el fin no siempre justifica los medios el fin no siempre justifica los

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¿cómoves? 34 ¿Quién no ha escuchado o leído frases como plante- mos un árbol; los árboles nos dan oxígeno o re- forestemos nuestra comu- nidad, tanto en medios masivos de comunicación como en las escuelas y otros lugares públicos? No niego que ésta sea una acción positi- va (urgente, incluso); sin embargo, es muy importante planearla para evitar problemas posteriores. ¿Y qué problemas podríamos enfren- tar, por ejemplo, al reforestar? ¿Acaso los árboles no proporcionan oxígeno y son pie- za fundamental en algunos de los ciclos de la materia y la energía que se efectúan en la naturaleza? ¡Claro que los árboles son esenciales y debemos recuperar, con la ayuda de ellos, ecosistemas alterados o des- truidos por la acción humana! Sin embar- go, hay que tomar en cuenta lo siguiente: si se va a reforestar, es importante hacerlo con especies que se adapten perfectamente a las condiciones climáticas y de suelo de la zona. Además, si nuestro propósito va más allá de ver verde un lugar o tener más oxígeno y pretendemos restablecer un ecosistema natural, los árboles a plantar deben constituir en la zona una pieza más de una red trófica, es decir, que puedan ser- vir como el alimento (y refugio, quizás) de algunos de los herbí- voros que poblaron originalmente el lugar, para que cuando éstos sean introducidos o regresen al área en recuperación, tengan ali- mento garantizado. En pocas palabras, si el lugar fue un bosque primordialmente de abetos, es conveniente reforestar con abetos. No conviene reforestar con especies no originarias del lugar. Un ejemplo clásico de introducción de especies que terminaron por desplazar a las ya existentes son los árboles de pirul, intro- ducidos durante el siglo XVI, y de eucalipto, cuya introducción y aclimatación en nuestro territorio se remonta al último tercio del siglo XIX. Ambas especies, por su fácil adaptación a los cli- mas de México y su relativa facilidad para reproducirse son par- te, en gran medida, del paisaje de nuestro territorio. El problema radica en que estos árboles no constituyen una pieza en la com- pleja red trófica establecida en esta región hace miles o millones de años y no existen en nuestro territorio koalas que, al alimen- tarse de las hojas de eucalipto, controlen la población de estos árboles. El fin no siempre justifica los medios, y si nuestra intención es reforestar, hay que poner el énfasis debido a los medios, que en este caso son los árboles que se piensan plantar. César Medina Paz Estudiante de cuarto trimestre Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco México, D. F. El fin no siempre justifica los medios El fin no siempre justifica los medios ¿Eres estudiante? ¿Te gusta escribir? Entonces este espacio es tuyo. Aquí puedes publicar tus comentarios, reflexiones y experiencias en torno a la ciencia. Envíanos un texto breve y adjunta tu nombre, dirección, teléfono y el nombre de la escuela a la que asistes. ¿Cómo ves? seleccionará el mejor texto que haya llegado a nuestra redacción antes del último día de cada mes, para publicarlo en la edición que saldrá al público 60 días después. Manda tus colaboraciones: Revista ¿Cómo ves? Fax: 54 24 01 38 Correo electrónico: [email protected]

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¿Quién no ha escuchado oleído frases como plante-mos un árbol; los árbolesnos dan oxígeno o re-forestemos nuestra comu-nidad, tanto en mediosmasivos de comunicacióncomo en las escuelas y

otros lugares públicos? No niego que ésta sea una acción positi-va (urgente, incluso); sin embargo, es muyimportante planearla para evitar problemasposteriores.

¿Y qué problemas podríamos enfren-tar, por ejemplo, al reforestar? ¿Acaso losárboles no proporcionan oxígeno y son pie-za fundamental en algunos de los ciclos dela materia y la energía que se efectúan enla naturaleza? ¡Claro que los árboles sonesenciales y debemos recuperar, con laayuda de ellos, ecosistemas alterados o des-truidos por la acción humana! Sin embar-go, hay que tomar en cuenta lo siguiente:si se va a reforestar, es importante hacerlo con especies que seadapten perfectamente a las condiciones climáticas y de suelode la zona. Además, si nuestro propósito va más allá de ver verdeun lugar o tener más oxígeno y pretendemos restablecer unecosistema natural, los árboles a plantar deben constituir en lazona una pieza más de una red trófica, es decir, que puedan ser-vir como el alimento (y refugio, quizás) de algunos de los herbí-voros que poblaron originalmente el lugar, para que cuando éstossean introducidos o regresen al área en recuperación, tengan ali-mento garantizado. En pocas palabras, si el lugar fue un bosqueprimordialmente de abetos, es conveniente reforestar con abetos.

No conviene reforestar con especies no originarias del lugar.Un ejemplo clásico de introducción de especies que terminaronpor desplazar a las ya existentes son los árboles de pirul, intro-ducidos durante el siglo XVI, y de eucalipto, cuya introduccióny aclimatación en nuestro territorio se remonta al último terciodel siglo XIX. Ambas especies, por su fácil adaptación a los cli-mas de México y su relativa facilidad para reproducirse son par-te, en gran medida, del paisaje de nuestro territorio. El problemaradica en que estos árboles no constituyen una pieza en la com-

pleja red trófica establecida en esta regiónhace miles o millones de años y no existenen nuestro territorio koalas que, al alimen-tarse de las hojas de eucalipto, controlenla población de estos árboles.

El fin no siempre justifica los medios,y si nuestra intención es reforestar, hay queponer el énfasis debido a los medios, queen este caso son los árboles que se piensanplantar.

César Medina PazEstudiante de cuarto trimestre

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad AzcapotzalcoMéxico, D. F.

El fin no siemprejustifica los medios

El fin no siemprejustifica los medios

¿Eres estudiante? ¿Te gusta escribir? Entonces este espacio es tuyo.Aquí puedes publicar tus comentarios, reflexiones y experiencias entorno a la ciencia. Envíanos un texto breve y adjunta tu nombre,dirección, teléfono y el nombre de la escuela a la que asistes.¿Cómo ves? seleccionará el mejor texto que haya llegado a nuestraredacción antes del último día de cada mes, para publicarlo en laedición que saldrá al público 60 días después.Manda tus colaboraciones:Revista ¿Cómo ves? Fax: 54 24 01 38Correo electrónico: [email protected]