La Montaña, 22 de agosto de 2016.

“El águila”

Buenos días mis estrellas,

Érase una vez en una casa de campo había un gallinero, estaba lleno de gallinas y pasó un día un señor, un buen hombre y miró fijamente a las gallinas, vio que había una que era muy particular, se acercó un poquito más y no era una gallina, era un águila ¡Un

águila!

Entonces se acercó y dijo: “¡No puede ser! No puede ser, ¿Pero qué le han hecho?” y mirándola bien, vio que el propietario le había cortado las alas para que no volara y se quedara allí encerrada con las gallinas.

El águila sufría mucho porque un águila siempre vuela por lo más alto, es el ave real, hay una raza de águilas reales, llevan el cuello blanco son majestuosas, sus nidos siempre están en los picos más altos de las montañas más altas o árboles, pero siempre son abetos altísimos, ya que ningún hombre puede subir, son reales, majestuosas y a la pobrecita le habían cortado las alas y tenía una humillación, ya que estaba en medio de las gallinas. No es que sean feas las gallinas, evidentemente hacen mucho ruido o cacarean mucho, son muy escandalosas, pero también son muy lindas; eso sí, no tiene nada que ver una raza con la otra, una es de una corte muy baja que es la simple tierra y el águila es de la corte real; es decir, de los castillos y más allá.

Ese buen hombre lo comprendió muy bien y dijo “No puede ser, voy a ver al propietario” y le preguntó: “Hola, buenas señor, quiero comprarle esa águila, ya sabe usted que no es una gallina”, “No, no ¿Para qué la quiere?”, “Es que me gustaría tenerla en casa”, “Ah bueno, vale”, “¿Pero por qué le cortó las alas?”, “Para que no volara”, “Muy bien”. La compró y se fue tan contento a casa.

Al llegar con su águila, lo primero que hizo este buen hombre fue arrancarle todas las plumas, cuidado mis semillas no sufráis, suele suceder que cuando se le cortan las plumas a las palomas o águilas les vuelven a nacer; así que tranquilos, no sufrió.

Una vez que le arrancó las plumas esperó un tiempo y de nuevo le crecieron al águila, estaba tan feliz, la cuidaba, la mimaba y por fin el águila pudo volar por los cielos, en los árboles, en las más altas montañas y era la más feliz. El buen hombre dijo: “¡Por fin! Eres libre, se feliz y recuerda que cada ser vivo merece lo que tiene

destinado, se feliz y se libre”.

Lo primero que hizo el águila fue cazar, es el instinto y era muy feliz, las otras águilas la miraban y la admiraban. Un día dijo el águila: “Mi primer pieza de caza tiene que ser para este buen hombre que me ha dado la vida, que me ha salvado y que me ha dado mi dignidad”.

Entonces cazó una liebre y feliz iba a dársela como un gran presente, un gran regalo de agradecimiento. En el camino se encontró a un animal que se llama zorro, por algo será; y le dijo: “¿Dónde vas?”, “Voy a agradecer a la persona que más me ha querido y me ha devuelto mi dignidad y mi libertad y le doy las gracias” y le explicó lo que había pasado con el primer hombre.

Entonces le dijo el zorro: “No haces bien, quien se merece la presa es el primer hombre ves a llevársela, porque así demostrarás que siendo bueno puede cambiar su corazón, si eres generoso puedes cambiarlo y aprenderá, el hombre bueno ya sabe que es bueno, a él no le tienes que enseñar nada”. El águila pensó: “Es justo, bueno voy a intentar pero para mí el hombre bueno es

quien se lo merece, quizás tienes razón” y fue al hombre que le había puesto en la cárcel con las gallinas.

Al verla el hombre se puso muy contento y dijo: “¡Caramba! Me traes una regalo, una presa”, la cogió, se la comió, cogió al águila y le

cortó las alas y la dejó de nuevo en el gallinero. El águila se arrepintió tantas veces, tenía la libertad, su dignidad, era feliz y otra vez tuvo que compartir con las gallinas la comida y estar encerrada.

¡¿Qué tal mis semillas? ¿Qué tal mis estrellas del alma?! No repitáis el mismo error, si os habéis caído sobre una piedra a la próxima evitarla o pedir ayuda para que alguien pueda quitarla por vosotros, dar las gracias siempre es de bien nacido.

No os dejéis influenciar, la mayoría siempre son celos. Aquellos que dan consejos que vuestra intuición no reconoce o que vuestro corazón no acepta pero que os hacen creer que es lo justo, por hacer placer a los otros es la mayoría de ustedes que piensan “¿Qué pensarán?”. Guiaros siempre de vuestra intuición y de vuestro corazón, nunca os mentirá, nunca.

Cuando vais a ir a una fiesta o que salís, a veces no queréis decirlo porque pensáis ir a otro sitio o a otro lugar, tener la honestidad de decir “Me voy de fiesta” simplemente, no tengáis miedo de lo que van a pensar los otros porque seréis como el Sheik de la cabeza de pescado, decís blanco y lo queréis todo negro, tener mucho cuidado, sois mejores que las águilas, mucho mejor que las águilas, pero la mayoría os cortarán las alas.

A los que son un poquito más mayores, siempre tienen ese pudor y ese miedo “¿Qué van a pensar?”, “No puedo hacerlo, mi consciencia me lo prohíbe”, “No puedo viajar” o “Primero van a pasar la familia o mis hijos” o “¿Qué pensará mi compañero y mi compañera?” No, acordaros de esa águila.

Volar y si alguien tenéis que dar las gracias invitarlo al cine, a una cena, una comida o simplemente a reír, pero no os dejéis más cortar las alas. Si vuestra pareja se ha pasado y os ha pegado, os ha brutalizado, iros, tendréis vergüenza, tendréis miedo de decirlo pero sabéis que no podéis elegir, si os calláis será la muerte, si habláis viviréis felices, nadie tiene derecho a cortar las alas a nadie y si sois jóvenes tener cuidado con los que os aconsejan “No entréis a casa esta noche quedaros con nosotros vamos a

beber un poquito más, nos lo vamos a pasar bien, vamos a escuchar la música”. No, pensar en el zorro que sea drogas, alcohol, sexo o violencia, es el zorro o el hombre del sombrero.

Dejar un poquito para mañana, hoy ya habéis disfrutado suficiente, quedan muchos días, si lo descubrís todo en un día después os aburriréis. Creer, escuchar siempre vuestro corazón que es vuestra conciencia y vuestro chakra 6, estoy segura que lo haréis, segurísima.

¡Dios mío os amo tanto! Si pudierais comprender la alegría, la libertad de esta águila cuando volvió a nacer a renacer, igual para vosotros jóvenes, no te preocupes Lucy, pinguillo, se nace con la Luz y nunca se puede apagar, eres más fuerte que las tinieblas ¡Véncelo! no te preocupes de lo que dirán ¿Qué quieres tú?

Igual os digo a todos los jóvenes a Omar, a Sarahí, a Pablo, a Luis, a Danielle, a Mattias, a todos los jóvenes, a

Enrico, a Gianmarco, a Nicola, a todos los jóvenes, a Sandra, a su hermana, a Bea, a Andrea, A Henry, a Karla, a Aurora, a Laura, a Francesca, a Daniela, a Chris, a Silvia de Guatemala, a Guillermo, mi Guillermo es muy especial, cuánto me gustaría que viniera para

poder organizar y que os enseñara sus manualidades que son muchas.

Estoy en el Rincón del Universo, hay una yuca y una joven le ha dado una limpieza maravillosa y lo ha hecho jovencísimo, precioso y soy tan feliz con todos ustedes, hay una más, una pequeña Cristina, pero ella es un ángel.

¡Animo jóvenes! ¡No escuchéis al zorro! Sólo a vuestra intuición y tener buenos pensamientos, porque estarán agradecidos los Seres de Luz con vosotros.

A María José de Costa Rica, a Lilian de Costa Rica, hay tantos, tantos, perdonarme si olvido los nombres, pero los llevo en mi corazón, a María que ahora está en Italia, a Marghe que ya no es una niña, pero también va dedicado para ella, a Heloisa pssss, te añoro mucho Heloisa me

gustaría tanto verte y que estuvieras con los jóvenes.

Os mando mi amor y un abrazo y deciros que os quiero y que os amo.

Con todo mi amor siempre, Vuestra Jardinera