El aparapita de Jaime Sáenz, ¿continuidad de la

mirada colonial? Rufo Valencia

El desafío que tienen los estudios y las elaboraciones teóricas colectivas sobre la colonialidad (“Proyecto Modernidad / Colonialidad / Descolonialidad”) es el de poder acercarse a la literatura no solo con una mirada crítica, sino como una práctica propositiva.

Del indígena visto como “Raza de bronce” en la novela de Alcides Arguedas (1879-1946), publicada

en 1919 al…

…aparapita en la novela de Jaime Sáenz (1921-1986) “Felipe Delgado”, publicada en 1979.

Jaime Paz Soldán blog: El maldito Jaime Sáenz

“Una de las facetas más extrañas de Sáenz es su relación con el nazismo, que descubrió durante un viaje a Alemania en 1939. Lo fascinaba el lado mágico, místico del nazismo; tenía una gran simpatía por el irracionalismo alemán. En la pared de uno de sus cuartos tenía la foto de Hitler y en una pizarra había dibujado una esvástica; creía que el nazismo era la última esperanza para detener el avance del capitalismo (que veía como una conspiración judía). Esa fascinación con el nazismo lo acompañó toda su vida, y estaba plagada de contradicciones: Sáenz utilizaba ideas nacionalsocialistas sobre la importancia de lo telúrico para aplicarlas a Bolivia y creía que en la potencia de la raza aymara se encontraba el futuro del país (en su escritorio guardaba la foto de un indio aymara gigante).” La Tercera, 31 de diciembre 2011

Indígena quechuaMartín Chambi ( 1891-1973)

Dos momentos en la vida de Jaime Sáenz: su adhesión al nazismo y su matrimonio con una alemana, Erika.

Dos ediciones de Felipe Delgado, (1979 y 2008), novela de Jaime Sáenz (1921-1986)

Fragmento de “Felipe Delgado” 

“El aparapita nunca grita ni llora, ni siquiera entre sueños. El aparapita siempre es solo. No tiene nada que ver con nadie, excepto con el propio aparapita, o sea consigo mismo. El mundo en que vive no le ha sido impuesto, sino que es un mundo creado por él. Y cuando este mundo ha dejado de gustarle, cuando ya no le da la gana de vivir, el aparapita echa una larga mirada sobre la ciudad, y entonces se saca el cuerpo.”

(Capítulo XI, pp 133. Plural Editores, reimpresión de la segunda edición: febrero 2008. La Paz, Bolivia)

Fragmentos de “El aparapita de La Paz”

La palabra es de origen aymara y quiere decir: “el que carga”… es el aparapita un indio originario del Altiplano y su raza es la aymara.

Todos ellos, fatalmente, están destinados a perecer en garras del alcohol. Es inconcebible la ancianidad en un aparapita: nuestro hombre desprecia la comida y prefiere la bebida…

… la gente lo repudia; no puede con él. Para los curas es un endemoniado, y una oveja descarriada según los evangelistas; para las viejas es un brujo. Pero según los brujos no lo es. Y según mi abuela, es una criatura de los mundos infiernos. Para unos es una bestia, para otros un animal, y para aquellos un leproso. Los literatos no le han hecho caso y tampoco los poetas…

… si finalmente hasta los aparapitas están destinados a desaparecer, quiere decir que algo anda mal, y si esto es así, habrá que reconocer entonces que estamos reventados –aunque por otra parte, es evidente que jamás lo estaremos del todo.

… mientras el Altiplano y la raza aymara existan, y mientras la ciudad de La Paz exista, es absolutamente seguro que el aparapita seguirá existiendo.

El aparapita está siempre en la ciudad, y no obstante, al mismo tiempo habita el Altiplano, y se encuentra aquí y se encuentra allá, sin moverse de su sitio.

… bebe hasta reventar, y por paradoja, mal puede permitirse el lujo de morir de hambre, ya que su gran sentido de la dignidad se lo prohíbe.

Un aparapita en la actualidad

… cuando se ofrece transportar cualquier bulto y no se tiene la suerte de encontrar un aparapita, no hay más remedio que contratar una camioneta y resignarse a gastar una suma que resulta diez veces mayor que la que se erogaría por los servicios de un aparapita. De ahí que si alguien resulta perjudicado con la falta de aparapitas, es la gran masa del pueblo.

… puede llevar perfectamente un peso de seis quintales a una distancia de veinte o treinta cuadras sin hacer un solo descanso.

El aparapita es un hombre libre, hasta donde puede serlo un hombre como él, que debe ganarse el pan dependiendo de lo que buenamente –o malamente– le pagan…

… no le gusta comer, y no será temeridad afirmar que desprecia la comida; en el sentir del aparapita, algo que precisamente se asocia con la basura es la comida. De ahí se explica el porqué de su estar, horas enteras, repantigado en la basura; a decir verdad, la basura no le repugna, sino que, antes bien para él, es simplemente una cosa despreciable, pero que, sin embargo, no por ello dejará de ofrecerle alguna grata sorpresa…

… por regla general, el aparapita muere bebiendo; en los recovecos de la Garita de Lima, en las esquinas de la calle Tumusla; en los callejones del Gran Poder –allí se encuentra su cadáver.

Jaime Sáenz posa como aparapita

“La ropa que lleva en realidad no existe. Es para quedarse perplejo. El saco ha existido como tal en tiempos pretéritos, ha ido desapareciendo poco a poco, según los remiendos han cundido para conformar un saco, el verdadero, pues no es obra del sastre, es obra de la vida un saco verdadero.”

El aparapita como nudo generador de discursosMondaca Producciones presenta en Cochabamba, la adaptación

de “Aparapita”, de Felipe Delgado, del 3 al 5 de febrero en el Teatro Achá, 2011. Cochabamba, Bolivia.

El aparapita en las instalaciones y pinturas de los artistas bolivianos Gastón Ugalde y Ricardo Quispe

… más aparapitas, según Arnal y Golla…

Música Grupo Atajo. Álbum “Vivitos y coleando”. Aparapitahttps://www.youtube.com/watch?v=wsISTHp6CxU Luis Rico No le digashttps://www.youtube.com/watch?v=jmhQk8xABlw Cine Saber que te he buscado, dirigido por Mela Márquezhttps://www.youtube.com/watch?v=5HqdPe3SYrg

 Felipe Delgado, dirigido por Francisco Ormachea (1988)https://www.youtube.com/watch?v=31kss-0e-mc

El aparapita en otras formas estéticas

“El yatiri” Óleo de Arturo Borda (1883-1953)

¿es posible una mirada “decolonial” del aparapita?

Según Quijano, las formas de operación de la colonialidad cultural implican, al comienzo, la represión sistemática de los patrones de expresión, de conocimiento y significación de los dominados. Luego, con la función de interrumpir definitivamente tales patrones y como medios de control social y cultural, los dominadores imponen sus propios patrones de expresión y sus creencias e imágenes sobre lo sobrenatural. (Inflexión decolonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos. p 94)

Dos remos europeos para navegar en la piragua de Guillermo Cubillos, compuesta por José Barros

Merleau-Ponty (1908 – 1961)«La plus importante acquisition de la phénoménologie est sans doute d’avoir jointl’extrême subjectivisme et l’extrême objectivisme dans sa notion du monde ou de la rationalité».

La perception chez Merleau-Ponty est une expérience dialectique du vécu intériorisé, intégré à l’expérience du corps et de la pensée, laquelle s’applique ensuite au monde extérieur.

El cuerpo no es un objeto en el mundo, sino el medio de comunicación con el mundo.

El cuerpo humano, como manifestación y presencia corpórea en el mundo, es el único a través del cual se concreta nuestro ser-en-el-mundo. El cuerpo y su intervención en el mundo son los medios primarios y básicos que el hombre tiene para conocerse a sí mismo y al mundo. Las relaciones que se establecen entre ambos no vienen determinadas por una ley o estructura, sino que es el mismo hombre quien las sintetiza como protagonista que es de un conjunto de significaciones vivientes.

Eric Hobsbawm (1917 – 2012)

La historia desde abajo: la incorporación del subalterno en la composición de la narrativa de lo que se ha vivido.

“Escribí la historia de mi abuelita, de mi mamá y la mía, y me di cuenta de que había un sentido histórico” Mujer líder de El Alto.

“Si la humanidad ha de tener un futuro, no será prolongando el pasado o el presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre estas bases, fracasaremos. Y el precio del fracaso, esto es, la alternativa a una sociedad transformada, es la oscuridad.”

El actor David Mondacca en el papel de aparapita

¿qué es lo que se esconde detrás del aparapita?Marcas de identidad adscritas al aparapita, el aymara, en los textos de Jaime Sáenz:

Cuantificado como fuerza bruta y valor económico. Aguante físico, no necesita comer.Referente de la estratificación social.Habita la periferia urbana, solo, aislado de su ayllu, su comunidad.Es representado desde los registros de lo nocturno, los oscuro, lo grotesco, lo tétrico.Vive en los basurales, alcoholizado.Cosificado al momento de ingreso del indígena a la ciudad, en la frontera entre campo y ciudad. Privado de la ciudadanía, su futuro es la muerte.En la ciudad pasa de ser un sujeto comunitario, a sujeto individual sin pasado.Circula en los espacios primero comerciales, mercados y tambos.No ingresa a la ciudad, a los espacios de clase media. Habita la frontera entre lo indio, lo cholo, lo mestizo y lo blanco.

Las narrativas aymaras antes del texto: la memoria larga, la luz como divinidad, el ser parte de la comunidad, la

reciprocidad, la forma no occidental, no racional de ser en el mundo

¿en qué momento el aymara se cansa de ser el aparapita para ingresar plenamente a la ciudad, al lugar de donde emana el poder?

El camino del ayllu al sindicato y al poder

Hilando los elementos para vencer la colonialidad: relojes y saberes…

Tres universidades indígenas bolivianas fueron inauguradas el pasado 11 de abril, 2009, ellas son: Casimiro Huanca (quechua) en Chimoré de

Cochabamba, Tupac Katari (aymara) en Warisata de La Paz y Apiaguaiki Tüpa (guarani) en Macharetí del Gran Chaco de Chuquisaca.

… hacia la paridad de género o la unidad de warmi pacha y chacha pacha en los espacios de poder…

La recuperación de la palabra… Congreso aprobará el primer diccionario oficial de aymara