el asco y los políticos

1
El asco y los políticos. Por alguna razón suele asociarse el disgusto que producen ciertos políticos con la emoción del asco. A mi modo de ver no creo que sea la palabra más adecuada, pero es cierto que esa expresión se impone en las redes sociales a la hora de calificar políticas o políticos. El psicoanálisis freudiano analizó esta emoción por primera vez en un texto llamado (no es ninguna broma) Manuscrito K, de 1896. Allí Freud sugirió que a través de la educación de los primeros años se levantan tres diques contra los antisociales impulsos infantiles: el asco, la vergüenza y la moral. Esos tres diques hacen posible que el niño empiece alguna mínima actividad escolar adaptándose a convivir en grupo, con sus vaivenes. Lo que resulta más complicado de analizar es por qué algunos políticos se empeñan en retroceder al nivel psicológico de aquellos primeros años de la infancia, aunque gocen de formación universitaria. Es notorio que esos políticos no sienten ningún asco por sus acciones, sino que parecen gozar bailoteando como monigotes subidos a escenarios. Sus muecas –todos lo hemos sufrido– son insoportables. El asco no lo sienten ellos, lo sienten los espectadores. Al verlos sacudirse en estudiadas contorsiones o balbucear como niños, sin responsabilidad, sin escrúpulos, sin reparos por ofender al otro. Ocurre que al niño muy niño no le importa el otro. De hecho, Freud le llamó "perverso polimorfo" al descubrir que en él –antes de que la educación lo moldee– están contenidas todas las maldades, todo la indolencia, toda la desidia que hace despreciable a un adulto. En algunas patologías ese dique se resquebraja y transforma al adulto en un ser antisociable, ya por asqueroso, desvergonzado o amoral. Es un malestar, la reacción a lo que se filtra por esa grieta que contiene lo peor del ser humano. Esa caja de Pandora que encierra todas las miserias humanas. La basura que nadie quiere cerca. Aquello que amenaza hacer imposible la convivencia con el otro.

Upload: gustavo-emilio-cosolito

Post on 19-Dec-2015

13 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

Política, actualidad argentina 2015, asco, psicoanalisis

TRANSCRIPT

Page 1: El Asco y Los Políticos

El asco y los políticos. Por alguna razón suele asociarse el disgusto que producen ciertos políticos con la emoción del asco. A mi modo de ver no creo que sea la palabra más adecuada, pero es cierto que esa expresión se impone en las redes sociales a la hora de calificar políticas o políticos. El psicoanálisis freudiano analizó esta emoción por primera vez en un texto llamado (no es ninguna broma) Manuscrito K, de 1896. Allí Freud sugirió que a través de la educación de los primeros años se levantan tres diques contra los antisociales impulsos infantiles: el asco, la vergüenza y la moral. Esos tres diques hacen posible que el niño empiece alguna mínima actividad escolar adaptándose a convivir en grupo, con sus vaivenes. Lo que resulta más complicado de analizar es por qué algunos políticos se empeñan en retroceder al nivel psicológico de aquellos primeros años de la infancia, aunque gocen de formación universitaria. Es notorio que esos políticos no sienten ningún asco por sus acciones, sino que parecen gozar bailoteando como monigotes subidos a escenarios. Sus muecas –todos lo hemos sufrido– son insoportables. El asco no lo sienten ellos, lo sienten los espectadores. Al verlos sacudirse en estudiadas contorsiones o balbucear como niños, sin responsabilidad, sin escrúpulos, sin reparos por ofender al otro. Ocurre que al niño muy niño no le importa el otro. De hecho, Freud le llamó "perverso polimorfo" al descubrir que en él –antes de que la educación lo moldee– están contenidas todas las maldades, todo la indolencia, toda la desidia que hace despreciable a un adulto. En algunas patologías ese dique se resquebraja y transforma al adulto en un ser antisociable, ya por asqueroso, desvergonzado o amoral. Es un malestar, la reacción a lo que se filtra por esa grieta que contiene lo peor del ser humano. Esa caja de Pandora que encierra todas las miserias humanas. La basura que nadie quiere cerca. Aquello que amenaza hacer imposible la convivencia con el otro.