el afortunado blas

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Pequeña obra de teatro para alumnos de tercero.

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Page 1: El afortunado Blas
Page 2: El afortunado Blas

El afortunado Blas

Personajes

• NARRADOR • PASTORA • BLAS • CARNICERO • MAESTRO • GRANJERA • JINETE • AFILADOR

Escena primera

Se abre el telón. Se ve un taller de un artesano. Puede ser un zapatero, porque es fácil

reunir unos zapatos y unos martillos.

NARRADOR: Blas llevaba siete años de aprendiz con su amo. Nunca se había

destacado por su inteligencia, pero al cabo de tanto tiempo, el maestro, con paciencia, había logrado enseñarle su oficio.

BLAS: Yo creo, maestro, haber aprendido contigo un oficio. Quisiera

llevarme, pues, mi beneficio, e ir a mi madre con lo que he ganado.

MAESTRO: Y bien lo has ganado. Has sido obediente, y haces con esmero lo que has aprendido. Vete con tu madre, y llévale, hijo, diez piezas de plata.

NARRADOR: Se despidió Blas de su maestro y, echándose al hombro la bolsa con las

monedas de plata, partió hacia su casa. Se cierra el telón para que se desmonte el taller. BLAS aparece por delante, caminando

de derecha a izquierda.

Page 3: El afortunado Blas

Escena segunda BLAS camina lentamente, como arrastrando los pies, para dar la impresión de que es un

perezoso y que la bolsa pesa mucho. Los movimientos del actor han de resultar muy

graciosos.

Se acerca un JINETE, sobre su caballo, por la izquierda. Mientras tiene lugar el diálogo

entre los dos, se abre el telón, y en el escenario se puede ver un árbol y a lo lejos un río.

BLAS: (Dirigiéndose al JINETE). ¡Qué bien vas tú, hombre, montado a caballo!

Sentado en la silla, no gastas zapatos ni en piedras tropiezas. Ah, ¡quién lo tuviera!

JINETE: ¿Por qué vas a pie si esfuerzo te cuesta?

BLAS: (Sigue quejándose, como si no le

hubiese oído). Y llevo este peso: diez piezas de plata. Es tanto que cansa. El hombro me duele.

JINETE: ¿Diez piezas de plata? Dame esas monedas. Toma mi corcel. Tú estarás contento. Y yo, yo también.

BLAS: Tú verás qué haces. Es muy grande el

peso.

JINETE: (Se baja del caballo, ayuda a montar a

BLAS y le da las riendas en la mano). Dale en la grupa si quieres andar. Se llama Lucero. ¡Arre, arre!, grita. Cuanto más golpees, más rápido irá.

NARRADOR: Blas se alegró mucho de haber hecho el cambio, y siguió su camino

montado a caballo. El JINETE abandona el escenario dando saltos de alegría.

BLAS: (Exclama contento). ¡Qué cómodo voy!

NARRADOR: Blas no sabía montar y, en cuanto el caballo comenzó a galopar, Blas

se cayó en una zanja del camino. LUCERO sale a todo galopar y, de repente, frena de golpe, haciendo que BLAS se caiga.

Aparece por la izquierda una PASTORA con su vaca. La vaca lleva colgando un cubo.

Page 4: El afortunado Blas

NARRADOR: Por suerte, se acercaba una pastora con su vaca y sujetó a Lucero.

PASTORA: ¡So, so, caballo! ¿Dónde crees que vas?

BLAS: (Se levanta y se cerciora de que no tiene nada roto además de

sacudirse el polvo. Está muy enfadado). ¡Es mío el caballo! No es broma montarlo si en piedra tropieza. Tú tienes tu vaca, que es mansa, que es buena, que produce leche, que te da manteca. ¡Ay, quién la tuviera!

PASTORA: ¿Prefieres la vaca? ¡Mira que es muy lenta!

BLAS: ¡Pero por supuesto!

Me dará a mí leche, me dará a mí queso, blanca mantequilla. ¡Claro que la quiero!

PASTORA: Aquí te la dejo. Su nombre es Aurora.

Dame tú el caballo, que yo me lo llevo. La PASTORA monta al caballo y desaparece al galope por la izquierda. BLAS camina sobre

el escenario detrás de la vaca.

NARRADOR: Después de un largo rato andando tras la vaca, Blas comenzó a tener

sed.

BLAS: ¡Ay, qué sed siento! (Se da una palmada en la frente, como recordando).

¡Si tengo a Aurora! ¡Veremos, señora, qué leche da usted!

Ata la vaca al árbol e intenta ordeñarla, pero no sabe hacerlo. La vaca le da una patada y

BLAS cae desmayado. Se acerca, por un lado del escenario, un carnicero llevando un cerdo

en una carretilla.

CARNICERO: ¿Qué sucede, hombre?

¿Ayudarte puedo? Yo soy carnicero.

Page 5: El afortunado Blas

BLAS: Me muero de sed. (Señala a la vaca). Ordeñarla quiero, mas no sé cómo hacerlo. ¿Sabe hacerlo usted?

CARNICERO: Esta vaca es vieja y no tiene ternero. Ya no da más leche y, aunque a ti te pese, su mejor destino es el matadero.

BLAS: ¡Una vaca vieja! ¡Muy dura su carne ha entonces de ser! ¡Si tuviera un cerdo! ¡Ay! ¡Jamón, chorizo, qué tiernas chuletas podría comer!

CARNICERO: Me llevo la vaca. Toma tú al cerdo.

BLAS: ¡Cuánto se lo agradezco!

El CARNICERO desaparece con la vaca por la derecha y BLAS continúa su camino, llevando

al cerdo en la carretilla.

NARRADOR: Blas siguió camino hacia el pueblo de su madre, contento de haberse librado de la vaca.

Aparece una GRANJERA que lleva un ganso debajo del brazo.

GRANJERA: Me voy a un bautismo a llevar el ganso. Tiene buena grasa, pues ocho semanas lo he alimentado.

NARRADOR: Blas le relató todos los buenos negocios que había hecho.

BLAS: ¡Soy afortunado! ¡La plata, el caballo, la vaca! Y un cerdo he cambiado.

GRANJERA: ¡Uy! Ándate con tiento, pues en aquel pueblo han robado un cerdo. ¡Corres serio riesgo!

BLAS: (Asustado). ¡Ayúdame, entonces!

Dame tú el ganso a cambio del cerdo.

Page 6: El afortunado Blas

GRANJERA: Yo salgo perdiendo. En fin, que lo hago por tu propio bien. Coge el ganso, ten. (Desaparece por la derecha, muy satisfecha con su negocio).

NARRADOR: Una vez hecho el cambio, Blas siguió muy contento su camino.

BLAS: Yo sí que he ganado: un ganso muy gordo. Será un buen asado. Su grasa seis meses me ha de durar. ¡Y además la pluma! Con ella una almohada voy a rellenar. Dormiré tranquilo.

NARRADOR: Cerca ya del pueblo de su madre, Blas se encontró con un afilador que afilaba unos cuchillos.

BLAS: (Después de observarlo un rato, con el

ganso bajo el brazo). ¡Muy rico has de ser, qué fácil trabajo!

AFILADOR: Pues claro que sí. Afilando vivo más que bien. No falta dinero. Tú tienes un ganso, ¡qué hermoso animal!

BLAS: ¿Verdad que lo es?

AFILADOR: ¡Menudo dinero has debido pagar!

BLAS: ¡Qué va! ¡Ha sido un chollo! Un cerdo he cambiado.

AFILADOR: Y el cerdo que dices, ¿de dónde lo has sacado?

BLAS: He dado una vaca muy vieja y muy flaca.

AFILADOR: ¿Y la vaca, entonces, de dónde salió?

BLAS: Un caballo arisco un jinete me dio.

AFILADOR: Y tú, ¿qué le diste?

BLAS: Diez piezas de plata. Eran una lata.

Page 7: El afortunado Blas

AFILADOR: Y la plata, entonces, ¿de dónde provino?

BLAS: De unos siete años de ejercer oficio.

AFILADOR: Pues te ha ido muy bien. Ahora, si tuvieras siempre en tu bolsillo un buen dinerillo…

BLAS: ¿Y cómo he de hacer?

AFILADOR: Hagamos un trato. (Coge una piedra común del camino).

Yo tengo otra piedra, muy valiosa es. Yo te doy la piedra a cambio del ganso.

BLAS: ¿De veras lo dices? ¡Cuánto te agradezco! ¡No me lo merezco!

AFILADOR: ¡Claro que mereces eso y mucho más! Dame ahora el ganso. ¡Idos tú y tu piedra dinero a ganar!

BLAS: ¡Qué suerte he tenido! ¡Soy afortunado, siempre que he querido, de todo he ganado!

¡Y ahora con la piedra tendré dinerillo!

NARRADOR: Blas siguió hacia el pueblo de su madre, pero ya se hallaba cansado y sediento, así que se detuvo junto a un río a beber y descansar un poco.

BLAS: (Pone la piedra en el suelo, pero al inclinarse a beber, la empuja sin

darse cuenta y la piedra cae al río).

¡Ha caído al agua! ¡Qué feliz que soy! ¡De esa piedra horrible por fin me he librado! ¡Qué suerte he tenido, soy afortunado!

NARRADOR: Y así hemos aprendido con Blas que, si uno no valora lo que tiene, pronto se verá despojado de ello.

FIN