el apóstol de la isla de pascua (eugenio eyraud)

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  • 8/6/2019 El Apstol de la Isla de Pascua (Eugenio Eyraud)

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    EL A P ~ S T O LDE L A I S LA D E P A S CDBJOSE EUGENIO EYRAUDHERMAN0 DE LA CONGREGACIbN DELOS SAGRADOS CORAZONES

    DOCUMENTOS SOBRE: LA VIDA DELHER MA N0 EUGENIO Y SU APOSTOLADOEN LA ISLA DE PASCUA, PUBLICADOSB 6 R MONSEROR RAFAEL EDWARDS,

    BISPO Y VICAR10 CASTRENSE. : :

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    A LOS OBREROSE stas p ig in as ha n s ido publicadas para hnm f a m e -m or ia de un hombre modes to qu e empuii6 en sus manos

    las herram ientas del t rabajo y que , convert ido m8s tardeen obrero del Evangelio, l lev6 la luz de la fe de Jesu-cristo a 10s indig en as de la Isla de Pascu a.Creo oportuno presentarlo com o modelo a 10s ob reroeen estos t iempos en que , desgraciada m ente, no gocos d eellos van olvidando el am or qu e deben a la f e cris t iana.Si Jesucristo redimi6 las almas de todos 10s hombres10s obreros recibieron de El doble redenci6n. E n efecto,antes de qu e Jesucr is to empufiase en sus m anos lashe rra m ien tas del trab ajo , Bste era estim ado como unadeshonra y fu6 el Redentor quien proclam6 la igual-dad y la fraternidad d e 10s hom bres y quien puede serl lamado Divino Libertador de 10s obreros.

    Por eso E l qu iso qu e fue ran hom bres de t rabajo 10sprimeros Ap6stoles de su doctrina; y las primeras cris.t iandades eran formadas en su m ayor par te por opera-rios y esclavos que esperaba n del Cristo la doble libertaddel espfritu y del cuerpo.Rec orriendo la historia de aquellos gloriosos t iempo sdel Crist ianismo naciente, vemos a muchos obreros y es-clavos lleva r la luz de la f e a loe hogares y a las ciuda-des.

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    E uge nio E y ra u d renov6 en la Is la de Pascua esos he.chos admirables y es , en rnedio de nuestros t iempos, unvivo ejemplo del amor y del celo con q u e 10s obreroscr is tianos h a n d e defender su f6.No es necesarioque, como 61, renuncien a 10s bienesde la t ie r ra , ni qu e se vayan a reg iones le janas pa ra pro .pagar la luz del Evangel io .Te nem os el pag anism 0 rnuy cerca d e nosotros. Unagr an parte de nues t ros contemporaneos , d e 10s hombrescon quienes vivimos, se han olvidado d e la f6 o no lapract ican.H em os d e hacer por ellos lo q u e Eu genio E yr au d h izopor 10s habi tan tes de Pascua .E l m ismo celo activo y generoso con q u e 61 se em pe.fi6 p or la p r o p a g a c i h d e la fd , debemos emplear todosen la conservaci6n d e es ta m isma 6 , el mayor bien de10s hombres y d e 10s pueblos.Sant iago, Febrero de 1918.

    Rafael Edwards,Obispo y Vicario Castrense.

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    EL AP ~S TO L E LA ISLA DE PASCUAJOSE E U G E N I Q EURAUD

    Hermano de la Congregacl6nde 10s Sagrados Corazones.

    Infancia y juventud de Eugenio EyraudE n Agosto de 1868 falleci6 en la inks solitaria de la9islas del OcBano Pecffico un hombre modes to y buenoq u e habia consagrado su vida primer0 a1 trabajo y m;istar de a1 bieu de su s seme jantes.S u nom bre no que dara estamp ado en las pitginas dela historia y su tu m b a perm anecera olvidada e n el solita-rio pefi6n en q u e trascu rriero n 10s blt im os afios d e suvida.Pero cuantos recorran estas l ineas sentiran por 81 pia-dosa admirsLci6n y profundo amor .FuB Eugenio Ey rau d , d e quien vamos a ocuparnos ,

    f ru to de la hermosa t ie r ra de Francia , que h a s ido y con-t inua s iendo cuna de grandes empresas y de nobles cora-zones.Naci6 en uno de esos hogares cris t ianos l lenos de au s-teras y act ivas vir tudes qu e son u n a de las mayores r i-qu ez as d e aquel la nobilfs ima naci6n.

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    - 6 -El m e n o r d e 10s hermanos de Eugen io fu6 l l amadopor Dios a1 sacerdocio y se consagro-lleno d e apostolicocelo-a las rnisiones de la China .E n aquella regibn, santif icada por la sangre y 10s su -

    dores de innumerables ap6stoles del Erangelio-supoJu an Eyraud-ta l e ra su nombre-la m uer te de su her -m a n o E u g e n io.Por petici6n de siis sup eriores escribi6 J u a n la relaciond e la v ida d e su h e r m a n o E u g e n io h a s h la epoca e n q u eeste ingreso a la C on gr eg ac ih de 10s Sag rados Corazo-nes .E n estas breves paginas, escritas con la m as a dm ira blesincer idad, podra verse pract icamente como sobre 10%hogares ve rdade ram ente cr is t ianos descienden las bendi-ciones d e Dios.Si 10s hoga res de 10s obreros chilenos, de nu estra g en -t e d e 10s campos y en especial d e 10s pequeiios propieta-rios ob ser va ran 1as practicas d e la vida s inceramente

    cr is tiana, como se hacia en el hog ar d e 10s E yra ud ; tam -bidn Dios les da ria hi jo s como Eu genio-cu ya vid a va -m os a conocer-y como Juan-el m isionero d e la Chi-na-de quien son las pagina s cu ga lectu rs nos ofrecert iherniosos y grandisim os ejemplos.//M /IN

    Los primeros afiosOigamos lo q u e acerca de Eugenio y d e su famil ianos dice su h e rm a n o Ju a n :N uestros excelentes padres, Carlos E yr au d y M agda-lena G auth is r , e ran u n o s fervo roso s crietianos y honra -

    dos agricultores de la co m un a de Saint-Bounet, , de I Rdi6cesis de G ap en F ran cia; se glor iaban de pertene cer Rla cofradia del Santisimo Sacramento, y en las principa-les fiestas del afio se acercab sn a la Sagrada Xe sa R es-pecto a 10s bienes de for tuna, no estaban en la pobrezr:pero tampoco go za bm de la abunda ncia : el cu l t i ro d e

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    su s t ierras bastaba para las necesidades de la famil ia ;por o t ra par te mas se preocupaban de m antener en s u shi jos la f6 s incera y buenas cos tumbres que de am onto-n a r riqu eza s. Crist ianos d e Yieja cepa, les gu stab a repe-tir: ((Mas vale vida bu en a q u e bolsa I lenan. A m e n u d o ,c u a n d o le pregun t hbamos la hora a m i b u e n a m adre , noscontestaba: KESa hora de hacer algo bu en o, nifio, .Eugenio f u 4 el s6ptimo v penul t imo d e sus h i jos , naci6en Sa i n t-B onne t el 5 de Febre ro de 1820. N o f u i test igod e su prim era infa nc ia, pero varias veces le oi decir am i b u e n a m a d r e q u e E u g e n io n o era t ravieso como yo,q u e e lla no habfa tenido ning6n t raba jo para educarlo:cu an do chico, no gritab a; ra ras veces Iloraba, y se qued a-ba sosegado en cua lquier lug ar que lo dejasen; de suer teq u e s u p resencia jam as le molestaba a m i madre, an tesle servia de ent re tenimiento. A la ed ad d e dos alios t u v ouna enfermed ad qu e d u r6 dieciocho meses y lo pus0 a10s bordes de la tumba. hl is padres lo encomendaron al a Sant fs im aV irgen, encendieron velas ante la im agen d eesta poderosa protectora, y co ntra toda esp eran za el nifiorecob r6 la sa lud: por este prodigio m ostraba y a la D ivinaProv idenc ia q u e es ta v ida asi conservada, deb ia consa-g ra rs e e nte ram en te a1 servicio de Dios.No resist i6 Eugenio a1 impulso de la gracia; 10s g6r-m ene s de la vi r tud se desarrol laron rapid am ente en 61;desde la edad d e cua t ro a c inco alios, era obsequioso contodos y muy obedien te con 10s q ue tenian autor idad so.bre 61; nunca ee que jaba , no era pendenciero y jamas sele vi6 encolerizm-se o mostrar deseos de venganza. Encu anto a m i , a causa de m is maldades tenia yo a m e n u d ori i ias con mis hermanos y mis hermanas , pero no re -cuerdo n u n c a haber peleado con Eugenio, pues 81 luegocedia y se acomodaba a todo.Su s incl inaciones a la piedad eran ya m u p notables a10s d im afios; rezaba con ex acti tud , asistia as idu am en tea1 cateeismo, s iguiendo con gra n a t e n c i h las explicaeio-n e s q u e d a b a el sefior Cura. S8ame permit ido dar q u iun jus to t r ibuto d e agradec imiento a Ju l i a , n ues t ra q u e

    .

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    r ida herm ana mayo r , qu e mucho se p reocup6 de la edu -caci6n religiosa de Eugenio y de la mia: se valia de miliridustrias pa ra for m arn os en la piedad, ya con lecturasescogidas, s a con G portunos consejos; lleg6 su celo h as tainiciarnos en la oraci6n m ental . T an to aprovech6 Eug e-nio con es ta direccibn, q u e mereci6 ser l lam ado a la pri-niera com uni6n antes qu e 10s dem as nifios de s u edad.L a modestia del nifio se alarm 6 por est& preferen cia,reputando se indigno; hubiera quer ido emplear e l res todel afio en prep ararse a ta n gran de accibn, cuy a influen-cia decisiva sobre toda la vida ya conocia, per0 el p ru -dente cura insis ti6 , su he rm an a Ju l ia fu6 de la m ismaopini6n y Eu gen io, s iem pre pron to a obedecer, cedi6 aestas instancias. 5610 qu ed ab an quince dias pa ra laau gu sta ceremonia; inm ediatam ente se pus0 a la obra,hizo un a bu en a confesi6n y entro en retiro. No t ra tar6d e contar el gozo que exper im ent6 cuand o por pr imeravez recibi6 a su Dios

    A pa rt ir d e ese dia, su s progresos e n la virtu d ee iba nacen tuand o cada vez mas. Yo, que por todas par tes losegu ia , puedo asegura r que nunca not6 en 61 algo quefuera capaz de haderle perder su inocencia: jamas le ofpronu nciar un a palabra cont ra el pudo r o cont ra la reli-g i6n , y s i a lguno de E U S compafieros se perm it ia e n supresen cia expresion es algo l ibres, m ostrabase desco nten-to alejandos e de s u compafiia. E vitab a, como escollos enq u e peligra la virtu d, el ocio y la dem asiada famil iar idadeon 10s nifios d e s u eda d; ... su fainilia en con traba pode.rosos pre serv ativo s con tra estos peligros, pu es todos 10sd ias de l a semana cada uno es taba ocupado e n l as fae-na s del camp o o en t rabajos m anuales; para divert irseno habfa mAs q u e 10s dom ingos, en el interval0 d e 10soficios religiosos, y s iempre en la casa.Es tas con t inuas ocupaciones no le permitfan a Euge.rrio dedica rse con reg ularid ad a 10s estudios, s610 podiaasist ir a la escuela d ur an te el invierno; s u aplicaci6n em -per0 y s u b u m juicio sup lian la fa lta d e tiernpo; l leg6 aenr iquecerse con bastantes conocimientos pa ra delei tarse

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    - 9 -con la lecturtt d e bu en os lihros, tan to cotno ternia la de10s malos. G ustoso ha br ia estu diad o el lat in: per0 los re -cursos de la fam ilia no Io pe rm it ian, sobre todo despuBsd e la m ue r te de nues t ro quer ido padre , acaecida cuandoEugenio t en ia nue ve a m s .Para coiisolaree de esta imposibil idad, pens6 procurar-m e la d i cha a q ue 61 y a no podia aspira r. E n nues trascon versacion es int im as m e decia con sencillez en can ta-dora :< Y o tambidn quis iera seguir 10s estudios, pero 10s dosn o podemo s pensar en hacerlo , por o t ra par te ya tengocierta edad, t6 eres mAs joven y t ienes tal vez mas me-m oria q u e yo: aprenderi! u n oficio y te ayudard a pa ga rtu pensi6n)) .Este acto generoso, este celo de la salvaci6n de lasa lmas e ra s in du da el f ru to de sus fe rvorosas comunio-nes , per0 no fu6 e l dnico. U no de sus amigos le habiasugerido la idea , como medio de propa gan da, de venderbueuos l ibros, Eu genio acept6 inm edia tamen te , y du ran -te varios meses se le vi6 en el comercio instalar su pe -q u ed a biblioteca d e libros d e piedad o de controvers ia ,ven ta q ue acompadaba con excelentes reflexiones en be-neficio de 10s compradores. Con todo, este pequedo ne-gocio n o lo hacia descuidar sus obligaciones dorndsticas:s iemp re a tento a las men ores necesidades d e nue atra m a-dre , nada om i tia de lo q u e podia agradarle .P ar a m antenerse en este camino con frecu en cia se ali-m e n t a b a con el p an de 10s fu er tes . D ep lorab a el descuidod e sus compafie ros de pr im era comun i6n q u e pr inc ipia -b an a en tibiarse. eM iren, decia, la astuc ia del demonio:cuando ve a 10s j6venes qu e comu lgan todos 10s meses,les persuade q u e es bastante hacer lo e n las cuat ro gr an -des f iestas del afio; desp u& , q u e basta com ulgar p or Pa s-cua como todos 10s cristianos, a1 fin 10s l leva hasta dis-pensarse de la misma comuni6n pascual)) .En m edio de estas sa nta s ocupaciones y piadosas in-du strias estaba, cua nd o recibi6 u n a carta de JosB, u n o d enue stros he rm an os mayoree. D esde alg u n t iempo vivfa

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    - 10 -Bste e n Elois, don de tra ba jab a como mecanico y cerraje-ro. E ra e l padrino de Eugenio, y habiendo ofdo hablard e sus excelentes dotes, qu eri a tene rlo a su lado. Coneste fin observaba q u e el cul tivo de la heredad pa tern ano er a suficiente pa ra el sostirn d e la nu m ero sa fam ilia,q u e e ra bueno aprender u n oficio y q u e e l es tado d e m e- 'cknico era hon orable y bastan te lucrativo. E ugenio, porsu parte , adem as de creerse obligado a tener a lg un a con-. descendencia con su padr ino, encon t raba en casa de s uhe rm an o garan t ias excepcionales para su vi r tud. 0 romot ivo adem as lo imp ulsaba a aceptar la propuesta : yohabia principiado ya mis estudios, y deseaba 81 g a n a ralgo para cubrir 10s gastos de mi educaci6n. Con elpermiso de nues t ra b uena madre y despu8s d e habe r re-cibido su bendici6n se decidi6 a pa rtir: doloroso debi6 se rpa ra su coraz6n am ante de jar la casa paterna, despedirsede una he rm ana carifiosa, de u n he rmani to m enor qu eno tenian s in0 un coraz6n y u n a a l m a con 81; pero el de-ber lo llamaba y na da podia arredrarlo.H elo p ue s en cam ino con cien fran co s en el bolsillopa ra un viaje d e 150 leguas ... H ab ia q u e econornizar , ypa ra n o ser g ravoso a1 llegar a casa d e su herm ano, em-prendi6 el viaje a pie . Cam inando a marc lia forzada e npocos dias lleg6 a su des tino; para un joven de 19 afiosla empresa no de jab a d e ten er peligro, pero 81 era tenazy arr iesgado, y pon ia su confianza en Dios y , como vere-mos luego, su esperanza n o se vi6 defrau dad a.En Elois, durante 10s dos o t res afios qu e ah i perm a-necio, fuir como el ang el tute lar d e la fami lia ; a su her-m a n o m a y o r y a su cunada les profesaba un respetove rda de ram en te filial, 10s cuales por s u par te le a band ona-ban confiados la direccidn del taller. Todos 10s obreroslo respetaban, admiraudo su con stancia en el t rabajo, suafabi l idad, su con du cta i r reprochable . Viendo las cosasen tan buen estado, Jose y su esposa creyeron l legadoel m om ento opor tuno pa ra i r a hacer u n a vis ita a nu est rabuen a m adre . Llegados a S a int -Bonn et no se cansaban deelogiar la con ducta de Eu ge nio . Despuds de dos meses

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    - 1 -d e ausencia , g rande f u d s u regocijo a1 en co utra r qu e tod oan da ba e a l a casa como si ellos n o se hubiesen m orid o ,el dia del Sefior siem pre ha bia sido santificado y las cuen -tas estaban en regla .

    Es uu a idea corr iente entre 10s obreros qu e para pe r-feccionarse en el oficio ha y q u e da r un a vuelta por el pais ,probablemente Jose creia lo m ismo; sea lo que sea, sedec id i6 que Eugen io fuera u u t iem po a t rabajar a Orleansy Paris. Una vez l legado a la primera de estas c iudadesm i herm auo no tuvo dificultad en hal lar t rabajo; du ra n -t e 10s seis meses q u e a h i per m an eci6 estu vo a1 serviciod e u n solo patrdn , quien por su parte que d6 contentis i-mo de la fidelidad y delicadeza de su nu ev o empleado.La vir tud d e Eu gen io resplandeci6 entonces con tal bri-110, qu e sus compafieros lo l lam aban el an gd ico E yr au d.N ad ie osaba mofa rse d e su piedad, gozaba de toda l iber-tad para sahtificar el domingo; en 10s ratos libres se en-t retenia con bue nas lecturas o tocando flauta, pues habiaapre ndid o u n poco d e miis ica. U n dia algunos coinpa-Beros, cuya moralidad no le era sospechosa, lo iu r i t a ron8 u n paseo; despuds de med ia hora de m arch a, le propu-sieron tomar u n refresco, acept6 con cier ta repu gna ncia ,pero ap en as tom 6 el vas0 de Fino q u e le ofrecieron, not6q u e en la sala vecina ha bia personas de aspec t0 sospe-cho so. Ve r esto , ech ar u n a mo neda en.el mes6n y desa-parecer bruscamente fud todo uno, dejando a sus falsosam igos at6ni tos y avergonzados.Palpando con esta aventura 10s grandes peligros delm un do , renunci6 a su v ia je a Paris y en su lugar resol-vi6 regresar a s u t ierra . Volviendo a ver a su Eu gen io,no tard6 nues t ra buenn madre en no ta r qu e habia con-servado intacta la f lor de su inocencia y q u e a u n era m ejorq ue an tes de su par t ida . Es to pasaba dura n te las w c a -ciones del Sem inario M enor do nd e y o hab ia cursado dosafios y pude cerciorarme y o mismo de 10s progresos quem i he rmano hab ia hecho en la vi r tud . Yo debia haberleserv ido d e rnodelo, por la esmerada educaci6n q ue hahfarecibido, pero a1 contrario, el m e daba el buen e jemplo ,

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    - 2 -y era p ara m i motivo d e hum illacidn com parar mi tibie-zlt y coba rdia con su f 6 viva y su piedad ardiente. S i des-puds de comer lo invitaba a dar un paseo: (< Vam ospri-niero a la Iglesia, m e decfa, pa ra asistir a la orac i6~1 ,despuds daremos una vu elta a. A1 volver, m e pro po niala lectura de u n capitulo d e la Im itaci6n de Cristo an te sde acos tarnos . A c inco leguas de Sain t -Bo nnet , h a y unsan tua rio conocido con el nom bre de Nu estra Seiiora d eLaus, adoncle acu de n en pereg rinacidn 10s ha bitan tes d ela comarca; Eugen io propuso qu e fue ra toda la. familia, ycu ando se resolvid el -viaje redob l6 su alegria; n o h u b 0uecesidad de invitarlo pa ra q u e recibiera en esta ocasi6n10s Sacra m entos, pu es para las prhcticas de piedad tom a-ba siem pre la iniciativa; n o hizo sino crecer s u f e rvo rdespues de esta peregrinacidn.D u r a n t e su perm anencia entre nosotros el as un to d em i vocacidn preocupaba e interesaba vivam ente a E uge -nio; y como mi disipacidn infa nti l le insp irab a al gu n asinquietudes, no dejaba d e da rm e buenos consejos; desa-probaba q ue m e ent retuviera con lecturas profnnas. ase:gu ran do que dafian ta rde o t emprano aun a 10s q u e s ed a n a ellas sin mala intencidn . El hech o viene a p r o b a rha sta qud pu nto tem ia el peligro d e las m alas compafiias.H abiendo venido a verm e var ios seminar is tas am igosmios , fu imos juntos a h ac er u n a e x c u r s i h , q ue t er m in 6con un a pequefia comida en e l res taurant de m i herm a-n o Victor. E staba m os en la mesa cua ndo l legaron otrosdos amigos qu e nos hiciiron compafiia: todos nos diver-t im os del m odo m as inocente , per0 Euge i iio estaba in-quie to y a1 dia s igu ien te m e comunic6 su pesar : ha r tot rabajo tuve para t ranqui lizarlo .Te rm inad as las vacaciones m e con dujo a1 Sem inario61 mismo; se veia q u e estab a feliz d e pon er m e a salvo d etodo peligro. A1 desp edirse m e as egur6 q u e era s u in te n-ci6n venirse a v ivir conmigo, cu an do yo fu er a sacerdote,agregando qu e queria an tes gana r u n poco de d iner0pa ra n o t ener q ue molestar a nad ie y para a yud ar a 10s

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    - 4 -modo socorri6 a varios parientes, lo que e ra para 41 elcolmo d e la felicidad. A su quer ida he rm an a Jul ia le re-mit% cinco mil franc os, en otra ocasion, para sub ve nir a10s achaques de la vejez que ya padecia nuestra madre;su s l ibera l idades l legaron tambikn hasta o t ro he rm an oestablecido en Lyon. No f u i yo tampoco olvidado pores te car ita tivo gu ia de m i in fanc ia : p r imero m e envi6 nnregalo de seiscientos francos, despu es un jueg o de al tarde plata dorada; sabiendo mas t a rde q ue yo hab ia ing re -sad o a1 sem inario d e las Misiones extran jeras y q ue m eha bi a propu esto er igir u n a capil li ta , quiso cu brir todos10s gastos. En u n a palabra , de todos ee acordaba m en osd e sf mismo.E n ese tie m p o su p 0 q u e yo hab ia par tido para evan-gelizar a 10s infieles y principi6 a envidiar mi suerte , to-da s s us car tas de es ta epoca respiraban el ard ien te an he -lo de t raba ja r en la gloria de Dios y en la salvaci6n d e]as alm as; l leg6 has ta ofrecerse pa ra acom pafiarm e a laCh ina y poner s u indus t ri a a servicio d e la m isi6n. M evi obligado a contestarle que n o m e serfa de gr an uti li -da d en es te pais , don de las ar tes estan m uy adelantadas ,y q u e adem as pa ra ponerse en apt i tud d e ensefiar a lgo,ha bia q u e es tar a1 cabo d e la l i tera tura del pais , lo q u esuponia largos es tudios emprendidos con an ticipaci6n.E u g e n i o & e consol6 dicibndome que reservar ia de su5econom ias lo necesar io pa ra e l m anten im iento d e 10s pre-dicadores y catequistas q u e trab ajab an conmjgo. Dios,q u e veia la pu reza de sus intenciones, le proporcion6 elm edio d e realizar las de, un a m an era inesperada sup eran-d o s u s deseos...

    H asta aq u i llega la car ta de l herm ano de Eug enio E y -rau d; es ta fechada en Pe n-C hin el 24 d e J u n io d e 1869.Basta la lec tura d e estas pag inas para apreciar lo q u ees y lo q u e puede la formaci6n cr is t iana del hogar .Eugen io po r o t r a pa r t e nos da desde sus p r imerosafios ejemp los adm irables de am or filial y d e carifio p orsus hermanos y nos ensefia como en m edio d e 1as fabr i -

    '

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    - 13 -ca s y d e 10s trabnjos se pued e leva ntar a Dios el espir i tu,m i e n t r a s 10s Puertes brazos majan el hierro sobre ely u n q u e .

    /&/ "'Eugenio Eyraud entra a a Congregacihd e 10s Sagrados Corazones

    A petici6n del sefior Intendente de Atacama, don Ma-nuel Cerda, la Congregaci6n de 10s Sagrados Corazonesse decidi6 a f u n d a r u na residencia y coiegio en Copiap6.A este efecto 10s RR. PP. M ercedarios cedieron su con-vento por el t8rmino de quince arios. E n Febre ro de1849 se ab ri6 el establecimiento d e educaci6n, y poco des-pu6s el R. P. Donato Loir, con las erogaciones de 10sf ides , construyo u u hermoso ternplo d e estilo g6tico, des-t ru ido por u n incendio en 1914.Copiap6 en esos dias era u n gran centi'o de act ividadcomercial; BUS icas m inas hacian afluir gran nu m ero d ecomerciantes , y el movimiento de sus calles denotabav ida y prosper idad. En un a d e e!las se leia este letrero:E Y R A U I I CERRAJERO M ECA NICO ; era el almac8ndel honrado ar tesano cuya asombrosa y edificante vidadescribimos. c(Un dia , cu en ta 81 rnismo en ca rta a suhe rm an o, estaba traba jand o en m i tal ler cu an do v i pasarp o l delante d e la pu erta a dos sacerdotes d e aspecto m uyfrances . Sospechando que pudieran ser compatr iotasmfos, les gri te en la lengua m aterna: Entyen, seq'iores, en-&en! Con fel icidad vi que me entendian y aceptaban m iinvi tacihn, y m e encon tr8 en fre nt e de dos sacerdotesf ranceses de In Congregacion de 10s Sag rado s Corazones.Estos bondadosos Padres m e invi taron a su casa, don den o tard8 en tra ba r con ellos y sus compafieros relacionesd e la mas in t ima ainis tad. Cada dia m e persuado masq u e Dios m e l lama a. en t ra r a esa Congregaci6n.sN G desdefiaba el bu en mecanico la am istsd de 10s sa-cerdotes; antes por el c on trario, sabia q u e n o h a y n a d am as honroeo qu e ser amigo de 10s Ministros de Dios.

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    - 16 -iC d n to s , eu cambio , s e de j an venee r por el r e spe toh u m a n o !o ocu ltos medios Dios iba gu iando a Eugen io a 10sfines a q ue lo dest iuaba. La Congregacion de 10s S ag ra -dos Corazones, fu nd ad a por el presbitero C ou drin , hacecien afios, en 10s dias mas aciagos de la Revoluci6nfrancesa, t iene por objeto repa rar todas las i n ju r ia s he -chas a Dios por 10s crim en es de 10s pecadores. P ro p a g a rl a devoci6n a 10s Sa grado s Corazones, ad ora r perp etu a-m en te a1 Sant is imo Sacram ento del altar son 10s mediosq u e em plea para l lenar su misi6n de sa lvar las a lmas ,educar a la juv en tud , d i rig ir Sem inarios , y llevar la p a -labra de Dios a las naciones intieles. C uln plien do est6 fin,desde el afio 1826 m an tien e la Congregaci6n las inisio-ne s d e la Oceania O riental , dis tr ibuidas en tre 10s vica-riatos apost6licos de Sa nd w ich, T ah iti e Islas M arquesas.E sta s misiones en tre 10s salvajes eran un aliciente masq u e i m p u ls a ba al generoso Eyraud para iugresa r a l a

    C o n g r e g a c i h d e 10s Sa gra do s Corazones. Juzg6 q u e e nesas misiones podria utilizar 10s diversns conocimientosq ue has ta en tonces hab ia adqu ir ido .Estaba p ue s E y r a u d e n el c o h o d e s u d ic h a , 10s ar-d ien t t s votos d e toda su vida se iban a realizar. Una cosas in embargo le inquie taba: ten ia sobrinos cuya madrehabia enviudado y estaba s in recurscm; a u n q u e in uch ossacrificios habia hecho por ellos, n o creia aun es tar deltodo desligado de la obligacion de socorrerlos. 8u vidalaboriosa y ordenada le habta permit ido acrecentar suscaudales , cuyo m onto l legaba a la hermosa s u m a d e se-senta, mil pesos. Llevado por un celo Panto d e ver elno m br e de Dios glorificado y cumpl iendo adem as con l apiedad filial que le dictada su c o r a z h , dividi6 s u h a b e ren dos porciones: en vi6 treinta mil pesos a s u fami!ia, ycon el resto se present6 w. la puerta del convento, solici-tan do su adrnisi6n como he rmeno y pidiendo la grac iad e cons ag ra r s u fo r tuna y su per sona a las misiones dela Ocesnia. Bien practicaba a In letra el consejo del Di-vin o Maestro: ccAnda, vencle cuaizto tienes y dalo a 10spo-

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    bres,y tench l i s t i i t tebo7*oen el cielo,y despuis cen 9 igzienie,.Libre ya de todo cuidado y preocupacion no pens6 Bin0en dtirse a Dios sin reserva, doliBndose, como decla, (leofrecer a Dios tan poca eosa, solo 10s restos de u n a es i s -tencia prodjgada a 10s miseros negocios de este rnundo.DespuBs d e alg un t iemp o d e probacidii fuB enviadop o r 10s superiores a princ ipiar el noviciado en V alparaiso.Con t a n san tas disposiciones, es de sup on er 10s progresosq u e h a r ia en la vir tu d. Desde luego se conquisto l a esti-ma y afeccion d e todos 10s religiosos. Lle vnba ya diezm eses d e noviciado en la t ranquil idad y el silencio, cu an -d o un a c ircunstanc ia for tu it a v i m a poner a prueba savocacion. El enemigo de las alrnas n o se d a reposo parapon er t rabas y contrar iar 1as m as san tas y firmes,resolu-ciones. E n esa epoca recibici u n a carta de su h e r m a n aJ u l i a q u e le com unicaba el grave es tado en qu e se halla-ba la salud de s u anciana madre , y le sup licaba a1 m ism otieinpn que regresarn a Francin pa ra recoger su postrereuepiro Antes de salir d e su patr ia Eug enio le habia pro-meticlo a su m adre q u e pronto volver ia ; s u hern iana l erecordaba su comprom iso, pidigndole q u e no retiusara ala famil ia el consuelo de verlo por ul t ima r e z , y qu e des .pue s podr ia seguir libremente su vocaci6n religiosa. Co-m entan do las palabras de Nuestro Senor Jesucristo, el quem e sique, y 120 abowece a su padre , a su madre y hasta as i ntismo, +to yttecle ser ntz discipulo, dice Sa n Gregorio;\fagno: cc6nio es posible que a1 m ismo t iempo se nosm an de odin r y am ar ; puesto qu e Dios ordena que ame-rnos hasta a nuestros enemigos? y contesta q u e a todosdebemos arnar y priiicipalmente a nuestros parientes;pero qu e, si Bstos son obstaculo para seguir el cam ino d eDios, debemos huir de el los, y en este sentido aborre-cerlos.Conociendo s u s superiores la s6lida virtud y energiac o n s t a n t e d e q u e babia dado prueba e l herm ano Eug e-n io , juzgaron q u e con e l v ia je proyectado n o peligrabas u vocaeion, y no pusieron obstaculo para qu e in terrurn-piera el noviciado. Los Pa dre s de Valparaiso , s in emb ar-E.Egraud 2

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    - 9 -Ilegado el m om ento oportuno de probar su evangel iza-ci6n.Caba lmente encontrabase en esos d ias en Valparaisoel R. P. h lb e rt o M ontitbn, celoso misionero del Viea ria-to de T ahi t i . E n el desempefio d e su penoso carg o ha bi acontraido un a en ferm ed ad qu e oblig6 a 10s su perioresa mandar lo a Europa para curarse , con l a esperanza deq u e volviera a pre star su s servicios a la misi6n. Feliz-m en te s u mal p rove nia map de las privaciones d e la vidad e misione'ro,'de la m ala alim enta ci6n y aguas insa lu-bres, q u e d e causas internas. El clima benigno de C hi ley 10s cuidados qu e recibi6 de sils hermanos en re l ig idnfuerp n suficientes para q u e recobrara la salud.Mucho t iempo hacia q ue 10s misioneros de la Congre-gaci6n d e 10s Sagrados Corazones espiaban u n a oportu-nidad para abordar esa isla misteriosa. La8 noticias da-d a s por e l capi tan y el aspect0 favorable con qu e la pre-sen tab a decidieron a1 R. P. Pac om io Olivier, prov inciald e la Congregaci6n eu AmBrica, a emprender la misi6npara l levar la luz de la f e y 10s beneficios d e la civiliza-ci6n crist iana a esos pobres y abandonados insu la res .A1 oir qu e se t ra taba de una n ueva misi6n, el P. Al-berto olvid6 su s enferined ades y reu un ci6 a1 permiso q u etenia de volver a su p atria. S u celo apost6lico lo irnp ul-s6 a escribir inm ediatam ente a Eu ropa para impet ra r de lRev erendisimo Pad re Superior Gen eral la autorizaci6nd e i r a la is la de Pascua para fu nd ar la misidn. El en tu-siasmo fud comunicaudose: m ucho s de 10s religiososq u e en Valparaiso se dedicaban a1 m inister io de las a l -m as o a las tareas de la enseiianza, qu isieron seguir a tandecidido y ex per to jefe; la escasez d e pe rso nal y las nu-merosas obras q u e la Congregaci6n ma nte nia e n Chile,impidieron a1 E. P Provincial que accediera a sus de-seos, y escogi6 al R. P. Riga1 como compafiero del P.Mon tit6n.L ue go qu e lleg6 el permiso, el P. Montit6n principi6con toda actividad a abastecerse de 10s objetos y pertre-chos miis necesarios para una naciente misi6n, encon-

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    - 0 -tra nd o e n T'alparaiso como en Sa ntiago alinas geiierosasy car ita tivas que se in teresaron por la conversion y civi-lizaci6n de 10s pascuenses .Todo estaba pre para do y 10s pa saje s tornados p ar a 10sm isioneros en u n a pequefla gole ta qu e par t ia con ru m b oa Tahi t i , cuando el her inano Eugenio , a la saz6n iiovicio,se present6 a1 R. P. Provincial e im plor6 la gracia de q u ese le permit iera for m ar par te d e la expedic ion. S u carac-ter resuelto y pr ud en te, s u acrisolada v ir tud , movieron a lP. Provincia l a acep tar su petici6n, juzghndola un desig-nio de la Divina Prov idencia en pro de la obra q ue s eib a a emprender .Pocos d ias desp ues zarpaba del pue r to de Valparafso!a Facoyi ta , con rurnbo a Tahi t i . A bordo d e la fragil go-le ta iban 10s misioneros j r evangelizadores de la Isla d ePascua .Es ta apar tcda isla f u 8 descub ier ta por el alm irante ho-l a n d & Roggeweiii el 6 de Abril d e 1722; como ese dia sece le b ra la la f iesta de la Resurreccidn del Seiior, le di6 elnom bre de I sl a de Pascua : sus habi tan tes la l lamabanRa p a - n u i .Esth situ ad a en el OcBano Pacific0 a 2030 m illas d e]as costas d e C hile; su s coordenadas son 109'26 d e lon-gitud occidental y 2 7 O 1 0 de la t i tud aus tra l. Q ueda fuerad e todas las ru tas de navegaci6n frecuentadas por 10smarinos y comerciantes, por 10 cual raras veces ha sidovis i tada. Despu& de su dcscubrimiento pas6 medio si-g lo has ta qu e en 1 7 7 4 el capitan Cook recal6 en ella du-r a n t e ocho d im ; aiios despues la reconoci6 La Perouse,y m a s tard e alpuno s av entu rero s cometieron tales depre-daciones qu e exasperaron a 10s isleiios, 10s cuales desdeen tonc es recibian a pedradas a 10s navegantes qu e pre-tendian desembarcar .La Fawoyita, despuds de una fel iz t ravesia, fonde6 enl a capita l de Tahi t i e l 11 d e Mayo d e 1363. h l desembar-car el P. Albert0 y sus compaiieros sup ieron q u e la islad e Pas cua acababa de ser tea t ro de odiosas in iquidades,lo q u e g randemen te con tr ar iaba sus designios de inicia r

    ,

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    - 1 -pronto la misi6n. Corrfa el rumor de que la Isla estabacasi despoblada por acci6n de 10s piratas y asoladorasep idemias .N o correspondiendo a las esperanzas concebidas por10s traficantes la inmigraci6n de chinos en el Per&varios arm adores tuvieron la idea de sust i tuir la por lainmigraci6n canaca. El pr imer barco qu e emprendi6 es tetriifico logr6 bu en os beneficios. A bierto el ape tito de estevi1 com ercio d e carn e h u m an a, 10s viajes se fue ron repi-t iendo h asta l lega r en un a ocasi6n a juutarse ocho navios(1860). Los traficantes se valieron a1 principio de la as-tucia, engafiando a 10s indigenas con ffitiles promesas;' despu ds sigui6 un a vergonzosa caza de indios. P ar a li-br ars e Bstos del peligro, cada vez qu e se acercaba un n a -vi0 corrian a ocultarse en las num erosas g ruta s y escon-d r i jo s q u e h a y en el pais , a h i perm anecian dfas enterospr ivados de a limentos: ta l era e l pa n k o q u e 10s domina-ba. Ochocientos canacas fueron asi vio lmtamente a r ras-t rados de su isla hasta las costas del Peru, donde fueronTendidos y reducidos a la esclav itud.A1 saber esas iniqu idad es M onsefior Ja ns se n, obispod e Ax ie ri y Vicario apost612co de In Oceacfa O r i en td sein teres6 por 10s canacas e hizo di ligencias para rep atr iar-

    10s.D esgraciadam ente llevaron consigo el germ en d e laTiruela que hizo estragos en la Isla.Por estos motivos 10s super iores d e la misi6n de T ahi t i ,j uzga ron que n o era e l momento opor tuno para pr inci-piar la misi6n.E l Hno. Eugenjo se ofreci6 a i r solo para explorar elc a m p o y preparar lo a 10s in is ioneros . H abia en Ta hi t icua t ro hombres , un a m ujer y uu nifio de 10s cautivos d ela Isla de Pasc ua. Se decidi6 qu e fu er an con el H n o .Eug enio a la Isla. Llev6 entre o t ras cosas herramientas ,m adera labrada, har ina y a lgunos Catecismos en lenguatahit iana.El buque lo dej6 en la Isla y se m a r c h 6 i n m e d ia b -men te .

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    - 2 -H a b ia n pasado varios m eses sin ten er not icias del Hno,Eugenio , cuando se sup 0 en Va lparaiso su ais lamiento;en tonc es decidi6 el R. P. Pacomio Olivier Provincial fle-t a r un bu que pa ra s abe r de 61.E l 25 de A gosto de 1864 sali6 de Valparaiso la goletaTeresa Ranzos; en ella iban el R. P. Bernabd Castan y e lhe rm ano Hugo .DespuBs de m uch as peripecias l legaron a Pa scu a eIMartes 11 de O ctubre .A1 l legar a Anakena, divisaron una cabada que pare-cia e urop ea; el prim er in dig en a q ue subi6 a bordo a1 ve r

    a1P. Eernabd , rez6 en canaca el P adre nu est ro y o t r a soraciones, y como el P a d re coriocia el idioma po r ha be restado en las misiones, les preg un tb quidn les habfa en -sefiado a rezar, y contestaron: El papa, el papB (quequ iere deci r el ext ra njero . )Pocos m om en tos despuk s l legaba a1 bote un europeo,con el traje m8s extravagante y q u e a1 principio n o pu -dieron reconocer . Era el hermano Eugenio q u e du ran t enue ve meses habia es tado separado del m un do en m edi od e salvajes .E l valeroso h erm ano acath las 6rdenes d e sus super io-res y regres6 a Valparaiso a fines de Octubre, per0 l lenod e entus iasmo para volver a seguir su obra de civil iza-ci6n.

    En Valparaiso cont inu6 su in terrum pido noviciado,d e d i c h d o s e a su propia santificaci6n.

    Sacrificios y aventurasEl I ' iermano Eugenio, apeoas desembarcado en Val-paraiso, en Diciembre de 1864, escribib a1 Su pe rio r Ge-neral de la CongregaciGn de 10s Sagrados Corazones un acar ta l lena d e in ter& en qu e relata sus aven tu ras y S U Bsacrificios con u na sencil lez ve rda de ram ente encan tadora:Hela aqui :

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    - 3 -MI R E V E R E N D ~ S I ~ K OA D R E !

    El vigdsimo cuar to dia de nuest ra navegacidn, 2 d eE n e r o d e 1864, fu6 cuando avistamos la is la de Pascua,l lamada Rapan u i por 10s indigen as. E l capi thn pr eg un t6a 10s indigen as qu e cond uciamos si conocian la bahia d eAn akena, en donde que r ia desembarcar . Despuds de al-guno s ins tan tes d e du da , causada por la d i stancia , excla-maron! iHe a qu i Anakena!E l aspecto de es ta i s la es agradable , sobre todo cua ndose acaba de recorrer las Pam otas . Pu ede te ner veint ic incoki lbmetros d e longi tud por diecis ie te de anc hura . E n ge-ne ral , la costa esta cortada a pico, sien do raro s 10s pun-tos en q u e se pu eda desem barcar facilmente. La is la , m uyfdrt i l , esta c oron ada por t res prom ontorios y surcada porc o r t a d y a s p rofundas ; no hay corr ientes de agua . La. ve-getaci6n se compone toda de yerbas y arbustos, fal tando10s Brboles y pla nta s eleva das. L a costa ofrece tres bahfapprincipales en q u e se p uede desem barcar : A nakena, a1N. 0. y V ahu i a1 S., las cuales, si merecen ta l nombre,no prometen abr igo seguro a 10snavios.E n efec to , cuando ll egamos f ren te a A nake na, e l capi -t8n pretendid que el anclaje no era seguro . En realidadde verdad , un motivo de in te r& le conducia a desem bar-car en o tro punto . A un qu e insi st i para qu e lo hici6ra-mos a h i mismo,-lo esencial para m i era dese m barca rpronto a m is canacas pttra q u e nos diesen a conocer asus compafieros, y n o nos tomaran por piratas ,-no loconsegui . Por la tarde l legamos a Anarova, per0 nodesem barcam os s ino el d ia s iguiente , Dom iugo. E l se-g u n do del navio era u n joven M angarevio, l lamado Da-niel , qu e hablaba u n poco el f ranc & y el inglBs, debien-do, por otro lado, entend erse con 10s hahi tantes de lais la de Pascua, cu ya leng ua t iene m u ch a analogia con l ade Gambier . El ud quien se encarg6 de conducir 10s ca-nacas a t ierra , regresando luego, fu era de si. .No vol.verd a t iefra por m il pesos, me di jo; son gentes 13s mas

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    - 4 -horrorosas de ver , y esthn arm ados de lanzas, e a a ct i tudam enaza nte . La m agoria an da n desuudos, y las pintura sy plumas de que adornan su cuerpo, junto con sus gri-tos salvajes, les dan un aspect0 horrendo. L as viruelasha ce n estragos en tre ellos. L a epidemia, traid a del Ca-I lao, se h a exten dido por todas partes , menos por Ana-kenaB.En efecto, de cien infelices tornados en el Callao por u nnavio , quince s610 habian escapado de la muer te , comu-nicando la enfermedad a sus compatriotas . Los canacasq u e la h a n conocido le t ienen un m iedo indecible. Da nielhab ia oido hab lar de eso, y asombrado d e la tez enc ar-na da qu e habia adver tido en t re 10s indigenas , habfa atr i -buido a la plaga cuyos estragos le ha bian exag erado .

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    - 5 -scn grandes , fuer tes y bien hechos. Su rostro se apro-x i m a m a s a1 t ip0 europeo, que el de 10s demas islefiosd e In O ceania . Los marques ianos son, entre todos 10s ca-nacas, 10s qu e m & se les parecen. Su color, au nq ue a lgocobrizo, no difiere sino m u y poco del de 10s europeos,s iendo m ucho s en ter am m te b lancos . Pero , a pr imeravista, y sobre todo a cierta distancia, n o se sabe qu6 pen -sar, pues todos, hom bres , m uje res y nifios t ienen la caray el cuerpo todo pintados de m i l m ane ras . Las mujeresusan t inicamente el colorado, pero 10s hombres todos 10scolores. P ar a pintarse se valen de u n a especie de t ierradesleida, o del jug0 d e ciertas plantas.D aniel hab ia presupuesto in tenciones host i les , po rquen o ha bia reconocido la presencia de n in gu na m ujer enm edio del gent io . Pe r0 se equivocaba, y su engaiio esmuy explicable. A primera vista todos se parecen, por-q u e todos t ienen el mismo t raje: un a ba nd a de te la depapi rus u o t ra planta, qu e s u je tan con un cord6n decabellos, y con 1a.que se ciiien las ca der as, hac e sus pr i n -cipales usos; un pedazo d e la mism a tela , per0 mas gran-de , a r ro jado sobre 10s hombros y amar rado por 10s dosex trem os alreded or del cuello, com pleta el vest ido. H eaq ui el t ra je ord inario de ho m bres y m ujeres , lo q u eh a c e q u e no se 10s dis tinga a la d is tancia . S in emb argo,hay una di ferencia: la. banda de las mujeres es de unaespecie de pa ja; la d e 10s hom bres de otra m ateria. Estos,despu6s de recoger por d et rks 10s extremos de es ta b an-d a , 10s de jan colgando; las mujeres 10s su je tan .Las m ujeres fueron m as b ien las qu e l lamaron la a ten-ciGn de Daniel , pue s m e h ab ia dicho q u e estos salvajesl levaban 10s cabellos reunidos y elevados perpendicular-m en te sobre la cabeza, y eon l a s mu je res las qu e d is po-n en as i su cabellera .T u v e t iempo de notar es tos pormenores , pero habiaotra cosa qu e m e p reocupaba m 8s a m i en t rada en l a isla .Buscaba con 10s ojo s a 10s can acas, m is compalreros deviaje: dis t inguilos en m edio d e la mul t i tud , casi tanperplejos como yo. Los compatr io tas de P an a y de 10s

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    - 6 -restantes, no se curab an d e celebrar su vuel ta ; tuvieronpor m as u rgen te echa r m an o de sus efectos. Me acer-q u 6 a ellos anunciandoles la l legada del capitan a Ana-ke na , pa ra e l dia s igu ien te pur la m af iana , per0 n in gu naateuciou prestarou a m is palabras. Diferentes veces in -sisti , y Pan$ me respondid a1 fin q ue par t i riamo s paraA nak eua luego q u e Iiiubidsemos comido las pata tas q u ees taban en el fuego . E s c ie rto qu e yo t en ia ham bre ; perom as g s n m tenia todavia de verm e d is tan te de es ta ru ido-sa reun idn .Despuds de haber comido las pata tas tra tamos d e ir aA nakena; per0 cada vez qu e in teu tabam os escaparnos ,P a u a y yo, n o s echaban la mano a1 cuello. Cansado deuna lucha iuljltil , y s in esperanza de deshacerme d e misvigi lantes guardas , quise hacer s iguos a1 navfo. Agit6 misombrero, mi paiiuelo, grit6 como pude: i trabajo perdido!Quisimos hui r ocu l tandouos detras d e u n a roca; perohabia aq ui a lgunos ind iv iduos qu e , d e jando pasar a P a n am e condujerar i a1 rnedio del gentio.La noche se acercaba y yo no sabia qu 6 hacer, cua nd oP a n & voivi6 con varios m as, arm ado s de lanzas , hacia 10sc u d e s m e dir igI corriendo. Iu terpo nen se e ntre m i y m isguardas , pa ra proteger mi huida, recomeud6ndome co-r r iese cuanto pudiera , lo qu e h ice e n efecto . E r a n l a sonce de la noche cuando me detuve con mis protectores,q u e hab ian podido alcanzarme, y me ret i re con ellos au n a g r u t a , adond e rnr ias m ujeres nos t ra je ron pa tatas.A q u i hallamos u u poco de reposo.A1 azuanecer nos pus imos en m archa y llegamos a Ana-k e n a . EL uav io navegaba a lo largo de la costa, acerean.dose a ella: le h icim os sefias, corrilluos pa ra le lar ne nte a 61por la r ibera , pero en vano; has ta qu e a i fin lo vimo; ale-jarse y perderse de nu estra v ista . V olvi entonces pi6 atras,y acornpanado de a lgun os c 'macas , llegu6 antes de l a no-che a la cabafia d e la famil ia de P a n a .F u 6 uu mom ento de p rofun da tr is teza para mi, c u a n d om e vi abando nado en es ta is la , s in recurso de n ing un aespecie, y pr ivado por m uch o t iempo quizas d e 10s me-

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    - 7 -dio s de pode r h ablar d e religi6n a estos infel ices indige-nas . Q ue el nav io m e l levase m is efectos, pase; m as lo q u ee ra pa ra mi una pdrdida i rreparable y la principal cau-sa de u n total abat im iento, era el verm e desprovisto delsolo objeto q u e ha br ia podido consolarme d e la pdrdidade todo lo dem as, quiero decir , de u n catecismo tahit iense,q u e m e er a indispensable par a ensefiar a 10s canacas lasoraciones y prim eras verda des de la religi6n.Estaba ent regado a es tas reflexiones, cuando P a dlleg6 con alg un os de 10s suyos.-cVuestros efectos, m e dijo, h a n sido desem barca dosen Anarova y las gentes de esa bahia se h an apoderadod e ellos. El capi tan os m an da decir qu e oagais a hablarlemafiana .-iVolver a Anarova! es imposible: ten go 10s pies de -sollados y una dislocaci6n en la rodilla; no pu ed o po ner-m e e n m a rc ha .-Se os l levara si es necesario; pero es forzoso i r mafia-n a a Anarova Yo os acom pafiard en el carnino, sin Ilegar,arnpero, hasta alla, pues estan a,hi furiosos conmigo.Despuds me convid6 a comer patatas y ent rar en sucabafia p ar a pasar la noc he.Era la prim era vez q u e en trab a en u n a cabafia canaca.Q uiero q ue me atendais para darosla a conocer: la des-eripci6n no sera larga.

    R eprese ntaos un a alm eja medio abierta. qu e se apoyae n 10s bordes cortanies de su s valoas, y tehdrdis unaidea de la forma de esta cabaila. Unos palos envuel tose n p a j a forrnan l a a rmaz6n J el techo, y una aber tu raseme jau t e a la boca de un h o r n o permite entrar a 10s ha -bitantea y visitadores qu e tenga n por conveuiente en trararras t randose , no con las rodillas sino con el vientre.Esta pue rta , s i tuad a en m edio de la construcci6n, dejapasar la luz suficiente p ara q u e su s moradores se pued anreconocer a1 cabo de un mornento de estar ade ntro.El menaje es sencillisimo, y esta en arm on ia con laconstrucci6u.No pod& imaginaros cua ntos canacas se a lojan bajo

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    - 9 -este tech o d e pa ja . H ace u n calor ex t raordinar io . N odigo n a d a d e !as m olestias pro ven ientes d e la poca lim -pieza de 10s ind igenas y de la coau n id ad de b ienes q u enec esariam ente se establece aqu i . Sin em bargo, en la no-che er a menester hospedarse aqui , no habiendo otro re-fugio. Entonces cada cual toma su lugar , que le est$indicado por la naturaleza del sit io. Como l a puer ta es t&en m edio , de termina u n e je q ue d iv ide la cabafia e n d ospartes iguales. A ambos lados d e este eje se situ an 10smoradores , las cabezas de 10s de u n lado opuestas a la5d e l o s d e l otro, dejando en medio el espacio suficientep a ra d a r paso a 10s q u e e nt ra n y salen.A u n qu e m u y cansado, hospedado en estas condicio-nes, tenia infinitos motivos para no pegar 10s ojos. Asfp u d e oir a mis an ch as 10s canticos y lloros q u e expre-sab an , seg un m e decian, el gozo de 10s asistentes.C ua nd o vino el dia , el pr ime r o bjeto q ue dis tingui fu 6un idolo domkstico, en el que no parec ian ocuparse m u-cho. iAy de mi! n o er a en estos dioses e n 10s q u e m esent ia dispuesto a pensar . Me puse, a hacer, de lan te d e10s asistentes y con la mayor solemnidad, mis oraciooese n len gu a canaca, pue s necesi taba m h q u e n u n c a i m -plorar d e Dios la fuerza y la paciencia: m is ap rie to sno hac ian mas qu e comenzar.Era menester q ue vol r iese a A narova , y me ent regasea esas gen tes de cuyas man os m e cost6 tanto t raba jo es-cap arm e, y q ue m e hab ian inspirado tan poca confianza,P e r 0 no se podia retroceder, y m e pu se en cam ino a pe-Ear de la fat iga producida por dos dias pasados en co rrersobre cam inos hechos para desconcertar uno s pies euro -peos: el ter re no d e la isla es todo volcanico, m ostrk nd osepor doquiera las pun tas d e las rocas. E n tr e estas piedra sy la yerba que crece por todos lados, no ex i s ten mhsqu e senderos hondos, ap ena s trazados y menos anchosq u e la suela del zapato, lo q u e obliga a a n d a r con 10s d o spies sobre una m isma l inea , s in poder jamas ponerlos d eas ien to e n el suelo.C ua nd o l legud a Anarova, m e v i de nuev o rodeado d e

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    - 9 -u n gentfo agitado que cubria la playa, como 10s dias an -teriores. El capi tan habia desem barcado m is efectos. Va-r ios can acas, provistos d e lanzas, parec ian estar d e g ua r-d ia para defender m i propiedad; per0 ha bia n juzgad oconveniente apropiarse an t ic ipadam enie d e lo q u e ha-bian encontrndo a su alcance. Uno se habia, calado m isombrero , otro habia tenido bastaute mafia para tnetereem i levita: todo lo q u e no es taba bajo Have habia desapa -recido. Q ue dib anm e, empero , unos cofree 9 10smontan -tes d e la cabafia q ue hab ia preparado en Ta hi t i . La cons-t rucci6n de esta ultim a eraslo qu e m as m e corria prisa;pero la cosa n o era tan fRcil, puee 10s defensores de mipropiedad, parecian dispnestos a defend er la contra mfmismo. Los cuatro moritantes l lam aban sobre todo In .atenci6n; unos pre tendian q ue se t ra taba de una barca,otros le da ba n diversos de-t inos. En ton ce s les dije q u e s im e deja ban hacer , les mostrarfa lo q ue era esto: y m epermit ieron acercarme.

    Cogi un mart i l lo y unos clavos y comencd a a r m a r l a smaderas ; per0 ten ia qu e de tenerm e a cada ins tan te , obe-deciendo a 10s pareceres que se sucedian, ya en el senti-do de suspend er el t rabajo , pa en e l de cont inuar lo .AI cabo d e m uch as al ternat ivas , 10s espectadores com-prendieron que lo qu e tanto 10s habfa inqu ietado era un acasa. Bien entendido q u e y o no ha bi a escogido el terre-no, pues s610 m e habfa contentado con p lan tar 10s mon-tantes a l rededor de 10s baules. D e este modo, concluidnla obra , tuve el consuelo d e ve r mis efectos ba jo Ilave, yla esperanza de dorm ir en m i casa .Anochecia ya, y a1 fin m e era permi tido resp i rar , te n iau n a lbergue , y lo q u e n o m e habfan robado es taba en m icasa, cu ya Have gu ard ab a yo en el bolsillo.

    E n este m o m e n t o u n o d e 10s canacas , l lamado Tema-n u , vino a ofrecerm e tres ga ll inas, con ocasi6n de lo cua lconocf a u n ho m bre q u e debfa tene r conmigo m uch asrelaciones: mi geiiio del m al acabab a d e m ostrarserne e nla per sona de T oromet i .. A la vista de las gall inas, ac6r-caseme y m e las pide para ccguard8rmelas y cocerlas),.

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    - 0 -En efecto me las guard6, y duran te mis nueve mesesnu eve dias de estada en la isla d e Pascua, ese per i l lancon t inu6 , con u n a perseverancia a toda p rueba, gu ardk n-dom e todo cuan to hab ia t ra ido y no m e molestaba.

    To rome t i es u n hom bre de t re in ta afios, g rande y fuer -t e como 10s ind ige nas d e la isla. S u cefio engafioso, yreservad o insp ira desconfianza y justifica su m ala rep u-taci6n. Me ha u dicho q u e n o per tenecia a la raza de lais la , s in em bargo de lo c u d es todo u n canaca, tiene her -m a n o s y un a num erosa fami l ia . Adver ti qu e gozaba deun g ra n ascen diente en tre 10s vecinos.No m e serd. fkcil d a r a conbeer la auto r idad d e 10s j e -fes eu esta isla, p ue s a6n n o SB en qu 6 fundam entos des-can sa: pare cc q u e consiste s irnplem ente en cierto influjotomada por a lgunos sobre sus vecinos, y que , poco apoco, se acostumhran a acatar . L o cierto es qu e To rom e-ti era v is ib lemente un je fe ; era m i j e k y m i vecino . S ucasa n o se encoutraba s ino a pocos pasos d e la m ia, a pe-

    sar de lo cual n o se encon t raba aun bas tan te cercad e mi, p e s c u an d o vino la n o ch e m e d ijo q u e l eabr iese mi puer ta , y, luego de ex tenderse sobre mis b a6-les s in ceremoriia alg un a, m e inv it6 a dorinir . A cab abade toniar posesiciii de m i aposento .A q u i m e teiieis d efiuitiv am en te establecido en m i n u e-va patria. Estoy aceptado y recouocido po r toda la isla,o a1 nipnos 110 tardark en estarlo. Mi residencia va a sere l pu nto de reuni6n de todos 10s curiosos, est0 es,d e todos 10s habi tau tes . Soy el ccpapas, el extranje-ro que se quer ia conocer , que se querra ver t raba-ja r , y sobre todo, a quien se apl icarau a explotar .YR podBis figuraros, reverendisitno Padre, con ciertaexact i tud, mi vida en la is la de Pasc ua. T orom eti m e con-siderara como su propiedad, a mi y mis efectos. En estainteligeucia , m e d a r a todos 10s dias m i raci6n d e pa ta tascocidas; se encargara de al imentarme. De este modo po-d r 6 cousagrar todo e l dia a la instrncci6n de 10s indige-nas: es lo q u e h e podido hacer desde m i l legada ha stam i par tida . No h e ten ido m8s q u e dos especies d e dis-

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    - 1 -t racciones: e l t rabajo indispensable pa ra cu l tivar u n r in -conci llo de t ierra y sem bra r las semillas de leg um bre sq u e habia t ra ido, y en seguida m i defensa y la de miscosa s contra las pre tensiones s iem pre crecientes de Tor o-met i . Fu era d e esto, m i es tada e n la is la de Pasc ua has id o u n a larga c lase , u n largo catecismo, inte rru m pid oe610 por cortos m om entos de reposo y algunos pequefiosinciden es,Tre s veces a1 dia la cam pan a a nu nciab a las oraciones.G unn do estaban reunido s, reoitaba la oracion, q u e 10sasis tentes repet ian , palabra po r palabra: era la oraci6nprop iam ente dicha. Lu ego ven ia la c lase , en q u e se re-petian las oraciones, les ensefiaba el cstecismo, y apren -d i a n a leer. E n nueve meses y un os dias, como lo pod&iruaginar, no he creado doctores; pero, en fin, varios ca-nncas, t an to m uchachos C O ~ O uchachas , h a n aprendidoba sta nte bien las prin cipale s oraciones p 10s misteriosesenciales de la religion. M uchos han comenzado a de-letrear y hay cinco o seis q u e leen regu larmen te. Es tosTesultados no par ecera n bril lantes; pero se de bera ten erpresente q u e es tas pobres genteq n o tenian la m as leve:.3-., 2 - 1^ _ ^ ^ _ ^ _ -.-- 1 , . - 1 1iuea ut: ias cvsas que ueuia ensenaries , qu e su iengu a ca-recfa de las palabras necesarias pa ra des ignarlas, y q u e ,c u a n d o les enseiiaba las oraciones, m e er a precis0 ap re u -d er su lengu a, lo qu e es m as diffc il de lo qu e se piensa .Con 10s s d v a j e s no se pued en hacer pregun tas v i n d i raclarac ianes : os dicen el no m br e del objeto q u edel an te d e 10s ojos, per0 n o vayhis m as lejos: no 1td is el sentido de u na pa labra qu e n o comprenm uc ho m eno s pida is u n a definicion: esto excede ccho s u inte ligencia . E n estos casos nada. mimenfrerl me-

    *- ld"--&tieiieu? regun-ddis, y011 mu-- . -

    jo r q u e responderos repit iendo 1:P ar a conseguir estos minimo ster estar a cada ins tante a la disIgrandes y pequefios . Est&, osor o he rm ano ca tequis ta , he aq ,gan : golpean la puer ta , y si salgosefial; se comenzara la clase sob1

    _ _ , __... -- I - . -a pregunta .resultados, era m ene s-losicion de estos nifios,no , pronto, sefior profe-ui que 10s alumnos I le-inmedia tam ente , hue na.e la yerba, en fre nte d e

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    l a cabana . Per0 s i t a rdo u n poco, o s i, creyendo ad ver t i ren t re 10s discipulos m as g ana s d e d iver t irse qu e de a pr en -de r , 10s despido para m as ta rde , no desperdiciazl la oca-s i6n. Despu6s de hab er golpeado la pue r ta , l laman tam-b i b a lr ededor de la casa; en s egu ida se s ien tan adistan cia y se en tretiene n e n t ira r pied ras, a1 principiclpequefias, despuks mayores, para sostener el inter&.Es t4 e l ca tequis ta de bu en h u m o r o no, preciso es quese presente . Salgo entoiices, armado con mi catecismo,y sen tand om e en la yerba, les digo:-1Vamos a ver , aproximaos! qu e vamos a ap ren de rlas oraciones.-No, responden 10s discipulos, acereate tu, ven aca.Lo m as s imple es i r . En tonc es todos se s ientan sobrel a ye rba y repi ten las oraciones, pr eg un tas y respu estasde l catecismo con m as o meno s a tenc idn, y con u n to n om a s o menos satisfactorio. A1 cabo de cierto tiempo lle-g an nu evo s discfpulos. Los q ue se fas tid ian pr im ero, s elevantan y se va n; 10s ult imo s l legados no t a rdan en se-guirlos: pron to el s itio qu ed a i ibre, y el pro fesor p u e d eocu parse en otr a cosa, C Q ~a condicibn, n o obs tan te , d evolver a comenzar cuando a ~ S O S aballeros se les a n to -j e de nu evo rean ud ar e l ejerc ic io. Si n o es hoy , se ra m a-fiana ; estad l isto, pu es aquf h a y pocas ocupaciones, PO-cas distracciones, y pr on to l lam ara n a la p ue rta del paptidiciendo:

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    - 3 -cipa l . C uand o se hz n hecho, segun las reglas de la eti-qu et a, todas las evoluciones requeridas, hasta q u e l legael dia de la zam bra, se com en las pata tas y 10s cam otes,seunidndose en seguida las ram as qu e las eu bria n, conlas que se hace u n a especie de columna, de Mayo: estoes lo que significa la palabra ccpaina,.E n el otofio e invierno, estaciones de las l luvias, lasfiestas toman otro aspecto. A 10s cp ain a)) suce den 10s

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    - 4 -prop orciona rse. Se pin tan con m ay or esmero, solici tan 10sservicios.de u n a m a n o mas ejerc i tada en el a r te de f i j a r10s colores y d e tra za r en el rostro l ineas caprichosas, q u eles parecen de u n efecto maravilloso. La s mu jeres se po-n e n sus pendientes : es ta es u n a de las mlis cur iosas in-veneiones en el ar te d e agra dar . Comienzan m uy nifias aag uje rea rse el 16bulo d e la ore ja con un trozo d e m ad erapunt iagudo; poco a poco hacen penetrar mBs profunda-mente es te maderi to , y el agujero se ensancha; en segui-d a in t rodu cen u na sor t i ja de corteza de arbol , la cual.ha cie nd o oficio d e resorte, dila ta m8s y mas l a aber tma ,AI cabo d e a lg u n t iempo, el 16bulo de la oreja se h a con-vert ido en un a especie de correa delgada qu e cae sob re10s hom bros como u n a cinta. Los die s de f iesta se intro -ducen un a enorm e rodaja d e corteza , lo q u e es d e u n agracia perfecta. Sea lo qu e se fue re , es la moda , y aqufcom o en tod as pa rtes , eRta raz6n no ad m ite rdplica.E n esta s m i sm as circunstan cias, 10s ad orn os de la ca-beza son m uy var iados . A nte todo es menes ter u n som -brero cualquiera: a veces es un o adorna do con botones;e n otras ocasiones consiste en u n a calabaza, u n a m ed iasand ia , u n ave de m ar cuyo cuerpo han ab ie r to . U n diari a uno de estos caros capacas qu e tuvo la idea d e po-nerse, uno eobre otro, dos calderos pa ra sacar ag ua ,cub richdose gal lardam ente con ellos. O tro, ha bie nd o en -cont rado u n pa r de bot ines de jados por 10s peruanos ,hahidndolos ab ierto jun tos , se calz6 la cabeza. He cono-cido e n otro t iem po a un sa stre q u e clasificaba a 10sh o m -bres en dos grupo s: el de 10s q u e se cub ren, y el de 10sq u e se visten. Es ev iden te q ue 10s is lefios d e Pa scu a pe r-tenecen a la seg un da clase: les im po rta poco cub rirse,para l ibrarse del calor o del fr io; lo q u e mas les intere saes vestirse. De co nsig uien te, en su s gr an de s fiestas sevisten , se ado rna n , se cargan con todo cuan to pu ede nl iaber de cua!quier m ane ra. E l hom bre q ue ha podidoproporcionarse u n zagalejo, se vis te d e faldas; si tiene dos,am bos se 10s pone. L a m u j e r q u e t i en e a m a n o u n p a n -taldn, una levita, arregla todo esto con la mayor e legan-

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    - 5 -cia posible. iD ichosos 10s que , a tan to lu jo , pueclen afiad irobjetos sonoros,como pedazos d e hier ro etc .!Mi Toromet i ,q u e es h om bre qu e lo en t iende , desde e l p r imer d ia tuvoel mayor cuidado de aprop iarse una campani l l a que y ohabia t ra ido , lo q u e le valid en lo sucesivo el apla uso uni -versal, y con la cua l regoci jaba todos 10s rincones de laisla.He aq ui un as m aneras de d ivert ir se q u e n o parecerhnmuy d iver t idas a todos, segun me parece.Mis canacas es taban sorprendidos de n o descubrir enmi n in g u n sig no d e adrr iiraci6n o entusi t sm o; no sabiauqud pensar de m i indi ferencia .En otros m uchos p untos , por desgracia , nue st ro desa-cuerdo er a todavia mas completo. J a m a s he podido acos-tu m br ar m e a1 olor de cier to ju g0 v egetal con q u e se f r o -ta n , ellos y su s vestidos, y nunc a he pod ido dom inar m irepugnancia cuando 10s veo tragar, con la agil idad deu n a gall ina , 10s num eros os insectos parasi tos qu e se aco-gen en el pequefio tej ido con que se cubren.Deseardis, sin du da , porm eno res sob re la rel igi6n d enu est ros isleiios. E n lo q ue h e podido ob se r ra r du ra n t enu ev e meses d e residencia, la rel igi6n parece oc upar u nlug ar el m as insignif icante en su v ida. Es cierto que elimperfect0 conocimiento de su lengua m e h a impedidohacer todas las pregu nta s q u e deseara, sobre. esta m ate-r ia ; per0 aunque he v iv ido con ellos en l a mayor f ami -l iar idad, n o he podido sorp ren de r ni ng un acto verdade-ram en te posit ivo d e culto rel igioso. E n todas las cliozasse encu ent ran a lgun as es ta tu i tas , de U D O S t rein ta cent i-m etros d e a l to , qu e represe ntan f iguras d e hom bres , pes-cados, ave s, etc. Ind ud ab lem en te, estos deben ser idolos;pero no he adve r t ido qu e se les r indiese u ing un a eepe-c ie de honor . Algun as veces h e v is to a 10s canacas to -m ar estas es ta tuas, a lzar las en el a i re y hacer ciertos ges-tos, acompafiado todo d e u na como danza y u n cantoinsignif icante. cQu6 se proponen con ello? Creo que nia u n e llos mismos lo saben : hacen s implemente Io q u e lianvisto hacer a su s padres, s in l levar m ds lejos s u peuea-

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    - 6 -miento. Si les pre gu nthis q u e significa esto, os responde-r a n , como por sus juegos , que ta l es la m oda del pais.T am po co h e visto ritos religiosos con motivo d e lam uerte . C uan do algu no esta malo, todo el t ra ta inientoconsiste en sacarle d e la choza po r el dia , y volver a eo-locarle en elIa a la noche. Si el enf erm o m ue re , env ud l-ven le en un a es te ra de pa ja , un poco m a s h r g a q u e eleadhver; se am arr a la estera con hilo cpurau9 p se depo-sita todo e n fre nte d e la casa, cerca de la playa. E stoseuerpos, envuel tos e n las esteras, son colocados sobre u nm o n t h d e piedras o sobre una especie de caballete demadera , con la cabeza hac ia el m ar . Como la poblaci6nse ha lla ex ten did a por toda la isla, 10s cad ave res deseca-dos se ve n a lo largo de la costa, sin qu e les l lame laatencibn.N o s6 q u e idea tengan estas pobres gentes en orden ala m u e r t e y la vida futu ra . Cierto dia , con m o t ir o d e unrobo cometido por T oro m eti, quis e hablar!e d e la otravida, y de l a cuen ta q u e t endr fa q ue dar . H ab iendo PanAmuerto recientemente, recorddselo, afiadiendo que lomismo le acontecerfa a 61. No pude presumir el efectoq u e i b an a producir m is palabras . A pen as hab ia dicho:t6 mori ras, cuando T orom et i qued 6 como her ido porun rayo: fud preso de un terro r violento, sus facciones yS U B gestos retrataban el espanto y la c6lera. Los asisten-tes hacian lo mismo. No se o ia mas que un gr i to :

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    - 7 -a la is la de Pasc ua q u e i iunca prou uncien delante de 10sindigenas la famosa ae pohe 6 s .E ste inciderite m e hizo pen sar desde luego q u e !ascreencias supersticiosas n o eran descouocidas en la islad e P a sc u a , y q u e acaso Torometi h abia crefdo q u e y o lehab ia echado uti sortilegio. S in embargo , nad a h a veu i -d o eu lo sucesivo a acreditar esta suposicidn, y no pierisoq u e se pued a re fe ri r a este orden de ideas lo q ue voy Rrelatar .En todas 1as chozas se en cu en tran tabletas de m aderao bastones cubiertos de geroglificos: Bstos son figuras deanimales desconocidos en la isla, q u e 10s ind igen as dib u-ja n con piedras cor tantes. Cada f igura t iene su nom bre ,m a s el poco cas0 q u e hac ep d e es tas table tas m e incl inaa pe ns ar q u e estos caracteres, restos de u n a escri turaprimi t iva , son aho ra para e llos u n us0 qu e conservan s int ra ta r de inq ui r i r su sentido.Los canacas n o co~iocenni lec tura ni escr i tura . Sinem bargo cuentan con rnucha facilidad, y t ienen palabrasIbara representar todos 10s nu m ero s. Su medida de t i em -po es el afio lun ar. Pero en esto su mem oria fal la , y n oesta n concordes acerca del nu m ero de las luuas . jCosad ig n a d e no tar! estos salvajes manifiestati u u grande i n -t e r& en 10 tocante a estas cuest iones. C ua nd o y o habla-b a d e 10s meses, d e la salida del sol, etc., todos se acer-ca ba n , todos, h as ta 10s anc iano s. Y venian a tomar as ientoen t re 10s di sdpulos . La misma di l igencia manifesta-b an cu an d o decia algo sobre la corresp ond encia epistolar.Un dia , micnt ras h ac ia la clase, adverci un navio. Espe-rand o qu e qu iza aborda ri a a la costa, entr e en m i cabafiap ar a escribir algu no s renglones. Mis alu m no s m e obser-va ba n a tentame nte desde Iejos; se imag inaban qu e yo es-taba dotado de la facul tad d e hab lar cou 10s ausentes, yqu e hac ia m o de e lla . Cu and o volvf, m e preg un taron cualh ab ia sido m i conversacion con e! navio.CSe debera hablar de la industria de estos buenos ca-nacas? s u s necesidades tan l im i tadas , no 10s estimulande n i n g u n a m a n e ra , po r lo qu e es na tura l qu e v ivan en

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    - 8 -la ociosidad y la indolencia. S in em barg o, n o carecen d edes treza en 10s dedos: trenz an la pa ja con m u ch a hab ili-da d , t raba jan fkc ilmente el hilo, con el cual hacen c in tu -ras, redes, etc. E st e hilo es sacado d e 10s tejidos fibrososdel KpurauB. La corteza del emaute, , machacada y pre-parad a, d a la te la con q ue se cub ren 10shombros . La pr i -m era p ied ra qu e encuen t ran o 10s dedos solos, son susi n s trumen tos , pues no saben se rv ir se de n ing un a he r ra -rnienta europea. Si se trata de cortarse la barba, co ge nun a p ied ra co rt an te ; con e lla m isma c o r t a r h el h i lo ,au nq ue t engan t ij er as en la m ano . L o q ue les gus ta m asq u e todo es coser: se I y da e l mayor placer cuando seles gratifica con algu no s retazos de ind ian a pa ra re m en -d a r su ((maUte,, q u e tom a despuds el aspec t0 pin tarra-j a d o d e u n vest ido de ar lequin.L a agr icu l tu ra , como lo llevo dicho, no exige graudestrab ajo s, pu es la fertil ida d del suelo-que exiete a pesard e su ca rac ter rocoso-la periodicidad d e las llu v ia s yun a temp era tura ten ip lada parecen hacer a esta pequeiiaisla ha bil para toda especie de produc ciones. Mis ensa-yos han sido poco numerosos, y las pocas l egumbres q uehe sem brado se ha n logrado bien . To das las p lantas q u ehabin traido ha bri an podido aclimatarse; per0 las masm e fue ron robadas por Toromet i, qu e las dej6 secar an-tes de plantar las. El pequei io ter reno q ue ha bia cul tivadoha desap arecido poco a poco pisado, asolado po r 10s ve-cinos y 10s chiq uillos. Es tos e nsa yo s no obstante bastanpara m ost ra r que ser ia m uy fac il conseguir todas lasproducciones de las lati tude s medias. Los cana cas no ne-eesi tan tan tas cosas, po r lo cual la agricuitura, como todolo demas, no es ta aqui m8s q u e en germ en. Cu ando lle-g a e l t iem po de p lantar las pata tas , se s i rven de u n palopunt iagudo para hacer un agu jero en la t ier ra , y descan-sa n en la Provide ncia q u e otorgara el crecimiento. N u n -ea se les h a ocurr ido cavar la t ierra, regarla , etc .L a na tura leza de ja poco qu e hacer a 10s afortunadoshabi tan tes d e nues t ra is la . S in embargo , no pued en d is-pensarse de la cocina; pero sqbre este pun to tambidn son

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    - 9 -pocas las complicaciones. E n poco tiem po se cuecen lassem piternas pz tatas: este es el plato de cada d ia, el in va -riable ordin ario de 10s canacas, gra nd es y pequefios. H a yalgunas gal l inas, y de t iem po en t iempo se cogen a lgu-nos pescados; pe ro estos bocados delicados, si em pr e ra-TOS, son la porci6xi d e u n corto nu m ero d e privilegiados.L a m u j er y 10s hijo s, cu an d o el rnarido est a ha rto , po-dra n qu iz&ch ap ar un hueso ya chupado r azonab lemen teun a pr imera y u n a segunda vez. F ue ra de estos casosexcepcionales, la uniformidad es perfecta: siempre y e ntoda s parte s las patata s, cocidas eegu n el m etod o oceani-eo: q u i , como e n toda s las islas, el ho yo cavado en lat ierra, las pied ras calientes y el cocido a1 vapor. Todoesto se ejecuta con ba sta nte destreza, y, e n este concepto,10s canac as podrian da rno s lecciones.H e advert ido en t re ellos la m ayor atenci6n en n o de-r ram ar la san gre de 10s animales . A lag gallinas les re-tuercen el pescuezo. U n dfa m e servi de m i cuchil lo p aradesangrar a una, y por poco no hice desmayarse a u n am u je r q u e m e observaba. Con respecto a 10s perros ycabras , se cava en el suelo u n agu jero del tnm aao reque-r ido, y se ent ier ra en dl la cabeza del an im al, ret irandolocu an do la asfixia se verifica; en tonc es se qu em a su piel,y , sin otra operacibn, se m ete s u cuerpo en el ho rn o or-dinar io con las p ata tas .

    Creo qu e la v ista de la sangre hu m an a repugna tam-bi6n a los canacas, pues au nq ue t ienen cuchi l los desd eel paso de 10s perua nos , jam as se s i rven de e llos en su srifias. Si quisiesen erio ia r a lgun oal o t ro m un do , tend r ianpor m as s imple m atar lo a pedradas . Asl es como T o-romet i , cu au do esta descontento con su cocina, apedrean su m ujer has ta el pu n to d e impe di r le moverse a1 diasiguiente.No se t r a ta ahora . mi Rdo. Padre . s in0 de ave n tu rasq u e m e son exclusivamente personales, y que me decidoa contaros para qu e tengais u n conocimiento m as exact0d e las cos tumbres de l pais . Estos pequeaos inc iden tespresen tan poca var iedad, pues e l fon do del deb ate era

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    el m as sencillo: par a m i se t ra tab a d e n o de ja rm e roba ren t e ramente , o a1 m enos repent inam ente ; en cuan to aT o -romet i , se t ra taba de conclui r con todo cuanto antes . ym i en t r a s yo l iacia durar e l si t io cuanto podia, mi buds-ped aprovechaba todas las ocasiones para ten ta r un nu e-10 asalto . T ororcet i tenia m ala fa m a, y ello me pareciajust i f icado; s in embargo, creo que, de haber y o caido eno t ras m anos, no ha br ia s ido t ra tado mejo r . To do s estos ca-uac as se acusan reciprocamen te de ser ladrones , y todosd icen l a ve rdad . S i ha y a lgunos q ue roban menos , se deb ea q u e la ocasion o la audacia les fal tn.

    Poco despues de mi dese m barq ue, To rom et i , conside-rh id o se como el propietar io de lo qu e hab ia t ra ido , con-d u y 6 po r ap rop ia rs e de todo lo q u e no estaba bajo llave.AI dfa s iguiente m e f u 8 precis0 ab rir mis cofres en su pre-senc ia, m ostrarle 10s objetos q u e enc erra ha n y explicarles u U S O . Desgraciadamente n o se conten taba con rn irar.Ad vi r t iendo u na pequefia hacha , a1 pun t o se apode r6 d eella, lo que f u 6 m ater ia de nu est ra pr im era discusi6n:resisti 10 m hs hien qu e pude , mas n o logre q u e m e ladevolviese. Era la uuica l iacl ia de la isla, y 81 teniag r a n i n te r & e n h a c w sn ad yu isic ion . ccilderuas, m e decia,3 0 te la prestards. Preciso f u 8 resignarse a ello. Desdeentonces , nunca Toromet i se h a separado de es ta arm a,y d e e lla se h a serv ido pa ra conduci rme suces ivamentea1 ab an do n0 de todo cu an to codiciaba. En es ta pr imerarevista, otro objeto exit6 su curiosidad, y fue l a campa-na. M e cost6 el m ayor t raba jo de l m und o m an t ene r m iderecho de propiedad y colocar l a cam pa ua encima d em i caba ii a. Los reditos en especies exigidos por m i g u a r-d ian , debian por o t ra pa r te renovaxse m as de un a vez du -ran te m i es tada en l a isla d e Pascua .

    Quizas mirare i s como ex t raord inar io el qu e m e hayam ost rado tan condescendiente . Os as egu ro qu e no h e ce-d id o sin resistencia; pe ro, a1 fin de cue nta , h e creido s iem-pr e pru de nte ev i tar el u l t im o ext remo. Los i nd igenasno recur ren o rd inar iam ente a la violencia: 10s he vistodiscutir con estrt5pito y quem ar s e sus cabalias, sin que

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    - 1 -por eso vengau a IRSanos ; pero n o estoy m en os ciertod e qu e Toromet i , u n a vez i rr it ado , encont rar ia buei iotodo medio de desh acerse d e mi. Ademas, Toromet i 110es taba solo, y yo t en i a q u e habd rm e la s con toda la pobla-ci6 n d e la is la . S i cerraba mi puer ta a este sol ici tante itn-por tuno , venia a sentarse a cincuenta pasos de m i caba-i ia , reuni6ndosele pronto su m uj er , sus vecinos, 10s q u epasaban , y u n tum ul to horrib le comeuzaba . A rro jabanpiedras , hsci6ndom e ver c larwmente qu e era para m i m & sventajoso aba nd ona r e l objeto codiciado, qu e dejararr uin ar m i eabafia y esperar q u e le prendiesen fuego.M ientras t an to , tenia necesidad de u r a capilla . E n 10scortos ratos l ibres que me dejaba la ensefianza del cate-cismo y las ornciones, me puse a la obra. N o cabia elec-cidn para 10s materiales de construcci6n: no t eu ia a m idisposici6n mas que la t ierra mezclada de paja y secadaa1 sol. Como esthbamos en estio , hu be d e conten tarm econ e l agua de m ar pa ra m o j a r la t ierra, y con yerbassecas en lug ar de pa ja A pesar d e todo, hub iera podidohacer algo mas qu e regular , s i las I luvias de inv ie rno nohubiesen venido a detenerme, y si hubiese tenido veci-nos mas eserupulosos. Por mas q u e y o cortase yerba yla pusiese a secar, Torom eti enco ntraha lo mhs s impledel m un do em plear la para el servicio d e s u cocina, ycada d ia yo no hacia m as qu e volver a comenzar .

    , ' Lo in& q u e he podido hacer en t res meses , h a sido uriprincipio d e capil!a, d e ocho metros de la rgo por cuat rod e ancho: las paredes apenas t i euen un met ra t r e in t acent imet ros d e a l tura . Las l luvias no m e h a n p e rm i tid ocont iuuar la , y Toromet i , a quie ti habia ha blado pat a quem e ayudase , m e decla rd m uy en alto q u e n o quer i a unacasa de barro . A bandon& pues, m i t r aba jo de albafiil,pa ra ocu parm e unic am ente en la ensefianza del Cate-c i smo.Inm edia tam ente m e cre i en el deber de hacer la v i si tageneral de la i sla . Mi in tencidn er a dete nerm e en 10spu n to s principales , e instru fr asi suce sivam ente a todos10s habi tantes . A fin de preparar e l camino, h ice a lgunos

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    - 2 -presen tes a 10s jefee q u e deb ia visi tar . C ua nd o ma nife st6m i des ign io a Toromet i, por de pron to se opuso, pare-ciend o despuds apro bar m i par tida . C uan do l legud a casad e Tem ana , comencd a hacer el Catecismo y fel ici tarmed e las bu ena s disposic iones de m is nu evo s hudspedes .P e r o un d ia m e anun c i an q ue Torome t i s e h a ap rove -chad o de mi ausenc ia para apoderarse d e todo m i a juar .V olvi a A nakena, acompafiado d e u n a t rop a de canacas.A1 ve rm e, To rom eti afect6 la m ay or sorpresa. D ijo q u eera incapaz de hab erm e causado el m eno r perjuic io. L av en ta n a forzada, la deeaparic i6u de la m ayor par te d e10s ob jetos q u e habfa en el inte rior d e la caba na, er anefectos del viento, asegur6me.El resultado de mi pr im era excurs i6n m e es timul6 adi fe r i r l a segunda . 'or otro lado, es tabamo s en invierno,y au n q u e la estac i6n no sea m uy r igurosa , no deja d ehacerse sent i r ent re un as gentes tan pr imi tivamente ves-tid as co m o 10s canacas. L as l luvia s son cortas, pero fre-cuentes ; el viento es a veces lo bastan terecio p ara agi tare l m ar has ta el pu nto de hacer inabordable la is la porocho o quince d ias. E n es ta 6poca f u d cuando v ino am is canacas u n a idea nu ev a: se les pus0 en la cabezahacerm e cons t rui r un a barca . P o r m as qu e protest6 q u eno sabia hace r u n a obra sernejan te, ello f u e inu t i l : esta-ba n pe rsuadidos de qu e y o lo sabia todo, que todo lo po-d ia , has ta fabr icar u n a enibarcacion s in m ade ra y sin ins-t rumentos . Mi inquie tud n o e r a p o c a . Y a os h e d i c h o c6mose ]as hab ian cuan do q uer ian absolutam ente obtener algode mi. Co m enzaron, pues, su aigarab ia: CiMadera, g ritx -b a n , la ten em os d e sobra!), Y reco rrie ro n la isla reco-giendo todos 10spedazos d e tablas, 10s retazos d e ma dera ,derechos, torcidos, podridos, que podian encontrar . Estabarca debia se r e l f ru to d e u na cont r ibuc ion nac ional.En otras c i rcunstancias he advert ido eeta costumbre dehacer cont r ibuj r a todos pa ra un t raba jo mirado como im -por tante ; a n in gu no se le ocu rre negarse a e llo . Sup er-f luo es afiadir q u e tu v e q u e hace r tambidn el sacrif iciode toda la m adera q ue tenia . Con t an numerosos y tan

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    - 3 -bu en os elementos n o habia. raz6n plausible pa ra n eg ars ea hacer de carpinte ro y cons truc tor . Los clavos q u e m eq u ed ab a n pa sa ro n t a m b i b , y a1 cab0 d e qu inc e dias m isimpacientes canacaa pudieron v er un a cosa qu e se pare-c ia a una barca . ]Ah!10s q uin ce dias se 1es ha bia n h ec hom u y la rgos, apenas m e habian de jado ti em po para comer.L a ju nt ur a de todos estos t rozos de jaba m ucho q u ede sear, y, ad em as, er a precis0 calafatear la barca. L esan un cie q u e es te u l timo t rabajo les competia a ellos, ycomo pretendian poseer una especie de t ierra que harfaun exce lente be tun , se pus ie ron a la obra. U n a sola cocatemia yo, y era se r d iputado pa ra gob ernar el nu evo ypeligroso barco. E l rnjsmo d ia, y an tes d e secarse el be-tu n , quis ieron lanzar la em barcacion a1 agu a; entoncesme encerrd en mi casa.P er 0 ha bia n resuel to hace r la f iesta completa. Recor-da nd o qu e las embarcac iones q u e a lguna s veces se ha -b ian acercado a la is la t raian rem eros vestidos con cami-sas y panta lones , pensaron tamb ien en ponerse de uni -fo rme . Po r supues to qu e yo era quien debia proporcio-n a r 10s t rajes, y u n o d e ellos, Teo ni , tuv o la aud acia d een t ra r en m i casa para cogerme m i pantalon. A purad oy a bas ta no mks, cogi a1 ladr6 n po r el cu erp o, y le arrojefue ra de l a pue r t a . S in adver t ir q u e l levaba un hacha ,m e h e r i en un brazo . La s angre qu e manaba en abu n-dan cia exci to e l terror de 10s canacas, y Teoni desistid desus pre tens iones . Tornd, pues , a entrar en mi casa , ydes de aq u i presencid el lanzamiento d e m i barca . Bru -ta lm ente arras t rad a por en t re las piedras, lleg6 pro nto aori l las del mar. Este era el momento decisivo: cada unoqu i so pone r m anos a la obra, y contr ibuir a la operaci6ntan largo t iem po esperad a. Mas iay d e mf! la alegria f u 6corta: a medida qu e la barca ent raba en el m ar el m aren t rab a e n l a ba rca , y dsta lueg o se enco ntr6 l lena. I m -posible f u e ir m ks lejos. iAdi6s paseos, exc urs ion es yexpediciones d e todo genero imaginados p or nu es t rosbuenos indigenas! Precis0 fu d bu scar otras distracciones,q u e n o debian fa l tar .

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    - 1 -El tiempo del Mataveri se acercatba, y habia un POCOd e agi tacion. Sobre todo Torom et i most raba un a descon-f ianza s iem pre en aum ento . Me pidio lo res tante de m isvestidos para esconderlos, decia, pues habia el progecto

    de robarlos , , Como estas bu en as ge nte s descoiifian todaslas unas d e las otras, y con m uch a razdn, es tan s iem prea1 acecho par a ocu l tar todo lo q u e tienen. E n efecto, 10sescondi tes abundan, y tod a la isla esta l lena d e grubsprofu ndas , i ia tura les un as y o tra s artificiales, q u e no co-muni can COLI el exterior s ino por u n a en trad a estrechisi-ma, q u e un:ts cua ntas piedras bastau pa ra dis im ular yce rra r . La poblacion enter a de la i sla po dria desap areceren u n m om ento dado , ocu lt audose en 10s subterraneos.Aqui e ra donde Toromet i pre tendia poner en segur idadlo restante d e m is bienes. Neg u8 m e a ello con tes6n;pero Torom et i, su he rmano y su mujer , reforzados consu s vecinos, se apo dera n de mi , y hacen toda resistenciaimposible. Cogen mis l laves, l levan 10s efectos que e u -cue i i t ran , y no m e dejari m a s q u e el colchon y las cajasq u e cori tenian 10s ins trum en tos . T er m in ad a la operacion,aqudllas m e fue rou de rue l ta s .Nada sem ejante m e ha bia sucedido has tn entonces.T oro m et i , c ier tamente , lo habia pues to todo en obra p ar ave ja rme y exigirm e lo q u e deseaba: hi tbia recurrido a rue -gos, am enazas , gr i tos ; per0 jamhs ha bia l legado a la vio-lencia propiam ente dich a. L a post rera barre ra acababad e caer, y parecia qu e en ade lante todo e ra de temer . E lsolo part ido que yo podia tom ar era e l de sust raernie porl a fug a a la s exigencias de mi t irano; per0 hae ta ah ora nohab ia logrado hacerlo s in q u e m e detuviese o se pu siesea seguirme; y me ha bia s ido m enes te r supl icar le d i fe ren-tes veces p ara i r a baut izar a P a n a y otros t res o cua t ronior ibundos q ue imp loraban es ta grac ia . Agu ard8, pues ,m a ocasion favorab le pa ra bur l a r la v ig ilancia de m iCerbero, la qu e se present6 luego.Un os canacas de A napika se encont raban aq ui pa rat ranspor ta r m i men guado baga je , y m e march8 con ellos,a despecho d e Tororneti q u e llego en e l m om ento d e la

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    - 45 -par t ida Las gentes de A nap ika se mostraban complacien-tes con el papa^: era que con taban con desnudar le a suvez.Apenas habfa tenido tiempo pa ra desca nsa r en tre ellos,cuan do se present6 Torom eti acompafiado de a lgun osislefios: venian a buscarme. Y o no queria seguir los, yh u b 0 u n a larga lu ch a. A1 fin, m e ech aro n al suelo, y eo-g iendome, uuo s por 10s brazos, otros por las piernas, sepusierou en m archa . Tuv ieron la paciencia de llevarm ea s i m e d ia k g u a . Los conductores no e ran muy suaves, yasf m e sentia med io descuart izado. Y a e ra demasiado, yles anu ncie q u e deseabx aho rrar les e l t rabajo de llevar-m e m as lejos. Pusikro nine en el suelo, m e devolvieronmis zapa tos q ue m e hab ian a r rancado para qu e ne pu-diese alcanza rlos, y acabe el viaje a pie e n s u compafi ia .Una so rp resa m e aguardaba : Torom et i hab ia t ra ido am i casa 1st mayor par te de 10s efectos sustraidos 10s diasanter iores.-

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    - 6 -cu al habia de par t i r e l golpe q u e hacia m ucho t i empotemia . U no de 10s canacas , Tam atel ta , m e hab ia dad o aenten der , en efecto , q u e To rom et i era e l objeto de un odiogenera l y q u e S U B maldades le a t ra e r i a i u n cast igo ejem-plar.U n a mafiana veo llegar a Ta m atek a seguido de un aporc i6n de gen tes q u e fo rmaron un a reun i6n en f ren ted e la casa de Torom et i. Todo s habla ban a1 m ismo t iem -PO, y la discusi6n se en ard ecia ;y, a u n q u e y o uo compren-dia ninguna de es tas arengas , faci lmente se veia que lacosa acabaria mal . Sal i de mi cabana, y m e sent6 a ciertadis tancia . Torom et i sali6 tam bien , por su lado de su cho-zft, m 8s ap en as tom ab a pa rte exi la discusi6n. Ten ia m u -cha s gan as de alejarm e del tumul to , pero m e intereeabano perder de vista mi cabafia y obse rvar ias acciones dela mu l t itud . Las cosas tomaron luego un aspecto masam enazador . Algunos de 10s mhs at revidos se apro xim a-ron a la choza de To rom eti y, ar rancando la pa ja q ue lacubrfa , t ra taron d e deshacerla . Lu ego le prendieron fu e-go, y , como hacin viento , fu 6 as un to de pocos m inutos .Toromet i habia permanecido impas ib le , sen tado a1 ladodel incendio ; fu e m enes ter q ue u no de sus amigos le co-giese por el brazo p ara alejarle del fuego q u e iba a acer-carsele . T em i q ue m i casa corr iese id h t i c a suer te; pero,fel izmente, no hicieron ninguna tentat iva en es te sent i -do , 57 algunos canacas tambikn, arm ado s d e lanzas , sepusieron a hacer la g uard ia a lrededor .C uando no qued6 nada de la casa de Toromet i , 10sam ot inad os , habiendo devcubierto la famo sa barca q u ey o hab ia const ruido, t ra taron , mas en vano, de destrozar-la . En este m om ento Torometi, rodeado d e a lgunos par-tidarios, se disponia a alejarse del teat ro de su infor tu uio.EUcuan to a m i, hasta a q u i s imp le espectador del con-f licto, m e en con tr6 en disposici6n d e pron unciarm e. To-rom et i deseaba