el estado del sujeto hoy_presentación

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Universidad de Costa Rica Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura Curso Construcción social de los significados, parte II Profesora: Mercedes Flores González, Dra. Estudiantes: Diego A. Soto Morera (A97447) Presentación de Lectura I En este trabajo me propongo discutir algunos elementos del texto “El estado del sujeto hoy” 1 (1986) del filósofo griego Cornelius Castoriadis. Para elaborar esta discusión he dividido este texto en dos partes. En un primer momento me ocupo de presentar, de manera breve, las ideas centrales del texto. En un segundo, y final, momento formulo algunas preguntas y observaciones sobre la temática desarrollada. Circuitos de la ipseidad: Sujeto e imaginación Castoriadis se propone abordar la cuestión del sujeto, no como substancia o sustrato, sino como problemática base del proyecto psicoanalítico. Afrontar el problema en estos términos es ya una respuesta a lo que el autor griego considera dos modas francesas, la primera que ha popularizado los procesos sociales sin sujetos (el linaje de “la muerte del hombre”, Lévi-Strauss/Althusser/Foucault), y la segunda donde el sujeto es reabsorbido y difuminado en el lenguaje (Lacan/Barthes/Derrida), de modo que ya no importa quién habla sino qué es hablado. Un problema de abordar inicialmente la cuestión del sujeto es que las categorías que lo rodean no son específicas o no le son propias, sino que pertenecen a una esfera mucho más amplia que el autor denomina el para sí. Esta discusión es en realidad mucho más amplia, y tiene que ver con la cuestión de la ipseidad, la cual, está vinculada con el problema de la 1 Cornelius Castoriadis, “El estado del sujeto hoy”, en Cornelius Castoriadis, El psicoanálisis, proyecto y elucidación, Horacio Pons (trad.), (Buenos Aires: Nueva Visión; 1998), 115-153.

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Castoriadis_Sujeto_Clínica

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Universidad de Costa RicaDoctorado en Estudios de la Sociedad y la CulturaCurso Construccin social de los significados, parte IIProfesora: Mercedes Flores Gonzlez, Dra.Estudiantes: Diego A. Soto Morera (A97447)Presentacin de Lectura IEn este trabajo me propongo discutir algunos elementos del texto El estado del sujeto hoy[footnoteRef:1] (1986) del filsofo griego Cornelius Castoriadis. Para elaborar esta discusin he dividido este texto en dos partes. En un primer momento me ocupo de presentar, de manera breve, las ideas centrales del texto. En un segundo, y final, momento formulo algunas preguntas y observaciones sobre la temtica desarrollada. [1: Cornelius Castoriadis, El estado del sujeto hoy, en Cornelius Castoriadis, El psicoanlisis, proyecto y elucidacin, Horacio Pons (trad.), (Buenos Aires: Nueva Visin; 1998), 115-153.]

Circuitos de la ipseidad: Sujeto e imaginacinCastoriadis se propone abordar la cuestin del sujeto, no como substancia o sustrato, sino como problemtica base del proyecto psicoanaltico. Afrontar el problema en estos trminos es ya una respuesta a lo que el autor griego considera dos modas francesas, la primera que ha popularizado los procesos sociales sin sujetos (el linaje de la muerte del hombre, Lvi-Strauss/Althusser/Foucault), y la segunda donde el sujeto es reabsorbido y difuminado en el lenguaje (Lacan/Barthes/Derrida), de modo que ya no importa quin habla sino qu es hablado. Un problema de abordar inicialmente la cuestin del sujeto es que las categoras que lo rodean no son especficas o no le son propias, sino que pertenecen a una esfera mucho ms amplia que el autor denomina el para s. Esta discusin es en realidad mucho ms amplia, y tiene que ver con la cuestin de la ipseidad, la cual, est vinculada con el problema de la reflexividad. Castoriadis divide su presentacin en cuatro mbitos, no necesariamente jerarquizados, pero interrelacionados y a veces en conflicto: (i) Lo viviente. Con esta dimensin Castoriadis se refiere a esa nocin que la filosofa clsica denomi zo, esto es la vida nuda[footnoteRef:2]. La reflexividad es caracterstico de aquello que vive, aunque en una forma de cierre o clausura (bucle), en tanto, lo viviente es para s auto-finalidad, su aparicin misma, implica el surgimiento de un mundo que reconoce como propio y que est dotado de representacin, afectos e intenciones. Esta esfera es un modo de tabula rasa del para s, que ya muestra una primaria autonoma: no importa de qu modo se afecte lo viviente, siempre reaccionar a su manera. Esto implica, entonces, que la clausura de lo viviente no es aislamiento: lo viviente es un dimensin de las interrelaciones, o bien, lo viviente existe slo en sino entre. [2: Giorgio Agamben, Homo sacer. El poder soberano y la nuda vida I, Antonio Gimeno (trad.), (Valencia: Pre-textos; 2010).]

(ii) Lo psquico (humano). Castoriadis se interesa en discutir aquello que determina en los seres humanos la especificidad de su vida psquica. Por lo tanto, pone su atencin en cuatro procesos correlativos: a. La desfuncionalizacin de los procesos psquicos en relacin con el sustrato biolgico del ser humano, es decir, Castoriadis vendra a constatar un exceso psquico con respecto a aquello que est destinado a la sola manutencin de la unidad viviente que somos;b. Dominacin del placer representativo sobre el placer orgnico (el inconsciente no tiene relacin con el exterior, nicamente conoce de representaciones, las cuales intenta transformar para hacerlas placenteras).c. La autonoma de la imaginacin, en tanto es capaz de pensar o formular no slo lo que se ausenta, sino aquello que nunca ha tenido presencia.d. La autonoma del afecto respecto de la representacin.Estos procesos son coextensivos a una estructura estratificada donde las diversas instancias que componen el psiquismo humano, las cuales entran constantemente en conflicto, ya que cada una, existe como un para s, que procura sostener y hacer efectivos sus propios intereses, aunque logran formar una totalidad contradictoria o incoherente, que constituye un efecto de para s constante. (iii) El individuo social. La dimensin social del individuo se caracteriza, principalmente, por hablar una lengua y tiene la capacidad de sublimacin. El para s de esta dimensin depende, no slo que el individuo funcione bien en relacin consigo mismo, sino que funciona adecuadamente desde el punto de vista de la sociedad, es decir, en relacin a la unidad/identidad de su definicin social singular (parentesco, filiacin, domicilio, educacin, profesin, etc.), es decir, su definicin en tanto atribuida o imputada por un artefacto social que funciona como unidad.(iv) El sujeto humano. Este sujeto no puede ser reducido ni a la conciencia, ni a la racionalidad lgica. La auto-referencia de saber que sabe no es exclusiva de la especie humana. Al sujeto humano lo caracteriza un singular proceso de reflexividad, entendida como la posibilidad de que la propia actividad del sujeto devenga objeto de sus representaciones, cuya condicin de posibilidad es su imaginacin (no funcional). Este proceso permite la actividad deliberada o voluntad: la capacidad de asumir, proyectar y actuar nuestra condicin de seres imaginantes (p. 141), los cuales, por esto mismo, pueden modificar las cargas (labilidad) que los vinculan con ciertas instituciones, y contrarrestan as su legitimidad social. De esta manera, Castoriadis vuelve al cierre sobre la peculiar condicin de la subjetividad humana: es una esfera pseudo-cerrada, que puede auto-dilatarse, puede interactuar con otras pseudo-esferas del mismo tipo y puede volver a cuestionar las condiciones, o las leyes de su clausura (p. 151), sobre el entendido de que puede imaginar lo no acaecido histricamente. Esto slo es posible, a partir de esta definicin, porque la subjetividad humana se constituye sobre la base de relaciones: primero, entre las diferentes esferas del para s, asimismo, entre las diferentes instancias que constituyen estas esferas, y finalmente, frente a los otros, con los cuales se producen y se derrumban mundos. Esto porque no slo introyectamos lo que est afuera, sino que dotamos de sentido todo aquello que se aproxima. La tardanza de los enunciados: sujeto y significadoEn este segundo apartado me gustara concentrarme en una relacin que se sugiere en el texto de Castoriadis entre subjetividad y produccin social de los significados. Y quisiera pensar esta condicin de cara al texto escrito.Mucho antes de Bajtn y su cculo, el psicoanlisis nos ha enseado una curiosa condicin referida al tiempo de la lectura. Nunca se llega temprano a un texto, ni siquiera de manera puntual. Slo hay una forma de arribar a un texto: tarde. Y la tardanza no es aqu signo de irrespeto o irresponsabilidad del lector. No llega tarde por demora (ms bien, nunca es demasiado tarde para llegar a un texto), tampoco porque le precedan otros lectores que han colonizado el campo de la letra, pues incluso los contemporneos de un escrito tardan en llegar. La tardanza no es un asunto de contemporaneidad con el texto, de ah que el crculo de Bajtn discutiera las limitaciones del anlisis diacrnico de la lengua[footnoteRef:3]. An si el texto fuera escrito frente a las narices del lector no llegara con puntualidad. Solo llega a tiempo, nos dice el crculo de Bajtn, quien arriba a una lengua muerta, al enunciado aislado, sacado de su contexto real[footnoteRef:4], pues una lengua as existe fuera de tiempo. [3: Esla crtica que se plantea a lo que denominan objetivismo abstracto, ver Valentn Voloshinov, El marxismo y la filosofa del lenguaje (Los principales problemas del mtodo sociolgico en la ciencia del lenguaje), Tatiana Bubnova (trad.), (Madrid: Alianza; 1992), 95-97.] [4: Ibdem., 105.]