EUROPA 1945-1990

Mercedes Cabrera, Santos Juliá,Pablo Martín Aceña (comps.)

Giuseppe MammarellaFlorentino Portero

Alan MilwardFrancisco CornínMercedes Cabrera

Santos JuliáManuel Azcárate

Luis ArranzVera Zamagni

Pablo Martín AceñaJuan Velarde

Ludolfo ParamioAlec Nave

Carmen ClaudínAlexander Tsipko

Angel Rojo

EDITORIAL

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Primera edición, noviembre de 1992

© Editorial Pablo IglesiasMonte Esquinza, 30. 28010 Madrid

ISBN: 84-85691-68-7Depósito legal: M. 37.007-1992

Diseño e ilustración de la cubierta: Pedro Arjona

Fotocomposición: EFCA, S. A.Avda. Doctor Federico Rubio y Galí, 16. 28039 Madrid

Impreso en Closas-Orcoyen, S. L. Polígono IgarsaParacuellos de ]arama (Madrid)

ÍNDICE

PRESENTACIÓN VII

1. EUROPA Y EL NUEVO ORDEN INTERNACIO-NAL, GIUSEPPE MAMMARELLA.............................................. 1

COMENTARIO, FLORENTINO PORTERO 15

2. LA RECONSTRUCCIÓN ECONÓMICA DE EURO-PA OCCIDENTAL, ALAN MILWARD................................. 19

COMENTARIO, FRANCISCO COMÍN.................................. 37

3. DEMOCRACIA Y SISTEMA DE PARTIDOS. LA RE-CONSTRUCCIÓN POLÍTICA DE EUROPA OCCI-DENT AL, MERCEDES CABRERA........................................... 43

COMENTARIO, SANTOS JULIÁ .. ~...................................... 67

4. LAS DEMOCRACIAS POPULARES, MANUEL AZCÁRATE 71COMENTARIO, LUIS ARRANZ 93

5. EL DESARROLLO ECONÓMICO DE LA EUROPAPOSBÉLICA. ¿UN MILAGRO IRREPETIBLE?, VERAZAMAGNI 103

COMENTARIO, PABLO MARTÍN ACEÑA............................. 123

6. ESTADO DE BIENESTAR Y SOCIEDAD OPULEN-TA, JUAN VELARDE FUERTES 127COMENTARIO, LUDOLFO PARAMIO 147

VI

7. ¿TIENE FUTURO EL SOCIALISMO EN OCCIDEN-TE?, ALEC NOVE .

COMENTARIO, CARMEN CLAUDÍN .

8. LA CRISIS DEL COMUNISMO Y EL DESTINO HIS-TÓRICO DE RUSIA, ALEXANDER TSIPKO .

COMENTARIO, LUIS ÁNGEL ROJO .

Índice

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PRESENTACIÓN

Este libro recoge las ponencias y comentarios presentados en el Se-minario Europa 1945-1990 celebrado en la Fundación Pablo Iglesiasentre octubre y diciembre de 1991. El seminario quiso ser la conti-nuación del que tuvo lugar el primer trimestre de 1990 y cuyas actasfueron publicadas bajo el título Europa en crisis (1919-1939) 1. Nue-vamente pretendíamos reunir en Madrid a los mejores especialistas,españoles y extranjeros, para que nos ofrecieran los resultados desus trabajos y presentar así los temas centrales de la evolución eu-ropea desde el final de la segunda guerra mundial hasta nuestros días.

Si aquel primer seminario y sus correspondientes actas tuvierondesde el principio un título descriptivo -Europa en crisis-, en elcual se resumía el complejo y crítico período de entreguerras, estenuevo seminario se limitó a señalar, simplemente fechándola, la eta-pa objeto de las diversas intervenciones, sin que los organizadoresde la reunión pensáramos título alguno para ella. Éramos conscien-tes, en los momentos en que definíamos temas y participantes, deestar asistiendo al final de una etapa histórica en la vida europea: laque se abrió con el fin de la segunda guerra mundial, y que parecíacerrarse con el hundimiento de la Unión Soviética y del comunismoen la Europa del Este, por un lado, y, por otro, con la culminacióndel proceso de integración europea iniciado con los Tratados deRoma de 1957.

Podíamos, pues, haber hecho un esfuerzo de imaginación y haberencontrado un buen título para el nuevo seminario. Sin embargo,éramos igualmente conscientes de las incertidumbres que planeabansobre ambos procesos; podíamos estar seguros del final de una etapahistórica, pero mucho menos de lo que con ello se iniciaba. Losmeses transcurridos desde que tuvieron lugar las sesiones del semi-nario, tanto en la ex Unión Soviética y en diversos países del Este,

I Mercedes Cabrera, Santos Juliá, Pablo Martín Aceña (comps.), Europa en crisis(1919-1939), Madrid, Pablo Iglesias, 1991.

VlllEuropa 1945-1990

como en el proceso de integración occidental, han venido a demos-trarlo. Esta mezcla de convicción e incertidumbre tenía que impreg-nar también, necesariamente, la mayor parte de las contribuciones alseminario. Muy pocos participantes, por no decir ninguno, pudieronsustraerse a la tentación de proyectar sus opiniones hacia el futuro,desde sus respectivos temas.

Europa inició en 1945 un largo período de estabilidad que pusofin a la profunda crisis que arrastraba desde, al menos, 1914. Esaestabilidad, sin embargo, fue posible gracias a la progresiva conso-lidación de una política de bloques que dividió a Europa en dos yla situó bajo la tutela de las dos grandes potencias: EE UU y laUnión Soviética. Los sueños de una Europa federal -de unos Es-tados Unidos de Europa- como tercera fuerza entre ambas, se des-vanecieron rápidamente. No fue consecuencia de un nuevo ordeninternacional impuesto desde el otro lado del Atlántico, sino de lavoluntad de preservar un orden político plural y democrático.

Los primeros años de la posguerra siguen constituyendo un temaabierto al debate, mal conocido durante muchos años por haberquedado sepultado, salvo para los especialistas en la materia, bajorecubrimientos ideológicos distorsionadores de la realidad. Aún hoy,muchos se negarían a aceptar las palabras/que pronunció en las Na-ciones Unidas el socialista belga Paul Henri Spaak, en 1948, en res-puesta al ataque frontal del soviético Vichinsky contra los Estadosoccidentales firmantes del Tratado de Bruselas y contra EE UU, acu-sándalos de preparar una nueva guerra. La teoría de los «dos mun-dos» apadrinada por la Unión Soviética, en la que ésta se reservabala defensa de la paz, frente a la amenaza bélica supuestamente pro-tagonizada por Occidente, tuvo una asombrosa capacidad de encubri-miento.

Los distintos países de Europa occidental -salvo excepcionescomo la española- se reconstruían políticamente bajo el paradigmade la democracia, con la decisiva contribución de nuevas y viejasfuerzas políticas que abandonaban la «guerra de ideas» reinantedurante todo el período de entreguerras, y disfrutaban de un cre-cimiento económico sin precedentes que permitía poner en pie elEstado del bienestar. Por muy decisivo que pudiera ser el Plan Mar-shall, las bases de la reconstrucción ya estaban puestas y era mani-fiesta la voluntad de las distintas fuerzas políticas, incluidas lasorganizaciones obreras comunistas, de dirimir sus reivindicacionesdentro del sistema. Mientras tanto, la Europa del Este pasaba de la

Presentación IX

experiencia de las democracias populares al socialismo real. Bajo elférreo proceso de sovietización y el control de la Unión Soviética,aquellas que fueron nuevas naciones después de la primera guerramundial, y que constituyeron uno de los elementos de mayor ines-tabilidad en el período de entreguerras, congelaron sus problemashistóricos durante décadas, contribuyendo así, aunque fuera negati-vamente por ausencia, a la larga paz europea de la segunda mitaddel siglo.

Mediada la década de los setenta, las bases de la prolongada es-tabilidad comenzaron a debilitarse. Los nuevos movimientos socialesy la nueva conflictividad manifestada ya a finales de los sesenta -tan-to en algunos países occidentales como en el Este-, la crisis eco-nómica internacional y el proceso abierto al Estado «providencia»introdujeron las primeras incertidumbres. Pero fue la década de losochenta, con el progresivo deterioro de la situación en la UniónSoviética, el anuncio de la perestroika y la explosión de la glásnost,la que vio precipitarse el final de toda una etapa histórica. La caídadel muro de Berlín y la unificación de Alemania fueron sólo uno delos espectaculares y significativos acontecimientos, no ya del fin delos bloques, sino de los presupuestos sobre los que se había basadola estabilidad europea, y, más aún, de viejas utopías ideológicas yradicales modelos alternativos de organización social.

Europa tiene que acostumbrarse a vivir sin muletas ajenas; elsueño de los federalistas de los años cuarenta se ha convertido, enun contexto internacional muy diferente, en un verdadero desafíopara los europeos de los años noventa. El viejo continente despren-dido de sus tutelas muestra con toda crudeza, por un lado, la difí-cil herencia de cuatro décadas de socialismo real que está desenca-denando en el Este, además de situaciones económicas y sociales depenosa solución, anacrónicas explosiones de violencia y conflictonacionalistas. Y, por otro lado, la integración pragmática y fun-cional, meramente económica, puesta en pie sobre los planes de JeanMonnet para resolver el viejo contencioso entre Francia y Alemaniay propiciar la unión de la Europa occidental, está alcanzando ladesembocadura política que él mismo adivinó como final lógico delproceso. Este desenlace se está produciendo en una Europa másamplia que la que firmó los Tratados de Roma, y a cuya puertallaman otros países y grandes contingentes de población no europea,atraídos por el crecimiento y el bienestar.

En el seminario quisimos buscar explicaciones a muchos de los

x Europa 1945-1990

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fenóm.enos. ~nunciados. No pretendí~mos agotarlos, sino posib~litar ""11

una discusión, que, en muchas ocasiones, tuvo como referencia la i \factualidad. Algunos ponentes, cuando vean este libro impreso, sen-tirán no haber dicho lo que, en realidad, no podían' decir porque larealidad del momento ha vuelto a sorprendemos. En cualquier caso,estamos convencidos de haber conseguido mostrar un cualificadocúmulo de reflexiones sobre las bases que rigieron la estabilidadeurop~a de los últimos dec~~ios e, incluso, de haber dejado las puer- 111:,1tas abiertas para una reflexión sobre el presente. , .í