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La construcción periodística del continente africano.
EL RETO DEL CONTINENTE VECINO
Sevilla. 6-2-9
Estrella Sendra Fernández
“Promote 2008: un encuentro de talentos en la diversidad”, “In Koli Jean
Bofane: cuando las matemáticas hacen la política”. Dos titulares de Afrik.com
publicados el 5 de enero de 2009. Un mes antes en España leíamos los siguientes
titulares: “El número de muertos por el cólera en Zimbabue alcanza ya los 565”,
ABC, 3 de diciembre de 2008. “Zimbabue se desmorona por el cólera”, “La
ONU prueba que Ruanda instiga la guerra en Congo”. El País, 15 de diciembre
de 2008.
África es el continente más cercano a España; sin embargo sabemos poco
de él. “De África se habla de la guerra o de las grandes catástrofes. Y luego pasa
Senegal. Foto tomada por la ONG 7a/Maa-rewee.
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el momento de la noticia y África queda en lo anecdótico: que hay leones, que
hay elefantes, que son muy pobres, pero nada más, no hay más información”,
afirma el misionero José Aguilar en Voces contra la globalización (vídeo
disponible en la web). Juan Carlos Chambo, comunicador social que trabaja
como realizador en una televisión educativa de Colombia, comparte la misma
idea en el debate planteado en la web de “Otro mundo es posible”: “De África
nunca escuchamos noticias, sólo se ha visto en canales internacionales sobre las
selvas y desiertos, donde van a grabar sus animales salvajes y montar
productos audiovisuales con esa fauna.”
Los periodistas, por no entrar en contradicción con las rutinas tan
aceleradas de trabajo, privilegian la información de conflictos y catástrofes,
entrando en contradicción con su moralidad como persona.
El resultado es visible: un escaparate de exotismo combinado con
miseria. Los africanos se reducen a cifras de muertos y el paisaje a víctima de
desastres naturales. Mª del Mar, voluntaria de “Madre Coraje” en Sevilla,
considera que el problema está en que “cuando África aparece en el escenario
informativo, su imagen se encuentra sesgada, esteriotipada, lo cual no conduce
a una <<construcción real>> del continente.” Lola López Enamorado es
directora del Instituto Cervantes de Marrakech y, tras vivir allí casi un año, se
ha dado cuenta de que “tenemos una visión muy sesgada de los países del
Magreb. La información está llena de tópicos, en los que predominan imágenes
de mujeres marginadas, niños analfabetos, y, en general, de países con
condiciones sociales, económicas y culturales muy por debajo de la realidad”.
Los titulares de El País y ABC citados anteriormente no son más que un
ejemplo de esta práctica constante. En “El número de muertos por el cólera en
Zimbabwe alcanza ya los 565” destaca la reducción del suceso a cifras. En el
cuerpo de la noticia no aparece contextualización alguna, ni antecedentes, ni
causas. Sólo datos. Muchos son los que coinciden en que éste no es el enfoque
más adecuado. Además de la “rapidez de los tiempos” que afecta directamente
al modo de hacer periodismo, existen otros motivos que explican esta
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descontextualización. Belén
Cuadrado, responsable de la
revista Pueblos en Sevilla y
especialista en África, explica
que “cuando llegas a un
conflicto hoy, no podemos
entenderlo como un conflicto
racial, sino como un conflicto
que tiene sus raíces en el
modelo colonial que nosotros
exportamos. Esto parece que
no interesa verlo aquí en
Europa. Los medios de
comunicación han ayudado
mucho a dar esta imagen del
África salvaje, se ha puesto del lado de la colonización. Se ha creado esa imagen
de África como el continente negro, oscuro, del que no se sabe nada.” Belén
Cuadrado vivió y trabajó más de tres años en África. Concretamente en
Tanzania, Mozambique y Guinea Bissau. Desde entonces, dice que tiene una
relación especial con África. Está convencida de que detrás de lo que recibimos
hay mucho más: nuestra propia historia. “Nuestro desarrollo está basado en el
subdesarrollo de ellos –comenta-. En el Neoliberalismo ellos nos hacen falta.
Por mucho que quieran los países de África, voten lo que voten, siempre les va
a desfavorecer. Tenemos que romper esas reglas del juego.”
El tipo de noticias que producimos son “destructivas para el propio
continente: catástrofes, casi siempre relacionadas con el fatalismo; guerras, casi
nunca vinculadas a la economía mundial sino justificadas por conflictos
internos; y hambre, desligada siempre de nuestra forma de vida occidental”,
declara la voluntaria de “Madre Coraje”. Los periódicos rara vez dedican
Foto tomada en Ghana. (Alejandro Dujat)
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espacio a temas sobre cooperación, lucha contra la pobreza y ONG. Se limitan a
dar datos de forma descontextualizada.
Olivia Francisa NKE, 19 años, estudiante de Estrasburgo, llegó a Francia
con 14 años porque a su madre le dieron un trabajo allí. Su país de origen es
Camerún. Se siente muy vinculada tanto a Camerún como a Francia. Observa
una “descripción bastante negativa del continente africano desde el punto de
vista de los medios.” Y recuerda que “aunque sea un continente pobre, también
es un lugar rico, lleno de recursos y materias primas y cuyos habitantes son
acogedores, hospitalarios, simpáticos y cariñosos.”
Por otra parte, no recibimos noticias de eventos culturales africanos, ni
de los movimientos sociales protagonizados por las mujeres en las luchas por la
igualdad y los derechos humanos. Tal vez habría que replantearse esos valores-
noticia que condicionan las redacciones de los periódicos y preguntarse si la
información de la vida cotidiana no sería más eficaz en este intento –si es que se
intenta- de arrojar luz sobre el continente. Cultura ancestral, sabiduría de
medicina alternativa, poesía africana, pintura, tribus… Y lo que más le llamó la
atención a Belén durante su estancia en África: “cada africano habla cuatro o
cinco lenguas”.
En definitiva, no se suele recibir nada que tenga que ver con progreso y
desarrollo. Los periódicos parecen haber olvidado su dimensión social y
educativa, que podría contribuir al desarrollo de determinados países desde la
información. “Hoy la información se considera esencialmente una mercancía.
No es un discurso que tenga la vocación ética de educar o de informar al
ciudadano en el buen sentido de la palabra”, decía Ignacio Ramonet en el libro
Por otra comunicación. Así también lo cree Danny Odis, nigeriano de 35 años,
residente en Sevilla desde hace ya dos años. Según este joven, “cada cultura
tiene una mentalidad distinta. En los medios se deberían implementar
programas que enseñen a vivir y a cómo comportarse a los más jóvenes.”
Añade además que “en la Biblia se encuentran esos valores que han de aplicarse
a la vida” y que “es escuchando como cambiamos de mentalidad, de ahí la
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importancia de la interacción con la gente”. Resulta difícil construir una imagen
positiva de África a partir de los medios de comunicación, aunque Danny está
convencido de que “la gente habla bien de África” y que a él todos le han
tratado muy bien.
A la homogeneidad de los temas de las noticias se le suma un
tratamiento no adecuado en el uso de los términos. En primer lugar, porque se
cometen multitud de errores terminológicos en ese afán por ser políticamente
correctos. Tal es el caso de “subsahariano”, asociado erróneamente a cualquier
africano, sea del norte o del sur. Mª Mar cita otro error muy frecuente: “La
confusión y ampliación de términos como ‘árabe’, en lugar de ‘musulmán’ o
‘islámico’. Natalia escribe, desde Colombia en la web de “Otro mundo posible”,
que “generalmente a los negros y negras se les dice ‘negritos’ ‘morenos’, como
si la palabra ‘negro’ o ‘negra’ incluyera hostilidad o rechazo.”
Francisco José Medina Paz, psicólogo director de la Oficina de
Cooperación al Desarrollo en la Universidad de Sevilla, se refiere a estos errores
de una forma más global. Como psicólogo, percibe que “en las noticias no
encontramos personas, sino estereotipos. Los fenómenos se generalizan y se
crean distintos mecanismos psicológicos que provocan asociaciones mentales e
ideas equivocadas. Uno de ellos es la ‘correlación ilusoria’. Esto es, si en un
lugar, un determinado colectivo provoca algo, un delito, por ejemplo, se
asociará ese lugar con los delitos, aun tratándose de algo puntual, por falta de
datos. Otro tiene que ver con el bucle que se crea cuando una mayoría tiene
determinadas características que se repiten frente a otro grupo. Difícilmente se
romperá ese bucle en el que, al encontrar dicha característica, se asocia
directamente a la mayoría que suele tenerla, de nuevo por esa generalización
tan frecuente”. Por desconocimiento o poca prudencia, estas situaciones se dan
con frecuencia en los medios, creando una imagen difícilmente derrumbable.
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Tampoco las fuentes consultadas propician la construcción de un África
más heterogénea y con parámetros de funcionamiento distintos a los europeos.
La Agencia Reuteurs es una de las pocas españolas que tiene sede en África. La
presencia de fuentes es escasa y poco variada. Rara vez se acude a ONGD,
asociaciones y agentes que tengan una relación más directa, de ahí la falta de
profundidad de las noticias, sin antecedentes ni causas. Esta tarea debe ser algo
mutuo, dado que a veces, existe reticencia por parte de las asociaciones a
colaborar con los medios, temerarias de que se tergiverse o haga un mal uso de
la información. Conforme éstas aparezcan en los medios, la credibilidad de los
contenidos irá en aumento. “Lo que otorga fiabilidad a un artículo o noticia es
la diversidad de fuentes, que tú compruebes que la información ha sido
contrastada. Para mí, fuentes fiables son organismos, profesores relacionados
con temas de cooperación, la Universidad, centros de investigación también en
ámbitos de desarrollo… Y no es frecuente encontrarlas en los medios, al menos
en los que yo consulto más a menudo”, argumenta Francisco José Medina.
Foto tomada en Ghana. (Alejandro Dujat)
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Éste es uno de los proyectos en los que Pueblos está trabajando
actualmente en Sevilla: convertirse en una especie de agencia “para intentar que
en los medios de comunicación locales salgan noticias de África hechas por
medios alternativos y por africanos, mediante la red que se va a crear con
África”, adelanta Belén Cuadrado. ¿Qué se ofrecerá? Principalmente esa
contextualización: ¿Quién ha generando la noticia? ¿Qué hay detrás de ella?
¿Con qué razones? ¿Qué vamos buscando? Este “trabajo en red” es una de las
claves del funcionamiento de Paz con Dignidad (1995), la asociación de la que
nació Pueblos (2003-2004) y que han hecho un consorcio con CIC-BATÁ (Centro
de Iniciativas para la Cooperación), que aporta la experiencia en audiovisuales,
y Andalucía Acoge, especialista en inmigración; que además, han dejado
abierto a todo aquel que se quiera unir. El objetivo, cuenta la responsable de
Pueblos, es “aunar esfuerzos y romper la competitividad entre las ONG para
plantarle cara al Neoliberalismo”.
Es interesante la reflexión que hace Francisco José Medina acerca del
reflejo de los emigrantes en los medios: “Cuando uno viaja fuera y lee prensa
internacional que trate de España, se da cuenta de los errores que se cometen
por falta de formación, seguramente. Entonces se da uno cuenta de que aquí
muy probablemente estemos haciendo lo mismo y la información no refleje la
verdadera realidad de otros países. Por tanto, difícilmente los emigrantes se
sentirán reflejados en los medios”.
“Yo, personalmente, no me siento identificada con la descripción que
hacen los medios occidentales sobre África. En mi país de origen, Camerún, no
se sufre hambre, no tenemos problemas de salud. Es cierto que el nivel de vida
es inferior al de Francia, pero en mi pueblecito, la gente es solidaria entre ella y
se ayuda mutuamente”, cuenta Olivia.
Diversas son las causas con las que se justifica este proceder: la supuesta
falta de espacio, la ausencia de interés, el mercado del sector informativo, la
falta de impacto de las noticias no excepcionales y las carencias de sensibilidad
y formación de los profesionales de los medios sobre estos temas. Sin duda, la
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responsabilidad social de todo medio de comunicación implica especialización
y formación en las materias con las que se va a crear el producto comunicativo.
“Los medios –cuenta Olivia- necesitan adentrarse en la cultura africana,
leyendo la prensa africana y no la occidental, que tiene su propio punto de
vista. Hay que consultar manuales de historia africanos y leer a autores
africanos como Nelson Mandela, Almicar Cabral, Kwame N´Krumah, Léopold
Sédar Senghor”. Recomienda distintos medios autóctonos en los que se puede
acceder a una información sin la frecuente mirada occidental: afrik.com, la
revista jeune afrique.com, radio Afrique nº1 y TV5 Afrique. Aún así, “Internet
es sin duda el medio ideal para leer la prensa africana en Europa”, explica que
sigue la actualidad de Camerún en www.camerountribune.com. Sin embargo,
confiesa que echa de menos novelistas de su país ajenos al mercado europeo, la
música africana y sus músicos, como Manu Dibango, Richard Bona, etc.
En definitiva, es incuestionable la necesidad de formación. En esta era
pujante de las nuevas tecnologías, no basta con manejar la técnica, sino
aprovechar todo lo que ésta puede ofrecer y ser conscientes de la
responsabilidad de todo acto comunicativo y objeto cultural.
Experiencia en Ghana. (Alejandro Dujat)
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Francisco José Medina insiste en esta carencia: “Hace falta formación
especializada. Los periodistas tienen que informarse bien en temas de
cooperación y desarrollo, historia… y lograr informar sin errores; porque puede
herirse la sensibilidad de los receptores con el uso de algunos términos. Y esto
sucede por desconocimiento”. Por ello, este psicólogo propone la técnica del
pre-test, que ya se usa en publicidad para comprobar la eficacia de un producto
en su mercado potencial; sólo que aquí la finalidad es más bien la empatía y
respeto. “Deberían hacerse chequeos de información antes de que ésta fuese
publicada, con profesionales especialistas en la materia y consultando a los
propios receptores de los cuales se está hablando”. En este sentido, habla de los
psicólogos como colectivo con “mucha competencia en este campo”, ya que
cuentan con un “bagaje en intervención y comunicación social muy amplio,
fomentado desde la propia carrera.” ¿Qué competencia destaca de los
psicólogos? “La capacidad de anticiparse a los efectos que ciertos términos e
informaciones pueden causar”. Esta facultad ya ha sido otorgada a los
periodistas por distintos teóricos y analistas del discurso. La cuestión está en
qué sentido se usa. Los periodistas han de tener el olfato suficiente como para
adelantarse a las reacciones de los lectores. De esta manera se evitarían ciertas
digresiones que no son intencionadas.
Si esta percepción es general, ¿por qué no se hace nada por cambiarlo?
Algunos medios de comunicación alternativos han decidido no dejar estas
reflexiones en el marco teórico. Tal es el caso de Pueblos, cuyo objetivo, nos
cuenta Belén Cuadrado, es “arrojar un poco de luz e intentar dar una visión de
la realidad a nivel de política internacional, pero sin cortapisa”. Es decir, “mirar
las cosas diferente, y si es posible con la voz de África, porque el
Neoliberalismo ha creado un sistema en el que África es siempre la perdedora”.
Por cierto, otro de los proyectos que se ha organizado desde la Asociación Paz
con Dignidad ha sido una exposición de fotos de África bajo el título “África,
otras miradas”. Este procedimiento de contrainformación tiene sus
inconvenientes: la financiación. “Nosotros –declara Belén- nos definimos así:
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tenemos dos patas, una fuera del sistema y otra a la izquierda del sistema. Con
lo cual nuestra supervivencia es bastante complicada”. Sin embargo, parece que
no son pocos los que apuestan por este tipo de iniciativas. Hasta ahora, han
sobrevivido con subvenciones públicas y suscripciones. Pueblos es una revista
trimestral, con un extraordinario monotemático en verano, lo que permite
analizar y documentarse con profundidad. Cuenta con fuentes autóctonas.
“Además, intentamos que no se haga de una manera eurocentrista, sino que sea
la propia gente del sur la que haga los análisis. O también con historiadores del
norte, pero sin ningún tipo de censura”, explica Belén Cuadrado.
La idea que subyace a este planteamiento es la de volver a creer en los
medios de comunicación como “cuarto poder”. Los medios de comunicación
pueden y deben contribuir al desarrollo, simplemente mediante la diversidad
temática y con noticias y reportajes que recuperen la estructura tradicional:
presentación, nudo, desenlace; en lugar de hacer una síntesis entre telegráfica y
amarillista del desenlace. Por eso, añade Belén Cuadrado, en Pueblos intentamos
ser muy críticos con nosotros mismos, con la comunicación y con la
cooperación”. Este análisis “a fondo” de los conflictos pretende cambiarlos
desde la base. “La única manera de cambiar las cosas ha de venir desde abajo,
con la sensibilización ciudadana y la comunicación. Y creando alianzas, que
nosotros intentamos promover. Que se vaya allí y que se les conozca”.
Experiencia en Ghana (Alejandro Dujat, a la izquierda de la fotografía).
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En este sentido, la Universidad de Sevilla, según el director de la Oficina
de Cooperación al Desarrollo, Francisco José Medina, gestiona programas y
proyectos de movilidad internacional que pretende ir a más. Se empezó con
América Latina; pero últimamente se tiende a privilegiar el ir a África, aunque
no a todo el continente. Realizar o colaborar en un proyecto de cooperación, con
estancias más o menos cortas dependiendo del tipo de proyecto; crear un
gabinete de comunicación encargado de hacer llegar estas informaciones al
boletín de la universidad…, son algunas de las medidas para la cooperación y
desarrollo que ya se están poniendo en marcha. Además, se está planteando la
posibilidad de crear un blog para que se envíen crónicas de lo que se está
haciendo in situ y se de cierta difusión a estos proyectos. Es más, se están
haciendo gestiones para que estos trabajos se convaliden por proyectos fin de
carrera o de másteres.
Pueblos trabaja en directa coordinación con Senegal en algunos proyectos.
Uno de los más recientes es un documental sobre inmigración desde el punto
de vista de Senegal. En este momento, se está trabajando sobre un tema muy
delicado, propuesto por las propias investigadoras senegalesas: La ablación
femenina. En el momento en que se empiecen a escuchar estas otras voces,
cambiará no solo el modelo de comunicación, sino la visión del mundo. “Quien
tiene la información,
tiene el poder”, declara
Belén Cuadrado. De
ahí la importancia de la
producción propia.
En Internet, cada
vez son más las
páginas webs africanas
que empieza a difundir
su propia información:
afrik.com, Senegal. Foto tomada por la ONG 7a/Maa-rewee.
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allafrica.com, telquel-online.com, etc. El 4 de noviembre de 2008, por ejemplo,
“allafrica.com” publicaba una noticia relevante al respecto: “Africa: Media
Leaders Call For New Blueprints” (“Africa: Los líderes mediáticos reclaman
nuevos proyectos.”). En ella se habla de la celebración del Foro Africano de los
Líderes Mediáticos en Dakar (Senegal). El mensaje de Nduka Obaigbena,
director del periódico THISDAY de Nigeria, fue la apelación a la necesidad de
los medios de “patrocinadores e inversores, no donantes… Aquí nadie está
rogando nada.” Asimismo añadió que “hasta que los publicistas no mejoren ni
impulsen la capacidad de su periodismo, no ganarán el respeto que necesitan
para atraer a más lectores y en consecuencia, a más agencias publicitarias”. El
objetivo de esta nueva forma de hacer periodismo es “contar la historia africana
de un modo africano, en lugar de confiar en las noticias configuradas por
Occidente”. Para ello hace falta la educar a “una nueva generación de políticos”
en la necesidad de medios libres. Danny Odis confiesa que “nunca creyó en los
medios de Nigeria, sólo al 40%”, por las influencias a las que estaban sometidos.
Hacen falta iniciativas y sin duda, ya están apareciendo. Tiene mucha razón
Danny al afirmar que “mientras existan intermediarios, el problema no se
solucionará”. El 29 de diciembre de 2008 afrik.com publicó Africaura: l´Afrique
vue par les Africains (Africaura: África vista por los africanos). Esta noticia habla
de “cómo poner las imágenes al servicio del desarrollo del continente africano”.
Africaura es una serie de televisión que pretende fomentar la estima del
continente. “Los africanos tienen que aprender a producir las imágenes que
tienen de ellos mismos, y proteger una imagen positiva de ellos mismo, en
lugar de dejárselo a los otros, que tienen una visión caricaturizada del
continente”, declara Joseph Dandjie, cámara y realizador desde 1986 en la
CRTV, la radio y televisión de Camerún. Añade además que “los africanos
necesitan ver a una África que camine, que funcione y avance, porque cuando la
comparan con los demás continentes, por Internet principalmente, ven progreso
por todas partes, salvo en África.” No obstante, se está negociando con la
embajada de EEUU en Camerún para que la serie se difunda también en
Estados Unidos.
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Los dos titulares con los que empieza este reportaje, “Promote 2008: un
encuentro de talentos en la diversidad”, e “In Koli Jean Bofane: cuando las
matemáticas hacen la política”, fueron también publicados por Afrik.com. El
primero informa de la tercera edición del Salón Internacional de la Entreprise
Promote (Promoción empresarial) celebrado en Camerún, un encuentro de mil
empresas pertenecientes a treinta países africanos, que tuvo un millón de
visitantes. El segundo es una entrevista al autor de la novela Mathématique
congolaise, In Koli Jean Bofan, nacido en 1954 en Mdandaka (República
Democrática del Congo), exiliado desde 1993 en Bélgica por escribir sátiras y
reportajes periodísticos comprometidos. Dos ejemplos del tipo de noticias que
no se hacen aquí.
No obstante, los distintos proyectos que hemos ido conociendo hacen
pensar que la tendencia está cambiando. Este tipo de información, menos
homogénea, ya encuentra su espacio en otros tipos de medios de comunicación
no tan alternativos: suplementos, o en las ediciones dominicales. Como el
reportaje sobre la República de Sudáfrica, con motivo de la publicación de Un
arcoiris en la noche de Dominique Lapierre; o “La mirada partida de África”,
Festival de Gerewol (Níger) Fotógrafo: Steve Bloom.
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noticia sobre el fotógrafo surafricano Steve Bloom, publicada en “El Viajero
habitual” (El País, 18.10.2008).
Todos podemos contribuir al desarrollo de África, empezando por frenar
esa tendencia a reducir un continente formado por casi mil millones de
habitantes de distintos países y culturas. Porque, como dice Ignacio Ramonet en
Por otra comunicación, “cada vez más categorías sociales se sienten insatisfechas
con el discurso enfatizador de los medios dominantes y exigen ser tratadas
como adultas capaces de conocer la verdad”. Sin embargo, el que también es
presidente del Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación
declara que “la dificultad está en construir un discurso de contrainformación
que presente también características de seducción (…) sin ser un discurso de
pura retórica, artificial”. Por tanto, ha de producirse una reconsideración de la
propia concepción del periodismo como “educador de responsabilidad social”,
noción que hoy más que nunca hay que aplicar y recuperar en las prácticas
comunicativas.
Proyecto en Ghana. (Alejandro Dujat)