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PRÓLOGO
Los materiales compilados en este trabajo están diseñados como un
apéndice a los dos volúmenes de las Guías para el estudio del griego clásico de Lorenzo Mascialino y Victoria Juliá. Su carácter introductorio los conecta
especialmente con la primera, que contiene una secuencia de temas que sintetizan los lineamientos básicos de sintaxis y morfología del griego, mientras
la segunda está destinada especialmente al estudio de la sintaxis superior. El aprendizaje de lenguas clásicas tiene peculiaridades muy marcadas,
en comparación con el aprendizaje de lenguas modernas. No sólo es preciso
hacer frente a la falta de una comunidad activa que hable esas lenguas, sino también a la magnitud con que se verifican muchos fenómenos que en las
lenguas indoeuropeas modernas han cambiado o se han debilitado. Por esa razón es preciso comenzar los cursos de enseñanza de lenguas antiguas con una
caracterización lingüística que de cuenta del entramado en que se hallan y de
las particularidades de su estructuración lingüística. Así es que el primer
trabajo, redactado por Victoria Juliá, explicita los puntos de partida para el
estudio del griego, ubicándolo en su contexto y señalando las principales
características que le dan identidad. Igual tipo de complemento constituye el trabajo sobre grafías y signos diacríticos de Luis A. Castello, que ofrece
observaciones sobre el sistema alfabético y la creación y uso de los signos
ortográficos.
El tercer trabajo, orientado al estudio del verbo, contiene una descripción de la morfología verbal seguida de un apéndice. Un estudio de
este tipo, de mayores dimensiones y profundidad, se encuentra en la Morfología nominal del griego clásico de L. Castello, L. Pinkler y A. Vigo que oficia igualmente de complemento a las Guías para el aprendizaje del
griego clásico.
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Finalmente, se incluye en esta compilación un apartado sobre la
noción de diátesis o voz del verbo, especialmente orientada a caracterizar el
fenómeno de la voz media. A esos efectos se incluye también la traducción
de un pasaje pertinente de la Syntaxe grecque de J. Humbert.
Claudia T. Mársico
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1
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA LENGUA GRIEGA
Victoria Juliá
I. Ubicación lingüística del griego
1. El griego pertenece al grupo lingüístico indoeuropeo, cuyas lenguas se hablan desde la India hasta el oeste de Europa y en América. En virtud del profundo parecido observado entre determinadas lenguas se llegó a descubrir que existían relaciones entre los pueblos que las hablaban.
Por ejemplo, puede verse que los sustantivos Mutter (alemán), madre
(castellano), matár (antiguo indio), matar (avéstico), macar (tocario), mair
(armenio), méter (griego), mater (latín), mathir (irlandés antiguo), muoter (antiguo altoalemán), mate (letón), mati (búlgaro antiguo) son formas
emparentadas no sólo por su significado "madre" sino también por evidentes
semejanzas fonéticas. Se pensó entonces que coincidencias como éstas entre
lenguas tan varias y distantes sólo podían explicarse por un origen común, es
decir una lengua anterior que no tenemos atestiguada. Se llamó a esa lengua
hipotética "indoeuropeo" (ie.) y pudo ser parcialmente reconstruida por medio del estudio comparativo de la fonética de las distintas lenguas
atestiguadas que muestran ese parentesco; así, en nuestro ejemplo, puede restituirse un ie. mater, forma arquetípica respecto de la cual las diferencias
fonéticas que presentan las lenguas atestiguadas se explican en cada caso por
las respectivas leyes fonéticas de cada una de ellas.
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2. La noción de ie. tiene un carácter exclusivamente lingüístico y aunque no
pocas veces se buscó ampliar el parentesco a ámbitos extralingüísticos
(especialmente al biológico, por medio de la noción de raza), en definitiva el
único criterio válido para clasificar a cualquier grupo humano como
perteneciente a la familia del ie. es el hecho de que ese grupo hable una lengua indoeuropea.
La denominación ie. se debe al hecho de que la ubicación geográfica
de estos pueblos se extiende desde la India hasta el oeste de Europa -y posteriormente hasta América- y es la más empleada en la actualidad. Sin
embargo ha sido también llamada, especialmente por filólogos alemanes,
"indogermánico", denominación que alude a los nombres de los puntos
extremos, oriental y occidental respectivamente, del territorio ocupado por sus hablantes. La denominación "ario" es inexacta, ya que procede del
nombre que a sí mismos se daban a los miembros de uno de los grupos de
habla indoeuropea, el indoiranio, en el que arya significa "señor". 3. El descubrimiento del parentesco existente entre estas lenguas es un hecho relativamente reciente que data del primer tercio del siglo XIX. No faltan precedentes que se remontan a épocas tan tempranas como el siglo XVI -por ejemplo Thomas Stephens, Filippo Sassetti, etc.- pero en esos casos se trata de simples comprobaciones de parecidos entre formas diversas. Recién
Ramus Rask (1814) y Franz Bopp (1816) hacen posible que se establezca, por vía científica, el parentesco existente entre las lenguas indoeuropeas.
Con Bopp y Rask se inicia la hoy llamada "gramática comparada"; sin
embargo no llegaron estos estudiosos a establecer más que el hecho del
parentesco lingüístico pero no la razón de éste. Para dar respuesta a esta
cuestión se crearon dos teorías, la del árbol genealógico
(Stammbaumtheorie) y la de las ondas (Wellentheorie). La primera fue creada por S. Schleicher (1812-1868) y sostiene que
todas las lenguas indoeuropeas proceden de una común, hablada en el tercer
milenio a.C., que se escindió en dos ramas, una oriental y otra occidental. Estas ramas, a su vez, fueron dividiéndose progresivamente y dieron origen a
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la multiplicidad de lenguas que tenemos atestiguadas a partir del segundo milenio a.C.
Como consecuencia de este tipo de explicación se habla
habitualmente de lenguas "madres" e "hijas". La Wellentheorie se debe a A. Schmidt (1872); según ella, el cambio lingüístico se propaga a partir de un
epicentro hacia zonas crecientemente distantes: todas las zonas afectadas por un determinado cambio comparten, a partir del momento de su aceptación,
un rasgo que las asemeja llamado isoglosa. Cuando dos grupos de hablantes comparten numerosas isoglosas, sus lenguas presentan sensibles parecidos, y cuanto mayor es el parecido entre ellas, más fácilmente, a su vez, se
transfieren las isoglosas; así es como, al cabo del tiempo, dos lenguas
geográficamente vecinas tienden cada vez más a asemejarse si hay
intercambios culturales entre sus hablantes. La diferencia fundamental entre estas dos explicaciones estriba en
que, mientras que para la Stammbaumtheorie la evolución lingüística se
produce de lo homogéneo a lo diferenciado, y lo "nuevo" en cada lengua son
las diferencias con las demás, para la Wellentheorie la evolución es de lo
heterogéneo a lo homogéneo y lo "nuevo" son las semejanzas. Se ha señalado frecuentemente que la Stammbaumtheorie, a
diferencia de la Wellentheorie, no hace justicia a lo que hoy se sabe acerca de la naturaleza del cambio lingüístico. Pero, por otro lado, esta última
resulta más difícil de captar intuitivamente y ocurre que en la práctica suele
operarse presuponiendo la imagen del "árbol genealógico". Por lo demás,
ambas hipótesis son de hecho conjugables y las posiciones de los
indoeuropeístas representan diversas proporciones de la mezcla de ambas
concepciones. Según todo lo dicho, el griego pertenece al grupo de lenguas
indoeuropeas habladas en Europa y se encuentra estrechamente emparentado, por un lado, con las del grupo itálico (oeste) y, por el otro, con
las del ario (este).
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II. Las lenguas griegas.
Se ha atribuido a los legendarios descendientes de Heleno: Éolo, Doro y Juto
-de quien nacieron Acaio y Ion- el origen de la distinción entre eolios,
dorios, aqueos y jonios, y con esas tres principales estirpes se ha relacionado el origen de los tres principales grupos de lenguas o dialectos griegos: eólico,
dórico y jónico. Los áticos, pueblo jónico pero con características peculiares,
también tuvo una lengua jónica pero de rasgos bien netos: el ático. Lenguas eólicas hubo en Tesalia, en Beocia y en las colonias eólicas del Asia Menor, en cada lugar con caracteres diversos; el eolismo asiático se
acerca a las lenguas jónicas en muchas particularidades fonéticas, y el
beócico, a su vez, tiene muchos puntos de contacto con dialectos dóricos;
pero todo el eolismo, en su conjunto, por su fonética y su léxico, se
distinguía del dórico y del jónico, a tal punto que otros griegos podían
considerarla una lengua no griega. (Baste como ejemplo el pasaje de Platón,
Protágoras 341c, donde se denomina a la de la isla de Lesbos).
Hay quienes han considerado que la más antigua poesía épica de los
griegos fue eólica, a juzgar por las frecuentes formas eólicas que se
encuentran en los poemas homéricos. Más tarde, el eólico de Lesbos fue
usado por los poetas líricos Safo y Alceo. Lenguas dóricas hubo en el Peloponeso, en Creta, en Epiro y en las
colonias dóricas, especialmente en Sicilia y Magna Grecia. Hallamos
atestiguadas variantes de lengua dórica en los líricos Alcman, Teócrito,
Estesícoro, Píndaro, Simónides de Ceos etc. En los coros de la tragedia ática
clásica hay abundancia de formas dóricas. Entre las lenguas jónicas, tenemos la denominada jónico antiguo o
épico, por ser la lengua de la epopeya, lengua literaria con peculiaridades
fonéticas, morfológicas y sintácticas debidas al extenso uso literario y a las
exigencias del ritmo y de la métrica. También es la lengua de la poesía
elegiaca y yámbica (Arquíloco, Calino, Mimnermo). Se da el nombre de
jónico moderno a la lengua de los prosistas jónicos del siglo V (Heródoto).
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Debe tenerse en cuenta que cuando se dice "griego" o "lengua griega", sin más, se está haciendo referencia, por lo general, al ático del
período clásico (siglos VI-IV a.C.). El influjo político, comercial y cultural
de Atenas, especialmente en el siglo V, hizo del ático la lengua literaria
predominante del mundo helénico, que fue la base de la lengua común
() en el período helenístico (323-31 a.C.). El alfabeto griego que hoy conocemos proviene de Jonia y fue
introducido oficialmente en Atenas en el año 403 a.C.; posteriormente
prevaleció sobre los otros alfabetos locales en las demás regiones de Grecia.
No es de invención griega, sino que fue tomado de los fenicios entre los
siglos IX y VIII a.C. Que esto fue así lo muestra, por ejemplo, el hecho de
que los nombres de las letras no tienen significado en griego, pero sí en las
lenguas semíticas, por ejemplo, "alfa" -semítico aleph- significa "buey"; "delta" -semítico daleth-, "puerta"; etc. III. La palabra indoeuropea: flexión nominal y verbal
1. El griego, según dijimos, pertenece al grupo lingüístico del ie., cuyas lenguas comportan un origen común que está atestiguado no sólo por el
vocabulario y la sintaxis sino también por una característica formal generalizada, al menos en un estadio clásico: las lenguas indoeuropeas son
lenguas de flexión. Lengua de flexión es aquella que hace de la variación
formal de la palabra misma, generalmente en su parte final, el procedimiento más generalizado en el plano del significado para la expresión de las
categorías gramaticales de esa lengua, p.ej. género, caso, número, voz. etc.
La flexión del nombre (sustantivo o adjetivo) se llama "declinación", y la del
verbo "conjugación". Este procedimiento se lleva a cabo a partir de la afijación. 2. La afijación es el procedimiento por el cual un elemento básico llamado
"raíz" se une a otro llamado "morfema", que es un señalizador de la clase de
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palabra, su relación gramatical, etc. Las posibles colocaciones de un afijo
son tres y de acuerdo con ellas se tratará de un prefijo, un infijo o un sufijo,
según preceda, se inserte en ella o siga a la raíz:
prefijo----->raíz<-------sufijo |
infijo El afijo más importante es el sufijo ya que, como dijimos, las lenguas
indoeuropeas varían la palabra en su parte final para dar cuenta de sus
relaciones gramaticales y función en la oración. Así, por ejemplo, en
castellano una forma como "amamos" puede dividirse en dos componentes: "ama-" que constituye el tema de la palabra y contiene la raíz que indica
"amor", y -"mos" que indica la primera persona del plural; o bien "mesas", en el tema "mesa-", y "-s" que indica el plural. Del mismo modo en griego, en la forma verbal tenemos, por un lado, -, tema del verbo que contiene la raíz pha- con significado de "hablar" (cf. castellano antiguo fablar, latín fabulare, fari), y por otro lado, -, sufijo desinencial que indica primera persona del singular; o bien el sustantivo , por un lado -, tema que contiene a la raíz que indica "parcelar", "repartir", y por otro, -, sufijo desinencial que corresponde al caso nominativo singular. Así pues,
estos sufijos varían de acuerdo con las relaciones gramaticales y función de
la palabra en la oración, mientras que el tema y la raíz permanecen invariables. 3. La raíz es un elemento simple, generalmente monosilábico, que expresa la
idea de la palabra en forma genérica, absoluta, abstracta; es el núcleo de una
familia de palabras unidas por la significación. Así, por ejemplo, en
castellano, de la raíz mencionada pha- tenemos palabras como "hablar", "fábula", "confabular", "inefable" etc., en las que dicha raíz constituye el
núcleo semántico. Del mismo modo en griego, de la raíz -, cuyo
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significado es "desatar", "disolver", tenemos "rescate", "disolución", etc.. La raíz es, pues, el elemento nuclear de una palabra. 4. El tema es la raíz ya determinada como para denotar objeto, cualidad,
acción, pero que no ha recibido aún las modificaciones que la constituirán en
un caso o persona determinada, es decir las desinencias. De un modo aproximado puede decirse que el tema es la parte invariable de una palabra. Así por ejemplo, en "fabular", el tema es "fabul-". Hay que notar que el tema de una palabra puede coincidir con la raíz, pero no necesariamente, ya que él
puede incluir afijos invariables en la flexión. Así por ejemplo en
"confabular", el tema "confabul-" incluye el prefijo "con-" y el sufijo "bul-" que no pertenecen a la raíz y que no varían en la flexión. Así pues, el tema
de una palabra es, en general, esa palabra sin sus desinencias. 5. La desinencia o sufijo desinencial es un sufijo que se agrega al tema para hacer expresas las relaciones gramaticales y otras nociones que rebasan el ámbito de la mera relación, tales como el género, el número y la persona. La
desinencia es aquel sufijo que varía en la flexión de una palabra. Por
ejemplo, en "amamos" la desinencia es "-mos", en "amas", es "-s": es la variación de sufijo lo que hace que en el primer caso entendamos que se trata
de una primera persona del plural, y en el segundo, de una segunda persona del singular; pero a su vez, dada la permanencia del tema, nadie entiende esas dos formas como palabras diferentes sno tan sólo como dos formas de
una misma palabra, el verbo "amar". De igual manera en griego, tenemos, por ejemplo "yo hablo" y "él habla", donde las desinencias son - para la primera persona y - para la tercera, ambas del singular.
Debe tenerse presente que no sólo los verbos poseen desinencias
sino también los sustantivos y adjetivos; en "mesas", la desinencia "-s" indica el plural. De acuerdo con lo dicho, son palabras variables, es decir sujetas a flexión, tanto verbos como sustantivos, adjetivos y pronombres.
Sabemos, por el castellano, que el conjunto de formas que un verbo asume en su flexión se llama "conjugación"; hay que agregar ahora que el conjunto
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de las formas que puede adoptar un nombre (sustantivo, adjetivo o pronombre) se llama "declinación". 6. Declinación o flexión nominal es el procedimiento por el cual, mediante la variación formal de un nombre se da cuenta de su género y número y de
su función sintáctica. No es extraño para un hablante de castellano que la variación de un
nombre indique su género y su número, por ejemplo
"bueno"/"buena"/"buenos"/"buenas" son distintas formas de un mismo adjetivo, cada una de las cuales indica un género y un número determinados,
y otro tanto ocurre con las personas, el número, los tiempos, modos etc. de
los verbos. Pero la declinación griega no se limita a expresar por medio de la
forma del nombre (sustantivo o adjetivo) sus variaciones de género y número
sino que, además, la variación de la forma de la palabra indica en griego
también su función sintáctica, es decir, si esa palabra es sujeto, objeto
directo, objeto indirecto etc. En nuestra lengua quedan huellas de ese fenómeno tan sólo en los pronombres personales; por ejemplo, "yo" es forma
del pronombre de primera persona, singular, solamente cuando opera como sujeto de oración, pero "me" es la forma que usamos cuando ese mismo
pronombre cumple la función sintáctica de objeto directo o indirecto. En
cambio los demás sustantivos y adjetivos indican algunas de sus funciones
sintácticas no por medio de la variación de su forma sino mediante el uso de
preposiciones; por ejemplo "a Juan" es una estructura que puede ser objeto directo o indirecto en una oración ("Conozco a Juan", O.D.; "Doy un libro a
Juan", O.I.), pero nunca sujeto. Otras veces el castellano no indica formalmente la función sintáctica de las palabras y ella debe ser inferida; por
ejemplo, en "La sed calma el agua." no hay ninguna marca formal que indique que el sujeto de la oración es "el agua" y el objeto directo "la sed".
En griego, en cambio, siempre se indica por una variación formal la función
que un nombre desempeña en una oración, y en consecuencia todo nombre tiene un conjunto de formas de acuerdo con su función sintáctica en una
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oración; esas formas se denominan "casos" y su conjunto, como quedó
dicho, "declinación". 7. Son casos las diferentes formas adoptadas por un nombre para dar cuenta de su género, número y función sintáctica. Desde este punto de vista la
declinación es el conjunto de las formas casuales de un nombre o tipo de
nombres. La declinación griega comporta, en el período clásico, cinco casos
que existen en los tres géneros (masculino, femenino y plural) y en los tres
números (singular, familiar y dual), a saber nominativo, vocativo,
acusativo, genitivo y dativo.
El nominativo es el caso del sujeto de la oración y del predicativo
sujetivo. Por ejemplo, en la oración "El río está revuelto", los nombres "río"
y "revuelto" se construyen en nominativo. El vocativo es el caso que se emplea para interpelar a una persona y
tiene carácter extraoracional, por ejemplo el nombre "Juan" en "Juan, el río
está revuelto.". El acusativo es fundamentalmente el caso del objeto directo y del
lugar hacia donde alguien o algo se desplaza; por ejemplo, en "Llevé la carta
al correo", en griego se construyen en acusativo "la carta" y "el correo". Estos dos empleos del acusativo se distinguen entre sí porque la función
"lugar hacia dónde" implica generalmente que el caso acusativo sea
precedido por una preposición, mientras que el objeto directo no la lleva
nunca. El acusativo con preposición puede indicar otros complementos
circunstanciales (tiempo, causa, modo, etc.). El genitivo señala fundamentalmente dos grupos de relaciones: por
un lado, cuando se emplea sin preposición, significa la parte que se extrae de
un todo, la especificación; por otro lado, el lugar "desde dónde", empleado
con preposición. Por ejemplo en "Traigo de mi casa un martillo de hierro", la
expresión "de mi casa" se indica en griego mediante un genitivo con
preposición, y "de hierro" con el mismo caso sin preposición. El dativo es el caso más funcional del griego; en la oración "Di a
Juan una lección con mis palabras", Tanto "a Juan" como "con mis palabras"
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se construyen en dativo sin preposiciones. Con preposiciones, el dativo permite construir variados complementos adverbiales (lugar, tiempo, causa, modo, compañía etc.).
A partir de esta simplificada descripción puede verse que la flexión o
declinación del nombre griego se distribuye en cinco casos, de los cuales dos
(nominativo y vocativo) nunca se emplean con preposición, y tres
(acusativo, genitivo y dativo) pueden emplearse, según la función sintáctica
que desempeñen en la oración, con o sin preposiciones. Por otra parte, la flexión del verbo o conjugación se despliega, de
manera análoga a la del verbo castellano, en persona, número, tiempo, modo
y voz.
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GRAFÍAS Y SIGNOS DIACRÍTICOS
(Extracto de Gramática griega de L. A. Castello
L. Pinkler y A. Vigo)
1. El alfabeto
El alfabeto griego consta de 24 letras, ordenadas de acuerdo con su valor en la serie numérica. Este alfabeto, proveniente de Jonia, es el introducido oficialmente en Atenas en el año 403 a.C. y el que prevalecerá posteriormente sobre los
alfabetos locales en las otras regiones de Grecia. No constituye una invención
griega sino que fue tomado de los fenicios entre los siglos IX y VIII a.C.
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L E T R A S
N O M B R E S
PRONUNCIACION1
May.
Min.
Latina
Griego
Castellano
a alfa a breve o larga
b beta b
g gamma ga, gue, gui, go, gu5
d delta d
e epsilón e breve
z dseta ds o sd, z (ital. zero)
e eta e larga
th zeta th
6
i iota i breve o larga
c cappa c, k
l lambda l
m my m
n ny n
x xi x
o omicrón o breve
p pi p
r rho r7
C c4 s sigma s
t tau t
y ypsilón u francesa o alemana8
ph fi f 9
ch ji j10
ps psi ps
o omega o larga
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Notas 1 El cuadro y las notas se atienen a la pronunciación llamada erasmiana,
diseñada por el filólogo renacentista Erasmo de Rotterdam (1466-1536), hoy generalizada. Esta fonética ha desplazado a la que prevalecía en los primeros tiempos del Renacimiento, difundida por el filólogo alemán Reuchling (1455-1522), la cual estaba más cerca de la pronunciación real. Tradicionalmente, sin
embargo, se impuso la erasmiana, no obstante sus errores sustanciales. La lingüística comparada, las transcripciones latinas y la pronunciación del griego
moderno, harían posible la reconstrucción de la pronunciación originaria. 2 Se usan indistintamente las dos grafías. 3 Idem. 4 La grafía es inicial o media; , final: . Se puede, no obstante, mantener la forma como media en una palabra compuesta si es final del primer elemento: . La c es una forma antigua, que puede encontrarse en cualquier lugar de la palabra. Hoy sobrevive en griego moderno. 5 Ante velares () equivale a . 6 Representa el sonido de la seguido de una espiración (h): th (cf. inglés
thing). 7 Es el sonido de la rcon una muy leve espiración: rh. 8 Francés: musique, alemán: Brücke. 9 Es el sonido de , seguido de espiración (h): ph. 10 Representa el sonido c o k castellano (velar sordo) seguido de espiración (h): kh. Observaciones 1. El alfabeto griego tomó la mayor parte de las letras del alfabeto fenicio como lo
prueba entre otras razones el hecho de que los nombres de las letras no pueden
explicarse con la ayuda de la lengua griega, pero corresponden casi exactamente a las
de las diferentes escrituras semíticas: así, las letras alfa, beta, gamma, delta, etc.
griegas, corresponden casi exactamente a las aleph, beth, gimmel, daleth, etc. semíticas,
con los significados respectivos de �buey�, �casa�, �camello�, �puerta�.
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2. Los fenicios, como todos los pueblos semíticos, escribían de derecha a izquierda; los
griegos hicieron lo mismo en un principio. Luego escribieron alternando las líneas de
derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Este sistema se denomina
(bustrófedon) es decir 'volviendo (sobre sus pasos) como los bueyes
al arar�. Por último, adoptaron la escritura de izquierda a derecha, que ha prevalecido
tanto en Grecia como en Italia.
3. La innovación más importante de la escritura griega fue el completo desarrollo del
sistema vocálico, es decir la metódica aplicación de un recurso empleado por los
primitivos semitas sólo de manera irregular y esporádica (la llamada scriptio plena
frente a la scriptio defectiva). Así el signo aleph, indicador de una breve espiración, fue
cambiado en vocal a de alpha; el semítico he, en el griego e de epsilón; el semítico
waw, empleado en los períodos más arcaicos del griego como consonante w (digamma:
F), también desarrolló el valor vocálico u de ypsilón, colocado casi al final del alfabeto
después de tau; el semítico yodh se convirtió en la vocal griega i (iota); y finalmente el
sonido enfático ayin de los semitas se convirtió en la vocal o (omicrón).
4. Vocales:
: Con el signo H se expresaba primitivamente en el ático el espíritu áspero, acorde
con el valor consonántico que traía este signo desde su origen semítico. Después de la
adopción del alfabeto jónico, donde el espíritu áspero había desaparecido por la
(�despojamiento�) jónica, adquirirá el valor de e, es decir, eta, y se
reservará (que antes representaba también e) para la e. Para el procedimiento que
utilizará el ático para marcar la aspiración cf. 2.
: El nombre es tardío, cuando fue preciso diferenciar este sonido de , que
por entonces tenía igual pronunciación. En la época clásica se llamaba .
: Signo creado por los jonios. Se desarrolló para el valor o.
5. Semivocales:
F : Este signo, que es valor consonántico del semítico w, es llamado también digamma
porque su grafía semeja una doble gamma mayúscula. Esta grafía desapareció del
dialecto jónico al perderse el respectivo sonido y no se encontrará, por lo tanto, en el
ático, que adoptó el alfabeto referido. En la Grecia continental, sin embargo, el sonido
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no se perdió del todo, como lo prueban los distintos fenómenos fonéticos a que ha dado
origen. En la tabla numérica, bajo el nombre stigma, perdura la F como número 6.
j: Es el valor de i consonántica y corresponde a la iod del semita. Como la F, también
fue eliminada, pero quedaron huellas de su influencia.
6. Consonantes:
La san o sampí y la coppa son consonantes desaparecidas que perduran, no obstante, en
la tabla numérica con los números 900 y 90 respectivamente.
El nombre sampí es bizantino y proviene de la expresión �como si (fuera)
una pi�, por su semejanza gráfica con la pi.
La coppa se marcaba con una Q y era usada con valor de k delante de o o delante de u.
: (th) proviene de la T enfática semítica y corresponde al 9 de la tabla numérica (tet).
: proviene de , �samek�, sibilante semítica que los griegos adoptaron para el sonido x,
inexistente en las lenguas de origen.
: Son creaciones del griego ya que no hay correspondencia en las lenguas
semíticas.
2. Signos diacríticos
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1. Toda vocal diptongo y iniciales llevan un signo llamado espíritu. Son de dos clases: áspero ( ): Se pronuncia, convencionalmente, con una suave espiración, como la h inglesa de "have" por ejemplo: = hespéra (cf. latín vespera), = hólkos (lat. sulcus), = hépar (lat. iecur); y iniciales lo llevan siempre: = hüdor (lat. sudor), = rhódon. Es pues signo de un fonema no un signo meramente gráfico o fósil. suave( ): indica que la vocal no se espira: = egó, = eimí.
1 En este apartado se retoma la caracterización presentada en la Guía para el estudio
del griego clásico/1, de Lorenzo Mascialino, UNSAM-Baudino, Buenos Aires, 2003 y se agregan observaciones complementarias.
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Se colocan a la izquierda de las mayúsculas, en lo alto: , ; sobre las minúsculas: sobre la segunda vocal del diptongo: ; delante de los acentos agudo y grave: debajo del acento circunflejo: . Observaciones 1. Como se ha visto en 1, obs. 4, el espíritu áspero se expresaba primitivamente en ático
por H. Luego de la adopción del alfabeto jónico, como H representó el valor e de eta el
espíritu áspero o no se señalaba en absoluto o se representaba con el signo o bien con
la mitad de H, es decir , el que redondeado devino A este se oponía , el espíritu
suave, que por su origen es la otra mitad de H (primitivamente no constituía ningún
signo fonético sino que servía únicamente para separar las palabras escritas en los casos
en que podía haber confusión. No se escribió sistemáticamente sino hasta la época
bizantina).
2. El espíritu se coloca siempre sobre vocal o diptongo iniciales. no constituye una
excepción, en tanto fonéticamente es considerada una semivocal.
2. Los acentos son tres, a saber: agudo, grave y circunflejo. El agudo (), puede caer en la vocal tónica de las tres últimas sílabas:
El grave () sustituye al agudo en la sílaba final de una palabra no seguida de
pausa:
El circunflejo ( ) cae sobre sonantes largas o diptongos de las dos últimas
sílabas: Se colocan a la izquierda de las mayúsculas iniciales, en lo alto:
sobre las minúsculas: ; sobre la segunda vocal del diptongo:, pero se pronuncia como si el acento cayese sobre el primer elemento: asteios, soi, éujetai, dicaios.
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Toda palabra tiene acento, menos las proclíticas, que se pronuncian
unidas a la palabra siguiente: (en ti), y las enclíticas, que se pronuncian
unidas a la palabra precedente: (por lo cual tiene acento agudo y no grave. Cf. en castellano "vámonos", "díjole",
"aproxímanse").
Observaciones
1. El acento agudo señala la mayor elevación del tono de la voz; el grave una
atenuación y el circunflejo señala una prolongación del sonido para elevarse y luego
atenuarse sobre la misma sílaba, de allí su forma que consta de un acento agudo y de
uno grave que se fundieron con el signo de circunflejo ( ).
3. La diéresis ( ), separación, división, se coloca sobre la segunda de dos
vocales consecutivas para señalar la inexistencia de diptongo o la disolución de
un auténtico diptongo en dos sílabas = = = . 4. La coronis ( ), signo idéntico, por la forma, al espíritu suave. Se coloca
sobre una vocal en medio de la palabra para señalar crasis (o fusión) de vocal o
diptongo final con vocal o diptongo inicial de la segunda palabra: = = = = 5. El apóstrofo ( � ), signo idéntico, por la forma, al espíritu suave, se coloca
entre dos palabras para indicar la elisión de una vocal final o inicial: = = = = . 6. Hay cuatro signos de puntuación o divisorios: la coma ( , ); el punto ( . ); el punto alto () equivalente a nuestros punto y coma o dos puntos; el punto y coma ( ; ) equivalente a nuestro signo de interrogación final: ; �¿cómo dices?�.
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Observaciones 1. En la época clásica no existían los signos de puntuación, y estaba en uso la scriptio
continua, es decir, sin separación de palabra. Los signos de puntuación son tardíos y
comienzan a aparecer en la edad alejandrina.
2. El signo de interrogación (;) es el resto de una , primera letra de la palabra
, "pregunta".
3. El punto en alto ( ) es llamado , miembro, por ejemplo de un período.
4. La (incisum), es propiamente un trozo cortado () e indica que
termina una parte de la frase, más pequeña que cuando se coloca un colon.
21
3
INDICACIONES SOBRE MORFOLOGÍA VERBAL
Lorenzo Mascialino
La multiplicidad de variantes verbales del griego clásico puede
presentar inconvenientes en el momento de la identificación de un caso concreto. En lo que sigue se presenta una serie de consideraciones básicas
que es conveniente tener en cuenta al enfrentarse a una forma verbal dada en un texto, a los efectos de una correcta orientación morfológica. Se trata
primero la conjugación de verbos en -(puntos 1 a 8), luego la conjugación
de verbos en - (punto 9), el caso de los verbos llamados �polirrizos�
(punto 10) y finalmente se hace referencia a las formas asigmáticas de
aoristo (punto 11). 1. La forma en cuestión puede figurar en el diccionario (si es una forma conjugada es preciso inferir la primera persona de singular del modo indicativo; si es un participio, el nominativo singular masculino; si es un infinitivo, es posible que se encuentre como tal). 2. Los diccionarios suelen tratar, además del valor léxico del verbo, los
principales problemas de su morfología. 3. A partir del tratamiento morfológico se puede inferir el enunciado del
verbo, que ofrece un conjunto de formas desde el cual es posible dominar todo el panorama de formas. Ese conjunto de formas (todas primeras personas de singular en modo indicativo) comprende las siguientes:
22
I presente voz activa II futuro voz activa III aoristo voz activa IV perfecto voz activa V perfecto voz medio-pasiva VI aoristo voz pasiva VII futuro voz pasiva
4. Para que el recurrir al enunciado sea eficaz, es preciso tener en cuenta las características propias de cada una de las tres series en que tradicionalmente
se presenta al verbo griego y, dentro de cada serie, la diferencia entre los dos tiempos que la integran (primario y secundario).
Es característica de la primera serie (infectum) el hecho de que el tema de presente se articula con las desinencias por medio de la llamada vocal de unión o temática sin ningún otro elemento significativo.
Característica de la segunda serie es el elemento -- que sigue inmediatamente al tema en todas las formas del futuro y en el aoristo de las voces activa y media (en voz pasiva se encuentra el sufijo --).
La tercera serie (perfectum) está caracterizada por 1) la duplicación
de la consonante inicial o el alargamiento de la vocal inicial; 2) en el perfecto activo una -- sigue inmediatamente al tema; 3) en el perfecto medio-pasivo las desinencias se unen directamente con el tema.
5. El aumento de los llamados �tiempos secundarios� es exclusivo del modo
indicativo. Dicho aumento, cuya presencia remite a un tiempo pretérito,
puede ser silábico o temporal. El aumento silábico se aplica a los verbos que
comienzan por consonante, y está constituido por una que se agrega delante de dicha consonante. Así, el imperfecto de será y su aoristo
23
El aumento temporal, por el contrario, se da en el caso de los verbos que comienzan por vocal, caso en el cual dicha vocal se alarga; por ejemplo , imperfecto ; , imperfecto . El alargamiento de las vocales iniciales se da según el siguiente modelo:
resulta resulta resulta resulta resulta resulta resulta resulta no se altera
El aumento, ya sea silábico o temporal, se coloca siempre delante del
tema del verbo, por lo cual en el caso de los verbos compuestos con preposición, el aumento no se coloca al principio de la forma compuesta
sino, tal como se ha dicho, delante del tema. Por ejemplo, , imperfecto , imperfecto Cuando se trata de un verbo compuesto con prefijo la omicrón final de éste suele hacer contracción con la inicial de las formas de tiempo secundario, p. ej. produce
6. En el caso de los llamados �verbos contractos� debe tenerse en cuenta que
la contracción (no obligatoria) sólo se da en la primera serie. En la segunda y
la tercera series se produce el alargamiento de la vocal final del tema. Dichas contracciones y sus resultados son los siguientes:
24
a) Verbos en - ++++++++
b) Verbos en - + vocal larga ++
desaparece
c) Verbos en - + +
++++++
7. Los verbos con tema terminado en consonantes oclusivas pueden dividirse en tres grupos:
a) Los verbos en labial son aquellos cuyo tema termina en
b) Los verbos en velar son aquellos cuyo tema termina en
c) Los verbos en dental son aquellos cuyo tema termina en
2 La en estos verbos es una conversión de la característica de presente j-iod (ej. j). 3 En realidad el tema de estos verbos termina en . Sumada a la la característica
de presente j se produce la conversión en (jónico) y en (ático).
25
En estos casos debe tenerse en cuenta el siguiente conjunto de fenómenos fonéticos y gráficos: del encuentro de la oclusiva final del tema
con las consonantes y el grupo iniciales de las terminaciones de futuro, aoristo, perfecto y pluscuamperfecto resultan las transformaciones del tipo de las que se producen en la tercera declinación:
labiales + velares + dentales + desaparece la dental labiales + velares + dentales + desaparece la dental labiales + velares + dentales + desaparece la dental labiales + se convierten en velares + se convierten en dentales + se convierten en labiales + se convierten en velares + se convierten en dentales + se convierten en labiales + se convierten en velares + se convierten en dentales + se convierten en
26
Ejemplos: En labial:
En velar:
(j)
En dental:
8. En el caso de los verbos con tema terminado en consonante líquida deben
tenerse en cuenta las siguientes características:
Tema
en
Pte-Impf.
Fut A y M
Aor. A y M
Perf. Act.
Perf. M-P1
I tema puro formas
contractas
asigmático
c/compen-sación
tema puro o modificado
tema act. + desinen-cias
ctes.
II una v sigue a la
�
�
�
III antes de la
�
�
tema puro o modificado
�
IV antes de la
�
�
�
�
27
1 Las desinencias - y - pierden la entre consonantes; la tercera persona plural es perifrástica (participio perfecto en nominativo plural +
). Cabe aclarar que también son perifrásticas las terceras personas (en
perfecto) plurales de los verbos oclusivos. Ejemplos: I.
II. (2do.)
III.
IV.
9. Verbos en -: Los problemas morfológicos relacionados con las
desinencias sólo se presentan en la primera serie. En ella se unen
directamente con el tema. En las 2º y 3º series, dado el correspondiente tema,
se comportan como un verbo en -. Son divisibles en dos grupos: A. radicales o temáticos y B. con refuerzo nasal en presente e imperfecto. A. Radicales o temáticos: El tema, que es igual a la raíz, se une directamente
a las desinencias. Se pueden agrupar, a su vez, en dos tipos:
1. Sin duplicación:
de es-mi, cf.
lat. i.re, cf.
lat. fa.bu.la, cf.
cf.
28
2) Con duplicación en en presente e imperfecto:
(cf. lat. sta.re, si.ste.re) de *jj
Puede notarse en este tipo: la duplicación en cada verbo y el
alargamiento -apofonía de origen antiguo- de la vocal temática en las tres personas del singular activo, claramente
detectable en el indicativo presente. Dada la terminación vocálica del tema, éste se
comporta, a partir de la segunda serie, en general como los contractos respectivos:
futuro aoristo perfecto
/
Se proporciona el enunciado de algunos de los
verbos más frecuentes de este grupo: (impf. )
(impf. )
29
(impf. )
(impf. )
B. Con sufijo nasal en presente e imperfecto
Puede notarse en este grupo: las transformaciones fonéticas que origina el sufijo -- y la aparición del tema puro a partir de la segunda serie, por
ejemplo futuro
Cf. el enunciado del verbo modelo:
(imperf. )
30
10. Los verbos llamados �polirrizos� son aquellos cuyos temas (presente,
futuro, aoristo, etc.) derivan de raíces diferentes. Sus formas de aoristo
suelen responder a las del llamado �aoristo segundo� (cf. punto 11). A continuación aparecen enunciados tres de los verbos de este tipo más usados:
/
11. Frente a los aoristos sigmáticos del tipo -de , vocáli-co-, -de , oclusivo- y -de , líquido-4, existen formas de aoristo asigmático. Entre ellas se cuenta el llamado aoristo
segundo, formado a partir del tema puro del verbo con desinencias de imperfecto. Se comporta, entonces, morfológicamente como un imperfecto
en el modo indicativo y como un presente en los demás modos. Por ejemplo, los aoristos , de ; , de ; , de y los imperativos del tipo , de . Existe además otra forma de aoristo asigmático denominado aoristo tercero. Este grupo se asemeja en su conjugación al aoristo pasivo y tiene, por lo
tanto, desinencias activas. El tema termina en vocal larga, lo que hace innecesaria la vocal de unión. Las desinencias se unen, en consecuencia,
directamente con el tema. Por ejemplo,
4 En este último caso la de aoristo no se manifiesta en la forma resultante pero opera en su formación.
31
(de)(de),(de ), cf. el aoristo pasivo de :La denominación de �atemático� para esta clase de aoristo proviene de la
errónea concepción de asociar el carácter de �temático� con la presencia de
una vocal de unión y, obviamente, ante la ausencia de ésta, se piensa que la
palabra es �atemática�. Los aoristos terceros son en su mayor parte activos.
Los verbos en -, poseen aoristo tercero activo y medio (el activo con -- y alternancia vocálica del singular al plural).
12. Observación final: la orientación, a partir de una forma verbal dada en un
texto debe conducir a la forma que figura en el diccionario. Para lograrlo es necesario �despojar� a la forma dada de los elementos accesorios que
proporcionan las determinaciones de persona y número, de tiempo, de modo, de voz, etc. pues el tema es la base segura para iniciar la búsqueda en el
diccionario.
32
APENDICE MORFOLÓGICO
Cuadro 1: verbo
Cuadro 2: Características morfológicas del Modo Indicativo
Cuadro 3: Verbos en Modelo Voz activa
Cuadro 4: Verbos en Modelo Voz media
Cuadro 5: Verbos en Modelo Voz pasiva
Cuadro 6: Panorama de formas nominales del verbo
33
CUADRO 1: VERBO
Indic. Imper. Subj. Optat. Infin. Partic
Pres.
()
()
()
M
F
N
Im-perf.
Fut.
M
F
N
34
Características morfológicas
VOZ ACTIVA
1ra. Serie:
Lo durativo
1 Presente 2 Imperfecto
(Sin caract.)
2da.
Serie:
Lo puntual
1 Futuro 2 Aoristo
(Caract. ��)
3ra.
Serie: (2)
Repetición/per
-duración de
la acción
1 Perfecto 2 Pluscuamp.
(-)
(Duplic. y ��)
35
del modo Indicativo
VOZ MEDIA
VOZ PASIVA
(Idem)
Idem voz media
(Idem)
(1)
(Duplicación; sin vocal temática)
Idem voz media
36
Notas al cuadro 2:
1. El aoristo pasivo: : tiene desinencia activa y no hay vocal de unión 2. La tercera serie: Está caracterizada por la duplicación. Cf.
�murmullo�, �zig-zag�, �balbucear�, �memoria�, �gárgara�, lat.
gurges, itis (�torbellino�, �masa de agua�) - El perfecto es un resultativo; marca una acción comenzada en el
pasado, cuyas consecuencias perduran en el presente. - Se conserva la duplicación en todo el perfecto y pluscuamperfecto (como �� en la 2da. serie) porque es sustancial al mismo. Nótese que
no es un pasado; no hay aumento: el tiempo pasado de la tercera serie es el pluscuamperfecto: , . - No hay vocal de unión. 3. Problemas de la segunda persona singular en voz media (y pasiva)
por caída de intervocálica Presente: o
Imperfecto:
Futuro medio:
Aoristo medio:
37
4. Terminaciones (desinencia + vocal de unión) de temas primarios
en voz media
Terminaciones (desinencia + vocal de unión) de temas secundarios en
voz media
38
CUADRO 3: VERBOS EN -
Indicativo Imperativo Subjuntivo
Presente
()
()
Imperfecto
()
Futuro
()
Aoristo
()
()
Perfecto
()
()
() Pluscuam- perfecto
39
MODELO - VOZ ACTIVA Optativo Infinitvo Participio
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
Los números en exponente remiten a la lista de formas alternativas que se encuentra a continuación del cuadro 5.
40
CUADRO 4: VERBOS EN -
Indicativo
Imperativo
Subjuntivo
Presente
()
Imperfecto
Futuro
()
Aoristo
Perfecto
Pluscuam- perfecto
41
MODELO - VOZ MEDIA
Optativo Infinitvo Participio
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
42
CUADRO 5: VERBOS EN -
Indicativo Imperativo Subjuntivo Presente
()
Imperfecto
Futuro
()
Aoristo
Perfecto
Pluscuam- perfecto
43
MODELO - VOZ PASIVA Optativo Infinitvo Participio
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
M.
F.
N.
44
Lista de formas alternativas:
El Futuro Perfecto:
Consignamos separadamente las formas del llamado futuro perfecto o con duplicación, un antiguo desiderativo que precisamente por dicha duplicación fue sentido por el griego como una forma de perfecto. Se comporta, en cuanto a su morfología, como un futuro medio duplicado.
Indicativo
Optativo Infinitivo Participio
()
M.
F.
N.
45
CUADRO 6: PANORAMA DE FORMAS NOMINALES
TIEMPO Y VOZ
PARTICIPIO
INFINITIVO
PRESENTE
VOZ ACTIVA
n.
g.
PRESENTE
V.MED./PASIVA
n.
g.
FUTURO
VOZ ACTIVA n
g
FUTURO
VOZ MEDIA n
g
FUTURO
VOZ PASIVA
n
g.
AORISTO
VOZ ACTIVA
n
g.
AORISTO
VOZ MEDIA
n.
g
AORISTO
VOZ PASIVA
n.
g
PERFECTO
VOZ ACTIVA
n
g
PERFECTO
V.MED./PASIVA
n.
g
4
46
LA VOZ (DIÁTHESIS) DEL VERBO
Lorenzo Mascialino
La gramática griega consagró el uso de la noción de diáthesis para la descripción de la voz del verbo. El reconocimiento de sus variantes, sin
embargo, se apoya siempre en un reduccionismo que los estudios contemporáneos han impugnado con razón. En efecto, las
conceptualizaciones gramaticales antiguas, tributarias en gran parte de las vertientes lógico-filosóficas en sus variantes aristotélica y estoica, tienden a
partir de esquemas preconcebidos que aplican dogmáticamente a la sistematización de los fenómenos lingüísticos. Así, la oposición lógica entre
agente y paciente,5 solidaria de teorizaciones en torno de la causalidad,6 hace que se considere a las voces activa y pasiva como principales y que la media reciba esta denominación relativa y defectiva que conservamos.
5 Esta línea de pensamiento se encuentra claramente expresada en los diversos nombres recibidos por las diathéseis. Así, por ejemplo: �La diátesis activa es la que
muestra que se actúa; entre los filósofos se la llama drastiké <�activa�, del verbo
drao> y orthé <recta> (...), metáfora inspirada en los atletas, ya que el vencedor de un combate permanece de pie <orthós>. (...) La diátesis pasiva es la que muestra que
se padece; entre los filósofos se la llama hyptía <caída de espaldas>, metáfora
igualmente inspirada en los atletas, ya que los vencidos se encuentran caídos de
espaldas.� (Comentario de Heliodoro a la Téchne Grammatiké de Dionisio Tracio 401,1) 6 Cf. Por ejemplo, Platón, Gorgias 476b, donde la oposición
es asimilada sin más a la oposición
Cf. También Pl. Sofista 247d-249d, y Aristóteles, De Anima III,4 y 5.
47
Así, las diathéseis que reflejan la enérgeia y el páthos son consideradas originarias, hasta el punto de que un escolio nos acerca la opinión de que �la voz media y el género neutro son inventos de los
gramáticos�.7 Tal juicio sólo puede explicarse como radicalización de la
línea que dio origen a tal cosmovisión.8 Esta creencia se opone a los estudios
modernos de lingüística que proponen que, de forma precisamente inversa a
la expresada por nuestro escoliasta, el género neutro, que surge de la
primitiva división de los nombres en inanimado y animado -de cuya escisión
surgirán femenino y masculino- y la voz media, índice de lo subjetivo frente
a lo objetivo, marcado por la voz activa, se encuentran en el origen de la lengua y no constituyen fenómenos derivados o secundarios. Por otra parte,
la voz pasiva, que integra el núcleo básico de la vieja disciplina, se muestra
como un derivado surgido tardíamente del debilitamiento y transformación
de la voz media. Respecto de las voces activa y pasiva, parece claro que la visión
según la cual la pasiva es la versión inversa de la activa, está lejos de
explotar la complejidad semántica de esta voz que hace decir a Humbert:
�Junto a las dos voces fundamentales, la pasiva tiene un lugar secundario de una formación relativamente reciente, que no ha podido caracterizarse
netamente en sus formas propias, ni fijar usos perfectamente definidos.�9 Tampoco la voz activa es explicada por completo como la que expresa la actividad o la acción,
10 un modelo sin duda surgido de la consideración de
enunciados transitivos, ya que también comprende usos -por ejemplo la referencia a estados- que difícilmente confluyen en la caracterización típica.
7 Escolio marciano a la Téchne grammatiké de D.T. 362,36. 8 No debe extrañar esta comparación de la voz del verbo con el género del nombre;
en efecto, tal paralelismo, habitual en las sistematizaciones tradicionales, tiene su expresión canónica en la denominación latina de las diathéseis: genera verbi. 9 J. Humbert, Syntaxe grecque, Paris, Klincksieck, 1960, p. 109. 10 Cf. Por ejemplo la compleja condición de los verba patiendi dentro de la diátesis
activa, por ejemplo etc. y de modo paradigmático,
48
El mayor problema, sin embargo, reposa en la voz media, un fenómento que
nuestras lenguas actuales no conservan de manera sistemática. En efecto, en lenguas como el castellano, en las que no se dispone de formas propias para la expresión de la diátesis media, encontramos recursos
para hacerla manifiesta. Así por ejemplo, variadas perífrasis de las cuales
pueden darse algunos ejemplos. lavar v. activa: 1. El peón lavó el patio. v. media: 2. El peón se lavó cuidadosamente.
v. media: 3. El peón se lavó cuidadosamente la
(su) ropa.
v. pasiva: 4. La ropa fue lavada cuidadosamente. En la voz media, el sujeto ejerce, desarrolla una acción sobre sí
mismo (2) o en interés propio (3).
dar v. activa: 1. Le doy los libros al bibliotecario. v. media: 2. Me doy cuenta.
v. media: 3. Me doy la gran vida.
v. pasiva: 4. Al ministro le fueron dadas las gracias por los servicios prestados.
volver v. activa: 1. Volvió la cabeza. v. activa: 2. Volvió las páginas. v. media: 3. Volvió en sí.
v. media: 4. Volvió a la una.
v. media: 5. Se volvió para su casa. v. pasiva: 6. El libro fue vuelto al estante.
49
poner v. activa: 1. Puse las cosas en orden. v. media: 2. Puse mis cosas en orden.
v. media: 3. Me puse las (mis) cosas en orden.
v. media: 4. Me puse derecho.
v. pasiva: 5. Fui puesto en posesión del cargo. Ejemplos elocuentes de diátesis media son también expresiones de este
tenor: ¿Te viste La pantera rosa? Lo primero que me leo es el editorial político. ¿Te fuiste? No, me fueron.
La voz media expresa que la acción-situación posee para el sujeto una significación personal y especial, que el sujeto está interesado y pone
toda su capacidad en la realización de la acción, que la acción entra en su
esfera de interés, que la acción o sus efectos recaen y se revierten sobre el
sujeto directa o indirectamente. �La voz media está marcada frente a la
activa en cuanto a la participación del sujeto en la acción verbal. En la voz
media, el sujeto aparece (se siente) implicado en la acción verbal, es
alcanzado por ella o por sus efectos. Esta oposición ha sido denominada de varios modos: disposición subjetiva frente a la objetiva de la activa; diátesis
interna frente a la externa; voz caracterizada por la polarización energética,
ya directa, ya indirecta, del predicado en el sujeto.�11 Que la voz media es la voz �subjetiva� quiere decir que el sujeto y la acción están inextricablemente
unidos. La voz media resalta la relación íntima, intrínseca, existencial de la
acción con su sujeto. El sujeto que efectúa la acción es a la vez afectado por
ésta indefectiblemente; esto es lo que marca el morfema medio. En la diátesis media el sujeto está comprometido, interesado, involucrado en la
11 García Gual, C. El sistema diatético en el verbo griego, Madrid, CSIC, 1970. p. 11.
50
situación señalada por, y en, el predicado; con mucha frecuencia, sujeto y
objeto (directo o indirecto) son la misma persona existencial. En la voz activa predomina la acción; en la voz media, el actor o
agente; en la voz activa resalta lo objetivo; en la voz media, lo subjetivo. Esto aclara por qué hay verbos que tienen sólo voz media: la carga de
significación subjetiva, la participación del sujeto en la actividad o situación
es tan prevalente que hace exclusivas, vuelve inevitables, las formas medias del verbo; he aquí unos pocos verbos, entre muchísimos, que sólo tienen voz
media: sentir, defender, querer, (latín: nascor) nacer, recibir, seguir (latín: sequor), y (latín: precor) rogar, yacer, (latín: proelior) luchar, (latín: opinor) opinar, volar.
Podría entonces sintetizarse del siguiente modo las diversas funciones de la voz media: 1. Expresa acción refleja: a) directa: el sujeto y el objeto directo del verbo son la misma persona existencial:
lavarse; voz activa lavar prepararse; voz activa preparar mostrarse, aparecer; voz activa mostrar adornarse; voz activa adornar calmarse, cesar; voz activa calmar, hacer cesar coronarse; voz activa coronar alejarse, abstenerse; voz activa alejar, apartar volverse; voz activa volver, apartar temer; voz activa atemorizar
51
b) indirecta: el sujeto realiza la acción en interés
propio; el sujeto es a la vez el objeto indirecto del verbo: elegir, tomar para sí; v.a. tomar vengarse; v.a. socorrer, ayudar llevarse; v.a. llevar rechazar de sí, vengarse; v.a. apartar, alejar pensar; v.a. decir aconsejarse, pedir consejo; v.a. aconsejar
2. Tiene carácter dinámico: el sujeto pone en la actividad especial energía,
interés, recursos propios; contribuye decisivamente a la realización de una
acción: observar; reflexionar, examinar juntar; contribuir con lo propio, aportar algo de sí
expiar; vengarse preparar una cacería; cazar provocar una guerra; guerrear enterrar; enterrar a un ser querido hago la paz: puede decir el embajador, el negociador de la paz; pero hago la paz: dice el pueblo, el estado que desea y decreta la paz. escribir; acusar por escrito, denunciar hacer libación; concertar una tregua, pactar estar en guardia, observar; estar en guardia, prevenido
52
procurar; procurarse por sus propios medios
3. Tiene valor causativo: el sujeto no realiza la acción, sino que la
hace realizar o permite que sea realizada en su interés: hacer, realizar; mandarse hacer sacrifica -realiza un sacrificio- el sacerdote; pero sacrifica -encarga o manda hacer un sacrificio- el arconte, la ciudad enseñar; hacer enseñar
( el padre hace instruir a su hijo)
Excepto para el caso de la segunda serie, donde futuro y aoristo
tienen formas medias distintas de las pasivas, podría sistematizarse el
funcionamiento de la voz media con el siguiente esquema:
ACTIVA Objetiva Sintác- Morfoló- Dinámicas ticamente gicamente MEDIA Subjetiva iguales iguales PASIVA Estática
53
Jean Humbert, Syntaxe grecque, Paris, Klincksieck, 1960, chapitre V
"Les voix", parágrafos 158 y 165-169.
158. Las dificultades que debieron afrontar los gramáticos
griegos para definir lo que llamaron diathéseis aparecen claramente en las denominaciones que propusieron. Así, según Dionisio Tracio, hay que
distinguir tres diathéseis: enérgeia, páthos y mesótes. La primera implica actividad (nuestra activa); la segunda, un estado (nuestra pasiva); en cuanto a la tercera, susceptible de expresar una actividad y un estado a la vez, la llamaron mixta o intermedia, algo que nuestra denominación "media", calcada del latín, reproduce bastante mal. Si tomamos los ejemplos
proporcionados por Dionisio Tracio, indica la acción de golpear,
el hecho de padecer esa acción; por el contrario, "estoy perdido", que pertenece a la media, o "hice inscribir para mí", expresan el uno un estado y el otro una acción
(matizada, además, por un particular valor subjetivo). En realidad, equivocados por la importancia lógica de la oposición agente-paciente, los gramáticos antiguos han considerado como esencial la distinción entre activa
y pasiva; en consecuencia, dejaron a la voz media en una situación
secundaria y equívoca. Ahora bien, si se considera a la vez el desarrollo de las voces en las lenguas indoeuropeas y su historia en el mismo griego, se comprueba que sólo hay dos voces fundamentales: la activa y la media; la
pasiva se ha constituido lentamente a expensas de la media, de la que ha tomado la mayoría de las formas y con la que ha quedado fuertemente
comprometida. Según la aguda expresión de Wackernagel, "en lugar de
considerar la pasiva como el complemento natural de la activa, deberíamos,
en realidad, asombrarnos de su existencia". La pasiva es un lujo que la lengua podría no haberse dado, mientras que activa y media tienen como
base la oposición entre lo objetivo y lo subjetivo, cuya importancia es capital en el sistema verbal griego.
54
165. Los gramáticos indios habían creado, para designar la activa y la media, dos felices denominaciones que Wackernagel nos recuerda (Vorl. I p. 124): parasmaipadam "palabra para otro", y atmanepadam
"palabra para sí mismo". De hecho, con excepción de algunos ejemplos de
media "dinámica", se puede conservar esta doble definición en todos los
casos en que un mismo verbo opone formación media a formación activa.
Frente a la correspondiente activa, la media expresa que la acción cumplida
posee, a los ojos del sujeto, una significación personal. Se entiende por ello que la acción se relaciona sea con el sujeto mismo, sea con lo que constituye su esfera propia. De ello resulta que la media podrá dar cuenta no solamente
del éxito de la voluntad que se impone, sino también de las derrotas
experimentadas cuando ella se inclina ante una voluntad más fuerte. Esta
definición subjetiva de la voz media quita toda razón de ser a una distinción,
corriente pero poco feliz, que opone una media directa (o refleja) a una media indirecta. Se ha visto ya que la media nunca presenta un valor propiamente reflejo: es un error traducir por "me baño" frente a
"baño"; no significa otra cosa que "cumplo la acción de
bañar en relación conmigo", de ahí la importante serie de verbos empleados
en voz media para indicar los cuidados que se dan al cuerpo propio. La gramática tradicional confiesa que esos usos de "refleja" no son los más
frecuentes, pero precisamente porque advierte en ellos el valor fundamental de la media y porque, por otra parte, no tiene un sentido suficientemente agudo de la autonomía de las voces, recurre con frecuencia a verdaderos
artificios para extraer, gracias a la comodidad de la media directa, el sentido de la forma media a partir de la activa. Veamos un ejemplo de ese error: como la raíz indoeuropea *geus indica la idea de "gustar" "obtener gusto de..." (cf. skrt. jusáte, lat. gustat), la media no significa otra cosa que "gustar por cuenta propia, degustar". En cambio, la de la activa se ha afirmado con un valor causativo: significa entonces "hacer gustar". Ahora bien, según Riemann-Cucuel (Synt. p. 99), se parte de la activa "hacer gustar"; inmediatamente se da a la media el valor "reflejo" que se agrega a la activa "hacerse gustar", y se llega a la siguiente ecuación:
55
"hacerse gustar", es decir "gustar". 166. En muchos casos, el interés personal que se agrega a la
acción no modifica de manera sensible el significado del verbo en relación
con la activa: si traducimos, por ejemplo, por "desenganchar uno su propio caballo" traducimos de manera adecuada la voz media. Normalmente se tiende a considerar la media como "poner en el agua el barco propio", frente a "poner en el agua el barco" o "un barco". Pero el matiz subjetivo puede ser más
sutil. ¿Por qué Agamenón, cuando propone botar una embarcación para
ofrecer a Crises una reparación dice , mientras que cuando propone aprovechar la noche para poner toda la flota en posición
de zarpada emplea la media ? Lógicamente, la embarcación destinada a Crises y la flota entera forman
parte de las naves de que él dispone, pero en el primer caso enviará una nave
cualquiera, mientras que en el segundo se preocupa personalmente por su fuerza naval.
167. Pero no siempre es cuestión de matices. Con algunos
verbos, la media toma (y mantiene) significados particulares que, aunque se justifican fácilmente a partir del sentido primitivo del verbo, pueden diferir
en mucho de la activa correspondiente. Nunca se emplea de manera indiferente y ; mientras la primera frase indica una legislación impuesta a un pueblo, la segunda sólo puede referir a
las leyes que un pueblo libre se da a sí mismo; así por ejemplo, en Jenofonte,
Mem. 4, 4, 19
"¿Podrías decir, dijo, que los hombres se dieron las leyes no escritas? (...) - Yo pienso, dijo, que los dioses dieron esas leyes a los hombres." Tampoco son intercambiables los usos de , que puede aplicarse solamente a un pueblo que hace la paz en nombre de la
56
comunidad, es decir en nombre porpio, y , que sólo podría
referir al embajador que es el negociador de la paz. Por otra parte, es bien conocido el valor propio de con genitivo de precio (): como una evaluación figurada sólo puede ser
subjetiva, no existe un giro correspondiente en voz activa. A veces el valor subjetivo de la media conduce a desarrollos de sentidos imprevistos; el verbo (construido sobre Fcf. latín uereor) expresa una vigilancia que se manifiesta sea para defender a quien es atacado, sea para vengar a quien ha sido abatido: es defender y vengar; la voz media indica o bien que alguien vela por su propio honor defendiéndose o vengándose, o bien que alguien hace suya la causa de otro, de donde un segundo significado de "castigar" que se enlaza con el activo.
168. En ocasiones sucede que el interés personal que se le da a
la acción le proporciona a ésta un matiz "determinado": frente a "encontrar", significa frecuentemente "llegar a encontrar". Pero una derrota no es menos personal que una victoria, si bien hay éxitos
que uno acredita en su favor, también hay condiciones que hay que asumir
como propias. Puede advertirse hasta qué punto esta segunda posibilidad ha
podido contribuir al desarrollo de la pasiva a partir de las formas medias. De hecho, si la lengua no permitiera afirmar, por ejemplo en el aoristo, que sólo
puede tratarse de una voz media, podría pensarse en una auténtica pasiva -que es lo que ha permitido hablar de una media/pasiva-; en Ilíada IV 115 podría traducirse como si el texto trajera
"antes que Menelao fuese alcanzado"; sin embargo, la media sería
traducida con más precisión con la traducción siguiente: "antes que Menelao
se hiciese herir". A este valor particular deben algunos verbos medios el significado propio que los opone al activo: significa "tomar mujer, casarse" (hablando del hombre), (hablando de la mujer) quiere decir con propiedad "dejarse tomar por esposa". Igualmente "contratar los servicios de alguien" y "dejarse contratar,
conchabarse", o "dar dinero para un préstamo, concertar un
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préstamo", y "hacerse dar dinero en préstamo, obtener un préstamo" o "dar enseñanza" y "recibir enseñanza"
etc. 169. Se ha visto ya que la , común a la activa y a la
media, era susceptible de ser particularmente fuerte y otorgar a algunos verbos un valor causativo, reforzado por el interés personal que la media,
por sí misma, ya expresa. Basta con citar a Heródoto I 31
"Los argivos, después de haber hecho hacer sus estatuas, las consagraron en Delfos"; o Platón, Menón 93d "Temístocles hizo dar a su hijo Cleofanto la educación de un perfecto
caballero". La noción de se manifiesta igualmente, pero de otra forma, en ejemplos de la llamada media "dinámica"; se trata de un valor en el que la voz media resulta más expresiva, más fuerte que la activa, sin que la idea de interés personal sea netamente sentida. En Homero hay dobletes
como , que son usados sin diferencia apreciable de sentido: constituyen para el poeta parejas muy cómodas. No obstante es posible apreciar algunos escasos
intentos de diferenciación: en la pareja "ver", la media parece haber sido usada sobre todo para expresar lo figurado ( "prever", "sospechar"); en "ser ciudadano", quiere decir "participar en la vida política del país".
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LENGUA Y CULTURA GRIEGAS
Cátedra Juliá - Castello
Materiales para el estudio
del griego clásico
Compilación de
Claudia Mársico
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Índice
Prólogo ................................................................................................ 1 1. Introducción al estudio de la lengua griega ......................................3 Victoria Juliá
2. Grafías y signos diacríticos ............................................................. 13 Extracto de Gramática griega,
de L. A. Castello, L. Pinkler y A. Vigo
3. Indicaciones sobre morfología verbal ............................................. 21 Lorenzo Mascialino
Apéndice morfológico: .......................................................... 32 Cuadro 1: Verbo ............................................................. 33 Cuadro 2: Morfología del modo indicativo............................ 34 Cuadro 3: Verbos en -. Voz activa....................................... 38 Cuadro 4: Verbos en -. Voz media....................................... 40 Cuadro 5: Verbos en -. Voz pasiva....................................... 42 Formas alternativas. Futuro perfecto...................................... 44 Cuadro 6: Panorama de formas nominales.............................. 45
4. La voz (diáthesis) del verbo ............................................................ 46 Lorenzo Mascialino
Apéndice: J. Humbert, Syntaxe grecque, Paris, Klincksieck, 1960, c. V �Les voix�, § 158 y 165�169. ............................... 53