Download - Trastorno de la personalidad Paranoide
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONALDE PSICOLOGÍA
EXPERIENCIA CURRICULAR DETÉCNICAS DE ENTREVISTA Y OBSERVACIÓN PSICOLÓGICA
TÍTULO
TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
AUTORES
AIQUIPA MORENO, ERICKCARRASCO RAMIREZ, YULCISNEROS TRUJILLO, MARIELLIRUPAILLA ………………, VICTORIA SEGOVIA MONTALVO, PAMELAPIZANGO AMASIFUEN, FRANCISVILLANUEVA HUIRSE, SANDRA
ASESORBELLIDO FIGUEROA, GERARDO MANUEL
LIMA – PERÚ2016
1
La Psicología no puede decir a la gente como deberían vivir sus vidas. Sin embargo, puede proporcionarles significado para un cambio personal y social efectivo.
Albert Bandura
2
Dedicamos el presente trabajo
a Dios por darnos esa fuerza
para seguir adelante día a día
superando las adversidades que se
nos presentan con esa esperanza
que solo Él nos puede dar.
3
En este trabajo queremos agradecer
a nuestras familias por su
comprensión y apoyo en el camino
de la vida universitaria.
4
ÍNDICE
pág.
Epígrafe ii
Dedicatoria iii
Agradecimiento iv
Introducción viii
CAPÍTULO I
TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD
1.1 Conceptualización
1.1.1 Definición de Personalidad
1.1.2 Definición de Trastorno de la Personalidad 11
1.1.2.1 Según DSM IV
1.1.2.2 Según CIE 10
1.1.2.3 Según otros autores 11
1.2 Etiología
1.2.1 Factores Psicológico – ambientales y del entorno
1.2.2 Factores socio – culturales
1.2.3 Factores biológico - genéticos
1.3 Epidemiología (Prevalencia) 12
CAPÍTULO II
TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
2.1 Conceptualización
2.1.1 Según DSM IV
2.1.2 Según CIE 10
2.2 Etiología y epidemiología
2.2.1 Factores preponderantes o posibles causas
2.2.2 Detonantes o desencadenantes
2.2.3 Epidemiología del trastorno paranoide de la personalidad
5
2.3 Sintomatología 13
2.4 Diagnóstico
2.4.1 Criterio Diagnóstico DSM IV
2.4.2 Criterio Diagnóstico CIE 10 14
2.4.3 Diagnóstico Diferencial
2..4.3.1 Trastorno Paranoide esquizoide
2.4.3.2 Otros trastornos
2.4.4 Comorbilidad
2.5 Tratamiento
2.5.1 Farmacología
2.5.2 Psicoterapia
2.5.3 Expectativas (Pronóstico aproximado)
2.5.4 Complicaciones
2.6 Diferenciación entre DSM IV y CIE 10
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
6
INTRODUCCIÓN
Los trastornos de la personalidad se encuentran conceptualizados desde diversos puntos de
vista y/o contextos sin embargo la expresión más general y simplificada de todo se resume en
la versión del DSM IV-TR desde su capítulo 16: “Un trastorno de la personalidad (TP) es un
patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del individuo, tiene su inicio en la adolescencia
o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios
para el sujeto”.
A lo largo de la investigación se dará profundizará los conceptos en relación a la personalidad,
trastornos de la personalidad, trastorno paranoide de la personalidad, tanto como las posibles
causas (etiología), la prevalencia en la población general (epidemiología), los síntomas y/o
características (sintomatología), el diagnóstico, diferenciación con otros trastornos,
comorbilidad, tratamiento desde el punto de vista psicoanalítico y la medicación
(farmacología) empleada en este tipo de TP.
En el primer capítulo de la presente investigación, se da una clara idea de la personalidad y a
partir de ello, se define un TP y su diferencia con un problema psicológico que está presente a
donde quiera que observemos, incluso en nosotros mismos. También se hace referencia a los
diversos factores preponderantes de un TP.
En el segundo capítulo y parte central del presente se da a conocer el TP Paranoide, su
definición desde el DSM IV y el CIE 10, a su vez su posible etiología, prevalencia en la
población, las características de un individuo que padece de este TP, el tratamiento, su posible
pronóstico y por último la diferenciación entre el DSM IV y el CIE 10.
Uno de los objetivos fundamentales de esta monografía es clarificar la idea y/o conocimientos
que se tiene de los TP, en especial de Trastorno Paranoide de la personalidad, mediante un
lenguaje coloquial, en donde se haga sencillo comprender e intercambiar ideologías; en
segundo lugar, está la reflexión para todos nosotros, conociendo un poco más sobre este TP.
7
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
8
1.1 Conceptualización
1.1.1 Definición de la personalidad
Son características físicas, genéticas y sociales que definen a cada persona, como el
comportamiento, sentimiento, actitudes, hábitos y el pensamiento, algo que le
hace diferente y único al resto de individuos, está compuesto por el temperamento
y el carácter, es decir uno es genético y el otro de tipo social, dado que lo
determina el entorno donde se encuentra.
1.1.2 Definición de los trastornos de la personalidad
Cada individuo al nacer tiene cierto modo de personalidad, que es condicionada por
la biología, esta personalidad se va ir modificando a lo largo y transcurrir del tiempo
dependiendo del ambiente en donde vive, cada individuo posee características
psicológicas diferentes profundamente arraigadas difíciles de cambiar.
Para definir los trastornos de la personalidad se cita a Millón. (1998) al respecto nos
menciona que:
“Los trastornos de la personalidad, son estructuras internamente funcionales que se
diferencian a través de patrones fuertemente establecidos, difíciles de cambiar,
como son los recursos, actitudes, conflictos, miedos, guiados por la experiencia
transformando acontecimientos presentes y las anticipaciones futuras, es decir de
experiencia como variaciones del pasado” (p.138).
1.1.2.1 Según el DSM IV
Los trastornos de la personalidad están recogidos en el eje II del DSM-IV junto
al retraso mental.
Según el DSM-IV las características comunes de los trastornos de personalidad son los
siguientes:
9
Son patrones constantes de percibir, relacionarse y pensar, estables y de larga
duración.
Los rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos.
El funcionamiento laboral y/o social está comprometido y existe malestar subjetivo.
Su inicio se remonta generalmente a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Si los criterios diagnósticos están presentes durante un año, excepcionalmente se
podría hablar de un trastorno de personalidad en individual menores de 18 años (salvo
en el caso del trastorno disocial) que se da en la infancia.
De acuerdo con el DSM-IV los trastornos de personalidad se agrupan en tres grupos que se
basan en la similitud de las características. De esta manera los grupos serían:
Grupo A: trastorno paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad.
Estos se caracterizan por tener una conducta extravagante o extraña, por
presentar dificultades en sus relaciones personales con mucha introversión de
por medio, asumen vulnerabilidad a patologías tales como la esquizofrenia,
trastornos afectivos y abuso de sustancias. También presentan elevadas
puntuaciones en psicoticismo y apenas sufren modificación a lo largo de la vida
(en cambio los grupos B y C se agudizan en la juventud y vejez, pero declinan
en la edad madura).
Grupo B: Trastorno histriónico, narcisista, antisocial y fronterizo de la
personalidad. Se caracterizan por dramatismo, emotividad e inmadurez, pero
de él no hablaremos más en esta ocasión.
Grupo C: Trastornos de evitación, dependiente y compulsivo. Son los
trastornos de la ansiedad y el temor.
1.1.2.2 Según CIE 10
Hablamos de CIE – 10 cuando nos referimos a la Clasificación Internacional de
las Enfermedades y Trastornos relacionados con la Salud Mental realizada
por la OMS.
10
Según su Clasificación los propósitos prácticos y epidemiológicos estadísticos relativos
a las enfermedades debieran agruparse de la manera siguiente:
• Enfermedades epidémicas
• Enfermedades constitucionales o generales
• Enfermedades localizadas ordenadas por sitios
• Enfermedades del desarrollo
• Traumatismos
Este patrón fue identificado en los capítulos de la CIE-10. El esquema ha resistido la
prueba del tiempo, aunque de alguna manera arbitraria, todavía es considerado como
una estructura más útil para propósitos epidemiológicos generales que cualquiera de
las alternativas que se han probado.
La CIE básica es una lista de categorías de tres caracteres, cada una de las cuales puede ser
dividida hasta en diez subcategorías de cuatro caracteres.
Volúmenes de La CIE-10 comprende tres volúmenes:
Volumen 1 contiene las clasificaciones principales.
Volumen 2 provee orientación a los usuarios de la CIE.
Volumen 3 es el Índice alfabético de la clasificación.
La mayor parte del Volumen 1 está dedicada a la clasificación principal, compuesta de la lista
de categorías de tres caracteres (Clasificación Internacional de enfermedades).
Definición:
La clasificación de enfermedades puede definirse como Sistema de categorías que se
les asignen a entidades morbosas de acuerdo a criterios establecidos
Propósito:
Permite el registro sistemático, el análisis, la interpretación y la comparación de datos
de mortalidad y morbilidad seleccionados en diferentes países o áreas en diferentes
épocas.
Utilidad:
11
Diagnosticar problemas de salud, que permiten su fácil almacenamiento y posterior
recuperación para el análisis de la información. La práctica se ha convertido en una
clasificación de diagnóstico estándar internacional para los propósitos epidemiológicos
en general y muchos otros para administración de la salud. La C.I.E. es un sistema de
clasificación de ejes variables cuyo esquema debe ser útil para todos los propósitos
prácticos y epidemiológicos, este patrón puede ser identificado en los capítulos de la
CIE, dado que hasta el momento es considerado como la estructura más útil. La C.I.E.
utiliza un código alfanumérico, con una letra en la 1° posición y números en la 2°,3°, y
4° posición; el cuarto carácter sigue a un punto decimal los códigos posibles van por lo
tanto de A00.0 a Z99.9.
1.1.2.3 Según otros autores
Si asociamos los diferentes ámbitos funcionales y estructurales como los
trastornos de la personalidad, se puede observar la expresión de cada
individuo que capta un estilo de personalidad en cuestión. Millon T. y Davis R.
(1998,2001)
1.2 Etiología
1.2.1 Factores Psicológico – ambientales y del entorno
El dominio del psicoanálisis ha llevado a pensar que los factores ambientales
deberían tener un papel dominante en el origen de los trastornos de la personalidad.
Sin embargo, no se ha podido demostrar que las experiencias infantiles sean
determinantes, en particular aquellas que se consideraban cruciales, como la falta de
lactancia, el control de esfínteres, la presencia de onicofagia y otras.
Algunos autores psicoanalíticos como Livesley en 2001, hacen hincapié en el papel de
las relaciones objétales tempranas en el desarrollo de trastornos de la personalidad.
Los individuos con trastorno de la personalidad tienen relaciones inestables con los
otros y con frecuencia alteran las representaciones de los mismos y maniobran con
los sentimientos ligados a ellas.
Para los autores más conductistas, los trastornos de la personalidad constituyen
alteraciones en el aprendizaje y la respuesta a los refuerzos sociales. Las teorías
cognitivas inciden en la distorsión de los esquemas del self y del mundo que dominan
la actividad psíquica de los trastornos de la personalidad.
12
1.2.2 Factores socio – culturales
La cultura moldea la expresión conductual de los trastornos de la personalidad. Por
ejemplo, mientras que en Dinamarca las tasas de autoagresión y suicidio son
elevadas, en otras sociedades del África occidental predomina la heteroagresión y el
homicidio como expresión de la ira, demostrando la existencia de patrones culturales
en lo referente a la atribución de los locus de control. Es posible que los trastornos de
la personalidad reflejen un desacoplamiento entre las características
temperamentales internas y la acción educativa - cultural recibida.
1.2.3 Factores biológico - genéticos
Se sabe que las dimensiones básicas de la personalidad tienen un marcado
componente hereditario. Así, el rasgo neuroticismo es en un 55% heredable y el
rasgo extroversión lo es en un 50%. Kretschmer propuso, en su libro Constitución y
carácter en el año 1921, una estrecha relación entre el biotipo corporal y las
características de la personalidad.
En los estudios categoriales, existen datos que indican que la concordancia para los
trastornos de la personalidad del DSM-III es mayor para los gemelos monocigóticos
que para los dicigóticos. En el mismo sentido, los estudios daneses de adopción
encontraron que la prevalencia de trastornos de personalidad del grupo A
(esquizoide y paranoide) es mayor en los niños con familiares biológicos
esquizofrénicos, pero no en los adoptados por padres esquizofrénicos. Ambos
hallazgos sugieren un papel dominante para la transmisión genética sobre la
transmisión ambiental. Algo parecido ocurre para el trastorno antisocial de la
personalidad, que incide con mayor frecuencia en los hijos biológicos de padres
antisociales (adoptados por otras familias), pero no en los niños con padres adoptivos
antisociales. El trastorno antisocial en varones aparece relacionado con la aparición
de trastorno por somatización en mujeres de la misma familia y con la presencia de
alcoholismo familiar, sospechándose que pudieran tener un origen genético común.
1.3 Epidemiología (Prevalencia)
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la prevalencia de los
trastornos de personalidad se encuentra entre un 5-15% de la población, sin una diferencia
13
clara entre los sexos. La prevalencia disminuye con la edad, esto demuestra la importancia
de los factores madurativos. Asimismo, la prevalencia de trastornos de la personalidad es
mayor en sectores marginales y socialmente desintegrados; sin embargo, cuando se
mejoran las condiciones sociales, las cifras de los trastornos de la personalidad disminuyen.
CAPÍTULO II
TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
14
2.1 Conceptualización
2.1.1 Conceptualización DSM IV
El trastorno de personalidad paranoide se define como una alteración de la
personalidad en la que se dan de forma habitual episodios paranoides, es decir,
momentos en los que el individuo tiene una especial suspicacia con respecto a los
demás, hacia cuyas intenciones siente mucha desconfianza y recelo,
interpretándolas como perjudiciales para él, y acompañándose de pensamientos
“La característica principal del tipo paranoide de esquizofrenia consiste en la
presencia de claras ideas delirantes o alucinaciones auditivas, en el contexto de una
conservación relativa de la capacidad cognoscitiva y de la afectividad.” Pág. 292
Es importante señalar que cualquiera de nosotros puede sufrir uno de estos
episodios sin necesidad de presentar por ello un trastorno de personalidad. Es
decir, el hecho de que alguien sufra puntualmente un episodio paranoide, no
supone ningún inconveniente para la vida diaria, ni implica necesariamente el
diagnóstico de una patología.
2.2 Etiología y epidemiología
2.2.1 Factores preponderantes o posibles causas
Millon menciona que Nigg y Goldsmith (1994) sugieren que los trastornos
paranoides y esquizoide pueden estar relacionados genéticamente con la
esquizofrenia. Otra popular hipótesis genética sostiene que los cambios
emocionales bruscos de los trastornos límite constituyen una evidencia de su
relación con los trastornos afectivos, que incluyen la depresión y el trastorno
bipolar. Por ello podríamos asumir que no se conocen las causas específicas del
trastorno. Parece presentarse, sin embargo, en familias con antecedentes de
padecer trastornos psicóticos como esquizofrenia o trastornos delirantes lo que
podría sugerir que los genes tienen algo que ver en el desarrollo del problema.
Puede también deberse a experiencias negativas durante la infancia con una
15
atmósfera negativa y con episodios de extrema tensión que provoca inseguridad en
el niño.
2.2.2 Detonantes o desencadenantes
Las personas con trastorno paranoide son especialmente vulnerables a la presión
social y al estrés. Sus estrategias para afrontar una situación estresante son escasas
e ineficaces, y por ello pueden experimentar crisis psicóticas breves, con síntomas
similares a los de la esquizofrenia. Ciertamente el problema surge cuando estos
incidentes se producen de forma habitual y reiterada, que le va afectando en una
serie de consecuencias negativas en su vida, tanto en el ámbito laboral como
familiar, así como en sus relaciones interpersonales.
Según lo mencionado por la Rev. Psiquiatría Fac Med Barna. (2003): “[…] consiste
en una psicosis reactiva o reacción vivencial anormal en la que intervienen una
predisposición personal (una personalidad paranoide, por ejemplo) y factores
externos que actúan como desencadenantes [...] Son más frecuentes bajo situación
de aislamiento social y/o sensorial.”
Podríamos deducir que las personas con trastorno paranoide, sea con pocas o
ninguna prueba creen que los demás están en su contra y que pueden ser atacados
en cualquier momento. Con ninguna prueba, se sienten ofendidos por las demás
personas y dudan injustificadamente de la lealtad de sus amigos, familia y socios.
Al no confiar en los demás, tienen necesidad de ser autosuficientes y autónomos.
También llegar a un alto grado de control sobre quienes les rodean y tienen una
gran dificultad para aceptar críticas. Pueden mostrar fantasías de grandiosidad y
estar pendientes de los temas de poder y jerarquía. Desarrollan estereotipos
negativos de los otros.
2.2.3 Epidemiología del trastorno paranoide de la personalidad
16
Según el DSM IV (1995) señala que la prevalencia del trastorno paranoide de la
personalidad es del 0,5-2,5 % en la población general, del 10-20 % en los hospitales
psiquiátricos y del 2-10 % en los pacientes psiquiátricos ambulatorios
2.3 Sintomatología
Según Enrique Echeburua pone énfasis en el solapamiento de las personas que padecen
este trastorno y no manifiesta que el solapamiento entre los trastornos de personalidad es
muy alto. Por una parte, algunos síntomas como el aislamiento social son muy frecuente en
diversos trastornos de la personalidad, por otra, no deja de ser preocupante, desde una
perspectiva psicopatológica, que las dos terceras partes de los pacientes diagnosticados con
un trastorno de personalidad lo sean también de otro. (Echeburua, 1999, p. 592).
Según el DSM IV (1995) manifiesta que, los sujetos con trastorno paranoide de la
personalidad son personas con las que generalmente es difícil llevarse bien y suelen tener
problemas en las relaciones personales. Su suspicacia y hostilidad excesivas pueden
expresarse mediante las protestas directas, las quejas recurrentes o por un distanciamiento
silencioso claramente hostil. Puesto que están excesivamente atentos a las posibles
amenazas, pueden comportarse de una forma cautelosa, reservada o tortuosa y aparentan
ser «fríos» y no tener sentimientos de compasión. Aunque a veces parecen objetivos,
racionales y no emotivos, con mayor frecuencia muestran una gama afectiva lábil en la que
predominan las expresiones de hostilidad, obstinación y sarcasmo. Su naturaleza combativa
y suspicaz puede provocar en los demás una respuesta hostil, que, a su vez, sirve para
confirmar al sujeto sus expectativas iniciales.
Como los individuos con trastorno paranoide de la personalidad no confían en los demás,
tienen una necesidad excesiva de ser autosuficientes y un fuerte sentido de autonomía.
También necesitan contar con un alto grado de control sobre quienes les rodean. A
menudo son rígidos, críticos con los demás e incapaces de colaborar, aunque tienen
muchas dificultades para aceptar las críticas. Son capaces de culpar a los demás de sus
propios errores. Debido a su rapidez para contraatacar en respuesta a las amenazas que
perciben a su alrededor, pueden ser litigantes y frecuentemente se ven envueltos en pleitos
legales. Los sujetos con este trastorno tratan de confirmar sus concepciones negativas
preconcebidas respecto a la gente o las situaciones que les rodean atribuyendo malas
intenciones a los demás que son proyecciones de sus propios miedos. Pueden mostrar
17
fantasías de grandiosidad no realistas y escasamente disimuladas, suelen estar pendientes
de los temas de poder y jerarquía y tienden a desarrollar estereotipos negativos de los
otros, en especial de los grupos de población distintos del suyo propio. Se sienten atraídos
por las formulaciones simplistas del mundo y frecuentemente recelan de las situaciones
ambiguas. Pueden ser vistos como «fanáticos» y formar parte de grupos de «culto»
fuertemente cohesionados, junto a otros que comparten su sistema de creencias
paranoides.
Los individuos con este trastorno pueden experimentar episodios psicóticos muy breves
(que duran minutos u horas) sobre todo en respuesta al estrés. En algunos casos el
trastorno paranoide de la personalidad aparece como antecedente premórbido de un
trastorno delirante o una esquizofrenia. Los sujetos con este trastorno pueden presentar un
trastorno depresivo mayor y tener un mayor riesgo de presentar agorafobia y trastorno
obsesivo- compulsivo. Es frecuente el abuso o la dependencia del alcohol o de otras
sustancias. Los trastornos de la personalidad que con más frecuencia se presentan
conjuntamente con el trastorno paranoide de la personalidad parecen ser el esquizotípico,
el esquizoide, el narcisista, el trastorno por evitación y el límite. Existen también síntomas
dependientes de la cultura, la edad y el sexo.
Según el DCM IV señala que, algunos comportamientos que están influidos por los
contextos socioculturales o por determinadas circunstancias de la vida pueden ser
calificados equivocadamente como paranoides e incluso pueden ser reforzados por el
proceso de evaluación clínica. Los miembros de los grupos minoritarios, los inmigrantes, los
refugiados políticos y económicos o los sujetos con diferentes antecedentes étnicos pueden
mostrar comportamientos recelosos o defensivos debido al desconocimiento (p. ej., por las
barreras lingüísticas o la ignorancia de las normas o las leyes) o a la percepción de
desprecio o de indiferencia por parte de la sociedad mayoritaria. A su vez, estos
comportamientos pueden generar ira y frustración en las personas que tratan con ellos,
creándose así un círculo vicioso de desconfianza mutua, que no se debe confundir con el
trastorno paranoide de la personalidad. Algunos grupos étnicos presentan también
comportamientos relacionados con su cultura que pueden malinterpretarse como
paranoides. El trastorno paranoide de la personalidad puede manifestarse por primera vez
en la infancia o la adolescencia a través de actitudes y comportamientos solitarias,
relaciones escasas con los compañeros, ansiedad social, bajo rendimiento escolar,
hipersensibilidad, pensamiento y lenguaje peculiares y fantasías idiosincrásicas. Estos niños
18
pueden parecer «raros» o «excéntricos» y atraer las burlas de los otros. En la población
clínica parece que se diagnostica con más frecuencia en varones.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
19
BIBLIOGRAFÍA
20
ANEXOS
21
22