La Montaña, 30 de marzo de 2016.

“El hombre y el Cielo”

Mis queridas semillas,

Una vez, había un hombre que iba con su caballo y su perro, iban andando y subían una montaña, tenían muchísima sed, el amo les dice a su caballo y a su perro: “Tenemos que encontrar agua, si continuamos, el sol está quemando mucho y no podremos llegar”, el caballo también tenía sed, iba avanzando y miraba a su amo, el perro empezó a mover la cola como contestándole: “Amo, estoy oliendo a ver si hay algunas plantas húmedas y me indican si hay agua”.

Iban avanzando, ya no podían más, tenían muchísima sed y de pronto, llegaron a un lugar que había una luz muy grande y un gran arco, era como un puente de mármol, un gran portal de mármol, brillaba muchísimo y había un guardián vestido de oro muy

lujoso y le pregunta: “¿Dónde vais?” Entonces el hombre le dice: “Venimos a esta ciudad para pedirle ¿dónde estamos? primero ¿dónde estamos guardián?”. Y el guardián le dice: “Pues estáis en el cielo”, “¡Ahhh!” –contestó, “Pues si estamos en el cielo encontraremos de todo, queremos beber agua, por favor ¿Podríamos desalterarnos de agua mi caballo y mi

perro?”; y dice: “El agua está en abundancia, entra, pero tu caballo y tu perro no pueden entrar pues hay un cartel que dice «Prohibido dar agua a los animales, sólo para los hombres»”. Entonces el hombre lo miró y le dijo: “Si es así, me voy, yo no dejo a mi caballo, ni a mi perro”, se dio media vuelta y continuó a andar.

Fue andando, andando y llegó a otro lugar, ya no podían más, no podían más; y entonces vieron allí a un hombre, era un

campesino que estaba debajo de un árbol con muchísimas frutas y les dijo: “Buenas tardes ¿Qué deseáis?”; y dice: “Primero dónde estamos”, dice: “Aquí en el Cielo”, dice: “¡¿Cómo en el

Cielo?! Nosotros venimos de un lugar donde nos ha dicho que era el Cielo” y el campesino los mira y les dice: “¿Qué deseáis?”, “Queremos beber agua, para mi caballo, mi perro y para mí”. “Entrar, mirar, aquí está el pozo serviros y beber y aquí está toda el agua que queráis para beber y para bañaros”.

Bebieron, satisfechos y le dijo de nuevo el hombre: “Dime ¿Dónde estamos?”, “Ya te he contestado, en el Cielo”, “¿Pero cómo es posible si venimos de él?”. Dice: “¡No! Donde habéis estado es el infierno, aquel lugar que no permite que le den agua a sus amigos es que no conoce la Verdad y no conoce la Amistad, aquello es el infierno, ahora sí que estás en el Cielo, porque en el Cielo lo primero que se agradece es la Amistad, tú no has abandonado tu caballo ni a tu perro, por eso has llegado aquí”.

Entonces el hombre mira a su caballo y mira a su perro y al mirarlos, él mismo se ve, hacía ya mucho tiempo que habían muerto y no se habían dado cuenta, no comprendieron que el agua que buscaban, era la Luz, la Luz Divina que les guiaba a donde llegaron.

Mis semillas, vosotras y vosotros que sois tan buenos, que siempre ayudáis a todos aquellos que os lo piden y sin pedíroslo, la Amistad, no abandonéis nunca a vuestros amigos, la Amistad es el Auténtico Amor, es la Verdad, un amigo nunca te abandona y tú nunca debes abandonar a un amigo. Por eso ese hombre llegó directamente a la Luz, para él pasaba antes la Amistad que su propia vida.

Hoy la sociedad da la importancia a internet, facebook, whatsapp, twitter que a la Amistad, prefieren hacerse un selfie, que escribir a una amiga, a un amigo o a alguien que han encontrado o ir a visitarlo, la comunicación se perderá y terminaréis por ser robots, lo repito, pero es la verdad.

¡Ale mis estrellas! conservar la amistad y cuidado cuando os ofrecen sólo para vosotros, es que no os quieren, las estrellas todas brillan, no hay más grandes ni más pequeñas, sólo la distancia donde se encuentran.

Y vosotros ¿A qué distancia estáis de la Luz y de La Enseñanza?

Con todo mi amor,La Jardinera.