EL ABAD DON ALONSO DE MENDOZA. UNA BIBLIOTECA DEL SIGLO XVII

Por Francisco Martín Rosales

UNO de los abades más importantes de la Abadía de la Alcalá la Real fue don Alonso de Mendoza, hijo de don Luis de Mendoza y Ana de

Toledo, señores de la Junquera, provincia de Guadalajara. Antes de acudir a Alcalá por cédula expedida el 10 de mayo de 1597 por el Rey Felipe II, obtuvo varios destinos. De estre ellos se destaca el priorato y beneficiado de la villa de Tortosa, y abadía de la importante ciudad de Valladolid. Cuan­do pisó tierras alcalaínas, la ciudad vivía un gran desarrollo cultural y ur­banístico. Se daba un gran paso del traslado de la ciudad medieval en el cerro de la Mota y, al mismo tiempo, se culminaban las obras de la Iglesia Mayor Abacial. Numerosas parroquias y gran número de cofradías confor­maban la nueva ciudad dándole un aspecto renacentista y ordenado con claro contraste al anterior período. Como hombre ilustrado, ordenó las diferen­cias eclesiásticas por medio de un decreto de prelación e intervino en el jui­cio de los conocidos plomos del Sacromonte, no con mucha fortuna. Durante su época el patronazgo de la Virgen de las Mercedes adquirió un gran auge, colaborando con la organización de la cofradía y con la donación para los enseres de su capilla, que se constituyó en altar privilegiado. Murió el 15 de septiembre de 1616.

Cuando se abrió su interesantísimo testamento en los días posteriores a su muerte, los acompañantes, cabildo abacial y famihares, recogieron las mandas testamentarias y cumplieron las distintas obligaciones que conlle­vaba el citado documento. Pero lo digno de destacar dentro del conocimiento y cultura de un clérigo ilustrado de la familia de los Mendoza, probable­mente exiliado por el rey a nuestra Abadía, son los documentos que ocupa­ban su biblioteca, titulados Inventario de librería. Por su interés vamos a describirlos.

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En un cuerpo de tablas se encontraba Ruperto, abad con tres cuerpos de pergam ino de la Santísima Trinidad; dicho abad fue obispo de Worms, evangelizó Baviera y fundó la abadía de San Pedro de Salzburgo. Castro, A lfonso de, Contra los herejes, jurista y teólogo español nacido en Zamora y muerto en Bruselas, profesor de Salamanca y franciscano, autor del si­glo XVI, en los Países Bajos escribió la denominada obra, cuyo título com­pleto era Adversus omnes hereses, predicador de Felipe II. Escribió también D e iusta hereticorum penatione, obra muy importante sobre el derecho pe­nal, a la que se considera iniciadora de esta rama jurídica. Suarez, D e la compañía, Comentario de la tercia parte de las disputas, obra cuya título Disputaciones metafísicas, fue importantísima para el conocimiento filosó­fico del autor Gansenio, Comentarios. Un cuerpo en pergamino. Obra del Tostado, obispo de Á vila, que hace referencia a A lonso de Madrigal, escri­tos y eclesiástico del siglo x v , doctor de Salamanca, cartujo. Fue conseje­ro de Juan II, quien le nombró obispo, escribió obras filosóficas, de tipo moral, traducciones de clásicos y, sobre todo, las defensiones, contra Tor- quemada. Un cuerpo sobre el Génesis. Seis cuerpos en tabla de la Istoria de los santos Padres. A lussiones del nuevo testamento al viejo, de Gaspar

de Salcedo en pergamino. Huego de santo Vitor, tres Lucas. Gaspar Sán­chez Sermones de Quaresma. Cornelio Gansenio sobre todos los Santos. Clemente Alejandrino obras. Fray Tomas de A lejandría Comentarios so ­bre la pasión y rresurrectión. Francisco Tietelmany Sobre las epístolas de los romanos. A ntonio Nibresensse sobre los cincuenta lugares de la escrip- tura y sobre la exposición de los psalm os. M artín de Frías, el m odo de oir confessiones. Pablo Com itolo, Tratado legal de diferentes obras. Fray do ­mingo de Soto Sobre el Concilio Tridentino. Pedro Lom bardo sobre las Sen­tencias, Oficios propios de los santos el licenciado. D on Juan de Orozco de Cobarrubias, Las emblemas. Concilio Tridentino, Oficio de Nuestro Se­ñor devotísim o del N om bre de Jesús. D e la orden del mundo de Jacobos Salomon. Fray Vicente Justiniano D e las imágenes de Santa Catalina de Sie­na. Nicolás de Lora seis tomas sobre la Biblia y las glossas ordinarias. Obras de San Bernardo, San Juan Crisostom o cinco cuerpos. San Gregorio Papa magno. Biblioteca de los Santos Padres. D ictionario de Juan Berlingan en tres cuerpos. Orígenes en tres cuerpos. San A m brosio dos cuerpos. Santo Tomas quatro cuerpos, digo d ie zy s se is cuerpos. Plutarco Morales, Obras de Aurelio Agustino en diez tomos. Tratado de Cassos de conciencia de Fray Antonio de Córdoba, Luz del alma cristiana. Fray Felipe de Menesses, Fran­cisco de Cartajena de predestinaciones. Francisco Céfiro Explicación de di­veros lugares. Gillelmo Pepino Exposición sobre el éxodo. E l mismo sobre

siette psalm os, un libro de sermones peqeño. Calendario perpetuo del bre­viario romano, Catelma (?) sobre Job. Felipe de Greve sobre el Salterio de David. H istoria de Cain de Tome de Bio. Pablo de Palacios. Sobre los San­tos Evangelios, Suma de Armida. Juan Granada Sobre las palabras del Evan­gelio, Francisco Panigarola sobre la passion. Francisco de Spoto de guardar0 descubrir secretos. A costa de los Tiempos novísimos. Francisco de Sosa Acerca de la nueva Constituvción, de Clemente Papa octavo. Don Juan de Orozco y Covarrubias Tratado de verdadera y fa lsa profegia. Abecedario espiritual tercera p te , tres cuerpos, digo cinco cuerpos. Un libro de mano de letra antigua. Discurso de la virtud de la paciencia, tabla del Calendario Gregoriano. Fray M arcos de la Camara Conciliación de lugares difficulto- sos, otro libro de mano, otro libro sin principio ni fin . M anual de Confeso­res del doctor Navarro, Genealogía de gentiles, varones y mujeres de la santa..., otro libro de mano del concilio provincial de Toledo, Sermones de San León Pontífice. Obras de Flaminio, Fray dom ingo de Soto selec- tion. M edina de Indulgencias. Gerónimo Regio de la pretensión de los obis­pados. Fray Juan de arjanun sobre abadía, un breviario romano, una Suma de Cayetano, Concilio Tridentino, un libro de mano. Sermones de Nuestra Señora p o r todas sus festividades, un libro para alegrar el alma. Tesoro de la biblia. Palabras de Salomon de Cayetano. Pedro Menczon omelias sobre los evangelios. Don A ntonio de Guebara L ibro de llamado del m onte Cal­vario, Tratado sacerdotal de Nicolás. Olao M agno de las gentes septentrio­nales. Tratados sobre el evangelios de la resurrection y pasión. Federico Neusseo D e alabanzas de Nuestra Señora, Genealogía de Nuestra Señora sobre San M ateo, Comentario Sobre el Ecclesiastes. Juan M artin Sobre los divinos nombres, Gaspar Grafar Comentario sobre los profetas, uno qua- dernos de sermones, de todo este inventario da cuenta su vicario, Juan de Santamaría, el escribano Alonso de Contreras, y el licenciado don Juan de García. Aparece un folio aparte citados los sigiuentes libros: Suarez s.p te1 tom o, istoria de los santos padres seis tom os, Y califato Sobre los evange­lios y san Pablo, seis tom os, Corcondancias mayores 6 tom os. Incógnita sobre los psalm os 1 tom o. Vida de nuestra señora p o r diversos autores, I tom o. Fray martín de roa Lugares comunes, 1 tom o M editaciones de la vi­da de n “ S “ 1 tom o, quaresma de Gaspar Sánchez, Concilio Tridentio, 1 tom o, Officio del nom bre de Jesús, Justiniaano Las llagas de Saqnta Cata­lina de Siena, Nicolás de Lira, seis tomos, S. Juan Gregorio cinco tomos.

Una biblioteca que representa a una personalidad culta de la época de transición del Barroco al Renacimiento, acorde con los movimientos de la Iglesia y de una formación clásica y sacerdotal, muy preparada para un co­

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metido en el que los Mendoza se vieron obligados como fueron las explica­ciones de las falsas profecías. Por aquellos tiempos varios coleccionistas y el alcaide de la ciudad, don Antonio de Gamboa, manifestaban una pasión por el mundo clásico, conectando sus orígenes con la latinidad. El abad de­bió influir con su formación humanista en estos alcalaínos, aunque a Caye­ra en el despropósito del falso veredicto de los plomos del Sacromonte, que la historia reconoció después.

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