el estado y la extracción de excedente en el perú colonial por karen spalding

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LA EXPLOTACION COMO SISTEMA ECONOMICO: EL ESTADO Y LA EXTRACCION DE EXCEDENTE EN EL PERU COLONIAL , Kuren Spaldlng NOTA PREL¡MINAR La ptesente es una traducción del a¡lículo "Exploitatíon as an Economíc S5ntem: TIte State and the Extraction ol Surplus in Colonial |bru", publicado en la compilación The In' ca and Aztec States I4OO-18OO, Anthropology and History, editada por Geotge A. Collier, Renato I. Rosaldo y John Wiñh (Academic hess, N.Y, 1982)' Algo escondido enhe aftículos dedicados a oh'os lemas, pero rtecuententente citado en la bibliogmfía an' glo.sajona, he considendo de intetés haduci¡to, a pesar de ser algo 'antiguo', justamente por el intento de ofiecer una intagen de conjunto de la econontfa t, sociedad co/onial pe- ruana. Tál prcocupación, en efectq parcce haberce conveftido en 'antigua'pam la histo' riogafía peruana, incluyendo a la eco¡tóntica. k innecesa¡io 'ptesentar'a Karcn Spalding. B meior anotar tápidamente que el rc' conocímiento de que la persistencia de la comunidad, incluso lutelada por el estado colo' nial, y su a¡liculación con la econonía genetal del vineinatq no conducen necesaríamente al fácil esquema dual de la econontía colonial, ¡esulta un aspecto ¡tarticulatmente ilumína- dor del ar-tículq aunque en él se haga uso frecuentemente de los tétminos de 'bociedad india" y 'bociedad eurcpea". Siendo &te el esquenta aceptado de una manera u oha por la aulom en ptácticantente todos sus habaios, el admith- gue no rcsultaba ser el más co' necto rcsulta, dicho sintplemente, un ejenrplo de actitud cientfica. Desde aquf y a ntás de diez años de distancia es fácil hacer atingencias sobrc detalles, perc la lucidez de la síntesis peffnanece intacta y su co¡tdició¡t de tal Ie ototga íncluso un valor pedagógico. Con las nuevas investigaciones pañicularcs, rcgiona/es y las ntodemas hetmmientas disponibles, se ¡ndá ptonto añadir el elentento vilal de Ia dinántica global a tnv& del tiempo a una síntesis de e.sle tipo, aspecto todavía ausente o en ocasiortes antbigüo en este trabajo. La evolución y los papeles de las rcgiones de acuetdo al prcceso geneml y las rc' laciones con la metrópoli, detenninantes de la ¡tolítíca estafal, fotma¡án pañe de esta fufu' ra sfntesis. Tantbién es fácil señalat'su ¡tosibilidad, pues se halla práclicat¡tente llatando en el antbiente. En la tnducciór¡ se han conseruado las comillas e itálicas tal y como han sido usadas en el oiginal. En el texfo se han incluidq sientpte enhe corcheles y sólo cuando eM nece- sado, algunas palabns pan aclamr el sentido del oiginal. He añadído dos notas e hfor' ntación -tantbién enhe corchetes- sobrc ediciones ntás accesibles de algunos de los lib¡os citados a pie de página (Luls Arana Bustamante). *** Ilor muchos años, se nos ha hecho recordar frecuentemente a quienes hemos bus- cado comprender los mecanismos y la estructura del sistema colonial español, que la Nueva Sítrtesis, Nro 3 - 1995 97

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Artículo de Karen Spalding para la Revista Nueva Síntesis Nº 3 (1995)

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Page 1: El Estado y la extracción de excedente en el Perú Colonial por Karen Spalding

LA EXPLOTACION COMO SISTEMA ECONOMICO:EL ESTADO Y LA EXTRACCION DE EXCEDENTE

EN EL PERU COLONIAL

, Kuren Spaldlng

NOTA PREL¡MINAR

La ptesente es una traducción del a¡lículo "Exploitatíon as an Economíc S5ntem: TIte

State and the Extraction ol Surplus in Colonial |bru", publicado en la compilación The In'ca and Aztec States I4OO-18OO, Anthropology and History, editada por Geotge

A. Collier, Renato I. Rosaldo y John Wiñh (Academic hess, N.Y, 1982)' Algo escondido

enhe aftículos dedicados a oh'os lemas, pero rtecuententente citado en la bibliogmfía an'glo.sajona, he considendo de intetés haduci¡to, a pesar de ser algo 'antiguo', justamentepor el intento de ofiecer una intagen de conjunto de la econontfa t, sociedad co/onial pe-

ruana. Tál prcocupación, en efectq parcce haberce conveftido en 'antigua'pam la histo'riogafía peruana, incluyendo a la eco¡tóntica.

k innecesa¡io 'ptesentar'a Karcn Spalding. B meior anotar tápidamente que el rc'conocímiento de que la persistencia de la comunidad, incluso lutelada por el estado colo'nial, y su a¡liculación con la econonía genetal del vineinatq no conducen necesaríamente

al fácil esquema dual de la econontía colonial, ¡esulta un aspecto ¡tarticulatmente ilumína-dor del ar-tículq aunque en él se haga uso frecuentemente de los tétminos de 'bociedad

india" y 'bociedad eurcpea". Siendo &te el esquenta aceptado de una manera u oha porla aulom en ptácticantente todos sus habaios, el admith- gue no rcsultaba ser el más co'necto rcsulta, dicho sintplemente, un ejenrplo de actitud cientfica. Desde aquf y a ntás de

diez años de distancia es fácil hacer atingencias sobrc detalles, perc la lucidez de la síntesis

peffnanece intacta y su co¡tdició¡t de tal Ie ototga íncluso un valor pedagógico.

Con las nuevas investigaciones pañicularcs, rcgiona/es y las ntodemas hetmmientasdisponibles, se ¡ndá ptonto añadir el elentento vilal de Ia dinántica global a tnv& deltiempo a una síntesis de e.sle tipo, aspecto todavía ausente o en ocasiortes antbigüo en este

trabajo. La evolución y los papeles de las rcgiones de acuetdo al prcceso geneml y las rc'laciones con la metrópoli, detenninantes de la ¡tolítíca estafal, fotma¡án pañe de esta fufu'ra sfntesis. Tantbién es fácil señalat'su ¡tosibilidad, pues se halla práclicat¡tente llatando en

el antbiente.En la tnducciór¡ se han conseruado las comillas e itálicas tal y como han sido usadas

en el oiginal. En el texfo se han incluidq sientpte enhe corcheles y sólo cuando eM nece-

sado, algunas palabns pan aclamr el sentido del oiginal. He añadído dos notas e hfor'ntación -tantbién enhe corchetes- sobrc ediciones ntás accesibles de algunos de los lib¡os

citados a pie de página (Luls Arana Bustamante).

***Ilor muchos años, se nos ha hecho recordar frecuentemente a quienes hemos bus-

cado comprender los mecanismos y la estructura del sistema colonial español, que la

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economía del Ferú hispánico descansó en último término sobre las espaldas de la po-

blación india, cuyos miembros proporcionaron e[ poder impulsor del sistema productivoen [a colonia. La dependencia casi total del virreinato del Perú respecto del trabajo de lapoblación nativa andina era bien conocida para los contemporáneos; difícilmente po-

dríamos encontrar una aserción más gráfica de esta dependencia de la colonia respecto

del trabajo indígena que en las palabras de un observador español de principios del si-

gto XVlll:

"Sacadas las poblaciones principales de las costas del ma4 donde silen muchosnegros, mulatos, zambos, cuarterones y mestizos, en todo el reyno los indios son de to-

da el trabajo. No ay mercado en lodo él que los indios no lo fo¡men. Ellos en Uma son

los pescadores y los que dan la grande abundancia que liene de peces por las calles yplazas. Elos llevan a las ciudades, villas y pueblos las co¡nidas, ellos culüvan las chacras,

acaÍean el lrlgo, el vino, el aceile, las carnes; ellos son los pastores y guarttas de htu-merables eslancias que ay en el rcynq rcpechatt cordilleras para servimas; penelran va-

lles muy atdlanles para nueslnts allvlos... Los oliclales pan todo génerc dc ollclos nte-cánicos son casi todos indios y ástos nos visÍen y nos proveen de lo necesario para ladecencia. Sólo en el Cuzco pasan de l/M los ofrciales de todo género de ofrcios ycasi todos están en pr¡der de los indios. cQuiénes han fabricado las cíudades, villas ypueblos de la sierra sino los indios?. Los sunfuosos templos del Cucq Plata, fufosi hz.Juli, y aún de Uma y los muchos que ay en el Peni, ¿a quienes an tenido por artífrces en

la mayor parte sino a los indios? ¿Quiénes componen los puentes, los caminos, allanan

los montes y rompen la selvas sino los indios?hó

Aunque he estado largamente familiarizada con esta cita, hasta hace poco yo nohabía sabido ver en ella nada más que la ilustración gráfica y admitidamente valiosa de

la carga económica que representó para la población andina nativa la conquista y [a

subsecu€nte erección del sistema colonial. Como el autor de la cita, yo veía tal materialcon los ojos de un colecior de maldades, uniéndolas en la denuncia de los excesos y de[a brutalidad del régimen colonial en el Perú. Desde el siglo XVI, indignados observado-res y escritores han producido un vasto cuerpo de literatura describiendo la explotaciónde los miembros de la sociedad andina nativa, que es insuperable en su detalle y capa-cidad de impacto.

kro el régimen que estamos denunciando está ya muy lejos en el tiempo; la denunciacontinua de un sistema que ya pasó añade poco a su comprensión en términos amplios, aúnsi somos capaces de delinear la continuidad y reaparición de üejas formas de explotaciónbajo nuevas formas en el presente. El valor real de hacer un enfoque cercano de las formasespecíficas de explotación colonial en el área andina reposa en la ayuda que nos puede pro-

veer en la comprensión del sistema económico de la Latinoamérica colonial.

I-A ESTRUCTURA SOCIOECOTT¡ÓTUICE EN EL PERÚ COLONTAL

En años recientes69 se ha gastado mucho esfuerzo analítico en determinar el carác-

"Farecer del P Manuel Toledo Leiva, rector del Colegio de la Compañfa de Jesús de l]uancaveli-ca, sobre la mita de Potosí, 30 de agosto de 7724" , en Rubén Vargas Ugarte (ed.\, hrecercs jur{-

dicos en asunlos de Indias Uma, 7951:772.

La referencia es, obviamente, a la década de los 70 (N. delT)

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ter específico de la formación socioeconómica de las colonias españolas en América.Algunos estudiosos han sostenido que las nuevas sociedades fundadas por los españo-les en el Nuevo Mundo fueron esencialmente capitalistas, pues fueron producto de unaeconomía mundial en proceso de rápida transformación hacia un capitalismo plena-mente desarrollado.

okos han puntualizado que la Bpaña del siglo XM no fue en ningún senüdo una socie-dad capitalista. Ellos sostienen que ella fue, en los hechos, "suMesarrollada" dumnte las cen-furias enke el descubrimiento y población inicial de las Américas y el triunfo del capitalismoen Europa, no rompiendo jamás los laeos económicos y sociales que frenaron el desanollocompleto de una economía capitalista en los países fuem de Inglaterm.

Aunque yo considero la formación socioeconómica del Fbrú desde el sigto XVI alXIX como esencialmente precapitalista, sospecho que podríamos argumentar sobre de-finiciones por un largo tiempo sin llegar a un act¡erdo. En orden a solucionar eslos pro-blemas y, en el proceso, contribuir a un entendimiento amplio de la génesis tanto clelcapitalismo como del subdesarrollo, necesitamos desesperadamente movernos más alláde la aserción y argumentación teorética, tan valiosa como pueda ser, para enfocar de-talladamente las formas específicas como funcionó la economía colonial.

En este artículo busco únicamente sugerir algunas de las direcciones que piensoprobarán ser útiles en la construcción de un modelo de la estructura y funcionamientodel sistema económico del krú colonial. La crítica, el debate y la discusión podrán en-tonces llevar a la creación de un modelo que contestaría las preguntas básicas sobrequé clase de sistema fue éste, y qué es lo que en él conlribuyó tanto al despegue delcapitalismo en Europa como -y más urgentemente para aquellos de nosotros directa-mente interesados en América Latina- al despegue de lo que hoy en día es llamado"subdesarrollo" en ésta.

Limitaré mi análisis y discusión al área nuclear del virreinato det krú. un áreaequivalente al imperio inca destruido por los invasores españoles en el siglo XVI. En elcaso de otras áreas fuera de los Andes, particularmente Nueva Bpaña, el otro polomayor del sistema colonial en las Américas, el carácter específico del sistema socioeco-nómico que emergió en tal área fue muy diferente. Éste aguarda un estudio detallado,de un lado, de la relación entre los colonos españoles y el sistema adminisirativo intro-ducido por Bpaña, y de otro, de la estructura de las sociedades mesoamericanas con-quístadas por los europeos.

En primer lugaq pienso que es esencial descartar muchos de los presupuestos bási-cos con los que hemos estado operando hasta la fecha. Muchos especialistas en historiaeconómica han tendido a seguir el modelo propuesto por w.A. Lewis y definir el siste-ma económico colonial como compuesto por dos sectores diferentes: (a) un sector mo-derno, "progresivo", activamente envuelto en la producción de mercancías para inter-cambio en el mercado y (b) un sector "natural" o campesino dedicado a producir bienespara su propio uso. De acuerdo a esta teoría, e[ sector "natural" o campesino propor-ciona únicamente fueza de trabajo al sector progresivo, sin participar de otra maneraen la economía local, cuyo dinamismo proviene del sector modemo.7o

70 wA. Lewis, Theoty of Economic Growth (London, 1955); ver además witolcl Kula, An Econo-mic Theory of the fuudal S5stem ([-ondon, New Left Books, 1976:20-23) [versión castellana:Tboría económica del sistema feudal, Siglo XX Editoresl.

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Ahora bien, hay ciertos elementos en la estructura económica del krú colonial que

parecen acomodarse bastante bien a este modelo. La economía entera del virreinatoestaba dividida en dos sectores distintos, separados uno de otro por todo el cuerpo de

leyes y regulaciones coloniales. Los indios, quienes continuaban actuando de acuerdo alos mecanismos de la sociedad tradicional andina, proveían la fuerza de trabajo que

propulsaba las ruedas de las empresas poseídas y operadas por los europeos. Fodría serconveniente seguir la separación delineada claramente en la legislación colonial y trataral sistema colonial como dos sectores, uno de los cuales fue esencialmente autosuficien-te y participó poco -excepto como fueza de kabajo- en la producción y distribución debienes que produjo el otro.

Consciente o inconscientemente, la mayoría de quienes estudiamos el mundo co-lonial hemos hecho justamente esto. Fstudiamos el funcionamiento íntimo y la trans-

formación del sector indlo tradicional, convertido en campesinado por la legislación ycontrol coloniales y las fuezas que obligaron a los miembros de la sociedad india aproveer trabajo para hacer marchar las empresas españolas. O, enfocando sobre laeconomía española, estudiamos las fuerzas, medios y técnicas de producción caracle-

rísticas de las haciendas, minas y obrajes del mundo colonial. En este último caso fre-

cuentemente nos preguntamos por qué esas empresas nunca llegaron a ser e[ principalfilón de un proceso de expansión económica y de crecimiento que llevara a un desarro-llo completo del capitalismo en América L-atina.

Aunque algunos elementos del modelo de una economía dual son útiles, no pienso

que podamos entender el mecanismo de la economía colonial o el bloqueo de la ex-pansión y crecimiento del sector español orientado hacia el mercado, sin alterar nuestraperspectiva para mirar a la economía colonial como a un todo integrado. En esta pers-

pectiva, tanto el sector indio como el español estaban completamente integrados en el

sistema de producción y distribución que -como el observador citado nos dice gráfica-

mente- era finalmente dependiente de la fueza de trabajo del pueblo definido comoindio por el estado colonial, B más, debemos añadir a nuestro análisis una compr€n-sión del mecanismo de funcionamiento del eslado colonial, no sólo como un mecanis-

mo de asegurar la colecta del tributo y la colocación del trabajo indio en el sector espa-

ñol- Aunque ésta fue ciertamente una de sus funciones, el estado fue también un parti-

cipante esencial en el proceso económico.En toda sociedad el estado es un instrumento de coerción cuya función es asegurar

a la clase dominante su control continuo del resto de la sociedad. furo en una socledad

en la cual la fueza de trabajo no ha sido separada de su acceso a los recursos y medios

de producción, fijando la base para la emergencia de un mercado de trabajo, del cual

depende la producción capitalista, el rol del estado es aún más crucial para el funcio-

namiento de la economía.En este caso, desde el momento que la gente no es impelida para ofrecer su fueza

de trabajo en venta por aquello que llamamos "circunstancias naturales", ella debe ser

fozada a hacerlo. Los elementos particulares por los cuales es for¿ada -los mecanismos

de coerción- son básicos para toda definición de la formación socioeconómica de la

sociedad en cuestión. En el caso det t'jeru colonial, no hubo un dinamismo interno ali-

mentando la continua expansión de la actividad económica o el crecimiento. El dina-

mismo de la economía no fue generado al interior del sistema mismo, sino desde fuera.

Éte marchó a través de los mecanismos coercitivos aplicados por el estado colonial, el

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cual mantuvo el flujo de trabajo y bienes hacia los miembros de la sociedad española, yla distribución de los productos de la economía española a través del virreinato. El sis-tema político del krú colonial -tanto la ley oficial y codificada como la costumbre esta-blecida- creó tanto la demanda del mercado como el flujo de bienes y labor; sin tal sis-

tema polftico el frágil dinamismo de la economfa del furú colonial se fundfa y desinte-graba. l

En las siguientes páginas quiero examinar la naturaleza e impacto de las principalescargas, legales y extralegales, que constituían las formas específicas de compulsión a

través de las cuales el sector español extraía y acumulaba el excedente. Thl excedentefue generado por el sector nativo andino tanto dentro de su propio sistema productivo,basado en el grupo extenso de parentesco o ayllu, o como participantes temporales enla actividad productiva de las empresas españolas. Como el observador contemporáneocitado deja ver muy claro, los miembros de la sociedad india proporcionaban al sectorespañol los bienes y alimentos que consumía, e[ trabajo que construyó la infraestructuraeconómica -los caminos y puentes a lo largo de los cuales los bienes se movían a losmercados- y llevaban a cabo la producción artesanal y manufacturera.

Finalmente, estamos forzados a estimar e[ volumen de excedente económico gene-rado por la sociedad campesina india, para Io cual hay pocas cifras y también pocosíndices de producción. Pbr la observación de la articulación enhe la economía india y ladel sector colonial español, podemos empezaÍ a encontrar vías para fijar el volumen deexcedente económico y su distribución."

Nuestras fuentes han repetido y hecho claro a lo largo de las centurias que el sis-tema económico del furú colonial estuvo fundado sobre la explotación abierta y el ro-bo, reconocido y reforzado por la entera estructura de la ley y regulación colonial. To-memos las palabras de nuestros informantes, y en lugar de deplorar la explotación ybrutalidad que sabemos que existió, usemos los datos provistos por el sistema para in-tentar entender la explotación como un mecanismo que determinó el volumen, la dis-tribución, y los productos del trabajo en la sociedad colonial.

A lo largo del período colonial español, la fueza de habajo de la cual los miem-bros de la sociedad europea dependieron fue extraída de una economía campesina cu-yos miembros üvían asentados en pueblos, construída sobre la producción y consumode sus propias subsislencias y que tenía poco acceso a mercados fuera de la comuni-dad. For una variedad de razones, muchas veces el producto de una coerción directa,

habfa una pequeña pero regular emlgraclón de los pueblos hacla las mlnas, centros ur-

banos y propiedades agrfcolas del sector español.Sin embargo, este flujo fue más un goteo que una corriente, y no parec€ haberse

incrementado mucho desde el siglo XVI hasta el XIX. Este es un pobre signo del desa-rrollo de un mercado de trabajo en el curso del período colonial. For supuesto, hayplenitud de evidencia de labor asalariada, y contrariamente a [o que se asumió alguna

vez, el trabajo no fue comúnmente retenido para separarlo de su retorno a la economfa

tt En relación a este crucial asunto, se puede ver un estimado de todas las cargas que pesaban so-

bre un campesino indio promedio en la región de Huarochil pam mediados del siglo XVlll, asl

como de las ganancias que éste podía conseguir pam afrontarlas, en Karen Spalding: Huarochitf:An Andean Scriely Under [nca and Spanish Rule, StanfonC U.P, 1984, pp.7M-7V2 (N. delT.).

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campesina.T2 Pero a pesar clel hecho de que conocemos que el trabajo asalariado exis-

tió, tenemos pocos indicios de una separación muy extendida de las masas de pobla-

ción india de su acceso a la tierra y otros recursos productivos durante el período colo-

nial. Al contrario, hay una plenitud de evidencias de que el estado hizo todo lo que pu-

do para mantener la comunidad india y su sistema de pueblos, decidiendo frecuente-

mente en favor de los litigantes ind_ios en las disputas sobre tierra entre comunidades y

miembros de la sociedad española. /'

fuí, el estado colonial no facilitó la expropiación de la tierra de la población india,que llevaba al desarrollo de un mercado de trabajo; aún más, el aparato entero de [aadministración colonial de los indios, desde su elaboración en la década de 1560 hasta

la de 1580, fue fundado sobre el principio de retención del sistema tradicional de pro-

ducción andino como el cimiento económico para la extracción de excedente de los

miembros de la sociedad india. El rol asignado a los miembros de esta sociedad en el

Perú colonial demandó dos condiciones básicas: (a) los indios debÍan mantener su es-

tructura tradicional de producción, lo que significaba preservar las relaciones de pro-ducción imperantes en lós Andes, por medio de las cuales los miembros de la sociedad

andina aseguraban su supervivencia y reproducción; y (b) los indios debían proveer re-gularmente un excedente al sector europeo. Este excedente era obtenido por medio de

cargas colocadas por el estado sobre los indios, que consistían tanto en bienes como enservicios en un sistema regular de corveé [tributo en trabajo], o en fozar a los indios a

ofrecer sus bienes o tiempo de trabajo en el mercado europeo en orden de satisfacer las

cargas legales y extralegales del estado colonial.El sector tradicional andino fue legalmente definido como una sociedad distinta, o

"república", bajo leyes y regulaciones españolas. Los europeos trasladaron en gran esca-

la la población nativa, reubicando a los indios en un programa nrasivo en la década deL570 flas reducciones]. E t" fu" llevado a cabo para facilitarsu administración y controly la apropiación del excedente demandado por el estado colonial. Pero a pesar de esia

dislocación masiva de la población nativa, los españoles preservaron tanto como eraposible los patrones tradicionales de acceso a la tierra, agua y otros medios de produc-

ción de la sociedad andina antes de la invasión europea.Aunque las leyes que regulaban las reubicaciones especificaban que los indios podían

retener sus tienas hadicionales si ellas estaban a no más de una legua [aproúmadamente 5.5

km.l de sus nuevos pueblos, no hay eüdencia de que esas restricciones fueran siempre pues-

tas en ejecución por las autoridades españolas. Cortes yjueces las ignoraron hasta bien avan-

zado el siglo XVII y nllnca cuestionaron el principio de que los miembros de una comunidad

asentada en un pueblo podían reclamar legílimamente como suyas tierras situadas a varios

Ver Pablo Macera, "Feudalismo colonial amedcarro: el caso de las haciendas peruanas", .4cla

Histórica,35 (Szeged, Hungría, 1971), venión mimeografiada para el Seminario de HistoriaEconómica Peruana preparada por el profesor Heraclio Bonilla, Pontjficia Universidad Católica

del Perú. También Jorge Polo y la Borda Goruález, "Pachachaca: autoabastecimiento y comer-

cialización", tesis para el bachilleralo en I-listoria, Pr¡ntificia Universidad Católica del Peru, 1976.

[Ambos trabajos son accesibles, el primero, en Pablo Macera: TraL,ajos de Histo¿-a, vol. III, Insütu-

to Nacional dr¿ Cultura, Lima, 1977 y el segundo en versión resumida inc[¡ida en Javier Tord yCarlos Laeo: Hacienda, comercio y fiscalidad (funi colonial), Lima, 1981, pp.9-531.

Ver, por ejenrplo, las disputas sobre tiera en el Archivo General de la Nación del Perú, citadas

más adelante.

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días de camino del mismo.Ta

Las leyes españolas también ordenaron específicamente que la ley común, o prác-ticas hadicionales que regulaban la organización interna de la sociedad andina, poclíaser observada excepto en los casos en que contravenía los preceptos de la corona o dela lglesia. Los miembros de la sociedad andina apoyaron sus reclamos a recursos[naturales] y sus relaciones entre sí en las disputas ante cortes españolas, sobre la basede que ellos poseían un área dada de tierra, o practicaban una costumbre específica,"desde tiempo inmemorial". Como en Europa, la práctica establecida fire la base de laley común, excepto que en este caso la práctica establecida fue el cuerpo de costumbresy tradiciones que reguló las relaciones de producción y reproducción de una formaciónsocioeconómica distinta de la de sus señores europeos.

No se respetó el cuerpo entero de costumbres y prácticas de la sociedad andina.En particular, el ritual y ceremonial que reforzaba la cooperación comunal y la renova-ción y conservación de los recursos de la comunidad -las prácticas religiosas y creenclasde la sociedad andina- devinieron en el foco de ataque continuo por la lglesia Católicay sus representantes. Táles ataques gradualmente socavaron el complicado edificio deinteracción y prácticas sociales a través de las cuales los miembros de la sociedad andi-na llevaban a cabo la producción y distribución de los bienes, y contribuyeron a la ero-sión de las capacidades productivas de las comunidades andinas locales. A pesar de to-do, el intento de los arquitectos del estado colonial es claro: ellos buscaron hacer de unasociedad andina revivida y reformada, pero esencialmente inalterada, la base económi-ca del sistema colonial.

Antes de la destrucción del estado inca y del establecimiento del nágimen es¡rañol en elkrú, estas mbmas comunidades no solamente habían asegumdo su propia supervivencia,sino que habían aportado impresionantes cantidades de excedentes al estado. Tales exceden-tes emn dados primariamente bajo forma de tiempo de trabajq pero los europeos a pesar detodo no estuüeron convencidos del gran volumen de er<cedente eo<h-aído antes de su llegadapor los incas. Fancisco de Toledq quien tiene bien merecida su reputación del Solón del sis-tema colonial, se ocupó especialmente en colectar información sobre la nafuraleza y volumendel er<cedente a<traído por los incas.

Tal información dió a los españoles toda [a razón para esperar que la comunidadnativa andina podía ser "ordeñada" regularmente sin agotar su capacidad productiva,siempre y cuando su unidad social misma y su acceso a los recursos y herramientas deproducción fueran mantenidas en lo posible tal como habían sido antes del anibo delos europeos. Las leyes protegiendo la integridad de la comunidad andina agrupada enpueblos y su acceso a los recursos fueron proyectadas para cumplir tal fin.

La población fue explotada en pos de excedente a través de una serie de cargas,legales y extralegales. Las más importantes fueron el pago del h-ibuto, recolectado por

74 Archivo General de la Nación A¡gentina, Sala 9, 17-2-5: "lndice del repartimiento de tasas de lasprovincias contenidas en este libro hechas en tiempo del Excmo. Sr. Don Francisco cle Toledo,,(copia de 1785); también publii:ado en Ca¡los A. Romero (ed.): "Libro de la Visita General del vi-rrey D. Fmncisco de Toledo, 1570-1575' en Revista Hbtórica, tomo Vll,2da. enhega, Lima,1924'pp.l73-216. Se puede enconkar material sobre la conünuidad en la posesión de tierras dela comunidad andina lejos de sus nuevos asentamientos en las dispulas po, U"..^ en el ArchivoGeneml de la Nación y en la Biblioteca Nacional. Fam ejemplos específicos, ver notas mas ade-lante.

Nueva Sínlesis, Nro 3 - 1995 103

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el estado; la mita, "servicio en trabajo", también colectado por el estado y distribuido

entre los miembros de la sociedad española; y el rcpariimiento de mercancías, venlaperiódica extralegal de bienes a los indios Por parte de las autoridades de las provin-

cias. Una pequeña descripción de la forma de cada carganos dará una base para eva-

luar el volum en de excedente recolectado de tal manera, y de su efecto sobre las rela-

ciones entre los sectores indio y español de la economía.

TRIBUTO

A los miembros de la sociedad india se les asignaron pagos regulares, definidos

como un impuesto en reconocimiento de su status como vasallos de la corona españo-

1a.75 Los pagos del tributo fueron el producto de una gradual limitación e incorporación

bajo ta autoridad del estado del despilfarro de botín que sucedió a la incorporación eu-

ropea de los Andes.El tributo fue una suma específica en bienes y dinero impuesta a cada cabeza de

familia por las autoridades coloniales desde el tiempo de kdro de la Gasca en 1542;

fue sucesivamente modificado y retasado hasta que fue fijado en 1572 por Rancisco de

Toledo siguiendo una inspección general y recuento de la población nativa. Fue defini-

do como un impuesto por cabeza pagado por todo adulto físicamente sano entre 18 y

50 años. Un número selecto de personas fue exceptuado del pago del tributo por razo-

nes específicas, yendo desde aquellos definidos como miembros de la élite nativa -los

kurakas y "descendientes de la clase reinante inka"- hasta los incapacitados y víctimas

de enfermedad congénita.Las tasas tributarias estaban basadas €n censos periódicos de una provincia o por-

ción de provincia llevados a cabo por el administrador civil, el corregidor de indios, y

sus asistentes. For ley, cada corregidor debía llevar a cabo un censo una vez durante el

término de su oficio, que iba de dos a cinco años. El recuento de población podía tam-

bién ser ordenado por la Audiencia a pedido del kuraka, el encomendero o e[ funcio-

nario de la Audiencia encargado del bienestar de los indios. Los indios debían conti-

nuar pagando el tributo asignado a ellos en los libros hasta que se completara un nuevo

recuento, se remitiese a la Contaduría de Tributos en Lima y se preparara y despachara

una nueva tasa tributaria a las autoridades provinciales y los oficiales de Real Hacienda

de la circunscripción en la cual la provincia se hallaba localizada. Esto fue así aunque la

población real de la provincia hubiera cambiado mucho en el interín.

Ls más, todo aquél cuyos intereses podfan ser afectados por una revisión en las cl-

fras de población tenfa el derecho de presentar una obieclón al nuevo recuento de po-

blación, a pesar de la petición de los indios. Tánto esto como la sola inercia significó

que las retasas de tributos fueran escasas, y un censo determinado podía ser la base pa-

ra la tasa tributaria por 2O,50 o en algunos casos casi 100 años antes de que fuera au-

torizado uno nuevo.'"

75 Las leyes que regulaban la tasa del tributo se pueden encontrar enla Recopilación de L4ns de

Ios Reynos de las Indias,LibroVl,Ttt'V Wssim'76 H procedimiento seguido en la tasa del hibuto es deiallado en la Recopilación, Ubro M, Título Vley X¡¡. Fara un sumario de las fechas del frltimo censo de cada proüncia, prepamdo a media-

dos del siglo XMII, y que da una idea del tiempo que pasaba enhe censo y censo en muchas

provincias, ver el "lnforme del Contador de Retasas..." [1768] en Antonio Fodier, "libro de cédu-

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El tributo fue originalmente tasado y pagado tanto en especie como en dinero. Toledoconürtió gran parte del primero en e[ segundq un mecanismo específicamente diseñado paraforzar a los indios a ofrecer su fuer¿a tr-abajo en el mercado español a fin de obtener el metalprecioso que se les demandaba. kro mucho continuó siendo colectado en bienes, principal-

mente ropa, coca y alimentos como malz, trigo, papas, gllinas y huevos. 'lixlo el kibutqtanto en dinero como en especie, era recaudado dos veces al añq en junio y diciembre, yenhegado a la Caja Real por los oficiales de Real Hacienda de la circunscripción a la qralpertenecía la provincia. Las tasas hibutaúas eran ar¡aluadas en términos monetarios en laC.ontaduría de Tiibutos, convirtiendo los pagos en especie a un standard monetario o montofijo per capita que establecía [a tasa de acuerdo con las cifras de población de la época; éste

oscilaba entre 4 y 7 pesos po, p"oonu.ttSi estamos tratando con tributo en dinero, sólo necesitamos averiguar sobre su

distribución. Los indios pagaban el costo de su propia administración. Los salarios deladministrador provincial, el corregidor de indios, y de los procuradores y protectores deindios importaban entre el 13 y el 26% del valor total del ingreso tributario. Aproxima-damente un quinto de este ingreso iba a los párrocos o doctrineros como salario.

La riqueza que retornaba a la comunidad india bajo forma de salario para los jefes

étnicos o kurakas, por sus servicios a[ estado oscilaba entre 4 a más del 10%. De lejos,la mayor proporción del ingreso, 40 a 60%, iba a los encomenderos, quienes gozaban

de un ingreso fijo, que a pesar de su caída en el curso del perlodo colonlal, segufaconstituyendo una suma considerable en el siglo XVll.'" A pesar de la función inter-mediaria del Estado, que convirtió el tributo en una pensión destinada a sostener a laaristocracia nativa, la élite de la sociedad colonial continuó gozando de un ingreso deri-vado de lo que podría ser clasificado como una renta feudal o cuasi feudal hasta el sigloXVIII.

kro, áqué pasó con el tributo en especie?, équé función cumplió en el modo dearticulación entre las sociedades indígena y española y cómo fue colectado este exce-dente colocando [en el mercado] los productos de la economía india?.

Registros provenientes del Cuzco hacen posible trazar el proceso por el cual el es-

tado realizó [hizo entrar en el mercado] el valor del tributo y convirtió éste en bienescirculando en e[ mercado español.7e Después de la distribución de una proporción delos bienes en los hospitales e instituciones de beneficencia, uno de los procuradores de

la Caja Real, junto con el corregidor de la provincia de la cual los bienes habían sido

las, autos acordados y okos lnshumentos pertenecientes a los lndios, año de 7769" Libro Il, ff.

117-127, Yale University Ubmry microfilm en la Biblioteca Bancroft en la Unlversldad de Call-

fomia, Berkeley.Ver las tasas hibutarias en la Tasa de la V¡sila Geneml de Fmnciso de Toledo. lnhoducción yversión paleográfica de Noble David Cook (Uma, Universidad Nacional Mayor de San Marms,

1975h Antonio Vásquez de Espinoza: Compendio y fuwlpión de las Indias &:rldentals(Smithsonian Institution, Wmhington D.C., 19¿E:644670); también AGNP Derecho Indlgena,

267.189.287.Alfredo Moreno Cebrián, H mnegidor de indios y la eanomfa peruana del siglo XWI (La e-parlos fonosos de mercancfas), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Cienfñcas,

1977:59-60.Ver el "Cuadro de remates de las especies que en los corregimientos de su distrito pertenecieron a

esta Real Caja del Ctzco este año de 647", Archivo Histórico del Cuzco, documento Nro. 7.

Nueva Síntesis. Nro 3 - 1995 t05

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colectados, colocaban anuncios en lugares públicos de los productos ofrecidos y de losvalores fijados a ellos por la Contaduría de Tributos.

[.os bienes colectados en el Cuzco consistieron mayormente en maía, higo, papas y aves

de cornl, usualmente gallinas. los residentes de la ciudad pujaban por los productos [en blo-quel de una proüncia, ofteciendo pagar el valor asignado en plata ensayada.

Si el estado encontraba postores para todos los productos ofrecidos, podía realizarel valor completo fijado al tributo en especie, y los bienes podían pasar de los depósitosdel estado a los de los mercaderes locales que comerciaban en tales alimentos. kro eneste caso particular, al menos, los postores no se presentaron inmediatamente, y des-pués de nueve anuncios y únicamente dos respuestas, el resto de los productos fueronpuestos en remate para ser vendidos por ítems al más alto postor. En estos remates losproductos no eran ya ofrecidos en grupos consistentes en iodos los productos de unaprovincia dada; los postores eran libres de comprar, por ejemplo, sólo el trigo y el maízde Quispicanchis, o, en otro caso, la coca de Paucartambo.

En este caso los postores estaban obteniendo ganancias de lo que era, en efecto,un mercado subsidiado. A través de este mercado. los bienes extraídos de la economíaindia eran colocados entre los residentes españoles y los mercaderes del Cuzco, quienespasaban a ponerlos en circulación. Bte mercado subsidiado tenía sus características pe-culiares. Las cosechas varían ampliamente en los Andes, la ruina de la cosecha es unaposibilidad omnipresente, y es común la alternancia de años buenos y malos.

kro el tributo en especie no era un porcentaje de la cosecha, era una cantidad fijaque era colectada sin preocuparse por la dimensión de la cosecha del campesino indio.Bta cantidad fija iba hacia el mercado en junio de cada año, unas pocas semanas des-pués de [a cosecha. La cantidad colectada a los indios no guardaba relación ni con lacalidad de la cosecha ni con el precio del mercado de los productos agrícolas; y era lan-zada al tiempo de la cosecha, nuevamente sin fijarse en el precio de mercado. El valorreal puesto en el mercado por el estado a través de [a venta de las cosechas induda-blemente respondía a las condiciones de mercado, siendo más alto en los años malos ycayendo en los buenos. fuí, de hecho, el estado subsidió el comercio con una especiede cojfn elástico que no beneficiaba al campesino, cuya carga aumentaba de hecho enlos años malos frente al total de su cosecha, sino al traficante en granos y otros produc-tos alimenticios. El mercader o intermediario estaba protegido de la escasez por el vo-lumen constante de productos alimenticios provistos por las autoridades estatales a tra-vés del remate del tributo en especie.*

MITA

La mita o "reclutamiento de labor" fue primariamente un mecanismo para abaratarlos costos de producción de los metales preciosos, que eran la piedra angular del impe-rio español en América. La mita aseguró una provisión constante de fuena de trabajo alas minas, provisión que no dependía de la oferta del tienrpo de trabajo de los indios uotros miembros de la sociedad colonial en un mercado.

La mita fue introducida por el Virrey Toledo como una solución a la crisis de pro-

80 Siendo el mercader un intermediariq la medida también era un mecanismo destinado a subvencio-nar finalmente la emnomía de lc vecinos de las ciudades. Mantener precic agmrios bajos es ade-más mantener estables los sala'rios y precios de los servicios en la ciudad (N. delT).

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ducción en las minas de plata de Potosí. Tomó el nombre, si bien no la práctica real, dela mit'a o "impuesto en trabajo" a través del cual el estado inka movilizó grantles canti-dades de tiempo de trabajo para sus colosales proyectos. La mita colonial, también ba-sada en estadísticas de población archivadas en la Contaduría de Tributos. tomaba deun sexto a un séptimo de [a población masculina adulta, dependiendo de las cifras de laContaduría, por peírodos de seis meses de servicio, en tareas consideradas como esen-ciales por el estado.8l

El servicio de la mita fue asignado primariamente para las minas de plata de Fotosíy las de mercurio de l-luancavelica. Btas eran tareas arduas y frecuentemente fatales, alas cuales pocos solían marchar por propia voluntad. Sin embargo, la función económi-ca del reclutamiento de mano de obra, al menos en su concepción, se relacionaba máscon la producción de los principales bienes de exporlación del Perú que con la estructu-ra económica interna del virreinato. Toledo aseguró a los más importanles mineros unsuministro regular de fuerza de trabajo, tomándola en grancles canlidacles ¿e un áreaque incluyó todo el sur del furú 9 el área de la actual Bolivia.

Los mitayos, según la ley, debían ser pagados según una escala de salarios esta-blecida primero pQr Toledo y modificada después por el virrey Duque de la palata a fi-nes del siglo XVII.82 Sin embargo, tenemos considerable evidlncia de que conforme laproducción declinó a lo largo del período colonial, los mineros convirtieron su asigna-ción de mitayos en utilidades fdirectas] mediante el negocio de vender el derecho ausar una porción de la mano de obra reclutada, o simplemente recaudando una sumafija a los mitayos en vez de emplearlos -a ellos correspondía el infame calificativo deindios de faltriquera o "indios de bolsa',.

El reclutamiento de la mita fue también usado para otros propósitos, pero el crite-rio principal para asignar mitayos fue la importancia adjudicada por estado colonial a laactividad para la cual fue designada tal fueza de trabajo. Virtualmente todas las otrascolocaciones giraron en torno a la producción de alimentos para el otro gran mercadourbano del virreynato, el de la capital, y en torno a lo que puede ser definido como laproducción de servicios y artículos de lujo para la élite colonial.

En las áreas fuera de aquellas en que enviaban mitayos a las minas de Fotosí v

8lVer sobre la míta: Tomas de Ballesteros: Tomo Flimero de las ordenanzas det peni [1685l (Lima,1752), Libro ll, título XIll, orden iii: "cédula del servició personal, 76o9,,; Recopilai¡¿n,L¡brovl,Título XII, ley xxii. [Hay, ademas del clásico artículo de Alberto Crespo Rodas'en la Reuista l-lis-tórica,vol XXI, pp. 169-782 (19551ffi), varios eshrdios modemos que rratan el tema cle la mitaminera en Potosí: Peter Bakewell, Mne¡s of the Red Mounfain, Indian Labor in futosi 1s4s-1á50, Albuqr,rerque, 1984, que estudia todos los sistemas de trabajo en potosí (hay traduccióncastellana; Mneros de la montaña roja, por Alianza Editorial); exclusivamente sobre la mita mine-ra: Jeffrey A. cole, The htosf Mta, 15rc i 7m. Compulsory Indian Labor en the Andes. stan-ford, 1985; y un estudio que se ocupa en su capítulo II de la mita de potosí en el siglo xVIII: En_rique Tandete¡ coacción y Mercadq la minería de la plata en el futosí colonial 16g2-1s26,Centro Bartolomé de las Casas, Cusco, 19931.Amnzel de los jomales que se han de pagar a los indios así volunlarios, rningados, alquilas, yagregados a l¿u haciendas de españoles, como mitayos y de obligación, en todo género <ie traba-jo... Los Reyes, 1687. Se puede encontrar copias de esta rara publicación en la Biblioteca Nacio-nal de Madrid y en la Biblioteca de la Bcuela de Derecho de la Univenidad cle Buenc¡s Aires,Argentina. [Una transcripción de este Amncel se encuentra en Mapas Cbloniales de las l-Iacien-das Cusgueñas , de Pablo Macera, UNMSM., SHRA., 1968J.

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Hr-rancavelica, el estado asignó cuotas cle labor para algunas haciendas de la costa y

sierra que producían puru nl mercado urbano. Tanibién se envió otra gente a trabajar

en los servicios de transporte y correos, así como en el corte y transporte de hielo de los

qlaciares más cercanos a la costa, hielo que se empleaba en las bebidas y comidas de la

ellle trmena.La función económica de la mita fue dispuesta perfectamente y no requtere un mayor

examen. Iire un reclutamiento fozoso de labor para las actividades que producían los princi-

pales bienes de exportación del vineinato y pam otras cuyo mantenimiento debía ser subsi-

iiudo po,- el estado de una forma u otra. Su impacto fue enorme. El reclutamiento para la

mita fue asignado únicamente sobre la base de la población nativa que era censada en su

provincia, y por tanto se asumía que tenía acceso a havés de su glllpo de parentesco a tiena

y rn..,oo, que podían ser usados durante el período de su furno de habajo. un migrante a la

provincia, como foráneo sin lazos de parentesco para obtener acceso a la tiena, no estaba

sujeto al servicio de la mita. Así, la naturaleza dela carga de la mita constifuyó un poderoso

factor de la migración.para el rilto XVttt, et 40 a 60% de la población del azobipado del Cuzco, circuns-

cripción sujeta a la mita de Fotosí, eran forasteros o migrantes de otras,provinciaq

quinnn. a causa de su status como migrantes no estaban sujetos al servicio de la mita ''

A causa de que la mita era un reclutamiento directo, tasado y asignado por las autori-

clades estatales, podemos determinar fácilmente tanto el volumen del trabajo excedente

extraído a través de ella como su distribución. La otra carga a ser examinada es algo

más complicada.

REPARTIMTENTO DE MERCANCíAS

El repartimiento de mercancías o venta forzada de bienes fue ampliamente practi-

cado y aceptado, no sólo por el administrador provincial, el corregidor de indios' sino

también por e[ párroco to.al, lo, hacendados, mineros y otros miembros de [a sociedad

provincial, incluyendo a los miembros de la élite india. Pero a pesar de que todos' in-

cluyendo a la corona y el consejo de lndias, estaban bien enterados de su práctica e

incluso consideraban un cálculo de los beneficios a ser obtenidos en sus estimados del

precio de venta del oficio de corregidor, el repartimiento fue prohibido por las ordenan-

)us rnaln. y fue ilegal, exceptuando un corto período enfre 1752 y 1782'

Sirr embargo, la activiáad era demasiado tentadora. El salario del corregidor estaba

muy por debajá cle las expectativas de estos oficiales, dejándolos en posición para pro-

veerse su[icientes ganancias usando <Je su posición para así mejorar su-fortltna personal

ypoderpolítico.Así,desdeelsigloXVl,etcorregidorseconvirtiórápidamenteenelex-lremo terminal del sistema comercial en el virreirrato, un mercader {uncionario que ase-

83 Sobre otros servicios de mita dislintos a las minas, ver la "Relación que el Príncipe de Esquilache

hace al Serior Marqués Je Guadalcázar sobre el estaclo en que deja las provincias del Peru"

(1621), en Ricardo Éeltrán y Rózpide, Colección de las metnorías o rvlaciones que escribiercn los

vineyes del pe¡ú urnno ,lá nrbáo en que dejaban las cosas genemles del ¡eino (Madrid' 1921):

. sebastián Francisco de Melo, "Memoriá sobre la mita" Archivo General de la Nación del Peru.

Derecholndígena,cuademo2BT(1726-7753),dospáginassinnumemr,cuademoslBS(1706)y i89 (1705), especialmente ff 1-1v 6v-7, i0v-11

u óscar'Cornblit, "Society and Mass Rebellion in Eighteenth-Century Peru and Bolivia"' Lafr

American Af{airc. St Anthotty's ÍhpersNo' 22 (London' 1970\:24-27 '

108 Nueva Sírttesis, Nro 3 - l9q5

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guraba el flujo de dinero y bienes desde los miembros de la sociedad provincial, prima-riamente los indios, hacia el sector español, y más allá de é1, hacia los representantes delas grandes casas comerciales de Lima. La función del corregidor, quien era administra-dor, policía y juez de primera instancia en su provincia, le daba una oportunidad idealpara ejercer el rol de comerciante. En su rol de juez y policía, estabd en posición deobligar a los indios a pagar por los bien^e-s que recibían, tanto si ellos los necesitabancomo si habían sido forzados a recibirlos.o"

A mediados del siglo XVlll el Virrey Conde de Superunda expresaba la racionali-dad ampliamente aceptada para las prácticas mercantiles del administrador provincial:

"Fbrque conociendo que las provincias no podían sostenerse sin algún rcpartimiento ni hubiese quien adntínistmse justicia en ellas, éstos [vineyes y audiencias]venían a tolemrlos...ffi

En otras palabras, los indios necesitaban los artículos que estaban forzados aaceptar; sin embargo, desde el momento en que todos eran definidos como ociosos,debían comprar los bienes que necesitaban de alguien en posición de obligarlos a pagarsus deudas. fuí, en el proceso de llenar sus propias arcas, el corregidor realizaba un va-lioso servicio económico proveyendo a los miembros de la sociedad indígena con losbienes producidos por el sector español.

Durante aproximadamente tres décadas, desde mediados del siglo XVIII, elrepartirniento fue legalizado y el estado diseñó una lista de bienes a ser distrlbul-dos a cada provincia y sus precios fijos. La lista permite el cálculo del tipo, volu-men y al menos del precio mínimo de los bienes distribuidos por los corregidores,casi exclusivamente al sector productivo indio. Abundante evidencia indica quemuchos corregidores no estuvieron satisfechos con las actividades mercantilespermitidas por la ley, y llevaron a cabo considerablemente más repartos de los quese les permitían en un término de cinco años. A pesar de ello, el arancel oficial almenos nos provee con una mínima base para estimar el excedente extraído delsector indio bajo la forma de actividad comercial.

Virtualmente todas las provincias en el virreinato tuvieron designadas una cuota demulas, el ítem más común en la lista de repartos. Los otros ítems comunes, ordenadossegún su volumen, fueron hierro, acero, ropa tejida en el virreinato (ropa de la tierra),guano y cuchillos -todos bienes que, a precios justos, pueden ser considerados comoadiciones importantes a los medios de producción disponibles por el productor campe-sino. Adicionalmente, a cada provincia se le asignó una cantidad especffica de bienesescogidos cuyo valor para un hogar campesino era mucho más cuestionable. Estos bie-nes, calculados al 1007o de beneficio, incluían tanto ropa de euito, técnicamente al in-terior del virreinato, como bienes importados tales como géneros franceses de Rouen yBretaña, paños gruesos de lana y castor de lnglaterra, mate, cera de velas y medias deseda tanto para hombres como para mujeres.o'

8s Para una impresionante canüdad de datos sobre el reparümiento de mercancfas a través del pe-ríodo colonial, ver Alfredo Moreno Cebrián, H conegidor de indios y la econotnfa peruana del

^. siglo XWll. citado en la nofa 11.

: Conde de Superunda, citado en Moreno Cebrián , El conegidor de indios274."' Las listas del reparto legalizado de mercancías han sido reproducidas por Moreno Cebrián en E

conegidor de indios3l1 -355.

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La lista oficial de precios especificó una distribución de mulas en el virreinato cuyosprecios de venta, oscilando entre 25 a 40 pesos por cabeza, totalizaban unos 96,208pesos. El valor total de los bienes a ser distribuidos por el corregidor en un término de 5años era de alrededor de 6 millones de pesos, o aproximadamente 1.2 millones de pe-sos por año. Esta es una suma substancial para ser extraída de una población definidageneralmente como marginal y fuera de la estructura productiva de la socíedad colo-nial. Un cálculo grueso del excedente que oficialmente se esperaba generar de la po-blación india al final del siglo XVIII, basado tanto en el tributo como en el repartimien-to, nos da una cifra per capita de 9.69 pesos por año, cifra que el estado esperaba ex-traer de la población india.s

Táles cifras, reducidas a cantidades per capita, se ven muy pequeñas. Pero el múl-tiplo {e tales cálculos per capita es extremadamenle grande. Bencialmente, estamostratando aquí con [o que podría llamarse una situación tipo "aceite para las lámparas deChina"; cada hogar individualmente podía movilizar únicanrente una cantidad relativa-mente pequeña de excedente más allá de sus necesidades básicas de subsistencia, peroel volumen agregado de tales pequeñas contribuciones al sector económico europeo -mediado a través del corregidor- era sustancial. Táles cantidades finalmente habían sidogeneradas por el sector productivo indígena. iDónde conseguían los indios el dinero (olos bienes que eran aceptados en vez de dinero, usualmente a una tasa fija considera-blemente debajo del valor que el corregidor podía esperar conseguir por la venta detales bienes) que eran forzados a entregar al corregidor por los bienes que él les hacíaaceptar?

. Un intento de contestar esta pregunta nos hace retroceder directamente hacia elproblema de la articulación entre el sector productivo tradicional,.o indio, y el de la so-ciedad europea en el Perú colonial. Los indios podían conseguir dinero, como los or-ganizadores del sistema colonial esperaban, dejando sus comunidades a intervalos regu-lares para ofrecer su fuer¿a de trabajo a las empresas y actividades productivas de losmiembros de la sociedad europea. Bta fue la expectativa y el análisis de los españolesilustrados o de los miembros de la sociedad colonial española que compartían la con-vicción ampliamente sostenida de que los indios eran ociosos y debían ser forzados atrabajar y a producir. Alonso Carrió de la Vandera, un miembro español de la burocra-cia colonial, autor de El Lazarillo de Ciegos Caminantes, defendió tanto el pago del tri-buto.como el repartimiento de mercancías sobre la base de que tanto el impuesto esta-tal per capita como la distribución forzada de mercancías hacían a los indios vender sufuer¿a de trabajo a los españoles.

Y ellos, efectivamente, vendieron su fueza de trabajo. Regishos de haciendas de la re-gión del Cr.uco hacen claro que las grandes propiedades utilizaban regularmente las comuni-dades vecinas como fuente de fuerza de trabajo. lns alquilas, "gente que habaja por un sala-rio", eran conhatados por las haciendas a un salario fijado por las autoridades en dos reales

88 l-as cifras per capita calculadas del arancel del repartinriento mercancías proceclen de MorenoCebrián, El corrcgldorde lndios..., citado en la nota 20; las cifras del lributo provienen de J.R.Fisher, Govemment and Soclep in Colonial fbnt The Inlendent S5rstetn 1784-1814 (l-ondon,Athlone Press, 1970), apéndice cuarto, estadísticas de población en el apéndice dos. [Hay ver-sión en castellano: Gobiemo y Sociedad en el Peú colonial: el régimen de las intendencias, Fon-do Editorial de ta FUCP 19811.

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diarjos. Cuando era posible, los adminishadores de las haciendas pagaban a sus habajarloresen bienes: came, came desecada fcharyul, coca, maíz, miel, melaeas derivadas de la pro-ducción de azúcar lchancacal, ropa, papas y chuño -todos bienes producidos por la propiahacienda. Si bien los trabajadores asalariados aceptaron una porción sustancial de susganancias en especie, también demandaron dinero, usualmente para el pago del tribu-to. Los registros de las haciendas muestran que, de hecho, la mayoría de la genie deja-ba sus tierras, si no con ganacias considerables, al menos sin deudas.8e

Trabajar por un salario no fue la única vía para ganar dinero que <lemandó elestado y sus representantes. otros miembros de la sociedad india hicieron usorentable de sus mulas, transportando los bienes del sector europeo a los mercaclos,cercanos o distantes, donde estaban destinados. Necesitamos urgentemente unestudio completo delos arrieros del período colonial. Miembros <je todos los nive-les de la sociedad nativa trabajaron al menos parte de srr tiempo en esta activiclacl,desde la nobleza india l.rasta el campesino común. -fupac Amaru ll, líder de la grarrrebelión de 1780 y miembro de la nobleza india del Cr,rsco fue muy actlvo en estenegocio de transportes entre Cusco y Potosí. Tál actividad probablemente ocupó amuchos de los foraste¡og que eran considerados marginales al sector productivoindio por su falta de acceso a los bienes y recursos proporcionados por la comuni-dad indígena.

Dado que la dificultad del transporte de los productos desde el punto de prodr-rc-ción hasta el mercado es un gran problema aún hoy en el montañoso territorio det Pe-rú, indudablemente el transporte absorbió una significativa proporción del tiempo clelabor y de los costos de producción en el período colonial. Las cuentas de la haciendaazucarera Fachachaca en eI área de Cuzco dejan claro que los costos de transportedesde la hacienda hacia Cuzco g enrre cuzco y Fotosí comprendían hasta un 40% delos gastos de la hacienda entre 1768 9 1774.

Los indios podían también adaptar sus propios r€cursos y destinar una porción desu tiempo de trabajo a la producción de bienes para venta en el nrercadc¡ europeo e¡orden a satisfacer las cargas sobre ellos.

Tál fue la intención de los europeos. Antes de la reorganización de la socieclad na-tiva andina y de [a elaboración de la estructura de la administración española en el sigloXVI, el jurista español Juan de Matienzo, cuyas recomendaciones fueron leídas cuicla-dosamente por la corte, aconsejó la conversión de la economía india en un sector cam-pesino produciendo para el mercado colonial:

"funiéndose agora en orden... y dándoles a cada uno fierras ptopias y dinero parasí misntos en pago de su trabaxo, para con él comprar carneros de la tiera e ganado deBpaña e otns cosas para sí, aficionarse an a trabaxar, y comenzará por aquí a enharen ellos la pulicía... [vida civilizadaJ,,.el

En los hechos, los bienes que los indios compraron no fueron ganado, sino mulas,herramientas de hierro y otros bienes distribuidos por el corregidor. Ellos, sin embargo,

89

mVe¡ por ejemplo, las cuentas de hacienda en el Archivo Histórico del cuzco, clocumenros B y 9.Jorge Polo y la Borda Gonzáles, "pachachaca...", "utilidades y flujo cle clinero, 1768-1774,,, tablaen Ia página 97, tesis inédita citada en la nota 5.Juan de Matienzo, Gobierno del Peni (1567), edición y estudio prelimi¡ar de Guillenno l-oh-mann Mllena, Travaux de I'lnstitut Francais d'Etudes Andines, {ome XI, paris-Lima. 1967. o.zo.

rl I

91

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dedicaron una parte sustancial de su esfuezo económico a la producción de ganadopara el mercado de los europeos. Los indios de la provincia de Huarochirí enviabanganado vacuno al mercado de Lima y al área minera de Nuevo Fotosí, ahora Cerro de

Pasco. Los indios del área de Ayacucho fueron virtualmente los únicos abastecedores

de came para el mercado urbano en el siglo XVIIl.e2Otras comunidades, cuya población había disminuído mientras sus recursos a la

tierra permanecían iguales, alquilaban la tiena que excedía a sus necesidades de subsis-

tencia a otras comunidades o aún a miembros de la sociedad "urop"u.nt

Las tienasmás comúnmente alquiladas fueron aquellas que producían bienes para el mercado eu-

ropeo; tierras para pastos o relativamente bajas, que podían ser usadas para la siembra

de frutos y granos €uropeos. Hay muchos casos de comunidades que alquilaban tierras

de otras comunidades y las usaban para producir para el mercado europeo. Los foras-feros asimismo alquilaban tierras de las comunidades donde se asentaban, lo cual los

forzaba a dedicar una relativamente gran parte de su actividad a la producción para elmercado para así pagar tanto las cargas estatales como el alquiler de la tierra a sus nue-vos propietarios.ea Conforme algunos miembros de la sociedad india empezaron a

acumular tierras y ganar más allá de sus necesidades de subsistencia, esta actividad es-

timuló la hansformación interna de las relaciones de producción dentro de la sociedad

india, y a la creciente de la diferenciación interna de la comunidad nativa andina. En la

sociedad andina tradicional el acceso al habajo productivo era movilizado a través de

los lazos de parentesco; la gente que carecía de ellos o no los había cultivado o mante-

nido se encontraba incapacitada para obtener ayuda de los otros miembros de la co-

munidad cuando buscaba acceso a la labor. La migración y el desanollo de la diferen-

ciación social dentro de la sociedad india significó el desarrollo de una reserva de labordisponible que podía ser obtenida mediante salarios, pagados las más de las veces en

especies, por la gente involucrada en la producción para el mercado de los europeos.

El caso individual es con frecuencia motivo de desconfianza, pero hay otra evi-

dencia de que una parte sustancial de las cargas pagadas por los miembros de la socie-

dad india eran generadas por la desviación de una parte considerable de los esfuezosde la comunidad a la producción para el mercado europeo. En 1780, un español prepa-

ró una lista de las provincias que rendían las mayores ganancias al corregidor en el re-

partimiento de mercancías.es Cuatro provincias -Conchucos, Huaylas, Lampa y Tárma-

recibieron las más altas avaluaciones, todas fueron definidas como provincias de

e2 Archlvo General de la Nación del Perú, Derecho Indfgena, cuad.252, f. 111; Derecho lndfge-

na, cuad. 282, t.3-3v, y Superlor Goblerno, Legajo 9, cuad. 175; Blblloteca Naclonal del Penl'

c-2450.e3 Archivo Geneml de la Nación del Ferú, Títulos de Comunidad, mandados protocolizar, Tftulos de

Chacalla (1711-1S32); AGNB Derecho Indígena, cuad. 825, "l-a comunidad de Chauca conha

la comunidad de Otao" (167-7749\: AGNB nerras de Comunidad, Legajo 5, cuad. 16,

"Calahuaya contra I'Iuarochirí y Yambilla" (I79+I820).e4 Ver "Calahuaya conha Huarochirí y Yambilla', mencionado aniba; AGM Tierras de Comuni-

dad, Legajo 5, cuad. 42, "Iambilla de Lahuaybambo conha Juan Bautista Damián" (7792-1823;

AGNP Tierms de Comunidad, Legajo 5, cuad. zK, "Fundación del pueblo de Quilcamachay"(1808-1838).e5 Gregorio de Cangas, "Compendio histórico..." (1780), reproducido en Moreno Cel¿nán, El m-negidor de ind ios..., pp.7 B-7 9.

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"primera clase". La elección hecha por el compilador de la lista es altamente sugestiva,Tanto conchucos como Huaylas fueron consideradas "de primera" porque, como elcompilador declaró, eran grandes productoras de ropa ligera de lana, que era amplia-mente usada en el virreinato. La ropa tenía un fácil mercado, aunque, como Cangasanotaba, el valor de esos bienes en Lima había caldo, haciéndolos diffcil de vender, Bclaro que en este caso el corregidor debía aceptar la ropa produclda por la comunidadindia en pago por los bienes que distribuía, convirtiendo tal ropa en moneda en el mer-cado de Lima. fuí, el corregidor actuaba como un intermediario entre los sectores indioy europeo.

Nuesho rápido examen de las cargas legales y extralegales impuestas sobre los in-dios por el estado colonial muestra claramente que esas cargas funcionaron para fonara los indios tanto a ofrecer su habajo al sector europeo como a orienlar una proporciónconsiderable de su propia producción interna a dicho sector. áSocavó esta actividad lacapacidad productiva de la economía campesina india? Hay alguna evidencia de quetrescientos cincuenta años de extracción tuvieron su costo. E[ cálculo de las gananciasesperadas del repartimiento de mercancías discutido adelante, nota que en algunos ca-sos e[ valor de una provincia en particular había caído de sus niveles tempranos, sugi-riendo declinación económica. Al avaluar [a provincia de yauyos, por ejemplo, el autornota que 'bn el pasado se obtenía un rcparto abundante, pero hoy se ha convertído enuna provincia afrasada y despoblada, de segunda clase,.%

kro la aparente declinación podría también haber sido el resultado de la compe-tencia con otros bienes e influenciada por la caída del precio de la ropa basta en elmercado de Lima, el cual estaba inundado con ropa de euito y de los rápidamentecrecientes centros productivos en Francia y, particularmente, en Inglabna.

Indicadores adicionales sugieren que los límites a la exlracción de excedente estu-üeron también establecidos por los propios indios. Conflictos de cfase, que establecie-ron los límites reales, antes que los fisiológicos, de la extracción de excedente, se reve-lan en el caso de fuángaro en [a década de 1780. cangas nota que "aunque de primeraclase (Azángaro)-está considemdo enhe los peorcs por su clima frío y la belícosidad desus habitantes".eT

SUMARIO Y CONCLUSIONESTenemos aquí un ejemplo de un sistema económico en el cuar una economía pre-

capitalista, orientada hacia la producción de metal precloso para la exportaclón, fue so-brelmpuesto sobre otro, un slstema produclivo no-europeo prlmarlamente orlentadohacia la producción de bienes para la distribución interna. Siguiendo un perfodo inicialde explotación masiva que culminó para la década de 1560 en una verdadera crisis, loscolonos españoles fueron salvados por la intervención del estado y Ia reorganización delsistema de explotación. Los creadores de las estructuras de la administración colonial enel furú hicieron los máximos esfuezos por mantener la comunidad nativa andina comola unidad básica productiva de la sociedad colonial, que proveería tanto fuerza de tra-bajo como bienes a la economía europea. El sistema operó hasta un punto que los quelos creadores originales de la estructura colonial en el siglo XVI jamás pudieron haber

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imaginado.Fara el siglo xVII algunos miembros de ra sociedad española empezaron a moversehacia las comunidades indias, estableciéndose y aún casándose alli apropiándose detienas y ll¿vando adelante el inevitable proceso de diferenciación interna que acompa-

ña al crecimiento de la producción para el mercado. En 1628, un miembro de la socie-dad española trató de convencer a la corona de anula¡ la prohibición a los españoles,mestizos o mulatos de vivir en las comunidades indias.es

En esta petición es posibre percibir ros primeros estadíos de emergencia de unaélite provincial, una incipiente burguesía terrateniente *.iJ;;;;;üa=s'.ocie¿ades, laild'." Y

la europea, que poseía el potencial de utilizar el poder proau.tiuo de ambas so-ciedades, pero el Consejo de Indias rechazó la petición y decidió mantener la divisiónestablecida en el siglo XVI entre el sector españoi e indio.Tal tipo de decisiones relegó a esta clase incipiente a los márgenes de la sociedadcolonial, con una autonomía y ribertad de acción socavada por su incierto status legar ypor estar bajo la autoridad de los representantes del pocler üurocratico, particularmente

el corregidor.

-La economía de producción de mercancías primarias que caracterizó al sistemaproductivo español, levantado sobre el poder productivo de la sociedad tradicional an-dina, fr-re mantenida y refozada por er áparatá político der estado coloniar. Este, mien-tras no podía llevar a la constitución de un nuevo sistema económico, podía hacer mu_cho para restringir las presiones intemas hacia el cambio.

. Las observaciones precedentes son altamente tentativas. Quiero únicamente insistiren dos puntos:

I' La economía del Ferú coronial no fue un sistema dual, sino un sistema económicointegrado. En ese sistema inregrado, la fuerza de trabajo y unu g.un cantidad delvolumen de bienes que circularon en el virreynato fue extraído de las comunidadesindias.

2. El aparato político der .estado colonial jugó un importanie papel en el manteni-

miento del dinamismo del sistema económico colonial a través dL las cargas estata-les. Las exigencias de estas cargas forzaron a los miembros de la sociedad india aproducir para el mercado europeo y a moverse individuarmente dentro de esemercado por períodos limitados para ofrecer su trabajo a los europeos. furo esascargas no crearon un mercado de trabajo. Fcr el contrario, los esfuárzos der estadopara preservar y mantener a la comunidad india también funcionaron para limitarel desarrollo de tal mercado de trabajo a través de la protección de [a comunidadindia contra la depredación de los ambiciosos empresarios de ambos sectores, elespañol y el indio.Fara entender los orígenes y mecanismos de este tipo de sistema colonial en furú,un sistema orientado hacia la producción de mercancías primarias para un mercadolimitado, necesitamos retornar hacia argunos de los tópicos permanentes de la historiaeconómica, ignorando la tradicional áiuirión que han establecido los historiaclores-

e8 "consulb del consejo de las Indias sobre las Proposiciones que hizo el capitán Andrés de Dezaqidt"{: que los españoles puedan viür libremenie en pueblos de indios, Madrid, 17 de enerode 1628" e¡r Richanc Konebke, colección de docunpnlas pam la historia de la fotmación sqialde Hiryanoam érica 1493- 1 B 1 0, vot.2 ; I (Madrid, I 958 :30g-3 14).

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antropólogos económ¡cos para estudiar al sector indio. Si enfocamos de cerca las acli-vidades de transporte o de producción de ropa en er período coroniar, podríamos en-contrar nuevas respuestas a viejas preguntas. Huaylas y conchucos fueron centros deproducción de ropa. irenía lugar tocla la producción a través del sistema de obrajes,que era básicamente parte del sector productivo español?. io cambió la comunidadandina sus métodos tradicionales de producción de ropa a la producción de ésta comouna mercancía con la cual obtener el dinero necesario para pagar las cargas fiscales?zParticipaban los campesinos indios en el transporte de bienes hacia el mercado?jcómo se llevó a cabo la actividad de los miembros de la élite india, tales como TúpacAmaru II, quienes construyeron sus fortunas, al menos en parte, a través de su partici_pación en el negocio del transporte, afectando la estructura interna de producción de lacomunidad india?.

Estamos aprendiendo rápidamente muclro más acerca de la naturaleza específicade las relaciones de producción dentro de ra comunidad india rocal conforme jóvcncsinvestigadores nos ilustran sobre los mecanismos de la reciprocidad de la comunidacl ydel acceso al trabajo. De sus trabajos y del retorno al estudio detallado de las articula-ciones entre la comunidad india y las empresas productivas de la sociedad colonial es-pañola podremos construir una imagen del sistema económico colonial que nos haráposible comprender tanto el pocler productivo como los límites del crecimiento en lasociedad colonial de los Andes.

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