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  • Como si fuera un auto con dos volantes, el mundo est guiado por dos fuerzas que luchan por tener el control: la espiritual y la secular. Hoy en da, la fuerza seculartiene la ventaja, pero durante muchos siglos el poder radic en la espiritualidad. Los visionarios configuraban el futuro tanto como los reyes, e incluso ms. El rey eraungido por Dios, pero los visionarios eran visitados por Dios mismo y escuchaban su mensaje personalmente antes de aparecer en pblico para anunciar lo que Diosquera que la gente hiciera.

    Empec a sentir fascinacin por la desconcertante situacin en la que se ven envueltos los visionarios. Muy pocos pidieron ese poder para afectar a otros. Dios losdesvi de la comodidad cotidiana y guio sus pasos. La voz que oan en su cabeza no era suya, sino que era de inspiracin divina. Cmo fueron esas experiencias? Porun lado, deben haber sido aterradoras, pues en un mundo en el que alimentar leones con mrtires, crucificar a los santos por considerarlos enemigos del Estado yresguardar con recelo las antiguas religiones es un espectculo, la voz de Dios bien podra estar enunciando una sentencia de muerte. Por otro lado, experimentar lodivino debe haber sido exttico, como lo experimentaron los poetas msticos de todas las culturas que tuvieron un romance con la divinidad. Esa combinacin dearrebato y tormento se convirti en la semilla de este libro.

    Dios es un trmino vaco, excepto cuando se expresa a travs de las revelaciones de los santos, profetas y msticos de la historia. stos existen para plantar lassemillas de la espiritualidad como experiencia directa, ms que como una cuestin de fe y esperanza. No obstante, nadie puede afirmar que Dios se ha revelado de formanica y estable, ni con un mensaje consistente, sino todo lo contrario De algn modo, las revelaciones pueden ser divinas y contradictorias al mismo tiempo.

    Por qu Dios no dice lo que tiene en mente y permite que el mensaje se extienda a todas las personas? La contradiccin de los mensajes divinos surgi debido anuestras propias limitaciones Supongamos que Dios es infinito. Por desgracia, nuestras mentes no estn equipadas para percibir el infinito, sino que slo percibimos loque estamos preparados para ver y conocer. La infinitud se revela a s misma por pedazos hechos a la medida de cada sociedad, poca y hbitos mentales. Etiquetamoscomo Dios los meros vistazos que percibimos de una realidad superior, como ver una figura en La ltima cena de Da Vinci. Este vistazo nos maravilla, pero la totalidada la que pertenece escapa a nuestra percepcin.

    Teniendo eso en mente, he convertido esta novela en una meditacin sobre Dios en nosotros mismos. Slo la mitad es ficticia y est dedicada a diez visionarios quequedaron extasiados cuando Dios les habl. La otra mitad consiste en reflexiones sobre lo que Dios quiso decir al elegir a estos sabios, videntes, profetas y poetas. Elmensaje no siempre fue el mismo, pues Job en el Antiguo Testamento escuch algo distinto de lo que san Pablo que en el Nuevo Testamento, pero aun as es posiblerastrear un patrn.

    Dios evoluciona. Por eso es que sigue hablando y nunca se queda callado. El hecho fundamental de que Dios ha sido l, ella, ello y ninguna de las anterioresdemuestra lo cambiante que es la presencia divina. No obstante, afirmar que Dios evoluciona implica que comenz en un estado de inmadurez y creci hasta convertirseen la totalidad, cuando toda fe sostiene que Dios es infinito desde el principio. Lo que en realidad ha evolucionado es la comprensin humana de su existencia. Durantemilenios, quiz incluso desde la era de las cavernas, la mente humana ha tenido la capacidad de percibir una realidad superior. Las pinturas y las estatuas sagradas sontan antiguas como la civilizacin misma, preceden el lenguaje escrito y quiz incluso hasta la agricultura.

    La cercana con Dios es una constante, no slo en la historia humana sino tambin en la naturaleza humana. Si estamos en contacto con nuestra alma, la conexin espermanente, aun si nuestra conciencia flaquea. Pensamos que Dios cambia, quiz porque nuestra propia percepcin espiritual aumenta o disminuye. Mientras tanto, losmensajes siguen llegando y Dios sigue mostrndose con distintos rostros. A veces la nocin de lo divino queda oculta cuando las fuerzas seculares toman la batuta eintentan dirigir la orquesta por s solas. Sin embargo, la fuerza de la espiritualidad nunca se rinde por completo. Dios representa nuestra necesidad de conocernos anosotros mismos, as que, a medida que la conciencia evoluciona, tambin evoluciona Dios. Es un viaje que no terminar jams. En este momento, en algn lugar delmundo, alguien acaba de despertar a la mitad de la noche al escuchar un mensaje que parece extrao, como si proviniera de otra realidad. De hecho, todas las noches debehaber visitas de este tipo, y quienes dan un paso al frente para anunciar lo que han odo forman un grupo variopinto de locos, artistas, avatares, rebeldes y santos.

    Siempre he deseado ser parte de tan variopinto grupo, por lo que en la siguientes pginas intento imaginar que pertenezco a l. Acaso no deseamos todos, en ciertomodo, unirnos a los inadaptados? Sus historias nos desgarran el corazn y elevan nuestra alma. Las lecciones que han aprendido han llevado a la raza humana porcaminos desconocidos. Hay cosas peores en la vida que saltar la barda de cotidianidad y seguirlos.

    DEEPAK CHOPRAAbril de 2012

  • Dnde termina el mundo? pregunt el padre.Job, su hijo, no estaba preparado para ser cuestionado. Era primavera. Afuera de la carpa las clidas brisas traan consigo el agradable trinar de las aves y el balido de

    los corderos. Los amigos del nio pateaban un baln de cuero por los campos.Te hice una pregunta!Job jal las correas de sus sandalias y fij la mirada en el suelo cubierto de tierra.

    El mundo termina en las murallas de la ciudad que no dejan entrar a los demonios.Para un nio de diez aos, era una respuesta razonable. Le haban advertido que tuviera cuidado con los demonios desde pequeo, y nombres como Moloch y

    Astaroth se le haban grabado en la memoria desde entonces. Las imgenes de garras y colmillos le causaban una fascinacin pavorosa. Cuando el fro del inviernoobligaba a los pastores a regresar por los portones de la ciudad, Job se senta atrapado, pero tena prohibido aventurarse a ese lugar en el que se le podra meter undemonio a la boca con la misma facilidad que un mosquito.

    Su padre neg con la cabeza.Intntalo de nuevo. Dnde termina el mundo?La sombra de su padre, un hombre alto y fuerte, se cerna sobre Job. Su mirada amenazante era inusual en un tejedor que sola ser tan benvolo con sus hijos como

    una mujer. Pero esta vez Job saba sin lugar a dudas que esa mirada era peligrosa.El mundo termina donde Judea y la tierra de la guerra se encuentran contest el nio. Deba ser la respuesta correcta. El verde valle de su pueblo, conocido

    como la Tierra de Uz, terminaba en los linderos de un abrasador desierto pardo, como leche derramada de una vasija que fluye hasta que la arena la bebe La diferencia eraque la tierra de la guerra beba sangre.

    Pero su padre segua mirndolo amenazadoramente.ltima oportunidad, nio. Dnde termina el mundo?La perplejidad enmudeci al muchacho, quien baj la mirada. De pronto, recibi un golpe tan fuerte a un lado de la cabeza que lo dej tumbado en el suelo, donde se

    qued tirado sin moverse.Tan pronto dej de ver estrellas, mir a su padre, quien estaba inclinado hacia l y lo examinaba como se mira la herida de un cordero en busca de gusanos.El mundo termina aqu gru su padre y levant su fornido brazo frente al rostro de su hijo. Nunca olvides mi puo.Por qu su padre se estaba comportando as? El nio no poda soltarse a llorar. El golpe haba sido injusto, por lo que en su interior surgi el tipo de orgullo que los

    nios pequeos conocen bien. Lo haban insultado, y los insultos merecan desprecio, no lgrimas. Pero el puo de su padre segua cerrado, y Job no se arriesgara a quelo golpeara de nuevo. Se mordi el labio y se mantuvo impvido hasta que su padre, quien haba establecido su postura, se enderez y sali a zancadas de la carpa sindecir una palabra ms.

    Al irse dej caer algo. Era un trozo de tela, de delicada lana blanca atravesado por una franja prpura. Job no la not sino hasta que su madre entr corriendo con lasmanos empapadas de agua de la palangana. No hubo tiempo para contarle lo ocurrido. No hubo tiempo para decirle una sola palabra, pues al instante la mujer sedesvaneci y solt un grito desconsolado. Tom entre sus manos el trozo de tela y lo apret contra su mejilla.

    Job se qued aturdido. Su madre era una mujer digna que prefera darse la vuelta antes de ser vista amamantando a su beb. Job nunca la haba visto de otra formaque no fuera completamente vestida. De repente, su madre jalone sus vestiduras negras, al punto de casi arrancrselas del pecho. Despus de un rato, en medio de susapagados sollozos esboz una palabra que Job logr entender.

    Rebeca!Su hermana? Por qu mencionara su madre el nombre de su hermana? En medio de la confusin, Job se qued estupefacto hasta que una horripilante idea le cruz

    por la mente Su hermana mayor usaba una prenda interior blanca y delicada. El pigmento prpura proveniente de Tiro era costoso, pero su hermana estabacomprometida, y la madre del novio haba venido a visitarla. Las dos familias estaban complacidas con el arreglo y, antes de irse, la madre del novio le regal a la madrede Job un ovillo de lana prpura. De inmediato tejieron con ella el borde del dobladillo de su falda blanca, de modo que cuando caminaba se asomaba un destello deprpura a la altura de sus tobillos.

    Est muerta? murmur Job, con miedo de preguntar, pero con ms temor de quedarse con la incertidumbre. Su hermana haba arrancado el trozo de tela de suropa. O alguien ms lo haba hecho.

    Su madre lo abraz contra su pecho y lo apret con fuerza. El muchacho se retorci al sentir el calor que surga de debajo del corpio de su madre. Casi no podarespirar, pero ella se negaba a soltarlo, hasta que el nio dio bocanadas de aire.

    Job!Era la voz de su padre que lo llamaba a gritos. Al mismo tiempo, el sonido de las mujeres que corran hacia la carpa hizo que el cuerpo de su madre se relajara. Las

    mujeres entraron a la carpa y de inmediato el nio se encontr ahogado entre lamentos.Su padre grit de nuevo, y Job logr liberarse del abrazo. Sali de prisa y mir por encima del hombro. En la oscuridad de la carpa, su madre estaba rodeada por una

    docena de manos que la sujetaban, como un beb trado al mundo por un grupo de parteras en medio de un parto aterrador. Job quera proteger a su madre. Queraregresar y arrancarla de los brazos que la sostenan, pero entonces su padre lo oblig a darse la vuelta.

    Ahora entiendes? exigi saber su padre.Cmo podra entender? Al ver la confusin en los ojos de su hijo, el padre se puso en cuclillas.Dios nos dio este lugar y lo hizo hermoso. Pero no ceg a los extraos, quienes nos miran con envidia. Nos arrebatan las cosas hermosas y, como saben que son

    malignos, se ocultan en la noche.Estaba despuntando el alba. Los caminos traan viajeros que pasaban por la ciudad. A veces los extraos venan a cuentagotas, fueran comerciantes o peregrinos.

    Pero no, a los peregrinos no se les poda llamar extraos, slo a los otros. Pero, cuando las gotas se convertan en un torrente, los ejrcitos marchaban por los caminos yla tierra de la guerra llegaba hasta las puertas de su hogar.

    Una batalla? pregunt Job. No tena miedo. En un par de aos ms le tocara montar guardia en los muros de la ciudad, en caso de que los invasores de Persia ode ms all mataran a los hombres y a los muchachos mayores. Ya se haba armado con una vara con punta de hierro. En dos aos quiz incluso sera tan alto como unalanza.

    No fue una batalla, hijo mo. Fue un ataque hecho por cobardes, por hombres peores que bestias.El suceso hizo que al padre de pronto le flaquearan las rodillas y, al estirar la mano para tomar a su hijo del hombro, las manos le temblaron. No podra soportar que

    su hijo Job viera su rostro cubierto de lgrimas. El chico no supo que sa era la razn por la cual su padre se levant y se fue corriendo sin decir una palabra. Pero seraalgo que nunca olvidara. El da en que su padre lo tir al suelo de un golpe fue el da que su hermana, Rebeca, muri. Probablemente haba ido al pozo balanceando un

  • jarrn vaco para llenarlo de agua. Probablemente iba sonriente, pero luego se desilusion un poco al ver que no haba otras mujeres ni muchachas reunidas en torno alpozo para chismorrear. Acaso los pajarillos que se zambullan en el agua estaran cantando, o acaso saban lo que estaba por pasar?

    Rebeca habra tardado un minuto en descifrar por qu estaba sola, habra tirado el jarrn al suelo y habra escuchado que se rompa en pedazos. Despus de darapenas dos o tres pasos, que no habran sido suficientes para escapar, los saqueadores la habran capturado. Cuando ms tarde, los hombres de Uz salieron de los murosde la ciudad y llegaron al manantial rodeado de rocas que formaban un pozo, encontraron gotas de sangre. La muchacha haba forcejeado y haba rasgado un trozo de telade su ropa interior. Era un trozo de fina lana blanca, tejido por el padre, pero bien podra haber sido una nota escrita con tinta:

    Olvdenme. He sido deshonrada. Ya no existo para ustedes. Olvdenme, queridos mos.

    El crculo de mujeres que se lamentaban segua rodeando a su madre. Job y su padre pasaron la noche afuera de la carpa. El muchacho nunca haba visto un cielo tanoscuro. No se dio cuenta de cundo se qued dormido, pero despert al amanecer y vio salir una figura sombra de la carpa. De pronto, le lleg la imagen de su madrearrastrndose para ahogarse en el pozo. No era muy profundo, pero si estaba decidida y se tumbaba de cara al agua...

    Despierta, nio.Job abri los ojos y se dio cuenta de que haba sido un mal sueo. Su padre estaba sentado junto a l en el suelo y le entreg un tazn de cuajada mezclada con

    granos. Job asinti y tom el tazn. Cuando se arrebuj en la piel de cordero para dormirse crey que no querra volver a comer de nuevo, pero ahora estaba famlico.Usando sus dedos como cuchara, comi mientras esperaba a ver qu hara su padre. Un nio, si es bien amado, le dar al padre una segunda oportunidad, pero Job ansenta una punzada en la cabeza donde se haba golpeado con el suelo. Esper ms. Al principio su padre se qued sentado, inmvil, como si estuviera decidiendo enqu clase de hombre se convertira ese da. Su silencio hizo que Job empezara a ponerse nervioso, hasta que un momento despus su padre se puso de pie y caminhasta el otro extremo de la carpa, donde estaba su telar. Luego se escuch el familiar repiqueteo de su trabajo, sonido que a Job siempre le haba parecido reconfortante.

    Cuando termin de comer, el muchacho se dirigi a donde estaba el telar; durante la primavera, los tejedores trabajaban al aire libre si haca buen clima. Su padre fueel primero en empezar, mientras el sol segua asomado a medias en el horizonte. Job lo mir trabajar sin decir una palabra. El resto de sus vidas estara siempre bajo lasombra del ataque. Job desconoca los detalles. Se realizaran los ritos funerales sin el cuerpo presente? Un grupo de hombres atara sus lanzas a los animales de cargay saldra para intentar rescatar a la muchacha? Durante largo rato, su padre estuvo lanzando la naveta en silencio.

    Dios bendice a su gente.Al escuchar al padre enunciar esas palabras, Job se sobresalt. Se pregunt si el dolor de la prdida lo haba vuelto loco. Luego repiti la misma oracin, pero con

    ms fuerza, como si quisiera que en las carpas de los alrededores lo escucharan.Dios bendice a su gente. Nosotros provocamos nuestros propios infortunios. Nadie est libre de pecado el padre no se diriga a nadie en particular, excepto

    quiz al cielo; luego mir a Job, como si notara su presencia por primera vez. Comprendes?El muchacho neg con la cabeza. Hasta el da anterior, haba credo que su padre era perfecto. Jams haba pensado en Dios, pues no haba tenido la necesidad de

    hacerlo. Su propio padre provea todo y saba todo. Qu quera decir? Que l haba sido el causante del crimen contra Rebeca? En el fondo de su ser, Job queragritarle: Basta! T no la mataste! Pero no poda, porque, si lo haca, quiz su padre lo golpeara de nuevo, y esta vez no saba qu tan fuerte sera el embate. Perotambin haba otra razn para no gritar. Si su padre no era responsable de tan cruel revs del destino, entonces slo quedaba alguien ms a quien culpar.

    Su padre habl con voz apagada.Est bien. No espero que comprendas, pero recuerda lo que te dije esta maana luego se dio vuelta y sigui tejiendo, y, conforme sus manos se deslizaban con

    destreza a lo largo del tenso hilado, algo cambi. Su cuerpo se relaj y su rostro volvi a tener la expresin tranquilizante que siempre ostentaba. No tard en empezar asilbar para s mismo, por lo que nadie se habra imaginado que algo malo haba ocurrido si no lo supieran.

    Mi padre estaba sereno. Saben cmo era posible? Alguno de ustedes responda Cmo puede un hombre trabajar con tanta serenidad el da despus de que learrebatan a su hija?

    Job ya no era un muchacho. Ahora tambin era un padre, con hijos e hijas. Los hombres que lo rodeaban se quedaron callados. Haba llegado un nuevo beb Job losostuvo en sus brazos mientras relataba la historia de la desaparicin de Rebeca. Era su costumbre hacerlo cada vez que su esposa conceba un varn. Los hombres sehaban reunido para el rito de circuncisin, pero el sacerdote mantuvo guardada la navaja mientras Job relataba la historia.

    Los hombres, quienes ya la haban escuchado antes, podran haberle respondido, pero les complaca escucharlo revelar la moraleja.Mi padre estaba sereno porque saba que Dios recompensara a los justos y castigara a los indignos. Mi hermana no era la excepcin Rezo porque haya

    sobrevivido, pero, aunque no haya sido as, Dios es justo, siempre.Los hombres reunidos en la oscura habitacin con los postigos cerrados asintieron entre murmullos.Dios es justo repiti uno de ellos.Sobre la mesa donde yaca el recin nacido brillaban los cirios encendidos. El beb daba patadas ocasionales, pero no lloraba. Cuando el cuchillo del sacerdote lo

    toc, hizo un sonido peculiar, entre sorprendido y angustiado. Pareca ms bien el chillido de un animal pequeo, como el de un perro pastor al que le cortan la cola, msque un llanto humano. El sonido era la seal para que la esposa de Job entrara a prisa, cargara al infante, cuyo rostro se haba puesto de un rojo brillante, y lo llevaracuanto antes a ser lavado y vendado.

    La atmsfera solemne cambi una vez que la mujer y el nio salieron de la habitacin. El sacerdote fue el primero en levantar su copa de vino, y los hombresvitorearon y colmaron al nuevo padre de elogios. Pero nadie se atrevi a darle una palmada en la espalda. Job no era el tipo de hombre que se prestara a esos gestos defamiliaridad. Despus de la tercera copa, los hombres saban, sin que nadie se los dijera, que era hora de que se fueran. Cuando llegaran a casa, sus esposas losabordaran, curiosas. Los tapices de los muros eran de seda? Los platos eran de oro? Qu tan hermosas eran las jvenes sirvientas? No me digas que Job no lasseleccion personalmente. Los ricos escriben sus propias leyes.

    Uno de los invitados estaba exhausto, pues se haba quedado en vela toda la noche para atender el nacimiento difcil de un ternero. Podra haber perdido tanto a lamadre como al beb, pero haba sido la voluntad de Dios que el ternero naciera muerto. Pero el hombre estaba tan exhausto como iracundo, as que el alcohol apenas si lepermita mantenerse en pie

    Tu padre no tena derecho a golpearte exclam. He sabido de hijos que huyen o hacen cosas peores el invitado embriagado acerc su cara a la de Job. Losotros se quedaron mirando la escena, avergonzados y sorprendidos

    Job lo mir con gesto tolerante.Qu habra hecho otro hijo?No me lo preguntes. Pero no se habra acobardado. Si hubiera sido mi padre, habra tenido que ocultar los cuchillos despus de eso.El rostro del invitado embriagado ardi con un repentino apasionamiento. Sin advertencia alguna, se dio la vuelta y tom el cuchillo del sacerdote, el cual yaca sobre

    la mesa esperando a ser limpiado y bendecido para el siguiente ritual.Oculten sus cuchillos! grit el hombre alcoholizado. Porque ah les voy!El apasionamiento se esfum tan rpido como surgi. El invitado embriagado parpade y mir a su alrededor, confundido, como si hubiera escuchado sus propias

    palabras sin saber quin las haba vociferado.Lo lamento murmur Solt el cuchillo, que reson al golpear el piso de piedra, y sali corriendo sin mirar a nadie a los ojos. Los dems se quedaron en silencio,

    esperando la reaccin de Job. Ninguno de ellos posea tanto como Job, y la mayora incluso haba tomado prestado de sus arcas, las cuales siempre estaban abiertas.Es el nico que piensa as? murmur Job con serenidad.Los hombres a su alrededor arrastraron los pies con incomodidad ante tan desconcertante pregunta, pero Job se contest a s mismo antes de que ellos dijeran una

    palabra.Todos se lo preguntan, como yo tambin me lo pregunt. Mi hermana haba desaparecido y mi padre eligi ese preciso instante para golpearme. Yo era joven,

  • pero saba usar un cuchillo Job sonri, como si estuviera recordando un antiguo impulso que no se haba extinguido del todo con el paso del tiempo. Hasta losmuchachos ms jvenes ayudan a sacrificar a los corderos lechales.

    Tu padre era tu padre. Poda hacer lo que le placiera contest un amigo cercano, llamado Elifaz.Eso te habra bastado a ti si hubieras estado en mi lugar? pregunt JobEstuve en tu lugar. Cuando mi padre tena un arrebato de ira, arremeta en todas direcciones contest Elifaz. Varios de los presentes asintieron y se escuch un

    murmullo de aprobacin generalizada.La ira de tu padre era un gesto de bondad? pregunt Job.Elifaz dud un instante, pero luego sonri.Hoy ests lleno de misterios.Tambin lo est el mundo y tambin lo est Dios. Pero ste fue un misterio que logr resolver dijo Job, sin hacer una pausa para esperar las reacciones de los

    dems. Qu sabemos de Nuestro Seor? Job no se habra atrevido a mencionar el verdadero nombre de Dios, pues estaba prohibido. l mismo nos lo dijo. Es undios celoso e iracundo. Acaso Moiss no recibi esa enseanza? Tenemos la ley, as que sabemos cmo complacer a Dios. Incluso cuando est enojado es justo.

    Job se haba entusiasmado y habra podido darles un sermn, pero de pronto se detuvo. Se qued en blanco, como un hombre que se pierde en sus pensamientos oest escuchando voces. Era imposible saber cul de las dos cosas.

    Luego continu, con absoluta calma.Qu es para un nio su padre? Dios encarnado. Eso es justo Es la ley que los padres gobiernen como Dios, y mi padre quera protegerme. Hasta dnde poda

    llegar su proteccin? Slo hasta donde terminaba su brazo. Despus de su puo yo estara en el final del mundo y caera en los mismos peligros que nos arrebataron ami hermana. El golpe que me asest mi padre fue amor puro. Lo odi con todo el corazn hasta que Dios me mostr lo que significaba. Ahora slo deseara haberpodido retribuir tal amor, el tipo de amor que est dispuesto a ser odiado y que aun as no puede ser detenido por el odio.

    Algunos de los invitados murmuraron al or esas palabras, pues estaban muy conmovidos. Pero no todos. Bildad, otro amigo, se mostraba escptico.Cul es tu enseanza? Que dios nos golpea por amor? De ser as, qu es lo que hace entonces cuando nos odia? Sin duda condena a los pecadores y

    recompensa a los justos.Antes de que Job pudiera contestar, Zofar, otro amigo suyo, intervino.sa no es ms que una leccin para un nio Cuando eras un muchacho, el mundo terminaba en el puo de tu padre. Ahora eres un hombre. No hay mundo que

    est fuera del alcance de la ira de Dios.Job mir a sus amigos con gesto sobrio. Los tres sonrean. Para estar cerca de los ricos, debes aprender a ser sutil, y la primera leccin es esbozar una sonrisa

    disimulada, como la que esboza un asesino hasta acercarse lo suficiente como para atacar.Qu creen ustedes, amigos mos? Que nunca he conocido el sufrimiento?El dinero es como una cama de plumas, slo que ms suave contest Bildad con una de sus mximas favoritas.Hoy es un da de celebracin. No nos rompamos la cabeza discutiendo sobre Dios intervino Zofar.Job asinti.Esas discusiones no tienen ningn punto. Lo que sabemos sobre Dios es lo que sabemos. Cierto?Luego hizo una reverencia con la cabeza. Acaso estaba rezando o siendo modesto o sintindose derrotado? La habitacin estaba a media luz. Era imposible saberlo.

    Los invitados estaban agradecidos de poder irse. Cada uno le apret la mano a Job con aprecio, pero l jams levant la cara. Fuera lo que fuera que estuviera pensando,la voz en su interior se haba quedado sin palabras. Un pen estaba de pie en medio del campo, cubierto de sudor y sosteniendo dos espigas de cebada renegridas. Estaban llenas de plaga, por lo que lo primero quepregunt Job fue qu tanto se haba extendido la peste. El pen se encogi de hombros.

    Ve a preguntarles a mis amigos le orden Job. Sus cultivos estn cerca de los mos. Mustrales lo que me acabas de ensear. Quiz no sea nada, peropregunta si a ellos les parece preocupante.

    El pen hizo una reverencia y se retir. Por alguna razn, la imagen de las dos espigas de cebada infectadas se le grab a Job en la mente. No estaba preocupado pors mismo, pues posea los campos ms opulentos de todo el valle y siempre tena guardada en el granero la cosecha de toda una temporada. Sus vecinos no haban sidotan bendecidos, pues ellos vivan al da con sus cosechas. Una hora despus, el pen volvi negando con la cabeza.

    Los cultivos de tus amigos estn bien dijo, pero no tena el semblante de quien trae buenas noticias. Traa un saco abultado colgando de un costado. Con ungesto lo solt, y de l salieron cien espigas de cebada, todas infectadas y marchitas. Las espigas rodeaban los pies de Job como orugas quemadas. Job frunci el ceo.

    Por qu no las trajiste antes? pregunt.Traje todas las que haba. Esto acaba de ocurrir. Sea lo que sea, se est expandiendo rpido el pen dio un paso atrs, como si la plaga de los granos fuera

    contagiosa.Job era un hombre apacible, igual que su padre, pero aun as le lanz una mirada mordaz al pen y le orden que hiciera guardia esa noche para cuidar el cultivo. A la

    maana siguiente tendra que avisarle si haba alguna novedad. Pero la plaga se mova a una velocidad alarmante. Antes de que anocheciera llegaron las primeras noticias;las plantas de uno de los campos ms grandes estaban totalmente ennegrecidas. Un fuego invisible haba matado el cultivo, pero se detuvo, como si alguien se lo hubieraordenado, justo en el punto en que la tierra de Job colindaba con la de su vecino. La gente empez a murmurar Haba una lnea muy delgada entre tener mala fortuna yestar maldito. Cuando sali el sol, a la maana siguiente, el fuego invisible se haba extendido a dos campos ms, los que daban las mejores cosechas. Las puntas de lasespigas ya estaban chamuscadas. El campo contiguo, que era propiedad de su amigo Elifaz, estaba intacto. La lnea entre mala fortuna y maldicin haba sido cruzada.

    Job fue a buscar a su esposa, a quien una sirvienta estaba vistiendo.Deja tus joyas en casa y, si sales, cbrete la cabeza le dijo. Ella lo mir desconcertada y le indic a la muchacha que se retirara.Una vez que estuvieron solos, su esposa habl.Por qu me pides eso? Sospechas de m de alguna forma? Soy completamente inocente.Otro esposo se habra preguntado por qu a su mujer se le haba ocurrido tal idea, pero Job confiaba en ella.Querida ma, algo malo est pasando en los campos. Dios lo ve todo. Si acaso est enojado, mostrmosle que no somos orgullosos el orgullo era un pecado

    comn entre los ricos, lo cual Job siempre tena en mente. No senta que hubiera pecado en realidad, pero Dios siempre mira en los recovecos ms profundos delcorazn. Siendo doblemente cuidadoso, Job incluso santific las casas de sus hijos con ofrendas, por si acaso alguno de ellos haba albergado pensamientos malignos.

    Ms tarde, Job se envolvi en su hbito de penitencia y se apareci frente a la puerta de Elifaz.Ya supiste? le pregunt.Que tus cultivos fueron aniquilados? Todos lo saben Elifaz tena una expresin sombra, pero luego invit a Job a atravesar el umbral de su casa. Hubo cierta

    incertidumbre en su gesto? Job no lo not, pues estaba ansioso de escuchar el consejo de su amigo. Ya haba hecho todo lo que poda para apaciguar a Dios. Pagsacerdotes para que encendieran cirios en los altares y sacrificaran una docena de animales recin nacidos de su ganado. Orden a sus hijos e hijas que siguieran suejemplo y usaran hbitos de penitencia sencillos como el suyo, y a las mujeres que caminaran al mercado con un trazo de ceniza gris en la frente como smbolo deexpiacin.

    Elifaz no estaba de acuerdo con ese gesto.Es como si estuvieran declarando que han pecado. La gente se volver contra ustedes. La conozco.Job neg con la cabeza.Caminar por esta tierra es una declaracin de que todos hemos pecado. Lo que importa es complacer a nuestro Padre.No obstante, a pesar de la penitencia, la mala fortuna sigui cernindose sobre l. El ganado de Job enferm y muri. Durante la noche, la cosecha almacenada en el

  • granero se marchit. Qu poda significar todo eso? A sus espaldas, no toda la gente senta el mismo desconsuelo. De algn modo, encontraban la fuerza parasobrevivir a la cada en desgracia de un rico. Elifaz se llev a Bildad a un lado. Qu les estaba intentando decir Dios?

    Bildad se encogi de hombros.Me ves parecido con Moiss? A l Dios lo mand con el faran a advertirle que Egipto sera atacado por diez plagas. Yo no tengo mensaje alguno.Elifaz torci la boca.Slo faltan ocho plagas ms.Su mrbida broma no lleg a odos de Job. La envidia y la compasin dividan a la gente, pero todos estaban horrorizados al ver que los enormes rebaos de ovejas y

    de camellos de Job perecan. En el transcurso de un mes, los bueyes de arado cayeron de rodillas al suelo y no se volvieron a levantar. Algunas personas presupusieronque era obra demoniaca y no de la ira de Dios, hasta que ocurri la calamidad de todas las calamidades. Job reuni a su familia en la casa de su hijo mayor para rezar enbusca de una respuesta. Juntos se hincaron, pero tan pronto enunciaron la primera slaba de la plegaria, los muros a su alrededor se derrumbaron y todos murieron,excepto Job y su esposa. Entonces la compasin ajena se convirti en pnico, pues las plagas tenan la mala costumbre de esparcirse. Y quiz tambin las maldiciones.

    Estamos solos y abandonados gimote la esposa de Job.l no contest, sino que se dirigi hacia el desierto, donde se sent desnudo bajo el sol y se ech cenizas sobre la cabeza. Al da siguiente, sus amigos ms cercanos

    fueron a verlo desde la ciudad para consolarlo, aunque los cnicos lo vean distinto. Job ya no era rico. Dado que ya no tena nada, en realidad se haba vueltopauprrimo. Se haba convertido en un extrao entre los justos, y la gente no tena obligacin alguna con los extraos, cierto?

    Los tres amigos se horrorizaron ante la escena, aunque lo primero que percibieron fue el espantoso olor. Durante la noche, Job se haba cubierto de llagassupurantes. Estaba sentado con la espalda arqueada hacia el rido desierto, araando las cenizas y la pus de su piel con una esquirla de la jarra de agua rota que yaca asu lado. Si no hubieran sido valientes y leales, sus estimados amigos habran huido al ver tan monstruosa imagen.

    Se arrodillaron en crculo alrededor de Job, extendieron sus manos (con cuidado de no tocarle la piel) y le imploraron.Djanos llevarte a casa. No puedes perecer aqu de esta forma. Job no dijo nada. La imagen de las llagas que supuraban cuando las araaba con la esquirla era

    nauseabunda. Elifaz volte a ver a los otros dos amigos. Acaso Dios los castigara si dejaban a Job morir solo despus de ser testigos de su afliccin?De pronto, Job habl. Su voz era un graznido que provena de su polvorienta garganta.Soy intachable y honesto. Si en sus corazones creen que he pecado, huyan. Si se quedan, se estarn deshonrando.Somos tus amigos. Qu es lo que debemos creer? pregunt Zofar.Que camino por el camino de los justos.De eso estoy seguro dijo Bildad. Pero, perdname, acaso nuestro Dios no es justo?Job levant la cabeza y mir a su amigo con dolor en el rostro.Dios nos trae todo; lo bueno y lo malo.Quiz ese comentario asust a sus amigos, pues empezaron a llorar y a desgarrarse las vestiduras, y despus se echaron tierra sobre la cabeza como si estuvieran

    sufriendo por los muertos. Le rezaron a Dios para que liberara a Job y al da siguiente regresaron a verlo, acompaados de la esposa de Job, quien casi se desmaya alposar sus ojos sobre su marido.

    Dselo orden Elifaz.No puedo llorar para siempre dijo la esposa de Job Basta ya. Maldice a Dios y muere. Job saba de dnde venan esas palabras. Su mujer quera ser libre

    para casarse de nuevo con algn hombre a quien Dios no odiara.Debera maldecirte a ti, por ser tan estulta contest Job, y su esposa se fue.Sus amigos se quedaron para montar guardia. El sol desrtico sali y se puso. Los hombres armaron una carpa para protegerse de los elementos y mandaron traer

    agua del pozo de la ciudad. Job se sent bajo el sol, casi sin moverse. Los huesos se le asomaban por debajo de la piel abierta, pero no muri. Slo empez a hablar yfue incapaz de parar. Maldijo el da en el que naci. Maldijo toda la alegra del mundo e invoc a aquellos capaces de convocar a los monstruos ms temibles. Maldijolas buenas nuevas de que una mujer fuera a concebir un varn. Sus maldiciones eran interminables, por lo que sus amigos se inquietaron e intentaron razonar con l.

    En ese instante estaba maldiciendo a las estrellas para que volvieran a la oscuridad, pero se detuvo al ver a los otros acercarse.Elifaz fue el primero en hablar.No pretendo ofenderte, pero tus quejidos fluyen como el agua Dnde est el hombre que nos ense tanto y cuya fuerza nos sostena? Deberas mostrarte ms

    paciente. Hace unas cuantas noches me estremec en sueos y despert con los pelos en punta. Un espritu pas a mi lado y me susurr al odo: Quin puedemostrarse libre de culpa frente a Dios? El Seor no confa ni en quienes son ms cercanos a l. Acaso los ngeles no fueron maldecidos tambin por Dios cuando lodesobedecieron? Los hombres que labran la tierra y siembran la maldad son mucho peores.

    Job susurr con voz ronca.Entonces, qu esperas que haga, amigo mo?Haz las paces con Dios. l es capaz de hacer cualquier maravilla. l lleva lluvia a los campos. l causa la enfermedad, pero su mano tambin es curativa.

    Arrepintete y acepta tu destruccin en paz. Morirs en armona con las piedras de la tierra y las bestias del campo dijo Elifaz.La voz de Job se convirti en un lamento.Si tan slo pudieran ver qu tan pesada es esta calamidad. Estoy en un arrebato porque las flechas del Todopoderoso recaen sobre m. Pero cranme que me

    regocijara en mi dolor interminable si tan slo Dios me soltara. No estoy hecho de piedra ni de bronce. No me pidan ser paciente. He perdido mi fuerza y slo mequeda gritar como un animal herido mir a Elifaz con ojos abrasadores. yeme bien. Un amigo que se guarda su bondad ha traicionado a Dios.

    Pero yo no soy a quien l maldijo, verdad?, pens Elifaz para sus adentros, sin decir una palabra. Los dems estaban estupefactos y empezaron a inquietarse.Job los detuvo con su mirada acusadora.Quin de ustedes puede decirme en qu he pecado? Acaso he dicho algo ms que la verdad? cuando era rico, Job jams haba sentido vergenza de arrodillarse

    en medio del mercado para rezar. Ahora elevaba la mirada al cielo. Dios que miras a los hombres, en qu te he contravenido? Por qu cuidas tanto de tus hijos y aunas permites que la noche sea tan larga y oscura? Sin ti, el hombre es incapaz de despertar al amanecer. Mustrame cul fue mi pecado.

    Bildad tom la palabra, con ms descaro que su amigo.Cunto ms soplar ese viento que sale de tu boca? Dios no pervierte la justicia. T lo has dicho muchas ms veces de lo que cualquiera se atrevera a contar.

    Pero ahora has olvidado todo lo que nuestros padres nos ensearon. Si eres honesto y justo, como todos hemos credo que eres, tus das terminarn en medio de lagrandeza. Ahora lo veo. Tu boca se llenar de risa y tus enemigos caminarn avergonzados. Eso es lo que t me diras si estuviera en tu lugar.

    Sus punzantes palabras tuvieron un efecto en Job, quien se qued mudo.Crees que estoy en guerra con el juicio de Dios? l es sabio y lo sabe todo. Si discutiera con l, yo tendra un punto a mi favor, mientras que l tendra miles.Con la misma amargura con la que antes maldijo la creacin, Job levant la cara para alabarla.Dios mueve montaas cuando nadie lo ve, extiende los cielos y hace la tierra temblar. Cuando le da rdenes al sol, ste lo obedece. Es capaz de ocultar las estrellas

    y aplastar las olas del mar. Realiza maravillas sin fin y hace cosas grandiosas que exceden el entendimiento Job hizo una pausa. Pero tambin Dios les ocasionacalamidades a todos. Destruye a los inocentes y a los pecadores por igual. Acaso se burla de nosotros? Yo estoy libre de culpa, pero no quiero preguntarlo slo porm. Desprecio mi vida. Slo quiero entender esta nica cosa.

    Entonces djame ayudarte dijo Zofar, el tercer amigo. Balbuceas sin parar como si las palabras pudieran salvarte. Dices que eres puro e inmaculado a los ojosde Dios. Pero mrate. Te retuerces en la inmundicia. Y luego le suplicas a Dios que te revele sus secretos ms profundos y descubra la verdad sobre tus calamidades. Esridculo. No puedes desentraar su sabidura, porque sta es infinita. l pasa a nuestro lado y reconoce al hombre que no vale nada Zofar esboz una sonrisa. Nome importa si mis palabras te avergenzan. Dije que poda ayudarte. Deshazte de tu iniquidad, sin importar qu tan profundamente est escondida. Estira los brazoshacia Dios. Una vez que l te toque, olvidars tu miseria, y sta se desvanecer como agua que ha secado el sol.

  • La respuesta de Job fue an ms amarga que la anterior.En quien disfruta su comodidad hay desprecio por la desgracia ajena. Veo que soy el hazmerrer de mis amigos. Pero no estoy por debajo de ustedes. Los ladrones

    duermen con placidez por las noches en sus cuevas, a pesar de haber provocado a Dios. l convierte a los jueces en tarados, y hace que una nacin sea grande paradespus aplastarla contra el suelo Cmo me han ayudado ustedes a entender todo esto? Las aves y las bestias nacen con esa sabidura que ustedes creen estarenseando. Todas las criaturas saben que Dios las hizo y que tiene poder sobre ellas. Lo he visto con mis propios ojos y lo entiendo mejor que ustedes tres. El hombreque nace de mujer recibe apenas unos cuantos das de vida, los cuales estn llenos de calamidades.

    Elifaz respondi con serenidad.Si entiendes tanto, entonces ya sabes qu te llev a estar perdido a los ojos del Seor.No nos lo preguntes agreg Bildad.Ni nos arrastres contigo, pens Zofar, pero no dijo nada, pues era el ms supersticioso y tema que, de algn modo, Job resurgiera.El grupo de hombres que rodeaba a Job crea que estaba solo, pero de pronto una voz detrs de ellos intervino.Todos se equivocan.Voltearon hacia atrs. Ninguno de ellos haba reparado en el insignificante muchacho que haba ido con ellos para cargar los jarrones con agua. Durante la discusin

    estuvo sentado con las piernas cruzadas a unos cuantos metros de ellos, esperando en caso de que alguno de los amigos le indicara que tena sed. El muchacho, que notena ms de diecisis aos, se puso de pie.

    Soy joven, y por respeto a mis mayores por lo regular no me atrevera a levantar la voz dijo.Entonces guarda tu lengua intervino Elifaz con brusquedad. Quin eres?Me llamo Elih y s que no tengo derecho alguno a interferir. S que al volver a casa me enviarn a ser azotado. Pero el Seor es capaz de comunicarse a travs de

    los animales ms tontos, no es verdad?Aparentemente lo espet Zofar. Pero Elih lo ignor.l habla a travs de cualquiera que haya sido tocado por su espritu. As que me inclino ante ustedes, pero insisto en que se equivocan el joven seal a los

    amigos de Job. Primero, ustedes tres. Se equivocan porque culpan a Job, pero cuando l los ret a que sealaran su fallo, no pudieron hacerlo. No obstante, eso no lesimpidi seguir juzgndolo. Ven el pecado en el corazn ajeno, mas no en el propio, y eso los convierte en hipcritas.

    Los amigos podran haber sacado sus armas y arremetido contra el muchacho, pero la voz de ste era fantasmal, como si no fuera la suya. No queran apualarlo yliberar algn demonio, pues estaban solos e indefensos en el desierto. Elih se volte hacia Job.

    Y t. T protestas que ests libre de culpa. Has obedecido la ley y has hecho holocaustos para limpiarte y limpiar a tus hijos. Pero hasta el hombre libre de culpano se atreve a cuestionar a Dios. El Seor no necesita justificar sus formas a los hombres. l nos cre y nosotros somos suyos. Su mirada se extiende hasta los confinesde la eternidad. l ve en tu interior aquello que t eres incapaz de ver en ti mismo. Por tu arrogancia, mides a Dios segn tu insignificante concepcin del bien y el mal,como si l estuviera ceido a sus propias leyes. Sin embargo, hay algo que s puedes saber, pues l mismo nos lo ha dicho: Yo soy el Seor, tu Dios. No hayrespuesta a eso, como tampoco hay pregunta.

    Los amigos de Job estaban sobresaltados, no slo por la reprimenda que haban recibido, sino por el cambio en Job, quien haba dejado de temblar. Su encorvadocuerpo comenzaba a enderezarse. Por las mejillas le caan lgrimas, y, cuando una de ellas descendi sobre una de sus heridas supurantes, la pus se convirti en unlquido claro.

    Durante el trance de Elih pues era evidente que este muchacho sencillo, que apenas si era poco ms que un esclavo, estaba lleno del Espritu Santo sedesarroll un extrao relato. El muchacho vea a travs de este mundo hacia el siguiente y contempl a Dios arrojando a los ngeles desobedientes al infierno. Sinembargo, mientras caan, Dios mantena cerca de s a un consejero del mal. Este adversario, o Satans, como se haca llamar, slo enunciaba maldad, y por lo tanto tenauna especie de sabidura torcida sobre los humanos. Le susurraba a Dios al odo las fechoras y los pecados de los hombres. Las transgresiones humanas eran tannumerosas que este adversario empez a alardear que l era el verdadero amo del mundo.

    Dios empez a impacientarse e intervino.Ve a buscar a Job, mi servidor. l es justo e intachable. Mientras haya en el mundo alguien como l, t nunca prevalecers.Satans esboz una sonrisa maliciosa.No hay nadie que est tan perfectamente entregado a ti, o sera imposible que hubieran nacido de una mujer dijo. Luego sobrevol la faz de la Tierra hasta que

    encontr a Job, y el simple acto de posar su maligna mirada sobre el hombre provoc que los cultivos de ste se marchitaran. El adversario volvi entonces al cielo.Djame poner a prueba a Job.

    Se estableci entonces una especie de desafo. Dios le dio a Satans libertad para causar cualquier tipo de calamidad a Job e infligirle cualquier tipo de dolor, exceptouno. No poda causarle la muerte.

    El hijo del hombre puede maldecir el da en que naci, pero jams me maldecir a m dijo Dios.Y por eso la desgracia recay en ti murmur Elih. Tus aflicciones han sido una prueba, no un signo de crueldad.En ese instante, el muchacho parpade dos veces y mir a su alrededor, confundido. El Espritu Santo haba dejado su cuerpo de forma tan repentina como haba

    entrado en l Job se qued en silencio, con la mirada fija en el horizonte. Su respiracin era estable, y por la mirada desorientada que tena pareca que acababa dedespertar de un sueo. Los tres amigos se pusieron dificultosamente de pie y se dispersaron, resentidos y desconcertados. Sin importar cunto hubieran acusado a suamigo, una verdad era innegable. De todas las palabras que haban salido de la boca de Job, ninguna de ellas haba sido dicha para maldecir a Dios.

    No he pecado murmur Job y mir directamente a Elih. Slo haba olvidado.Olvidado qu? pregunt el muchacho, agradecido de que no lo hubieran golpeado. Al volver en s, pues apenas si recordaba lo que acababa de decir.Haba olvidado lo ms importante. Dios bendice a su gente.Sus palabras eran difciles de descifrar, porque Job haba empezado a llorar sin control. Su padre haba confiado en el Seor ms de lo que l jams lo haba hecho.

    Entonces Job supo que el mayor poder de Satans no era infligir maldad, sino hacer olvidar a los hijos de Dios quines eran.Despus de eso, Job volvi a casa e hizo a Elih su sirviente personal, y lo que haba sido infortunio se convirti en milagro. La esposa de Job le dio ms hijos e

    hijas. Recuper su oro, y su granero rebosaba de cosechas. No obstante, a medida que se volva ms rico, tambin se volva ms hurao. Rara vez sala de casa y, si lohaca, iba cubierto con un manto de oracin y mantena la mirada en el suelo. La gente empez a usarlo como una especie de moraleja andante: nunca cuestiones a Dios otendrs que rendirle cuentas. Otros crean que la moraleja era justo lo contrario: mantn la fe en Dios y te recompensar con gloria y esplendor.

    Lo que nadie se imaginaba era que Job se haba convertido en un buscador. Alguna vez haba credo en la sabidura heredada de Moiss y de los padres. Ahora creaen nada y en todo. El Seor haba cerrado su boca, y gracias a eso haba podido abrir mejor los ojos. Qu era lo que Job vea? Un misterio. Algo que volaba con elviento y contestaba todas las preguntas con un eco.

    Revelando la visin

    En la evolucin de Dios, los comienzos son ancestrales, que no es lo mismo que primitivos. Dios ya est bastante avanzado para el momento en que encontramos a Job,pues todos los aspectos de la vida en el antiguo Israel estaban centrados en Dios. En tanto haya leyes, costumbres y una identidad compartida, las cuales son cosascomplicadas, igual de complicado ser Dios.

    El libro de Job dramatiza la voz de Dios con gran intensidad y mucha tragedia. No es una historia que se pueda leer y hacer a un lado. En trminos modernos, es unahistoria de cosas malas que le pasan a la gente buena. El virtuoso Job sufre en una escala mtica, como un Prometeo encadenado a una roca mientras un guila le extirpalas entraas, pero tambin sufre de forma muy humana. Sus calamidades son abrumadoras y rpidas. Sus cultivos se marchitan. Su granero se infesta de plaga. Su

  • esposa pierde la esperanza cuando sus preciados hijos mueren. Job contrae una enfermedad grotesca y sus amigos huyen slo de verlo. Si todo eso afligiera a unapersona en estos tiempos, sta gritara Por qu yo? a mitad de la noche. La historia de Job es sobre el ansia humana de entender por qu.

    As como sufrimos junto a Job, tambin lo acompaamos en su cuestionamiento. Hasta los registros ms antiguos dan cuenta de que la gente dudaba de Dios. Lostres amigos proporcionan distintas respuestas al hablar uno despus de otro, de manera ritual. Uno responde: Job, no eres tan bueno como pretendes ser. Quizocultaste tus pecados del mundo, pero no pudiste esconderlos de Dios y ahora l te est castigando por ello. Otro responde: Job, eres bueno, pero eres demasiadoorgulloso. Crees que tienes control total sobre tu vida, pero ahora Dios te est mostrando que el desastre puede recaer en cualquier persona, en cualquier momento.Explicar por qu sufrimos es un hilo conductor que recorre toda la Biblia hebrea, y por eso es que no pude comenzar con una historia ms agradable de un dios amorosoque sonre a nuestras vidas.

    Quien sea que haya escrito la Biblia hebrea dedic muy pocas pginas al Edn. El paraso desapareci casi al mismo tiempo que sec la tinta sobre el papel. Hay unhermoso pasaje sobre Dios caminando sobre el Jardn del Edn en una tarde fresca. Ms tarde, el amor reaparece en el Antiguo Testamento, pero es principalmenteaqul entre hombres y mujeres, como en el erotismo suntuoso del Cantar de los cantares:

    CANTAR DE LOS CANTARES, DE SALOMN.

    Ah, si me dieras uno de tus besos!Son tus caricias ms deliciosas que el vino,y delicioso es tambin el aroma de tus perfumes!Tu nombre es cual perfume derramado;por eso te aman las doncellas! [1:1-3]

    Casi todas las culturas tienen historias de dioses hermosos que andan por el mundo divirtindose como amantes; jvenes relucientes como el Krishna, el SeorOscuro, quien se involucra amorosamente con cientos de muchachas pastoras, o Zeus, un dios ms lascivo, quien seduce en forma de toro, como lluvia de oro u ocultotras otros tantos disfraces. En Occidente, la historia es ms oscura y existencial. La afliccin y el desastre siempre andan cerca, como tambin lo est el juicio severo deDios.

    Los amigos de Job son tres, como las tres Parcas y las tres brujas de Macbeth, pues hablan desde el inconsciente. O, hablando en trminos modernos de nuevacuenta, hablan desde la sombra, desde el reino oscuro de la psique donde se esconden el pecado y el castigo, la vergenza y la culpa, el temor y la venganza. Enocasiones la sombra hace erupcin, y es cuando puede suceder cualquier calamidad. Los autores del libro de Job, que parecen ser varios, vivieron cientos de aos antesde Cristo. Se desconoce la poca exacta, aunque los estudiosos tienden a considerar que es uno de los libros ms tardos, quiz incluso la ltima adicin a la Bibliahebrea. No obstante, en l ocurre algo muy moderno, pues la vida sigue haciendo erupcin con catstrofes inexplicables, y la culpa se cierne aun cuando los eventos sonexternos y aleatorios, y escapan a nuestro control.

    La mente humana es capaz de tolerar cualquier cosa, excepto el sinsentido, por lo que en la historia de Job, sin importar si estamos escuchando su punto de vista(Soy inocente) o el de sus amigos (No, no lo eres), la afliccin nunca se considera aleatoria: Esto se trata de ti. De algn modo provocaste que te ocurrieran estascosas terribles.

    La vida humana se balancea entre creer en estas palabras y no creer en ellas. Si crees en ellas, te vers inclinado hacia descubrir qu fue lo que hiciste mal. Unapaciente de cncer desesperada que se siente perseguida por la posibilidad de habrselo causado a s misma deriva en el mismo predicamento que Job. En siglosposteriores, conforme Dios evolucion en la conciencia humana, surgi una escapatoria al tormento de la autorrecriminacin. Me lo provoqu a m mismo o Diosdebe odiarme deriva en sanacin, perdn y prueba del amor de Dios.

    Pero para Job no hay escapatoria alguna. Dios habla en trminos persistentes y absolutos: Yo soy el Seor, tu Dios. La virtud de Job no cuenta para nada si as loquiere Dios. El castigo divino no necesita razn alguna. Despus de la cada de Adn y Eva en el Jardn del Edn, Dios decret que la vida contuviera sufrimiento. LaBiblia hebrea termina con el mismo fatalismo con el que comienza. En Gnesis 3:14, Yahv dice: Por esto que has hecho, maldita seas entre todas las bestias y entretodos los animales del campo! Te arrastrars sobre tu vientre, y polvo comers todos los das de tu vida!

    Este tipo de dios quiere ser temido. No merecemos algo mejor, as que, en lo que resta del Antiguo Testamento, la mezcla de bien y mal en la vida humana seexamina con profundidad, sin dejar nada fuera: asesinato, violacin, incesto, codicia, saqueo, lujuria, celos y corrupcin del poder. Por siempre y para siempre, la vidaest peligrosamente cerca de caerse a pedazos. Para mantener la sombra a raya, la ley entra a escena, y las reglas organizan cada momento de la existencia, no slo atravs de los Diez Mandamientos, sino tambin de los cientos de deberes cotidianos descritos en el Levtico. La virtud era una necesidad si se quera mantenerapaciguado a un dios iracundo.

    Pero entonces apareci del Libro de Job, el cual se atrevi a cuestionar esta estructura al desviarse hacia lo impensable: la virtud no representa proteccin alguna. Elrelato est enmarcado por una apuesta entre Dios y el Diablo, en la cual el segundo presume que puede lograr que cualquier hombre renuncie a Dios, y el primero aceptala apuesta y pone por delante a la persona ms virtuosa de la Tierra. Por s solo, este cruel juego basta para destruir la fe. Por qu alguien le rezara a un dios que noofrece proteccin alguna, sino que en vez de eso te pone a merced del Diablo por mero capricho? Satans es colocado, cuando menos, en una posicin equivalente a la deDios, pues incluso tiene ms posibilidades de que Job le haga ganar. Eso significara que la religin misma fracasara, y que el acuerdo entre Dios y la humanidad uncontrato que garantiza que la virtud ser recompensada quedara sin efecto y sera anulado.

    Al verlo en retrospectiva sabemos que era necesario que se diera tan temerario paso. Para que Dios evolucionara, no poda seguir siendo una fuerza vengativa a laque haba que temer continuamente, as como tampoco la psique poda seguir siendo un socavn de culpa incesante. El Libro de Job rompe las cscaras para poderpreparar un sabio omelette, pues voltea a la obediencia de cabeza. Job obedeci todas las leyes divinas, pero igual su vida explot como si debajo l hubiera detonadouna bomba.

    En un nivel ms sutil, la historia de Job explora cmo las cosas buenas de la vida pueden estar conectadas con las malas. Una de las verdades ms profundas en lastradiciones espirituales del mundo sostiene que lo bueno de la vida no puede ser significativo a menos que tambin lo malo lo sea. Ambos aspectos nos ensean quinessomos, y con ese conocimiento ntegro podemos ser capaces de trascender las tentaciones del bien y del mal. La tentacin del bien se conoce tambin como el caminodel placer; es decir, cuando alguien se procura tanto placer como le es posible, pues el placer es bueno, al tiempo que evita el dolor de la vida, pues el dolor es malo.

    El camino del placer se presenta de forma natural, pero aun as el Antiguo Testamento est plagado de desaprobacin del placer. Sus excesos derivan en lacorrupcin de Sodoma y Gomorra, las ciudades del valle que eran un cubil de inmoralidad y que Dios borr de la faz de la Tierra. El rey David es lo ms cercano en laBiblia a un hroe, un poeta y un Adonis, pero fue fatalmente corrompido por el placer y envi al esposo de Betsab a morir en el campo de batalla para poder disfrutarde ella.

    Claro que las advertencias funestas en contra de la seduccin de los placeres mundanos siguen estando entre nosotros, pero no son sinnimo de sabidura. Elargumento espiritual en contra del camino del placer es franco e inquebrantable: la vida no puede slo ser placer absoluto. El dolor tambin entra en la mezcla y, siquieres lidiar con los aspectos negativos de la vida es decir, todo aquello que acumulamos y se descompone en la oscuridad de las sombras, tambin debes ver msall del placer.

    No obstante, la historia de Job no explora ese territorio, sino que se enfoca en las tentaciones de Satans, quien quiere que cedamos y liberemos lo peor de lanaturaleza humana. En hebreo, el nombre de Satans significa adversario, y en la historia de Job los argumentos ofrecidos contra la virtud son justo eso, adversos. Serbueno no te lleva a ningn lado. Cualquier cosa con la que seas recompensado puede serte arrebatada en un abrir y cerrar de ojos. Puedes intentar ser bueno paracomplacer a Dios, pero a l no le importa en lo ms mnimo. Las tradiciones de la sabidura mundial abarcan las tentaciones tanto del bien como del mal para poderenfrentar al adversario. Y la respuesta es que los adversarios dejan de existir cuando el bien deja de luchar contra el mal. En otras palabras, la esencia de Dios es la pazeterna.

    Y heme aqu, mirando el mapa del camino. El tema de la auto-conciencia, que es un hilo conductor en la evolucin de Dios, comienza en las tinieblas, pero deja entrar

  • ms luz con el paso del tiempo. La experiencia de dicha puede ser la ms pura de todas y por tanto la que ms nos acerque a Dios. ste an no ha evolucionado tanto enel Libro de Job. Es, sin duda, un cliente difcil de complacer, que nos mira y nos juzga todo el tiempo, y es propenso a tener arranques caprichosos, dado que no le rindecuentas a nadie ms que a s mismo. En el otro extremo, un jovencito inocente llamado Elih aparece de pronto para resolver la discusin entre Job y sus tres amigos.Llegamos entonces a una especie de conclusin poco convincente; tras haber planteado preguntas que amenazan con aniquilar el lazo entre lo humano y lo divino, lahistoria termina el debate con respuestas fciles. Los tres amigos son sealados por su hipocresa. Job es sealado por su orgullo, como si Dios tuviera que responderle.

    Elih bsicamente est reiniciando la situacin desde el principio: Dios hace lo que Dios hace, y punto. Regresa entonces el marco narrativo, al hablar Dios con supropia voz para asegurarnos que Job pas la prueba. Su virtud lo hace recuperar sus riquezas y sus recompensas, con algo extra para compensarlo por todos losproblemas por los que tuvo que pasar. Satans es puesto en su lugar; el statu quo se justifica una vez ms. En tiempos de fe, cuando el objetivo por excelencia siempreera agradar a Dios sin importar cun horrible fuera su comportamiento, un final de esta naturaleza habra sido bastante satisfactorio. Para el nio que vive en todosnosotros, posee una cualidad como de cuento de hadas, una reafirmacin de que al final siempre prevalece el bien justo antes de que nos metamos bajo las cobijas para ira dormir.

    Desde una perspectiva moderna, es mucho ms sencillo saltarse el final fcil y leer el Libro de Job por su realismo existencial. Al hacerlo as, ponemos de cabeza laintencin original de sus autores. En lugar de que se trate de la autoridad de Dios, la historia nos ensea que el sufrimiento es tanto aleatorio como universal. El caosronda los confines de la existencia cotidiana. La sombra puede hacer erupcin en cualquier momento, trayendo consigo miseria inenarrable. No obstante, lo msdevastador de todo es que Dios es desmantelado por medio de la duda. Quin puede alabar a una deidad caprichosa? Es igual que el caos y la aleatoriedad, pero con lamscara humana de nuestro Padre eterno.

    En respuesta a esto, yo dira: An hay ms por venir. Todava no hemos llegado al final. La deidad caprichosa y vengativa no ha desaparecido, pues todo tipo dedios sobrevive en algn lugar y echa races en nuestra psique. El fundamentalismo religioso, sea cristiano, islmico o hind, depende de los mismos elementos arcaicos,entre los cuales dominan el miedo y el pecado. Sin embargo, la infinidad no puede ser enmarcada y confinada. Formas incontables de la divinidad siguen fluyendo y loharn por siempre. Ms all de la ira de Yahv, los seres humanos seguimos internndonos en las profundidades para encontrar la esencia del amor y para sanar elmiedo, lo cual requiere la claridad del conocimiento propio.

    Hay una leccin positiva en el Libro de Job, una razn para seguir adelante. Dios desafa a Job al decirle: Dnde estabas cuando cre el mundo? Est exigiendorendicin, la cual es necesaria en este camino. El pecado del orgullo consiste en que el ego crea que tiene todas las respuestas. Job aprende entonces que Dios no esdescifrable. Dios no es un rompecabezas que pueda armarse con ingenio ni un ser humano de enormes proporciones que est sentado en un trono en los cielos. Dondeest Dios, el ego no tiene cabida. Todo lo que Job pierde riqueza, estatus social, posesiones y una familia segura es irrelevante para el camino del alma. No es quesean cosas errneas o malas, como vemos cuando Dios se las devuelve. Al final, Job entiende que est conectado con Dios de una forma pura, sin tener nada que perderni que ganar.

    Ms all de la historia de Job se extiende un largo camino. l es apenas una estacin en el trayecto, y el viajero debe pasar por cada una de las estaciones antes depoder seguir adelante. De otro modo, estamos condenados a repetir el predicamento de Job, en lugar de solucionarlo.

  • Y si matara a un hombre en este instante, Scrates? Es una suposicin.Hasta un brbaro como t tiene lmites.Crees que estoy bromeando. Pero qu me pasara si lo hiciera? Mira a nuestro alrededor. Nadie nos est viendo.Haba dos atenienses de pie sobre la cima de una colina rocosa. Aunque quiz ms bien deberamos llamarla colina de roca, pues haba diez rocas por cada raqutico

    arbusto. El ms alto de los dos, Alcibades, era delgado e inquieto, y tuvo que cubrirse la mirada con una mano para protegerse del resplandor del medioda.El ms bajo, Scrates, se acuclill para descansar las piernas.Te equivocas. Siempre hay alguien observando.Quin? Los dioses? Es un chiste.Hago lo que puedo para entretenerte dijo Scrates en tono amable.Nadie tan feo como t puede ser entretenido Alcibades se relami los labios secos y tom un trago de una bota de agua. No estoy siendo despiadado.

    Siempre me enseaste a decir la verdad, no es cierto?La caminata desde Atenas hasta las colinas haba sido bastante larga. Ambos hombres haban partido al amanecer, pero hasta ese momento no haban cazado ms

    que un conejo, el cual Alcibades apedre con su honda. Llevaba la piojosa liebre del desierto en un saco colgado del hombro. Scrates hizo un gesto con la mano cuandosu compaero le pas la bota de agua.

    Me preocupo por ti murmur. El cuerpo de Scrates era nudoso y bronceado, y su rostro era plano, con la nariz respingada, como la de los stiros que vanpintados en los costados de los jarrones. Era mucho ms viejo que su delgado y alto amigo, quien podra haber sido su hijo. Sabes por qu?

    Por qu qu?Por qu me preocupo por ti.Alcibades no lo estaba escuchando. A la distancia, descenda un camino a travs de un desfiladero estrecho. El camino de tierra apenas si se estrujaba entre altos

    muros de roca caliza que haban sido abiertos por un antiguo arroyo que alguna vez fluy por ah. Pero ya no ms. Febo Apolo lo haba secado o, si nos ponemosirreverentes, el sol lo haba secado. Cuando los viajantes queran pasar por la abertura, rozaban ambos muros con los hombros.

    Alcibades se anim de pronto.Si fuera un bandido, me escondera ah. Sera la emboscada perfecta seal una cornisa donde un par de hombres podran refugiarse mientras esperaban. Se vera

    desde arriba, pero permanecera oculto de la mirada de los comerciantes y los granjeros ingenuos que iban camino al mercado.Eres un bandido dijo Scrates. Un conocido ladrn de corazones. Eres implacable.Alcibades esboz una ligera sonrisa.Tengo derecho a darme mis gustos. Soy un soldado del Estado. En fin, t nunca le has dado tu corazn a nadie, mucho menos lo has robado. Pretendes amar, pero

    es slo un juego.T juegas tu propio juego dijo Scrates Actas como si fueras inmortal, y ese juego es fatal.Siguieron bromeando con cierta camaradera que haca notar despus de un rato que era imposible que fueran padre e hijo. El joven era demasiado casual en su

    insolencia, y el viejo lo trataba con un afecto bastante condescendiente que ni el ms indulgente de los padres mostrara. Ninguno de los dos haba tenido un padreindulgente cuando eran nios, lo que quiz explicaba por qu empezaron a relacionarse; eso o algo ms misterioso y quiz desagradable. Las malas lenguas de la ciudadexpresaban su opinin al respecto, pero ya llegaremos a la lascivia.

    De pronto, Alcibades se ech a correr colina abajo, como si acabara de ver una presa.Olvdalo. Sgueme grit.Ambos se apresuraron a descender la cuesta en direccin hacia la estrecha saliente. Sera imposible disuadir o distraer a Alcibades. Estaba decidido. Se agacharan en

    el escondite tanto tiempo como fuera necesario hasta que pasara una vctima por debajo. Entonces Alcibades se abalanzara sobre ella. Slo en ese momento Scratessabra con certeza si su compaero andaba con nimo deportivo o tena autnticas intenciones violentas.

    El camino era inclinado y resbaloso. Bajo sus sandalias se quebraban varitas y se desperdigaban rocas sueltas. Ambos hombres traan los rostros cubiertos de tierray sudor. Alcibades, un corredor entrenado, no volte hacia atrs para ver si Scrates necesitaba ayuda Acaso el viejo no era famoso por su entereza? En sus dasmarciales, durante la Batalla de Potidea, al norte, Scrates hizo guardia en una glida noche usando apenas una ligera capa, sin tiritar en lo absoluto. Para entonces yatena casi cuarenta aos. En las campaas en las que se esperaba que todo hombre libre cargara un escudo, se deca que l poda quedarse en su lugar toda la noche, sinpatalear y sin frotarse los brazos por el fro. Las libres lo confundan con un rbol y mordisqueaban las hierbas a sus pies.

    Cuando era an ms joven e insolente, Alcibades le haba preguntado cul era su secreto.Tu piel es ms gruesa que la de los dems? Como cuero de jabal?No me mova porque estaba pensando contest Scrates.Yo tambin pienso dijo entre risas el muchacho. Creo que sera lo suficientemente pensante como para mantenerme abrigadoEso he odo. Por lo regular te mantienes abrigado bajo las sbanas con una chica cuyo nombre no sabes sino hasta la maana siguiente.Era cierto. Atenas se llenaba de noche con el chirrido de los auls, la flauta doble que tocaban las muchachas errantes al pasar por las calles para sealar que estaban

    disponibles. Alcibades era famoso por abrir la puerta de casa de su padre para cobijar del fro a alguna joven con auls. Scrates, quien era notoriamente virtuoso,observaba el comportamiento de su compaero con actitud tolerante.

    Haba cado en el hbito del cario desde el principio. La gente susurraba cosas sobre el viejo y el muchacho testarudo, pero Alcibades estaba orgulloso de ser elpremio que todas las miradas buscaban. En los banquetes, los invitados se recostaban en divanes que sostenan a tres personas una junto a otra. Alcibades se burlaba deScrates por estar siempre en medio, rodeado de los jvenes ms agraciados a su derecha y a su izquierda.

    Cmo puedes culparme? protestaba Scrates en tono amable Acaso no siempre saco a alguno de ellos del divn tan pronto apareces? Por lo regularahogado de borracho.

    Tener el don de la belleza es como ser absurdamente rico. Puedes darte el lujo de ser descuidado con respecto a cmo afectas a los dems. Alcibades, por ejemplo,era descuidado con quienes lo amaban. De hecho, era descuidado en la mayora de las cosas e imprudente en todo lo dems. La nica excepcin, lo nico que s setomaba en serio, era el ejrcito. Cuando su colrico padre lo golpeaba con una vara, el muchacho se inclinaba y se cubra la cabeza para protegerse. Se deca a s mismoque era un buen entrenamiento por si algn da los espartanos lo capturaban y lo torturaban. Odia, pero guarda silencio. A los quince aos, ya saba bien cmo hacerlo.

    Cuando llegaron al saliente sombreado, los cubri un velo de frescura. La parte ms estrecha de la quebrada quedaba justo debajo de ellos, y el lugar estaba enabsoluto silencio, excepto por el nido de aves que se alborotaron con la presencia de los intrusos. La madre de los polluelos vol en crculos sobre sus cabezas, cortandoel aire con las alas con embates bruscos y veloces.

  • Siente dijo Scrates, quien fue el primero en agacharse.Alcibades toc la tierra suelta alrededor de sus pies.Est hmeda seal las estras blancas sobre la faz de la roca atrs de ellos, por donde hilos de agua descendan en silencio, formando una cinta tenue y

    brillante.Scrates sacudi la cabeza.Alguien ms ha estado aqu su tono de voz se haba vuelto sobrio.Cmo lo sabes? Alcibades sinti que la veloz mano de Scrates lo tomaba del tobillo.No te muevas. Lo aplastars susurr Scrates.Hablaba de una serpiente? Apreciadas por sus poderes curativos, las serpientes pequeas buscaban un lugar fresco a medioda, sobre todo en este lugar donde

    corra el agua. Scrates le solt el tobillo, y al joven le cost un poco ajustar su vista despus de mirar durante tanto rato el sol. Entonces mir a su alrededor.Qu cosa?Esto Scrates pas los dedos por encima de una ramita que creca en una grieta del saliente. Era un mirto sagrado, con hojas plidas y brillantes. Bastaba con

    tocarla para que liberara su exquisita fragancia. Alcibades haba estado cerca de muchas muchachas que la usaban, pues el perfume de mirto haca que Afrodita lasfavoreciera. A Alcibades le gustaban esas muchachas por cuestiones ms all de lo sagrado. Dijiste que eras pensante gru Scrates, sacando a Alcibades de suensueo. Intenta pensar ahora.

    A sus veinticinco aos, Alcibades ya era demasiado mayor para ser pupilo de Scrates, adems de que nunca haba habido una escuela real, con techo y tabillas dearcilla para escritura. No obstante, saba reconocer las rdenes de un maestro. Sin embargo, al mirar ms de cerca, no not nada fuera de lo comn.

    Scrates estaba decepcionado, pero no lo dijo. El amor lo haca tonto. Se sentira herido si Alcibades se molestaba con l, si en verdad se enojaba en vez de slofingirlo, y nada encolerizaba ms al guapo soldado que su vanidad herida. Con voz apacible, Scrates le explic.

    El mirto no puede crecer a la sombra. Se marchitara y morira. Alguien lo ha hecho crecer aqu.Cmo?Por medio de magia. De qu otra forma? Alcibades se encogi de hombros, y Scrates repiti la pregunta. De qu otra forma? Lo pregunto en serio. Si no

    crees en magia, explcame cmo creci esta ramita aqu. Quiz fue voluntad de los dioses. Si es as, quiz la dejaron aqu para enviarnos una seal.Qu clase de seal?Un augurio con gesto casual, Scrates arranc el retoo de mirto desde la raz y se lo puso atrs de la oreja. Tu charada es peligrosa. Los viajeros andan alerta

    por los bandidos. Los ms fuertes saben defenderse.Alcibades frunci el ceo. Como la mayora de los soldados, mantena su orgullo intacto imaginando que l jams saldra herido.No hago caso de los augurios.Por qu? Porque nunca tienes miedo? Deberas tenerlo. La vida no es ms que una caminata hacia el borde del precipicio. Cada da nos acercamos ms, y nadie

    sabe qu hay ms all de la orilla.El camino que estaba tomando la conversacin empezaba a irritar a Alcibades. Sac su cuchillo y se puso a rasparlo contra el muro de piedra para afilarlo. Bien

    podra ponerse a destripar y despellejar a la liebre mientras esperaban, para que no se pudriera por el calor. Scrates continu.A m me ensearon a leer augurios. Tuve la mejor instruccin, en aquella poca en que era tan ignorante que an me avergenza reconocerlo. Pero no me gusta

    hablar de ella.Ella?Se llamaba Diotima, y, si los dioses no dejaron este augurio, fue ella.Alcibades no poda ocultar su sorpresa.Entonces crees que esa tal Diotima saba que quiz hoy yo saldra herido?O algo peor. Te gustara poder leer los augurios? No es difcil tan pronto aprendes a ver.Para entonces, Alcibades ya se haba olvidado de la liebre. Entrecerr los ojos.Nadie puede entenderte. La mitad del tiempo dices lo opuesto a lo que sabes que es verdad. Eres engaoso y orgulloso, pero finges ser ordinario.Lo hago porque soy ordinario y creo en los dioses, como toda la gente ordinaria.Ves? A eso me refiero con que dices lo opuesto a la verdad.Si bien Alcibades se haba olvidado de destripar a la liebre, Scrates no. Sac al animal, que ya muerto pareca ms bien un lnguido trapo gris.sta es la verdad? pregunt Scrates. Somos como liebres? Sangramos. Podemos ser aniquilados. Entonces, por qu no llamarnos animales y matarnos

    por deporte?Porque somos humanos.Eso qu significa?Estoy seguro de que t me lo dirs.Lo peculiar de Scrates era que las charlas insignificantes siempre tomaban ese camino, hacia aguas profundas.Lo que nos hace humanos contest es que pensamos en los dioses y ellos piensan en nosotros. Te reirs, pero eso fue lo que Diotima me ense. Los dioses

    estn aqu.En este preciso instante?S.Tienes razn. Eres ordinario se burl Alcibades. Si los dioses estn aqu, quiero ver los senos de Afrodita.Scrates ignor la burla.Qu ves cuando miras a tu alrededor? El mundo como es.Rocas, un camino angosto, una liebre muerta. Pero un mundo as carece de propsito. La vida y la muerte bailan juntas en un abrazo estrecho. Ninguna de las dos

    est dispuesta a soltar a la otra, as que el baile no termina jams. Los animales aceptan esta realidad, pero los humanos luchamos contra ella.Puedo decir algo? intervino Alcibades. Las rocas son duras. El camino es polvoso. La libre jams volver a alimentar a sus cras. Me da gusto ver el mundo

    como es, y no como debera ser.Entonces no te importa ser un animal? le pregunt Scrates.No, si soy el que sobrevive.La expresin de Scrates se torn seria.El augurio es ms oscuro de lo que crea. Si lo le bien, dice que morirs de forma violenta. No hoy, pero algn da. Tu viuda apoyar su rostro cubierto de

    lgrimas en el piso, pero la mitad de Atenas se regocijar con tu ausencia.Los contornos del rostro del joven se hundieron.Por qu me ests diciendo estas cosas tan horribles? Deberas ahorrrselas a un amigo, como lo hara un mdico con un paciente que no sabe que est muriendo.Scrates le lanz una mirada mordaz a su joven compaero.Todos somos pacientes que esperamos que nos digan que no moriremos. La verdad es otra cosa.Su conversacin se haba vuelto tan intensa que ninguno de los dos escuch el sonido de los cascos de los caballos hasta que ya estaban directamente debajo de ellos.

    De pronto, el ruido llam su atencin. El cuerpo de Alcibades se tens. Apoyado en sus manos y sus rodillas, se asom por la saliente. Bajo ellos estaba pasando unacarreta desvencijada llena de canastos de paja. El aire se llen del aroma aceitoso de las olivas, y el conductor de la carreta mantuvo la vista fija en el camino.

    Ah est tu deporte. Adelante, salta le susurr Scrates al odo a Alcibades.

  • Es slo un muchacho.Mejor an. Probablemente ganes.En esa posicin alcanzaban a ver que el conductor de la carreta era un joven granjero que no pasaba de los doce aos y que traa puesto un sombrero de paja de ala

    ancha. Le costaba trabajo controlar a la yegua que jalaba la carreta, y que estaba asustada por la estrechez del camino y el repiqueteo de sus propios cascos. Tan prontoatravesaron la parte ms estrecha del desfiladero, el sonido se fue desvaneciendo.

    Me contuve dijo Alcibades con amargura. Por la forma en la que me provocaste, pude haber hecho algo muy estpido.En serio? Disfrutas engaarte a ti mismo? pregunt Scrates. Has matado espartanos en batalla, y una vez te volviste loco. Permitiste que el odio te

    consumiera y les arrancaste las extremidades a tajos. Tu sed de sangre conden a tu enemigo a irse profanado al inframundo. Ahora sus sombras buscan venganza.Al diablo con tus augurios. Yo luch por Atenas. Mat por honor el temperamento de Alcibades se transform en preocupacin. Cmo sabr a qu sombra

    apaciguar? pregunt.Espera y pregntaselos. Estarn formadas en lnea despus de tu muerte.Alcibades se mordi el labio mientras guardaba su cuchillo en la funda que llevaba a la cintura. Luego mir al cielo, con los ojos entrecerrados. El sol haba pasado su

    cnit y se vea como un haz brillante de luz contra el borde de la cuesta de roca. Por hoy, el juego se haba arruinado. Scrates ya empezaba a ascender por el camino porel que haban llegado. Alcibades gru y de puro coraje lanz a la liebre hacia el barranco antes de emprender el regreso. Llegaron a Atenas despus del atardecer.Scrates haba empezado a silbar, mientras que Alcibades se mantuvo cabizbajo. No estaba oscuro an, pero ya se oan las primeras notas de los auls de lasmuchachas. El sonido agudo le pona los nervios de punta, pero tambin lo excitaba. Se relami los labios para decir algo, pero entonces Scrates lo interrumpi.

    Nunca podra ensearte a leer augurios Te importa demasiado mantenerte con vida. Me ir a casa.Durante el camino de vuelta a la ciudad, Alcibades haba sentido que su rabia menguaba, pero ahora volva, como cuando un carbn parece estar apagado en medio

    de las cenizas, pero se aviva tan pronto le dan un empujn.S, lrgate a casa. Probablemente todava te alcancen los dientes para comerte la cena en su imaginacin haba un espejo, en el cual Alcibades observ lo ridculo

    que se vea el viejo acuclillado junto a l, con su deslumbrante figura apolnea. Asstame y luego huye murmur entre dientes.Scrates mir por encima del hombro.Olvida el da de hoy. Volver a tu lado cuando te apaciges dijo mientras las sombras de la noche se lo tragaban.

    A la maana siguiente, Scrates deambul por el gora hasta llegar al mercado, donde pellizc una manzana en un puesto y olisque el cordero recin sacrificado quecolgaba en otro. Poda hablar con cualquier persona, rica o pobre Nadie era capaz de predecir lo que saldra de su boca, pero una banda de muchachos, incluidoAlcibades, el ms salvaje de todos, tena la costumbre de seguirlo. Estaban ansiosos de ver qu incauto ego herira ese da. Si Scrates se topaba con alguien importante,esa persona haca bien en darle la espalda. Era peligroso incluso saludarlo. Sus oponentes salan cojeando de cualquier discusin, las cuales solan empezar comoinocentes conversaciones. Las palabras que enunciaba picaban peor que tbanos que hacen sangrar la piel.

    Pero ninguno de ellos saba quin era Scrates en realidad. Incluso l mismo senta que apenas si l lo saba. Permanentemente se examinaba desde el interior,mientras que el resto de la gente slo lo vea desde afuera como una curiosidad peculiarmente alegre, curiosa, insignificante, pobre y fastidiada. Algunos considerabanque era una curiosidad inofensiva, pero otros lo miraban con sospecha y lo consideraban una amenaza.

    Eres maestro de la miseria afirm Antifonte, un maestro rival, unos meses antes para acusarlo pblicamente. Te exhibes como sabio, pero mrate. Notrabajas. Nadie sabe cmo logras siquiera alimentarte. Usas la misma capa sea invierno o verano. Nunca te he visto con un par de sandalias nuevo ni con una tnicadecente.

    Antifonte haba acorralado a Scrates cerca de un templo en la Acrpolis, y hablaba en voz alta para atraer la atencin de la gente.Una pequea multitud se mantena cerca, preguntndose cmo contestara Scrates.Sigue, Antifonte murmur Scrates. Me describes muy bien. Si no puedo ser admirado, al menos llamo la atencin de alguien tan estimado como t.Yo soy estimado? lo interrumpi Antifonte con sospecha.Por supuesto. Pregntale a cualquiera que est aqu. Pregntatelo a ti mismo.Algunos espectadores se rieron por lo bajo, pero Antifonte se rehus a permitir que lo distrajeran.Adnde nos llevar tu burla, si no a la miseria? Tus pupilos han aprendido a desdear las convenciones. Son perezosos e insolentes y, puesto que imitan a su

    maestro, terminarn como t, atrapados en la pobreza. Niegas que el dinero hace ms fcil la vida? Es mejor que pasar hambre. Al final, tus seguidores despertarn a sumiserable existencia, pero entonces ser demasiado tarde.

    Bien argumentado dijo Scrates, quien jams levantaba la voz. Pero, por desgracia, has demostrado lo contrario de lo que pretendas. Te lo demostrara, pero,dado que aseguras ensear sabidura, sera como un zapatero que le roba un zapato a un colega. Si cada uno tiene un solo zapato, ninguno de los dos se beneficia.

    A Antifonte se le pusieron rojas las puntas de las orejas. Era parte de una nueva clase de maestros errantes conocidos como sofistas, quienes afirmaban ensearsabidura, como haba dicho Scrates. La opinin de Atenas con respecto a ellos estaba dividida.

    No seras un zapatero, Scrates, sino ms bien un cangrejo revir Antifonte. Los cangrejos se escabullen de lado para escapar, como intentas hacerlo tahora.

    Scrates se encogi de hombros.Slo quera proteger tu reputacin, querido Antifonte, pero eres un ser peculiar, un acusado en la corte que insiste en que lo declaren culpable despus de que el

    jurado ha declarado su inocencia.Mustrame mi culpa dijo el sofista en tono agresivo.Scrates hizo una breve pausa.En primer lugar, eres culpable de tu mala fe. No tienes inters en lo que yo enseo. Me has abordado para hacer de m un espectculo pblico, con la esperanza de

    atraer ms pupilos a tus filas despus de que me vean humillado. En segundo, eres culpable de falso razonamiento. Es verdad que soy pobre, que mi comida es escasa,que uso la misma capa en cualquier temporada. Pero soy feliz, o al menos eso es lo que todos me dicen. De dnde proviene mi felicidad? No del placer, porque, segntus propias acusaciones, carezco del dinero que les permite a los hombres alcanzar el placer. Por lo tanto, mis pupilos vern que el dinero no tiene nada que ver con lafelicidad. Qu ejemplo crees que deberan seguir? El tuyo, que reside en superficialidades, o el mo, que podra guiarlos a la fuente secreta de la verdad?

    Antifonte se dio media vuelta abruptamente, seguido por el escarnio del pblico. se era el tpico encuentro que divida de tajo a Atenas entre quienes defendan aScrates y quienes deseaban verlo herido. Pero esta vez lleg muy temprano al gora y no habl con nadie. Estaba consternado por lo que haba ocurrido con Alcibades.Como el gato a la leche, el atractivo soldado volvera, pero la historia se repetira. Se avergonzara de su salvajismo y de su falta de autocontrol. Incluso derramaralgrimas. Sin embargo, algunos cuantos das despus volvera a ser Alcibades.

    Y el oscuro augurio? Scrates crea genuinamente que los dioses haban sido responsables de que la ramita de mirto apareciera ah, o que Diotima la haba puestoah. Ella era capaz de hacerlo. Mientras miraba a los granjeros instalar sus puestos en el mercado, Scrates vio a Diotima de nuevo como la primera vez, haca veinteaos, con una larga y negra cabellera rebelde y cejas muy pobladas. Usaba ropa harapienta y no traa sandalias. Pareca una muchacha criada por lobos, porque muypoco de ella era apropiado, lo cual a Scrates le atraa, pues tampoco mucho de l lo era.

    En ese entonces era un joven que trabajaba en el negocio familiar.Podras esculpirme una estatua? pregunt Diotima sin siquiera presentarse. O t mismo eres una estatua? En ese caso, me disculpo por molestarte.Scrates la mir de frente, cubierto en polvo de mrmol blanco que lo haca parecerse a la piedra que tallaba.Soy mampostero, como mi padre dijo. Pero tambin esculpo estatuas Qu tipo de estatua quieres?Qu tipo de estatuas haces? pregunt ella.Slo las que ves contest Scrates y se dio la vuelta. Estaba rodeado de pequeos dioses y diosas que seran vendidos en las tiendas que rodeaban la base de la

  • Acrpolis.Qu pena. Quera de las que son invisibles dijo Diotima.Invisibles? sas son las ms fciles de hacer. T misma puedes hacerlas.Era un da caluroso, y Scrates, quien tena el pecho descubierto, excepto por el grueso delantal de cuero de su oficio, estaba listo para tomar un descanso en la

    sombra. Dej caer el cincel y se limpi la frente con un trozo de tela.Diotima neg con la cabeza.Te equivocas. Las estatuas invisibles son las ms difciles de hacer dijo.Por qu lo dices?Diotima agarr una estatua pequea, una imagen burda de Atenas con casco y escudo, y la examin.El punto de todas estas estatuas es mostrar la similitud con la divinidad contest. De otro modo, no seran ms que simples mortales Cmo se puede

    esculpir la divinidad si es invisible? Por lo tanto, cualquier verdadera estatua de los dioses tambin debe ser invisible.Scrates no saba qu contestar. Lo que deca la mujer salvaje tena sentido, pero al mismo tiempo lo confunda.Te ves desconcertado seal la mujer. Bien. Entonces tengo oportunidad de aventajar tu ignorancia.Scrates haba trado de almuerzo un trozo de pan rstico, algo de sal y aceite de oliva. Se sent bajo un rbol y parti el pan para compartirlo con Diotima. Era

    bastante evidente que la mujer no haba comido en mucho tiempo.Entonces puedes ensearme a esculpir una estatua que se asemeje a un dios? pregunt Scrates, no porque tomara en serio lo que ella haba dicho, sino porque

    despertaba su curiosidad.No soy escultora contest Diotima. Pero puedo ensearte a ver lo invisible, y entonces podrs decidir por ti mismo qu hacer clav en l su mirada

    profunda de complicidad. Pero debes tener cuidado. Una vez que veas aquello que te mostrar, dejars de lado tus cinceles y tus martillos. Scrates solt unacarcajada.

    Por qu lo dices?Porque la forma exterior de los dioses no vale nada, una vez que has observado su forma real Diotima esboz una sonrisa irnica. Debera advertrselo

    tambin a tu esposa.As que la sabidura que impartes destruye matrimonios dijo Scrates. El mo ya anda rengueando. Mi esposa y yo somos tan sosos que ninguno de los dos

    se atreve a salir por la puerta Scrates era objeto de burla por haberse casado con Jantipa, una conocida bruja.Veo que eres listo, y feo tambin dijo Diotima. Con razn se queja tu esposa.A pesar de su apariencia sencilla, Diotima era una seductora de almas. Volvieron al taller de mampostera y, mientras Scrates tallaba la piedra, ella se sent en la

    sombra y sigui hablando. Su cabello jams se dejaba domesticar y ella nunca pareca cambiar de atuendo. Al principio, Scrates sinti lstima por ella, pero eraevidente que no poda llevarla a su casa. Lo mejor que poda hacer era llevarse dos trozos de pan en lugar de uno y decirle a Jantipa que las ratas deban estar robndolode la alacena.

    En sus tpicas lecciones, Diotima no meda sus palabras.No eres ms ciego e ignorante que otros hombres empezaba a decir. Ests dominado por tu apetito. Envidias a quienes tienen ms placer del que t puedes

    obtener. Pero hay momentos en los que te descubres y entonces te avergenzas de tu codicia.Eso es lo que me pone por encima de mi gato? La vergenza? Entonces debe ser mejor ser un gato, pues al menos l carece de la imaginacin suficiente como

    para infligirse sufrimiento.Diotima rio por un instante.No intentes competir conmigo. Slo escucha. La nuestra es la vergenza de las criaturas racionales que pueden ver su propia imagen y desear ser mejores.Pero los borrachos se despiertan por la maana con remordimiento y al anochecer vuelven a escabullirse a las tabernas.As eran las discusiones entre ellos, el mampostero y la mujer errante. Cada da, Diotima soltaba una pista sobre el misterio que se ocultaba tras los velos. La gente

    escuchaba a escondidas estas lecciones, pero tambin haca correr rumores. Una vecina dijo que Jantipa haba esperado a Scrates en la puerta agarrando con fuerza unavara pesada o cualquier otra cosa que pudiera servir como arma. No obstante, a pesar de toda la miseria que infliga, Scrates se senta cada vez ms feliz, e inclusoen momentos impredecibles se senta extasiado.

    Aun as, su estado de nimo iba y vena. Le costaba trabajo liberarse de su fatalismo.Cuando los dioses nos dieron razn, olvidaron hacernos perfectos. Es culpa de ellos. El alfarero elige hacer el mejor jarrn posible, pues todo mundo sabe que un

    jarrn que gotea es inservible. Pero todos los seres humanos tenemos almas que gotean. Se lo reclamar a Zeus tan pronto me tope con l.No seas blasfemo dijo Ditoma con brusquedad. Es peor que convertirse en sofista, si es que acaso es posible que haya algo peor sa fue una de las pocas

    veces en las que Scrates la vio genuinamente enojada. Pero la mujer se apacigu con la misma velocidad con la que se haba enardecido, y se apoder de ella un nuevoestado de nimo: la pena. La mayora de los hombres estn condenados, como puedes ver. Pero es una prisin extraa la que los contiene, pues cada preso ha recibidotambin la llave de su celda. Nos la entregan cuando nacemos y podemos elegir escapar en cualquier momento.

    -Entonces, por qu no lo hacemos?Porque nuestro carcelero es la mente, y no se ha visto ninguno ms feroz. Aun si maana las puertas se abrieran de par en par, el prisionero creera que es algn

    tipo de engao y permanecera tirado en el piso de su celda, lamentndose de su cruel destino.Diotima esboz una ligera sonrisa. Despus de hacer afirmaciones provocadoras como sa, siempre se quedaba en silencio y dejaba que el misterio flotara en el aire.

    Era parte de su poder de seduccin, pues, como buena provocadora, saba revelar su tesoro poco a poco. De pronto desapareca uno o dos das, pero luego volva yretomaba la discusin en el punto exacto donde se haba quedado.

    Sin embargo, el destino no es cruel. Parece despiadado slo cuando le permites que te capture, como un pastor que se niega a huir del lobo y termina entre susfauces. Si los hombres no fueran tan ignorantes, veran que lo nico que los dioses quieren es nuestra felicidad. Es por eso que los humanos empezaron a alabarlos, enprimer lugar, por gratitud.

    O miedo intervino Scrates.Diotima neg con la cabeza.El miedo no es alabanza. El miedo surge cuando crees que los dioses te han abandonado. Un dios ausente puede ser malicioso o vengativo. Podra ser la razn

    oculta por la cual tus cultivos se marchitaron o tu casa se incendi. Cualquier cosa es posible cuando los humanos pierden su conexin con los dioses.Podra argumentar justo lo opuesto contest Scrates. A los dioses les entretiene nuestra ruina. Nos observan asesinar e ir a la guerra, pero no hacen nada

    para detenernos Cmo puedes afirmar que quieren nuestra felicidad? Cul es la evidencia?Para entonces, Scrates estaba tan inmerso en la conversacin con Diotima que sus herramientas yacan tiradas en la tierra. No notaba las miradas de los transentes,

    quienes ya empezaban a decir a sus espaldas que Scrates estaba olvidando cmo trabajar.No es posible demostrar que los dioses quieren que seamos felices dijo Diotima.Pero acabas de decir...La mujer tom su mano para indicarle que guardara silencio. Su tacto era clido y envejecido, como el de alguien que est destinado a jams vivir bajo un techo.Escucha bien. Los dioses estn aqu, caminando a nuestro lado.


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