensaje homo-géneo a una audiencia atomizada. En elcaso de los espacios sociales en la Web:
tenemos personas independientes quecontrolan (parcialmente) los factores deproducción y (generalmente) no fijan po-líticas editoriales explícitas, sino queabren canales para la distribución de men-sajes heterogéneos a públicos que se agru-pan espontáneamente en cliqués e inter-actúan frecuentemente, en ocasionesmulti-modalmente, tanto en línea comofuera de línea (Puyosa, 2008). Esas carac-teristicas conllevan una mayor dispersiónde la agenda de debate público, en com-paración con la agenda de los medios ma-
sivos y hacen más arduo el proceso de le-gitimación de actores. No obstante, su in-cidencia en la conformación de consensospolíticos podría ser amplificada por laacelerada circulación de ideas a través deredes sociales descentralizadas y/o redessociales distribuidas, así como por el
mayor potencial de generación de identi-dad de proyecto dada la intensidad y mul-timodalidad del contacto entre los miem-bros de los cliques que configuran la red(Briceño, Núñez et al, 2010).
El hecho es que la Web social está fa-cilitando un proceso de sustancial amplia-ción de la participación en conversacionessobre asuntos públicos y del potencialpara el debate deliberativo en la sociedaden red (Benkler, 2006). Las iniciativas demovilización que se originan cada vezmás frecuentemente en la esfera pública enred están sirviendo para que grupos cre-
cientes participen en acciones políticasvinculadas con la defensa de las libertadesciviles (libertad de información, libertad deconciencia y libertad de asociación polí-tica) y los derechos económicos y socia-les de los ciudadanos del mundo (libreelección de empleo y remuneración justa,igualdad de oportunidades educativas, de-recho a participar en la vida cultural, de-recho al acceso al conocimiento científicoy a sus aplicaciones tecnológicas, derechoa los espacios de la ciudad, derecho a laprotección del ambiente, derecho a la me- jora continua de la calidad de vida). Si
bien en Latinoamérica, su impacto directoen la formulación de políticas públicas esaún tímido (casos como Internet Nece-saria, en México, son aún excepciones)(Briceño, Núñez et al, 2010), es relevantedestacar que las comunidades Web estángenerando en su actividad cotidiana unlenguaje común para discutir sobre dere-chos ciudadanos y están desarrollando ex-periencias útiles para el debate delibera-tivo ampliado vía TIC.
Estructuras de red para
resistencia y proyectos de cambiosocial
Conforme con lo planteado por ManuelCastells (1999), podemos clasificar a lascomunidades políticas Web en dos gru-pos: quienes mantienen una identidad deresistencia y quienes desarrollan unaidentidad de proyecto. La identidad de re-sistencia caracterizaría a los ciberactivis-tas que se asumen como minorías estig-matizadas o marginalizadas y que usan laWeb como trinchera de defensa o con-
Es relevante destacar que lascomunidades Web están generando
en su actividad cotidiana un lenguaje
común para discutir sobre derechos
ciudadanos y están desarrollando
experiencias útiles para el debate
deliberativo ampliado vía TIC
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traargumentación frente a las institucio-nes de poder. La identidad de proyecto ca-racterizaría a los ciberactivistas que pos-tulan una transformación en la estructurasocial desde una perspectiva culturalemergente. Una tercera posibilidad, nocontemplada por Castells, es el grupo deciberactivistas que se alinean y amplificandiscursos de poder con pretenciones he-
gemónicas.Asumiendo que la estructura de la redestá determinada por el contenido o re-curso que fluye a través de esa red(Christakis & Fowler, 2009), hipotetiza-mos que cada clase de comunidades de ci-beractivistas pudiese expresarse a travésde diferentes formas estructurales de red.La identidad de proyecto pudiese adoptarformas de red descentralizadas, la identi-dad de resistencia pudiese adoptar formasde red distribuidas, mientras que las co-munidades pro-hegemomía pudiesen res-ponder a estructuras centralizadas. La
conceptualización de las tipologías es-tructurales de las redes sociales deriva delas tipologías de Baran (1964) que fueronpropuestas para el diseño de Arpanet. Deacuerdo con esta tipología la estructura delas redes puede ser centralizada, descen-tralizada o distribuida. En una red distri-buida, los nodos se conectan entre sí, sinque tengan que pasar necesariamente poruno o varios centros; por lo tanto, desapa-rece el poder de filtro sobre la informaciónque fluye por ella y los procesos no pue-den ser controlados por ninguno de los in-
dividuos que se integran a la red. En unared descentralizada, no existe un úniconodo central sino varios nodos integrado-res; dependiendo de la actividad de cadauno de esos nodos, el conjunto de la redfunciona con variaciones determinadaspor el flujo efectivo de información entrelos distintos clusters que se integran a lared. En una red centralizada, todos los
nodos, menos uno, son periféricos y sólopueden coordinarse a través del nodo cen-tral; la caída del nodo central priva delflujo a todos los demás nodos.
Las dinámicas de las redes socialeschocan con la existencia en la práctica deredes centralizadas, por lo cual es pocoprobable que comunidades Web centrali-zadas bajo directrices gubernamentales ocorporativas puedan mantenerse activaspor períodos considerables de tiempo yser efectivas en apuntalar discursos hege-mónicos en el espacio social de la Web. Lasorganizaciones y actores políticos institu-
cionalizados que actúan en los espaciossociales de la Web tienden a tratar de im-plantar redes descentralizadas, que gene-ralmente responden con lentitud a las de-mandas de flujo de información del sis-tema. Esa falta de adaptación a las diná-micas de las redes sociales podría hacer quelas redes descentralizadas no tengan unaalta efectividad en la acción política en laWeb. No obstante, con frecuencia esasredes descentralizadas introducen en elsistema temas que llegan a ser apropiadospor redes distribuidas (en las cuales con fre-
cuencia participan individuos que originalmente pertenecieron en la red descentralizada) y logran así mantenerse en lagenda de las conversaciones en la WebEntender esas restricciones para la efectividad de redes centralizadas y descentralizadas en la Web es crucial para organizaciones políticas y movimientos socialeque aspiran a usar el ciberactivismo en su
acción política.Asimismo, para una ciberpolítica efectiva es necesario que los partidos políticoy las organizaciones sociales ajusten suliderazgos a las dinámicas de la sociedaen red. En las democracias representativapopulistas, el líder del partido era el únicactor discursivo y persuadía a los sectoredel pueblo (sindicatos, organizacionecampesinas, bases del partido) a través dcontactos multidinarios en los cuales lemoción por la presencia del líder convertía a las personas en masas plesbicitarias. Con el enraizamiento del discurs
anti-política (es decir, la deslegitimaciónde partidos y sindicatos) y la mercantilización de los procesos electorales (candidatos vendidos como detergentes), el lídese transmuta en un show-man que debdominar las técnicas de la telepolítica parcapturar el top of mind (y, consiguientemente, el voto) de una audiencia atomizada e incapaz de articular un discursopropio. En la medida en que los espaciode Web social facilitan a los ciudadanos larticulación de sus posiciones políticas yel debate con otros ciudadanos en red, la
Tipologías de redes (Baran, 1964)
Red centralizada Red descentralizada Red distribuida
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lógica de dominio unidireccional del dis-curso del líder se fractura.
Estas manos que ves
El megáfono hegemónico
Ciudadan@s en red
En la sociedad en red, el discurso dellíder puede ser debatido entre pares y hay
la posibilidad de articular contraargumen-tos. En consecuencia, los aspirantes al li-derazgo político deben aprender a ocuparun lugar en la red y a dialogar con unavanguardia revolucionaria que presionahacia la ampliación de la democracia. Enla fase de emergencia de sociedad de la in-formación, la clase revolucionaria es elgrupo social que más contribuye para for-mar la inteligencia colectiva, es decir, lostrabajadores del conocimiento, los info-ciudadanos. Es la llamada clase creativa(Florida, 2002), el grupo social más pro-
clive a la auto-gestión cooperativa en susmodos de organización económica y, con-secuentemente, el más proclive a la orga-nización en redes, a la acción colectivapara la gestión de lo público y al fomentoactivo de la circulación del capital social,entendido como los recursos incrustrados
en la estructura social que pueden ser ob-tenidos y movilizados por individuos queactúan racionalmente para alcanzar mejo-ras para sus grupos y/o comunidades (Lin,2001).
■ Iria PuyosaPhD Higher Education–Public Policy & Organizational Behavior (University of Michigan, 2009).Especialización en Survey Research Methods (University of Michigan,2005).
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Entradacomunica ción16
G a l e r í a d e P a p e l . R i t u a l e .
G e r d a R i e c h e r t .
C o l o n i a ,
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Introducción
Bajo la premisa de que sigue habiendo enAmérica Latina un déficit fundamental enel acceso universal y asequible a la in-fraestructura de las telecomunicaciones,la revisión de mecanismos que apuntan arevertir esta condición, a partir de deci-siones públicas nacionales, constituye unaporte importante. La narrativa histórica deestos procesos puede ayudar a compren-der los factores que han limitado la vo-luntad de acceso universal y permitirseposibles salidas para alcanzar el éxito as-
pirado en este sentido.No obstante las similitudes culturales,
cada país de la región ha respondido demanera distinta a las promesas de conec-tividad de banda ancha, pues la interrela-ción entre los actores –en la cual el Estado juega un papel importante– se genera encontextos políticos particulares y con pro-cesos de negociación matizados por as-pectos históricos y económicos.
Tomando en cuenta el impacto positivoque pudiera generar el uso de Internet enalgunos aspectos de la sociedad, como
sistemas de salud, educación y ciudada-nía, se han erigido manifiestos internacio-nales en función de preparar a los paísespara adaptarse a las nuevas exigencias deuna sociedad interconectada¹, de esta ma-nera los compromisos de conectividad seenfocan generalmente en disponer de in-fraestructura de acceso y transporte contecnología y planificación adecuada quepermitan costos asequibles para accedercon parámetros de calidad a los serviciosy aplicaciones de Internet. En AméricaLatina, los ritmos de cada país han sido di-versos en la respuesta.
En este contexto, en el paso de un sigloa otro la región experimenta diversas agen-das y revisiones para alcanzar los compro-misos de acceso universal. Para finales delsiglo XX, como un problema técnico y aso-ciado al tráfico de Internet y el mercado deancho de banda, se detecta un problema queafecta la calidad de las comunicaciones enlos países suramericanos: el extenso reco-rrido que la mayor parte del tráfico deInternet debía hacer fuera de la región an-tes de volver a ella, aun cuando se tratarade comunicaciones locales.
La autora explica las características de un Network Access Points
–NAP– y su impacto en los servicios de acceso a Internet. Al realizar un breve contexto de las iniciativas en América Latina, se muestrala experiencia como proceso de acuerdos entre distintos actores para fortalecer el sector de telecomunicaciones en la región. Detallael caso venezolano llamando la atención sobre el escenario legal,económico, estructural y su incidencia en Internet
NAP: ¿Oportunidad paramejorar el acceso universalde banda ancha?Una revisión desde Venezuela
■ Ysabel Briceño
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Internet surge, contrario a la radio, latelevisión y la telefonía, bajo una lógica desistemas distribuidos que generan com-plejas ramificaciones de comunicación, locual le confiere la posibilidad de un sistemarobusto, blindado por una condición de-nominada redundancia, que no es más que
la capacidad de responder de manera efi-ciente ante eventuales fallas, alternandovarias rutas por donde podrían viajar losdatos. Esta lógica requiere, no obstante,de centros de conexión que funjan comopunto común a partir de los cuales se en-trega y canaliza la información a distintosniveles y jerarquías. Esto hace que la ar-quitectura de Internet se erija de una ma-nera compleja, involucrando proveedoresde servicios de conexión (ISP) regionales,nacionales e internacionales, como biense explica:
La estructura jerárquica de Internetmuestra en su nivel inferior a los ISPs lo-cales que solamente proveen servicio auna ciudad o región muy determinada.Estos ISPs generalmente ofrecen única-mente servicios de hosting (alojamientoen la web), correo y acceso a Internet ausuarios finales. Después le siguen losISPs regionales o nacionales abarcandoun territorio mucho mayor y general-mente ofreciendo servicios adicionalesde interconexión y de tránsito a provee-dores más grandes. Finalmente en lapunta de la pirámide se encuentran los
IBPs ( Internet Backbone Providers)quienes son los proveedores globales deservicio de Internet y quienes, por mediode acuerdos económicos de diferentestipos, están interconectados con otrosIBPs a quienes consideran sus pares.Los IBPs son realmente los mayoristasdel mercado del servicio Internet. CadaISP es cliente de uno o más ISPs de nivelsuperior comprando o intercambiandoacceso a mayores partes en la red (Dnconsultores, p.15 ).
Las redes troncales –o conexiones
principales que suelen unir las distintasredes ramificadas de América Latina– ylos proveedores globales de servicio deInternet se encuentran situados principal-mente en Estados Unidos², lo que signi-ficó inicialmente que la informaciónlocal, nacional e internacional que circu-laba en los países latinoamericanos pormedio de Internet debía pasar indistinta-mente por estas redes troncales para luegoretornar a su lugar destino; esta condiciónsuponía un aumento del tiempo de recu-peración de datos, pérdidas de paquetes
de información y, por supuesto, aumentode costos para los usuarios finales en eluso de Internet, puesto que para todo tipode tráfico debía contratarse a los provee-dores internacionales. Esto significaba unobstáculo para el crecimiento del sectoren América Latina.
Para resolver tales deficiencias, seapuntó a proponer la creación de puntosde acceso a la red conocidos por sus siglasen inglés como NAP (Network AccessPoints). La solución se concentraba enmejorar el tráfico de datos de Internet endeterminadas zonas geográficas (país, re-gión) para evitar la utilización de canalesforáneos, cuando no se requiriera salidainternacional.
Ha sido una constante suponer que laexistencia de los NAP (nacionales y re-gionales) repercute no sólo en mejorar lacalidad del acceso a Internet en los países
de Latinoamérica, en términos de veloci-dad y conexión, sino que además contri-buye a reducir los costos del servicio alevitarse la erogación de divisas a operadoresinternacionales, por la conexión (Cavalli,Crom y Kijak).
Con el NAP se crea una vía de accesolocal directo a la red, de manera que, al evi-tar el tráfico internacional de datos, la ve-locidad de intercambio de la informaciónlocal es mayor y los costos de conexión paralos proveedores de servicios terminan re-duciéndose, al asumirse tarifas locales y
no tener las limitaciones del tráfico internacional. Así se propone un uso eficientde la red de telecomunicaciones gracias la utilización de canales locales o nacionales para el tráfico de Internet que tiencomo origen y destino el mismo país.
La arquitectura de Internet deviene e
complejos modelos de negocios para loservicios de conexión, lo que hace queuna propuesta de objetivos comunes ponga sobre la mesa de negociación a varioactores que participan de diversas maneras en el acceso a Internet y transmisiónde datos. Pero generalmente, el usuarisólo logra reconocer su relación directcon el proveedor local, detrás del cuapuede haber una compleja red de distribución del servicio, con grandes y pequeños proveedores.
Resolver el tráfico de redes nacionaleen Internet en los países de Améric
Latina por medio de puntos de interconexión, ha constituido uno de los procesomás claros de negociación del mercado enel sector de telecomunicaciones, pues generalmente implica acuerdos entre los diferentes operadores, proveedores y participantes en la compleja red de servicios dconexión a Internet de cada país; la naturaleza diversa de los actores pone a pruebla necesidad de administrar las diferencias del mercado ante objetivos comunesEl desarrollo de los NAP en la región podría ser reflejo de matices diversos en lmadurez del sector para alcanzar objeti
vos comunes en un marco de libre competencia.
Venezuela ha sido uno de los pocopaíses que no ha logrado concretar la creación de un NAP. ¿Cuáles han sido lofactores que impiden su desarrollo? ¿Qucaracterísticas intervienen en el procesode negociación y bajo qué condiciones lodistintos actores involucrados han generado demandas y respuestas en este ámbitoson las principales interrogantes de estinvestigación, tomando en cuenta compreocupación adicional si esta condicióafectaría las posibilidades en el acceso
los servicios de Internet que cada vez máestán demandando una estructura fluida ysolvente en telecomunicaciones.
1. NAP: el semáforo de interneten Suramérica
El Network Access Point (NAP) es reconocido como el punto central de convergencia del tráfico de Internet creado enuna zona geográfica determinada (paísregión) y con el cual se aspira la concen
Con el NAP se crea una vía de accesolocal directo a la red, de manera
que, al evitar el tráfico internacional
de datos, la velocidad de intercambio
de la información local es mayor
y los costos de conexión para los
proveedores de servicios terminan
reduciéndose, al asumirse tarifas
locales y no tener las limitaciones
del tráfico internacional.
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tración de información y puntos de accesoa Internet local, sin tener que salir a redesinternacionales.
El objetivo más importante de un NAPes la concentración y enrutamiento de lascomunicaciones que se generan en un te-rritorio específico entre usuarios de diver-
sas redes de acceso para el servicio deInternet.
Basados en esta propuesta, los países su-ramericanos aspiraron, a principios delsiglo XXI, potenciar el acceso a Internetteniendo como valor agregado, la posibi-lidad de impulsar actividades como el co-mercio electrónico y desarrollo de conte-nidos, o aquellas que requirieran mayorcapacidad para la transmisión de datos,voz e imagen.
En el I Foro Permanente de Redes deAmérica Latina y el Caribe, celebrado enoctubre de 1991 en Río de Janeiro, repre-
sentantes de diversas universidades discu-tieron temas técnicos, políticos y acadé-micos relacionados con red de datos queapenas afloraba. “Lo primero que se dis-cutió fue crear un backbone (troncal prin-cipal) latinoamericano que permitiera lacomunicación entre los países sin tenerque pasar por un nodo que estuviera fuerade la región (específicamente el de Esta-dos Unidos). Se analizaron varias posibi-lidades pero para ese tiempo no existíauna buena infraestructura de redes de co-municaciones que permitiera desarrollarplanes colaborativos. Este tema se discu-
tió por muchos años; se invitaba a los go-biernos y sectores privados para estudiaralternativas, pero finalmente fue el tiempoy la tecnología los que se encargaron delas respuestas”, comenta Edmundo Vita-le, académico venezolano, fundador de laEscuela Latinoamericana de Redes³.
Casi diez años después, el punto aúnformaba parte de agendas regionales. Enel año 2000, la Asociación de Empresasde Telecomunicaciones de la ComunidadAndina –Aseta– impulsa la primera etapadel Proyecto Sistema Andino Internet,cuyo objetivo principal era “conformar
una plataforma tecnológica para interco-nectar a los diferentes Proveedores delServicio Internet (ISP’s) en cada uno de lospaíses de la Comunidad Andina, a travésde puntos de Acceso a la Red (NAP’s) y aéstos entre sí a través del Corredor AndinoDigital”⁴. Luego de suscribir un memo-rando de entendimiento, empresas opera-doras de Venezuela, Colombia y Ecuadorinterconectan equipos para cuantificar eltráfico de Internet entre los países y poderdefinir una segunda etapa.
Según Aseta, los resultados demostra-ron bajos niveles de tráfico entre los paí-ses andinos, lo cual no suponía rentabili-dad económica en la creación del NAP yllevó a aplazar la propuesta hasta que sedieran las condiciones para lograr el equi-librio económico del proyecto. Nuevas
modalidades han aparecido como pro-puesta para integrar los países andinos enuna estructura común que optimice loscostos de operación en el servicio de co-nectividad a Internet.
En el año 2001 el punto volvió a serdiscutido en el 1er. Encuentro Regional deProveedores de Internet en AméricaLatina, celebrado en Cartagena de Indias,cuyo principal objetivo fue el estudio dealternativas más económicas y eficientespara la conectividad de Internet en la re-gión.
Más allá de las propuestas regionales,
cuyos matices variaron desde necesidadeseconómicas hasta desempolvar sueños deintegración, lo cierto es que, pese a lacomplejidad de negociación, cada país sí fue comprendiendo como una necesidad im-portante la creación de puntos centrales deconexión para optimizar el tráfico nacio-nal de Internet.
La experiencia se fue generando deacuerdo al ritmo local, con negociacioneslentas pero generalmente progresivas,creándose NAP nacionales, casi siempreimpulsados por el sector privado y con
una participación diversa del Estado u or-ganismo regulador, cuya función más des-tacada ha sido la de impulsar las condi-ciones para la resolución de acuerdos,orientado por políticas públicas en tornoal acceso universal a banda ancha y el de-sarrollo de contenidos locales⁵.
2. Caso Venezuela
2.1. Actores y contexto
Venezuela inicia el siglo XXI marcadapor el sello reciente en las políticas públi-cas de América Latina, en las que se em-pieza a reconocer al sector ciencia y tec-nología, en un contexto de necesaria in-clusión al nuevo paradigma global de la lla-mada Sociedad del Conocimiento.
Sin duda, el año 2000 arranca con buen
pie en el tema. Pese a un contexto institu-cional adverso caracterizado por la rigi-dez y poca capacidad de la estructura pú-blica para atender las grandes exigenciasdel siglo XXI en la creación de sistemasnacionales de innovación, la voluntad po-lítica en el sector se expresó claramente enla nueva Constitución promulgada en elaño 1999, al reconocerse por primera vezen la historia el carácter estratégico e in-terés público de la ciencia, la tecnología,la innovación y los servicios de informa-ción⁶.
Como respuesta, se crea ese mismo
año el Ministerio de Ciencia, Tecnologíae Innovación, cuyo rol inicial fue la rees-tructuración de las instituciones existentesque fueron agrupándose alrededor de estanueva figura, el impulso de un marco ju-rídico apropiado y la convocatoria de losdistintos sectores de la sociedad para con-formar el llamado Sistema Nacional deCiencia, Tecnología e Innovación (Scnti).Surge entonces la Ley Orgánica deCiencia, Tecnología e Innovación (Locti).
En materia de Tecnologías de Informa-ción y Comunicación (TIC) el paso mássignificativo fue la aprobación de la Ley
Orgánica de Telecomunicaciones en elaño 2000, cuyo contenido pasaría perti-nentemente a sustituir el Reglamento deTelecomunicaciones del año 1940; conmás de sesenta años de promulgado, esteinstrumento legal –el único que regla-mentó el sector durante la segunda mitaddel siglo XX– distaba mucho de la nuevarealidad en el tema. Pese a las adversida-des políticas del momento, la nueva Leyse originó en medio de discusiones, cuyoconsenso principal fue la necesidad de ac-tualizar el marco legal que regulara una
Según Aseta, los resultadosdemostraron bajos niveles de tráfico
entre los países andinos, lo cual
no suponía rentabilidad económica
en la creación del NAP y llevó
a aplazar la propuesta hasta que
se dieran las condiciones
para lograr el equilibrio económico
del proyecto.
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nueva realidad dominada por el impulso ycrecimiento vertiginoso de las telecomu-nicaciones y absolutamente transformadacon la aparición de Internet.
Luego de esta Ley surgieron otros ins-trumentos legales que fueron definiendola regulación de una nueva dinámica esta-
blecida por el uso de Internet y su impactoen el aparato socio productivo, comercial,educativo y de salud. En menos de dosaños, el Gobierno venezolano declara co-mo prioritarios el acceso y uso de Internet(Decreto N° 825), se aprueba la Ley deMensajes de Datos y Firmas Electrónicasy la Ley Especial sobre Delitos Infor-máticos, lo cual constituye un marco legalde avanzada para los novedosos mecanis-mos de transacción a partir de la comuni-cación electrónica.
El Ministerio de Ciencia y Tecnologíacrea un Plan Nacional de Tecnologías de
Información y Comunicación con los si-guientes lineamientos estratégicos: desa-rrollo de una plataforma nacional de tec-nologías de información y comunicación;creación de una base adecuada de recur-sos humanos; modernización del Estado;y promoción de las TIC en el sector pro-ductivo. Bajo estas líneas se impulsanprogramas con el interés de democratizarel acceso de Internet (como el de info-centros), consolidar la estructura públicamediante las TIC (como gobierno elec-trónico), impulsar el contenido (comoportales temáticos), cuyos avances han
dependido de los cambios de autoridadesy reestructuraciones del aparato públicopara coordinar el sector TIC⁷.
El 8 de enero del año 2007 se crea elMinisterio del Poder Popular para lasTelecomunicaciones y la Informática(Mppti) bajo el Decreto Nº 5.103 sobre laOrganización y Funcionamiento de laAdministración Pública Nacional. Desdeesta estructura se levanta otro PlanNacional (esta vez en telecomunicacio-nes, informática y servicios postales)2007-2013, cuyas cinco líneas generalescambian a: acceso masivo a las TIC, so-
beranía e independencia tecnológica,transformación del Estado, uso y aplica-ción de las TIC como herramientas habi-litadoras del desarrollo, y modelo comu-nicacional inclusivo⁸.
En septiembre del año 2008 se conocesorpresivamente la existencia de un pro-yecto de Ley Orgánica de Telecomuni-caciones, Informática y Servicios Postales,identificado como el decreto 6.2449. Elcontenido de esta nueva Ley había sidoaprobado en Consejo de Ministros, y ava-lado por el Tribunal Supremo de Justicia;
a un paso de ser remitido a la AsambleaNacional, distintos sectores de la sociedadgeneraron advertencias en torno a un pro-yecto cuyo contenido no había sido so-metido al debate público¹⁰.
El borrador de la propuesta comenzó acircular sin haber sido oficialmente reco-nocido por representantes oficiales. No
obstante, la entonces ministro del PoderPopular para las Telecomunicaciones y laInformática, Socorro Hernández, declaróen entrevista para el canal del Estado,Venezolana de Televisión:
…el proyecto de ley del sector se some-tió a la Habilitante y estamos llevándoloahora a la Asamblea Nacional. Ese es unproyecto de Ley que va a ser sometido ala consulta pública y no creo que hayarazones para tener esa intranquilidad.Las versiones que han circulado por allí son borradores, no son la versión defini-
tiva, la que daremos a conocer a toda lapoblación y sobre todo al sector para queemita su opinión.
Sustanciales diferencias pueden en-contrarse entre la nueva propuesta y laLey vigente, aprobada en el año 2000. Laactual Ley Orgánica de Telecomuni-caciones tiene como objeto “establecer elmarco legal de regulación general de lastelecomunicaciones, a fin de garantizar elderecho humano de las personas a la co-municación y a la realización de las acti-
vidades económicas de telecomunicaciones” en un contexto de libre competenciaEl borrador disponible de la nueva Leypropone como objeto “regular las telecomunicaciones, la informática y los servicios postales, a fin de establecer la democratización del acceso a estos servicios, l
seguridad en las transacciones electrónicas, afianzar la soberanía e independencitecnológica, la seguridad y defensa de lNación” en el marco de una economía social incluyente, productiva, socialista yhumanista¹¹. Los cambios sin duda son introducidos por nuevos temas y problemagenerados con la comunicación electrónica, y por el avance de una propuesta dtransición generada por el gobierno dturno, hacia un nuevo modelo socio productivo basado en un nuevo socialismo¹²
En torno al tema se generaron debatepúblicos impulsados por distintos secto
res de la sociedad, pero un ambiente previo a las elecciones regionales para alcaldes y gobernadores diluyó o desvió enocasione