Contra el complot del silencio. La condición humana y las muertas de Cd. Juárez
Leonel Flores Vega*
Proemio
La edad moderna, no es lo mismo que el mundo moderno, no discuto este mundo
moderno, me limito al análisis de esas generales capacidades humanas que surgen de la
condición del hombre y que irremediablemente no pueden perderse mientras no sea
cambiada la condición humana. Por otro lado, es menester llegar a una comprensión de la
naturaleza de la sociedad, la cual pareciera que nos esta venciendo el advenimiento de una
nueva y aun desconocida etapa de nuestra existencia por muchos factores, los cuales el
hombre aun no logra controlar y darle una dirección que conlleve hacia la paz y la justicia
social.
En este sentido, desvió la perspectiva de análisis a uno de los temas que en la
actualidad agobian a la sociedad mexicana, pues causan y seguirán causando polémica y
esto ya ha rebasado nuestras fronteras llegando a organizaciones internacionales, en efecto,
me refiero a la realidad actual “las muertas de Juárez o Feminicidio”
La condición humana
En la actualidad, es necesario que nos demos cuenta de la magnitud de esta
discrepancia, pues está evolucionando y crece continuamente, por ende, se debe buscar la
exigencia de justicia, pero sobre todo hacer grandes esfuerzos por evitar un complot de
silencio, ya que es el discurso dominante en la mayoría de los afectados, porque ello
conlleva y fortalece la impunidad, por la cual nuestro país se ha caracterizado en los
últimos años.
Como parte de esta sociedad, se deben utilizar los recursos más viables para que
esta discrepancia se lleve por un camino legal y legitimo, me estoy refiriendo a la acción
* Estudiante de Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.
colectiva, a la cual se han unido madres de familia de las victimas del feminicidio, derechos
humanistas, académicos y por supuesto la sociedad civil. La lucha debe de ser en varios
frentes: en lo político, para no ser rehenes de los discursos de los partidos políticos y de la
retórica intransigente del gobierno; en lo social, contra todas aquellas voces que tratan de
minimizar estos acontecimientos pues los consideran denigrantes para la imagen de la
ciudad, como si estas personas hayan sido las culpables; y en lo jurídico contra un sistema
donde la impunidad ha reinado por funcionarios corruptos e ineficaces, aunado a ello, nos
damos cuenta de la vulnerabilidad de nuestras leyes al tener cada una de ellas un amparo no
permitiendo que los criminales se enfrenten a sus transgresiones. (La Jornada, junio 2004).
En este sentido, son muchos los aspectos que, a nuestro juicio, han quedado ajenos y
alejados del debate en torno a este problema y por tanto, es necesario hacerlos visibles a fin
de entender la dinámica y estructura de un tema particularmente complejo como son los
feminicidios en Ciudad Juárez.
Así, en el antiguo Paso del Norte, los crímenes contra mujeres comenzaron a
registrarse a partir de 1993 y hasta la fecha no hay datos precisos sobre el número de
víctimas. Cada dependencia, cada organización de la sociedad civil e incluso cada
administración que ha gobernado en Chihuahua, nos ofrecen cifras distintas sobre este
problema. Lo mismo sucede con el gobierno federal y los organismos internacionales que
se han ocupado del caso. Hasta el momento, el debate sobre los crímenes contra mujeres, en
Ciudad Juárez ha estado centrado en varias dimensiones, pero particularmente en tres
aspectos según el periódico (El Universal, 2003:11):
a. El papel de los medios de comunicación
b. La imagen de la ciudad y el presunto alejamiento de las inversiones, y
c. La polarización creciente de la sociedad,
Sin embargo, escasamente lo podemos encontrar en otros ámbitos como el
académico en donde se hacen esfuerzos, pero no se tienen proyectos de investigación
sólidos en las distintas instituciones de educación superior o centros de investigación que
existen en nuestro país y que sin lugar a dudas es uno de los caminos más amplios del cual
se le puede abstraer información que coadyuve para llegar al meollo de dicha contrariedad.
Por ejemplo, en el Colegio de la Frontera Norte de Ciudad Juárez, sólo se tiene una
investigadora especializada en el tema. En la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, se
cuenta con otro par de investigadores que han abordado el tema, pero que su área de estudio
y especialización se inscribe dentro de los estudios de género (La jornada, 2002:6). En esta
misma universidad, en la Licenciatura de Sociología se cuenta con una materia de Estudios
de Género y anteriormente funcionaba un Centro de Estudios de Género. Esfuerzos loables,
pero insuficientes.
Por lo que respecta al resto de las instituciones, ni la Universidad Autónoma de
Chihuahua, ni el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad Juárez, ni el Tecnológico de
Ciudad Juárez, ni las universidades privadas cuentan con proyectos o líneas de
investigación que aborden este tema. Esta situación es particularmente grave, si tomamos
en cuenta que es desde las Universidades donde se genera el conocimiento y se trasciende
de la simple opinión al análisis científico y riguroso que ayuden a entender y solucionar
problemas.
En este tenor, consideramos que dada la polarización que experimenta la sociedad
juarense respecto a este problema, es el momento que desde la academia se aporten
interpretaciones y explicaciones novedosas que ayuden no sólo a comprender el fenómeno,
sino también para encontrar soluciones. Sin lugar a duda, la acción colectiva de las
Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que se pronuncian en contra de los asesinatos
y desapariciones de mujeres y a favor de un alto a la impunidad de que gozan actualmente
estos crímenes. No se analizará como un movimiento social pues atendiendo a la teoría,
según la escuela de Chicago no toda acción colectiva es un movimiento social, pues los
movimientos sociales son formas de acción colectiva con características propias; están
ligados a procesos de cambio en las relaciones y en la cultura. El surgimiento de los
movimientos sociales se relaciona con cambios estructurales (Park) o con la crisis de un
orden (Blumer, Turner). En este sentido, los movimientos sociales se consideran respuestas
a cambio de tipo societal; aun cuando el origen de los movimientos sociales se encuentran
en procesos estructurales, su desarrollo se produce en la vida cotidiana; los movimientos
sociales presentan una propuesta de un nuevo orden, y en este sentido se conciben como
productores de cultura, de nuevas relaciones sociales. (Tarrés, M. L., 1992:740).
Se debe entender como acción colectiva, un comportamiento que no está totalmente
controlado por las normas ni por las relaciones que definen el orden social (Turner, 1964) y
en este sentido se trataría de actividades que dan origen a nuevas normas y valores que se
expresan en cambios subterráneos a los cuales la gente responde creando nuevas
perspectivas nuevas líneas de acción y nuevas instituciones (Broom y Selznick, 1958). Es
decir, que la acción colectiva solo busca los cambios de la cotidianidad mientras que los
movimientos sociales buscan cambios en las relaciones sociales. En efecto, las
Organizaciones No Gubernamentales no son un movimiento social, pues lo que buscan es
solo parar este fenómeno de asesinatos.
Es menester, plantear los aspectos políticos y sociales de las ONG`s, es decir, como
se han ido desarrollando organizacional mente de acuerdo a sus objetivos y a la actitud del
Estado respecto a las peticiones que han planteado, así como las mediadas que se han
tomado sobre los feminicidios en Ciudad Juárez.
Existen muchas organizaciones, como “Nuestras hijas de regreso a casa”, “Ni una
más”, “Las queremos vivas” etc. Todas estas tienen características similares. Trataremos de
resaltar solo las similitudes. Como primer punto las ONG´s son asociaciones civiles
fundadas por familiares y amistades de jóvenes desaparecidas o asesinadas en el Estado de
Chihuahua, que enfrentan esta situación de la pérdida de sus hijas adoptando una actitud
activa que les permite salir de la impotencia al denunciar los hechos y exigir a las
autoridades para que respondan a sus demandas de justicia.
Estas organizaciones surgen, cuando esta terrible experiencia de asesinatos y
desapariciones de mujeres. Los asesinatos comenzaron desde 1993 o tal vez desde antes,
pero fue hasta el 15 de mayo de 1998 cuando se emitió la primera recomendación tanto
nacional como internacional emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a
cargo de Mireille Rocatti y hasta el momento no se ha procedido en contra de los
funcionarios acusados en este informe. (Proceso, 2000: 34).
Se extiende a la ciudad de Chihuahua, donde las muertes y desapariciones de
mujeres y niñas aumentan constantemente. Las ONG´s son integradas por personas derecho
humanistas, profesionistas, artistas, académicas, psicólogas, etc. Tanto de origen nacional
como internacional. (Proceso, 2002:21).
Los objetivos de las organizaciones son:
Acompañar y orientar a las familias cuyas hijas han desaparecido. Reclamar la justicia jurídica y social para las familias afectadas, a través de
diferentes acciones.
Promover programas de rehabilitación ocupacional para atender la salud física y afectiva de integrantes de las familias que lo soliciten.
Impulsar la modificación, elaboración y revisión de artículos de la ley contenidos en el Código Penal del Estado de Chihuahua que permiten estos y otros hechos violentos.
Informar oportunamente a la comunidad nacional e internacional acerca de los asesinatos, desapariciones y violaciones a los derechos humanos de mujeres en el Estado de Chihuahua.
Promover entre ciudadanos y ciudadanas de cualquier país, organismos internacionales, los gobiernos y las ONG´s, que se pronuncien en contra de los asesinatos y desapariciones de mujeres y a favor de un alto a la impunidad de que gozan actualmente estos crímenes.
Demandar que desde la comunidad nacional e internacional se obligue a las autoridades locales, estatales y federales de México, a que destinen las personas y los recursos materiales necesarios para la búsqueda de la solución a esta problemática.
Difundir pronunciamientos, informes y diagnósticos que organizaciones
Con todo lo anterior surgen demasiadas preguntas: ¿Cuál es el perfil de estos
asesinatos en serie, cuáles son sus patrones de exterminio? ¿Por qué ha sido tan lenta y tan
insuficiente todavía la reacción nacional sobre lo de Ciudad Juárez? ¿Que se ha hecho
desde 1993 a la fecha? ¿Dónde esta el aparato de justicia? ¿Qué ha pasado con las
peticiones de las ONG´s? Atendiendo a esta última pregunta, en cuanto a lo jurídico, son
innumerables los pronunciamientos que se han hecho desde las más diversas tribunas, y
paradójicamente, con muy poco éxito. En ese sentido han operado con mayor éxito los
“tribunales populares de la opinión pública” que los tribunales jurídicamente reconocidos
por las leyes de nuestro país, porque es en aquellos donde por lo menos la ciudadanía
condena a quienes considera son responsables de que no se haga justicia.
De esta recomendación a la fecha se han sucedido una serie de informes y
recomendaciones de organismos como la ONU, Amnistía Internacional, la misma Comisión
Nacional de Derechos Humanos y hasta la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, pero, es la hora en que todavía esperan justicia. (La jornada, 2003:19).
En síntesis, lo que los organismos nacionales e internacionales han exigido van en
cuatro direcciones:
1. Condenar e investigar los crímenes y desapariciones contra mujeres. 2. Sancionar a los responsables con todas las garantías del debido proceso. 3. Brindar reparación del daño y apoyo a las víctimas y a sus familiares y, 4. Prevenir la violencia contra la mujer.
Pero, ninguna se ha podido cumplir por múltiples razones, ya sea por legalismos
jurídicos, por presiones políticas y sociales o simplemente por falta de voluntad política.
¿Cuánto tiempo más tendrán que esperar? En este sentido, hay muchas propuestas como el
“Plan Alternativo para esclarecer el feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua”, diseñado
desde el ámbito de la academia particularmente desde los programas Interdisciplinarios de
Estudios de la Mujer del Colegio de México y del Universitario de Estudios de Género de
la UNAM (Metapolítica, 2003:77), y que puede resumirse fundamentalmente en tres
exigencias: “justicia, reparación del daño y encontrar la verdad histórica sobre este caso”.
Lamentablemente, fuera de estos organismos o instituciones académicas, en el
ámbito local no existe ninguna recomendación o análisis de la situación que dé pauta al
estudio, entendimiento o esclarecimiento de este fenómeno social que afecta desde hace ya
11 años a Ciudad Juárez. La Comisión Estatal de Derechos Humanos, como ya dijimos, se
encuentra ausente de este debate al igual que nuestras universidades o centros de
investigación, por tanto, la discusión ha sido ocupada por los medios de comunicación o el
“Instituto Chihuahuense de la Mujer, cuyo papel, por lo menos en su primera etapa de vida,
lejos de ser una solución vino a significar la institucionalización de la acción colectiva que
emerge vigorosamente de la sociedad civil juarense”. (Milenio, 2003:33)
El llamado Instituto Chihuahuense de la Mujer (ICHIMU) copta el movimiento,
asume el discurso y durante la gestión de la licenciada Victoria Caraveo Vallina, pretendió
convertirse en otra “Organización no gubernamental” pero desde el ámbito del gobierno.
(Proceso, 2003:19). La consecuencia de estos actos es la polarización de las Organizaciones
No Gubernamentales y la institucionalización de la lucha.
En este contexto, uno de los efectos más visibles, pero a la vez más incomprensibles
de los feminicidios en Ciudad Juárez es la “polarización de la sociedad”. Lamentablemente
la sociedad juarense ha decidido tomar distancia sobre este tema involucrándose en este
“complot del silencio”, como una forma de in visibilizar el problema. Así, en un intento por
mantener tranquilas sus conciencias, simplemente conceptualiza el problema de otra
manera. “De esta manera, en Ciudad Juárez no se habla de asesinatos contra mujeres sino
de homicidios de mujeres, como si esto fuera una atenuante”. (Milenio, 2003:38).
Otro de los efectos visibles, es la disputa del tema en las llamadas industrias
culturales, particularmente en los medios de comunicación impresos tanto locales como
nacionales que incluso han sido motivo de demandas penales tanto en México como en
Estados Unidos, sin embargo vemos que todas estos problemas se ven enaltecidos cuando
la sociedad mexicana se informa únicamente con la televisión y lamentablemente la
televisión solo da a conocer las noticias en un tres por ciento en relación con las que
muestran los periódicos de circulación nacional, esto si que es paradójico. (En este
contexto, es evidente que la libre expresión se ve socavada y debilitada, en contraste con la
insistencia de nuestro presidente, el cual planteaba el triunfo en este aspecto).
En Ciudad Juárez se tienen tres medios de comunicación escrita, de los cuales dos
son matutinos: El Diario y Norte de Ciudad Juárez y uno vespertino: El Mexicano. Cuenta
también con tres canales de televisión: 44, 5 y 56 y decenas de estaciones de radio, quienes
han abordado el tema de los asesinatos contra mujeres desde las más diversas formas y que
incluso han llevado a los medios a definirse sobre este tema. (Proceso, 2001:71).
El periódico El Diario ha marcado una distancia respecto de este problema y cuando
lo aborda lo hace desde el discurso dominante de los grupos de poder de la ciudad, pese a
que fue este medio uno de los primeros, sino es que el primero en documentar los crímenes
que comenzaban a ocurrir en la ciudad. Esto es, adopta el discurso de las élites económicas
y gubernamentales y trata de minimizar el de los familiares.
Así pues, el discurso dominante en la opinión pública de Ciudad Juárez, es el de los
grandes empresarios y sus voceros agrupados en los organismos empresariales: Canaco,
Canacintra, Centro Empresarial, gente ligada al sector turismo, todos ellos apoyados en los
hechos, por el principal periódico de la ciudad: El Diario de Ciudad Juárez, cuyo dueño
Osvaldo Rodríguez Borunda, es un fiel convencido de que el tema de las mujeres muertas
son exageraciones y que el problema ya no existe. (Proceso, 2003:15).
Y dadas estas circunstancias, las organizaciones que luchan porque se haga justicia
en el caso de las mujeres asesinadas, aisladas, excluidas. En ese sentido, podemos entender
porqué la ciudadanía oculta su apoyo a esta causa. No quieren ser parte de esta minoría
excluida. Es pues, el miedo al aislamiento la fuerza que pone en marcha el silencio en
Ciudad Juárez.
Un aspecto muy importante es la cuestión en términos de materia política. En todo
este tiempo en que han ocurrido crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez, han pasado tres
gobernadores: Fernando Baeza del PRI, Francisco Barrio del PAN y Patricio Martínez del
PRI y 12 presidentes municipales: Jaime Bermúdez, Alfredo Urías, Jesús Macías Delgado y
Carlos Ponce Torres del PRI; así como los panitas Francisco Villarreal, Ramón Galindo,
Enrique Flores Almeida, Gustavo Elizondo, Jesús Alfredo Delgado y Ricardo Álvarez y los
priístas Héctor Murguía, actual alcalde y un año del Consejo Municipal con José Reyes
Ferriz y ninguno ha dado muestras de interesarse realmente por el problema. (La jornada,
2005:13).
Las Organizaciones No Gubernamentales están inconformes pues, en este
argumento, el actual gobernador, también del PRI, José Reyes Baeza, ha incumplido sus
promesas de campaña, pues una vez que asumió el poder decidió trasladar la sede del
Instituto Chihuahuense de la Mujer a la ciudad de Chihuahua, olvidando su palabra de no
hacerlo. Respecto a las causas políticas, podemos afirmar que esta vertiente prácticamente
permanece inexplorada. No se cuenta con estudios que hayan profundizado en los
esquemas de seguridad para las mujeres que se siguen durante la alternancia política que se
ha vivido en el estado. Las ONG’s bosquejan algunos incipientes elementos que están muy
lejos de constituirse en políticas públicas, entre ellos tenemos:
La alternancia política en Juárez, no ha redundado en bajos niveles de inseguridad, por el contrario los principales problemas se han agravado: narcotráfico, crímenes y robos.
Ni PRI, ni PAN han visualizado los crímenes contra mujeres bajo un esquema de prioridad y no han diseñado planes y programas a corto, mediano y largo plazo que atiendan esta problemática.
La alternancia política en Juárez ha producido esquemas de confrontación con el gobierno estatal, que ha impedido llegar a acuerdos para trabajar de manera conjunto en este problema.
Como se puede ver, el tema de los crímenes contra mujeres sólo se ha asumido en el discurso, en la retórica de los gobernantes, pero es claro que la política como un medio para dirimir conflictos y ofrecer soluciones a la problemática de una sociedad tan compleja como la juarense, simplemente no ha funcionando.
Finalmente los aspectos sociales y políticos de este tema, se concatenan con el aspecto jurídico, básicamente en tres dimensiones que ha nuestro juicio son:
Los niveles de competencia para atacar este problema. Leyes obsoletas; y Ausencia de la llamada cultura de la legalidad que favorece la impunidad.
Respecto a los crímenes contra mujeres, han pasado de ser un problema policiaco a
uno político-social, pero principalmente de derechos humanos. Para atender este problema
en materia de seguridad pública en Juárez, es impresionante la lista de dependencias que se
encuentran involucradas, pero ninguna a nivel municipal y todas ellas con escasos
resultados. Así, a nivel federal, se cuenta con una Comisión para Prevenir y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez dependiente de la Secretaría de
Gobernación; una fiscalía especial a cargo de la PGR. Interviene también la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y las respectivas Comisiones tanto de la Cámara de
Diputados, como de la de Senadores. A nivel estatal, se cuenta con una comisión por parte
de la Cámara de Diputados, un Instituto Chihuahuense de la Mujer, una Fiscalía Mixta, una
Fiscalía Especial, pero los crímenes y los abusos contra mujeres siguen ocurriendo.
(Metapolítica, 2003:56).
Dentro de estos esquemas de combate contra la inseguridad pública y evitar que
sigan ocurriendo crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez, recién se ha modificado el
andamiaje jurídico. En la procuraduría, ahora es el Congreso quien designa a su titular,
desapareció la Policía Judicial del Estado y se creó la Agencia Estatal de Investigaciones,
en su función de policía ministerial. También se creó la Secretaría de Seguridad Pública a
nivel Estatal y una a nivel Municipal. Adicionalmente se cuenta con un Instituto Municipal
de Seguridad Pública y dos Academias de Policía, una en Chihuahua y otra en Juárez, en
donde se preparan policías al vapor. (EL Universal, 2004:23).
De acuerdo a las estadísticas, de 1996 a la fecha, en promedio se mata a 365
personas al año, de las cuales en promedio 30 son mujeres. Esto es que en Juárez, casi se
mata una persona hombre o mujer, cada día. Agregue que de acuerdo a la Encuesta de
Incidencia Delictiva y de Opinión realizada por el Instituto Municipal de Investigación y
Planeación (IMIP) de Ciudad Juárez, sólo 20 por ciento de los delitos cometidos en la
ciudad son denunciados, y el resto queda impune. (INEGI).
Finalmente lo que no se alcanza a ver, es que no es el anhelo de justicia y la exigencia de que se esclarezcan los crímenes de nuestros familiares lo que está en juego, sino el fin de la impunidad en nuestra sociedad para dar paso a la supremacía del estado de derecho. Y es que de imponerse la impunidad, hoy somos nosotros los que exigimos justicia, mañana: ¿quién será? (Nuestras Hijas de Regreso a Casa).
Según las ONG´s los asesinatos de mujeres de ciudad Juárez no serían posibles si
no existieran las maquilas, estas forman parte de las fronteras, favorecen: en este tráfico, se
incluye a los braceros y a las mujeres que emigran desde las zonas rurales para conseguir
trabajo en la frontera que asocian con el tráfico de drogas, de la prostitución, de pandillas y
de sectas. No es extraño entonces que en esta perspectiva se favorezca la impunidad, es
decir, la instrumentación de sistemas que la sociedad actual desarrolla como fundamento
del poder político y para autorizar la desaparición de los derechos jurídicos más
elementales.
Aunque, no podemos negar que posteriormente existieron algunas que recibían
donativos nacionales e internacionales que lucraban y hacían mal uso de los recursos. A
ello se propuso al Congreso tomar cartas en el asunto y legislar sobre la creación de un
órgano que supervisara los recursos. Otro obstáculo fue que a organizaciones y familiares
que han querido investigar por sus propios medios, al no ver ningún resultado por las
autoridades, han sido perseguidos, amenazados y acosados, y en muchas de las ocasiones
las mismas autoridades sólo están de espectadores sin hacer nada. La participación
de las organizaciones e instituciones internacionales, han sido muy favorables, pues
lamentablemente, el gobierno mexicano necesito de llamadas de atención de instituciones
y ONG´s de renombre internacional que han dado sus informes.
Nota final
Para finalizar, cómo podemos observar las investigaciones están llenas de
irregularidades ¡y sigue sin pasar nada! Pero mientras el gobierno (federal, estatal y
municipal) no coordine sus esfuerzos difícilmente se acabara la ola de impunidad e
inseguridad registrada en aquel lugar. La violencia de género es percibida como un
atentado a los derechos humanos de las mujeres y uno de los más graves problemas sociales
y de urgente atención. Sabemos que no es natural, la violencia se arraiga en la sociedad y
en el Estado debido a la inequidad genérica.
La poca precisión en el marco jurídico incluso de las atribuciones de funcionarios
y autoridades hace que esto se convierta en un juego, donde muchos evaden su
responsabilidad y la rebotan a otros funcionarios, por lo que seria pertinente, delimitar
claramente funciones y atribuciones. Involucrar a los empresarios de las maquiladoras en la
solución del problema pues es, después del gobierno, quienes tienen que brindar seguridad
a sus empleados.
Contradictoriamente mientras que se habla de Reforma de Estado, Transición
Democrática y Neoliberalismo muchas mujeres continúan siendo presas de la violencia y
gobiernos evadiendo responsabilidades, y entre menos se pueda hablar del tema mejor. Por
tanto, consideramos que académicos, y sus instituciones que se sumen a este debate, pues
es desde la neutralidad de estos espacios donde se puede contribuir a encontrar un camino
que sólo la rigurosidad del saber científico nos puede aportar. Pensamos que es hora que la
teoría demuestre su utilidad en la solución de los problemas que aquejan a nuestras
sociedades. Sin un orden aceptado y políticamente aceptado. México seguirá siendo lo que
es, un territorio que se define desde la violencia y el desencanto social. Y qué curioso, qué
enorme paradoja, violencia que se impone en el marco de una democracia.
Con los antecedentes mencionados es claro que le país carece de experiencia en
cuanto a la gobernabilidad democrática. Es indudable que el escenario político de los
ultimaos años se ha transformado, el resultado electoral del 2 de julio del año 2000 culminó
una etapa de transición. (Hay quienes piensan que aquí empieza). Gobernar con democracia
implica retos para los nuevos actores y sujetos políticos que no garantizan resultados
efectivos. El gobierno del presidente Vicente Fox ha evidenciado entre otras cosas, que
sabe manejar los medios, pero que confunde gobernabilidad con popularidad. Pero no ha
sido capaz de resolver problemas básicos del país, tanto de negociaciones directas como los
de mayor profundidad que tienen que ver con las condiciones estructurales y naturales del
hombre.
Con datos violentos que denuncian la fragilidad de nuestra democracia. Como el
propio Norberto Bobbio lo señala el sistema democrático internacional sigue siendo tan
solo una esperanza, en la medida en que el pacto de no agresión entre el Estado y los
individuos ha sido hasta el momento ineficaz. Se trata de una conjetura inspirada en la idea
kantiana de la paz perpetua y como corresponde a la idea de la razón pura, de una conjetura
in verificable que solo puede valer en la práctica como una idea regulativa.
La paz así lograda sería entonces un presupuesto necesario para el reconocimiento y
la protección efectiva de los derechos del hombre. Derechos del hombre (civiles, políticos
sociales), democracia y paz son tres momentos del proceso históricos interrelacionados de
manera tal que sin derechos del hombre reconocidos y protegidos no hay democracia, y sin
democracia no existen las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos y
que, a fin de cuentas, nos demuestran, una vez más, que es falso el discurso emitido por
clase gobernante del país.
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Fuente: Comisión Especial Para Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana
(Tarrés, M. L., 1992:740).
CITAS
(1) 13 de mayo de 20004 por el PIEM Y PUEG 1° edición.
(2) Reforma, 17 de febrero de 2002
(3) Testimonio personal de familiares que asistieron a la comparecencia de la
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(4) Lagarde Marcela, “Por la vida y la libertad de las mujeres, Fin al
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www.isis.cl
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http://www.geocities.com/pornuestrashijas/