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Summa Psicolgica UST (CC BY 3.0)ISSN: 0718-0446 (impresa)SUMMA PSICOLGICA UST2015, Vol. 12, N 1, 5-7Introduccin:Saberes y prcticas psicolgicos desde los estudios sociales de la ciencia y la tecnologaIntroduction: Knowledge and psychological practices from the social studies of science and technologyBruno Jaraba Barrios1Pontifcia Universidad Javeriana, Bogot, Colombia1 Bruno Jaraba Barrios. Psiclogo de la Universidad del Norte, Magister en Sociologa con nfasis en Estudios Sociales de la Ciencia de la Univer-sidad Nacional de Colombia. Investigador del Grupo de Estudios Sociales de la Ciencia, la Tecnologa y la Medicina de la Universidad Nacional de Colombia y del Observatorio de la Calidad de la Psicologa Acadmica en Colombia, de ASCOFAPSI. E-mail: [email protected] 1975, David Bloor, profesor de la Universidad deEdimburgo,publicunbrevevolumentitulado Conocimiento e Imaginario Social (Bloor, 1975/1988), en el cual lanzaba la propuesta, no poco inmodesta, de emprender una sociologa del conocimiento cientfco que, dejando de lado los veredictos de verdad y falsedad sobre los enunciados cientfcos, abordara de manera simtricalascausassocialesdetalesveredictos.La sociologa estara as habilitada para acceder al anlisis del epicentro de la produccin cientfca, en lugar de permanecer en la periferia de los experimentos falli-dos y las teoras descartadas, adonde la epistemologa vigentelahabarelegado,alsostenerqueenciencia sloelerroradmiteexplicacionessociales,mientras laverdadesproductoexclusivodeljuiciosoempleo delalgicaracionalydelmtododeobservacin cientfco, al margen de cualesquiera condiciones so-cioculturales circundantes. El programa fuerte, como llamara Bloor a su propuesta, no slo abra un campo inexplorado hasta entonces por la investigacin social, sino que realizaba una audaz apuesta epistemolgica al relativizar el conocimiento cientfco, considerndolo una produccin social. Muy pronto apareceran nuevos trabajos que lleva-ran ms lejos esa apuesta. La vida en el laboratorio (1979), de Bruno Latour y Steven Woolgar y La ma-nufacturadelconocimiento(1981),deKarinKnorr-Cetina,presentaronaproximacionesetnogrfcasal trabajo cotidiano de los cientfcos, que revelaron cmo los hechos de la naturaleza, ms que descubiertos, son producidos(fabricados,manufacturados)mediante un complejo entramado a la vez social y tcnico que visibiliza, delimita y estabiliza esos hechos en forma deenunciadosverbalesintegradosenloscircuitos depublicacincientfca.Lagnesissociohistrica delestatutodeverdadquesostienelainvestigacin experimentalseradesplegadaporStevenShapiny SimonSchafferensutrabajosobrelaRoyalSociety ylascontroversiasflosfcasentreThomasHobbes y Robert Boyle durante el s. XVII, El Leviathan y la bomba de vaco (1985). Adems de subrayar el carcter socialmentecontingentedelconocimientocientfco, estostrabajosmostraronladimensinmaterialdel mismo, irnicamente desdeada por la epistemologa, al resaltar el papel que los instrumentos y las habilida-des tcnicas no codifcadas juegan en ese proceso de produccin del conocimiento. Loltimopermiti,engranmedida,lainclusin de los asuntos tecnolgicos en nuevas investigaciones deestemismoespritu.LacompilacindeTrevor Pinch,WiebeBjikeryThomasHughes,Thesocial constructionoftechnologicalsystems(1987),pre-sentaradiversostrabajosconvergentesensuacento enlasdinmicassocialesdelplanteamiento,diseo y produccin de innovaciones tcnicas, que dejan de servistascomosolucionesracionalesindiscutibles aunproblemaobjetivamentedefnido,sinocomoel resultado de la negociacin de intereses entre diversos grupos sociales involucrados. Y en tanto que conectada con intereses, la innovacin tcnica muestra entonces un indudable carcter poltico. 6SUMMA PSICOLGICA UST 2015, Vol. 12, N1, 5-7Bruno Jaraba BarriosPorlamismapoca,Latoursemova,juntocon MichelCallonyJohnLaw,haciaunaextensindel principio de simetra propuesto por Bloor una dcada atrs:yanoaplicarlosloaenunciadoscientfcos, sinoalosparticipantesdelprocesosocial,demodo queenesteseincluyerantantolosagenteshumanos como los no-humanos (objetos y fenmenos naturales, as como artefactos tcnicos), como parte de un mismo entramado que mantena la existencia de la sociedad. Se propona as la teora-actor-red (Callon, 1986; Latour, 1987; Law, 1986). Desde entonces, estas orientaciones terico-meto-dolgicas, que pasaron a ser reconocidas en su conjunto bajo la denominacin estudios sociales de la ciencia y la tecnologa (ESCT), han logrado consolidarse como parte imprescindible del panorama intelectual contem-porneo. Del mismo modo como en su constitucin y operacinadoptanrecursosdediversasdisciplinas, comolasociologa,laantropologa,lahistoriayla flosofa,losproblemasqueabordaataenalasms diversas reas del saber, desde la astrofsica (Collins, 2004) hasta la medicina (Mol, 2002), pasando por la meteorologa (Jasanoff, 2013), as como a los ms dis-miles sistemas tcnicos, sea el malogrado transbordador espacialChallenger(Pinch,1991),lafertilizacin in-vitro(Mulkay,1997),oelproyectoinformtico promovido por el gobierno de Allende para el manejo delaeconomachilena(Medina,2013).Ensocieda-des como las contemporneas, en las que los asuntos deinterspblicoinvolucrandemaneracrecientela intervencin de saberes expertos y la interaccin con plataformas tecnolgicas, los ESCT se presentan como una fuente de agudas y pertinentes refexiones, emp-ricamente sustentadas y tericamente elaboradas para enriquecer el debate acadmico, la opinin pblica y las propuestas polticas. Tambin en el campo psicolgico estas perspecti-vas han tenido efecto. As, por ejemplo, poco tiempo despusdepublicadaslasformulacionesdeBloor, KurtDazingerpropondra,en1979,unasociologa del conocimiento psicolgico, que indagara, siguiendo lasdirectricesdelprogramafuerte,lascondiciones socioculturalesquedabanformaalcontenidosus-tantivodelacienciapsicolgica.Eldistanciamiento respecto a los modelos progresivos y acumulativos del conocimiento que esta perspectiva impone permiti a Danziger nuevas formas de comprensin, sobre todo encuantoalasprimeraspsicologasexperimentales institucionalizadas en el s. XIX en Alemania y USA, quesonyaunreferenteineludibledelconocimiento histrico sobre la psicologa. Por su parte, Nikolas Rose (1996), construira su modelo de historia crtica de la psicologa mediante una muy sugerente integracin de la genealoga foucaultiana con elementos de los ESCT, en particular de la teora-actor-red y las etnografas de laboratorio. Si la perspectiva genealgica permite un examen de las formas de ejercicio del poder psy, los ESCTiluminanlosmodoscontingentesdeconstitu-cin del saber integrado a ese poder. La produccin de discursos y prcticas psicolgicas como dispositivos, efcacesparalaproduccindesujetosgobernables, en el marco de las democracias liberales modernas y contemporneas,hasidoampliamentedetalladapor este autor. PerosibienlosESCTproveenefcacesinstru-mentosparanovedosasyreveladorasindagaciones histricas, no se limitan slo a ello, como lo prueba de que en su obra programtica, Realidades y Relaciones, Kenneth Gergen (1994) destaque la perspectiva de los ESCT como un referente fundamental para el programa construccionistasocial.Enefecto,larelativizacin sociohistrica del conocimiento cientfco promovida por aquellos, permite formular, como lo hace Gergen, una nocin tambin histricamente relativa del cono-cimiento psicolgico. De este modo, los ESCT hacen yapartedeunadelascorrientesmsinnovadorasy desafantes de la psicologa contempornea.Los anteriores modelos son tambin aquellos por medio de los cuales la perspectiva movilizada por los ESCT ha sido ms ampliamente apropiada y usada en el mbito latinoamericano. Por contraste, los trabajos que tomando directamente formulaciones producidas en el campo ESCT analizan objetos, prcticas o saberes psicolgicos, son an contados. Por ello en el presente nmerodeSummaPsicolgicaUSTsepresentaun conjuntodetrabajosorientadosenestascoordena-das,procedentesdediversospases,enfrentadosa problemas y objetos heterogneos y que hacen uso de herramientas diversas dentro del repertorio del campo. Esto con el fn de presentar a la comunidad psicolgica de la regin la diversidad de anlisis que permite tal perspectiva e invitar a emprender nuevas iniciativas de anlisis de casos locales haciendo uso de los recursos que aporta para examinar la produccin, circulacin, apropiacin y efectos del conocimiento y las prcticas tecnocientfcas.El trabajo presentado por Fierro, por ejemplo, nos acerca a uno de las modelos de anlisis ms caractersti-cos de los ESCT, como son los anlisis de controversias, haciendo nfasis en cmo desde esta perspectiva, tales episodios de conficto entre diversas posiciones disci-plinares no responden a irrupciones indeseables de lo 7SUMMA PSICOLGICA UST 2015, Vol. 12, N1, 5-7Introduccin: Saberes y prcticas psicolgicos desde los estudios socialesde la ciencia y la tecnologapsicolgico en el campo de lo epistmico, sino a una tendencia propia deladinmica social de laciencia. Asimismo, el cierre de las controversias, es producto de acciones sociales y puede ser caracterizado por factores de esta ndole, ms que por otros de carcter puramente epistmico. Son factores institucionales, como las dife-rencias de estatus de los implicados dentro del campo disciplinar,olosrecursosretricospromovidospor ellos,obienlasalianzasquepuedanlograr,lasque defnen la conclusin de las controversias cientfcas, mientrasquenocionescomolasdelapresentacin delaevidenciaindiscutibleolarealizacindeun experimento crucial, resultan ms bien productos de narrativas histricas posteriores a los hechos que tien-den a robustecer la versin triunfante en la controversia. Dos episodios histricos muy distintos se abordan en dos de los trabajos presentados aqu. El caso de la apropiacin realizada a principios del s. XX por edu-cadores colombianos de los modelos pedaggicos de Montessori y Decroly para la formacin de la infancia dentro de los ideales de una nacin moderna y liberal, es presentado por Soto Triana, quien muestra cmo, por un lado, en las instancias prcticas los lmites discipli-nares resultan inciertos,as comoes incierta la lnea que sobre todo en el caso de las ciencia psy separa ciencia, poltica y subjetividad. Pegden y Ferreira, por su parte, emprenden una historia alternativa de las tera-pias de orientacin fenomenolgica, considerndolas, segn el precepto latouriano, como redes heterogneas de actores que dieron forma a enunciados y prcticas (i.e. a terapias) dismiles, la de Boss y la de Binswanger. Queproblemasdelpresenteinmediatopueden serabordadosdesdeestaperspectiva,lodemuestran lasotrasdoscontribucionesquepresentamos.La deParedesSuzarteabordaelexamenPISAdesde unaperspectivaquerenetantolosprincipiosdela teora-actor-red, como el anlisis de controversias, para mostrar cmo desde tales perspectivas este objeto, que en principio podra suponerse unitario y homogneo, resulta mltiple y heterogneo segn los diversos es-cenarios en los que se despliegue su accin. La autora nos expone, entonces, la red desplegada por PISA en Chile y aquella otra desplegada por el mismo dispo-sitivo en Argentina y las formas diversas en que tales redes se han articulado y producen realidades distintas en ambos pases. Por ltimo, Castillo-Seplveda, da muestras de la fexibilidadconceptualdelosESCT,quelepermite, sin salirse de esa matriz analtica, adoptar el concepto foucaultianodeequipamiento,paraanalizarlas manerasenquepacientesconcncerenunaclnica espaola enfrentan las relaciones con su cuerpo y con su vida en general, produciendo un modo de identidad queserdescritocomobiosocial,entantoelcuerpo y sus procesos son entidades producidas socialmente mediante la interaccin con redes de saberes, instru-mentos, discursos y otros cuerpos.Mltiples problemas, variados objetos, diversas me-todologas, conceptos novedosos. He aqu una muestra de lo que los ESCT pueden aportar a la refexin sobre lo psicolgico y sobre la psicologa. Eso y la afrmacin de que as como es producto social, el conocimiento y la prctica psicolgica, son productores de sociedad.ReferenciasBloor,D.(1998).Conocimientoeimaginariosocial.Barcelona: Gedisa.Callon, M. (1986). 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