el libro de mi destino

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EL LIBRO DE MI D ESTINO Parinoush Saniee Traducción del inglés de Gemma Rovira Ortega

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  • El libro dE mi dEstino

    Parinoush Saniee

    Traduccin del ingls de Gemma Rovira Ortega

  • Ttulo original: Sahme Man

    Ilustracin de la cubierta: Shutterstock

    Copyright Parinoush Saniee, 2003 Copyright de la edicin en castellano Ediciones Salamandra, 2014

    Publicaciones y Ediciones Salamandra, S.A.Almogvers, 56, 7 2 - 08018 Barcelona - Tel. 93 215 11 99

    www.salamandra.info

    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por

    cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler

    o prstamo pblicos.

    ISBN: 978-84-9838-595-3Depsito legal: B-12.924-2014

    1 edicin, junio de 2014Printed in Spain

    Impreso y encuadernado en: RODESA - Pol. Ind. San Miguel. Villatuerta (Navarra)

  • El libro dE mi dEstino

  • 9

    1

    Sin tener en cuenta el honor y la reputacin de su padre, mi amiga Parvaneh haca cosas sorprendentes. Hablaba en voz alta por la calle y miraba los escaparates, incluso a veces se paraba y me sealaba los artculos expuestos. Daba igual que le repitiera: Vmonos, es de mala educacin; no me haca caso. En una ocasin, hasta me grit desde la acera de enfrente y, por si fuera poco, me llam por mi nombre de pila. Sent tanta vergenza que rogu que se me tragara la tierra. Gracias a Dios, no haba por all cerca ningn hermano mo, porque no s qu habra pasado si me hubieran visto.

    Cuando nos marchamos de Qum, mi padre permiti que siguiera asistiendo a la escuela. Ms tarde, al explicarle que en Tehern las nias no llevaban chador en clase y que sera el hazmerrer de mis compaeras, accedi a que me pusiera slo un hiyab, un pauelo de cabeza, pero hube de prometerle que ira con cuidado y que no me estropeara ni corrompera, para que l no tuviera que avergonzarse de m. Yo no entenda que una nia pudiera estropearse, como la comida; pero s saba qu hacer para no avergonzar a mi padre, aunque no llevara chador ni hiyab. Una vez o que mi to Abbas le deca: Hermano, una muchacha tiene que ser buena por dentro. No se trata de que lleve un hiyab adecuado. Si es mala, puede hacer mil cosas bajo su chador que mancillen el honor de su padre. Ahora

  • 10

    que te has instalado en Tehern, tendris que vivir como teherans. Los tiempos en que se encerraba a las chicas en casa pasaron a la historia. Djala ir a la escuela y vestirse como las otras nias, o slo conseguirs que destaque an ms.

    El to Abbas era muy sensato y prudente, yo lo adoraba. Entonces l ya llevaba casi diez aos viviendo en Tehern; slo regresaba a Qum cuando mora algn familiar. Mi abuela paterna, que en paz descanse, siempre le deca: Abbas, por qu no vienes a verme ms a menudo? Y el to Abbas soltaba una carcajada y responda: Qu quieres que haga. Diles a nuestros parientes que se mueran ms a menudo. Mi abuela le daba un cachete y le pellizcaba la mejilla, tan fuerte que le quedaba la marca un buen rato.

    La mujer de mi to Abbas era de Tehern. Siempre usaba chador cuando vena a Qum, pero todos saban que en la capital prescinda hasta del hiyab. Sus hijas no observaban esas normas de conducta y tampoco llevaban hiyab en la escuela.

    Cuando muri mi abuela, sus hijos vendieron la casa familiar donde vivamos y repartieron las ganancias. El to Abbas le dijo a mi padre:

    Hermano, ste ya no es un buen sitio para vivir. Haz las maletas y ven a Tehern. Uniremos nuestras partes y compraremos una tienda. Te alquilar una casa cerca de la ma y trabajaremos juntos. Ven; empieza a construir tu propia vida. El nico sitio donde puedes ganar dinero es en la capital.

    Al principio, mi hermano mayor, Mahmud, se opuso. En Tehern, la fe y la religin son algo secundario deca.Pero mi hermano Ahmad estaba contento. S, tenemos que ir insista. Al fin y al cabo, debemos

    labrarnos un futuro.Pero pensad en las nias les advirti madre. En Tehe

    rn no encontrarn un marido decente, all no conocemos a nadie. Todos nuestros amigos y parientes viven aqu. Masumeh tiene su certificado de primaria desde el ao pasado y ya ha estudiado un ao ms de la cuenta. Va siendo hora de casarla. Y Fati debe empezar la escuela este ao. Slo Dios sabe qu sera de ella en Tehern. Todos dicen que las nias criadas all se estropean.

  • 11

    No se atrever dijo Al, que cursaba cuarto grado. Acaso no estoy yo aqu? La vigilar como un halcn y no dejar que se desve. Y le propin una patada a Fati, que jugaba sentada en el suelo. Mi hermana se ech a llorar, pero nadie le hizo caso.

    Eso son tonteras repuse yo, yendo a abrazarla. Insinas que todas las nias de Tehern son malas?

    Mi hermano Ahmad, que adoraba Tehern, le grit a Fati: Cllate! Entonces se volvi hacia los dems y aadi:

    El problema es Masumeh. La casaremos aqu y nos iremos a Tehern. As nos quitamos un problema de encima. Y Al se encargar de vigilar a Fati. Dio unas palmaditas en el hombro a Al y, orgulloso, dijo que su hermano pequeo era honesto y actuara responsablemente.

    Me sent frustrada. Ahmad siempre se haba opuesto a que yo fuera a la escuela. Como l era muy mal estudiante, suspenda un curso tras otro y haba tenido que dejar los estudios; no quera que fuera ms culta que l.

    A mi abuela, que en paz descanse, tampoco le gustaba que yo siguiera en el colegio, y siempre le estaba diciendo a mi madre: Tu hija no tiene aptitudes. Cuando la cases, te la devolvern al cabo de un mes. Y a mi padre: Por qu sigues gastando dinero en esa nia? Las nias son intiles. Pertenecen a otro. Trabajas mucho, gastas mucho en ella, y al final tendrs que pagar mucho ms para entregrsela a otro hombre.

    Ahmad estaba a punto de cumplir los veinte, pero todava no tena empleo fijo. Aunque trabajaba de recadero en la tienda del bazar del to Asadol, siempre andaba deambulando por las calles. No se pareca a Mahmud, que, pese a ser slo dos aos mayor que l, era serio, responsable y tan devoto que jams olvidaba sus oraciones ni se saltaba los ayunos. Todos crean que Mahmud le llevaba diez aos a Ahmad.

    Madre quera que Mahmud se casara con mi prima materna, EhteramSadat, y deca que sta era una sayyida, una descendiente del Profeta. Pero yo saba que a mi hermano le gustaba Mabubeh, mi prima paterna. Cada vez que vena a nuestra casa, Mahmud se ruborizaba y empezaba a tartamudear. Se quedaba en un rincn,

  • 12

    desde el cual observaba a Mabubeh, sobre todo cuando le resbalaba el chador de la cabeza. Y ella, bendita sea, era tan alocada y traviesa que olvidaba cubrirse debidamente. Cuando mi abuela la regaaba por no ser ms recatada delante de un hombre que no era pariente directo suyo, le contestaba riendo: Tranquila, abuela!, es como si fueran mis hermanos.

    Yo me haba fijado en que, nada ms marcharse Mabubeh, Mahmud se sentaba a rezar durante dos horas, y luego no paraba de repetir: Que Dios se apiade de mi alma! Supongo que crea que haba pecado, pero eso slo Dios lo sabe.

    Durante un tiempo, antes de irnos a vivir a Tehern, hubo peleas y discusiones frecuentes en casa. Slo haba acuerdo unnime en que tenan que casarme y librarse de m. Pareca que toda la poblacin de Tehern estuviera aguardando mi llegada para corromperme. Yo iba a diario al santuario de la santa Masumeh y le suplicaba que intercediese para que mi familia me llevara consigo y me dejara ir a la escuela. Lloraba y me lamentaba de no ser un chico, y soaba con enfermar y morir, como Zari. Zari era tres aos mayor que yo, pero contrajo difteria y muri a los ocho.

    Gracias a Dios, mis oraciones fueron escuchadas, y nadie llam a nuestra puerta para pedir mi mano. Cuando lleg el momento, mi padre arregl sus asuntos y el to Abbas nos alquil una casa cerca de la calle Gorgan. Todos estaban pendientes de lo que la vida me deparara. Cada vez que mi madre se encontraba en compaa de personas a quienes consideraba importantes, comentaba: Ya va siendo hora de casar a Masumeh, mientras yo me ruborizaba de rabia y humillacin.

    Pero la santa Masumeh estaba de mi parte y nadie apareci. Al final, mi familia habl con un antiguo pretendiente que ya se haba casado y divorciado, para proponerle que me ofreciera matrimonio. Era acomodado y relativamente joven, pero no se saba por qu se haba divorciado apenas unos meses despus de casarse. Me pareci feo y antiptico. Cuando descubr los horrores que me esperaban, dej a un lado el recato y las ceremonias, me arroj a los pies de mi padre y llor desconsoladamente hasta que accedi a llevarme con ellos a Tehern. Mi padre tena buen corazn y me

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    quera aunque fuera una nia. Segn mi madre, despus de la muerte de Zari, l se haba preocupado mucho por m; yo era muy delgada y mi padre tema que muriera tambin. Siempre crey que, como se haba mostrado desagradecido cuando naci Zari, Dios lo haba castigado y se la haba llevado. Quin sabe, quiz tambin haba sido desagradecido en el momento de mi nacimiento. Pero yo lo quera mucho. Era la nica persona en casa que me entenda.

    Todos los das, cuando mi padre volva del trabajo, yo coga una toalla y esperaba junto a la fuente. l se apoyaba en mi hombro y meta los pies en el agua varias veces. Luego se lavaba las manos y la cara. Le tenda la toalla y, mientras se secaba, me miraba con sus ojos castao claro, y entonces yo confirmaba que me quera y que estaba orgulloso de m. Me daban ganas de besarlo, pero no estaba bien visto que una nia ya mayor besara a un hombre, aunque fuera su padre. Por el motivo que fuese, se compadeci de m y le jur que no me echara a perder ni le dara motivos para avergonzarse de su hija.

    Aunque haba conseguido que me llevaran a Tehern, que me dejaran ir a la escuela iba a ser ms difcil. Ahmad y Mahmud se oponan a que yo continuara estudiando, y mi madre crea que era ms importante que me apuntara a clases de costura. Pero con mis ruegos, splicas y lgrimas incontenibles consegu convencer a mi padre para que les plantara cara, y al final me matricul en el octavo curso de la escuela secundaria.

    Ahmad se enfad tanto que, de haber podido, me habra estrangulado, y aprovechaba cualquier excusa para pegarme. Pero yo saba qu era lo que en el fondo lo fastidiaba, y por eso me callaba. Mi escuela no estaba muy lejos de casa; slo tardaba quince o veinte minutos a pie. Al principio, Ahmad me segua a hurtadillas, pero yo me cea bien el chador procurando no darle ningn pretexto. Mahmud, por su parte, dej de hablarme y me ignoraba por completo.

    Mis dos hermanos mayores encontraron trabajo. Mahmud en una tienda del bazar, propiedad del hermano del seor Mozaffari, y Ahmad como aprendiz en un taller de carpintera del barrio de Shemiran. Segn Mozaffari, Mahmud no sala de la tienda y era

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    digno de confianza, y mi padre siempre deca: En realidad, es Mahmud quien lleva el negocio del seor Mozaffari. Ahmad enseguida hizo amigos y empez a llegar tarde a casa por las noches. Al final, todos nos dimos cuenta de que el pestazo que desprenda era de alcohol, arak para ser exactos, pero nadie deca nada. Padre agachaba la cabeza y no le devolva el saludo; Mahmud le daba la espalda y murmuraba: Que Dios tenga piedad, que Dios tenga piedad, y madre corra a recalentarle la cena y deca: Mi hijo tiene dolor de muelas y se ha puesto alcohol para aliviarse. No estaba claro qu clase de dolor de muelas era aqul, un dolor que jams se curaba, pero ella acostumbraba encubrir a Ahmad. Al fin y al cabo, era su predilecto.

    Mi hermano Ahmad haba encontrado otro pasatiempo: vigilar la casa de nuestra vecina desde una ventana del piso de arriba. La seora Parvin se pasaba la vida arreglando cosas en su patio delantero, y a veces se le resbalaba el chador. Ahmad no se mova de la ventana de la sala de estar. Una vez, incluso vi que se comunicaban mediante signos y gestos.

    El caso es que Ahmad estaba tan entretenido que se olvid de m por completo. Cuando mi padre me dio permiso para ir a la escuela con un pauelo de cabeza en vez del chador, slo tuve que soportar un da de gritos y peleas. Ahmad no lo olvid, pero dej de regaarme y ni siquiera me diriga la palabra. Para l, yo era la personificacin del pecado. Ni me miraba.

    Sin embargo, no me importaba. Iba a la escuela, sacaba buenas notas y tena muchas amigas. Qu ms poda pedirle a la vida? Era realmente feliz, y lo fui an ms cuando Parvaneh se convirti en mi mejor amiga y prometimos no tener secretos entre nosotras.

    Parvaneh Ahmadi era una chica muy alegre. Se le daba bien el voleibol y jugaba en el equipo del colegio, pero en los estudios no iba muy bien. Yo estaba convencida de que no era mala chica, aunque no respetara las normas. Me refiero a que no distingua el bien del mal ni lo correcto de lo incorrecto, y nunca pensaba en el buen nombre ni el honor de su padre. Tena hermanos, pero no los tema. A veces hasta se peleaba con ellos y, si le pegaban, devolva los golpes. Parvaneh lo encontraba todo gracioso y rea

  • 15

    dondequiera que estuviese, incluso en la calle. Tambin pareca que no le hubieran enseado que cuando una chica re no deben vrsele los dientes y nadie debe orla. Se extraaba mucho si yo le deca que rer as era indecoroso y que no deba hacerlo. Entonces me miraba sorprendida y me preguntaba: Por qu? A veces se quedaba mirndome como si yo fuera de otro planeta. (Y acaso no tena razn?) Por ejemplo: ella conoca los nombres de todos los coches y quera que su padre se comprara un Chevrolet negro. Yo ignoraba qu tipo de coche era un Chevrolet, pero no quera admitirlo para no hacer el ridculo.

    Un da seal un coche muy bonito que pareca nuevo y pregunt:

    Parvaneh, se es el Chevrolet que te gusta?Ella mir el coche, luego a m, solt una carcajada y dijo casi

    a gritos:Qu risa! Cree que un Fiat es un Chevrolet!Me ruboric, muerta de vergenza por sus carcajadas y por mi

    estupidez al haber revelado, finalmente, mi ignorancia.La familia de Parvaneh tena una radio y un televisor. Yo haba

    visto un televisor en casa del to Abbas, pero en la ma slo tenamos una radio grande. En vida de mi abuela, y cuando mi hermano Mahmud estaba en casa, nunca escuchbamos msica, porque era pecado, sobre todo si el cantante era mujer y la cancin, ligera. Nuestros padres eran muy religiosos y saban que escuchar msica era inmoral, pero no eran tan estrictos como Mahmud y les gustaban las canciones. Cuando mi hermano mayor no estaba, mi madre encenda la radio. Pona el volumen bajo, por supuesto, para que no la oyeran los vecinos. Incluso se saba la letra de algunas canciones, sobre todo las de Puran Shahpuri, y sola cantarlas en voz baja en la cocina.

    Madre, sabes muchas canciones de Puran le dije un da.Ella dio un respingo.Cllate! me espet. Qu pretendes? Que tu herma

    no nunca te oiga decir esas cosas! Cuando mi padre llegaba a la hora de comer, encenda la radio

    para escuchar las noticias de las dos y luego se le olvidaba apagarla. Entonces empezaba el programa de msica Golha y, sin darse cuenta, mova la cabeza al comps de la msica. No me importa lo

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    que dijeran: estoy convencida de que le encantaba la voz de Marzieh. Cuando ponan sus canciones, mi padre nunca deca Que Dios tenga piedad de nosotros! Apaga eso! Pero, si cantaba Vighen, de pronto se acordaba de su fe y devocin y gritaba: Ya vuelve a cantar ese armenio! Apaga la radio! Sin embargo, a m me gustaba la voz de Vighen. No s por qu, pero me recordaba al to Hamid. Que yo recuerde, Hamid era un hombre apuesto. No se pareca a sus hermanos ni a sus hermanas. Ola a colonia, algo nada habitual en mi familia. Cuando era pequea, me coga en brazos y le deca a mi madre:

    Te felicito, hermana! Qu nia tan preciosa! Gracias a Dios, no se parece a sus hermanos. Si no, tendras que buscar un gran tonel y encurtirla en vinagre para aclararle la piel.

    Pero qu dices! exclamaba mi madre. Acaso mis hijos son feos? Son muy guapos, lo que pasa es que tienen la piel un poco aceitunada, pero eso no es malo. Los hombres no deben ser guapos. Siempre se ha dicho que los hombres han de ser desgarbados, feos y antipticos!

    Y lo repeta como una cantinela, mientras su hermano rea a carcajadas.

    Yo me pareca a mi padre y a su hermana. La gente sola tomarnos a mi prima Mabubeh y a m por hermanas. Pero ella era ms guapa. Yo era delgada y ella, llenita; yo tena un pelo lacio que, hiciera lo que hiciese, no consegua rizar, mientras que la densa cabellera de mi prima estaba repleta de tirabuzones. Pero ambas tenamos los ojos verde oscuro y la piel clara, y al rer nos salan hoyuelos en las mejillas. Mabubeh tena los dientes un poco torcidos, y siempre me deca: Tienes mucha suerte. Qu dientes tan blancos y rectos.

    Mi madre y el resto de la familia eran diferentes. De piel aceitunada, ojos negros y pelo rizado, estaban un poco gordos, aunque ninguno era tan corpulento como la hermana de mi madre, la ta Gamar. No eran feos, desde luego, y mi madre an menos. Cuando se depilaba las cejas y el vello facial, era clavada al retrato de Miss Sunshine de nuestros platos y bandejas. Mi madre tena un lunar junto al labio, y siempre deca: El da que vuestro padre

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    vino a pedir mi mano, se enamor de m nada ms reparar en mi lunar.

    Yo tena siete u ocho aos cuando el to Hamid se march. Al venir a despedirse, me cogi en brazos, mir a mi madre y le dijo: Te lo ruego por Dios, hermana: no cases a esta flor antes de tiempo. Djala estudiar y convertirse en una dama.

    El to Hamid fue el primer miembro de la familia que viaj a Occidente. Yo no tena ninguna imagen de ningn pas extranjero. Crea que el extranjero era un lugar como Tehern, slo que ms lejano. De vez en cuando, nos enviaba una carta y fotografas para la abuelita Aziz. Eran unas fotos preciosas. No s por qu, pero siempre apareca de pie en un jardn, rodeado de plantas, rboles y flores. Ms adelante envi una donde se lo vea con una mujer rubia que no llevaba hiyab. Nunca olvidar ese da. Al atardecer, la abuelita Aziz vino para que mi padre le leyera la carta. Mi padre estaba sentado al lado de su madre, mi otra abuela, en los cojines del suelo. Primero ley la carta en silencio, y de pronto exclam: Maravilloso! Felicidades! Hamid Aga se ha casado y nos enva una fotografa de su esposa.

    La abuelita Aziz se desmay, y mi abuela paterna, que nunca se haba llevado bien con ella, se tap la boca con el chador y ri. Mi madre se daba palmadas en la cabeza, sin saber si desmayarse o reanimar a su madre. Al final, cuando la abuelita Aziz recobr el conocimiento, y tras beber abundante agua caliente con azcar, pregunt:

    Pero, esa gente, no son pecadores?No, no lo son! exclam mi padre con despreocupa

    cin. Al fin y al cabo, son cultos. Armenios.La abuelita Aziz empez a darse palmadas en la cabeza, pero

    mi madre le sujet las manos y dijo:Basta, por el amor de Dios. No es tan grave. La ha converti

    do al islam. Puedes ir y preguntar a cualquier varn. Un musulmn puede casarse con una no musulmana y convertirla. Y adems as gana una recompensa de Dios.

    S, lo s repuso la abuelita, lanzndole una mirada lnguida. Algunos de nuestros profetas e imanes tomaron esposas no musulmanas.

  • 18

    Esto es una bendicin asegur mi padre, jovial. Cundo vamos a celebrarlo? Una esposa extranjera merece una gran fiesta.

    Mi abuela paterna frunci el ceo y dijo:Dios nos libre! Todas las nueras son malas, pero sta, para

    colmo, es extranjera, ignorante, y no sabe nada de la pureza y la impureza en nuestra fe.

    La abuelita Aziz, que pareca haber recobrado las fuerzas, se recompuso y, cuando se levant para marcharse, declar:

    Una novia es una bendicin. Nosotros no somos como otros, que no valoran a sus nueras y creen que lo que se han llevado a su casa es una sirvienta. Nosotros queremos a nuestras nueras y estamos orgullosos de ellas, y ms si se trata de una occidental!

    Mi abuela, que no poda tolerar que su consuegra presumiera, coment con malicia:

    S, ya vi lo orgullosa que estabas de la esposa de Asadol Jan. Y aadi: Y a saber si ser cierto que se ha convertido al islam. Quiz haya convertido a Hamid Aga en un pecador. De hecho, Hamid Aga nunca ha practicado la fe como es debido. De lo contrario, no se habra ido a vivir al pas del pecado.

    Has visto, Mostaf Jan? salt la abuelita Aziz. Has odo lo que me ha dicho?

    Al final, mi padre intervino y zanj la discusin. La abuelita Aziz organiz una gran fiesta y alarde ante todos de su nuera occidental. Enmarc la fotografa, la puso en una repisa y se la ense a las mujeres. Pero hasta el da de su muerte sigui preguntndole a mi madre: La esposa de Hamid se volvi musulmana? Y si Hamid se hubiera convertido en armenio?

    Tras morir la abuelita Aziz, las noticias que recibamos del to Hamid cada vez escaseaban ms. Una vez llev sus fotografas a la escuela y se las mostr a mis amigas. A Parvaneh le gustaron mucho. Es guapsimo dijo. Qu suerte tuvo marchndose a Occidente. A m me encantara ir.

    Parvaneh conoca muchas canciones. Era una gran admiradora de Delkash. En la escuela, la mitad de las nias adoraban a

  • 19

    Delkash, y la otra mitad a Marzieh. Yo tuve que hacerme admiradora de Delkash. Si no, Parvaneh habra dejado de ser mi amiga. Hasta conoca a cantantes occidentales. En su casa tenan un gramfono y ponan discos. Un da me lo ense. Pareca una maleta pequea con la tapa roja; me explic que se trataba de un gramfono porttil.

    El curso escolar todava no haba terminado, pero yo ya haba aprendido mucho. Parvaneh siempre me peda prestadas las libretas y los apuntes y a veces estudibamos juntas. A ella no le importaba venir a casa. Era muy simptica y se conformaba con todo, y no se fijaba en lo que nosotros tenamos o no.

    Nuestra casa era relativamente pequea. En el portal haba tres escalones que daban al patio delantero, con un estanque rectangular en el centro. En un lado habamos puesto una gran cama de madera y en el otro haba un arriate de flores alargado, paralelo al estanque. La cocina, que siempre estaba a oscuras, se encontraba al final del patio, separada de la casa. Al lado estaba el cuarto de bao. Fuera haba un lavamanos, de modo que no tenamos que utilizar la bomba del estanque para lavarnos la cara y las manos. Dentro de la casa, a la izquierda de la puerta principal, cuatro escalones conducan a un pequeo rellano al que daban las dos habitaciones de la planta baja. Una escalera llevaba al piso superior, donde haba otras dos habitaciones comunicadas. La de la parte delantera, con dos ventanas, era la sala de estar: desde un lado se vea el patio y parte de la calle, y desde el otro, la casa de la seora Parvin. Las ventanas de la otra habitacin, donde dorman Ahmad y Mahmud, daban al patio trasero, desde donde se divisaba el patio de la casa que haba detrs de la nuestra.

    Siempre que vena Parvaneh, bamos al piso de arriba, a sentarnos en la sala de estar. No haba gran cosa, slo una gran alfombra roja, una mesa redonda y seis sillas de madera alabeada, una gran estufa en el rincn y al lado varios cojines de suelo y respaldos. La nica decoracin en la pared era una alfombra enmarcada con el sura Van Yakad del Corn. Tambin haba una repisa, que mi madre haba tapado con un bordado sobre el que haba dispuesto el espejo y los candelabros de la ceremonia de su boda.

  • 20

    Parvaneh y yo nos sentbamos en los cojines del suelo y hablbamos en voz baja, reamos y estudibamos. Yo tena prohibido ir a su casa.

    Ni se te ocurra pisar la casa de esa chica grua Ahmad. Para empezar, su hermano es un zopenco, y ella es descarada y caprichosa. Al infierno con ella, hasta su madre se pasea por ah sin hiyab.

    Y quin lleva hiyab en esta ciudad? replicaba yo. Como es lgico, slo lo murmuraba.

    Un da en que Parvaneh quiso ensearme sus revistas Wo-mans Day, fui a su casa a escondidas, slo cinco minutos. Estaba muy limpia, era muy bonita y haba muchos objetos preciosos. De todas las paredes colgaban cuadros de paisajes y retratos de mujeres. En la sala haba unos grandes sofs azul marino con faldones de borlas. Las cortinas de las ventanas que daban al patio eran de terciopelo a juego con los sofs. El comedor estaba en el lado opuesto, separado de la sala de estar por otras cortinas. En el saln haba un televisor y unas cuantas butacas y sofs. Desde all se acceda a la cocina, el cuarto de bao y el retrete. No tenan que cruzar continuamente el patio delantero, soportando el fro en invierno y el calor en verano. Los dormitorios estaban en el piso de arriba. Parvaneh y su hermana pequea, Farzaneh, compartan habitacin.

    Qu suerte! Nosotros no disponamos de tanto espacio. Aunque en teora tenamos cuatro habitaciones, en realidad vivamos todos en la gran sala de la planta baja, donde comamos y cenbamos; en invierno montbamos el korsi, y Fati, Al y yo dormamos all. Mis padres dorman en la habitacin de al lado, donde haba una gran cama de madera y un armario para la ropa y los trastos. Cada uno tena un estante para sus libros, pero, como yo tena ms que nadie, ocupaba dos.

    A mi madre le gustaba mirar las fotografas de Womans Day, pero escondamos las revistas para que no las vieran mi padre y Mahmud. Yo lea el consultorio sentimental y las novelas por entregas, y luego se lo contaba a mi madre. Exageraba tanto los detalles que casi la haca llorar, y yo tambin lagrimeaba. Parvaneh y yo

  • 21

    habamos decidido que todas las semanas, cuando su madre y ella hubieran terminado de leer el nuevo ejemplar, nos lo regalaran.

    Le cont a Parvaneh que mis hermanos no me dejaban ir a su casa.

    Por qu? me pregunt, sorprendida.Porque tienes un hermano mayor.Dariush? Hermano mayor? Pero si tiene un ao menos

    que nosotras!Pero ya no es un cro, y aseguran que no es correcto.No entiendo vuestras costumbres, la verdad repuso ella

    encogindose de hombros. Pero no volvi a pedirme que fuera a su casa.

    En los exmenes de evaluacin obtuve unas notas excelentes y las maestras me elogiaron mucho. En cambio, en mi casa nadie reaccion. Mi madre no entendi lo que le cont.

    Y qu? Qu crees que has conseguido? me espet mi hermano Mahmud.

    Y entonces, por qu no eres la mejor alumna de tu clase? me pregunt padre.

    Cuando lleg el verano, Parvaneh y yo dejamos de vernos. Los primeros das, ella an vena a mi casa cuando no estaban mis hermanos. Nos quedbamos hablando en el portal, pero mi madre no paraba de quejarse. Ya no se acordaba de que en Qum se pasaba las tardes charlando y comiendo semillas de sanda con las mujeres del barrio hasta que mi padre volva. En Tehern no tena amigas ni conocidas, y las mujeres del barrio la miraban por encima del hombro. Ms de una vez se haban redo de ella, para gran disgusto de mi madre. Con el tiempo, se le olvid aquella costumbre de pasar la tarde de chchara, y por eso a m no me dejaba hablar con mis amigas.

    En general, mi madre no se alegraba de que nos hubiramos ido a vivir a Tehern.

    Nosotros no estamos hechos para esta ciudad deca. Todos nuestros amigos y parientes viven en Qum. Aqu me encuentro muy sola. Si ni la esposa de tu to, esa que se da tantos aires, nos hace ningn caso, qu podemos esperar de los desconocidos?

  • 22

    Rezong y protest hasta que convenci a mi padre para que nos enviara a Qum, a casa de su hermana, a pasar el verano.

    Aqu todo el mundo se va a veranear a su casa de campo, y t quieres que nos vayamos a Qum brome.

    Qu rpido has olvidado de dnde vienes, eh? replic mi madre, fulminndome con la mirada. Antes vivamos en Qum todo el ao y nunca te quejabas. Y ahora la seorita quiere ir de veraneo! Hace un ao que no veo a mi pobre hermana, no s nada de mi hermano, no he visitado las tumbas de mis parientes... Con que slo nos quedemos una semana en casa de cada pariente, no nos daremos ni cuenta y el verano habr pasado.

    Mahmud accedi a dejarnos ir a Qum, pero quera que nos quedramos con la hermana de padre, porque de ese modo, cuando fuera a visitarnos los fines de semana, slo tendra que ver a Mabubeh y a nuestra ta.

    Quedaos en casa de la ta propuso. No hay ninguna necesidad de que os hospedis en tantas casas distintas. Si lo hacis, habris abierto las puertas a todos para que vengan a Tehern a visitarnos, lo que slo nos traer complicaciones.

    As de hospitalario era mi hermano.Muy bonito! replic madre, enojada. Te parece bien

    que vayamos a casa de tu ta y que ellas vengan aqu, pero no quieres ni or hablar de que mi pobre hermana venga de visita.

    Me entraron ganas de decirle: Dale una colleja! Dale un pescozn y ponlo en su sitio!

    Nos fuimos a Qum. No protest mucho, porque Parvaneh y su familia pasaran el verano en la finca de su abuelo, en GolabDarreh.

    Regresamos a Tehern a mediados de agosto. Al haba suspendido varias asignaturas y tena que repetir los exmenes finales. No s por qu mis hermanos eran tan vagos para los estudios. Mi pobre padre tena grandes sueos para sus hijos; quera verlos convertidos en mdicos e ingenieros. En realidad, me alegr de volver a casa. No soportaba que viviramos como vagabundos, de una casa a otra, de ta materna a to paterno y de ta paterna a to materno... Lo que menos me gust fue la estancia en casa de la hermana de mi madre. Pareca una mezquita, mi ta no paraba de

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    preguntarnos si habamos rezado nuestras oraciones y se quejaba de que no lo hacamos correctamente. Se pasaba el da jactndose de lo piadosa que era y de los parientes de su marido, que eran todos muls.

    Un par de semanas despus, Parvaneh y su familia regresaron tambin a Tehern. Y cuando empez el nuevo curso escolar, mi vida volvi a colmarse de alegra. Estaba muy contenta de ver a mis amigas y mis maestras. A diferencia del ao anterior, ya no era una recin llegada ni una novata; ya no me sorprenda por todo, no haca comentarios estpidos, las redacciones que escriba tenan ms calidad literaria, era tan espabilada como las nias de Tehern y saba expresar mis opiniones. Y por todo eso le estaba agradecida a Parvaneh, que haba sido mi primera y mejor maestra. Aquel ao tambin descubr el placer de leer otros libros que no fueran los de texto. Intercambibamos novelas romnticas, las leamos con muchos suspiros y lgrimas y pasbamos horas comentndolas.

    Parvaneh hizo un bonito lbum de opiniones. Su prima, que tena muy buena letra, escriba los ttulos en cada pgina, y mi amiga pegaba una fotografa adecuada. Todas las nias de clase, sus parientas y algunas amigas de su familia escriban respuestas a cada pregunta. Las contestaciones a cuestiones como Cul es tu color favorito? o Cul es tu libro preferido? no eran muy interesantes. Pero las respuestas a Qu opinas del amor?, Alguna vez has estado enamorada? y Qu requisitos debe cumplir el marido ideal? resultaban fascinantes. Haba quienes escriban con toda franqueza, sin plantearse lo que pasara si el lbum acababa en manos de la directora del colegio.

    Yo hice un lbum de poesa, en el que escriba mis poemas favoritos con pulcra caligrafa. A veces haca algn dibujo al lado o pegaba una fotografa que Parvaneh recortaba para m de sus revistas extranjeras.

    Una luminosa tarde de otoo, cuando volvamos andando de la escuela, Parvaneh me pidi que la acompaara a la farmacia a comprar un vendaje adhesivo. La farmacia estaba a mitad de ca

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    mino entre el colegio y mi casa. El doctor Atai, el farmacutico, era un anciano muy circunspecto al que todo el mundo conoca y respetaba. Cuando entramos, no haba nadie tras el mostrador. Parvaneh llam al doctor y se puso de puntillas para ver ms all del mostrador. Un joven con bata blanca estaba arrodillado ordenando las cajas de medicinas de los estantes inferiores. Se levant y pregunt:

    En qu puedo ayudarlas?Necesito un vendaje adhesivo contest Parvaneh.Muy bien. Ahora mismo se lo traigo.Quin es? Es guapsimo! susurr mi amiga, propinn

    dome un codazo.El joven le dio el vendaje, y entonces ella se acuclill para sacar

    el dinero de su mochila y volvi a susurrarme:Eh! Mralo. Es guapo de verdad.Alc la vista y nuestras miradas se encontraron un instante.

    Experiment una extraa sensacin en todo el cuerpo; not que me ruborizaba y rpidamente agach la cabeza. Era la primera vez que senta una emocin tan rara. Mir a Parvaneh y le dije:

    Vmonos. Y sal a toda prisa de la farmacia.Qu te pasa? me pregunt mi amiga, siguindome.

    Es la primera vez que ves a un chico?Me ha dado vergenza.Vergenza?De las cosas que dices de un hombre al que no conoces.Y qu?Cmo que y qu? Es muy indecoroso. Me parece que te

    ha odo.No, no me ha odo. No ha odo nada. Adems, qu he

    dicho que sea tan horrible?Que es guapo y que...Por favor! exclam Parvaneh. Aunque me haya odo,

    seguramente se habr sentido halagado. Pero, entre t y yo, despus de mirarlo bien me he fijado en que no es tan guapo. Tengo que decirle a mi madre que el doctor Atai ha contratado un dependiente.

    Al da siguiente salimos rumbo al colegio un poco tarde, pero cuando pasamos por la farmacia advert que el joven nos miraba. De regreso, nos asomamos al escaparate. El chico estaba ocupado,

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    pero me pareci que nos vea. A partir de ese da, segn un acuerdo tcito, nos veamos todas las maanas y tardes. Y Parvaneh y yo encontramos un nuevo y emocionante tema de conversacin. Al poco tiempo, la noticia se haba extendido por la escuela: todas las nias hablaban del apuesto joven que haban contratado en la farmacia y buscaban cualquier excusa para ir a verlo.

    Parvaneh y yo nos acostumbramos a verlo a diario, y creo que l tambin esperaba vernos pasar. No nos ponamos de acuerdo sobre a qu actor se pareca ms, aunque al final decidimos que a Steve McQueen. Yo haba aprendido mucho y ahora conoca los nombres de numerosos actores extranjeros famosos. Un da obligu a mi madre a llevarme al cine, y le encant. A partir de entonces, una vez a la semana, y sin que se enterara Mahmud, bamos al cine de la esquina. Solan pasar pelculas indias que nos hacan llorar a lgrima viva.

    Parvaneh no tard en obtener informacin sobre el empleado farmacutico. El doctor Atai, que era amigo de su padre, haba comentado: Said estudia farmacia en la universidad. Es buen chico. Es de Rezaieh.

    A partir de entonces, intercambibamos miradas con ms naturalidad, y Parvaneh le puso un apodo: Don Angustias.

    Siempre parece preocupado y expectante, como si buscara a alguien explic.

    Aqul fue el mejor ao de mi vida. Todo me sala bien. Estudiaba mucho, mi amistad con Parvaneh se fortaleca da a da y poco a poco nos convertimos en almas gemelas. Lo nico que ensombreca mi felicidad era el horror que me producan los susurros en mi casa, cada vez ms frecuentes a medida que se acercaba el final de curso, y la amenaza de que pusieran fin a mi educacin.

    No puede ser dijo Parvaneh. No seran capaces de hacerte eso.

    Es que no lo entiendes. No les importa si los estudios me van bien o no. Dicen que todo lo que pase de los tres primeros aos de secundaria no puede beneficiar a ninguna nia.

    Los tres primeros aos? exclam Parvaneh, sorprendida. Hoy en da, ni siquiera el graduado escolar es suficiente. En

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    mi familia, todas las chicas han ido a la universidad. Bueno, slo las que aprobaron los exmenes de ingreso. Y t seguro que apruebas. Eres ms inteligente que ellas.

    La universidad! Me contentara con que me dejaran acabar la secundaria.

    Pues tienes que plantarles cara.Qu cosas deca Parvaneh! No tena ni idea de mis circuns

    tancias. Poda hacerle frente a mi madre, contestarle y defenderme, pero no poda hablar con franqueza con mis hermanos.

    Cuando hicimos los exmenes finales, fui la segunda mejor alumna de mi curso. La profesora de Literatura, que me tena mucho cario, al entregarme el boletn de notas me dijo:

    Enhorabuena! Tienes mucho talento. Qu quieres estudiar?

    Mi sueo es estudiar Literatura contest.Cunto me alegro. De hecho, iba a proponrtelo.Pero es que no puedo, seorita. Mi familia se opone. Dicen

    que tres aos de educacin secundaria ya bastan para una chica.La seorita Bahrami frunci el ceo, neg con la cabeza y en

    tr en la secretara. Al cabo de unos minutos sali con la directora, que cogiendo mi boletn de notas dijo:

    Sadegui, dile a tu padre que venga a la escuela maana. Me gustara hablar con l. Y dile que, si no viene, no te entregar las notas. No te olvides!

    Esa noche, cuando le cont a mi padre que la directora de la escuela quera verlo, se sorprendi.

    Qu has hecho? me pregunt.Nada, te lo prometo. Mujer, ve a la escuela a ver qu quieren dijo entonces, diri

    gindose a mi madre. No, padre, eso no servir intervine. Quieren hablar con

    tigo. Qu quieres decir? No pienso entrar en una escuela de

    nias!Por qu? Los otros padres s van. Dicen que, si no te pre

    sentas, no me entregarn el boletn de notas.Mi padre puso ceo. Le serv el t e intent engatusarlo un

    poco.

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    Padre, te duele la cabeza? Quieres que te traiga las pastillas? Le puse un cojn en la espalda y le llev un vaso de agua. Al final, accedi a ir a la escuela conmigo al da siguiente.

    Cuando entramos en el despacho de la directora, sta se levant, salud afectuosamente a mi padre y le ofreci asiento.

    Lo felicito, tiene una hija excelente dijo. Saca muy buenas notas, es muy educada y muy buena. Yo, que me haba quedado de pie en el umbral, agach la cabeza y no pude evitar sonrer. La directora me mir y dijo: Querida Masumeh, espera fuera, por favor. Quiero hablar con el seor Sadegui.

    No s qu le dijo, pero, cuando mi padre sali del despacho, estaba sonrojado, le brillaban los ojos y me mir con orgullo y bondad.

    Vamos al despacho de la supervisora ahora mismo a matricularte para el ao que viene. No tengo tiempo para volver ms tarde anunci.

    Me puse tan contenta que cre que iba a desmayarme. Gracias, padre. Te quiero. Te prometo que ser la mejor

    alumna de la clase. Har todo lo que me pidas. Ojal Dios me deje dar la vida por ti aad, caminando tras l.

    No digas esas cosas! exclam mi padre riendo. Lo nico que lamento es que tus indolentes hermanos no se parezcan un poco ms a ti.

    Parvaneh me esperaba fuera. La pobre estaba tan preocupada que no haba pegado ojo en toda la noche. Me pregunt por seas: Qu ha pasado? Puse cara triste, negu con la cabeza y me encog de hombros. Mi amiga deba de estar conteniendo las lgrimas, porque de pronto empezaron a resbalarle por la cara.

    No, tonta! exclam, corriendo hacia ella y abrazndola. Es mentira! Todo ha ido bien. Me he matriculado para el ao que viene.

    Nos pusimos a saltar en el patio, riendo como locas y enjugndonos las lgrimas de felicidad.

    La decisin de mi padre provoc un gran revuelo en casa. No obstante, se mantuvo firme.

    La directora de la escuela asegura que tiene mucho talento y que llegar a ser alguien importante declar.

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    Y a m, loca de alegra, no me import lo que dijeran los dems. Ni siquiera las miradas de odio de Ahmad lograban asustarme.

    Lleg de nuevo el verano, y aunque eso implicaba que Parvaneh y yo volveramos a separarnos, estaba contenta porque saba que el curso siguiente estaramos juntas otra vez. Como slo pasamos una semana en Qum, todas las semanas Parvaneh encontraba alguna excusa para venir a Tehern con su padre y visitarme. Estaba empeada en que fuera a pasar unos das con ellos a GolabDarreh. A m me habra encantado, pero saba que mis hermanos no me dejaran, as que ni siquiera saqu el tema. Parvaneh aseguraba que, si su padre hablaba con el mo, lo convencera para que me diera permiso. Pero yo no quera causarle ms quebraderos de cabeza a mi padre. Saba que rechazar la invitacin del seor Ahmadi le sera difcil, como lo era controlar las discusiones y peleas que haba en mi casa. En cambio, para ganarme el favor de mi madre acced a tomar clases de costura, y as tener al menos alguna habilidad cuando me fuera a vivir al hogar de mi marido.

    Casualmente, la escuela de costura estaba en la calle contigua a la farmacia. Said enseguida repar en mi nuevo horario de clases, de tal modo que siempre sala a la puerta a tiempo. Una manzana antes de llegar a la farmacia, el corazn empezaba a latirme con fuerza y se me aceleraba la respiracin. En vano trataba de no mirar hacia la farmacia ni ruborizarme. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, enrojeca hasta la raz del pelo. Resultaba muy violento. Y l, con timidez y mirndome expectante, me saludaba con una inclinacin de cabeza.

    Un da, al doblar la esquina, me top con l. Me aturull tanto que se me cay la regla de costura. l se agach, la recogi y, cabizbajo, dijo:

    Perdneme por haberla asustado.No pasa nada repuse. Cog la regla y me escabull. Tard mucho en recuperarme. Cada vez que recordaba aquel

    momento, me ruborizaba y notaba un agradable estremecimiento en el corazn. No saba por qu, pero estaba segura de que l experimentaba lo mismo.