el ciberactivismo: la disidencia post-revolución en cuba
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Breve repaso de los movimientos de resistencia post-revolución en Cuba enfocándome en el ciberactivismo.TRANSCRIPT
"El pueblo no debería temerle a sus gobernantes, los gobernantes deberían temerle al pueblo."
"En una plaza sitiada, la disidencia es traición." "Dentro de la revolución, todo, contra la
revolución, nada." Estas son algunas máximas que ha utilizado el gobierno cubano para acallar
la oposición dentro del régimen castrista.
La disidencia dentro del actual régimen tiene sus comienzos desde que se orquestaba la
revolución de 1959. Los primeros y más férreos disidentes de lo que proponían los
revolucionarios como modelo político, económico y social alterno a la dictadura de Fulgencio
Batista surgieron de las mismas filas revolucionarias. Incluso muchos de ellos y ellas eran
amigos íntimos de Fidel Castro.
La primera asociación que expresó abiertamente su descontento con el régimen castrista lo fue el
Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH), fundado en 1976 por ex militantes del
Partido Socialista Popular (precursor del Partido Comunista de Cuba) y personas afiliadas con la
ideología marxista-leninista durante la revolución.
El disentimiento cubano post-revolución se compone de cuatro fases. En la primera fase (1959-
1966) se origina la disidencia y la oposición dentro de las propias filas revolucionarias como
respuesta a la radicalización de la vía comunista, la centralización del poder en un líder máximo
y los abusos por parte del Estado. Estas personas habían luchado por el triunfo de la revolución
pero dentro del marco reformista y democrático, es decir querían regresar a la Constitución del
1940. Durante este período también se organizaba la diáspora cubana en contra del régimen y se
buscaba apoyo internacional mientras se documentaba clandestinamente abusos en contra de los
derechos humanos en la isla. El régimen castrista arremetió contra estos disidentes llamándoles
“contrarrevolucionarios” y muchos de ellos terminaron presos, en el exilio o fusilados.
Durante la segunda fase se comienza a articular una resistencia al régimen más abierta y
militante razón por la cual incrementa la represión y las cárceles del país se vuelven el centro del
activismo de los derechos humanos. Durante esta fase la Organización de las Naciones Unidas y
los EEUU comienzan a expresar un apoyo más explícito hacia los grupos de oposición dentro del
régimen. Luego de la visita de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU a La Habana
docenas de cubanos solicitaron membresía en el CCPDH. Otro factor importante durante esta
fase lo fue la caída del comunismo en Europa del Este y la Unión Soviética ya que dejó a Cuba
con menos aliados dispuestos a defender el historial de derechos humanos del régimen de la isla.
El tercer periodo comienza, entonces, entre 1987 y 1988, y dura hasta 1996. Propiciado por dos
factores principales: los contactos con embajadas y organismos internacionales y la visita del
Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU a Cuba, este periodo se caracteriza
por un importante incremento en el número de activistas y su presencia internacional. Esta fase
puede ser considerada como el despegue del movimiento disidente, ya que se multiplica el
número de organizaciones (llegan a sumar más de 100 en 1994).
La cuarta fase del movimiento opositor comienza en el 1996. La disidencia se reorganiza pero
de una forma más fragmentada y después de varios años se expande: de unas 100 organizaciones
se llega a más de 350 organizaciones para el 2000. El movimiento disidente cobra más espacio
geográfico y se expande a las provincias. Además, se reinventa con líderes jóvenes más
representativos de la población en general. El movimiento, sin embargo, continúa siendo
minoritario y asediado por las autoridades.
Una quinta etapa se pueda demarcar con el Proyecto Varela creado en el 1998 y encabezado por
el líder opositor Oswaldo Payá Sardiñas. Este proyecto buscaba que se reconocieran los
derechos a la libre expresión y a la libre asociación que garantizarían el pluralismo, abriendo la
sociedad cubana al debate político y facilitando una democracia más participativa. También
solicitaba amnistía de todos aquellos encarcelados por motivos políticos como paso
imprescindible hacia la reconciliación de los cubanos. Otro de sus reclamos era el derecho de los
cubanos a formar empresas tanto de propiedad individual como cooperativa, armonizando esta
participación de los ciudadanos en la economía con la orientación social de la empresa, el respeto
al consumidor y los derechos de los trabajadores. Y por último una nueva ley electoral que
modificara la nominación de los candidatos y el propio sistema de elección de los mismos. La
propuesta promovía que los candidatos a delegados a la Asamblea Municipal, los candidatos a
delegados a la Asamblea Provincial y los candidatos a Diputados a la Asamblea Nacional fueran
propuestos y escogidos directamente por los electores de su circunscripción, pudiendo existir
varios candidatos para cada uno de los cargos proponiendo además el establecimiento de una
serie de garantías para que los candidatos pudieran realizar su campaña electoral.
Lo innovador de tal proyecto no es sólo que logró recaudar más de 11 mil firmas en una sociedad
silenciada por el miedo (algunos observadores ponen el número de firmas después de que el
Proyecto se llevó a la oficina de la Asamblea Nacional en más de 20 mil), sino también que
intenta usar la legalidad socialista para combatir el sistema. El proyecto no prosperó ya que el
gobierno cubano respondió a la iniciativa del Proyecto Varela con su propia iniciativa,
proponiendo que la constitución cubana fuera enmendada para hacer permanente el
carácter socialista del estado cubano. La votación de esta nueva iniciativa fue aprobada por el
98% de los votos.
Entre las figuras más prominentes de la oposición cubana posrevolución se encuentran el Grupo
de los 75 quienes protagonizaron la Primavera Negra de 2003. Este grupo fue arrestado durante
la primavera del 2003 y las condenas aplicadas a estos procesos judiciales estaban basadas en la
Ley No.88 de Protección de la independencia nacional y la economía de Cuba, más conocida por
la disidencia como la Ley Mordaza, la cual en su Artículo I expone: “Esta Ley tiene como
finalidad tipificar y sancionar aquellos hechos dirigidos a apoyar, facilitar, o colaborar con los
objetivos de la Ley "Helms-Burton", el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo,
encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar al Estado Socialista y
la independencia de Cuba.”
Entra otras de las figuras que resaltan en la disidencia posrevolución se encuentran las Damas de
Blanco, organización opositora que reúne a esposas y otros familiares de presos políticos
cubanos. Otro opositor importante lo es Guillermo Fariñas quien protagonizó 23 huelgas de
hambre para pedir la liberación de presos políticos.
Según las organizaciones de derechos humanos, en la actualidad quedan alrededor de medio
centenar de prisioneros políticos en la isla. Con Raúl Castro en el poder, el régimen ha optado
por una represión de baja intensidad, con detenciones de corta duración, a veces incluso de horas
o unos pocos días para que la imagen de la isla no quede dañada. El general ha puesto en
práctica la ley de "peligrosidad predelictiva", mediante la cual la policía puede detener a todo
aquel que considere un potencial infractor de la ley.
Como se ha podido constatar hasta aquí, la disidencia cubana post-revolución no es monolítica y
tampoco persigue una ideología política como tal pero sí se aferra a una enorme causa: el
proponer un modelo de sociedad civil alterno al actual. Un modelo pluralista y democrático en el
que impere la libertad de expresión sin temor a represalias y prevalezcan los derechos humanos.
A partir del año 2007 comenzaron a surgir nuevos métodos de resistir el régimen castrista. Estos
nuevos métodos se distinguen por utilizar el Internet como medio principal para proporcionarle
voz a la oposición. Es decir, a través de las redes sociales se va articulando una interesante, y
hasta el momento imparable, resistencia.
En Cuba, sólo el 11% de la población (más de 11 millones de habitantes) tiene acceso al Internet.
El gobierno cubano mantiene un fuerte control de acceso a la web y a otros medios de
comunicación los cuales también son filtrados por el régimen y amoldados a la ideología
comunista. El acceso al Internet en Cuba cuesta entre 7 a 12 dólares americanos por hora y la
conexión es una de 56 kilobytes. Además, los puntos de acceso son cibercafés y hoteles. Pocas
personas poseen computadoras portátiles y aquellas que sí las tienen el contenido en la Internet
es filtrado por el gobierno cubano. Muchas de éstas computadoras portátiles (y otros tantos
dispositivos tecnológicos tales como celulares prepagados) se consiguen en el llamado “mercado
negro” y adquirirlos constituye un gran riesgo para los cubanos.
No obstante, muchos cibernautas cubanos se las han arreglado para poder publicar en la web a
través del mecanismo de “bloggear” y “microbloggear” enviando SMS (mensajes de textos)
desde celulares prepagados a otras personas que les publican el contenido en Internet. Otra
manera de desafiar las estrictas medidas del régimen en cuanto a los medios de comunicación y
difusión lo es utilizar un USB (dispositivo de almacenamiento) para grabar contenido bajado del
Internet y luego pasarlo entre los cubanos.
Una de las figuras que más impacto ha tenido tanto dentro como fuera de Cuba lo es Yoani
Sánchez. Sánchez es una filóloga y periodista cubana que comenzó un blog titulado
“Generación Y” en abril de 2007. “Generación Y” es el blog cubano con más seguidores en la
isla y está traducido a diecisiete idiomas. Sánchez misma lo describe como “un ejercicio de
cobardía que me permite decir en este espacio lo que me está vedado en mi accionar cívico.”
Además del blog, Sánchez mantiene una cuenta en la red social Twitter con más de 400,000
seguidores. Enrique Krauze, periodista mexicano, la describe de la siguiente manera: “Yoani no
es una activista revolucionaria: es una testigo de la historia que desde hace muchos años, en
condiciones de permanente acoso profesional, psicológico y aun físico (ha sido amenazada,
detenida, agredida), decidió ejercer el derecho elemental (conculcado en Cuba) de expresar en
público lo que piensa, lo que ve, lo que cree.”
Sánchez nos invita a leer sus entradas a través de un lenguaje simple, personal, anecdótico y
muchas veces jocoso. A pesar de las dificultades que ha tenido que enfrentar Sánchez (tales
como filtros informáticos a su blog, persecución policial etc.), ésta se ha mantenido escribiendo
fielmente cada semana. A continuación analizaremos algunas de sus entradas más recientes.
Sánchez escribió la entrada titulada “Flan de coco” el 30 de marzo de 2013 y en la misma expone
la situación de la diáspora cubana y la fuga de cerebro o de talento cubano debido a la situación
política en la Isla. Describe a la Isla como “Cuba fuera de Cuba” y nos presenta el siguiente
ejemplo: “Durante mi estancia en Praga, un grupo de compatriotas radicados allí parecía estar
más al tanto de lo que ocurría en nuestro país que muchos que vegetan -dentro de él- en la
apatía.” Sánchez prosigue a problematizar el asunto de la emigración cubana con la siguiente
reflexión: “¿Cómo fue que permitimos que una ideología, un partido, un hombre, se hayan
sentido con el “divino” poder de decidir quién podía llevar o no el gentilicio de “cubano”?”
En otra de sus entradas titulada “Prohibiciones” y escrita el 4 de marzo de 2013, Sánchez
compara la situación de su país con aquella de los países que actualmente se encuentra visitando
en Europa. Describe la situación de la siguiente manera: “Desde que bajé del primer avión estoy
esperando que me regañen, que alguien salga y me advierta “eso no se puede hacer”. Busco con
la mirada al custodio que vendrá a decirme “no está permitido hacer fotos”, al policía de rostro
sombrío que me gritará “ciudadana, identificación”, al funcionario que cortará mi paso por algún
pasillo mientras sentencia “aquí no es posible entrar”. Pero, no acabo de toparme con ninguno de
estos personajes tan comunes en Cuba.” Sánchez, a través de su narrativa, nos expone lo
extremo de la situación en torno a las libertades civiles en Cuba aún en el siglo XXI. Casi nos
rememora a tiempos soviéticos en donde este protocolo de prohibiciones era tan común.
La próxima entrada se titula “El dos” y fue escrita el 25 de febrero de 2013 y trata sobre el
nombramiento de Miguel Díaz-Canel como primer vicepresidente del Partido Comunista de
Cuba y la reacción de los ciudadanos en Cuba: apatía hacia la noticia. Sánchez lo relata de la
siguiente manera: “Mi amigo bosteza, me confirma que no miró la televisión ayer y que nadie le
ha comentado nada. Y caigo en cuenta que sufro del mal de la híper información mezclado con
cierta distorsión que produce la distancia de Cuba. Había olvidado cuán indiferentes se muestran
muchos de mis compatriotas ante ciertos asuntos, que de tan predecibles ya no generan ni
expectativas. La designación del segundo hombre en la nomenclatura cubana, ha sido
probablemente más comentada y discutida fuera de la Isla que en el interior de esta.” Sánchez
también alberga cierta esperanza de que esta designación tome una ruta diferente de lo que ha
sido el régimen castrista hasta el presente: “La historia muestra que uno es el comportamiento de
estos delfines mientras son observados por sus jefes y otro bien distinto cuando éstos ya no están.
Sólo entonces descubriremos quién es realmente el hombre que ayer pasó a ser el número dos de
Cuba. No obstante, tengo la ilusión que no será en ese Consejo de Estado, ni en esa silla
presidencial que se decidirá el destino de nuestro país. Tengo la ilusión de que la era de los
monarcas de verde olivo, sus herederos y su séquito está terminando.”
En otra de sus entradas tituladas “El viejo acto de repudio” y escrita el 19 de febrero de 2013,
Sánchez nos describe una confrontación política y acto de repudio hacia su persona durante la
proyección de un filme en La Habana. Sánchez, muy elocuentemente, explica que “todos tenían,
por ejemplo, el mismo documento -impreso en colores- con una sarta de mentiras sobre mi
persona, tan maniqueas como fáciles de rebatir en una simple conversación. Repetían un guión
idéntico y manido, sin tener la menor intención de escuchar la réplica que yo pudiera darles.
Gritaban, interrumpían, en un momento se pusieron violentos y de vez en cuando lanzaban un
coro de consignas de esas que ya no se dicen ni en Cuba.” Luego prosigue a vincular este grupo
opositor con el gobierno cubano: “Ellos tenían las venas del cuello hinchadas, yo esbozaba una
sonrisa. Ellos me hacían ataques personales, yo llevaba la discusión al plano de Cuba que
siempre será más importante que esta humilde servidora. Ellos querían lincharme, yo conversar.
Ellos respondían a órdenes, yo soy un alma libre. Al final de la noche me sentía como después de
una batalla contra los demonios del mismo extremismo que atizó los actos de repudio de aquel
año ochenta en Cuba. La diferencia es que esta vez yo conocía el mecanismo que fomenta estas
actitudes, yo podía ver el largo brazo que los mueve desde la Plaza de la Revolución en La
Habana.”
Sánchez, en su próxima entrada titulada “Falta de fijador” escrita el 9 de febrero de 2013,
también lanza fuertes críticas a las obras sociales y de infraestructura que realiza el gobierno
cubano. Sánchez describe la situación de la siguiente manera: “Inauguran un servicio hoy y
cuatro semanas después ya empieza a perder calidad y a restringirse. Anuncian a bombo y
platillo la ampliación de salidas de trenes o la mejora en la frecuencia de los ómnibus, pero al
pasar pocos meses todo vuelve al punto anterior. Abren sus puertas nuevas instituciones
culturales o recreativas y en apenas medio año se despeñan por la pendiente de la falta de oferta
y del deterioro.”
Por último, analizaremos una entrada titulada “Algo más que un cable” escrita el 24 de enero de
2013 y que trata sobre el pobre acceso al Internet que tienen los cubanos. Sánchez nos revela la
situación de las antenas y el Internet en Cuba y finaliza su entrada con las siguientes palabras:
“La verdad es que ya no les creo nada. Ni a la pasiva Asamblea Nacional, ni a un ministro que
practica el secretismo, ni a los periodistas oficiales que estuvieron en aquella sesión del
parlamento y no reportaron la ausencia de un tema tan importante, ni a un periódico que sólo se
pronuncia cuando le descubren sus silencios. Mucho menos creo ya en el carácter de verdaderos
ciudadanos de todos esos millones de cubanos que se han callado y se han conformado con el
menor acceso a Internet de este hemisferio.”
A través de estas entradas en su blog podemos apreciar que Sánchez no se queda con nada
adentro, al contrario, lo expone todo sin temor a nada. ¿Qué repercusiones tiene esta manera de
disidencia, específicamente este blog, en Cuba? Como ya había mencionado “Generación Y” es
el blog cubano con más seguidores en la isla por lo que Sánchez tiene un nivel de influencia
bastante marcado dentro de Cuba. La pregunta sería entonces, ¿se traslada este nivel de
influencia a los cubanos e incide directamente en el disentimiento activo de los mismos? Y más
importante aún, ¿cuántos cubanos están inconformes con el régimen y, de éstos, cuántos se
atreven a expresarlo explícitamente? Son preguntas difíciles de contestar ya que las estadísticas
oficiales son manipuladas por el Partido Comunista de Cuba y muchas de estas preguntas ni
siquiera se le realizan de una manera oficial a los cubanos. No obstante, podemos observar que a
medida que pasan los años, incrementa la cantidad de grupos disidentes en Cuba. Sin embargo,
los que se manifiestan explícitamente en contra del régimen continúan siendo una minoría dentro
del país debido a la represión y al acecho político.
Sánchez, sin duda alguna, ha logrado trascender las fronteras cubanas para llevar su oposición a
miles de rincones en todo el mundo. Lo contradictorio del caso radica en que a pesar de tener
tanta influencia dentro y fuera de Cuba, no se ha logrado fraguar un frente amplio opositor que
reclame libertades civiles tales como mayor acceso al Internet. Tal vez esto se debe al nivel de
propaganda política que ha construido el gobierno cubano en contra de la figura de Sánchez,
vinculándola al gobierno estadounidense y a intereses imperialistas. Por lo tanto, la élite política
en Cuba y su carácter orwelliano ha fungido para apaciguar cualquier ánimo de protesta o sentir
disidente a través de mecanismos tales como la prensa oficial y la televisión.
Otra razón que explique este fenómeno podría ser que la mayoría de los cubanos, debido a las
pasadas estrictas medidas de viaje y otras restricciones, no conocen otra realidad que no sea la
que se vive en la isla y por lo tanto no cuestionan la misma. Esto es apoyado por la misma
Sánchez que explica en su blog que muchos cubanos ni siquiera se cuestionan la designación de
nuevas personas al poder, entre otros asuntos de carácter social, político y económico que les
atañan como ciudadanos.
Esto nos lleva a hacernos otra pregunta, ¿por qué ha resultado ser tan fuerte la reacción del
gobierno cubano hacia Sánchez? Sencillamente porque Sánchez reta simbólicamente el carácter
socialista del Estado cubano (en específico sus medidas restrictivas que impiden la creación de
un sociedad civil pluralista y democrática) y por ende, la revolución como tal. A pesar de que
Sánchez no profesa ideologías políticas en sus escritos, tampoco se ha manifestado a favor de
otros regímenes económicos o políticos contrarios al cubano ni hace llamados a la rebelión
contra el régimen, Sánchez sí podría representar una gran amenaza al régimen castrista. A través
de sus escritos denuncia la falta de libertades civiles y humanas en Cuba y compara la fuerte
situación en la isla con otros países alrededor del mundo que sí gozan de dichas libertades. Los
lectores cubanos, que en su mayoría nunca se les ha permitido salir de Cuba, pueden apreciar a
través del blog de Sánchez estos “privilegios” que les son negados por el régimen quizás por
miedo a que aumente la cantidad de “contrarrevolucionarios” como comúnmente se les llama a
los disidentes.
Este pasado enero de 2013 debido a la reforma migratoria cubana se le permitió a Sánchez salir
del país sin restricción alguna por primera vez en mucho tiempo. ¿Por qué el cambio de dejarla
salir con la nueva reforma migratoria? ¿Es la salida de Sánchez un cambio de posición del
gobierno cubano? Opino que este nuevo cambio de dejarla salir gracias a la reforma migratoria
cubana se debe a restaurar la imagen de la isla. Una mejor pregunta sería, ¿por qué no dejarla
salir de Cuba? El que esto aconteciera implicaría críticas internacionales al régimen, algo a lo
que el gobierno cubano ya está acostumbrado. Pero me atrevo a ir un poco más allá: debido a los
fuertes controles y filtros políticos del régimen castrista en la isla, el que Sánchez viaje fuera o se
quede en Cuba, no representa una amenaza política tangible para el régimen cubano. Esto se
debe al miedo colectivo que sienten los cubanos a manifestarse en contra del régimen. El
Internet se ha convertido en una válvula de escape para Sánchez y otros cubanos que deciden
manifestar su disidencia de una manera libre y no filtrada ideológicamente.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta, ¿cómo se diferencia la disidencia de Sánchez de otras
formas de protesta? Sánchez practica lo que comúnmente se le conoce como “ciberactivismo.”
Muchas veces el ciberactivismo logra concretizar acciones de personas organizadas con intereses
similares contra un gobierno o régimen dictatorial como lo es el caso de la Primavera Árabe.
Muchos activistas se organizaron a través de las redes sociales (Twitter y Facebook) y los
movimientos “online” se combinaron con las manifestaciones “fuera de línea”, precipitando la
caída de los dictadores. Las revoluciones tunecina y egipcia revelaron ser, ante todo,
revoluciones humanas, impulsadas por Internet y las redes sociales.
Facebook y Twitter funcionaron como una caja de resonancia, transmitiendo y amplificando las
frustraciones y reivindicaciones de los manifestantes. También permitieron al resto del mundo
seguir en directo los acontecimientos, pese a la censura. El papel de los teléfonos móviles fue
crucial en este contexto. Los periodistas ciudadanos alimentaron con imágenes los sitios donde
se comparten fotos, videos, así como los sitios de “streaming.”
La mayoría de los manifestantes de la Primavera Árabe eran jóvenes con acceso a internet y a las
redes sociales a través de las cuales fueron difundiendo sus acciones y las imágenes de sus
movimientos a todo el mundo. En esto radica la mayor diferencia entre la isla y países del norte
de África como Túnez: el acceso al internet.
En el siglo XXI el acceso al internet se ha convertido en una de las necesidades más básicas para
el ser humano en un mundo tan globalizado como en el que vivimos. El ser humano se nutre día
a día de distintas informaciones que viajan desde todos los rincones del mundo para poder
establecer sus propias opiniones y criterio sobre diversos asuntos tanto nacionales como
internacionales.
Un país con pobre acceso al internet es un país en retroceso y por eso es que el blog “Generación
Y” de Sánchez y el resto de los blogs en la página web Voces Cubanas resultan ser tan relevantes
dentro de esta particular coyuntura: porque prueban lo que puede lograr un simple acceso al
internet, el que se forje un movimiento disidente con más de 40 voces heterogéneas de distintas
partes de Cuba con un sólo norte: el denunciar lo que muchos mantienen en la oscuridad debido
al terror y a las represalias. El mero acto de expresarse sin reservas ni temor. Uno de los
ejercicios civiles y derechos más antiguos que existe: la libertad de expresión del ser humano.
A pesar que esa expresión no se encuentre dentro de las filas de la ideología oficial sigue siendo
muy válida y necesaria para alcanzar la sociedad pluralista y democrática que merece todo ser
humano sin importar su ideología política. Voltaire una vez dijo “No estoy de acuerdo con lo
que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo” y eso me parece una de las frases
más fundamentales de toda democracia.
Retomemos las primeras frases con las que empecé este ensayo monográfico: "En una plaza
sitiada, la disidencia es traición” y "Dentro de la revolución, todo, contra la revolución, nada."
Estas frases continúan siendo la posición del gobierno cubano ante cualquier tipo de disidencia
contra las opiniones y prácticas del mismo. Muchos opinarán que la cuestión de la democracia en
Cuba es un asunto de seguridad nacional debido a la ofensiva histórica del gobierno
norteamericano para desestabilizar el régimen socialista en Cuba y que éstas medidas, no importa
lo fuertes que sean, se deben tomar para asegurar el “carácter socialista” del Estado cubano y de
la revolución como tal. Sin embargo, ¿el gobierno estará escuchando verdaderamente a sus
ciudadanos? ¿El gobierno responderá a todas y cada una de sus necesidades, incluyendo
libertades civiles y otros derechos humanos básicos? ¿Los cubanos lograrán empoderarse algún
día y tomar las calles del país para reclamar sus libertades civiles y derechos humanos? ¿Ahora
con la designación de Miguel Díaz-Canel como vicepresidente y futuro presidente post Raúl
Castro, cambiará el panorama de libertades civiles y derechos humanos en Cuba? ¿Lograrán los
ciberdisidentes trasladar su férrea oposición del Internet a las calles? Sólo la historia nos dirá.
Bibliografía
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Cuba acusa a EEUU de "fabricar cibermercenarios" como bloguera Yoani Sánchez. (22 de marzo
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Dividida y vigilada, la disidencia cubana pierde respaldo social. (29 de marzo de 2012.) La
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Fernández, Damián J. (julio/septiembre 2003) La disidencia en Cuba: entre la seducción y la
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Sánchez, Yoani. La hora de los intrusos. Cuadernos de Pensamiento Político, No. 28
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"Tuitear" desde cuba cuesta una fortuna. (7 de octubre de 2010.) Frontera Info.
http://search.proquest.com/docview/756902701?accountid=44825
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Ciencia Política
El ciberactivismo: la disidencia post-revolución en Cuba
Débora L. Aponte Martínez
801090294
Prof. José Javier Colón
CIPO 4705
22 de abril de 2013