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2 - BAIX EMPORDÀ

2.1 - BEGUR

2r 1.1 - Castillo de Begur (núcleo urbano)

Ca rac ter í s t i c as

El yacimiento se sitúa en una colina frente al mar,reuniendo buenas condiciones como lugar de vigilancia. Enel]a se estableció un poblado ibérico, y un habitat de épocaromana imperial de características desconocidas.

Materiales

Lucerna africana ( "? )

Existe uria referencia inconcreta al hallazgo en estelugar de una "lucerna bajo-imperial", que hay que suponer que

a una lámpara africana. E>e todos modos, lola noticia no permite concretar su tipologia,ni cronología.

correspondeescueto deprocedencia

Conclusiones

El habitat de época romana imperial que parece serexistió en este lugar no proporciona datos para definir suscaracterísticas; no sabemos si podría tratarse de una villa otal vez otro tipo de establecimiento (suposición lógica, dadoque se encuentra en una colina, donde antes había habido unpoblado ibérico). En todo caso, la escueta noticia querecogemos parece indicar una ocupación en época tardorromana,con una cronología imposible de precisar.

Biblioqrafía

Molla - Casas 1984, p. IIe? (con bibliografía anterior).

2.2 - CALONGE

2.2.1 - Collet de Sant Antoni o Santa Maria del Mar (o delCollet)

Características

El yacimiento se sitúa sobre una pequeña colinallamada El Colletge, al NO. del barrio marinero de SantAntoni de Calonge, junto al mar. Los diversos hallazgosarquitectónicos y cerámicos permiten situar aquí una vil laromana de grandes dimensiones, que tuvo en el Alto Imperio almenos un pavimento de mosaico en blanco y negro, y estuvoprovista de agua mediante un acueducto.

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En 1897 se hallo, de modo fortuito, un depósito debronces de distintos tipos (balanzas romanas, peroles, untrípode un posible basamento de candelabro esculturado, unapátera de pie cilindrico calado y un jarrita fusiforme) conuna cronología tardorromana y hasta la segunda mita del sigloVI o el VII (la patera y el jarro). Además, se hallaron panesde meta] de fundición, de cobre, con un peso de 7 l·g.,aproximadamente, cada uno. Palol considera que este hallazgocorresponde a] almacén de un comerciante que importabaobjetos metálicos destinados a la refundición.

Conclusiones

Hasta el momento, todos los hallazgos cerámicosefectuados en este lugar tienen una cronología altoimperial(la cerámica datable más moderna es la sigillata africana A).No conocemos la relación que pudo haber entre esteestablecimiento y el depósito de bronces aludido. Molla yCasas proponen una relación con la villa, lo cualdocumentaría una pervivencia de la misma hasta la segundamitad del siglo VI o y-a el VII, por lo menos; nosotrosañadiríamos que en este momento está vigente en esteasentamiento un comercio marítimo relativamente importante, ajuzgar por el depósito de metales antes citado. De todosmodos, como reconocen estos autores, esto no pasa de ser unahipótesis, y la relación entre este hallazgo suelto y lavilla romana, aunque probable, no queda clara.

Bibliografía

Palol 1950 B, p. 66 - 74. Palol 1953, lám. LXIX, 1. Molla -Casas 1984, p. 121 - 122 (con bibliografía anterior).

2.3 - CASTELL D'ARO

2.3.1 - Camino de entrada a S'Agaró

Características

Se halló en este lugar un horno romano, excavado porL. Esteva. El horno es rectangular, con doble cámara decocción dividida longitudinalmente por un muro central ; se hadicho que en esta excavación se hallaron materiales de lossiglos III y IV (noticias no comprobadas, como señalan Mollay Casas). En esta zona hay noticias de hallazgos sueltos(entre ellos, referencias a un mosaico) que parecen indicarla presencia de una villa romana, en función de la cualestaría el horno citado.

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Materiales

Monedas

Existen referencias, recogidas por L. Esteva, delhallazgo en esta sona de monedas romanas del Bajo Imperio.

Conclusiones

Las noticias, inconcretas, referentes a hallazgoscerámicos, y sobre todo (pese a ser también muy imprecisas) amonedas bajoimperiales, parecen indicar la existencia de unavilla romana (que vendría documentada por las referencias alhallazgo de un mosaico) que en época tardorromana estaríaactiva.

Biblioqrafía

Nolla - Casas 1984, p. 123 (con la bibliografía anterior).

- Pla de Palol

Características

El yacimiento (correspondiente sin duda a una villaromana) se encuentra en la cala denominada Platja Artigues;está situado en un suave desnivel frente al mar, entre dosrieras que desembocan en la mencionada cala. El topónimo"Palol" viene a significar "palacio", lo que es indicativo dela entidad que debió tener la vi lia aquí situada. Al parecer,ésta ocupaba una superficie muy amplia, a juzgar por losdistintos hallazgos esporádicos que se han venido sucediendoen esta cala (Colomer - Costa - Tremoleda 1989, p. 103 - 104,fig. 2; p. 106, fig. 3, con plano de la zona e indicación delos lugares correspondientes a los diversos hallazgos).

En el lugar denominado Senya dels Moros, islote quesepara la Platja Artigues de la cala vecina, existen losrestos de unos muros que configuran una estructurarectangular dividida en diversos ámbitos interiores (Colomer- Costa - Tremoleda 1989, p. 104). Ello y la ubicación deestos restos nos hacen considerar como probable la teoría dePella y Porgas (1883, p. 213) quien veía en los mismos unantiguo faro. De todos modos, no podemos saber con seguridadcual era la función de estas estructuras, ni poseemos datossobre la cronología de las mismas.

El yacimiento de Pla de Palol se conoce ya de antiguo,y aparece citado por varios autores desde finales del siglopasado (1). La construcción con fines turísticos de múltiplesedificios en la cala de Platja Artigues ha afectado elyacimiento gravemente. Del mismo se conservan, preservadasbajo la masía de Pla de Palol, una serie de estructuras

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arquitectónicas de finalidad hasta ahora poco clara,habiéndose sugerida que pertenecían a una zona industrial obien a unas termas; fueron halladas en 1959, pero no contamoscon datos estratigráficos que nos documenten la excavación deestos restos, llevada a cabo por M. Oliva.

En 1963 se realizo una excavación de salvamento en estelugar, y sieto catas de prospección el ano siguiente; de todo£-l]o no se ha publicado ningún resultado. En 1984 se llevó acabo una excavación de urgencia que abarcó una parteconsiderable del yacimiento, de la cual se ha publicado unestudio preliminar (Colomer - Costa - Tremoleda 1989).Anteriormente a dicho estudio (Nal la - Casas 1984, p. 123 -127) se había publicado un estudio de síntesis sobre elyacimiento, en el que se recogen los datos disponibles sobreel mismo antes de 1984 y se publican algunos materialesarqueológicos, procedentes de prospecciones y de los sondeosanteriores. Por su parte. Esteva y Vilaret (1986) dan aconocer algunas monedas halladas esporádicamente en estelugar.

Tan sólo contamos (a través del estudio citadoanteriormente) con datos estratigráficos referentes a lacampaña de 1984, limitada sin embargo en lo que se refiere ala comprensión de las estructuras arquitectónicas delyacimiento a causa de que el objetivo de la excavaciónconsistió en la realización de una serie de sondeospuntuales, debido a que se trataba de una campaña desalvamento (Colomer - Costa - Tremoleda 1989, p. 104).

Sin embargo, pese a las dificultades señaladas, sepudieron constatar los restos de varias estructurasarquitectónicas; particularmente interesante es una de ellas,consistente en un depósito de líquidos (que tenía el fondo delas paredes revocado con la característica "media caña"),cuyo abandono pudo datarse gracias al material de relleno quelo amortizaba hacia finales del siglo I o inicios del II d.de J.C. (Colomer - Costa - Tremoleda 1989, p. 107 - 108). Sinembargo, la ausencia entre estos materiales de sigillataafricana A y el hallage de sigillata sudgálica y de cerámicaafricana de cocina nos hace suponer que la fechación en elsiglo II debe descartarse en principio, apuntando quizás auna cronología flavia.

Estos sondeos estratigráficos permitieron detectarvarias fases constructivas en la vil la, aunque, como hemosdicho, estas fases no pueden proyectarse en planta y lacomprensión funcional de las estructuras arquitectónicaslocalizadas se ve muy limitada, aunque no así la evolucióndiacrònica, que parece haberse podido datar con relativaprecisión gracias a los distintos materiales (aún inéditos)hallados en esta excavación. Sin embargo, la informaciónpublicada hasta ahora sobre esta cuestión resulta bastantedeficiente (2) .

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Al parecer, los estratos super ¿ores se encontraron muyremovidos, debido a ios movimientos de tierras efectuados enteirnpoE recientes. En dichos estratos aparecen cerámicasromanas altoimperiales y otras tardorromanas (como ladenominada "lucente" y sigil latas africanas C y D). Aunqueestos estratos, como se ha dicho, estaban muy removidos (conlo cual su fiabilidad estratigráfica desciende en granmedida). Colomer, Costa y Tremoleda etfirman (1989, p. 1O8)consideran que "a pesar de todo, forman un horizonte debastante soliden que hace posible unificarlos". No sabemosqué pretende indicarse con tal afirmación, pues a nuestroentender ni esto ni las indicaciones hechas posteriormentepor estos autores nos permiten unificar nada, ni mucho menosconsiderar todos los materiales posteriores a los estratosdel siglo I como pertenecientes a una única fase constructivao de ocupación.

En algunos sectores los estratos superiores eran losúnicos documentados, encontrándose por debajo suyo la roca oestratos estériles; ello ha hecho suponer que corresponden auna fase de expansión en las construcciones de la villa(Colomer - Costa — Tremoleda 1989, p. 108). Sin embargo, yahemos dicho antes que no vemos claro que pueda hablarsepropiamente de una "fase" o "conjunto"; ademas, no se nosdice sa en todos los estratos aparecían materialesbajoimperiales o no. Aunque podamos aceptar la existencia deuna fase de expansión de la villa posterior al siglo I, no sehan publicado datos explícitos que nos permitan datar estafase, y para nuestro propósito no podemos saber si ésta esbajoimperia] o no.

Todo lo antedicho queda tanto mas confuso si se tieneen cuenta que se detectó una bolsada de tierra vertida, alparecer, para nivelar e] terreno, que contenía materialessimilares a los que se hallaron en el relleno del depósito,de entre los cuales los más modernos datables eran fragmentosde sigillata sudgálica; por otro lado, se precisa que la fasede expansión de la vi]la puede fecharse "a partir" de laprimeras mitad del siglo II d. de J.C. (Colomer - Costa -Tremoleda 1989, p. 108), lo cual no resulta muy peciso. Ellonos hace pensar, pese a los confuso de los datos publicados,que la fase de expansión de la vilia debe coincidir con laamortización del citado depósito, y datarse quizás (a juzgarpor lo que hemos dicho en relación al depósito) en épocaflavia.

En un momento dado se produce un derrumbe (es desuponer que por abandono, aunque no tenemos datos que nospermitan precisarlo) que seguramente debe fecharse en el BajoImperio, como parece deducirse de los datos preliminarespublicados (Colomer - Costa - Tremoleda 1984, p. 108), en losque se cita la presencia de sigillata "lucente", y africanasA, C y D en relación al momento previo al citado derrumbe.

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Sea como fuere, en un momento indeterminado del BajoImperio se produce una inhumación en ánfora, correspondientea un enterramiento infantil, en un lugar antes ocupado porestructuras arquitectónicas (Colomer - Costa - Tremoleda1989, p. IOS, foto en fig. 5). No se nos proporcionan datossobre el tipo de ánfora utilizado en este enterramiento, y lafotografía publicada no nos permite precisarlo; de todosmodos, Colomer, Costa y Tremoleda le atribuyen una datacióngenérica de los siglos IV - V d. de J.C. Quizá este usofunerario de un espacio antes ocupado por la vi lia indiqueuna reducción en el área abarcada por la misma, y puedaparalelizarse con los casos similares de Sant Martíd'Empúries y de la villa de la Ciutadella de Roses, situablesen un siglo VI muy avanzado. No sabemos si es o no ésta lacronología del enterramiento de Pla de Palol; en todo caso,habrá que esperar a la publicación definitiva de laexcavación.

Más tarde, por encima del derrumbe anterior yposteriores al enterramiento infantil se construyeron otrasestructuraos arquitectónicas, que fueron halladas a un nivelmuy superficial. En relación a estas estructuras se halló,además de cerámica residual, sigil lata "lucente", africana Cy D, sigillata gris y anaranjada estampada y una lucernatardorromana, junto con cerámica común y la descrita como"grosera" y "ánforas acanaladas",Colomer, Costa y Tremoleda (1989,estructuras en el siglo VI o VII d.aunque reconocen que los materialesno se detallan las formas cerámicas de estas producciones, nopodemos comprobar esta aseveración, aunque el hecho de serposteriores estas estructuras a un enterramiento tardorromanohace pensar que esta datación baja sea adecuada. Además, hayque tener en cuenta que con posterioridad a las sigil latasafricanas carecemos de materiales que nos permitan datarcontextos pertenecientes a la época altomedieval, a la cualquizá podrían (¿por qué no?) pertenecer estas estructuras.

Es posible que, como proponen Colomer, Costa yTremoleda (1989, p. 109) las estructuras de esta última fasesigan a un hiatus entre las mismas y las anteriores, aunquepor ahora no lo sabemos.

Materiales

SAqi.l lata " lucente" o bri 1 lante

1 - Bran parte de un cuenco, de la forma Lamboglia 1/3 B(Nolla - Casas 1984, p. 126, lám. XXXIX, n. 1).

Siqi 1 lata africana Q

2 a 5 - Cuatro fragmentos de borde de platos de la formaHayes 50 (Nolla - Casas 1984, p. 124, lám. XXXVII, n. i y 4 a

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todo lo cual induce a, p. 108) a datar estas

de J.C.f como mínimo,son poco precisos. Como

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ó v 7 - Dos fragmentos de borde de platos de la forma Hayes45 B (Molla - Casas 1984, p. 124, lám. XXXVII, n. 3 y 7).

5ig11]a t a atricana C con decoración apiicada

8 - Fragmento de borde de plato, de forma indeterminada.Presenta una decoración consistente en una crátera (Molla -Casas 1984, p, 124, lám. XXXVII, n. 2).

Siqi1 lata africana C tardía

9 - Fragmento de borde. Forma Hayes 73 A (Molla - Casas 1984,p. 124,"lám. XXXVII, n. 11).

Siqi]lata africana D

10 y 11 - Dos fragmentos de bordes. Forma Hayes 58 B - Lamb.52 C (Molla - Casas 1984, p. 184, lám. XXXVII, n. 8 y 9).

12 - Forma Hayes 59 A (Noi la - Casas 1984, p. 124, lám.XXXVII, n. 10).

Ánfora

Orienta]:

13 - Borde de ánfora, posiblemente de la forma Almagro 54,según Molla y Casas (1984, p. 123).

Sud-hispanica:

14 - Borde de ánfora, posiblemente de la forma Almagro 50 (esdecir, Heay XVI), según Molla y Casas (1984, referencia en p.123).

Monedas

15 - Moneda de Constantino I. Descripción según Esteva yVilaret. Anverso: cabeza laureada del emperador; leyenda:Constantmus Auq.. Reverso: ara; leyenda: BeataTranqui11itas. En el ara. Votis XX (Esteva - Vilaret 1987, p.110) .

16 - Moneda de Constantino I. Sin descripción (Esteva -Vilaret 1987, p. 110). Referencia.

17 - Pequeño bronce (AE 3) de Constantino I. Peso: 1,02 g.Diámetro: 14,5 mm. Museo de Sant Feliu de Gui5¡ols (Esteva -Vilaret 1987, p. 110, foto, moneda número 40).

18 - Pequeño bronce (AE 3) de Constantino I. Peso: 1,15 g.Diámetro: 14,5 mm. Museo de Sant Feliu de ßui;:ols (Esteva —Vilaret 1987, p. 110; p. Ill, foto, moneda número 41).

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j P - Referencia a uria moneda "de Magencio" . Como lacronologia que se cita es la comprendida entre los años 350 -353, y no se incluye fotografia de la pieza, debe tratarse deMagnencio (Esteva - Vilaret 1987, p. 111).

20 - AE 2, del tipo Reparatio Reipubl icae , a juzgar por eltipo de reverso (figura humana de pie a la izquierda, conotra arrodillada delante). Peso: 2,1 g. Diámetro: 17 mm.Museo de Sant Feliu de Guíxols (Esteva - Vilaret 1987, p.lli, foto, moneda número 44).

2.1 - Referència s un "pequeño bronce del Bajo Imperio", enmal pstodo de conservación (Esteva - Vilaret 1987, p. ill).

- AE 3 en mal estado de conservación. Diámetro: 13,5 mm.(Esteva - Vilaret 1987, p. 112).

Además de las citadas se hallaron en este yacimientovarias monedas del siglo III, concretamente un se;:tercio deGordiano III, una moneda de Galieno, tres de Claudio II (unade ellas conservada en el Museo de Sant Feliu de Guíxols) yun antoniniano de Probo (Esteva - Vilaret 1987, p. 108 a110) .

Conc lusiones

Los datos de las excavaciones de 1984 son, por ahora,de poca utilidad para el estudio de la villa de Pla de Paloldurante la Baja Antigüedad, dado que se han publicado muysuperficialmente. De todos modos, parece ser que, habiendotenido dicha vil la una fase de expansión del espacio ocupadopor la misma que probablemente pueda datarse hacia finalesdel siglo I o en el II d. de J.C., la villa continúa activaen el Bajo Imperio, para ser abandonada, al menos en parte,durante la Baja Antigüedad. Creemos que este abandono debeser sólo parcial, puesto que la presencia de un enterramientoen ánfora indica sin duda la existencia de un habitat cercanoal mismo.

Posteriormente, en un momento aún indeterminado, seproduce una reocupación del área que había sido abandonadaanteriormente, quizás (y es algo que aún no sabemos) con un"hiatus" intermedio.

Las escasas cerámicas publicadas por Molla y Casas nopermiten efectuar grandes precisiones cronológicas,únicamente atestiguar la ocupación del lugar en el siglo IV yla primera mitad del V como mínimo (presencia de un fragmentode ánfora correspondiente probablemente a la forma Almagro54) .

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Bibliografia

No]]a - Casas 1984, p. 123 - 127 (con bibliografia anterior^Esteva - Vilaret 1987, p. 108 - 112. Colomer - CostaTrenin) eda 1989,

2.3.3 - Platja d'Aro

Características

F'l at j a d ' Aro BE u'n caserío costero, agregado a] términode Castell d'Aro. Ignoramos en qué lugar se efectuó elha] las710 que aquí se cita, sabiendo tan solo, por la noticiapublicada, que se halló en un campo cercano a esta población.

Materiales

Moneda

1 - Moneda de Juliano II (361 — 363 d. de J.C.). Anverso:) N(oster) luíi(anus) N(obilissimus) C(aesar).

Reverso: según la descripción publicada, se representa a unjinete alanceando "un monstruo no muy claro de dibujo" (sinduda, se refiere al tipo clásico del jinete abatiendo unenemigo); leyenda: FEL. TEMP. RES. Come, se puede ver, lareferencia no es muy fiel, puesto que desconoce el tipo dereverso y reconstruye re»p( ta tu ti o ) en lugar de rep(aratio) .Nú r-e ccTiocf-n (ñas detalles de la piena.

Conclusiones

Se trata de un hallazgo suelto, y no hay pruebas parare]acionarlo con ningún habitat; como hipótesis lógica,planteantes su pertenencia a una vi lia que se situaría en estanona.

Bibliografía

Esteva - Vilaret Í987, p. 112, donde se recoge la referenciaanterior, procedente de una publicación local del año 1903.

2.4 - CORÇÀ

2.4.1 - Puig Rodon

Características

La villa romana de Puig Rodon se situaba en el iniciode un llano que se extiende hasta el pie del macizo de LesGavarres, en un terreno fértil para el cultivo (Casas 1986,p. 15). En este lugar se halló durante el siglo XIX unmosaico, publicado por Pella y Porgas (reproducido en Molla -

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Cesas 1984, p 128, lám. XL, n. 1'), que parece poder datarseen época sevenana.

Entre los años 1981 y 1984 se han llevado a cabo eneste yacimiento cuatro campañas de excavación, que se hancentrado en dos sectores, denominados 1 y 2 por su excavador,que estaban separados entre sí por un espacio de 30 m. (Casas1986, p. 25). En el primero se hallaron restos de pavimentosy muros que delimitan recintos que no han podido se conocidosen su totalidad; corresponde a una pars rustica, con undepósito de dolia y pavimentos de tierra. En el sector 2 serlorumentó un pat a o o área descubierta, que debió formar unespacio marginal de la villa, que al parecer no se cerróhasta la fase TV (véase más abajo), aunque ello no es seguro,por no haberse podido excavar en su totalidad. En el sector 2se excavaron también parte de las estancias adyaentes a estaárea abierta.

El estudio reciente de la evolución constructiva ycronológica de la villa (Molla - Casas 1990) permite poner enrelación los resultados de las excavaciones de ambos sectoresdel yacimiento. A ello nos referiremos más adelante.

Materiales

Para una mejor contextualización de los materiales, sibien los ordenamos por producciones, citamos el sector y lafase del yacimiento a] que corresponden, de acuerdo con lareciente publicación de Molla y Casas (1990).

S3 qi13 ata "lúeente"

1 - Fragmento de borde y pared. Forma Lamboglia i/3 (Molla -Casas 1990, p. 214, fig. 23, n. 10). Sector 2, fase V.

SiqiT lata africana Q

2 a 4 - Tres fragmentos de borde de plato de la formí» Hayes50 (Molla - Casas 1990, p. 202, fig. 12, n. 3, sector 2, faceIII B); p. 214, fag. 23, n. 5, sector 2, fase- V; véasetambién Casas 1985 - 86, p. 84, lám. 4, n. 2).

Sa qi3 lata africana D

5 - Borde. Forma Hayes 58 (Casas 1986, p. 50, fig. 21, n. 4;Molla - Casas 1990, p. 202, fig. 12, n. 4). Sector 2, faseIII B.

6 - Bordo y parte de la pared. Forma Hayes 59 B (Casas 1986,p. 53, fig. 26, n. 1; Molla - Casas 1990, p. 207, fig. 16, n.1). Sector 2, fase IV.

7 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 59 B (MollaCasas 1990, p. 214, fig. 22, n. 1). Sector I, fase IV B.

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8 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 61 A (Molla -Casas 1984, p. 129, lain. XLI, n. 9).

9 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 61 A (Nolla -Casas 1990, p. 214, fig. 23, n. 2). Sector 2, fase V.

1<~> - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 61 A Waagè1948, lam. IX, n. 831 l· (Casas 1986, p. 61, fig. 28, n. 4;No]la - Casas 1990, p. 207, fig. Ib, n. 4). Sector 2, faseIV.

11 - E^orde y parte de la pared. Forma Hayes 61 n. 26 (Casas1986, p. 53, fig. 23, n. 2; Nolla - Casas 1990, p. 2O5, fig.14, n. 1). Sector 2, fase IV.

12 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 61 B - Deneauve1972, larn. II, C771, 1 (Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 23,n. 1; clasificado, creemos que erróneamente, como Hayes 87B). Sector 2, fase V.

13 a 15 - Tres fragmentos de bordes y paredes. Forma Hayes 64(Casas 1986, p. 51, fig. 22, n. 11; p. 5Z, fiq. 23, n. 1 y 3;Nolla - Casas 1990, p. 205, fig. 14, n. 2 y 3). Sector 2,fase IV.

16 - Borde. Forma Hayes 67, n. 1, 4, 9 (Nolla - Casas 1990,p. 214, fig. 23, n. 3). Sector 2, fase V.

17 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 76, n. 1, 3(Nolla - Casas 1990, p. 214, fiq. 23, n. 4). Sector 2, faseV.

18 - Fragmento de borde y parte de la pared. Forma Hayes 79(Nolla - Casas 1984, p. 129, lám. XLI, n. 11; Nolla - Casas1990, p. 214, fig. 22, n. 2). Sector 1, fase IV B.

19 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 79 (Casas 1986,p. 53, fig. 23, n. 4; Nolla - Casas 1990, p. 205, fig. 14, n.4). Sector 2, fase IV.

20 - Fragmento de borde, pared y visera. Forma Hayes 91 A(Casas 1986, p. 61, fig. 28, n. 1; Nolla - Casas 1990, p.207, fig. 15, n. 1). Sector 2, fase IV.

21 - Fragmento de borde, visera y parte de la pared. FormaHayes 91 B (Casas 1986, p. 61, fig. 28, n. 3; Nolla - Casas1990, p. 207, fig. 15, n. 3). Sector 2, fase IV.

22 - Borde y visera. Forma Hayes 91 C (Casas 1985 - 86, p.84, lám. 4, n. 7; Casas 1986, p. 24, fig. 5, n. 6, publicadocomo Hayes 91 A; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 3).Sector 1, fase IV B.

23 - Fragmento de base y pared. Forma Hayes 91 A, B o C.Decoración de reudecilla en el fondo interno (Casas 1985 -

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86, p. 84, 1 Am. 4, n. 1; Casas 1̂ 86, P- -l-. fig- 3, n. i;No]la - Casas 1990, p. 211, fig. 20, n. 2). Sector i, faseTV.

24 - Fragmento de visera y pared. Forma Hayes 9l D (Casas1986, p. 61, fig. 28, n. 2; Noi la - Casas 1990, p. 2O7, fig.15, n. ?). Sector 2, lase IV.

25 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración estampada en el fondo anterno (consistente enruedecillas similares al motivo Hayes 32 - Atlante 17) delestilo A II de Hayes (Molla - Casas 1984, p. 129, lám. XLI,n. 6; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 4). Sector 1,fase IV B.

26 - Base de plato de forma indeterminada. Decoraciónestampada en el fondo interno, consistente en rosetas deltipo Hayes 44 B - Atlante 183, que si bien Nolla y Casascreon que corresponde al estilo B, pensamos que es masadecuado considerarla como del estilo A II, al que, por otrap<?t-te, corresponde el citado motivo decorativo (Casas 1986,p. 50, fig. 21, n. 8; Nolla - Casas 1990, p. 202, fig. 12, n.5). Sector 2, fase III B.

27 - Fragmento de base de forma indeterminada. Decoraciónestampada en el fondo interno, de motivos de emparrillado deltipo Hayes 69 - Atlante 31, del estilo A II oA III de Hayes(Nolla - Casas 1990, p. 198, fig. 7, n. 2). Sector 2, faseIII .

28 - Fragmento de base correspondiente a las formas antiguasde la producción (Hayes 58 a 64) (Nolla - Casas 1984, p. 128,lám. XL, n. 16).

Sig11 lata gris estampada

29 - Fragmento de borde de la forma Rigoir 1 o quira 7, condecoración de ruedecilla (Nolla - Casas 1984, p. 12e5, lám.XLJ, n. 4; Nolua - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 7). Sector1, fase IV B.

30 - Borde de cuenco, que? puede corresponder tanto & la -formaRigoír 2 como a la 3. Decoración estampada sobre el borde, s.bape de motivos romboidales (Casas 1986, p. 54, fici. 24, n.2; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 23, n. 6). Sector 2. faseV.

31 - Borde de cuenco, probablemente de la forma Rigoír 15 o18; conserva el inicio de un motivo decorativo, consistenteen círculos concéntricos (Casas 1985 - 86, p. 84, lám. 4, n.3; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 5). Sector 1, faseIV B.

32 - Borde de cuenco de la forma Rigoír 18. Decoraciónestampada sobre la pared, a base de palmetas rectangulares

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(Casas 1986, p. 54, nig. 24, n. 3; Nolls - Casas 1990, p.214, fig. 22, n. 6). Sector í, fase? IV B.

33 - Fragmento de pared de copa de forma indeterminada.Decoración estampada a base de palmetas (Casas 1985 - 86, p.84, lám. 4, n. 4; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 9).Sector 1, fase IV B.

34 y 35 - Dos fragmentos de cuerpos de copas o cuencos deforma indeterminada, con decoración de motivos arquiformes,en cuyo interior aparecen palmetas alargadas similares a laspublicadas en el Atlante, lám. XI, n. 64 (Casas 1986, p. 51,fig. 22, n. 2 y 3; Nolla - Casas 1990, p. 205, fig. 14, n. 10y 9). Sector 2, fase IV.

Sa qi] 3 at a anaranj ada estampada

36 - Bran parte del perfil (falta solamente la base) de uncuenco de !<* forma Rigoír 18. Decoración estampada a base depalmetas alargadas (Casas 1986, p. 50, fig. 21, n. 9; Nolla -Casas 1990, p. 214, fig. 23, n. 9). Sector 2, fase V.

37 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada. Acausa de la decoración estampada que presenta en el fondointerno, creemos que debe tratarse de una producción gálica,dado que está decorada con motivos similares al de la lám.XI, n. 55 del Atlante ; el hecho de que estos motivos esténausentes en la producción africana y sean típicos, sinembargo, de la gálica, nos hace desestimar su atribución a lasigillata africana D que formulan Nolla y Casas (Casas 1986,p. 58, fig. 26, n. 4; Nolla - Casas 1990, p. 207, fig. 16, n.2). Sector 2, fase IV.

Siqi1 lata estampada, gris y/o anaranj ada

Incluimos en este apartado una serie de fragmentos delos cuales se publican los respectivos dibujos, aunque sinindicar si su cocción es oxidante o reductora.

38 - Borde. Forma Rigoír 3 A. Decoración de ruedecaJla sobreel borde (Casas 1986, p. 51, fig. 22, n. 1; Nollo - Casas1990, p. 205, fig. 14, n. 5). Sector 2, fase IV.

39 y 40 - Dos fragmentos de borde de cuencos de 1 <* formaRigoír 3 A, con decoración de palmetas (Casas 1986, p. 53,fig. 23, n. 8 y 9; Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 23. n. 8y p. 205, fig. 14, n. 7). Sector 2, fases V y IV,respectivamente.

41 - Fragmento de borde y pared. Forma Rigoír 3 A, condecoración estampada consistente en motivos romboidales(Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 8). Sector 1, faseIV B.

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42 - Borde de cuenco de la forma Rigoir 3 A, con decoraciónestampad^ sobre el borde a base de círculos concéntricos(Casas 1906, p. 53, fig. 23, n. il; Molla - Casas i<?90, p.205, fig. 14, n. 6). Sector 2, fase IV.

43 - Borde dp cuenco, probablemente de la forma Rigoir 18, sibien Nolla y Casas (199O, p. 2O3) la han identificado con laRigoir 21. Decoración de ruedecilla sobre la pared exteriorl Casas 19Sö, p. 53, fig. 23, n. 9; Nolla - Casas 1990, p.205, fig. 14, n. 5). Sector 2, fase IV.

44 - Fragmento de pared o quiné de base (no se dibuja las^rrcinn de- lax pipza) de forma indeterminada, con decoraciónde palmetas (Casas 1986, p. 53, fig. 23, n. 12). Sector 2,fase IV.

45 - Fragmento de base (probablemente) o quizá de pared (nose dibuja la sección de la pieza), decorada con círculosdentado? (Casas 1986, p. 53, fig. 23, n. 6). Sector 2, faseIV.

46 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración estampada en el fondo interno, a base de círculosdentados dispuestos alrededor de un gran círculo radial(Casas 1986, p. 53, fig. 23, n. 7). Sector 2, fase IV.

Imitación de la si qa 1 lata estampada ( "*)

47 - Borde de olla de cerámica común oxidada (Casas 1986, p.37, fig. 14, n. i). Presenta decoración de palmetas sobre elborde; aunque temáticamente no guardan ninguna relación conlas de la sigillata estampada, es posible que esténinspiradas por las mismas, com podemos constatar en otroejemplar (en cocción reductora) del yacimiento de Can SantFeliu, en Terrassa. De todos modos, no tiene por qué tenerrelación con las producciones estampadas gálicas, pudiendoser incluso un producto más antiguo, como, por otra parte,parece indicar su disposición estratigráfica. Sector 2, faseIII.

Producción enqobada atípica

48 - Plato encobado. No es adscribible con facilidad aninguna producción conocido. Clasificado como perteneciente ala sigiMata clara B por Nolla y Casas, es posible que guarderelación con el "tipo Sentromà" de Guitart (1970) o bien la"hispánica brillante" de Caballero y Juan Tovar (1983 - 84)(Nolla - Casas 1984, p. 129, lám. XLI, n. 2).

Lucernas

49 - Fragmento de orla de una lucerna de la forma Hayes I -Atlante VIII (Casas 1985 - 86, p. 84, lám. 4, n. 6). Sector1.

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50 - Parte superior de una lucerna de la forma Hayes I -Atlante VIII; en el disco, representación de un crismón. Sibien Noi la y Casas la han clasificado como una Atlante VIII C2 a, creemos que el fragmento conservado es insuficiente paraefectuar tales precisiones (1986, p. 58, fig. 26, n. 2; Nolla- Casas 1990, p. 207, fig. 16, n. 3). Sector 2, fase IV.

Molde de lucerna

51 - Molde de lucerna. Aunque Casas cree que se trata de unalucerna de disco, la decoración a base de pequeños glóbulosen el disco permite considerarla una lucerna tardía de laforma Dressel 30, lo cual abre nuevas vías para elconocimiento de estas por otra parte poco conocidasproducciones (Casas 1986, p. 59, fig. 27, n. 2; Nolla - Casas1990, p. 210, fig. IB, n. 2). Sector 2, fase IV.

Cuenco c on. visera

52 - Fragmento de cuenco con visera (Nolla - Casas 1984, p.128, lám. XL, n. 12).

Ánforas

Africanas :

53 - Borde y parte alta del cuello. Forma Africana 1 A - KeayIII. A (Nolla - Casas 1990, p. 214, fig. 22, n. 10). Sector 1,fase IV B.

54 - Borde de un ánfora, probablemente de la forma Africana 1- Keay III A (Casas 1986, p. 48, fig. 20, n. 8; Nolla - Casas1990, p. 2O4, fig. 13, n. 3). Nolla y Casas la clasifican,creemos que equivocadamente, como Africana II C. Sector 2,fase III B.

55 - Fragmento de borde. Forma Africana I B - Keay III E.(Casas 1986, p. 50, fig. 21, n. 11; Nolla - Casas 19<?o, p.204, fig. 13, n. 5). Sector 2, fase III B.

56 - Borde, cuello y asas. Si bien Nolla y Cosas laconsideran como una Africana II D, nos parece más apropiadoidentificarla como una Keay XXV B (Casas 1986, p. 48, fig.20, n. 1; Nolla - Casas 1990, p. 204, fig. 13, n. 1). Sector2,'fase III B.

57 - Borde y arranque de las asas. Forma Keay XXV Z.5 (Casas1986, p. 51, fig. 22, n. 5; Nolla - Casas 1990, p. 205, fig.14, n. 13). Sector 2, fase IV.

58 - Borde e inicio del cuello; probablemente puedeidentificarse con la forma Keay XXVI J, o quizá la XXXV B. Detodos modos, es un fragmento demasiado exiguo, que no permitehacer demasiadas precisiones (Casas 1985 - 86, p. 84, lám. 4,

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n. 12; Casas 1986, p. 24, fag. 5, n. 8; Nolla - Casas 1990,p. 211, fig. 20, n. i). Sector 1, fase IV.

59 - Bran parte de un ánfora (falta solamente la parte de labase) de la forma heay XXXV B (Casas 1985 - 86, p. 84, lám.4, n. 5; Casas 1986, p. 21, fig. 3, n. 6; Nolla - Casas 1990,p. 213, fig. 21, n. 3). Sector 1, tase IV.

60 - Borde y parte de3 cuello. Si bien Nolla y Casas loatribuyen a la forma Trípolitana III / heay IX, creemos másadecuado identaficar3 o con la forma heay XXXV B (Casas 1985 -86, p. 84, fig. 4, n. 2; Casas 1986, p. 21, fig. 3, n. 2;No]la - Casas 1990, p. 211, fig. 20, n. 3). Sector 1, faseIV.

61 - Borde y parte de] cuello de un ánfora de bordetriangular, quizás atribuïble a la forma l< eay XXXV B (Casas3986, p. 61, fig. 28, n. 6; Nolla - Casas 1990, p. 207, fig.15, n. 5), aunque también podría relacionarse con una formaaún no clasificada que se encuentra en Roses y Vi] atiba (Rourep.t. al 11 1988, p. 78 - 79, fig. 48, n. 6). Sector 2, fase IV.

fo2 - Borde, cuello, asas y hombros. Forma Yeay XXXVI A (Casas1<?86, p. 56, fig. 25, n. 6; Nolla - Casas 1990, p. 208, fig.17, n. 9). Sector 2, fase IV.

63 - Borde y parte de la espalda de un ánfora identificable(como creen Nolla y Casas) con la forma heay XXXVI,concretamente con la XXXVI A, si bien en el dibujo publicado(Casas 1986, p. 56, fig. 25, n. 5; Nolla - Casas 1990, p.2O8, fig. 17, n. 8) no aparecen asas. Sector 2, fase IV.

64 - Borde y parte del cuello. Forma Feay LXII O (Casas 1986,p. 51, fig. 22, n. 6; Nolla - Casas 1990, p. 205, fig. 14, n.12). Sector 2, fase IV.

Orientales:

65 - Borde, cuello y arranque de las asas. Forma l< eay Lili B(Casas 1986, p. 56, fig. 25, n. 3; Nolla - Casas 1990, p.208, fig. 17, n. 3). Sector 2, fase IV.

66 - Borde, cuello y arranque de las asas. Forma Keay Lili B(Casas 1986, p. 61, fig. 28, n. 5; Nolla - Casas 1990, p.2O7, fig. 15, n. 6). Sector 2, fase IV.

67 - Borde, cuello, asas y hombros. Forma l< eay LUI C (Casas1986, p. 56, fig. 25, n. 1; Nolla - Casas 1990, p. 208, fig.17, n. 1). Sector 2, fase IV.

68 - Fragmento de cuello, hombros, y arranque de las asas.Forma l· eay LUÍ. Sobre el inicio de la panza se conservaparte de un titulus pictus (Casas 1986, p. 56, fig. 25, n. 4;Nolla - Casas 199O, p. 208, fig. 17, n. 4). Sector 2, faseIV.

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69 - Fragmento dp panza de un ánfora de la forma h eay LUI;présenta un titu lus pictus (Casas 1985 -86, p. 84, lám. 4,n. 3; Casas 1986, p. 21, fig. 3, n. 4; Nolla - Casas 1990, p.211, fig. 20, n. 4). Sector 1, fase IV.

Sud-hispanicas :

70 - Horde, cuello y arranque de las asas. Forma Dressel 23 -heay XIII A (Casas 1986, p. 53, fig. 2<b, n. 5). Sector 2,fase IV.

7Í - Borde, cuello, asas y hombros. Forma Dressel 23 - !< eayXIII C (Casas 1986, p. 5o, fig. 25, n. 7; Nolla - Casas 1990,p. 208, fig. 17, 6). Sector 2, fase IV.

72 - Borde, cuello y asas. Forma Heay XVI (Casas 1986, p. 56,fig. 25, n. 8; Nolla - Casas 1990, p. 208, fig. 17, n. 7).Sector 2, fase IV.

Procedencia desconocida o ánfora indeterminada:

73 - Parte superior de un ánfora (Casas 1986, p. 56, fig. 25,n. 9; Nolla - Casas 1990, p. 208, fig. 17, n. 5) de la formaVila-roma 8.198, según la tipología de Tarragona (TED'A 1989,p. 305, fig. 165); si bien Nolla y Casas la consideran unaánfora bética de la forma l< eay XIII A, creemos más adecuadala identificación que proponemos. Se sugiere que proceda delMediterráneo oriental (a jungar por sus característicasfísicas), y se documentan otros ejemplares, además deTarragona, en Marsella y la Schola Praeconum de Roma, encontextos de la primera mitad del siglo V (TED'A 1989, p. 304- 305). Sector 2, fase IV.

74 - Parte superior de un ánfora, con un ti tulus pictus(Casas 1986, p. 56, fig. 25, n. 2; Nolla - Casas 1990, p.208, fig. 17, n. 2). Aunque tipológicamente aún no ha sidoclasificada (tan solo se le ha asignado el número 8.210 de laclasificación del vertedero de la calle de Vila-roma, enTarragona), se encuentran fragmentos sin dudacorrespondientes a la misma forma en Marsella (Bonifay 1986,p. 285, fig. 9, n. 35) y Valencia (Fernández 1984, p. 23,fag. 7, n. 44), además de Tarragona, donde se clasifica, comose ha dicho, como forma Vila-roma 8.210 (TED'A 1989, p. 3O6,fig. 166, n. 8.210). Si bien Nolla y Casas la identifican conla forma Keay Lili (con la que guarda evidentes paralelismosformales y al parecer también geográficos, dado que eltitulus pictus está escrito, al parecer, en griego) creemosmás adecuado mantener la diferenciación formal indicada.Sector 2, fase IV.

75 - Borde y asas de ánfora (Casas 1986, p. 48, fig. 20, n.4; Nolla - Casas 1990, p. 204, fig. 13, n. 2). Correspondecasi exactamente a la forma Vila-roma 8.57 (de la que difieresólo en algunos detalles del labio y de la sección del asa.

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pero que en SUB características generales corresponde a lamisma forma), que se considera, por sus característicasfísicas, de- origen norteaf ricano (TED'A 1989, p. 270; p. 269,fig. 137, n. 8.57). por otro lado, Nolla y Casas lo atribuyena la forma Gauloase VII o similar, de procedencia gálica, porlo que no podemos estar seguros de la identificación de estaforma, puerto que, como ya hemos dicho, no es exactamenteigual que la forma Vi leí—roma 8.57. Sector 2, fase III B.

76 - Parte superior de? un ánfora, identificable desde unpunto de vista tipológico con la forma I« eay LXXXIV (producidaen Ti'mer, con una cronología del saglo IV a mediados del V).Nolla y Cetsas indican que es similar a la forma Keay Lili(sin quf* p] lo implique, suponemos, una identificación con lamisma'i, pero creemos que el referente antes indicado es másconvincente desde un punto de vista meramente formal. Sinembargo, según Casas (1986, p. 20) la pasta es "groga,farinosa i bastant sorrenca", lo que no corresponde con lascaracterísticas físicas de las ánforas africanas, por lo queoptamos en incluir este ejemplar en el grupo de las ánforasde procedencia desconocida (Casas 1985 - 86, p. 84, lám. 4,n. 4; Casas 1986, p. 21, fig. 3, n. 5; Nolla - Casas 1990, p.213, fig. 21, n. 2). Sector i, fase IV.

77 - Borde y parte del cuello de un ánfora de difícilidenrtificación. Nolla y Casas la atribuyen a la formaAlmagro 51 C / heay XXIII, pero creemos que su perfil nocorresponde a esta forma. Es posible que se trate de unánfora de la forma Keay XL, o quizás una Heay LXII (acaso laLXII D) sin que ello sea seguro (Casas 1986, p. 50, fig. 21,n. 12; Nolla - Casas 1990, p. 204, fig. 13, n. 6). Sector 2,fase III B.

78 - Borde. Parece identificarse con la forma Almagro 54 -I« eay LIV D (Casas 1986, p. 42, fig. 17, n. 13) de las ánforasorientales, aunque esta identificación es problemática, sobretodo por la disposición estratigráfica del hallazgo. Podríatratarse de un fragmento de olla o gran vaso en cerámicacomún; en realidad, se conserva solamente el borde, por loque su clasificación es problemática. Sector 2, fase III.

79 - Borde y arranque del cuello; probablemente se trata deun ánfora sud-hispánica de la forma Keay XIX C, si bien cabeno descartar la posibilidad de que corresponda a un ánforaorienta] de la forma Late Roman Amphora 2 - Keay LXV (Casas1986, p. 47, fig. 19, n. 14). Sector 2, fase III.

Cerámica común en cocción reductora

80 - Olla de perfil "en ese" y borde envasado (Casas 1986, p.69, fig. 34, n. 9), del mismo tipo que las denominadas "Vila-roma 7.28" (TED'A 1989, p. 242, fig. 123).

81 - Olla con asas horizontales en forma de media luna (Casas1986, p. 69, fig. 34, n. 4), del mismo tipo que las "Vila-

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roma 7.13" de Tarragona (TED'A 1989, p. 237, fig. 120).

82 - Fragmento de cronología imprecisa (Nolla - Casas 1984,p. 128, lám. XL, n. 15).

Moneda?

83 - Moneda de Constantino I, del tipo de reverso Gloriapxercitus (Casas 1936, p. 23; Nolla - Casas 1990, p. 212).Sector 1, fase IV.

84 - Moneda probablemente de Constante, según Nolla y Casas.Anverso: busto del emperador a la derecha; leyendaprácticamente ilegible. Reverso: corona con el texto Vot XXen el centro; leyenda: Caesarum Nostrorum. En el exergo: PTO,de la ceca de Treveris (Casas 1986, p. 25 y p. 73, foto 3;Nolla - Casas 1990, referencia en p. 212). Sector 1, fase IV.

Además de éstas, se han hallado dos monedas del sigloIII, concretamente tina de Balieno, con corona solar y laleyenda Vot X_ en el reverso (Casas 1986, p. 20), y otra deClaudio II (Casas 1986, p'. 23; p. 73, foto 2).

2.4.1.1 - Problemática e interpretación.

La vi13 a experimentó una importante remodelacionarquitectónica (que comportó el embellecimiento de al menosuna de sus habitaciones con un mosaico polícromo) en épocaseveriana, como demuestran tanto el estudio tipológico delmosaico como los materiales arqueológicos asociados a estafase constructiva, denominada "fase II" po Nolla y Casas(1990, p. 197 a 199, especialmente 199). Veamos seguidamentecual fue la evolución y transformaciones de este asentamientodurante la Antigüedad Tardía, a juzgar por los datos queconocemos.

Fases III y III B:

Nolla y Casas (1990, p. 199, 200 y 203) diferencian unatercera fase ("fase III") consistente en una serie devertidos de tierras, detectados en el área considerada comopatio del sector 2 de la excavación, que cubría los estratosde época severiana; estos vertidos se interpretan como unaelevación intencionada del terreno que formaría parte de unanueva pavimentación (Nolla - Casas 1990, p. 199). La mayorparte del material hallado en estos estratos corresponde alsiglo III (sigillatas africanas A y C, cerámica africana decocina), si bien se han hallado algunos fragmentos desigillata "lucente" y dos únicos fragmentos de sigillataafricana D, de los que solamente conocemos lascaracterísticas de uno de ellos, consistente en un fragmentode base con decoración estampada del estilo A II o A III deHayes (Nolla - Casas 1990, p. 198, fig. 7, n. 2).

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Dado que el grueso del material es, desde el punto devista cronológico, bastante homogéneo. Molla y Casas (1990,p. 200) creen que los dos fragmentos de sagillata africana Dpodrían corresponder, en realidad, al momento de utilizacióndel pavimento, o bien podrían ser intrusiones; por ello,estos autores fechan, de un modo aproximado, la fase III afanales del siglo III o inicaos del IV d. de J.C. (Molla -Casas 1990, p. 203).

Teniendo en cuenta que la fase II se data sin duda afinales del siglo II o inicios del III, si para la fase IIItenemos en cuenta la presencial de sigillata africana C (formaHayes 50) y de algunos fragmentos de "lucente", y dejando delado los dos fragmentos de africana D (como proponen Molla yCasas) nos queda tan sólo para esta fase una fecha ampliadentro del siglo III e inicios del IV, por lo que laprecisión cronológica de Molla y Casas creemos que no essegura, aunque probablemente sea atinada, sobre todo sitenemos en cuenta el hallazgo de "lucente", cuya cronologíano es, sin embargo, muy clara para el siglo III. Por otrolado, hay que tener en cuenta que los estratoscorrespondientes a la fase III habían sido muy removidos,debido a. la excavación de una fosa practicada en un momentoincierto para e) enterramiento de un bóvido (Casas 1986, p.35), lo que relativiza la flabilidad estratigráfica de losmismos.

Sin embargo, el citado fragmento de sigillata africanaD estampada se halló, junto con algunos fragmentos desigillata afracana A y un borde de ánfora africana de laforma Heay III B (Molla - Casas 1990, p. 200) en la unidadestratigráfa ca 2O12, que según Casas (quien por otro ladoindica que este estrato no contenía ningún material)consistía en una Ccipa de arcilla limpia, con una potenciamedia de 25 - 30 cms. que aumentaba en la zona Sur del patio(Casas 1986, p. 35); por ello, sigue abierto el problema dela atribución estratigráfica de los dos fragmentos desigillata africana D. Si consideramos que correspondenrealmente a este estrato, la fase III debería datarse en lasegunda mitad del siglo IV como mínimo, como se desprende dela cronología del motivo decorativo de uno de estosfragmentos.

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, podemosresumir diciendo que la fase III parece consistir en unana velación y nueva pavimentación en la nona del patio o áreaabierta hallado en el sector 2 (aunque parece ser, a la visade los datos publicados, que el pavimento no se haconservado) que no sabemos qué alcance tuvo en el conjunto de1a vi3 la, datable en un momento indeterminado del siglo III oinicios del IV o bien ya en la segunda mitad del siglo IV,según la valoración que hagamos del hallazgo de losfragmentos de sigillata africana D y de su relaciónestratigráfica con esta fase.

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Noi la y Casas (1990, p. 2<~>3 ) denominan fase III B a unanivelación producida con tierras de escombrera, denominadaestrato III, correspondiente a las unidades estratigráficas2004 y 2023 (Casas 1986, p. 36 - 40). Los materiales halladosen estos estratos (sigillata africana D, forma Hayes 58 ydecoración estampada del estilo A II; sigillata gris yanaranjada estampada, ánforas africanas de las formas III A yB y XXV B de heay, además de abundante material residual)permiten fechar fsta fase a finales del siglo IV o en laprimera mitad del V, como señalan Nolla y Casas (1990, p.203 ) .

Sin embargo, Nolla y Casas (19̂ 0, p. 203) sugieren queel estrato 2004 corresponde, en realidad, a la fase III,pudiendo relacionarse los materiales más tardíos con lautilización de dos hornos de cerámica (elementos 2037 y2038), de planta rectangular, que se construyeron en el patioo área abierta del sector 2, aunque sin dejar de lado laposibilidad de que los estratos correspondientes a loscitados materiales correspondan a una aportación intencionadade tierras para nivelar el terreno. Según Casas (1986, p. 27)estos hornos, en los que se cocía cerámica común reducida (ajungar por los fragmentos cerámicos hallados) estabanexcavados en las tierras de relleno del patio, lo cualimplica, bien una fase de abandono, bien un rellenointencionado previo a la construcción de los hornos, lo quepodría ponerse en relación con la teoría de Nolla y Casas queacabamos de enunciar.

Casas indica (1986, p. 36 y 38) que junto a un muro seconservan restos de un pavimento de mortero de cal que cubreel estrato III, por lo que supone que este estrato puedecorresponder una preparación de pavimento, si bien señalatambién que el supuesto fragmento de pavimento podría ser, enrealidad, un suelo de al bañil formado con motivo de unahipotética reparación del muro. Por otro lado, en las zonasdonde no se ha constatado este supuesto pavimento el estratoIII SP halló bastante revuelto y su delimitación fue bastantedifícil (Casas 1986, p. 38), lo que hace que la flabilidadestrata gráfica de] mismo (y, por lo tanto, de la fase III Bde Nolla y Casas) sea bastante relativa.

Los datos existentes para el estudio de las fases III yIII B de Nolla y Casas son, como hemos visto, bastanteambiguos. Está claro que, en un momento indeterminado, quetanto podría situarse en el siglo III como en el IV (inclusoen su segunda mitad, si no más tarde) se produce unaremodelación del área del patio de la vil la, consistente enun aumento de nivel del suelo y quizá una nueva pavimentación(de características poco claras), es decir, la fase III. A lavista de todo lo publicado, y teniendo en cuenta losproblemas estratigráficos relativos a la fase III B, nospreguntamos hasta qué punto esta fase y la III nocorresponden en realidad a un mismo momento, aunque nadaimpide la existencia de dos momentos distintos de

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nivelaciones y repavirnentaciones en la zona del patio. Estasreformas pueden fecharse, pues, y de un modo bastanteimpreciso, entre el siglo III y la primera mitad del siglo Vd. de J.C.

En el siglo IV o en el V funcionan, en el interior delpatio, dos hornos de cerámica común, por lo que es posibleque, como sugieren Molla y Casas, los materiales del estratoIII guarden, al menos en parte, relación con estos hornos. Detodos modos, las supuestas fases III y III B resultan, comose ha visto, bastante mal conocidas con los datos existentesen la actualidad.

Como balance de las fases III y III B de Nolla y Casas,podemos resumir que en una zona abierta, quizás periférica delfl villa (puesto que sólo se cerrará, aparentemente, en lafase IV, si bien el hecho de no haberse excavado totalmenteeste supuesto patio impide precisar esto) se efectúan, en unoo más momentos indeterminados del siglo III o el IV (pudiendollegar a inicios del V d. de J.C.) unas aportaciones detierra que cubren los estratos anteriores, al propio tiempoque funcionan unos hornos de cerámica. Si la fase III nofuese realmente tan antigua como suponen Nolla y Casas ypudiese llevarse a la segunda mitad del siglo IV (pudiendoincluso ser coetánea de la fase III B, como hemos sugerido)cabe preguntarse hasta qué punto estas aportaciones de tierra(tengan o no como finalidad la realización de nuevospavimentos) pueden guardar relación con el funcionamiento deestos hornos, como proponen Nolla y Casas para la fase III B.

Cabe indicar que estas fases III y III B se handetectado solamente en el sector 2 del yacimiento, noapareciendo en el sector i.

Fase IV:

La fase IV es mucho mejor conocida que las fases III yIII B, y corresponde a una importante remodelaciónarquitectónica de, al menos, la parte de la villa excavada enel sector 2. En el sector 2 se ha detectado, en la zona delpatio, un estrato uniforme y de poca potencia (unidadestratigráfica 2002), que parece ser un suelo o bien unapreparación de pavimento (Nolla - Casas 1990, p. 203). Eneste estrato aparece sigil lata africana D (formas Hayes 61 B,64 y 79), sigil lata gris y anaranjada estampada (formasRigoir 3 A y, probablemente, 18) y ánforas africanas (formasKeay XXV 2 y LXII Q) que permiten datar este estrato en laprimera mitad del siglo V, quizás hacia el año 450, comoproponen Nolla y Casas (1990, p. 206) o, al menos y conseguridad, en el segundo cuarto de dicha centuria.

En el límite meridional del patio se excavó parte deuna habitación (denominada "habitación 2"), cuyos límites yfunción son desconocidos; en este ámbito, por debajo delestrato superficial, se halló una preparación de pavimento

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(del que no se conservaba ningún resto), que estaba formadapor piedras y tierras, entre las cuales se hallaron diversosfragmentos cerámicos. El hallazgo de sigillata africana D(formas Hayes 61 A / Waage 1948, lam. IX, n. 831 t- y Hayes 91B) y ánforas tardías de la forma l< eay LUI y una posible l< eayXXXV B proporciona una cronología del siglo V, a excepción deun fragmento de la forma Hayes 91 D de la sigil lata africanaD, mucho más tardío, que posiblemente quepa explicar, comoindican NoJla y Casas (1990, p. 2O6), como una intrusiónprocedente de la unidad estratigráfica 2001; ello nos parecemuy probable teniendo en cuenta que lo que se halló fue unapreparación de pavimento, en el que las intrusiones con elestrato superior pueden producirse fácilmente.

Por ello, creemos, como Molla y Casas, que estapreparación de pavimento debe datarse en el siglo V, aunqueno descartamos que pueda corresponder a finales del siglo VIo más tarde, en el caso de que el fragmento de la forma Hayes91 D corresponda a este estrato; de todos modos, laasociación del mismo a lo constatado en las áreas adyacenteshace más probable su atribución a la fase IV, como proponenNo]la y Casas.

Los hallazgos de la zona septentrional del patio sonlos que han proporcionado las mejores evidencias para datarla fase IV de ]a vi1 la. En este lugar se rellenóart ificalmente una pequeña hondonada natural con tierras ymateriales cerámicos, con la finalidad de nivelar el terrenopara construir un muro que cerraba el supuesto patio por estazona (Nolla - Casas 1990, p. 206). Si bien se ha sugerido queel relleno de la citada hondonada pudiese corresponder a unaescombrera (Casas 1986, p. 45), la gran uniformidad tanto delrelleno como del material arqueológico hallado en el mismopermiten descartar esta posibilidad y decantarse por la antesenunciada.

En el interior del mencionado relleno se ha halladosigillata africana D (forma Hayes 59 B), sigil lata estampadagálica (forma Rigoír 18 y una base de plato decorada),lucerna africana (forma Atlante VIII), y principalmenteánforas africanas (forma Heay XXXVI A), orientales (formaheay LUÍ B y C) y sud-hispánicas (formas Keay XIII C y XVI),además de dos ejemplares de las formas Vila-roma 8.198 y8.210 procedentes probablemente del Mediterráneo oriental,con paralelos conocidos en Roma, Marsella, Tarragona yValencia. La DE 2029, contigua a los citados estratos derelleno y contemporánea de los mismos, ha proporcionado unfragmento de ánfora oriental de la forma Keay Lili. Todosestos materiales proporcionan una datación dentro del sigloV, probablemente en la primera mitad o medidados del mismo,como señalan Nolla y Casas (1990, p. 209), quienes ponen derelieve la similitud de este conjunto cerámico con el de lacalle de Vila-roma de Tarragona (TED'A 1989), que se fecha enlos mismos años.

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Como hemos vasto, todos los estratos citados parecencorresponder a un mismo momento (a excepción, quizás, de lahabitación 2, donde sin embargo el fragmento de sigillataafricana D de la forma Hayes 91 D es probableente unaintrusión), evidenciando la existencia de reformas en esteasentamiento en el segundo cuarto o mediados del siglo V.

Fase V y abandono del asentamiento:

En el sector 1 de la excavación se documentó un almacénde do.lia y restos de paredes de tapial y pavimentos detierra. Se detectó asimismo un estrato correspondiente alrelleno de los dol la y el estrato de hundimiento del techo enuna dapendencia contigua al almacén de dolla. Estos dollafueron cortados y amortizados ya en la Antigüedad, yseguidamente terraplenados; probablemente se inutilizaron almismo tiempo, dado que en su interior se hallaron diversosfragmentos cerámicos que unían perfectamente entre si (Casas1986, p. 2.2). En relación al abandono de los dol la se hahallado sigillata africana D (forma Hayes 91 C) y unfragmento de borde de ánfora relacionable posiblemente con laforma I« eay XXXV. En el nivel de hundimiento del techo antescatado se halló sigillata africana D (forma Hayes 91 A, B oC) y ánfora africana de la forma Keay XXXV B, además de dosfragmentos que Molla y Casas (1990, p. 2O9 ) atribuyen a lasformas h eay IX y XIII C, pero que creemos que no correspondena estas formas, pudiendo la primera identificarse también conla forma l< eay XXXV B, mientras que la segunda parece más bienuna Dressel 2O, aunque no es idéntica a la misma. Además sehallaron una moneda de Constantino y otra probablemente deConstante (Nolia - Casas 1990, p. 212).

Molla y Casas (1990, p. 212) relacionan el abandono delos dolla y el hundimiento del techo con las reformasefectuadas durante la IV fase, sugiriendo que el sector 1fuese abandonado en el momento en que se efectúan estasreformas. Disentimos de esta interpretación, o al menosconsideramos que no es la única posible, puesto que1 losmateriales significativos hallados en estos estratos delsector 1 son poco abundantes, y no debe olvidarse lapresencia de la forma Hayes 91 C de la sigillata é»1r .icaria D,que se fecha en el siglo VI, con una incierta fase inicialen la segunda mitad del siglo V.

Creemos que los estratos que acabamos de citar, sindescartar por completo que correspondan a un abandono departe del asentamiento con ocasión de las reformasestructurales detectadas en el sector 2, corresponden enrealidad al período de abandono de la villa; por ello, laatribución de estos estratos por Molla y Casas (1990, p. 211y 212) a la fase IV nos parece errónea, así como ladenominación de "fase IV B" que proponen estos autores parae] estrato superficial del sector 1, que, como indican ellosmismos (Molla - Casas 1990, p. 212) no tiene ningún interésestratigráfico, precisamente por tratarse de un estrato

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superi icial . Los materiales hallados en este estrato(sigil lata africana D de las formas Hayes 59 A, 79 y 91 A,sigi]]ata estampada gálica, ánfora africana de la forma \f eayIII A) no añaden naden nuevo a lo que ya habían aportado losotros estratos, por lo que estos materiales consta tuyen tansolo una muestra de cerámicas sin contexto concreto, porhallarse, como decimos, en el estrato superficial del sectori.

La denominada por Molla y Casas "fase V" corresponde aun estrato general (estrato i y UE 2001) que abarca toda elárea excavada de] sector 2. En este estrato se han halladofragmentos de sigillata africana D (formas Hayes 61 A y Bsi bien Mol] a y Casas identifican este último con la forma 87B -, 67 y 76, n. i, 3 ,1 , sigillata estampada gálica (formasF-vigoír 3 A y 18) y sigillata "lucente" (forma Lamboglia 1/3).Como indican Molla y Casas (1990, p. 215) este estrato 1 haresultado muy afectado por las labores agrícolas, por le quesu fiabilidad estratigráf ica es limitada; no obstan^, esposible que corresponda al estrato de abardono de este sectorde la villa. Los materiales son escasos y no ofrecen ningunacronología concreta, puesto que corresponden a formascerámica^ que ya se encuentran en circulación cuando se

n las reformas estructurales de la fase IV.

Conc lusiones

Desde un punto de vista funcional, y aunque se haexcavado solamente una parte del yacimiento, podemos decirque ] as estructuras localizadas, si bien no delimitadas en sutotalidad, corresponden, en lo que se refiere al BajoImperio, a una pars rustica , con un almacén de do la a que, sibien puede ser de origen al toimperial , estaba evidentementeen uso cuando se produjo el abandono del sector 1. En lo quese refiere a] sector 2, se excavo un gran patio o área,quinas abierta (aunque olio no es seguro por no haberseexcavado en <=^u totaJidad) y que en el siglo V, con ocasión de3a r tifnodelacion correspondiente a la fase IV, fue cerrado encu ] ado septentrional. Además, en este patio estuvieronemplazados, en un momento indeterminado de la AntigüedadTardía, dos hornos de producción de cerámica común. Todo elloindica claramente una finalidad artesanal y agrícola para laparte excayada de la va 1 la durante la Antigüedad Tardía.

De todo lo que hemos visto anteriormente se desprendeque existen unas posibles nivelaciones (al parecer con elobjeto de elevar la cota de los pavimentos) en un momentoindeterminado del siglo III o quizás ya en el siglo IV oincluso en el V; no está claro si estas posibles reformascorresponden a dos momentos (como siguieren Molla y Casas,quienes las denominan fases III y III B) e incluso es posibleque los materiales de los siglos IV - V correspondientes alos mismos deban relacionarse, como sugieren Molla y Casas,con la actividad de dos hornos de cerámica común existentesen el patio o área abierta del sector 2 en un momento

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indeterminado de los siglos IV o V.

La fase ]V es la mejor conocida (de hecho, la únicaclaramente delimitada) de todas las fases tardorromanas deeste yacimiento. Los materiales hallados en el relleno de unahondonada en el sector septentrional del patio con el objetode nivelar el terreno para l<=t edificación de un muro decierre de dicho patio, principalmente, así como los halladosentre las preparaciones de pavimentos de otras áreas delpatio y de la habitación 2, permiten fechar con bastanteprecisión estas reformas en e] segundo cuarto entrado omediados del siglo V. No es imposible que la preparación depaivj men to détele tcida en la habitación 2' corresponda a unmomento avanzado del siglo VI o mas tarde, si ponemos enrelación con el masmo un fragmento de sigillata africana D dela forma Hayes 91 D; sin embargo, nos parece más razonable,como hacen No]la y Casas, considerar este fragmento como unaintrusión del estrato superior, y relacionar este pavimentocon las remodelaciones efectuadas en e] patio contiguo.

Lo que sabemos sobre las reformas del asentamiento enépoca tardoantigua (tanto en las fases III y ]II B como en laIV) permite documentar en una elevación del nivel de lospavimentos (por lo menos de algunos) e incluso laconstrucción de nuevos muros, aunque poco solidos, queseguirían, como indica el ejemplo hallado en el sectorseptentrional del patio o árect abierta del sector 2 de laexcavación, la misma orientación que los del resto de layjJLLa. Esto da pie a pensar que la remodelación de épocatardía, a diferencia de la del siglo II o III, no comportaríaun cambio en los planteamientos planimétricos de la villa,sino una repavimentación y acaso ampliación o reconstrucciónde algunas habitaciones.

Si bien Nolla y Casas relacionan los estratos deabandono y hundimiento del techo detectados en el sector 1con las remodelaciones efectuadas en la villa durantp la faseIV, nos parece mas razonable considerar que dichos estratoscorresponden al abandono del asentamiento; el hallazgo dp laforma Hayes 91 C de la sigillata africana D en relation aestos estratos permite fechar estos abandonos en el ejçlo VIo finales del V como mínimo. El estrato 1 que enfouie« elsector 2 debe corresponder probablemente también al abandonode la villa, si bien los materiales hallados en el mismo nopermiten hacer precisiones sobre su datación. Por otro lado,el hallazgo de un fragmento de sigillata africana D de laforma* Hayes 91 D en la habitación 2 contigua al patio, al queantes se ha aludido, permite pensar que este asentamientoestuvo activo hasta finales del siglo VI o inicios del VII,como mínimo.

La relativa abundancia de sigillata africana D yestampadas galas grises y anaranjadas, y especialmente deabundantes ejemplares de ánforas africanas, orientales y sud-hispánicas ya ha sido puesta de relieve por Nolla y Casas

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(1990, p. 215 - 218) quienes han estudiado la presencia deestos materiales en la villa en relación a los hallazgos delas comarcas gerundenses, señalando elementos taninteresantes como 3a mayor abundancia de ánforas en PuigRodonb que en la villa de Vilauba, situada más al interior,con lo que parece ser que los productos anfúricos llegabancon mayor dificultad a los yacimientos situados al interiorde estas comarcas que a los ubicados más cerca de la costa.

En resumen, podemos sintetizar la evolución estructuraldel asentamiento durante la Baja Antigüedad en tres puntos,teniendo en cuenta los problemas interpretativos a los queantes nos hemos referido.

í - Be produjeron aportaciones de tierra para nivelar e]terreno, con la probable finalidad de elevar el nivel delpavimento en la zona de3 patio, en uno o más momentosindeterminados, fechables en un lapso de tiempo comprendidoentre época sevonana (fecha de las estructuras de la faseanterior; y la segunda mitad del siglo IV o inicios del V.Listas supuestas remodelaciones son poco conocidas, y esposible que quepa relacionarlas, al menos en parte, con laactiva dad de los dos hornos de cerámica que en épocatardorromana funcionan en el patio o área abierta.

Este primer momento corresponde a las fases III y III Bde Molla y Casas.

2 - Nueva pavimentación de la zona del patio y probablementede las habitaciones adyacentes, así como construcción de unmuro de cierre de dicho patio por su lado septentrional,previo relleno de una hondonada existente en este lugar contierras y cerámicas desechadas. Estas remode lac iones sefechan con bastante precisión en el segundo cuarto o mediadosde] siglo V d. de J.C. Corresponden a la fase IV de Molla yCasas.

3 - No conocernos nuevas remodelaciones en el aser i ¿»miento,desconociendo asimismo el momento y las causas del abandonodel mismo, que no creemos que se produjese antes dt- tíñalesdel siglo VI o inicios del VII, debido al hall^zqc de unfragmento de sigillata africana D de la forma Hayes- c''l L', quetiene esta cronología. En todo caso, este abandono hc> dt? serposterior a mediados del siglo V, fecha en que se? producenlas remodelaciones de la fase IV.

Este último período corresponde a la fase V de Molla yCasas, pero creemos que cabe asociarlo también a las fases IVy IV B que estos autores señalan para el sector 1 y querelacionan con las remodelaciones de la fase IV que seconstatan en el sector 2; nosotros creemos más adecuadorelacionar el abandono y el hundimiento del techo detectadoen e] sector 1 con el abandono general del yacimiento, ]o queapoya la presencia en estos estratos de la forma Hayes 91 Cde la sigillata africana D, cronológicamente posterior al

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momento en que se producen las reformas de la fase IV.

Bibliografía

Casas 1983 - 84, passim. Casas J98fc, passa m. Molla - Casas1 99<">, passim.

2.5 - PALAFRUGELL

2.b.i - Llafranch

Características

Llafranc es una población situada en un valledelimitado por una bahía (3); administrativamente constituyeun agregado al municipio de Palafrugell. En esta bahíadesembocan las rieras denominadas de Llafranch y de la Fontd'en Xeru; a jungar por los hallazgos efectuados, elasentamiento de época romana se entendía a ambos lados deesta última riera (Bartí - Plana 1989, p. 139).

Existen noticias del hallazgo de restos romanos enLlafranc a partir de la segunda mitad del siglo XVIII (Badia1984, p. i; Molla - Casas 1984, p. 135). Asimismo, se hanefectuado en varias ocasiones hallazgos esporádicos en estapoblación (Badia 1984). En base a la situación costera delyacimiento y a su extensión, así como la existencia de un"hinterland" con buenas posibilidades agrícolas, se hasugerido que este yacimiento no correspondía a una villapropiamente dicha, sino a otro asentamiento distinto, quizásun y ir. us (Bartí - Plana 1<?89, p. 146).

En este lugar se han hallado algunas tumbas de tégulas,en la zona próxima a la iglesia (Molla - Casas 1984, p. 137;No31a - Canes - Rocas 1982, p. 182). Molla y Casas (1984, p.137) sugieren que quizás estas tumbas puedan guardar relacióncon alguna eel la memoriae, pero no hay ninguna pruebaconcluyente ni indicio suficientemente sólido de ello, almenos por ahora. De todas maneras, aunque es muy probable quesean bajoimperiales, no podemos asegurarlo. Asimismo, enLlafranc se halló un fragmento de mosaico polícromo(conservado en el Museo Arqueológico de Gerona) y se tienennoticias de otro (Molla - Canes - Rocas 1982, p. 149).También en Llafranc se halló hace ya muchos años una lápidafuneraria de época tardorromana, hoy perdida (Vives 1969, p.95, n. 300).

La gran actividad constructiva debida al turismo haprovocado la necesidad de realizar algunas excavaciones desalvamento. Una de ellas, llevada a cabo en los años 1980 -1981, dio como resultado el hallazgo del vertedero de unhorno que producía tégulas y, al parecer, también ánforas,durante el siglo I d. de J.C. (Molla - Casas 1984, p. 134 -137; Molla - Canes - Rocas 1982).

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F'or encima del estrato de abandono se halló otro nivel(estrato i), que corresponde al superficial de la excavación,y constatuye el estrato de derrumbe dp ]a estructuraarquitectónica antes citada. Por ello, en dicho estrato (de40 cms. de? potencia) se halló gran cantidad de tequlae.imbrices y clavos. Bartí y Plana (1989, p. 141) fechan estederrumbe hac 10 finales del siglo V e inicios del VI d. deJ.C., basándose en el hallazgo de las formas Ha/es 97 ensigillata africana C (sic) y Hayes 98 en sigil lata africanaD. Sin embargo, la única de ambas que publican (Bartí - Plana1989, p. 140, fig. 4, n. i), identificada como forma Hayes98, nor> parère, a la vista del dibujo publicado, de tipologíapoco clara, y nosotros la relacionaríamos más con la formaHayes hß qur con la indicado por las citadas autoras. Porotra parte, en dicho estrato se halló la forma Hayes 91 (o 92como SP ha considerado, pues el dibujo publicado no permiteaclararlo) de la sigillata africana D, y cierta abundancia decerámica "lucente" (Barta - Plana 1989, p. 140, fiq. 4, n. 2>' 4 a 7 ) .

Todo lo que acabarnos de indicar, unido al hecho de quenos resulte extraño un "lapsus" de tiempo de cien años comomínimo entre oí abandono de la habitación y el derrumbe de lamisma nos hacen dudar de la cronología atribuida al citadoderrumbe; hubiese sido muy interesante, en este sentido, quese publicase el fragmento cerámico atribuido a la forma Hayes97 de lu sigilJata africana, lo que hubiese contribuido adespejar estas dudas.

Otra habitación contigua a la anterior (denominadaestancia C por sus excavadoras) presenta una "faciès"evolutiva totalmente distinta, como observan Bartí y Plana(1989, p. 144). En esta habitación también se hallaron dospavimentos superpuestos, la construcción del más moderno delos cuales puede fecharse a finales del siglo I d. de J.C. Elestrato superficial, que cubría este pavimento, tenía unapotencia de 85 cms.; en el se hallaron gran cantidad demoluscos (principalmente ostras), y los materiales cerámicosmás modernos que formaban parte del mismo eran fragmentos desiga 1 lata africana C y D, sigillata "lucente" y grisestampada y algunas monedas del siglo IV (5).

Este estrato superficial corresponde, como indicanBartí y Plana, al nivel de abandono de la habitación C,puesto que SP encontraba directamente sobre el pavimento delmismo. Estas autoras creen que dicho estrato debeconsiderarse como el resultado del uso la mencionadahabitación como vertedero, y citan como elementos datablesde] mismo fragmentos de sigillata gris estampada del siglo Vy formas de sigillata africana D de la segunda mitad delsiglo V d. de J.C. (Bartí - Plana 1989, p. 144).Desgraciadamente, no especifican de qué formas se trata (ycreemos que no hay elementos de juicio para datar tanprecisamente la sigillata gris estampada en el siglo V; u-porqué no a finales del IV o en el VIo), lo que impide comprobar

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referencia. Tampoco vemos cJaro que este estratocorresponda realmente a una escombrera.

Materiales

Dividiremos los materiales arqueológicos de Llafranc endos grupos (que designaremos como A y B), incluyendo por unlado fügunos hallazgos esporádicos efectuados en este lugar,y por otro los procedentes de las excavaciones llevadas atérmino en 1987.

A - Hal tangos esporádicos.

Epiqraf3 ñ

I - Lápida funeraria hallada en Llafranc, hoy perdida. Ajuzgar por las transcripciones que de su texto se nos hanconservaxdo „ este sería el siguiente:

(Caru)do, coniuqi óptimo ( in pa ) ce /. quiescenti, Caesaria /(con di. i in) nun c tumulum Carudí /_ coniuqis artus. /_ (CaesariaI1 ) lacrimans iqno( to) 1i- /_ tore común;; /_ ( quem mer ) oreuiae sen 10 pie ta te ¿_ prof ec t (um) /_ (excipiun ) t maqni regem(super aet- ¿_ ñera campi ¿_ (ut paradisiacas) liceat (conscen-/_ dere se )des /_ ( obut . . . PC tobr ) is .

La referencia que indica que Carudo murió en ignoto1J tore la interpretamos como indicativa de que este personajene encontraba de viaje cuando le sorprendió la muerte en estelugar; probablemente debió tratarse de un viaje por mar.

Hallazqos cerámicos indeterminados. Punzón decorativo

E-iadía (1984) cita una serie de materiales hallados enun solar de la población; su afirmación de que aparecieronabundantes materiales de época bajoimperial debe matizarse,pues cita tan sólo cinco fragmentos informes de sigillataafricana A, C y D; un fragmento de "Jucente" con di-r oraciónestampillada (Badia 1984, p. 9, fig. A (sic.), ar r i b a a laderecha), que no vemos claro que quepa atribuar c< estaproducción, sin que nos recuerde a nada conocido, r< e mpciónde algunas cerámicas al tomedievales aún poco estudi < Oí»«- .

Badía publica, asimismo, un interesantísimo pun -on paradecorar cerámica por el proceso de la estampacid?* (Badía1984, p. 9, fig. A (sic), izquierda). El motivo ORcorativoconsiste en una palmeta. Esta palmeta no nos evocci ningúntipo concreto de los existentes en los amplios repertoriostanto de la sigillata africana como de las grises yanaranjadas gálicas; esta impresión nos la confirma unafotografía de calidad de la pieza (Molla - Canes - Rocas1982, p. 152, fig. 2). Por otro lado, el sistema de laestampación tanto puede encontrarse en las cerámicastardorromanas como en las campanienses. En definitiva, es muypobre la información que nos proporciona este punzón, dado

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que ni tan sólo conocemos su cronología; en todo caso, sirvepara ponernos en guardia ante la eventual aparición deimitaciones de la sigal3ata africana D o las cerámicasgálicas estampadas, que probablemente debieron tener, en estecaso, una difusión muy limitada.

Siqi1 lata africana C

2 - Fragmento de borde. Forma Hayes 50 (Noi la - Casas 1984,p. 132, iám. XLIII, n. 24).

Siqi]lata afra cana D

3 - Rase de plato, que-1 corresponde probablemente a la formaHayes 67 o a la 76. Presenta restos de decoración estampada,consistente en una roseta que, aunque no se conservacompleta, podría corresponder al tipo Hayes 44 A - Atlante138, del estilo A l l y datable hacia 325 - 375 d. de J.C.(Molla - Casas 1984, p. 132, larn. XLIII, n. 22).

Sigil lata africana D (̂ )

4 - Base de plató de forma indeterminada (Badia 1984, p. 9,fig. A (sic.), abajo, derecha). Decoración estampada en elfondo interno, consistente en motivos circulares del tipoHayes 28 - Atlante 12 (de los estilos A II, B, C ̂ y D),rejillas del tipo Hayes 67 - Atlante 29 (estilos A II, A III,B y D inicial ; 350 - 450 circa), así como una palmetaindeterminada. Lo relacionar¿amos con el estilo A II, pero eldibujo publicado no es de la calidad que cabría desear, y nonos atrevemos a afirmar la pertenencia de este fragmento a lasigillata africana D, máxime si se tiene en cuenta que sehalló cerca del misterioso punzón a que se ha hechoreferencia.

Siqi1 lata gris y anaranj ada estampada

Existen algunas referencias (Molla - Casas 1984, p.137; Molla - Canes - Rocas 1982, p. 182) al hallazgo desigillata gris y anaranjada estampada en este yacimiento, quepermanece inédita.

Ánfora

5 - Borde de ánfora de la forma Africana I B - Heay III B(Molla - Casas 1984, p. 132, Iám. XLIII, n. 20).

Además, Molla y Casas (J984, p. 132, Iám. XLIII, n. 27)publican un borde de ánfora que nos recueda a la formaAfricana II A - Keay IV, pero no podemos asegurarlo, puespodría quizás tratarse de una Dressel 2-4; por ello, no locitamos como una identificación segura.

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B - Materiales de las excavaciones de 1987.

Citaremos seguidamente aquellos fragmentos cerámicoscuyos dibujos han sido publicados por Bartí y Plana (198e?, p.140, 142 y 143, figs. 4, 5 y 6).

Sagí 1 lata " lucen te"

1 a 4 - Cuatro fragmentos de bordes, que pueden correspondera la forma Lamboglia 1/3 o quizá a la 2/37; uno de ellospuede atribuirse con seguridad a esta última. Proceden delestrato 1 (derrumbe) de la estancia A - B (Bartí - Plana1989, p. 140, fig. 4, n. 4 a 7).

5 y ó - Dos fragmentos de borde, que pueden corresponder a laforma Lamboglia 1/3 o a la 2/37. Hallados en el estrato 2(abandono) de la estancia A - B (Bartí - Plana 1989, p. 142,f i g . 5 , n . 2 y 3 ) .

7 y 8 - Dos fragmentos de borde, atribuïbles aLamboglia 1/3 o 2/37. Del estrato 3 (fundación delde la est- B (Barta - Plana 1989, p. 143, fig. <b,3 y 4 ) .

Sa ni13 ata africana C

la formapavimento)n .

9 - Borde. Forma Hayes 50. Estrato 3 (fundación delpavimento) de la estancia A - B (Bartí - Plana 1989, p. 143,fig. 6, n. 2).

Siqi 1 la ha africana D_

10 - Buena parte del perfil. Aunque puede atribuirseclaramente a la forma Hayes 58, el dibujo publicado leatribuye las dimensiones de un cuenco, cuando dicha formacerámica consiste en un plato. Preferimos, pues, serprudentes en tal atribución. Estrato 2 (abandono) de laestancia A - B (Bartí - Plana 1989, p. 142, fig. 5, n. u).

11 - Borde. Aunque se ha atibuído a la forma H««yfE ^8,creemos que podría quizá corresponder a la Hayes 58. ¿-idpmás,la forma Hayes 98 corresponde a un pequeño cuenco, mientrasque la pieza de Llafranc es un plato, como se desprende deldibujo publicado, lo que conviene también con la Torma Hayes58. Estrato 1 (derrumbe) de la estancia A - B (Bartí - Plana1989, p. 140, fig. 4, n. 1).

12 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 59 A. Estrato 2(abandono) de la estancia A - B (Bartí - Plana 1989, p. 142,fig. 5, n . 6) .

13 - Borde y parte del cuerpo. Forma Hayes 61 A. Estrato 2(abandono) de la estancia A - B (Bartí - Plana 1989, p. 142,fig. 5, n. B).

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14 - Plato completo de la forma Hayes 67, n. l, 4, 9. Aunqueno se conserva el centro del fondo, se aprecia la decoraciónestampada que rodeaba al mismo, consistente en una rosetarepetida del tipo Hayes 44 B - Atlante 183, del estilo A TI(325 - 375 d. de J.C., aproximadamente). Estrato 2 (abandono)de la estancia A - B (Barti - Plana 1989, p. 142, fig. 5, n.1) .

15 - Fragmento de- borde, de Ja forma Hayes fa7 n. 5 - 6, 17,20. Estrato 2 (abandono) de la estancia A - B Barti - Plana1999, p. .142, fig. 5, n. 7).

16 - Borde, viser* y parte del cuerpo. Se ha atribuido a laforma Hayes 92, pero, sin negar esta clasificación, creemosque podría tratarse de la Hayes 91 B; todo depende de si laacanaladura que parece apreciarse, sin seguridad, en eldibujo publicado, es o no tal acanaladura. Estrato 1(derrumbe) de la estancia A - B (Rartí - Plana 1989, p. 140,f i g . 4 , n . 2 ) .

Producción indeterminada (siqi1 lata africana o hispánicatardía 21

17 - Borde de plato. Aunque se clasifica como sigillataafricana D, forma Hayes 73, podemos asegurar, a la vista deldabujo publicado, con seguridad que no corresponde a dichaforma (la cual, por otra parte, es típica de la producciónC). Su perfil es idéntico al de una forma de la sigillatahispánica tardía, pero no nos atrevemos a hacer talafirmación de un modo consistente, puesto que no hemos vistola pieza y dicha forma, además, es típica de la Meseta y nose ha detectado hasta el momento en Cataluña; ni tan solo seha hallado hasta el momento (a excepción de un posibleejemplar de Roses), un sólo fragmento de sigillat¿< hispánicatardía en las comarcas gerundenses. Estrato 2 (abandono) dela estancia A - B (Barti - Plana 1989, p. 142, fig. T-, n. 5).

Conclusiones

Aparte de la información que puedan apor«c«r loshallazgos esporádicos y la interesante lápida sepulcr^,], queparece probar que el difunto era un viajero que muric cuandopasaba por esta zona (quizás en un naufragio, aun Q i«* estosólo es una sugerencia que no puede probarse), no c.cU>e dudaque los elementos de juicio más importantes con que> contamospara intentar conocer la fase tardoantigua del habitat (seavilla o vicus) asentado en el solar donde se encuentra laactual Llafranc son los proporcionados por la excavación de1987.

Las citadas excavaciones nos proporcionan la evidenciade la remodelación de un edificio (de característicasconcretas y función indeterminadas, por el momento) del AltoImperio, que sufrió una remodelación (parcial o total, no lo

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cabemos) durante ]a primera mitad del siglo IV, aunque lo quese ha detectado hace pensar que dicha remodelacióncorresponde a unas etructuras muy sencillas y modestas. Unade las habitaciones correspondientes a dicha remodelacióntuvo una vida muy corta, abandonándose con seguridad durantela segunda mitad del siglo IV; en cambio, parece ser que unahabitación contigua no fue abandonada hasta la segunda mitaddel siglo V d. de J.C., aunque no podemos asegurlo porque3a evidencia aducida en favor de esta segunda dataciûn(simple referencia al hallazgo de formas de sigillataafricana D propias de la segunda mitad del siglo V) no hasido suficientemente especificada.

Después del abandono de este edificio es posible queèstre fuese usado temporalmente como vertedero, como pareceindicar particularmente la abundancia de cerámicas halladasen la habitación abandonada en la segunda mitad el siglo IV,que acabamos de mencionar.

Los materiales hallados en este yacimiento nos reflejanun normal aprovisionamiento de cerámicas de importación(principalmente norteafricanas) durante el siglo IV comomínimo; los datos existentes con posterioridad a estascronología son insuficientes, y no permiten saber conseguridad si puede hablarse o no de una recesión delasentamiento después del siglo IV y/o la primera mitad del Vd. de J.C.

De gran interés nos parece la abundancia de moluscosque se ha detectado en el estrato de abandono y/o relleno de3a estancia C, que nos prueba la importancia de la actividadpesquera en esta costa en época tardoantigua, y nos permiterealizar una confrontación con casos similares, como el de lavilla de Tossa, donde se hallaron moluscos en abundancia enel relleno de ua piscina de la vil la (Castillo 1939, p. 258).

Bibliografía

Pe]3a i Porgas 1883, p. 188, 210, 275 y 357 - 358. Vives1969, p. 95, n. 300. Molla - Canes - Rocas 1982. Badia 1984,passim. Molla - Casas 1984, p. 132 - 137 (con bibliografíaanterior). E-iartí - Plana 1989, passim.

2.6 - PALAMÓS

2.6.1 - El Palau (Vilaromà)

Características

En una nona relativamente llana, en los primeroscontrafuertes del macizo de les Gavarres, se encuentran losrestos de una vi13 a romana, de la cual aún se conservan murosde altura bastante considerable y pavimentos de opus,siqninum, existiendo noticias del hallazgo de un mosaico en

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blanco y negro. E3 topónimo "Peílau" PB significativo, puesparece indicar la presencia en este lugar de un edificiorelativamente suntuoso, de lo cual dan muestra los restosarquitectónicos citados. Es destacable también el nombreVa]aromé.

Materiales

Monedas

Existen referencias inconcretas al hallazgo de monedasde los siglos III y IV.

Conclusiones

El topónimo Vilaromà podría hacer referencia a unestablecimiento de época romana bajoimperial, dado que elnombre no se ha perdido. Podría referirse a un Romanus, queon este caso seria el dominus del establecimiento. De todosmodos, el hallazgo de monedas del siglo IV es un argumentomas seguro que e>l anterior, y ambos conjugados permiten creerque este asentamiento continuaba activo en épocatardorromana, tal vez como centro de un fundus relativamenterico.

Biblipqrafía

Nolla - Casas 1984, p. 138 (con bibliografía anterior).

2.6.2 - Sant Esteve del Mar o de la Fosca

Características

El yacimiento se encuentra en una nona plana, situadasobre los acantilados de las calas vecinas, cerca del mar; sehan hal3ado restos de pavimentos y muros de una v i l l a romana.

Materiales

Existe una referencia, inconcreta, al hc<)lc<rqo de"cerámica estampada bajoimperial". Esta escueta noticia nopermite saber si se trata de sigillata africana o quinasestampada del sur de las Bailas.

Conclusiones

La referencia anterior, aunque imprecisa, essuficiente para pensar que este yacimiento continúa enactividad durante el Bajo Imperio, como mínimo en el sigloIV.

Biblioqrafía

Nolla - Casas 1984, p. 138 (con bibliografía anterior).

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2.7 - PERAFALLADA

2.7.J - Can Aliu

Características

Yacimaentn situado en el llano, junto a la poblaciónactual. Se han documentado algunos materiales de épocaromana, deba do a unas exploraciones de miembros del museomunicipal F'uig Castellar de Sta. Coloma de Gramenet.

Materiales

Siqi13 ata afra cana C

Se han hallado algunos fragmentos de la forma Hayes5í~>. Estos materiales se encuentran depositados en el MuseuMunicipal Puig Castellar de Santa Coloma de Gramanet(Barcelona).

Conclusiones

La forma Hayes 50 en sigillata africana C puede datarseen el siglo III o inicios del IV, con lo cual no sabemos sieste yacimiento continúo durante el Bajo Imperio o no. Entodo caso, la sigillata africana C antigua se producía aún enépora constantaniana.

Biblloqrafía

Nolla - Casas Jc?84, p. 14O (con bibliografía anterior).

2.7.2 - Mas de Dalt (o Mas Saló)

Características

La vil la romana situada en este lugar se encontraba alpie de una pequeña elevación, a unos 50 m. sobre el nivel delmar y protegida de los vientos de levante por unas colinasdenominadas Les Serres (pertenecientes al macizo de LesGavarres), que tienen una altura media de 104 m. sobre elnivel del mar (Nolla 1987 A, p. 46). De esta vi1 la romana,situada cerca del agregado de Canapost, se conocen, además demateriales cerámicos, alqunas estructuras arquitectónicas(ó) .

Materiales

Sigil lata "lucente"

1 - Fragmento de pared, posiblemente de la forma Lamboglia1/3, por su rectitud. Decoración de ruedecilla en la cara

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exterior (Noi Ja J 987 A, p. 7c> - 71; p. 79, fig. 7 5 n. 2).

Siqi 1 lata africana C_

2 - Plató. Forma Has'es 50, probablemente del tipo Hayes 50 A- Lamboglia 4O bis, por la rectitud de la pared. Producción C1. Diámetro de] borde: 20,4 cms. (Molla 1987 A, p. 69; p. 73,f 3 g . 6, n. 16).

Z - Base de» plató de la forma Hayes 50 A. Producción C 2.Diámetro de la base: 36 cms. (Molla 1987 A, p. 69 - 70; p.73, f i g. 6, n. 18).

Sigil lata africana D

4 - Un fragmento de la forma Hayes 59 B (Noi la - Casas 1984,p. 14O; Casas - Sanmartí, 1980, p. 61, fig. 3; Noi la 1987 A,p. 58, fig- 3, n. 1). Presenta el borde inclinado haciaarriba, por lo que recuerda la forma Hayes 2 A de la LateRomán C; de todos modos, no se sale de los parámetros de ]aforma Hayes 59, aunque parece corresponder a una variantepoco corriente (no hemos visto la pieza).

Siqi1 lata anaranjada estampada

5 - Perfil completo de un plato, identificable con la formaRigoír 8, aunque presenta una base sin pie, a diferencia delos modelos repertoriados. Según Nolla, la arcilla es dura,compacta, uniforme, con desgrasante de mica y pequeños puntosmarrones; engobe de color naranja - dorado, brillante, pocoadhérente y de mala calidad. En el fondo interno presenta ungrafito incompleto, de difícil interpretación, y que no esreproducido en el estudio de Nolla. Diámetro del borde: 26cms. Diámetro de la base: 20 cms. (Nolla 1987 A, p. 71; p.79, f ig. 7, n. 1 ) .

6 - Fragmento informe. Según Nolla, la pasta es de colorbeige - anaranjado, bastante dura, bien depurada, conminúsculos puntos brillantes. Engobe de color naranja -rojizo, brillante. Decoración estampillada, incompleta, en lasuperficie exterior, demasiado fragmentada como para hacerprecisiones sobre su tipología (Nolla 1987 A, p. 71; p. 73,fig. 6, n. 20).

Conclusiones

Aunque no se conocen detalles estratigráficos que nospermitan datar las estructuras arquitectónicas conocidas, lapresencia de sigillata africana D y estampada gris gálicapermite afirmar que este yacimiento se encuentra activo enépoca tardorromana, como mínimo en el siglo IV o el primercuarto del V d. de J.C., a juzgar por la presencia de laforma Hayes 59.

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Bibliografía

Casas - Sanmartí i960, p. 61. Molla - Casas 1984, p. 140 (conbibliografía anterior). Molla 1987 A.

2.7.3 - Iglesia de Sant Esteve de Canapost

Características

Junto a la iglesia de Canapost (agregado aPeratallada) se han hallado dos sarcófagos de piedra areniscacon tapa a doble vertiente; no se pueden datar con exactitud,pero parece que se pueden situar entre los siglos VI y VII -VIII d. de J.C.

Conclusiones

Estos sarcófagos documentan la existencia de unaárea cementerial, probablemente de época tardorromana, quedebe ponerse en relación con la iglesia; este es también unargumento para postular la antigüedad de la misma, aunque noSP tienen datos arqueológicos que demuestren esta lógicahipótesis.

Biblipqrafía

Badía 1977, p. 326. Molla - Casas 1984, p. 140 (recogen lareferencia de Badía).

2.8 - SANT FELIU DE GUÍXOLS

2.8.1 - Monasterio de la Torre del Fum

Características

El monasterio benedictino de la Torre del Fum seencuentra en uno de los primeros contrafuertes de la montañade Sant Elm (antiguamente llamada Castellar), al sur de SantFeliu de Guíxols. Embebida en las construcciones medievalesse pudo documentar una estructura arquitectónica de plantacuadrada al exterior, y octogonal en su interior (7). Seconserva incluso el arranque de la cúpula, y se conoce lapuerta de entrada, situada en el centro de la pared norte; nose han descrito las características de esta puerta. Eledificio mide 5,50 m. de lado, y se conserva en una altura de5,15 m. (Palol 1967, p. 156); formaba parte de un conjuntoconstructivo más amplio, como puede verse en el croquispublicado por Palol (1967, p. 156).

Se han realizado excavaciones, aunque no se tuvo encuenta ningún dato estratigráfico; en varias catas efectuadasal pie de la torre se han hallado cerámicas tardorromanas?

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que han sido dadas a conocer por Esteva (1962; 1983).

Palol considera esta construcción como un posiblebaptisterio o tumba monumental (como la de Centcelles); sufunción exacta no ha podido ser definida, dado que el ábsidedel monasterio medieval pas<=i exactamente por el centro deesta construcción, lo que impide documentar cualquiereventual piscina bautismal.

Palol cita ejemplos similares en Siria y Egipto, aunqueestos presentan hornacinas en las paredes interiores, lo queno se da en la construcción de la Torre del Fum. A partir deesta simple? analogía, no acabamos de ver claro el origen enel Mediterráneo oriental' postulado por Palol para este tipode plantas, sobre todo si tenemos en cuenta que el mismoautor (1̂ 67, p. 157) cita abundantes construcciones similaresen el sur de Francia. La datación propuesta por Palol sesitúa en el siglo V o el VI.

Materiales

Sa gil ] ata " lucente" o br i·l lante

Esteva (1962, p. 55; 1983, p. 46) hace referencia alhallazgo de varios fragmentos de esta producción en las catasefectuadas al pie de la Torre del Fum.

Siqi1 lata africana D

1 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 58 B. Diámetro delborde: 32 cms. (Esteva 1962, p. 60, fig. 6, n. 2; Esteva1983, p. 51, fig. 6, n. 2).

2 - Un fragmento atribuïble probablemente a la forma Hayes 61A, hallado al pie de la Torre del Fum (Esteva 1962,referencia en p. 62; Esteva 1983, referencia en p. 53).

3 - Borde y parte de la pared de un plato. La acanaladurainterior y su ubicación por encima del reborde exterior noshace atribuir este perfil a la forma Hayes 61 B, aunque lapoca profundidad que parece tener la pieza nos haráa pensaren la 87 A. Podría trarse de un híbrido entre ambas formas.Diámetro del borde: 40 cms. (Esteva 1962, p. 60, fig. 6, n.5; Esteva 1983, p. 51, fig. 6, n. 5).

4 - Fragmento de> borde, visera y parte de la pared. FormaHayes 91 A o B, probablemente (Esteva 1962, referencia en p.58; Esteva 1983, referencia en p. 50).

Siqi1 lata africana E (o quizás C tardía)

5 - Fragmento de fondo de plato de forma indeterminada, quepresenta una decoración de ruedecilla a modo de aspas (Esteva1962, p. 65, fig. 9, n. 2; Esteva 1983, p. 55, fig. 9, n. 2 yp. 58, fotografía sin numerar, parte inferior, arraba,

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centro). A juzgar por la descripción que hace Esteva de estapieza (pasta de color rosado oscuro; engobe espeso, tantointerior corno exterior) y el tipo de dcoracion de ruedecillacreemos que debe tratarse de sigillata africana E (quizás dela forma Hayes 68, n. i de la clasificación del Atlante) o entodo caso, de sigillata africana C 4 o C 5, pudiendocorresponder a alguna de las formas Hayes 82, 83, 84 o 85.

Conclusiones

Aunque se han apuntado los siglos V y VI como posibledatación, no creemos que haya que descartar la cuartacenturia, sobre todo si se establece una comparación conCentcelles. No es posible determinar que se trate de unmausoleo, que en tal caso debería relacionarse con una viliasuficientemente suntuosa, de la cual no se conoce ningúnindicio. Parece más probable su atribución a un baptisterio;en favor de esta teoría estaría la continuidad del culto eneste lugar.

Los hallazgos cerámicos poco nos aclaran sobre estaconstrucción, puesto que al parecer se efectuaron en elexterior de la misma y sin contexto estratigráfico conocido.Sin embargo, nos documentan la llegada de material cerámicoafricano de la segunda mitad del siglo IV y la primera del Vd. de J.C.; particularmente interesante, de cara alconocimiento de la distribución de esta producción (sipudiese confirmarse su atribución) es el fragmento desiga!lata africana E.

Bibliografía

Esteva 1962, p. 49, 55, 58, 60, 62, 65. Palol 1967, p. 37,nota 22 y p. 155 - 157. Palol 1977, p. 37 - 42. Esteva 1983,P. 41, 46, 50, 51, 53 y 55. Molla - Casas 19C4, p. 145 - 146(con bibliografía anterior).

2.8.2 - Monasterio de la Torre del Corn

Características

Torr P medieval, cuya hiladas inferiores denotan laexistencia de una edificación anterior, de grandes sillaresrectangulares distintos del anterior. Se ha tratado decomparar esta edificación con la de la Torre del Fum.

Conclusiones

Estas estructuras están mucho peor documentadas, por elmomento, que las de la Torre del Fum, por lo cual no se puedeprecisar su función ni su cronología. De todos modos, e?posible que la teoría, señalada por algunos autores, que lapone en relación con la construcción de la Torre del Fum seacierta.

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Biblioqrafía

Badia .1977,,D i b 11 o q r a f i ¿íanterior)

Ho ] 1 Cata? 3984, 146 (con

. B« 3 - Núcleo urbano: calle del Prior

Características

Con motivo dp las obras rie urbanizacióndel Prior se efectuaron unos movimientos dedieron como resultado F-! hallazgo de un lotecerámicas romanas (Esteva 1962, p. 49; 1983,

de la calletierras, que

de monedas yp. 41). No

conocemos datos estrati gráficos. Se halla a unos cien metrosdel ábside del monasterio de la Torre del Fum.

Materiales

"lucen te" o brillante

1 a 8 - Un perfil casi completo (falta solamente la base), dela forma Lamboglia 1/3, probablemente A; dos fragmentos debordes de la forma Lamb. 1/3 o de la 2/37; tres bases; unfragmento de pared, y otro de pared y base, que conservaparte de un asa (Esteva 1962, p. 52, fig. 1, n. 1 a 3; p. 54,fig. 2, n. l a 5. Esteva 1983, p. 44, fig. 1, n. 1 a 3; p.45, fig. 2, n. 1 a 5, y p. 58, fotografía sin numerar, partesuperior, debajo).

9 y 10 -base) dedecoraciónEsteva: 121983, p. 4758, parteEspaña (halde la villa3) .

Dos ejemplares casi completos (falta solamente launa curiosa variante de esta producción conde barbotina. Diámetros de los bordes, según

cms. (Esteva 1962, p. 56, fig. 3, n. 1 y 2; Esteva, fig. 3, n. 1 y 2, y fotografía sin numerar en p.superior, arriba). Se conoce otro ejemplar enlado también, al parecer, con materiales tardíos)de Prado, en Valladolid (Wattenberg 1962, lám. I,

Si qi 1 lata africana D

11 - Fragmento de borde y pared. Forma Hayes 58. Diámetro delborde: 28 cms. (Esteva 1962,1983, p. 51, fig. 6, n. 3).

60, fig. 6, n. 3; Esteva

12 - Perfil completo. Forma Hayes 59 B (Esteva 1962,fig. 5; Esteva 1983, p, 50, fig. 5).

13 - Borde y parte de la pared. Forma Hayes 59 A1962, p. 64, fig. 8, n. 1; Esteva 1983, p. 54, fig. 8,p. 58, fotografía sin numerar, parte inferior,derecha).

59.

(Estevan. 1 yabaj o.

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14 - E^orcle y pared. Forma Hayes 59 ? probablemente B. Diámetrodel borde: 40 cms. (Esteva 1962, p. 60, fig. 6, n. i; Esteva1983, p. 51, fig. 6, n. 1).

15 - Perfil completo de la forma Hayes 61 A. Aunque Esteva noda ninguna indicación precisa de su procedencia, lo citajunto con otros materiales de la calle del Prior, por lo quepensamos que fue hallado en este lugar (Esteva 1962,, p. 61,fig. 7; Esteva 198" fig. 7).

16 - Fragmento de borde. Podría ser una forma Hayes 62,aunque también podría tratarse de una Lamboglia 9 ensigil lata africana A (Esteva 1962, p. 60, fig. 6, n. 4;Esteva 1983, p. 51, fig. 6, n. 4).

17 - Perfil casi completo (falta solamente la base). FormaHayes 67 / 71. Diámetro del borde: 16,3 cms. (Esteva 1962, p.60, fig. 6, n. 6; Esteva 1983, p. 51, fig. 6, n. 6).

18 y 19 - Dos fragmentos de borde, visera y parte de lapared. Forma Hayes 91 B. Diámetros de los bordes, segúnEsteva: 20 cms. (Esteva 1962, p. 58, fig. 4; Esteva 1983, p.49, fig. 4).

20 y 21 - Un fragmento de base y parte de la pared y otro depared. Forma Hayes 91; presentan decoración interior deruedecilla (Esteva 1962, p. 64, fig. 8, n. 2 y 3; Esteva1983, p. 54, fig. 8, n. 2 y 3, y p. 58, fotografía sinnumerar, parte inferior, arriba, derecha e izquierda).

22 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración a base de palmetas del tipo Hayes 3 - Atlante 112y rosetas del tipo Hayes 53 - Atlante 210, del estilo A II(Esteva 1962, p. 66, fig. 10; Esteva 1983, p. 56, fig. 10).

23 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Presenta decoración estampada a base de rosetas (Esteva 1962,p. 65, fig. 9, n. 1; Esteva 1983, p. 55, fig. 9, n. 1), quepodría situarse dentro del estilo A III de Hayes, aunque porsu abigarramiento podría tratarse de una imitación de losprototipos africanas, similar a la detectada por ejemplo enla villa romana de l'Aiuguacuit (Terrassa).

Lucerna

24 - Fragmento de asa y parte de la orla. Forma Atlante VIII(Esteva 1962, p. 67, fig. 12; Esteva 1983, p. 57, fig. 12; sepublica reconstruida).

Monedas

Referencia al hallazgo de monedas bajoimperiales,inclasificables por su mal estado de conservación. Diámetros:14, 15 y 16 mm. (Esteva - Vilaret 1987, p. 106). Museo deSant Feliu de Guíxols.

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Conclusiones

Estos hallazgos, aunque no conozcamos su contextoarqueológico, nos documentan la existencia de un habitat, decaracterísticos desconocidas ( y 13 ] a o viens) , en la segundamitad del siglo IV o üa primera del V d. de J.C., comominimo.

Bibliografía

Esteva 3967' y 193"-.. Noi] a - Casas 1984, p. 146 (citansomeramente los datos publicados por Esteva). Esteva -

1987.

2.8.4 - Núcleo urbano: calle de Capmany

Características

Se trata de un hallazgo aislado en e] casoc urbano.

Materiales

Moneda

1 - So]idus de oro de Constancio II (Esteva - Vilaret 1987,p. 1O¿O . Fue hallada al hacer los cimientos del puente de lacallo de Capmany, en 1892. Propiedad particular.

Conclusiones

Se trata de un hallazgo suelto, por lo que no es muyútil para documentar un posible yacimiento; sin embargo, setrata de una pieza de gran anterés, pues contribuye aaumentar el escaso número de solidi aureí conocidos enCataluña.

Biblloqrafía

Esteva - Vilaret 1987, p. 106.

2.8.5 - Sant Amanç

Características

La moneda que referenciamos es un hallazgo publicadohallado en una viña del término de Sant Feliu de Guíxols.

Materiales

Moneda

l - AE 2 de Teodosio I. La siguiente descripción está hecha

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seciún Esteva v Vilaret. Ans'erso: EI . N.... Theodosius P. F. Auq . .Reverso: Virtus exercítus; exergo, parece ser HET. Peso: 5gramos. Diámetro: 21 mm. Propiedad particular.

Conclusiones

Fl hallazgo aislado de unas moneda podría hacerreferencia a un asentamiento rural bajoimperial, pero es undato demasiado ambiguo. Se consigna aquí, dada estaposibilidad.

Bibliografía

Esteva - Vilaret 1987, p. .106.

2.8.6 - Sant Pol

Características

Se trat« de un hallazgo suelto.

Materiales

Moneda

3 - Moneda de JuJiano. No existen detalles sobre la misma.Propiedad particular.

Conclusiones

Hallazgo suelto, sin posible interpretación.

Bibliografía

Esteva - Vilaret 1987, p. 106.

2.8.7 - Zona de Sant Feliu de Guíxols

Características

Citaremos, por su interés, algunos ».«- ¡lazgosnumismáticos de procedencia desconocida, aunque al p •• •-. er dela zona do Sant FeJ iu y sus alrededores. Esteva , Vijaret(1986) citan las siguientes monedas, unas vistas di r f-c t .amentépor ellos y otras recogidas de referencias anterjort-v (comoRoig i Jalpí, autor del siglo XVII).

Materiales

Monedas

1 - "Pequeño bronce" de Constantino I (Esteva - Vilaret 1987.p. 105).

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Asina Brno, se han hallado monedas de Gordiano III (238- 244 d. de J.C.) (Esteva - Vilaret 1987, p. 105, según unareferencia de Roig i Jalpí).

Conclusiones

Nada puede decirse a partir de este hallazgo suelto,aunque contribuye a documentar la ocupación en la zonadurante el Pajo Imperio.

Biblloqrafía

Esteva - Vilaret 1987, p. 105.

2.9 - SANTA CRISTINA D'ARO

2.9.1 - Bell-lloc: rectoria

Características

Bell-lloc es un pequeño agregado cercano a SantaCristina d'Aro y a Romanyà de la Selva. La moneda quepresentamos fue hallada, según noticia escrita, en el huertode la casa parroquial.

Materiales

Moneda

1 - Moneda de Constant inopia, acuñada entre 330 y 346 d. deJ.C. Anverso: Busto galeado de Constantinopla, a laizquierda; leyenda: Constanta - ñopo]is. Reverso: Victoria epie, apoyada en un escudo; exergo: R - F (lectura dudosa).Hallada por Lluís Esteva. Conservada en el Museo de SantFeliu de Guíxols.

Conclusiones

Se trata de un hallazgo aislado; no obstante, el hechode haberse hallado en la parroquia de la pequeña población deBell-lloc induce a pensar en la existencia de unasentamiento romano, activo en el Bajo Imperio, que sería elorigen de la población actual. De todos modos, una sola piezano permite defender esto más como posibilidad que comohipótesis.

Biblloqrafía

Esteva - Vilaret 1987, p. 113, foto, moneda número 49.

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2.10 - TORROELLA DE MONTGRÍ

2.JO.i - La Fonollera

Carácterasticas

La colana de La Fono]lera, al SE. de Torroella deMontgrí, se encuentra a un l-ilómetro aproximadamente del mar,entre lot ríos Massot y Ter, y está limitada a levante porun acantilado situado sobre la playa de Pals. Sus dimensionesaproximadas son 200 ;: 250 m. (Esteva - Badia - Recasens 198?,p. 32). Ha sido excavada sistemáticamente desde 1975,habiéndose localizado un .importante aaentamiento del BronceFinal y diversas reocupaciones del lugar en época romanaromana republ icana« y (más importante) durante el BajoImperio.

Materiales

Siqillata "lucpnte"

1 - Referencia inconcreta a un fragmento de cerámica"brillant" (Esteva - Badia - Recasens 1985, p. 34).

5.3. q 113 ata africana D

2 - Fragmento de borde y visera de la forma Hayes 91 A o B.Producción D 1.

5j ni1 lata qns estampada

Referencia genérica a la presencia de esta especieceràmica.

Monedas

3 - AE 2 de Graciano. Anverso: cabeza diademada del emperadora la derecha; leyenda: D. N. Gratia nus P. F... Auq. . Rpve>rso:figura humana de pie a la izquierda, con otra arrodilladadelante suyo a la derecha; leyenda: Repara tío. . . . E. erqo:ilegible. Diámetro: 23 mm. (Esteva - Badia - Recasens 1985,p. 33, fotografía sin número).

4 - AE 3, quinas de Juliano (o Máximo Tirano'1). Anverso!emperador con barba, a la derecha. En el reverso, unaVictoria. Diámetro: 14 mm. (Esteva - Badia — Recasens 1985,p. 35, fotografía sin número, arriba).

5 - AE 2, posiblemente de Juliano (o acaso de Máximo Tirano,por la representación del emperador barbado), idéntica a laanterior; texto del anverso: ...us P. F. Auq.. Diámetro: 17mm. (Esteva - Badia - Recasens 1985, p. 35, fotografía sinnúmero, abajo).

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Conclusiones

Se desconoce el tipo de asentamiento identificablecon este yacimiento, aunque parece, ante la aparente ausenciade estructuras arquitectónicas sólidas, que

sino quizás de unaprecisa (agrícola o

una vi1 la,su función

no se trataría decabana de la cual desconocemospastoril""1), asi como si estabaresponde a una frecuentaciónconstantemente habitada o si

esporádica.

Biblloqrafía

Nal la 3077 B, p. 184 - 198. Molla - Casas 1984, p. 147 i 151(con referencia a la bibliografía anterior). Esteva - Badia -Recasens 1905, p. 32 a 35.

2.10.2 - Puig Mascaró

Características

El Púag Mascaró es una colina, situada a un l·iJometro aponiente de La Fonollera. Como en ésta última, este lugarfue frecuentado en diversas épocas, habiéndose efectuadohallazgos neolíticos, del Bronce final, época ibérica y de laAntigüedad Tardía. No se han hallado estructurasarquitectónicas de esta época, sino tan sólo cerámicas.

Materiales

Ánfora (̂ )

Molla y Casas (1984, p. 151) hacen referencia alhallazgo en este lugar de numerosas cerámicas tardías, que noespecifican. F'ons y Tarrús (1980, p. 89) hacen tan sóloreferencia al hallazgo de fragmentos de ánforas romanastardías (que asimismo no detallan), así como ceràmic^ común ygris medieval.

Conclusíones

Se trata de un yacimiento con una o< upacióntardorromana interesante, pues presenta unas carac tr>r • «-ticassimilares a La Fonollera, documentándonos el mn pococonocido habitat rural sin vil la ten cabanasprobablemente), o bien un lugar de frecuentación, por motivosahora desconocidos, durante esta época. De todos modos, comohemos visto, la evidencia material es muy escasa y ambigua,por lo que se trata de un yacimiento poco documentado, delque no es posible extraer conclusiones muy firmes.

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Biblloqrafia

Pons - TarrúE 1979, p. 94 - 96. Pons - Tarrus 1980, p. 89.Nolla - Casas 1984, p. 151 (con bibliografía anterior).

2.10.3 - Camp de la Gruta

Características

El yacimiento se denomina "Camp de la Bruta" en alusióna una cisterna que se conservaba hasta no hace muchos años.Dada la existencia de ecta cisterna y de abundante materialarqueológico, no cabe duda de que se trataba de una villaromana, aunque no se tienen conocimientos mas precisos sobresus estructuras arquitectónicas, ni contamos con datospstratigraficos sobre el yacimiento. Se sitúa a mediodía delmacazo dp] Montgrí, cerca del mar y de donde debió desembocaramtiguamente uno de los brazas del río Ter, en una zonaprotegida del viento de tramontana, junto al denominado "Camíd'Empúries", que comunicaba esta ciudad con Gerona.

Este yacimiento ya ha sido objeto de un estudio desíntesis (Nolla - Casas 1984, p. 153 a 157); concretamente,los materiales cerámicos de época tardorromana (que son losque aquí nos interesan) han sido estudiados recientemente porNo]la y Puertas (1988), por lo que seguiremos los datosproporcionados por estos autores para confeccionar el.inventario de materiales tardorromanos de esta vi 1 la.

Materiales

Siqillata "lucente"

1 - Pie de copa, correspondiente probablemente a la formaLamb. i/3 o 2/37 (Nolla - Casas 1984, p. 156, lám. LII, n.14) .

Siq3 3 lata africana C

2 - Fragmento de plato de la forma Hayes 45 B - Salomonson C3. Diámetro del borde: 28 cms. Producción C 1 (NollaPuertas 1988, p. 47, fig. 5, n. i).

3 - Perfil completo de un plato de la forma Hayes 50 ALamb. 40 bis, según la clasificación del Atlante. Diámetrodel borde: 24 cms. Diámetro de la base: 16,8 cms. ProducciónC i (Nolla - Casas 1984, p. 156, lám. LII, n. 1; Nolla -Puertas 1988, p. 47, fig. 5, n. 2).

4 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 50-Diámetro: 24,4 cms. Producción C 1 (Nolla - Puertas 1988, p-47, fig. 5, n. 3).

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? - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 50.Producción C 2 (Nolla - Puertas 1988, p. 47, fig. 5, n. 4).

6 - Fragmento de bode de la misma forma que el anterior.Producción C 1 (Nolla - Puertas 1988, p. 47, fig. 5, n. 5).

7 - Fragmento de plató de la forma Hayes 45 A - Lamb. 42.Diámetro del borde: 27,6 cms. Producción C 1 (Nolla - Casas1984, p. 156, lám. Lli, n. 2; Nolla - Puertas 1988, p. 47,fig. 5, n. 9).

8 - Fr¿«gmento de cuenco, que podría identificarse con ]aforma Hayes 44, como proponen Nolla y Puertas (1988, p. 47,fig. 5, n. 8). El perfil de este fragmento no correspondeexactamente con los prototipos publicados, pero sí laacanaladura interior que aparece en ambos casos.

En este yacimiento se halló un fragmento de plato condecoración aplicada en el borde (Nolla - Casas 1984, p. 156,lám. LII, n. 3; Nolla - Puertas 1988, p. 47, n. 10) que Nollay Puertas atribuyen a la producción C 3 o C 4, y a la formaLamb. 35 - Hayes 52 B. Creemos que podría, sin embargo,tratarse de la forma Hayes 24 (ver Atlante. lám. LXXII, n. 3y 4), producida en sigillata africana A 1/2, con unacronología insegura de finales del siglo l i e inicios delIII. El motivo decorativo que presenta esta pieza, unaliebre, no presenta paralelos exactos con las decoraciones dela C citadas por estos autores, y recuerda, sin embargo(aunque no hay un repertorio de los mismos) a los motivos quesuelen decorar la citada forma Hayes 24. Si esto es así, estefragmento cerámico no puede considerarse tardorromano, perolo citamos aquí porque la atribución que proponemos podríadespejar dudas sobre su filiación, y proporcionarle unacronología medioimperial.

Sa qi]3 ata africana C tardía

9 - Fragmento de borde de cuenco de atribución dudotx-i, queNolla y Puertas (1988, p. 47, fig. 5, n. 6) p-oponenidentificar con la forma Delgado 1968, lám. III, n. 3 de laclasificación del Atlante. Diámetro del borde: 14,8 cms.Según Nolla y Puertas pertenece a la producción C 3 o C 4. Lapieza que aquí nos ocupa tiene el borde más horizontal que enla forma reseñada, por lo cual esta atribución not pareedudosa; quizas pueda pensarse en la forma Hayes 67/71 en D,más que una producción en sigillata africana C.

10 - Pequeño fragmento de borde, que Nolla y Puertasidentifican con la Roses VR 89 y VR 90 (1988, p. 47, fig. 5,n. 7), a falta de otro paralelismo tipológico mejor conocido.Diámetro indeterminable. Producción C 1 o C 2. Con dudasproponemos su posible identificación con la forma Hayes67/71, aunque no descartamos que se trate, efectivamente, deuna forma nueva en producción C 1, como proponen Nolla y

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Puertas.

S x g a ] l .a tci africana D

13 - Fragmento dp borde de plato de la forma Hayes 58 B. Noes posible precisar el tipo. Diámetro del borde: 25 cms.(Nül3a - Puertas 1988, p. 50, fig. ó, n. l).

12 - Fragmento de borde de plato o cuenco. Por el diámetroque se 3a atribuye (18,6 cms.) vemos difícil que se trate deuna forma Hayes 58, como proponen Nolla y Puertas (1988, p.50, fag. 6, n. 2) y como parece desprenderse de su perfil. Nodescartamos que se trate de la forma Hayes 93, aunque cabepensar en una hipotética versión en cuenco de la forma Hayes58, o bien que el diámetro este mal calculado.

13 - Fragmento de borde de un plato de la forma Hayes 61 A.Probablemente se trata de la forma Hayes 61 n. 13 de laclasificación del Atlante, por la acanaladura que presenta enla parte interna del borde. Diámetro del borde: 24,7 cms.(Nolla - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 3).

14 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 61 A, conel borde vuelto al interior; tipo no precisable, al faltar labase. Diámetro indeterminable (Nolla - Casas 1984, p. 156,lám. LIT, n. 9; Nolla - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 5).

15 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 61 E< -Lamb. 53 bis de la clasifiacion del Atlante, dada laacanaladura del interior y el reborde que presenta alexterior. Diámetro del borde: 17,6 cms. (Nolla - Puertas1988, p. 50, fig. 6, n. 4).

16 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 61 B -Lamb. 53 bis. Diámetro del borde: 24,4 cms. (Nolla - Puertas1988, p. 50, fig. 6, n. 7).

17 — Fragmento de borde de plato, probablemente de la formaHayes 61 B y quizás del tipo Lamboglia 53 bis. Diámetroindeterminable (Nolla - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 6).

18 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 60, enconcreto asimilable al tipo Atlante lám. XXXVI, 1(considerado como forma independiente en dicha obra, pero quecreemos mejor considerar un tipo de la forma Hayes 60).Diámetro del borde: 30,2 cms. (Nolla - Puertas 1984, p. 156,lám. LII, n. ÍO; Nolla - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 11).

19 - Fragmento de borde de plato, que, aunque se publica comouna forma Hayes 67, creemos que puede corresponder a la Hayes60, tipo Conimbriga 1975, lám. LXXI, n. 90 (ver Atlante, lám.XXXVI, n. 2). Diámetro del borde: 24 cms. (Nolla - Puertas1988, p. 50, fig. 6, n. 9).

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20 - Fragmento de borde de un plato de ] a forma Hayes 67 n. 5- 6, 17, 23. Diámetro del borde: "¡O cms. (Noi la - Puertas1988, p. 50, fig. 6, n. 8).

21 - Fragmento de borde de plato de ]a forma Ostia III, fig.128. Diámetro del borde: 3O cms. tNolla - Puertas 1988, p.r<3, f ig . 7, n . l ) .

22 - Fragmento dp plato de la misma forma que el anterior.Diámetro del borde: 39 cms. (Noi la - Puertas 1988, p. 53,fig. 7, n. 3).

23 - Fragmento de borde de plato, correspondienteprobablemente a la form* Ostia III, fig. 128. Diámetroindeterminable (Nolla - Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 6).

24 - Fragmento de borde de plato de la forma Atlante lám.XLVI, 9." Diámetro dpi borde: 25 cms. (Nolla - Puertas 1988,p. 53, fig. 7, n . 2 ) .

25 - Fragmento de borde de cuenco, perteneciente a la mismaforma que el anterior. Diámetro del bordes 19,6 cms. (Nolla -Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 4).

26 - Fragmento de cuenco, de la misma forma que los dosanteriores. Diámetro del bode: 20 crns. (Nolla - Puertas 1988,p. 53, fig. 7, n. 5).

27 - Fragmento de borde de plato. Podría tratarse de la forma87 B por su perfil, aunque el mismo y, principalmente, lasacanaladuras a que hacen referencia Nolla y Puertas, permitenidentificarla con la forma Hayes 104 B. Diámetro del borde:29,4 cms. (Nolla - Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 10).

:e Fragmento de borde de plato, de atribución dudosa(wacaso una Hayes 87 B'"'). Diámetro indeterminado. (Nolla -Casas 1984, p. 156, lám. LII, n. 4; Nolla - Puertas 1988 p.50, fig. 6, n. 12). Nolla y Puertas la atribuyen, con dudas,

con la cual no nos parece que guardeTin

a la forma Hayes 67,nanauna relación.

•29 - Fragmento de borde. Forma Hayes 61 B/103; seguimos ladenominación propuesta por Hayes (1976, p. 54) para unfragmento hallado en las excavaciones de Cartago (Hayes 1976,p. 55, fig. 3, n. 3), que parece un híbrido entre las formasHayes 61 B, 103 y 99, pero que no ha sido incluido ni en elsuplemento de la tipología de Hayes (1980) ni en el Atlante(AAVV 1981). Diámetro no calculable (Nolla - Casas 1984, p.156, lám. LII, n. 6; Nolla - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n.13). Nolla y Casas publican (1984, p. 156, lám. LII, n. 5) unperfa 1 similar, procedente de este mismo yacimiento, que noaparece posteriormente citado en el trabajo de Nolla yPuertas; un fragmento idéntico se ha hallado en la villa de

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Torre Lleuder (Maiaro, Maresme, Barcelona».

30 - Franmento de borde y visera de un cuenco de la formaHayes 9l A o la B. Diámetro indeterminable (Nol la - Casas1984., p. 150, lám. L ] I , n. 7; Molla - Puertas 1988, p. 50,fig. 6, n. 15).

31 — Fragmento de borde, visera y parte de la pared de uncuenco de la forma Hayes 91 D. Diámetro del borde: Ió,2 cms.(Noi 1a - Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 14).

32 - Fragmento de borde de un cuenco de la forma Hayes 99. Noes posa b]e precisar el tipo. Diámetro del borde: 16,8 cms.(No1 la - Casas 1984, p. 156, lám. LIT, n. 11; Nolia - Puertas1988, p. 53, fa g. 7, n. 8).

33 - Fragmento de borde de cuenco de la forma Hayes 99.Diámetro indeterminable (Nolla - Casas 1984, p. 156, lám.Lli, n. 8; No]la - Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 7).

34 - Fragmento de borde, perteneciente a la misma forma quelos dos anteriores« Diámetro indeterminable (Nolla - Casas1984, p. 156, lám. LII, n. 12; Nolla - Puertas 1988, p. 53,fig. 7, n. 9).

35 - Fragmento de base de forma indeterminada. Decoraciónestampada en la parte interior, con motivo de palmeta de tipoindeterminado. Estilo A, aunque no puede precisarse la fasedebido al estado fragmentario de la decoración (NollaPuertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 16).

36 - Eiase de forma indeterminada, con pie (probablemente unaHayes 87 u 88). Diámetro de la base: 17,2 cms. (Nolla -Puertas 1988, p. 50, fig. 6, n. 17).

37 - Fragmento de base con pie de forma indeterminada (quinasuna Hayes 87 O 88). Diámetro de la base: 13,6 cms. (Nolla -Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 11).

38 - Fragmento de base de forma indeterminada, aunqueposiblemente se trate de la forma Hayes 99. Diámetro de labase: 10,8 cms. (Nolla - Puertas 1988, p. 53, fig. 7, n. 1).

Siqi 3 3 ata africana E ("* )

39 - Fragmento de borde, atribuïble a la forma Hayes 70.Diámetro del borde: 15,4 cms. Nolla y Puertas (1988, p. 50,fig. 6, n. 10) proponen esta atribución con dudas, si bien elperfil que presentan y su relación con la forma referentehacen pensar que de un modo acertado.

Siqi1 lata gris estampada

40 - Fragmento de borde de plato de atribución dudosa,pudiendo tratarse de una Rigoír 12 (como creen Nolla y

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Puertas) o bien una Ragoju 8. Diámetro de] borde: 34,7 cms.Presenta en la p^red exterior una decoración a base depalmetas muy estilizadas», de leí cual no hemos encontradoparalelos en el Atlante (Molla - Puertas 1*988, p. 67, fia.1 1 , n . 5 ) .

41 - Perfi] casi completo de una copa de la forma Riqoír 9 B.Diámetro del borde: 11,6 cms. (Noi la - Casas 1984, p. 156,lam. LI], n. 13; Molla - Puertas 198B, p. 67, fig. 11, n. 8).

42 - Fragmento de? carena, de forma difícil de determinar.No]] a y Puertas (1988, p. 67, fig. 11, n. 6) creen, conreservas, que puede tratarse de una Rigoír 6 C, aunque anosotros nos parece mas probable pensar en una carena de laforma Rigoír 18. Decoración estampada en la pared exterior abase de motivos circulares del tipo de la 3 am. X, n. 55 delAtlante?.

1 ] ata anaranjada estampada

43 - Fragmento de borde de plato de la forma Rigoír 1.Diámetro del borde: 28 cms. Decoración estampada sobre elborde a base de círculos, no paralel izables con ninguno delos publicados en el Atlante (Molla - Puertas 1988, p. 67,f ig . 11 , n . 7 ) .

Late Roman C o F'hocaean Red Slip Ware

44 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 3 B.Diámetro del borde: 19 cms. (Noi la - Casas 1984, p. 156, lám.LIT, n. 15; Molla - Puertas 1988, p. 67, fig. 11, n. 2).

45 - Fragmento deDiámetro del borde:f ig. 11, n. 3).

borde de plato de la forma Hayes 3 B.17,5 cms. (Molla - Puertas 1988, p. 67,

46 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 3 E.Diámetro del borde: 26,4 cms. (Molla - Puertas 1988, p. 67,fiq. 11, n. 1). Aparentemente es el mismo fragmento publicadopor Nieto (1984, p. 551, fig. 19.3, n. 3), aunque en éstecaso se le atribuye un pequeño baquetón en eí exterior delborde que no aparece en la versión publicada por Molla yPuertas.

t

47 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 3, tipo nobien determinable; el más semejante es el tipo Hayes 3 B,pero en realidad no hay ninguno que corresponda exactamente alas características de este ejemplar. Diámetro del borde: 27cms. (Molla - Puertas 1988, p. 156, lám. LII, n. 16; Molla -Puertas, p. 67, fig. 11, n. 4).

Cerámica africana de cocina

48 - Fragmento de borde de plato o tapadera de la forma OstiaIII, fig. 170, con una cronología de los siglos III y IV

J 48

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(Noi la - Puertas 1988, p. 61, fig. 9, n. 1).

49 - Fragmento de plato a tapadera de la forma Ostia IV, fig.59, de ïos siglos IV y V (Molla - Puertas 1988, p. 61, fig.9 , n . 2 ) .

50 - Fragmento de borde y parte de la pared de una cazuela dela forma Atlante lâm. CVII, il, con una cronologíacomprendida entre los siglos IV y VI aproximadamente (Molla -Puertas 1988, p. 63, fig. 10, n. 7).

Ademas, existen ejemplares de las formas Lamb. 10 A,Ostia II, fig. 3O3, Ostia I, fig. 2á>! y cazuelas de bordeaplicado, las rúales pueden ser tanto de época altoimperialcomo do cronología tardorromana, lo cual no puede probarse, afalta de estratigrafías.

Ánforas tardorromanas

Africanas:

51 - Borde de ánfora de la forma Africana 1 - 1-eay III.Diámetro del borde: 9,8 cms. (Molla - Puertas 1988, p. 69,fig. 12, n. 1).

52 - Borde de ánfora de la forma Africana II C - Keay VI.Diámetro del borde: 11,2 cms. (Molla - Casas 1984, p. 156,lAm. LII, n. 17; Molla - Puertas 1988, p. 69, fig. 12, n. 2).

53 - Borde de ánfora africana, de la forma l< eay LXII D.Diámetro del borde: 13,9 cms. (Molla - Casas 1984, p. 156,lam. LII, n. 18; Molla - Puertas 1988, p. 69, fig. 12, n. 3;citado en l< eay 1984 B, vol. I, p. 3O9 y vol. II, p. 660) (8).

Producción indeterminada:

54 - Ánfora de forma indeterminada. En este caso, sucronología tardorromana no es segura. Diámetro del borde:15,4 cms. (Molla - Puertas Í988, p. 69, fig. 12, n. 4). SegúnMolla y Puertas, la pasta es de color beige, por lo que nocreemos que sea africana; quizás se trate de una ánforabética de lo forma keay XIII (tal vez del tipo C o el D),aunque no podemos saberlo con seguridad.

Conclusiones

Los únicos datos que nos permiten analizar la fasetardorromana de esta vil la son exclusivamente los que sedesprenden de las cerámicas estudiadas. El hecho de queaparezcan importaciones más o menos exóticas, como es el casode la Late Roman C (documentada, además, con relativaabundancia, considerando la evidencia existente) indicacierta riqueza material para este asentamiento; asimismo, esimportante la abundancia y diversificación formal con que seconstata la sigillata africana D, así como la existencia de

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varios ejemplares posteriores a mediados del siglo V, lo queprueba que esta vil la continuó aprovisionándose normalmenteríe materiales de importación en unas fechas en que la visióntradicional propuganaba poco menos que una total autarquíapara las áreas rurales.

En e 3 aspecto cronológico, 3 os materiales considerados(Late Román C, ánforas, sigillata gris y anaranjadaestampada, pero principalmente la sigillata africana D)permiten constatar la actividad del yacimiento durante toda3a Antigüedad Tardía. Así, además de las formas cerámicastípicas de los siglos IV y v, existen algunas que, sindescartar una fecha en la centuria anterior, podríancorresponder y-5 al VI (formas Hayes 99 de la sigillataafriCrtna D y \eay LXII de 3 as ánforas africanas), e inclusoun ejemplar, el de la forma Hayes 91 D de la sigillataafricana D, nos 3 leva a una cronología mínima de la segundamitad del siglo VI y maxima de los primeros decenios del VIIrl. dp ,l„C.

En reasumen, esta vi 3 la, que gozaba con probabilidad detina economía bastante potente, estuvo activa durante toda 3aAntigüedad Tardía, aprovisionándose abundantemente de losmateriales de importación mediterránea que se comercializarondurante esta época. Con posterioridad, al desaparecerprácticamente las evidencias datables a partir del siglo VII,no podemos fechar el momento de abandono de esteasentamien+o, que no pudo producirse antes de la segundamitad del siglo VI, por la presencia antes indicada de lafornia Hatyes 91 D de la sigillata africana D.

Biblloqrafla

No] la - Casas 1984, p. 153 - 157. (< eay 1984 B, vo3 . I, p. 309y vol. II, p. 660. Nolla - Puertas 1988, passim.

2.10.4 - Meda Gran (islas Medes)

Características

Las Medes son un conjunto de pequeñas islas situadasfrente a la costa de l'Estartit, agregado a Torroella de

'Montgrí. En sus aguas se han efectuado hallazgosarqueológicos submarinos; asimismo, existen noticias de laexistencia de algún asentamiento de época romana en la MedaGran, que no son muy concretas (9).

Materiales

Ánfora

1 - Borde, asas, cuello, hombros y parte superior del cuerpo.Forma l< eay Lili C ( Keay 1984 B, vol. II, referencia en p.654, aunque sin precisar el subtipo dentro de esta forma;

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actualmente expuesta en el Museo de País).

Conclusiones

La referencia aislada a esta ánfora no aporta mucha luzsobre el asentamiento o los posibles pecios de las islasMedes, dado que se trata de un hallazgo suelto de contextodesconocido. En todo caso, sirve para conocer la distribuciónde este tipo anfórico, pero no las características delyacimiento a que pertenecía.

Biblioqrafía

Keay .1984 B, veil . I I , p. 654.

2.11 - ULLASTRET

2.11.1 - Lugar indeterminado del término

Características

Desconocidas. Existen varios yacimientos romanossituados en este término (Molla - Casas 1984, p. 158 - 159).

Materiales

Monedas

Existe una referencia al hallazgo de "varios pequeñosbronces bajoimperiales" en este lugar, según Oliva.

Conclusiones

Se trata probablemente de monedas procedentes de unhabitat, aunque no se ha podido localizar de cuál se trata.

Bibliografía

Mateu Llopis 1975 p. 262, n. 1542.

2.12 - VERGES

2.12.1 - Has Vicenç

Características

El yacimiento se encuentra en la vertiente Sur de unacolina, en un lugar llamado Puig d'en Masó o Camp de la Pedra(topónimo muy significativo). En superficie se hallancerámicas romanas.

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Materiales

Siqi 1 lata africana D.

Existe una referencia al hallazgo de este tipocerámico, recogido por Nolla y Casas como fruto de unaprospección de los autores.

Conclusiones

El hallazgo de sigillata africana D permite asegurarque nos hallamos ante un yacimiento activo en el BajoImperio, por lo menos en el siglo IV d. de J.C.

Bibliografía

Nolla - Casas 1984, p. 159.

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3 - GIRONES

3.1 - CELRÀ

3.J.J - Can Espoya (53 c)

Características

Can Espoya (c> Espolla) es el nombre de una masíacercana al yacimiento. Este esta al SE. del casco urbano deCeOr a, en una zona agrícola situada en la rabera derecha dela riera de Falagret. En este lugar se han llevado a caboalgunas prospecciones- de superficie que han dado comoresult-ado el hallazgo de varias cerámicas romanas (Amich1989); curiosamente, todas las cerámicas linas sonbaj oimpericiles.

Aunque probablemente no tenga relación con elyacimiento sino, en todo caso, con el núcleo urbano, cabeseñaJar que el topónimo Celrà (Celeranus en la documentaciónmedieval) procede probablemente del nombre Ce}er, con lo cualdebe originarse en algún fundus existente en época romana enesta zona.

Materiales

5.1 qi 3 lata " ] ucente" o bra 1 lante

1 - Fragmento de borde. A juzgar por el dibujo publicado(Amich 1989, p. 134, fig. 2, n. 4) puede corresponder a laforma Lamboglia 1/3 o bien a la 2/37.

Sigi 1 lata africana D_

2 - Fragmento correspondiente a la parte interior de) borde.Dado su estado fragmentario, no es segura la identificación(por otra parte, so) o sugerida) que se ha hecho con ) t« formaHayes 53 (Amich 1989, p. 134, fig. 2, n. 3), pue- *r> quepodría corresponder también a la forma Hayes 59 o 6' .

3 - Fragmento de borde de la forma Hayes 67 (Amich J1"'"5-». p.134, fig. 2, n. 1). Corresponde al tipo Hayes 67, ' . I- - 6,17, 28 (según la tipología del Atlante).

4 - Base de un cuenco de la forma Hayes 91, con decor^^ion deruedecilla en el interior (Amich 1989, p. 134, fig. 2, n. 1).Al conservarse solamente la base no es posible precisar eltipo al que correspondía, aunque puede descartarse el D porel perfil del pie.

Ánfora

5 y 6 - Dos fragmentos de asa de ánfora africanaindeterminada (Amich 1939, p. 134, fig. 2, n. 17 y 18).

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Conclusiones

Los fragmentos cerámicos hallados en Jas prospeccionessuperficiales nos aseguran una cronología mínima del siglo IVd. de «l.C„ para datar el vacimiento. Es de señalar e] hechode que todss las- cerámicas finas son exclusivamentetardor romanas, ]o que podría quizá indicar que el períodotardoantiquo sea el más "floreciente" del yacimiento; sinembargo, su exiguo número y un elemental sentido de laprudencia nos impiden proponer (al menos por el momento) latentadora teoría de que se trata de un habitat ( ~' )exclusivamente bajoimperial, sin precedentes anteriores.

Biblloqrafía

Ami c h 198e?, passim .

7.2 - ŒRVJA DE TER

3.2.1 - La Quintana

Características

La vi 3 3 a romana de La Quintana se encuentra al pie deuna colina, junto al monasterio de Cervià de Ter, donde en1981 se practicaron unas excavaciones de urgencia. En elsector Este de la roña de hallazgos se localizaron algunosmuros y pavimentos de opus siqninum. así como canalizacionesque corrían por debajo de los mismos; estas estructurasarquitectónicas no se han publicado con el detalle suficientecomo para intentar comprender su evolución y funcionalidad.En el sector Oeste se localizó una estratigrafía de más dedos metros de potencia (con una cronología del siglo ITI d.de J.C.), y no parece que hubiese otro estrato arqueológicodebajo de él, puesto que alcanzaba el nivel del río Ter, enuna zona fácilmente inundable.

Materiales

Siqi 1 lata africana C_

Varios fragmentos correspondientes a la forma Hayes50 (Noi la - Casas Î984, p. 171, lám. LVIII, n. 1 y 2).

Sien 3 lata africana D

Referencia inconcreta al hallazgo de un solofragmento de sigillata africana D.

Conclusiones

Parece ser que el grueso del material recuperadocorresponde al siglo III, dato que también proporcionan las

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monedas recuperadas, ninguna de las cuales es posterior alúltimo cuarto del siglo III. Por lo tanto, la forma Hayes 50en sigillata africana C, que puede llegar hasta el siglo IVd. de J.C., parece que se ha de interpretar, en estecontexto, como perteneciente al siglo III, en lo que hacereferencia a los fragmentos localizados en esta vilia.

Este claro horizonte del siglo III y el hecho dehaberse hallado un solo fragmento de sigillata africana D hahecho considerar a Molla y Casas que este sector de la vil lafue abandonado a finales del siglo III, no descartando queotros sectores de la misma hayan tenido una pervivenciamayor. Por nuestra parte, creemos que es muy arriesgadohablar de un abandono cuando se hace referencia a un nivelarqueológico sin estructuras, que permite otrasinterpretaciones, como la de una posible escombrera, lo cualnos documentaría lo contrario: es decir, una fase devitalidad cuando se ha considerado un posible abandono.

Otro es el caso de la zona en que se han documentadoestructuras, donde la ausencia de materiales datables conposterioridad al siglo III hace mas posible un abandono delas mismas en esta fecha. De todos modos, existe el dato dela presencia de un fragmento de sigillata africana D (aunquees posible que se trate de la fase inicial de la producción,que parece comenzar a finales del siglo III), y ademas, eltopónimo Cervià, de claro origen romano, que no sabemos si sepuede identificar o no con con este yacimiento, pero que síparece indicar la existencia de una vi1 la romana activa enépoca bajoimperial en esta zona.

Bibl3 oqrafía

Molla - Casas 1984, p. 16e? y 171 - 173 (con bibliografíaanterior).

3.3 - CORNELLÀ DEL TERRI

3.3.1 - Lugar indeterminado del término

Características

El topónimo de Cornellà, pueblo situado junto al ríoTerri, es de origen romano; se ha señalado en lasinmediaciones de la actual población un asentamiento romano,cuya identificación con Cornellaño no es segura.

Materiales

Dedal de bronce

1 - En un lugar indeterminado del término se halló un dedalde bronce, que se ha fechado, por comparación con otrosejemplares bien datados, en el Bajo Imperio.

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Conclusiones

El nombre de le población parece indicar la presenciade una villa bajoimpenal , propiedad de un Cornélius; lapresencia üel mencionado dedal y su posible cronologíaconatituye, pese a ser un dato suelto y desconte:; tuai izado,un indicio de ocupación humana en época tardorromana en estetermino municipal.

BBtofoimocnHaf áa

Ola va 1964 - 65 passa m. Noi]a - Casas 1984, p. 173 (citan lareterencia de Oliva).

3.4 - GERONA

3.4.1 - La ciudad romana de Gerunda

Gerunds fue, en el contexto de la organización juridicade la Hispània romana, un municipio con derecho latino, segúnatestigua Pimío. La ciudad se sitúa en la pendiente de unacolina que desciende hacia el valle y esté limitada en elmismo por el río Onyar. Domina estratégicamente el valle v elpaso de la Vía Augusta, que comunicaba los Pirineos conCádiz, lo cual sin duda motivó la fundación de la ciudad;ésta tuvo que adaptarse a la especial topografía del terreno,como demuestra el trazado irregular, trapezoidal, de lasmural las.

Actualmente parece demostrado que se trata de unafundación genuinamente romana, a pesar de que se habíasupuesto que se originara en un asentamiento ibérico. En estesentido, las excavaciones efectuadas en el interior de lamuralla romana en el sector de Casa Pastors han permitidodatar la construcción de la misma durante la primera mitaddel siglo I a. de J.C. Nolla supone que la ciudad fundacionalconsistió en una plaza fuerte construida por Pompeyo durantelas Guerras Sertorianas, cuya finalidad estratègic^ seria elcontrol del paso de la vía romana. Esta hipótesis, basada enla datación de la muralla y en el contexto general dp estazona durante la guerras sertorianas, es sin duda sugestiva,'aunque resulta de muy difícil comprobación si no se etectúanhallazgos epigráficos que la atestigüen.

A pesar de que se han llevado a cabo bastantesintervenciones arqueológicas en el recinto de la ciudad(véase Nolla 1987 B, p. 17 y 1988, p. 104) y que se hanrealizado interesantes ensayos de interpretación y síntesisde la ciudad romana (Nolla 1977 A, 1987 B y 1988) podemosdecir, en términos generales, que se trata de una ciudadromana semidesconocida. En el aspecto arquitectónico, tansólo se ha documentado con seguridad su recinto amurallado, ylo ignoramos todo acerca de los demás edificios públicos, e

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incluso en el aspecto privado, pese a que se han halladoalgunas estructuras arquitectónicas de problemáticainterpretación, no conocemos tampoco nada. Únicamente puedeseñalarse parte de una escalinata (Molla 1987 B, p. 47) quepodría ser de época romana y corresponder a algún edificiopúblico, aunque no es posible precisar nada más.

Por otro lado, las condiciones en que se imponerealizar las excavaciones arqueológicas en uan ciudadhabitada en la actualidad, asi como el hecho de que lamayoría de las efectuadas en la ciudad de Gerona seanrelativamente antiguas (debidas principalmente a M. Oliva y aJ. de C. Serra-Ráfoís) han causado que no se conozcanprácticamente contextos arqueológicos fiables ni buenasestratigrafías, lo cual contribuye aún más a poner de relievelas limitaciones antes referidas en relación a laproblemática arqueológica de Gerunda. Incluso en una de lasexcavaciones más importantes v que más material arqueológicohan aportado, la de la Caserna d'Alemanys, no contamos conningún dato estratigráfico.

A causa de todo lo expuesto, el conocimiento quetenemos en estos momentos sobre la Gerunda de épocatardoantigua es forzosamente limitado. Sin embargo, lo pocoque sabemos nos autoriza a afirmar que se trataba de unaciudad importante en esa época, como lo atestiguan lossarcófagos de época tetrárquica y constantiniana (quedemuestran un elevado poder adquisitivo por parte de algunosgerundenses) y el hecho de que fuese sede episcopal desde elsiglo V como mínimo, como lo atestigua una epístola del papaInocencio I (datada en los años 404 - 405 d. de J.C.) a laque nos referimos en el capítulo dedicado a las fuentesescritas. Asimismo, los diferentes materiales cerámicos y deotra índole hallados en las excavaciones constituyenelementos de juicio para conocer la ciudad en el BajoImperio.

Cabe también poner de relieve que a finales del sigloIII d. de J.C. se construyeron unas nuevas murallas, quecoinciden parcialmente con las romano-republicanas; noconocemos los motivos que llevaron a edificarlas.

y

Seguidamente haremos referencia a los hallazgos demateriales arqueológicos tardorromanos en la ciudad enrelación a los distintos lugares de hallazgo, dividiéndolos,para mayor claridad, entre hallazgos intramuros y extramuros.Incluimos también una referencia a las excavaciones de CasaPastors, dado que, aunque se datan en el siglo III d. deJ.C., son de gran interés para introducirnos en el estudio de1* Gerunda tardorromana. Las conclusiones generales sobre laciudad se exponen al final.

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3.4.1.1 - Hallazgos en el interior del recinto amurallado.

3.4.1.1.1 - Casa Pastors. Excavación de la muralla romana

Características

La Casa Pastors es un antiguo palacio que se encuentraadosado a uno de los tramos de la muralle romana de laciudad, en su ángulo Noroeste. Se encuentra a unos 74 m. dealtura sobre el nivel del mar, y a unos 14 del nivel actualdel río Onyar.

En este lugar se realizaron unas excavacionesarqueológicas en el año 1970, a raíz de las cuales sedocumentó una estratigrafía de unos 8 m. de potencia, formadapor diversos niveles de relleno correspondientes a la murallaromane republicana (estratos VIII - X) e imperial (estratos I- VII). Los materiales hallados entre las tierras de estosultamos niveles son de gran importancia para datar laconstrucción de la muralla de época imperial, y han sidoestudiados por Nolle y Nieto (1979, passim).

Materiales

Sigil lata africana C

De estas producciones se hallaron en esta excavaciónlas siguientes formas cerámicas:

1 - Fragmento de plato de la forma Hayes 44 - Lamb. 35 y 35bis (Noila - Nieto 1979, p. 281, fig. 7, n. 1).

2 a 5 - Cuatro fragmentos de platos de la forma Hayes 50 A -Lamb. 40 (Nolla - Nieto 1979, p. 281, fig. 7, n. 2; Nolla1988, p. 106, fig. 6, n. l, 2, 4 y 5).

6 a 9 - Cuatro fragmentos de platos de la forma Hayes 48 B(Nolla - Nieto 1979, p. 281, fig. 7, n. 3; Nolla 1^88, p.106, fig. 6, n. 3, 6, 7 y 8). Se publican dos fragmentos debordes y uno de carena. Probablemente, la atribucióntipológica hecha por estos autores sea cierta, pero hay quetener en cuenta que los ejemplares que publican ton muyfragmentarios.

i

Ánfora

Se documentaron fragmentos de ánforas galas de la formaDressel 3O y otras de la Almagro 50, identificables con laforma XVI de la tipología de l< eay, de origen al parecersud-lusitano o bético (Ñolla - Nieto 1979, p. 267 - 268).esta última forma continuará produciéndose durante los siglosIV y V, si la identificación propuesta es adecuada.

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Moneda

Merece destacarse el hallazgo de una moneda de Balieno(Molla - Nieto 1979, p. 267).

Conclusiones

Los hallazgos cerámicos y numismáticos son losuficientemente explícitos y significativos como parademostrar que la muralla romana fue construida en el últimocuarto del siglo III d. de J.C., sin poder precisar si lo fueen época tetrârquica o en un momento anterior.

Bibliografía

Molla - Nieto 1979, passim.

3.4.1.1.2 - Caserna d'Alemanys ("Cuartel de Alemanes")

Características

El nombre de este lugar se debe a un cuartel,construido en 1690, que albergó en su día mercenariosalemanes. Se encuentra en uno de los lugares más altos de laciudad romana, cerca de la denominada Torre Gironella. Eneste lugar se llevaron a cabo unos sondeos durante los años1947 y 1948, cuyos resultados no fueron publicados hasta 1980por Molla. Se localizaron tres tumbas de losas, de las cualessólo se ha situado una en la planta de la excavación (Molla19BO A, p. 181, figura sin número). No se conocen datosestratigráficos de esta excavación, por lo cual no es posibledeterminar si se excavaron estratos tardoantiguos o no; s.pesar de ello, se localizaron algunos materiales arqueolóicosde esta época de evidente interés intrínseco, a los que nosreferiremos seguidamente.

Materiales

Siqj1 lata africana D

1 - Fragmento de carena de un plato de la forma Hayes 67(Molla 1980 A, p. 182, n. 4).

2 — Borde y parte de la pared de un plato de la forma Hayes104 A. Producción D 2. Diámetro del borde: 32,2 cms. (Molla1980 A, p. 191, n. 44).

3 - Fragmento de borde. Según Molla, su arcilla es arenosa,pero compacta y bien depurada; el engobe es poco brillante.Dado que tan sólo se conserva el borde, dudamos en atribuiresta pieza a la forma Hayes 104 B o bien a la Hayes 105(Molla 1980 A, p. 189, n. 33).

Además, hay dos fragmentos informes de sigil lata

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africana D (Noi la 1980 A, p. 190).

SiqiJ lata gris estampada

4 - Borde de plato de la forma Rigoir 1 (menos probablemente,Rigoir 2 o 3). Pasta de color gris oscuro, dura, compacta;superficie de color gris claro. Diámetro indeterminado.Presenta decoración estampada en la parte superior del borde,consistente en motivos de circuios concéntricos (Nolla 1̂ 80A, p. 186, n. 21 ).

5 - Fondo de plato de forma indeterminada (probablemente unaRigoir 1). Pasta de color gris opaco; el engobe es algo másoscuro. Presenta decoración estampada de mota vos dentados, enel Tondo interno, del tipo recogido en el Atlan te, lám. X, n.26 (Nolla 1980 A, p. 191, n. 45).

Ánfora

Tripol11anas :

<b - Borde. Forma !< eay XI (Nolla 1980 A, p. 185, n. 15; h eay1984 B, vol. I, p. 135, fig. 51, n. 4).

Africanas :

7 — Borde de ánfora africana, probablemente de la forma \? eayXXXV B (publicado como cerámica común). Diámetro del borde:13,4 cms. La descripción de la pasta, según Nolla, cuadra conla producción africana (Nolla 1980 A, p. 189, fig. 39).

8 - Borde de ánfora africana de la forma Keay LXII D.Diámetro del borde: 16 cms. (Nolla 1980 A, p. 188, n. 32,publicado, debido a no conocerse aún el tipo, como Dressel 7- 11; referencias en Nolla - Puertas 1988, p. 70, y Keay 1984B, vol. I, p. 321, y vol. II, p. 660).

Sud-hispanicas :

9 - Borde y arranques de asa que parece corresponder a unánfora bética del tipo Dressel 23 - Heay XIII A. A pesar deque se publica como una Dressel 2/4, su perfil y ladescripción de su pasta y engobe (de color beige) parecencuadrar mejor con la atribución que proponemos (Nolla 1980 A,p. 187, n. 26).

10 - Borde, parte del cuello y del asa. A juzgar por eldibujo publicado (Nolla 1980 A, p. 191, n. 46) parecetratarse de una Dressel 23 - l< eay XIII, concretamente unaXIII B o E, por su perfil marcadamente triangular ydiferenciado del labio. Las características de la pasta,descritas por Nolla (1980 A, p. 191), "arcilla beige, dura,compacta y bien depurada, con partículas brillantes",confirman que se trata de un ánfora bética, lo que tambiéncorrobora el hecho de presentar una estampilla en cartela

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rectangular sobre el borde, de lectura difícil (PASSAV ~M .

Conclusiones

E>esconocemos el contexto de los materiales hallados enla Caserna d'Alemanys, aunque los materiales son muyinteresantes para el estudio del comercio de cerámicas en laGerunda tardorromana.

Bibliografía

Noi la 1980 A.

3.4.1.1.3 - Hallazgos sueltos

Molla (1*977 A) hace referencia al hallazgo de algunosfragmentos cerámicos bajoimperiales en la ciudad de Gerona;dado que no se incluyen entre los materiales que hemos citadoanteriormente, seguidamente nos referiremos a los mismos, porsu ínteres en relación al tema objeto de nuestro estudio.

Materiales

Decoración arquitectónica de época visigoda

1 - Fragmento de placa, correspondiente probablemente a uncancel. Ha sido estudiado por Palol (1950 D; 1953, lám.XXXVII), a cuyo trabajo remitimos para mayores detalles sobreel mismo. Corresponde claramente a las tendencias decorativasde la corte toledana, fechándose en el siglo VI.

Siq11 lata africana D

2 - Forma Hayes 58 (Molla 1977 A).

3 - Forma Hayes 61 A (Molla 1977 A).

4 - Forma Hayes 91 A o B (Molla 1977 A, citado como Lamboglia38; quizá se trate de la pieza hallada en la zona de laiglesia de Sant Nicolau y la plaza de Santa Lluca H, quecitamos más adelante).

Conclusiones

El interès de estos materiales es estrictamenteceramológico y tipológico, por desconocerse el lugar precisode su hallazgo y su contexto arqueológico; de todos modos,destaca el fragmento de cancel, que permite documentar estetipo de escultura, claramente visigoda, en Gerona.

Bibliografia

Palol 1950 D. Molla 1977 A.

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3.4.1.2 - Zona e;; tramaros.

3.4.1.2.1 - Iglesia de Sant Feliu

Características

La iglesia de Sant Feliu o de San Felí:: se encuentrajustamente a la salida de la ciudad romana, junto a la VíaAugusta en dirección a las Gallas. En este lugar seconservan, empotrados en los muros de la iglesia (decronología medieval) una serie de sarcófagos constantinianosy preconstantinianos, que probablemente fueron hallados eneste mismo lugar. Pese a situarse extramuros, los hallazgosde esta iglesia permiten documentar la existencia de unanecrópolis y plantear la de una posible eel la memoriae, porlo que su relación con la ciudad es evidente.

Materiales

Sarcófagos de tal 1er romano

1 - Sarcófago de friso continuo, decorado con escenas de caza(García y Bellido 1949, n. 2<b5). Este sarcófago no presentatodavía temática cristiana; García y Bellido lo data aprincipios del siglo IV. Sotomayor (1975, p. 22) cree que fueesculpido en el mismo taller que el sarcófago con dospastores al que nos referiremos más abajo (1).

2 - Sarcófaqo de friso continuo (Bovini 1954, p. 105, 107,109 y 112, "figs. 35 a 38; Palol 1967, lám. LXVIII, 1 y LXIX,1; Sotomayor 1975, láms. 1.3, 17 y 18). Mármol blanco.Dimensiones (según Botet, citadas por Bovini y Sotomayor):2,21 ;: 0,48 m.

Se representan, de izquierda a derecha, las siguientesescenas: San Pedro haciendo manar agua de la roca; lacuración del paralítico; la multiplicación de panes y peces;la curación del ciego; Orante femenina, en el centro de lacomposición; la visión de Ezequiel (ossa árida); el anunciode la negación de Pedro; Cristo sobre el León y la serpiente;y el sacrificio de Abraham. Este número tan abundante de'escenas no es frecuente en los sarcófagos paleocristianos,como ha puesto de relieve Sotomayor (1975, p. 38). Se datahacia 300 - 315, opinión en la que coinciden Schlunt- (1947,p. 313) y Bovini (1954, p. 114), quienes lo fechan en lasprimeras décadas del siglo IV, así como Sotomayor y Palol.Sotomayor (1975, p. 29 y 39) lo data hacia 310 d. de J.C., loque coincide plenamente con las fechas indicadas.

3 - Sarcófago de friso continuo, con la representación de lahistoria de Susana (Bovini 1954, p. 114, 116, 118 y 120,figs. 39 a 42; Palol 1967, lám. LXVIII, 2 y LXIX, 2;Sotomayor 1975, láms. 1.4, 19 y 20). Mármol blanco.

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Dimensiones (según Botet, citadas por Bovini y Sotomayor):2 ,08 ;: O , 56 m .

De izquierda a derecha se representan las siguientesescenas: Susana en el jardín; Susana conducida por los viejosa casa de su marido; Susana acusada por los viejos; Susanadeclarada inocente y los viejos llevados al suplicio. Por eltipo de peinado denominado "de turbante" con que serepresenta a Susana en una de las escenas, similar altestimoniado en las monedas de Galería Valeria, Bovini (1954,p. 122 - 123) lo data en las primeras décadas del siglo IV.Sotomayor (1975, p. 41) lo fecha hacia 310 d. de J.C.

4 - Sarcófago estrigilado con la representación de dospastores en los entremos y la Orante (de pequeño tamaño,hasta el extremo de que no llega a dividir el campoestnga lado) en el centro (Bovini Ï954, p. 77 - 78 y 80,figs." 19 a 21; Palol 1967, lam. LXX, 1 y LXXI; Sotomayor1975, láms. 1.1, 16.1 y 16.2). Mármol blanco; dimensiones(según Botet, citadas por Bovini y Sotomayor): 1,90 :; 0,61 m.

Tanto Bovini (1954, p. 81 - 82, siguiendo a Ser!- e ySchlunl·), como Palol lo datan en época tetrárquica; Sotomayor(J975, p. 19 y 22) lo data hacia 310, señalando la similitudde los pastores representados en este sarcófago con el deSanta Práxedes en Roma, datado por Eerl-e hacia el año 300.Schlunl· (1947, p. 313) compara uno de los pastores de estesarcófago con el del denominado "sarcófago de las Estaciones"de Empúries, y considera a ambos coetáneos. Por lo tanto, setrata de uno de los sarcófagos estrigilados más antiguos deEspaña.

5 - Sarcófago estrigilado con Orante entre dos figuras(probablemente apóstoles) en el centro (Bovini 1954, p. 82,83, 85 y 86, figs. 22 a 25; Palol 1967, lám. LXX, 2;Sotomayor 1975, láms. 1.2 y 16.3). Mármol blanco. Dimensiones(según Botet, catadas por Bovini y Sotomayor): 1,95 ;: 0,54 m.

Aquí el personaje del Orante es masculino, por lo queprobablemente se trata de una representación del difunto(Bovini 1954, p. 87); Sotomayor (1975, p. 24) señala, sinembargo, que la figura había sido originalmente concebidacomo una Orante femenina, y sólo posteriormente se transformóen un Orante masculino (a causa del sexo del difunto), comose observa claramente en algunos detalles señalados por esteautor. Los paneles laterales representan el prendimiento dePedro (el de la izquierda) y la curación del ciego (a laderecha). Según Palol, es de época constantiniana; Bovini(1954, p. 88) lo considera, latu sensu, constantiniano,mientras que Sotomayor (1975, p. 23 y 26 - 27), más preciso,lo data hacia 310 d. de J.C.

6 - Sarcófago de friso continuo con la escena de lamultiplicación de los panes y los peces en el centro (Bovini1954, p. 97, 98, 101 y 103; figs. 31 a 34; Palol 1967, láms.

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LXXIJ, J y LXXIII, J ; Sotomayor 1975, láms. 3.2 y 28). Mármolblanco. Dimensiones t según Botet, citado por Bovini ySotomayor): 2,10 ;; 0,57 m.

De izquierda a derecha se representan: el prendimientode Pedro; la curación del paralitico; el milagro de las bodasde Cana; la citada escena de la multiplicación; la curacióndel ciego, el anuncio de la negación de Pedro (con un gallorepresentado a los pies del aposto]) y, por último. San Pedrohaciendo manar agua de la roca. A partir del estilo de laejecución de las esculturas, con trepano fino, y larepresentación de soldados tocados con el pileus pannonicus,Palol data esta pieza en los primeros decenios del siglo IV;Schlunl- U <?47) y Bovini (1954, p. 104) lo consideranconstantiniano, en sentido amplio. Sotomayor (1975, p. 89) lo•fecha hacia 315 - 325 d. de J.C.

7 - Sarcófago de friso continuo con la escena del anuncio dela negación de Pedro en el centro (Bovini 1954, p. 89, 90 y92 a 94, figs. 26 a 30; Palol 1967, lam. LXXII, 2; Sotoma/or1975, láms. 3.1 y 27). Mármol blanco. Dimensiones (segúnBotet, citadas por Bovini y Sotomayor): 2,20 x 0,58 m.

De izquierda a derecha se representa: San Pedrohaciendo manar agua de la roca, junto a dos soldados tocadoscon el pileus pannonicus; el prendimiento de San Pedro; lacuración del paralítico; la citada escena del anuncio de lanegación de Pedro; el milagro de las bodas de Cana; lacuración del caego; la multiplicación de panes y peces; y,finalmente, la resurrección de Lázaro. Palol lo data en lasprimeras décadas del siglo IV; asimismo, Schlunl· (1947) yBovini (1954, p. 96) lo consideran constantiniano, en sentidoamplio. Sotomayor (1975, p. 83) lo data hacia 315 - 325 d. deJ.C.

Conclusiones

Se ha sugerido que la actual iglesia de Sant Feliupodría ser una continuación de la antigua eel la memoriae deSan Félix, lo cual podrían indicar los mencionados sarcófagosconstantinianos de tema cristiano hallados en este lugar(Palol 1967, p. 36 - 37); sin embargo, creemos que lapresencia de estos sarcófagos podría explicarse por lapresencia de una necrópolis junto a la vía romana, de épocaaltoimperial. De todos modos, la hipótesis de la continuidadde culto en una iglesia que, como esta, se encuentraextramuros de la ciudad romana no deja de ser sugestiva.

Un dato que hasta ahora ha sido poco valorado y quequizá sea un buen indicio a favor de la hipótesis de la cel lamemoriae es un texto referente a la historia del rey visigodoWamba (Juliano, Hist. 26), en el que se indica que el rebeldePaulo fue ungido rey en Narbona y coronado con la corona deoro que Recaredo había donado al santuario del BienaventuradoFélix en Gerona (Thompson 1979, p. 252). Lo más lógico es que

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santuario sea el antecesor directo de la actúa] ide San Felá;;; la referencia hace pensar, efectivamente, en iae;u stenca a de un martynum,, lo suficientemente venerado comopara que Recaredo donase la mencionada corona de oro alsantuario.

Biblipgrafía

Botet a Sisó 1895. Schlunk 1947, p. 313. Bovini 1954, p. 77 _123, figs. 19 a 42. Palo] 1967, p. 276 - 277; p. 290 a 294, ylarns. LXV3II a LXXI1I, n. 1. Sotomayor 1975, p. 19 - 46 y 83-- 92, láms. 1, 3 (n. 1 y 2), 16, 17, 18, 19, 20, 27, 28.Thompson J979, p. 252.

-- Plaza de Sant Feliu

Características

La plaza de Sant Fela u se encuentra frente a la iglesiadel mismo nombre, inmediatamente a extramuros de la antigua(jerunda. En este lugar se halló en 1984 un tumba de tégulas,que se ha intentado relacionar con la probable necrópolisbajoimperial situada en este sector (debido a la presencia dela iglesia y J os sarcófagos conservados en ella). Asimismo,se detectó en 1986 una tumba de inhumación atípica, dado quepudo datarse (.según sus excavadores) en el siglo I, momentoen que el rito de inhumación es aún una rareza.

En un momento del que solo puede asegurarse que esposterior al enterramiento, pero probablemente en épocaromana y, según suponen sus excavadores, en el Bajo Imperio,se construyeron dos muros (elementos M - 52 y 55) queposibJemente se unían en ángulo recto (Bastit et a111 1986B7, p. 92, fig. 1). Del mismo momento, asimismo a juicio desus excavadores (quienes reconocen que se basan en datos muyinseguros, dada la escasez y poca representatividad de losmateriales hallados) podrían ser dos basamentos (elementos B-56 y 57) que se asientan sobre la roca, y están formadospor cantos de río ligados con mortero y que conservan unasola hilada de elevación formada por sillares más o menosescuadrados (Bastit et alii 1986 - 87, p. 94).

Conclusiones

Si es cierta la atribución cronológica que hacen susexcavadores, los dos muros hallados serían hasta ahora losuna eos elementos arquitectónicos de época tardorromana (aexcepción de la muralla, que sin embargo es del siglo III d.de J.C.) hallados hasta ahora en Gerunda; sin embargo, no seconoce su funciona]idad ni su planta, y tampoco existenelementos de juicio lo suficientemente claros como paraatribuir con seguridad estas construcciones a la AntigüedadTardía.

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Bibliograf La

Palol 1967, p. 276 - 277. Bastit et alii 1986 - 87.

3.4.1.2.3 - Iglesia de Sant Nicolau. Plaza de Santa Llúcia

Características

En 1975 se hallaron, bajo la iglesia románica,estructuras arquitectónicas anteriores, que marcan una plantadistinta a la de la mencionada iglesia. Se realizaron enaquél momento algunos hallazgos cerámicos.

No sabemos a qué tipo de edificación podíancorresponder las citadas estructuras, ni su cronología,aunque se halló material tardorromano , como se ha visto; detodos modos, al no tener datos estratigráf icos , no conocemossu posible relación con las estructuras halladas. Molla creeposible que se tratase de un edificio destinado al culto,aunque no lo asegura, debido a la falta de datos. Caberesaltar que se trata de una construcción situada fuera delantiguo recinto de la ciudad romana.

Materiales

Siq.il lata africana D

1 - Fragmento correspondiente a la forma Hayes 91.Desconocemos a qué tipo concreto puede adscribirse la misma.

Conclusiones

Desconocemos la cronología de las construccioneshalladas en este lugar, así como el contexto cronológico delfragmento cerámico citado. Por lo tanto, es poco lo que puededecirse sobre los resultados de esta excavación.

1977 A. Molla - Casas 1984, p. 1BO

4-1.2.4 - Paseo Arqueológico

El Paseo Arqueológico constituye la modernaatización de una parte de las murallas de la ciudad

or extramuros) para su visita turística y laconservación de las mismas. Aunque se trate de una zona•"•tuada, en el sentido estricto, fuera de la ciudad, no puedeasociarse de la misma, por lo cual la citamos junto a losr°s hallazgos urbanos de Se run da.

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Noi la y Casas (1984, p. 180) suponen que en esta zonadebieron situarse las escombreras de la ciudad romana, a lasque atribuyen una cronologia comprendida entre los siglos Ia. de J.C. y VI o VII d." de J.C.

Conclusiones

No sabemos si la cronología propuesta por Nolla y Casaspara estas escombreras es una datación genérica o se basa enlos hallazgos efectuados en esta zona, por lo que estareTerencia resulta un tanto ambigua.

Biblloqrafja

Nolla - Casas 1984 p. 18O (con bibliografia anterior).

3.4.1.2.5 - Plaza de Sant Domènec

Características

En la Plaça de Sant Domènec de la ciudad de Gerona,fuera del recinto romano, se hallaron algunos materialescerámicos de esta época en 1975, con motivo de unas obras.

Materiales

Siqi1 lata africana D

Existe una referencia al hallazgo de este tipocerámico, junto con otros de cronología altoimperial.

Conclusiones

Desconocemos el contexto arqueológico de este hallazgo,ignorando por tanto su podría corresponder a algúnasentamiento situado extramuros de la ciudad romana (aunqueen su inmediata vecindad), como proponen Nolla y Casas; si elhallazgo consistió (como parece) simplemente en cerámicaspodría no haberse recuperado in situ y proceder del acarreode tierras, en cuyo caso su valor como yacimientoarqueológico sería nulo.

Biblloqrafía

Nolla - Casas 1984, p. 179 (con bibliografía anterior).

3.4.1.3 - LA CIUDAD DE GERUNDA EN ÉPOCA TARDQRROMANA: ESTADODE LA CUESTIÓN

En relación a la cronología de la muralla, la dataciónpropuesta por Nolla y Nieto para la formación de los nivelesde época imperial (y, por tanto, para la construción de lamuralla) entre los años 260 y 290/300 d. de J.C. nos parece

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plenamente fiable, tanto o más que por el hallazgo de unamoneda de Galieno por la presencia de la sigil lata africanaC, y principalmente de la forma Hayes 48 B, cuya fechainicial gira en torno al año 260 d. de J.C., como indicanMolla y Nieto (1979, p. 281). Sobre el motivo de erección deesta muralla no presentaremos hipótesis en este lugar.

Los seis sarcófagos paleocristianos de taller romano ycronología constantiniana que se conservan en la iglesia deSan Félix de Gerona ponen de manifiesto la existencia enGerunda de cristianos de fuerte poder adquisitivo, que podíancomprar estos productos, sin duda de elevado precio (Molla1988, p. 96). Dichos sarcófagos atestiguan la existencia deuna necrópolis extramuros, situada junto a la vía romana, yproporcionan elementos de juicio para suponer la existenciade una eel la memoriae dedicada a San Félix, lo que puedenapoyar los textos de época visigoda referentes al santuariodel citado mártir; ello podría ligar dicha eel la memoriaedirectamente con la iglesia medieval que se conserva en laactualidad. Estos sarcófagos atestiguan también lacristianización, ya en época constantiniana, de al menos unaélite importante de la ciudad.

Por otra parte, la importancia de la ciudad estátambién atestiguada por la epístola del papa Inocencio Idesde los primeros años del siglo V como mínimo; dicha sededebió establecerse en algún momento indeterminado del sigloIV. La epístola citada documenta un caso, no muy claro, denombramiento ilegal de obispos, lo que contribuye aatestiguar las disputas eclesiásticas existentes en laTarraconense durante el siglo V, como testimonian también lascartas de Consencio y el caso de la creación del obispado deEgara. De todos modos, este aspecto será tratado en elcapítulo correspondiente.

Los materiales arqueológicos (básicamente cerámicos,ante el desconocimiento de otros como los numismáticos,pésimamente representados) permiten documentar las relacionescomerciales de la ciudad durante los siglos IV y V d. deJ.C., con predominio de las importaciones africanas pero conla interesante presencia de algunos materiales beáticos(ánfora de la forma Keay XIII). Asimismo, el fragmento desigil lata africana D de la forma Hayes 1O4 B o 105, datableen todo caso en un siglo VI avanzando, nos documenta enGerona la última fase de las importaciones de este tipo desigillatas en la Península.

Bibliografía

Molla 1977 A, 1987 B y 1988 (véase bibliografía específica encada apartado referente a los distintos ámbitosarqueológicos).

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3.4.2 - El área rural cercana a. Gerunda

3.4.2.1 - Can Pau Birol o Bell-Hoc del Pla

Características

Este yacimiento, situado entre las rieras de Güell yMarrocs, se localiza en en llano gerundense (Pla de Girona),a unos 3 kms. al SO. del núcleo urbano, y a 65 m. sobre elnivel del mar. Se trata, pues, de una vil la romana muycercana a la ciudad de Gerunda. Desde el siglo XIX se hanrecuperado tres ricos mosaicos polícromos (lo que indica quese trataba de un establecimiento suntuoso y económicamentepotente), pero éstos son los únicos datos conocidos de esteasentamiento, pues no se ha documentado el planoarquitectónico en el cual se situaban estos mosaicos, ni setienen datos estratigráficos, ni se conocen más que unosfragmentos poco significativos de cerámica. Es pues, pese ala riqueza de sus mosaicos, una estación arqueológica pococonocida.

Materiales

Mosaicos

1 - Mosaico polícromo. Dimensiones: 10,32 x 3,4 m. Enmarcadopor una decoración de temas geométricos, aparece un emblemacon la representación de Belerofonte montando a Pegaso yvenciendo a la Quimera. Sobre la datación de este mosaico noexisten datos concluyentes, habiéndose atribuido a épocaconstantiniana (Balil 1960, p. 98), concretamente hacia elaño 320 d. de J.C., o a la segunda mitad del siglo III (Balil1971 A, p. 56).

2 - Mosaico polícromo, con temas de circo. Dimensiones: 7,08x 3,42 m. Balil (1964, p. 98) databa inicialmente estemosaico (junto con el de Belerofonte y la Quimera) hacia 320d. de J.C., pero finalmente se ha decidido por una fechaciónen la segunda mitad del siglo III (Balil 1958; 1971 A, p.49), por apreciar en él una convivencia de tradicionesmusivas tardoseverianas y de nuevos elementos que terminaránimponiéndose en el último cuarto del siglo III d. de J.C..«existiendo aún una fluidez y ligereza que falta en losmosaicos del siglo IV avanzado.

3 - Mosaico polícromo. Decoración geométrica, a base decírculos secantes; en el centro, aparece un emblema con 1*representación de Teseo y Ariadna, o bien de Paris ofreciendola manzana a Afrodita. Este mosaico presenta la firma delautor: Ceci lianus. Se ha datado hacia mediados del siglo IU(Balil 1971 A), por las mismas razones que los anteriores.

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Sigil lata africana D

Be conocen unos fragmentos informes de sigillataafricana D, conservados en el almacén del Centred'Investagacios Arqueològiques de Girona.

Conclusiones

La datación de los mosaicos de esta villa, a falta dedatos estratigráficos, tiene que darse tan solo medianteargumentos estilísticos. En este sentido, no hay datosconc luyentes, pues, mientras en algunos casos se ha propuestouna cronología del siglo IV, generalmente se considera quehay que situar su construción en el segundo tercio del sigloIII d. de J . C. Sa se pudaese confirmar esta cronología altatendría su interés, al documentarnos una fase de esplendoreconómico para esta villa en un momento en que se supone unacrisis generalizada del poblamiento rural, y ;?n que en algúnyacimiento se han constatado arqueológicamente estratos dedestrucción por ancendao (en concreto, en esta nona,Vilauba) que habrá nue estudiar con detenimiento antes depretender establecer sus causas.

De todos modos, el segundo tercio del siglo III siguesiendo un marco demasiado amplio, aunque los argumentosestilísticos no permiten precisar más. Es posible que puedandatarse al final de la época severiana o en los deceniosposteriores, lo cual no impide que durante la segunda mitaddel saglo I]l la vil la pase un período de languidecimiento,de lo cual no tenemos datos para confirmarlo ni desmentirlo;por otro lado, si la cronología de estos mosaicos pudiesesatuarse en época tetrarquica o constantiniana elloindicaría, asimismo, una situación floreciente para esteasentamiento durante estos años. Además, el mosaico circensede Barcelona, muy similar en los aspectos técnico einnonográfico al localizado en Bell-lloc, está datado, coni-olidos argumentos, en época baj oconstantiniana (Barrai 1973H t-assim y 1978 „ p. 31 - 39), dato que quizás podríaextrapolarse, con reservas, a la villa de Bell-lloc. Sinembargo, como ya hemos visto, la opinión de Balil apunta aque dachos mosaicos podrían situarse en un momento anterior aépoca tetrarquica, y probablemente podamos descartar elperíodo de Constantino.

Bibliografía

balil 1958, 1960, 1964, 1971 A y 1973. Gorges 1979, p. 255.Noi la - Casas 1984, p. 178 - 179 (remitiendo a labibliografía anterior).

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3.4.2.2 - Cantera de la Boñiga, o Les Pedreres

Características

En este luqar se sitúan unas canteras de piedracalcárea nummulítica, en uso hasta no hace muchos años. Dadoque las murallas de Gerunda de época romana republicanafueron construidas con este tipo de piedra (las tardíasparece que lo fueron con piedra de las canteras de CanGui lana y Domeny, en Samé de Ter), Molla y Casas suponenque quinas se extrajesen sus piedras de estas canteras.

Materiales

Siqi]lata africana D

En 1964 se halló en esta zona un fragmento de sigillataafricana D (cuyos detalles tipológicos desconocemos), que seconserva en el Centre d'Investigacions Arqueològiques deGirona.

Conclusiones

Es posible que, realmente, se sitúe en este lugar lacantera que sirvió para hacer los sillares de la murallaromana republicana de la ciudad, dada su proximidad y queestas murallas fueron hechas con el mismo tipo de piedra quese encuentra en esta cantera. De todos modos, el hallazgocasual de sigillata africana D no proporciona datos sobre suposible uso en el Bajo Imperio, aunque sí permite pensar en,como mínimo, alguna frecuentación de este lugar en esa época,y por este motivo citamos este hallazgo.

Bibliografía

Molla 1977 A. Molla - Casas 1984, p. 180.

3.4.2.3 - Mercadal

Características

La zona del Mercadal es un llano aluvial situadoenfrente de la antigua Gerunda. al lado izquierdo del ríoOnyar; actualmente, esta zona esta englobada dentro del cascourbano. En 1890 se localizó en este lugar una necrópolistardorromana. Según Botet y Sisó, que llevó a cabo suexcavación, las tumbas que se documentaron entoncescorresponden a cuatro tipos:

1 - Sarcófagos de piedra arenisca del país, con cubierta adoble vertiente, que presentaban acróteras en los ángulos.

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2 - Sarcófagos rectangulares construidos con tégulas ycubiertos con grandes losas cerámicas (similares a lastégulas, pero de mucho mayor tamaño).

3 - Tumbas de ladrillo y argamasa, cubiertas con tégulassuperpuestas.

4 - Tumbas de tégula típicas, tanto de sección triangularcomo cuadrangular, con los imbrices cubriendo la partesuperior.

Molla y Casas creen que esta necrópolis corresponde aalgún asentamiento rural situado junto a Gerunda. En 1962 sehalló en esta zona un fragmento de opus siqninum.

Conclusiones

Aunque la cronología exacta de esta necrópolis no puedeestablecerse, parece claro, por la convergencia de losdistintos tipos de enterramiento, que no puede datarse en elAlto Imperio (al cual, como mucho, podrían corresponder lastumbas de tégula típicas) sino ya en época bajorromana oquisas en los siglos altomedievales. De todos modos, loslímites cronológicos amplios que proponen Molla y Casas(entre el IV y el VII o el VIII d. de J.C.) parecenacertados, principalmente en base a la presencia de lossarcófagos citados, que pueden datarse aproximadamente entrelos siglos V y VII o VIII.

Sin embargo, no vemos claro con qué asentamiento caberelacionar esta área cementerial. Molla y Casas consideranprobado que correponde a algún asentamiento rural, pero dadoque se encuentra junto a la ciudad es posible que se trate,creemos nosotros, de una necrópolis suburbana. No está clarala noticia del hallazgo de "un fragmento" de pavimento deopus siqninum, pues no se puede asegurar con esta noticia siestaba in situ o si, por el contrario, se trata de unfragmento arrancado y posteriormente reaprovechado, con locual su procedencia de este lugar no sería segura. De todosmodos, aunque este pavimento se hubiese hallado in «- j tu ycorrespondiese, por tanto, a un asentamiento rural. no sepuede asegurar su relación con la necrópolis, dado que muybien podría tratarse de alguna edificación altoimperial que*en el tiempo de utilización de la necrópolis se encontrase yafuera de uso.

En definitiva, este yacimiento consiste en unanecrópolis tardorromana (con una posible perduración en épocaaltomedieval), de la cual no sabemos si correspondedirectamente a la ciudad vecina o bien a un núcleo ruralsituado junto a ella; de cualquier modo, en un sentidoamplio, puede considerarse como relacionada con Gertinda. yquienes allí fueron enterrados, viviesen en ella o junto aella, sin ninguna duda debieron, en vida, tener una relaciónintensa con la actividad humana de la ciudad.

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Bibliografía

Botet i Siso 1890, p. 266 - 269 y 289 - 295; Noi 1a y Casas1984, p. 179 (con el resto de la bibliografía anterior) Molla1987 B, p. 84 - 85.

3.4.2.4 - Zona de Gerona

Características

La referencia sobre la procedencia de las siguientesmonedas indica Gerona, pero a partir de este escueto dato noes posible saber sa fueron halladas en el núcleo urbano de laciudad o en sus alrededores. Por otro lado, estos hallazgosno guardan, al parecer, ninguna relación entre ellos.

Materiales

Monedas

1 - Trema SEIs vasiqodo, de imitación de Justiniano (Barrai1976, p. 171)."

2 - Trenussis visigodo de Sisenando, de la ceca de Emérita.Reproducemos la descripción de Mateu Llopis (1947 - 48, p.82), quien vio la piena en 1946, la cual se conservaba en lacoleccaon Solé de Lleida. Anverso: Sisenandus Re; reverso:Emérita Pius.

Conclusiones

Aunque se trate de hallazgos aislados, tienen suinterés, en relación al estudio de la circulación monetariavisigoda en Cataluña.

Bibliografía

Mateu Llopis 1947 - 48, p. 82, n. 301. Miles 1951. ' . : 77 h1. Barrai 1976, p. 171, n. 15 (con bibliografía é»' » » • i f»r ) yp. 185, n. J 03.

3.5 - PALOL DE REBARDIT

3.5.1 - El Bosquet del Rajoler

Características

Yacimiento situado en un llano, cerca de la actualcarretera de Gerona a Banyoles. En este lugar se han halladoabundantes materiales romanos (altoimperiales ytardorromanos) en superficie.

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Materiales

Siqi1 lata africana D

1 - Fragmento de borde de plato de la forma Hayes 67 (Noi la -Casas 1984, p. 193, lám. LXVII, n. 3).

2 - Fragmento de fondo de plato con decoración estampada, delestilo A de Hayes (Molla - Casas 1984, p. 193, lám. LXVII, n.4) .

Cuenco con visera

3 - Fragmento de cuenco con visera, quizás de origenafricano, aunque no podemos asegurarlo, al desconocer lascaracterísticas físicas de la pieza (Nolla - Casas 1984, p.193, lám. LXVII, n. 10).

Monedas

4 - Moneda de Constantino o de Constancio (Gorges 1979, p.258; no es citada por Nolla y Casas).

Conclusiones

Los fragmentos de sigil lata africana D documentanuna ocupación de este asentamiento durante la segunda mitaddel siglo IV o la primera del V, como mínimo.

BBIblbicbcmsáf Aa

Gorges 1979, p. 258 (quien cita el yacimiento comoperteneciente al término de Riudellots de la Creu). Nolla -Casas 1984, p. 191 - 193 (con bibliografía anterior).

3.6 - SANT GREGORI

3.6.1 - Domeny

Características

En la zona del agregado de Domeny existe una canteraque posiblemente se utilizó para tallar los sillares de lasegunda muralla romana de Gerona. La parroquia de Domeny secita en la documentación medieval como Parietes Rufini; elloy el hecho de que una de las puertas de la ciudad de Gerundaes conocida desde tiempo inmemorial como Porta Rufina haconducido a Nolla y Casas a la sugestiva hipótesis de queRufinns, personaje que, según las actas del martirio de SanFélix (que parece ser se escribieron hacia el siglo VII d. deJ.C.), dirigió en Gerona la persecución contra los cristianosen tiempos de Diocleciano, fuese quien se encargó de llevar acabo las obras de la fortificación de la ciudad, siendo

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magistrado de la misma.

Conclusiones

Realmente, la conjunción de topónimos y la antigüedadde las actas del martirio de San Félix hacen pensar que lafigura de Ruf.i n us tenga un perfil realmente histórico. Dadoque dirigió la persecución contra los cristianos en Gerona,parece lógico que se tratase de un magistrado de la ciudad.Asimismo, la cronología de las murallas tardías de Gerundase ha podido establecer arqueológicamente a finales el sigloIII o muy a principios del IV de nuestra Era; por tanto,pensar que en época tetrárquica Rufinus, quien tenía un cargomunicipal por aquél entonces, dirigiese las obras defortificación de Gerunda es una hipótesis como mínimocoherente.

Por nuestra parte, aunque la relación entre lascanteras de Domeny y la muralla de Gerona parece lógica dadasu identidad petrológica, consideramos que el topónimoParietes hace referencia a restos de alguna construcción,probablemente la residencia de algún Rufinus. que pareceprobable que pueda identificarse con el personaje a que nosestamos refiriendo. Según esto, se podría situar en estazona la existencia de una vi lia romana, cuyo dominus (si laidenificación propuesta es correcta) llegaría a ocupar uncargo destacado en el gobierno municipal de Gerunda.Asimismo, todo ello proporciona nuevos datos para elaborar elestudio prosopográfico de este Rufinus.

Por otro lado, la mención de otro Rufinus (que quizáfuese un obispo de Gerunda) en una carta del papa Inocencio I(datada en los años (404/405) puede presentar otro candidatoa la explicación de este topónimo.

Bibliografía

Molla - Casas 1984, p. 195 (con bibliografía anterior).

3.7 - SANT JULIA DE RAMIS

3.7.1 — Puig de Sant Julià

Características

En la cima del Puig de Sant Julià se encuentran losrestos de una fortificación, en la cual M. Oliva realizó unsondeo que le hizo suponer que esta fortificación es de épocatardorromana o visigoda.

Conclusiones

No se conocen los datos en que Oliva basó su hipótesis,lo cual impide hacer cualquier valoración sobre esta

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fortificación, como indican No]la y Casas; no obstante, sirealmente fuese ésta una fortificación tardoromana (aun sinpoder conocer ja cronología concreta) nos encontraríamos conun interesante elemento para estudiar la organización military la situación en esa época, pudiendo relacionarse con algunaotra fortificación bajoimpoerial conocida, como la Torrassadel Moro de Llinars del Valles.

Bibliografía

Nolla - Casas 1984, p. 195 (con ]a bibliografía anterior).

3.8 - SARRIA DE TER

3.8.1 - Pla de l'Horta

Características

El yacimiento se encuentra en un llano aluvial, a laizquierda y no lejos del curso del río Ter, a 70 m. sobre elnivel del mar. Fue descubierto en 1970, a causa de unasremociones del terreno, y durante aquél año y el siguientefue excavada, hallándose varias habitaciones, algunas de lascuales estaban pavimentadas con mosaicos. Borges (1979, p.2òO) cita los mosaicos aparecidos en este lugar como datablesen el siglo IV; sin embargo, su cronología ha podido, graciasa los datos proporcionados por la citada excavación, serestablecida estratigráficamente en época severiana (Nolla1982 - 83; Nolla - Casas 1984, p. 181 y 187).

En estas excavaciones se hallaron también algunosmateriales de época tardorromana. Los mosaicos citadospresentaban señales de alteración debidas a un incendio; porotro lado, los materiales procedentes del estrato (en el quese apreciaron también signos de incendio, según el diario delexcavador del yacimiento, M. Oliva) que cubría estospavimentos eran muy homogéneos, por lo que se supone (Nolla1982 - 83, p. 121 - 122; Nolla - Casas 1984, p. 187) que lavil la fue destruida y abandonada a causa de un incendio,probablemente ya entrado el siglo V d. de J.C., lo que Nollarelaciona hipotéticamente (aunque apuntándolo sólo como unaidea) con la efectiva ocupación de la Tarraconense por partede Eurico.

Materiales

Sigil lata africana C

1 - Bran parte el perfil de un plato de la forma Hayes 50,probablemente del tipo Hayes 50 A - Lamb. 40 bis (Nolla 1982- 83, p. 128, fig. 5, n. 4; Nolla - Casas 1984, p. 184, lám.LXII, n. 4).

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Sigil lata africana C con decoración aplicada

2 - Borde de plato, perteneciente problablemente a la formaSaiomonson XXVIII bis (mejor que a la Hayes 24 en sigillataafricana A con decoración de relieve aplicado). El motivodecorativo, muy fragmentario, no resulta reconocible (Molla1982 - 83, p. 128, fíg. 5, n. 5; Molla - Casas 1984, p. 184,lám. LXII, n. 5).

Sigil lata africana D

3 — Fragmento de plato de la forma Hayes 58 B,la clasificación del Atlante (Molla 1982 - 83,

n, 19, seqún128, fíg.

5, n. 6; Molla - Casas 1984, p. 184, lám. LXII, n. 6).

4 - Fragmento de plato de la forma Hayes 61 A, con el bordeinclinado hacia el anterior (Molla 1982 — 83, p. 128, fíg. 5,n. 7; Molla - Casas 1984, p. 184, lám. LXII, n. 7).

5 - Borde y parte del cuerpo de un plato de la forma Hayes 67n. 5, 6, 17, 28 (Molla 1982 - 83, p. 128, fíg. 5, n. 8; Molla- Casas 1984, p. 184, lám. LXII, n. 8).

6 - Borde y vasera de un cuenco de la forma Hayes 91 A o B,sin poder definir con seguridad el tipo (Molla 1982 - 83, p.128, fíg. 5, n. 9; Molla - Casas 1984, p. 184, lám. LXII, n.9) .

7 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración estampada en el fondo interno, consastente enpalmetas del tipo Hayes 1 - Atlante 108 (datable hacaa 325 -375 carca) y círculos del tipo Hayes 24 - Atlante 8, delestilo A II (con una cronología de 350 - 380aproximadamente). Esta pieza puede atribuirse, pues, alestilo A II de Hayes (Molla 1982 - 83, p. 128, fíg. 5, n. 10;Molla - Casas 1984, p. 184, lám. LXII, n. 10).

8 - Fragmento de base de un plato de la forma Hayes 67 oquizá la 76, a juzgar por el perfil del pie. Decoraciónestampada en el fondo interno, consastente en palmetas que,aunque están fragmentadas, podrían corresponder al tapo Hayes4 - Atlante 114, del estilo A II (datado entre 350 e macaosdel saglo V) y en motavos carculares, demasaado fragmentadoscomo para ser reconocables. La paeza es adscrabable al estaloA II (Molla 1982 - 83, p. 128, fag. 5, n. 11; Molla - Casas1984, p. 184, lám. LXII, n. 11).

Saqal lata estampada anaranjada .(."*)

9 - Borde y gran parte del cuerpo de un cuenco, con lasparedes exteraores decoradas a ruedecalla. Aunque se haclasafacado como una sagallata "lucente", concretamente conla forma Lamb. 1/3, el borde no nos parece relacionable condicha forma, y sí recuerda muy de cerca el perfil de la forma

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Rigoir 15 en sigil lata estampada gálica. La decoración aruedecilla es posible encontrarla en(Nolia 1982 - 83, p. 128, fig. 5, n. 12p. 134, lám. LXII, n. 12).

Lucernas africanas

ambas produccionesMolla - Casas 1984,

10 y 11 - Dos fragmentos de pico de lucernas; dado queconservan parte de la decoración (consistente en una hoja depalma estilizada) de la orla, ambos se pueden atribuir a laforma Hayes I - Atlante VIII (2).

Ánfora africana

12 — Fragmento de borde y parte del cuello de un ánfora(Molla 1982 - 83, p. 128, fig. 5, n. 13; Molla - Casas 1984,p. 184, lám. LXII, n. 13). Aunque heay (1984, vol. I, p. 214;vol. Il, p. 65O) la identifica (a partir de una comunicaciónpersonal de J.M. Molla) con el tipo XXVI H de suclasificación, nos parece, a la vista del dibujo publicado dela pieza de Pía de 1'Horta y del ejemplar con que heayilustra su tipo XXVI h , que no puede identificarse con esteúltimo, sino más apropiadamente con la forma XXV C de laclasificación de Keay.

Monedas

No]]a (1982 -83, p. 121) cita unas cuantas monedas debronce del siglo IV halladas en este yacimiento, aunque nolas describe.

Conclusiones

Los materiales analizados permiten asegurar que lavil la (claramente identificada en este caso como tal, graciasa las estructuras arquitectónicas descubiertas) estuvo activahasta la Antigüedad Tardía. El material tardorromano es,ciertamente, bastante homogéneo, lo que parece apoyar la ideade un abandono rápido y sincrónico del habitat; sin embargo,las formas cerámicas estudiadas, propias del siglo IV y laprimera mitad del V, deben ser consideradas con precaución,puesto que los materiales posteriores a mediados del siqlo Vestán muy escasamente documentados en los yacimientos ruralesy el argumento e;: si 1 en tío de su ausencia no es suficientepara postular un cese en la ocupación de la vil 1a a partir deesos años.

Sin embargo, tanto el hecho de que el estrato quecubría los pavimentos era, al parecer, muy uniforme como, yprincipalmente, las trazas de alteración a causa del fuegoque se observaban en los mosaicos hacen aparecer como muyprobable la idea de la destrucción por incendio de la vi1 la.Esta podría datarse, a partir de los materiales arqueológicoscitados, tanto en la segunda mitad de] siglo IV como en laprimera del V d. de J.C. (formas Hayes 58 B, 61 A, 67 y 91 A

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o B y decoración del estilo A II de la sigillata africana D;ánfora africana de la forma l< eay XXV C) ; sin embargo, no esposible saber si tal incendio fue intencionado o accidental,aunque el hecho de que comportase el abandono definitivo delyacimiento nos hace pensar que es más probable la primeraposibilidad.

En caso de que la destrucción de ]a villa fueseintencionada, no tenemos datos que? nos permitan atribuirla aningún herho histórico determinado, sobre todo teniendo encuenta que no contamos con una datación muy precisa para estemomento fina]. En relación a ]a suqerencia propuesta porMolla de relacionar la destrucción de la vil la con lascampanas de Eurico, tan sólo podemos decir que los materialesarqueológicos no prueban que dicha destrucción pueda datarseen la segunda mitad del siglo V (aunque tampoco permitendescartarlo). Sencillamente, no sabemos nada sobre las causasde esta destrucción, y cualquier hipótesis sobre el tema(campañas bélicas, acción de bandidaje, posible extensión dela bagauda hasta la nona gerundense, de lo que no tenemosningún indicio) se queda en una mera teoría.

Bibliografía

Borges 1979, p. 259 - 26O. Noi la 1982 - 83, passim. Noi 1 a -Casas 1984, p. 181 - 187 (con bibliografía anterior). Keay1984 b, vol. I, p. 214 y vol. II, p. 650.

3.9 - VILABLAREIX

3.9.1 - Campos situados junto al casco urbano

Carácteristicas

Este yacimiento (al cual no se le atribuye» ningúnnombre en relación a la partida donde se ubica, por lo cualno podemos darle una denominación concreta) ha sidodescubierto recientemente gracias a unas prospeccionessupelleíales, habiéndose dado ya a conocer los materialeshallados en ellas (Alberch - Burch 1989). Corresponde- sinduda a un asentamiento rural , al que debió pertenecer elcercano sepulcro romano turriforme, conocido ya desde hacetiempo (Cid 1950). Se encuentra en unos campos situado* entreel citado sepulcro y la iglesia parroquial de Vilablareí- , yestá delimitado al sur por un pequeño torrente (croquis desituación en Alberch - Burch 1989, p. 87, fig. 1).

Alberch y Burch (1989, p. 90 - 91) llaman la atenciónsobre la advocación de la parroquia de Vilablareix,documentada en un texto del año 882, a San Menas, cuyo cultofue muy extendido en época tardoantigua (recuérdense lasperegrinaciones a su santuario en Egipto) pero que estotalmente inexistente en Cataluña durante los tiemposmedievales; por ello, estos autores creen que el culto a San

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Menas en Vilablareix debe remontar al siglo IV o V d. deJ.C., lo que explicaría la insólita presencia del mismo entierras gerundenses (3).

Materiales

Ánfora

1 - Fragmento de borde de ánfora africana de la forma KeayXXV B (Alberch - Burch 1989, p. 88, fig. 2, n. 9). Diámetroaproximado del borde: 13 cms.

Conclusiones

El fragmento cerámico citado permite suponer unapervivencia de un habitat romano altoimperial en un lapsomínimo de tiempo comprendido entre finales del siglo III y laprimera mitad del V d. de J.C. Es interesante la teoría deAlberch y Burch sobre la posible antigüedad del culto de SanMenas en este lugar, que en tal caso indicarla la existenciade una iglesia rural en época tardoantigua, tema sobre elcual estamos muy mal informados antes de los siglos VI - VII(basílica de Porqueres, por ejemplo). De todos modos, no hapodido contrastarse esta teoría con argumentos arqueológicos.

Bibliografía

Cid 1950, passim. Alberch - Burch 1989, passim.

3.10 - VILADASENS

3.10.1 - La Plana

Características

Este yacimiento, situado en un campo llano situadojunto a la Via Augusta y a un nivel superior a la misma, hasido identificado por Casas, con bastantes probabilidades,como la mansió Cinniana citada por los itinerario». . Ensuperficie se han hallado diversos materiales cer^rnr c«s deépoca romana, asi como restos de pavimentos de opus «-1 TIinum.La fotografía aérea ha permitido documentar u'ir< grane'structura rectangular en este lugar (Nolla - Cas*' 1984,fotografía en p. 70), lo cual prueba que- esteestablecimiento no era una villa romana, sino queprobablemente responde a lo que seria una de estas esturionesde las vías romanas, tan mal documentadas en general.

Materiales

Siqi1 lata africana D

1 - Fragmento de cuenco de la forma hayes 91 B (Nolla - Casas1984, p". 198, lám. LXX, n. 1).

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2 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración estampada en el fondo interno, del estilo A deHayes (Molla - Casas 1984, p. 198, lám, LXX, n. 4).

Conclusiones

En esta ocasión afortunada, la fotografía aérea hapermitido evitar la confusión con una vil la romana,documentando una casa de postas (y probablemente tambiénhostal) de época romana, que pervive, aparentemente de formaininterumpida a juzgar por las cerámicas aquí recogidas,desde época romana republicana hasta, como mínimo, finalesdel siglo IV o mediados del V d. de J.C. El hecho de que eltopónimo Cinniana no se haya conservado resulta lógico dadoque este? asentamiento no debió ser usado más allá de la BajaAntigüedad (al menos, no ha originado ningún núcleo habitadoposterior), y es significativo que se conserven losantropónimos romanos en lugares donde ha habido unacontinuidad del poblamiento hasta hoy, probablemente de formaininterrumpida. Sin embargo, es cierto que un torrentecercano se denomina Cinyana, lo que probablemente se debe alrecuerdo de este establecimiento.

BiblioQrafía

Molla - Casas 1984, p. 58 - 59 y 197 - 200 (con bibliografíaanterior).

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4 - LA SELVA

4.1 - BLANES

4.1.1 - Ciudad romana de Blanda

Características

El oppidum llamado Blanda nos es conocido por lascitas de Pomponio Mela, Plinio y Ptolomeo, pero es poco máslo que sabemos sobre él, empeñando por su categoría jurídica;efectivamente, aunque se supone que sería un municipium, nose ha encontrado hasta el momento ningún dato que loconfirme.

Esta ciudad romana, probablemente de pequeño tamaño,parece ser que se encontraba en la colina de Pedret, al SO.de la actual población, sobre un acantilado situado frente almar; el acceso era difícil por todos lados salvo poniente,donde se podía llegar allí pasando por otra colina. Loshallazgos que se han hecho allí han sido siempre esporádicos,y en conjunto este yacimiento es muy desconocido; quinas seorigine en un poblado ibérico, como dan a entender losfragmentos de cerámica campaniense A que se han hallado eneste lugar.

En los años setenta se llevaron a cabo unasexcavaciones, el reestudio de las cuales ha llevado a Aquilué(1984, p. 101 - 103) a afirmar que el sector excavado seabandonó a finales del siglo I d. de J.C. Ello puede indicaruna cierta recesión de la superficie habitada en esta época(por causas que en estos momentos no podemos establecer),que quizá guarde cierta relación con lo que parece observarseen Badalona y, principalmente, Ampurias.

Conc 1usiones

Pese al abandono de, al menos, una zona conc. «-rtc- dela ciudad a finales del siglo I, la continuitinü delpoblamiento en esta zona durante los siglos medieval -« tiestala actualidad, así como la conservación del topónimo,permiten pensar que esta ciudad no sufrió ningún ¿»tu-ncJono,aunque no haya datos arqueológicos que nos documenten unafase bajoimperial en ella.

Bibliografía

Aquilué 1984, p. 101 - 103. Nolia - Casas 1984, p. 203 y 204(con bibliografía anterior).

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4.2 CALDES DE MALAVELLA

4.2.1 - Núcleo urbano (ciudad romana de Aquae Calidae)

Características

Este asentamiento, que se identifica con la mansió deAquae Voconiae de los Itinerarios y con el municipio deAquae Cal 3 dae según un testimonio epigráfico, situada a unoskilómetros de la Vía Augusta, donde ésta se enlaza con la víaque procedia del Maresme por Blanes, debe su fundación, sinduda, a las aguas minero-medicinales que brotan en estelugar, para el aprovechamiento de las cuales se construyeronunas termas de las cuales aún quedan restos.

En la calle de Sant Esteve se ha excavado unanecrópolis tardorromana, recientemente publicada (MerinoAgustí 1990, passa m). Se han excavado un total de 56enterramientos, cuya tipología, relativamente variada,presenta las siguientes modalidades de enterramiento:

1 - Sarcófagos lisos con cubiertas a doble vertiente yacróteras en los extremos (dos ejemplares). Cabe tener encuenta que, sin conocerse el lugar exacto de procedencia, sehalló un sarcófago de este tipo en Caldes de Malavella,conservado actualmente en el Museo Arqueológico d-e Gerona(Merino - Agustí 1990, p. 227).

2 - Enterramientos en fosa simple (treinta y tres).

3 - Tumba de tégula a doble vertiente (una).

4 - Enterramientos en caja sencilla o en forma de cista,delimitados con piedras de pequeño tamaño y materialreutilizado (once).

b — Enterramientos en cajas de losas (seis).

6 - Tumbas enargamasa (dos).

cajas de ladrillos tégulas unidas con

7 - Osario (un caso).

Si bien ninguno de estos tipos de enterramientoproporciona una fecha concreta, puesto que tienen unacronología relativamente amplia, puede fecharse la necrópolisde un modo amplio entre los siglos IV y VII, como señalanMerino y Agustí (1990, p. 236), quienes llaman la atenciónsobre la ausencia de algunos tipos de enterramientocaracterísticos de la Antigüedad Tardía, concretamente lasinhumaciones en cajas de madera y en ánforas, sobre todo deestas últimas, que hubiesen permitido precisar más lacronología. De todos modos, y aunque no contamos conargumentos sólidos, creemos que es mejor fechar esta

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necrópolis en un momento tardío, más cercano al siglo VII queal IV, o en todo caso, a partir del siglo V avanzado.

Materiales

Los materiales cerámicos que citamos seguidamente hansido publicados por Merino y Agustí (1990, p. 227, 229 - 230y 235), si bien cabe tener en cuenta que se hallarondispersos entre las tierras de la necropolis, por lo que nocorresponden a ningún contexto arqueológico de fecha precisa(Merino - Agustí 1990, p. 229). Las monedas corresponden ahallazgos antiguos efectuados en la población.

Siga 1 lata "lucente" o brillante

1 - Borde y parte de la pared. Forma Lamboglia 1/3 (Merino -Agustí 1990, p. 23ü, fag. 13, n. 6).

Sigil lata africana D

2 - Peril) completo. Forma Hayes 59 B. Decoración estampadaen el Tondo interno, consistente en círculos dentados el tipoHayes 32 - Atlante 17 y palmetas atribuïbles al tipo Hayes 3- Atlante 112 o Hayes 4 - Atlante 114. Estilo A II (Merino -Agustí 1990, p. 227, fig. 12, n. 2).

3 - Borde. Si bien ha sido atribuido a la forma Hayes 59(Merino - Agustí 1990, p. 229) puede corresponder tanto aesta forma como a la Hayes 65 (Merino - Agustí 1990, p. 230,fig. 13, n. ü).

4 - Borde y pared. Forma Hayes ol A (Merino - Agustí 1990, p.230, fig. 13, n. 13).

5 - Borde y parte alta de la pared. Aunque ha sido atribuidoa la forma Hayes 59 (Merino - Agustí 1990, p. 229) a juzgarpor el dibujo publicado debe tratarse de una Hayes 67, n. l,4, 9 (Merino - Agustí 1990, p. 230, fig. 13, n. 12).

Ánfora

Sud-hispánica:

¿í - Borde, cuello, asas y hombros. Forma Keay XIII C (Merino- Agustí 1990, p. 227, fig. 12, n. 1).

Monedas

Citarnos las referencias dadas a conocer por MateuLlopis (1945 - 46, p. 266 - 267) sobre la aparición demonedas tardías en el Puig de les Animes. Ambas seencontraban en una colección particular.

7 - Pequeño bronce de Crispo.

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8 - Fol 1is (sic) bizantino de Justino II.

Conclusiones

No sabemos si las instalaciones termales estaban aúnen uso en el Bajo Imperio, pero los datos conocidos, aunqueescasos, permiten asegurar que esta población seguía habitadaen aquellos momentos, como lo ha venido siendo hasta laactualidad. Por otro lado, es de gran interés la aparición deuna moneda bizantina de Justino II, de la cual se sabe queTue hallada en el Pua g de les Animes, según testimonia MateuLlopis; ello es una prueba más de la continuidad del comerciotransmarítimo con posterioridad a la conquista bizantina delnorte de África. Mateu hace referencia al hallazgo, tambiénen el Puig de les Animes, de una moneda de Gordiano III.

La necrópolis, si bien sus cronología no se conoce conmucha precisión, proporciona una buena información sobre lostipos de enterramiento en uso durante la Antigüedad Tardía enel Este de la Tarraconense. La pequeña muestra de materialescerámicos sirve para comprobar la llegada de importacionescerámicas al núcleo de Aquae Calidae, siendo de singularanterés el fragmento de ánfora sud-hispânica, por contribuira confirmar la dispersión de ánforas de esta procedencia enla zona costera catalana durante el Bajo Imperio,relativamente abundante tanto en núcleos urbanos comorurales.

Bibliografía

Botet i Bisó 1876, passim. Mateu 1945 - 46 p. 266 - 267, n.205. Noi la - Casas 1984, p. 204 - 206 (con la bibliografiaanterior). Serra Ràfols 1941, passim. Merino - Agustí 1990,passim.

4.3 - HOSTALRIC

4.3.1 - Núcleo urbano — castillo

Características

El pueblo de Hostalric, fortificado en época medievaldebido a su situación estratégica, se encuentra sobre unacolina que domina el paso de la Vía Augusta. En este lugar sedebió alzar un poblado ibérico, como parecen indicar losrestos hallados; asimismo, se ha localizado cerámica romana,que no sabemos si corresponde o no a una vil la.

Materiales

Sigi 1 lata africana C_

En este lugar se hallaron algunos fragmentos desigillata africana C, conservados en el Centre

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d'Investigacions Arqueològiques de Gerona.

Conclusiones

El hallazgo cl& sigil lata africana C documenta unaocupación del lugar en el siglo III como mínimo, o quinas yaen el IV. No tenemos, pues, indicios seguros de que estascerámicas puedan considerarse propiamente bajoimperiales,aunque es de suponer que el habitat debería continuar en estelugar hasta la actualidad.

Biblioqrafía

Molla - Casas 1984, p. 2Ö6 (con bibliografía anterior).

4.4 - LLORET DE MAR

4.4.1 - Ermita de Sant Quirze

Características

En 1892 y 1968, en torno a la ermita medieval de SantQuirze, se hallaron los fundamentos de unos muros (quecontinúan bajo la ermita), asociados a un pavimento de opussiqninum; asimismo, se localizaron, entre ambasintervenciones, un total de 41 sepulturas de inhumación. Sehabla también, entre otros, del hallazgo de fragmentos detégulas y ánforas.

Materiales

Monedas

Entre los materiales arqueológicos localizados en elsiglo pasado se habla de una moneda de Constantino. Quizássea ésta el "pequeño bronce constantiniano" que cita Mateu(1954, p. 254), quien le atribuye Lloret de Mar comoprocedencia, sin especificar más sobre su lugar de hallazgoni su paradero.

Conclusiones

C. Nonell, directora de la excavación de 1968,considera que estos muros corresponden a una basílicapaleocristiana, con un cementerio a su alrededor. De todosmodos, su cronología es imprecisa, pues el uso de pavimentosde siqninum parece adentrarse bastante en la Edad Media. Lamoneda de Constantino (de ser correcta la identificación,cosa que no se puede comprobar) no prueba una cronología delsiglo IV, pero sí hace pensar en un habitat de épocatardorromana en sentido amplio, pues no nos parece clara lahipótesis de la basílica paleocristiana en base solamente ala presencia de una necrópolis y una iglesia medieval. Entodo caso, la documentación existente sobre este yacimiento

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es, hoy por hoy, insuficiente.

Bibliografía

Mateu 3954, p. 254, n. 735. Nonell 3971, p. 247 - 251. Molla- Casas 1984, p. 207 (con bibliografía anterior).

4.5 - TOSSA

4.5.1 - Els Ametllers

La va 11 a romana de E]s Ametllers se encuentra en laladera de la colina denominada "Turó de Sant Magí", dominandola bahía de Tossa, a unos 25 m. sobre el nivel del mar. Se haseñalado que )a costa pudo estar entonces más cerca de lavi1]a que en la actualidad (Batista - López - Zuchitello39BO, p. 3). El territorio interior es montañoso, peroadecuado para los cultivos de secano, básicamente vino yaceite» habiéndose señalado la posible explotación del corchoen esta zona.

En este yacimiento se han emprendido diversasexcavaciones arqueológicas, que han permitido poner aldescubierto una parte importante de la planta de la vi1 la.Desgraciadamente, esto se ha hecho en la mayor parte sin loscriterios estratigráficos más adecuados, pues casi todos lostrabajos de excavación son anteriores a la Guerra Civil, ytenían como única finalidad el descubrimiento de estructurasarquitectónicas.

Las primeras excavaciones datan de 1914, y fueronllevadas a término por I. Melé. Entre 1933 y 1935 fue el Dr.Alberto del Castillo quien dirigió los trabajos de campo, y aél se debe la monografía más extensa publicada hasta elmomento sobre este yacimiento, acompañada de un relatavamenteabundante material fotográfico. Todos estas intervenciones secentraron en la pars urbana o zona residencial de la v i l la. Apartir de 1976, arqueólogos de la Diputación de F>c<rcelonareemprendieron los trabajos de campo, que continuar. e>n laactualidad, y cuyo objetivo es la excavación dt- 1 <* parsrustica de la vil la.

Esta vil la estaba dividida en dos, o mejor, como hacenotar Castillo, tres niveles (1). El superior estaría ocupadopor una cisterna, de la que se documentaron algunos iridíelos.En el nivel medio (habilitado, como el anterior, en plenaladera de la colina) se encontraba la villa urbana, levantadaen parte sobre un terraplén y en parte cortando el terreno,para darle una disposición horizontal. Por último, separadade la pars urbana por un talud y un muro de contención, y yaen el llano (donde el terreno forma tan sólo una suavependiente) se encontraba la zona industrial, o vil la rustica(Castillo 1939, p. 243).

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Materiales

E.n Ja nona de 3a yj 3 3 a rustica se localizaron escasosmateriales arqueológicos tardorromanos, de los cuales no seconoce la estratigrafía. Citamos algunos de los hallados enlas excavaciones antiguas, ya publicados algunos de ellos(Batista - Lupez - Zuchitello 1980), y otros vistospersonalmente o comunicados por el sr. Javier Nieto.Asimismo, incluímos algunos materiales cerámicos hallados enexcavaciones recientes, mostrados amablemente por los sres.A. López, M. Zuchitello, J. Fierro y M. bumà.

En 3o que respecta <ri 3 os mosaicos, uno de ellos (el queincluye la representación del dominus) se encc^ntraactualmente expuesto en el Museo oc Tossa; el mosaico A seconserva in sj tu, miei.tras que el tercero no se haconservado.

Mosaicos

H'iemás de los que tenía la v 13 la durante el AltoImperio, parece ser que hubo, como mínimo, tres mosaicospolícromos tardíos, cuya cronología no sabemos si es o nocoïncidente. Les denominaremos A, B y C.

3 - Mosaico A:

Mide, según Castillo, 3,55 x 4,45 m. Es polícromo, yestá hecho con teselas de piedra y ladrillo, según Castillo,quien no describe su color. Está enmarcado por una línea detrenzado, que se encuentra encuadrada a su vez por- una cenefaque presenta círculos tangentes cortados por una líneahorizontal. El centro del mosaico está constituido por uncuadro en cuyo ángulo superior izquierdo aparece un genioalado que lleva en la mano derecha una corona mural; no sehan conservado el resto de las figuras que componían elemblema del mosaico. Dicho emblema está enmarcado por unafaja qur contiene cuatro círculos en cada lado, que presentanmotivo interno de trenza y una estrella o motivo geométricocentral.

2 - Mosaico B:»

Es el mosaico más interesante, y parece corresponder a]vestíbulo. Esta habitación es accesible desde otras dos ydesde un pasillo. Las dimensiones del mosaico son, segúnCastillo, 4,40 x 1,40 m. Es polícromo, encontrándose loscolores rojo, blanco y negro; está hecho con tesselas depiedra y ladrillo. En la parte superior de la inscripción delemblema presenta una serie de piedras de río, dispuestas amodo de gemas. Los motivos representados consisten encírculos tangentes como los del mosaico A y dos fajaslaterales a base de motivos geométricos sencillos con rombosvariados y meandros.

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mosaico presenta un emblema figurado, encuadradopor un motivo de trenzado que está cortado en las zonas dondese encuentra la inscripción a que nos referiremos más abajo.En el emblema se representa un pórtico con triple arcada, quetiene columnas helicoidales y capiteles acampanados; bajo losarcos laterales existe un motivo floral en forma de hojasentrelazadas que parecen cornucopias, y que arrancan de untronco, o quizá un tiesto. En el centro de este pórtico seaprecia un personaje que, san duda, representa al propietariodp la villa. Este personaje viste una túnica larga y se cubrecon un pal 13 um blanco. Tal esquema compositivo recuerda muycíe cerca el de ] os dípticos consulares y e] del famosomissorium de Teodosio I.

Dividido en dos registros, sobre las arcadas y bajo elarco central respectivamente, puede leerse el siguientetexto: Salvo ¿_ Vítale Fel ix Turissa /_ ex of /_ f icina Fel ices.

Castillo pone en relación la figura representada en elemblema con la del mosaico sepulcral de Qptimus en lanecrópolis del Francolí de Tarragona, y le atribuye unadataciOn de la segunda mitad del siglo IV (Castillo 1939, p.254 - 255). El mismo Castillo reconoce que la figura humanarepresentada en el mosaico de Tossa presenta una ejecución demenor calidad que la de Tarragona; aunque ello no tiene quecomportar necesariamente diferencias cronológicas, creemosque la extensión del tema (sin ir más lejos, podemos citar elejemplo de los dípticos consulares) durante el siglo V haceposible que este mosaico pudiera datarse en dicho siglo,aunque no hay datos que nos permitan optar por una u otracronología.

3 - Mosaico C:

Una. bañera de la vi 1 la urbana que parece corresponder ala fase tardorromana, tenía una serie de hornacinas queestaban decoradas con mosaicos geométricos, según C-*? ti lio,quien no indica el color de los mismos (Castillo 1979, lâm.V, n. 2). Según el dr. Melé, primer excavador de le« v • 1 1 a_,estaban decorados "con dibujos geométricos de di t f entescolores, que también se ven en la bañera que debía et-tar todaella revestida de mosaico", según recoge Castillo (1C?J9, p.256). Aunque no se haya conservado dicho mosaico, se trí*.td deuna noticia digna de tenerse en cuenta, que confirma lasuntuosidad de la pars urbana de la vil la en épocatardorromana.

Sigi1 lata "lúeente" o brillante

4 - Parte de la pared, incluyendo la carena y el fondo, de uncuenco de la forma Lamboglia i/3; presenta decoración aruedecilla en la pared exterior. Pasta de color avellana;engobe de color naranja - rojizo, brillante (Batista - López- Zuchitello 1980, lám. III, n. 2).

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5 - Base de copa, probablemente de la forma Lamb. 1/3 o la2/37 (Batista - López - Zuchitello 1980, lám. III, n. 5).

6 - Base de copa, que podría corresponder a la formaLamboglia 28, como proponen sus publicadores. Pasta de coloravellana, blanda, porosa; engobe de color naranja - rojizobrillante, con manchas oscuras (Batista - López - Zuchitello1980, lám. Ill, n. 1).

Siqi 1 lata africana C.

7 - Perfil completo de un plato de la forma Hayes 50, quizásel tipo 5O A — Lamb. 40 bis, aunque la pared parece sercurva línea, 3o que podría convenir mejor a la forma Hayes 50,n. 55, que sin embargo tiene un diámetro menor que el que seatribuye a esta pieza (Batista - López - Zuchitello 1980,lám. II, n. 5).

8 - Fragmento de la forma Hayes 44 (Javier Nieto,comunicación personal).

Siga 1 lata africana D

9 - Fragmento de borde y parte de la pared. Forma Hayes 58.

10 - Fragmento de borde de un plato de la forma Hayes 59; alno conservarse el cuerpo, no es posible definir el tipo(Batista - López - Zuchitello I960, lám. III, n. 3).

J i - Fragmento de la forma Hayes 61 A (Javier Nieto,comunicación personal).

12 - Borde. Forma Hayes 67.

13 - Mortero de la forma Hayes 91 B. Se trata de un mortero,dado que tiene pequeñas piedras en el fondo interno, en lugarde 3a típica decoración de ruedecilla. Expuesto en el Museode Tossa.

14 - Fragmento de borde y parte de la pared. Forma Hayes 99.

15 - Fragmento de borde y pared de cuenco, que puedeatribuirse, aunqe sin seguridad, a la forma Hayes 94.

16 — Base de plato de forma indeterminada. Decoraciónestampada de círculos repetidos del tipo Hayes 24 - Atlante8, del estilo A II (350 - 380 circa) (Batista - LópezZuchitello J980, lám. III, n. 4; no se dibuja la sección dela pieza).

Cerámica "Handmade Ware" Ç7)

17 - Fragmento de olla de cerámica grosera, con un asahorizontal tipo mamelón. Pasta muy basta, de color rojizo en

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E? 1 interior v gris en <nl exterior; abundante desgrasante decuarzo. Diámetro del borde: 13 cms. (Batista - LópezZuchitello 1980, ] ám. IV, n. 7). Podría corresponder a ladenominada por Fulford y Peacocl- "Handmade Ware", de la cualse conocen algunos ejemplos en Hispània (Alicante, Tarragona,Empúries y Barcelona, por ejemplo), y de Ja cual ignoramos eneste caso su procedencia geográfica, aunque puede postularseuna dai ación (til menos post quern ) del siglo V d. de J.C.

Además, se ha hallado cerámica africana de cocina(Batista — López - Zuchitello 1980, lám. III, n. 5), aunqueposiblemente sea de cronología al toamperial; en todo caso, nose puede postular su datación tardía sin contar con datosestrata gráficos. Castillo dice también que se halló cerámica"estampillada de baja época y visigótica" (1939, p. 258), conlo que probablemente se refire a la sigillata gris estampada,aunque también podía tratarse de sigillata africana Destampada; esta breve descripción no aclara el problema.

Ánfora

Mauritana:

18 - Pivote de la forma heay I B (heay 1984 B, vol. II,referencia en p. 632).

Oriental :

19 - Fragmento de cuerpo de un ánfora de la forma keay LXV(Keay 1984 B, vol. II, referencia en p. 661).

Monedas

20 - Moneda de Constantino. Anverso: cabeza laureada delemperador a la derecha; leyenda: Constantinus P. F. Auq,.Reverso: dos soldados sosteniendo sendas lanzas, queflanquean un trofeo; leyenda; Piona romanorum. En el exergo:SMNA, de la ceca de Nicomedia. (Batista - López - Zuchitello1980, p. 15 y lám. V, n. 4). No se indican peso nidimensiones; se da, equivocadamente, la referencia de lalámina VI, n. 1, que es otra moneda constantinana que nopresenta el mismo exergo.

1:1 - Moneda de Constantino. Anverso: busto diademado delemperador a la derecha; leyenda: Constantinus Max Auq....Reverso: dos soldados sosteniendo lanzas, que flanquean untrofeo; leyenda, Gloria exercítus (Batista - López -Zuchitello 1980, p. 15 y lám. VI, n. 5). No se dan peso nidiámetro; se cita equivocadamente como de la lámina VI, n.2).

22 - Moneda de Crispo. Anverso: busto laureado de Crispo a laderecha; leyenda: Fl. luí. Crispus Nob. Caes.. Reverso:Crispo de pie a la derecha, sosteniendo un globo con la manoizquierda y un globo con la derecha; leyenda: Principi

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I u ven tu 1 3 s (Batasta - López - Zttchitello 1980, p. 15 y lám.VI, n. 6). No se dan peso na diámetro. Equivocadamente secita como una (inexistente) lamina VI, n. 3.

Be hallaron en este Jugar, asimismo, dos monedas de losemperadores Galieno y Probo (Batista - López - Zuchitello, p.15; lám. V, n. I'.; p. 16; lám. V], n. 7). Castillo (1939, p.258) hace referencia al hallazgo de monedas al toimperiales, ya otras de» Galieno, Constantino I, Elena y Licinio, entreotros .

Estudio

]a ausencia de datos estratigráf icos y la pocacantidad de materiales arqueológicos exhumados, los elementosbásicos con que debemos contar para el estudio de esta villason las estructuras arquitectónicas, y en relación íntima conellas, los mosaicos. Seguiremos básicamente los datosexpuestos por Alberto del Castillo, pues son prácticamente,junto con 3a observación directa de las ruinas, los únicosdatos utilizables para el estudio del yacimiento,principalmente en lo que afecta a ]a vi 1 la urbana .

A. del Castillo consideraba que la villa pasó por dosfases constructivas:

1 - Fase al toimperial . En la vi 1 la urbana, está formada poruna serie de habitaciones, algunas de ellas provistas de unhipocausto, existiendo también una piscina. En laconstrucción de estas habitaciones tiene un papel importanteel ladrillo, según Castillo. Este autor data esta fase en lossiglos I y II.

Se ha relacionado con esta primera fase un grandeposito de líquidos, situado en la vil la rustica ; estápavimentado con opus siqninum y presenta revoques de mediacaña en las zonas de contacto con las paredes (Batista -López - Zuchitello 1980, p. 6).

2 - La segunda fase esta representada por una serie dehab.1 taciones superpuestas a las anteriores, con nuevapavimentación; en unos casos tenían suelos de mortero y enotros pavimento musivo. Según Castillo, queda claro que en elmomento de acometer las reformas de la segunda fase seinutilizaron las estructuras correspondientes a la primera,puesto que bajo los pavimentos de tres habitaciones de dichasegunda fase se hallaron los hipocaustos de la anterior;éstos estaban separados de los pavimentos citados por dosestratos, en uno de los cuales se hallaron fragmentos demosaico y ladrillos que deberían corresponder a dichohipocausto (Castillo 1939, p. 240). Por tanto, está claro queel hipocausto no estaba en contacto con las estructuras dela segunda fase, sino que estaba ya amortizado. Castillosupone que esta reconstrucción se debe a una hipotéticadestrucción por parte de los bárbaros, en el siglo III,

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aunque no indica l£is rabones que IP llevan a formular estahipótesis (Castillo 193e?, p. 252). Data esta fase en el sigloIV, por los mosaicos que forman parte de la misma.

Una de las habitaciones la vil la urbana estabapavimentada con un suelo de mortero; al levantarse este sedescubrió una piscina, perteneciente a la fase anterior. Latierra que rellenaba la piscina contenía restos de salazón"en cantidad realmente sorprendente", según Castillo (1939,p. 240 - 241). Asimismo, el patio de la casa estabadelimitado, en esta segunda fase, por muros de piedra ymortero, mientras que el de la casa antigua estaba construidoa base de ladrillo.

Fin una habitación contigua se pudo documentar unabañera de piedra, que tiene una dimensión aproximada de 2 ;; 1m. Tenia, según observa Castillo, una ranura que quizá serviapara encajar una tapa de madera; en el fondo de la bañerahabia un hoyo, que Castillo cree que debió servir paralimpiar la bañera con mas comodidad, pues ésta no tienedesague. Las tres paredes correspondientes a dicha bañeracontenían sendas hornaci-nas, que estaban ornamentadas conmosaico; de hecho, parece ser que toda la bañera estabarevestida con este tipo de decoración, como se ha dicho masarriba.

En un momento dado, la zona ocupada por el depósito dela villa rustica a que nos hemos referido anteriormente fueconvertida en un torcularium, instalándose en ella una prensaC de la que se ha documentado la base con encajes; Castillo1939, p. 244) y dividéndose dicho espacio en diferentesdepartamentos, con la finalidad de servir como almacén deproductos agrícolas. Se han hallado también dos fragmentosmás de base de prensa (Eiatista - López - Zuchitello 1980, p.6). No sabemos si esta remodelación guarda o no relación conla fase representada por los pavimentos de mosaicos en lapars urbana. aunque es posible que las investigacionesactualmente en curso proporcionen datos estratigráficos quepermitan su fechación.

Una de las habitaciones de la vil la urbana conpavimento de mortero que, según Castillo, pertenece a estafase presentaba una serie de agujeros en el suelo que, ajuicio de este investigador, podrían haber servido paracontener ánforas (Castillo 1939, p. 253). De ello se deduceque dichos agujeros serían de pequeño tamaño y que noservirían, por ejemplo, para contener dolla; por otro lado»no queda claro si forman parte del mismo momento constructivoque el pavimento o si son posteriores al mismo, ni tampoco loestá su funcionalidad. En todo caso, llama la atención supresencia en la villa urbana, dado que existía una parsrustica, que por otro lado no sabemos si seguía o no en usoen la fase tardía, aunque parece que sí, porque tambiénpresenta una evolución estructural, como se ha dichoanteriormente.

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Cas-ti 1 lo plantea 3a posa bi lidad de la existencia de unatercera fase, representada por una habitación pavimentada conmortero que se descubra O en la valla ur baña. Data esta fase,de un modo aproximado, en el siglo VI. Píen es cierto que elmismo Castillo no se refiere con mucho convencimiento a estaposibilidad, ya que esta 3a sugiere por 3a razón de que, dadoque algunos pavimentos de mortero cubren otros anteriores demosaico (rosa que afar nía en base a los fragmentos musa voshallados en el relleno que cubría los hipocaustos), y que hayun mosaico que es evidentemente tardorromano, en el caso deque todos los mosaicos fuesen contemporáneos, los pavimentosde mortero que los cubren habrían de ser, por ello,posteriores al siglo IV. Por otro lado, el mismo Castilloadmite la posibilidad de que no todos los mosaicos seancontemporáneos, pudiendo por ello los de mortero sercontemporáneos del mosaico tardorromano. Por ello, laexistencia de una tercera fase constructiva no pareceaceptable, aunque no se puede descartar la existencia deremociones parciales del edificio.

En cuanto a la pars rustica, además de lasanteriormente citadas, se han hallado otras estructurasarquitectónicas, de interpretación más problemática. En el3 laño situado enfrente de la vi1 la se ha localizado un murode grandes dimensiones, que se pierde bajo las fincasvecinas. Presenta dos fases constructivas, dado que estáformado por dos muros acoplados, uno de los cuales se adosóal más antiguo. El primero de ellos está construido conargamasa y piedra poco resistente; el mas moderno, situado enla zona interior (suponemos que eso significa que es interioren relación a la vil la), de unos 4O cms. de ancho, estáconstruido con piedras graníticas de color verdoso y rosado,y presenta cuatro contrafuertes que quizá sostuvieron unagran nave cubierta (Batista - López - Zuchitello 19&O, p. 6).La sola presencia de contrafuertes no creemos que autorice aformular tal suposición, puesto que pudieron tener lafinalidad de reforzar los muros ante las posibles presionesdel terreno.

Ln un período posterior (que sus prospectores creen quepodría situase entorno a los siglos III y IV) fueren alocadosa este muro exterior otros, descritos como de meno- c a l i d a d ,que se supone deberían destinarse a cuadras. Superti r i^Imentepresentan una capa de argamasa alisada, indicativa de que elresto del alzado estaba construido con la técnica del tapial.No se dispone de datos para fechar estas distintas fasesevolutivas; esperamos que las investigaciones en cursoproporcionen datos estratigráficos que lo permitan.

En la zona de la vi1 la rustica se han documentado tresinhumaciones paralelas delimitadas por piedras, que susexcavadores consideran arrancadas de los muros de la vi 1 la, ylas datan en época altomedieval (Batista - López - Zuchitello1980, p. 7).

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Es de destaxcar ]a observación que hace Castillo (quienindica que, según su opinion, los materiales hallados son muypobres y fragmentarios, en relación a la suntuosidad de lavilla.) sobre el hallazgo de restos de moluscos, como los delcíénero murex:, t r a t on, venus y pectén de gran tamaño, así comouna cantidad considerable de restos de salazón en el rellenode la piscina (Castillo 193^, p. 258).

En cuanto al final de 3a vida de la villa. Castilloasegura que este se debe a un incendio. Dice textualmente:"]as muestras del derrumbamiento de la edificación lastenemos en los restos de la techumbre y las paredes que sehallan en la excavación, abogando por el fuego como causa deello las cenizas que en la misma se observan. La villa, pues,presenta todas las características de haber sido destruidapor un incendio" (Castillo 1939, p. 261 - 262). No es unaobservación muy clara, pero debe hacer referencia a algobastante evidente como para haberle conducido a formularla.Como supone una ocupación en época visigoda, dado que sehalló "cerámica sigillata de época más tardía, conestampilla", cree que dicha destrucción debe atribuirse a lainvasión musulmana. Dado que esta cerámica "visigoda" debeser realmente tardorromana, no existen datos que permitanasegurar la ocupación del lugar en época visigoda y menos aúnatribuir su destrucción a la invasión musulmana.

Por otro lado, Castillo añade más adelante: "delabandono y saqueo de la vil la nos habla la escasez de objetoshallados en ella y de su destrucción el estado fragmentarioen que se encuentran" (Castillo 1939, p. 262). Es obvio queen los estratos de destrucción el material arqueológico esabundante y, además, bastante entero, dado que quedóenterrado "in situ". Por ello, creemos que no puede afirmarseni negarse la destrucción de que habla Castillo, pues losdatos que usa para ello no son nada explícitos, o, cuandomenos, no han sido suficientemente detallados.

Castillo cree que la economía de la vil la estaríabasada en el olivo, existiendo también industria desalazones, dada la considerable cantidad de restos deconservas hallados en la villa (Castillo 1939, p. 265).

Conclusiones

Las excavaciones de la mayor parte de esta villa son,como hemos visto, bastante antiguas, y la documentación quetenemos de ellas es muy fragmentaria, desde el punto de vistadel registro arqueológico; en lo que se refiere a lasexcavaciones actuales, si bien se han publicado avances yresúmenes, todavía no ha visto la luz una monografíaexhaustiva sobre las mismas. Sin embargo, tanto a partir delos restos actualmente visibles como de los datos publicados,podemos hacernos una idea de cómo era la villa en épocatardorromana.

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Es evidente que en un momento ciado, se produce unaremodelación de la pars urbana ; a juzgar por la cronologíabajoimperial de los mosaicos que pavimentan estashabitaciones, parece lógico llegar a la conclusión de queesta remodelación es contemporánea de los mismos y, portanto, de cronología tardorromana. El estudio del mosaico enel que aparece representado el dominus de la villa lleva adatar dicho mosaico (y, probablemente, toda la remodelaicónestructural citada) a finales del siglo IV o a lo largo delsiglo V d. de J.C. Sorprende documentar una edificación quesegún todos los indicios fue lujosa (incluyendo lapavimentación con mosaicos) en unas fechas que no nosproporcionan ningún paralelo similar en esta área geográfica,puesto que no conocemos otras construcciones lujosas nipavimentos de mosaicos en las vi 1lae después de mediados delsiglo IV d. de J.C.

Ello supone una clara continuidad del modus vivendiromano en unas fechas que, como hemos dicho, pueden llevarsea finales de la cuarta centuria o bien ya al siglo V. Lasuntuosidad que supone la existencia de estos mosaicos, asícomo la decoración de la bañera que formaba parte de la villaurbana, implica al mismo tiempo una cierta potencia económicapor parte del dominus de la vi 1 la. Se han detectado algunasremodelaciones estructurales en la zona de la pars rustica,entre ellas el establecimiento de una prensa (no sabemos side vino o de aceite); es probable que esta remodelacionessean ya de época avanzada, y lógicamente teorizable quecoincidan cronológicamente con las detectadas en la parsurbana, pero realmente no conocemos por ahora elementosarqueológicos que permitan su datación.

En la base económica de la vil la debieron tener unpapel principal los productos proporcionados por el"hinterland" de la vi 1 la (con una probable elaboración delvino o el aceite, o de ambos a la vez), pero debemos tenertambién en cuenta la existencia de gran cantidad de restos demoluscos en los estratos relacionados con la edificación delas estructuras arquitectónicas bajoimperiales de 1t« parsurbana ; no es ello indicio suficiente como para suponer laexistencia de una producción de salazones en la v o. 1 .1 r< (comohace Castillo), pero es bastante probable y, en todo caso,indica la riqueza piscícola de la zona y el aprovechamientoque de la misma se hacía en la villa.

No es posible saber si todas las remodelacionesestructurales que se aprecian tanto en la pars rustica comoen la urbana son o no contemporáneas entre sí; asimismo,desconocemos las causas precisas y la fecha del abandono dela vil la. Como hemos dicho anteriormente, es posible quefuese destruida por un incendio, como propone Castillo,aunque ello no nos parece definitivamente probado. Nadasabemos sobre la fecha precisa de este abandono, fuesencuales fueren sus causas; su posible relación con la invasión

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musulmana (según la suposición cíe Castillo) no puedemantenerse por falta de datos, y podría ser tanto anteriorcorno posterior a esta ocupación. Otra posible explicaciónpodría buscarse en la posible incidencia de una hipotéticarevuelta de Dos nobles hispanorromanos contra e] poder deLeovigildo, que acaso provoco el abandono de la factoría desalazón de la Ciutadella de Roses (Molla .1984 ) , aunque estaexplicación no es menos hipotética que la que atribuye ladestrucción de- 3a vi) la a 3a invasión sarracena.

Bibliografía

Car til J o .1939, passim. Ba]il 19fo5 B, figs. 3 y 4. Borges.1979, p. 2<M> (ron bibliografía anterior). Batista - López -Zuchitello J.980, passim (con bibliografía anterior). Nolla -Casas 3984, p. l'OB - 209 (con la bibliografía anterior.).

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S - PLA DE L'ESTANV (i).

f.. 3 - BANYOLES

5.1.1 - El Mirador

Características

Junto al lago de Banyoles se excavó una tumba detegulas, que tenía como ajuar una jarra de panza globularestriada i. hoy conservada en el Museu de Banyoles) y unacazuela. Nolia y Casas la datan en época tardorromana,basándose en ]a presencia de la mencionada jarrita.

Conclusiones

A falta de alcjún dibujo o de haber podido ver lamencionada jarrita, parece? probable la cronología avanzadaque Noli a y Casas proponen para la misma, pues en el AltoImperio no son frecuentes los recipientes con estascaracterísticas. Podría datarse, de forma amplia, a partirdel siglo III. Nolla y Casas creen que, por su proximidad,el habitat al cual correspondería esta tumba podía ser elyacimiento romano de Lió.

Bibliografía

Nolla - Casas 1984, p. 161.

5.1.2 - Zona de Banyoles

Características

Desconocidas. Se trata de hallazgos casuales efectuadosen las cercanías de Banyoles; no sabemos si corresponen a uno0 más yacimientos.

Materiales

Monedas

1 - Bronce de Diocleciano, de la ceca MD (Mediolanum) (Mateu1953, p. 94 - 95, según referencia de J. Butiñá en 1952).

2 - Tremíssis visigodo de Recaredo, de la ceca de Emerj ta. Enel anverso, Recaredus re..; en el reverso. Emérita Víctor.Solo se sabe que fue hallado en Banyoles en 1935, y visto porMateu Llopis en 1947 (Mateu 1947 - 48, p. 81; Miles 1952, p.226, n. 93 g 1; Barrai 1976, p. 178, n. 57).

3 a 5 - Tres tremisses visigodos, hallados en la zona deBanyoles, "recogidos hace muchos años", según Mateu (1951, p.

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233) , cuya descripción seguirnos. Estaban en poder de J.Butiñá. Correspondían A Hermenegildo (en el reverso: Regí aPeo y.i.tct ) , Sisebuto (en el reverso. Por tue a 3 e P i u, y un bustode frente) y W«mba (en el reverso, Emérita Pi u s y una crunsobre gradas) respectivamente.

Conclusiones

E-"l ínteres de? estos hallazgos estriba en corroborar elpoblamiento de la zona de Banyoles en el Bajo Imperio y en elsiglo VI], aunque» estas monedas na puedan atribuirse a ningúnyacimiento en concreto (ni tan sólo puede asegurarse queprocedan de] mismo yacimiento). Por otro lado, estas noticiascontribuyen a documentar la dispersión de las cecas deEmprn i ¿i > Portara le (seguramente Oporto) en época visigoda.

hat eu (1947 - 4B, p. 81), al citar una de las monedasgodas, hace una referencia a los grafitos existentes en SantaMaría de Turers, donde aparecen nombres qodos (Ugobertus,Radu]fus, Rudoricus, etc.).

Biblloqrafía

Mateu 1947 - 48 p. 81, n. 300. Mateu 1951 p. 233, n. 408.Miles 1952, p. 2OO; p. 226, n. 93 g 1; p. 271, n. 208 b; n.395, 4. Mateu 1953 p. 94-95, n. ¿35. Barrai 1976, p. 177,178, 182 y 189, n. 52, 57, 84 y 125.

5.2 - CAMÓS

5.2.1 - Vilauba

Características

l™a vi 1 la romana de Vilauba (2) se encuentra en unapequeña elevación del valle de Pujarnol, a unos 2 l·ms. al surdel lago de Banyoles (3). Al sur del yacimiento hay unpequeño torrente.

Fue descubierta en 1932, al abrirse la actual carreteraque comunica Banyoles con Pujarnol, aunque ya en el siglopasado, P. Alsius había advertido la existencia de muros eneste lugar. En 1978 se llevó a cabo la primera campaña deexcavaciones en este lugar, que han continuado hasta laactualidad. Es interesante, a nivel metodológico, señalar queestas excavaciones repesentan la introducción en España delsistema de registro arqueológico basado en el denominado"matrix Harris".

El emplazamiento de esta villa. además de haber sidoobjeto de excavación arqueológica, ha sido tambiénampliamente prospectado, tanto en lo que se refiere alreconocimiento superficial como a un sondeo de resistividad,que ha permitido restituir parcialmente la planta de la vil la.

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(4). Según estos ensayos, esta y3 3 la constaba de varias alasorientadas alrededor de un patio central. En lo que serefiere al trabajo de excavación, las habitaciones de lavi 13.a que se han estudaado hasta el momento correspondenprincipalmente a 3a pars rust3 ca de la misma, habiéndoseempezado en los últimos años a trabajar en la pars urbana.

Acerca de las excavaciones de Vilauba se han publicadoalgunos avances (Jones e_t a .3 31 1982; Roure - l· eay 1983 - 84).La primera campana de excavaciones, efectuada en 1978, fueprontamente publicada (Molla - Tarrús 1979; Molla - Tarrus -Chincha]]a 1980 - 84), aunque los resultados de la misma noaportan prácticamente datos sobre la fase bâjoimperial de lavilia. Las excavaciones de las campanas comprendidas entrelos arios 1979 y 1985 han sido publicadas recientemente (Roureet aliï 1988), y es esta memoria la que contiene los datosmás abundantes sobre las fases tardorromanas de Vilauba. Lasexcavaciones continúan en la actualidad, y de ellas se hadado a conocer algún dato concreto, referente sobre todo alhallazgo del larario de la vil la (Castanyer - Roure -Tremoleda 1988 - 89; Tremoleda - Castanyer - Roure 1989).Asimismo, es de reciente -publicación una monografia sobre lascerámicas halladas en el estrato de destrucción de tíñalesdel siglo III (Castanyer - Tremoleda - Roure 1990).

La consulta de los estudios citados puede comportaralgunos problemas, pues la delimitación de las distintasfases constructivas varia según los mismos, aunque elproblema es principalmente de denominación, no de fondo. Eneste sentido, es necesario advertir que las fases II B y IIIde Jones et aliï (1982) corresponden, respectivamente, a lasfases III y IV de la memoria de 1988 (Roure et aliï),mientras que las fases IV y V constituyen un desdoblamientode la fase V de la memoria de 1988. Esta última es la queestá más al día en todas estas cuestiones, y constituye elestudio más fiable por el rigor de su planteamiento. Porello, nos remitiremos principalmente a los resultadosreflejados en la citada memoria.

La denominada fase III (fase 11 B en Jones pt al 111982) consiste en una continuidad en la ocupación delanterior edificio (del que se mantiene la estructura básica)que es ampliado y parcialmente remodelado, mientras que secontruyen nuevas habitaciones destinadas a la viviendo en laparte Sur del área excavada. Por lo que respecta a le parsrustica, se abandona una zona industrial de la fase anterior(posiblemente relacionada con la producción de aceite),aunque en esta fase se constata la existencia de un horno decerámica. En general, detecta una clara superposición querefleja una continuidad de las habitaciones de la faseanterior, mientras que algunas son de nueva planta (Roure etaliï 1988, p. 37 - 43, figs. 17 a 22).

El final de esta fase III fue debido a una destrucciónviolenta, como queda demostrado por los diversos estratos de

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derrumbe, asá cromo de adobes, madera quemada y cenizas (Roureet al il 1988, p. 39 - 40, fig. 18, con representación de laplanta de los diversos derrumbes). En este momento se?abandonan las estructuras documentadas en el denominado CampBaix (excavación de 1978), que no volverán a ser ocupadasposteriormente (Nolia - Tarrus 1979; Nolla - Tarrús -Chine ha] 3a .1980 - 84; Roure - \f e?ay 1983 -84, p. 17). Estadestrucción, que afectó a todo el edificio, fue rápida ydebida a un incendio, sin que ni tan sólo sus habitantestuviesen tiempo do recoger sus enseres, habiéndose localizadoincluso todos ]os elementos del larario de Ja vil la caídos insitu. (Castanyer - Roure - Tremoleda 1988 -89, p. 66 - 70;Tremol eût* - Castanyer - Roure 1989, especialmente p. 54).

En los estratos de terraplenado de las fases II / IIIse ha hallado sigi31ata africana C (forma Hayes 48) entreotros materiales más antiguos, junto con algunos fragmentosinformes de sigillata africana D. Los estratos de la fase IIIpropiamente dicha presentan, como materiales más modernos,sicii31ata africana D (forma Hayes 58 A, bastante abundante),ánfora Africana II D y un antoniniano de Claudio II (Roure etall i 1988, p. 60 y 63), si bien se ha indicado que todos losfragmentos de 3a citada forma de la sigillata africana D sehallaron en lugares que hacen difícil su asociación clara con3a fase 311 de la vil la (Castanyer - Tremoleda - Roure 1990,p. 167), aunque no se especifica por qué. En una habitaciónidentificada como la cocina de la vilia se halló un tesorillomonetario cuya moneda más tardía corresponde a Galieno y sedata haría 268 d. de J.C. (Tremoleda — Castanyer - Roure1989, p. 57).

La cronología de la fase III se había situadoinicialmente en la primera mitad del siglo IV d. de J.C.,debido a la presencia de la forma Hayes 58 de la c.acullataafricana D en los estratos de dicha fase (Roure et a l i ï 1988,p. 63) , aunque recientemente, como hemos dicho, se he« puestoen duda su asociación a la fase III, por lo que se i HTM* ladestrucción de la vil la hacia el año 280 d. de J.C.. * no enla primera mitad del siglo IV (Castanyer - Tremol t-ti,. - f Dure1990, p. 167 - 168). De todos modos, la Hayes 59 • - ' • másantigua de 3a producción de la sigillata africana !. queparece ser que empieza a fabricarse a finales del t i . i i l l ,en un momento aún indeterminado.

Por el hecho de que la Hayes 58 sea la únice «..».».-. (yen cierta cantidad) presente en los estratos de la -»c-^t III(aun teniendo en cuenta las reservas formuladas recae" tmr.pntesobre esta atribución), junto con la abundancia de EÍC..»! lataafricana A y la presencia de C (forma Hayes 50) (5) v monedasde Salieno y Claudio II, parece legítimo suponer que i e> fechade la destrucción de la fase III deba fijarse en el ultimocuarto del siglo III, como ha sido propuesto recientemente(Tremoleda - Castanyer - Roure 1989, p. 57; CastanyerTremoleda - Roure 1990, p. 168). Sin embargo, hay que teneren cuenta que los años de la tetrarquía y los primeros de

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Constantino se distinguen, en 3a nona Este de laTarraconense, por una rarefacción del numerara o y por el usode las monedas del siglo J II, por 3o que el argumentonumismático debe tomarse con precaución. La destrucción nota ene, a nuestro entender, por qué datarse en tiempos deClaudio II, pudiendo fecharse* en la época de cualquiera desus inmediatos sucesores o incluso en tiempos de laTetrarquia.

Es posible que la fase 3 1 1 de la vi1 la tuviese unaduración de muy pocos años, por haberse hallado algunosfragmentos informes (y por lo tanto, desgraciadamente, pococaracterísticos) de sigillata africana D en los estratos deterr<r>p3 enamiento previos a la tase. Esperemos que futurascampañas de excavación aclaren el problema de la datacioninicial de esta III fase, que por ahora no vemos muy clara.

La fase IV (Roure et a1ii 1988, p. 43 - 47, figs. 23 -25) representa una total reestructuración en la planta de lavi 3 la (hasta el punto de que más que de reestructuraciónpodríamos hablar de edificación de nueva planta), así como uncrecimiento de la misma, edificándose en este momento áreasque en la fase anterior estaban libres de estructuras, comolas del área Norte de la nona excavada, donde se situabananteriormente un horno y un pozo. Asimismo, esta fasecomporta una elevación general del terreno y la construcción,por 3o tanto, de nuevos pavimentos de opus siqninum.Desconocemos, por el momento, si hubo o no un hiatuscronológico entre la destrucción de la fase III y laedificación de la IV, tema que sería muy ineresante precisaren relación a la cronología del yacimiento (Castanyer - Roure- Tremoleda 1988 - 89, p. 70).

Se supone que esta fase IV consistía básicamente, en loque se refiere a la nona excavada de la villa, en estructurasde finalidad agrícola, excepto en las dos áreas abiertas(situadas al SW. y NW. respectivamente), una de las cuales(la situada al SW.) podía haber sido utilizada"esporádicamente" como necrópolis, como se deduce delhallazgo de una inhumación en tégulas, que fue destruidaparcialmente al construirse los muros de la fase V (Roure etalii 1988, p. 45 - 46). Se desconoce, por el momento, laparte residencial de la vil la correspondiente a esta faseconstructiva.

Se ha sugerido que algunos agujeros practicados en unade las habitaciones sirviesen para emplazar algunosrecipientes, quizás de aceite; asimismo, la abundancia defragmentos de dolía en los estratos de abandono de esta faseha hecho pensar en la existencia durante la misma de algúnalmacén de do1ia en una de las habitaciones. Durante estafase se construyó en el área central de la zona excavada undepósito de líquidos que presentaba, en el ángulo SE., unadepresión semicircular en su fondo, para la decantación delíquidos; asimismo, en la zona Norte se documentaron dos

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pequeñas cisternas, que probablemente formaban parte de unconjunto de cuatro. Ante estas evidencias, se ha sugerido quetoda Icx parte excavada publicada en la memoria de 1988correspondería a una nona de finalidad agrícola, que se haintentado poner en relación con el cultivo del aceite (Roureet aliï 1̂ 88, p. 47), lo cual es sugestivo, pero no eremosque en tal caso podamos decantarnos claramente por laproducción de aceite, puesto que no debe olvidarse el vinocomo posible candidato.

El momento fina] de la fase IV está bien evidenciado enalgunas zon<=is concretas gracias a algunos terraplenamientosde] a nica o de ]a fase V, en los cuales aparecen fragmentos depavimentos de opus signinum que fueron arrojados como partedel relleno (Roure e¿ al11 1988, p. 43).

En el replanado intermedio considerado como fase III /IV se localizaron, como materiales datables, tan sólo algunosfragmentos informes de sigillata africana D y un posiblefragmento de Late Roman C (cuya existencia es dudosa porhaberse extraviado). En la fase IV propiamente dicha se hahallado sigillata africana D, con las formas Hayes 58 A yprobablemente B, y la que creemos que debe identificarse comola forma Hayes 87 A, mejor que 61 A, como se ha publicado(Roure et aliï 1988, p. 69 y 70, fig. 42, n. 4). Asimismo, sehalló un fragmento de ánfora tardorromana de la Tarraconense,y otros de ánforas Africana II A y II C (éstas probablementeresiduales), l· eay XXV y Dresse 1 23 - Is eay XIII, junto concerámica "lucen te" y otras más antiguas, además de un fol lis_datable entre 337 y 341 d. de J.C. Por ello, se ha situado lacronología final de la fase IV en la primera mitt.ri del sigloV d. de J.C. (Roure et aliï 1988, p. 63, 69 y 73). Si seconfirmase la identificación con la forma Hayes 87 A tal vezpodríamos bajar ecta cronología a mediados del siglo V, comomínimo (6) .

La fase V es la más claramente» definida, dado qup PS laúltima de la vil la (Roure et aliï 1988, p. 47 - 54, -rías. 26- 27). Mientras que prácticamente no se produjeronvariaciones estructurales en la zona Norte, se proc.t'Cj'' ¿1abandono del sector Sur de la zona excavada (en relfC'At c. lamemoria de 1988), quedando en uso en el mismo sol^ « t u i iedificio de planta rectangular, en donde se ernpl.-.v "rtorcularium, que se ha sugerido tuviese un p e- -rt-^teinmediato en la fase ¿\nierior (Roure et aliï 1988, p. 47),aunque no se han localizado restos del mismo. « f*stetorcu3 ¿\r ( um se asocia una cisterna, provista de unaconcavidad rircular para la decantación de líquidos; de laprensa propiamente dicha quedan los agujeros donde SPasentaban los arbores de la maquina (7). Los excavadores dela y a 13a afirman (O ones et aliï 1982, p. 275 y 277; Roure pt.alli 1988, p. 54) que la prensa de Vilauba era de aceite,aunque no argumentan los motivos que les llevan a ello; porotro lado, suponen que la producción debería serexcedentaria, y se destinaría eventualmente a un mercado

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exierior, dnda la pocs entidad que presentar) las estructurasde la y3 3,1a .

Lin el replanado antermedao dp las fases- J V / V sr pudodocumentar sigillata africana D (forma Hayes 99) y ánforanorteafracana (forma \r t-ay L.X1I, y Africana II D, esta sinduda residual). En el nivel V propiamente dicho, el materialmás moderno que se ha ha] Jado es sugallata afracana D (formaHayes 99) y ánfora de- tipología imprecisa, pero con unparalelo clarn en Roses, asocaado probablemente a lanecrópolas posterior al abandono de la vil 1a de Roses (o, entodo caso, a los estratos superiores de ésta) que sabemos que•fue- abandonada a mediados del sicilo VI como mínimo (formaHayes 104 B V decoración estampada del estilo E II ensigillata africana D; Molla 1984). Se ha considerado,teniendo en cuenta los materiales más modernos y los halladosen la precedente tase IV, que la V puede datarse en laprimera matad del siglo VI (Roure et aliï 1988, p. 75 y 79;véase también Jones et, alia 1982, p. 270 - 271), pudiendoquizás llegar a fanales del mismo si tenemos en cuenta lacronología que parece desprenderse del ánfora citada con unparalelo en Roses.

Los niveles de abandono final de la valla son muyevidentes, principalmente en las áreas Sur y Oeste; se pudoconstatar la caída de muros y tejados, señalándose que entrelos mismos se hallaron numerosos fragmentos de dolla (Rourep_t allí 1988, p. 49 y 52; planta general del abandono en p.50, fig. 29).

El material más moderno de la fase de abandono de lavilla lo constituye la sigillata africana D, con dosfragmentos que se han interpretado, no sin dudas, comocorrespondientes a las formas Hayes 104 y 105 (Roure et aliï1988, p. 80 y 81, fig. 49, n. i y 2), a partir de los cualesSP ta ene en cuenta una datación muy tardía. Sin embargo, nosparecen más bien atribuïbles a la forma Hayes 87 A, propia dela segunda mitad del siglo V e inicios del VI, con lo cual suvalor cronológico para datar el final de la vil la es mínimo,al tener las fases anteriores esta misma cronología. Encuanto a las Ánforas, se han documentado, entre las formasmás modernas, las Lili, LVII y LXIII de la tipología de Keay,lp que tampoco aclara mucho. Sin embargo, se ha consideradoun fragmento de recipiente de cerámica común (Roure et al 111988, p. 80 y 84, fig. 52, n. 3; Jones et aliï 1982, p. 273,fig. 16, C), que se considera de cronología visigoda y se harelacionado con alguna pieza relativa a la necrópolis delsiglo VII (o la segunda mitad del VI) de la Ciutadella deRoses, lo cual nos daría una cronología más cercana a la quedebió ser la real del momento de abandono.

Dado que la villa romana de Vilauba es un yacimientoafortunado en el sentido de que ha sa do estudiadoexhaustivamente, contamos con datos acerca de los restosvegetales y animadles documentados en las excavaciones, así

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romo im estudio osteológico sobre el cadáver hallado en latumba de tégulas detectada en la fase ÎV (Roure et aliï. 1988,p . 93 - 99 ) '.

En las fases II y III los restos vegetales másabundantemente constatados son de trigo, apareciendo de unmodo circunstancial viña y nogal. En las Tases IV y V hace suaparición le cebada, que se pone en relación con el forrajepara la cría de caballos. Se han hallado abundantes semillasde lino en un estraito de la fase V, que se cree que procedende un depósito destruido, lo que explicaría ]a concentraciónde las citadas semillas (Green, en Roure et aliï 1988, p.93 - 94).

En ]Q que respecta a los restos de fauna, en la faseIII predominan las especies domesticas estabuladas,principalmente los bóvidos. En la fase IV siguen predominandolos bóvidos (31,19 7. del total), ovicápridos (19,23 %), cerdoy jabalí (47,43 "/. ) , además de algún équido, lagomorfos yperro; en esta fase IV se documentan por primera vez restosque evidencian actividad cazadora. En la fase V siguenencontrándose bóvidos (29,42 Y.), y ovicápridos (30,11 "/.),detectándose un fuerte aumento de los équidos (14,O2 %), loque se ha explicado por la introducción de la cría decaballo, puesto que muchos huesos corresponden a caballosjóvenes. Restos de cérvidos y lagomorfos atestiguan laactividad cazadora; se han hallado también restos de perros ygatos. Las aves están presentes en poca cantidad, hallándosehuesos de pollo, paloma, perdiz, pato y quizá oca (hing, enRoure et aliï 1988, p. 95 - 96).

El enterramiento en tumba de tégulas correspondiente ala fase IV contenía el esqueleto de un hombre adulto de entre20 y 30 años de edad, que tenía un desarrollo mediano y, agrandes rasgos, una estatura menor que la media de losinhumados en la necrópolis de Tarragona; presentabahipertrofia en algunas inserciones musculares, una dentaduramuy desgastada y tuvo algunos problemas infecciosos (Vives,en Roure et aliï 1988, p. 97 - 99).

La última estructura documentada, y aún a nivelhipotético, constituye una cabana de madera, de plantarectangular, que se ha documentado gracias a los agujeros deposte que se practicaron en los pavimentos anteriores; esevidente que se trata de una cabana sin relación estructuralcon la vi lia romana, ya en proceso de abandono (Roure et al 11.1988, p. 52, fig. 31).

Posteriormente, consumado el proceso de ruina de lavi1 la, se procedió, en época indeterminada, a efectuar unterrapl enarniento del terreno con la finalidad de aprovecharel lugar con finalidades agrícolas (Roure et aliï 1988, p.54) .

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Materiales

Citamos seguidamente* solo aquellos materiales de losque se ha podido identificar la forma, dibujados en su mayorpare en la memoria de J 988 (Roure e_t_ al 11 ) .

Sigallata "lucente"

Aunque sin cuantificar, existe una referencia a lapresencia (al parecer, poco abundante) de sigillata "lucente"en los estratos de la lase IV de la villa ; asa mismo, se hapublicado un fragmento informe (de atribución poco clara)hallado en los estratos de abandono de la vil la (Roure etaliï 1988, p. 69; p. 81, fig. 49, n. 3).

Siqi1 lata africana Ç

1 - Forma Hayes 44; referencia inconcreta (Jones et aliï1982, p. 272).

2 y "I- - Dos fragmentos de borde. Forma Hayes 48 (Roure etaliï 1988, p. 59, fig. 34, n. 13 y p. 87, fig. 54, n. 4; faseII / III y nivel general posterior a la villa,respectivamente).

4 - Fragmento de borde. Forma Hayes 50 (Jones et aliï 1982,p. 272; Roure et aliï 1988, p. 61, fig. 35, n. 1; Tase III).

5 - base, con decoración interior de ruedecilla. FormaLamboglia 42 - Hayes 45 A (Roure et ai 11 1988, p. 81, fig.49, n. 6; de la fase de abandono de la vil la).

Siqi 1 lata africana D_

6 a 11 - Seis fragmentos de borde. Forma Hayes 58 (Jones etalu 1982, p. 267 y 272; Roure .--J aliï 1988, p. 61, fig. 35,n. 2 a 4, de la fase III; p. "/'J, fig. 42, n. 1 a T. de lafase IV). Es posible que haya más, pero no queda claro en eltexto publicado.

J2 - Borde. Forma Hayes 61 A (Roure et aliï 1988, p. 67. -fig.54, n. 1, del estrato posterior al abandono de la villa).

13 y 14 - Dos fragmentos de borde. Forma Hayes 61 B (Jones etalu 1982, p. 267 y 272; Roure et alu 1988, p. 87, fig. 54,n. 2 - 3 , estrato posterior a'l abandono).

15 a 17 - Tres fragmentos de borde. Forma Hayes 87 A (Molla -Tarrús 1980, p. 23, fig. 3, n. 3 (clasificado como Hayes 103A, creemos que se trata de una 87 A, fundamentalmente por lacarena del interior del borde). Roure et alii 1988, p. 81,fig. 49, n. 1 y 2 (clasificado como Hayes 104, de la fase deabandono de la vi1 la).

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j b - Fragmento de borde. Forma Hayes 87 B (Roure et aliï1988, p. 70, fiq. 42, n. 4, de la fase TV; aunque se haclasificado como Hayes 61 P, creemos que es una 87 B).

19 a 21 - Tres fragmentos de borde. Forma Hayes 99 (Jones etaliï 1982, referencias en p. 271 - 272 a Hayes 99 A; Roure eta]n 1988, p. 74, fig. 45, n. 4 y 5, de la fase IV / V; p.78, fig. 4P, n. 3, de ]a fase V).

22 - Forma Hayes 91 C (Roure e±_ aliï 1938, p. 81, fig. 49, n.4, de la fase de abandono de la villa).

23 - Fragmento de base de'plató de forma indeterminada (Roureet al n Ï988, p. 78, fiq. 48, n. 4; fase V). Decoraciónestampada, consistente en un motivo central fragmentado(quizas una roseta o una hoja de trébol), así como palmetas(probablemente de] tipo Hayes I - Atlante 108), círculosconcéntricos (del tipo Hayes 27 - Atlante il) y rectángulosde ajedrezado (tipo Hayes fo7 - Atlante 29). Es asimilable alestilo A II de Hayes (Roure et, aliï 1988, p. 79).

24 - Fragmento de base de plato de forma indeterminada(quinas Hayes 87 o 88, por el tipo de pie; menosprobablemente, Hayes 104 C). Presenta decoración de"glanztonfilm" (Jones et aliï 1982, p. 273, fig. 16 A).Hallado en las excavaciones del Camp Bai;;.

Sigil lata africana A o D

25 - Borde, cuello y asas de una jarra (Roure et aliï 1988,p. 74, fig. 45, n. 3; fase IV / V). Se distingue por laaltura del cuello y por su característico perfilbitroncocónico carenado en la parte baja del mismo. Aunque seha publicado como sigillata africana A 2, indicando al propiotiempo que se trata de una forma desconocida, con ciertosparalelos en jarritas de las producciones A y C de lo& saglosII y III (Roure et a 1 11 1988, p. 75) el perfil es idéntico alde algunas jarras en cerámica común de época tardorromana,entre ellas las cerámicas pintadas y las o;:idc<cJe»b condecoración incisa que l< eay (1984, p. 370 y 374; p. r~M. -fig.170, n. 3 a 5), considera ánforas, asignándoles el numeroLXXIX B de su tipología. Por ello, nos preguntamos ti nopuede tratarse de algún tipo de forma cerrada en siqillataafricana D, dado que el perfa 1 de la pieza tiene uní» ampliatradición entre otras cerámicas tardías.

Imitación de s3 qi1 lata afrj cana D

26 - Borde y parte del perfil de un plato de cerámica comúnoxidada, evidente imitación de la sigillata africana D (Roureet aliï 1988, p. 88, fig. 55; nivel posterior a la villa). Elreferente, sin descartar la forma Hayes 87 A debido a lo bajode la acanaladura que presenta en su cara interior, creemosque es la forma Hayes 61 B, dado el perfil del borde y la

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profundidad dp la paena (mayor que en la forme Hayes 87 A),lo cual nos hace suponer una cronologia de finales del sigloIV y primera mitad de] V para esta a erutación. No contamos condatos que nos permitan deternunar si se trata de un productolocal o no.

L ate Roman C _(=_ Phocaean Red 81 ip Ware ) ("*)

27 - Posible fragmento de Late Roman C, que no ha podidocomprobarse con seguridad debido a haberse extraviado (Roureet aliï, 1988, p. 63 y 69). Be ha dicho que correspondía a laforma Hayes 3 (Jones et aliï 1982, p. 270 y 272); Nieto(1984, p. 540) hctce referencia también al hallazgo de LateRoman C en este yacimiento. No es, pues, segura la presenciade esta producción en Valauba.

Siqi1 lata gris estampada

2B - Fragmento de base de plato de forma indeterminada.Decoración estampada en el fondo interno, a base de motivosarquiformes del tipo publicado en el Atlante. lám. XII, n. 24y 25 (Nolia - Tarrús 1980, p. 23, fig. 3, n. 5).

29 - Fragmento de pared de recipiente de forma indeterminada.Presenta decoración estampillada en su cara externa,consistente en una palmeta y un motivo semicircular (Roure etalli 1988, p. 87, fig. 54, n. 5; nivel general posterior a lavilla) .

Lucernas

30 - Fragmento de asa y parte del disco. El asa es perforaday el disco presenta una decoración de palmeta. Se laconsidera de procedencia norteafricana (Roure et a]ii 1̂ 88,p. 73) y probablemente corresponde a la forma Hayes I -Atlante V3II (Roure et alai 1988, p. 72, fig. 44, n. 18; dela fase IV).

31 - Fragmento de orla de lucerna. La decoración de- cjlobulosque présenta nos hace suponer que corresponde a 1 .=• tormaDressel 30, una producción au'm mal conocida, que p-ire-rp- serde época tardorromana y de origen por ahora indpt ••-rr inado;sj.n embargo, podría corresponder también a alguna rr c-cmccionaltomperial (Roure et aliï 1988, p. 78, fig. 48, n. i: ; faseV) .

Ánforas (8)

Mauritanas:

32 - Pivote de ánfora mauritana de la forma heay I (Roure etalu 1988, p. 67, fig. 40, n. 4; de la fase III / IV).

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Africanas:

33 — Borde. Farms Africana 11 A "senna gracLxno" - h eay IV(Roure et a111 1988, p. 70, fig. 42, n. 11; de la fase IV).

34 - Borde. Ánfora Africana II A "con gradxno" - I* eay V(Roure et al,ii 1988, p. 07, fig. 54, n. 9; estrato posteriora la vi]la).

35 a 39 - Canco fragmento? de borde. Forma Africana II C -Keay VI (Roure et alii 1988, p. 70, fiq. 42, n. 9 y 10, de lafase IV; p. 81, fig. 49, n. 7, de 3a fase de abandono; p.87, fig. 54, n. 8, de un estrato posterior a la vil la; p.62, fig. 36, n. i, dt? la fase III. Aunque este últimofragmento ha sa do publicado como ánfora Africana II D creemosque debe tratarse mejor de una forma Africana II C - heayVI).

40 y 41 - Dos fragmentos de borde y parte de] cuello desendas ánforas. Forma Africana II D - heay VII (Roure et aliïÍ988, p. 74, fig. 45, n. 6, de la fase IV / V; p. 78, fig.48, n. 8, del estrato V. Keay 1984 B, referència en vol. I,p. 121 y vol. II, p. 638, no ilustrados).

42 y 43 - Dos pivotes. Forma heay XXV (Roure et a1ii 1988, p.71, fig. 43, n. 3, de la fase IV; p. 87, fig. 54, n. 11, deun estrato posterior a la villa).

44 y 45 - Dos pivotes. Forma heay XXVI (Roure et alii 1988,p. 81, fag. 49, n. 9, de la fase de abandono; p. 87, fig.54, n. 1O, de un estrato posterior a la vi1 la).

46 - Borde. Forma Keay XXVII (Roure et aliï 1988, p. 87, fig.54, n. 7; estrato posterior a la vil la).

47 - Forma l< eay LV A ( V eay 1984 B, vol. I, referència en p.289 y 659; no citado en ]a memoria de 1988).

48 - Forma Keay LV B (Keay 1984 B, vol. I, referència en p.290 y 658; no citado en la memoria de 1988).

49 — Borde y cuello de un enfora de la forma Yeay LXII A(Noi la - Tarrús 1980, p. 23, fig. 3, n. 4; Keay 1984 B, vol.II, referència en p. 660).

50 - Borde y parte del cuello. Forma Keay LXII A (Roure etalii 1988, p. 74, fig. 45, n. 7; de la fase IV / V; quinassea la misma pieza que el anterior, pero ello no está claro).

51 - Borde. Forma Keay LXIII (Roure et a1ii 1988, p. 81, fig.49, n. 8, de la fase de abandono; Keay 1984 B, vol. I, p.351, fig. 164, n. 11).

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Orientales:

51 - Asa. Forma \ eay LUI (Roure et. a 1 j i 1988, p. 81, fig.49, n. il; fase de abandono).

57. - Borde, clasificado como "ánfora indeterminada de lossiglos III - IV" (Roure et. aliï 1938, p. 78, fig. 48, n. 7-,de la fase V). A jungar por el perfil del fragmento, creemosque corresponde a una ánfora de la forma Le*te Roman Amphora 2- heay LXV. Ello puede resultar muy interesante para poderprecisar 3a cronología de la fase V, así como para conocer ladistribución de este tipo anforico.

Sud—hispánicas:

54 - Borde, cuello, asas y parte superior del cuerpo. FormaDressel 2.1 - h eay XIII A (Roure et aliï 1988, p. 71, fig. 43,n. 1; de la fase IV).

55 - Forma Dressel 23 - \ eay XIII C (heay 1984 B, referenciaen vol. I, p. 140 y vol. II, p. 643; no citado en la memoriade 1988, )o cual resulta extraño).

56 - Borde y parte del cuello. Forma heay XIX A (Roure etalli 1988, p. 81, fig. 49, n. 10; fase de abandono).

57 y 58 - Dos fragmentos. Uno corresponde al cuello, asas yparte superior del cuerpo, mientras que el otro es un pivote.Forma heay XIX (Roure et a111 1988, p. 81, fig. 49, n. 13, dela fase de abandono; p. 70, fig. 42, n. 12, de la fase IV).

59 - Forma 1« eay XXIII ( l< eay 1984 B, referencia en vol. I, p.172 y vo]. II, p. 646; no citado en la memoria de 1988).

Tarraconenses :

60 — Fragmento de cuello y parte de las asas de un«* ánforatardorromana de la Tarraconense (Roure et alu 1Q88. p. 70,fig. 42, n. 13; de la fase IV). Es similar (aunque no igual)a 3a forma keay LXVIII.

Indeterminadas:«61 - Borde. Paralelizado con una ánfora (aún an»*c':t^) deborde de sección triangular, aún no tipificada, que> <>t asociaa la necrópolis de finales del siglo VI o siglo Vil de Koses,o en todo caso, a los estratos superiores de dicht vi1 la(Roure et aliï 1988, p. 78, fig. 48, n. 6; de la fase V).

62 - Pivote de anforilla de tipología indeterminada (Roure etaliï 1988, p. 81, fig. 49, n. 12s fase de abandono).

Cerámica común

Aunque en las fases tardorromanas de la vilia se han

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hallado algunos pocos fragmentos de cerámica común africana(9), no nos atrevemos a considerarlas contemporáneas de lasfases, puesto que podrían ser materiales residuales.

Existe una interesante muestra de cerámicas comunes delaF> fases tardías de la v a l l a (publicados en Roure et aliï1988), a las que no nos referiremos aquí por tratarse deproductos insuficientemente tipificados, y desconocertotalmente su posible secuencia comercial v de producción.Abundan especialmente las ollas, estando presentes tambiénlos morteros; además de las cerámicas oxidadas aparecentambién ejemplares en cocción reductora, de acabado bastantebasto. Señalaremos seguidamente algunos casos destacados:

63 - Olla de fondo plano y borde exvasado (Nolla - Tarrús1980, p. 23, fig. 3, n. 2).

64 — Cazuela con vertedor (Nolla — Tarrús 1980, p. 23, fig.3, n. i; Roure et a1ii 1988, p. 84, fig. 52, n. 3, de la fasecíe abandono). Presenta una pequeña decoración de estampillacon un motivo en forma de aspa, repetido por debajo delborde. Se* ha considerado que es de época visigoda, habidacuenta de que en Roses se ha hallado alguna pieza similarrelacionada con la necrópolis de finales del siglo VI o VII(Jones et aliï 1982, p. 273, fig. 16, C; Roure et aliï 1988,p. 80).

Monedas

Los hallazgos numismáticos son, en lo que se refiere alos tardorromanos (sin considerar como tales las monedas deBalieno y Claudio II halladas en este yacimiento),prácticamente inexistentes. Tan sólo pueden citarse dosfol lis datables respectivamente entre los años 337 - 341 y341 - 346 d. de J.C. que se hallaban formando parte de lasfases IV y V (Roure et aliï 1988, p. 69 y 79).

Hal 1azqos metalicos

Son escasos y poco significativos, y en varios casospresentan el problema de su posible residualidad (10). Degran interés son las estautillas del larario de la villa(Tremoleda - Castanyer - Roure 1989, p. 59 - 62), destruidoen el incendio que acabó con la fase III de la villa. quecorresponden, sin embargo, al período altoimperial. De todosmodos, existe un objeto al que, por su interés, haremos unaalusión e;,'presa.

6^> - Pasarriendas de bronce, en forma de rueda calada.Mientras que en una ocasión se nos dice que fue hallado en elterraplenado de la fase IV (Jones et al11 1982, p. 273 y lám.XXXVII b; se refieren a la fase III, es decir, la fase IVsegún Roure et aliï. 1988), en otra se le incluye en el lotegeneral de estratos posteriores a la villa (Roure et aliï1988, p. 86 y 90, fig. 57, n. 21).

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Objetos de hueso

Se han heil lado algunos punzones dp hueso (11) en esteyacimiento.

Conclusiones

En este caso, el hecho de que desde hace algunos añosse vengan realizando campañas extensivas de excavación conuna metodología de trabajo rigurosa, permite estudiar conrelativa precisión las fases tardorromanas de la vi lia, tantoen su aspecto arquitectónico como cronológico y económico.

Es interesante ]a constatación de la destrucción porincendio de la vil la en el último cuarto del siglo III d. deO.G., que sin duda fue lo bastante rápida como para que nopudiesen retirarse las imágenes del larario de la vil la.Sobre las causas y la datación concreta de esta destrucciónno podemos pronunciarnos.

La fase posterior de la vi 1 la siguió, muyprobablemente, a un "hiatus" entre la destrucción antescitada y la nueva edificación, que tenía una estructuratotalmente diferente; ello hace muy probable la hipótesis,planteada por los excavadores del yacimiento, de un cambio depropiedad para la vi 1 la durante estos años. No podemos datar,pese a las excavaciones efectuadas, el momento deconstrucción de esta fase del asentamiento, pero laposibilidad de atribuir un fragmento cerámico correspondientea la denominada fase de habitación a la forma Hayes 87 C noshace pensar que esta fase estaba ya activa durante la segundamitad del siglo V d. de J.C., si bien en tal caso esta fechapodría corresponder quizás al final de la fase.

Los restos conservados de depósitos de líquidospermiten afirmar que la parte excavada de la villa estabadedicada, durante esta fase, a la actividad aqro.cola,probablemente de un modo prioritario al culto de-1 aceite(como proponen sus excavadores), aunque no podemos üe<=.Lc«rtarque se tratase de vino; por otro lado, no podemos tcít't-r 5,1 lavi 1 la se dedicaba básicamente al monocultivo o si te'.ar* unaactividad agrícola más diversificada.

La fase posterior a ésta comportó el abandono de unaparte de las estructuras anteriores, y la remodelación deotras, además de la instalación de un torcularium, queprobablemente estaba dedicado a la producción de aceite, comoproponen los excavadores del yacimiento. Dado que en relacióntanto a la fase anterior como a ésta se han halladoejemplares de la forma Hayes 99 de la sigillata africana D, yque dicha fase anterior parece estar en actividad a mediadosdel siglo V (si la identificación del fragmento antes citadocon la forma Hayes 87 B es correcta) son la causa de que nopodamos datar con seguridad la época en que se llevaron a

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rabo Jas remode 3 alciones de esta última fase, aunque es muyprobable que estas deban llevarse ya a un momentoindeterminado del siglo VI d. de J.C.

A pesar de los intentos de relacionar algún fragmentode cerámica común con producciones que sp suponen de épocavisigoda, no podemos datar tampoco con seguridad el momentode abandono del yacamaenio (lento y pacífico, corno sedemuestra por el hundimiento por ruina de techos y muros),aunque por todo lo que hemos dicho anteriormente se hacedifícil que este abandono se produzca antes de un momentoavanzado del siglo VI, siendo posiblemente posterior.

Además del estudio -de los materiales cerámicos, cabedestacar el análisis de los restos faunísticos ypalinologicos, lo que tiene gran interés al poderse analizaren relación a contextos estratigráficos datados, aunque seade un modo aproximado. En este sentido, es de destacar que enla fase IV se evidencian por primera vez restos óseosprocedentes de actividad cazadora, y en la V existe un fuerteaumento de los équidos; por otro lado, la abundante presenciade especies estabuladas entra perfectamente dentro de lo quecabía esperar. En el aspecto palinológico, es interesante elpredominio del trigo, y la importancia de la cebada a partirde Ja fase IV, Jo que se ha relacionado con el forraje paralos cabal los.

Los datos a que nos acabamos de referir prueban unaumento importante de la presencia del caballo durante lasfases tardorromanas de la vil la (especialmente la última), enlas cuales una de las actividades de la misma debía ser lacría de équidos. Sin embargo, ello no justifica a nuestroentender la hipótesis que se ha propuesto (Roure et aliA1988, p. 103 - 1O4) en el sentido de que esta presencia deindicios dp la cría de caballos y de un arnés de una bridaconstituyen un síntoma de la germanización del país con lallegada de los visigodos. Es bien sabida la importancia de lacría de caballos en el Bajo Imperio (Arce 1982, p. 113117), por lo que no vemos pruebas de que esta actividad seaen absoluto un indicio de germanización.

Por otro lado, a pesar de la actividad agrícola delasentamiento en la Antigüedad Tardía, no dejaron de llegarproductos de importación (que podemos conocer a través de lascerámicas), aunque bien es verdad que en menor cantidad queen las áreas costeras. Por ello, si bien no se puede atribuiral asentamiento un aislamiento absoluto, tampoco podemosconsiderarlo tan abierto como Jos costeros, en los que losmateriales cerámicos de importación son mucho más abundantes(confrontar el caso de Roses).

En resumen, se trata de un asentamiento dedicadodurante la Antigüedad Tardía al cultivo del aceite y la críade caballo (además de otras posibles actividades), que estáactivo, desde la fundación (en un momento indeterminado del

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Impera o) de la fase sigua en te a la destrucción de lava ] la anterior, durante el re?sto de la Antigüedad Tardía, yf\l cual llegan, aunque en poca cantidad, objetos importadosde origen mediterráneo.

Bibliografía

Nal la - Tarrús i979 y 1980. No 11 a - larrús - Chinchilla 1980- 84. Roure - heay 1983 -84. Noi la - Casas 1984, p. 163 -169. 1-eay 1984 B, vol. 1, p. J 21, .140, 172, 289, 290, 351,638, 643, 646, 658, 660. Castanyer - Roure - Tremoleda 1988.Roure pt_ a3 g j 1988. Tremoleda - Castanyer - Roure 1989. AAVV.1990, p. 75 y 231. Castanyer - T remoleda - Roure 1990.

5.3 - PORQUERES

5.3.1 - Mas Castell

Características

En este lugar existe un yacimiento aberorromano, endonde se han sucedido varias campañas de excavación a partirdp 1963, y que últimamente ha resultado muy dañado a causa dealgunas obras incontroladas por parte de los propietarios delterreno.

En el lado Oeste de la carretera y detrás del actualMas Castell se descubrió un templo de planta rectangular,con un ábside orientado a levante que externamente tieneforma poligonal. F:'arece poder datarse, dada la tipología desu planta, a partir de la segunda mitad del siglo VI (Palol1967, p. 37, nota 22), aunque existe la posibilidad de que selevante sobre un edificio anterior, qua zas también un templo.A su alrededor se extendía una necrópolis con enterramientosen tégulas y ánforas, cuya tipología desconocemos.

Conclusiones

Se trata, evidentemente, de una iglesia rural con sunecrópolis, que corresponde a un núcleo habitado queprobablemente constituye la continuación del asentamientoibérico y romano hallado en las inmediaciones. A pesar de lasreferencias al hallazgo de enterramientos en ánforas, no esposible datarlos, por desconocer la tipología concreta deestas ánforas, si bien la fecha de la iglesia puede situarsea partir de la segunda mitad del siglo VI, como hemos visto.

Bibliografía

Domènech 1979, p. 869bibliografía anterior).

879. Nolla - Casas 1984, p. 194 (con

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5.3.2 - Lugar indeterminado (posiblemente el mismo HasCastell)

Características

Desconocidas. En el caso de tratarse del Mas Castell,véase el apartado correspondiente.

Materiales

Moneda

i - Pequeño bronce de Constantino II, según Mateu, cuyadescripción seguimos. Anverso: busto a la derecha, con laleyenda Fl(avius) Iu(lius) Constantinus Nob(ilissimo)C(aesari). Reverso: G3 oria exercítus; en el exergo, RET(según Mateu, de una noticia de 0. Butina de 1966).

Conclusiones

No pueden enunciarse al desconocerse la naturaleza delhallazgo. De todos modos, esta moneda probablemente procededel yacimiento de Mas Castell.

Biblloqrafla

Mateu 1967, p. 21, p. 61, n. 1228.

5.4 - SERINYÀ

5.4.1 - Cova del Reclau Viver

Características

Esta cueva constituye un importante yacimiento delPaleolítico, que presenta algunos indicios de ocupación ofrecuentación en época tardorromana; concretamente, se hahallado buena parte de un cuenco de sigil lata estampadaanaranjada. En la entrada de la cueva se halló, segúnCorominas, una posible sepultura de tégulas, junto consigillata (que no se detalla).

Materiales

Sigil lata anaranj ada estampada

1 - Buena parte de un cuenco (falta la zona de la base).Formalmente, creemos que puede adscribirse a la forma Rigoír6, aunque no presenta la acanaladura en el borde típica deesta forma, por lo que quizás quepa considerarla como unavariante. Decoración estampada en las paredes exteriores,consistente en motivos arquiformes y otros lineales(Tremoleda - Roure - Castanyer 1986 - 87, p. 131, fig. 7, n.

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.13) .

Conclusiones

No es segura, como es sabido, la cronologíatardorromana de una tumba de tegulas, a menos que lo indiqueclaramente el contexto; sin embargo, el hallazgo de cerámicade esta época así hace suponerlo, por lo que este yacimientopue?de incluirse en el grupo de Jas cuevas que son ocupadas ofrecuentadas durante la Antigüedad Tardía, al igual que la nolejana Cova 120, en la Garrotxa.

Bibliografía

Corominas 194t, p.icita del trabajoCastanyer 198fo - 87.

, r~\ f-, M t-)r-\

deNo]la - Casas 1984, p. 196

Corominas). Tremoleda - Roure -

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