el jardín del vértigo, de reneé acosta

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Textos de unción y reflexión, este primer poemario de Reneé Acosta propone una voz crítica y un ejercicio táctil ante las estructuras modernas de la vida que hacen ilusión y la esperanza una víscera y el dogma una vértebra, un pilar férreo de los nuevos espectros del mundo, los monstruos de la razón bsurda, que a su vez reflejan nuestra impotencia, como dice Artaud, de poseer a la vida en el acto poético.

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Page 1: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta
Page 2: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta
Page 3: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

El jardín del vértigo

| Reneé Acosta |

Page 4: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

INFINITA COLECCIÓN―

Page 5: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

El Jardín del Vértigode Reneé Acosta

Primera edición:Septiembre de 1999

Diseño de la edición:Felipe Alcántar

Imagen de la portada:Escape de Sandra Dee

© 1999, Reneé Acosta

© Derechos reservados

Ediciones del Azar A.C.Cale 17 número 117Chihuahua, MéxicoTel.: (14) 17 2852

ISBN de la colección: 968-7409-00-2

Page 6: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta
Page 7: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

No hay razón, dice el predicadorno hay razón y todo es absurdo

Eclesiastés 1, 2

Todas nuestras ideas acerca de la vida deben reformarseen una época en que nada adhiere ya a la vida. Y de estapenosa escisión nace la venganza de las cosas; la poesía

que no se encuentra ya en nosotros y que no logramos descubrir otra vez en las cosas resurge, de improviso

por el lado malo de las cosas: nunca se habrán vistotantos crímenes, cuya extravagancia gratuita se explica

sólo por nuestra impotencia para poseer la vida

Antonin Artaud

Page 8: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta
Page 9: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Fruta del mal

Y cantaron sus laúdesen el tumultoufanode un desdéninnegable

eran los diosesde la carnedivorciados de estrellas

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Page 10: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Boceto

Pergeñar un escueto moldeconformar una afonía

unos cimientos de índole¿de qué índole que no se adaptea los esquemas?

Alarife de las torres babilónicas

que hablanque murmullan

las paredes del trasmundo

Hay que esbozar un balbuceoque destruya las palabras

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Page 11: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Para mañana

Tengo que aligerarme el almay tengo miedode acurrucarme a solasdeshilachando el último resquicio

Accidentar la auroraaquí

ahoracuando la triste risa me acompaña

No debo mirarme ahoratal vez mañana

cuando los nietos de mis hijossepan que estoy muerta

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Page 12: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Martiriloquio

Quizá la cruda fría nóminano articule el crisantemo del calvario

es irrelevante

no confirmó la estancia de esta “Yo” en los archivos

Me nombró Soniay me subrayó Rebecacon los oídos secosde indiferencia calcinante

Oficina lentalenta agonía de los días

eres un martiriloquiodonde curten nuestros nombres

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Page 13: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Fuga

Acelerada ciega anónimate hiciste vidriopara romperte

desangrarme en las agujasde esta sórdida amargura

vítrea acupuntura

recoge ahora la cicuta y vete

No necesito para llorar tu llantoNo necesito para vivir tu muerte

Levántate ahorapobre anónimatoma tu frustración y vete

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Page 14: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Puerta cerrada

La puerta estaba cerraday no era la única

No poseía nada en el mundo

Castigada en los rinconesera carne de prejuicio

Poseía las goterasdel cuarto derruidodonde se abandona el escombro

Estaba sola y temblabamirando mis pies pequeñosen los zapatos escolarespequeños zapatos de polvosin casa y sin rumbo

yo era lo único que tenía en el mundo

yo era el estorbo

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Page 15: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

I

Trajinado por el sistema rotativola injuria y la maledicenciael cántaro va a l aguaa robar fragmentos de cielo

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Page 16: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

II

Fuente perfumadadel cardo y la ortigallevas en tu mantouna corona de espinas

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Page 17: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

III

Lluvia la pielde la centellaa rasgar las vestidurasdel templo

Cristo ha muerto

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Page 18: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Involución

¿Para qué?¿para qué todo el jolgorio?¿para qué la falacia de los monoslos aceitados mitos del progreso?

Ignoras que la muerteha marcado su índice en nuestros labios

Ignoras lo que preyaceinfinitamente eternodebajo de los huesos

Cállatecállate ahora y encuentra una salida

Busca un altaraltar de lágrimas y orquídeas

Monolito crucificadoenclava las rodillas del ofertorio

No hay nada nada en el destierro sólo hay dogmas

¿no preluden las estrellas al infierno?

Lloremosoremos

ahora

La alquimia cósmica transmutóel espejismo del progreso

El umbralumbral revelador de llanto se acerca

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Page 19: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

apáticola encrucijada es tu único camino

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Page 20: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Elegía para Rocío

hada muerta en la muchedumbrede los pasos que orillan al vacíoyo te vi llorar acurrucadabuscando los paraísos artificiales

Baudelaire te había poseídoy te había poseído la muerta

(niña perversa)y el muro del baño en que te veía

Hada muertaeras amiga de los primordiales

(dioses del llanto)

Hija de la locura y el abandono

Ahora lo sabes:todos estamos desgarrados

No hay zapatosque den tus pasosquema las férulasde tus enemigos

Despierta mancha morada del asfalto

Nadie estará para crearte

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Page 21: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Niña perdida

Huérfanahuérfana dos vecesno podré seguir siendo niña

con mis dedoscon mis dedos fracturadoshago de madera una rodilla

no hay besos en las manosno hay mastuerzos en mi pechoni sonrisas solaresni caballeros celtas

Tendré que lanzarme al bosquedonde mugen las pesadillas

Los armarios habitados de la nochelos gritos azules de las polillas

la solitaria calle nebulosadonde pasa el taxista

( el miedo…)

Luciérnaga encerradaespiada por el sapo

Estoy dentro de la oscuridad del sótano

no podré seguir siendouna niña

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Page 22: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Torniquete

Todo está en la médula, amigoen la médula

Los innombrables difusospor las ventanas de hielo

La ciega anciana de sangre fría

La vaina coagulada crecese yerguesobre la misma excusarepta la columna a la nuca

Común a la férula que nos sostienese va la arcillaen las procesionesen los veloriospulveriza al sueño y se cree gente

La ilusión: es víscera, amigoEl dogma: vértebra.

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Page 23: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Creada no engendrada

Podré continuar airosadel pesaroso albedríomás nunca liberar del yugoen el vórtice

En el gorgeo de este absurdo corrosivoel capricho tiene dimensiones beatíficas

Viejo medroso

me creastedeliberadamente

a las voces solubles del ruido

Ahora enséñame el amor al odioel amor al beso de la otra mejilla

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Page 24: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Avenida en llanto

Me oíste llorar por las avenidasy me viste correr por los girasoles de los trenes

Esa yo tan pequeña entre los cerrostan pequeña entre los ancianosde la tarde

No murmuraste los sueños

tu nombre es mantra en la vigilia

me viste correr por las callejuelasdisolverme caracolacon la sal de mis lágrimas

y nunca abriste la boca

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Page 25: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Don de lenguas

Afiebranproclamanbajo la bóveda celestela lluvia lúgubrede nombres sin sentido:

Nikar Ishad Yubad Argned

arbitrario granizo de aguijones

alfiler mentalacidez neuralpolvo cítrico

crepitan discordanteslos últimos indicios

polvopolvos psíquicos

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Page 26: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

El pozo

Escucho unos pasos lejanosun umbral oscuro entre los ecos

Hay una verdad ocultaen los corredores

Las escaleras subeny no llevan a ninguna parte

Zapatos desencajados buscan la luz de los pasillos

Laberinto de iconos y escapularios

Cristo plantado esperando el regresola verdad está en el subterráneoen los cubos multiplicados y cristalinos

Hay una sola opciónuna escalera que no sirve para subir

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Page 27: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Tortugas

Cerca del océanolas olas rebotanvanas y sin eco

Nada la simple nadaentra a mi cerebro

Este es el dolor:una fibra inmóvil

nacida entonces de la piedra enfermade las costra atenuante corrompida

Es mi ingravidez una Alfonsina ahogadapor la lógica

Es mi levedad sobre la tierra planaque ya no entiende las tortugas

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Page 28: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Crónica del asesino en la retina

La última realidad se plasmó en la retina

El ojo se rompiólitúrgico

pasmado

La calle del asesinoera la calle

El grito de la mujerera la noche

Ese silbido silenciosoprende ventanasy nadie lo oye

porque no existeporque no existe

simple y llanamentesu cansancio de faroles

un molino azul predestinadogiraba hecho de harapospor la tibia oblicuidadde la palabra muerte

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Page 29: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Pesadillas

Sueños malos se disuelven

Cantan arpas los cristales

ya dormidos los roperosvuelven a tocar las puertas

erguidosempuñando las almohadasasedian los umbrales

no se borra la memoriaoscuras quedan siluetas en la calle

una parte se plasma en la cortina

la memoria por su propio peso cae

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Page 30: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Reubicación

Había mondado el alarifede mi tejado las estrellas

Ahora que es de nocheno me siento más realista

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Page 31: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Llanto de la liebre que agoniza

¿Has escuchado el llanto de la liebre?la exéresis de un miembroalejándose de la vida

Hay una permutación pasmódicaen la barca de Caronte

(alféizar de los recuerdos sepias)

Una mañanauna navidad

una mentira

Tan sólo la conciencia frágil brevísimaresponde al caos la presencia de la nada

Ese tren distante entre las sientesotoñal preludio de la nocherespira la asfixia del último instante

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Page 32: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Elemento vital

La propiedad del aguano se limita a la vigilia

poro abierto a sus últimos límitesabsorbe el néctar del cosmos

psiquis hila la ruecacon dedos de arpa

el océano va a los sentidos

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Page 33: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Orfandaddedicado a la muerte de mi padre

Abandonoparoxismo de flechasgiran en el éter

agujeros del cielo

la luz se escondedetrás del páramo infinito

sin brújulassin liturgias

sin manos

Campiñas y solaresque no logro sostener

se alejandesesperadamente

se asfixian

¿cómo piden que comprenda? las neuronas dislocadas e inertes

se ha idoestá lejos lejosya no podré comprender nada

soy un parvulario de autistas

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Page 34: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Introspecto

Eres el abismoque a sí mismose razona

no lo entiendes

eterno tú entre las flautasinconsciente

enardecido ahorapor la hora

de la muerte

no lo pienses

es diferente consumirsea disolverse

no resistas

tu mecanismo de adobetu naturalezatiende a deshacerse

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Page 35: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Parábola de los cuatro locos

Piensoque se creepensadopor un loco que piensaque se creepensadopor un loco que piensaque se cree pensadopor un locofuriosoque se piensa

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Page 36: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Premonición

Las cartas me consumieronpitonisaspor la espada y las copas

El tácito relieve en lágrimadel andén nocturno

Confuso desesperanzadotraicionado astillaje en el espejo

Despliego certezas atónitapor la sentencia desollada

embrujo

lacran las intrigaspor la espalda recta

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Page 37: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Mi nombre es Eco

Callas mis dolencias de perfilLa crítica invertebradapez desnucadoimagen muerta

El lado oscuro de la luna

La pregunta es el reflejoMi nombre es Eco madre

Tijera que corta mis caireles

Lluvia ácida disuelve la espumaen las calles de nadiedonde se embriagan los payasosy el maquillaje escurre

Ingrávida¡ INGRÁVIDA ¡

Totalmente leve

Tan sólo por curiosidad responde¿quién eres?

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Page 38: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

La noche del viernes

¿Dónde el sueño infantiltan extraviado en edredones?

¿Dónde mi nombretotalizadoen la penumbra que respiro?

¿A dónde con estas manosa tientasdesafiando manecillas?

Si ya no hay rumboni tiempo

ni aguani aire

ni tierra

¿A dónde con las cuencasvacías de senderoen estas manos claroscuras?

Sin el vapor disolventeen los faroles

La amarga velocidad de los tranvías

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Page 39: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Evasión y espera

a Victor Frankl

Le dieron esa bocaque se callara todas las palabras

era una larga y aturdida guerraen una larga y aturdida letrina

Música rojade bocinas y tambores

cambio de llantotres veces al díapara conservaruna mirada límpida

ay, esa distinta anegada ira

ay, esa distanteenervada era

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Page 40: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Reflexión de la granada

En las parroquias deshabitadasdonde yace adormecido el derrumbeestaré yo para esperarte

Estoy aquísentada

como una mujer mecedoraclavada

Somos ríos de manecillas sustativasecos de nuestras propias palabras

¿por qué creen que ha pasado el tiempo?

Corran a sus casasque aquí no ha pasado nada

¿Cuántos cuadros de realidad correnpara crear una circunstancia?

Precipítense a los templosque aquí no ha pasado nada

No es nada la mecedorasin el piso ni la ventana

La nada tiene su nombre

Entre todos hacemos una granadaentre todos hacemos una gran nada

¿Cuántos cuadros de realidad correnpara crear una circunstancia?¿cuántos círculos en el agua?

Dejen que se vaya el río

Escuchen el tic tac

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Page 41: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

tic tac del cuervo

mientras esperan meciéndose en la ventana

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Page 42: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Búsqueda de Adso

Adso, en la escalera del vértigoes el hilo, el pénduloconocimiento hebraen las cervicales

cenizas alejandrinasbrujasfugitiva fiebre en el follaje

Buscar luna respuestapozo migraña de los sueños

criaturas aéreasilusasencadenan palabrasen el viento mortales

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Page 43: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

La edad del juicio

Culpa es la palabray el dedo que desciendeal anfiteatro

el juicio comienzalimpio y salvosobre la muralla

Tenazexigentesu alteza serenísimadeshoja la guirnalda

Volcada de estorbossu grandeza

de barreras tibiasen la enramada

Ávidorabioso mundoyo te observocon el pálido desdén de una máquina

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Page 44: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Beso a lo incorruptible

Por la cima que llevahasta el cadalso¿qué es una cabezadesprendida de su cuerpo?

Ahora yasin las campanasboreales

Ahora fríasin pensamientos

bajo la urna celeste

(primorosa música de infierno)

Complejo recipientedonde habitaban las aurorasreposas en el seno de mi tinta

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Page 45: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

A las afueras

Seguro pensabasque el egoísmoera lluvia ácidaen nuestros cuerpos

Ahora lo vesno funcionaronlas reuniones y el calvario

Caducaron los brazosen la obra negraconstruida

¿por qué sigues buscándotea las afueras?

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Page 46: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

En silencio

No es más que el callejónazul profano

la embotada oscuridaden el estanque

la boca doliente heredada

Sin más:somos aquel y aquellos

no es más que el silenciono somos nosotros

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Page 47: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Imperceptible

Porque tu aireno es blanco ni es negro

porque no eresconscienteni del aireque respiras

parte de la tierraen el cementoabolido

pedazo del aguaextraviado entre las dunas

¿no te has dado cuenta?

Debías hace tiemposer impalpable

debías de ser gris

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Page 48: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Tras la línea

La delicada membranadivisoria

tan delicada

¿Dónde estamos?¿a dónde o hacia quéreflejo?

Es una escalerainterminableese caracolinfinitode ecuaciones perfectas

es esa angustiamúltiple y divisoria

ese galope ese caballoesa paradojade ángulos perfectos

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Page 49: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Sobrevivencia

La diferencia estabaen la alambrada

Se fueron los labiosde palomas que volaban

pero quedaronarrasadoslos mecanismosque sosteníanla cordura citadina

El psiconautaera el únicoen sobrevivir

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Page 50: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

De la ciudad inmóvil

Inmóvilesnos vemosunos a otros

tumefactos

en la calle obtusa en que nos vemos

unos a otrosinmóviles

tumefactos

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Page 51: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Por si la encrucijada

Si acaso la horade lanzar la tierrade mirar la hiedracreciendo en las paredes

Si acaso:erigiré a manovarias torresde Babeles

por si la encrucijada llegapor si la encrucijada

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Page 52: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Nitidad

Era la luzdiáfana

epidermis

Preciosoalféizar de la locura

Eras el ansiaeras el ansia

diáfana locurala luz preciosaalféizar de la epidermis

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Page 53: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

En la horca

Para terminar con todas las discusioneshe de colocar una cuerda en mi gargantaUna cuerda de violín tan aguda y largaque acicate un murmullo sin sentidoun murmullo punible por el silencioculpable por las palpitaciones del público

Estarán sentados, vociferando todosla caída pulsante de la pequeña sillaen que me sostengoporque en realidadsiempre están esperando el momentoen que se rompa la muleta, el bastón o una silla

Así la silla soporta la histeriacontinúa soportando el peso

La cruda cuerda que se acomoda a mi gargantacomienza a convertirse en un pañueloy al final, cuando la mordaza del silenciohaya prolongado el estrépito del públicomi silla continúa firmey ellospálidos y despostilladosson los que están muertos

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Page 54: El jardín del vértigo, de Reneé Acosta

Reto

No me invites a mostrartela cara de mi defensiva

no me retes

la memoria desovaincierto desvarío

La daga refractó heridasque aún siguen inconexas

llevan el agua de la bocay en el aire el almizcle

No apuestes a clavarmearistas en los párpadostendré que irme a la una en punto

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