Download - REESTRUCTURACIÓN COGNTIVA
CONDUCTIS MO
TEMA:
REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA
DOCENTE:
CARLOS PEREA VALDERRAMA
ALUMNOS:
ROCÍO SIOMARA CHATA TARQUI
LADY SHIOMARA CHOQUE
RICHARD PATIÑO VILLEGAS
KELY ESTEPHANY RAMIREZ APAZA
CICLO:
“III”
TURNO:MAÑANA
TACNA – 2013
1
Índice
Introducción
1. Técnica de Reestructuración Cognitiva ------------------------------------------------------- 1
1.1. Características comunes de las técnicas cognitivas – conductuales
1.2. Clasificación de las técnicas cognitivo – conductuales
1.2.1. Técnicas de reestructuración cognitiva
1.2.2. Entrenamiento de habilidades de enfrentamiento
1.2.3. Técnicas de resolución de problemas
2. Terapia cognitiva de Beck --------------------------------------------------------------------- 6
2.1. Bases teóricas y experimentales
2.1.1. Esquemas------------------------------------------------------------------------------------- 7
2.1.2. Pensamientos o Creencias--------------------------------------------------------------- 8
2.1.3. Pensamientos Automáticos -------------------------------------------------------------- 11
2.1.3.1. Tipos de Pensamientos Automáticos ----------------------------------------------- 13
2.2. Procedimiento --------------------------------------------------------------------------------- 22
2.2.1. Fases ------------------------------------------------------------------------------------------ 23
2.2.1.1. Instruir al paciente en el modelo cognitivo ---------------------------------------- 24
2.2.1.2. Entrenamiento en la observación y Registro de P. A -------------------------- 24
2.2.1.3. Examinar y someter a prueba de realidad los P.A- ----------------------------- 25
2.2.1.4. Detección y modificación de esquemas básicos--------------------------------- 27
3. Terapia racional-emotiva-conductual de Ellis (TRES) --------------------------------- 28
3.1. Bases teóricas y experimentales
3.1.1. Modelo A-B-C
3.1.2. Creencias irracionales-------------------------------------------------------------------- 28
3.2. Procedimiento--------------------------------------------------------------------------------- 31
3.2.1. Presentación al cliente de la filosofía de la TREC
3.2.2. Identificación de los pensamientos irracionales
3.2.3. Discusión------------------------------------------------------------------------------------- 33
Conclusiones
2
Introducción
Cuando se habla genéricamente de reestructuración cognitiva en realidad se alude a
un conjunto heterogéneo de enfoques y técnicas que conviven hoy en día, cada uno
con sus peculiaridades y puntos distintos, pero todos con un elemento común: el
reconocimiento del papel mediador de la cognición en la conducta. Ya no se entiende
al ser humano como una simple “caja negra”, que emite determinadas respuesta ante
determinado estímulos discriminativos. Las percepciones, las creencias, las
expectativas las atribuciones y los esquemas cognitivos, se entienden ahora como
responsables, en gran medida, de los problemas del cliente, desarrollándose, por ello,
técnicas para modificar dichos componentes cognitivos. Aunque hay contribuciones
anteriores se puede considerar que este nuevo enfoque de los tratamientos
psicológicos surgió en los años setenta. De hecho será en 1976 cuando se publique el
primer número de una revista dedicada de modo prioritario a la investigación y a la
terapia desde el punto de vista cognitivo, su nombre será Cognitive Therapy and
Research y su director S.D. Hollon.
Esta orientación supone un desplazamiento desde los enfoque iniciales basados en el
Condicionamiento Operante y Clásico hasta otros que resaltan la importancia de la
variables cognitivas en el control de la conducta Humana. El enfoque cognitivo-
conductual destaca el papel de los procesos cognitivos en el desarrollo, mantenimiento
y modificación de la conducta. La modificación de conducta cognitiva ha conocido un
gran auge en un periodo de tiempo relativamente breve, y en consecuencia de los
textos sobre esta materia han ido dedicando progresivamente más capítulos a la
técnicas cognitivas. Se suele afirmar que a pesar de ser necesarios más y mejores
estudios controlados, en líneas generales, dichas técnicas se muestran bastante
prometedoras.
De la misma forma existe actualmente una tendencia aplicar, en base a los datos de
evaluación conductual, programas de tratamiento combinados que utilizan técnicas
cognitivas y conductuales con el objetivo principal de asegurar el éxito de los
tratamientos. Esta eclosión de la técnicas cognitivo – conductuales también ha
conllevado a una norme heterogeneidad en cuanto a sus fundamentos teóricos, grado
de estructuración de sus procedimientos; amplitud de sus aplicaciones; apoyo empírico
y experimental; eficacia terapéutica y difusión entre los modificadores de conducta. Así;
3
es muy diferente el estado o respaldo clínico de la terapia cognitiva de Besk del que
sustenta la ciencia “ciencia personal” de Mahoney.
Las críticas a las técnicas Cognitivo – Conductual se han centrado en dos puntos
clave: a) Sus fundamentos teóricos y b) sus resultados terapéuticos respecto a la
primera cuestión se ha denunciado la pobreza de modelos teóricos y la desconexión
existente entre la investigación básica acerca de los procesos cognitivos y las terapias
cognitivas. En relación con el segundo tema, los estudios de meta – análisis y las
revisiones críticas con concluyentes. Así, por ejemplo, Tailor (1996) encuentra
diferencias que no logran ser significativas entre los resultado de Técnicas de
Exposición más Técnicas de Reestructuración Cognitiva frente a los resultados de
exposición sola en el tratamiento de la fobia social; Gould, Otto, y Pollak (1995) hallan
diferencias significativas a favor del tratamiento cognitivo – conductual para el caso
concreto de transtrono por pánico mientras que un hombre Eifert y Craille (1989)
apuntan diferencias significativas en función de tipo de problemas abordados (a favor
en el caso de la depresión, en contra en el de la ansiedad fóbica) los autores
suscribimos plenamente la opinión de que “tener en cuenta las variables de tipo
cognitivo nos permitirá mayores posibilidades de explicación, predicción y control de la
conducta” (Bados, 1987, pag.3). Por ello se considera que la inclusión o no de técnicas
cognitivas en programas de intervención no debe estar en función de razones
epistemológicas o metodológicas. Las restricciones en el uso de las técnicas cognitivas
son idénticas a las de las técnicas conductuales, es decir, que su elaboración se debe
apoyar en teorías o modelos de la psicología científica y su valor terapéutico debe ser
comprobado clínica y experimentalmente. En esta línea Bragado y Carrasco (1987)
recomienda “cautela en las clínicos en la aplicación de la TCC (Terapias Cognitivo
Conductuales) en tanto no tengamos un mejor conocimiento y una mayor evidencia de
sus efectos terapéuticos”, resumiendo, las técnicas de reestructuración cognitivas se
encaminan a identificar y modificar las cogniciones desadaptativas del cliente se
intenta poner de relieve su impacto perjudicial sobre la conducta y las emociones del
cliente para sustituirlas, a continuación, por otras cogniciones más adecuadas. Estos
objetivos se consiguen mediante diversos procedimientos que constituyen el núcleo de
los diferentes enfoques de terapia cognitiva entre los que se hallan: a) La Terapia
Cognitiva de Beck (1976); b) La terapia Racional – Emotiva de Ellis (1980).
4
1. TECNICA DE REESTURCTURACIÓN COGNITIVA
1.1. Características comunes de las Técnicas Cognitivas – Conductuales:
La terapia de conducta cognitiva es el enfoque de modificación de conducta que presta
posturas más dispares entre sus proponentes, que se ponen de manifiesto en aspectos
tales como fundamento teórico postulados, los factores cognitivos considerados, la
estrategia de intervención propuesta, la naturaleza de la justificación proporcionada a
los clientes, el estilo de intervención adoptado o el énfasis otorgado al uso de técnicas
conductuales. Pese a todo ello Mahoney y Arnkoff (1978) encuentran los siguientes
supuestos compartidos por los distintos autores que integran esta orientación:
1. Los sujetos humanos desarrollan patrones efectivos y conductuales, adaptivos
y desadaptativos, a través de procesos cognitivos (atención selectiva,
codificación simbólica, etc.)
2. Estos procesos Cognitivos pueden ser activados funcionalmente por
procedimientos que son generalmente isomorfos con los del aprendizaje
humano en el laboratorio (aunque pueden existir otros procedimientos que
también activen los procesos cognitivos).
3. La tarea del terapeuta es la de un diagnosticador-educador que primero evalúa
los procesos cognitivos desadaptativos para luego organizar experiencias de
aprendizaje, las cuales alterarán las cogniciones que, a su vez modificarán los
protones efectivos y conductuales con ellas relacionados.
1.2. Clasificación de las Técnicas Cognitivo – Conductuales:
La clasificación de las técnicas cognitivo – conductuales más difundida es la realizada
por Mahoney y Arnkoff (1978), quienes distinguen tres tipos de técnicas: Las de
Reestructuración Cognitiva, las de entrenamiento en habilidades de enfrentamiento y
las de resolución de problemas (véase tabla 1).
1.2.1. Técnicas de Reestructuración Cognitiva:
Se encaminan tanto a identificar como a modificar las cogniciones desadaptativas del
cliente poniendo de relieve su impacto perjudicial sobre la conducta y las emociones.
Estos objetivos se logran mediante la aplicación de diversos procedimientos como la
terapia racional – emotiva de Ellis (1980; Ellis y Bernard, 1990; Ellis y Grieger, 1981,
1990), la terapia cognitiva de Beck (1976; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1983).
5
1.2.2. Entrenamiento de habilidades de Enfrentamiento:
Pretende que el cliente adquiera habilidades para hacer frente de forma activa a una
variedad de situaciones estresantes. Las técnicas que se incluyen en este
entrenamiento para el manejo de situaciones son las inoculación de estrés de
Meichenbaum, el entrenamiento en manejo de la ansiedad de Suinn y Richardson, de
la desensibilización de autocontrol de Goldfried y el modelado encubierto de cautela.
1.2.3. Técnicas de resolución de Problemas:
Están enfocadas a entretener al cliente en lo que Avia (1984) denomina <<una
“metodología sistemática” para abordar diferentes problemas >>. El proceso
comprende el concurso de diversas habilidades: Análisis de los problemas, formulación
de objetivos, generación de alternativas, valoración de las alternativas y selección de
la(s) más adecuada(s), ejecución de la(s) alternativa(s) elegida(s) y valoración de los
resultados. Las principales técnicas que se incluyen en esta categoría son la Terapia
de Resolución de Problemas de D´ Zurilla y Goldfried, la Técnica de Resolución de
Problemas de Spivack y Shure y el Procedimiento de Ciencia Personal de Mahoney.
Tabla 1. Clasificación de las Técnicas Cognitivo-Conductuales.
Enfoque Objetivo Variantes
Técnicas de Reestructuración Cognitiva.
Identificar y modificar cogniciones desadaptativas
- Terapia Racional-Emotiva de Ellis- Terapia Cognitiva de Beck.- Reestructuración Racional Sistemática de
Golfried y Golfried.- Entrenamiento autoinstruccional de
Meichenbaum.
Entrenamiento de habilidades de Enfrentamiento.
Adquirir habilidades para hacer frente de forma activa a una variedad de situaciones estresantes
- Inoculación de Estrés de Meichenbaum.- Entrenamiento en manejo de la asnieda de
Suinn y Richardson.- Desessibilización de autocontrol de
Goldfried.- Modelado Encubierto de Cautela.
Técnicas de Resolución de Problemas.
Entrenar en una metodología sistemática para abordar diferentes problemas.
- Terapia de Resolución de Problemas de D´ Zurilla y Goldfried.
- Técnica de Resolución de Problemas interpersonales de Spivack y Shure.
2. TERAPIA COGNITIVA DE BECK
2.1. Bases Teóricas y Experimentales
6
Al igual que en otras modalidades de Terapia Cognitivo - Conductual, Beck concede a
la cognición el papel de precursora del estado emocional. El postulado central de este
enfoque terapéutico podría enunciarse como:
Los trastornos emocionales y/o conductuales son resultado de una alteración en el
procesamiento de le información fruto de la activación de esquemas latentes.
Los elementos centrales de este modelo para alteración emocional y conductual son
los que siguen:
a) Las personas desarrollan en la infancia una serie de esquemas básicos que le
sirven para organizar su sistema cognitivo.
b) Las personas pueden tener pensamientos o representaciones mentales de
modo automático, sin la intervención de un proceso de razonamiento previo.
c) Las personas pueden cometer distorsiones cognitivas y errores en el
procesamiento de la información.
d) Acontecimientos vitales estresantes pueden activar esquemas básico
disfuncionales.
Estos elementos se relacionan entre sí de un modo jerárquico para el caso de los
esquemas, los pensamientos automáticos y el desajuste emocional y/o conductual.
Los acontecimientos vitales estresantes tienen un poder modelador de la relación entre
los esquemas básicos y los pensamientos automáticos. (Véase figura 1).
Seguidamente se expondrá con algo más de detenimiento los elementos que
componen dicho modelo cognitivo sobre el desajuste emocional y/o conductual.
7
2.1.1. Esquemas:
El término esquema hacer referenciar a las estructuras cognitivas que nos permiten
integrar y dar sentido a los hechos. Se desarrolla a lo largo de la primera infancia y
determina qué situaciones serán consideradas como importantes y qué aspectos de la
experiencia serán relevantes para la toma de decisiones. Estos esquemas se
desarrollan a través de la interacción con el medio físico y social. Su contenido además
de no ser siempre explícito y asumido por la persona, es de lo más variopinto,
abarcando desde el físico e impersonal (como el mundo natural accesible a los
sentidos) a lo social y personal (como el sí mismo y los otros). Véase la tabla 2 y 3.
El rango de dichos esquemas pueden ser mayor o menor, yendo de lo abstracto a lo
concreto (por ejemplo <<democracia vs. silla>>). Otras características adicionales que
definen a los esquemas son su amplitud, flexibilidad y densidad o lo que es lo mismo:
cuán amplio o reducido es su marco de aplicación, qué resistencia muestra al intento
de modificarlos y cuál es su capacidad para relegar a segundo plano a otros esquemas
competitivos. Una característica, también importante, es su valencia, o el grado en el
cual un esquema está activado, canalizado, por tanto el procesamiento de la
información (esquema latente vs esquema bipervalente). Teniendo en cuenta las
características mencionadas, Beck y Freeman (1995) subrayan que parece existir
diferencias entre las personas “normales” y las personas que sufren trastornos
mentales y, dentro de estas últimas entre aquellas que padecen un trastorno
codificable en el eje I (por ejemplo trastorno de ansiedad generalizada o fobia social)
frente al eje II (trastornos de la personalidad) del DSM-IV (APA, 1995).
En las personas “normales” los esquemas serían más flexibles que en las personas
con trastornos mentales, mostrando menor resistencia a la integración de nuevos datos
de << la realidad>>.
Tabla 2. Ejemplos de creencias que conforman los esquemas nucleares
correspondientes a una selección de trastornos del eje I.
8
Acontecimientos Vitales Estresantes
Pensamientos Automáticos Distorcionados
Desajuste Emocional y/o Conductual.
Esquemas Básicos
En los trastornos del Eje I tales como, los trastornos de ansiedad o los trastornos de
estado de ánimo, los esquemas serían tan inflexibles como en los trastornos de la
personalidad existiendo, sin embargo, diferencias importantes en cuanto a su valencia.
En eje I los esquemas serian activados en situaciones peculiarmente estresantes y
congruente con el contenido de dichos esquemas (por ejemplo, ante una ruptura
sentimental podrían activarse esquemas del tipo “necesito de la gente para sobrevivir”
y ponerse en marcha distorsiones del tipo “nunca encontraré otra persona como él o
ella”).
En el Eje II, los esquemas típicos estarían, por así decirlo, permanentemente
activados, independientemente de factores ambientales de interés, conformado, de
este modo, un estilo habitual de canalización del procesamiento de la información (por
ejemplo, un paciente con trastorno de la personalidad por dependencia tendría
activado de modo permanente esquemas del tipo “necesito de la gente para sobrevivir”
y experimentaría distorsiones del tipo “nadie me quiere” ante cualquier indicio leve de
abandono o desinterés por parte de los demás).
2.1.2. Pensamientos o Creencias
Las creencias son los contenidos de los esquemas, las creencias son el resultado
directo de la relación entre la realidad y nuestros esquemas. Podemos definir a las
creencias como todo aquello en lo que uno cree, son como mapas internos que nos
permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la experiencia.
Existen diferentes tipos de creencias, clásicamente hablamos de:
9
Trastornos del Eje I Creencias
Trastornos Depresivos Para ser feliz debo tener éxito en todo lo que me proponga.Para ser feliz debo obtener la aceptación de todo el mundo en todas las ocasiones.Si cometo un error significa que soy un inepto.No puedo vivir sin ti.Si alguien se muestra en desacuerdo conmigo significa que no le gusto.Mi valía personal depende de lo que otros piensen de mí.
Trastornos de Ansiedad La crítica significa rechazo personal.No soy nada sino me quieren.Tengo que agradar a los demás.Sólo existen ganadores y perdedores en esta vida.Si cometo una equivocación fracasaré.Soy el único que puedo solucionar mis problemas.Si dejo que alguien se acerque demasiado puede llegar a controlarme.No puedo aguantar que los demás me digan lo que tengo que hacer.
1) Creencias nucleares o centrales: Son aquellas que constituyen el self de la
persona, son difíciles de cambiar, dan el sentido de identidad y son
idiosincrásicas. Ej.: Yo soy varón.
2) Creencias periféricas, intermedias o secundarias: Se relacionan con aspectos
más secundarios, son más fáciles de cambiar y tienen una menor relevancia
que las creencias nucleares.
Ej.: La vida siempre te da una segunda oportunidad.
Las creencias nucleares constituyen el núcleo de lo que nosotros somos, nuestros
valores, nuestras creencias más firmes e inconmovibles, justamente por eso es que
nos dan estabilidad y nos permiten saber quiénes somos. En cambio las periféricas o
secundarias son más satelitales y no involucran a los aspectos centrales de la
personalidad, por lo tanto pueden modificarse con más facilidad.
Obviamente entre estas dos posibilidades existirá una escala amplia, en cuanto a la
importancia o centralidad que cada persona le atribuya a las creencias.
Las creencias nucleares nos permiten decir quiénes somos, por ejemplo al decir “soy
varón” aunque parezca una verdad obvia, es una creencia fundamental, más que una
verdad se trata simplemente de una creencia, ya que hay personas que siendo varones
biológicamente hablando, creen que son mujeres y viven como tales, por lo tanto la
afirmación sobre nuestro género, es una creencia. Al ser una creencia nuclear no la
cuestionamos y la damos por supuesta, nos da estabilidad como personas y nos
permite a partir de allí construir y proyectarnos como seres humanos. Sobre esta
afirmación y creencia básica es que se asientan otras creencias centrales tal como la
de “soy varón y me gustan las mujeres” o “soy varón y me gustan los varones”, estas
dos opciones marcarán dos caminos distintos, pero la identidad de género no entra en
juego, en los dos casos la afirmación central sobre el género ya está hecha. En el
primer caso un varón se dirá ‘soy heterosexual’ 6y en el segundo caso se dirá ‘soy gay’
y a partir de allí se irán constituyendo otras creencias que dirán quiero que mi vida sea
de esta manera o de esta otra. En este ejemplo vemos como las creencias se van
consolidando a partir de ciertas afirmaciones nucleares, primero las creencias de
género, luego las de orientación sexual, etc. Podemos ver como las creencias
10
comienzan a constituir un entramado de significaciones que van dando densidad a
nuestra personalidad.
Si las creencias nucleares son puestas en duda se genera una sensación profunda de
inestabilidad y angustia, porque todo lo conocido pasa a ser cuestionado, es como si
se movieran los cimientos de un edificio, toda la estructura se mueve. Por eso cuando
una persona se cuestiona sobre su orientación sexual es frecuente que se angustie,
mucho más aún cuando se cuestiona su género.
Recordemos que uno de los factores que genera más estrés es la incertidumbre, por
eso no saber algo central respecto de nosotros mismos puede ser tan angustiante.
Habitualmente las personas van a terapia porque alguna de las creencias básicas que
le daban sustento, estabilidad y tranquilidad es puesta en duda. Si una persona tiene la
creencia: “Soy feliz con mi pareja”, puede sentirse muy contenta, tranquila y satisfecha,
pero si a esa misma creencia le agrega un simple signo de pregunta, las cosas
cambiarían drásticamente: “Soy feliz con mi pareja?” ya no suena tan lindo como antes.
La duda y la incertidumbre respecto de alguna o varias creencias suele ser uno de los
motivos por los cuales las personas comienzan terapia. Es común que las personas se
angustien y estresen mucho cuando no saben cuáles son las reglas de juego o no
sepan aspectos importantes de su vida, cuanto más relevante y nuclear sea lo incierto
más angustia generará. En las relaciones afectivas por ejemplo, es importante para
reducir la incertidumbre y hacer predecible dicha relación, establecer ciertos
parámetros y reglas de funcionamiento, por eso necesitamos ponerle un nombre a la
relación, ya sea decir somos novios, amantes, “amigovios”, etc., habitualmente cuando
no sabemos bien qué tipo de relación tenemos el nivel de incertidumbre aumenta y
puede transformarse en un foco estresogénico. Si no se sabe bien quien es el otro para
nosotros y que tipo de relación tenemos, tampoco queda claro que tenemos que
esperar del otro o que se espera de nosotros mismos respecto de dicha relación.
La dinámica entre las creencias y los esquemas son la base de sustento de los
síntomas según la Terapia Cognitiva, por lo tanto el trabajo sobre las creencias es una
labor central en este tipo de abordaje.
11
2.1.3. Pensamientos automáticos
En general se dice que el pensamiento se relaciona con el fluir de la conciencia y que
tiene tres elementos:
En el caso de los pensamientos automáticos, estos se definen por su carácter
impuesto, son pensamientos que aparecen en el fluir del pensamiento normal y
condicionan su dirección o curso; se les atribuye una certeza absoluta, por eso no son
cuestionados y condicionan la conducta y el afecto. En general son breves,
telegramáticos, pueden ser verbales o aparecer en forma de imágenes, a la persona se
le imponen, por eso son automáticos.
Los pensamientos automáticos son fugaces, conscientes, pueden entenderse como la
expresión o manifestación clínica de las creencias. Ya que en general las personas no
son plenamente conscientes de sus creencias, pero si lo son o lo pueden llegar a ser
de sus pensamientos automáticos. Un ejemplo de pensamiento automático podría ser
el de una mujer que estando en una fiesta mira a un hombre que le gusta y se dice:
“Estás fea”, “No te va a dar bola”, “Igual te vas a quedar sola” o “Te va terminar
dejando”. Estos pensamientos automáticos podrían corresponder a una creencia
nuclear del tipo: “No merezco el amor de nadie”.
Beck (1976) define los pensamientos automáticos como cogniciones negativas que
tiene una serie de características distintivas:
a) Aparecen como si fuesen reflejas, sin ningún proceso de razonamiento previo.
b) Son irracionales e inadecuadas.
c) Al paciente le parecen totalmente plausibles y las acepta como válidas.
d) Son involuntarias (al paciente le cuesta demasiado “detenerlas”)
Tabla 3. Muestra de creencias que conforman los esquemas nucleares
correspondientes a cada trastorno de la personalidad, según los criterios que se
sostenían en el DSM-III-R.
12
Trastorno de la Personalidad CreenciasPor Evitación Es terrible ser rechazado, humillado.
Si la gente conociera mi verdadero yo me rechazaría.No tolero los sentimientos desagradables.
Por Dependencia Necesito de la gente para sobrevivir para ser feliz.Necesito un flujo constante de apoyo, de aliento.
Pasivo - agresivo Los otros interfieren en mi libertad de acción.Ser controlado por otro es intolerable, las cosas deben hacerse a mi manera.
Obsesivo - Compulsivos Yo sé qué es lo mejor, los detalles son crueles.La gente debería trabajar mejor, esforzarse más.
Paranoide Los móviles son sospechosos, hay que mantenerse en guardia.Hay que mantenerse en guardia. No hay que confiar.
Antisocial Tengo derecho a violar las reglas.Los otros son tontos.Los otros son explotadores.
Narcisista Puesto que soy especial, merezco reglas especiales.Estoy por encima de la reglas.Soy mejor que los otros.
Histriónicos La gente está para servirme o admirarme.No tiene derecho a negarme lo que me merezco.Puedo guiarme por mis sentimientos.
EsquizoideLos otros no me compensan.Las relaciones son desastrosas e indeseables.
Estos pensamientos automáticos aparecen como mensajes específicos, a menudo
como si estuviesen taquigrafiados. Por ejemplo, una sola palabra, como “inútil”, se
repetía sin cesar en la cabeza de un paciente depresivo. El paciente no ejerce de
ningún modo u razonamiento lógico que se llevase a dicha conclusión y aceptaba sin
crítica, sin embargo, el contenido implícito que dicha palabra ocultaba para él: Soy un
completo inútil por no haber sacado matrícula de honor a todas y cada una de las
asignaturas de mi carrera. En ocasiones se presentan ánimos de modo automático que
resumen en sí mismas toda una cadena de pensamientos automáticos. Estas
imágenes son típicas de trastornos de ansiedad y, adquiriendo un marcado carácter
catastrofista, así, por ejemplo, un paciente, cada vez que sufría un crisis de pánico,
solía verse a sí mismo no solo con un ataque al corazón, sino ¡muerto, enterrado y con
toda su familia velando el cadáver! Los pensamientos automáticos contienen a menudo
distorsiones cognitivas que es preciso aislar o corregir.
13
2.1.3.1. Tipo de Pensamientos Automáticos
1) Filtraje
Esta distorsión está caracterizada por una especie de visión de túnel; sólo se ve un
elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo
el evento o situación queda teñida por este detalle. Un importante dibujante que no
soportaba las críticas fue elogiado por la calidad de los detalles de unos recientes
dibujos, y le pidieron si podría hacer su próxima obra un poco más deprisa. Regresó a
su casa deprimido, pensando que su jefe creía que había estado perdiendo el tiempo,
cuando lo que había ocurrido era que simplemente sólo había prestado atención a un
componente de la conversación y no escuchó el elogio por su temor a sus posibles
deficiencias.
Cada persona posee su túnel particular por el que observa el mundo. Algunos son
hipersensibles a todo aquello que sugiere pérdida, y se ciegan ante cualquier
indicación de beneficio. Para otros, la más débil posibilidad de peligro sobresale como
una púa en una escena que es en conjunto agradable. Le gente deprimida selecciona
elementos que sugieren pérdidas, los ansiosos seleccionan peligros, y los que
frecuentemente experimentan cólera buscan evidencias de injusticia.
Los mecanismos del recuerdo también pueden ser selectivos. De una historia completa
o del conjunto de la experiencia sólo se recuerdan normalmente algunas clases de
sucesos. Como resultado, se puede revisar el pasado y reexperimentar recuerdos que
pueden hacernos sentir cólera, ansiedad o depresión.
Los pensamientos se pueden magnificar y «tremendizar» mediante muchos procesos
de filtraje. Cuando los pensamientos negativos se sacan fuera de contexto, aislados de
todas las experiencias buenas que nos rodean, se hacen mayores y más tremendos de
lo que realmente son. El resultado final es que todos los temores, carencias e
irritaciones se exageran en importancia porque llenan la conciencia excluyendo todo lo
demás. Las palabras clave para este tipo de filtraje son: «terrible... tremendo...
desagradable... horroroso», y así sucesivamente. Una frase clave es «no puedo
resistirlo».
14
2) Pensamiento polarizado
La característica principal de esta distorsión es la insistencia en las elecciones
dicotómicas: se tiende a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos
medios. Las personas y los pensamientos son buenos o malos, maravillosos u
horribles.
Esto crea un mundo en blanco y negro, y como las personas que padecen este tipo de
distorsión fracasan en todos los matices del gris, sus reacciones a los eventos oscilan
de un extremo emocional al otro. El mayor peligro de dicotomizar el pensamiento es el
impacto sobre cómo se juzga dicha persona a sí misma. Si no es perfecto o brillante
entonces sólo podrá ser un fracasado o un imbécil. No hay lugar para las
equivocaciones o la mediocridad. Un conductor de autobús pensaba que era el mayor
despistado del mundo cuando tomó una salida errónea de la autopista y tuvo que
conducir varios kilómetros hasta la siguiente salida. Una equivocación y se creía un
incompetente o un inútil. Una madre de tres niños soltera estaba decidida a ser fuerte y
«responsable». Cuando se sentía cansada o ligeramente ansiosa, empezaba a pensar
que era débil, disgustándose consigo misma y criticando su propio comportamiento en
las conversaciones con sus amigos.
3) Sobregeneralización
En esta distorsión se produce una extensión, una conclusión generalizada a partir de
un incidente simple o un solo elemento de evidencia. El hecho de escaparse un punto
mientras se está haciendo ganchillo significaría «nunca aprenderé a hacer labores».
Un rechazo en una pista de baile significa «nunca querrá nadie bailar conmigo». Si se
marea realizando un viaje en tren nunca realizará otro. Si una persona se marea en un
balcón de una sexta planta, nunca sale a otro. Si sintió ansiedad la última vez que su
marido hizo un viaje de negocios, será un drama cada vez que deje la ciudad. Una
experiencia desagradable significa que siempre que se repita una situación similar, se
repetirá la experiencia desagradable.
Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida. Las
sobregeneralizaciones se expresan a menudo en forma de afirmaciones absolutas,
como si existiera alguna ley inmutable que gobernara y limitara el curso de la felicidad.
Se está sobregeneralizando cuando se afirma radicalmente que «nadie me quiere...
nunca seré capaz de confiar en alguien otra vez... siempre estaré triste... nunca podré
15
conseguir un trabajo mejor... nadie querrá ser mi amigo». La conclusión se basa en
una o dos piezas de evidencia, y cuidadosamente se ignora todo lo que uno conoce de
sí mismo que pueda contradecirlas. Las palabras que indican que se puede estar
sobregeneralizando son: todo, nadie, nunca, siempre, todos y ninguno.
4) Interpretación del pensamiento
Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los
demás: «Es lógico que actúe así porque está celoso... Ella está contigo por tu dinero...
Él teme mostrar sus preocupaciones». No son una prueba, pero casi parecen la
verdad. En la mayoría de los ejemplos, aquellos que interpretan el pensamiento hacen
suposiciones sobre cómo se sienten los demás y qué les motiva a ello. Por ejemplo, se
puede concluir: «Él la ha visitado tres veces la última semana porque a) está
enamorado, b) está molesto con su antigua novia y sabía que ella lo averiguaría, c)
está deprimido y va para sentirse mejor, d) temía encontrarse solo de nuevo». Se
puede elegir, pero actuar a partir de cualquiera de estas conclusiones arbitrarias puede
ser desastroso.
En la medida en que su pensamiento interpreta, también se hacen presunciones sobre
cómo está reaccionando la gente a las cosas que le rodean, particularmente cómo
están reaccionando los demás ante usted. «Dice eso porque me ve poco atractivo...
Piensa que soy inmaduro... Quieren ponerme nervioso». Estas presunciones son
normalmente imposibles de ser sometidas a prueba. Han nacido de la intuición, las
sospechas, dudas vagas o una o dos experiencias pasadas, pero son sin embargo
creídas.
Las interpretaciones del pensamiento dependen de un proceso denominado
proyección.
Una persona imagina que la gente siente y reacciona a los pensamientos de la misma
forma que ella lo haría. Por lo tanto, no se molesta en mirar o escuchar atentamente, ni
se da cuenta de que realmente es diferente. Si una persona se enfada cuando alguien
llega tarde, puede imaginarse a todo el mundo actuando así. Si alguien es muy
sensible al rechazo, espera que la mayoría de la gente sea igual. Si una persona es
muy estricta respecto a unos hábitos o rasgos particulares, asume que los demás
participan de esa creencia. Las interpretaciones del pensamiento pasan por alto
16
conclusiones que sólo son verdad para sí mismos sin molestarse en comprobar si son
apropiadas para el resto de las personas.
5) Visión catastrofista
Cuando una persona catastrofiza, una pequeña vía en un barco de vela significa que
seguramente se hundirá. Un contratista que trabaja por menos dinero concluye que
nunca podrá obtener un buen trabajo. Un dolor de cabeza indica que está apareciendo
un cáncer cerebral. Los pensamientos catastróficos empiezan a menudo con un «y si».
Una persona lee un artículo del periódico que describe una tragedia o escucha un
chismorreo sobre un desastre que le pasó a un conocido, y empieza a preguntarse si
eso podría pasarle a él. « ¿Y si me rompo la pierna esquiando... Y si secuestran mi
avión... Y si me mareo y me pongo enfermo... Y si mi hijo empieza a drogarse?». La
lista es interminable, y una imaginación catastrófica realmente fértil no tiene límites.
6) Personalización
Empezamos el artículo con ejemplo de personalización. Es la tendencia a relacionar
algo del ambiente consigo mismo. Una madre deprimida se censuraba cuando veía un
signo de tristeza en su hijo. Un recién casado creía que cada vez que su esposa
hablaba de cansancio significaba que ella estaba cansada de él. Un hombre cuya
esposa se quejaba de la subida de precios, escuchaba las quejas como críticas sus
habilidades como cabeza de familia.
Un aspecto importante de la personalización es el hábito de compararse
continuamente con los demás. «Toca el piano mucho mejor que yo... No soy lo
suficientemente gracioso para ir con esta cuadrilla... Ella se conoce a sí misma mejor
que yo... Siente las cosas tan profundamente, mientras que yo soy insensible... Soy el
más lento de la oficina... Soy el más guapo... Le escuchan a él pero a mí no...». Nunca
faltan oportunidades para compararse. La presunción subyacente es que su valor es
cuestionable. Por lo tanto, continuamente se encontrará forzado a probar su valor
como persona midiéndose a sí mismo en relación con los demás. Si de esta
comparación resulta vencedor, gozará de un momento de alivio. Pero si resulta
perdedor, se sentirá humillado.
17
El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada
experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y
valorarse a sí mismo.
7) Falacias de control
Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una
persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y externamente controlada, u
omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor.
La persona que se siente externamente controlada se bloquea. No cree que pueda
construir su propia vida o introducir cualquier diferencia en el mundo que le rodea. Allí
donde mire sólo ve pruebas de la indefensión humana. Otra persona u otra cosa son
las responsables de su dolor, sus pérdidas o sus fracasos. Ellas son las culpables.
Desde esta óptica es difícil encontrar soluciones, porque probablemente no
funcionarán. Un ejemplo extremo de esta falacia es la persona que se pasea por un
suburbio llevando una pulsera de diamantes y un reloj muy caro. Le asaltan y se siente
indefensa y resentida. No puede imaginarse qué hubiera podido hacer para evitarlo.
Era una víctima pasiva. La realidad, sin embargo, es que este grupo de personas está
tomando decisiones constantemente, y que cada decisión afecta a su vida. En alguna
medida, cada cual es responsable de lo que le ocurre.
El polo opuesto de la falacia del control externo es la falacia del control omnipotente.
La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos.
Lleva el mundo sobre sus hombros. Los compañeros de trabajo dependen de ella, los
amigos también, es la responsable de la felicidad de la mayoría de la gente y cualquier
negligencia por su parte podría causarles soledad, rechazo, la ruina o un susto. Debe
hacer justicia ante todas las ofensas, saciar toda necesidad y curara todas las heridas,
Y si no es así, se siente culpable. La omnipotencia depende de tres elementos: la
sensibilidad hacia las personas que le rodean, una creencia exagerada de su poder
para saciar todas las necesidades, y la expectativa de que es ella, y no los demás, la
persona responsable de satisfacer estas necesidades.
18
8) La falacia de justicia
Este tipo de pensamiento distorsionado se basa en la aplicación de las normas legales
y contractuales a los caprichos de las relaciones interpersonales. El inconveniente es
que dos personas raramente se ponen de acuerdo sobre lo que es justo, y no existe
tribunal o juez que pueda ayudarlos. La justicia es una evaluación subjetiva de la
medida en que lo que uno espera, necesita o desea de la otra persona, ésta se lo
proporciona. La justicia, definida así, puede ser tan fácilmente puesta al servicio de los
propios intereses, que cada persona queda inmovilizada en su propio punto de vista. El
resultado es la impresión de estar viviendo en las trincheras y un sentimiento de enojo
cada vez mayor.
La falacia de la justicia se expresa a menudo con frases condicionales: «Si me
quisiera, no se burlaría... Si me quisiera, me ayudaría conseguir lo que quiero... Si esto
fuera un matrimonio como Dios manda, ella debería acompañarme a la excursión y
aprender a preciar el paisaje... Si él me quisiera, volvería a casa directamente al salir
del trabajo».
Es tentador hacer suposiciones sobre cómo cambiarían las cosas si la gente se limitara
a jugar limpio y nos valorara adecuadamente. Pero las otras personas casi nunca ven
las cosas de la misma forma que nosotros, y acabamos causándonos dolor a nosotros
mismos.
9) Razonamiento emocional
En la raíz de esta distorsión está la creencia de que lo que la persona siente tendría
que ser verdadero. Si se siente como un perdedor, entonces tiene que ser un perdedor.
Si se siente culpable, tiene que haber hecho algo mal. Si se considera feo, entonces
tiene que ser feo. Si se siente colérico, es que alguien se ha aprovechado de él.
Todas las cosas negativas que se sienten sobre uno mismo y los demás deben ser
verdaderas porque se siente como verdaderas. El problema con el razonamiento
emocional es que las emociones por sí mismas no tienen validez. Son productos del
pensamiento. Si una persona tiene pensamientos y creencias deformadas, sus
emociones reflejan estas distorsiones. Creer siempre en las emociones propias es
como creerse todo lo que se escribe.
19
10) Falacia del cambio
La única persona a la que uno puede controlar realmente, o tener muchas esperanzas
de cambiar, es uno mismo. La falacia del cambio, sin embargo, supone que una
persona cambiará para adaptarse a nosotros si se la presiona lo suficiente. La atención
y energía se dirige, por lo tanto, hacia los demás porque la esperanza de felicidad se
encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades. Las
estrategias para cambiar a los otros incluyen el echarles la culpa, exigirles, ocultarles
cosas y negociar. El resultado normal es que la otra persona se siente atacada o
cohibida y no cambia en absoluto.
El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de
los actos de los demás. De hecho, la felicidad depende de varios miles de grandes y
pequeñas decisiones que cada persona toma a lo largo de la vida.
11) Etiquetas globales
El supermercado vende comida podrida a precios de escándalo. Una persona que
rehúsa llevar a otra en su coche es un completo egoísta. Un muchacho que se muestra
tranquilo en sus citas con las chicas es etiquetado como «más aburrido que una
almeja».
Los republicanos son un puñado de pelotas hambrientos de dinero. Tu jefe es un
imbécil sin entrañas.
Cada una de estas etiquetas puede contener algo de verdad. Pero en un juicio global
se generalizan una o dos cualidades. El rótulo ignora toda evidencia contraria,
convirtiendo tu visión del mundo en estereotipada y unidimensional.
12) Culpabilidad
Se experimenta una sensación de alivio cuando conoces quién es el culpable de algo.
Cuando una persona está sufriendo, alguien ha de ser el responsable. Una persona
está sola, ofendida o atemorizada porque alguien le provoca estos sentimientos. Un
hombre se encoleriza porque su esposa le sugiere que construya la valla que ya tenía
intención de instalar; piensa que ella debería haber sabido lo cansado que estaba, pero
20
se había mostrado totalmente insensible. El problema radica en que él esperaba que
ella fuera clarividente, que leyera su pensamiento, cuando a decir verdad era
responsabilidad del marido informar de su fatiga y no lo hizo.
A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de las
elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Una
mujer culpaba al carnicero de vender hamburguesas que siempre estaban llenas de
grasa. Pero en realidad era su problema: podría haber comprado carne de mejor
calidad, o ir a otro carnicero. En este estilo de pensamiento, alguien está siempre
haciendo algo a otra persona y ésta no tiene la responsabilidad de expresar sus
necesidades, decir que no, ni decidir dónde quiere ir o qué quiere hacer.
Algunas personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente. Se
martillean constantemente a sí mismas por ser incompetentes, insensibles, estúpidas,
débiles, etc. Siempre están a punto para creer que se han equivocado. Una mujer
sentía que había echado a perder la tarde entera de su marido porque le hizo
retrasarse quince minutos al ir a una fiesta. Después, como la fiesta terminó temprano,
decidió que había fastidiado a todo el mundo.
13) Los debería
En esta distorsión, la persona se comporta se acuerdo con unas reglas inflexibles que
deberían regir la relación de todas las personas. Las reglas son correctas e
indiscutibles.
Cualquier desviación hacia valores o normas particulares es mala. Como resultado, a
menudo la persona adopta la posición de juez y encuentra faltas. La gente lo irrita. Los
demás no piensan ni actúan consecuentemente. La gente tiene rasgos, hábitos y
opiniones inaceptables que los hace difíciles de tolerar. Deberían conocer las reglas y
deberían seguirlas. Una mujer sentía que su marido debería querer sacarla a pasear
en coche los domingos. Un hombre que amase a su mujer debería llevarla al campo e
invitarla a comer en un lugar acogedor. El hecho de que él no quisiera ir sólo podría
significar que «piensa en sí mismo».
Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son: debería, habría de,
tendría que. No sólo son los demás quienes son juzgados, sino que también la
persona se hace sufrir a sí misma con los debería. Se siente impelida a hacer algo, a
21
ser de alguna forma, pero nunca se molestará en preguntarse objetivamente si
realmente tiene algún sentido.
He aquí una lista de los debería más comunes e irracionales:
• Debería ser un compendio de generosidad, consideración, dignidad, coraje y
altruismo.
• Debería ser el amante, amigo, padre, profesor, estudiante, esposo... perfecto.
• Debería ser capaz de encontrar una rápida solución a cualquier problema.
• No debería sentirme herido nunca, siempre debería estar feliz y sereno.
• Debería conocer, entender y preverlo todo.
• Debería ser siempre espontáneo y al mismo tiempo debería controlar siempre mis
sentimientos.
• No debería sentir ciertas emociones, tales como cólera o celos.
• Debería amar a mis hijos por igual.
• No debería equivocarme nunca.
• Mis emociones deberían ser constantes.
• Debería confiar totalmente en mí mismo.
• Debería ser siempre extremadamente eficiente.
14) Tener razón
En esta distorsión, la persona se pone normalmente a la defensiva: tiene que probar
continuamente que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones del mundo
son justas y todas sus acciones adecuadas. No está interesado en la posible veracidad
de una opinión diferente a la suya, sino sólo de defenderla. Cada decisión que toma es
justa, todo trabajo realizado está bien hecho. Nunca se equivoca.
Las opiniones de este tipo de personas raramente cambian porque tienen dificultad
para escuchar nuevas informaciones. Cuando los hechos no encajan en lo que ya
creen, los ignoran.
22
Un mecánico tenía la costumbre de entrar en un bar para tomar tres o cuatro copas
camino de casa. Frecuentemente regresaba después de las siete, y su esposa nunca
sabía cuándo debía tener la cena preparada. Cuando ella se le enfrentaba, él se
encolerizaba y decía que un hombre tiene derecho a un poco de descanso. Le
reprochaba que ella estuviese tranquilamente en casa, mientras él tenía que arreglar
coches todo el día. El mecánico debía tener razón y no podía comprender el punto de
vista de su esposa.
Tener razón le hizo duro de oído. El actuar así también le hizo más solitario, porque
tener razón se considera más importante que mantener unas buenas relaciones
personales.
15) La falacia de la Recompensa Divina
En este estilo de ver el mundo, la persona se comporta «correctamente», en espera de
una recompensa. Se sacrifica y trabaja hasta quedar extenuada, y mientras tanto
imagina que está coleccionando puntos angelicales que podrá cobrar algún día.
Una madre de familia preparaba comidas sofisticadas para los suyos y hacía postres y
labores de punto de mucho trabajo. Mandaba a sus hijos a todas las actividades
extraescolares. La casa estaba inmaculada. Permaneció durante años esperando
siempre algún tipo de recompensa o apreciación especial, pero nunca llegó. Poco a
poco se fue haciendo hostil y resentida. El problema fue que mientras ella estaba
haciendo las cosas «correctamente». Se iba quebrando física y emocionalmente. Cada
vez se hizo más retraída y al final nadie quiso permanecer con ella.
2.2. Procedimiento
La Terapia Cognitiva pretende ser algo más que una técnica de Restructuración del
estilo de procesamiento de la información del paciente. La terapia Cognitiva, en opinión
de Beck, es una estrategia global sobre la forma de manejar los problemas
presentados por el paciente. Su aportación más evidente se encuentra en las técnicas
de Reestructuración Cognitiva, sin embargo eso no significa que un terapeuta
“cognitivo” no adecuada a otro tipo de técnicas, como las ofrecidas por la tradición más
conductista. De hecho, es frecuente que recurra a técnicas conductuales, si bien el
enfoque para la aplicación de dichas técnicas es puramente cognitivo. Por ejemplo,
cuando se utiliza una “programación de actividades” para el tratamiento de la depresión
23
en un paciente “convencido” de que es un “inútil” y que “ya no sirve para nada,” el
propósito no es tanto el “aumento del nivel del reforzamiento positivo” sino la
demostración empírica de que el paciente NO es incapaz de hacer actividades. Ese
experimento es una buena forma de demostrar la falta de respaldo empírico para la
creencia sostenida por nuestro paciente depresivo.
La terapia cognitiva, en definitiva, se apoya en el principio de que el modo en que
construimos el mundo percibido (externo e interno a nosotros mismos) es lo que
determina nuestras emociones y conductas. La tarea de terapia irá dirigida siempre a
ayudar al paciente a darse cuenta de cómo éste construye el mundo que percibe y
cómo ese modo de construir el mundo se encuentra en la base de sus emociones y
conductas.
Para tal fin el terapeuta se valdrá de distintas estrategias, unas “más cognitivas” y otras
“más conductuales”; la meta siempre es la misma: Que el paciente se dé cuenta de su
papel activo en el control de sus emociones y conductas e introduzca la
correspondiente modificación cognitiva (en esquemas y pensamientos automáticos).
2.2.1. Fases:
Durante las primeras sesiones, el papel del terapeuta es bastante activo a la hora de
surgir hipótesis a comprobar y actividades a realizar. Conforme la terapia progresiva,
se va cediendo protagonismos al paciente en el diseño de las tereas que realizará
entre sesiones. La estructuración de la terapia, por tanto, se va diluyendo conforme la
fase final se acerca. Las etapas en las que puede ser dividido el proceso de la Terapia
Cognitiva de Beck son 4.
a) Educativa: Instruir al paciente en el modelo que la terapia cognitiva ofrece para
el trastorno que él padece.
b) Entrenamiento: Entrenamiento en la observación y registro de pensamientos
automáticos.
c) Aplicación (Primera Fase): Examinar y someter a prueba de realidad las
imágenes y los pensamientos automáticos.
d) Aplicación (Segunda Fase): Detección y modificación de esquemas básicos.
A continuación, se examinará con cierto detenimiento cada una de estas fases.
24
2.2.1.1. Instruir al Paciente en el Modelo Cognitivo:
En un primer acercamiento puede ser muy provechoso intentar conocer qué creencia
tiene el paciente sobre lo que le está pasando y porqué. Es típico que el paciente haya
recibido ya otras explicaciones distintas de la mantenida por el modelo cognitivo; unas
veces por parte de otros profesionales y otras por parte de amigos, familiares y
conocidos. Conviene dedicar tiempo a este apartado, pues las creencias que el
paciente mantiene sobre las variables causales y mantenedoras de su problema
pueden interferir con la aplicación de las técnicas cognitivas. Además, es un momento
excepcional para ir introduciéndonos en el mundo cognitivo lingüístico del paciente. La
idea principal que debe comunicarse es que sus emociones y sus conductas están
causadas por los pensamientos automáticos que se disparan a partir de una serie de
condiciones previas, tal como los esquemas subyacentes y los eventos estresantes
que potencialmente pueden activarlos. Para ello puede ser suficiente con un par de
ejemplos bien adaptados a su nivel intelectual y lingüístico.
Es conveniente que el primer ejemplo no esté relacionado con su problema para que
le sea más fácil establecer una perspectiva. Debe subrayarse el papel activo que el
terapeuta concede a sus pacientes. La misión es descubrir conjuntamente con el
paciente qué pensamientos automáticos se disparan y en qué situación lo hacen. El
objetivo será buscar evidencia a favor y en contra de dichos pensamientos, para
determinar su validez. En una fase posterior se pasará a ver qué contenidos se han
venido repitiendo y qué esquemas básicos se pueden inferir de ellos. El objetivo es el
mismo: Buscar evidencias a favor y en contra de dichas creencias básicas, para
determinar la validez de las mismas.
2.2.1.2. Entrenamiento en la Observación y Registro de Pensamientos Automáticos:
Esta fue una etapa crucial. Lograr que el paciente observe y registre cuidadosamente
sus pensamientos automáticos es esencial para el buen curso de la Terapia Cognitiva.
El razonamiento es sencillo. Si se supone que la base de la perturbación emocional y
o conductual se haya determinada proximalmente por los pensamientos automáticos,
entonces, que se conozcan bien qué pensamiento automáticos se disparan es
fundamental.
Conviene hacer una buena descripción de que son los pensamientos automáticos, así
como de las imágenes que pueden resumirlos. Es esencial aportar ejemplos
25
abundantes y cercanos a la experiencia del paciente. Se intentará demostrar a su vez,
el papel que dichos pensamientos tienen en las emociones y en la conducta del
paciente. En este momento se le encarga que lleve un registro diario de estos
productos cognitivos para su posterior análisis.
Un ejemplo de formulario para el autorregistro en la Terapia Cognitiva se encuentra en
la Tabla 4. Este formulario se divide en dos partes, aplicables cada una en función del
estadio de la terapia en el que se encuentren terapeuta y cliente. En una fase inicial
de evaluación se utilizaran las cuatro primeras columnas sólo. Se `pedirá al paciente
que lo rellene, por ejemplo, cada vez que se sienta mal. En ese momento deberá
consignar los siguientes elementos: a) Fecha y hora aproximada en la que tiene lugar
el registro; b) La situación o el recuerdo que le hace sentir mal; c) Los pensamientos
automáticos y las imágenes que tienen lugar, así como el grado de credibilidad que le
otorga a dichos productos (por ejemplo, valorado en un porcentaje); d)Las emociones
que experimenta, así como la intensidad de las mismas (valoradas en una escala de 1
a 10, por ejemplo). En una etapa posterior ,cuando se comience la reestructuración
cognitiva propiamente dicha, se pedirá que rellene todas columnas de dicho formulario,
consignando en las dos últimas los pensamientos racionales que puede generar para
corregir las distorsiones contenidas en los pensamientos automáticos, así como el
grado de credibilidad que les otorga y la nueva intensidad alcanzada por las
emociones.
Tabla 4. Ejemplo de Autorregistro.
Fecha y Hora
Situación Pensamientos Automáticos (% de creencia)
Emociones (Intensidad)
Cuestionamiento(% de creencia)
Emociones (Intensidad)
6/01/1311:45
Viendo una película de Terror.El corazón le late muy deprisa.
Me va a dar un ataque al corazón y voy a morir.(80%)
Miedo(8 sobre 10)
El corazón late deprisa porque la película me tiene en tensión. La taquicardia es normal cuando nos emocionamos mucho. (60%)
Miedo (3 sobre 10 )
2.2.1.3 Examinar y Someter a Prueba De Realidad los Pensamientos Automáticos
26
El objetivo es que el paciente obtenga una visión más realista del mundo y de sí
mismo, una interpretación de la realidad más apoyada en evidencias y datos empíricos.
No se trata de que el paciente vea la vida” de color de rosa”, el contenido consiste en
analizar las distorsiones cognitivas que tienen lugar y someter a prueba las creencias
básicas contenidas en sus esquemas.
El procedimiento se basa en el (cuestionario socrático) del apoyo empírico que
sostiene a los pensamientos automáticos e imágenes generadas.
EJEMPLO. Una paciente que presentaba un cuadro agorafóbico sin historia de ataques
de pánico, se encontraba en la siguiente situación: tenía un quiste benigno en el útero
y el ginecólogo le había prescrito medicación hormonal. En el prospecto de dicha
medicación, la paciente leyó que “le iba a producir un paro cardiaco o un derrame
cerebral”. A partir de ahí mantuvo la siguiente conversación:
Terapeuta.- ¿Realmente piensas que tomar ese fármaco te producirá un derrame
cerebral o un para cardíaco?
Paciente.- Claro que si
Terapeuta.- ¿Qué evidencias tenemos de que los derrames cerebrales y los paros
cardiacos se produzcan con ese fármaco?
Paciente.- No lo sé. En el prospecto lo decía.
Terapeuta.- Los fármacos que prescriben los médicos están aprobados por las
autoridades sanitarias, tras demostrar que los beneficios que aportan superan a los
efectos secundarios que su uso conlleva , no obstante , los laboratorios farmacéuticos
están obligados, por ley, a especificar los efectos adversos que puedan provocar los
fármacos que comercializan. ¿Tú crees que tu médico te puede recetar un fármaco que
te perjudica más que te beneficia?
Paciente.- No
Terapeuta.- ¿Por qué?
Paciente.- Porque tengo confianza en él.
27
Terapeuta.- Que el prospecto indique que puede producir como efecto secundario un
derrame cerebral ¿significa que todo aquel que tome el fármaco va a sufrir un derrame
cerebral?
Paciente.- No
Terapeuta.- ¿Por qué?
Paciente.- Porque entonces se prohibiría el uso de ese medicamento.
Terapeuta.- Luego no tenemos evidencias de que todo aquel que tome el medicamento
tiene que sufrir, necesariamente, un derrame cerebral.
Paciente.- Es cierto.
2.2.1.4. Detección y Modificación De Esquemas Básicos
Tras la práctica prolongada de detección de pensamientos e imágenes automáticos
suelen hacerse evidentes ciertos patrones de pensamiento que apuntan a
determinadas creencias básicas. Cuando esto no es así se puede indagar sobre los
supuestos básicos del paciente a través de diferentes estrategias, como por ejemplo
las que siguen:
a) Determinar los acontecimientos o situaciones ante los cuales se experimenta
especial alegría o bienestar, lo que permitirá averiguar los criterios de éxito que baraja
el paciente (reconocimiento social, bienes materiales, etc.) y qué consecuencias
emocionales tiene el no alcanzar dichos criterios.
b) Pedir al paciente que intente explicar por qué pueden sentirse bien o mal otras
personas, ello permitirá arrojar luz sobre los supuestos básicos sostenidos.
Una vez detectada las creencias básicas es necesario proceder de modo tentativo,
actuando como si fuesen hipótesis de trabajo que se deben validar conjuntamente
entre terapeuta y paciente. Para ello se puede plantear experimentos que lleven a la
recogida de nuevos datos empíricos y lograr evidencia a favor o en contra del
contenido de los esquemas establecidos.
La tarea de modificar los esquemas puede generar temores y resistencias debido a
que dichos esquemas suponen formas básicas de canalizar el procesamiento de la
28
información que son establecidas en las etapas más tempranas de la vida y, por tanto,
constituyen el modo en el que el paciente ha aprendido a entenderse a sí mismo y al
mundo. Los esquemas son de algún modo desde esta perspectiva, la “personalidad”
del paciente. Pedirle que deje de pensar así, puede ser asimilado a la petición de dejar
de ser uno mismo. Una persona que ha organizado su vida en torno a la importancia
de ser amado y aceptado por los demás y especialmente por su pareja, por ejemplo,
puede deprimirse gravemente tras un divorcio. Planificarle actividades placenteras,
reestructurar pensamientos automáticos como “ya no valgo nada, nunca volveré a
casarme o nadie podrá quererme como él me quiso”, puede ayudar a esa persona a
superar su depresión. Lo que se está haciendo es mitigar la preponderancia del
esquema básico, pero no su eliminación. Esta persona podrá volver a casarse y podrá
volver a deprimirse tras un segundo divorcio, si cabe con más intensidad que en la
primera ocasión, pues ahora tiene (doble confirmación).
El beneficio de trabajar los esquemas básicos es la prevención de recaídas en
pacientes con trastornos del Eje I del DSM-IV (por ejemplo trastornos de ansiedad,
trastornos depresivos, etc.) Cuando se trata a pacientes que sufren trastornos de la
personalidad, el objetivo básico de la terapia es la modificación profunda de sus
esquemas básicos.
3. TERAPIA RACIONAL- EMOTIVA- CONDUCTUAL DE ELLIS (TREC)
3.1. Bases teóricas y Experimentales.
La terapia Racional - emotiva – conductual fue desarrollada por Albert Ellis en 1962 y
se basa en el supuesto general de que la mayoría de los problemas psicológicos se
deben a la presencia de patrones de pensamiento desadaptativos (Irracionales). Las
personas controlan en gran medida sus propios destinos sintiendo y actuando según
los valores y creencias que tienen.
3.1.1. Modelo A-B-C
En el modelo de la Terapia Racional – Emotiva – Conductual, A es acontecimiento
activador, un suceso real y externo que se le presenta al sujeto. B (belief = creencia) es
la cadena de pensamientos (autoverbalizaciones) que la persona utiliza como
respuesta a A; es la valoración que hace el sujeto del evento acontecido. C representa
la consecuencia emocional o conductual del sujeto.
29
Para Ellis C no es consecuencia directa de A; sino de B, ya que dependiendo de la
interpretación B) que haga el sujeto del evento acaecido A) experimentara unas
consecuencias emocionales u otras C). Una ilustración de este supuesto se puede ver
en la tabla 5.
Tabla 5. Consecuencias emocionales y conductuales de diferentes creencias activada
a partir de un mismo acontecimiento.
A (Acontecimiento) B (Creencia) C (Consecuencias)
He perdido mi trabajo.
“¡¡¡Debo tener ese puesto de trabajo!!!
No puedo vivir sin él. Considero que es
horrendo perderlo. Les he fallado a mi
mujer y a mis hijos. No merezco vivir.
Quien me va a dar trabajo? A mí con mi
edad? Etc. “
Consecuencia emocional:
Depresión.
Consecuencia Conductual:
Quedarse acostado en vez de
buscar empleo.
“Me da igual conservar o perder este
puesto de trabajo”
Consecuencia Emocional:
Indiferencia.
Consecuencia Conductual:
Búsqueda de un nuevo empleo.
“Me alegro de que me despidieran. Este
puesto de trabajo era un mal rollo y el
jefe un ogro. Ahora podré cobrar el
paro… etc.”
Consecuencia Emocional: Alivio
y alegría.
Consecuencia Conductual:
Búsqueda de un nuevo empleo.
Como puede observarse claramente, la clave de las consecuencias emocionales y
conductuales se encuentran en el tipo de creencias que se activan ante un
acontecimiento dado. En el primer caso del ejemplo mostrado en la tabla 5 se efectúan
valoraciones negativas del acontecimiento y ellas le siguen consecuencias
emocionales y conductuales desadaptativas (depresión y afrontamiento pasivo de las
circunstancias). En el segundo caso se da una valoración neutra, a lo que le sigue una
consecuencia emocional más adaptativa (pues al menos no interfiere en la búsqueda
de un nuevo trabajo). En el tercer caso, al acontecimiento activador le sigue una
valoración positiva, que tiene como consecuencia emocional alivio y alegría y como
consecuencia conductual la búsqueda de un nuevo empleo. Ellis mantiene que la gente
tiende a atribuir C a A, este es, la depresión y la pasividad al despido, en vez de
atribuirlo a B, la valoración catastrofista de la pérdida del puesto de trabajo.
30
El modelo A-B-C debe ser considerado como una alternativa más a la hora de explicar
la génesis y mantenimiento de los problemas psicológicos.
Su secuencia A-B-C se completa con el tratamiento o Reestructuración Cognitiva (D) y
sus resultados o forma más adaptativa de interpretar y valorar los eventos (E), dando
lugar a las nuevas emociones y conductas. (Véase tabla 6.)
Tabla 6. Fases y objetivos que integran el proceso de la terapia Racional Emotiva
Conductual.
Fases Objetivos
A Establecer los acontecimientos activadores, los pensamientos o los
sentimientos que tienen lugar justo antes de que el paciente se
sienta perturbado emocionalmente o de que actúe de modo
contraproducente.
B Desvelar las creencias racionales que median entre los elementos
activadores y la perturbación emocional o la conducta
desadaptativa.
C Codificar los sentimientos perturbadores y conductas desadaptadas
que tiene lugar como consecuencia de las creencias irracionales.
D Discutir las creencias irracionales sostenidas en B, bien de modo
socrático o por otros medios.
E Poner de relieve las creencias racionales adaptativas que surgen de
la discusión de las creencias irracionales (des adaptativas)
F Codificar los nuevos sentimientos y conductas que surgen como
consecuencia de la reestructuración de las creencias irracionales.
Así, retomando nuestro ejemplo de la tabla nuero 6. Cucando un cliente acude a
terapia por depresión, el terapeuta podría razonar de la siguiente forma (en la fase de
restructuración cognitiva):
“No es cierto que te hayas deprimido por haber perdido el empleo (A no es la causa
de C); sino que te has hundido porque pensabas que perder es puesto de trabajo era el
fin del mundo (B sí es la causa de C). Fíjate que si hubieras pensado que te daba igual
perderlo o conservarlo, o incluso que era mejor perderlo, no te habrías deprimido.
Como tu trabajo era realmente bueno y a ti te interesaba, debes pensar que habría sido
mejor conservar tu puesto de trabajo, pero si te despiden eso no es el fin del mundo.
31
Evidentemente te sentirías triste, pero no deprimido y podrás buscar otro empleo,
quizás mejor que el que tenías anteriormente.”
Como resultado de este tipo de discusiones, el cliente podría cambiar su pensamiento
y creer que el puesto de trabajo que tenía era muy deseable, pero no absolutamente
necesario. También se podría convencer de que tener o no un puesto de trabajo no
significa que uno se mejor o peor persona. De este modo el malestar que experimenta
podría ser mucho menos intenso, lo que podría permitirle que empezase a buscar un
nuevo empleo.
3.1.2. Creencias Irracionales:
Ellis sostiene que en nuestra sociedad, la familia y otras instituciones, directa o
indirectamente nos adoctrinan de tal modo que llegamos a creer una serie de ideas
supersticiosas o sin sentido, las cuales le producen al ser humano trastornos
emocionales. (Véase la tabla 7)
Tabla 7. Algunas de las Principales creencias irracionales y sus correspondientes
alternativas
Creencias Irracionales
(Desadaptativas)
Alternativas Racionales (Adaptativas)
“Es una necesidad calamitosa para un
adulto ser amado o tener la aprobación
de todos por cada cosa que se hace”
Concentrase en la propia dignidad, en ganar la
aprobación para objetivos necesarios (como el
progreso en el trabajo), y en amar más que en
ser amado.
“Ciertos actos son erróneos, o
malvados, o infames, y las personas
que realizan estos actos deberían ser
castigados severamente”
Ciertos actos son inapropiados o antisociales y
las personas que los realizan son siempre
estúpidas, ignorantes, o perturbadas
emocionalmente.
“Es terrible, horrible, y catastrófico
cuando las cosas no van como
nosotros quisiéramos”
Es muy grave cuando las cosas no van como
nos gustarían que fueran y deberíamos intentar
cambiarlas o controlar las situaciones
incomodas.Cuando ello no sea factible, lo mejor
sería aceptar su existencia y dejar de decirse a
un mismo lo terribles que son.
32
3.2. Procedimiento
La aplicación de la TREC incluye las siguientes fases.
3.2.1. Presentación al Cliente de LA Filosofía de la TREC.
El terapeuta informa al cliente de los supuestos que explican la génesis y el
mantenimiento de su problema, enfatizando el pale de los pensamientos irracionales
en el malestar subjetivo y en el comportamiento desadaptativo (modelo A-B-C)
El objetivo de esta fase inicial es persuadir al cliente que los acontecimientos externos
contribuyen ´parcialmente a originar los sentimientos negativos, pero que no los
causan directamente.
Una vez que el cliente acepta que son sus creencias irracionales son el factor que más
contribuye a su trastorno se pasa a la siguiente fase.
3.2.2. Identificación de los pensamiento irracionales:
Esta tarea se realiza mediante en entrenamiento en discriminación, la observación
sistemática y la evaluación lógica empírica de las autodeclaraciones del cliente. El
terapeuta también contribuye a esta identificación proporcionando retroalimentación.
Para el descubrimiento de las creencias irracionales existen dos procedimientos:
a) El cliente busca sus debería o sus tiene que ser, esto es, la necesidad o
imperativos internos que experimenta ante un acontecimiento externo activador
y que causan su perturbación al convertir sus deseos en necesidades
categóricas, sus preferencias en exigencias. En este sentido, Ellis afirma que
cuando se experimenta un problema emocional, se puede suponer que la
persona exige algo de forma absoluta, se siente horrible por no conseuir lo que
reclama, anda lloriqueando constantemente por no lograrlo y concluye que él o
cualquier otra persona es despreciable por actuar de una forma peculiar.
b) El cliente reconoce la existencia de cualquiera de las creencias irracionales más
extendidas, bien en un listado que le entrega el terapeuta, bien en un
autoinforme estandarizado en los cuales el sujeto indica si está o no de
acuerdo. El autoinforme evalúa 10 creencias irracionales, cada una de ellas
mediante diez enunciados.
33
3.2.3. Discusión
El terapeuta intenta persuadir didácticamente al cliente sobre la irracionalidad de sus
creencias, modelando sistemas de creencias adecuados y reforzando los cambios
observados. La reestructuración cognitiva consiste en debatir las irracionalidades
detectadas, enseñando a distinguir entre pensamiento lógico e ilógico (adaptativo vs
desadaptativo), llevando a cabo una reconceptualización, que ayude a modificar las
sobregeneralizaciones y a valorar los acontecimientos de forma más realista y menos
catastrófica.
En esta fase se utiliza las tareas para casa, a fin de facilitar la autoobservación en
situaciones reales y generar material para las discusiones terapéuticas.
34
Conclusiones
La reestructuración cognitiva es una técnica psicológica, el objetivo de la cual
es identificar, analizar, y modificar las interpretaciones o los pensamientos
erróneos que las personas experimentan en determinadas situaciones o que
tienen sobre otras personas.
Resumiendo, en la vida cotidiana no se puede estar constantemente
observando los propios pensamientos, por lo tanto, es necesario tener
indicadores que sirvan como señales para advertirnos. Es recomendable que,
antes, durante y después de las situaciones que son difíciles para ustedes, o
bien cuando experimenten estados emocionales negativos. Se pregunten lo que
están pensando en ese momento.
La manera de aplicar la reestructuración cognitiva dependerá básicamente del
tiempo del que se dispone. En el caso de que se tenga tiempo suficiente se
puede hacer todo el procedimiento paso a paso. Si no se dispone de este
tiempo se pueden hacer unas pocas preguntas que ayuden a ver la realidad de
forma más objetiva.
Cuando se aplica la reestructuración cognitiva a otra persona se han de
introducir preguntas dentro de una conversación normal, no como si fuera un
interrogatorio. En casos de problemas graves lo máximo que se puede
conseguir es hacer ver a la persona que necesita la ayuda de un profesional.
Un cliente puede no cuestionar cuidadosamente una cognición o puede no
encontrar datos persuasivos. En estos casos, el cliente puede limitarse a aplicar
de modo mecánico respuestas estándar tales como “no hay datos para esta
creencia” o “no tiene sentido creer esto”. Queda así claro que el cliente no está
convencido de lo que se dice, tal como refleja frecuentemente su tono de voz.
De esta forma, los efectos son nulos. Se trataría entonces de ayudar al cliente a
examinar los propios pensamientos más cuidadosamente y a buscar datos más
persuasivos.
35
Bibliografía
Técnicas de Reestructuración Cognitiva
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/12302/1/Reestructuraci%C3%B3n.pdf
Reestructuración Cognitiva
http://www.forofs.com/La-Reestructuracion-Cognitiva-h5.htm
José Olivares Rodríguez, Francisco Javier Méndez Carrillo. Técnicas de Modificación de conducta.
Reestructuración Cognitiva
http://virtual.uaeh.edu.mx/repositoriooa/paginas/OA_iemocional/tcnica_de_la_reestructuracin_cognitiva.html
Reestructuración Cognitiva
http://www.slideshare.net/GemmaSanchezCarrero/la-reestructuracin-cognitiva
Pensamientos Automáticos
http://www.psikologo.biz/gaztelania/04_ayuda/04_ayuda_02_combatir.pdf
Pensamientos y creencias
http://www.diproredinter.com.ar/articulos/pdf/acbcognitivo.pdf
36