el flautista de hamelin

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El flautista de Hamelin Personajes: Alcalde Flautista Niño 1 Consejero 1 Consejero 2 Ciudadano 1 Ciudadano 2 Ciudadano 3 Ciudadano 4 Ciudadano 5 Ciudadano 6 (Se ve un pueblo, gente gritando por todos lados y niños haciendo desorden) Narrador: Ciudades como Hamelín podían encontrarse a miles en el mundo. Ocupaba el centro de un amplio valle rodeado de colinas. Sus habitantes eran agricultores en su mayoría, y vivían humildemente. Durante siglos, nada había turbado la paz del lugar… hasta que surgieron los ratones. Tales roedores podían contarse en Hamelín por miles, cientos de miles, acaso millones, e invadían los más apartados rincones de la ciudad. Solían comer a todas horas, por eso la emprendieron con cuantos alimentos encontraban. Almacenes, sótanos, despensas y tiendas de todo tipo, fueron por tan terrible plaga. Incluso los silos donde se almacenaban el grano procedente de las cosechas fueron devastados por los voraces ratones. Aquello significado la ruina completa, el hambre para muchos meses. Ciudadano 1: : (gritando protestantes) ¡Han terminado con los jamones y quesos que guardaba en el trastero! – se quejaba el vecino. Ciudadano 2: (gritando protestantes) ¡Y también con la cosecha de grano que llenaba mi silo! – se lamentó otro.

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El flautista de HamelinPersonajes:AlcaldeFlautistaNio 1Consejero 1Consejero 2Ciudadano 1Ciudadano 2Ciudadano 3Ciudadano 4Ciudadano 5Ciudadano 6(Se ve un pueblo, gente gritando por todos lados y nios haciendo desorden)Narrador: Ciudades como Hameln podan encontrarse a miles en el mundo. Ocupaba el centro de un amplio valle rodeado de colinas. Sus habitantes eran agricultores en su mayora, y vivan humildemente. Durante siglos, nada haba turbado la paz del lugar hasta que surgieron los ratones.Tales roedores podan contarse en Hameln por miles, cientos de miles, acaso millones, e invadan los ms apartados rincones de la ciudad. Solan comer a todas horas, por eso la emprendieron con cuantos alimentos encontraban. Almacenes, stanos, despensas y tiendas de todo tipo, fueron por tan terrible plaga. Incluso los silos donde se almacenaban el grano procedente de las cosechas fueron devastados por los voraces ratones. Aquello significado la ruina completa, el hambre para muchos meses.Ciudadano 1: : (gritando protestantes) Han terminado con los jamones y quesos que guardaba en el trastero! se quejaba el vecino.Ciudadano 2: (gritando protestantes) Y tambin con la cosecha de grano que llenaba mi silo! se lament otro.Ciudadano 1: (gritando protestantes) No podemos seguir as ni un da ms!Ciudadano 3: (gritando protestantes) Tienes razn! Hay que hacer algo!

Telon(Se ve gente entre calles y plazas gritando y persiguiendo a las ratas con palos, escobas y dems)Narrador: Al principio, los lugareos se dieron a la difcil tarea de cazar a los ratones uno por uno. Empleaban para ello escobas, garrotes, palos y toda suerte de objetos contundentes. Era pintoresco verles correr tras los roedores por calles y plazas, dando ms estacazos al empedrado que a sus amigos.Despus, viendo que los resultados eran mnimos, echaron mano de ratones provistos de cepo.Ciudadano 4: (gritando protestantes) Y a todo esto, Qu hacen el Alcalde y los Concejales para solucionar al problema? Ciudadano 5:Nada, como siempre!Ciudadano 6: (gritando protestantes) Son unos perfectos intiles!Ciudadano 2: Y encima nos doblan a impuestos!Ciudadano 1: (gritando protestantes) Pues es el momento de pedirles cuentas!Ciudadano 3: (gritando protestantes) Al Ayuntamiento se ha dicho!Todos los Ciudadanos: Al Ayuntamiento!

Telon(Se ve el ayuntamiento y mucha gente)Narrador: En breves instantes, la Plaza Mayor qued abarrotada por una multitud indignada y vociferante.Ciudadano 6: (gritando protestantes) Salga, seor Alcalde! Le estamos esperando!Ciudadano 4: (gritando protestantes) Habr fraguado algn plan, digo yo!Ciudadano 3: (gritando protestantes) Fraguar planes ese borrico? Mucho me extraara!(Entra el alcalde)Alcalde:Qu podemos hacer para arreglar esto?Consejero 1: Subir los impuestos para fabricar un milln de ratoneras. As no escapar ni un solo ratn.Alcalde: Animal! Los ciudadanos estn arruinados y nos echaran a palos de Hameln.Consejero 2: (pensando) mmm Publicar un bando ofrecimiento una gran recompensa a quien nos libere para siempre de los ratonesAlcalde: Hombre, eso est mucho mejor!Narrador: As se hizo. En todas las esquinas de Hameln, incluso en las encrucijadas de los caminos que conducan a la ciudad, aparecieron los anuncios que contenan el suculento reclamo.Ese mismo da, un caballero alto como un ciprs fue de esquina releyendo el edicto de marras.Era extranjero, a no dudar, vesta de rojo, y llevaba una flauta en la mano.Flautista: (susurrando) Es cierto que ofrecen una recompensa a quien libre a esta ciudad de los ratones?Alcalde: Como lo oye! Por quFlautista: Yo puedo conseguirlo.Alcalde: Usted? A ver, explquese! grit el Alcalde, interesado.Flautista: Nada tengo que explicar. Digo que saco los ratones para siempre de Hameln, y con eso basta.Alcalde: (sorprendido) Caramba con el seor! protest el Alcalde.Flutista: Cul es la recompensa? abrevi el otro.Alcalde: (sacando una bolsa y mostrandola) Esta bolsa llena de oro Mire, mire dentro! Si cumple lo que promete, es suya.Flautista: Trato hecho!Telon(Entra el flautista a la plaza mayor y empieza a tocar)Narrador: De pie, solitario en el centro de la Plaza Mayor, qued el forastero. Con parsimonia, se llev la flauta a los labios, e inici los compases de una extraa meloda.Al influjo de sus alegres notas, los ratones comenzaron a salir de todos los agujeros en racimos cada vez mayores, descuidados de todo riesgo, como hechizados por aquella msica nunca oda.El flautista camin hacia el exterior de la ciudad, un cortejo millonario en ratones le sigui dcilmente, siempre bajo el dominio de los bellsimos sones. El mago volva la cabeza de vez en cuando como para ratificar el xito previsto, en presencia de unos ciudadanos atnitos por cdigo.Horas despus, el ltimo ratn cruzaba la puerta sur de la ciudad, y aquella se cerr pesadamente a sus espaldas. La inacabable comitiva con el flautista en cabeza se perdi en el horizonte, para regocijo y pasmo de los pobres lugareos.Ciudadano 1: Es increble el poder de su msica!Ciudadano 3: Pura brujera, os lo digo yo!Ciudadano 6: Bendita sea de todas formas!Narrador: El flautista se detuvo por fin a pocos metros de un queso enorme y reluciente que remataba una suave colina. Tendra cinco o seis metros de altura, y exhalaba un tufillo delicioso para los roedores.Los sones de la flauta se tornaron de repente muy agudos y felibres. Los ratones, al captarlos, acometieron al queso con furia inaudita, y pronto lo recubrieron con sus pululantes cuerpecillos.El flautista emiti entonces un sonido capaz de atravesar el mundo de parte a parte, y el queso se desplom sbitamente, convirtindose en una masa pegajosa que sepult a todos los ratones.Otro sonido an ms penetrante hizo resbalar a la ms de queso fundido con ratones incluidos en las aguas de un ro cercano. Ni un solo roedor se libr de morir ahogado.El flautista regres a Hameln con la intencin de cobrar su recompensa. Por el camino, se las prometa muy felices...Flautista: (hablando solo y mirando hacia arriba)Una bolsa de oro da para socorrer a muchos pobres y mendigos. A cuntos de ellos me encontrar por esos pueblos de Dios?Narrador: Cuando el flautista llego las puertas del ayuntamiento estaban cerradasFlautista: Eh, ustedes! Ya pueden abrir! Todos los ratones han terminado en el fondo del ro!Alcalde: (asomandose desde lo alto de la muralla) Gracias por su amabilidad, forastero! Nos sentimos muy satisfechos de su labor y puede irse cuando quiera!Flautista: (indignado) Cmo que puedo irme? Y la recompensa prometida?Alcalde: (vocifera el Alcalde, mientras arroja una moneda de cobre) Ah va!Flautista: Eso es una burla intolerable! exclam el flautista, alzando su ndice acusador.Consejeros: (asomandose desde lo alto de la muralla junto al alcalde) Largo de aqu, tunante, si no quieres pasarlo mal!Flautista: (da la espalda al alcalde y a los consejeros y se va gritando) Pagaris muy cara esta fechora!Narrador:Con airado impulso, alz la flauta y arranc los primeros sones de una meloda distinta de la anterior. Bajo su accin, las gruesas puertas de la ciudad se combaron hasta saltar de sus goznes, y dejaron el paso franco a una muchedumbre de nios. Estos, encantados por la msica, cruzaron sus umbrales y siguieron al flautista, que, de nuevo, tom la direccin de las colinas.Los nios llevaban todava en sus manos los tiles de trabajo, porque, a diferencia de otros nios del mundo, ellos se pasaban el da trabajando y estudiando, explotados por sus mayores, sin tiempo para jugar y divertirse.Ni un chiquillo qued en la ciudad de Hameln, tal era el poder musical del flautista. De nada sirvieron los gritos desgarrados de los vecinos, llamando a sus hijos para que volviesen:Ciudadano 2: (desesperado) No hagis caso al flautista, regresad! Quiere haceros dao!Telon(se ven los nios y el flautista llegando hacia las colinas donde habia una pared)Flautista: Alto, chicos! Hemos llegado a nuestro destino!Narrador: En medio de un silencio general, reson un golpe de flauta, y la grantica pared gir sobre s misma, dejando al descubierto una amplia abertura.Flautista: Vamos, entrad! Un mundo prodigioso os espera al otro lado!Algo sugestivo tuvieron que divisar los chavales, porque todos se abalanzaron sobre la negra oquedad, y el flautista sud para poner entre la concurrencia. Finalmente, cuando todos hubieron entrado, hizo ademn de seguirlo, pero unos gritos lejanos llamaron su atencin...(entra el nio 1 con sus muletas)Nio 1: Eh, buenos amigos, esperadme! Por favor, no me dejis aqu solo! Ya llego, ya llego!Narrador: Enternecido, el flautista le aguard, oy el retrato de su desventura y, ponindole una mano sobre la cabeza, pregunt...Flautista: (con la mano en cabez del nio 1) Veamos, te sientes mejor ahora?Narrador: El nio prob a sostenerse de pie por sus propios medios, y grit:Nio 1: Oh, ya puedo andar! Estoy curado!Flautista: (sonriendo) Pues, anda!, sigue a tus compaeros.Apenas transpusieron ambos la entrada de la gruta, un sonido parecido al anterior devolvi la pared a su estado normal. Ningn campesino que pasase junto a ella podra jams adivinar el secreto que encerraba.Telon(se ve una ciudad colorida llena de nios con juegos luces y diversiones)Narrador: Y qu secreto, amiguitos! En medio de prados verdes y fuentes cristalinas, se congregaban norias, carruseles, circos de ilusin, verbenas y cuantas diversiones podis soar.Los egostas ciudadanos de Hameln lamentaron el resto de sus das el trato dado al flautista. Nunca volvieron a ver a sus pequeos, y, adems de tener que encargarse del trabajo encomendado a stos, vivieron acosados por el pesar y la amargura.TelonFIN