el caso leon trotsky

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  • Coleccin Clsicos

    CEIP Len Trotsky

  • El caso Len Trotsky

    Informe de las audIencIas sobre los cargos hechos en su contra en los Procesos de mosc

    realizado por la comisin Preliminar de InvestigacinJohn Dewey, Presidente

    Carleton Beals (renunci)

    otto ruehle

    BenJamin stolBerg

    suzanne laFollete, secretaria

    Centro de estudios, investigaCiones y PubliCaCiones len trotsky

  • Imagen de Tapa: Len Trotsky en su despacho, Coyoacn, Mxico. Fondo CEIP Len Trotsky.

    Imagen de ConTraTapa: Len Trotsky y otros durante una audiencia dela Comisin, Coyoacn, Mxico, abril de 1937.

    Fondo CEIP Len Trotsky.

    dIseo de CubIerTa e InTerIor: Julio Rovelli

    2010, Ediciones IPS. CEIP Len TrotskyRiobamba 144Ciudad Autnoma de Buenos Aires | CD1025ABDBuenos Aires | ArgentinaTEL.: (54-11) 4951-5445E-mail: [email protected] | [email protected]

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723Impreso en Argentina. Printed in Argentina

    Trotsky, LenEl caso Len Trotsky : informe de las audiencias sobre los cargos hechos en su contra en los Juicios de Mosc / Len Trotsky ; adaptado por Andrea Robles. - 1a ed. - Buenos Aires : Ediciones IPS, 2010.656 p. ; 23x15,5 cm. - (Clsicos CEIP Len Trotsky; 1)

    Traducido por: Murillo Celeste ... [et.al.]

    ISBN 978-987-23362-6-4

    1. Historia Universal. I. Robles, Andrea, adapt. II. Celeste, Murillo, trad. III. Ttulo

    CDD 909

  • Trascripcin de las acTas de las audiencias de la comisin preliminar de invesTigacin

    sobre los cargos hechos contra len trotsky en los Procesos de mosc

    realizadas entre el 10 y el 17 de abril de 1937 en la av. londres 127,

    coyoacn, mxico.

    registrado poralbert m. glotzer,

    taqugrafo de actas de chicago, Illinois.

  • ndice

    Presentacin, Esteban Volkov

    Prlogo, Andrea Robles

    nota a la edicin en castellano

    introduccin a la edicin de 1969 de Merit Publishers, George Novack

    Prefacio

    informe ante la comisin de investigacin

    Sesin PrimeraDeclaraciones de apertura; biografa de Len Trotsky; actividad revolucionaria de los primeros aos; Revolucin de 1905; oposicin a la Guerra Mundial; estada en Estados Unidos; el rol en la Revolucin de Octubre, la Guerra Civil, el gobierno sovitico; la expulsin del Partido; el exilio; la actividad internacional; Copenhague; Francia; Noruega; arresto.

    Sesin SegundaMxico; prdida de la ciudadana; familia; escritos sobre terrorismo; Petrogrado, Varsovia, Brest-Litovsk; archivos; peligro de bonapartismo; poltica de la Comin-tern; testamento de Lenin; las acusaciones de Vyshinsky de antileninismo.

    Sesin TerceraRelaciones con Lenin; carta abierta al Comit Central Ejecutivo; relaciones con los acusados; la Troika; bloque con Zinoviev y Kamenev; la expulsin de la Oposicin; las capitulaciones; Olberg; Radek.

    Sesin cuartaLa actitud de Trotsky hacia los acusados, juicio Zinoviev-Kamenev; Radek; capitu-ladores; relaciones con los acusados; oposicin leal; comunicaciones con la URSS; Blumkin; Copenhague; el regreso; encuentro con el hijo; testigos; el pasaporte de Sedov; el telegrama a Herriot; el Hotel Bristol; la prensa danesa.

    Sesin QuintaTestimonio del secretario de Trotsky sobre Copenhague, el Hotel Bristol; pelcula para la Oposicin; Olberg; Romm; la expulsin de Trotsky a Francia;desembarco en Cassis; viaje a Saint Palais; el incendio; vida en Saint Palais; Bagnres; Barbizon; descubrimiento; ataques de la prensa; Romm; evidencia documental.

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  • Sesin SextaPrecauciones para el viaje a Francia; evidencia documental Pyatakov-Romm; la vida de Trotsky en Noruega; el telegrama de Knudsen a Vyshinsky; prensa noruega; propuesta de Trotsky al tribunal de Mosc; Pyatakov; ciertos acusados.

    Sesin SptimaLey de traicin sovitica; Aftenposten sobre Pyatakov; Hrasche; Ciliga sobre las confesiones; Drobnis; la explosin de Tsentralnaya; industrializacin, Plan Quin-quenal, colectivizacin; estadsticas soviticas; advertencias de Trotsky; actitud sobre el terrorismo; el asesinato de Kirov; comunicaciones con la URSS.

    Sesin OctavaTendencias terroristas entre la juventud; la cuestin de la conspiracin; actitud hacia el cambio del rgimen sovitico; omisin de Molotov de la lista de vctimas; defensa de la URSS; la tesis Clemenceau; la IV Internacional; Espaa; posicin en caso de ataque a la URSS.

    Sesin novenaLa poltica estalinista en Espaa; la poltica exterior de Lenin y Trotsky; la Unin Sovitica en un mundo capitalista; guerra y socialismo; actitud hacia Alemania y Japn; alianza de la URSS con pases capitalistas; el viaje de Lenin a travs de Alemania; la guerra polaca; lucha entre la Oposicin de Izquierda y los estalinistas; el robo de archivos; finanzas; refutacin general de los cargos.

    Sesin dcimaHistoria del Partido Bolchevique; organismos de direccin; militantes en 1919; Constitucin de la Unin Sovitica; Consejo de Comisarios del Pueblo; miembros en 1919; los soviets; relaciones entre el Partido y el gobierno; centralismo demo-crtico; dictadura del proletariado; nueva Constitucin; la revolucin socialista; la cuestin de la propaganda; terror revolucionario, individual y termidoriano; la prensa de Hearst.

    Sesin decimoprimeraLas alianzas de la burocracia y el fascismo; terrorismo; frente nico y frente popular; purgas en el partido; sabotaje; trotskistas en Siberia; confesin de Muralov; mtodo para obtener confesiones; la remocin de Stalin; acusaciones en el primer juicio; ley sovitica sobre la evidencia; el supuesto vuelo de Pyatakov; el socialismo en un solo pas; las relaciones con Lenin; la distorsin de la historia revolucionaria; Borodin en Mxico; la Internacional Comunista.

    Sesin decimosegundaPedido de investigacin sobre la cuestin del Sr. Beals; la renuncia del Sr. Beals; declaracin del Presidente; declaracin del abogado del testigo; carta del Partido Socialista; disciplina bolchevique; consignas de la Oposicin; fases de la lucha del Partido; trabajo constructivo; los juicios a los mencheviques; testamento de Lenin; Oposicin de Izquierda; revolucin internacional; dictadura del secretariado.

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  • Sesin decimoterceraDiscurso de cierre del abogado del testigo; preguntas de las organizaciones obreras mexicanas; declaracin del abogado de la Comisin; argumento final de Trotsky: por qu es necesaria una investigacin?; la investigacin es polticamente ad-misible?; la opinin del profesor Charles A. Beard; un interrogatorio puramente judicial; autobiografa; mi situacin jurdica; tres categoras de pruebas; la serie matemtica de los montajes; la base poltica de la acusacin: el terrorismo; el ase-sinato de Kirov; quin redact la lista de vctimas del terrorismo? (el caso Mo-lotov); la base poltica de la acusacin: sabotaje; la base poltica de la acusacin: la alianza con Hitler y el Mikado; Copenhague; Radek; Vladimir Romm, Testigo; el vuelo de Pyatakov a Noruega; qu es lo que fue desmentido en el ltimo juicio?; el fiscal falsificador; la teora del camuflaje; cul es el propsito de estos juicios?

    Lista de Pruebas

    Apndices

    notas finales

    ndice temtico

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  • PreSenTAcin

    ESTEBAN VOLKOV

    La amplitud y la intensidad de la lucha revolucionaria de Len Trotsky por la clase trabajadora no tiene parangn. Dedic ms de cuarenta aos a esta grandiosa y noble causa. Fue el guerrero revolucionario de las mil batallas. Se desempe en todas las esferas de la lucha revolucionaria: desde forjar las armas ideolgicas para entrar al campo de batalla de la Revolucin, hasta aplicarlas exitosamente para intentar mover las ruedas de la historia hacia tierras de equidad y justicia. Tras crear el admirable Ejrcito Rojo, con encendidos discursos le imparti un invencible impulso revolucionario. Uno a uno fueron derrotados los ejrcitos enfrentados, pltora de encarnizados enemigos de la revolucin bolchevique.

    La revolucin triunf y se salv la Unin Sovitica; era el reino de los Soviets, de la autntica democracia socialista, encabezada por Lenin y Trotsky. Pero poco tiempo hubo para festejos; siguieron aos difciles de grandes sa-crificios. Transcurridos unos aos, un poderoso oleaje contrarrevolucionario bati las playas de la Revolucin. Agazapados enemigos, caterva de arribistas, burcratas del antiguo rgimen y aventureros de toda laya, dirigidos por su gran gua y jefe mximo, Jos Djougachvili (ms conocido como Stalin), rpidamente se aduearon del poder.

    Ya sin Lenin, Trotsky emprendi una heroica e infructuosa lucha intentando reencauzar y salvar la revolucin que ambos haban llevado al triunfo. Pero el Partido Comunista ya era sordo a sus llamados; de adalid y gua de la revolu-cin bolchevique, el partido se haba convertido en baluarte y tribuna de una voraz y emergente nueva casta burocrtica vida de poder y privilegios.

    Nadie antes ni mejor que Len Trotsky comprendi el inmenso peligro que presentaba, para la clase obrera y para la revolucin socialista, la conquista del poder por esta parasitaria casta burocrtica.

    Despus de ser expulsado del Partido en 1927, desde la Oposicin de Izquierda, no cej en la lucha por detener la contrarrevolucin burocrti-ca. Tras su expulsin de la URSS en febrero de 1929, ya en el exilio, Len Trotsky se empe con redoblado esfuerzo y energas en la implacable lucha contra los usurpadores y sepultureros de la Revolucin bolchevique; pero-do al que Isaac Deutscher en su extensa biografa designara como el del

  • EL CASO LEN TROTSKy12

    profeta en el exilio, cuando Trotsky, con un puado de leales camaradas, sin ms armas que su pluma y su lcido pensamiento marxista, entabl la ms desigual batalla contra la ms brutal y sanguinaria tirana conocida has-ta la fecha. Lucha que quedar plasmada en la Historia universal como un captulo imborrable de herosmo y de total entrega a la lucha por un mundo mejor, sin explotacin, opresin ni violencia, para implantar un genuino socialismo sobre la tierra.

    Su peregrinar por el planeta lo llev a Turqua, Francia y a una breve es-tancia en Noruega; el perodo pasado en esta ltima coincide con el montaje por Stalin de la sangrienta farsa de los Procesos de Mosc, en los cuales el dictador manda asesinar a quienes fueron los ms cercanos colaboradores de Lenin, descabeza al Ejrcito Rojo y presenta a Len Trotsky y a su hijo Len Sedov como los principales acusados, atribuyndoles todos los delitos, traiciones y crmenes imaginables. A peticin de Stalin, el gobierno noruego somete a Trotsky, en sus ltimos seis meses de exilio, a un rgido arresto domiciliario, con el propsito de impedirle desmentir pblicamente la ava-lancha de falsas acusaciones difundidas desde Mosc.

    Al llegar a Mxico en enero de 1937, gracias al generoso asilo otorgado por el Gral. Lzaro Crdenas, Trotsky y su compaera Natalia respiran aires de li-bertad. Ya en Mxico el revolucionario ruso, sin impedimento alguno, inicia de inmediato su defensa pblica, al igual que la de su hijo Len Sedov. Para este propsito solicita la creacin de una comisin internacional de indaga-cin, para examinar los expedientes de los Procesos de Mosc y evaluar tanto su defensa como la de su hijo, frente a las acusaciones de que fueron objeto, y para que dicha comisin determine si realmente eran culpables de los crmenes por los que fueron condenados in absentia.

    En marzo de 1937, por iniciativa de The American Committee for the Defense of Leon Trotsky, se organiz una comisin compuesta por renom-brados e intachables intelectuales de diversas nacionalidades, ajenos a la ideologa de Len Trotsky, conocida como Dewey Commission por estar encabezada por el filsofo John Dewey. Tambin recibi la designacin de los Contraprocesos de Mosc.

    Trotsky proclam pblicamente que si la comisin lo encontraba culpable del ms mnimo de los cargos, l se entregara a las autoridades soviticas para su ejecucin. En Coyocn, Mxico, una subcomisin llev a cabo, del 10 al 17 de abril de 1937, trece sesiones de exhaustivos interrogatorios a Trotsky y a su secretario Jan Frankel, con sus respectivos testimonios. Trans-curridos meses de asiduas investigaciones, el 21 de septiembre del mismo ao, la Dewey Commission dio su veredicto: los Procesos de Mosc fue-ron basados en frames up (falsas acusaciones para inculpar inocentes) y Trotsky y Sedov no eran culpables de los 18 cargos levantados contra ellos!

  • PRLOGO 13PRESENTACIN

    Es de estricta justicia mencionar el insustituible apoyo de Len Sedov, hijo mayor de Trotsky, para la realizacin de los Contraprocesos.

    Len Trotsky leg un inmenso arsenal ideolgico a las nuevas generaciones de revolucionarios, producto de una vida dedicada en su totalidad a la lu-cha por el socialismo. Y consider la ltima etapa de la misma como la ms importante, entre cuyas tareas estaban crear una nueva vanguardia revolu-cionaria y desenmascarar, ante la humanidad y la clase trabajadora, al mayor enemigo de esta ltima: la parasitaria oligarqua usurpadora de la revolucin bolchevique encabezada por Stalin.

    De las muchas batallas libradas por Len Trotsky contra el estalinismo, sin lugar a dudas la Comisin Dewey o los Contraprocesos de Mosc fue de las ms notables y trascendentes. All desenmascar y demostr en forma contundente e inapelable, ante la historia presente y futura del gnero huma-no, la absoluta ilegitimidad del rgimen burocrtico dirigido por Stalin, que slo se poda mantener en base al crimen y al fraude histrico.

    El libro The case of Leon Trotsky transcribe en forma precisa las trece sesio-nes de la Comisin Dewey. A travs de los testimonios de Len Trotsky y su secretario, Jan Frankel, hacen una detallada biografa de la vida poltica del primero. Este libro, poco conocido y publicado nicamente en ingls, tras estar agotado entra nuevamente en circulacin, y por primera vez en idioma espaol, gracias al meritorio y muy admirable trabajo de CEIP Len Trotsky, a quienes reitero toda mi admiracin.

  • PrLOGO

    UnA PrUebA de LA AcTUALidAd deL PenSAMienTO deL fUndAdOr de LA iV inTernAciOnAL

    ANDREA ROBLES

    La burocracia dijo: Estamos en el gobierno, estamos resolviendo nuestras cuestiones sociales. Ellos, los aventureros, quieren una revolucin permanente

    y la revolucin internacional. Stalin encontr inmediatamente un eco tremendo Comenz la transformacin de las frmulas revolucionarias de

    la revolucin proletaria... todas las viejas frmulas del bolchevismo se tildaron de trotskistas. Ese fue el truco. Lo genuino del bolchevismo se opona a todos los privilegios, a la opresin de la mayora por la minora. Se lo llam el programa

    del trotskismo. Ese fue el comienzo del fraude [347]1.

    Len Trotsky

    Entre 1936 y 1938 se realizaron en la URSS los Procesos de Mosc, una serie de juicios que pusieron en el banquillo a la que haba sido la direccin bolchevique cuando triunfaba la Revolucin Rusa de 1917, y a generales de los altos mandos de la Guerra Civil. Todos fueron acusados por la burocracia gobernante de los crmenes contrarrevolucionarios ms graves. Y slo en base a confesiones, sin pruebas materiales, fueron fusilados. El supuesto instiga-dor y principal acusado, Len Trotsky, era el nico de estos dirigentes que se encontraba en el exilio.

    A nivel mundial, la reaccin del movimiento de masas fue de estupor y confusin. Aunque no fue la credibilidad que tuvieran los juicios de la bu-rocracia de Stalin la que influy en la consciencia de las masas, sino las con-quistas de la revolucin socialista. Un paradigma que se hizo ms palpable a los ojos de los trabajadores del mundo inmersos en una situacin de deso-cupacin, prdida de sus conquistas y avance del fascismo; situacin que empalideca los crmenes de Stalin. Las masas se vean frente a dos opciones extremas: Hitler o Stalin.

    1 En adelante, las citas del presente libro sern referidas con el nmero de pgina correspondiente entre corchetes al final de la misma.

  • EL CASO LEN TROTSKy16

    Los acontecimientos que iniciaban la dcada de 1930 tambin tuvieron un fuerte impacto en la intelectualidad. La influencia de la URSS y los anuncios sobre los xitos del primer Plan Quinquenal ruso, Hitler y el horizonte de una nueva guerra mundial, provoc que, por ejemplo en Estados Unidos, muchos intelectuales se pasaran al Partido Socialista, y mayoritariamente al Partido Comunista2. Trotsky lo explica en estos trminos:

    Los acusadores estn en una situacin incomparablemente ms favorable. De-trs de ellos est la Unin Sovitica, con todas las esperanzas y el progreso que representa. La emergencia de la reaccin mundial, especialmente en su forma ms brbara el fascismo ha inclinado las simpatas y esperanzas de los crculos democrticos, incluso entre los ms moderados, hacia la Unin Sovitica Si no fuera por las consideraciones diplomticas, patriticas y antifascistas, la falta de confianza en los acusadores de Mosc adquirira dimensiones incomparablemen-te ms amplias y vigorosas[481/3].

    Trotsky dar cuenta de la dialctica entre el avance que significaron las conquistas de Octubre respecto del capitalismo, por un lado, y el rgimen bonapartista en la URSS, por el otro. Esta le permiti combatir y ser una alternativa frente a las dos posiciones mayoritarias en ese momento: la de los partidos comunistas, que apoyaron incondicionalmente la realizacin de los Procesos de Mosc, y la de la socialdemocracia que, opuesta a la revolucin en su conjunto, prefiri un repudio silencioso para no enemistar a sus aliados estalinistas en los frentes populares. Dirigida en ese momento por el socialista y primer ministro francs, Len Blum, pudo verse una vez ms a la II Internacional proclive a garantizar los intereses imperialistas, como la criminal no intervencin en la Guerra Civil espaola, y contradecir en los hechos incluso su propio tibio discurso de defensa de las libertades y los derechos del individuo. De esta forma, los Amigos de Mosc (periodistas, abogados, intelectuales y polticos pagos) tuvieron va libre para difuminar con decenas de miles de artculos y notas de las embajadas las mentiras de sus jefes del Kremlin.

    Finalmente, slo la corriente de los trotskistas realiz una campaa poltica activa para enfrentar la ignominia de los Procesos. La conformacin de una comisin de investigacin, que integraron junto a intelectuales y persona-lidades cuya calidad moral e imparcialidad nadie puso en duda, permiti erigir la nica tribuna desde donde se los denunci, y fue un gran logro. Y, a pesar del hostigamiento y el boicot del estalinismo3, la comisin que

    2 Este ltimo reforz su predominio con el Frente Cultural, una red colosal de rganos artsticos y literarios con oportunidades de trabajo que constitua una institucin de gran poder de cooptacin dentro de la izquierda.3 En los Estados Unidos, el boicot fue avalado por un manifiesto firmado por intelectuales de prestigio como Dreiser, Granville Hicks, Corliss Lamont, Nathaniel West, que acusaba a la Comisin de intervenir

  • PRLOGO 17

    presidi el prestigioso filsofo norteamericano John Dewey pudo terminar la investigacin.

    Este libro, editado por primera vez en castellano, recoge la documentacin, el testimonio y la defensa que Trotsky present ante la Comisin Preliminar, que sesion en Mxico en abril de 1937. Ayudado por Len Sedov4, tambin acu-sado junto a su padre, Trotsky pudo demostrar, incluso legalmente, cada una de las falsas acusaciones que el estalinismo utiliz para justificar los Procesos de Mosc. Pero adems, plante como evidencia el verdadero enfrentamiento: el que exista entre el perodo de democracia sovitica y el del rgimen impuesto por la burocracia, entre la tradiciones del Partido Bolchevique y las del partido estalinista; las diferencias con Lenin previas a la revolucin y los grandes deba-tes del Partido Bolchevique, su historia y preparacin; as como su continuidad en el combate de la Oposicin de Izquierda y la IV Internacional.

    Despus de meses de trabajo, la Comisin Dewey absolvi de todos los cargos a Trotsky y a Sedov. No obstante, el espritu demcrata liberal de Dewey, que comparta con otros miembros de la Comisin, qued reflejado en el interrogatorio, en el tinte y las preguntas nada condescendientes que Trotsky respondi. As qued establecido un debate implcito de mucha ac-tualidad, ya que coincide con el pensamiento liberal predominante en nues-tros das, luego de la desaparicin de la URSS.

    La relevancia del Contraproceso se termina de comprobar cuando ana-lizamos el significado de los Procesos de Mosc, ya que permite sopesar la importancia del combate de Trotsky y la IV Internacional.

    Los Procesos de Mosc en la historiografa sovitica

    El teln de fondo de los Procesos de Mosc, cuya real dimensin se cono-ci aos despus, fue una caza de brujas contra los que la burocracia estali-nista supona aliados al trotskismo, opositores del Partido Comunista de la Unin Sovitica (PCUS). Entre 1937-1938, se estima que fueron detenidas 1.548.366 personas por actividades antisoviticas, de las que 681.692 fueron fusiladas5. En el terreno internacional, la depuracin sigui en todos los parti-dos comunistas, junto con el asesinato selectivo de dirigentes que se ubicaban polticamente a la izquierda del Kremlin, principalmente pertenecientes a la IV Internacional, y que incluy al propio Len Trotsky, asesinado en agosto de 1940. Viendo la magnitud del genocidio poltico resulta paradjico cun relativamente poco se ha investigado y mucho menos debatido sobre el tema.

    en los asuntos internos de la URSS y que, al ayudar al fascismo, le infligan un golpe a las fuerzas del progreso. Romain Rolland y Bertram D. Wolfe se sumaron al coro de defensores de los Procesos.4 Sedov escribi El Libro Rojo, que fue la primera respuesta a las acusaciones.5 Moshe Lewin, El siglo sovitico, Barcelona, Crtica, 2006, p. 136.

  • EL CASO LEN TROTSKy18

    Una visin muy extendida hoy es considerar a los Procesos de Mosc como una fase ms de las purgas y la guerra civil que comenzaron con la Revolucin Rusa. Es decir, condena a los Procesos6 pero considera al esta-linismo como un resultado directo del bolchevismo, estableciendo as una supuesta identidad del estalinismo con el trotskismo y el leninismo. Orlan-do Figes, reconocido sovietlogo liberal de la escuela llamada revisionista, considera que: El Gran Terror fue, sin duda, el episodio ms sanguinario del rgimen de Stalin (en ese perodo se registraron el 85 por ciento de las ejecuciones polticas que se produjeron entre 1917 y 1955). Pero fue ape-nas una de las muchas series de oleadas represivas (1918-1921, 1928-1931, 1934-1935, 1937-1938, 1943-1946, 1948-1953), cada una de las cuales aniquil muchas vidas7. Veremos que la operacin de sumatoria pretende tergiversar y ocultar las caractersticas de estos procesos y su naturaleza sus-tantivamente dismil.

    La Guerra Civil rusa (1918-1921) puede ser comparada con guerras civi-les de otros pases, como la de Estados Unidos durante la dcada de 1860, o con la Guerra Civil espaola, que se desarrollaba paralelamente a los Pro-cesos de Mosc. La resistencia militar del antiguo rgimen zarista cont con el apoyo de todo el mundo imperialista y, del otro lado, unific detrs del Ejrcito Rojo a toda la clase obrera rusa y a la gran mayora campesina. Gracias al rol del Partido Bolchevique y al mtodo de Lenin y Trotsky, la revolucin triunf casi sin vctimas y el terror rojo comenz despus de la intervencin de las potencias capitalistas extranjeras. Los actos terroristas fueron el impulso espontneo y defensivo del movimiento de masas frente al peligro inminente de la restauracin del viejo rgimen. El terror rojo fue empleado contra el viejo rgimen y el imperialismo, en casos de estricta de-fensa, mientras que la represin en los Procesos de Mosc fue aplicada con-tra los viejos bolcheviques y revolucionarios. Es decir que, para igualar estos procesos, Figes debe ocultar dos puntos claves: el carcter de clase que tuvo la represin en cada caso (aunque formalmente fueron llevadas adelante por el mismo partido) y precisamente la transformacin que sufri el Partido Bolchevique, sobre todo a partir de 1924.

    6 En cambio, el historiador liberal conservador Robert Service, conocido por sus voluminosos tra-bajos historiogrficos sobre la Rusia sovitica, realiza un sorprendente panegrico de los Procesos de Mosc y del asesinato de revolucionarios. Criticado por su deshonestidad intelectual, en su ltima biografa da crdito a las declaraciones del agente de la GPU, Zborowski, quien denunci que Len Sedov le pidi que viajara a Mosc en una misin para asesinar a Stalin. Service concluye: Si esto fuera cierto apenas sorprende que la seguridad sovitica intensificara sus esfuerzos para eliminarlo. Incluso si Zborowski lo invent, por la necesidad de corroborar la imagen oficial de Trotsky como terrorista, el impacto habra sido el mismo en las mentes del Kremlin (Trotsky, Cambridge, Harvard University Press, 2009, p.433).7 Orlando Figes, Los que susurran. La represin en la Rusia de Stalin, Bs. As., Edhasa, 2009, p. 41.

  • PRLOGO 19

    el Termidor sovitico

    Los Procesos de Mosc fueron la culminacin de un proceso de burocratiza-cin del Estado obrero ruso. Las condiciones de bajo desarrollo de las fuerzas productivas y las altas tasas de analfabetismo en Rusia dieron lugar a que el apa-rato estatal, para administrar los recursos entre la poblacin, se formara en parte con los restos del viejo Estado y con personal de las clases pequeoburguesas y burguesas. Trotsky analiza el contexto en el que se desarroll la burocracia:

    Durante la Guerra Civil, la militarizacin de los soviets y del Partido fue casi inevitable. Pero an durante la Guerra Civil, yo mismo intent en el ejrcito hasta en el campo de batalla darles a los comunistas la posibilidad plena de discutir todas las medidas militares Despus de que termin la Guerra Civil, esperbamos que la posibilidad de democracia fuera mayor. Pero hubo dos fac-tores, dos factores distintos aunque relacionados, que dificultaron el desarrollo de la democracia sovitica. El primer factor general fue el atraso y la miseria del pas. De esa base emanaba la burocracia, y la burocracia no deseaba ser abolida, aniquilada. La burocracia se convirti en un factor independiente. Entonces la lucha se transform hasta cierto grado en lucha de clases. Fue el comienzo de la Oposicin. Durante un tiempo, la cuestin era un tema de debate interno en el Comit Central. Discutamos los medios que emplearamos para luchar contra la degeneracin y la burocratizacin del Estado. Luego, ya no se trataba de discusiones en el Comit Central, sino que se trataba de la pelea, la lucha entre la Oposicin y la burocracia. sa fue la segunda etapa [95/6].

    A la salida de la Guerra Civil, la crisis econmica y social era tal que fue im-perioso implementar la Nueva Poltica Econmica (NEP), considerada por los bolcheviques como un retroceso tctico. La NEP implicaba concesiones a secto-res burgueses residuales y a las capas acomodadas del campo y la ciudad, permi-tindoles hasta cierto punto la posibilidad de acumulacin como estmulo para aumentar sustancialmente la produccin. En una situacin de reflujo de las masas y de debilidad del proletariado, el mejoramiento de la situacin econ-mica cre un clima de satisfaccin conservadora de estos sectores privilegiados que, junto a la burocracia, comenzaron a levantar cabeza y se convirtieron en un factor independiente, fortalecindose frente a cada derrota de la clase obrera internacional. Particularmente, la derrota de Alemania de 1923 y la enfermedad de Lenin abrieron, siguiendo la cita de Trotsky, la segunda etapa.

    En esta pelea, la burocracia termidoriana8 encabezada por Stalin lo-gr desplazar del Partido a su ala revolucionaria, a la que posteriormente

    8 Trotsky utiliz la analoga del Termidor, el rgimen bonapartista que surgi luego de la Revolucin Francesa, para ejemplificar el asentamiento de un orden reaccionario que sin embargo no cambi las bases sociales creadas por la revolucin.

  • EL CASO LEN TROTSKy20

    derrot, mientras continu haciendo concesiones a los kulaks (campesinos ricos) y a los Nepman en la ciudad. La expulsin de Trotsky del gobier-no en 1925 y posteriormente del Partido junto al envo al exilio o a la deportacin de miles de oposicionistas en 1927, es decir, la derrota de la Oposicin de Izquierda, permiti el enfrentamiento entre los dos pre-tendientes al papel termidoriano, la burocracia y la pequeoburguesa. La colectivizacin forzosa y la industrializacin acelerada de Stalin fueron la respuesta al terror de los kulaks, quienes pusieron bajo la amenaza de de-sabastecimiento a las ciudades. Para vencer, Stalin apel al apoyo del pro-letariado presentando estas medidas como la lucha contra las tentativas de restauracin capitalista pero con los mtodos de la burocracia termi-doriana y no con los de la revolucin proletaria. Esto cerr el camino a la restauracin que propiciaba el kulak pero asent el proceso termidoriano, despojando an ms al proletariado del poder poltico y concentrndolo en manos de la burocracia. As, esta ltima se ubic como defensora del Estado obrero pero, al realizar la colectivizacin en forma artificial por medios burocrtico-militares termin exponiendo a la URSS a graves pe-ligros con la destruccin masiva de materias primas y hambrunas como en las peores pocas del zarismo, adems de la ms conocida represin feroz contra el campesinado. Confirmaba su carcter de casta parasitaria y no de clase, es decir, de representantes burocrticos del primer Estado obrero de la historia. Por eso, Trotsky defendi la colectivizacin contra los crti-cos burgueses y los crticos reformistas al mismo tiempo [que se] trataba de defender la colectivizacin en contra de la burocracia sovitica [280].

    La guerra contra el kulak de 1929-1933, como afirm el historiador mar-xista ruso Vadim Rogovin9, todava puede comparase a los enfrentamientos contra las rebeliones de campesinos acomodados. Recuerda a la guerra de los ejrcitos revolucionarios franceses contra la Vende; pero en cambio, es im-posible encontrar una analoga previa con la represin ocurrida durante los Procesos de Mosc.

    el significado de los Procesos de Mosc

    Para Trotsky el punto de partida para entender los actos de Stalin era la existencia de esta nueva capa social privilegiada, vida de poder, que luchaba en defensa de sus posiciones, tema a las masas y destilaba odio a toda oposicin. La mentira y la calumnia se derivaban orgnicamente de la

    9 Vadim Z. Rogovin, 1937: Stalins year of Terror, Michigan, Mehring Books, 1998. Rogovin, quien falleci en 1998, escribi varios libros y se especializ en los estudios sobre la era estalinista entre 1923 y 1940, con nfasis en la oposicin trotskista.

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    situacin de la burocracia en la sociedad sovitica. Puesto que la realidad comprometa las mentiras oficiales y rehabilitaba la crtica de la Oposicin de Izquierda, desde el comienzo la lgica misma de la burocracia la fue llevando a los descomunales crmenes de Stalin:

    Las incesantes purgas partidarias apuntaron sobre todo a erradicar el trotskismo, y durante estas purgas, no slo los trabajadores descontentos fueron llamados trotskistas, sino tambin todos los escritores que pre-sentaban honestamente hechos histricos o citas que contradecan la es-tandarizacin oficial ms reciente. Los novelistas y artistas estaban sujetos al mismo rgimen. La atmsfera espiritual del pas lleg a estar totalmente impregnada con el veneno de los convencionalismos, las mentiras y los fraudes judiciales.Todas las posibilidades a lo largo de este camino se agotaron pronto. Las falsificaciones tericas e histricas ya no alcanzaban sus objetivos; la gente se empez a acostumbrar demasiado a ellas. Era necesario darle a la represin burocrtica una base ms masiva. Para reforzar la falsificacin literaria, em-pezaron las acusaciones de carcter criminal [594/5].

    La reaccin del Termidor fue dirigida contra las tradiciones del Partido Bolchevique y su continuacin, la Oposicin de Izquierda, el trotskismo. En este sentido, no es posible comprender el Termidor ruso sin tomar en cuenta el papel del Partido Bolchevique en vida de Lenin y el de la Oposi-cin de Izquierda, que es en definitiva lo que permite explicar la trgica origi-nalidad de los Procesos de Mosc. Desde fines de 1934, este fue el contenido contrarrevolucionario que adquiri la represin hacia sectores de masas que conservaban estas tradiciones y que mostraron signos inequvocos de reco-nocimiento a la Oposicin, convirtindose en una amenaza potencial contra la dominacin de la burocracia sovitica.

    Ese ao, despus de la crisis que ocasion la colectivizacin forzosa y con los primeros progresos de la economa sovitica, se vislumbraron agu-das desigualdades que despertaron el descontento social y una nueva crisis poltica de la casta gobernante. Esta crisis se hizo evidente cuando, en el XVII Congreso del PCUS, Stalin sali ltimo en la nmina, resultado de la votacin secreta para la eleccin del Comit Central. Segn Rogovin, el malestar de los delegados expres en parte la influencia de las ideas de Trotsky, al tomar su consigna de remover a Stalin siguiendo la recomen-dacin leninista. Pero fundamentalmente, expres al sector de la burocra-cia termidoriana que dentro del Partido se identificaba con los seguidores de Bujarin, quienes haban formado parte del ala derecha. Se trataba de sectores de burcratas liberales que animaban una retirada econmica al

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    campo y ponan reparos a los aspectos despticos de Stalin, brutalmente expresados en la colectivizacin10.

    En el movimiento de masas, bajo el rgimen opresivo de la burocracia esta-linista, la juventud fue la expresin activa del malestar social. Elementos ais-lados tomaron la senda del terrorismo individual, pero la mayora se orient hacia la Oposicin de Izquierda11. De conjunto, conformaba la emergencia de una vanguardia revolucionaria de centenares de miles. Acusado en el se-gundo juicio, Karl Radek lo expresaba de esta manera en su confesin:

    En este pas existen trotskistas a medias, trotskistas en una cuarta parte, trotskistas en una octava parte, personas que nos han ayudado ignorando la existencia de la organizacin terrorista y gentes que han simpatizado con nosotros y que por liberalismo o por mero espritu de rebelda frente al Par-tido nos han ayudado12.

    El gran temor de la burocracia era que esta vanguardia dirigida por la Opo-sicin de Izquierda estrechara lazos con un eventual ascenso de masas, en un contexto internacional que lo haca altamente probable. A su vez, despus de ponerlos diez aos tras las rejas y en condiciones infrahumanas, Stalin crey que haba logrado aislar a los trotskistas. Sin embargo, con la detencin de centenares de miles, los irreductibles (como llamaban a los trotskistas en los campos de deportados ya que pese a las duras condiciones nunca dejaron de enfrentar a Stalin) quebraron el aislamiento y ganaron nuevos adeptos y simpatizantes13. Sin lugar a dudas, si hubiese habido un ascenso revolucio-nario, la liberacin de los presos polticos habra sido resuelta rpidamente por las masas en alza. De esta forma, los Procesos de Mosc constituyeron una guerra civil preventiva para impedir el triunfo de una revolucin pol-tica que, derrotando a la burocracia estalinista, restableciera las perspectivas

    10 En la capa superior de privilegiados haba muchos hombres todava atados a la tradicin del bolche-vismo; inclusive sectores de la derecha del Partido opinaban que Trotsky haba tenido razn en su crtica del rgimen partidario. Pero Trotsky dice tambin que muchos sntomas indicaban que Stalin tuvo que luchar contra una parte de la burocracia que quera asegurar su posicin a toda costa, incluso al pre-cio de una alianza o de la amistad con Hitler. La nueva Constitucin de Stalin, difundida poco antes de los juicios como la ms democrtica del mundo, estuvo dirigida tambin a estos sectores. sta, junto con los Procesos de Mosc, fueron sus cartas de presentacin para terminar de ganarse la confianza de la bu-rocracia termidoriana al interior de la URSS y de los imperialismos democrticos, con los que estaba aliado.11 Isaac Deutscher estima que de las 40.000 personas expulsadas del Partido y de las muchas ms expulsadas de la Juventud a fines de 1935, acusadas en su mayora de ser trotskistas y zinovievistas, puede considerarse a la mitad o a una tercera parte como oposicionistas autnticos (El profeta desterrado, Mxico D.F., Era, 1975, p. 300). Len Trotsky, en su artculo Acerca de la seccin sovitica de la Cuarta Internacional, escribe que el total de expulsados de las filas del Partido supera los 200.000, divididos en seis grupos, de los que los trotskistas son el primero. En base a distintos informes publicados en la prensa sovitica, Trotsky calcula que haba unos 25.000 simpatizantes de la Oposicin de Izquierda.12 Pierre Brou, El Partido Bolchevique, edicin digital en www.ceip.org.ar.13 Deutscher, op. cit., p. 374.

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    revolucionarias en la URSS. Su grado estuvo determinado por la fuerza de las ideas y tradiciones de la Revolucin de Octubre y por la resistencia incesante de la Oposicin de Izquierda, que se hallaban presentes en la vanguardia hasta que sta fue eliminada14.

    El temor que despertaba la situacin internacional, no slo a la revolucin, sino tambin a la guerra, es una cuestin que esta vez Figes s advierte; para l:

    La clave de una comprensin integral del Gran Terror radica en el miedo de Sta-lin a una guerra inminente, y en su percepcin de la existencia de una amenaza internacional a la Unin Sovitica La visin que Stalin tena de la poltica como la de muchos bolcheviques haba sido profundamente moldeada por la leccin de la I Guerra Mundial, en cuyo trasfondo la revolucin social haba acabado con el rgimen zarista. Tema que se produjera una reaccin similar contra el rgimen sovitico en caso de que se desencadenara una guerra contra la Alemania nazi. En este aspecto, la Guerra Civil espaola reforz sus temores15.

    Precisamente haba una situacin que poda llevar al triunfo de la revolucin socialista en Espaa. Por eso, Trotsky planteaba que la situacin en el movi-miento de masas en Rusia era de impasse y que la clave estaba en Europa:

    Si el pueblo de Espaa resulta victorioso frente a los fascistas, si la clase obrera en Francia asegura su movimiento hacia el socialismo, entonces la situacin en la Unin Sovitica cambiar inmediatamente, porque los trabajadores estn muy insatisfechos con la dictadura de la burocracia Ellos dicen: Si debe-mos elegir entre Hitler y Stalin, preferimos a Stalin. Tienen razn, Stalin es preferible a Hitler. Y en el momento en que vean una nueva perspectiva en Europa, un movimiento revolucionario hacia la victoria del socialismo, ellos van a levantar sus cabezas. Entonces, creo que el nico programa que pueden aceptar es nuestro programa, porque est basado en su propia experiencia, su propio pasado y, estoy seguro, en su propio futuro. Por eso, no me desespero ante el hecho de que en los ltimos dos o tres aos hemos perdido casi todas nuestras comunicaciones directas, nuestras conexiones con la Unin Sovitica. Entiendo que es un perodo de reaccin terrible, y el primer paso, el inicio de una nueva oleada nos dar nuestra oportunidad, y entonces veremos [307].

    Durante el perodo del Gran Terror, el estalinismo, cuyo rol fue decisivo para que la Revolucin Espaola fuera derrotada y la posibilidad que plante

    14 A mediados de 1937, luego del triunfo de una huelga en los campos dirigida por los irreducti-bles, que dur ms de 130 das, los militantes y simpatizantes de la Oposicin de Izquierda fueron confinados en construcciones aparte, rodeados de alambrados de pas y controlados militarmente. A partir de marzo de 1938, 35 militantes fueron ametrallados. Las ejecuciones se llevaron a cabo de la misma manera, da tras da, durante dos meses. Lo mismo sucedi en el campo de Pechora y otros. Ver al respecto el libro de Pierre Brou, Los trotskistas en la URSS, edicin digital en www.ceip.org.ar.15 Figes, op. cit., pp. 342/3.

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    Trotsky no se diera, culmin el proceso de transformacin de la III Interna-cional y de sus principales secciones en dciles agencias del Kremlin, antes del comienzo de la guerra. La depuracin de los partidos comunistas del mundo16 se complet con la exterminacin de decenas de miles de comu-nistas extranjeros que estaban viviendo en la Unin Sovitica17. En general, la represin de Stalin busc terminar con el espritu del bolchevismo para evitar por todo un perodo el peligro de una revolucin poltica que derro-cara a la burocracia.

    el rol de la Oposicin de izquierda y la iV internacional

    El rol de la Oposicin de Izquierda y la IV Internacional en la dcada del 30 es un punto que ni siquiera Isaac Deutscher, simpatizante y uno de los bigra-fos ms importantes de Trotsky, logr sopesar. Opinaba que la fundacin de la IV Internacional haba sido un error de clculo y un acto voluntarista. En general, el eminente bigrafo consideraba que la actividad poltica de Trotsky, en una dcada que lo haba marginado de los grandes hechos polticos, tena poco sentido. Y consideraba que habra sido ms productivo retirarse al campo de las ideas en vez de sacrificar los ltimos aos de su vida en una actividad poltica formal, a su infatigable labor a favor de la IV Internacional18. En la actualidad, una posicin similar abarca tambin a aquellos que minimizan la actividad revolucionaria en momentos de reaccin o cuando no hay situacio-nes revolucionarias para, en cambio, adaptarse a las condiciones imperantes.

    En su testimonio, Trotsky destac el sacrificado trabajo de la IV Interna-cional, que pese a las duras condiciones, implic una actividad que conside-r imprescindible. Pero no fue slo Trotsky quien reconoci su importancia. Vimos como Stalin o Radek eran conscientes del peligro que constitua, aun cuando los trotskistas fueran un pequeo ncleo, en caso de emerger la revo-lucin. Tambin las mentes ms lcidas de la burguesa imperialista lo hicie-ron. Winston Churchill le dedic un artculo en1929, Trotsky, el ogro de Europa, cuando todo haca suponer que era el hombre ms indefenso del mundo, recientemente derrotado junto a la Oposicin de Izquierda rusa haba sido expulsado de la URSS y confinado a la recndita isla turca de Prinkipo. O en 1937, cuando adems de apoyar los Procesos contra los trotskistas,

    16 Por ejemplo, en Yugoslavia, en 1948, Tito record a los delegados que en 1937 haba purgado al partido de fraccionalistas y trotskistas (Jasper Ridley, Tito, Bs. As., Vergara Editor, 2006, p. 255). Posteriormente, hubo purgas cuando la URSS derrot a Alemania y durante las revoluciones de pos-guerra, pero ya fueron de ndole selectiva.17 Vadim Z. Rogovin, Was there an alternative to stalinism in the USSR?, en www.barnsdle.demon.co.uk.18 Ver Isaac Deutscher, op. cit., pp. 241-243.

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    Churchill public un libro titulado Great contemporaries [Grandes contempo-rneos], dedicndole un captulo al bacilo del cncer, como llam a Trotsky (el otro se lo dedic a Hitler, a quien se refiri con elocuente admiracin). Ms conocido es el dilogo ocurrido poco antes del comienzo de la II Guerra, en una entrevista entre el embajador francs, Coulondre, y Hitler, publicado en el semanario France Soir, del 31 de agosto de 1939, quienes advirtieron que frente al peligro de la revolucin que planteaba la guerra el verdadero ganador iba a ser Trotsky, lo que demuestra que lejos estaba el combate de los trotskistas de ser considerado como un sinsentido o a Trotsky como un condenado por la historia 19.

    * * *

    Desde las ltimas dcadas la burguesa invierte ros de tinta para identificar la perspectiva del socialismo con la del estalinismo, y a este ltimo, que en realidad constituy su ms abyecta negacin, con el bolchevismo. Mediante distintas operaciones quieren borrar de la Historia el legado de Octubre, el significado de la Oposicin de Izquierda y la embestida del estalinismo con-tra ese legado, evidente en los Procesos de Mosc.

    Hoy, a ms de veinte aos de la cada del Muro de Berln, esta lucha contra el estalinismo tiene su referencia histrica indiscutida en el legado revolu-cionario de la IV Internacional. Un legado que adquiere mayor vigencia en momentos en que la crisis capitalista prepara nuevos acontecimientos de la lucha de clases. Su actualidad tambin est dada en muchos de los grandes debates, mitos y paradigmas que cruzaron la poca y en todas aquellas cues-tiones dedicadas a la revolucin y las ideas del socialismo.

    A 70 aos de su asesinato, difundir esta herencia revolucionaria nos parece el mejor homenaje que podemos hacer a Trotsky y la IV Internacional y a quienes dieron la vida por estas ideas.

    19 As lo considera Leonardo Padura en su reciente novela. En un dilogo que aparece en la obra, los verdugos consideran el asesinato de Trotsky como un gesto innecesario: Una exageracin. Al viejo haba que dejarlo que se muriera de soledad o que en su desesperacin metiera la pata y l solo se cu-briera de mierda. Nosotros lo salvamos del olvido y lo convertimos en un mrtir. Leonardo Padura, El hombre que amaba a los perros, Bs. As., Tusquets Editores, 2010, p. 545.

  • nOTA A LA edicin en cASTeLLAnO

    La obra que llega a manos de los lectores es producto del trabajo de un equipo del Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones Len Trotsky conformado, para la edicin de este libro, por traductores, editores y espe-cialistas en la obra del revolucionario ruso. La decisin de abordar el texto de forma colectiva estuvo guiada por la bsqueda de un fcil acceso a la obra y, al mismo tiempo, una traduccin fiel que supere los problemas relacio-nados con las trascripciones de testimonios orales. Con este doble objetivo, limitamos la intervencin de los editores a los casos en que la Comisin de Investigacin no clarific imprecisiones que se generaron en el testimonio o errores relacionados con el uso del ingls, que no era la primera lengua del principal testigo de las audiencias, Len Trotsky.

    La edicin en castellano atraves dos etapas. La primera consisti en la tra-duccin de la edicin de Merit Publishers de 1969 y la revisin detallada del texto en castellano. La segunda etapa abarc la revisin de contenidos, cotejan-do los trabajos citados por Trotsky e incorporando las fuentes mencionadas en sus ediciones en castellano, as como las notas aclaratorias y finales. En ambas etapas se corrigieron los errores ortotipogrficos que pudieran presentarse en los textos trascriptos en castellano de la edicin en ingls.

    Una parte del material presentado por Trotsky para su defensa se encuentra en sus propios artculos y los de otros oposicionistas, publicados en el Boletn de la Oposicin de Izquierda (originalmente en ruso). Durante las sesiones, las citas textuales de fragmentos de boletines, libros o folletos, fueron ledas en su idioma original (ruso, alemn o francs) por el mismo Trotsky o por intrpretes. Las traducciones al ingls se realizaron gracias al aporte militante de amigos y colaboradores, que en su mayora no eran traductores profesio-nales. Incluso, muchas traducciones se hicieron en forma simultnea, y ms tarde formaron parte de las trascripciones. Siempre que estos fragmentos ya hubieran sido traducidos al castellano, optamos por utilizar estas versiones (citando la fuente original de la traduccin) y, en caso contrario, dejamos las traducciones presentadas en las audiencias.

    Hemos respetado de la edicin en ingls la transliteracin de los nombres y apellidos rusos, con la excepcin de aquellos pocos que poseen una transli-teracin al castellano establecida.

    Vale aclarar que la edicin original no contena notas (salvo algunas realizadas por el taqugrafo, Albert M. Glotzer A.M.G. y la editorial Merit NdE en

  • EL CASO LEN TROTSKy28

    el cuerpo del texto); la totalidad de notas aclaratorias al pie o al final del texto fueron elaboradas por el equipo del CEIP Len Trotsky. Pusimos particular nfasis, no siempre con xito dada la falta de datos, en la investigacin biogr-fica de los oposicionistas mencionados por Trotsky. Estos cuadros jvenes de la Oposicin de Izquierda rusa y de otros pases, mencionados en las audiencias con apodos o iniciales, formaban parte de la nueva generacin de oposicionis-tas, muchos de ellos en las crceles estalinistas o en la clandestinidad durante el fascismo.

    Por otra parte, dado que Len Trotsky presenta como parte de la evidencia su trayectoria terica y poltica y cuestiones referidas a la estrategia, el pro-grama y la prctica del Partido Bolchevique, decidimos ampliar con notas explicativas aquellos pasajes donde, por las caractersticas mismas del inte-rrogatorio y posterior contrainterrogatorio, su lectura poda verse dificultada para quienes no estn familiarizados con estos temas.

    Por las caractersticas de la obra, cuando se mencionan personas, lugares y hechos una o dos veces, se colocaron notas aclaratorias a pie de pgina. Al reiterarse las menciones, para facilitar la lectura se confeccionaron notas finales, sealando con un asterisco (*) su primera mencin.

    Basndonos en la edicin original, la obra posee dos ndices que permiten un mayor acceso a este trabajo que, en s mismo, es una importante fuente de consulta: uno de ellos es temtico general y el otro detalla los temas abor-dados en cada sesin.

    La edicin general de El caso Len Trotsky estuvo a cargo de Andrea Robles, que coordin el trabajo del equipo del CEIP Len Trotsky. La traduccin estuvo a cargo de Guillermo Crux, Celeste Murillo, Daro Martini y Anal Trevin, con el asesoramiento de Mario Iribarren. El equipo se complet con Mariana Ramoneda y Rossana Corts, quien estuvo a cargo de la elaboracin de las notas aclaratorias con la colaboracin de Cecilia Feijoo.

    Colaboraron tambin con esta obra, en la produccin editorial, Julio Rovelli, Ariane Daz, Valeria Foglia, Diego Lotito, Gabriela Lizst y Demian Paredes.

    Todos los que participaron de esta edicin son militantes y simpatizantes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina, y de la Frac-cin Trotskista-Cuarta Internacional (FT-CI).

  • inTrOdUccin A LA edicin de 1969 de MeriT PUbLiSherS

    GEORGE NOVACK

    Este libro contiene la trascripcin textual de las audiencias realizadas por la Comisin Preliminar de Investigacin sobre los Cargos Hechos Contra Len Trotsky en los Procesos de Mosc. La Comisin Dewey, tal como se la conoce, fue un organismo independiente e imparcial puesto en marcha en marzo de 1937 por el Comit Norteamericano de Defensa de Len Trotsky.

    Su nico propsito era el de constatar toda la informacin disponible sobre los Procesos de Mosc en los cuales Trotsky y su hijo, Len Sedov, fueron los principales acusados, y emitir un juicio sobre la base de esa informacin. La Subcomisin condujo trece audiencias en la casa del revolucionario exiliado en Coyoacn, Mxico, D.F., entre el 10 y el 17 de abril de 1937. Durante es-tas sesiones recibi el testimonio de Trotsky y el de su secretario, Jan Frankel, interrog a ambos testigos, escuch la respuesta de Trotsky a las acusaciones contra l y su descargo contra el gobierno sovitico. La Subcomisin acept, sujetas a verificacin, las pruebas documentales presentadas por l.

    Los motivos de la creacin de la Comisin y su trabajo estuvieron vincu-lados a uno de los acontecimientos polticos ms cruciales y trgicos de la dcada de 1930: las prolongadas y sangrientas purgas y los juicios fraguados a travs de los cuales Stalin consolid su tirana terrorista personal sobre la Unin Sovitica.

    Sus secuaces montaron cuatro juicios clave entre 1936 y 1938. El primero fue el juicio de los diecisis, con Zinoviev, Kamenev, Smirnov, Mrachkovs-ky y otros como acusados; el segundo, el juicio de los diecisiete, que inclua a Pyatakov, Radek, Sokolnikov, Muralov, Serebryakov y otros, tuvo lugar en enero de 1937. Luego sigui el juicio secreto al Mariscal Tujachevsky y un grupo de generales de alto rango del Ejrcito Rojo en junio de 1937; y, fi-nalmente, el juicio de los veintiuno (Rykov, Bujarin, Krestinsky, Rakovsky, Yagoda y otros) en marzo de 1938.

    Los hombres en el banquillo incluan a todos los miembros del Politbur de Lenin, excepto el mismo Stalin. Trotsky, a pesar de su ausencia, fue el principal acusado en estos procesos. l y la vieja guardia bolchevique estaban acusados de complotar para asesinar a Stalin y otros dirigentes soviticos, de

  • EL CASO LEN TROTSKy30

    conspirar para desbaratar el poder econmico y militar del pas, y de matar a masas de trabajadores rusos. Tambin fueron acusados de trabajar, desde los primeros das de la Revolucin Rusa, para los servicios de espionaje de Gran Bretaa, Francia, Japn y Alemania, y de hacer acuerdos secretos con agentes de Hitler y el Mikado con el objetivo de ceder vastas porciones del territorio sovitico a los imperialismos alemn y japons. Los acusados en Mosc con-fesaron abyectamente su culpabilidad; slo Trotsky no lo hizo.

    Los juicios de estos notables fueron acompaados y seguidos de una purga espantosa de personas de todas las esferas de la vida sovitica: miembros del partido, oficiales militares, dirigentes de la Comintern, intelectuales, funcio-narios, trabajadores comunes y campesinos. An no se sabe cuntos fueron atrapados en esta red sangrienta, ya que los regmenes posestalinistas an se niegan a divulgar los hechos. Pero el nmero de vctimas rondaba los millones.

    Stalin no perdon ni a sus colaboradores ms cercanos ni a los miembros de su propia familia. Hasta los jefes de la polica secreta, Yagoda y Yezhov, quienes organizaron los primeros juicios, fueron masacrados ms tarde.

    Stalin arrest y ejecut a casi todos los bolcheviques importantes que ha-ban participado en la Revolucin. De los 1.966 delegados ante el XVII Congreso del Partido en 1934, 1.108 fueron arrestados. De los 139 miem-bros del Comit Central, 98 fueron arrestados. Junto con los tres mariscales soviticos, entre un tercio y la mitad de los 75.000 oficiales del Ejrcito Rojo fueron arrestados y ejecutados.

    Las purgas de la dcada de 1930 fueron tan extendidas que ninguna figura destacada de la Revolucin de Octubre, que le haba dado el poder a los bolcheviques, sobrevivi para festejar el 50 aniversario del acontecimiento, salvo el lugarteniente leal de Stalin, Vyacheslav Molotov, quien fue retirado deshonrosamente en 1958. El terror ha dejado cicatrices duraderas en la sociedad sovitica. Hoy en da existen all pocas familias que no hayan pade-cido sus efectos de una forma u otra.

    * * *

    Las audiencias de la Subcomisin en Mxico tuvieron lugar en abril de 1937, entre el segundo y el tercer Proceso de Mosc. En los juicios de agosto de 1936 y enero de 1937, Trotsky y Sedov haban sido declarados culpables sin oportunidad alguna de que se escucharan sus defensas. Ellos haban ne-gado su culpabilidad a travs de la prensa internacional y, a su vez, haban acusado al gobierno sovitico de basar sus condenas sobre pruebas falsas. De hecho, las confesiones forzadas de los acusados durante los juicios pbli-cos fueron la nica base de los veredictos.

    Trotsky fue el nico de los dirigentes bolcheviques acusados que estaba ms all del puo de Stalin. Cuando Zinoviev y Kamenev fueron procesados, Trotsky

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    haba desafiado a Mosc a que pidiera su extradicin de Noruega, donde viva en aquel entonces como exiliado de la Unin Sovitica. Este procedimiento hu-biera llevado su caso ante un tribunal noruego. En lugar de esto, el gobierno noruego, bajo gran presin econmica y diplomtica por parte del embajador del Kremlin, mantuvo aislados a Trotsky y a su esposa. Durante seis meses fue silenciado, y se le neg la posibilidad de responder las acusaciones monstruosas que se le imputaban.

    En cuanto obtuvo el asilo en Mxico en enero de 1937, Trotsky exigi pblicamente la creacin de una comisin internacional de investigacin, ya que se le haba negado toda oportunidad de responder a las acusaciones ante un tribunal legalmente constituido. Pidi que tal organismo fuera constitui-do por personalidades irreprochables que tomaran su testimonio y conside-raran las pruebas documentales de su inocencia y la de Sedov.

    En un discurso preparado para ser transmitido telefnicamente desde la Ciu-dad de Mxico ante una gran reunin en el Hipdromo de Nueva York, el 9 de febrero, Trotsky hizo la siguiente dramtica declaracin: Si esta Comisin decide que soy culpable en el ms mnimo grado de los crmenes que me im-puta Stalin, me comprometo de antemano a entregarme voluntariamente a las manos de los ejecutores de la GPU [polica secreta sovitica-NdE].

    Esta investigacin estaba justificada categricamente en vistas de la contro-versia y la consternacin suscitadas por los juicios, la sospecha generalizada de su autenticidad, las numerosas vidas en riesgo y la gravedad de los problemas que planteaban. Trotsky tena derecho a comparecer ante los tribunales y esta-blecer la credibilidad de los cargos, no slo para defender su honor y reputacin como revolucionario, sino tambin para impedir ms juicios y ejecuciones.

    Los miembros de la Comisin en Pleno eran John Dewey, su presidente, el filsofo y liberal ms destacado de los Estados Unidos; Otto Ruehle, bigrafo de Karl Marx y antiguo miembro del Reichstag quien, junto con Liebknecht, fue el nico que vot contra la guerra en 1914-15; Benjamin Stolberg y Suzanne LaFollette, periodistas norteamericanos; Carleton Beals, experto en asuntos latinoamericanos; Alfred Rosmer, quien en 1920-21 ha-ba sido miembro del Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista; Wendelin Thomas, dirigente de la revuelta de los marineros de Wilhelms-haven en noviembre de 1918 y luego miembro comunista del Reichstag alemn; Edward A. Ross, profesor de Sociologa en la Universidad de Wis-consin; John Chamberlain, ex crtico literario del New York Times; Carlo Tresca, reconocido dirigente anarquista talo-norteamericano; y Francisco Zamora, periodista mexicano.

    Los primeros cinco integraron la Subcomisin que viaj a Coyoacn. John Finerty, famoso como abogado defensor en juicios polticos norteamericanos de la magnitud de los de Tom Mooney y Sacco y Vanzetti, se desempe

    INTRODUCCIN A LA EDICIN DE 1969

  • EL CASO LEN TROTSKy32

    como asesor legal de la Comisin. Albert Goldman de Chicago fue el aboga-do defensor de Trotsky.

    Los miembros de la Comisin tenan opiniones polticas e ideolgicas am-pliamente divergentes, y ninguno de ellos era seguidor de Trotsky. Estaban interesados en la verdad histrica y deseaban verificar los hechos del caso. Haban sido mandatados por comits similares en Francia, Inglaterra y Che-coslovaquia para cumplir con esta responsabilidad.

    La toma del testimonio en Mxico fue seguida de meses de una minuciosa investigacin. La Comisin hizo pblicas sus conclusiones en Nueva York el 21 de septiembre de 1937. Declar:

    (1) Los Procesos de Mosc se condujeron de tal forma que convenceran a cualquier persona imparcial de que no se hizo ningn esfuerzo por descubrir la verdad. (2) Aunque las confesiones merecen la ms seria consideracin, en s mismas contienen improbabilidades intrnsecas tales que convencen a la Comisin de que no representan la verdad, independientemente de los medios empleados para obtenerlas.

    La Comisin, por consiguiente, concluy que los Procesos de Mosc fue-ron fraguados y que Trotsky y Sedov no eran culpables de los dieciocho cargos que les imputaba acusacin (el informe completo de las conclusiones fue publicado por Harper & Brothers en 1938 bajo el ttulo de Not Guilty1 en un volumen que acompaaba a este).

    * * *

    El veredicto fue pronunciado hace treinta aos. Desde entonces, la opinin pblica progresista del mundo entero, no slo en pases capitalistas sino tam-bin en la mayora de los pases comunistas, ha llegado a reconocer las falsifi-caciones monstruosas perpetradas por Stalin contra sus oponentes polticos.

    Los sucesores de Stalin, al frente del gobierno sovitico, han reconocido tambin a su modo esta verdad, mediante la acusacin del dictador fallecido y la rehabilitacin pstuma de algunas de sus vctimas (Trotsky no est an entre ellas). En su famoso discurso secreto ante el XX Congreso del Partido Comunista Sovitico en febrero de 1956, Khrushchev expuso parcialmente las atrocidades de los pogromos de Stalin, y los medios por los cuales sus agentes arrancaban confesiones falsas de las vctimas autoinculpadas bajo extorsin. Stalin emergi claramente entonces como el verdadero criminal detrs de estos procesos, la figura siniestra que escal a una supremaca irres-tricta pasando por encima de la montaa de cadveres de aquellos que haba

    1 Inocente. Novack se refiere aqu a la edicin hecha como Not Guilty. Report of the 1938 Commission of Inquiry into the Charges Made Against Leon Trotsky in the Moscow Trials, NY, Pathfinder Press, 1972 (la primera edicin es de 1938). Un resumen de la introduccin de Not Guilty se podr leer en el Boletn N 14 del CEIP Len Trotsky, de prxima aparicin.

  • PRLOGO 33

    difamado. Por ende, la historia ya ha reivindicado el trabajo y las conclu-siones de la Comisin Dewey. Una explicacin plena y definitiva de estos crmenes deber esperar muy probablemente hasta que los discpulos bu-rocrticos de Stalin sean reemplazados a su vez por representantes honestos del pueblo sovitico, quienes lleven adelante una revisin minuciosa de los juicios y las purgas para as restaurar el honor de todas sus vctimas. Este volumen facilitar esa tarea.

    Tiene an otro valor. En el transcurso de los trece das del Contraproceso, Trotsky fue sujeto a un interrogatorio muy minucioso por parte de su abo-gado y un contrainterrogatorio por parte de los miembros de la Comisin y sus asesores. Tuvo que hacer ms que denunciar la falsedad de las acusaciones de Mosc. Tuvo que relatar los principales eventos de su carrera, explayarse sobre sus ideas, describir y explicar los desconcertantes cambios que haban ocurrido en la Unin Sovitica desde Lenin a Stalin. Tuvo que analizar los debates de las disputas fraccionales dentro del comunismo ruso y mundial, retratar las personalidades destacadas de las luchas, y abordar cada fase de la terrible pugna que lo opuso a Stalin y que condujo a los juicios.

    Asist a las audiencias como secretario nacional del Comit Norteamerica-no para la Defensa de Len Trotsky, y recuerdo vvidamente la tensin que se respiraba en la larga y estrecha sala atrincherada, donde Trotsky se esforzaba da a da por responder a todas las preguntas que se le hacan en un idioma, el ingls, que le era ajeno. Fue un logro intelectual prodigioso.

    Hacia el final de las audiencias ninguna pregunta haba quedado sin res-puesta, ninguna cuestin importante permaneca confusa y ningn acon-tecimiento histrico significativo requera mayor aclaracin, escribi Isaac Deutscher en El profeta desterrado.

    Trece aos ms tarde, Dewey, que haba dedicado gran parte de su vida al debate acadmico y segua tan opuesto como siempre a la Weltanschauung2 de Trotsky, record con entusiasta admiracin el vigor intelectual con que Trotsky recogi y organiz todas sus pruebas y argumentos y nos transmi-ti el significado de cada dato pertinente. La fuerza de la lgica de Trotsky se impuso sobre sus oraciones mal construidas, y la claridad de sus ideas brill a travs de todos sus errores verbales. Ni siquiera su ingenio flaque y, al contrario, despej a menudo lo sombro del tema. La integridad de su posicin, sobre todo, le permiti vencer toda restriccin y constriccin externa. Se mantuvo erguido como la verdad misma, desaliado y sin ador-nos, sin coraza y sin escudo, y sin embargo magnfico e invencible [The Prophet Outcast, Oxford, 1963, pp.381/2NdE]3.

    2 En alemn, concepcin del mundo.3 Existe versin castellana: Trotsky, el profeta desterrado, op. cit., p. 347.

    INTRODUCCIN A LA EDICIN DE 1969

  • EL CASO LEN TROTSKy34

    Las actas de las audiencias son por ende un compendio extenso y valioso de informacin sobre los acontecimientos, las personalidades y los problemas de la Revolucin Rusa y la Unin Sovitica. Presenta las ideas y las posiciones del marxismo, del bolchevismo y del trotskismo sobre una amplia variedad de cuestiones.

    Trotsky hizo su discurso final el ltimo da de las sesiones. Concluy con la reafirmacin de su confianza en el triunfo ltimo de la causa del socialismo a la cual le haba dedicado su vida. Las trgicas circunstancias que sirvieron de teln de fondo a sus palabras, las hacan an ms conmovedoras e impactantes.

    Estimados miembros de la Comisin! La experiencia de mi vida, en la que no han escaseado ni los triunfos ni los fracasos, no slo no ha destruido mi fe en el claro y luminoso futuro de la humanidad, sino que, por el contrario, me ha dado un temple indestructible. Esta fe en la razn, en la verdad, en la solidaridad humana que a la edad de dieciocho aos me llev a las barriadas obreras de la ciudad provinciana rusa de Nikolaief, la he conservado plena y completamente. Se ha vuelto ms madura, pero no menos ardiente. En el hecho mismo de la formacin de esta Comisin en el hecho de que a su cabeza est un hombre de una autoridad moral inquebrantable, un hombre que en virtud de su edad debera tener el derecho a permanecer por fuera de las escaramuzas de la arena poltica en este hecho veo un refuerzo nuevo y verda-deramente magnfico del optimismo revolucionario que constituye el elemento fundamental de mi vida.

    Se hizo silencio en el auditorio mientras el revolucionario prometeico con-clua su prolongada y apasionada exposicin. Las sombras del ocaso de la tarde se extendan afuera sobre el patio. Cualquier cosa que yo diga est de ms, remarc un John Dewey de pelo blanco, y dio cierre a las audiencias. Su contenido ha quedado preservado en las pginas siguientes.

    GeorGe Novack1 de marzo de 1968

  • Prefacio

    El presente volumen contiene el informe de las audiencias de la Comisin Preliminar de Investigacin, pero no incluye ninguno de los documentos presentados como pruebas, con la salvedad de algunos extractos que fueron ledos para que queden asentados en las actas. Un volumen posterior incluir el informe de la Comisin en Pleno, junto con las actas de audiencias poste-riores realizadas tanto aqu como en el exterior, y los documentos aceptados finalmente como pruebas por parte de la Comisin.

    La Comisin Preliminar de Investigacin quisiera aprovechar esta ocasin para agradecerle a la Sra. de Robert Latham George por haberle permitido generosamente establecer sus oficinas en su casa, y por haber alojado a tres de sus miembros durante su estada en la ciudad de Mxico. Le agradece al Sr. Charles Rumford Walker por su ayuda invalorable en el manejo de las relaciones con la prensa. Y tambin al Sr. y a la Sra. Walker por haber asumido la responsabilidad de emitir las tarjetas y supervisar el ingreso a las audiencias, para satisfaccin de todos los involucrados. La Comisin Preli-minar est profundamente agradecida al Sr. Carlos Iturbe y a su esposa que se encargaron gentilmente de traducir el proceso para los representantes de las organizaciones obreras mexicanas que estuvieron presentes en las audien-cias; y por su ayuda al respecto, tambin para la Sra. Ruehle durante aquellas sesiones a las que pudo asistir.

    JOHN DEWEY, PresidenteSUZANNE LAFOLLETTE, Secretaria

  • informe ante la comisin de investigacin* sobre los cargos HecHos contra len trotsky en los Procesos de mosc

    Vuestra Subcomisin, que fue autorizada a viajar a Mxico y registrar el testimonio de Len Trotsky sobre los cargos que se le imputaron en los Pro-cesos de Mosc, ha completado su tarea y presenta ahora su informe.

    1. Funcin. Vuestra Subcomisin no actu en Mxico en calidad de juez ni de fiscal. No consideramos al Sr. Trotsky ni procesado ni acusado. l tampoco se consideraba a s mismo como tal. De hecho, considerarlo as era imposible, ya que en los Procesos de Mosc nunca fue procesado, slo condenado. Por lo tanto, fuimos a Mxico nicamente en calidad de organismo de investigacin para registrar el testimonio del Sr. Trotsky sobre las acusaciones lanzadas en su contra en las confesiones de los acusados de Mosc, para aceptar los documen-tos que tuviera para presentar en su propia defensa y para informar ante la Co-misin ampliada, sobre la base de estas pruebas, nuestra decisin de considerar si el caso del Sr. Trotsky justifica mayor investigacin.

    2. Alcance. El alcance y el contenido de nuestra investigacin fueron deter-minados necesariamente por el devenir de los Procesos de Mosc. Segn el fiscal, el Sr. Vyshinsky*, el testimonio tuvo un carcter doble:

    Primero, est la relacin histrica que confirma las tesis de la acusacin sobre la base de la actividad pasada de los trotskistas. Tambin tenemos en mente el testimonio del acusado, que en s tiene una enorme importancia como prueba.

    Tan importante como los testimonios de los acusados fue el alegato final del Sr. Vyshinsky, donde fue ms all de las acusaciones hasta reescribir la historia de la Revolucin Rusa y el rol del Sr. Trotsky en ella. Tambin edit a su conveniencia los escritos del Sr. Trotsky, tanto anteriores como posteriores a la Revolucin. La imparcialidad en este caso no requiere, por supuesto, que la Comisin descarte su conocimiento de los simples hechos histricos.

    En consecuencia, nuestra investigacin se dividi en tres categoras:a. la biografa del Sr. Trotsky, con referencia especial a sus relaciones con los

    acusados en los Procesos de Mosc;

  • El Caso lEn TroTsky38

    b. material documental relacionado con las acusaciones decisivas contra l;c. sus escritos tericos e histricos en la medida en que influyen sobre la

    credibilidad de las acusaciones, el testimonio, las confesiones y las conclusio-nes de los dos procesos de Mosc.

    3. Las Audiencias. Vuestra Subcomisin celebr trece audiencias, del 10 al 17 de abril de 1937. Doce de ellas duraron tres horas cada una, y la ltima dur cinco horas. Para no incomodar al gobierno mexicano con el pedido de mayor proteccin policial, tal como hubieran requerido las audiencias pblicas en la ciudad de Mxico, realizamos las sesiones en el saln grande de la casa de Diego Rivera* en Coyoacn, donde vive el Sr. Trotsky. Este arreglo limit el pblico a unas cincuenta personas, siendo casi la mitad de ellas corresponsales enviados por la prensa mexicana y extranjera.

    4. Las Pruebas. Adems del testimonio oral del Sr. Trotsky, las pruebas consistieron en materiales tales como los siguientes:

    a. documentos que tienen por objeto refutar los testimonios presentados en los Procesos de Mosc en relacin con los presuntos contactos conspira-tivos del Sr. Trotsky con los acusados. Estos materiales incluyen declaracio-nes juradas de testigos con respecto a las actividades, los movimientos y los visitantes del Sr. Trotsky durante perodos en los que se presume que habra tenido contacto personal con Holtzman, Berman-Yurin*, David, Romm y Pyatakov*. Incluye cartas que le fueron escritas cuando estaba en Prinkipo por sus amigos en Berln, en las cuales se le aconsejaba no admitir como secretario a Olberg*. Incluye una copia fotosttica del pasaporte de su hijo, Len Sedov, con el objetivo de demostrar que no pudo haber estado en Co-penhague en el momento en que se supone que Holtzman fue llevado por aqul ante el Sr. Trotsky; y que Sedov fue a Pars para encontrarse con sus pa-dres inmediatamente despus de la estada de estos ltimos en Copenhague. Tambin incluye el telegrama enviado por Natalia Sedov-Trotsky al ministro de Asuntos Exteriores de Francia, el Sr. Herriot, en el que le solicitaba que se le otorgara la visa a su hijo, y el telegrama de la Oficina de Asuntos Exte-riores de Francia a su representante en Berln, donde lo autorizaba. Incluye una declaracin del jefe del aeropuerto de Oslo que afirma que no aterriz all ningn avin extranjero durante el mes de diciembre de 1935, el mes del presunto vuelo de Pyatakov;

    b. citas de los escritos del Sr. Trotsky con respecto a su actitud pasada y ac-tual hacia los acusados en los Procesos de Mosc, como tambin sobre temas como el terrorismo individual, el fascismo, la revolucin proletaria, la Unin Sovitica, la burocracia sovitica y la Internacional Comunista*. Citas de cartas y artculos que revelan el carcter de su relacin con Lenin tanto antes como despus de la Revolucin de Octubre. Tambin extractos de las obras

  • INFORME ANTE LA COMISIN 39

    de Lenin, Stalin, Radek* y otros sobre el rol del Sr. Trotsky en la revolucin, la Guerra Civil* y las diversas luchas partidarias durante el perodo posterior;

    c. cartas y otros escritos que demuestran los mtodos y la naturaleza de las comunicaciones del Sr. Trotsky con sus simpatizantes en la Unin Sovitica desde su exilio.

    Tal es, en suma, el contenido de las pruebas documentales presentadas ante nosotros. El Sr. Trotsky tambin puso a nuestra disposicin sus archivos de Mxico, y ofreci revelar ante la Comisin, cuando lo solicitara, la ubicacin de sus archivos europeos para darle acceso a ellos. Naturalmente, durante nues-tra breve estada en Mxico tuvimos tiempo para analizar muy pocos materia-les. Hemos autorizado, por ende, a uno de nuestros miembros, Otto Ruehle*, quien reside en la Ciudad de Mxico, a continuar este trabajo y proveerle a la Comisin las copias certificadas o traducciones de todos los documentos exis-tentes que, a su juicio o a juicio de cualquier otro miembro de la Comisin, sean pertinentes para nuestra investigacin posterior. Vuestras subcomisiones europeas tendrn la tarea de analizar los archivos europeos del Sr. Trotsky. De conjunto, los archivos del Sr. Trotsky consisten en miles de documentos.

    5. El Sr. Trotsky como testigo. Es una regla establecida, incluso en tribunales legalmente constituidos, que la actitud del testigo podr ser tomada en cuenta al estimar el valor de su testimonio. Nos gui el mismo principio cuando in-formamos sobre la actitud y el comportamiento del Sr. Trotsky. A lo largo de las audiencias se mostr dispuesto a cooperar con la Comisin en sus esfuerzos por establecer la verdad sobre todas las fases de su vida y su actividad poltica y literaria. Contest con buena disposicin, con total amabilidad y sinceridad, a todas las preguntas que le hicieron el abogado de la Comisin y sus miembros.

    6. El Caso del Sr. Beals*. Vuestra Subcomisin lamenta informar sobre la re-nuncia de uno de sus miembros, el Sr. Carleton Beals, antes de que finalizaran las audiencias. Hacia el cierre de la audiencia de la tarde del 16 de abril, el Sr. Beals le hizo al Sr. Trotsky una pregunta provocadora basada sobre presuntas informaciones que la Subcomisin no pudo verificar ni asentar en actas. Luego de aquella audiencia, nuestro abogado, el Sr. John Finerty, le advirti a la Sub-comisin que las preguntas sobre las informaciones privadas eran sumamente inapropiadas, que seran causa suficiente para la anulacin de un juicio en un tribunal comn, y que no seguira como abogado si se permitan en el futuro. El Sr. Beals entonces declar furiosamente que deba irse l o el Sr. Finerty de la Subcomisin. An as, prometi asistir a una conferencia esa tarde para discutir el tema. Aunque lo esperamos hasta la medianoche, no lleg. A la maana si-guiente, antes de la apertura de la sesin, la Sra. Beals nos alcanz su renuncia, en la que alegaba que la Comisin no estaba llevando a cabo las investigaciones con seriedad. Tambin hizo la increble declaracin de que las sesiones haban

  • El Caso lEn TroTsky40

    finalizado, aunque el interrogatorio de los miembros de la Comisin slo iba por la mitad y l mismo haba declarado que tena cientos de preguntas ms para hacerle. En consideracin del hecho de que el Sr. Beals le ofreci ms tarde a la prensa una serie de declaraciones que fueron ampliamente publicadas, y en las que impugn la integridad de los dems miembros de la Comisin e hizo acusaciones falsas contra nosotros, nos parece necesario exponer ante ustedes los hechos siguientes:

    a. desde el principio, el Sr. Beals se mantuvo al margen de la Subcomisin. Poco despus de que se inauguraron las audiencias, se mud de su hotel, y no accedi a nuestro pedido de revelarnos su nueva direccin. Se reuna constantemente con gente que se opona abiertamente a los propsitos de la Comisin, y en ningn momento concentr su atencin en el trabajo que sta realizaba, tal como hacamos los dems. Hicimos todos los esfuerzos posibles por asegurar su plena colaboracin. Evidentemente, fracasamos;

    b. en ningn momento previo a su renuncia el Sr. Beals hizo saber a los dems miembros de la Subcomisin sobre su disconformidad con la actitud de alguno de nosotros ni tampoco con la conduccin de las audiencias. Como miembro de la Subcomisin, estaba obligado a expresar franca y honestamente en conferencia privada cualquier disconformidad que podra haber tenido, en lugar de plantearla en pblico y sin aviso. No cumpli con esta obligacin;

    c. en ningn momento, ni durante las audiencias ni en nuestras confe-rencias privadas, tuvieron los comisionados objecin alguna a las preguntas hechas al testigo por parte del Sr. Beals. La misma pregunta inapropiada que precipit la renuncia del Sr. Beals an permanece en las actas.

    Aunque lamentamos la renuncia del Sr. Beals, no nos inquieta. La Comi-sin est investigando una gran controversia histrica. Se hallan involucra-dos intereses poderosos que intentan obstaculizar y sabotear el trabajo de la Comisin. Pueden esperarse ms esfuerzos de este tipo en el futuro.

    7. Recomendaciones. Vuestra Subcomisin presenta el informe textual del proceso, junto con los documentos entregados en calidad de pruebas. Este registro nos convence de que el Sr. Trotsky ha expuesto un caso que justifica ampliamente una investigacin mayor. Por ende, recomendamos que el tra-bajo de esta Comisin proceda a su conclusin.

    JOHN DEWEY*, PresidenteOTTO RUEHLE

    BENJAMIN STOLBERG*SUZANNE LAFOLLETTE*, Secretaria

    JOHN F. FINERTY*, Abogado, Concurrente

  • El caso Len Trotsky

  • EL CASO LEN TROTSKY

    PRESENTESMIEMBROS DE LA COMISIN PRELIMINAR:

    Dr. John Dewey, profesor emrito de Filosofa. Universidad de Columbia (Ciudad de Nueva York). Presidente de la Comisin.

    Sr. Carleton Beals, escritor y profesor universitario (California). Renunci luego de la onceava sesin.

    Srta. Suzanne LaFollette, escritora y ex editora de The New Freeman (Ciu-dad de Nueva York). Secretaria de la Comisin.

    Sr. Otto Ruehle, antiguo miembro del Reichstag alemn y bigrafo de Karl Marx (Ciudad de Mxico).

    Sr. Benjamin Stolberg, escritor y periodista (Ciudad de Nueva York).Sr. John F. Finerty, ex abogado defensor de Sacco y Vanzetti y abogado de-

    fensor de Tom Mooney*. Se desempea como asesor legal para la Comisin Preliminar de Investigaciones (Washington, D.C.).

    Sr. Albert Goldman*, abogado laboral, se desempea como abogado de Len Trotsky (Chicago).

    Testigos: Len D. Trotsky, Jan Frankel*.Taqugrafo de la Comisin: Albert Glotzer* (Chicago).Con la presencia de representantes de la prensa e invitados.

  • SESiN PRimERA10 de abril de 1937 a las diez de la maana.

    Dewey: Esta es la apertura de la audiencia preliminar. Todos notarn el cartel que dice Prohibido fumar. Habr recesos en los cuales tendrn opor-tunidad de fumar. Adems, tal como les dijimos, con mucho gusto los fot-grafos tendrn la oportunidad de sacar fotos, aunque les pedimos que no lo hagan durante las sesiones. Luego de levantar esta sesin, a la una de la tarde, se acordar con ellos las fotos que deseen tomar.

    Declaro inaugurada la primera sesin. Leer primero una breve declaracin preliminar en ingls y luego le pedir al Sr. Carleton Beals que la lea en espaol:

    Con mucho agrado estoy nuevamente en Mxico, luego de una dcada de ausencia. Tanto yo como mis compaeros miembros de la Comisin nos encontramos muy a gusto otra vez en la Ciudad de Mxico. Todos nosotros lamentamos no tener hoy como colega a un representante mexicano, pero antes de que completemos la Comisin en su totalidad, a la cual deberemos reportarnos, esperamos poder remediar esta deficiencia. El hecho de que se estn realizando audiencias en las que un extranjero se defender ante extranjeros en tierra mexicana es un honor para Mxico, y un llamado de atencin para aquellos pases cuyo sistema poltico o legislacin vigente no permite la realizacin de estos encuentros en su territorio.

    De hecho, es apropiado que representantes de varios continentes se renan en este territorio, que les ha otorgado asilo a muchas personas del Viejo Mundo que son perseguidas por sus ideas polticas. La Comisin cree, como millones de trabajadores de la ciudad o del campo, manuales e intelectuales, que ningn hombre debera ser condenado sin oportunidad de defenderse. Por lo tanto, quisiramos comenzar felicitando al gobierno mexicano por su amplia interpretacin de lo que significa la democracia poltica, que hace posible nuestra reunin.

    (Los comentarios de apertura del Dr. Dewey fueron traducidos al espaol por el Sr. Carleton Beals.)

    Dewey: En la apertura de esta primera sesin, leer la declaracin intro-ductoria de la Comisin.

    (El Dr. Dewey lee la declaracin de apertura para la Comisin de Investi-gacin.)

  • El Caso lEn TroTsky44

    Esta Comisin de Investigacin sobre los Cargos Hechos contra Len Trotsky en los Procesos de Mosc de agosto de 1936 y enero de 1937 no est en Mxico ni en calidad de tribunal ni en calidad de jurado. No estamos aqu ni para acusar ni para defender a Len Trotsky. No estamos aqu para pronunciar un veredicto de inocencia o de culpabilidad. Estamos aqu como un organismo de investigacin. Nuestra funcin es escuchar cualquier tes-timonio que nos presente el Sr. Trotsky, interrogarlo y elevar los resultados de nuestra investigacin a la Comisin en Pleno, de la que formamos parte, para que estos resultados, en relacin con los obtenidos por otros organismos de investigacin, puedan esclarecer los hechos objetivos en los que se basar el veredicto en el caso de Len Trotsky. Nuestra nica funcin es la de esta-blecer la verdad en la medida de lo humanamente posible.

    La Comisin de Investigacin fue iniciada por el Comit Norteamerica-no para la Defensa de Len Trotsky*. Aqu creo que es adecuado definir las funciones especficas de estos dos organismos para que la opinin pblica no se confunda.

    Es una costumbre de larga data en Estados Unidos que los ciudadanos con inquietudes polticas organicen comits con el propsito de garantizar juicios justos en los casos en que hubiera sospechas acerca de la imparciali-dad del tribunal. Tradicionalmente, estos comits se conocen como comits de defensa e incluyen en su ttulo el nombre del acusado. Citar slo dos ejemplos relacionados con esto: el Comit de Defensa de Tom Mooney y el Comit de Defensa de Sacco y Vanzetti, en los cuales muchos miembros del Comit Norteamericano para la Defensa de Len Trotsky han colaborado. Para la participacin en estos comits slo es necesario creer que el acusado tiene derecho a un juicio justo.

    Este caso difiere de los que he citado en un punto importante. Aqu no existe ningn tribunal legalmente constituido ante el cual el acusado presen-te su defensa. Tanto Len Trotsky como su hijo Len Sedov*, cuya culpabi-lidad o inocencia depende de la de su padre, fueron juzgados dos veces en ausencia, siendo declarados culpables por el mximo tribunal de la Unin Sovitica. Trotsky solicit varias veces que el gobierno sovitico pida su extra-dicin, lo cual lo hubiera llevado automticamente ante un tribunal noruego o mexicano. Estas peticiones fueron ignoradas. Por lo tanto, Trotsky, como parte de su defensa, se aboc a la tarea de conformar un organismo imparcial ante el cual presentar su caso.

    El simple hecho de que estemos aqu es una muestra de que la conscien-cia a nivel mundial no est an satisfecha sobre este asunto histrico. Esta consciencia pblica mundial demanda que el Sr. Trotsky no sea condenado definitivamente antes de tener la oportunidad plena de presentar la evidencia en su poder y responder al veredicto en su contra, pronunciado en audiencias

  • SESIN PRIMERA 45

    en las que no estaba presente ni representado. El derecho a una audiencia previa a la condena es un derecho tan elemental en todo pas civilizado, que sera absurdo reafirmarlo, si no fuera por los esfuerzos que se han hecho para impedir que se escuche al Sr. Trotsky, y los esfuerzos que se estn haciendo ahora para desacreditar el trabajo de esta Comisin de Investigacin.

    La imparcialidad de cualquier organismo de investigacin puede medirse mediante una sola prueba: la forma en que se desenvuelve. La Comisin de Investigacin no puede ni quiere estar exenta de esta prueba. Sin embargo, hasta que no se haya demostrado lo contrario, apelamos a toda persona im-parcial a que apoye a la Comisin en su esfuerzo por brindarle al Sr. Trotsky la oportunidad de ser escuchado. Apelamos especialmente a la prensa, que carga con la pesada responsabilidad de servir de intermediaria entre las audiencias y el pblico, a que proteja nuestra tarea, encarnando su mxima tradicional: su escrupulosa objetividad.

    Los hechos por los que debera empezar cualquier investigacin estn en los registros oficiales publicados por el gobierno de la URSS. Segn estos registros, Len Trotsky fue acusado de cometer una serie de crmenes contra-rrevolucionarios durante varios aos.

    Fue acusado de instigar actos de terrorismo individual con el propsito de asesinar a los dirigentes del Partido Comunista* y el gobierno de la Unin Sovitica; de organizar y dirigir numerosos intentos de sabotaje industrial y maniobras de distraccin, de arruinar fbricas y trenes, con la resultante de una gran prdida de vidas; de iniciar y promover el espionaje en la URSS por parte de agentes de naciones imperialistas; de involucrarse en un complot con la Gestapo en Alemania y, a travs de sus agentes, con los oficiales de inteligencia japoneses; de conspirar con representantes oficiales de la Alema-nia nazi y de Japn para ayudar a esas naciones, de todas las formas posibles, a provocar y ganar una posible guerra contra la URSS, empleando medidas tales como la obstaculizacin de la movilizacin y provisin de los suminis-tros militares necesarios, arruinar los trenes que transportan las tropas, etc. Finalmente, fue acusado de llegar a un acuerdo con Alemania y Japn para ceder territorios de la URSS a esos pases luego de su victoria en la guerra planeada; de acordar el otorgamiento de privilegios comerciales especiales a Alemania, junto con concesiones mineras, forestales, etc. Se argument que el objetivo de estos actos criminales contrarrevolucionarios era el de restaurar el capitalismo en la URSS y transferir el poder poltico de aquel pas a los dirigentes de fracciones de oposicin, incluido el propio Trotsky.

    Si Len Trotsky es culpable de los actos de los que se lo acusa, ninguna conde-na puede ser demasiado severa. Sin embargo, la seriedad extrema de estos cargos es una razn agregada para asegurarle al acusado el pleno derecho a presentar las pruebas que posee para refutarlos. El hecho de que el Sr. Trotsky haya negado

  • El Caso lEn TroTsky46

    personalmente estos cargos no es en s un asunto de inters para la Comisin. Que lo hayan condenado sin la oportunidad de ser escuchado es un asunto de mximo inters para la Comisin y para la consciencia del mundo entero.

    El alcance y el contenido de la investigacin que se desarrollar sern deter-minados por aquella parte del testimonio dado en los Procesos de Mosc sobre la cual fue condenado Trotsky. Este testimonio no nos concierne, en la medida en que revele la inocencia o culpabilidad de aquellos que estuvieron presentes y pudieron tener una audiencia. Nos ocupa descubrir la verdad o la falsedad de estos testimonios en tanto y en cuanto involucren al Sr. Trotsky. Segn el fiscal, el Sr. Vyshinsky, este testimonio fue de dos tipos:

    El primero es la relacin histrica que confirma las tesis de la acusacin sobre la base de la actividad pasada de los trotskistas. Tambin consideramos el tes-timonio de los acusados, que tiene como prueba una enorme importancia por s mismo.

    Si seguimos esta definicin de la fiscala, la Comisin se ve obligada a investigar la actividad pasada del Sr. Trotsky y su fraccin, y a recolectar testimonios, aqu y en otras partes, sobre el material documental presentado por los testigos y por los acusados en los Procesos de Mosc.

    La Comisin es consciente de la naturaleza extremadamente difcil de su tarea. Es consciente de que hay muchas pruebas importantes que son inacce-sibles, debido a la imposibilidad de ampliar sus investigaciones a la Alemania nazi y a la Unin Sovitica, de la forma que s podr hacerlo con otros pases europeos. Es consciente de que se trata de una serie larga y tortuosa de acon-tecimientos, donde cada etapa est plagada de amargas controversias. Y si las dificultades fueran an ms graves, no querramos ni podramos adoptar la posicin d