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DboraLopreiteDoctora en Polticas Pblicas (Universidad Carleton, Canad). Magister Scientia-
rium en Administracin Pblica y Licenciada en Ciencia Poltica (UBA). Es Inves-
tigadora Adjunta en el Instituto de Economa Poltica de la Universidad Carleton.
Rgimen de bienestar| Desigualdad de gnero|Transferencias de ingreso| Familiarismo| Hibridez
ResumenEste ensayo presenta un anlisis de las principales caractersti-
cas del rgimen de bienestar argentino, sus transformaciones
y su impacto en la desigualdad de gnero. Para ello ubica al
rgimen de bienestar argentino en un contexto histrico-com-
parativo con otros pases de Amrica Latina y el sur de Europa,
a partir de la tipologa de regmenes de bienestar convencional-
mente aceptada en los anlisis de polticas pblicas. Se argu-menta que, historicamente, el Estado de bienestar argentino
de origen bismarckiano present tres caractersticas distintivas:
hibridez, debilidad institucional y familiarismo. Se analiza la
adopcin de nuevas formas de asistencia social en el contexto
posneoliberal y sus consecuencias para la desmercantilizacin
y desfamiliarizacin del rgimen.
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En los ltimos aos ha proliferado una literatura
internacional que aborda el origen, configura-
cin y desarrollo de regmenes de bienestar en
Amrica Latina (Huber, 1996; Segura-Ubiergo,
2007; Haggard y Kaufman, 2008). Algunos es-
tudios han puesto mayor nfasis en los efectos
de las polticas neoliberales implementadas
durante la dcada de 1990, en tanto las fami-lias han absorbido una mayor responsabilidad
frente a viejos y nuevos riesgos sociales. Es-
tos estudios, sin embargo, no se han ocupado
especficamente de indagar en el impacto que
las intervenciones del Estado producen en las
relaciones de gnero. En general, todos ellos
pasan por alto un aspecto importante de las
polticas de bienestar: su dimensin de gnero
(Barrientos, 2004; Martnez-Franzoni, 2008). En
este breve ensayo intento ubicar al rgimen de
bienestar argentino en trminos del tipo de de-
rechos sociales, su estratificacin y la relacin
entre Estado, mercado y familia, dentro de un
contexto comparativo con Amrica Latina y el
sur de Europa. Al hacerlo, intento analizar el
impacto que han tenido sobre las relaciones
de gnero la estructura y el desarrollo del sis-
tema de proteccin social argentino desde sus
orgenes. Finalmente realizo una breve refe-
rencia a sus transformaciones recientes.
Desde un enfoque histrico comparativo, identi-
fico tres caractersticas del rgimen de bienestar
argentino, que pueden encontrarse en otros pa-
ses de Amrica Latina: 1) un sistema de seguro
social fragmentado y limitada ciudadana social; 2)
un alto grado de familiarismo, en el que la familia
es la unidad social principal encargada del bienes-
tar de sus miembros (con un impacto importante
sobre las relaciones de gnero); y 3) un sistema
de seguridad social dual que combina el sistema
basado en contribuciones sociales para el sostn
de la familia (formalmente neutrales desde el
punto de vista de gnero, pero que en la prctica
refuerzan el modelo tradicional de varn provee-dor y mujer domstica) con uno no contributivo
dirigido a los pobres en el que las mujeres jefas de
familia son las receptoras principales de los bene-
ficios de la asistencia social. Estas caractersticas
me permiten definir al rgimen social argentino
como un sistema hbrido.
La declinacin del rgimen de bienestar de
naturaleza bismarckiana es el resultado del
efecto combinado de los cambios en las fami-
lias, las polticas neoliberales que han empu-
jado a ms mujeres al mercado laboral y los
cambios en las polticas de apoyo a las familias
implementados durante las dcadas de 1990 y
subsiguientes. El debilitamiento del modelo fa-
miliar predominante del varn proveedor/mujer
domstica ha alterado las relaciones entre el
trabajo remunerado, el trabajo no remunerado,
y la cobertura social de las mujeres. Toda vez
que las mujeres asumen responsabilidades
fuera de la familia y aumentan las necesidadesde servicios de cuidado, las relaciones de g-
nero en el hogar cambian sustancialmente. Es-
tas transformaciones requieren ser analizadas.
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En este ensayo presento primero un anlisis
de la tipologa desarrollada por Gosta Es-
ping-Andersen (1990; 1999) y algunos de sus
crticos, los cuales permiten una reformulacin
de dicha tipificacin, con el objetivo de enten-
der los regmenes de bienestar de la Argentina
y pases de Amrica Latina. Para esto realizo
una referencia a pases de Europa mediterr-nea. Luego identifico las principales caracters-
ticas del rgimen de bienestar argentino y sus
transformaciones con referencia a sus efectos
sobre la desigualdad de gnero.
Variedades del
capitalismo debienestar: crticasy reformulacionesEn lneas generales, el Estado de bienestar
en Amrica Latina se identific con el modelo
bismarckiano europeo; ms especficamente,
con el modelo de los pases del sur de Europa,
en especial en lo que hace a su carcter hbri-
do y su debilidad institucional y familiarismo,dimensiones que explico a continuacin.
La tipologa ampliamente aceptada es la
desarrollada por Esping-Andersen (1990;
1999), quien identifica tres tipos ideales de
regmenes de bienestar entre las naciones de-
sarrolladas, de acuerdo con la determinacin
de los riesgos sociales y las instituciones de
bienestar que producen dichos regmenes.
Concisamente, uno de ellos es el rgimen de
bienestar liberal como el encontrado en Es-
tados Unidos y Gran Bretaa, que se carac-
teriza por una definicin limitada de los riesgos
sociales, una preferencia por el mercado en lageneracin del bienestar y un papel residual
para el Estado, que debe limitarse a cubrir ries-
gos a travs de la asistencia social basada en
necesidades mnimas y polticas focalizadas.
Otro es el rgimen de bienestar conservador
de pases como Alemania, Austria, Francia y
otros de Europa continental, que pone a la
familia en el centro de la produccin de bie-
nestar; est estratificado por sexo y ocupacin
y se encuentra fuertemente asociado con la
proteccin del empleo. Por ltimo, el rgimen
socialdemcrata de bienestar idealmente,
los pases escandinavos, cuyo atributo par-
ticular es el carcter universal de la prestacin
social, basada en la ciudadana. La condicin
de ciudadano/a, independientemente de su si-
tuacin en el mercado laboral, es la definicin
bsica para la extensin de la cobertura social.
En estos regmenes, el desarrollo humano
constituye el epicentro de la poltica social, que
es universalista e igualitaria.
Una crtica que se le ha hecho refiere a la existen-
cia de un cuarto tipo de rgimen diferenciado,
conformado por los pases del sur de Europa:
Espaa, Portugal, Grecia e Italia, que manifesta-
ron una debilidad institucional histrica y lmites
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para la construccin de un Estado de bienestar
pleno (Ferrera, 1996). Estos pases combinan
caractersticas de regmenes liberales y conser-
vadores. Sus Estados de bienestar estn poco
desarrollados y gran parte de la poltica social
tiende a ser residual, como en el caso liberal,
pero la provisin de bienestar est centrada
en la familia, como en el caso conservador. Ellegado posautoritario en estos pases es un
rasgo distintivo del sistema, que ha redundado
en la satisfaccin de los intereses particulares
y la limitacin de las aspiraciones universalis-
tas del sistema de bienestar social. Sumado
a esto, ha habido un desequilibrio histrico en
el mantenimiento de los ingresos, con picos
de generosidad acompaados de falta de pro-
teccin social. Posautoritarismo y clientelismo
reflejan la debilidad del Estado o estatalidad.
En otras palabras, esos Estados han fracasa-
do a la hora de modernizar su administracin
pblica en un sentido weberiano esto es,
meritocrtico y profesional mucho antes de
la expansin masiva de los programas de bie-
nestar, lo que gener un terreno frtil para la
persistencia de relaciones clientelares y con
un bajo grado de penetracin de las institucio-
nes del bienestar a nivel territorial, que revela
aun ms la debilidad del Estado, en particular
en trminos de profesionalismo y autonomaburocrtica (Ferrera, 1996).
Estos factores sealados precedentemente
se encuentran en los Estados de Amrica La-
tina, especialmente en la Argentina (Isuani y
Tenti Fanfani, 1989). Aunque el Estado haba
sido activo en el bienestar en Amrica Latina,
los resultados sociales resultaron, en general,
menos equitativos, menos generosos y menos
eficientes que los que prevalecieron en una ge-
neracin anterior de Estados de bienestar los
europeos. Por el contrario, predominaron
intereses particulares, tanto nacionales como
internacionales (Pearson, 2005). En la Argenti-na, por ejemplo, el modelo social de inclusin a
favor de la regulacin de los derechos econmi-
cos y sociales se ha dado bajo un contexto de
derechos polticos desiguales. En general, este
proceso poltico-institucional, caracterizado por
el autoritarismo, el posautoritarismo, la debili-
dad institucional y la incertidumbre, afect la
prestacin de servicios sociales, lo que result
en bajo gasto pblico, desigualdad de ingresos
y rendimiento socioeconmico pobre.
A pesar de estas deficiencias, hacia la dca-
da de 1970, Europa Central y Oriental y los
pases del Cono Sur de Amrica Latina tenan
regmenes de bienestar identificables con
los niveles bsicos de la seguridad social
para la mayora de los trabajadores (Huber,
1996; Gough y Wood, 2004). Estos regme-
nes fueron moldeados por las preferencias
y los intereses nacionales, lo que ayud a
preservar sus sistemas de bienestar inclusofrente a fuertes imposiciones externas. Las
presiones para la reforma, sin embargo, die-
ron lugar a una mayor hibridacin de los ya
incompletos regmenes de bienestar (Isuani,
1992). Sostengo que, mientras que en en-
tornos estables, como los de las economas
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posindustriales de la segunda posguerra, los
regmenes de bienestar tendieron a perpe-
tuarse, la falta de instituciones estables en
pases en vas de desarrollo ha afectado en
gran medida la formacin y el desarrollo de
los Estados del bienestar, y, como en la Ar-
gentina, contribuyeron a limitar el alcance de
los servicios sociales y a generar un sistemadesequilibrado de prestacin social.
La segunda crtica a la tipologa original de
Esping-Andersen que elaboro en este trabajo
ha sido desarrollada por socilogas feministas,
quienes se centraron en las implicaciones de
los diferentes regmenes de bienestar para
la desigualdad de gnero (OConnor, Orloff
y Shaver, 1999). Si bien Esping-Andersen re-
conoce que las familias son esenciales en la
provisin de bienestar, su tipologa no especi-
fica las relaciones de poder hacia adentro de
las familias: el hecho de que son las mujeres
sobre quienes descansa ms frecuentemente
la responsabilidad por el bienestar de sus inte-
grantes. El anlisis clsico de los regmenes de
bienestar oculta que las mujeres son las prin-
cipales proveedoras de bienestar dentro de la
familia y realizan la mayor parte del trabajo no
remunerado. Para ellas, entonces, el acceso
al trabajo remunerado constituye el medio porel cual liberarse de las tareas domsticas no
remuneradas y de la dependencia del varn
proveedor. Por lo tanto, el concepto excluyen-
te para entender la posicin de las mujeres en
relacin con la proteccin social no es el de
la desmercantilizacin, situacin en la cual el
derecho a la cobertura social es independiente
de la condicin laboral, como en el caso de los
varones, sino el de desfamiliarizacin, esto es,
la independencia econmica de las mujeres
del varn proveedor.
El rgimen debienestar enla Argentina:hibridez ydebilidadinstitucional
La Argentina present histricamente una
debilidad institucional generalizada (Levitsky
y Murillo, 2005). Este es un legado central
del rgimen poltico, que tuvo consecuen-
cias importantes para la formacin y el
desarrollo del rgimen de bienestar. Las ca-
ractersticas distintivas del rgimen argenti-
no han sido la limitacin de las prestaciones
sociales sobre la base de la ciudadana y
las restricciones del mercado laboral, que,
sumados a la inestabilidad poltica histrica,resultaron en un sistema de bienestar social
fragmentado. A continuacin, y a partir de
lo expuesto anteriormente, presento tres
caractersticas que definen al rgimen de
bienestar argentino.
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Rgimen de bienestar no universalista y
ciudadana de baja intensidad
La desigualdad y la ciudadana limitada se han
considerado caractersticas de Amrica Latina.
Aunque no existe una correlacin analtica
entre los derechos liberales y la democratiza-
cin econmica y social, es cierto que en las
democracias de Amrica del Sur la disparidad
extrema de los recursos fue acompaada de
lo que se dio en llamar ciudadana de baja in-
tensidad (O Donnell, 1993). La relacin entre
la desigualdad y la ciudadana se refleja en el
suministro limitado de la seguridad social a las
personas. En los regmenes de bienestar de
Amrica Latina, las instituciones formales y
los programas de bienestar social solo cubren
a los trabajadores y sus familiares que se en-
cuentran en el sector formal, lo que excluyea la mayora de la poblacin de la seguridad
social y la proteccin del empleo; estos se
ofrecen con un acceso limitado a los servicios
sociales bsicos (Barrientos, 2004). Un segun-
do aspecto de esta debilidad institucional ha
sido la debilidad burocrtica, a la que me re-
fer anteriormente. Asimismo, mientras que el
desarrollo del Estado de bienestar en Europa
Occidental se relaciona con la presencia de
partidos de izquierda que fomentaron las pol-
ticas de bienestar, en la Argentina, la inestabili-
dad del sistema poltico y partidario contribuy
a la fragmentacin y el desequilibrio del siste-
ma de aseguramiento social. De este modo,
la persistente inestabilidad democrtica del
rgimen poltico y su efecto limitante sobre la
capacidad burocrtica del Estado constituyen
legados fundamentales para el desarrollo del
sistema de proteccin social argentino.
Estratificacin y rgimen de bienestar hbrido
Los Estados de bienestar bismarckianos se
encuentran estratificados a partir del sistema
de ocupaciones. En el caso de pases como la
Argentina y los del resto de Amrica Latina, la
hibridez del rgimen de bienestar social puso
de relieve una clara divisin, adems, entre
beneficiarios y excluidos del sistema. Como
ya es sabido, esto se debi a la naturaleza
informal del mercado laboral. Con la introduc-
cin de reformas econmicas orientadas al
mercado, tambin se introdujeron elementos
liberales de la provisin de bienestar (Barrien-
tos, 2004). A pesar de la adopcin de polticasfocalizadas en los pobres desde la dcada de
1990, la mayora de la poblacin esta excluida
del sistema de seguridad social y las familias
pobres dependieron histricamente mucho
ms de redes informales para su manutencin
y supervivencia.
Familiarismo y dualidad de gnero
El rgimen de bienestar argentino se basa en
la idea de la familia como unidad social prima-ria. Como ideal, el familiarismo en la Argentina
tiene races en la formacin del Estado nacio-
nal, expresado en polticas que resaltaron la
formacin de la familia nuclear y los objetivos
de crecimiento poblacional (Mead, 2000). Al
igual que en el sur de Europa, en la Argenti-
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na la familia tradicional retiene grandes res-
ponsabilidades por el cuidado y bienestar de
sus miembros. El familiarismo no se plasm
automticamente en polticas que reforzaran
el modelo tradicional de familia, ya que las
asignaciones familiares se pagaban al jefe o
jefa de hogar independientemente de su sexo,
de manera tal que las madres-trabajadorasestaban protegidas independientemente de
su estado civil. Sin embargo, estas polticas
no tenan como objetivo la equidad de gnero,
sino que reflejaban el inters inmediato por la
disminucin de la mortalidad infantil y el au-
mento de la densidad poblacional. La divisin
sexual del trabajo y el trabajo no remunerado
de las mujeres constituyeron las bases de este
modelo tradicional, aun cuando las mujeres se
incorporaron al mercado de trabajo desde muy
temprano, especialmente las madres pobres y
solteras, como consecuencia de la industriali-
zacin, la urbanizacin y la expansin econ-
mica (Nari, 2004). Esta situacin comenz a
cambiar hacia la dcada de 1960 con la incor-
poracin de las mujeres de clase media en el
trabajo formal debido a la modernizacin de las
relaciones de gnero y el aumento de las tasas
de educacin superior entre las mujeres. Sin
embargo, la tasa de participacin en el empleo
formal se mantuvo siempre histricamentems baja que la de los varones y, dada la se-
gregacin laboral, reciban sustancialmente
menos dinero que los varones.
La hibridez y el familiarismo tienen consecuen-
cias importantes para el acceso de las mujeres
a los beneficios sociales. Las mujeres reciben
servicios sociales principalmente como de-
pendientes, con excepcin de la legislacin
que protege la maternidad, en consonancia
con las respectivas convenciones de la Organi-
zacin Mundial del Trabajo (OIT) que protegen
la vida laboral y familiar. Ms aun, el permiso
de maternidad y los servicios de cuidado in-fantil no fueron desarrollados para promover
la inclusin de las mujeres en el mercado
laboral en general, sino ms bien como una
respuesta parcial a la necesidad de las mujeres
trabajadoras del sector pblico y de sectores
especficos como el textil. En cuanto a la estra-
tificacin de gnero, tres tendencias han sido
histricamente evidentes: una baja tasa de
empleo formal femenino (alrededor de 40%),
limitadas o escasas polticas de reconciliacin
de vida familiar y domstica esto es, mni-
mas licencias por maternidad y limitados
servicios de cuidado infantil, por lo general de-
pendientes del sistema de educacin formal.
Los programas sociales de ayuda estuvieron
histricamente vinculados con la proteccin
de la salud materna y con polticas residuales
de asistencia social a los pobres incluyendo a
madres solteras, viudas y pobres que no con-
taban con un varn proveedor en el contexto
de una familia tradicional.
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Nueva polticasocial: lastransferenciasde ingresos y
la desigualdadde gnero
La rpida expansin de los programas de lucha
contra la pobreza en Amrica Latina en la l-
tima dcada seala el surgimiento de nuevas
formas de asistencia social. Dentro de estas
modalidades, las transferencias condicionadas
de ingresos, como el Progresa/Oportunidades
de Mxico, Bolsa Familia de Brasil, Bono deDesarrollo Humano de Ecuador, Familias en
Accin de Colombia y la Asignacin Universal
por Hijo en la Argentina estn centradas en los
ms pobres a travs de estrictos criterios de
seleccin. Los programas combinan objetivos
de alivio a la pobreza con la inversin en capital
humano dirigida a quebrar la transmisin gene-
racional de la pobreza.
La adopcin de estos programas implica dos
cambios importantes de los regmenes de bie-
nestar en Amrica Latina. El primero es que
las prestaciones previstas en esas formas de
asistencia social no dependen de la categora
profesional, sino que se basan en el perfil so-
cioeconmico de los hogares. La liberalizacin
del mercado de trabajo y la aparicin de nue-
vas formas de asistencia social tienen el efec-
to de debilitar el papel previamente dominante
del mercado de trabajo como dispositivo de
estratificacin para la provisin del bienestar,
una caracterstica central del rgimen bismarc-
kiano. Las transferencias de ingresos tienen
como objetivo aumentar el consumo en loshogares pobres, independientemente de su
situacin ocupacional. Adems de proporcio-
nar una importante fuente de proteccin para
los trabajadores vulnerables y sus familias, los
programas de asistencia social mejoran el im-
pacto de las circunstancias adversas en el con-
sumo de los hogares, con lo que procuran una
forma muy limitada de desmercantilizacin
(Barrientos, 2009). Ms especficamente, en
el mediano y largo plazo, mediante el fortaleci-
miento de capital humano entre los miembros
jvenes de la familia, es probable que puedan
reforzarse la mercantilizacin, en el sentido de
una mejor insercin en el mercado de trabajo,
y la desmercantilizacin, en el sentido de una
mejor perspectiva de vida.
El segundo cambio se relaciona con las rela-
ciones de gnero al interior de las familias. Por
un lado, debera rescatarse el hecho de que
el Estado reconozca por primera vez a las mu-jeres, independientemente de su estado civil
o situacin laboral que por lo general es de
precariedad, como destinatarias directas del
beneficio social y no como dependientes del
varn proveedor. Esto podra transformar las
relaciones de gnero e intrafamiliares, ya que
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tendra un efecto empoderadorpara las muje-
res. Por otra parte, debera sealarse que se
trata de una asignacin y no de un ingreso, y
que se otorga en reconocimiento de la funcin
materna no remunerada, sin conexin al
menos de manera explcita con el mercado
de empleo para estas mujeres. De modo tal
que las transferencias directas, condicionadasal cumplimiento de objetivos de cuidado sobre
los propios hijos, no desfamiliariza la protec-
cin social, sino que la refuerza, vinculando ex-
clusivamente adems a las mujeres con el rol
del cuidado, sin referencia alguna al rol paterno
en dicha funcin.
ConclusionesUn componente esencial del enfoque de la ti-
pologa de regmenes de bienestar consiste en
la comprensin de las condiciones en las que
un cambio de rgimen de bienestar se hace
posible. En su libro de 1999, Esping-Andersen
analiza la capacidad de recuperacin de los
regmenes de bienestar en el mundo desarro-
llado, y seala que los Estados responden a los
desafos planteados por los nuevos riesgos so-ciales, en general, con los instrumentos y con-
tenidos de polticas originadas en sus propias
tradiciones, reforzando as la especificidad de
sus regmenes de bienestar. Los regmenes
de bienestar liberales, por ejemplo, responden
a los cambios de situacin de riesgo social a
travs de la produccin del mercado, mientras
que los regmenes conservadores profundizan
su dependencia de la familia y los socialdem-
cratas ofrecen respuestas pblicas.
A diferencia de los Estados europeos, los reg-
menes de Amrica Latina han transformado la
poltica de apoyo a las familias, avanzando enel establecimiento de sistemas de transferen-
cias de ingresos no ya ligados exclusivamente
al trabajo renumerado como criterio para la
percepcin de la transferencia, sino tambin
al perfil socioeconmico de las familias, y re-
lacionados con el cumplimiento de objetivos
de desarrollo de capital humano. Cabe resaltar
que la Argentina y Uruguay han dado un paso
ms, ya que las transferencias directas de in-
gresos apuntan a complementar el sistema de
asignaciones familiares para los trabajadores
formales y lograr una cobertura universal; esto
es, para nios, nias y adolescentes de 0 a 18
aos. En la Argentina, en particular, adems de
los beneficios sociales ligados al ingreso, ob-
jetivo emparentado con el modelo tradicional
bismarckiano, se han adicionado programas
de combate a la pobreza dirigidos a quienes
se encuentran fuera del mercado de empleo
formal, reforzando as su carcter hbrido y
fragmentado, sobre todo en lo que hace a sudimensin de gnero. Esto se da a pesar de
los esfuerzos en el contexto posneoliberal por
una mayor universalizacin de los beneficios.
Dos cuestiones relevantes emergen de este
anlisis. En el caso de la universalizacin, por
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un lado, estos sistemas podran generar una
legitimidad alternativa a la lgica asistencialista
que predomina en los sistemas de compen-
sacin a los pobres y excluidos propios de
los regmenes liberales, y, en consonancia,
criterios de igualdad social y democrtica. Por
la otra, si bien las transferencias condicionadas
promueven la mejora de oportunidades para la
integracin en el mercado laboral de los futuros
adultos independientemente de su sexo, obje-
tivo ligado a la lgica de la inversin social en
capital humano, contribuyen poco, al menos en
un primer anlisis, a la empleabilidad potencial
de las mujeres adultas (madres). Sera desea-
ble, entonces, evaluar el verdadero potencial
de estos programas para la eliminacin de la
desigualdad de gnero, en particular en lo que
hace al acceso al empleo remunerado en igual-
dad de condiciones para mujeres y varones.
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