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En librerías desde el 19 de enero de 2017
DIOS EXISTE
LAS MEJORES EVIDENCIAS DE UNA VERDAD TRASCENDENTAL -‐ Miguel Pedrero -‐
• ¿Existe Dios? ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos en realidad? ¿Qué nos espera después de la muerte? ¿Por qué una Inteligencia con la capacidad de crear este universo permite tanta injusticia, desesperación y sufrimiento en la Tierra? Estas son algunas de las cuestiones que todos los seres humanos se han hecho a sí mismos desde hace miles de años y este libro pretende acercarse a una respuesta.
• Dios existe ofrece evidencias científicas que apuntan a la existencia de una Inteligencia Creadora, que sería responsable del nacimiento del universo, de ajustar las fuerzas fundamentales que lo rigen e incluso del origen de la vida en la Tierra, según las pruebas aportadas por premios Nobel y por algunos «padres» de la física cuántica.
• El autor, Miguel Pedrero, comparte con el lector las investigaciones que ha llevado a cabo durante décadas en las que ha entrevistado a médiums, a protagonistas de experiencias cercanas a la muerte, a espiritistas, a personas que recuerdan sus anteriores reencarnaciones y a testigos de encuentros con familiares fallecidos.
• Dios existe es un libro divulgativo que aborda una de las grandes cuestiones de la creación y el sentido de nuestro universo. Está dirigido tanto a interesados en la existencia del Más Allá y en temáticas espirituales, como a creyentes de distintas religiones y a los aficionados a la divulgación científica.
Pocas cuestiones han preocupado más al ser humano desde el inicio de nuestra civilización como es el origen de nuestro universo, de dónde venimos, adónde vamos, si hay vida después de la muerte… En definitiva, si hay algo más allá de lo que vemos con nuestros ojos, algo más allá de la materia y de la vida terrenal. Tanto la ciencia como las diferentes religiones han tratado de dar respuesta a estas preguntas a lo largo de los siglos, y son muchos los que apuntan en una dirección: la existencia de una Inteligencia Creadora responsable del nacimiento del universo y de definir las fuerzas que lo rigen. Médicos, astrofísicos, premios Nobel y científicos de la talla de Einstein, Newton o Plank (padre de la física cuántica) han defendido esta idea de forma empírica. Dios existe ahonda en los campos de la cosmología, la física cuántica, la biología o las novedosas investigaciones sobre la conciencia para aportar pruebas sobre la existencia de una Inteligencia Creadora. Se incluyen también numerosos testimonios de personas que han relatado encuentros con esa Inteligencia Creadora como consecuencia de procesos de muerte clínica. También encontraremos casos de contactos entre ciertas personas y sus amigos o familiares fallecidos, o investigaciones científicas sobre la comunicación entre nuestro plano de existencia y el llamado “otro lado”. Todas estas personas aportan informaciones de primera mano sobre cómo es el más allá y cuál es el papel de la Inteligencia Creadora en nuestro proceso de evolución como almas inmortales. Desde mi punto de vista (…) somos entidades inmortales y nuestro paso por este universo tridimensional es sólo un breve lapso de tiempo en un proceso infinito, declara el autor en el libro. El autor, Miguel Pedrero, es un reconocido escritor y periodista español especializado en los grandes enigmas de nuestro mundo. A lo largo de toda su trayectoria ha podido entrevistar a numerosas personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte; a médicos como el Dr. Pim Van Lommel, el mayor especialista en ECM; a la profesora Mandy Scott, que estudió el asunto de los contactos con el más allá en otros contextos culturales; o al físico Amit Goswami, profesor de Ciencia Teórica de la Universidad de Oregón, que ha probado hechos como el de la telepatía o la precognición; entre muchos otros. Estos y otros muchos más testimonios se exponen en Dios existe y ofrecen pruebas irrefutables de la existencia de algo más allá de los límites de nuestra materia. Dios existe es un libro divulgativo, ameno, de fácil lectura y apto para todos los lectores. Está dirigido tanto a interesados en asuntos misteriosos, en la existencia del más allá y en temáticas espirituales, como a creyentes de distintas religiones y a los aficionados a la divulgación científica.
Un libro escrito con el objetivo de abrir la perspectiva del lector sobre las grandes preguntas de la existencia.
EL ORIGEN DE TODO
Alfred Hoyle, exdirector del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge y uno de los grandes astrofísicos de todos los tiempos plantea la siguiente cuestión: “¿Cuáles son las probabilidades de que un tornado pase por un montón de basura que incluya todas las partes de un avión, y provoque que accidentalmente se junten y formen un avión listo para despegar? […] La vida no puede haberse creado por casualidad. Hay una Inteligencia coexistente con el universo, y esa Inteligencia y el universo se necesitan mutuamente.” Este tema, el del origen del universo, es el que abre este libro, Dios existe, pues se trata del gran enigma entre todos los enigmas científicos.
Son muchísimos los diferentes postulados científicos que han tratado de resolver la incógnita de cuál es el origen de todo. Todos sabemos que el inicio de nuestro universo está en el big bang pero… ¿qué creó el big bang? ¿Por qué se dio lugar esa gran explosión? Como consecuencia de esa «gran explosión» el universo co-‐menzó a expandirse, proceso que todavía sigue su curso. Es aquí cuando surge otro enorme misterio, porque si el universo se está expandiendo, ¿sobre qué se expande? Los astrofísicos responden que sobre la nada, lo cual es lo mismo que no decir ídem, puesto que nadie puede definir qué es eso de la nada.
Que exista el cosmos, y no digamos nosotros, los seres humanos, es científicamente imposible, y sin embargo así es. Se trata de una probabilidad tan increíblemente pequeña que ni siquiera podemos hacernos una idea, algo que ha llevado a numerosos científicos de primer nivel a defender la existencia de Dios, de una Fuerza Creadora, de una Conciencia Cósmica o como lo queramos definir. En realidad, alguna clase de energía inteligente responsable de crear el germen inicial de nuestro universo (y quizá también de otros paralelos) y dotarlo de ciertas leyes físicas que hagan posible su realidad. Es como si alguna clase de inteligencia hubiera ingeniado el modo en el que tenía que organizarse la materia.
En contraposición a esta idea, existe otra corriente científica, liderada por Stephen Hawking, que trata de borrar de un plumazo la existencia de una Causa Primera para el big bang. Ofrecen un argumento según el cual nuestro universo y otros muchos paralelos habrían nacido como consecuencia de un proceso de fluctuación cuántica en el espacio vacío o la nada. Pero ¿qué es la nada? ¿Y cómo puede nacer algo de la nada? Ni Hawking ni ningún otro ser humano tienen la respuesta. Se trata, en todo caso, de una argucia lingüística para evitar referirse a una Causa Primera, Inteligencia Universal o Dios.
El propio Hawking ha matizado este postulado: «Lo que mi obra ha mostrado es que no hay que decir que el modo en que empezó el universo fue el capricho personal de Dios. Pero aún queda una cuestión. ¿Por qué se molesta en existir el universo? Si usted quiere, puede definir a Dios como la respuesta a esta pre-‐gunta.»
TRES CIENTÍFICOS TRAS LA PISTA DE DIOS
Los tres grandes físicos de todos los tiempos, Isaac Newton (1642-‐1727), Albert Einstein (1879-‐1955) y Max Planck (1858-‐1947), mostraron en diversas ocasiones su convencimiento respecto a la existencia de Dios o de cierta clase de Inteligencia Cósmica que, de alguna forma, otorga orden y sentido al complejo universo.
En lo que respecta a Einstein –que cambió para siempre nuestra visión del mundo, puesto que demostró, entre otras muchas cuestiones, que el tiempo no es lineal, sino muy relativo y cambia dependiendo de diversos factores, como la velocidad o la gravedad–, afirmó en 1927 que podía considerarse una persona religiosa, argumentando su confesión del siguiente modo: «Al intentar llegar con nuestros medios limitados a los secretos de la naturaleza, encontramos que tras las relaciones causales discernibles queda algo sutil, intangible e inexplicable. Mi religión es venerar esa fuerza que está más allá de lo que podemos comprender. En ese sentido, soy de hecho religioso.»
Max Planck, otra de las mentes más brillantes de la historia, a la altura del mismísimo Einstein, pronunció las siguientes palabras cuando recogió el Premio Nobel de Física en 1918: «Como hombre que ha dedicado su vida entera a lo más claro y superior de la ciencia, al estudio de la materia, yo puedo decirles, como resultado de mi investigación acerca del átomo, lo siguiente: no existe la materia como tal. Toda la materia se origina y existe sólo por la virtud de una fuerza la cual trae la partícula de un átomo a vibración. […]. Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esa mente es la matriz de toda la materia.»
Planck es el padre de la teoría cuántica, que al igual que la teoría de la relatividad de Einstein cambió para siempre nuestra comprensión de la realidad.
SOMOS ALMAS INMORTALES
En este libro se exponen numerosos testimonios de personas que estando en estado de muerte clínica han experimentado lo que se conoce como ECM o Experiencia Cercana a la Muerte. No existe una sola ECM igual a otra, pero la inmensa mayoría posee una serie de características comunes, como son las siguientes: en primer lugar, el protagonista ve su cuerpo desde una posición elevada; luego observa una luz a lo lejos hacia la que avanza, normalmente dentro de una especie de túnel en cuyo fondo distingue la luminosidad. Tras atravesar ese resplandor se encuentra al otro lado en un paisaje de gran
hermosura, en donde se topa con amigos o familiares fallecidos o seres que irradian un aspecto espiritual.
También existen una serie de casos en los cuales quienes viven esta experiencia describen conversaciones y escenas que estaban teniendo lugar tanto en la sala de operaciones como en el exterior de la misma, llegando a ofrecer datos tan concretos y certeros que no hay más remedio que admitir que verdaderamente su conciencia se había desprendido del cuerpo físico.
Son muchos los científicos que muestran interés por las ECM, entre los que se encuentra el cardiólogo holandés Pim Van Lommel, que ha realizado uno de los estudios más relevantes en este tema. En dicho estudio colaboraron 344 pacientes que habían estado clínicamente muertos, de los cuales 62 informaron de haber experimentado ECM. Las conclusiones del estudio, las cuales se exponen en este libro, supusieron un misil en la línea de flotación de aquellos científicos materialistas que pretenden justificar las ECM como un mero proceso fisiológico o psicológico.
“Muchos neurocientíficos se muestran escépticos ante las conclusiones de mi investigación porque si aceptasen que se pueden protagonizar experiencias conscientes sin actividad cerebral, significaría que la conciencia es independiente del cerebro y, por lo tanto, tendrían que cambiar su punto de vista eminentemente materialista sobre la realidad”, declara Pim Van Lommel. La médico y enfermera británica Penny Sartori cuenta en una entrevista con el autor sorprendentes casos de pacientes que regresan de este tipo de experiencia con conocimientos que antes no poseían, como el caso de un hombre que adquirió una comprensión profunda en física cuántica, o individuos que vuelven con nuevas habilidades extrasensoriales, como la capacidad de leer la mente de las personas, captar hechos del futuro e incluso una enorme facilidad para entablar contacto con entidades del más allá.
Por lo tanto, si la conciencia es independiente de nuestro cerebro, ¿de dónde proviene? ¿Dónde se aloja? ¿Es esta una prueba de la existencia de algo “más allá” de la materia? Todo apunta a que sí. La cuestión es: ¿qué hay al otro lado? ¿Es posible la reencarnación? EL OTRO LADO
El contacto con una luz al final del túnel constituye, según los protagonistas de experiencias cercanas a la muerte (ECM), el acceso a la auténtica existencia, al paraíso, al nirvana, al Cielo que tratan de explicar numerosas religiones. Pero ¿por qué la luminosidad siempre suele encontrarse al final de un túnel? Quizá la física posea la respuesta, pues científicos de la talla de Albert Einstein y su más estrecho colaborador, Nathan Rosen, estaban convencidos de que las partículas subatómicas –que constituyen la base de la materia– son en realidad una especie de minúsculos agujeros negros.
El gran astrofísico Stephen Hawking, retomó la idea del genio alemán para demostrar que cuando los agujeros negros se evaporan, emiten un débil resplandor de energía.
Esta teoría, plenamente aceptada por buena parte de los físi-‐cos teóricos, plantea unas trascendentes implicaciones, puesto que supondría que todas las partículas subatómicas del universo –y, por tanto, también los seres vivos– serían miniagujeros de gusano, o sea, ínfimas entradas a mundos paralelos, puesto que los agujeros de gusano no son otra cosa que puentes que conectan distintas regiones del espacio-‐tiempo.
De este modo, cuando cesa la actividad física, nuestra esencia –esas partículas subatómicas– «escaparía» a través de un agujero de gusano (el túnel descrito en las ECM) hasta un universo paralelo (la luz al final del túnel). CONTACTOS ENTRE DOS MUNDOS En Dios existe, Miguel Pedrero también publica un bien puñado de casos de apariciones de familiares fallecidos ante sus familiares o amigos. Como el siguiente: El señor Juan falleció en noviembre de 1986, con ochenta y cuatro años, tras una vida repleta de dificultades a causa de sus ideas republicanas. Después de la guerra civil española (1936-‐1939) permaneció varios años oculto en una casa de la capital de España ante el temor de que la policía franquista lo detuviera. Finalmente pudo rehacer su vida, encontró trabajo, se casó y crió a cuatro hijos junto a Dominga, su inseparable compañera. Décadas después de su fallecimiento, el señor Juan se apareció ante su nieta Carlota García. A causa de una serie de problemas familiares, hacía años que no mantenían contacto con Dominga, que vivía en casa de unos parientes. «Yo siempre mantuve una relación excelente con mi abuela –me contaba Carlota–, pero esas personas consiguieron alejarla de sus hijos. La última vez que mi madre y yo la vimos fue en 2001. Diez años después, a principios de agosto de 2010, me ocurrió algo sorprendente. Estaba en Sevilla de vacaciones junto a mi novio, que es de allí. Él dormía plácidamente a mi lado y yo estaba con mi cámara viendo unas fotos que había tomado los días anteriores. Cuando me cansé, la dejé encima de la mesilla, y entonces vi más o menos a un metro de la cama, delante de mis narices, algo muy extraño. Era como una especie de tela de araña o rejilla de color blanco y estaba iluminada, pero no demasiado. Entonces escuché una voz que se identificó como mi abuelo, con el que mantuve una conversación.» La charla, tal como me la relató su protagonista, discurrió más o menos por los siguientes cauces: –Pronto vas a poder ver a tu abuela. Se va a poner mala y la verás. –Pero abuelo, sabes los problemas que hay. No podemos acceder a ella –argumentó Carlota.
–No te preocupes, eso se solucionará. La abuela va a enfermar y os avisarán. Podréis disfrutar de su compañía durante algún tiempo, pero luego fallecerá. Se irá muy feliz por haberos tenido con ella al final de su vida. Carlota no volvió a escuchar la voz, pero la rejilla luminosa continuó estática en el aire. «Estuve un rato mirándola, pero al final me venció el sueño y me dormí», termina con su relato. A mediados de agosto regresó a su domicilio en Madrid, y un par de semanas más tarde recibió esa llamada que había anunciado el señor Juan desde el «otro lado»: «Mi abuela se puso muy contenta al vernos a todos juntos en el hospital. Desde ese momento, los problemas familiares con esos parientes se relajaron y retomamos el contacto. Iba a verla todos los días y los fines de semana me pasaba muchas horas con ella. Incluso pudimos celebrar toda la familia su último cumpleaños. Falleció el 10 de febrero de 2011, y yo creo que dejó este mundo contenta de tener a su lado a sus hijos y nietos.» ÍNDICE Presentación muy personal
PARTE I. DIOS Capítulo 1. En la mente de la Inteligencia Creadora Capítulo 2. Dios es ingeniero genético Capítulo 3. Científicos tras la pista de Dios
PARTE II. RESUCITADOS Capítulo 4. Somos almas inmortales: evidencias científicas Capítulo 5. Profetas del más allá Capítulo 6. La luz de Dios Capítulo 7. Hablan los «resucitados» Capítulo 8. El origen secreto de las religiones
PARTE III. ALMA Capítulo 9. El alma en el laboratorio Capítulo 10. El poder de la mente sobre la materia
PARTE IV. CONTACTO Capítulo 11. Contactos entre dos mundos Capítulo 12. Apariciones en la antigüedad Capítulo 13. Mensajeros de Dios
PARTE V. MÁS ALLÁ Capítulo 14. ¿Qué nos espera al «otro lado»? Capítulo 15. Reencarnación: vivimos otras vidas Epílogo. Una creencia que trasciende el espacio y el tiempo
EL AUTOR MIGUEL PEDRERO
Miguel Pedrero es un escritor y periodista español. Actualmente es coordinador de contenidos y reportero de la revista internacional Año/Cero, la publicación especializada en fenómenos fronterizos con la ciencia más vendida en habla hispana.
También es miembro del equipo del popular programa radiofónico «La Rosa de los Vientos» (Onda Cero) y colaborador de «Levántate y Cárdenas» (Europa FM). También ejerció como reportero de los programas «Espacio en Blanco» (Radio Nacional de España) y «Milenio» (Radio Galega). También ha participado en la realización de varios documentales televisivos, así como en expediciones a algunos de los lugares más enigmáticos del planeta. Es autor de cientos de artículos de investigación sobre temas tan diversos como el mundo del espionaje, enigmas históricos, conspiraciones, sociedades secretas o fenómenos inexplicables. Así mismo, es ponente en numerosos congresos sobre enigmas y fronteras de la ciencia que se celebran anualmente en distintas capitales españolas.
UNA VERDAD INCÓMODA (por Miguel Pedrero)
¿Quién no se ha preguntado en alguna ocasión dónde está Dios cuando se le necesita? ¿Por qué una Inteligencia con la capacidad de crear este universo permite tanta injusticia, desesperación y sufrimiento en la Tierra? ¿Qué sentido tienen la enfermedad, el hambre, la guerra y, en definitiva, las circunstancias tan terribles a las que deben hacer frente diariamente tantos millones de seres humanos?
En el fondo, esta clase de cuestiones apuntan directamente a las preguntas básicas que todos nos hemos formulado en alguna ocasión en la vida, de forma más o menos consciente. Esto es: ¿de dónde vengo? ¿Quién soy en realidad? ¿Qué me espera después de la muerte? La respuesta simple es que no hay respuesta. Desde esta perspectiva, el universo, nuestro planeta, los seres humanos y el resto de las criaturas vivientes que comparten la Tierra con nosotros somos fruto de una enorme casualidad. (…) Otra posibilidad es que nuestra existencia en un planeta situado en los suburbios de una galaxia cualquiera –de los cientos de miles de millones que hasta el momento hemos logrado captar con nuestra tosca tecnología– sí tiene sentido, porque la creación es el resultado de alguna clase de Inteligencia que la dota de un orden y un propósito. Esta última no es una opción descabellada, sin base alguna que la sostenga. Al contrario, son numerosos los científicos que defienden la realidad de esa Primera Causa, Inteligencia Creadora, Dios o como la queramos denominar. Pero no basándose en corazonadas, esperanzas o conceptos metafísicos, sino en pruebas científicas.
En el libro que sostiene entre las manos me he esforzado por mostrar las pruebas de esta verdad incómoda para muchos.
Son numerosos los científicos que defienden la realidad de esa Inteligencia Creadora
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO
DIOS EXISTE Autor: Miguel Pedrero Editorial: Ediciones Luciérnaga Formato: 15 cm x 23 cm 336 páginas Rústica con solapas A la venta el 19 de enero de 2017
Para más información a prensa y entrevistas con el autor: Lola Escudero -‐ Directora de Comunicación Ediciones Luciérnaga
Tel: 91 423 37 11 -‐ 680 235 335 -‐ [email protected] www.planetadelibros.com – www.edicionesluciernaga.com -‐ @Luciernaga_Ed