el «coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

15
El Coloquio de los perros : veridicción y modelo narrativo por F é l i x CARRASCO (Universidad de Montréal) Varios estudios críticos han subrayado el carácter nuclear que desempeña en el CotoqiUo el episodio de la Cañizares, en el que se aborda el misterio del origen de Cipión y Berganza y se evoca la "transformación" en perros de los hijos de la Montiela. El episodio propiamente dicho no emerge a la superficie hasta bien avanzado el relato, pero un juego insistente de anticipa- ciones hace de él un elemento omnipresente y lo constituye en eje alrededor del cual se organiza el ensamblaje narrativo del Co¿oqu¿o. Toda la cadena de sucesos contados por Berganza queda fuertemente afectada ; el propio nacimiento y origen del narra- dor-personaje son puestos bajo el signo de interrogación : "Paníce- I71ê.que la primera vez que vi el sol fue en Sevilla, y en su Matadero. . . por donde -¿ntag-óia/ia [&¿ no ¿ueia poi ¿o que deipuíi te dJjiê) que mis pa- dres debieron de ser alanos..." (1). (1) Ver Novelas ejemplares, ed. F. Rodríguez Marín, Madrid, Espasa-Calpe, Clá- sicos Castellanos, 1975, tomo II, 7 a edición, pp. 214-215. Todas las citas van referidas a esta edición. Félix CARRASCO, El "Coloquio de los perros" : veridiccion y modelo narrativo. En Criticó'n (Toulouse), 35, 1986, pp. 119-133.

Upload: hakhanh

Post on 06-Jan-2017

234 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

El Coloquio de los perros :

veridicción y modelo narrativo

por Fé l ix CARRASCO(Universidad de Montréal)

Varios estudios críticos han subrayado el carácter nuclearque desempeña en el CotoqiUo el episodio de la Cañizares, en elque se aborda el misterio del origen de Cipión y Berganza y seevoca la "transformación" en perros de los hijos de la Montiela.El episodio propiamente dicho no emerge a la superficie hastabien avanzado el relato, pero un juego insistente de anticipa-ciones hace de él un elemento omnipresente y lo constituye eneje alrededor del cual se organiza el ensamblaje narrativo delCo¿oqu¿o. Toda la cadena de sucesos contados por Berganza quedafuertemente afectada ; el propio nacimiento y origen del narra-dor-personaje son puestos bajo el signo de interrogación : "Paníce-I71ê.que la primera vez que vi el sol fue en Sevilla, y en su Matadero. . .por donde -¿ntag-óia/ia [&¿ no ¿ueia poi ¿o que deipuíi te dJjiê) que mis pa-d r e s d e b i e r o n de s e r a l a n o s . . . " ( 1 ) .

(1) Ver Novelas ejemplares, ed. F. Rodríguez Marín, Madrid, Espasa-Calpe, Clá-sicos Castellanos, 1975, tomo I I , 7 a edición, pp. 214-215. Todas l a s c i t a svan refer idas a esta edición.

Félix CARRASCO, El "Coloquio de los perros" : veridiccion y modelo narrativo. En Criticó'n(Toulouse), 35, 1986, pp. 119-133.

Page 2: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

120 Félix. CARRASCO Criticón, 35,

Muchas veces se ha cues t i onado e l nexo e n t r e e l CotoqujjO yti CMamiznto engañoio. Desde e l momento que Casalduero afirmó s i nambages que "forman una nove l a , no d o s " , l a mayor p a r t e de l o sc r í t i c o s ha v i s t o en l a unidad t emát ica e l elemento conector (2).Pero s i e l tema l a s une , la forma n a r r a t i v a c i e r t amen te l a s s e -pa ra . Frank P i e r c e c o n s i d e r a que e l Coloqu-Lo h a b r í a ganado a r t í s t i -camente de haber apa rec ido s o l o , s i n El cxtAcaniintO, i n s e r t o en e lmarco d e l encuen t ro de Campuzano y P e r a l t a (Véase a r t . c i t . , p .103) . P. Waley acepta que l a unidad t emá t i ca e x p l i c a l a conexiónestructural de las dos his tor ias , pero reconoce que no da cuentasatisfactoria ni de la forma dialogal del Coloqu¿o, "sin preceden-te en Cervantes", ni de la utilización de perros como interlocu-tores, lo que, para la c r í t ica , contribuye al oscurecimiento deesa unidad e introduce en las novelas "una complicación innece-saria e irrelevante" (véase a r t . c i t . , p. 202). 0. Belïc alegaque esta forma pone de manifiesto la desproporción entre el tiem-po real en que se generó la materia épica y el tiempo para con-tarla ; se provoca así una tensión a r t i f i c i a l , que "forma partede la elaboración ar t í s t ica de la obra" (véase ob. c i t . , p. 65).La íntima relación entre las dos novelas es muy bien percibidapor R. El Saffar, tanto desde la perspectiva temática como estruc-tural (véase ob. c i t . , pp. 84-86). No fal ta , sin embargo, algunavoz discrepante empeñada en defender la independencia mutua entrelas dos novelas y la ausencia de vínculos internos (3).

Como es sabido, el personaje-autor justificó la forma co-loquial de modo explícito : "Póselo en forma de coloquio por

(2) Joaquín Casalduero, Sentido y forma de las Novelas ejemplares, BuenosAires, 1943 , 2a éd., Madrid, Gredos, 1962, p. 237. Con anterioridad, estaunidad había sido vislumbrada por R. Schevill y A. Bonilla : "esas dos nove-las (que más bien constituyen un solo conjunto) f iguran. . ." (Ed. Novelas ejem--piares, Madrid, 1925, tomo I I I , p . 397). Una muestra significativa de lasreacciones de la cr í t ica ante este problema puede verse en los siguientes t ra-bajos : Frank Pierce, "Cervantes'Animal Fable", en Atlante, I I I , 1955, pp. 103-105 ; Pamela Waley, The unity of the "Casamiento engañoso" and the"Coloquiode los perros", en BHS, XXXIV, 1957, p. 202 ; Oldric Belïc, Análisis estruc-tural de textos hispánicos, Madrid, Prensa española, 1969, pag. 68 ; PeterN. Dunn, Las "Novelas ejemplares", en J. B. Avalle-Arce y E. C. Riley, Sumacervantina, London, Tamesis Books, 1973, p. 11M- ; Ruth El Saffar, Cervantes"El casamiento engañoso" and "El coloquio de los perros", London Grant &Cutler-Támesis Books, 1976, p. 38.

(3) Julio Rodríguez-Luis, Novedad y ejemplo de las novelas de Cervantes, Ma-drid, J. Porrúa-Turanzas, 1980, nota en la pa'gina 211.

Page 3: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VE LOS PERROS 121

a h o r r a r de dijo Cipíón, KUpondi.6 Besiganza, que s u e l e a l a r g a r l a e s c r i -t u r a " ( p . 2 0 7 ) . Na tu ra lmen te , e s t a a l e g a c i ó n d e l p e r s o n a j e ^ a u t o r :

Campuzano no podemos p a s a r l a buenamente a l a cuen ta d e l a u t o r im-plícito. Sabemos que el sector ilustrado de sus lectores reconoce-ría el carácter casi tópico de esta alegación sin mayor dificul-tad. En realidad otros autores del XVI habían parafraseado con an-terioridad el conocido pasaje ciceroniano en que el autor latino,en las palabras liminares, da esta misma razón para justificar laforma dialogal retenida para su LaeíMü o Ve. atuLcÁXia (4). Resultasospechoso que Cervantes, al final de su carrera de escritor, sin-tiera de momento la perentoria necesidad de hacer economías delas formulas de delegación de palabra. Debe haber sin duda razonesmás hondas para la retención de la forma coloquial.

En el juego cervantino de reflejos y contrarreflejos guese realiza al i r descendiendo el relato de un plano a otro, elnarrador-autor va a i r plasmando deliberadamente toda la gama derecepción. En la correa trasmisora del relato, el primer narra-dor habilitado en el interior de la ficción es el Alférez Campu-zano, un personaje presentado al lector en visión casi esperpe'n-

(4) Dice Cicerón en el prefacio :Eius disputationis sententias memoriae mandauit, quas hoc libro expo-sai, meo arbitratu : quasi enim ipsos induxi loquentes ne "Inquam" et"Inquit" saepius interponerentur : atque ut, tanquœn a praesentibus,coram haberi sermo uidevetur.

La obrita de Cicerón ha gozado de una popularidad casi ininterrumpida desdeel siglo XVI hasta nuestros días como texto escolar. Cervantes pudo teneracceso, si no a la fuente lat ina, por lo menos a autores españoles que habíanparafraseado el texto latino de forma análoga ; as í , Juan de Valdés just if icael formato de su Diálogo de doctrina christiana alegando que le es enojosorepetir "dixo el arçobispo", "dixo el cura", "dixe yo" . . . "de manera que cadauno hable de por s í ; de suerte que sea diálogo más que tratado" (véase laedición de D. Picart , México, UNAM, 1964, p. 18). A. González de Amezua ase-gura que Cervantes lo tomó' de Luis Alfonso de Carvallo, Cisne de Apolo...,Medina del Campo, J. Godínez, 1602, f. 130 r to . y vto . , (en Cervantes, crea-dor de la novela corta española, Madrid, CSIC, 1956, vol. I , pp. 93-94). Úl-timamente se ha aducido otra explicacio'n del pasaje ; se t rata de un trabajoque propone al Calila e Dymna como modelo de la obra cervantina y, para r e -forzar esta hipótesis, se afirma : "Las palabras de Campuzano parecen indicarque Cervantes conocía Calila e Dymna y deseaba hacer alarde de no seguir elmismo es t i lo . Pero como ta l ostentación era innecesaria.. . podría deducirseque posiblemente Cervantes quería poner de relieve ciertas coincidencias entresu Coloquio y Calila e Dymna (ver Marja Ludwika Jarocka, El'Coloquio de losperros'a una nueva luz, México, UNAM, 1979, pp. 16-17).

Page 4: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

122 Félix CARRASCO Criticón, 35, 1986

tica : sus huesos apenas recubiertos de una piel amarillenta,apoya'ndose torpemente en su espada ; todo ello contra el marcopétreo del hospital de la Resurrección de Valladolid. El conteni-do del relato sufre ya desde el comienzo de la enunciación unaembestida brutal a consecuencia de la situación contextual en quese produce. La catadura deforme del primer narrador y del contex-to se contagia también al relato. Recordemos el ambiente sinies-tro en que se llevaban a cabo los tratamientos de sudores que lamedicina de la época reservaba a los sifilíticos (5). En la densaoscuridad del cubículo y en medio de vapores sudoríferos tienelugar la grabación en la cinta de la memoria de Campuzano. La rea-lización sonora del relato es lo único que capta el primer narra-dor : se trata, pues, de un relato exclusivamente oído a pesar deque el Alférez hace algún vano esfuerzo por implicar también asus ojos y darnos el contexto situacional :

y e¿ que yo oí y casi vi con mis ojos a eitoi doi peiAoà,...,tetaA una noche, que, luz ta penúltima que acabé de iudaA, echadot,defiái de mi cama en una et>teAa& viejai, y a la mitad de aquellanoche, miando a eicuAai y deivelado... (p. 20Z) .

En realidad la reconstrucción del contexto es obra no de sus ojossino de su imaginación, como él- mismo reconoce candidamente :

oí habla*, allí junio, y eituve con atento oído escuchando, pon.veA ii podía veníA en conocimiento de los que hablaban y de lo queque. hablaban," ya" poco vine a conocer, pon lo que hablaban, los quehablaban, y ekan.loi doó peM.06 Cipio'n y Benganza.[p. 203 ; el óubiayado e& nuutAo).

La operación en que se embarca el narrador-transmisor va encami-nada a identificar al sujeto de la enunciación y al enunciado,por la vía inferencial del análisis del discurso. El presupuestosobre que se funda la conclusión es que el enunciado conserva dealgún modo las marcas imborrables del sujeto de la enunciación.

Hemos subrayado"antes la palabra "grabación" para poner de

(5) A. González de Amezua da una documentadísima informacio'n al respecto ensu ed. de El casamiento engañoso y el coloquio de los perros (Madrid, 1912).Puede verse un resumen bastante completo en la ed. de Novelas ejemplares deF. Rodríguez Marín, Madrid, Clás. Cast., 1975, tomo II , p. 200, nota 9.

Page 5: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VE LOS PERROS 123

relieve el carácter mecánico de la función de este primer narra-dor. Que no se trata de una metáfora "avant la lettre" del proce-dimiento tecnológico actual de trasmisión de mensajes, lo compro-bamos de boca del propio Campuzano :

...oí, eicucké, notí, y, ^¿natmnte, escribí, sin fal tar pala-bra por su concierto. . . (p. 204] ...como yo eitaba tan atento y te-nca delicado el juícÁo, dzttcada, iotcl y deioeupada la memoAÁaimeAczd a ¿a& nuchai pa&at> y almendnat, que había comido) f/ todo lotomé de coro, y cai-L poi tai mumai palablai que había oído ¿o e-6-oUbí otna día.,[pp. 206-20? ; iubiayado nueitio).

Desde esta perspectiva, vemos que la trivial razón de economizarfórmulas de introducir el diálogo no es la verdadera razón delformato coloquial. La retención de este modelo narrativo viene, anuestro juicio, imbricada en la naturaleza del relato y en lasexigencias del contrato de veridicción. La función de mero trans-misor asumida por Campuzano en el relato-marco le imponía laobligación de entregar la conversación de los perros tal cual seprodujo. La mínima libertad de insertar formulas introductoriashabría dado pie para hacer sutiles intrusiones que desbordaríanlos límites estrictos de la función trasmisora.-

Gracias a la mediación de este narrador-trasmisor lograla instancia enunciadora un desenganche efectivo en cuanto alcontenido y la credibilidad del relato. Además, sin salir de es-te plano narrativo, se desliza subrepticiamente la envolturaonírica, que viene a reforzar la pfoblematicídad del relato :

- Yo me ie.cu.Mto —dijo et M^étez— en eita iWLa en tanto quel/. M. £ee U0& sueños o disparates,(p. 20& ; et iub'iayado e.6 nuutio).

Al finalizar el Cotoqu-Lo, el narrador-autor vuelve puntualmentesobre este cabo suelto :

Et acabaA et cotoquio et tLcenciado y et deipehXaH. et Attisiezfue todo a un tiempo,(p. 339 ; el tuhKayado ei nu.eií-'io).

Es deci r , el tiempo de la enunciación, que en este caso se iden-t i f i c a con el de la l ec tu ra , coincide exactamente con la s i e s t adel narrador Campuzano (6).

(6) El enmarque onírico del Coloquio ha sido captado y puesto de relieve pormuchos críticos en las últimas décadas (véanse p. Waley, art. cit., p. 203 ;

Page 6: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

124 Félix CARRASCO Criticón, 35, 1986

Se trata sin duda de una ingeniosa panoplia defensivadesplegada para amortiguar el escándalo contra la razón que cons-tituye el poner en escena a dos perros para hablar de lo divinoy de lo humano ; máxime, teniendo en cuenta que su autor es unceloso defensor de la "verdad" de la ficción y un implacable fus-tigador de los que no la respetan. Por esta razón, al organizarsu artificio narrativo sobre un núcleo que es, como dice Batail-lon, una "libérrima mentira", se pone.a sí mismo ante una difi-cilísima prueba (7). En buena parte la escritura del CotoqLÚ.0 vaa consistir en un ejercicio de "mise en abíme", en escribir unanovela sobre cómo se escribe una novela, un tema, como se sabe,recurrente en nuestro autor. "Esta noveta [el Cotoqu-Lol — h a dichoPeter D u n n — es, seguramente, una meta-noveta" (8). Si exceptuamosel Qu¿jotZ, según este crítico, ésta es la obra cervantina "masíntimamente comprometida con la experiencia de escibir en sí, enparticular al valorar las muy fuertes y ambiguas imágenes de lafantasía" (ibidem). La estrategia de lectura facilitada por elautor para orientar al lector sobre el sistema de "realidad" enque se inscribe la obra, no se agota con el marco onírico y eldesenganche de la instancia enunciadora, anteriormente aludidos.La estrategia orientadora repercute en todos los planos de lanarración y es coextensiva con toda la trayectoria del relato.Para mayor claridad, puede ser útil hacer un esbozo del esquemade la narración que nos guíe en el análisis : (véase el esquemade la página 125).

En principio observamos que la manipulacio'n de los narra-dores se lleva a cabo aquí en un sentido inverso al que se sigueen el QuljOtZ : mientras que el narrador-autor del Q¡i¿jotz se apro-pia la garantía autentificadora del historiador originario Cide^Hamete, en el Coloquio se produce un distanciamiento y degradaciónprogresiva de la credibilidad a medida que nos remontamos al . •.narrador testigo de los hechos.

Las estipulaciones de referencialidad, que son objeto de •un tratamiento específico y detenido en el relato-marco, van re-

L. J. Woodward, "El casamiento engañoso" y el "Coloquio de los perros", enBBS, XXXVI, 1959, p. 82 ; Edward 0. Riley, Teoría de la novela en Cervantes,.Oxford, 1962 , Madrid, Taurus, 1981, pp. 301-307 ; R. El Saffar, ob. cit.,p. 85-.

(7) Véase M. Bataillon, Relaciones literarias, en J. B. Avalle-Arce y E. 0.Riley, ob. cit., p. 232.

(8) Art. cit., p. 118.

Page 7: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VE LOS PERROS 125

EL CASAMENTO ENGAÑOSO Y COLOQUIO VE LOS PERROS

N 0

1Autor

N-1

El Alf.puzano

Cam-

N-2

Berga(Cip

nza /ion)

N-3

1La Cañi-zares

N-4

1

R

1Encuentro de Campuzano

y Peralta

R

1El casamiento enga-

ñoso

R

1La vida de Ber-

ganza

/KEncuentro de Ber-ganza y Cañizares

R

O »

ZII

II II Narrador

RelatoDestinatario

D-0

1Lector

D-l

El lie. Pe-ralta

D-2

1Cipión / (Berganza)(oyente : Campuzano)

D-3

1 1La historia de Berganzalas brujas

R D-4

1 1—La Camacha El parto de

la MontielaLa Montielay la Cañizares (9)

(9) El problema de los narradores y la recepción no ha pasado inadvertidoa la crítica postsemió'tica (véase Vicente Cabrera, Nuevos valores de "Elcasamiento engañoso" y "El coloquio de los perros", en Hispanófila, XV, 1972,

Page 8: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

126 Félix CARRASCO Criticón, 35, 1986

p i t i éndose en cada p lano . Diríamos —apl icando un f e l i z ha l l azgode Mart ínez-Bonat i , e l p r i n c i p i o de l a s reduplicaciones y trans-ferencias— que las pulsiones activadas en el primer plano seexpanden, como en ondas concéntricas, hasta cubrir todos los es-pacios del relato (10). El N-l empieza por desplegar todas susdotes persuasorias para incitar la curiosidad y para lograr desu interlocutor la aceptación del inusual Coloquio, es decir, unrelato que se sale completamente de los moldes tradicionales.Pero antes el"autor" debe dar pruebas fehacientes de que conoceel oficio, y aquí entra en juego El cobamiertfo ínQañoiO : para haceraceptar lo inusual, lo que no tiene cuño de circulación en elmundo l i t e ra r io , se entrega juntamente un relato conformado se-gún los cánones de la ortodoxia narrativa. Es cierta la observa-ción de p. Waley (ibidem) de que si separamos las dos novelas,"they are liable to be found the one pointless, the other ferro-lesa" ; pero, a nuestro juicio, más que, o además de, una "co-nexión estructural" basada en la unidad temática, hay que desta-car la subordinación del Cabimiento al Coloquio : en efecto, la pri-mera es un elemento ma's que se integra en esa vasta secuenciapreliminar encaminada a vencer las resistencias suscitadas porla novedad del Coloquio. La declaración de aceptación por partedel interlocutor, el Lie. Peralta, es reveladora a este respec-to :

pp. 51-52 ; R. El Saffar, ob. cit., pp. 67-68 ; José M. Pozuelos Yvancos,Enunciación y recepción en el "Casamiento-Coloquio", en Manuel Criado de Val,Cervantes : su obra y su mundo. Actas del I Congreso Internacional sobreCervantes, Madrid, 1981, pp. 426-431 .(10) Después de aludir el cr í t ico a los distintos grados o planos de "locu-ra" en el Quijote, introduce el "principio esencial del juego del Quijote :el de las reduplicaciones y transferencias de planos y funciones. Lo que pa-rece locura en relación a un plano precedente de sensatez, resulta sensatezpara un grado superior de locura. . . El plano sostenido asume las cualidadesdel que lo sostiene, cada vez que a su turno, se convierte en sostinente deotro. La reduplicación ma's obvia es la del texto de la historia. Contamos deellos tres : el arábigo de Cide Hamete, su version f ie l por el traductorano'nimo de Toledo, y, finalmente, la paráfrasis que nos presenta el narrador-autor. Los privilegios de la narración original se transfieren a la que t e -nemos ante nosotros.. . Otra reduplicación, que sugiere un juego de espejoshacia el infinito, es el de las ficciones leídas o contadas por los persona-jes de la ficcio'n cervantina, en especial, la inclusión de la primera partecomo objeto dentro de la segunda..." (.Félix Martínez-Bonati, "El Quijote" :juego y significación, en Dispositio, I I I , 1976, pp. 322 y s s ) .

Page 9: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VI LOS PERROS 127

- ...de muy buena gana O-OIÉ eie coloquio, que pofi. ser escritoy notado del buen ingenio de señor Alférez, ya le juzgo pon. bueno,(pp. 205-206 ; et iub/iayado u nuutiú) .

El N-2 (Berganza), en el siguiente plano, reinicia de nue-vo la operación de provocar el interés y obtener la adhesión desu interlocutor Cipión al cuento de su misterioso origen. A lolargo del Coloquio va Berganza sembrando veladas o patentes alu-siones al episodio climático de la Cañizares, con el resultadode un prolongado "suspenso" (p. 215, 230, 235 y 281). En el s i -guiente escalo'n vemos al N-3 (la Cañizares) echar mano de un r i -tual iniciát ico para preparar la revelacio'n del gran secreto :

Hijo UontieZ, vente &ia& mí y iabn.cn m¿ apoiento, y pnocunaque uta noche, noi vemoi a &ola& en íl, que yo dejojit abienXa lapuetta ; y sabe que tengo muchas cosas que decirte de tu vida y pa-tio, tu. provecho... Ltegóie, en ¿¿n, et punto de veme con ella en tuapoiento, que efia eicutio, ei&iecho y bajo, y bolamente clan.o con ladébit luz de un candJUL de baftAo que. en £1 ataba -, at-Lzóte ta vieja,y &entóie iobn.e una <wquiZta, y llegóme, junto a 6¿...(pp. 2&&-2S9 -, el iobiayado ea nueit/io).

Finalmente, el N-4 (la Camacha) aprovecha la irresistible fuerzade la situación para trasmitir su mensaje llamando a la Montielajunto a su lecho de muerte.

Puesto que la "verdad" del relato está en función de lanaturaleza de la historia y de la credibilidad de los narradores,observamos cómo, a medida que a través de los distintos peldaffosnos remontamos a la fuente ultima, se van infiltrando informa-ciones demoledoras sobre la fiabilidad de los narradores. El jui-cio que da el discreto Cipión de los que a esta condición sumanla de actores, es devastador : "la Camacha £ue buAladoia {¡oJUa, y taCañizaA<¿& embu&teAa, y la HontLela tonta, matidoia y bellaca" (p. 311).La concordancia de la calificacián de la Cañizares con la pro-pia confesión de la narradora es un aval sólido de la objeti-vidad de este juicio.

En cuanto a los destinatarios en las distintas fases de la tras-misión, se manifiesta de nuevo la manipulación por parte delautor. Hay una gama de reacciones que van desde la credulidad,casi sin reserva, que presta Berganza a las informaciones bruje-riles, hasta la actitud del licenciado Peralta, que es sin dudala privilegiada del autor : "yo alcanzo el a>tti{¡icio del CotoqwLoy la invención, y basta" (p. 340 ; el subrayado es nuestro). En-tre estos dos extremos se sitúan las recepciones de Campuzanoy Cipión, de aceptación y rechazo, respectivamente. En el casode Campuzano, ya hemos visto cómo insta y presiona al licenciado ;

Page 10: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

128 Félix C A R R A S C O Criticón, 35, 1986

su posición se resume en sus propias palabras : "doy por bien em-pleadas todas mis desgracias, por haber sido parte de habermepuesto en el hospital donde vi lo que ahora diré..." (p. 201). Noobstante, para no enajenarse a su interlocutor, accede a dar delado esta espinosa cuestión aceptando hipotéticamente la actituddel licenciado :

V puesto caso que me haya engañado, y que mi verdad sea sue-ño, y el poii¿tvt¿a. dlipafuUe, ¡ no ie hotgaAÁ vueia me/iced, ñPetiabta, de vet uanítai en un aoloqu¿o ¿a¿ CO-ÓOÓ que eitoio iean quien &ueAen, habtaAon ?(p. 205 ; et iubtayado e¿ ruxutAo).

El D-2 (Cipión) quiebra en este episodio su habitual líneade comportamiento en la forma de escuchar las peripecias de sucongénere : por primera vez presta oídos sin rechistar a las ex-tensa tirada de Berganza ; ante las inquietantes revelaciones quese desprenden del relato, renuncia a sus acotaciones puntillosase incluso pierde su constante obsesión por el tiempo que se lesescapa. Un personaje tan dado a interrumpir la intervenciones deBerganza cae inesperadamente en una especie de pasmo ; en reali-dad su reacción no se produce sino cuando el narrador está ya em-barcado en el episodio de los qitanos. Diriamos que el relato,que ha seguido un sendero difícil de ascenso y descensos, llegaaquí justo al borde del abismo. El gran manipulador que tira delos hilos tiene que intervenir para que no se desborde, y vuelvaal terreno seguro. Cipión es el personaje a quien se le encomien-da esta misión. Saliendo de la estupefacción en que las revela-ciones de Berganza lo habían postrado, por una vez toma la pala-bra, no para hacer una breve apostilla sino para hacer un deteni-do análisis de las informaciones de las brujas. Excepcionalmentese intercambian aquí los papeles que de mutuo acuerdo se habíanasignado al principio del coloquio : ahora es Berganza quien tie-ne que escuchar. El objetivo del discurso de Cipión es. tomardistancia y definir su posición de rechazo de lo que acaba deoír. Para él "todai eittu, co&ai y loa ¿emejantei ion mbelecoi, mentíjia&..."(p. 309). Como argumentación, y para disuadir a su compañero desu fatua credulidad, examina según las clásicas vías del métodoexegético el enigma en verso en que la Camacha vaticinó la re-cuperación de la figura humana para los hijos de la Montiela.Ni en el sentido alegórico ni en el literal se tienen en pielos versos de la Camacha. Hay en la diatriba de Cipión un datomuy significativo que revela la mano del autor y que vuelve afocalizar el tema de la metanarración : en efecto, Cipión reco-noce que si se deja avanzar al relato por el camino marcado en las"profecías" de la Camacha, terminaría confundiéndose con "lasconsejas o cuento-i de v¿ej<Li, como aquellos del caballo sin cabeza,y de la varilla de virtudes, con que se entretienen al fuego lasdilatadas noches de invierno". Nada más lejos del designio del

Page 11: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VE LOS PERROS 129-

autor. Ya en la secuencia inicial había rechazado meridianamentelos modelos fabulísticos y el del cuento popular :

- ; Cu.eA.po de mi ! —replicó el Licenciado—. ¡ Si. ie noi havuelto el -tiendo de Ma/u.aaa-taña, cuando hablaban tai, catabazcu,, oel del I&opo, cuando depantla el galio con la zo%na, y uno& anlma-l u con O&IOÍ !

- Uno detloi &<vúa yo, y el mayan —lepttcó el MÍOizz—, ¿¿Cieyeie que e&e tiempo ka vuelto... (p. 205).

Estamos, pues, ante otra práctica de la reduplicación mediantela cual el autor da un golpe de timón y devuelve el relato a sucauce natural. No obstante, para no cerrar salidas a la imagina-ción, el autor, recurriendo a su predilecto juego de afirmación-negación, va a hacer al escéptico y razonador Cipión evocar, aun-que sea irónicamente, la hipótesis contraria : remata los insul-tos dirigidos a la Montiela que citamos más arriba, con un "conperdón sea dicho, si acaso es nuestra madre de entrambos, o tuya ;que yo no la quiero tener por madre". Por el mismo procedimientoel crédulo Berganza, dando por bueno el razonamiento de su inter-locutor, invierte aparentemente su posición :

. . .de lo que ha¿ dicho vengo a pe.niat y meen, que todo lo que.ha&ta aquí hemoi pa&ado, y lo quz utamoi pa&ando, e¿ sueño, y quesomos perros. . .(p. 312 -, el Aubiayado e¿ nue&tko).

Recordemos que también en la secuencia inicial se moldeó cuidado-samente el encuadre onírico. En buena lógica tendríamos, por tan-to, aquí el sueño de un suefio, lo que anularía el primer encuadre,como la segunda negación neutraliza a la primera ; pero no setrata de lógica a secas sino de la lógica de una creación artís-tica, y creemos que la reduplicación, lejos de desarticular eldesignio inicial, viene justamente a corroborarlo.

También en los planos en que las brujas asumen la función narra-dora aparece una variante reduplicativa ; no se trata estricta-mente de un soporte onírico, pero sí de alguna manera equivalen-te : "Hay opinión que no.vamos a estos convites [los encuentrosorgiásticos con el "cabrón"] sino con la í antaiZa.. .'• (p. 296).Más adelante insiste de nuevo la Cañizares : "...y quedamos ten-didas y desnudas en el suelo, y entonces dicen que en ta ¿antas-capoi01)104 todo aquello que nos parece pasar verdaderamente" (p. 302 ;el subrayado es nuestro). En este mismo plano hay también unaréplica de la función trasmisora del N-l : "Esto [los versos pro-féticos] dijo la Camacha a tu madre al tiempo de su muerte, comoya te he dicho. Tomólo tu madtiz poi eidlto y de mmonla, y yo lo (¡Ijí enla mea..." (p. 294 ; el subrayado es nuestro).

Page 12: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

130 Félix CARRASCO Criticón, 35, 1986

En el episodio final asistimos a una inversión especulardel escenario y la acción que precede al comienzo de la novela :Estamos de nuevo en el interior del hospital ; no es de nochepero es la hora de la siesta, y las ventanas están cerradas. "Encuatro camas apareadas" yacen cuatro enfermos, víctimas, comoCampuzano, "de esa plaga intolerable" que "puebla los veranostodos los hospitales". Debajo de una de ellas está agazapadoBerganza, esta vez en calidad de oyente, para trasmitirnos lasensoñaciones desquiciadas de unos seres humanos que, ellos sí,están fabricados de la sustancia del tejido social.

Las mismas actitudes divergentes que, en una "dimensióncognoscitiva", han ido perfilándose con respecto al enigma de laidentidad de los perros, se nos ofrece, en visión concentrada,por parte del público que presencia el desenlace espectaculardel episodio de.la Cañizares. Esta vez las actitudes se proyec-tan no sólo en una "dimensión cognoscitiva" sino también en la"dimensión pragmática" (11). Al despertar la vieja y verse des-nuda fuera de su aposento, mordida y expuesta a los ojos de lamuchedumbre, hunde sus uñas en el cuello del perro sabio dispues-ta a estrangularlo ; éste logra escabullirse, la ase de las "fal-das de su vientre" y la zamarrea ; ^"ella daba voces que la libra-sen de ¿Oi cUzntei de aquel mtJtigno ZipÍAÁtu" . Las p a l a b r a s de l a v i e -ja resumen la historia de una transformación : "los dientes" per-tenecen a la apariencia formal de perro ; "maligno espíritu" per-tenecen a la esencia de demonio. El público, como en el teatro,trata de establecer la relación entre la acción que ve y las pa-

(11) Tomamos estos conceptos de A. J. Greimas, que los utiliza profusamenteen su Maupassant. La sémiotique du texte. Exercices pratiques, Paris, Seuil,1976, especialmente en pp. 196-199. Es nuestro deber aclarar que los usamosen sentido lato y no en el sentido estricto greimasiano. Así, pues, la largalucubración sobre la naturaleza de los perros, lejos de ser un pretexto pu-ramente instrumental para lanzar sin riesgos un discurso sobre la maldad yel engaño humano, se constituye en elemento recurrente y en eje sobre el quese monta el Coloquio. En realidad, como hemos señalado anteriormente, el de-bate se abre ya en el relato marco (éd. c i t . , pp. 202-206) y se reanuda entodas las etapas de la transmisión. Como enigma que es, ha sido tratado has-ta aquí por los sucesivos contendientes como objeto de búsqueda intelectual,es decir, en su "dimensión cognoscitiva". En este punto del relato, la con-tienda salta a la plaza pública y se convierte en una confrontación que des-borda los límites estrictamente racionales del debate, sustituyéndose laspalabras por acciones, es decir, pasando a una "dimensión pragmática".

Page 13: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VE LOS PERROS 131

labras que pronuncia el personaje. La interpretación no es uná-nime : "Con estas razones de la mala vieja creyeron los más queyo debía ser algún demonio", y reaccionan en consecuencia, oechando mano de remedios sobrenaturales, o tomando las debidasdistancias : "unos acudieron a echarme agua bendita ; otros noosaban llegar a quitarme". El remedio no se revela eficaz ; latenaza de los dientes del perro sigue haciendo presa en el cuer-po de la vieja. Reclaman un remedio ritual de envergadura : laexorcización. Pero otros interpretan la acción de otra manera :"mi amo [el atambor]... se desesperaba, oyendo decir que yo erademonio. Otros, que no sabían de exorcismos, acudieron a tres ocuatro garrotes, con los cuales comenzaron a santiguarme los lo-mos". Este remedio resulta efectivo : "escocióme la burla, soltéla vieja, y en tres saltos me puse en la calle, y en pocos mássalí de la villa". Un tropel de muchachos que lo persiguen porlas calles se muestra igualmente dividido : " ; Apártense ; querabia el perro sabio !" —gritaban unos—. Otros decían : "¡Norabia, sino que es demonio en figura de perro !". La fulminantedesaparición viene a darle la razón a estos últimos : "Dime tan-ta priesa a huir y a quitarme delante de sus ojos, que creyeronque me había desaparecido como demonio".

Con nuestras reflexiones hemos intentado explicar el porqué delmodelo narrativo del Cotoqu-Lo y la evidente anomalía de juntar enuna obra dos relatos formalmente tan dispares. Fundar la cone-xión estructural de las dos novelas en la unidad temática (elengaño, la maldad humana) constituye un hallazgo, pero dejairresuelta la cuestión. Hemos visto cómo el modelo retenido parael Coi.oqiU.0 obedece a exigencias de la veridicción, y se basa enla necesidad de conseguir el desenganche de la instancia enuncia-dora. Puesto que la materia prima de que se parte, está consti-tuida por una historia increíble de por sí, es necesario invertirfuertemente sobre la forma de la expresión para poner a flote elrelato y para mantenerlo en el derrotero marcado. La disparidadformal del Ca&tmLzntO se justifica funcionalmente al quedar inscri-to en la secuencia inicial del Co£o<¡iu.o : la entrega de este rela-to constituye, en manos del personaje-autor, el objeto de cambiopara hacerse aceptar la audacia narrativa del Co£o<¡iw.O ; es decir,presenta una prueba tradicional, una narración al estilo italiano,de su "savoir faire" narrativo, que lo .illane los obstáculos sus-citados por el relato aconvencional. Ouivian, por consiguiente.

Page 14: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

132 Félix CARRASCO Criticón, 35, 1986

in tegrados ambos en una unidad s u p e r i o r cuya coherencia se fundaen l a subord inac ión de l primero a l segundo.

A nues t ro j u i c i o , t r a spone e l a u t o r , en e l universo de l aficción las relaciones dialécticas autor-lector vigentes en suentorno socio-cultural. Hemos asistido en los diferentes planosal desarrollo de diversas convenciones de referencialidad orien-tadas, no sólo a una lectura privilegiada, que la hay, sino afacilitar tantas lecturas cuantos tipos de lectores puedan embar-carse en su descodificación (12).

CARRASCO, F é l i x . El "Coloquio de los perros"(Toulouse), 35, 1986. p. 119-132.

Veridiccio'n y modelo narrativo. En Criticdn,

üesuaen. En este trabajo se vuelve sobre el archidebatido nexo entre el Coloquio y El casamientoengañoso. Se propone como clave del problema la anomalía formal del Coloquio. El modelo retenidopara este responde a exigencias de la veridicción y se basa en la necesidad de conseguir el de-senganche de la instancia enunciadora : el carácter increíble de la historia obliga a tomar todaclase de precauciones para poner el relato a flote y mantenerlo en su derrotero. Entre estasprecauciones hay que colocar El Casamiento ; en efecto, la entrega de este relato, por la media-ción del autor vicario Campuzano, se constituye en el objeto de cambio para hacer aceptar la au-dacia narrativa del Coloquio. Ambos relatos constituyen una unidad superior cuya coherencia sefunda en la subordinación del primero al segundo.

Késuaé.

Dans cet article on revient sur la question souvent soulevée du lien entre El casamientoengañoso et le Coloquio. Le présent travail propose de considérer l'anomalie formelle du Coloquiocomme clé du problene. Le modèle narratif retenu répond aux exigences de la véridiction et i l se .base sur la nécessité d'atteindre le débrayage de l'instance énonciatrice : le caractère incroya-ble de l 'h istoire oblige à prendre toute sorte de précautions pour maintenir le récit à f lo t etlui permettre de suivre son cours. Parmi ces précautions, i l faut placer le Casamiento ; eneffet, la livraison de ce récit , par la médiation du personnage-auteur Campuzano, se constitueen objet d'échange pour faire accepter l'audace narrative du Coloquio. Les deux s'intègrent dansune unité supérieure dont la cohérence se fonde sur la subordination du premier au second.

(12) Me refiero a la práctica bien enraizada en el Siglo de Oro —y antes—de pensar en un lector ideal capaz de desentrañar el mensaje de un texto am-biguo y en toda la gama de lectores eventuales menos competentes.

Page 15: El «Coloquio de los perros»: veridicción y modelo narrativo

SOBRE EL COLOQUIO VB LOS PERROS 133

Sumary.

Ihis article deals once more with the polemized nexus between the Coloquio and El casa-miento engañoso. It is proposed that the key to the problem lies in the Coloquio's formal anoma-ly. Its narrative model responds to the exigencies of the veridiction and is based on the needto achieve the disentanglement of authorial accountability. Ihe incredible nature of the storyrequires that ail kinds of précautions be taken to put afloat the narrative and to hold it incourse. El casamiento must be placed amongst thèse précautions ; thus, the delivering of thisconventional novella, through Campuzano's vicarial médiation, becomes the exchange object tomake acceptable the narrative audacity of the Coloquio. Both are integrated in a superior unitywhose cohérence is founded on the subordination of the former to the latter.