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Cada posición se debe mantener entre tres y 15 segundos y repetirse un total de tres veces, en unos movi- mientos que en total se tarda en rea- lizar “una media hora”, aproximada- mente, describe la experta. “Si realizamos las 18 posturas ejercitaremos todos los músculos del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies”, expone uno de los maestros de la escuela, quienes buscan además con las nuevas tecnologías de la co- municación, compartir la enseñanza de Wat Pho. La instructora asegura que hacer esta series de estiramientos de ma- nera diaria no sólo beneficia la salud física, sino también es bueno para la vitalidad mental, ya que refresca la mente, ayuda a reducir el estrés y mejorar la concentración. “El mejor momento para ejercitar- se es por la mañana” y en ayuno, co- menta la profesional. Estudiantes de todo el mundo se mezclan con locales para acudir a este centro ubicado en el casco histó- rico de la metrópoli tailandesa para aprender las técnicas tradicionales. UNA TRADICIÓN DE SIGLOS La primera evidencia de ermitaños realizando estos ejercicios se encon- tró en el reinado del Rey Rama I en 1788 durante la renovación del tem- plo Phra Chetuphon Vimon Manga- laram Rajavaraviham o Wat Pho y en el documento de la Escuela de Me- dicina Tradicional Tailandesa, men- cionaba que había un ermitaño que se contorsionaba y retorcía que vi- vía en las colinas. El Rey Rama I, quiso fusionar la medicina tradicio- nal, arte y ciencia en un mismo lu- gar, fue entonces cuando comenzó a practicar los ejercicios para relajar sus músculos y depositó su confian- za en el ermitaño que era conside- rado como un maestro de los cono- cimientos de las diversas ciencias, creando esculturas de piedra de las diferentes posturas del ermitaño pa- ra hacerlas públicas como tratamien- to médico. Más adelante en el año 1836, el Rey Rama III renovó todo el templo y designó a Krom Meu Narong Hari- raks, hijo del Rey Rama I, como jefe de los artesanos a cargo de moldear 80 nuevas figuras del ermitaño. DE LA MEDICINA AL ARTE El Rey Rama III, junto a su familia, sabios, artistas y poetas escribieron piezas de versos y los tallaron en las estatuas y los muros de lo que hoy es el pabellón medico del templo, como evidencia de la historia del ermitaño tailandés. Por tanto, el ruesi dat ton se basa en los dibujos y estatuas de Ji- vako practicando los ejercicios. Estas representaciones están fundamenta- das en iconografías y textos antiguos que se han perdido en el tiempo y sólo unas pocas permanecen hoy en día. Tanto los dibujos como las estatuas son muy importantes para el correc- to entendimiento de los ejercicios y deben ser contemplados con deteni- miento por aquellos que deseen me- jorar en la práctica de esta disciplina. Ruesi dat ton consiste, entonces, en una secuencia de movimientos en los que se trabaja la respiración, coordi- nación, fuerza y equilibrio. Pinturas tailandeses de líneas Sean mostrando los puntos de presión, en el Templo Wat Pho. EL ASCETA, SOLITARIO EN EL MONTE, CONCIBIÓ 80 POSTURAS PARA ESTIRAR SU CUERPO CON EL FIN DE PREVENIR Y CURAR LOS DOLORES CORPORALES Y ENFERMEDADES DEL SISTEMA CIRCULATORIO Y RESPIRATORIO Esculturas con posturas Ruesi dat ton. 8 Sn

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Cada posición se debe mantener entre tres y 15 segundos y repetirse un total de tres veces, en unos movi-mientos que en total se tarda en rea-lizar “una media hora”, aproximada-mente, describe la experta.

“Si realizamos las 18 posturas ejercitaremos todos los músculos del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies”, expone uno de los maestros de la escuela, quienes buscan además con las nuevas tecnologías de la co-municación, compartir la enseñanza de Wat Pho.

La instructora asegura que hacer esta series de estiramientos de ma-nera diaria no sólo benefi cia la salud física, sino también es bueno para la vitalidad mental, ya que refresca la mente, ayuda a reducir el estrés y mejorar la concentración.

“El mejor momento para ejercitar-se es por la mañana” y en ayuno, co-menta la profesional.

Estudiantes de todo el mundo se mezclan con locales para acudir a este centro ubicado en el casco histó-rico de la metrópoli tailandesa para aprender las técnicas tradicionales.

UNA TRADICIÓN DE SIGLOS

La primera evidencia de ermitaños realizando estos ejercicios se encon-tró en el reinado del Rey Rama I en 1788 durante la renovación del tem-plo Phra Chetuphon Vimon Manga-laram Rajavaraviham o Wat Pho yen el documento de la Escuela de Me-dicina Tradicional Tailandesa, men-cionaba que había un ermitaño que se contorsionaba y retorcía que vi-vía en las colinas. El Rey Rama I, quiso fusionar la medicina tradicio-nal, arte y ciencia en un mismo lu-gar, fue entonces cuando comenzóa practicar los ejercicios para relajar sus músculos y depositó su confi an-za en el ermitaño que era conside-rado como un maestro de los cono-cimientos de las diversas ciencias,creando esculturas de piedra de las diferentes posturas del ermitaño pa-ra hacerlas públicas como tratamien-to médico. Más adelante en el año 1836,

el Rey Rama III renovó todo el templo y designó a Krom Meu Narong Hari-raks, hijo del Rey Rama I, como jefe de los artesanos a cargo de moldear 80 nuevas fi guras del ermitaño.

DE LA MEDICINA AL ARTE

El Rey Rama III, junto a su familia, sabios, artistas y poetas escribieron piezas de versos y los tallaron en las estatuas y los muros de lo que hoy es el pabellón medico del templo, como evidencia de la historia del ermitaño tailandés. Por tanto, el ruesi dat ton se basa en los dibujos y estatuas de Ji-vako practicando los ejercicios. Estas representaciones están fundamenta-das en iconografías y textos antiguos que se han perdido en el tiempo y sólo unas pocas permanecen hoy en día. Tanto los dibujos como las estatuas son muy importantes para el correc-to entendimiento de los ejercicios y deben ser contemplados con deteni-miento por aquellos que deseen me-jorar en la práctica de esta disciplina.Ruesi dat ton consiste, entonces, en una secuencia de movimientos en los que se trabaja la respiración, coordi-nación, fuerza y equilibrio.

Pinturas tailandeses de líneas Sean mostrando los puntos de presión,

en el Templo Wat Pho.

EL ASCETA, SOLITARIO EN EL MONTE, CONCIBIÓ 80 POSTURAS

PARA ESTIRAR SU CUERPO CON EL FIN DE PREVENIR Y CURAR

LOS DOLORES CORPORALES Y ENFERMEDADES DEL SISTEMA

CIRCULATORIO Y RESPIRATORIO

Esculturas con posturas Ruesi dat ton.

8 • Sn