el juego del reves - antonio tabucchi

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«Unacolecciónderelatosdeelegante imprevisibilidadbajoelsignodeunacultura literaria suntuosamente refinada»: así calificó el crítico italianoGiovanni Raboni a El juego del revés, otra muestra de la extraordinariasabiduríanarrativadeAntonioTabucchi,unautorcapazdecautivar tantoalos lectores «normales» comoa aquellosmás exigentemente «literarios» yapasionadospormúsicasverbalesy figurasnarrativas.Elprimerrelatoqueda título al volumen proporciona también, en cierto sentido, la clave de lalectura. Un hilo común recorre el libro entero, el de la bipolaridad, eldesdoblamiento,elcontraste,enunjuegoinfinito,comoesinfinitoelocéanode la lengua. Aunque todos los relatos rayan a gran altura, cabría quizádestacar, para atrapar irremisiblemente al lector, la bellísima «Carta desdeCasablanca», que evoca la carrera del travestí Giosefine, llamada así enrecuerdodeJoséphineBaker,o«ElpequeñoGatsby»,untextomagistralenelquealeteaelfantasmadeScottFitzgerald.

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AntonioTabucchi

EljuegodelrevésePubr1.0

riverrun06.06.14

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Títulooriginal:IlgiocodelrovescioAntonioTabucchi,1981Traducción:CarmenArtal

Editordigital:riverrunePubbaser1.1

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LepuérilreversdeschosesLAUTRÉAMONT

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ELJUEGODELREVÉS

1. Cuando Maria do Carmo Meneses de Sequeira murió, yo estabacontemplandoLasMeninasdeVelázquezenelmuseodelPrado.Eraunmediodíadejulioyyonosabíaqueellaseestabamuriendo.Mequedémirandoelcuadrohastalasdoceycuarto,luegosalílentamenteprocurandoimprimirenlamemorialaexpresiónde la figura del fondo, recuerdo que pensé en las palabras deMaria doCarmo: laclavedelcuadroestáenlafiguradelfondo,esunjuegodelrevés;atraveséelparqueycogíunautobúshastalaPuertadelSol,comíenelhotel,ungazpachomuyfríoyfruta,y fui a refugiarmedel calormeridianoen lapenumbrademihabitación.Medespertóel teléfonoaesode lascinco,o talveznomedespertó,mehallabaenunextraño duermevela, afuera zumbaba el tráfico de la ciudad y en el interior de lahabitaciónzumbabaelaireacondicionadoquesinembargoenmiconcienciaeraelmotor de un pequeño remolcador azul que cruzaba el estuario del Tajo bajo elcrepúsculo,mientrasMariadoCarmoyyoloseguíamosconlamirada.LellamandeLisboa,medijo la vozde la telefonista, luegooí la pequeñadescarga eléctrica delconmutadoryunavozmasculina, neutraygrave,mepreguntóminombrey luegodijosoyNunoMenesesdeSequeira,MariadoCarmomurióestemediodía,elfuneralserámañanaalascincodelatarde,lellamoporsuexpresavoluntad.Elteléfonohizoclicyyodijeoigaoiga,hancolgadoseñor,dijolatelefonista,lacomunicaciónsehacortado. Cogí el Lusitania-Exprés de medianoche. Hice una maleta con loestrictamentenecesarioyleroguéalconserjequemetuvierareservadalahabitacióndurantedosdías.Laestaciónestabacasidesiertaaaquellashoras.Nohabíareservadola litera y el inspector del tren me asignó un compartimiento en el último vagóndonde había otro pasajero, un señor corpulento que roncaba.Me preparé para unanoche de insomnio, con resignación, pero en contra de lo previsto dormíprofundamentehastapocoantesdeTalaveradelaReina.Luegopermanecíinmóvil,despierto, mirando la ventanilla oscura sobre el oscuro desierto de Extremadura.TeníamuchashorasparapensarenMariadoCarmo.

2. LaSaudade,decíaMariadoCarmo,noesunapalabra,esunacategoríadelespíritu,sólolosportuguesespuedensentirla,porqueposeenestapalabraparadecirquelatienen,lohadichoungranpoeta.YentoncesempezabaahablardeFernandoPessoa.IbaarecogerlaasucasadeRuadesChagashacialasseisdelatarde,ellameesperabadetrásdelaventana,cuandomeveíaasomarporelLargoCamõesabríaelpesado portalón y descendíamos en dirección al puerto deambulando por Rua dos

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Franqueiros y Rua dos Douradores, hacíamos un itinerario fernandino, decía ella,éstoseranloslugaresfavoritosdeBernardoSoares,auxiliarcontableenlaciudaddeLisboa, semiseudónimo por definición, aquí era donde concebía su metafísica, enestasbarberías.AaquellahoralaBaixaestabaatestadadegentepresurosaychillona,lasoficinasdelascompañíasdenavegaciónydelasempresascomercialescerrabansusventanillas,enlasparadasdelostranvíassehabíanformadolargascolas,seoíaelgrito monótono de los limpiabotas y de los vendedores de periódicos. Nossumergíamos en la confusión de Rua da Prata, cruzábamos Rua da Conceição ybajábamos hasta el Terreiro do Paço, blanco y melancólico, donde zarpan losprimerosbarcosllenoshastalostopesdetrabajadoresresidentesenlaotraorilladelTajo.Éstaya es una zonadeÁlvarodoCampos, decíaMariadoCarmo, enpocascalleshemospasadodeunseudónimoaotro.

A aquella hora la luz deLisboa era blanca hacia el estuario y rosada sobre lascolinas,losedificiosdecimonónicosparecíanunaoleografíaconelTajosurcadoporunapléyadedeembarcaciones.Avanzábamoshacialosprimerosmuelles,losmuellesenlosqueAlvarodoCamposibaaesperaranadie,comodecíaMariadoCarmo,yrecitabaalgunosversosdelaOdaMarítima,aquelpasajeenqueelbarquitodevapordibuja su silueta en el horizonte yCampos siente un volante que empieza a rodardentrodesupecho.Elcrepúsculoestabacayendosobre laciudad,seencendían lasprimerasluces,elTajoresplandecíaconreflejoscambiantes,enlosojosdeMariadoCarmo se traslucía una gran melancolía. Tal vez seas demasiado joven paraentenderlo, a tu edad yo no lo habría entendido, no habría imaginado que la vidafuesecomounjuegoquesejugabadurantemiinfanciaenBuenosAires.Pessoaesungenioporqueentendiólaotracaradelascosas,delorealydeloimaginado,supoesíaesunjuegodelrevés.

3. El trensehabíadetenido,por laventanillaseveían las lucesde lapequeñaciudadfronteriza,micompañerodeviajemostrabaelrostrosorprendidoymolestodequiensedespiertabruscamenteporlaluz,elpolicíahojeóatentamentemipasaporte,viene a menudo a nuestro país, dijo, ¿qué le encuentra de interesante?, la poesíabarroca, respondí, ¿cómo dice?,murmuró, una señora, dije yo, una señora con unextrañonombre,ViolantedoCéu,¿esguapa?,preguntóélconmalicia,creoquesí,dijeyo,murióhacetressiglosysiemprevivióenunconvento,eramonja.Élmeneólacabezayseatusóelbigoteconairesocarrón,mepusoelselloymedevolvióelpasaporte.Los italianos siempre están de broma, dijo, ¿le gustaTotó?,muchísimo,dijeyo,¿yausted?,hevistotodassuspelículas,dijoél,megustamásqueAlbertoSordi.

El nuestro era el último compartimiento por controlar. La puerta se cerró conestrépito.Alospocossegundosalguienenelandénhizooscilarunfarolyeltrense

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puso enmovimiento. Las luces volvieron a apagarse, quedó tan sólo la bombillitaazul,eradenoche,estabaentrandoenPortugalcomotantasotrasvecesenmivida,MariadoCarmohabíamuerto,notabaunasensaciónextraña,comosidesdeloaltome estuviese contemplando a mí mismo que en una noche de julio, en uncompartimientodeuntrencasiaoscuras,estabaentrandoenunpaísextranjeroparairaveraunamujerqueconocíabienyquehabíamuerto.Eraunasensacióninéditaysemeocurriópensarqueteníaalgoqueverconelrevés.

4. El juego consistía en esto, decía Maria do Carmo, nos colocábamos encírculo, cuatroocinconiños, se contabayaquien le tocaba seponíaenel centro,apuntaba a uno del corro y le lanzaba una palabra, una cualquiera, por ejemplomariposa, y el otro debía pronunciarla en seguida al revés, pero casi sin pensar,porqueeldelcentrocontabaunodos trescuatrocinco,yalcincoyahabíaganado,perosiconseguíasdeciratiempoasopiram,entonceselreydeljuegoerastú,pasabasalcentrodelcorroylanzabastupalabraaotro.

Mientras subíamos hacia la ciudad, Maria do Carmo me contaba su infanciabonaerense de hija de exiliados, me imaginaba un patio de barrio lleno de niños,fiestasmelancólicasypobres,estaballenodeitalianos,decía,mipadreteníaunviejogramófonodebocina,sehabíatraídodePortugalalgúndiscodefados,eraeltreintaynueve, laradiodecíaquelosfranquistashabíanocupadoMadrid,él llorabayponíasusdiscos, losúltimosmeses lorecuerdoasí,enpijamasobreunsillónllorandoensilencioyescuchandolosfadosdeHilarioydeTomásAlcaide,yomeibacorriendoalpatioajugaraljuegodelrevés.

Había anochecido. El Terreiro do Paço estaba casi desierto, el caballero debronce, verde de cardenillo, parecía absurdo, vámonos a comer algo a la Alfama,decía Maria do Carmo, arroz de cabidela, por ejemplo, es un plato sefardita, losjudíosnoleretorcíanelcuelloalasgallinas,lescortabanlacabezadeuntajoyconlasangrehacíanestearroz,conozcouna tabernadonde lohacenmejorqueenningúnsitio, está sólo a cinco minutos. Pasaba, lento y chirriante, un tranvía amarilloatestado de rostros fatigados. Sé lo que estás pensando, decía ella, por quéme hecasadoconmimarido,porquévivoenaquellacasonaabsurda,porqué juegoa lacondesa,cuandoélllegóaBuenosAireseraunoficialeleganteycortés,yoeraunachiquillamelancólicaypobre,semehabíahechoinsoportableveraquelpatiodesdemiventana,yélmesacódetodaaquellapenuria,deunacasaconbombillasdepocasbujías y la radio encendida durante la cena, no puedo dejarle, a pesar de todo, nopuedoolvidar.

5. Micompañerodeviajemepreguntósilepermitíainvitarmeatomaruncafé.

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Eraunespañolceremoniosoyjovialquehacíafrecuentementeaquelrecorrido.Enelvagón restaurante conversamos amigablemente, intercambiando impresionescircunspectasyformales,llenasdelugarescomunes.Losportuguesestienenunbuencafé, dijo, pero no les sirve de mucho, al parecer, son tan melancólicos, les faltasalero,¿nocree?Ledijequetalvezlohabíansustituidoconlasaudade,élestuvodeacuerdo,peropreferíaelsalero.Vidanohaymásqueuna,dijo,hayquesabervivirlaamigomío.No lepreguntécómo lohacía en sucaso,yhablamosdeotra cosa,dedeportescreo,éladorabaelesquí,lamontaña,desdeestepuntodevistaPortugaleraabsolutamenteimpracticable.Objetéquetambiénallíhabíamontañas,ohlaSerradaEstrela, exclamó, un simulacro de montaña, para llegar a los dos mil metros hantenidoqueponerleunaantena.Esunpaísmarítimo,dijeyo,unpaísdegentequesearrojó al océano, han dado al mundo locos respetables y educados, esclavistas ypoetasenfermosdelejanías.Apropósito,preguntó,¿cómosellamabaesapoetisaquemencionó esta noche? SororViolante do Céu, dije, también en español tendría unnombreespléndido,MadreViolantedelCielo,esunagranpoetisabarroca,pasósuvidasublimandoeldeseoporunmundoalquehabíarenunciado.NoserámejorqueGóngora,inquirióconunaciertapreocupación.Distinta,dijeyo.Conmenossaleroymássaudade,naturalmente.

6. El arroz de cabidela tenía un sabor exquisito y un aspecto repugnante, seservíaenunaenormefuentedebarroconunacucharademadera,lasangreyelvinohervidosformabanunasalsaespesaycastaña, lasmesaserandemármol,entreunahileradetonelesyungranmostradordecincdominadoporlacorpulenciadelseñorTavares, hacia la medianoche llegaba un cantante de fados de aspecto macilentoacompañadodeunviejecito con laviolaydeundistinguido señor con laguitarra,cantabaviejos fadosdesmayadosy lánguidos, el señorTavaresapagaba las lucesyencendía las velas sobre las repisas, los clientes de paso ya se habían marchado,quedabansólolosaficionados,ellocalsellenabadehumo,acadafinalcorrespondíaunaplausodiscretoysolemne,algunavozpedíaAmoréaguaquecorre,TravessadaPalma,MariadoCarmoestabapálida,o talvez fuese la luzde lasvelas,o talvezhabíabebidodemasiado,manteníalamiradafijaysuspupilasaparecíanenormes,laluzdelasvelasbailabaenellas,meparecíamáshermosaquedecostumbre,encendíauncigarrilloconaireabsorto,yaestábien,decía,vámonosdeaquí,saudadesíperoapequeñasdosis,noesbuenosaturarse,laAlfamaestabasemidesierta,nosdeteníamosenelmiradordeSantaLuzia,habíaunatupidapérgoladebuganvilla,apoyadosenelparapeto contemplábamos las luces del Tajo, Maria do Carmo recitaba Lisbonrevisited deAlvarodoCampos,unpoemaenelqueunapersonaestá en lamismaventana de su infancia, pero ya no es la misma persona y tampoco es la mismaventana,porqueel tiempocambiahombresycosas,empezábamosabajarhaciami

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hotel,ellamecogíalamanoymedecíaoye,quiénsabequésomos,quiénsabedóndeestamos, quién sabepor qué estamos, escúchame, vamos a vivir esta vida como sifueseun revés, por ejemplo estanoche, túpiensasque eresyoyquemeestrechasentretusbrazos,yopensaréquesoytúyquemeestrechoentremisbrazos.

7. De todas formas no es que a mí me guste mucho Góngora, dijo micompañerodeviaje,noloentiendo,necesitoeldiccionario,yademásnometira lapoesía, prefiero el cuento, por ejemplo Blasco Ibáñez, ¿le gusta Blasco Ibáñez?,moderadamente, dije, tal vez no es mi estilo, ¿y entonces quién?, Pérez Galdósquizás,sí,esoyaestámejor,dijeyo.

El camarero nos sirvió el café en una bandeja resplandeciente, tenía un rostrosoñoliento,hagounaexcepciónconustedesporqueéstasnosonhorasparaelvagónrestaurant,sonveinteescudos.Apesardetodolosportuguesessonamables,dijomicompañerodeviaje,porqueapesardetododijeyo,sonamables,seamosjustos.

Estábamos atravesando una zona de astilleros y de fábricas, todavía no habíaamanecido.QuierenestarconlahoradeGreenwich,peroenrealidadsegúnelsolesunahoramástemprano,yademás¿havistoalgunavezunacorridaportuguesa?,nomatanal toro,sabe,el torerorevoloteaen tornoaéldurantemediahoray luegoalfinalhaceungestosimbólicoestirandoelbrazocomounaespada,entraunrebañodevacashaciendotolóntolón,eltorosevaderechohaciaelrebañoytodosacasa,olé,siestoleparecetorear.Alomejoresmáselegante,dijeyo,paramataraalguiennosiempre es necesario darlemuerte, a veces basta un gesto, ah no, dijo él, el dueloentre el hombrey el toro tieneque sermortal, si no seríaunapantomima ridícula,pero todas las ceremonias son una estilización, objeté, ésta mantiene sólo elenvoltorio, el gesto, me parece más noble, más abstracta.Mi compañero de viajeparecióreflexionar.Quizássí,dijosinconvicción,ahmire,estamosyaenlasafuerasdeLisboa,serámejorquevolvamosalcompartimientoaprepararlasmaletas.

8. Es un asunto bastante delicado, no nos atrevíamos a pedírtelo, lo hemosdiscutido, puede llegar a presentar inconvenientes, quiero decir lo máximo que tepuedeocurriresquenotedenelvisadodeentradaenlafrontera,miranoqueremosocultarte nada, quien nos hacía de correo era Jorge, era el único que tenía unpasaportedelaFAO,yasabesqueahoraestáenWinnipeg,enseñaenunauniversidadcanadiense,aúnnohemosencontradolamaneradereemplazarle.

Lasnuevedelanoche,piazzaNavona,enunbanco.Lemiraba,parecíatenerunaexpresión de sorpresa, no sabía qué pensar, me sentía un poco violento, molesto,comocuandosehablaconalguienaquienseconocedesdehacetiempoydeprontoundíaterevelaalgoquenoteesperabas.

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No queremos comprometerte, pero es que no tenemos más remedio, créemesentimosmuchísimotenerquepedírtelo,aunquenosdigasquenonuestraamistadnocambiará, ya lo sabes, en fin, piénsatelo, no pretendemos tu contestación ahoramismo,sóloqueremosquesepasqueseríaunagranayuda.

Fuimosatomarunheladoaunbardelaplaza,elegimosunamesita,lejosdelagente.Franciscoteníaunaexpresióntensa,quizástambiénélpreocupado,sabíaquesetratabadealgoque,dehabermenegado,noibaapoderolvidarlocomosinada,esoes, tal vez lo que le daba miedo fuese justamente mi posible remordimiento.Tomamos dos granizados de café. Permanecimos en silencio largo rato, sorbiendolentamente losrefrescos.Soncincocartas,dijoFrancisco,yunacantidaddedineropara lasfamiliasdedosescritoresquefuerondetenidoselmespasado.Medijo losnombresyesperóaquehablase.Yoseguícalladoybebíunpocodeagua.Creoquenohacefaltadecirtequeesdinerolimpio,eslamanifestacióndesolidaridaddetrespartidos democráticos italianos de los que hemos solicitado ayuda, si lo estimasoportuno puedo facilitarte entrevistas con los representantes de los partidos encuestión, teloconfirmarán.Dijequenoloestimabaoportuno,pagamos,echamosaandaratravésdelaplaza.Deacuerdo,dije,yomevoydentrodetresdías.Mediounapretóndemanosrápidoyenérgico,medijogracias,yahorarecuerdaloquetienesque hacer, es sencillísimo,me escribió un número en una hojita de papel, cuandollegues aLisboa telefonea a este número, si te contesta una vozmasculina cuelga,insistehastaquetecontesteunavozdemujer,entoncesdeberásdecir:hasalidounanueva traducción de Fernando Pessoa. Ella te dirá cómo encontraros, es la quemantienelosenlacesentrelosexiliadosquevivenenRomaylasfamiliasquesiguenenelpaís.

9. Había sido facilísimo, como había previsto Francisco. En la frontera nisiquieramehabíanhechoabrirlasmaletas.EnLisboamehabíaalojadoenunhotelitodelcentro,detrásdelteatrodelaTrinidade,adospasosdelabibliotecanacional,queteníaunrecepcionistadelAlgarvecordialyparlanchín.Alprimerintentotelefónicome había contestado una voz de mujer y yo había dicho buenas tardes, soy unitaliano,deseabainformarlequehasalidounanuevatraduccióndeFernandoPessoa,tal vez pueda interesarle.Nos vemos dentro demedia hora en la libreríaBertrand,habíacontestado,en la salade las revistas,yoandopor loscuarenta, tengoelpelooscuroyllevounvestidoamarillo.

10. Nuno Meneses de Sequeira me recibió a las dos de la tarde. Cuandotelefoneé por lamañaname había contestado un criado, el señor conde ahora estádescansando,estamañananopodrárecibirlepasealasdosdelatarde.¿Perodónde

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estáexpuestoelcuerpodelaseñora?,nosabríadecírselo,señor,vengaalasdosdelatardeporfavor.CogíunahabitaciónenelhotelitodesiempredetrásdelaTrinidade,me duché y me cambié de ropa. Cuanto tiempo sin verle por aquí, me dijo elrecepcionistadelAlgarveconsuhabitualcordialidad,cincomesesfinalesdefebrero,dije,yeltrabajo,preguntóél,¿siemprevisitandobibliotecas?,éseparecesermisino,respondí.

Largo Camões aparecía inundado de sol, en la placita estaban las palomasposadas sobre la cabezadel poeta, algún jubilado sentadoen losbancos, viejecitosdignosytristes,unsoldadoyunacriada,lamelancolíadeldomingo.RuadasChagasestabadesierta,devezencuandopasabauntaxivacío,labrisamarinanosoplabalobastanteparaaliviarelcalordensoyhúmedo.Memetíenuncafébuscandounpocodefresco,sehallabasolitarioysucio,eneltechozumbabaninútilmentelasaletasdeun ventilador, el dueño dormitaba detrás del mostrador, pedí un sumo helado, élespantólasmoscasconuntrapoyabriócansinamentelanevera.Nohabíacomidoynoteníahambre.Mesentéenunamesayencendíuncigarrillo,esperandolahora.

11. Nuno Meneses de Sequeira me recibió en un salón barroco con muchosestucoseneltechoydosgrandestapicescorroídosporeltiempoenlasparedes.Ibavestidodenegro,teníalacarabrillante,elcráneocalvoresplandecía,estabasentadoen un sillón de terciopelo carmesí, cuando entré se puso de pie, hizo unaimperceptible inclinacióndecabezayme invitóa sentarmeenun sofáalpiede laventana.Lospostigosestabancerradosyenlaestanciareinabaunfuerteoloraviejatapicería.¿Cómomurió?,pregunté.Teníaunagraveenfermedad,dijo,¿nolosabía?Sacudí lacabeza.¿Quéclasedeenfermedad?NunoMenesesdeSequeiracruzó lasmanos sobre el regazo. Una grave enfermedad, dijo.Me telefoneó aMadrid hacequincedías,nomedijonada,ni lamenoralusión, ¿ya lo sabía?Sí,yaestabamuymal, y se hallaba al corriente. ¿Por qué nomedijo nada?Quizá no lo consideraseoportuno,dijoNunoMenesesdeSequeira, leagradeceríaquenovinieseal funeral,será estrictamente privado. No tenía intención de hacerlo, le tranquilicé. Se loagradezco,murmuródébilmente.

Elsilencioenlasalasehizotangible,incómodo.¿Puedoverla?,pregunté.NunoMenesesdeSequeiramemirólargamente,conaireirónico,mepareció.Esimposible,medijo,estáenlaclínicaCuf,allíesdondemurió,yademáselmédicoordenóquelacerrasen,noselapodíadejarabierta,dadaslascircunstancias.

Pensé en despedirme, pensé por qué razónme había telefoneado, pormás quehubiesesidounavoluntaddeMariadoCarmo,conquéobjetohacermeiraLisboa,habíaalgoquesemeescapaba,otalveznotuvieranadadeextraño,aquellasituaciónerasimplementepenosa,erainútilprolongarlamás.PeroNunoMenesesdeSequeiranohabía terminadodehablar, tenía apoyadas lasmanosen losbrazosde labutaca

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como quien va a levantarse de un momento a otro, tenía los ojos acuosos y unaexpresión contraída, maligna, o tal vez fuese la tensión nerviosa que debíaexperimentar.Ustednunca lacomprendió,dijo,erademasiadojovenparaMariadoCarmo.Yusteddemasiadoviejo,tuveganasdedecirle,peromecallé.Sededicaalafilología, ah ah,dejó escaparuna risita, suvida son lasbibliotecas,ustednopodíacomprender a una mujer como ella. Explíquese mejor, dije. Nuno Meneses deSequeira se levantó, fuehasta laventana, entornó lospostigos.Quieroquitarleunailusión, dijo, la de haber conocido aMaria doCarmo, usted sólo ha conocido unaficción deMaria do Carmo. Explíquese mejor, volví a decir. Bueno, sonrió NunoMeneses de Sequeira, me imagino lo que le habrá contadoMaria do Carmo, unahistoria lacrimógena de una infancia desdichada en Nueva York, un padrerepublicano que murió heroicamente en la guerra civil española, escúcheme bienseñormío,yonoheestadoenNuevaYorkenmivida,MariadoCarmoeshijadegrandesterratenientes,tuvounainfanciadorada,hacequinceaños,cuandolaconocí,tenía veintisiete años y era lamujermás cortejada deLisboa, yo regresaba de unamisióndiplomáticaenEspañaylosdosteníamosencomúnelamoranuestratierra.Hizounapausacomoparadarmayorpesoasuspalabras.Elamoranuestra tierra,repitió,nosésipuedecomprenderme.Dependeenquésentidoutilicelapalabra,dijeyo.NunoMenesesdeSequeiraseajustóelnudodelacorbata,sacóunpañuelodelbolsillo, adoptó un aire irritado y a la vez paciente. Escúcheme bien, aMaria doCarmo le gustaba mucho un juego. Lo ha jugado durante toda su vida, lo hemosjugado siempre de común acuerdo. Hice un ademán con la mano, como paraimpedirle que siguiera hablando, pero él prosiguió: usted debió aparecer en algúnrevés. Un reloj de pared, en alguna habitación lejana, sonó. A menos que noaparecieseenelrevésdesurevés,dije.NunoMenesesdeSequeiravolvióasonreír,québonito,dijo,podríaserunafrasedeMariadoCarmo,eslegítimoqueconsidereestahipótesis,pormásqueseapurapresunción,seloaseguro.Habíaunciertodejededesprecioensuvozapagada.Permanecíensilencio,conlamiradabaja,clavadaen la alfombra, era una alfombra deArraiolos de un azul oscuro con pavos realesgrises. Hubiera preferido que nome obligase a sermás explícito, prosiguió NunoMeneses de Sequeira, supongo que le gusta Pessoa. Me gusta mucho, admití.Entonces seguramente estará al corriente de las traducciones que salen en elextranjero. ¿Qué quiere decir?, pregunté. Nada en especial, dijo él, sólo esto, queMariadoCarmorecibíamuchastraduccionesdelextranjero,ustedmeentiende,¿noesasí?Noleentiendo,dijeyo.Digamosquenoquiereentenderme,mecorrigióNunoMenesesdeSequeira,queprefierenoentenderme,larealidadesdesagradableyustedprefierelossueños,leruegoquenomeobligueaentrarendetalles,losdetallessonsiempremuyvulgares,limitémonosalconcepto.

De laventana llegóel sonidodeuna sirena, talvezunbarcoqueentrabaenel

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puerto,einmediatamentesentíuninmensodeseodeserunodelospasajerosdeaquelbarco,deentrarenelpuertodeunaciudaddesconocidaquesellamabaLisboaydetenerquellamarporteléfonoaunamujerdesconocidaparadecirlequehabíasalidouna nueva traducción de Fernando Pessoa, y aquella mujer se llamaba Maria doCarmo,iríaalalibreríaBertrandllevandounvestidoamarillo,legustabanlosfadosylosplatossefarditas,yyotodoestoyalosabía,peroaquelpasajeroqueerayoyquecontemplabaLisboadesdelabarandilladelbarcotodavíanolosabíayparaéltodoibaasernuevoeidéntico.YestoeraSaudade,MariadoCarmoteníarazón,noeraunapalabra,eraunacategoríadelespíritu.Asumanera,también,eraunrevés.

Nuno Meneses de Sequeira me observaba en silencio, parecía tranquilo ysatisfecho.HoyeselprimerdíadelanuevavidadeMariadoCarmo,dije,podríaalmenos concederle una tregua. Hizo un imperceptible gesto con la cabeza como siasintiese,comosidijesees justamente loquequeríaproponerle,yentoncesyodijecreo que no tenemos nadamás que decirnos, él hizo sonar un timbre y asomó uncriadoconchaquetillaarayas,Domingoselseñorseva,elcriadosehizoaunladojunto a la puerta para dejarme pasar, ah un momento, dijo Nuno Meneses deSequeira,MariadoCarmodejóestoparausted.Mediounacartaqueestabaenunapequeñabandejadeplatasobreunamesitajuntoasubutaca,lacogíymelametíenelbolsillo,cuandoestabaenlapuertaNunoMenesesdeSequeiramevolvióahablar,me da usted pena, dijo, es un sentimiento recíproco, dije yo, aunque con maticesprobablemente distintos. Bajé las escaleras de piedra, salía la luz posmeridiana deLisboa,pasabauntaxilibreylehiceseñas.

12. Enelhotelabrí lacarta.Sobreunahojaenblancoestabaescrita,enletrasmayúsculas y sin acentos, la palabra SEVER. La invertí mecánicamente, en elpensamiento,yluegodebajo,tambiényoconmayúsculasysinacentos,escribíconellápiz: REVES. Medité un instante sobre aquella palabra ambigua, que podía serespañolao francesay teníadossignificadoscompletamentedistintos.PenséquenoteníaningunasganasdevolveraMadrid,enviaríaunchequedesdeItaliayescribiríaalhotelmadrileñoparaquememandaranelequipaje,llaméarecepciónylepedíalrecepcionista que me buscara una agencia, quería un billete de avión, para el díasiguiente, con cualquier compañía, el primeroquehubiera. ¿Cómo,ya semarcha?,dijoelrecepcionista,nuncasehaquedadotanpocotiempo.¿Quéhoraes?,pregunté.Enmi reloj son las cuatro y cuarto, señor. Está bien, despiérteme para cenar, dije,hacia las nueve. Me desvestí con calma, cerré los postigos, las sábanas estabanfrescas, me llegó nuevamente el silbido lejano de una sirena amortiguado por laalmohadasobrelaqueapoyabalamejilla.

Tal vezMaria do Carmo había llegado finalmente a su revés. Le auspicié que

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fuese como lohabíadeseadoypenséque lapalabra españolay la francesa tal vezcoincidían en un punto.Me pareció que era el punto de fuga de una perspectiva,comocuandosetrazanlaslíneasdelaperspectivadeuncuadro,yenaquelmomentola sirena volvió a silbar, el barco atracó, yo descendí lentamente por la pasarela yempecéarecorrerlosmuelles,elpuertoestabacompletamentedesierto,losmuelleseranlaslíneasdelaperspectivaqueconvergíanhaciaelpuntodefugadeuncuadro,elcuadroeraLasMeninas,deVelázquez,lafiguradelfondoenlaqueconvergíanlaslíneas de los muelles tenía aquella expresión maliciosa y melancólica que habíagrabado enmimemoria: y qué curioso, aquella figura eraMaria doCarmocon suvestidoamarillo,yoleestabadiciendoyaséporquétienesestaexpresión,porquetúveselrevésdelcuadro,¿quésevedesdedondetúestás?,dímelo,espéramequeyotambiénvoy,yotambiénquieromirar.Ymeencaminéhaciaaquelpunto.Yenaquelmomentomeencontréenotrosueño.

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CARTADESDECASABLANCA

Lina,noséporquéempiezoestacartahablándotedeunapalmera,despuésdedieciochoañossinsabernadademí.Quizáporqueaquíhaymuchaspalmeras,lasveodesdelaventanadeestehospitalbajoelvientotórridomeciendosuslargosbrazosalolargodelospaseosardientesquesepierdenhaciaelblanco,frenteanuestracasa,cuandoéramosniños,habíaunapalmera.Quizátúnolarecuerdesporquefueabatida,si lamemorianomeengaña,elañoenqueocurrióaquello,oseaelcincuentaytres,creoqueenverano,yo teníadiezaños.Nosotros tuvimosuna infancia feliz,Lina, túnopuedesrecordarlaynadiehapodidocontartenada,latíaconlaquecrecistenopuedesaberlo,sí,claro,puededecirtealgodepapáymamá,peronopuededescribirteunainfanciaqueellanoconocióyquetúnorecuerdas.Ellavivíademasiadolejos,enelnorte,sumaridotrabajabaenunbanco,seconsiderabansuperioresalafamiliadeunguardabarreras,yjamásvinieronacasa.Lapalmerafueabatidaaraízdeunaordendelministeriodetransportesdondesesosteníaqueobstaculizabalavisibilidaddelostrenesypodíaprovocarunaccidente.Yamedirás túquéaccidentepodíaprovocaraquella palmera crecida sólo en altura, con un plumero de ramas que acariciabansuavemente nuestra ventana del primer piso. Lo que si acaso podía dar una ligeramolestia,desdelacasa,eraeltronco,untroncomásdelgadoqueunpostedelaluz,que ciertamentenopodía obstaculizar la visibilidadde los trenes.De todas formastuvimosquecortarla,nohubomásremedio,elterrenonoeranuestro.Mamá,queavecesteníaideasalogrande,unanochedurantelacenapropusoescribirunacartaalministrodetransportesenpersonafirmadaportodalafamilia,enformadeinstancia.Decíaasí:«ExcelentísimoSeñorMinistro,enrelaciónalacircularnúmerotalytal,oficiotaly tal, referentea lapalmerasituadaenelpequeñoterrenofrentea lacasadelguardabarrerasnúmerotaldelalíneaRoma-Turín, lafamiliadelguardabarrerasinformaaSuExcelenciaquedichapalmeranoconstituyeningúnobstáculopara lavisibilidad de los trenes en circulación. Rogamos por tanto dejar en pie lamencionadapalmerayaqueeselúnicoárboldelacasa,apartedeunaraquíticaparraque crece sobre la puerta, además de ser muy querida por los hijos delguardabarreras,haciendoespecialmentecompañíaalniñoquealserdeconstitucióndelicadaamenudoseveobligadoaguardarcamayalmenospuedeverunapalmeraenelrecuadrodelaventanaysinoveríasóloairequeinfundemelancolía,yparadarfedelamorqueloshijosdelguardabarrerassientenpordichoárbolbastadecirquelehanbautizadoynolallamanpalmerasinoquelallamanGiosefine,loquesedebealhecho de que habiéndoles llevado una vez al cine a ver a Totó enCuarentaisiete

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muertoquehabla,enlasactualidadesseveíaalacélebrecantantefrancesanegradedichonombrequebailabaconunsombreropreciosohechoconhojasdepalmera,yentonces nuestros hijos, como cuando hace viento la palmera se mueve como sibailase,lallamansuGiosefine».

Estacartaesunadelaspocascosasquemehanquedadodemamá,eselborradorde la instanciaque enviamos,mamá la escribióde supuñoy letra enmi cuadernoescolar,ydeestaforma,porpuracasualidad,cuandomemandaronalaArgentinamela llevé sin saberlo, sin imaginar el tesoroquemás tarde iba a representar paramíaquellapágina.Otracosaquemequedademamáesunaimagen,perocasinoselave,esunafotografíaque lehizoelseñorQuintilobajo laparradenuestracasa,entornoalamesadepiedra,debeserverano,sentadosalamesaestánpapáylahijadelseñorQuintilo,unachiquilladelgaduchacontrenzaslargasyunvestidodeflorecitas,yo estoy jugando con una escopeta demadera y hago como si disparara contra elobjetivo,enlamesahayvasosyunagarrafadevino,mamáestásaliendodecasaconunasopera,apenashaentradoenlafotografíayelseñorQuintiloyahahechoclic,haentrado por azar y en movimiento, por eso está un poco desenfocada y de perfil,cuesta incluso trabajo reconocerla, por lo que yo prefiero pensar en ella como larecuerdo. Porque la recuerdo muy bien, aquel año, quiero decir el año en quederribaronlapalmera,teníadiezaños,seríaseguramenteverano,yaquellosucedióenoctubre,unapersonaconservaperfectamentelamemoriadesusdiezaños,yyojamáspodréolvidarloquesucedióaqueloctubre.Pero¿yalseñorQuintilo,lorecuerdas?Trabajabacomogranjeroenunahaciendaadoskilómetrosdenuestracasa,dondeenmayo íbamos a coger cerezas, era un hombrecito nervioso y alegre que siemprecontaba chistes, papá le tomaba el pelo porque durante el fascismo había sidosubcomisariopolíticooalgoporel estilo,yél seavergonzaba,meneaba lacabeza,decíaqueeraaguapasada,yentoncespapáempezabaareírseyledabaunapalmadaen la espalda. ¿Y su mujer, te acuerdas de la señora Elvira, aquella mujeronamelancólica?Seacaloraba siempre terriblemente, cuandoveníana comer a casa setraíaelabanico,sudabayresoplaba,luegosesentabaafuera,bajolaparra,sedormíasobreelbancodepiedra,con lacabezaapoyadaen lapared,no ladespertabanielpasodeunmercancías.Eraestupendocuandoveníanelsábadodespuésdecenar,aveces también venía la señorita Palestro, una vieja solterona que vivía sola en unaespeciedevillapertenecientealahacienda,rodeadadeunbatallóndegatos,yteníalamaníadeenseñarmeelfrancésporquedejovenhabíasidoinstitutrizdeloshijosdeun conde, decía siempre «pardon», «c’est dommage» y su exclamación preferida,usadaencualquiercircunstancia,parahacer resaltarunhechograveosimplementecuandoselecaíanloslentesera«eh-lá-lá!».Aquellasnochesmamásesentabaanteelpequeñopiano—¡cómolegustabaaquelpiano,eraeltestimoniodesueducación,deuna juventud acomodada, de un padre secretario de embajada, de vacaciones en el

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Apenino toscano, cómo nos hablaba de aquellas vacaciones! Y además tenía undiplomadeeconomíadoméstica.

¡Si tú supieses, en mis primeros años en la Argentina, cuánto llegué a desearhabervividoyoaquellasvacaciones!Lleguéadesearlasdetalforma,aimaginarlashastatalpuntoqueavecescaíaenunaespeciedeencantamientoymeacordabadevacacionespasadasenGavinanayenSanMarcello,estábamostúyyo,Lina,cuandoéramos pequeños, sólo que tú en lugar de ser tú eras mamá pequeña y yo era tuhermanoytequeríamuchísimo,meacordabadecuandoíbamosaunriachuelobajoGavinana a pescar renacuajos, tú, es decir mamá, llevabas un salabardo y unaestrambótica cofia con alas como las de las monjas de San Vicente de Paúl, ibascorriendo delante, canturreabas «¡corramos corramos que los renacuajos nosesperan!», y amíme parecía una frase divertidísima yme reía como un loco, nopodíaseguirtedelarisa,entoncestúdesaparecíasporelbosquedecastañosjuntoalriachuelo y gritabas «¡cógeme cógeme!», entonces hacía un gran esfuerzo y tealcanzaba, te cogíapor loshombros, túdabasungrititoy resbalábamos, el terrenohacía pendiente y empezábamos a rodar y entonces te abrazaba y te susurraba«mamá,mamá,abrázamefuerte,mamá»,ytúmeabrazabasfuerte,mientrascaíamosrodando te habías convertido en mamá tal como la conocí, sentía tu perfume, tebesaba los cabellos, todo se confundía, hierba, pelo, cielo, y en aquelmomentodeéxtasis lavozdebarítonodel tíoAlfredomedecía«¿entoncesniño, losplatinadosestánprontos?»Noloestaban,no.MeencontrabaenlasfaucesabiertasdeunviejoMercedes,conlacajadeplatinosenunamanoyundestornilladorenlaotra,elsueloestaba constelado de charcos azules de aceite mezclado con agua, «¿pero en quéestará pensando este chico?», decía bonachonamente el tíoAlfredo, yme daba unafectuoso coscorrón. Estábamos en Rosario, en 1958, el tío Alfredo, después detantos años en la Argentina, hablaba una extrañamezcla de italiano y español, sutallermecánico se llamabaLAMOTORIZADA ITALIANA y lo reparaba todo, pero sobretodo tractores, viejas carrocerías de Ford; como anuncio, junto a la concha de laShell,teníaunatorreinclinadadeneónquesóloseencendíaamedias,porqueelgasdelostubossehabíaagotadoynadiehabíatenidolapacienciadesustituirlos.EltíoAlfredo era unhombre corpulento, sanguíneo, paciente y amigode la buenamesa,conlanarizsurcadaporminúsculasvenillasazulesyunatendenciaconstitucionalala hipertensión, exactamente al revés que papá, nunca hubieras dicho que fuesenhermanos.

Ah,peroteestabahablandodeaquellastertuliasencasadespuésdecenar,cuandoveníanvisitasymamásesentabaalpiano.LaseñoritaPalestrosequedabaextasiadaconlosvalsesdeStrauss,peroamímegustabamuchomáscuandomamácantaba,era tan difícil hacerla cantar, se resistía, se ruborizaba, «ya no tengo voz» decíasonriendo,peroluegocedíaantelainsistenciadelaseñoraElvira,aellatambiénle

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gustabanmás las romanzas y las canciones que los valses, y al finalmamá cedía,entoncessehacíaungransilencio,mamáempezabaconcancioncillasgraciosas,paraanimar el ambiente, tipoRosamunda oEulalia Torricelli, la señora Elvira se reíaencantada,conunligerojadeo,emitiendoelcacareodeunagallinacluecaysubiendoy bajando el enorme pecho, mientras se daba aire con el abanico. Luego mamáejecutabauninterludioalpiano,sincantar,laseñoritaPalestropedíaalgomásserio,mamá levantaba los ojos al techo, como si buscase la inspiración o hurgase en lamemoria,susmanosacariciabanelteclado,eraunahoramuertaenlaquenopasabantrenes,nollegaríansonidosperturbadores,porlaventanaabiertadeparenparsobrelamarismaentrabaelsonidodelosgrillos,algunamariposanocturnabatíasusalascontralamosquiteratratandodeentrarenvano,mamácantabaLunarossa,All’albaseneparte ilmarinaroobienunaromanzadeBeniaminoGigli,Ohbegliocchidifata. ¡Qué delicia era oírla cantar! A la señorita Palestro se le ponían los ojosbrillantes,laseñoraElviradejabainclusodeabanicarse,todosmirabanamamá,teníaunvestidoazulalgovaporoso,túdormíasentuhabitación,ignara,nohastenidoestosmomentosquepoderrecordarentuvida.Yoerafeliz.Todosaplaudían.Papáaparecíarebosantedeorgullo,dabavueltasconlabotelladevermouthyllenabalosvasitosdelos invitados diciendo «por favor por favor, que no estamos en casa del turco».TambiéneltíoAlfredoutilizabasiempreestacuriosaexpresión,eragraciosooírseladecir entre sus frases españolas, recuerdo, estábamos en lamesa, a él le gustabanmuchísimo los callos a la parmesana, encontraba que los argentinos eran unosestúpidosporqueloúnicoqueapreciabandelasvacaseranlosbistecs,ysirviéndosegenerosamente de la gran sopera humeanteme decía «anda a comer, niño, que noestamosencasadel turco».Eraunafrasedesuinfancia,del tíoAlfredoydepapá,quiénsabeaquéépocaseremontaba,yoentendíalaidea,queríadecirquesetratabadeunacasaenlaquereinabalaabundanciaycuyodueñoerageneroso,quiénsabeporquélocontrarioeraatribuidoalosturcos,talvezfueseunaexpresiónqueveníade las invasiones sarracenas.Y el tíoAlfredo en efecto fue generoso conmigo,mehizo crecer como si fuese un hijo, por otra parte él no tenías hijos: generoso ypaciente, exactamente como un padre, y probablemente conmigo hiciese faltabastantepaciencia,eraunmuchachomelancólicoydistraído,originabaunmontóndeproblemasdebidoamicarácter,laúnicavezqueleviperderlapacienciafueterrible,peronofuepormiculpa,estábamoscomiendo,yohabíaarmadounabuenaconuntractor, teníaquehacerunamaniobradifícilparameterloenel taller,quizásestabadistraído, y además en aquelmomentopor la radio se oía aModugnoque cantabaVolareyeltíoAlfredolohabíapuestoatodovolumenporqueleencantaba,alentrarhabíarozadoelcostadodeunChrysleryhabíahechounbuenestropicio.LatíaOlgano era mala, era una véneta parlanchina y refunfuñona que se había mantenidoobstinadamente apegada a su dialecto, cuando hablaba apenas se la entendía,

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mezclabaelvénetoconelespañol,undesastre.El tíoyellasehabíanconocidoenArgentina,cuandodecidieroncasarselosdosestabanyaentradosenaños,enfinnopuede decirse que hubiese sido un matrimonio por amor, digamos que había sidoconvenientepara ambos,para ellaporquehabíadejadode trabajar en la fábricadecarne enlatada y para el tío Alfredo porque necesitaba una mujer que tuvieseordenadalacasa.Noobstanteseteníancariño,oalmenossimpatía,ylatíaOlgalerespetaba y lemimaba.Quién sabe por qué aquel día le salió aquella frase, quizásestaba cansada, estaba irritada, había perdido la paciencia, ciertamente no hacíaninguna falta, el tío Alfredo ya me había regañado antes y yo estaba bastantemortificado,nolevantabalosojosdelplato,ylatíaOlgasinmayorpreámbulo,peronoparaofenderme,lapobre,así,comoquienhaceunaconstatación,dijo«eshijodeunloco,sólounlocopodíahacerleaquelloasumujer».YentoncesvialtíoAlfredolevantarse,concalma,elrostrodemudado,ydarleunatremendabofetada.Elgolpefue tan violento que la tía Olga se cayó de la silla y al caer se agarró al mantelarrastrándoloalsuelocontodoslosplatos.EltíoAlfredosaliólentamenteybajóaltaller a trabajar, la tíaOlga se levantó como si no hubiese pasado nada, se puso arecoger los platos rotos, barrió el suelo, puso un mantel limpio porque el otro sehallabaencondicionesdeplorables,volvióaponerlamesayseasomóalhuecodelaescalera.«Alfredo—gritó—,¡lacomidaestáenlamesa!».

CuandosalíparaMardelPlatateníadieciséisaños.CosidoenlacamisetallevabaunabolsitadepesosyenelbolsillounatarjetadevisitadelaPensiónAlbano,«aguacorriente fría caliente», y una carta para el propietario, un italiano amigo del tíoAlfredo, amigo de juventud, habían llegado a la Argentina en el mismo barco ysiempre habían seguido en contacto. Iba a frecuentar un colegio de salesianosGalianos que tenían conservatorio, o algo parecido. Fueron los tíos quienes meempujaron,yahabía terminado laescuelaelemental,noestabahechoparahacerdemecánico, eso seveía en seguida,y además la tíaOlgaesperabaque la ciudadmecambiase, lehabíaoídodecirunanoche«avecessusojosmedanmiedo,estántanasustados, quién sabe lo que vio, pobre chico, quién sabe lo que recuerda».Desdeluego había algo preocupante en mi comportamiento, lo reconozco. No hablabanunca,mesonrojaba,mequedabacortadoalhablar,llorabaamenudo.LatíaOlgaleechaba la culpa a las canciones, con todas aquellas letras estúpidas, el tíoAlfredointentabadespabilarmeexplicándome losárbolesde transmisióny losembraguesypor la noche insistía en que le acompañase al café Florida, donde había muchositalianos que jugaban a las cartas, pero yo prefería quedarme junto a la radioescuchando el programa musical, adoraba los viejos tangos de Carlos Gardel, lassambasmelancólicasdeWilsonBaptista,lascancioncitasdeDorisDay,engenerallamúsicamegustaba toda.Y talvez fuesemejorqueestudiasemúsica, si éseeramicamino:perolejosdelaspraderas,enunlugarcivilizado.

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MardelPlataeraunaciudadfascinadorayextraña,desiertaenlaestaciónfríayllenaarebosarenlosmesesdevacaciones,conmastodónticoshotelesblancos,estilofinalesdesiglo,queenlaestaciónmuertainfundíanmelancolía;enaquellaépocaeraunaciudaddetripulantesexóticosydeviejosquelahabíanelegidoparapasarenellalosúltimosañosdesuvidaytratabandehacersecompañíamutuamentedándosecitaalahoradeltéenlasterrazasdeloshotelesoenloscafé-conciertodondeorquestinasdesafinadas tocaban tonadillas y tangos. En el conservatorio de los salesianos mequedédosaños.ConelpadreMatteo,unancianomediociegodemanosexangües,estudiabaalórganoBach,MonteverdiyPierluigidaPalestrina.Lasclasesdeculturageneral se repartían entre el padre Simone, que daba la parte científica y el padreAnselmo, que daba la parte clásica, en la que me sentía particularmente dotado.Estudiabacongustoellatín,peropreferíalahistoria,lavidadelossantosylavidadeloshombresilustres,entrelosqueadmirabaparticularmenteaLeonardodaVinciyaLudovicoAntonioMuratoriquesehabíaganadoapulsosuinstrucciónponiéndoseaescuchar bajo la ventana de una escuela, hasta que un día el maestro le habíadescubiertoylehabíadicho«¡peroentraenlaclase,muchacho!».

Por la noche volvía a la Pensión Albano, me esperaba el trabajo, porque lamensualidadquememandabaeltíoAlfredonoerasuficiente.Meponíaunachaquetaque la señora Pepa hacía lavar dos veces por semana y ocupaba mi puesto en elcomedor, una sala pintada de azul claro, con unas treintamesas y panorámicas deItalia en lasparedes.Nuestros clientes eran jubilados,viajantesde comercio, algúnemigradoitalianodeBuenosAiresquepodíapermitirseellujodepasarquincedíasenMardelPlata.Lacocina ladirigíael señorAlbano, sabíahacer lospansoticonnuecesy las trenettealpesto, era ligur,deCamogli,partidariodePerón,decíaquehabíalevantadounpaísdepiojosos.YademásEvitaeraunhada.

Cuandoencontréun trabajoestableenel«Bichinho»escribíal tíoAlfredoparaque dejara demandarme lamensualidad.No ganaba un sueldo queme permitiesehacer locuras,peroendefinitivameerasuficiente,ynomeparecía justoqueel tíoAlfredo estuviese reparando tractores para mandarme aquellos pocos pesosmensuales. «O Bichinho» era un restaurante-night dirigido por un brasileñorechoncho y risueño, el senhor João Paiva, donde se podía cenar a medianoche yescucharmúsicatípica.Eraunlocalconpretensionesderespetabilidad,seesforzabaendistinguirsede losdemás localesequívocos, aunquequien llegabaallíbuscandocompañía la encontraba con facilidad, pero siempre con discreción y con lacomplicidaddeloscamareros,porqueelcomercionoeradescarado, todoteníaunaapariencia respetable,cuarentamesasconvelas,endosmesitasal fondode lasala,cerca del guardarropía, estaban dos señoritas sentadas ante un plato siempre vacíodandosorbitosdeunaperitivo,comoalaesperadequellegaseloquehabíanpedido;y si entraba un señor el camarero le guiaba con destreza y le preguntaba

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discretamente«¿prefierecenarsoloodesearíalacompañíadeunaseñora?».Yoeraun especialista en estas pequeñas estratagemas, porque me ocupaba de la zonaposterior de la sala, mientras Ramón se encargaba de las mesas más próximas altabladodelespectáculo.Parahaceraquellasproposicionesserequeríatacto,donaire,habíaqueentenderalclienteparanoherirsususceptibilidad,yquiénsabeporquéyointuíaalclientealaprimera,enfinteníabuenolfato,yafindemesresultabaquelaspropinas eran superiores al sueldo. Por otra parte Anita y Pilar eran dos chicasgenerosas.ElplatofuertedelespectáculoeraCarmendelRío.Lavozyanoeraladesusbuenostiempos,desdeluego,ysinembargoconstituíatodavíaunaatracción.Conel paso de los años el timbre ronco que la hacía tan fascinante en los tangosmásdesesperadossehabíadebilitado,sehabíavueltomáslímpido,yellaseesforzabaenvanoenrecuperarlo fumándosedoscigarrospurosantesdecadaactuación.Pero loqueeraespectacularenellayhacíadeliraralpúbliconoeratantolavozcomotodounconjuntoderecursos:elrepertorio,loscontoneos,elmaquillaje,lostrajes.Trasloscortinajesdel tablado teníauncamerinoabarrotadodeperifollosyunguardarropíamajestuoso,contodoslostrajesquehabíallevadoenlosañoscuarenta,cuandoeralagran Carmen del Río: trajes largos de chiffon, maravillosas sandalias blancas detacones altísimos de corcho, los boas de plumas, los mantones de tanguista, unapelucarubia,unapelirrojaydospelucasnegrasconrayaenmedioyungranmoñoconunapeinetablanca,alaandaluza.ElsecretodeCarmendelRíoeraelmaquillaje,ellalosabía,sepasabahorasmaquillándose,nodescuidabaelmenordetalle:labasedemaquillaje, las largaspestañaspostizas, en los labioselbâton brillante comoseusabaensustiempos,lasuñaslarguísimas,fatales,esmaltadasderojo.Amenudomellamabaparaquelaayudase,decíaqueteníauntoquedelicadoyungustoexquisito,eralaúnicapersonadellocaldelaquesefiaba,abríaelguardarropíayqueríaquelaaconsejase. Yome informaba del repertorio para aquella noche, con los tangos yasabíaellaquéponerse,peroelmaquillajeparalascancionespatéticasloescogíayo,generalmente poco subido, vestidos vaporosos y de colores delicados, no sé,albaricoque,porejemplo,queaellalesentabadivinamente,ouníndigopálidoquemeparecíainsuperableparaRamona.Yluegolepintabalasuñasylaspestañas,ellacerrabalosojosysereclinabaenlabutaquita,abandonabalacabezasobreelrespaldoy me susurraba como en sueños «una vez tuve un amante delicado como tú, memimabacomoaunaniña,sellamabaDaniel,eradelQuébec,quiénsabequéhabrásidodeél».Decercaysinmaquillajeseleveíantodoslosaños,perobajolaluzdelosfocosydespuésdemimaquillajeaúnseguíasiendounareina.Yocargabamucholabasedemaquillajeyeltinte,naturalmente,ycomopolvoslahabíaobligadoaunGuerlainmuyrosado,enlugardeaquellasmarcasargentinasdemasiadoblancasquehacían resaltar las arrugas: el resultado era excelente, ella me lo agradecíamuchísimo,decíaqueleborrabaeltiempo.Yparaelperfumelahabíaconvencidoa

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pasar al devioleta:mucha,muchísimavioleta, y ella al principiohabía protestado,porqueeldevioletaesunperfumevulgaryjuvenil,ynosabíaqueencambioeraestecontraste lo que fascinaba al público: una vieja belleza ajada que cantaba el tangomaquillada como una muñeca rosa. Esto era lo que creaba aquel aura patética yllenabalosojosdelágrimas.

Luegoyoibaahacermitrabajoalfondodelasala,memovíaentrelasmesasconpaso ligero,«¿más carabineros a la plancha, señor?», «¿le gusta el vino rosado,señorita?»;sabíaqueCarmen,mientrascantaba,mebuscabaconlamirada,cuandoconelencendedordeorodeldueñoencendíaelcigarrilloquealgúnclienteacababaapenasdeintroducirentreloslabioshacíabrillaruninstantelallamaalaalturadelcorazón, era una señal convenida entre Carmen y yo, quería decir que estabacantandodivinamente,quellegabadirectamentealcorazón,yobservabaquesuvozsevolvíamásvibrante,adquiríamayorcalidez.Necesitabaquelaanimasen,laviejaespléndidaCarmen,sinella«OBichinho»nohabríasidonada.

LanocheenlaqueCarmendejódecantarcundióelpánico.Fueencontradesuvoluntad,naturalmente,estábamosensucamerino,yolaestabamaquillando,estabareclinada en la butaca frente al espejo, fumaba su cigarro puro, tenía los ojoscerrados,yderepentelospolvosempezaronacorrersesobrelafrente,medicuentadequesudaba,latoqué,eraunsudorfrío,«meencuentromal»murmuró,yyanodijonadamás,sellevóunamanoalpecho,letoméelpulso,yanoseoía,fuiallamaraldirector de la sala, Carmen temblaba como si tuviese fiebre, pero no tenía fiebre,estaba helada. Para llevarla al hospital llamamos a un taxi, yo la sostuve hasta lasalida secundaria, para que el público no la viese, «adiósCarmen», le dije, «no esnada,mañana iréaverte»,yella intentósonreír.Eran lasonce, losclientesestabancenando,sobreeltabladoelfocodibujabauncírculodeluzvacío,elpianistatocabacon sordina para llenar la ausencia, luego desde la sala llegó un breve aplauso deimpaciencia,reclamabanlapresenciadeCarmen.ElseñorPaiva,detrásdelcortinaje,estabanerviosísimo,dabachupadasa sucigarrillo, llamóaldirectorde la salay ledijoquesirviesechampagnegratis,talvezfueseunaideaparamantenercalmadoalpúblico.Peroenaquelmomentounpequeñocoroempezóavocear«¡Car-men!¡Car-men!», y entonces, no sé qué me entró, fue sin pensar, sentí una fuerza que meempujabahastaelcamerino,encendílaslucesdeltocadorentornoalespejo,elegíuntrajemuyceñido,delentejuelas,conuncorteaunlado,deestilofalsamentevulgar,zapatosblancosde tacónaltísimo,guantesnegrosdenochehastamediobrazo,unapelucacobrizademelenaondulada.Mepintélosojosmuyexagerados,deplateado,peroparaloslabioselegíunbâtonsuave,unabricotopaco.Cuandosalíaltabladoelfocomeiluminódelleno,elpúblicodejódecomer,veíamuchosrostrosconlosojosclavadosenmí,muchostenedoressuspendidosenelaire,yoconocíaaaquelpúblico,peronuncalohabíavistodefrente,tandispuestoensemicírculo,parecíaunasedio.

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EmpecéconCaminitoverde,elpianistaerauntipointeligente,captóinmediatamentemitimbredevoz,mehizounacompañamientomuydiscreto,todosobretonosbajos,y entonces yo le hice señas al electricista, él puso un disco azul, yo agarré elmicrófonoyempecéasusurraranteél,dejéqueelpianistahiciesedos intermediosparaprolongarlacanción,porquelosojosdelpúbliconomedejaban;ymientraséltocabayomemovíalentamentesobreeltabladoyelconodeluzazulmeseguía,devezencuandomovía losbrazoscomosinadaseenaquella luzymeacariciaba loshombros, con laspiernas ligeramente separadasy lacabezaondulanteparaque losrizosmeacariciasenloshombroscomohabíavistohaceraRitaHayworthenGilda.Yentonceselpúblicoempezóaaplaudirconarrebato,yomedicuentadequelacosaibabienylacogíalvuelo:paranodejarqueelentusiasmoseenfriase,antesdequese terminase el aplauso, empalmé con otra canción, esta vez fue Lola Lolita laPiqueteraydespuésuntangobonaerensedelosañostreinta,Pregunto,quelesllevóal delirio. Tuve un aplauso que Carmen sólo tenía en sus noches de gracia. Yentoncesmevinounainspiración,unalocura,fuihastaelpianista,hicequemediesesu chaqueta, me la puse sobre mi vestido y como en broma, pero con muchamelancolía,empecéacantar la romanzadeBeniaminoGigliOhbegliocchidi fatacomosiestuviesedirigidaaunamujerimaginariaporlaquesuspirabadeamor;yamedidaque ibacantando,aquellamujerqueevocabaveníahastamíatraídapormicanto,almismotiempomequitabamuydespaciolachaqueta,ymientrassusurrabaenelmicrófonolaúltimaestrofa,dellamiagioventùcoglieteilfiore,meabandonabaamiamante,peromiamanteeraelpúblico,alquemirabacontransporte,yoeradenuevoyo,yconelpieapartélachaquetaquehabíadejadocaersobreeltablado.Yacontinuación,antesdequeseterminaseelhechizo,acariciandoelmicrófonoconloslabios empecé a cantarAcércatemás. Sucedió algo indescriptible, los hombres sehabíanpuestodepieyaplaudían,unseñormayorconchaquetablancamearrojóunclavel, un oficial inglés desde unamesa de la primera fila vino hasta el tablado yquiso besarme. Yo me escapé al camerino, creía enloquecer de excitación y dealegría,sentíaunaespeciedeestremecimientoentodoelcuerpo,mecerréconllave,jadeaba,memiréalespejo,erahermosa,erajoven,erafeliz,yentoncesmeentróuncapricho,mepuselapelucarubia,meenrosquéentornoalcuelloelboadeplumasazulesdejandoquelacolamearrastrasepordetrásyregreséalasaladandosaltitos,comounduende.

PrimerocantéQuéseráseráalestilodeDorisDay,y luegoseguíconVolarearitmo de chá-chá-chá, moviendo las caderas, invité al público a acompañarmemarcandoelritmoconlaspalmasdelasmalos,ycuandoyocantaba«¡vo-la-re!»uncorome respondía «¡oh-oh!», y yo, «¡can-ta-re!», y ellos «¡oh-oh-oh-oh!». Fue laapoteosis. Cuando volví al camerino dejé a mis espaldas la excitación y el ruido,estabaallí,enlabutacadeCarmen,llorabadefelicidadyoíaalpúblicoquegritaba

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«¡nombre!¡nombre!».EntróelseñorPaiva,estabaestupefactoyradiante,lebrillabanlosojos,«tienesquesaliradecirlescómotellamas»,dijo,«nologramoscalmarles».Yyovolvíasalir,elelectricistahabíapuestoundiscorosaquemebañabaenunaluzcálida, yo cogí el micrófono, tenía dos canciones que pujaban por salir de migarganta, cantéLuna rossa yAll’alba se ne parte il marinaro. Y cuando el largoaplauso empezaba a apagarse susurré en el micrófono un nombre que brotóespontáneamentedemislabios,«Giosefine—dije—,Giosefine».

Lina, hanpasadomuchos añosdesde aquella noche, yhevividomivida comosentía que debía hacerlo. Durante mis peregrinaciones por el mundo siempre hepensandoquequeríaescribirteynuncahetenidolavalentíadehacerlo.Nosésihasllegadoasaberloquepasócuandoéramosniños,talvezlostíosnofueroncapacesdedecirtenada,nosoncosas fácilesdecontar.Encualquiercaso, tantosiya losabescomosillegasasaberloalgúndía,recuerdaquepapánoeramalo,perdónalecomoyole he perdonado.Desde aquí, desde este hospital de una ciudad lejana, te pido unfavor.Siloqueestoyapuntodeafrontarpormipropiavoluntadtuvieseundesenlacenegativo,teruegoqueacojasmisrestosmortales.Hedejadodisposicionesdetalladasaunnotarioya laembajadaitalianaparaquemicuerposearepatriado,entalcasorecibirás una cantidad de dinero suficiente para las exequias y una cantidad apartecomorecompensa,porquesialgonomehafaltadoenlavidaesdinero.Elmundoesnecio,Lina,lanaturalezaesvilyyonocreoenlaresurreccióndelacarne.Peroencambiocreoenlosrecuerdosyteruegoquelosatiendascomotepido.Aunosdoskilómetros de la casadonde transcurrimosnuestra infancia, entre la hacienda en laque trabajaba el señorQuintilo y el pueblo, si se toma un camino a través de loscamposquetiempoatrásllevabaelletrero«Turbinas»,porqueconducíaalaturbinahidráulica del pantano, pasadas las compuertas, a pocos cientos de metros de ungrupodecasasrojas,sellegaaunpequeñocementerio.Mamádescansaallí.Quieroquemeentierrenasulado,yenlalápidaharásampliarunafotografíadecuandoyoteníaseisaños.Esunafotografíaquesequedóencasadelostíos,túlahabrásvistoinfinidaddeveces,estamostúyyo,túerespequeñísima,unbebéacostadosobreunamanta,yoestoysentadoatuladoytecojolamano,mehanvestidoconundelantalyllevoatadoslosrizosconunlazo.Noquierofechas.Nohagasponerinscripcionesenlalápida,teloruego,sóloelnombre,peronoEttore:elnombreconelquefirmoestacarta,conelafectodelasangrequeatimeune,tu

Giosefine

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TEATRO

AdonCaetanodeLancastre,quemecontóunahistoriacomoésta

1. El jardín del pequeño cuartel se perdía en la masa oscura del bosque queasediabaelclaro.Eraunedificiocolonial,conlafachadadeunrosadesvaídoylaspersianasamarillas,quedebíaremontarsea1885,alaépocadelasescaramuzasconCecil Rhodes, cuando podía constituir un decoroso quartier general para elcomandante que controlaba la frontera occidental cerca del Zambesi. Desde 1890,cuando nuestras tropas fueron retiradas de la región del Niassalãndia, el cuartelcarecíadeguarnición.Loocupabanuncapitándecomplemento,quepermanecíaallídurante todo el períodode su reclutamientomilitar, ydos soldadosnegros con susmujeres, dos cipayos entrados en años y silenciosos, cuya única función,aparentemente, era servir de ortopédicos a los habitantes de la aldea vecina quetrabajabanenlacompañíadelamadera.Eldíademillegadahabíaasistidoauniryvenir frenético de gente renqueante, aunque el capitánme había asegurado que setratabadeunacircunstanciaexcepcional,unapilaquesehabíadesmoronadoenlosembarcaderos del Zambesi. Por lo general los negros preferían curarse solos, conmétodostribales,losSengaserantiposmuyespeciales,losabíaefectivamentemejorqueél;yademáslasinstalacionesmédicasdelcuarteldejabanmuchoquedesear,erainútil hacerse ilusiones. El capitán era un hombre locuaz y amable, de modalesenvarados,mellamabaExcelencia,debíadetenermiedadopocomás:suacentoysuformas de tratamiento, provincianas y arcaicas, revelaban que era septentrional, deOporto, tal vez, o de Amarante; la mandíbula tosca, la barba azulada, los ojospacientesyhumildeshablabandegeneracionesdecampesinosodeserranosque labreve permanencia en el ejército no había conseguido cancelar. Estudiabajurisprudencia,estabamatriculadoenlauniversidaddeCoimbra,cuandofinalizaseelperíodo del reclutamiento africano entraría en la magistratura, le faltaban todavíaochoexámenes.Paraestudiarteníatiempodesobraenaquellugar.

Me hizo servir un tamarindo fresco en el pequeño porche invadido por lasenredaderasyentablóunaconversacióncortésyllenadetactodelaquesetraslucíael deseo de una actitud desenvuelta y confidencial que sin embargo no conseguíaadoptar. Se informó con compunción demi viaje.Gracias, había sidomuy bueno,todo lo bueno que pueden ser trescientos kilómetros en camión, con una carreteracomo él sabía; Joaquim era un excelente chófer; hasta Tete había llegado en tren,

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evidentemente;no,elclimadeTetenoeraprecisamentede losmejores;deEuropatenía noticias que databan de hacía seis días, nada particularmente interesante,meparecía; en teoría iba a permanecer allí doce meses, si tantos exigía el trabajo decampo,conunprogramadecensodeldistritodeKaniemba.Peroquizádiezpodríansersuficientes.Graciasporelgenerosoofrecimientodeayuda,probablementeibaanecesitarla.Leestaríamuyagradecidosiponíaamidisposiciónalcipayoquesabíaescribir.Apropósito,¿elcuartelteníaunarchivo?Muybien,empezaríamosporahí.¿Teníaalgunaexperienciaenarchivos?Excelente,jamáshubieraesperadoteneresasuerte.Porlodemásmisdatosibanaserbastanteaproximativos,digamospuramenteorientativosparaunfuturocensoqueelgobiernoteníaintencionesderealizarenlazonadeKaniemba.

Eltamarindofueseguidodeunaguardientefortísimoqueloscipayosdestilabanen el cuartel y pasamos a hablar de algo más fútil, más amistoso. La noche quedescendía sobre nosotros iba poblándose de los intranquilos ruidos de la selva, losmosquitossehacíantemibles,unaligerísimabrisatraíaeloloracredelamaleza.Elcapitánhizocorrer lasventanasde telametálica,encendió la lámparadepetróleoymepidiópermisopararetirarseadarinstruccionesparalacena,¿lesdisculpabaportenerquedejarmesolo?, reanudaríamos laconversaciónen lamesa.Ledisculpédebuengrado.Nomedesagradabaquedarmeensilencio,bajolaclaridaddelalámpara,contemplando la noche. Me había parecido superfluo decírselo, pero aquel día secumplíamicuartoañoenÁfrica.Teníaganasdepensarenello.

2. En1934Mozambiqueeraunacoloniapobladadegenteextrañaydegrandessoledades, con inquietantes sombras serviciales, presencias raras y fantasmales,figurasaventureras,improbablesyfugaces.TeníaalgodelosrelatosdeConrad,quizálainquietud,laabyecciónylasecretamelancolía.

HabíadesembarcadoenLourençoMarqueshacíacuatroañosconeltítulofrescode Ciencias políticas y coloniales en el bolsillo, un apellido que provocabareverenciasenlasoficinasgubernamentalesyelrecuerdodeunbrevealtercadoconmipadre,quetodavíaresquemabamiánimo,aquienleparecíaindecoroso,paraunapellidocomoelnuestro,unamisióndeChefedecirconscriçaoenunpaíssalvaje,enfinde funcionariocolonial.Quizánomeparecieseadecuadoni siquieraamí.PeroLisboame resultaba tan incómodacomoun trajeprestado: loChiado,el caféde laBrasileira,lasvacacionesveraniegasenCascaisenlavilladelafamilia,lasjornadasociosasdelajuventuddemialcurnia,loscaballosenelclubdelaMarinha,losbailesen las embajadas: todo se había vuelto sofocante. ¿Pero qué podía hacer, si queríavivirmivida,coneltítuloenCienciascoloniales?Talvezelerrorhabíasidohaberemprendidoaquellosestudios.Peroesoyaestabahecho.MequedabaelegirentreelociodeLisboayeldeÁfrica.ElegíÁfrica.Mehallabasolo,disponible,desafectoy

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tranquilo.Teníaveintiséisaños.Inhambane,despuésdedosañosdeTete,casimehabíaparecidoEuropa,aunque

eraunaciudadsoñolientayandrajosa,deunabellezaextenuada,recorridaporgenteprovisional.DealgunaformaelpequeñopuertocomercialreparadotraslaPuntadaBarra,dondehacíanescalalosbarcosdevapordePortElisabethydeDurbanquesedirigíanalMarRojo,propiciabacadamesunailusióndecivilización,constituíaunremoto enlace con el mundo. Un paseo hasta los muelles, cuando llegaban losvaporcitos ingleses o el barco de la línea regular de Lisboa, era una consolaciónbastantehumilde,peroeratodoloquesepodíatener:ylahumaredadelbarcoquesealejabaenelhorizontedespertabalanostalgiadeunaEuroparemotacomouncuentoinfantil,yainestableenlosrecuerdos,talvezinexistente.África,consuinmanenciaysulasitud,agigantabalasdistanciasymitigabalasmemorias.Losperiódicosreferíanque en Austria había sido asesinado el canciller Dolfuss, que en América habíadiecisietemillonesdedesocupados,queenAlemaniaardíaelReichstag.Mipadremeescribía cartas prolijas e informativas: uno de mis hermanos pensaba tomar lasórdenes religiosas, había instalado el teléfono en la villa de Cascais, la causamonárquica había sufrido un duro golpe con la muerte de Don Manuel. Sudesaparición dejaba la aspiración al trono a un joven desconocido y extranjero,vinculado a la facción miguelista, mientras mi familia pertenecía a la aristocracialiberal.Lanuevaconstituciónportuguesa,queteníaabiertadelantedemí,definíamipatriacomo«unestadounitarioycorporativo»,yundespachodelgobiernoordenabacolgaren todos los lugarespúblicos lafotografíadeun jovenprofesordeCoimbra,convertidoenministrodelConsejo,derostrodespectivoypresuntuoso:AntóniodeOliveiraSalazar.Lohabíacolgadodetrásdemíconunavagasensacióndemalestar.Pero enmimesa conservaba el retrato deDonManuel, al queme había unido unafecto casi familiar. Era una contradicción, pero África permitía vivir lascontradiccionesconabsoluta tolerancia.Elúltimovapor inglésmehabía traídounanovela de moda en Europa que se desarrollaba en la Costa Azul, pero yacíainmaculadasobrelamesa.LasnochesdeInhambaneestabandemasiadolejosdelaslucesdelasAntibesdelasquehablabanlasnovelasdemoda.Aparentementelavidaera parecida: había bosques de palmeras, la luna era escenográfica, en el Club secenabalangosta,seamabaconpasionesintensasyvolubles, lapequeñaorquestaseaventurabaalegrementeenel jazz, las señoras aceptaban la corte conuna facilidaddesarmante.Perotodoeravividocomosifuesedistintoyocurriesemuylejos.Áfricaera sólo un espacio del espíritu, algo imprevisible, un azar. En África se tenía lasensacióndeestarlejos,inclusodeunomismo.

3. Elviajehabíadistadomuchode serbueno,al capitán lehabíamentido.Sehabíademostradodifícilyconsteladodeincidentes,entreellosunatascoenelbarro

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quenoshabíarobadotodaunamañana.AfortunadamenteJoaquimeraunmecánicode primera y conocía perfectamente los caminos. Era un viejo mulato paciente yamable,acostumbradoalasadversidadesyresignadoalasdesgracias,queencarabala vida como una obligación y los inconvenientes de las carreteras como unadistraccióndeltediodelviaje.

Tumbado en la litera del camión,mientras la selva africana discurría sobremicabeza,pensabaenlavaritadelvicegobernadorquesemovíasobreelmapacolgadode la pared, en su despacho de Inhambane, indicándome el itinerario másconveniente.Hacíacalor,elventiladorzumbabaruidosamente,porlaventanaabiertadeparenparentrabanlaluzmeridianayelhormigueodeunmercadoamortiguadopor los árboles del parque. La varita se desplazaba lentamente por la carretera deTete, se desviaba hacia el noroeste, la pista en el mapa a aquellas alturas era undelgadohiloblancoatravésdelverdeoscurodelaselva,ningunaciudadenelradiode trescientos kilómetros, el primer centro importante eraKaniemba, luego veníandosdíasdecamión,sinoteníamosningunaavería.Ahoraestabasiguiendoeltrazadode la varita, cumplía aquella orden incomprensible, tal vez un poco absurda. UncensoenlosconfinesdelaregióndeKaniemba,amásdequinientoskilómetrosdemidestino,parauntrabajoqueenteoríapodíadurardiezmeses,teníaelsabordeuncastigoyalavezdeunaamenazadoraadvertencia.Mepreguntabacuálespodíanserlasrazonesquehabíaninducidoamisuperioraencargarmeestamisión:volvíaaverlafotografíadeDonManuelenmiescribanía;elprocesoaunricocolono,contraelquemehabíaconstituidoenpartecivil,porsusprepotenciasconsusempleados;lasamenazas de un excelentísimo personaje en cuyos tráficos me había puestoindiscretamenteaindagar.Talveztuvieraqueverconalgodetodoesto,oconotracosa que no conseguía imaginar. Pero saberlo no cambiaba mucho las cosas, endefinitiva.

4. Elcipayometrajolatarjetamientrastomábamoscafé;elcapitánmeestabacontando una historia muy portuguesa de miseria y nobleza. Era una tarjeta deinvitación, impresa, de las que se usan con motivo de alguna ceremonia entrepersonas dadas a una cierta vida mundana. Estaba ligeramente arrugada, con unaspectofrancamentevetusto.DecíaeninglésqueSirWilfredCottonteníaelhonordeinvitaracenara(aquíseguíaunespacioenblancollenadoapenasconminombre)eljueves24deoctubre, a lasdiecinueve.A serposible en trajedeetiqueta.Se ruegaresponder.

Mequedéconlatarjetaenlamano.Debíatenerunaireperplejo,ylasituaciónnoera para menos. Un cuartel habitado por un militar y dos cipayos, la ciudad deKaniemba,suponiendoquepudiese llamarseciudad,adosdíasdecamino, laselvamásprofundaenunradiodekilómetros:yunainvitaciónacenarcontrajedeetiqueta

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yruegoderesponder.LepreguntéalcapitánquiéneraSirWilfredCotton.Uninglés,bueno,claro,esopodíaimaginármelo;peroquétipodeinglés,quiénera,quéhacía.Habíallegadohacíapocosmeses,talvezveníadeSalisbury,almenosesocreía,vivíaen un pequeño cottage lindante con la aldea, en cuanto a quién fuese no tenía lamenoridea,nosemezclabaconnadie,eraunseñormayor,bueno,digamosdeunoscincuenta años, quizás un poco más, tenía un aspecto elegante, a juzgar por suaparienciaeraunapersonarefinada.

Hiceademándemetermelatarjetaenelbolsillo,peroelcipayomemirabaconaireafligido,sinabandonarlahabitación.Lepreguntésipasabaalgomás.PasabaqueelcriadodelseñorCottonestabaenlapuertadelacocina,Excelencia,esoesloquepasaba, ¿tenía que ordenarle que se fuera?Mandaba decir a su Excelencia que sepermitíarecordarlequemañanaerajueves,esoeraexactamenteloquehabíadicho.

5. ElcottagedelseñorWilfredCottonhabíapertenecidoalaadministracióndelacompañíadelamadera,antesdequelafábricasetrasladasedosquilómetrosmáshaciaelsur,haciaelZambesi;enlacolumnitademaderadelaentrada,bajounacapade pintura reciente, se veía todavía un hacha con la hoja en forma de cola degolondrina: el distintivo de la compañía. Un pequeño bosquecillo de plátanos loseparaba de la aldea: al fondo, en dirección al río, pasaba la carretera hacia Tete;sobreelrestosecerníanlostentáculosdelaselva.

Eran las siete enpunto.Cottonme esperabadepie en la veranda.Llevabaunachaqueta blanca con una pajarita de seda.Me dio la bienvenida, la cena ya estabapreparada,siqueríahacerelfavordepasar,michóferpodíacenarenlacocina,ahoramandabaalcriadoallamarle,¿queríaunaperitivo?Unboyconpantalonesnegrosycamisablancaaguardabajuntoaunaparador,conunabotelladevinoenlamano;enlamesahabíaunmeat-piecubiertodemermeladadearándanos.Fueunacenabreve,agradable, relajada,conunaconversación formalyneutra.¿Ibaaquedarmemuchotiempo? Tal vez un año. Oh, ¿de veras?, esperaba que esta perspectiva no meaterrorizase, ¿me gustaba el lugar?, ¿moderadamente? oh, claro, lo encontrabacomprensible, pero el climano estaba nadamal, ¿nomeparecía?La humedad erasoportable.Desdeungramófono,enlasaladeestar,seoíaquedamenteaHaydn.

Conel téhablamosdel té.Loqueestábamosbebiendo, tanoscuroyaromático,eraunamezcladesuinvención:hojasdeLi-Cungo,deaquellasdiminutas,quedanuncolorintensoycontienenunaltoporcentajedeteína,mezcladasconunacalidaddeNiassa,muyperfumadayligera.UnrelojdecarillóndiolasochoyWilfredCottonmepreguntósimegustabaelteatro.Megustabamucho,admitíconciertopesar,enLisboamehabíagustadomucho,talvezfueselaexpresiónartísticaquemásmehabíagustado.Mianfitriónsepusodepie,conunaciertaprisa,mepareció.Muybien,dijo,entonces creo que esta noche tendremos función. Sime sigue, por favor, tendré el

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placerdeinvitarle.Mejorserádarseprisa.

6. Lacabañaseencontrabaenelcentrodelaexplanadaqueseparabaalcottagedelaselva.Eraunaampliacabañacircular,hechaconcañas,comolasdelosnegros,perodeaspectomásrobusto.Pordentrolascañasestabanblanqueadasconcal.Enelcentrounpequeñotabladoconunatril,yapoyadoenlaparedunmodestotaburete:nohabíanadamás.WilfredCottonmerogóquemesentara,subióaltablado,abrióunlibroque llevababajo el brazoydijo:«WilliamShakespeare,KingLear.ActOne,SceneOne.AstateroominKingLear’spalace».

Leyó,mejordichorecitóconunaintensidadsorprendente,todoelprimeractoylamitaddelsegundo.FueunLeardevastadoporunamortalmelancolía,perotambiénunFooldeslumbrantedegenialidad,cínicoypunzante.Hacia lamitaddelsegundoactosuvozpareciótraicionarelcansancio,elcoloquioentreLearyReganfuelento,quizás algo envarado. Pensé en levantarme, en decirle ahora basta, por favor, SirWilfred, déjelo, ha sido estupendo, pero a lomejor está usted cansado,me pareceincluso algo pálido, está sudando. Pero en aquel momento habló el duque deCornwall.Teníaunavozprofunda,turbada,cuajadadepresagios.«Letuswithdraw,’twillbeastorm!», retirémonos,dijo,seacercaunhuracán.Ydenuevola tragediavolvióacobraremoción,lasvocesseanimaron,Gloucesterseacercódeunsaltoparadecir que el rey se hallaba sumamente encolerizado, que la noche avanzaba y losvientoserancadavezmásfuriosos.YenaquelmomentolavozsombríadeCornwall,comosiretumbaseenlaampliaestanciadeunpalaciodetechosaltísimos,gritóqueatrancasenlaspuertas,enaquellanochedetormenta,paraguarecersedelhuracán.

Eseldescanso,dijoWilfredCotton.¿Vamosalfoyerabeberalgo?

7. El criado estaba aguardándonos en la terraza del cottage, donde estabanpreparadosloslicores.Bebimosuncoñacdepie,apoyadosenladelgadabalaustradademadera,contemplandolanochefrenteanosotros.Losmonos,quemientrasduróel crepúsculohabían armadounaalgarabía tremenda, ahoradormían silenciosos enlos árboles. De la selva llegaban sólo crujidos, ruidos sofocados, algún grito depájaro.SirWilfredmepreguntó si la tragediameagradaba.Admitíque sí. ¿Yquépensaba de la interpretación?, ¿prefería a King Lear o a Fool? Confesé que lainterpretacióndeFoolmehabíaparecidofascinante,tanagresivaybramantedeira,casidemencial.Peroadecirverdadhabíasidoconquistadopor la interpretacióndeLear:teníaalgoenfermizo,comotenebroso,unalanguidezmetafísica,unacondena.Él semostródeacuerdo.Poreso la interpretacióndeFoolhabía sido tanhistérica,alucinada, febril: porque era necesario un fuerte «comic relief» para subrayar lalanguidez tenebrosa de Lear. Ese Lear, dijo, esta noche rendía un homenaje a Sir

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HenryIrving.¿Noleconocía?Eranatural,cuandomurióprobablementeyotodavíano había nacido,Henry Irving, 1838-1905, elmás grande actor shakespeariano detodos los tiempos, tenía los gestos de un rey y la voz de un arpa, Lear era supersonajemásexcelso,nadiepodríaigualarlejamás,sutristezaeraprofundacomoelinfierno,ysudolordesgarradorsehacíainsoportablecuandoenlaescenaterceradelquinto acto se llevaba lasmanos a las sienes como si quisiese protegerlas de unaexplosión interior,ymurmuraba:«Seha idopara siempre.Yosé reconocercuandoalguienestámuertoycuandovive…¡Ellaestámuertacomolatierra!»

Pero quizá podamos continuar nuestra conversación en otromomento, dijo sinpausasSirWilfredCotton,estáapuntodeempezarelterceracto.

8. Duranteseismeses,hastafinalesde1943,cadajuevesfuialteatrodeWilfredCotton.Fue,sucesivamente,untoscoHamletdesgarbadoycobarde,perotambiénunamable Laertes; un Otelo demente, pero también un pérfido Yago; un Brutoatormentadoyamargo,perotambiénunAntoniopresuntuosoydespectivo.Ymuchosmáspersonajesaún,enlaficcióndeladichaydeldolor,delavictoriaydeladerrota,enelmíserotabladodelacabaña.Nuestrasconversacionesnocturnas,tantodurantelacenacomoenelfoyer,fueronsiempreamablessinsernuncaamistosas,cordialessin ser confidenciales, afables sin jamás ser íntimas.Hablamosmucho de teatro, ytambién del clima, y de comida, y de música. Nos estimamos sin jamásconfesárnoslo, unidos por una complicidad que la explicitación irremediablementehabríacomprometido.

La víspera demi partida, fuera de programa—era un sábado por la noche—,WilfredCottonme invitó aunacenadedespedida.Aquellanoche, enhonor aunaalegría que seme traslucía en el rostro a pesar demi atento control, representóAMidsummerNight’sDream, porque dijo que aquella comedia, escrita para celebraraugustasbodas,eraigualmenteapropiadaparacelebrarmidivorcioconunapartedelgloboterrestrequequizánohabíasidodemiespecialpredilección.

Nos despedimos en el teatro. Le pedí que nome acompañase hasta el camión,prefería que nos separásemos en aquel extraño lugar que había sido el espacioescénicodenuestracuriosarelación.Nuncamásvolvíaverle.

Enoctubrede1939,enmidespachodeLourençoMarques,cayóenmismanosuna comunicación diplomática. Era una solicitud del consulado inglés enMozambiquepararecuperarelcuerpodeunsúbditoinglésdeSuMajestadBritánicafallecidoenterritorioportugués.ElsúbditosellamabaWilfredCotton,desesentaydos años, nacido en Londres, fallecido en el distrito deKaniemba. Sólo entonces,cuandoeltácitopactoquehabíaestipuladoenotromomentoyanoteníarazóndeser,la curiosidad humana se hizo enmí más fuerte que cualquier otra cosa y corrí alconsulado inglés.Me recibió el cónsul, un buen amigo mío. Pareció sorprenderse

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cuando le revelé mi vieja relación con Sir Wilfred Cotton, y pareció tambiénligeramente asombrado de que no supiese que se trataba de un gran actorshakesperiano,muyamadoporelpúblicoinglés,desaparecidohacíaañosdelmundocivil sin que nunca nadie hubiese conseguido dar con su paradero. Con unalocuacidad poco habitual en él, el cónsul quiso también revelarme las razones quehabíaninducidoaSirWilfredCottonairseamoriraaquelremotorincóndelmundo.Opinoquereferirlasnoañademuchoaestahistoria.Eranrazonesgenerosasynobles,talvezpatéticas.NohabríandesmerecidoenundramadeShakespeare.

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PARAÍSOCELESTE

AIsabellaG.,queenRomamehablódel«Paraísoceleste»

Hasta el día en que conocí a Madame Huppert nunca había oído hablar deikebana. Estaba muy a la defensiva, aquella tarde, me había preparadopsicológicamenteparadecirtodaslaspequeñasmentirasquehiciesefalta,contalde«promocionarme». En aquella época consideraba las pequeñas mentiras como uningredientenecesariopara resultar interesante,paraescapara lamediocridad,ymeentrenaba para decirlas con desenvoltura.A fin de cuentasme encontraba bastanteconvincente,cuandomentía,talvezmásquecuandodecíalaverdad.Peroenfrentadaa una pregunta directa, sin puntos de apoyo, sin ni siquiera lamenor sospecha dequiénoquépodíaserikebana,todamibuenadisposiciónalamentirasedesmoronóinexorablementeynotuvemásremedioqueadmitirmiignorancia.

Madame, para la entrevista, me recibió en la terraza. Estaba acostada en unatumbona de mimbre muy austera, sin almohadones, de las que se usan en lameditación yoga, y llevaba un delicioso kimono color azul pálido.Hasta el últimomomentoestuvedudandosiponerme la faldaazulplisadaconel sweater rojo, tipo«adolescentedebuenafamiliaquevaalclubdetenis»,obieneltrajedechaquetadetweedavellanaconblusabeige.Alfinalmedecidíporeltrajedechaqueta,nosinunaciertaperplejidadsobrelaresolución,porqueeltiemponoeraprecisamenteelidealparauntweedmásbiengruesocomoelmío.Aquelañounoctubreradianteparecíaprolongar sincansanciounveranoquehabía sidomajestuosoy losúltimos turistasdeambulabantodavíaenshortsporlaorilladellagocomosiquisieranhaceracopiodelúltimosol.

Pero caray, aquel traje de chaqueta me había costado casi un sueldo entero, apesardehaberlocompradoderebajaafinalesdelinviernopasado,yademástodavíanohabíatenidoocasióndeestrenarlo.EraunSaintLaurentfalda-pantalón,hombroscuadrados con rígidas hombreras, estilo años cuarenta, y solapas anchas con dosbotones,decortemasculino.Algodelomáschic:enelVogue llevabauno idénticoDeborahKerrapoyadaenlaverandadesurancho.Peroenaquellaestúpidaescuela¿quién iba a apreciar un Saint Laurent como elmío?Mis colegas llegaban por lamañanahechasun espanto, sólo les faltaba el delantal y losbigudíes en la cabeza,másvalíaponermeelSaintLaurentparalaentrevistaconMadame,almenosalguienhabríapodidoapreciarlo.Porlomenosesomeimaginaba,ycreíaquenomefaltaban

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razones.Quierodecir,unavilladeesaclasenoestabaenconsonanciaconningunadeaquellasestúpidascriaturas,tipomujeresdecarnicerosricosquehabíaninfestadolascolinasdellagoconcasitasdeungustoquepodíacompetirconDisneylandiayqueirrumpíanen lagaleríaal finalde temporada,cuandoelpropietarioorganizabaunasubasta sin precedentes y se llevaban unos adefesios que harían desmayarse a uncaballoparacolgarlosdelasparedesdesuspisitosciudadanos.Porlodemásbastabamirarlaverjadehierroforjadodelaquearrancabandoshilerasrectasdecipreses,lostorreonesconarabescosdeestiloprincipiosdesiglo,cadaunoconsupararrayos,eljardínalaitaliana,laterrazainvadidaporlabuganvilla.Yademáspensabaqueaunapersona perspicaz, para entender algo a propósito de la clase de una señora, podíabastarlesimplementeelanuncioenelperiódico.Lasofertasdetrabajo,queelsábadoleíaconavidez,estabanllenasdeproposicionesburdaseinsinuantes,o,todolomás,tópicasyprevisibles,dondela«posibilidaddebrillantecarrera»encubríalasordidezdeventasadomiciliodealgunaenciclopediaparadeficientesmentales.Noeramuycorriente un anuncio de aquellas características, en la demanda de una secretaria:«Inteligencia,discreción,cultura.Francésindispensable».

Consideréqueerancuatrocualidadesqueposeíasinlugaradudas.Lástimaqueeldirector de la escuela, aterrorizado porque les hablaba a los niños de la Majadesnuda,yelpropietariodelagalería,quesólopensabaendesplumaralasseñorasdeVarese,jamássehubierandadocuenta.Peorparaellos.

DecirqueMadameeracharmantepuedeparecerunafutilidad,perosirveparadarunaidea.Siteníacincuentaañoslosllevabadeformaexcelente;siteníacuarentalosllevabadignamente:peroyomeinclinéporlaprimerahipótesis.Teníaelpelodeunrubio tan poco natural que uno acababa por aceptarlo inmediatamente, porque laficción declarada esmuchomás aceptable que la ficción simulada (entonces teníatoda una teoría sobre la gama de las ficciones); y, gracias a Dios, no se hacía lapermanente. No es que yo por principio estuviese en contra de la permanente,entendámonos,peroelhechodequemiscolegasviniesena laescuelaconaquellaspermanentestandeplorableshabíahechoquealfinalladetestase.

Madame inició una conversación muy informal, en francés. Evidentementeempleabaelfrancésparacomprobarmiconocimientodelalengua,comoseexigíaenel anuncio, pero en ese sentido me sentía al abrigo de todo peligro, gracias aCharleroi,aunquemeguardémuybiendedecirlo.Detodasformasnohicenadaparadisimularmipronunciadoacentobelga,aunquenomeresultabadifícil,erasólounacuestióndetónicasydeguturales.

Empezamospor la literatura.Madamese informó,conmuchadiscreción, sobremisgustos;nosinhabermepuestoalcorrientede lossuyos,paradarmeconfianza,queeranelMontherlantdeLareinemorte («tanhumanoydesgarrador»,dijo)y lamelancolía mágica de Alain-Fournier. Pierre Loti de todas formas no había que

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despreciarlo,debíaserrecuperado,especialmenteeldeRamuntcho,estabaseguradeque tarde o temprano alguien lo haría, a lo mejor un crítico americano: losamericanosteníanunolfatoindiscutibleparalosrepêchages.AdecirverdadLotimehacía pensar en el olor a cerrado de las aulas del colegio del Sacré Coeur deCharleroi,dondePêcheursd’Islandeeraunadelasescasaslecturaspermitidas,perotratédemostrarmedeacuerdo.HabíatardadoochoañosenborrardemiexistenciaelcolegiodeCharleroi,ynoibanaserlosgustosdeMadamelosquemellevasendenuevoaaquellosrecuerdos.PodríahabermehecholaintelectualarriesgándomeconSartredequienhabíaleídouncuento(porotrapartehorroroso),peropreferísercautay hablé de Françoise Sagan, que en el fondo también tenía algo que ver con elexistencialismo. Y luego mencioné al Hemingway de las Nieves del Kilimanjaro(habíavistolapelículaconAvaGardner)yVinieronlaslluviasdeLouisBromfield.Madamemepreguntósiconocía los trópicos.Dijequeno,desgraciadamente,peroqueundíauotrotendríaquehacerlo,hastaahoranohabíatenidoocasión.Yluegopasamosalapintura.

Aquíme sentí completamenteamis anchas,porqueerami terreno,y sideslicéalgunamentiranofuepara«promocionarme»,sinosóloparaquequedaramejor.Dijequeme había diplomado en el instituto estatal de arte hacía dos años (lo que eracierto),peroItaliaeradeunaestrechezdemirasintolerable.¿Quéposibilidadesteníaunajovenartista,enItalia?Esperarinterinidadesenunaescuelamedia.

Porsuerteenveranopodíacultivarmisinteresestrabajandoenunagaleríadeartelocal(esperéardientemente,mientraslodecía,notenerjamásqueponerlospiesallí);sólo que al final de la temporada turística la galería cerraba y la pequeña ciudadvolvíaasumirseenlastinieblasdelaincultura.Yenconsecuencia,mevoilà.

Penséquehabíallegadoelmomentodelaspreguntasmásconcretas.Temíasobretodo que Madame me interrogase a propósito de mis capacidades dactilográficas,capacidades que juzgaba indispensables en cualquier secretaria. En mi caso erannulas.Las raras ocasiones en que tenía que escribir una carta, cuando estaba en lagalería,tardabatodaunatarde(utilizabasóloelíndicedelamanoderecha),yapesarde tanta aplicación los resultados no eran nada brillantes. En cambioMadame noparecíatenerlamenorintencióndehacermepreguntas«técnicas»,sumenteparecíaestar ocupadísimapor la pintura, y fue un alivio seguirle la corriente.Al principiohablamos de los amarillos de Bonnard, no recuerdo a raíz de qué, probablementedebidoalaluzdeaquelotoñoyalamanchadoradadeloscastañosquesedivisabaenlaladeradelamontaña,alotroladodellago.Luegoyojuguéconastuciayapostéa los fauves. SobreMatisse no se discutía, evidentemente, lo dabapor descontado.PeropersonalmentesentíamásaDufy,elDufydelasmarinas,delosgeraniosydelaspalmerasdeCannes.ConDufy—dije—, la alegríamediterráneacanta sobre latela. En la pared junto a la escribanía, en la salita de la «Paleta del lago», el

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propietarioteníauncalendarioconunareproduccióndeDufyparacadames.Habíaestadocaraacaradurantetreintatardesconsecutivas(treintayunaenjulioyagosto)concadareproducción,desdelascincohastalasnueve: la«Paletadel lago»,enlosmesesestivales,nocerrabanunca.Digamos,parasermásexactos,queDufymesalíapor las orejas. Pero en la galería el panorama variaba entre las reproducciones deDufy y los rostros idiotizados de las señoras que admiraban las mamarrachadascolgadasdelapared,yalasqueporsifuerapocodebíadedicaracogedorassonrisas,enopinióndelpropietario:eralógicoqueprefirieseaDufy.Melosabíadememoria.

Le pregunté aMadame qué opinaba deBal à Antibes (era la reproducción dejunio),conaquellaspinceladasdeazulydeblancodelosmarinerosenprimerplano,entreaqueltorbellinodecolores.¿YlamagiaazuladadeLamer(julio),conaquellasrisas(dijeexactamenteeso)delasvelas?¿YlaarmoníadelospaisajesdePlagedeSainte-Adresse,lade1921,creíarecordar(agosto),nolehacíapensarenunapequeñasinfonía?Madameestuvodeacuerdo.Detodasformas,dijeperentoria,considerabainsuperableJardinspubliquesàHyères (septiembre).Meparecíadefinitivo.ParamíDufydespuésdeaquelcuadroyanoexistía.(Yeralapuraverdad).

ElcalendariocausóunciertoefectoenMadame,quenomeescatimóelogios.Yentonces,oh,bueno,dijecontodaladesenvolturaquelaocasiónmeparecíamerecer,que para estudiar a los fauves había ido «expresamente» a París.Naturalmentemeguardé muy bien de decir qué es lo que conocía de París, porque todos misconocimientos,procedíandeunviajeescolarconlasmonjascuandopapátrabajabaen las minas de Charleroi. Había un viaje de cuatro días, en autobús, con brevesparadasparabocadillosypipí,yluegotodasdenuevoabordo,acantarEnpassantpar la Lorraine bajo el inflexible deleite de laMadreMarianne que temiendo laslargasconversacionesyloslargossilencios,ambosportadoresdemalicia,resolvíaeldilemaconlaalegríadeunasanacanción.DeParísconservabaelatrozrecuerdodelMuséedel’HistoiredeFrance,delPanthéon,demispieshinchadoscomobolsasdeaguacalienteydelaprimeramenstruaciónquemevinolasegundanochedeestarenParís, después de una caminatamemorable. El último día laMadreMarianne noshabíahechodeguía enunavisitadequinceminutos alLouvre, el tiempo justodeasomarlanarizalassalasdeCorotyMilletyenlacasetadelasalidacadaunadenosotras había tenido que depositar una pequeña cuota para comprar unareproduccióndelAngelus,queluegolaMadreMarianne,duranteelviajedevuelta,habíacolgadodelaventanillatraseradelautocar.Yoteníatreceaños,mesentíafea,desdichadaeincomprendida,ymepaséelviajesoñandoenunaferozvenganza:undíameconvertíaenunagranpintoraconunestudiomajestuosoenelQuartierLatin,laMadreMarianneveníaapedirmederodillasquepintasefrescosparaelrefectoriodelcolegiodeCharleroidondelagranartistahabíahechosusprimerosestudios,peroyolerespondíaarrogantementequemeeradeltodoimposible,teníaqueprepararmi

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triunfal exposición en el Grand Palais, Parísme dedicaba un homenaje, elmundoentero reclamaba mis cuadros y hasta el mismo presidente de la república iba aintervenir.

¿Yelikebana?—dijoMadame—.¿Legustaelikebana?Respondí que decididamente no lo conocía. (Me sentía atrapada y opté por

mostrarmesecaydefinitiva).—Lástima—dijo Madame—, pero no tiene importancia, estoy segura de que

aprenderáaamarlo.Porfavor,acérquemelabotelladeginebrayllameaConstanceparaquemetraigamásaguatónica.

Mientras esperaba el agua tónica Madame me preguntó distraídamente cuáleseranmishobbies,siporcasualidadsentíapasiónporlaenología:ah,¿sí?,espléndido,ellano,preferíaloscocktails,peroelseñoringeniero,sí,sumarido,sentíapasiónporlosvinos,comobuenitaliano—italianodeadopciónperonoporellomenositaliano—,oh,porvinosraros,claroestá,tambiénaellalehabríagustadoentenderalgomás,pero evidentemente no podía exigir que el señor ingeniero le diese clases, estabasiempredeviaje,siempretanabsorbidoporsusnegocios,elpobre.Peroapropósito,mifrancéseraexcelente.

Respondí que sí, efectivamente era cierto,mi pobre padre se había tomado ungraninteréspormieducación,apesardenodisponerdeunminutolibreentodasuvida (se ocupaba de minas): había querido que mi gobernanta fuese francesa,obviamente, la vieja, querida, austera Francine (me emocioné un poco ante elrecuerdo)quemehabíahechoprácticamentedemadre,eravalona,este inequívocoacentobelgaquetiempoatrásdetestabayqueahoraencontrabadeliciososelodebíaa ella; oh, no no, no era huérfana de madre, sólo que mamá era tan frágil, tandelicada,yademássupianonoledabatregua.

Madame empujó el carrito de los aperitivos hacia mi butaca y me invitó aservirme.

—¿Entonceslaescuelanoleinteresa,noessuvocación?Dije que en cuanto a vocación podía incluso haberla tenido, pero ya hacía dos

añosqueteníaeltítuloytodavíametocabahacerdeinterina.Ysantocielo:teníacasiveintiún años. Expliqué el concepto de suplencia, que Madame parecía ignorarcompletamente,yparasersintéticadijequelasemanapróxima,cuandolaprofesoraalaqueyosustituíahubieseacabadoelpuerperio,eldirectormediríaquelaescuelameagradecíamipreciosacolaboración,ysi tehevistonomeacuerdo.Y tampocoabundabancomosetaslasseñorasembarazadasalasquehabíaquesuplir,hoyendíalagenteselopiensadosvecesantesdetenerhijos,conelcostedelavida,puesahíesnada.No sé si estaba al corriente de las estadísticas relativas a los nacimientos enItalia.

Estaba descendiendo el crepúsculo sobre el lago, y desde donde estábamos era

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verdaderamenteun lienzo,Dufy sequedabacorto.Desde la terraza sedominabaeljardín,llenodelimonerosydecipreses,surcadoporlageometríadelossetosdebojqueribeteabanlossenderosdegravilla.Elpueblo,sobre lapuntaqueentrabaenellago,yaestabaalasombra,ysobrelostejadosaleteabanvagosjironesdeluzdeunazulmuypálido.Laúltimaluzdeldíacaíasobreelembarcaderofrentealaverjaysobre los torreones de la villa, de un amarillo cálido, tostado por el tiempo. Lasgolondrinasarmabanunalborotomaravilloso,volandoenloquecidasa rasdesuelo.Madamemeestabaexplicandoquetemíaaburrirseterriblemente,duranteelinvierno,estandoacostumbradaaParís,nopodíadecirqueteníaexactamentenecesidaddeunasecretaria,digamosmásbiendeunacompañía;sí,algunacartadevezencuandoaalgunas galerías suizas de las que era cliente, o cosas por el estilo: perofundamentalmente buscaba a una persona de buen gusto con la que intercambiarimpresiones, con la que poder hablar de cosas inteligentes, naturalmente, nopretendíaqueyotomaseunadecisiónallímismo,podíadarleunarespuestamañana,peronaturalmentecomidayalojamiento,mejordicho,¿queríaecharunvistazoamieventualhabitación?,llamabaaConstance.

DurantetodoelrestodeoctubreMadameestuvomuyocupadaenlacreacióndeun ikebana no realista, un equilibrio extraordinariamente delicado de los distintosmaticesdelotoño.LabaseeraunjarrónBelleEpoquecolororoviejo,uncristaldeGalléde1906,decuellolargoydelgado.

Madamemeencomendó la tareadeponerle títuloa lacomposición—todas lascomposiciones de fantasía llevaban un título— porque una de las finalidades delikebana era precisamente sugerir nombres, hacer que se concretase en palabras lasensación que la composición había suscitado en nuestro ánimo. Lo que más meimpresionaba de aquella composición era «su corazón de luz», dije, y Madameestableció que no habría podido encontrar un nombre mejor. A decir verdadempezabaaposeerunaciertacompetenciaenel tema.Había literalmentedevoradoIkebana:l’artdesfleurs,Lesfleursetl’antiquetraditionjaponaise,IkebanaetHai-Kai y por últimoLa peinture japonaise, unmagnífico volumen en papel satinado,todo reproducciones.Por lanoche leíaKawabata,porconsejodeMadame,queera«tan zen de la primera a la última página». Me aburría mortalmente, con todasaquellas mujeres cretinas que contemplaban melancólicamente paisajes invernales,peromeguardémuybiendedecirloparanoparecermaterialista.Madamedetestabael materialismo, y Kawabata era «un petit souffle que acaricia las planicies delánimo».

Con el sueldo de octubre, queMadame insistió en pagarme entero aunque nohabíaentradoasuservicioaprincipiosdemes,mecompréunachaquetadeantílopeverdeoscuro,quemehacíamuchísimafalta,yunjuegodeaccesoriosparaelbolso:

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polvera, peine y encendedor de carey casi púrpura. Con el dinero que me sobrócompréunelegantísimonécessairedeescritorio,quemeparecía indispensableparaunasecretariadeunciertonivelyqueconteníaunminúsculocortapapelesdeplata,una pluma estilográfica de laca, un frasquito de tintamuy azul y un paquetito depapeldeescribir,consuscorrespondientessobres,deunespléndidopapeldearrozdecoloramarilloclaro.Encontréquemihabitaciónadquirióunaspectomásintelectual.Hicealgunaligeramodificaciónenladisposicióndelosobjetos,trasladélapantallamontadasobreunjarróndejadedelacómodaalamesajuntoalaventana,agrupéasu alrededor los objetos recién comprados y obtuve un escritorio auténtico. Paracompletar el conjunto dispuse bien a la vista las Poesías completas de VittoriaAganoorPompilayLaviedesabeillesquehabíacompradoenuntenderetedelibrosusados.

A principios de noviembreMadameme confió dos encargos que venían comoanilloaldedoparamisnuevosobjetosdeescritorio.Habíallegadoelcatálogodeunagalería de Zurich donde se mencionaban dos grabados de Utamaro, sin ningunaespecificación: tenía que preguntar características, dimensiones, precios,eventualmente fotografías. Y luego debía dirigirme a un centro de ventas de SanRemoparaquenosmandaseconsusistemadeexpedición losbulbosde trasplanteindicadosconlassiglastalytalensucatálogo.

AlagaleríadeZurichescribíunacartaescuetaycortés,conelegantecaligrafía,enmi papel de arroz. Les rogaba que fuesenmuy detallados en su respuesta, queindicasenelprecioenfrancossuizos,quemandasenalmenosdosfotografíasformato16x24.Porúltimodejabaentreverlaposibilidaddeunaadquisicióninmediataenelcaso de que las obras fueran buenas, y firmaba con atención Lisabetta Rossi-Fini,secretariadeMadameHuppert.Penséqueenlafirmapodíaperfectamenteempezarautilizarelapellidodemamáyeldepapáunidosporunguión,alfinyalcaboerahijadelosdos,noutilizabanombresquenomeperteneciesen.AlatiendadeSanRemo,ademásde losbulbos, lespedíunadocenadeclavelesazulesquehabíavistoenelcatálogoyquemehabíanfascinado.Elclavelesunaflorsencillaypopular,significafranquezaysimpatía,peroaquellavariedadde invernaderodeunazul intenso,queadquiría tonosvioletasen losbordesrizados,eraverdaderamentesingular:parecíanfloresexóticasymisteriosas,teníanalgodeorquídeassinposeersufríavulgaridad.

EnaquellosdíasMadamemetuvoocupadísimaenlarealizacióndeunGashu,unmoribana tradicional para el que se requierenmás que dotes de sensibilidad y decreación,exactosconocimientosdelaantiguapinturajaponesafuentedeinspiracióndelmoribana.Elmoribanaesun tipode ikebanarealizadosobreun jarrónplanoyamplio,generalmenterectangularobienredondo.Micolaboraciónenelmoribana,adecirverdad,selimitóalabúsquedadelamateriaprima,yaquetuvequedarmeunpaseomásbienaburridoporlascolinasdellagoenbuscadenogalesyderamasde

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enebro. Había llovido hacía poco y el terreno no era justamente el ideal para lospaseosselváticos.Elresultadofueunamolestísimairritaciónenlostobillos,talvezdebido a los pólenes y a la hojarasca en putrefacción, que me obligó a rascarmeduranteunasemana.

La galería de Zurich respondió a vuelta de correo. Mandó las fotografías deUtamaro,lamentandoqueloscoloresnofueranmuyfelicesyqueelformatonofueseel exigido, pero era todo cuanto tenían en el fichero. Se trataba de dos pequeñasacuarelas,unafigurafemeninapocooriginalyuninsectosobreunahojadenenúfar,todoentonosverdesymarrones,queentusiasmóaMadame.Lasinformacionesdelagalería, además de las dimensiones y los precios, eran las siguientes: «Utamaro,1754-1806.Núm.148/a:FemmedeYedo,1802environ,gouachesurpapierdeChine,état de conservation parfait. Núm. 148/b: Libellule sur Nénuphar, 1790 environ,gouachesurpapierdeChine,quelquelégèretâched’humiditésurledos».

Fuepuracasualidadqueaquellanoche,antesdeacostarme,fueseadarunaojeadaalcapítulodelaPeinturejaponaisededicadoalaobrayalaescueladeUtamaro.Laprimeradiscordanciaconelcatálogosuizoquellamómiatenciónfuelafechadelamuerte, 1797, queme fue confirmada por elLarousse deMadame. Encontrémuysingularqueunagalería tan seriapudiera cometerunerror tanburdo,ymepuseabuscar mejor. Decididamente la galería no tenía suerte. Mi libro dedicaba amplioespacioaunepígonodeUtamaro,untalToriiKiyomine(sigloXIX)degrantalentoyfecundo trazado,perosin lamelancólicagraciadelmaestro,quehabíadedicadosupinturaa lavidade lascortesanas.Medicuentaenseguidadeque lameteduradepatadelossuizoseraaunmásgrave,ynomeparecióoportunopasarlacosaporalto.Aquella misma noche, en mi escritorio, escribí una carta magistral que al díasiguiente sometí a laaprobacióndeMadame.Dejandobien sentadoque lapersonaque me había encomendado la tarea de escribirles era una experta a nivelinternacional en pintura japonesa, y que la humilde firmante de la carta hacía loposible por acompañarla en sus investigaciones, hacía educadamente observar losiguiente: 1) Encontraba verdaderamente singular que la fecha de la muerte deUtamaro, comúnmente fijadapor losmás eminentes estudiosos contemporáneos en1797, fuese arbitrariamente postergada nueve años. 2) Dicho error, queevidentementenoeraungazapotipográfico,provocabaunerroraunmáslamentable:elMaestrohabríapintadounaobracuandoyahabíafallecido.3)Lafigurafemeninaconlareferencian.º148delcatálogo,indicadacomoFemmedeYedodeUtamaro,eraenrealidadunacortesanadeToriiKiyomine,comotestimoniabaninclusoparaquiennofuesecapazdeleerlosideogramasalaizquierdadelafigura,nosólolosplieguesdel traje y la posición claramente decimonónica de la figura, sino el inequívocochancloaltoynegroqueasomabadelosplieguesdelkimono.Dabaaentenderconuna cierta perfidia que los clientes de la galería se sentirían ciertamente alarmados

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respecto a la autenticidad de las obras que poseían si por casualidad llegaran aenterarsedeunerror tandeplorable;mepermitíasugerirpor tantounrápidoerratacorrigeenelcatálogo,quenoshabríatranquilizado«atodos»;yporúltimoproponíalaadquisición,ademásdelauténticoUtamaro,porelqueestabadispuestaapagarsujustoprecio,tambiéndelacortesanadeKiyomine,porlamitaddelpreciorequerido.Firmaba,atentamentesuya,LisabettaRossi-Fini,secretariadeMadameHuppert.

AprincipiosdediciembreelseñorHuppertregresódeunlargoviajeporlaCostade Marfil con un precioso regalo para Madame. Era una estatuilla de piedra querepresentaba a un hombre en cuclillas empuñando un curioso fusil de aspectoprimitivo.Explicóquelaesculturaenpiedraesextraordinariamenterara,enÁfrica,porque exige una organización artesanal que tan sólo es posible en algunascivilizaciones con una estructura social bastante desarrollada. Por ejemplo aquellapiezaprocedíadeunapoblaciónMintadi,enelaltoCongo,yadornabalasantiguasnecrópolis. Era una imagen funeraria muy antigua, como testimoniaban ya lascrónicasdel reydelCongoAlfonsoIen1514.Pero loverdaderamenteprecioso,almenosparamí,eraelbrazaletequelaestatuallevabaenlamuñeca,unhilillodeorocuajadodeminúsculosdiamantes,unamaravilla.

—Estosinembargoesunapiezamoderna—sonrióelingenieromientrasloponíaenlamuñecadeMadame—.Loencontrémuydelicado.

MonsieurHuppert era un hombre agradable y exquisitamente amable, un pocotímido, y se mostró encantado de queMadame hubiese encontrado una agradablecompañía «que la ayudase a hacermenos oprimente su convalecencia» (eso fue loque dijo). Salvo el día de la llegada de Monsieur Huppert, cené siempre con losseñores. Era una costumbre iniciada desde el primer día que llegué a la villa, y aMadame no le pareció oportuno interrumpirla. Por otra parte era yo la que meocupabadelamesa,delasflores(cadanochecomponíaunminúsculoikebanasimpley gracioso), del vino. Aquella estúpida de Constance no poseía el don de ladelicadeza,aunquecomococineraeraunadelicia,ydesdeluegoenlascosasdegustonosepodíacontarconella.EncuantoaGiuseppe,bueno,yaeraunmilagrohacerlefuncionarconlachaquetaarayasylosguantesblancos,sosteníalabandejacomosiempuñaseunastijerasdepodar;peroconélhabíaqueserindulgentes,alfinyalcabohabíasidocontratadocomojardinero.

LasconversacionesnormalmentesereferíanalapasióndeMonsieurHuppert,oseaalcontinentenegro,porelquenutríaunamorrayanoenlaidolatría.Sutrabajodeimportador de materias primas para importantes empresas europeas le habíapermitido, endiez añosdeviajes, considerar aÁfrica comosupaísde elección.Yescuchandosusrelatos,ÁfricaparecíaaúnelcontinentedeLivingstone,deStanleyydeSavorgnandiBrazzà;yaqueMonsieurHuppertconocíasucorazónmássecreto,

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los sortilegios más cercanos, los itinerarios menos turísticos. Al oírle hablar meparecía sumergirme de nuevo en mis lecturas escolares o en los sueños de miinfancia,enloscuentosdeTarzán,enlasaventurasdeCinoyFranco,enlaspelículasde Ava Gardner y de Humphrey Bogart. Lo sabía todo sobre las pistas menostransitadas,porejemploquésafarisescogerdelosquesalíandeFort-LamyydeFort-Achambault, qué períodos evitar para no caer en el maremágnum de los ricachosamericanosenbuscadeemocionesfuertes,conocíaa losmejoresguíasdeNairobi,las cuevas paleolíticas de Olor-Gesalie, las pinturas rupestres de Cheke, lasmisteriosasruinasdeZimbabwe,quealgunosconsiderabanlasmíticasminasdelreySalomón. Pero también conocía la fascinación de las cascadasVittoria, el lujo delhotelN’gordeDakar,lospintorescoscottagesenlasladerasdelKilimanjaro,dondepasan susvacaciones los ricos rodhesianos, el esmeraldade los camposdegolf deSudáfrica. Durante la cena me quedaba en silencio escuchando —¿qué otra cosapodíahacer,sino?—ycuandoestabaenmihabitacióntomabaapuntesconfusosenuna agenda que había tituladoVoyage en Afrique: construía un itinerario turísticoidealquetardeotemprano,estabasegura,losseñoresHuppertmehabríaninvitadoarecorrerconellos.Medabacuenta,conperfectaobjetividad,dequemiprestigiosehallabaennítidoascenso.EntreotrascosaslavictoriaconlagaleríadeZurich,quehabía contestado dando las gracias y aceptando mis condiciones, marcaba unindiscutiblepuntoamifavor.

CuandollególallamadatelefónicadeMonsieurDelatourestabasolaencasa,losseñoreshabíanidoalaciudaddecompras(Madameteníaquecomprarlosadornosnavideños)ymehabíaconfiadolavilla,comohacíansiemprequeseausentaban.Entales casos contestaba al teléfono, firmaba los recibos de eventuales certificados,pagabaalosproveedores,dabainstruccionesaConstanceparalacena.

Másquesorprendida,Madamemostróunagranagitación,cuandoseenteródelallegadadeMonsieurDelatourparaeldíasiguiente.Dijoqueeraunacatástrofe,Diosmío,encasanoteníamosnada,estábamostanpocopreparados,yademás¿veníasolooconMadameDelatour?¿Nolosabía?¡Perosantocielo!,erafondamentale,eratanembarazosorecibirinvitadosdeformaintempestiva,yademáslosseñoresDelatour.Ah, qué tonta por no haber comprado flores en la ciudad, no, ni siquiera habíamaterialparaunikebanadecente.

Eldíasiguientefueunajornadafebril.PorlamañanaMadameintentócomponerunShinseiconpinoyhojasdemagnolia,peroencontróquelehabíasalidopobreysin gracia, y lo deshizo. Le sugerí un Jushoku de buen auspicio, con crisantemo,helecho y una rama de palosanto. Tenía la ventaja de ser de fácil composición, yademáselpalosantodelparque,conlosencarnadosfrutosresplandecientes,eraunaverdaderamaravilla.Comobaseutilizamosun jarrónmoderno,deunazul turquesa

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deVenini,muyelegante.Lacomposición resultó satisfactoria, aunquecomocentrode mesa evidentemente no servía. Todo lo más podía ir bien para la consola delcomedor,omejoraúnparaelaparador:enmediodelafrutadabauntonopictórico,peronadamás.

Llegaron inesperadamentea salvarnos losclavelesazulesquehabíapedidoa latiendadeSanRemo,casinomeacordabaniyo,semehabíanidodelacabeza.Vinoatraerlosunacamionetadelaempresa,juntoconlosbulbos.Quenoerandeuncolornaturalunamiradaexpertalodescubríaenseguida:nuncahabíallegadoasabersilassustanciascolorantesselashacíanabsorberatravésdelterrenoobiensilasrociabansobre la flor.Decualquier forma llegabanenunestadoperfecto, fresquísimos,unaverdaderaprovidencia.Madameyyonosexcusamosanteelingeniero,esperábamosqueloentendiese,esedíanopodíamosdeningúnmodoacompañarleenlacomida.Nosconformamosconunligerísimotentempié,unsándwichyunjugodepomelo,ypasamos en seguida al ikebana. Nos dio por lo majestuoso. A decir verdad lacomposiciónnoerademasiadoortodoxa;peroprobablementeMonsieurDelatournoera un especialista en la materia, y nos concedimos algunas libertades. Nuestromoribanaparecíaquererépater,conaquellabandejaCeladonblancacomolaleche,loshelechosylamanchaazuldeseisclavelesenelmedio.Perocomocentrodemesateníaunapersonalidadfortísima,hastaelextremodecondicionartodoelresto.Restoconelquetuvequevérmelasyosola,porqueMadameseretiróasuhabitaciónparamaquillarseymedejóconlaatrozdudadelaelección.Optéporunaeleganciamuycontenida,sinostentación:manteldehiloblanco,sencillísimo,porcelanaholandesadeldiecinueve,vasosdecristaltallado.Terminéalassiete,justocuandovirechinaruncochesobre lagravilladelparque.Desde laventanaviqueeraunBentleyazuloscuro,conchófer,peronomediotiempoavercuántaspersonashabíaenelasientoposterior.Detodasformasnopodíaperderniunminuto,mequedabaunahoraescasapara correr a mi habitación y adecentarme un poco. Me había sido confiada laresponsabilidaddelflambéenlacena,elRobertadeCamerinodeMadametodavíanohabía tenido tiempo de probármelo, pero estaba segura de que me envejecíademasiado.Yestabaexhausta.

Madame fue un cielo cuando me presentó como su «artística secretariaMademoiselleRossi-Fini»,meayudóaencontrarladesenvolturaquenecesitaba.Noes que me sintiese violenta, pero algo emocionada sí, no lo niego. Y además losseñores Delatour no eran exactamente el tipo de personas que te hacen sentirtecómoda, sobre todo Madame Delatour. De joven debía haber sido una mujerespléndida; ahora cultivaba el tipo de belleza austera, a lo Grace Kelly, peromásaltiva y glacial: cejas muy delgadas, cabello rubio ceniza recogido en la nuca, elrostroestiradodelasmujeresquefrecuentanlasclínicassuizas.AMonsieurDelatourlosaños ledabanencambioun toquede fascinación,comoavecesocurrecon los

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hombresquenosonunabelleza:sienesplateadas,arrugasypatasdegalloentornoalos ojos, bronceado ligero, ojos azules.TipoVonKarajan, peromás sólido,menosascético.

Giuseppeentrótrayendoloscocktailsdeaguacate.Enlascopasdeplataelverdepistacho del aguacate cortado en cubitos salpicado de un ligerísimo velo de hielogranizadoyunagotadeketchupteníaunaspectomagnífico.Oh,unanadería,fingirexcusarmesubrayandoquefingíaexcusarme,mehabíaenseñadoahacerloslaviejaFrancine, a papá le gustaban tanto los aguacates, por lo demás adoraba todas lasfrutasexóticas, talvezpormotivosestéticos,quiénsabe, teníauntremendosentidoestético, papá. ¿Artista?, no no, de la industriaminera, ah sí, un tremendo sentidoestético,porotrapartelasfrutasexóticassonunauténticoplacerparalosojos,¿no?,unapiña,unapapaya,unaguayaba,unaguacatereunidos¿noformanasumaneraunikebana?,unikebanasintítulo,esoestodo.

—¿Yéstecómosellama?LapreguntadeMadameDelatournoscogiódesprevenidas,unaauténticaducha

de agua fría. Con las prisas de la preparación, con la agitación de la llegadaimprevista, a Madame y a mí se nos olvidó completamente ponerle un nombre.Permanecí callada unosmomentos, esperando la respuesta deMadame.En cambioMadamesaliódelpasoconeleganciadirigiéndomeunademándeinvitación.

—Por favor querida, dígaselo usted—significaba—, no quiero privarla de esteplacer.

Medebatídesesperadamenteenbuscadeuntítuloalaalturadelasituación.Losojos de Madame Delatour me atravesaban como los alfileres, escépticos einquisitivos.

—Paraíso…ParaísoCeleste—dije—.Esunmoribanatradicional—proseguídeuntirón—,significaeldeleitequeembargaelánimodelosdueñosdelacasacuandorecibenagratosinvitados.

MadameDelatour,finalmente,dejódiluirsesuexpresiónglacial.Surostrotensose relajó (me pareció más fea, debo decir), se abrió en una amable sonrisa. Deconquistarladefinitivamente seencargóGiuseppeentrandoconel carrito.El faisánasado, dispuesto en la fuente de flambé, era soberbio. Antes de encomendarme elcarritoGiuseppe retiró lasplumasde lacolaqueadornaban la fuente,descorchóelchampagneyabrióelcoñacconunaflemaimpresionante,ysóloentoncesdijo:

—MonsieurDelatour,lollamanporteléfonodesdeParís.Tenía dotes insospechadas, nuestro Giuseppe, tal vez lo había subestimado.

MientrastantolasseñorassehabíanaliadocontraMonsieurHuppert,apropósitodelacaza.Araízdelfaisánlaconversaciónhabíaderivadohacialacazaengeneral,yMonsieurHuppert,bastanteincautamente,habíaconfesadosupasiónporlossafaris.

—¡Pero cómo!—(MadameDelatour hablaba con su tono distante, pero estaba

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visiblemente escandalizada)— ¿abatir a una gacela, aquella masa de élain vitalcontenidaenlagraciadeunesbeltocuerpo,abatiraquellamaravilladelacreaciónnoeraundelitocontranatura?

MonsieurHuppert intentó explicar, sin excesivo ardor, que en los safaris no seabatíansólogacelas,opor lomenosnoexclusivamente. Invocóelestremecimientoanteelpeligro,alhombreenfrentadoalanimal, llegó inclusoacitaraHemingway.Pero sehallabaennetadesventaja.Yademásen solitario.Meguardémuybiendeentrarenlacuestión,meparecíaarriesgado.

Monsieur Delatour regresó con un aire bastante preocupado, se sentódistraídamente,parecíaausente.Laconversaciónsereanudóconunaciertafatiga,erajustoelmomentodeflamber,habríareavivadolaatmósfera.

—¡Halehop!—dijesosteniendolacerilladechimeneacomounaantorcha—elinfielescondenadoalahoguera,hágasejusticia.—Meparecióquelafrasenoestabanadamal,peronadieserió.Mellevéunchasco.

—¿Pero enDakar no hizo los contactos que habíamos establecido?—preguntósúbitamenteMonsieurDelatourmirandofijamenteaMonsieurHuppert.

MonsieurHuppertseestremecióligeramente,permanecióuninstanteensilencio,comoazorado,bebióunsorbodechampagne.

—Despuésseloexplicaré—dijo—estaveznohasidomuyfácil.—No creo que sea necesario—le reprendióMonsieurDelatour—.He recibido

unainformaciónmuyreservadadeParís,yasabeusteddequéfuente.—Hablabaentonosecoyneutro, sinelmenorasomodecortesía, comosinuncahubiesevistoaMonsieurHuppert—.Elnegocio lohancerrado losalemanes, comoeraprevisible.Ahorapodemosdejarlotodoenelalmacénhastaquesepudra.

El coñac estaba ardiendo alegremente sobre el faisán, con una llama azulada ycrepitante,llenadepromesas.Larecetaordenabacomomínimounminutodellama,peroprobablementenodurótanto,habíaechadopococoñac.Detodasformasmejorasí,meparecíaquehabíallegadoelmomentopropiciodeentrarenmateria:elojoyahabíadesempeñadosufunción,ahoraletocabaalestómago.CortéapresuradamenteyllaméaGiuseppeparaquesirviese.MadameDelatourcogióunpedacitodepechugaquecabíajustodebajodeunatrufa.Seguíaunadietaférrea,labellezaembalsamada,córcholis.MadameHuppert, talvezparanohacer sentirse incómodaa su invitada,siguiósuejemplo.CuandoGiuseppemepresentólafuentedudéenhacerlopropio.Habíaunmuslocondostiritasdecarne,dedimensionesmuyreducidas,quequizáseraloapropiado:alfinyalcabodespuésdecenarsiemprepodíahacerunaescapaditaa la cocina. Luego me asaltó la idea de que Giuseppe y aquella tragaldabas deConstance no dejarían ni las migas, contentos como pascuas de que los señoresestuviesentandesganados,ymeservíungenerosopedazodepechuga.Comoquiendicenohabíacomidonadadesdeporlamañana;elsándwichdelmediodíamehabía

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hechocosquillasenelestómago,había sidoundíaagotador…yenel fondoaquelfaisáneraméritomío.

—Nosésisedaustedcuentadelosproblemasquesufaltadeoportunidadnosestáprocurando—dijosincambiardetonoMonsieurDelatour.

MonsieurHuppertdijoquesedabacuenta.—Bien —prosiguió Monsieur Delatour— entonces trate de traducir estos

problemasendólares.Probablemente Monsieur Huppert hizo mentalmente la traducción, porque se

quedópálido,el tenedorconla trufapermaneciósuspendidoenelaire,sufrenteseperlódeunvelodesudor.

—MonsieurHuppert—dijoconvozcortanteMonsieurDelatour—¿sedaustedcuentadequelepagamosparaquevenda?Usteddejadevender,nosotrosdejamosdepagar.

Bendecí aGiuseppe que entraba con el postre. Era unamousse de piña heladaadornadaconcerezasconfitadas,unaobramaestradeConstancequeyomesabíadememoria, me volvía loca. Cuando Giuseppe me sirvió le susurré que trajese máschampagne (habíametido otras dos botellas en la nevera, por previsión).Yque sediese prisa. Luego me levanté para encender la chimenea, no sin hacer notar queaquellanochemesentíaunaverdaderavestal.Vestalopirómana,como losseñoresprefiriesen.MadameHuppertsoltóunaalegrecarcajadayMonsieurDelatourlehizoeco.Laatmósferaseestabafrancamenteserenando.Penséquenohabíanadamejorqueunbuenfuegoenlachimenea,pararelajarlosnervios.YluegoGiuseppeentrócon la cubitera del hielo y el Dom Perignon envuelto en una servilleta blanca(impecable, elviejoGiuseppe, se estabacomportandocomoungrand-maître),hizosaltareltapónyllenólascopas.

—Sedaráustedcuenta—volvióadecirleMonsieurDelatouraMonsieurHuppert(pero ahora tenía una vozmás relajada,más conciliadora)— se dará usted cuenta,espero,dequesiquiererecuperarelterrenoperdidonolequedaotraalternativaquelaX-21. Por otra parte, de haber seguidomi consejo, ese contrato estaría firmadohaceunaño.

Monsieur Huppert no parecía todavía completamente restablecido del levealtercado.Seguíaestandopálido,medicuentadeque le temblaban ligeramente loslabios.Hablóconlosojosbajos,aladefensiva,elbobodeMonsieurHuppert,parecíahacerlo a propósito para estropear definitivamente una velada que hasta aquelmomentosehabíaaguantadodeformabastanteprecaria.

—Peronopuede ser…—farfulló— tienequeentenderlo,MonsieurDelatour…nosetratadeuncaprichomío…quierodecir,esalgo…

Comopreveía,MonsieurDelatourperdiódefinitivamentelapaciencia,lasangreafluyó a su rostro, los músculos del cuello se tensaron. El testarudo deMonsieur

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Hupperthabíaconseguidoecharaperderlavelada.—¿Esalgo…?—dijotratandodecontrolarse—¿Esalgocomo…?—Digamosqueprovocaalteracionescelulares—dijoMonsieurHuppert.—¡Oh!—murmuró con desolaciónMonsieur Delatour— el progreso tiene sus

riesgos,queridoMonsieurHuppert,¿no leparece?Lacivilizaciónsiempre tieneunprecio.Nosepasaimpunementedelascavernasalanevera.

MonsieurHuppertpermanecíacallado,conlamiradaclavadaobstinadamenteenlamousse de piña que había dejado en el plato.Hubo un larguísimomomento desilencio,elúnicoruidoeraelcrepitardelfuegoenlachimenea.

Monsieur Delatour adoptó un tono conciliador, casi bonachón; se dirigía a unniñoquehabíacometidounainvoluntariatontería.

—Y además permítame que le diga que con sus métodos desde luego no seconquistaelmercado.Nopretendoenseñarlesuoficio,porfavor,peroenfin,nosepuede pretender introducir determinados productos acompañándoles de certificadosdegarantía.¿Cuántasveceshabíallevadoaesosinfeliceslosrefinadosproductosdenuestracivilizaciónsinescribirsobreellostratadosdeética?…Hayquetenermanoizquierda…ustedyameentiende…delicadeza…Busqueunnombreunpocomenosinocuo y… convencional, eso es, y a ser posible apetecible. Son unos primitivos,créame Monsieur Huppert, a los primitivos les gustan los nombres poéticos, losnombresmíticos.Y por descontado si queda algún papel escrito siempre esmejordejar…¿Cómoselodiría?…unseudónimo.

Dirigió una mirada a su alrededor, sus ojos se posaron en la chimenea, enMadameHuppert que contemplaba el fuego, enmí que lemiraba fijamente, en elchampagne,enelikebanadelcentrodemesa.

—Porejemplo—susurróconacentoinsinuante,eneltonodequienhatenidounaidea excelente—, por ejemplo, empiece por venderles un millón de dólares de«ParaísoCeleste».

En aquel precisomomento aparecióGiuseppe para preguntar si debía servir elcafé.

—Dentrodeunosminutos—dijoMadame—,lotomaremosalladodelfuego.

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LASTARDESDELSÁBADO

Ibaenbicicleta,dijo laNena, llevabaunpañueloconnudosenlacabeza, lohevistobien,tambiénélmevio,queríaalgodeaquídecasa,esoloentendí,peropasócomosinopudiesedetenerse,eranlasdosenpunto.

LaNena por aquel entonces llevaba un aparato demetal en los dientes que seobstinabanencrecerletorcidos,teníaungatopelirrojoalquellamaba«miBelafonte»ysepasabaeldíacanturreandoBananaBoat,opreferiblemente silbándola,porquegracias a los dientes el silbido le salía perfecto,mejor que amí. Amamá parecíamolestarlemucho,peronormalmenteno la reñía,se limitabaadecirleperodejaenpaz a ese pobre animal, o bien, cuando se veía que le entraba la melancolía ysimulabadescansarenlabutacaylaNenacorríaaljardín,bajolosoleandros,dondehabía instaladosupied-à-terre, seasomabaa laventanaapartándoseunmechóndecabellosquesehabíanpegadoasufrenteporelsudoryconvozcansada,nocomosileestuviesehaciendounreproche,sinocomosifuesesupropiolamento,unaletanía,le decía, pero deja ya de silbar esas tonterías, parecementira, y además sabes desobraquelasniñasbieneducadasnodebensilbar.

Elpied-à-terredelaNenaconsistíaenlatumbonadelonaazulquehabíasidolapreferida de papá y que ella había apoyado contra los dos macetones de alheñas,formandounapared.Sobrelapelousequelehacíadesuelohabíadispuestotodassusmuñecas(sus«amiguitas»),elpobreBelafonteatadoconlacadenayunteléfonodehojalataroja,unregaloquelatíaYvonnemehabíahechoelañopasadoeldíademisantoyqueyoluegolehabíapasado.Porotrapartenuncamehabíagustado,eraunjugueteinsulsoyabsolutamenteinadecuadoparaunchicodemiedad,perohabíaquetenerpacienciaysereducados,decíamamá,latíaYvonnenoteníahijos,noporqueno los hubiese deseado, la pobre, y no tenía ni idea de cuáles eran los juguetesapropiadosparaunchico.Adecirverdadla tíaYvonnenoteníani ideadenada,nisiquiera de qué decir en determinadas circunstancias, era tan distraída, llegabasiempretardealascitasycuandoveníaanuestracasasiempresehabíadejadoalgoolvidadoeneltren,peroaunasínoeraunadesgracia,decíamamá,porsuertetehasolvidadoalgo,delocontrariopobresdenosotros;ylatíaYvonnesonreíacomounaniña culpable, mirando azoradísima todas las maletas que había depositado en elrecibidor,mientrasdesdelacalleeltaxitocabalabocinapararecordarlequeaúnnole había pagado. Y así, debido a su carácter, se le había escapado «una planchaimperdonable»,comohabíadichoempeorandolasituaciónmientrasmamásollozabaenelsofá(peroluegomamálahabíaperdonadoenseguida),cuandollegóanuestracasa después de la desgracia anunciándose con una llamada telefónica que había

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recibido el viejo Tommaso, del que se había despedido diciendo mis respetos alseñoritooficial,yelestúpidodeTommasolohabíarepetidollorandoalágrimaviva,peroquéselevaahacer,eraarteriosclerótico,ynoesquedejovenfuesemuchomásbrillante,habíaoídodecirsiempre; lohabíarepetidomientrasmamáhablabaconelnotarioenlasala,aqueldíainfernalenelquehabíatenidoquepensarentodo,«entodomenosenaquelloenloquehabríaqueridoverdaderamentepensar,asolasconmidolor».PeroelhechoeraqueaquelladespedidalatíaYvonnelaveníarepitiendodesdehacíaaños,eraunagraciaqueseremontabaalcuarentayuno,cuandopapáymamáerannovios,éleraoficialenLaSpezia,paraqueellaylatíaYvonnehiciesenvacacioneshabíaalquiladounacasitaenRapallocuyapropietariaeraunaseñoramuycursiquenodesperdiciaba lamenorocasiónparaponerdemanifiesto susorígenesaristocráticos, por otra parte muy discutibles, y a la que le gustaba entablarconversación regandoel jardínmientrasmamáy la tíaYvonnesalíana la terrazaatomarelfresco,yaldespedirsedecíasiempremisrespetosalseñoritooficial,loquehacía desternillarse de risa a la tíaYvonne, que abandonaba rápidamente la terrazaparapoderreírseasusanchascomounaloca.

Así puesmamá, aquellas tardes de verano,mientras yacía en la butaca con losojoscubiertosporunpañuelo,cuandooíaalaNenasilbarBananaBoatsuspirabayladejaba.Quéquieresquehaga,Pobrechiquilla,habíaoídodeciralatíaYvonne,sinoesfelizasuedadcuándovaaserlo,déjalaenpaz.Ymamá,conlosojosbrillantes,había asentido retorciéndose lasmanos.La tíaYvonnehabíavenidoadespedirse aprincipiosdemayo,teníaunairecariacontecidoademásdesuaireatolondradohabíadichoqueridacomprendes,nopodemosdejardehacerlo,quéquieresRodolfoyanopuedeseguiraquí,sabesquetodossehanechadosobreélcomochacales,nopasaundía que no salga en las páginas financieras, así no se puede vivir, ni que fuese elpresidentedelBancodeItalia,yademássabes,eseempleoenSuizaledaprestigio,no hemos tenido hijos, para nuestra desgracia, su única satisfacción ahora es lacarrera,nopuedoobstaculizarloquedasentidoasuvida,seríainhumano,detodasformasLausannenoestáenlaotrapuntadelmundo,¿nocrees?,unavezalañoporlomenos nos veremos,mejor dicho en septiembre sin irmás lejos estaremos aquí, ycuando queráis venir la casa está a vuestra disposición. Era un domingo por lamañana.Mamá se había puesto un velo negro, porque ya estaba preparada para lamisa,permanecíainmóvilenunasillaconlamiradaperdidaenelvacío,sinveralatíaYvonnesentadafrenteaella,sinverelbuffetdelasalaqueestabadetrásdelatíaYvonne,yasentíaconlacabezalentamente,concalmayresignación,yconunairedecomprensiónydeternura.

Losdomingossehabíanhechomuchomástristes,sinlasvisitasdelatíaYvonne.Al menos cuando ella venía había un poco de movimiento, tal vez de confusión,porquellegabaderepenteyelteléfonosonabasinpararmientraspermanecíaencasa,

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e incluso después; además se ponía un delantalito de cocina que resultabadivertidísimosobresuropadegranseñora—largasfaldasdeseda,blusasdechiffon,el sombrerito superchic con la camelia de organza— y ataviada de aquel mododeclarabaque ibaaprepararalgunaexquisitez francesa,unamousseVersailles,porejemplo, dado que en nuestra casa la comida era «de una obviedad espeluznante».Luego sucedía que en el último momento mamá tenía que recurrir a la obviedadespeluznante,escalopinasdeterneraallimónyguisantesconmantequilla,porqueconsusinnumerablesconferenciastelefónicaslatíaYvonnehabríaterminadolamoussealas cuatro de la tarde, y la Nena y yo, impacientes, rondábamos por la cocinacomisqueandobastoncitosdepany taquitosdequeso.Peronoobstante todoaquelalboroto introducíaalmenosunpocodealegría,aunquedespuésamamá le tocaselavarseisosietepirex;detodasformaslamoussequedabaparaeldíasiguiente,yeraverdaderamenteexquisita.

Durante todomayoyunapartede junio losdías transcurrieronbastante aprisa.Mamá estaba ocupadísima con sus azaleas, que aquella primavera venían muyatrasadas,parecíanreaciasabrotar,comositambiénellashubiesensufridocontodala familia, las flores son tan sensibles, decíamamáarrodillada ante la jardinera, sedanperfectacuentadeloquepasa,sonsensitivas;yyoestabaenfrascadísimoenlatercera declinación, especialmente con los parisílabos y los imparisílabos, noconseguía acordarme de los que acababan en um y los que acababan en ium, laprofesorahabíadichoesteniñovamaldesdeelprincipiodecurso,confundetodaslasdeclinaciones,yademásquéquierequeledigaseñora,ellatínesunalenguaexacta,escomolasmatemáticas,hayquienestádotadoyquiennoloestá,suhijovamejoren la redacción libre, de todas formas si estudia puede recuperar. Y así me habíapasado todo el mes de mayo tratando de recuperar, pero evidentemente no habíarecuperadolosuficiente.

Junio transcurrió ni bien ni mal. Las azaleas finalmente florecieron, aunquemenosmajestuosasqueelañoanterior,mamáestuvomuyocupadaconstruyendoparaellasunpequeñoinvernaderoconesteras,porqueelsol leserafatal, lasmarchitabaen un abrir y cerrar de ojos, y colocó lasmacetas al fondo del jardín, al pie de latapia, donde no daba el sol hasta después de las cinco.El pobreTommaso andabaatareadotodoeldía,apesardeltemblorenlasmanosyelpasoqueyanoeraeldeantes:procurabaserútilcomopodía,cortabalahierbaconlahoz,pintabaderojolastinajas de los limoneros de la terraza, intentó incluso sulfatar la pérgola de parrafrentealapuertadelgaraje,queestabainfestadadeparásitos.Peroeramuchopeorquesinohiciesenadayélsedabacuenta,yparecíaaterrorizado,por lodemássinmotivo, pero eradifícil hacérselo entender, y sepasaba el día repitiéndole amamáqueno lemandasealhospicio,poramordelseñoritooficialalqueélhabíaamadocomoaunhijo,porqueenelhospiciolemeteríanenunacamayleharíanhacerpipí

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enlaretorta,selohabíadichounprimosuyoalqueibaavertodoslosdomingos,yélantesqueesopreferíamorirse,nosehabíacasado,laúltimaenverlodesnudohabíasido sumadre cuando él tenía catorce años, y la idea de una señorita que le hacíahacer pipí en una retorta le daba pánico. Entonces a mamá se le ponían los ojosbrillantes,ledecíaperonodigastonteríasTommasotúmorirásaquíéstaestucasa,yTommasohabríaqueridobesarlelasmanos,peromamáseretraíaydecíaquedejaseya de lamentarse, que ella tenía ya bastantes penas y que por qué no pensaba enarrancartodaaquellagramíneaqueseextendíabajolasalheñasynodejabacrecerlosárboles.

Los días peores llegaron a finales de julio, cuando estalló un calor tórrido quedecían que no se recordaba desde hacía años. Por la mañana, más o menos, erasoportable,yomeponía lospatinesyhacíaunpocodeejercicio enel caminitodeladrillosqueibadesdelapuertadelacasahastalaverja,mamáestabaocupadaconlacomida,aveceshastateníaencendidalaradio,yerasiempreunabuenaseñal,perosóloprogramashablados,comolasnoticiaso«Losoyentesnosescriben»,ysihabíacancionescambiabaenseguidadeemisora.Perolasprimerashorasdelatardeeranbochornosasymonótonas,henchidasdemelancolíaydesilencio,hastaelzumbidolejano de la ciudad se apaciguaba, parecía que sobre la casa y sobre el jardíndescendiese una campana de cristal empañado en la que las únicas supervivientesfuesenlascigarras.Mamásesentabaenlabutacadelasalaconunpañuelohúmedosobrelosojosyreclinabalacabezasobreelrespaldo,yopermanecíaantelapequeñacómodademicuarto,desdedondepodíaverlasialargabaelcuello,intentandograbarenmimemorianix-nivisystrix-strigisparaver si recuperabaen septiembre,ya laNenalaoíatrajinarensupied-à-terrecanturreandoBananaBoatobienchancletearpor el caminito porque llevaba de paseo a su Belafonte hasta la verja, pobreanimalito,ylesusurrabasalgamosaverunpocodemundo,cariño:comosidelantedecasahubiesequiénsabequé.Peroelpaseoaaquellashorasestabacompletamentedesierto,ytampocoesqueaotrashorasfuesemuytransitado.Alotroladodelacalle,detrás de la explanada donde surgían las primeras casitas, se veía la ciudad,sumergidaenunaniebla temblorosa,ya la izquierdaelpaseomoríaen loscamposamarillos salpicados de árboles y de caserones solitarios.Hacia las cinco, pero notodos los días, pasaba el carrito de los helados con un cajón en forma de góndolasobre el que estaban dibujados la iglesia de SanMarco y el letrero especialidadesvenecianas.Eraunhombrecito quepedaleaba cansinamente, tocabauna corneta delatón para anunciarse y gritaba a pleno pulmón: «¡Dos cucuruchos cincuentafrancos!»Yluego,hechaestaexcepción,todoerasilencioysoledad.

Desdequeamamá,despuésdeloquehabíapasado,lehabíadadoporcerrarconllavelaverjaparaquenopudieseentrarnadieynosotrosnopudiésemossalir,veralheladeroerasiempremejorquenada.Miprofesorahabíadichoquemeconvendríair

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a clases particulares, pero mamá había contestado que le parecía un poco difícil,hacíamostodosunavidamuyretirada,confiabaenquepudieseentenderlo,yquedenohabersidoporlosproveedoreshabríahechoeliminarinclusoelteléfono,sólolomantenía por esa necesidad o por si alguna vez uno se encontrabamal, y por otraparteloteníadesconectadotodoeldíaporquenosoportabalostimbrazos.Precaucióntal vez excesiva, porque al fin y al cabo ¿quién iba a telefonear desde que la tíaYvonnesehabíaidoaviviraLausanne?

LaNenasehabíatomadopeorqueyoaquellanuevacostumbredemamádenosalirnunca,peroellanoteníalasuertedepoderocuparlastardesconlospluralesenium, no tenía nada que hacer, la pobre, en la escuela primaria no te dejan paraseptiembre, y durante un rato intentaba matar el tiempo en su pied-à-terre oarrastrando de la cadena a Belafonte hasta la verja para ver algo demundo, peroluego se cansaba, se le quitaban incluso las ganas de cantar Banana Boat y seacercabadepuntillashastamiventanaymedecíameaburro,venunratoamipied-à-terre a jugar a las visitas, yo soy la señora y tú el arquitecto que se quiere casarconmigo.Ladespachabaenvozbajaparanomolestaramamá,ysiinsistíaledecíastrix-strigis strix-strigis, que era una ofensa, ella lo entendía perfectamente y seretirabaconairefuribundosacándomelalengua.

Peromamánodormíayyolosabía.Mehabíadadocuentadequeavecesllorabaen silencio, con la cabeza reclinada, veía dos lágrimas que resbalaban por susmejillas, bajo el pañuelo que cubría sus ojos; y las manos sobre el regazo,aparentemente inmóviles, eran sacudidas por un estremecimiento imperceptible.Entonces cerraba mi gramática latina, me quedaba un rato mirando fijamente laMinervacolorsepiadelastapasyluegomeescabullíaaljardínporlapuertadetelametálica de la cocina, por la parte del garaje, para no verme mezclado en losestúpidosjuegosdelaNenaenlosquedeberíahacerdearquitecto.Poraquelladolahierbaeramásbienalta,porqueTommasonosehabíasentidocapazdecortarla,ymegustabapasearporallí,sumergidoenaquelcalorpegajoso,sintiendolosjuncosquemeacariciabanlaspiernasdesnudashastalaredmetálicadelavallaquelindabaconelabierto.Ibaenbuscadelagartijas,quehabíanhecholosnidosporaquellazonayque tomaban el sol inmóviles sobre las piedras, con la cabeza erguida y los ojitosfijosenelvacío.Habríapodidocazarlasconunlazodejuncoquemehabíaenseñadoa hacer un compañero de escuela, pero prefería observar aquellos cuerpecitosincomprensibles y suspicaces al menor ruido, como absortos en una plegariaindescifrable.Amenudomeechabaallorarynosabíaporqué.Semellenabanlosojosde lágrimas sinquepudiese evitarlo, peropor el latíndesde luegono era, losparisílabos y los imparisílabos ahorame los sabía dememoria en el fondomamáteníarazón,paraestascosasnohacíaningunafaltairaclaseysalirdecasa,bastabaun poco de estudio. Sólo queme entraban ganas de llorar y entoncesme sentaba

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sobre el pequeño muro contemplado las lagartijas y pensando en los veranosprecedentes.El recuerdoquemásmehacía llorarerauna imagen:papáyyoenuntándem, él delante y yo detrás, mamá y la Nena en otro tándem que nos seguíangritandoesperadnos,alfondoestabalapinedaoscuradeFortedeiMarmiyfrenteanosotroselazuldelmar,papállevabapantalonesblancosyelquellegabaprimeroalosbañosLaBallenaseríaelprimeroencomerunheladodearándanos.Yentoncesnoconseguíacontener lossollozosy teníaque taparme labocacon lasmanosparaque mamá no me oyera, mi voz sofocada era un gorgoteo apagado parecido alronroneodeBelafonte cuando se resistía a ser arrastradode la cadena; y la saliva,mezcladaconlaslágrimas,empapabaelpañueloquememetíadesesperadamenteenla boca, y entonces me ponía a morderme las manos, pero muy lentamente, consuavesmordiscos,quéextraño,enaquelmomento todoseconfundíaysentíaenelpaladar, agudo, nitidísimo, con una fragancia inequívoca, el sabor del helado dearándanos.

Eraaquelsaborloquealfinalmecalmaba,mesentíasúbitamenteexhausto,sinfuerzas para llorar, para moverme, para pensar. A mi alrededor, entre la hierba,zumbabanlasmoscasysepaseabanlashormigas,meparecíaestarenunpozo,sentíadentrodemíunenormepeso,nopodíanitragarsalivaymequedabacontemplandosobre los setos el velo de calor que nublaba el horizonte. Luego lentamente melevantabayvolvíaalacocina.Mamáseguíasimulandodormirenlabutacaotalvezsehabíadormidodeverdad.OíaalaNenaqueregañabaaBelafonte,ledecíaboboseráposiblequenotedescuentadelobonitoqueesestelazo,porquéteempeñasenestropearlo, bobo, no todos los gatos pueden llevarlo. Subía la guillotina de telametálica de la ventana y la llamaba en voz baja, pss pss Nena ven que vamos amerendar,quierespancon requesónoprefieresmermelada,voyaabrirun tarro.Yellacorríahechaunaspascuas,dejandoplantadoaBelafonteque intentabaenvanoquitarseellazodelcuello,muysatisfechadequeporfinmehubieseacordadodeella,talvezconlaesperanzadepoderconvencermedejugaralarquitecto.

Mamánormalmentedabaseñalesdevidaentornoalasseis,paseabaporlacasaordenando las pocas cosas que había que ordenar, qué sé yo, desplazando algúnobjeto dos o tres centímetros, alisando un centro de mesa de encaje que se habíaarrugadobajoun jarrón.Luegoveníaa lacocina lavaba losplatosquenosehabíasentidoconánimodelavardespuésdecomerysedisponíaaprepararlacena,perosinprisas,yaquenoteníanadamásquehacerhastalanoche,Tommasonovolveríaantes de las diez, le daban un potaje en el hospicio donde ahora se pasaba el díaporquesuprimoestabamalylasseñoritaslepermitíanestarjuntoaéltodoeldía,esmás si alguien les barre ellas encantadas, había dichomamá con desprecio. Era lapartemás agradable de todo el día, almenos estábamos conmamá, finalmente sehablabaunpoco,yaunquenofuesenconversacionesenelsentidorealdelapalabra,

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siempre había alguna pequeña satisfacción. Por ejemplo la radio, que se podíaencender,yaunque transmitiesencancionesmamánocambiabadeemisora,con talde que la pusiéramos baja, porque la Nena imploraba anda mamá por favor unpoquitín de música, y cómo no ceder cuando ponía aquella voz entre mimosa yacongojada. Pero yo prefería a un señor que hablaba de todo elmundo, citaba lascapitales que estaban representadas en mi libro de geografía, ¡cómo me gustabaoírle!,decíahoyenParíselgeneralDeGaulleenlasconsultassobreelproblemadeSuez… y yo cerraba los ojos y veía la Tour Eiffel demi libro, esbelta y llena deagujeros,laspirámidesylaesfingeconelrostrocorroídoporeltiempoyporelpolvodeldesierto.

En la cama me costaba conciliar el sueño. Permanecía con los ojos abiertosmirandolaclaridaddelrecuadrodelaventana,escuchandolarespiraciónregulardelaNenaquedormíatranquila.AntesdeacostarsemamáveníaahacerunainspecciónporqueamenudoBelafonteseescondíabajolacamadelaNenayluegodurantelanochedormíahechounovillo a suspiesymamádecíaqueno erahigiénico.PeroahoraBelafontecampabaporsusrespetosporquehabíaentendidoelmecanismoynosalíadedebajodelacamahastaquetodalacasaestabaensilencio.Yonodecíanada,aunqueBelafontenomegustaba,porqueeraevidentequelaNenanecesitabaunpocode compañía. Así, en la oscuridad de la habitación, mientras la Nena dormía yBelafonte ronroneaba o arañaba la sábana con las uñas, permanecía escuchando elruidodelostrenesquesalíandelaciudadysilbaban.Amenudoimaginabaquemeiba. Me veía subiendo a uno de aquellos trenes durante la noche, a escondidas,cuandoeltrenaminorabalamarchadebidoalasobrasenlasvías.Llevabaconmigounminúsculoequipaje,mirelojdeagujasfosforescentesymilibrodegeografía.Lospasillos tenían una alfombra mullida, los compartimientos estaban tapizados deterciopelorojoconunafundablancaparaapoyarlacabeza,habíaunoloratabacoyatapicería,losescasosviajerosdormían,lasluceserandébilesyazuladas.Meinstalabaenuncompartimientodesierto,abríamilibrodegeografíaydecidíaqueiríaaunadeaquellas fotografías,avecesLaville lumièrevistadesde lacimadeNotre-Dame,avecesElPartenóndeAtenasalaluzdelcrepúsculo;perolafotografíaquemásmeatraíaeraelpuertodeSingapurhormigueantedebicicletasydegenteconsombrerodecucuruchosobreunfondodecasasdeextrañascaracterísticas.Medespertabanlosvaporesdecalordeunamanecerneblinoso,elprimersolquedibujabaenelsuelo,atravésdelos listonesdelapersiana,unaescalinataamarillaquesubía torcidasobrelaslistasdelcubrecamadelaNena.

Noteníaningunasganasdelevantarme,sabíaqueibaavolveraempezarundíaidéntico a los demás: el aceite de hígado de bacalao, el pan con mantequilla ymermelada,elcaféconleche,lamañanaperdidaesperandolacomidayfinalmentelatardeinterminable,milatín,mamáquedormitabaenlasala,laNenaquecanturreaba

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BananaBoatenelpied-à-terrellevandoarastrasaBelafonte.Todoestohastaaquellatardeenque laNenaatravesócorriendoel jardín, llegóhasta laventanade la sala,llamómamámamá,ydijoaquellafrase.Eraunsábadoporlatarde.Meacuerdodeldía porque el sábado por la mañana venía el proveedor del colmado, dejaba lafurgonetafrentealaverjaydescargabaloquemamálehabíaencargadoporteléfono.AquellamañanaprecisamentehabíatraídotambiénlosflanesalcarameloquevolvíanlocaalaNena,tambiénamímehabríangustado,peroprocurabadominarmeporqueluegomedolíalacariesdelamuelayhastaseptiembrenopodíairaldentista,porqueenseptiembrelatíaYvonnevendríaapasarunasemanaconnosotrosymellevaríaella,mamáporsupuestonoseveíaconánimosdellevarmealaciudad,demomento.Yo estaba concentrado en estudiarJupiter-Jovis, que tenía una declinación infame,aunqueporsuertecarecíadeplural,yasíenunprincipionoprestéatenciónalafrase,porlodemáslaNenaveníaamenudoparamolestarmeoparadistraeramamáconfrasesdelestilovenidenseguidaBelafonteestáherido,omamá,cuandoseamayor,¿podréteñirmeelpelodecolorazulcomolatíaYvonne?,ysilaescuchabasestabasperdido, se ponía cada vez más pesada y no había quien la parase, lo mejor eradesanimarladesdeelprincipiohaciendocomosinolaoyeses.Asíaquellaveztardéquizásunminutoendarmecuentade loquehabíadicho.Tenía lacabezaentre lasmanosyrepetíadesesperadamenteelablativo,lafrasedelaNenameparecióunadesusconsabidastonterías.Peroderepentesentíunaoleadadecalorquemesubíahastalafrente,luegoempecéatemblarymedicuentadequemismanostemblabansobrelaMinervademigramáticalatinaquesehabíacerradosola.

Nosédurantecuánto tiempopermanecí inmóvil,con lasmanos inertessobreellibro, incapaz de levantarme. Me parecía que una campana de cristal hubiesedescendido sobre la casa y la hubiese sumergido en el silencio. Desde mi mesaalcanzabaaveramamáquesehabíalevantadodelabutacayestabaapoyadaenelalféizardelaventana,palidísima,elpañueloselehabíacaídoalsuelo,seapoyabaenel alféizar como si fuese a caersey la veíamover la bocamientrashablaba con laNena,peroporunextrañosortilegionooíanada,sus labiossemovíanconlentitudmeparecíanlabocadeunpezagonizante.Luegohiceunmovimientobrusco,lamesaconlaquetropezómirodillagimiósobreelsueloyfuecomosihubieseaccionadouninterruptor:elsonidovolvióamialrededor,oídenuevo,elconciertodelascigarrasen el jardín, el silbido de un tren en lontananza, el zumbido de una abeja quearremetíacontralatelametálicaylavozinexpresivademamá,automáticaydistante,que decía ahora ven adentro, cariño, hace demasiado calor, deberías dormir unasiesta, no puedes quedarte ahí fuera con este bochorno que no es bueno para losniños.

Fueunaextrañatarde.LaNenaseresignósinprotestaradescansarsobreelsofá,cosaquejamáshabíaocurrido,ycuandosedespertósequedóenlacocinadibujando.

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Yoaqueldíanoconseguíestudiar latín,pormásque lo intentase.Meesforzabaenconcentrarme en los adjetivos de tres terminaciones, y los repetía con obstinación;peromimentesehallabalejos,corríacomolocatrasaquellafrasedelaNenaquetalvez era un equívoco mío, que mamá me diría que era un equívoco, nada máspreguntárselo.Peroelcasoesquenoteníaningunasganasdepreguntárselo.

EllunesllegóunacartadelatíaYvonneypocofaltóparaquenosechásemosallorar.Novendríaavernosenseptiembre,comonoshabíaprometidocuandosefue.Rodolfoyella ibanaChamonix,noporque legustaseChamonix,«yasabéis,yo lamontañano lasoporto,meponemelancólica,peroaquíenveranovan todos, todospordecirlodealgunamanera,enfin, loscolegasdeRodolfo,yaquísinohacesunmínimodevidasocial,quierodecirsinotecultivasunpoco,temirancomosifuesesunmico, ya con los italianos tienen complejo de superioridad, si encima les das aentenderquenotegustanlossitioschicestáslisto,nadiesedignaamirarte,ycasieramejor en Roma, aparte de los incordios y del sueldo, al menos hacía sol, no esteclima,queesinfame…»

Talvezfuearaízdeaquellacartacuandoempezaronlossilenciosdemamá,oalo mejor por aquella estupidez que había dicho la Nena, quién sabe, peroprobablementeporlacarta.Noesquesehubiesevueltosombría,mamá,nitampocomelancólica. Más bien parecía estar ausente, se veía que algo ocupaba suspensamientos,ledecíasperdonamamá¿puedocogerelflanalcarameloquesobróenla comida?, o cualquier otra cosa, y ella no te respondía, al cabo de unosminutosdecíaah,¿mepreguntabasalgo?,ysumiradaestabafijaenlalejanía,másalládelaventanadelacocina,enelpaseoquemoríaenloscampos,comosituviesequellegaralguien. Y tú le repetías la misma pregunta de antes, te había pedido el flan quesobró,mamá,perolarespuestanollegabatampocoestavez,sólounvagogestoenelairequepodíaquererdecirestábienhazloquequieras,¿novesqueestoypensandoen otra cosa?, y así acababan quitándosete las ganas de la golosina, ¿porque quésentidoteníaponerseacomerelflanalcaramelo,noeramejoriraestudiarlatínparatenerentretenidaunpocolamente?

Lacuartadeclinaciónlaaprendíalaperfección.Esciertoquenopresentabalasmismas dificultades que la tercera, no tenía ni comparación, lo decía también laadvertenciadelprimerapartado:«laCuartaDeclinaciónnopresentaparticularidadesdeningúntipo,salvorarasexcepcionesqueseaprendendememoria,véaseparaelloelapartadocuatro»,ycasicasisentíañoranzadelaterceradeclinación,sialmenosaquellasemanahubiesetenidoalgorealmentedifícilqueaprendermehabríadistraídounpoco,peroconaquellaestúpidadomus-domusnohacíamásquepensarenlafrasede laNena,en la tíaYvonnequenoibaaveniryen lossilenciosdemamá.Enmicuadernoescribíabreves frasescomosilentiumdomus triste est, que luego tachabaconmuchascrucecitaspegadasunaaotra,comounaalambrada,eraunmétodoque

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mehabíaenseñadomicompañerodepupitre—éllollamabatachadurareticular—ymegustabamucho.

LaNena,despuésdeaqueldíaexcepcionalenelquehabíahechounasiestecitadespuésdecomer,habíareanudadosuscostumbresypasabadenuevolastardesenelpied-à-terre,peroyanocantabaBananaBoat,sehabíadadocuentadequenoeralomásoportuno.Yyanoveníaamolestarmealpiedelaventanaoainvitarmeajugaralarquitectoquequeríacasarseconella.Sehabíaresignadoapermanecersolaeneljardín,quiénsabecuántodebíaaburrirse,pobreNena,devezencuandoescudriñandoatravésdelatelametálicadelaventanalaveíaocupadaenpeinaraBelafonteconunenormepeine rosaque le había llegadodeLausanne junto conunosbigudíes y unsecadordepeloconpilasquedespedíarealmenteairecaliente,enunacajitaenlaqueestabarepresentadaunamuñecallenaderizosconelletreroLapetitecoiffeuse.Perojugabacansinamente,comosinganas,yquiénsabeloquelehabríagustadovenirainvitarme a jugar al arquitecto.Y también amí, a veces,me habría gustado cerraraquel estúpido libro, llegar hasta ella y decirle he decidido jugar al arquitecto quequierecasarsecontigo,vengavamosajugar,noestéstancallada,porquénocantasun poco Banana Boat que me pone alegre; y en cambio seguía con la barbillaapoyada en la palma de la mano mirando los campos lejanos tremolantes bajo laatmósferadensadelverano.

Peroalsábadosiguientevolvióapasar.Eranlasdosdelatarde,mamáestabaenlabutacaconlaspersianasbajadas,yoestabahaciendounejerciciotituladoDomusAurea, repleto de adjetivos con terminaciones referidas a sustantivos de la cuartadeclinación,unsuplicio.LaNenadebíaestarjuntoalaverja,talvezhabíallevadoaBelafonteadarunpaseo,lahabíaperdidodevistahacíaunosminutos.Lavillegarjadeante,asomóporunaesquinade lacasa,del ladode la terraza, luegosedetuvoincierta,miró hacia atrás, echódenuevo a correr, se paró, volvió amirar atrás.Elruidode lagravillabajo lasueladesussandaliaseraelúnicosonidoenelsilencioposmeridiano. Al principio pareció indecisa sobre qué ventana escoger, luegodescartó la ventana de mamá tal vez porque las persiana estaban completamentecerradas,vinoalpiedemiventana,mellamó,peronopronuncióminombre,decíatan sólo escucha escucha, por favor escucha; y tenía una voz implorante, pero nocomocuandoseponíamimosa,ahoraeracompletamentedistinta,nuncalahabíaoídoasí,alaNena,eracomosiestuviesellorandosinllorar.

No sé por qué no acudí a la ventana. O mejor dicho, lo sabía perfectamenteporquelosentía.Supe,conunagransensacióndevacíoydeextravío, loqueibaadecirme, y sabía que lo que iba a decirme sería insoportable, no habría podidoescucharlo,quizáshabríaempezadoagritaryapegarlesalvajemente,atirarledesusestúpidastrenzasdelasquetanorgullosasesentía,yluegomehabríaechadoallorarsin recato, sin miedo a que me oyeran, a sollozar como deseaba con todas mis

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fuerzas.Permanecíensilencio,conteniendolarespiración.Estábamoscerquísima,aescasoscentímetros,nosseparabaúnicamentelatelametálicadelaventana.PerolaNena no llegaba al alféizar y no podía mirar hacia dentro. Esperé con todas misfuerzasquemecreyesedormidoytoquéelmetaldeltinteroconelcalendario,comohacíacadavezquedeseabaqueocurriesealgo,comoexorcismo.LaNenasecalló,oíasurespiraciónprofundayagitada,luegoporelruidodesuspasossobrelagravillacomprendíqueseestabadirigiendohacialapuertadelaterraza.Descalzo,evitandohacerelmenor ruido, fuihasta laventanaycerré lospostigos.Dejéentreabierta lapuerta del vestíbulo, apenas una rendija, yme eché sobre la cama. Desde aquellaposiciónpodríaoírlotodo,aunquehubiesenhabladoenvozbaja.Sihubieseacercadounojoalarendijadelapuertapodríahabervistoamamáenlabutaca,peropreferíanoarriesgarmeaserdescubierto,mebastabaescucharlas,aunqueyalosupieratodo.

Mamáestavezlloró.Talveznopudocontenerse,nosé,alomejorseencontrabaenunmomentodemayorfragilidad,detodasformasnofuecomolaprimeravez,quehabíareaccionadocasicon indiferencia.Atrajoa laNenaentresusbrazosy ledijocariñomío,y luegolaapartódenuevoysesecólas lágrimasprofiriendopequeñossollozos sofocados, como cuando se traga.Y luego le preguntó si yo lo sabía y laNenadijoduerme,mejorasídijomamá,déjaleenpaz,estátanocupadoconellatín,pobrecito,estudiatodoeldía.Yluegosuspiró¿peroporquémecuentasestascosas,Magdalena,novescuántosufretumadre?Yoescondíalacaraenlaalmohadaparaquenomeoyesen,elparloteodelaNenamellegabaamortiguado,peroeralomismoporqueyasabíaloquelecontaba,queledecíaporquesí,porqueesasímamátelojuro,ibaenbicicleta,llevabaunpañueloconnudosenlacabeza,queríaalgodeaquídecasa, loheentendido, lohevistobien, tambiénélmevio,peropasócomosinopudiesedetenerse,porfavormamácréeme.

Nosécómopasóaquellasemana.Rápida,esoes,pasómuyrápida.Deberíahaberhecho un ejercicio de recapitulación de todas las excepciones, pero lo dejé. En lapáginame salían gurruños, garrapatos absurdos tras los queme perdía, reticuladosconlosquetachabaunafrasequemartilleabaenmicabeza,obsesivamente:laNena,el sábado próximo, le llevará un sombrero y una nota demamá. La había inclusotraducido al latín, aquella frase, y en aquella lengua todavía me parecía másextravagante, como si la extrañeza de la lengua subrayase lo absurdo de susignificado,ymeasustaba.Peroaellasnolesdijenada,nidiaentenderquelohabíaentendido.Aparentementemi comportamiento era elmismo:por lamañana regabalas azaleasdemamá, entoncesel jardínera agradable, emanaba todavía la frescuranocturna, los pájaros saltaban de rama en rama entre los oleandros y las cigarrastodavía no habían empezado su lamento, la ciudad se veía nítidamente en laatmósfera tersa, había en derredor algo como dichoso y ligero. Después de comerayudabaamamáarecogerlamesa,comosiempre,ycuandohabíaterminadodecía

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voy a hacer los deberes, entraba en mi habitación, entornaba las persianas y meechabasobrelacamamirandoaltechodondeloslistonesdelaspersianasdibujabanunarcoirisenclaroscuro.Noteníaganasdepensar,semecerrabanlosojosperonodormía, bajomispárpadosdiscurrían las imágenesmásdispares, yoque llegaba alpuerto de Singapur, qué curioso, era idéntico a la fotografía demi libro, lo únicodistintoeraqueenaquellafotografíatambiénestabayo.Yenseguidallegóelsábado.

Yoaquellamañananodijenada,nohicenada,procuréquesemevieselomenosposible.Mamáestabaenlacocina,yyoenlasala,ellaentrabaenlasalayyomeibaaljardín,laNenasalíaaljardínyyomeibaamicuarto.Peroellassecomportabanasísóloparamostrarunaactitudnormal,loquecomplicabaterriblementelascosas,porquemeobligabanafingirquenomehabíadadocuentadenada.Elmomentopeordeeste juegodel escondite fuecuandoentréde repenteen la cocinapensandoqueambas estuviesen fuera y sorprendí amamámientras le daba un papel a la Nena.Aquellaestúpidasepusocoloradísimayescondióelpapeldetrásdelaespalda,perolacosaeratanevidentequenopodíafingirnohabermedadocuenta,delocontrariohubieran sospechado realmente, por lo que tuve que recurrir a una parodiavergonzosaydijeconindiferenciaesinútilqueescondaslascartasdelatíaYvonne,yaséqueteescribeatiyamíno,siemprehassidosupreferida;yentoncesmamádijovenganoospeleéisporcelosqueentrehermanosesunpecadomortal,yyosentíungranalivio,peroteníalacamisaempapadadesudor.

Enseguidadespuésdecomerdijequemeibaaecharunasiesta,quemesentíaterriblementeperezoso,debíaserelbochorno,ymideclaraciónfueacogidaconsumacomprensión.Desdemicamalasoíatrajinarenlacocina,peroeratodounapuestaenescena,enrealidadhablabanmuybajito,oíaunparloteoconfuso,detodasformasmeeraindiferente,noteníaningúninterésendescifrarloquedecían.

LaNenasalióalasdosmenoscuartoenpunto,enelmismomomentoenqueelrelojdepareddaba laprimeracampanaday luego las trescampanadasseguidasdelostrescuartosdehora.Oíelrechinardelapuertadetelametálicadelacocinayeltrotecilloligeroquesealejabasobrelagravillahacialaverja.Yestomeprovocóunaansiedadangustiosa,porquemedicuentadequetambiényomehallabaalaespera,yesoteníaalavezalgodeabsurdoydeatroz,comounpecado.Elrelojhizosonarlasdoscampanadasyyoempecéacontarunodostrescuatrocincoseissieteochonuevediez. Sentía que era lo más estúpido que podía hacer, pero no podía evitarlo, ymientras pensaba en lo absurdo de aquella cuenta seguía contando para pautar lossegundos,comosifueseunexorcismo,unaespeciedeprotección:dequénolosabía,omejordichonoteníaelvalordeconfesármelo.CuandolleguéacientoveinteoíelpasodelaNena.Lodistinguícuandoaúnestabalejos,alcomienzodelsendero,alavueltaevitabalagravillaperoyolaoíigualmenteymelevantéempapadoensudor,depuntillas,yatravésdeloslistonesdelaspersianaslaviavanzarlentamente,conla

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miradagacha, teníaenel rostrounaexpresiónde tristezaquenunca lehabíavisto,siempretanalegre,enunamanososteníaunsombreroyenlaotraunahojadepapelqueatormentabaentreelíndiceyelpulgar.Entoncesvolvíalacamaymedormí.

Y fue como si me despertase al sábado siguiente. Porque aquella semanatranscurriórapidísimaensulentitud,acolchadadesilencio,entrecruzadademiradasquelaNenaymamáseintercambiaban,mientrasyoprocurabahallarmepresentelomenos posible, con la excusa de que los ejercicios de recapitulaciónme ocupabantodalatarde.Peroenrealidadnomeocupabanlomásmínimo,porquemicuadernoestaballenodereticulados.

El sábado siguiente por la mañana mamá hizo raviolis con requesón. Hacíamuchotiempoquenocomíamosraviolisconrequesón,losteníamoscasiolvidados,hacía meses que sólo comíamos platos de una obviedad espeluznante. Mamá selevantóprontísimo,yomedespertéalasseisyoíquesemovíadespacioenlacocina,trabajando. Fue una mañana agradable. Cuando la Nena y yo nos levantamosencontramoslamesacubiertadetirasdepasta,yapreparadasparaserrecortadasconelmoldeenformadeconcha,queluegohabíaquerellenarderequesón.Tuvimosquetomar el café con leche en lamesita de la radio, luego corrimos a cortar la pasta,mejor dicho, laNena era quien la recortaba con elmolde, yo la rellenaba con unacucharayse lapasabaamamáqueseencargabadecerrarlapor losbordesconunpequeñodoblezyunaligerapresióndelosdedos,conmuchocuidado,porquesiseapretabademasiadofuerteelrellenosesalíayhabíaquetirarelravioli.

Hoyharemosunpocodefiesta,dijomamá,esundíaespecial.Yentoncesyo,sinsaber exactamente por qué, sentí de nuevo aquella oleada de calor por dentro quehabíasentidocuandolaNenahabíadichoaquellafrase,yluegoempecéasudarydijeperoquécalorhaceyapor lamañana,ymamádijo sí clarohoyes tresde agosto,acordarosdeestedía,hoyessábadotresdeagosto,yyodijesinoteimportamamámevoyunratoamicuarto,sinecesitáismiayudamellamáis.Noséporquénosalíafuera,talvezhubierasidomejor,elbochornotodavíanohabíadescendidosobreeljardín,habríapodidocontrolarelestadodelapérgola,enfinhaceralgo.Peropreferíalapenumbrademihabitación.

Mamá estuvo alegre, durante la comida, demasiado alegre. Los raviolis erandeliciososylaNenaquisorepetir,peromamáparecíatenerprisadequeacabásemosy miraba frecuentemente el reloj. A la una y cuarto acabamos de comer y mamárecogiólamesaapresuradamente,dijoesmejordejarlosplatosparadespués,ahoravámonostodosadescansar,osconvienesobretodoavosotros,estamañanatodosnoshemoslevantadodemasiadotemprano.LaNena,contrariamenteasuscostumbres,noprotestóysefuederechaalsofádelcomedor.Mamáseinstalóenlasalaensubutacaacostumbrada,conlaspersianascerradasyunpañuelosobrelosojos.Yomeacostévestido,sindeshacerlacama,alaespera.Enelsilenciodelahabitaciónsentíalatir

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tumultuosamentemicorazón,ymeparecíaqueaquelruidosordopodíallegaraoírsedesdelasdemáshabitaciones.Quizálleguéadormirme,perofueronprobablementeescasosminutos, luegome sobresalté cuando el reloj tocó las dosmenos cuarto ypermanecí inmóvila laescucha.Melevantécuandooíelcrujidodelabutacade lasala, fue el único ruido, mamá se movía con extremo sigilo. Aguardé algunossegundostraslaspersianas,medicuentadequetemblaba,peroevidentementenodefrío,tuvequeapretarlosdientesparaquenomecastañeteasen.Luegolapuertadelacocinaseabriólentamenteymamásalióafuera.Alprincipionisiquierameparecióella,quéextraño,eralamamádeaquellafotografíasobrelacómodadondeellacogíadel brazo a papá, a sus espaldas estaba la basílica de SanMarco y debajo estabaescritoVenecia14deabrilde1942.Llevabaelmismovestidoblancoagrandespocsnegros,loszapatosconunagraciosatiritaabrochadaeneltobilloyuntulblancoquele cubría el rostro.En la solapade la chaqueta llevabauna camelia azul de sedaycolgadodelbrazounbolsodecocodrilo.Enlamano,condelicadeza,comosillevaseun objeto precioso, sostenía un sombrero de hombre que reconocí. Caminó ligerahasta el comienzo del sendero, entre losmacetones de los limoneros, con un pasograciosoquejamáslehabíavisto,mirándolaasípordetrásparecíamuchomásjovenysóloentoncesmedicuentadequelaNenacaminabaexactamentecomoella,conunlevebalanceoylamismaposicióndeloshombros.Desapareciótraslaesquinadela casayoí suspasos sobre lagravilla.El corazónme latíamás fuertequenunca,estabaempapadoensudor,penséquedebería irabuscarelalbornozperoenaquelmomentoelrelojdiolasdosyyonologréapartarmismanosdelalféizar.Separóunpocodoslistonesdelapersianaparavermejor,meparecióuntiempointerminable,pero cuánto rato se queda, pensaba, pero por qué no vuelve; y en aquelmomentomamáasomóporlaesquina,caminabaconlacabezaalta,mirabafijamentealfrenteconaquellamiradadistraídaylejanaquelehacíaparecersealatíaYvonne,yensuslabiossedibujabaunasonrisa.Llevabaelbolsocolgadodelhombro,loqueledabaun aire aunmás juvenil. Amedio camino se detuvo, abrió el bolso, sacó la cajitaredondadelapolveraconelespejitodentrodelatapa,presionóelcierreylacajitaseabriósola.Cogiólaborla,larestregósobrelospolvos,ymirándoseenelespejitoseempolvóligeramentelospómulos.Yentoncesyosentíunenormedeseodellamarla,dedecirlemamáestoyaquí,peronoconseguípronunciarniunasolapalabra.Sentíasólounsaboragudísimodearándanosquemellenabalaboca,lanariz,queinvadíalahabitación,elaire,elmundocircundante.

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DOLORESIBÁRRURILLORALÁGRIMASAMARGAS

Eraunniñoalegre,realmentealegre,sereíasiempre,tanalegre,yteníaalavezsentidodelhumor,porejemplomihermanaElsateníalamaníadeloschistes,sabíacientosycientos,yélcuandolaveíacorríahaciaellaylegritaba:¡tíaElsa,unchiste!¡tíaElsa,unchiste!Ysereía,perocómosedivertía,comounadulto.AquellaalegríaquizáleveníaprecisamentedeElsa,queeratanvital,inclusodemasiado,talvezdecascosunpocoligeros,detodasformasellaalmenoshasabidodisfrutardelavida,enfin,asumanera.Tambiéncariñoso.Ysiguiósiéndolodemayor.Alegretalvezno,pero siempre tan cariñoso. Ni una sola vez se olvidó de mi cumpleaños, inclusocuandoestaba lejos, siemprealgo,una rosacon la Interflora,un telegrama,¿quiereversustelegramas?losguardoenestacajitadecacaoDroste,mire,delsetentahastahoy son ocho telegramas, éste por ejemplo es de hace cuatro años, escuche, dice:Piensa en ti con gratitud por la vida que le has dado, sí, está firmado Piticche,nosotroslellamábamosasí,enlosperiódicosnuncahasalido,nolosabenadie,eraunacosaquequedabaenfamilia,paranosotroseraalgocariñoso,leagradeceríaqueno lo mencionase, luego en los periódicos sale entre comillas, después de suverdadero nombre: llamado «el Piticche», es atroz, ¿no le parece? ¿Cómo va aentenderlagentequeesunnombrecariñoso?Tampocoustedloentiende,alomejorpuedoexplicarleelorigendelnombre,elsignificado,pero loquequieredecirparanosotrosnopuedeentenderlonadie,enlosnombresestáeltiempoquesehapasadojuntos, las personas que se nos hanmuerto, cosas hechas en común, lugares, otrosnombres, nuestra vida. Piticche quiere decir pequeñín. Él era muy pequeñín, depequeño.Era rubito,mire esta fotografía, tiene cuatro años, ésa no, ahí tiene ochoaños,éstadeaquí,acurrucadojuntoaPinocho,¿novequePinochoesmásaltoqueél?

Ennuestracasahabíaunlimonero,habíacrecidopegadoalafachada,orientadoalmediodía, sus ramas llegaban hasta la ventana del piso de arriba. Él se pasó lainfanciajugandoconunPinocho,ésedelafotografía.«Acorrer,asaltar,quePinochovaapasar…»,puedoaúnoírsuvozquerepite lacantinela,enelpatio.Enaquellaépoca Rodolfo ya estaba enfermo, yo pasaba mucho tiempo en la habitaciónatendiéndole,desdelaventanamellegabasuvocecita,siempreestabatrajinandoconsu Pinocho, era su única compañía, por lo general le hacía morir ahorcado dellimonero,comoenellibrohacenelgatoylazorradisfrazadosdebandidos,yluegole hacía un pequeño túmulo de tierra con una cruz de cañas, pero naturalmente aPinocholoescondíaenotrositio.Entoncesllegabaelhadadecabellosturquesaqueibaa llorar sobre la tumbadePinocho, esdecir, sobreel alcorquedel limonero, el

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hada era yo, y él se quedaba observándome con malicia, porque lo habíamosconvenido entre los dos, yome arrodillaba ante el limonero y lloraba: «Pinochito,pobrePinochitomío,nuncamásvolveréaverte,¡hi,hihi!»Yentoncesoíaunhilodevoz,porquefigurabaqueveníadedebajodela tierra,quedecía:«Hermanitademivida,notedesesperes,silequierestuPinochoestávivo».Yomirabaamialrededorasombrada,enbuscadeaquellavoz,yleveíaaéldepieconlaspiernastiesascomounmuñeco,quemetendíalosbrazosmoviéndoloscomounamarioneta,yyocorríaaabrazarley leestrechabacontramipecho.Ymientrasocurríaestaescenaélsereíacomounloco,seponíaasaltarconlasmanosdetrásdelaespaldayhacíaunaespeciede danza cantando: «A correr, a saltar, que Pinocho va a pasar». Y se acababa eljuego.

El nombre se lo puso la señora Yvette: Pitì, pero él era quien se llamaba a símismoPiticche,señalándoseelpecho.Eraelcuarentaynueve.AlaseñoraYvetteyalseñorGustaveloshabíatraídoElsa,loshabíaencontradoenlaestacióndeLivornohacíaalgunosaños,nosabíandóndeir,llevabancuatrosartenesyungatosiamésquemurióalcabodeunmes,sellamabanMayer,éleraapicultorenlasArdennes,huíanalsursinunametaprecisa,parahuir,delocontrarioloshabríandeportado,Elsalesdijoquepodíanveniranuestracasa,unplatodesopanolesfaltaría,dijeronquesemarcharían cuando hubiese pasado el frente, luego se quedaron cuatro años, eranpersonasdegrandelicadeza,noshicimoscomoparientes,laseñoraYvettesemurióelañopasado,tienenunhijodentistaenMarsella,luegoellasequedóembarazadaalregresaraFrancia,¿divago?yaséquedivago,déjemedivagar,enseguidavuelvoaloqueiba,cómonoíbamosaquererles,¿tieneustedhijos?¿sienteamorporsushijos?yalosé,hayformasyformas.Mire,estuvimosdiezañossintenerlo,hicimosdetodo,yo tenía un fibroma, no es que me molestase, pero si quería un hijo tenía queoperarme,erael treintaynueve,entoncesnohabíapenicilina,cogíunasepticemia,para salvarmeme dieron inyecciones de petróleo en unmuslo, así la infección selocaliza allí, sale un absceso y el cirujano lo extirpa, tengo las piernas llenas decicatrices.Nacióenelcuarentayseis,noeraunbuenmomentoparanacer,nacierontantosenelcuarentayseis, lossoldadosvolvíanacasa, losquenohabíanmuerto.No,Rodolfo no cogió su enfermedad durante la guerra, volvió sano, sólo un pocomásdelgado,seenfermólaprimeravezenelcincuentayuno,quiénsabeporqué,siunosupieseporquéseenfermanoseenfermaría,perodurómuchotiempo,hastaelsesentayuno,diezaños,mejordichounpocomás,murióendiciembre,discúlpemesilloro,noqueríallorar,perolaslágrimascorrensolaspormismejillas,¿hagobienen llorar? tiene razón, hago bien en llorar. La película quemásme ha gustado sellamaVacacionesenRoma,delaspocasquehevisto,perodeésameacuerdocomosifueseayer,conGregoryPeck,delaactriznomeacuerdo,eramuyfina.Yaséqueno le interesa,pero tienealgoquever,erasóloparadecirlequeRodolfonoshabía

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prometidohacerunviajeaRomaalostresjuntos,parecíaqueestuviesemejor,hacíavarios años que parecía curado, habíamos hecho tantos proyectos durante tantotiempo, Rodolfo incluso había comprado un mapa de carreteras para estudiar elitinerarioturísticoquedebíamosseguirendosdías,noselovoyarepetirahoraperopodríahacerlo,lorecuerdoperfectamente,luegoderepenteRodolfotuvoqueentrarendiálisis,dineropara iraRomano teníamos,asíque fuimosaverVacacionesenRoma,llevamostambiénalniño,aunqueparaunniñodeonceañostalvezfueseunapelículaaburrida,detodasformasseveíanmuchosmonumentosdeRoma,hayunaescena muy divertida cuando él y ella van a visitar unos monumentos, y en unmomentodadoélmetelamanoenlabocadeunmascaróndepiedraqueestáenelatrio de una iglesia y que la leyenda dice que si uno dice unamentira la boca lemuerdelamano,sevuelvehaciaella,ah,esoes,eraAudreyHepburn,ymepareceque le dice «te amo», y en esemomento da un grito y retira el brazo sin lamanoporquelahaescondidoenlamangadelachaqueta,ylosdosseríenyseabrazan.

Siempre hemos estado a su lado, cariño nunca le ha faltado, si era eso lo quepensaba.Hemossidounafamiliamuyunidayélnuncanosdiopreocupaciones,conRodolfoenaquellascondiciones,siacasoconsuelo,erataninteligente,enlaescuelaparticularmente dotado, siempre fue un alumno excepcional, diplomas, medallas,premios, yo no quería que hiciera bachillerato, no me parecía adecuado a nuestracondición,luegoconeltítulodebachiller¿quéhaces?encambioconundiplomadeadministrativo o de aparejador siempre se puede encontrar un puesto, pero fue suprofesorquienme lo impidió,dijoqueerauncrimen,exactamenteeso,unniñodeexcepcional inteligencia, con nueve en italiano y latín, mandarle a una escuelaprofesionalerauncrimen.Porlodemásparasusestudiosnuncamehizogastarnada,nisiquieramástarde,siempresemantuvosolo,consuespléndidainteligencia:esunpequeñopoeta,medijosuprofesor.EstoleveníadeRodolfo.¿Dicesi tambiénsusideas políticas? Pero no digamos tonterías. Cuando murió Rodolfo, él no tenía niquinceaños,quéideassepuedenteneraesaedad.ClaroqueRodolfoteníasusideaspolíticas,erandesobraconocidas,mesientoorgullosa,sí,habíahecholaResistencia,claro,tambiénlaguerradeEspañaconlasbrigadasinternacionales,habíaparticipadoenlabatalladelEbro,conocíaalospersonajesimportantesdelmomento,Longo,ElCampesino, la Pasionaria, esto sí lo contaba siempre, sabe, eran sus recuerdospreferidos,sobretodoenlosúltimosaños,cuandohablabadelaPasionarialallamabalaDolores,olaIbárruri,comosifueseunapersonaíntima,mepareceestarviéndoleen el sofá, se pasaba las tardes en el sofá con unamantita, estaba demacrado, lasmejillashundidas,lasombrademiRodolfo…yélsequedabaescuchándoleconlosojos atentos, cómo le gustaban las historias de su padre, luego cantábamos juntoscanciones españolas que Rodolfo sabía, también Piticche las había aprendido enseguida,porejemploGandesa, «Simequieresescribirya sabesmiparadero, enel

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frente deGandesa primera línea de fuego…», no, no era comunista, era socialistalibertario,contabaquehabíasidoamigodelaPasionaria,quehabíacombatidoasulado, que era una mujer excepcional, luego una vez habían tenido una peleafuribunda,ellalehabíadichoalgunaspalabrasfuertesyéllehabíacontestadoqueundía lloraría amargamente sobre los errores cometidos, hablaba de ella con muchapena,decíaquesehabíavendidoalosrusos,quehabíacometidoatrocidadesconloscompañeros,eraunsoñadormiRodolfo,esoes loque lehabíaenseñadoanuestrohijo. Y además amaba la cultura, los libros, cuántos llegó a leer en su vida, unaespeciedeadoración,decíaqueencadalibrosiemprehayunhombreyquequemarunlibroescomoquemaraunapersona,élfuequienleenseñóelplacerdeleer…ytambiénaescribir.Seescribíancartas,jugabanaunjuego,eraunjuegoprecioso,esdecir,creoqueeraunacosamuypoética, leían librosydespuésseescribíancartascomo si cada uno de ellos fuese un personaje de los libros que habían leído,personajesinventadosopersonajeshistóricos,fueelúltimoañodevidadeRodolfo,seescribierondocenasdecartas, elque recibíaunacarta la leíapor lanocheen lacena, paramí fueron tiemposmuy hermosos, discúlpeme si lloro, Rodolfo recibiómuchas cartas de Livingstone, a Piticche le gustabamuchísimo ser Livingstone, yluegodeHuckleberryFinn, deKim, deGavroche, dePasteur, estaban escritas conmucha madurez, todavía las debo tener en algún sitio, uno de estos días meentretendréenbuscarlas,ysinembargoél teníasóloquinceaños,unniño.Rodolfomurióendiciembredelsesentayuno,yaséqueyalohedicho,pasólosúltimosdíasmuy agitados, pero no por la enfermedad, estaba angustiado por lo que estabasucediendo en el mundo, o sea en Rusia, no puedo decírselo exactamente, sé queKruschev había revelado las atrocidades cometidas por sus predecesores, y él seatormentaba,yanodormía,nilossomníferoslehacíanefecto,luegoundíallegóunacartaparaél,elremitedecía:LaPasionaria,Moscú.Ydentroestabaescrito:DoloresIbárrurilloralágrimasamargas.

Bueno,asíeramihijo.¿Quélehanhecho?Hevistosufotoenlosperiódicos,lehanacribillado,yyonohepodidonisiquieraverle,hanescritoquehahechocosas…no tengovalorparadecirlo…atroces.¿Handichoatroces?Bueno,ustedhapodidoescucharotrahistoria, lahistoriadeunapersonaalaqueustednoconoce,yolehehablado de mi Piticche, le agradecería que no mencionase este nombre en superiódico,discúlpemesilloro,noqueríallorar,perolaslágrimascorrensolaspormismejillas,¿hagobienenllorar?,tienerazón,hagobienenllorar.

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ELPEQUEÑOGATSBY[*]

Losatardecereseranlentos,morosos,ensangrentadosporcrepúsculosmagníficos.Seguíannochescálidasylánguidas,moteadasporeldestelloverdedelfaro,enlaotrapuntadelgolfo.¿Tegustaríaquemicuentoempezaseasí,verdad?Siemprehastenidounaciertapredilecciónporlooleográfico.Bajoturefinamientodiscretoycontenido—tucharme—siemprehasocultadounvelodemalgustoquetalveztepertenecíaenlomás íntimo. ¡Y sin embargocómoodiabas«elmalgusto»!Tehorrorizaba.Y lobanal,locotidiano:erancosasmonstruosas.Puesbien,puedoempezarasímicuento.Por supuesto que me gustaba la villa. Los atardeceres eran lentos, morosos,ensangrentados por crepúsculos magníficos. Seguían noches cálidas y lánguidas,moteadaspor eldestelloverdedel faro, en laotrapuntadelgolfo.Yoestabaen laventana. Siempre he dormido poco, nunca te has dado cuenta.Me levantaba ymeacercabaalaventana,detrásdelascortinas.Hacialasdosselevantabaavecesunaligera brisa que encrespaba la superficie del agua. Se deslizaba sobre las tejasrecalentadasdelporcheyllegabaamirostrocasitibia,reconfortante.Habíasiemprealgún barco que surcaba el recuadro de la ventana, generalmentemercantes, creo,guiadosporlaseñaldelfaro.Alfondo,alaizquierda,seveíaelpuertohormigueantede luces. Me parecía estar a la espera. ¿De qué? ¿Esperaba algo? Los minutospasabanlentos,labrisalevantabalascortinas.Sentíaquemeinvadíaundesasosiego.Aduraspenas lograbacontenerlo,apoyadoenelantepechode laventana, frentealmar.Lacostaeraunapromesa,brillabansusluces,parecíaunafiesta.Merepetíaqueelcuentoestabadentrodemí,undía loescribiría.Mesentaría,comoenunsueño,frentealamesa,sinnisiquieramirarlahojaenblancoqueteníadelante,yelcuentobrotaría como una fuente: y entonces escribiría como por ensalmo, las palabras seordenarían sobre lapáginapor artedemagia, atraídasporun imánque se llamabainspiración. ¿Esperabas que pensara algo así, apoyado en la ventana?Nunca lo hepensado,naturalmente.Jamáshapasadopormicabeza,nohabríaescritoniunasolalínea.

Habíaotracosamuchomásurgente.Susurrabaelcomienzodeunanovela.Sí,porsupuesto,simañanahacebueno,dijolaseñoraRamsay.Perotendrásquelevantartecon el canto del gallo, el viento movía las cortinas, tú dormías, el faro lanzabadestellos intermitentes, la noche era apacible, casi tropical; pero yo llegaría enseguida a mi faro, lo sentía, estaba cerca, bastaba esperar que en la noche memandase una señal de luz, y yo lo entendería, no dejaría escapar esta ocasión (miúnica ocasión), no atormentaría mi vejez con reproches por no haber ido al faro.Mientrastantomeestabahaciendoviejo,medabacuenta.Ysinembargoeratodavíajoven,eraun«hombreatractivo»,cuandobajabaalaterrazamelodecíanlasmiradasde tus amigas, apreciativas e insistentes; pero la edad que sentí no pertenecía al

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registro civil, era una sofocación, como un velo en torno al rostro.Memiraba lasmanosapoyadasenelalféizar:eranlargas,fuertes,ágiles.Yeranviejas.Túno.Lavejezquetútemíaseradeotraclase.Tratabasdeexorcizarlaconcremasylociones,túteníasmiedodeaquellasmanchitasqueapareceneneldorsodelasmanos;tupeorenemigo era el sol de mediodía, y cuando sonreías dos pequeñas arrugasamenazadoras temarcaban las comisuras de los labios.Mirabas con envidia a tusinvitadosquesebronceabanalsol,quesezambullíanenlapiscina,quebajabanalaplaya indiferentesalairedemar.Quéestúpida,sufríaspornada.Túerasrealmentejoven, la vejez no es esto, lo entenderíasmás tarde, lo entiendes ahora; tenías uncuerpoespléndido,yomirabatuspiernas,laúnicapartedetucuerpoqueteatrevíasaexponeralsol,piernaslargasysuaves.Eraelmediodíamediterráneo.Ginoibadeunextremo a otro de la terraza sirviendo Calvados, Bacardí yMazagrán. Alguien selevantaba perezosamente: «Nosotros nos vamos a la playa, Martine, te esperamosabajo…»Entornabaslosojos,unasonrisaimperceptibletemarcabalascomisurasdelos labios, sólo yo reparaba en ello porque conocía aquellas dos arruguitas; no temovías, tequedabasenlatumbonasumergidaenuncharcodesombra,tansólotuspiernasbrillabanalsol,labrisamovíalosflecosdelasombrilla.

Por supuesto queme gustaba la villa.Me gustaban las dos buhardillas con losrematesdeladrillospuestosdepicosobrelastejas,elporcheconlacampanacomoenunconvento,laspersianasblancaspintadascadaverano.Porlamañanatemprano,cuando tú todavía dormías, el bosquecillo de palmeras estaba invadido por lasgaviotas,veníanapasar lanoche,dejaban tramasde idasyvenidas sobre laarena.Lastardeseranbochornosas,muymediterráneas,olíanapinoyamirto,mesentabaenlabutacademimbrebajolacolumnata,juntoalasescaleritasdegranitocubiertasdeyedra,esperandoqueScottiesedespertase.Hacialascuatrollegabadescalza,conlasmarcas de la almohada en su rostro enrojecido y unamuñeca colgando de unapierna.

—¿Cómoprefieresquetellamen,ScottieoBárbara?—Scottie.—PeroScottienoestuverdaderonombre.—MelopusolaseñoritaBishop,dicequeloinventastetú.—Yonoloinventé.—Bueno,unamigotuyo,unoqueesescritor,yocuandoseamayorserétontita.—¿TambiénestotelohadicholaseñoritaBishop?—Sí,porquedicequenoseescapaaldestinodetodaslasnenuchas.—¿Dequéhasdicho?—De las nenas, quiero decir, pero la señorita Bishop les llama las nenuchas,

porquelodecíatambiénunaseñoraquesellamabaZelda.Por lanochehablábamosdeFitzgeraldescuchandoaTonyBennettquecantaba

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TenderistheNigth.Lapelículaadecirverdadnolehabíagustadoanadie,nisiquieraalseñorDeluxe,quesinembargonoeradegustosdifíciles.PeroTonyBennettteníaunavoz«enternecedoracomolanovela»,yescucharlocreabaambiente,yGinoteníaque volver a poner el disco infinidad de veces. Inevitablemente se me pedía elcomienzo del libro, todos encontraban delicioso que me supiese de memoria losprincipios de las novelas de Fitzgerald: sólo los principios, que eran una de mispasiones. El señor Deluxe, grave como de costumbre, invitaba al silencio a lospresentes,yotratabadeescabullirme,peronoeraposiblenegarse,eldiscodeTonyBennettsonabaensordina,GinohabíaservidolosBacardí,yotemirabafijamente,túsabíasqueaquelprincipioteestabadedicado,eracasicomosilohubieseescritoyo,encendíasuncigarrilloylointroducíasenlaboquilla,tambiénaquelloformabapartede la puesta en escena, jugabas a la flapper, pero no tenías nada de flapper, ni lamelena ni lasmedias de rayón, y ya no hablemos de ánimo: tú pertenecías a otracategoría,podríasestarenunanoveladeDrieu,alomejor,odePérezGaldós,teníasun sentido trágico de la vida, tal vez fuese tu egoísmo insuperable, como unacondena. Y entonces empezaba, entre la impaciencia que ya comenzaba amanifestarse,Ginoevitabaservircopasparanomolestar,yseoíatansólolavozdeTony Bennett y el chapoteo del Mediterráneo: En la hermosa costa de la riberafrancesa,amediocaminoentreMarsellaylafronteraitaliana,surgeunhotelcolorde rosa, grande y soberbio. Palmeras deferentes refrescan su fachada rosada, yfrente a él se extiende una minúscula playa deslumbrante. Recientemente se haconvertidoenunpuntodeencuentroestivaldegenteeleganteyalamoda;hacediezaños,cuandoenabrillaclientelainglesaibahaciaelnorte,estabacasidesierto…

InfaliblementelaseñoritaBishopibaacambiareldisco.LlegabaelturnodelascancionesempalagosasdeColePorter,eraunamaníadelaseñoritaBishop,pensabaqueColePorterseadaptabaaFitzgerald;osinoponíaNatKingColequecantabaQuizás, quizás, quizás. Por lo demás también amímegustaba la cancióndeKingCole, sentía queme concernía,meprovocabauna sutilmelancolía,Siempreque tepregunto, que cómo dónde y cuándo…, intentaba continuar, todos mirabais, porencima demí, elmar y las luces de la costa, por lamañana temprano la imagenlejana de Cannes, el color rosa y crema de las viejas fortificaciones, los Alpespurpúreos que ceñían Italia, eran arrojados al agua y yacían trémulos en losremansos,enlosanillosdibujadosenlasuperficieporlasplantasmarinasatravésdelaslímpidasaguasbajas…,peroalgosemeresistía,mivozeraincierta,losentía.¿Por quéme costaba proseguir? ¿Era acaso la noche? ¿Eran las luces de la costa?¿Era Nat King Cole? Te escrutaba en la penumbra, y así pasan los días, y yo,desesperado…, habrías podido almenos hacerme una señal de comprensión, y encambiono,memirabas tranquilacomolosdemás,comosi túnosupiesesque todoaquello me concernía, yo sirvo para la noche, ¿verdad Martine?, te decía con la

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mirada, para unos breves instantes nocturnos, y luego tú te duermes, y duermes,duermes,duermes,elvientonocturnolevantalascortinas,alfondoestánlaslucesdelacosta…,peroeldía,¿quéestuPerridedía?,eselpersonajedeunjueguecito,lafiguritadeuncuento.

Basta.Noteníaganasderecitar,yporotrapartetampocolosotrosteníanganasde escucharme, el juego estaba abierto, había bastado aquel principio para dar lasalida, ahora la señoritaBishop se sentíaRosemaryHoytbailandoabsortaun slowmuysentimental,deacuerdoqueyanoteníadieciochoañosyqueenelaguanoeracapazdeaquel«pequeñocrowlafilado»deRosemary,¿peroquémásdaba?,alfinyalcaboestabatodomezclado:RosemaryHoytbailabaconTomBarban,quehabríadebidobailarcontigo,peroesoocurriríamañanaporlanoche,talvez,aquellanocheyaestabandistribuidos lospapeles,yel señorDeluxeseacoplabaperfectamentealpapel del exaviador insatisfecho y aventurero, nadamal, por otra parte, quizás unpocodemasiadodistinguidocomolegionario,demasiadobienalimentado.Encuantoalosotrosdos,noserequeríamuchaimaginaciónparacolocarlos.Erantananodinos,yalaveztanintercambiables,elguapoBradyysurubita.Yenloqueatiserefiere,sí, tú eras una espléndida Nicole, lo hacías a la perfección, te parecías a LaurenBacall,lodecíatuTomBarban,leoísusurrártelo.Quépena.¿Ysustorpesintentosdeocultar con el borde de la chaqueta la erección perceptible bajo el lino de lospantalones? Intolerable. Pero él era TomBarban, el legionario: los legionarios sonmuyviriles,yasesabe,bailandoconunaseñoraquesepareceaLaurenBacall…

Peroyo,¿quiénerayo?YonoeraDick,aunquetuviesesupapelenlarealidad,me refiero.Y tampoco eraAbeNorth, no, a pesar demi vieja novela, jamás seríacapaz de escribir otra, aunque todos fingieran pensar lo contrario, ymuchomenosescribiría la historia de nuestras deplorables historias. Yo sólo sabía de memoriaprincipios de novelas ajenas, pertenecía a una historia afín, era un personajetransmigradodeotranovela,suestilizaciónenunadimensiónmenor,singrandezasysin tragedias; almenosmimodelo tenía una cierta grandeza de gangster; peromipapelnocontemplabalocuras,sinningúnsueñoalquesacrificarlavida,nisiquieraunaperdidaDaisy,opeoraún,miDaisyerastú,quesinembargoerasNicole.Yoeraunjuegodentrodenuestrojuego:eratuqueridopequeñoGatsby.

Lanocheavanzaapequeñospasos.Tambiénesta frase tehabríagustadoenuncuentomío,¿verdad?Tevoyacomplacer:lanocheavanzaapequeñospasos.AhoraelgramófonotocabaEasytoLovedeCharlieParker,aqueldiscolohabíacompradoyo,bajolatrompetalloronadelpobreBirdseoíaelsonsonetecasialegredelpianodeStanFreeman, como risitas sofocadas, un pequeño fraseado de alegría.HubierapreferidoJellyMorton,peroparaRosemaryerauntostón,eraimposiblebailarJellyMorton.Bueno,¿quéhaceraaquellashorasdelasuavenocheavanzadaapequeñospasos?¿St.RaphaëloelHôtelduCap?MejorSt.Raphaël,¿quésehaceenelCap,

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después de tomar el Negroni?, morirse de aburrimiento; y el guapo Brady (¿perocómosellamabaenlavidaelguapoBrady?)condescendíaacualquierprogramacontal de podermirarte con embeleso, su rubita estúpida le seguiría a cualquier parte,«c’estcocasse»,gorjeaba,«c’estcocasse», todoeracocasse.TambiénelviejoBenzdeDeluxeeracocasse,conlosguardabarrosbeigeyelcristaldivisoriodentro;habíapertenecidoauntaxistaparisinojubilado,élpresumíadehaberlocompradopordosreales, «la única pena es que se haya querido quedar con el taxímetro, ¡a veces lagentelecogecariñoacosasbienestúpidas!…»,ysereíacontodosaquellosdientesblanquísimos.Teníademasiadosdientes:dientesdeluxe.¿Oesunafrasefácil?

¿PeroquiéneraelseñorDeluxe,unmusicólogorefinado?Imposible,¡conaquelnombre!Creoque también él era unpoco cocasse como suBenz, «mehagustadomuchosunovelaporsumusicalidad»,medecía.Qué imbécil.«Peroen lapróximanovela—porqueustedestáescribiendootra,¿noesverdad?—ensupróximanovelaatrévaseaexplicitarsuamorporlamúsica,noseamedranteantelascitas,rellénelode nombres, de títulos, crean en seguida novelasmágicas,mencione el nombre deColtraneydeAlbanBerg,yaséquelegustanColtraneyAlbanBerg,ycompartosusgustos».DecíaquelegustabaAlbanBerg,habríadeseado«disponerdemástiempoparadiscutir»,peroluegonoibamásalládeGershwin.¿Perocómopodíaentenderlamuerte,conaquellasonrisademuñecote?Tampocotúpodíasentenderlamuerte,sehallaba fuerade tualcance,porelmomento.Túpodíasentenderalmuerto,pero lamuerteyelcadáversondoscosasdistintas.Morirseeslacurvadelcamino,moriressólonoservistos,¿recuerdasestosversos?Losrecitéunanocheperoosengañé,noerandeFitzgerald,aunquetodoscreísteisquesí,eraunacitafalsa,yyoenmifuerointernodisfrutédelengaño.Estábamosenlaribera,cercadeVillefranchemeparece,yocitélafraseydije:Fitzgerald,ThisSideofParadise.Deluxefrenócasidegolpe.Susurraba algo como «sublime, sublime», una tontería por el estilo, y quiso quebajásemos a la playa, tuvimos que quitarnos los zapatos y caminar hasta la orilladándonoslamano,unhombreyunamujer,encadena,eraurgentehaceralgolustral,esasfueronsuspalabras,eraunhomenajealser,alestarallí,alhechodehallarnosenlarectadelavida:enfinloscuernoscontralascurvas,laideaeraésa.

Tumadre sí, entendía lamuerte.Yo entendí en seguida que era unamujer queentendíalamuerte,cuandolaconocí.Yellaentendiólomismodemí.Entendióquehabía algo de eso enmimediocre novela, por eso hizo de todo para que fuese unlibro,meimpidióllegaraMenton,mesacódelacondiciónde«jovenpobreaspiranteaescritorhijodeemigrantesqueregresaasupaísdeorigenconunmanuscritoenelbolsillo».¿CreíaisquemiamorporFitzgeralderatangrandequemehabíaimpulsadoa una peregrinación sobre su itinerario?, ¿que mis descripciones de su hotel deBaltimorefuesenelresultadodeunapasióndemaníaco?Nadadeeso.Digamosquesoy un cronista. En aquel hotel transcurriómi infancia. Prefiero pasar por alto los

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pormenores.Mipadreeracamareroallídesdehacíaveintinueveaños,élsíquehabíaconocidoaFitzgerald,teníalibrosconsudedicatoria,mehablabaamenudodeélytambiéndeZelda,quelehabíaapreciado,lehabíacogidocariñoporquemipadrelepreparababrebajesmuycomprensivos,lecitóinclusoenSaveMetheWaltz,conotronombre.Luego el hotel con el pasode los años empezó a deteriorarse, la clientelahabía decaído, a mi padre y a mí nos habían adjudicado una habitación en el alaposterior, tras lamuertedemamánosabíaconquiendejarme,almenosallí estabaseguro,oalmenosesoesloquepensaba,élpasósusúltimosañossirviendolacenaaviejas putas envueltas en pieles, a morfinómanos distinguidos, a pederastasrencillosos…Ahílotienes,éseesmiFitzgerald.Tumadreentendiómuchascosasdemí.Y también yo de ella. ¿Te gustaría saber en qué consistió exactamente nuestrarelación?Noesunacosaquepuedadecirseenpocas líneas.Laquisemucho, creoqueesobasta.

TodospreferíanSt.Raphaëly en cambio luegopor lanochenos arrastrábamoshastaelHôtelduCap.TalvezlosNegronifuesenunpocofuertes.YademásponíanmuchoGershwin,paraelseñorDeluxe.YluegoestabanlosArrighi,instaladosenlaterraza,quiénpodíaresistirseaaquellosdos,erandosperfectosMcKisco,rencillososy amargos, demasiado cocasse, a las diez de la noche ya estaban disparadísimos,parecían acabados de salir deTender is theNight, imposible dejarlos para ir al St.Raphaël.Nunca supieron que eran losMcKisco, los pobres, a lomejor ni siquierasabían quién era Fitzgerald. «Y su novela, Perri, ¿cómo va su novela?» La señoraMcKisco repetía siempre la misma pregunta, era educada, circunspecta, llevabafoulardselegantísimosyuntréboldeperlasenlasolapadelachaquetablanca.JamásvialaseñoraMcKiscosinlachaquetablanca.Decíaquenoibamal,no,realmentenoibamal,estababastanteadelantada,sí,lahistoriayalateníatoda,dramática,porsupuesto, pero con un toque de frivolidad, al drama le favorece la frivolidad: dosdestinos que no se encuentran, una vida equivocada, dos vidas equivocadas…¿Desesperación?,desdeluego,peroconmesura.Quizásunamuerte.Todavíanosabíasideélodeella:otalvez,quéseyo,unagrantraición.Perosobretodoinadaptacióna lavida,comosinadabastase,yunasensacióndedespilfarro,ya lavezalgoasícomounsinsentido:yluegounegoísmoperverso.LaseñoraMcKiscosuspirabaconcomprensión, como si dijese: ¿pero a quién puede bastarle la vida? Erguía elvoluminosopecho,eltréboldeperlascentellaba,McKiscolamirabaconairetorvo,como si estuviese a punto de morderla, ella era melancólica, incongruente, suinfelicidad era de una simplicidad conmovedora; vamos señora McKisko, habríaquerido consolarla, apoye su generoso pecho sobre mi hombro y desahóguese,solloce: es verdad, hadesperdiciado suvida, sumarido es unorangután repletodePernod,tienendemasiadodineroyahoraustedsepreguntaparaquéquiereeldinero,dequélesirvensusfábricasdepapel,quesevayatodoal infierno,¿verdadseñora

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McKisco?, hijos es lo que usted hubiese querido, y en cambio está aquí poniendoparchesalavejezyalasoledad,querríaconvencersedequeloshijosnolosontodo,mira las lucesdeCannesy tieneenormesdeseosde llorar.Vengaconmigohasta labalaustrada,contemplemoselmar,yolecuentounanovelafrívolamentedesesperadaynosreímoscomolocos,todomuyfitzgeraldiano,élesunescritordeunúnicolibro,hatenidounainfanciacariadaquedevezencuandoledueleconpunzadasagudas,enlavidaselashaapañadoconmediosnodeltodolimpios,digamosqueesunpequeñodelincuente,peroenelfondoesbueno,¿quiereoírelprincipio?,comenzaríaasí,porejemplo:En1959,cuandoelProtagonistadeestahistoriateníatreintaycincoaños,yahabíanpasadodosañosdesdeque la ironía, elEspíritu Santode estos últimostiempos,había,almenosteóricamente,descendidosobreél.Laironíaeraelúltimotoqueallustredeloszapatos,laúltimacariciadelcepillodelaropa,unaespeciede«¡Ya está!» intelectual; sin embargo, al comienzo de esta historia todavía no hasuperadolafasedelaconciencia…Adecirverdadelprincipionoesmío,queridaseñoraMcKisco,loúnicomíosonlasfechas,peroparaelcasodaigual.

Haciamedianocheel señorMcKiscocaíadesplomadosobre lamesa,habíaquelevantarlo en vilo. También la señorita Bishop estaba bastante bebida, soltaba unarisita detrás de otra, a ella le daba por las borracheras alegres, ahora se sentíacompletamenteenformaparaunaescapaditaalSt.Raphaël,vamos,unviajerápidoacomerunasgambitas,yoaesasalturasdesertaba,preferíaesperarteencasa,despuésde todo regresaríais dentro de una hora. ¿Quieres saber por qué no volví a casa lanochedeldocedeagosto?Nuncamehepreguntadoporquénovolvistetú,noquierosaberlo, no me interesa. Pero quiero decirte por qué no volví yo, es demasiadocómico. Porque era SanMacario.Mi padre se llamabaMacario, quería recordarlesolo,lejosdetucasa,sininterferencias.YluegollevabaenelbolsillolafotografíadeScottie.Tambiénahoralatengodelante.Esunafotodesuscuatroaños.Scottiellevaunvestidodeflores,calcetinesblancosylastrenzasquemadasporelsol.Sostieneunmuñeco en la mano, una especie de basset-hound con los ojos tristes, lo llevacolgandodeunaoreja,sellamabaSócrates,¿teacuerdasdeSócrates?,locompréyo.Hayunagujeroenlafotografía;ésaerestú.Yestálavilla,alfondo,cogidadesdeelladooeste,lasescaleritascubiertasdeviñaamericanaquellevabanalashabitacionesdeScottie,lapuertablancadepequeñoscristalesbiselados,alainglesa.Demaneraque llevaba en el bolsillo la fotografíadeScottie yme senté enun café.Mejornopodía sentirme. Mi plan era perfecto, y además en alguna localidad próxima aMenton se veían fuegos artificiales, debía ser la fiesta de un santo patrón, meparecieronde buen agüero.Desde hacía unmes ymedio, todos los sábados por lanoche, cruzaba la frontera conmi automóvil.Había un aduanero que empezaba elturno de noche a las veintidós en punto, un chico de Benevento, ya se habíaacostumbradoaverme,yoibaatomaruncaféaItalia,alasveintidósymediavolvía

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acruzarlafrontera,«¿nostalgiadelcaféitaliano,señor?»,mesaludabaconlamanoenlavisera,yorespondíaalsaludo,avecesmequedabaunratocharlando,paraélyoeraunricoconlamaníadelcaféitaliano,jamásselehabríaocurridoregistrarmeelcoche,dormidabajounamantaScottiepasaríaperfectamente.

Estuve deambulando por el paseomarítimo, mirando los fuegos artificiales entornoaMenton.Seríamañanaporlanoche.EraSanMacario,lanocheerahermosa,pensabaenmipadremuertoenunhotelpestilentedeBaltimore,entréenel«Racé»para retirardinero, teníaalgunosasuntillosperoera laúltimavez,necesitabaaqueldineroparainiciarunaactividadhonestaenItalia,noesqueanduviesemaldedinero,perocuantomástuviera,mejor:losprimerostiemposnoseríanfáciles.Enel«Racé»había una jam-session con un tipo increíble que imitaba a la perfección a RexStewart,untrompetistadeEllingtondelosañostreinta,eraalegre,tocabaTrompetinspace yKissingmy baby, goodnight, ni que decir tiene que yo tambiénme sentíaalegre,me quedé un rato y luego salí y recorrí un largo tramo a pie porque teníaganasderespirarairefresco.Asíes.Porunatonteríapuedecambiartodaunavida.Oseguirigual.

Eltiempoespérfido,noshacecreerquenuncapasa,ycuandomiramosatráshapasadodemasiadoaprisa. ¿Tegustaríauna fraseasí enunodemiscuentos,verdadMartine? Concedido. El tiempo es pérfido,miro hacia atrás, ha pasado demasiadoaprisa, ¡yconqué lentitudhapasado!Hanpasadocasiveinteaños,yScottie sigueteniendocuatro años,paranosotros.Peroenel fondo tambiényo tengo la edaddeentonces, para ti. Porque yo soy inalcanzable, en cierto sentido soy eterno, aquí,dondeme encuentro. Estoy al otro lado de la curva del camino, ¿puedes captar laidea?Veinteañosdeberíanser suficientesparaentenderuna ideacomoésta.Túencambio no, te has quedado en una recta, expuesta. Has envejecido, Martine, esnormal.Finalmentedejarásdetemerla llegadadelavejez:ahorayahallegado.LaseñoritaBishopnohadadomásseñalesdevida,hadesaparecidoenInglaterra.Peroyoséloquehasidodeella:sehavueltomediomonja,nosehacasado,viveenuninternado del Sussex, enseña cultura americana a las jovencitas de buena familia.TambiénDeluxehaenvejecido,demontre.Haperdidocompletamentesuaspectodeaviador.Ha venido a verte algunas veces, pero es imposible reanudar el juego, yanadaloconsiente.EsunseñorcorpulentoconunCitroënazulquesehaestablecidocomo delegado comercial en la banlieue: adiós, Tom Barban. Y también la villa,cómohaenvejecido.Nohacemuchopasépordelanteeimaginéentrar.Enelmuro,juntoalapuertadehierro,hayunapequeñaplacadeazulejosazulesconunbergantínconlasvelashinchadas.LocompramosenEzeVillage,¿teacuerdas?Enlapuertadehierroforjadolapinturablancaestádesconchada.Dondeelbarnizsehalevantado,aresultasdelsolydelahumedad,engruesasampollasquecrujenbajoeldedo,sehaformadounóxidofinoymuyamarillo,hayqueempujarlosbatientesconfuerzade

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locontrarionoseabrenporquelosgoznesestánanquilosados.Cuando,trashaberlasacudidoconciertaimpaciencia,seconsiguefinalmenteabrirlaverja,éstaemiteunchirrido contenido y prolongado, como un gemido que viniese de lejos, frente anosotros.Tiempoatrássolíalevantarlosojosmecánicamente,enbuscadelemisordeaquel lamento,yentoncesveíaelcelestedelmar.Aladerechadelaverja,unavezdentro,bajounapalmera,hayunacasetapintadadeamarillo,untrasteroconaspectodeunacasaenminiatura.Tiempoatrás teníaallí susherramientaselguarda, ahorapuedo imaginar lo que habrá: un cochecito de bebé de aquéllos con la capota defuelle, como se ven en las fotografías de los años treinta, un xilofón infantil sincuerdas,viejosdiscosrayados.Sonobjetosinsostenibles,esimposiblemirarlos,peroa lavezes imposibledeshacersedeellos:hayqueencontrarun trastero. ¿Peroporquétedescribocosasquesabesmejorqueyo?¿Paracrearunanotaenternecedoraenmicuento,unasensacióndedisipación?Siempremostrastepredilecciónporlasvidasfútilesydesesperadas:FrancisyZelda,BessieSmith,Isadora…Hagoloquepuedo:más no tenemos. Pues sí, la villa realmente no es lo que era, necesitaría un buenmaquillaje:fachada,ventanas,jardín,rejas…Peroeldineroescasea,desaparecieronlospequeñosnegociosdiscretosdePerri,tandudososperotanrentables:latradiciónnosecome.Talvezpodríasempezarapensarenutilizarlotodo.Lasituaciónesdeuna rara elegancia, los locales son magníficos, tan deliciosamente art-nouveau;podrías retirarte a las habitaciones que fueron de Scottie, así estarías todavía másunidaasurecuerdoyademástúahoracondoshabitacionestienesdesobra,yelrestotransformarlo en hotel. Un hotel pequeño, pero de gran élite: diez habitaciones,comedorenlaplantabajaconlamparitasdepantallaverdesobrelasmesas,pianistaenlaterrazaparalasobremesa,muchoGershwin,clarodelunayBacardí.Lossuizosricosdemedianaedadadoraneste tipode lugares.Deberíasencontrarleunnombreadecuado,refinadoperogracioso:porejemplo.«AupetitGatsby».Ytúdeestaformapodrías enfrentarte a una vejez tranquila, pasar las tardes en paz contemplando lacosta y pensando en el futuroque año tras año retrocede frente a nosotros.Se nosescapóentonces,perono importa:mañana iremosmásdeprisa,estiraremosmás losbrazos…yunbuendía…EsunfinaldeFitzgerald,naturalmente.

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VOCES

ParamiamigaM.I.,queunavezmeconfióunsecreto

Laprimera llamadahabía sidodeuna chicaque telefoneabapor terceravez entresdíasyrepetíaalinfinitoqueyanopodíamás.Enmuchoscasoshayqueirconcuidado,porquesecorreelpeligrode lapsicodependencia.Hayqueserafectuososconcircunspección,quientelefoneadebesentirquealotroextremodelhilotieneaunamigo,noaundeusexmachinadelquedependesuvida.Ademáslareglaprincipales que no se encariñe con una voz determinada, de lo contrario crea situacionesdifíciles.Con los depresivos sucede con extrema facilidad, necesitanun confidentepersonalizado,noseconformanconunavozanónima,quierenqueseaaquellavozyse apegana elladesesperadamente.Pero con losdepresivosdeunacierta clase, deésosquetienenunaideafijatraslaqueseatrincherancomosifueraunmuro,lacosaaún se complica más. Hacen llamadas que te dejan helado, es raro establecer uncontacto.Estavezsinembargofuebien,porquetuvelasuertededescubriralgoqueleinteresaba.Otraregla,queporlogeneralsedemuestraefectivaenunbuennúmerodecasos,esdirigirlaconversaciónhaciauntemaqueintereseaquienllama,porquetodos,hastalosmásdesesperados,tienenalgoqueenelfondolesinteresa,hastalosqueestánmásalejadosdelarealidad.Amenudoesunacuestióndebuenavoluntadpornuestraparte,alomejorhayqueecharmanodepequeñostrucos,deexpedientes;yo a veces he logrado desbloquear situaciones que parecían imposibles con eljueguecito del vaso, y he conseguido establecer un cierto tipo de comunicación.Supongamos que suena el teléfono, descuelgas el auricular, dices la consabidaformulita o algo por el estilo, y al otro extremo del hilo nada, el silencio másabsoluto, ni siquiera un jadeo. Entonces insistes, procuras ir con tacto, dices quesabes que te está escuchando, que diga algo, lo que quiera, lo primero que se leocurra:unaincoherencia,unaimprecación,ungrito,unasílaba.Nada,silenciototal.Y sin embargo, puesto que ha llamado existe una razón, sólo que tú no puedessaberlo, no sabes nada, puede ser extranjero, puede sermudo, puede serlo todo.Yentoncesyocojounvasoyunlápizydigo:escuche,somosmillonesymilloneslosquevivimossobrelatierra,ysinembargo,nosotrosdosnoshemosencontrado,sóloporteléfono,esverdad,sinconocernosysinvernos,peronoshemosencontrado,nodesperdiciemos este encuentro, algo debe querer decir, escúcheme, juguemos a unjuego,yo tengounvasodelantedemí,voyahacerlo sonarconun lápiz, tlin, ¿me

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oye?,simeoyehagaustedlomismo,dosgolpes,osinotienenadaamanodéunostoquecitosenelauricularconlauña,así,toc-toc,¿meoye?,simeoyeresponda,porfavor,escuche,ahorayoempezaréaenumerarlecosas,loprimeroquesemeocurra,yustedmedice si le gustan, por ejemplo ¿le gusta elmar? para decir que sí dé dosgolpes,ungolpesoloquieredecirno.

Pero ve a saber qué es lo que le interesa a una chica que marca el número,permanececalladadurantecasidosminutosyluegoempiezaarepetir:nopuedomás,no puedo más, no puedo más, no puedo más. Así, hasta el infinito. Fue puracasualidad, porque yo primero había puesto un disco, al fin y al cabo, pensaba, elquincedeagostonohabrámuchasllamadas;ydehechohacíamásdedoshorasquehabía empezado mi turno y no había llamado nadie. Hacía un calor terrible, elpequeñoventiladorquemehabíatraídonorefrescabamínimamenteelaire,laciudadparecíamuerta, todosestaban fuera,devacaciones,mearrellanéen labutacaymepusea leerperoel librosemecayósobreelpecho,nomegustadormirmecuandoestoy de guardia, tengo reflejos lentos y si alguien llama me quedo cortada losprimeros segundos y a veces son precisamente esos primeros segundos los quecuentan,porquealomejorelotrocuelgayluegoquiénsabesiseatreveráavolveramarcarelnúmero.PoresopusebajitolamarchaturcadeMozart,esalegre,tienealgoestimulante,mantienealtalamoral.Ellatelefoneómientrassonabaeldisco,nodijonada durante mucho rato y luego empezó a repetir que no podía más, yo la dejéhablarporqueenestoscasosesunabuenanormaqueelquellamasedesahogue,debedecir todo lo que quiera y cuantas veces quiera; cuando lo único que oía por elauricularerasurespiraciónafanosadije:esperauninstante,porfavor,voyaquitareldisco, y ella contestó: puedes dejarlo. Claro, dije yo, lo dejo encantada, ¿te gustaBrahms?No sé cómo había intuido que la posibilidad de una comunicación podíaproporcionarlalamúsica,eltrucomesalióespontáneo,avecesunapequeñamentiraes providencial; en cuanto a Brahms probablemente jugó en mi inconsciente lasugestióndeltítulodeFrançoiseSagan,untítuloqueunollevasiempreadormecidoen lamemoria. Esto no esBrahms, dijo ella, esMozart. ¿CómoMozart?, dije yo.Claro,Mozart,dijoellaconvivacidad,eslamarchaturcadeMozart.Ygraciasaestoempezóahablardelconservatorio,dondeestudiabaantesdequelepasaseaquello,ytodofuemuybien.

Eltiempo,después,transcurriólento.Oítocarlassietedesdeelcampanariodelaiglesia de San Domenico, me asomé a la ventana, sobre la ciudad se extendía unligerovelodecalina,devezencuandopasabaunautomóvilpor lacalle.Mediuntoquederimmelenlaspestañas,avecesmeencuentroatractiva,luegometumbéenelpequeñosofájuntoaltocadiscosymepuseapensarenlascosas,enlagente,enlavida. El teléfono volvió a sonar a las siete y media. Yo pronuncié la consabidafórmula, tal vez con un cierto cansancio, al otro extremo del hilo hubo un ligero

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titubeo, luegolavozdijo:mellamoFernandoperonosoyungerundio.Essiempreunabuenanormaapreciar las frases ingeniosasdequien llama, revelaneldeseodeestableceruncontacto,yyomereí.LecontestéqueyoteníaunabueloquesellamaConrado,peronoeraunparticipio;ytambiénélserióunpoco.Yluegoéldijoquedetodasformasteníaalgoencomúnconlosverbos,queteníaunacualidadparecida.Queeraintransitivo.Todoslosverbossirvenparalaconstruccióndelafrase,dijeyo.Meparecíaquelaconversaciónpermitíauntonoalusivo,yademássiemprehayquesecundareltonoelegidoporquientelefonea.Peroyosoydeponente,dijo.Deponenteen qué sentido, pregunté yo. En el sentido de que depongo, dijo él, depongo lasarmas.Talvezelerrorestabaenpensarque lasarmasno teníanqueserdepuestas,¿no le parecía?, tal vez nos habían enseñado una gramática equivocada, eramejordejarquelasarmaslasutilizasenlosbeligerantes,habíatantagentedesarmada,podíaestar seguro de tener una compañía numerosa. Él dijo: puede ser, y yo dije quenuestra conversación parecía la tabla de las conjugaciones, y esta vez le tocó a élreírse,unarisitabreveyáspera.Yluegomepreguntósiconocíaelruidodeltiempo.No,dijeyo,noloconozco.Bueno,dijoél,bastasentarsesobre lacama,durante lanoche, cuando uno no logra dormirse, y permanecer con los ojos abiertos en laoscuridad,yalcabodeunratoseoye,escomounmugidoen lontananza,comoelalientodeunanimalquedevoraalagente.Porquénomecontabamáscosassobreesasnoches,teníatodoeltiempo,yyonoteníaotracosaquehacerqueescucharle.Peromientras tanto él ya estaba enotraparte, había saltadounnexo indispensablepara que yo siguiese el hilo de la historia; él no necesitaba aquel paso, o tal vezpreferíaevitarlo.Peroyo ledejéhablar,nohayque interrumpirnuncaporningunarazón,yademássuvoznomegustaba,eraligeramentechillonayavecesunsusurro.La casa esmuy grande, dijo, es una casa vieja, haymuebles demis antepasados,horriblesmueblesestiloimperioconpatasdeanimales;ytambiénalfombrasraídasycuadrosdehombreshurañosydemujeresaltivasydesdichadas,conellabioinferiorimperceptiblementecolgante.¿Sabeporquésubocatieneesacuriosaforma?,porquelaamarguradetodaunavidasedibujaenellabioinferiorylobaja,aquellasmujerespasaronnochesinsomnesjuntoamaridosestúpidoseincapacesdeternura,ytambiénellas,aquellasmujeres,permanecíanconlosojosabiertosenlaoscuridad,cultivandoresentimiento. En el vestidor que comunica con mi habitación todavía están suscosas, las que dejó: algunas prendas de ropa interior atrofiadas en un estante, unapequeñacadenadeoroquellevabaenlamuñeca,unpasadordecarey.Lacartaestásobrelacómoda,bajolaurnadecristalquetiempoatráscustodiabaunmastodónticodespertador deBasilea, aquel despertador lo rompí yo cuando era pequeño, un díaqueestabaenfermo,nadiesubíaaverme,meacuerdocomosifueseayer,melevantéy saquéeldespertadorde suestuche, teníaun tictac espantoso, lequité la tapadelfondo y lo desmonté metódicamente hasta dejar la sábana cubierta con todos sus

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minúsculosengranajes.Siquiereselapuedoleer,merefieroalacarta,mejordicho,selarepitodememoria,laleotodaslasnoches:Fernando,sitúsupiesescómoteheodiadodurantetodosestosaños…Asíempieza,elrestopuedededucirlosola,laurnadecristalcustodiaunodiomacizoycomprimido.

Y luegovolvió a saltarunpaso,peroestavezmepareció comprender elnexo,dijo:¿yahoracómoseráGiacomino?¿Enquésehabráconvertido?Esunhombre,enalgúnlugardelmundo.Yentoncesyolepreguntésiaquellacartallevabalafechadelquincedeagosto,porquelohabíaintuido,yéldijoquesí,queeraelaniversario,yqueloibaacelebrarcomolaocasiónmerecía,teníayapreparadoelinstrumentodelacelebración,estabaallísobrelamesa,alladodelteléfono.

Se quedó callado, yo esperé a que volviese a hablar, pero él seguía callado.Entoncesdije:espereotroaniversario,Fernando,intenteesperarunañomás.Medicuentaenseguidadeloridículodelafrase,peroenaquelmomentonosemeocurriónadamejor,hablabaporhablaryenelfondoloquecontabaeralaidea.Mehatocadooírtantasllamadas,detodasclases,conlassituacionesmásabsurdas,ysinembargome pareció como si en aquel momento mi habitual aplomo vacilase, y me sentítambiényoperdida,comosinecesitaseaotrapersonaquemeescuchaseymedijesecosasamables.Fuesólouninstante,élnoreplicó,yomerecobréenseguida,ahorasabíaquépodíadecirle, podíahablarlede lasmicroperspectivas.Porque en lavidahay muchas clases de perspectivas, las llamadas grandes perspectivas, que todosconsideran fundamentales, y las que yo llamo microperspectivas, que seráninsignificantes, lo admito, pero si todo es relativo, si la naturaleza concede queexistanáguilasyhormigas,porquénosepuedevivircomolashormigas,pregunto,de microperspectivas. Sí, microperspectivas, insistí, y él encontró divertida midefinición,peroenquéconsistiríanestasmicroperspectivas,preguntó,yyomepuseaexplicárselo minuciosamente. La microperspectiva es un modus vivendi, ¿deacuerdo?,digámosloasí,esunaformadeconcentrarlaatención,todalaatención,enunpequeñodetallede lavida,de la rutinacotidiana,comosiaqueldetalle fuese lacosamásimportantedeestemundo;peroconironía,sabiendoquenoesdeningúnmodolacosamásimportantedeestemundo,yquetodoesrelativo.Puedeservirdeayuda el hacer listas, tomar notas, marcarse horarios férreos y no transigir. Lamicroperspectivaesunaformaconcretadeapegarseacosasconcretas.

No me pareció muy convencido, pero mi objetivo no era hacer una obra deconvicción.Medabaperfectamentecuentadequenoestabarevelandoelsecretodela piedra filosofal; sin embargo el mero hecho de que sintiese que alguien podíainteresarseporsusproblemasdebíaservirdealgo.Eratodoloquepodíahacer.Mepreguntó si me podía llamar a casa. Lo sentía, no tenía teléfono. ¿Y aquí? Porsupuesto, aquí cuando quisiese, no mañana no, justamente, pero claro que podíadejarmeunrecado,esmásdebíahacerlo,estaríauncompañeroenmilugarqueluego

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melotransmitiría,medaríaunalegrónsabercuálhabíasidolamicroperspectivadesujornada.

Se despidió educadamente, con un tono de voz que parecía pedir disculpas. Sehabía hecho de noche y nome había dado cuenta, a veces algunas conversacionesexigenunaterribleconcentración.PorlaventanaviaGulliverquecruzabalacalle,venía a relevarme, aGulliver se le distinguiríadesde lo altodeun rascacielos, poralgolellamanGulliver,recogímiscosasymepreparéparasalir.Sóloentoncesmedicuentadequeeranlasnuevemenosdiez,caramba,lehabíaprometidoaPacoquealasnueveenpuntoestaríaencasaypormuchaprisaquemedieseahoranollegaríaantesde lasnueveymedia.Sobre todoconlos transportespúblicos,queyasonundesastrelosdíaslaborables,imagínateelquincedeagosto.Talvezlomejorfueseirapie.PaséjuntoaGullivercomounaflecha,sinnisiquieradarletiempoasaludarme,me gritó algo en son de broma amis espaldas, le contesté desde las escaleras queteníaunacita,yquelapróximavezfuesepuntual,porfavor,ledejabaelventiladoraunquenoselomerecía.Niquefuerahechoapropósitonadamássalirdelportalvial32quedoblabalaesquina,aunquenomellevahastacasameahorraunbuentrozodecamino,oseaquelocogíalvuelo,estabacompletamentevacío,impresionael32vacío de aquella forma, si se piensa cómo va habitualmente. El conductor iba tandespacio que me daban ganas de decirle algo, pero no lo hice, tenía un aire tanresignado,lamiradaapagada.Bueno,pensé,siPacoseenfadapeorparaél,nopuedovolar,me bajé en la parada frente a los grandes almacenes, caminaba a buen pasoperoeranyalasnueveyveinticinco,erainútilponerseacorrerparallegartardedetodasformas,todasudadayjadeantecomounadesesperada.Metílallaveprocurandonohacerruido.Lacasaestabaoscuraysilenciosa,meimpresionó,quiénsabeporquépenséenalgodesagradableymedejédominarporlaansiedad.Dije:Paco,Paco,soyyo,hevuelto.Porunmomentomesentídesfallecer.Dejéloslibrosyelbolsosobrelasilladelrecibidoryfuihastalapuertadelasala.Paco,Paco,volvíadecir.Elsilencioavecesesunacosaatroz.Séloquehubieraqueridodecirle,sihubieseestadoallí:porfavorPaco,lehabríadicho,nohasidoculpamía,herecibidounallamadakilométricayhoylostransportesestánreducidosalamitad,eselquincedeagosto.Fuiacerrarlaterracita de atrás, porque en el jardín haymosquitos y apenas ven la luz entran amontones.Recordéqueenlaneverahabíatodavíaunalatadecaviaryotradepaté,me pareció elmomento de abrirlas, y también de destapar una botella de vino deMosela.Puselamesaconlosmantelitosindividualesdelinoamarilloycoloquéenelcentrounavelaroja.Micocinatienemueblesdemaderaclara,conlaluzdelavelaadquiereunaatmósferaconfortable.Mientraslopreparabavolvíallamardébilmente:Paco.Conunacucharagolpeé ligeramenteelvaso, tlin, luegomás fuerte, ¡tlin!,elsonido aleteópor toda la casa.Luegode repente tuveuna inspiración.Frente amiplatopuseotromantelito,unplato,loscubiertosyunvaso.Llenélosdosvasosyfui

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alcuartodebañoaarreglarmeunpoco.¿Ysihubiesevueltodeverdad?Aveceslarealidadsuperalaimaginación.Habríallamadocondostimbrazosbreves,comohacíaél,yyohabríaentreabiertolapuertaconunairedecomplicidad:hepuestolamesaparados,lediría,teestabaesperando,noséporquéperoteestabaesperando.Quiénsabequécarahabríapuesto.

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ANTONIO TABUCCHI (Pisa, 1943 - Lisboa, 2012), uno de los más importantesescritores italianoscontemporáneos.TabucchivivióenPortugal,pero lohizodesdelospocosdíasdeedadenVecchiano,elpueblodesusabuelos;cursóallí laescuelaprimariaylasecundaria.Losvecchianesesloreclamanparasíconorgullo.Creadordeunmundoúnicoquecreíamosreservadoalossueñosy,enunodesusfondos,alasespeculaciones freudianas. Como al hombre ilustrado de Ray Bradbury, parecendesprendérseledelcuerpolasimágenesparacrearhistorias.Peseaunaobradilatada,Tabucchi nunca se repitió: cada libro nuevo se negó a parecerse al precedente.SostienePereira,esunanovelasobrelalealtadyelvalorcivil,henchidademelodíay de variaciones musicales. En ésta, como en otros libros, Portugal es fondo yescenario,unpaísqueahoravemos,graciasasuobra,comoreinventadoporél.NomenosinolvidablessonDamadePortoPym, relatossacadosdeaquíyalláduranteun viaje por las Azores; la pieza en un acto Al señor Pirandello lo llaman porteléfono;Réquiem,unrecorridoporunaLisboadondeelautoroelyonarrativovanalabuscadesupersonajeprobablementerealllamadoFernandoPessoa,ySueñosdesueños, dondecrea literariamenteunasvidasen los sueños tomandocomobase lasvidasimaginariasdeMarcelSchwob.Otroslibrosdeél:Piazzad’Italia,Lapequeñaflota,Eljuegodelrevés,Nocturnohindú,LosvolátilesdelBeatoAngélico,Lalíneadelhorizonte,Elángelnegro,LacabezaperdidadeDamascenoMonteiro.

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Notas

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[*]Parauna lecturamás inmediatadeeste relato, talvezseaoportunorecordarqueTomBarban,Nicole,Dick,RosemaryHoyt,AbeNorth,BradyylosseñoresMcKiscoson personajes deTender is theNight de Fitzgerald, yDaisy un personaje deTheGreat Gatsby. Por otra parte, según hacen constar las biografías, cuando nacióScottie,lahijadelosFitzgerald,Zeldapronuncióestaspalabras:«Esperemosquedemayorseatonta,unamaravillosatontita».<<

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