efectos ecologicos del cultivo piña en cuenca media del rio general terraba costa rica

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EFECTOS ECOLGICOS DEL CULTIVO DE LA PIA EN LA CUENCA MEDIA DEL RIO GENERAL-TERRABA DE COSTA RICAInforme Tcnico No.4 Elaborado por SEDER para The Nature Conservancy(TNC/AMISTAD/SEDER_EfectosPia047)

2006

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Agradecimientos Los autores quieren agradecer a la empresa PINDECO, especialmente al Ing. Jos Joaqun Rodrguez, por su colaboracin en este trabajo. A Maarten Kappelle, Estuardo Secaira, Andrea Njera y Luis Cordn por sus valiosos comentarios durante las reuniones de trabajo. Al Instituto Costarricense de Electricidad, en la figura de Marco Tapia, por su colaboracin y facilitacin de los datos. Este informe de investigacin se realiz gracias al financiamiento de Rodney Johnson / Katharine Ordway Endowment (RJKose) y el apoyo de USAID, a travs del Proyecto Parques en Peligro (PiP).

Acerca de esta publicacin Las denominaciones empleadas en este documento y la forma en que aparecen presentados los datos no implican de parte de los miembros de TNC y sus socios juicio alguno sobre la condicin jurdica de pases, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitacin de sus fronteras o lmites. Este documento ha sido posible gracias al apoyo de la Oficina de Desarrollo Regional Sostenible, Divisin de Amrica Latina y el Caribe, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y de The Nature Conservancy, conforme a las condiciones de la Donacin No. EDGA-00-01-00023-00. Las opiniones aqu expresadas pertenecen al autor (o autores) y no reflejan, necesariamente, las de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y The Nature Conservancy.

Revisin y Edicin Tcnica: Javier Bonatti Carlos Borge Bernal Herrera Pa Paaby

Cita del documento Bonatti, J., C. Borge, B. Herrera, P. Paaby. 2005. Efectos ecolgicos del cultivo de la pia en la cuenca media del Ro General-Trraba de Costa Rica. Informe Tcnico No. 4. Elaborado por SEDER para TNC. San Jos, Costa Rica. 254 pp.

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1. PRESENTACIN

2. CARACTERIZACIN SOCIOECONMICA DE BUENOS AIRES

3. CARACTERIZACIN BIOFSICA DE BUENOS AIRES

4. CARACTERIZACIN DEL CULTIVO DE LA PIA

5. ANLISIS DE EFECTOS SOCIALES Y BIOLGICOS DEL CULTIVO DE LA PIA 6. NUEVAS ESTRATGIAS DE CONSERVACIN EN CONTEXTOS DE MONOCULTIVOS INDUSTRIALES

7. BIBLIOGRAFA COMENTADA

8. BIBLIOGRAFA GENERAL DE LA CUENCA DEL TRRABA3

1. PRESENTACINEste informe final est integrado por una serie de documentos elaborados durante la realizacin del Estudio sobre los Efectos Ecolgicos del Cultivo de la Pia en la Cuenca Media del Ro General-Trraba. Dicho estudio ha tenido como finalidad explorar nuevas estrategias de conservacin de la biodiversidad en sitios en que existen sistemas intensivos de plantacin agrcola. Para ello se plantea el siguiente objetivo general: Estudiar los efectos biofsicos y sociales del cultivo de la pia en los ltimos 25 aos en el Valle del Dikes, Cuenca Media del Ro General-Trraba. Ntese que hemos dicho efectos y no impactos. En los sectores no especializados en el tema hay una importante confusin al respecto. El efecto es el resultado de una accin y el impacto es la medida del efecto por la tasa de cambio entre la situacin con el proyecto la situacin sin proyecto. Por ejemplo: en un proyecto hidroelctrico una accin tpica es la construccin y llenado de un embalse con agua, un efecto intermedio es la inundacin de tierras con bosques y un efecto terminal es la prdida de biodiversidad. El impacto es la medida de este efecto terminal conociendo la situacin cuantitativa y cualitativa de la biodiversidad del sitio de embalse y la cuenca en que est, en relacin comparada a la estimacin de prdida o ganancia de biodiversidad que defina el experto. Para identificar los efectos y determinar impactos el criterio principal es el del experto con base en su experiencia en la materia, en la experiencia conocida de situaciones parecidas, en la informacin y en literatura disponible sobre el tema y objeto de estudio y en algunas casos muy especiales levantando informacin primaria. El alcance del presente estudio llega hasta la identificacin de los efectos y una propuesta sobre nuevas estrategias de conservacin de la biodiversidad en este contexto de plantaciones agrcolas intensivas cercanas a reas Silvestres Protegidas y otros paisajes a conservar. En el ciclo de proyectos, un estudio de impacto ambiental (EsIA) corresponde a la fase de factibilidad de un proyecto o cuando el proyecto ya est decidido. Cuando un proyecto est en operacin lo que corresponde es una Auditoria Ambiental (muy parecida a la auditoria financiera) que generalmente se hacen para certificar procesos de buen manejo ambiental. Nuestro estudio no es ni lo uno ni lo otro, pero toma metodologa y tcnicas de ambos, as como la experiencia de ms de quince aos en ambos tipos de trabajos por parte de los consultores involucrados (para ms detalle sobre el equipo investigador ver nota al pie, en la ltima pgina de esta presentacin).

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ETAPAS DEL PROYECTO Identificacin de idea

EVALUACIN AMBIENTAL

Estudio de prefactibilidad

Estudio de prefactibilidad ambiental

Estudio de factibilidad

Estudio de factibilidad ambiental

Proyecto Evaluacin de impacto ambiental EJECUCIN Inversin Programas de seguimiento

Desarrollo

y monitoreo ambiental Asesora ambiental

Pleno Desarrollo Monitoreo ambiental Auditoras ambientales Evaluacin ambiental

Evaluacin sobre la marcha y ex post

ex

post

Fuente: Nez, Alfaro y Borge. 1994.

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Para el presente estudio se han definido las dos premisas siguientes: 1. El valle del General o Dikes tiene una antigua ocupacin humana, al momento del contacto con los europeos, all se asentaban varias comunidades indgenas. En la fase colonial y republicana el uso del suelo se caracteriza por una fuerte ocupacin en ganado, caa de azcar, maz, frijoles y arroz. Sus pendientes suaves, suelos frtiles y profundos, excelente precipitacin fluvial y fuentes de agua, vientos regulares (Buenos Aires se llama el cantn) y una muy antigua ruta fluvial (Trraba) y terrestre (Camino de Mulas), han hecho de este valle un espacio agropecuario durante varios siglos consecutivos. 2. El cultivo de la pia por parte de PINDECO es una operacin de desarrollo agrcola de amplia escala por su gran composicin de capital, alto uso de tecnologa, compleja planificacin, intenso uso de mano de obra, extensa ocupacin del suelo, fuerte construccin de infraestructura vial, alto uso de agroqumicos y un uso de agua para riego intenso. Adems se parte de los siguientes supuestos tericos: 1. Las operaciones de desarrollo intensas y extensas como este cultivo de pia que PINDECO realiza en Buenos Aires, se convierten en determinantes de la evolucin del espacio fsico, biolgico y social; tanto que todo el sistema ecolgico regional es afectado positiva y negativamente de forma directa, pasando a convertirse en el eje sobre el que giran los proceso naturales y sociales. 2. Este desarrollo agrcola se concentra en la cuenca media del Trraba entre los 300 y 650 m.s.n.m, entre los ros Convento y Platanares, en un valle al pie de la Cordillera de Talamanca, entre 15 y 20 Km. del Parque Internacional la Amistad- Talamanca y a 30 Km. de los humedales de Trraba-Sierpe. Por tanto, suponemos afecta positiva y negativamente la conectividad ente ambas reas Silvestres Protegidas. Todo el trabajo tiene enfoque de lo general a lo particular. La unidad de anlisis de mayor espectro es toda la cuenca del Ro Grande de Trraba; la de mediano espectro son las cuencas del Ro Volcn y Ceibo; y la de ms pequeo espectro sera el rea entre la desembocadura del Ro Ceibo en el General (250 m.s.n.m) hasta la cota de 700 m.s.n.m en ese mismo Ro Ceibo y propiamente la ciudad de Buenos Aires con una circunferencia de 8 Km. desde el centro. En trminos geogrficos trabajamos en enfoques regional, zonal y areal. El rea sera esta de Buenos Aires centroy all concentramos los esfuerzos ms importantes, desde el punto de vista investigativo, sin abandonar que la reflexin es en el mbito de la cuenca. La investigacin corresponde aproximadamente a la regin de los cantones de Prez Zeledn, Buenos Aires, Coto Brus y Osa. La zona corresponde al cantn de Buenos Aires y el rea al distrito central de Buenos Aires y especficamente a las plantaciones de pia y la ciudad. Algunos ejercicios de observacin fueron 6

realizados en espacios ms reducidos como fincas y lotes. Los tareas realizadas fueron los siguientes: 1. Revisin de la literatura sobre el sistema productivo de la pia, estudios realizados y sobre la cuenca del Ro Grande de Trraba. 2. Caracterizacin biofsica y sociocultural de la cuenca del Ro Grande de Trraba y especficamente del distrito de Buenos Aires y la cuenca del Ro Ceibo. 3. Descripcin completa del proceso productivo de la pia realizado por PINDECO en Buenos Aires. 4. Identificacin y caracterizacin de los efectos ecolgicos (fsicos, biolgicos y sociales) del cultivo de la pia en Buenos Aires. 5. Diseo de un rbol de causas- efectos, una matriz de encadenamiento de efectos y un flujo grama de los efectos de ms relevancia. 6. Reflexin terica entre los efectos ms relevantes y la biodiversidad del rea, la zona y la regin. As mismo, sobre la conectividad entre el Parque Internacional La Amistad- Talamanca y los humedales de Sierpe. Anlisis de resiliencia del sistema ecolgico (respuesta, aguante, y cambios endgenos) 7. Diseo de un conjunto de recomendaciones para mejorar los efectos positivos y corregir los negativos; as como para mejorar la conectividad ecolgica entre las reas Silvestres Protegidas de la cuenca del Ro Grande de Trraba. 8. Discusin sobre nuevas estrategias de conservacin de la naturaleza en el contexto de regiones en que cohabitan grandes desarrollos agrcolas y bosques. La estrategia metodolgica inicial era muy flexible porque se estaba dependiendo de dos escenarios positivos: el primero e idneo era que PINDECO nos dara amplia informacin de lnea base, lo mismo el el Instituto Costarricense de Electricidad y, el segundo escenario, era que no contaramos con ella; que fue ms similar a lo que ocurri. PINDECO nos atendi ya muy avanzado el tiempo y realmente no contaban con datos especficos para temas que nos interesaban como biomonitoreo de aguas y, por su parte el ICE, no tiene estaciones de medicin en las subcuencas de nuestro inters, adems que la data tomada en diferentes puntos del Grande de Trraba se refiere a caudales, siendo los datos de sedimentos extrapolados por medidas especficas sin regularidad temporal La estrategia metodolgica del estudio realizado ha sido la siguiente:

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En

Caracterizacin biofsica y social de la cuenca media del ro Trraba

Descripcin de la operacin del cultivo de pia

Identificacin de Efectos Ecolgicos

Recomendaciones para mejorar la sostenibilidad del sistema y para ampliar la conectividad

primer lugar, la accin que produce el efecto debe conocerse muy bien; es as que la operacin de desarrollo del cultivo de la pia fue descrita lo ms ampliamente posible a partir de literatura, trabajo de campo, visitas y reuniones con funcionarios de alto nivel de PINDECO y con entrevistas a extrabajadores de la Compaa. En la empresa se nos hizo una amplia descripcin insutu de todo el proceso productivo y se nos mostr cada parte de dicho proceso. Logramos detallar la descripcin de la operacin piera basada en excelente informacin de expertos como Jos A. Jimnez Daz en su excelente libro Cultivo de la Pia de la Editorial Tecnolgica. Jimnez ha sido uno de los ms famosos profesionales en el manejo y expansin de este cultivo. Reforzamos con otros textos y con mucho trabajo de observacin de campo para constatar las prcticas referidas en la literatura y por parte de los gerentes de PINDECO, que fueron muy bondadosos en la informacin que nos podan ofrecer. Entendemos que otras informaciones que nos interesaban no estn disponibles. En segundo lugar, las acciones y los efectos se producen sobre un espacio ecolgico (fsico, biolgico y social). Fue necesario tambin describir este espacio, conocerlo y sobre todo saber de su historia anterior a la plantacin de pia y alrededor de la misma, para no imputarle al mismo lo que no le corresponde, aquello de lo que no es responsable. De esta primera fase los hallazgos ms importantes fueron: 1. PINDECO (Del Monte) es dueo de aproximadamente 8.000 hectreas y sus campos de cultivo ocupan 4.530 hectreas en la actualidad. El resto del rea la ocupan bosques de galera, carreteras, lechos de ros y fincas que no tienen en produccin (algunas son reservas forestales). 2. El sistema productivo de PINDECO tiene como salida la Fruta Fresca para exportacin. Es un sistema de circuito cerrado o en autoclave, organizado de 8

modo industrial y en que cada unidad productiva es solo una parte de la cadena o lnea piramidal del proceso productivo. 3. Tienen un sistema de gestin ambiental que adems de administrar cuatro certificaciones, maneja de modo correctivo los efectos directos, intermedios e inmediatos de sus acciones operativas. Por ejemplo los sedimentos son manejados de tal forma que los vuelven a colocar en el campo de cultivo. 4. Generan entre 5 y 6 mil empleos directos e indirectos; poblacin trabajadora que se concentra en la Ciudad de Buenos Aires, que dobl la poblacin en 25 aos de actividad de PINDECO. Esta urbe no ha sido planificada, por lo que el NO ORDEN es la caracterstica que la distingue. NO existe manejo de las aguas pluviales, negras y grises de la ciudad. 5. El agua de consumo humano, de riego, de esparcimiento y de uso industrial se toma de las cuencas de los ros Volcn y Ceibo, ambas nacen en la Cordillera de Talamanca, principalmente en el Territorio Indgena Cabcar de Ujarrs. 6. Los distritos de Buenos Aires, Volcn y Santa Mara de Brunca (hace poco formaba parte de Volcn) han sido ganaderos por antonomasia desde tiempos coloniales (hatos de la Orden Franciscana). La ganadera aprovechaba el pasto primitivo que haba en las sabanas de Buenos Aires. Muchos de los actuales bloques de pia se sembraron en potreros y por tanto el cambio de uso principal fue de pastos a pia. 7. Los grandes bloques de bosque del Cantn Buenos Aires subsisten en la Cordillera de Talamanca, en dos secciones en el pacfico del Parque Internacional La Amistad Talamanca y en los Territorios Indgenas de Ujarrs, Salitre y Cabagra. 8. A pesar que el cultivo de la pia ocupa poca rea en relacin al tamao del cantn y de la cuenca del Trraba, se ha convertido en un sistema dominante de monoeconoma en el centro de la misma cuenca. La actividad econmica relevante de Buenos aires es la pia, el resto estn en seria crisis estructural. 9. El cantn de Buenos Aires tiene uno de los ms bajos ndices de desarrollo social del pas. El rezago es crtico y la situacin solo aparenta mejora en la ciudad del mismo nombre. 10. El sistema ecolgico del cantn y del distrito de Buenos Aires ya mostraba, antes de 1980 un importantsimo uso del suelo en pastos, deforestacin acelerada de 1950 a 1980, fragmentacin de hbitats y grandes extensiones en sabanas, y un paisaje menos diverso biolgicamente. Los bosques riparios o de galera siguen siendo las unidades de ms continuidad en el tiempo. Ya conociendo este contexto, se realiz la identificacin y caracterizacin de los efectos sociales y biolgicos, concluyendo finalmente que la biodiversidad de los suelos y la terrestre, as como el uso, manejo y disposicin final del agua para riego y consumo humano son los efectos ms relevantes de la operacin del 9

cultivo de la pia. Se propone que en su sistema de gestin ambiental PINDECO incorpore actividades de: a) biomonitoreo con frecuencia temporal de suelos y aguas para conocer la biodiversidad presente en sus plantaciones; b) estudios de biodiversidad de los bosques de galera para conocer concretamente su funcin ecolgica; c) inversiones en restaucin ecolgica en las cuencas de los ros Ceibo, Volcn y Platanares; d) ensanchamiento y enriquecimiento de los bosques de galera para que aumenten su funcin de trampa de sedimentos; e) contribucin en la planificacin urbana de Buenos Aires para bajar la contaminacin con desechos materiales y lquidos en la cuenca del Trraba; y f) mejoras sanitarias en los barrrios en que se concentran las familias de los trabajadores de la empresa para que mejoren su situacin social. A TNC se le propone que amplie su estrategia de conservacin en los sitios de Amistad y Osa considerando actividades como: a) forjar una alianza entre PINDECO, ICE, ICAA, FONAFIFO y ADIs indgenas para crear un certificado por servicios ambientales (CSA) a ser aplicado en la restauracin ecolgica de las cuencas de los ros Volcn, Ceibo y Platanares; b) estudiar el establecimiento de un corredor biolgico terrestre entre los bosques indgenas de Salitre y Cabagra con los bosques indgenas de Curr y Boruca, buscando alguna conexin con los humedales de Trraba-Sierpe; c) convencer y contribuir tcnicamente para que el ICE y PINDECO hagan un monitoreo de calidad de aguas en las entradas de los ros Convento, Volcn, Ceibo, Platanares y Cabagra al ro Grande de Trraba; d) establecer una relacin formal de largo plazo con PINDECO para asociarse en mejorar las condiciones para la conservacin de la naturaleza. El sistema de gestin ambiental de PINDECO est diseado para prevenir y mitigar los efectos de sus acciones operativas para la siembra de pia. Las cuatro certificaciones ambientales con que cuentan dan f de su buen desempeo para atender estos efectos y la mejora continua de su sistema productivo para que tenga menos efectos ambientales. El sistema de gestin ambiental controla y gestiona todos los efectos directos de su operacin sobre el medio ambiente, propio e inmediato, y sobre la poblacin trabajadora de la empresa. Temas como los sedimientos, el manejo de agroqumicos, la preparacin de suelos, los desechos industriales, la salud ocupacional y la capacitacin del personal en la normativa ambiental de las certificaciones son bien manejados por la empresa. Sin embargo los efectos indirectos terminales, que se extralimitan a sus campos de cultivo y a los propios trabajadores no estn atendidos en el sistema de gestin ambiental. Las cuencas de las fuentes de generacin de agua que usa PINDECO para riego y el ICAA para surtir de agua potable a una poblacin en crecimiento, producto de la demanda de mano de obra de la empresa; deberan ser parte de la gestin ambiental y de la responsabilidad social empresarial (RSE) de PINDECO. Lo mismo sucede con el no orden urbano provocado por un crecimento rpido relacionado directamente con la expansin del cultivo de la pia. PINDECO debera tomar esto como parte de su RSE y de sus polticas de gestin ambiental. En el valle del Dikes ha existido y seguir existiendo un uso intensivo del suelo, 10

por sus cualidades ideales para casi cualquier tipo de emprendimento agropecuario. La conservacin aqu no se trata de aumentar o crear cobertura boscosa en suelos de clase I y II con gran capacidad para cultivos de alto rendimento econmico; se trata que estas reas mejoren su funcionalidad biofsica para una mejor conectividad y flujos de vida en toda la cuenca del Grande de Trraba. Se trata de que la sociedad tenga riqueza y bienestar para bajar la presin sobre los recursos naturales y las reas Silvestres Protegidas. Empresas de alta renta en agricultura como las pieras, las meloneras, las bananeras, las tabacaleras, las arroceras y las hortcolas, en general, pueden jugar un papel ambiental positivo, no slo si hacen una buena gestin ambiental certificada, sino que toman su entorno social y biofsico -el sistema ecolgicocomo parte de su responsabilidad social empresarial. Las organizaciones de conservacin como TNC, requieren acercarse ms a este tipo de empresas para convencerlas, orientarlas y facilitarles que jueguen un papel positivo en la conservacin. Las nuevas estrategias de conservacin van ligadas a que las empresas que se ubican en un Sitio de Conservacin tambin aporten en este esfuerzo por usar, conocer y proteger la naturaleza. Es un placer para el equipo investigador, 1 presentar el resultado de este estudio, esperando que el proceso de retroalimentacin de The Nature Conservancy, el promotor del estudio, lleve la investigacin al mejor trmino: el logro de nuevas estrategias de conservacin.

1 El equipo investigador estuvo conformado por tres expertos como investigadores principales: Carlos Borge. Mster en Antropologa. Experto en identificacin, formulacin, planificacin, evaluacin y monitoreo de proyectos de desarrollo rural y desarrollo sostenible; auditor internacional de certificaciones forestales SGS; planificacin estratgica; planificacin de redes organizativas; estudios de capacidad institucional; estudios sociales para proyectos de diferente tipo; metodologa de participacin y consulta; estudios de impacto ambiental y planes de manejo. Ha desarrollado un programa de investigacin etnogrfica en la Ecoregin Talamanca durante 25 aos. Pa Paaby. Doctora en ecologa tropical y limnologa. Experta en planificacin y gestin ambiental; Biodiversidad, Estudios de Impacto Ambiental; Fortalecimiento Institucional; Ecologa Acutica; manejo de bases de datos georeferenciadas; planificacin financiera de proyectos y manejo de Recursos Naturales. Es reconocida por sus aportes en el campo de la ecologa de los sistemas acuticos. Javier Bonatti. Doctor en Fsica y en recursos naturales. Experto en teledeteccin espacial; SIG; interpretacin de imgenes multiespectrales y en cuestiones de calentamiento global; Coordinador Cientfico del Programa Nacional de Investigaciones Aerotransportadas y Sensores Remotos, por lo que ha sido el responsable de la introduccin al pas de la tecnologa multiespectral MASTER de 50 bandas y otras en un futuro cercano; tambin ha recibido capacitacin (UNESCO) para el monitoreo de sitios Patrimonio de la Humanidad con sensores remotos. Adems de un grupo de profesionales de apoyo de la Sociedad de Estudios para el Desarrollo Rural (SEDER): MSc. Sandra Esquivel, Geog. Nuria Chavarra, Geog. Carlos Camacho, Msc.Jairol Nez, as como los asistentes: Bach.Carolina Quesada, MSc.Jorge Cole y Bach.Pilar Corrales.

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CARACTERIZACIN SOCIOECONMICA DE BUENOS AIRES

Preparado por: MSc. Carlos Borge Carvajal

2006

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CONTENIDO

HISTORIA DE OCUPACIN DEL TERRITORIO Colonizacin Origen geogrfico y cultural ESTRUCTURA Y DINMICA DEMOGRFICA ESTRUCTURA PRODUCTIVA Historia econmica 3.2 Transformaciones en el uso y distribucin de la tierra (1970-1990) 3.3 Actividades econmicas actuales SERVICIOS PBLICOS Desarrollo institucional Educacin y salud PATRON DE ASENTAMIENTO ESTRUCTURA SOCIAL PINDECO Y SU PAPEL EN LA ZONA DE ESTUDIO PAPEL DEL REA DE ESTUDIO DE ESTUDIO EN SU CONTEXTO REGIONAL, NACIONAL E INTERNACIONAL USO Y MANEJO DE LOS RECURSOS NATURALES RASGOS CULTURALES BIBLIOGRAFA ANEXOS Perfil Buenos Aires Perfil Regional Hechos histricos trascendentes en la construccin de Buenos Aires

2 2 6 8 10 10 14 16 20 20 21 23 26 28 29 31 34 37 39 40 44 47

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1. HISTORIA DE OCUPACIN DEL TERRITORIO 1.1. ColonizacinCUENCA DEL RO GRANDE DE TERRABA 1. La cuenca del ro Grande de Trraba tiene una extensin de 5 143 Km2 (10% de Costa Rica) 2. El cantn de Buenos Aires cuenta con una extensin de 2 371. 22 Km2 (casi el 50% del rea total de la cuenca). 3. La cuenca del Ro Grande de Trraba consta de 27 distritos, de los cuales Buenos Aires es el ms grande con 556.73 Km2 (11.18%) 4. Dentro de la cuenca del Trraba, el suelo agrcola intenso es del 19.2% 5. Las zonas de vida dominantes dentro de la cuenca del Trraba son las siguientes: Bosque muy hmedo premontano (24.7%) Bosque pluvial premontano (13.4%) Bosque pluvial Montano Bajo (12.4%). Bosque hmedo tropical (11.5%) 6. Geomorfologa de la cuenca de Trraba: Abanicos aluviales del Valle del General: 20.76% 7. Uso del suelo dentro de la cuenca: 1992: cultivos permanentes (3.1), pastos (45.4), bosques (43.7). 1996: cultivos permanentes (3.9), pastos (43.2), bosques (46.9). 8. El rea total de cultivos permanentes dentro de la cuenca del Trraba son: 196.4 Km2 9. Capacidad del uso del suelo de la cuenca es de 2,3 (27.9%), clase 2: 387.69 Km2 10. Precipitacin en la cuenca del Trraba: Mxima: 5 600 mm Mnima: 2 000 mm 11. rea T. I.: 1 019.93 Km2 (20% de cuenca). 12. ASP: 659.22 Km2 (13% de cuenca).

Formando parte de la subregin arqueolgica del Dikis, el cantn de Buenos Aires pertenece a la Regin Arqueolgica Gran Chiriqu, dividida por el ro Grande de Trraba en dos reas principales, una templada en zonas de mayor altitud cercanas a la Cordillera de Talamanca y otra clida en las zonas bajas, siendo ambas los principales centros de asentamiento durante la poca prehispnica. Segn estudios arqueolgicos, durante esta poca se registran en la zona dos fases principales de ocupacin; la fase Aguas Buenas entre los siglos 200 a 600 d.C. y la fase Chiriqu que corresponde al momento del contacto con los espaoles entre los siglos 800 a1500 d.C. (Corrales, 1986). Ambas fases se reconocen por los cambios tecnolgicos y decorativos en la cermica, el material cultural que ms se conserva como evidencia factual de dichas pocas pretritas. Sin embargo, ya desde aproximadamente 5000 aos atrs existan poblaciones nmadas dedicadas a la caza y recoleccin en las zonas altas de la Cordillera de Talamanca. stos grupos protochibchas vivan en refugios rocosos y cavernas de las tierras templadas, haciendo uso fundamentalmente de los recursos faunsticos de la zona. Las lascas, raederas y puntas de flecha encontradas en estos refugios son la evidencia de esa antigua ocupacin humana en lo que hoy es el Parque Internacional La Amistad Talamanca.

Los indgenas fueron migrando hacia las zonas bajas y desarrollando al mismo tiempo una economa basada en el cultivo de maz, frijoles, cucurbitceas y frutales, mientras que paralelo a esto se establecan en asentamientos permanentes cerca del Ro Trraba, importante adems por sus recursos pesqueros, por su navegabilidad y por el acceso a sus aguas para consumo humano y riego. Al momento del contacto ya existan pueblos con intensificados sistemas de agricultura, que ms tarde

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dieron origen a futuras grandes poblaciones, entre las que se puede encontrar Ca y Hato Viejo 13. Dentro de la cuenca, el 33.18% . (actual Ciudad de Buenos Aires), Turucaca son terrenos no privados 14. El potencial hidroelctrico de (posiblemente General Viejo), Couto (Potrero Buenos Aires es de 4 200 MW (2.5 Grande) y Boruca. (Carmak, 1994). Estos veces ms de capacidad instalada) y pueblos se asentaron en los valles cercanos al el Potencial Red 2 000 MW. Trraba, denominado tambin como Dikis o 15. rea de Embalse Gran Boruca: Dikes. Estos valles eran ricos por su fertilidad y 260 Km2. rea de Embalse Bajo Boruca: 60 Km2 buen clima, permitiendo la creacin de grandes 16. Poblacin Total de la cuenca villas rodeadas por empalizadas, tales como (para 1999): 337 325 habitantes Coctu, Ca y Turucaca. Los actuales sitios 17. El 30% de la poblacin total de arqueolgicos denominados Murcilago y Buenos Aires es indgena. Lagartos, de varias hectreas de extensin, 18. El ndice de mortalidad infantil dentro del cantn es de 11.46/ mil demuestran cuan grandes e importantes eran 19. El 31% de nios del cantn de dichas villas. En la actualidad se est haciendo Buenos Aires, presenta algn grado una excavacin arqueolgica de un sitio muy de desnutricin. grande en Palmar Sur que demuestra lo complejo de dichas sociedades de agricultores y que al mismo tiempo aprovechaban los recursos del humedal Trraba-Sierpe. Existen suficientes evidencias que el actual poblado de Buenos Aires tiene una larga historia, mucho ms antigua que la fecha de su fundacin en tiempos de la Primera Repblica. En muchos de los solares de la ciudad an se conservan evidencias como los petroglifos, los pilares y las tumbas. En las reas del actual cementerio, en el centro y por el colegio son reconocidos sitios arqueolgicos. En la seccin sureste de la ciudad que est sembrada de pia tambin hay importantes vestigios cermicos. En la seccin de la terraza del Ro Ceibo que corresponde a la Hacienda el Remolino tambin hay un importante emplazamiento de montculos habitacionales y funerarios. Los espaoles, a pesar de haber colonizado ya otras zonas del pas, no se introducen en el valle del Dikis hasta la dcada de 1550. En 1563, Juan Vzquez de Coronado tiene los primeros contactos con caciques de la zona, en su paso para conquistar Talamanca, que era la principal empresa de conquista de la Corona Espaola en esta parte de Amrica. Entre los pueblos que mencionan los espaoles a su llegada, se encuentran Ca, cerca del centro del actual Buenos Aires y seguramente por donde est el actual cementerio, cercanos a ste Cabra, Uriaba, Borucaca, Turucaca y Coct. Prcticamente todos los poblados actuales como Potrero Grande, Palmar, Buenos Aires, Volcn, Boruca, Curr y General Viejo corresponden a una continuidad de asentamiento humano entre la poca precolombina y la poca colonial. Luego de varias luchas, algunos de los cacicazgos (Coct, Borucaca y Ca) terminan cayendo bajo el dominio de Vzquez de Coronado, situacin que los espaoles aprovechan para fundar un pueblo llamado Nueva Cartago (posiblemente dnde hoy est Volcn o en General Viejo) con la intencin de iniciar desde este punto central el proceso de colonizacin del sureste de Costa Rica; sin embargo, esto no es posible debido a nuevos levantamientos indgenas, quienes al final terminan huyendo hacia las montaas de la cordillera, 15

lo que conlleva a que el nuevo pueblo sea abandonado. Por tanto, es hasta el siglo XVII, por parte de los misioneros franciscanos que se funda el pueblo de Boruca con los restos de las tribus Quep, Turucaca, Couto, Chnguena y Brunka, donde al fin se logra concentrar la poblacin indgena o poner bajo campana como solan decir los frailes. La actual etnia brunka nace de la fusin de dichas etnias originales. Durante este mismo siglo (1601), se abri el Camilo de Mulas de Nicaragua a Panam pasando por el territorio Boruca; lo que recalca la importancia econmica y comercial del nuevo poblado. Este camino tambin pasaba por Volcn, Buenos Aires, Trraba y sala al otro lado de la Fila Brunkea, por Balzar en Osa. Volcn, Buenos Aires y Boruca estaban equidistantes a una jornada al paso de mula, por lo que se convirtieron en importantes sesteos o sitios de descanso. Ms tarde, en el siglo XVIII, se funda un nuevo pueblo llamado San Francisco de Trraba en tierras aledaas a Boruca, donde congregaron a los indgenas teribes que haban sacado de la costa caribea de Panam, en el ro Changuinola. (Carmak, 1998). Desde el principio los trrabas y los borucas tuvieron problemas como vecinos, situacin presente hasta el da de hoy. En esa misma poca (1744) tambin hicieron traslados de poblacin cabcar y bribri de Talamanca al actual Buenos Aires bajo el nombre de Cabagra (Borge y Villalobos:1994). Desde ese tiempo los bribri-cabcar poblaron el actual Valle del Dikes, hasta la llegada de los primeros colonos chiricanos y cartagos en el siglo XIX. Para el siglo XIX, el actual cantn de Buenos Aires era habitado por una diversidad de grupos indgenas entre los que se mencionan a Borucas, Teribes, Bribris y Cabcares en menor cantidad. Esto debido a que, tal como lo describe Robert Carmak, esta zona se convirti en refugio de muchos indgenas que huan de la opresin espaola, pues la presencia de la colonia ah era ms bien dbil al encontrarse concentrada en los pueblos de Boruca y Trraba. Luego de la independencia, en 1848, estos dos pueblos fueron circunscritos al cantn de El Paraso de Cartago y en 1862 ya siendo considerados distritos, son incluidos dentro del cantn de Osa de Puntarenas. Siempre conservaron algn estatus de autonoma, con autoridades tradicionales propias. El cantn Osa estaba formado por todo lo que hoy se denomina la Regin Brunka y los principales poblados eran General Viejo, Volcn, Hato Viejo, Boruca, Trraba, Palmar de los Indios, El Pozo, Santo Domingo (Jimnez), Coto, Canoas, Aguas Buenas y Concepcin (Bugaba en Panam). Eran poblados con unos pocos habitantes chiricanos, indgenas y cartagos, en menor frecuencia. Para finales del siglo XIX, esta regin sur empez a ser considerada como un posible espacio de colonizacin debido a sus recursos (madera y oro), as como los buenos pastos y sus frtiles tierras. Por tanto, un camino directo desde el Valle Central hasta Trraba y Boruca se hizo necesario, por lo que Pedro Caldern un caminero, excombatiente de la Guerra de 1856 y vecino de San 16

Ramn de Alajuela abri en 1867 una ruta saliendo de Cartago, por la cual muchos campesinos, especialmente de la parte oriental del Valle Central, migraron hacia la regin de la cuenca del Trraba. Al mismo tiempo o un poco antes, otros migrantes provenientes de Chiriqu en el actual Panam y encabezados por Ramn Villanueva, Pedro Guerra y Pedro Beita, empezaron a colonizar el actual Buenos Aires, Potrero Grande y Volcn. Estas familias provenan principalmente de Bugaba y Alanje, zonas caeras y ganaderas por tradicin. El atractivo era explotar los pastos naturales de las extensas sabanas de dichos lugares y sembrar caa para la produccin de dulce y aguardiente. Todo esto inici un profundo proceso de mestizaje en esta regin del Valle del Dikes. Cuatro etnias indgenas que ya tenan un mestizaje entre ellas, se entremezclan con los chiricanos, mestizos de por s, y con los criollos costarricenses, tambin mestizos. Se empieza a construir as una cultura mestiza, con muchas contradicciones y con no pocos sucesos de violencia por la posesin de las tierras y el control de sus recursos naturales. El pueblo de Buenos Aires, fue fundado por el mismo Pedro Caldern en 1870, ubicado en el rea llana del hato ganadero de San Francisco de Trraba, llamado antiguamente Hato Viejo y habitado en ese momento por un grupo de indgenas cabcares y bribris que bajo el cacicazgo de un indgena llamado Yurgo explotaban los restos del hato de ganado que haban dejado los frailes franciscanos. Caa de azcar, ganadera, granos bsicos, tabaco y en menor medida caf, fueron los sustentos de la economa de finales de siglo XIX y principios del XX. Los actuales valles en que se siembra pia, caa y otros cultivos intensivos son los mismos que despertaron el inters de los colonizadores criollos y chiricanos. Pero no es hasta principios del siglo XX que Buenos Aires empieza a consolidarse con caractersticas de pueblo moderno, debido en parte al aumento de inmigracin cartaga (ladina o criolla). En 1904 el gegrafo Henry Pittier disea el actual y futurista trazado de la ciudad, mismo que hace en Volcn y Potrero Grande. En 1914 este poblado se convierte en Cabecera Municipal del cantn de Osa. Buenos Aires de Osa, as se le denominaba antiguamente y esto fue debido a que la entrada ms utilizada en aquellos aos era subiendo en bote por Puerto Cortz hasta aproximadamente El Brujo. Para ir de San Jos se bajaba en tren a Puntarenas y de all en bongo hasta la desembocadura del Trraba. De all que toda esta regin pertenece hoy da a la Provincia de Puntarenas, un resquicio anacrnico de la historia, sin duda. En el ao 1940 se constituye el cantn de Buenos Aires independiente de Osa (Osa lo siguieron formando todo el resto de los actuales cantones de Osa; Golfito, Corredores y Coto Brus). Se forma as el primer Consejo Municipal, se organiza la polica y el sistema judicial, bajo la figura del Jefe Poltico. Las autoridades tratan de ejercer control sobre los territorios indgenas y ello provoc muchos problemas y violencia. Generalmente los Jefes Polticos tenan fuertes intereses econmicos con relacin a fincas dentro de dichos territorios y frecuentemente 17

sancionaban en contra de los indgenas. En 1939 se declara la Ley de Baldos Nacionales que protege la integridad de dichos territorios y en 1945 se les da estatus legal de Reservas indgenas. Pero de los actuales valles que hoy ocupan las plantaciones de pia ya los indgenas haban sido expropiados a finales del siglo XIX. A partir de la segunda mitad del siglo XX, aumenta en Buenos Aires el proceso de inmigracin, principalmente desde el Valle Central y sobre todo de su seccin occidental y sur (San Ramn, Atenas, Palmares, Puriscal, Acosta, Desamparados). A partir de la apertura de la Carretera Interamericana en 1961 estos procesos de colonizacin fueron ms fuertes y empieza a construirse una fuerte relacin con San Isidro y dems pueblos de Prez Zeledn. Ese mismo ao luego de fundado el Instituto de Tierras y Colonizacin, las reservas indgenas pasan a formar parte del patrimonio estatal y en 1966 dejan de ser administradas por la Junta de Proteccin de las Razas Aborgenes para pasar al control del ITCO, institucin que comete el acto etnocida de adjudicarles parcelas a los no indgenas recin llegados. Ellos, para demostrar posesin y que las merecan empezaron un devastador proceso de deforestacin. Fue el Estado costarricense quien favoreci y alent la deforestacin de las cuencas tributarias del Trraba. Desde ese entonces aumentaron los problemas sociales mezclados con problemas ambientales, como la deforestacin, llevando a una desmedida pobreza en el cantn y en la regin en general. Esto provoca que desde el gobierno central en los aos setenta se promovieran una serie de proyectos e iniciativas de desarrollo dirigidos a la Regin Brunca; lo cual se materializ en la apertura de diversas instituciones gubernamentales en Buenos Aires, que an hoy da pueden encontrarse. En el campo de la agricultura se plantearon proyectos en maz, ctricos, caf, caa de azcar, tabaco, pejibaye, pia, reforestacin, papaya y otros frutales, la mayora de los ensayos los realiz el Seor Rodolfo Robert, un empresario visionario y experimentador.

1.2. Origen geogrfico y cultural Como es posible observar en el recorrido histrico anterior, el cantn de Buenos Aires es producto de un constante mestizaje y movimientos migratorios. Por un lado, se encuentra una poblacin indgena Trraba y Boruca de muy antigua ocupacin y otra tambin indgena Bribri y Cabcar de ms reciente llegada. An existe una discusin sobre la presencia en la zona de stos dos ltimos grupos; algunos dicen que fueron oleadas no muy antiguas de inmigrantes que cruzaron la cordillera y otros que su llegada es de muy antigua data. Por otro lado, existi tambin un proceso de fuerte inmigracin de indgenas de otras zonas del pas huyendo de la dominacin espaola hacia el refugio que era Buenos Aires. Adems, la gran oleada de chiricanos y otro grupo de blancos o criollos provenientes del Valle Central. La combinacin de estos distintos grupos construyendo socialmente el rea de lo que actualmente es conocido como el cantn de Buenos Aires, le provee de una alta diversidad cultural durante prcticamente toda su trayectoria. El antroplogo 18

Robert Carmak expone que durante las primeras dcadas del pueblo de Buenos Aires, las prcticas chiricanas e indgenas tenan una fuerte presencia, donde la poca poblacin blanca viva en ranchos similares a los de los indgenas de la zona, lo mismo suceda con los utensilios domsticos y con las prcticas agrcolas (1994: 26). Esto cambia a partir del inicio del siglo XX, cuando la influencia de los blancos se hace ms evidente debido al aumento de ingreso de habitantes del Valle Central en la zona. Esto aunado a la declaracin oficial de Buenos Aires como cantn, provoca que la poblacin se vea subordinada a la autoridad de los blancos, aunque teribes y borucas mantenan muchas de sus prcticas debido a su relativa autonoma, grupos que culturalmente an entre s mismos mostraban profundas diferencias. De igual forma, entre los blancos y chiricanos existan diferencias no solo fenotpicas, sino que tambin en el nivel cultural. Por su parte, los blancos estaban ms interesados en la produccin de excedentes y el comercio de sus productos, as como tambin tenan una visin ms mesetea o valle centralista, notable en su constante bsqueda de materiales y servicios externos. Mientras que los chiricanos eran ms autosuficientes (Op Cit.: 32). A la mitad del siglo XX, y a pesar de seguir siendo Buenos Aires una comunidad de colonizacin agraria y rural ya exista una jerarqua de clases sociales con una pequea lite de burguesa agraria ganadera, una burguesa urbana comercial que se entremezclaba con la primera y una clase de campesinos mestizos e indgenas. Los indgenas fueron estructuralmente ubicados en la base de la pirmide y los ganaderos blancos en la cspide de dicha pirmide. Era evidente una estructura social fuertemente arraigada en la diferencia tnica y ello provoc una fuerte discriminacin contra los indgenas. La cantidad de blancos o criollos del Valle Central y de otras zonas de reciente fundacin (Prez Zeledn, Osa, Golfito) sigui aumentando en Buenos Aires; para el ao de 1963, cuando zonas cercanas como Prez Zeledn empiezan a expulsar poblacin, Buenos Aires continuaba siendo un centro de atraccin de diferentes zonas del pas (Martn, 1983: 12), principalmente del mismo Prez Zeledn. Actualmente, Buenos Aires sigue atrayendo gran cantidad de poblacin del Valle Central, de Prez Zeledn y de otros lugares de toda la Zona Sur del pas debido a la oferta de trabajo que proporciona PINDECO, as como a su desarrollo comercial e institucional. Sin embargo, no todas estas migraciones son permanentes, muchas son estacionales o pendulares; lo cual dinamiza mucho la poblacin bonaerense. De lo chiricano no queda mucho, solamente los apellidos como Beita, Villanueva, Araz, Altamirano, Vidal, Guerra, Saldaa entre otros y una que otra expresin cultural como las peleas de gallos, las corridas de toros y el arroz con gandul. Solo en Potrero Grande existe una importante memoria histrica y algunos dbiles esfuerzos de rescate cultural. En el resto del cantn se ha diluido lo chiricano dentro de lo criollo y lo indgena. Ambas culturas si siguen siendo fuertes, a 19

pesar que muchos indgenas han perdido el uso de sus idiomas.

2. ESTRUCTURA Y DINMICA DEMOGRFICA El cantn de Buenos Aires est constituido por un total de 43 526 personas de las cuales 22875 (52%) son hombres y 20651 (48%) son mujeres (INEC, 2003). Esta poblacin ha ido aumentando paulatinamente al lado de un crecimiento comercial, institucional y de servicios que se ha venido dando en el centro de Buenos Aires principalmente. Es la Ciudad de Buenos Aires, con sus barrios la que crece, junto con sus satlites San Carlos, Santa Marta y el Ceibo. Hay una constante absorcin de poblacin, pues este cantn cuenta con una tasa de migracin positiva del 4.8, lo cual quiere decir que entran ms personas que las que salen. El cantn no est fuera de la tendencia de emigracin a Estados Unidos, como toda la Regin Brunca y la Zona de los Santos, sin embargo, parece que recupera dicha salida con la entrada de personas de la misma regin y del Valle Central. Cuadro No. 1 Tasas de migracin entre los cantones de la Regin Brunca Cantones Prez Zeledn Buenos Aires Coto Brus Golfito Corredores OsaINEC, Censo 2000.

Tasas -0.4 4.8 -12.8 -7.3 -3.3 -14.6

Cuadro No. 2 Tendencia demogrfica del cantn de Buenos Aires Ao Total de poblacin 1950 7392 1963 11042 1978 23460 1984 27716 2000 40139 2003 43526

Carmak, 1994; INEC, Censo 2000 y INEC, Clculo de poblacin 2003.

La principal concentracin de poblacin, se encuentra, tal y como es de esperarse, en el distrito central, pues mientras que este cuenta con un total de 16 843 personas, el distrito de Volcn, el segundo en cantidad de poblacin, se reduce a 6471 personas. Por su parte, el distrito de Colinas, presenta la menor presin demogrfica, pues solamente tiene 1435 personas. Es decir, que al menos el 41% de la poblacin total del cantn se encuentra ubicada en el distrito central, y posiblemente esta sea una poblacin urbana ubicada en la pequea Ciudad de Buenos Aires y sus barrios satlites. A su vez, la poblacin de Volcn correspondera al 16% y la de Potrero Grande al 14%, mientras que el resto de los distritos en su conjunto, alcanzan el 29% del 20

total de poblacin. En todos estos otros distritos, el desarrollo comercial, empresarial, administrativo y urbanstico, no cuentan con el dinamismo y crecimiento del distrito central; por tanto la poblacin a su vez, no parece experimentar tampoco un aumento; sino que por el contrario, dan muestras de un estancamiento que contrasta mucho con el cantn central. Segn diversos informantes locales, hay trabajadores de los otros distritos que se desplazan a vivir a la Ciudad de Buenos Aires durante la semana laboral y regresan a sus comunidades los fines de semana, lo cual significa que estamos ante migraciones estacionales. Por tanto, de la totalidad de la poblacin del cantn de Buenos Aires, el 74% corresponde a poblacin rural, incluyendo los indgenas de Ujarrs y Salitre, mientras que el 26% abarca el rea urbana, o sea la pequea ciudad. Es importante recalcar que la poblacin clasificada como urbana est contenida totalmente en el distrito central (en el que los porcentajes se comportan diferente, en el tanto, el 61% de la poblacin est en zona urbana y el 36% en zona rural); es decir que el resto de los distritos son todos zonas rurales. Esto podra ser prueba de una significativa dependencia de los otros ocho distritos hacia este nico centro urbano de poco ms de 10 mil habitantes; lo cual hablara de una relacin profunda y un desplazamiento constante de stos hacia el centro de Buenos Aires donde, cabe recalcar, estn ubicadas las instalaciones administrativas de PINDECO y uno de los dos bloques ms importantes de plantacin de pia. Cuadro No. 3 Poblacin en territorios indgenas en el cantn de Buenos Aires Poblacin No Indgena 118 670 1566 351 175 804 3684

Territorio Salitre Cabagra Boruca Curr Ujarrs Trraba TOTAL

Poblacin Total 1403 2353 2952 982 1030 1425 10145

Poblacin Indgena 1285 1683 1386 631 855 621 6461

INEC, Censo 2000.

Esta condicin de ruralidad del cantn de Buenos Aires se puede deber en parte a que dentro de su territorio se encuentran seis reservas indgenas. Dentro de estos territorios habitan 10 145 personas, lo que significa un 25% de la poblacin total de Buenos Aires, aunque de estos solamente el 64% son indgenas. En el cuadro anterior se puede apreciar el nmero de poblacin en cada territorio indgena. En el distrito de Buenos Aires solo estn las reservas indgenas de Ujarrs y Salitre, sin embargo en el centro urbano vive una poblacin indgena bribri, 21

cabcar, teribe y brunka no cuantificada, sobre todo en barrios como San Martn y Santa Cruz. En lo referente a la estructura etrea del cantn de Buenos Aires, es posible decir, que existe un alto porcentaje de poblacin joven (de cero a catorce aos) alcanzando el 42% del total, mientras que sta se reduce en la poblacin contenida por adultos mayores abarcando solamente un 6%. En medio encontramos un 52% de poblacin. Esto indica una alta cantidad de poblacin joven y adulta, en capacidad de trabajar.

3. ESTRUCTURA PRODUCTIVA 3.1. Historia econmica La historia econmica y productiva del cantn de Buenos Aires ha girado histricamente alrededor de las actividades ganaderas y agrcolas. Sin embargo, los sistemas de produccin, el uso de los recursos naturales y las formas de comercializar los productos han ido cambiando con el paso del tiempo. La diversidad productiva prehispnica basada en frjoles, maz, races, tubrculos, cucurbitceas y frutales fue afectada y modificada con imposiciones espaolas tales como el pago de tributos, que los oblig a concentrarse en granos bsicos, ya que los frailes y encomenderos demandaban mucho maz y frijoles. Sin embargo an es posible encontrar en Salitre y Cabagra relictos de los complejos sistemas de policultivo indgenas del pasado, heredados de Talamanca. Cuando se deja de usar la ruta comercial del Camino de Mulas en la colonia, los indgenas tuvieron la necesidad de aumentar la produccin y de hacerla ms rentable con actividades como la ganadera y la siembra de cacao para sustituir su importacin. Esto, a su vez, se tradujo en la reduccin de las tierras en descanso. Por su parte, la ganadera que luego vendra a ser la principal actividad econmica en la zona, tambin fue producto de un intento, por parte de los espaoles de aumentar la produccin para sustentar sus necesidades de autoconsumo y las comerciales, por lo que expanden el ganado entre los indgenas. Durante muchos aos las tierras que hoy da estn ocupadas por pia fueron los hatos ganaderos de Hato Viejo y San Francisco, regentados por los frailes franciscanos. Estas tierras luego fueron reocupadas por los indgenas y a finales del siglo XIX usurparon stos hatos y haciendas los seores Ramn Villanueva y Pedro Caldern, expulsando a los indios de all. Para la segunda mitad del siglo XIX, Buenos Aires experimenta otra presin productiva, cuando inician las colonizaciones desde el Valle Central, por la atraccin de productos de alto valor como la madera, el oro y las antigedades sacadas de huacas; as como el pasto de las sabanas (Chacn 1986: 43. citado en Carmak 1994: 26). No obstante, la economa de Buenos Aires continuaba siendo fundamentalmente ganadera y de baja comercializacin de los productos, pues el intercambio interno segua siendo de gran importancia. 22

Los principales productos sembrados en esta poca, localizados alrededor del Ro Ceibo, eran caa de azcar, tabaco, yuca y granos bsicos. Esto se combinaba con la ganadera que s era un producto ms mercantil, que se enviaba al Valle Central; con la fabricacin de dulces en trapiches y la elaboracin de aguardiente clandestino (Ibd.: 27). La combinacin ganadera-caa de azcar-maz fue durante dcadas el motor econmico de la zona y se expresaba mucho en los sistemas de fincas con potreros, caales y milpas, compartiendo el espacio de cada fundo. Ya para las primeras dcadas del siglo XX, Buenos Aires experimenta un cambio ms profundo a nivel econmico, pues entre 1930 y 1940 inician las explotaciones de oro en la Pennsula de Osa y las fincas de banano en Puerto Corts, Palmar, Golfito y Coto. Esto provoca que se demanden productos agrcolas y ganaderos de zonas cercanas, lo que fortalece la produccin en Buenos Aires, as como tambin lleva a un mejoramiento en las diferentes vas para sacar la produccin de granos bsicos hacia las bananeras, prueba de ello es la creacin del aeropuerto y la apertura de la Carretera Interamericana. Adems, para esta poca, se crea una fbrica de tejas, como nica actividad econmica fuera del mbito agrcola. La intensificacin de las actividades agropecuarias ocurrida en el cantn de Buenos Aires, en la segunda mitad del siglo XX debido a las razones referidas, va a representar una reduccin significativa de sus reas boscosas. Segn datos expuestos en el documento: Resumen Cantonal de Buenos Aires, elaborado por el IFAM y el AITEC, para el ao de 1955 Buenos Aires tena una reserva forestal de 190 472 ha. (lo que representaba el 84% del rea total del Cantn), para el ao de 1963 la reserva disminuy a 155 272 ha. (es decir un 69%) y en 1973 pas a ser el 57% del rea total. En el lapso analizado por este estudio, la reserva forestal disminuy en un promedio de 3 459 ha. por ao. Para la dcada de los setentas, el rea total en fincas utilizada en pastos mostr un crecimiento del 8.3% anual, alcanzando 50 500 ha en la dcada de los setentas (Granados y Matarrita, 1981: 111). Entre los aos de 1955 y 1973, el rea en pastos mostr un incremento del 22% al 42%, respectivamente, provocando la disminucin de las reas dedicadas a cultivos y bosques, y reflejando, a su vez, el lugar privilegiado que ocupaba en esta fecha la actividad ganadera en el sistema econmico local (IFAM, AITEC; 1976: 18, 19). De acuerdo con Chacn (1986), para la dcada de los setentas la sociedad bonaerense basaba su economa mercantil y su produccin agropecuaria, en primer lugar, en la ganadera vacuna -principalmente de carne-, seguida por el cultivo del arroz, los frijoles y el maz. En la dcada de los setenta, Buenos Aires era el principal productor de carne del sureste del pas. Para el ao de 1973, un total de 1 194 fincas fueron dedicadas a la ganadera, con un total de 37 658 cabezas de ganado vacuno. Las cabezas de ganado en el cantn pasaron de ser de poco ms de 8 000 cabezas en 1955 a la cifra precisada en 1973. Chacn, tambin seala que en el censo de 1973 se precisa la cantidad de 10 285 cabezas de ganado porcino, el cual probablemente tuvo una importancia econmica referida principalmente al 23

autoconsumo (Chacn; 1986: 92-97). Sobre las actividades de agricultura, las cuales se realizaron con escasa dotacin de tecnologa y ms bien de forma rudimentaria (IFAM, AITEC, 1976. Gonzlez et al, 1981. Chacn, 1986), debe decirse que el arroz fue el cultivo comercial con mayor importancia, reportando para 1973 una produccin de 3 202 109 kilos. Aproximadamente cuatro veces ms de lo producido en 1955 y en ms del doble del rea sembrada en esos aos -1 529 ha en 1955 y 3 452 ha en 1973- (Ibd.). En el caso de los frijoles, este producto alcanz para 1973 una produccin de 1 124 939 kilos en un rea de 2 454 ha. Al igual que en los otros productos, la apertura de la Carretera Interamericana demostr su efecto positivo sobre el rendimiento econmico y productivo en el caso de los frijoles, que para 1955 haba reportado un rea de solamente 475,5 ha. y una produccin de 117 105 kilos. Sobre el maz, tercer producto agrcola en importancia durante los aos cincuentas y setentas, Chacn afirma que su importancia o su peso fue ms en el mbito de la economa de subsistencia o autoconsumo que en la comercial. An as este producto se tradujo en 1973 en una produccin de 4,5 millones de kilos (Ibd.) De acuerdo con el censo de 1973 y reflejando los datos expuestos anteriormente, el 82% de la poblacin econmicamente activa del cantn de Buenos Aires laboraba en el sector primario (agricultura, caza, silvicultura, pesca y explotacin de minas y canteras), el 5.5% se dedicaba al sector secundario (industrias manufactureras, electricidad y construccin) y un 10% se dedic a actividades relacionadas con el comercio, transporte, restaurantes, hoteles, seguros, establecimientos financieros, etc., (sector terciario). Acerca de la pia, el principal cultivo en la actualidad, cabe mencionar que para la dcada de los sesentas la explotacin comercial del cultivo tuvo una gran importancia en la zona, a cargo de la empresa Buenos Aires Pineaple Co, luego decae y ms tarde es retomada y reactivada por la compaa PINDECO, a finales de los setentas. Para el ao de 1969, el rea sembrada con pia alcanz las 600 ha., posibilitando una produccin de 40 mil toneladas y un ingreso calculado en 8 millones de colones. El 80% de esta produccin fue exportada a Estados Unidos. Segn la historiadora Luz Alba Chacn, para el ao de 1973 es posible observar una disminucin de la actividad, en este ao el rea sembrada dio paso a enormes extensiones de pastizales para ganado vacuno, pasando de 600 a 204 hectreas sembradas de pia. A finales de los setentas, el cultivo de la pia volvi a incrementarse con la llegada de la compaa transnacional. Rpidamente la compaa multiplic la extensin de siembra e introdujo una serie de cambios en el sistema de produccin, transitando aceleradamente hacia un sistema agroindustrial. Para esto aos y segn Chacn, PINDECO contaba con un personal de 483 funcionarios (Chacn; 1986:96). Hacia finales de los setentas y principios de los ochentas, productos de mayor rentabilidad econmica como la caa, el caf y claro est, la pia, fueron 24

tomando auge en la economa bonaerense, al lado de la ganadera que segua siendo la actividad principal en el cantn, provocando que las tierras de labranza se redujeran y las de pasto aumentaran al menos al doble. Para el ao de 1984, en Buenos Aires 27 137 ha. estaban dedicadas a la labranza, 2224 ha. a cultivos permanentes y 75 087 ha. a pasto (Censo Agropecuario 1984). En tres dcadas hubo un dramtico aumento de un poco ms de sesenta mil hectreas, aumento que fue en detrimento de las reas boscosas. Buenos Aires tomaba fuerza en el mercado nacional, convirtindose tambin en importante proveedor de granos para el resto del pas. Esto se evidencia en que para ese momento, de un total de 2 865 756 Kg de produccin total del cantn, 2 244 032 Kg se destinaban a la venta y solamente 621 724 Kg para el consumo (Ibd.). Todo esto, llev a que en Buenos Aires la agricultura de autoconsumo y la produccin individual fueran desplazadas por fincas con mano de obra asalariada. Este aumento en la economa agrcola mercantil estuvo relacionado con los 36 asentamientos campesinos creados por el IDA, los cuales abarcaron 3672 familias provenientes de Prez Zeledn y el Valle Central, distribuidas en 20 634 ha, pues el 47,3% de la produccin provenan de estas fincas (Sector agropecuario regin Brunca, 1997). Lo anterior, se materializ en claros beneficios para la economa local, reflejados en mayor vitalidad del comercio y en mejoras en los servicios. El comercio del distrito central de Buenos Aires que en la dcada de los setentas se limitaba a dos negocios, aument significativamente. Para principios de los aos ochentas el distrito dispona de un expendio del Consejo Nacional de Produccin, 25 pulperas, 6 tiendas, 2 sastreras, 5 carniceras, un bazar, 2 billares, 2 bombas de gasolina, 4 lugares que ofrecen alimentacin y hospedaje, un mercado, almacenes y dos vehculos que hacan los servicios de taxi. En cuanto a los servicios, la electrificacin que para la dcada de los setentas se limitaba a las horas nocturnas (de 5:30 pm a 11 pm entre semana y de 5:30 pm a 12 pm los sbados, domingos y das festivos) pas en los aos ochentas a suministrarse durante las 24 horas. La caera que constituy una de las principales necesidades sentidas por la poblacin fue otro servicio que trajo beneficios para estos aos (Chacn; 1986:104). Adems, otros productos como el caf empezaron a tener auge a inicio de los aos 90, cuando en la zona se produca un aproximado de 30 fanegas por hectrea. De igual forma, la caa de azcar llega a constituirse como un producto de alta importancia, ya que llega a representar, para esta misma poca, el 14.07% de la produccin a nivel regional. Sin embargo, desde mediados de los aos noventa hasta ahora, las principales actividades son el ganado, el comercio de bienes manufacturados, que arranca formalmente desde hace aproximadamente treinta aos; y por supuesto, el cultivo de pia, la cual ha venido suplantar reas dedicadas a otros productos agrcolas y de pasto principalmente.

3.2. Transformaciones en el uso y distribucin de la tierra (1970-1990) Segn los datos censales expuestos en los documentos: Resumen Cantonal de 25

Buenos Aires (IFAM, AITEC, 1976) y en el Estudio socioeconmico del Agro en Buenos Aires(Gonzlez et al, 1981), la superficie del cantn incorporado en fincas incremento en un 100% entre los aos de 1955 y de 1973 y el rea de produccin (cultivos y pasto) pas de ser de un 13% a un 35% en 1973. Para el ao de 1973, el Censo Agropecuario, apuntaba que existan en Buenos Aires un total de 2 157 fincas, con una extensin de 127 932 hectreas, lo que significaba que el 53,8% de las tierras se encontraba en propiedad privada. En cuanto al tamao y uso de las fincas, debe destacarse que para el ao de 1973, las fincas de menos de 100 ha. representaban el 40% de la superficie total, de las cuales el 54% de las tierras eran dedicadas a la labranza, principalmente de granos bsicos. Los cultivos permanentes se encontraban en mayor medida en las fincas mayores de 500 ha., las cuales representaban el 21% de la superficie total en fincas y el 46.5 % de las tierras en cultivos permanentes. Los pastos se encontraban principalmente en las fincas mayores de 100 ha. En cuanto a las tierras no cultivadas y de acuerdo con el censo de 1973, se encontraban distribuidas entre todas las categoras de tamao. Y a diferencia de lo que se notaba en otros cantones del pas, no se observaban un alto porcentaje de tierras no cultivadas en las fincas mayores de 500 ha. (IFAM, AITEC; 1986:18-25). Con excepcin del distrito de Boruca, todos los distritos de Buenos Aires mostraban en 1973 un mayor porcentaje de tierras en fincas en pasto que en labranza y en cultivos permanentes. En todos los distritos el porcentaje de tierra en fincas dedicadas a esta ltima categora no sobrepasaba el 3%, siendo el uso menos importante en cuanto a rea de fincas dedicada a esta actividad. El porcentaje de tierras en labranza variaba del 9% en el distrito de Volcn al 36% en Boruca y el de pastos del 21% en Boruca a un 65% en Volcn. La categora de tierras no cultivadas, representaba en la mayora de los distritos la segunda ms frecuente. El porcentaje ms alto de tierra en fincas con tierras no cultivadas lo tenan los distritos de Potrero Grande y Colinas con un 42% y el ms bajo era el de Volcn, alcanzando un porcentaje del 25% de las tierras de sus fincas. El distrito central de Buenos Aires posea los siguientes porcentajes de tierra en fincas por uso: en tierras de labranza posea el 19%, en cultivos permanentes apenas el 1%, en pastos el 40% y en tierras no cultivadas el 40% (IFAM, AITEC; 1976:24). En el estudio sobre el agro de Buenos Aires, que realiz la Universidad Nacional como parte de sus actividades de Investigacin y Extensin, se presenta un estudio realizado en 1981 en 758 fincas en catorce subregiones en las cuales se dividi el cantn. Sobre el tamao y usos de las fincas, los autores en primera instancia dividieron las fincas en tres categoras: sub-familiares para referirse a fincas menores de 10 hectreas y que por su tamao no permitan absorber el trabajo que genera una familia campesina, familiares para referirse a las fincas con una extensin entre 10 y 50 ha. y las multifamiliares para referirse a las mayores de 50 ha. Encontraron los siguientes datos: las sub-familiares representaban el 33% del total de fincas, pero slo abarcaban el 3,4% de las tierras. Las fincas multifamiliares muestran un comportamiento totalmente inverso, al reportar una menor cantidad de fincas (24,1%), pero el porcentaje 26

ms alto del total de las tierras (68,7%). En cuanto a las fincas familiares estn concentran la mayor cantidad de fincas (42%), pero en cuanto a la cantidad de tierra, estas posean abarcaban para 1981 una porcin de tierra menor que el de las fincas multifamiliares, con un porcentaje del 27, 9% (Gonzlez, lvarez y Jimnez; 1981:6-7). Los datos sobre el uso del suelo obtenidos en el estudio de la UNA, confirman la tendencia observaba desde 1953, la cual ha tendido a un sostenido aumento de las tierras en pasto y una disminucin en las tierras de labranza, de cultivos permanentes y de bosques. Para el ao de 1980 el rea de pastos en el distrito de Buenos Aires aument en un 14% con respecto al rea reportada en 1973, la tierra en bosques disminuy en un 10% y las tierras de labranza y de cultivos permanentes pas del 20% en 1973 al 14.6% en 1980 (Bozzoli; 1983:13) Estos datos se refuerzan con los del Censo Agropecuario de 1984, los cuales sealan que para este ao las cabezas de ganado vacuno en el cantn registraron un aumento de 27 mil cabezas con respecto al nmero existente en 1973. El arroz, los frijoles y el maz mantuvieron su importancia, mientras actividades agrcolas desarrolladas bajo un sistema ms extensivo y tecnificado como: la caa, y principalmente la pia, crecan y se afianzaban en la zona. A partir de 1979 PINDECO empez a comprar grandes extensiones de tierra, en este ao se pagaban 6 mil colones por hectrea y luego los precios alcanzaron aproximadamente los 25 mil colones por hectrea, en los primeros aos de los ochentas. Las primera fincas que compr la compaa transnacional fueron las tierras del distrito de Buenos Aires, luego las de Volcn y por ltimo en la comunidad de Santa Marta. De acuerdo con los pobladores, casi todos los habitantes vendieron sus fincas, a excepcin de pequeas extensiones de laderas, las cuales eran menos apetecidas por la compaa, dando paso a la generacin de pequeas fincas, alrededor de la actividad piera. La baja rentabilidad en la produccin agrcola y pecuaria, fue una de las principales razones socioeconmicas que favoreci la extensin de la actividad de la pia y la venta de tierras. Las tierras compradas por la compaa piera, estaban en mano de pocos pobladores; en el distrito de Volcn vendieron no ms de cinco propietarios, dos de ellos muy grandes terratenientes y en Buenos Aires entre 30 y 40 personas, todos medianos y grandes finqueros; dando cuenta de una gran concentracin de tierras en pocos propietarios. En realidad las fincas que compr PINDECO eran latifundios ganaderos, algunos establecidos desde tiempos coloniales en las sabanas naturales, con pocos rboles. No existe en el Censo Agropecuario de 1984, ni en los documentos realizados por el IFAM, AITEC, la Universidad Nacional y la Dra. Bozzoli, datos sobre la importancia relativa de la pia, en cuanto a extensin especfica e ingresos percibidos en los aos ochentas y su peso en las transformaciones en el uso y distribucin de la tierra en el cantn de Buenos Aires. Sin embargo, y de acuerdo con Francisco Solano y Randall Acua, para 1979, ao de inicio de la actividad piera en Buenos Aires, la explotacin era de 500 ha., para principios de los 27

noventas el rea sembrada alcanzaba las 2 500 hectreas, extendindose a lo largo de aproximadamente 36 Km del eje dela carretera Interamericana Sur, en los poblados de Volcn y Buenos Aires (Solano y Acua:1993:50-52). Desde el inicio de operaciones de PINDECO la actividad piera ha mostrado una tendencia constante de crecimiento y expansin y de acuerdo con varios pobladores es muy probable que la subsidiaria de Del Monte, ya haya adquirido todas las tierras aptas para el cultivo en los distritos de Buenos Aires, Brunka y Volcn. Las fincas anteriormente dedicadas principalmente a pastos y al cultivo de granos en estos distritos pasaron a ser dedicadas al cultivo de la pia. Alrededor de las plantaciones en los poblados de Buenos Aires, Volcn y Santa Marta, existe en la actualidad una importante extensin de fincas de caa de azcar y pequeas fincas ubicadas en laderas que conservan extensiones de bosques, charrales y sembrados de melina. La caa de azcar es el cultivo que compite con la pia y la empresa CoopeAgri es la nica compaa con una importante composicin de capital en la regin en comparacin con PINDECO. Esta cooperativa es muy agresiva en la compra de tierras para sembrar caa y compite en precios con la empresa piera.

3.3. Actividades econmicas actuales En general, la economa de Buenos Aires se basa primordialmente en actividades agropecuarias, aunque actualmente las actividades comerciales y de servicios muestran una significativa influencia en la estructura econmica; lo cual es producto de un aumento en la demanda de stas, derivado del dinamismo productivo y econmico que ha provocado la presencia de la transnacional PINDECO (Del Monte) desde 1979 en que le compra 200 hectreas a la United Fruti Co. (que haba absorbido a la BAPCo). La presencia de dicha empresa ha implicado un desplazamiento de potreros para ganado vacuno y granos bsicos por pia, tanto en reas de plantacin como en rendimiento productivo. Todos los productos tradicionales del cantn estn muy por debajo de la pia. En el mbito de la Regin Brunka para el ao 1995, el rea total de cultivo de pia se encontraba en la posicin nmero trece con respecto a las dems reas dedicadas a otros productos, donde actividades como el caf y el frijol contaban con la mayor cantidad de hectreas sembradas. Sin embargo, para el ao 1996, la pia pasa de cubrir 6 064 ha. a cubrir 8 195 ha. en toda la regin (Estado de la Nacin, 1996: 232). A nivel cantonal las reas de produccin muestran datos distintos, la pia abarca un rea aproximada de 5000 has.; es decir, aproximadamente el 61% de la totalidad del rea de pia en la regin. De estas 5000 has., 4500 has. estn cultivadas por PINDECO, lo que habla de un monopolio de la produccin de dicha fruta en el cantn (datos MAG, 2005).

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Cuadro No.4 Actividades agropecuarias del cantn de Buenos Aires RENDIMIENTO (TM)/HA Pia 5000 45 Caa de Azcar 1600 90 Frijol 900 0.54 Caf 800 34 fanegas Maz 700 2.9 Ayote 400 9 Races y tubrculos 300 7 Arroz 200 3.5 Pltano 140 17 Naranja 120 0.13 Guanbana 20 N.D. Pejibaye 4 N.D. Consejo Nacional de Produccin Buenos Aires, 2005 CULTIVO REA (HA) El rea cultivada de pia sobrepasa en gran medida a la de caa, el segundo producto en rea a nivel cantonal, con 1600 ha. cultivadas. Otros productos son el frijol, el caf y el maz. Los cultivos de ayote, las races y los tubrculos muestran una significativa rea, esto tomando en cuenta que demandan mucha mano de obra y que son cultivos de alta inversin. Debido a la alta produccin de caa que ha caracterizado al cantn, existe una iniciativa del Estado de crear un ingenio azucarero, destilera y otras actividades conexas al proceso agroindustrial de ste producto. Sin embargo, a pesar de llevar algunos aos como propuesta, ste no ha llegado a materializarse. Adems, se espera un aumento de produccin de caa en el cantn, pues Coopeagri ha comprado y alquilado tierras en distritos como Potrero Grande y Buenos Aires. Esta cooperativa es la ms fuerte de toda la Regin Brunca y compite por compra de tierras con PINDECO. Por su parte, el caf ha experimentado una seria crisis, fundamentalmente el caf sembrado en tierras bajas menores a 600 m.s.n.m, debido a las exigencias del mercado, el cual demanda caf producido en zonas altas, para arriba de 900 m.s.n.m. Esto ha llevado a que muchos de los grandes y pequeos productores de caf se vieran obligados a dejar la siembra del mismo. Tal es el caso de las grandes fincas de la familia Esquivel Volio en Prez, donde los cultivos de caf 29

estn siendo sustituidos por nuevos sembrados de pia (2000 Has.). A pesar de que la agricultura y la ganadera continan siendo la base de la economa bonaerense, tambin estn presentes otras ramas de actividad que juegan un papel importante, dentro de las cuales se pueden identificar el comercio, la reparacin, la enseanza y la construccin. Estas dos ltimas actividades, se acentan, principalmente, en el distrito central; pues mientras que a nivel cantonal, la agricultura y ganadera representa el 76% de la poblacin ocupada, en el distrito central sta se reduce al 60%. Cuadro No. 5 Principales actividades econmicas en el cantn de Buenos Aires Distrito Buenos Aires Agricultura y Ganadera 60% Comercio y reparacin 8% Enseanza 6% Construccin 3% Industria manufacturera 2% Transporte y comunicacin 4% Hoteles y restaurante 3% Administracin pblica 3% Hogares con servicio domstico 3% ActividadINEC, Censo, 2000

Datos Cantonales 76% 5% 4% 3% 2% 2% 2% 2% 2%

Conforme ha ido creciendo el cantn de Buenos Aires y ha aumentado la poblacin que lo habita, el comercio y los servicios se han convertido en importantes ramas de su actividad econmica. Al menos el 5% de la poblacin se dedica a actividades de comercio y reparacin en todo el cantn y el 8% en el distrito central donde esta rea econmica parece estar concentrada. En este centro urbano, es posible encontrar una alta cantidad de sodas y restaurantes, bares y cantinas, tiendas en general y pulperas, las cuales se encuentran no solo dentro del casco central, sino que tambin en toda la periferia de la ciudad. Por tanto, el centro de Buenos Aires se ha convertido en un espacio comercial de gran importancia en toda la regin. Prueba de lo anterior, es que de las patentes activas que ha otorgado la municipalidad de Buenos Aires en todo el cantn, la mayora corresponde, como es de suponer, a pulperas, pues de un total de 857 patentes, 235 son de este tipo; de las cuales 52 pertenecen a negocios que se encuentran en el centro de Buenos Aires. Por su parte, 74 conciernen a tiendas, bazares y libreras, 57 a sodas y restaurantes a nivel cantonal y 32 ubicadas en el centro; 45 patentes son de bares y 9 de centros de equipo de cmputo y videojuegos, de los cuales 7 estn establecidos en el centro. Esto muestra lo centralizado que se encuentra el comercio en el casco urbano. Por su parte, entre los servicios, el transporte publico y privado sobresalen en importancia y cantidad, pues existe un total de 84 patentes relacionadas con 30

actividades de transporte. En el centro de Buenos Aires, pueden encontrarse dos servicios de taxi: uno formal con un total de 25 vehculos, y una asociacin de transporte privado con 20 vehculos; adems de un aproximado de 70 de otros taxis y servicios de transporte informales denominados piratas. Adems, se encuentran servicios de buses pblicos: TRACOPA, que conecta a Buenos Aires con otras poblaciones de la zona Sur y San Jos; CAFESO, que lleva a San Isidro y otros pueblos cercanos; una empresa autobusera local que atraviesa la ciudad y una empresa contratada por PINDECO para el traslado de sus trabajadores. La actividad urbanstica se ha dinamizado mucho en los ltimos aos, tanto que desde hace cinco aos, se han desarrollado aproximadamente seis proyectos habitacionales del INVU, adems de proyectos de vivienda promovidos por PINDECO para sus trabajadores y otras iniciativas como la construccin de viviendas de la Fundacin Costa Rica Canad. Es por esto, que la actividad econmica de construccin se ha aumentado en Buenos Aires, llegando a alcanzar el 3% de toda la poblacin ocupada. La actividad turstica, a pesar de haber tenido un desarrollo significativo en muchas zonas del pas, en Buenos Aires no se ha presentado como un activador importante de la economa; esto se nota en el hecho de que solamente existen cinco patentes para cabinas y hotelera en todo el cantn. Estos hospedajes no son muy atractivos por lo que existe la tendencia de funcionarios pblicos y agentes vendedores de quedarse en San Isidro o en Palmar Norte. No obstante, especficamente en algunos territorios indgenas como Trraba, Curr, Ujarrs y Boruca se han generado algunos proyectos familiares de turismo cultural y ecoturismo. La fabricacin de mscaras, los tejidos tradicionales y el Baile de los Diablitos han atrado visitantes a estos territorios indgenas, pero es an un negocio dbil y no muy bien organizado. Un aspecto importante de la economa bonaerense es el problema de la pobreza por la que atraviesan muchos de sus pobladores, principalmente en las zonas perifricas del distrito central. A nivel regional el ndice de hogares pobres alcanza el 34%, mientras que a nivel cantonal los hogares pobres alcanzan el 38% y el ndice de desarrollo social es del 22.2. Por su parte, el dficit de empleo abarca a la regin en general; pues la tasa de desempleo de la regin Brunca, ha aumentado hasta sobrepasar los promedios nacionales; mientras que a nivel nacional el desempleo es del 6%, en la regin es del 7%. A nivel cantonal, en cambio, se reduce el desempleo al 5%; lo que indica un buen nivel de empleo. Mientras que en el distrito central el desempleo es del 5%; en Volcn, el otro distrito donde est presente PINDECO, tiene un desempleo del 8%. Esto podra significar que los empleos directos que la empresa genera en la zona, no son tan significativos como los indirectos que produce y stos estn concentrados en la Ciudad de Buenos Aires. Estas condiciones son preocupantes, debido a que la poblacin en condiciones laborales, es decir la PEA de Buenos Aires, en casi todos los distritos ronda al 50% de la poblacin; lo cual quiere decir, que se evidencia en este cantn un 31

capital social y una potencial mano de obra bastante amplia, que no est siendo absorbida y aprovechada en beneficio del desarrollo comunal y de la superacin de las condiciones de pobreza en que se encuentra; pues este es el cuarto cantn ms pobre de todo el pas. Adems, otra situacin importante de distinguir en la regin en lo referente al empleo, es el empleo infantil, el cual alcanza los niveles ms elevados del porcentaje nacional, llegando a un 17%; lo que puede estar relacionado a las condiciones de pobreza de toda la regin Brunca (ICE, 2004). El primer empleador del cantn es el sector agropecuario y sin duda alguna PINDECO con sus casi 4 000 empleados directos y aproximadamente 2.000 indirectos (transportistas, mecnicos, empleadas domsticas, servicios, etc.), es el principal empleador. Luego sigue el Estado que ocupa en sus planillas de educacin, salud, electricidad, seguridad y otras instituciones una gran cantidad de empleados, generalmente bien pagados. Salarios puntuales, seguros y relativamente altos del Estado y PINDECO, evidentemente han repercutido en el desarrollo de un sector comercial pujante en Buenos Aires y con influencia en San Isidro del General.

4. SERVICIOS PBLICOS 4.1. Desarrollo institucional El cantn de Bueno Aires cuenta con una amplia cobertura institucional, pues es posible encontrar el aparato estatal manifestado en diversas agencias y oficinas gubernamentales. Esta presencia inicia desde la dcada de los cincuenta aproximadamente, como una iniciativa de desarrollo para la zona del pacfico sur dirigida desde el Estado. Da comienzo con la instalacin de una Unidad Sanitaria, una sucursal del Banco Nacional, el establecimiento de una agencia de extensin del MAG, el inicio de servicios de la CCSS, entre otros. Actualmente, en Buenos Aires es posible encontrar, centralizado en el distrito primero y en el casco central propiamente dicho de la ciudad, adems del palacio municipal, una oficina del Ministerio de Salud, una oficina del Ministerio de educacin, una del Tribunal Supremo de Elecciones, agencias de tres bancos estatales (BNCR, BCR, BPDC), una oficina del ICE, una de la Corte Suprema de Justicia, una dependencia del MOPT y un centro de oficinas que alberga las sedes del IDA, de CNP y el MAG. Adems se encuentra un destacamento de la Guardia Civil y una clnica de la CCSS. Es importante destacar que la mayora de los funcionarios de estas instituciones, son provenientes de otras zonas de la regin, de Prez Zeledn o del Valle Central, lo que sigue haciendo visible la permanente intencin de expandir hacia Buenos Aires un proyecto de Estado y de desarrollo, ms que la construccin interna del mismo. Debido a este desarrollo institucional, Buenos Aires se ha convertido en un importante centro para trmites burocrticos, administrativos y financieros para otras zonas cercanas. Existe una amplia organizacin comunal; con una Asociacin de Desarrollo, un 32

Comit de Caminos, la Asociacin de Ganaderos y Agricultores de Buenos Aires, una Junta Cantonal de Salud y una Asociacin Cvica encargada de corroborar que tanto las organizaciones como las instituciones estatales cumplan con su deber; entre otras. Adems, existe una Asociacin Indgena llamada ARADIKES, la cual cuenta con sus instalaciones en Buenos Aires; esta opera como mediador para el financiamiento de diversos proyectos dentro de las zonas indgenas, as como tambin es vocero de sus necesidades y disposiciones. Esta organizacin cuenta con el apoyo econmico de varios organismos internacionales, entre los cuales la fundacin Costa Rica-Canad es una de las ms constantes. Otro aporte econmico con el que cuenta ARADIKES, es el proveniente de las cabinas y albergues que tienen dentro de sus instalaciones, as como el servicio de restaurante que ofrece. Por su parte, el ICE, actualmente est planteando la posibilidad de desarrollar en Buenos Aires el proyecto hidroelctrico Boruca, en su nueva versin Veraguas, la cual se ubicara en la parte noroccidental del cantn. Esto provocara y ha provocado ya en alguna medida, en Buenos Aires una mayor intervencin de dicha entidad. Adems, podra significar para la regin, un cambio en la estructura econmica, en caso de desarrollarse proyectos tursticos o de otra ndole diferente a la produccin agraria. Desde hace casi 40 aos el ICE estudia un aprovechamiento hidroelctrico del Trraba, no se sabe con certeza si alguna vez construirn un proyecto, sin embargo el conocimiento cientfico de la cuenca y el empleo generado hasta ahora son significativos para el desarrollo cantonal. Es posible decir, por ltimo, que no se percibe en la poblacin una profunda confianza en el trabajo de la Municipalidad ni de la Asociacin de Desarrollo; pues se considera que ninguno ha llegado ha contrarrestar los principales problemas de Buenos Aires. A esto se le unen otros problemas a nivel de organizacin, dentro de los cuales pueden citarse, la poca participacin de mujeres y jvenes en los procesos de desarrollo, as como la falta de comunicacin entre las diversas organizaciones (datos de la Junta Cantonal de Desarrollo de Buenos Aires).

4.2. Educacin y salud Encontramos en Buenos Aires un total de 141 centros de educacin primaria y 12 de educacin secundaria. De estos, 34 escuelas y 5 colegios se encuentran en el distrito central; donde adems est presente una universidad privada. Todo esto, nos muestra una centralizacin tambin en el mbito educativo. Esto puede significar una razn de desplazamiento de otras zonas hacia el casco central, principalmente para acceder a la educacin secundaria. Sin embargo, se observa que en general, todos los distritos cuentan con altos niveles de alfabetismo, arrojando datos similares, donde el distrito Pilas sera el ms bajo con un total del 86% (Estadsticas MEP, 2004). A nivel cantonal Buenos Aires cuenta con un 89% de alfabetismo y dentro del distrito central el alfabetismo alcanza hasta el 90%, lo cual indica el alto acceso 33

que la poblacin tiene a educacin; an as, se mantienen niveles que estn por debajo de los nacionales, pues este llega al 95%. Es importante recalcar que un colegio y una escuela del total que se encuentran en el centro de Buenos Aires, son de educacin privada y ambos pertenecen a PINDECO. Estos centros educativos son utilizados principalmente por hijos de los funcionarios administrativos de la empresa. Adems, existe un convenio entre esta empresa y el INA, mediante el cual se brinda capacitacin a potenciales trabajadores de Buenos Aires. Esto representa un beneficio para PINDECO, en el tanto le posibilita contar con mano de obra bien capacitada; y un beneficio para la poblacin bonaerense que est recibiendo una buena capacitacin que le servir tanto para su trabajo dentro de la empresa como fuera de ella. Nos encontramos en Buenos Aires que una parte importante de la poblacin cuenta con estudios en educacin secundaria, el 11% a nivel cantonal y el 17% a nivel del distrito central; aunque al mismo tiempo se presenta en el cantn un bajo porcentaje de pobladores con estudios universitarios, solo el 2%; y un alto porcentaje de pobladores sin ningn tipo de educacin formal, alcanzando el 14%. Otro aspecto importante de la educacin en Buenos Aires es que cuenta con programas educativos, que aunque son designados por el MEP, tienen algunas caractersticas particulares, en el tanto se imparten cursos y talleres en ebanistera, sistema de riego y tuberas, plantacin in vitro, agricultura orgnica, entre otros; lecciones que aportan insumos ms all de la educacin formal, de gran utilidad en el medio rural. Por otra parte, tambin se encuentran los colegios y escuelas en los territorios indgenas, que tambin cuentan con programas particulares, donde se incluyen temas de rescate de tradiciones culturales y lingsticas. Sin embargo, esto no ha representado necesariamente un aporte significativo en todos lo casos, pues el xito de estos programas tiene que ver con la formacin y dedicacin de los educadores, los cuales a pesar de ser indgenas, en algunos casos no han tenido la conviccin para emprender un cambio. En lo referente al mbito de la salud en Buenos Aires, es posible decir, que los servicios de la CCSS tienen una buena cobertura. Existen en el cantn un total de siete EBAIS, abarcando en su totalidad a una poblacin de 31592 personas. Adems, existe una mvil que se desplaza dando servicios bsicos de medicina por las comunidades que presentan un difcil desplazamiento de sus pobladores, tales como Salitre, Olan, Ujarrs, Chnguena, Santa Luca, Curr, La Bonita, Las Vegas, Ceibn, Las Vueltas, Bijagual y Cajn. Adems se encuentra en Buenos Aires una clnica de la CCSS, desde donde se dirigen todos estos EBAIS y servicios mviles. Por su parte, PINDECO cuenta con su propia rea de salud para atender a sus funcionarios, aunque en algunos casos de mayor gravedad deben hacer uso de los centros de salud de Buenos Aires (Datos de la Clnica de Buenos Aires, 2005). Aunque tanto los EBAIS como la clnica cuentan con un buen y amplio servicio, brindando atencin integral a pacientes de todas las edades; se presentan 34

algunas deficiencias que tienen que ver con espacio y calidad de los equipos, combinado con la inexistencia de servicios especializados. Por tanto, casos tan habituales como un parto, no pueden ser atendidos en la clnica, por lo que todas las mujeres son enviadas a dar a luz a San Isidro; lo mismo sucede son personas que deban ser internadas por largo tiempo. Es decir, que en este sentido, existe una fuerte dependencia con Prez Zeledn. No obstante, es posible decir que en Buenos Aires se mantienen ndices de salud similares a los nacionales, pues el 87% de la poblacin total se encuentra asegurada; la mortalidad infantil es de 11.46 y la general de 2.9, mientras que la mortalidad general a nivel nacional es de 3.9 (INEC, Censo 2000).

5. PATRON DE ASENTAMIENTO El cantn de Buenos Aires est dividido en nueve distritos, todos con un centro de poblacin que mantiene la estructura que se repite en muchos de los asentamientos poblacionales de Costa Rica, producto del patrn establecido desde la colonia, donde se encuentra un centro definido por la posicin de la iglesia de este a oeste, con un parque o plaza central, rodeado por entidades estatales como la municipalidad, la escuela, entre otras. Adems, cuentan con una periferia en donde se encuentran fincas dedicadas a ganadera, produccin de caa de azcar, caf o algunos otros productos de autoconsumo. Todos estos distritos, a excepcin del central, estn catalogados como rurales. En algunos distritos se presenta un patrn de asentamiento nuclear y en el caso de Volcn y Potrero Grande fue diseada una retcula urbana en 1914 por el sabio y gegrafo suizo Henry Pittier. En Biolley la concentracin poblacional ms importante es El Carmen en un patrn de asentamiento lineal. En Boruca el patrn de asentamiento es nuclear y fue diseado por los frailes franciscanos en tiempos coloniales. En Colinas, Pilas y Chnguena el patrn de asentamiento es lineal y disperso. En el distrito ms nuevo denominado Brunka se ha ido configurando un pueblo nuclear, Santa Marta, como satlite de la Ciudad de Buenos Aires. El desarrollo urbanstico de sta nica ciudad que se encuentra en Buenos Aires, est en gran parte determinada por la presencia de PINDECO debido a que crece luego de que dicha empresa se instala en la zona en 1979. La misma, establece sus instalaciones administrativas al lado de la carretera interamericana a aproximadamente dos Kilmetros del casco central; e inicia las plantaciones tanto en el distrito central como en el distrito de Volcn. No obstante, las condiciones espaciales que provoca en estos dos distritos resultan muy dismiles. Por un lado, est Volcn con una baja cantidad de poblacin lo cual se materializa en el reducido espacio habitacional alrededor de la iglesia, la escuela y la plaza, as como en su periferia, la cual se encuentra rodeada por plantaciones de pia. Este distrito, fue hasta la construccin de la Carretera Interamericana, lugar obligado de paso para llegar a Buenos Aires y probablemente tuvo un crecimiento dinmico hasta la dcada de los cincuenta, 35

esto resulta visible en sus construcciones. A diferencia del distrito central, se caracteriza por poseer muy pocas construcciones nuevas, donde sobresalen nicamente la urbanizacin promovida por PINDECO, formada por aproximadamente 60 viviendas y algunas casas recientemente construidas al margen izquierdo de la Carretera Interamericana. La actividad comercial es bastante limitada y est constituida por unas cuantas pulperas o comisariatos y algunas cantinas. Por esta razn es frecuente que los pobladores del distrito se trasladen a Buenos Aires o a Prez Zeledn a realizar algunas compras. En el distrito de Volcn, ms que en Buenos Aires, PINDECO ha comprado las fincas que rodean el pueblo, tanto que solamente quedan tres fincas ganaderas que no han sido vendidas a la compaa. Por esto, la expansin urbanstica en este distrito no ha sido posible, Volcn sigue mostrando el aspecto de hace 30 aos y ms. Por el contrario, el distrito de Buenos Aires, aunque tambin se encuentra rodeado por plantaciones de pia, desde los aos ochenta, momento en el que se instala definitivamente PINDECO, empieza a experimentar un desarrollo urbanstico de gran magnitud que an hoy se contina extendiendo. Esto fue posible espacialmente gracias a que en Buenos Aires las plantaciones se encuentran un poco ms disgregadas que en Volcn, en donde se presenta un solo bloque de plantacin que rodea completamente la comunidad. En Buenos Aires el casco urbano central se encuentra en la parte baja; mientras que en las zonas ms elevadas se localizan las fincas ganaderas y agrcolas. La ciudad est sobre una meseta olongada entre los ros Ceibo y Platanares. Las llanuras del Ceibo hacia el oeste son ocupadas por grandes haciendas ganaderas y existen unas pocas viviendas, ya que estn en una zona con alto peligro de inundaciones. Hacia el este son lomas ocupadas por cultivos de pia y luego se desciende hacia lo profundo del ro Platanares. La parte ms alta de la ciudad est donde inicia el camino a Salitre y muy cerca del lmite con dicho territorio indgena, la parte ms baja est en la Carretera Interamericana. El rea urbana est flanqueada en tres costados por plantaciones de pia y en otro costado por tres grandes fincas de ganado. Fuera de las propiedades de PINDECO, la nica rea de expansin urbana futura o posible est dentro del territorio indgena de Salitre