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4º CURSO, 8ª CLASE DE CONOCER MADRID EL PRADO VISTO POR EL MAESTRO DEL PRADO DE JAVIER SIERRA

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4º CURSO, 8ª CLASE DE CONOCER MADRID

EL PRADO VISTO POR EL MAESTRO DEL PRADO

DE JAVIER SIERRA

Javier Sierra ante La Gloria de Tiziano

Una aventura que cambiará para siempre nuestra percepción del arte y nos ayudará a comprender su función íntima y su sentido. Un libro, en definitiva, que se convertirá en todo un referente para aquellos visitantes del Museo del Prado de Madrid que quieran ver más allá de lo que muestran sus pinturas.Javier Sierra se nos presenta en esta narración como alumno y maestro a la vez y nos enseña el Prado en todos los sentidos. Pero este escritor nunca hace las cosas como los demás. Para llevar a cabo el viaje iniciático que narra El maestro del Prado, urde una trama apasionante que tiene como hilo conductor la presencia y las enseñanzas del doctor Luis Fovel, un hombre misterioso al que un jovencísimo Sierra conocerá una tarde de finales de 1990 frente a La Perla, una de las mejores tablas de Rafael. A partir de ese encuentro, Fovel recorrerá con el autor las salas del museo y le descifrará los enigmas que esconde su colección renacentista, proporcionándole una serie de pautas que llevarán al escritor mucho más lejos de lo que nunca hubiera imaginado.

El maestro del Prado

LA GLORIA ( 1550/51 - 1554 )

En sus últimos años , Carlos V estaba obsesionado con su muerte y con la salvación de su alma , después de reflexionar sobre su vida , decidió retirarse al monasterio de Yuste ( Cáceres ) y abdicar en favor de su descendiente legítimo Felipe . Era consciente de que su vida terrenal estaba llegando a su final , su misión estaba agotada , necesitaba un lugar donde en paz , pudiera reflexionar , rezar y ponerse a bien con Dios , para entregarle su alma . Antes de morir , Carlos V ordena que se celebren sus exequias , para poder presidirlas , así lo describe el jesuita Juan de Mariana :

"Mezclado con los monjes que cantaban el Oficio de difuntos , rogó por su eterno descanso como si ya hubiese salido de esta vida , acompañándolo los circunstantes más con sus lágrimas que con sus voces " . JUAN DE MAIRENA . HISTORIA DE ESPAÑA . Tomo VII , Libro V , página 497 .

Durante dos años estuvo alejado de la corte , viviendo con bastante austeridad , hasta el momento de su muerte el 21 de septiembre de 1558 , atormentado por la gota y las hemorroides .

En el cuadro está representado un milagro , el cielo se abre sobre un campo castellano vacío , dejando ver a la Santísima Trinidad , que recibe a profetas , patriarcas y a personajes conocidos de la España del siglo XVI .Uno de los personajes principales del cuadro es el propio emperador , que entrega su alma al Altísimo , aparece en el ángulo superior derecho , con su mentón prominente y envuelto en un sudario blanco inmaculado , con la mirada fija en Jesucristo . , desprovisto de atributos reales , sin corona , ni joyas , solo ante la muerte . Tras el emperador , aparece el heredero , su hijo Felipe II, su difunta esposa Isabel de Portugal , su hermana María de Hungría y su madre Juana de Castilla ( Juana La loca ) .Otras figuras que aparecen en la obra son San Jerónimo portando su biblia latina , el Rey David ( primer rey de Israel ) , Noé con su Arca y Moisés con las Tablas de la Ley .

Sierra descubrirá, por ejemplo, que La Gloria de Tiziano, el impresionante cuadro que se encuentra a la entrada del museo, debe entenderse literalmente como un umbral mandado crear por Carlos V en persona para que su espíritu accediera más rápidamente a la vida eterna. Fue un lienzo ante el que el emperador meditaba con frecuencia y una de las pocas posesiones que se permitió en su retiro de Yuste antes de entregar su alma a Dios.

La Última Cena de Juan de Juanes esconde otro desafío intelectual y espiritual. El grial que aparece en la pintura es para muchos el verdadero cáliz de la Última Cena, una reliquia que aún se encuentra custodiada en… ¡la catedral de Valencia!

Aunque el escritor no lo sabe, en su último encuentro con el maestro, el más sorprendente y esclarecedor de todos, se le revelarán las “instrucciones de lectura” de El Jardín de las delicias del Bosco, una especie de examen de fin de carrera para quien esté interesado en los arcanos que encierran los cuadros del Prado. Después Fovel guiará a Sierra frente a otro cuadro inquietante -El triunfo de la muerte, de Brueghel el Viejo-, una suerte de pesadilla de peste y destrucción con un mensaje cifrado en su interior. Y por último, El Greco, el pintor misterioso por excelencia, cuya opera prima El sueño de Felipe II o La Gloria –conectada sutilmente con la de Tiziano– se encuentra en el Escorial y fue su primer cuadro pintado en España.

Pintada para el banco del retablo mayor de San Esteban, de Valencia, junto a las pinturas sobre la vida de San Esteban , la composición se basa, al parecer, en la famosa obra que Leonardo da Vinci pintó para el refectorio de Santa María delle Grazie de Milán, aunque el modelado de las figuras y el color remiten a Rafael.Sobre la mesa, delante de la figura de Cristo, aparece el Santo Cáliz que se conserva en la Catedral de Valencia, regalado en 1424 por Alfonso V. La jarra y la jofaina del primer término aluden al Lavatorio de los pies, previo a la Cena. Todos los Apóstoles llevan nimbo con su nombre excepto Judas Iscariote, aunque su nombre aparece en el banco que ocupa. Tiene la barba y el cabello rojos, según la tradición, viste de amarillo -color simbólico de la envidia-, y oculta a sus compañeros la bolsa del dinero.

’El Jardín de las Delicias’. El Bosco (1500 ¿ 1505). Madrid, Museo Nacional del PradoMuseo Nacional del Prado

Una de las obras más enigmáticas de El Bosco, El jardín de las delicias, una de las pocas no firmadas, aparentemente, por el pintor -en el libro se desvela que está firmada con un autorretrato- y ante la que murió en 1598 en el Monasterio de El Escorial Felipe II, que admiraba profundamente al pintor holandés y adquirió muchas de sus pinturas ahora en el museo. La interpretación habitual de este tríptico es cómo la corrupción de la carne puede llevar a la destrucción del infierno.El maestro del Prado nos desvela que El Bosco perteneció a la secta de los adamitas -una doctrina que buscaba el retorno a la inocencia originaria del Edén a través del nudismo- y cómo, leyendo El jardín de las delicias bajo esa tesis, la interpretación es la inversa: vivimos en la corrupción pero el esfuerzo adamita de regenerar al ser humano nos llevará al paraíso.

El triunfo de la muerte

En los primeros planos abunda la hiperactividad de los esqueletos, uno cabalga sobre un caballo famélico portando el reloj de arena (símbolo del final de la vida), otro jinete esqueleto blande la guadaña (herramienta de la muerte), y un último, en el carro lleno de huesos, toca a difuntos. Nadie se libra, ricos y pobres; viejos y jóvenes; guapos y feos.A la izquierda un rey con armadura, corona y cetro ya está en el suelo y contempla como el esqueleto

coge monedas de oro de sus barriles repletos (las riquezas no nos acompañan al más allá), y otro le enseña el reloj de su final. A la derecha, amantes y juglares son presa de los soldados esqueletos que disfrutan interrumpiendo el juego y el amor y también la comida, burlándose macabramente de las damas y sus acompañantes.

Manuel Rodríguez Guzmán (Sevilla, 1818 - Madrid 1867), representante de la escuela costumbrista sevillana del Romanticismo español, igual que hacían otros grandes artistas, pintó en este caso una versión de su "Feria de Santiponce", digo versión porque no son iguales, luego no es ni una reproducción ni una copia. El original lo pintó para la reina Isabel II, y como nos suelen gustar mucho las cosas de los demás, alguien le dijo que él también quería uno como el de la reina.

  La sigla IHS permite suponer que se trata de una Adoración al Nombre de Jesús, en la que están representados el infierno, la tierra y el cielo.  También se ha interpretado como una alegoría de la victoria de Lepanto, con Pío V en el centro y a su derecha Felipe II.  Siguiendo esta interpretación, en el soldado romano con los ojos vueltos al cielo que se halla a la izquierda del Papa, se ha visto al célebre don Juan de Austria, muerto en el año 1578.

 Lectura de Forges:

El Greco pintó a su señor Felipe, siguiendo las precisas indicaciones de éste: al final tituló el cuadro como “El sueño de Felipe II” y se puede ver en El Escorial… Así es como se soñaba a sí mismo Felipe… ¿Por qué El Greco lo vistió de negro, negro?  Es el único “golpe” de color negro del cuadro;  de acuerdo que el rey se vestía preferentemente de oscuro, pero curiosamente, éste es el cuadro menos fúnebre del Greco… excepto Felipe… Hasta el pez infernal es más clarito… ¿Qué pensaba El Greco del rey? ¿Eh?

El sueño de Felipe II. El Greco, 1579

Lectura de un experto en arte: 

Una visión diferente

La Perla (Rafael Sanzio)

Nastagio degli Onesti, primer episodio. Museo del Prado

El primer episodio de la serie de Nastagio degli Onesti es una obra que mide 83 cm.de alto y 138 cm. de ancho. Se conserva en el Museo del Prado.Nastagio aparece representado tres veces en el mismo cuadro. A lo lejos, conversa con sus compañeros en un campamento. Ya en primer término a la izquierda, pasea cabizbajo por el rechazo de su novia, y en el centro, lucha contra los perros que atacan a una mujer desnuda. A la derecha, aparece el jinete que la persigue. La violencia de la escena en primer plano contrasta con el sereno paisaje del fondo, que pretende evocar la ciudad de Rávena. Esta forma de narrar diferentes episodios en una misma escena tiene muchos antecedentes en la pintura medieval.Dentro de una calidad más finura en los ropajes y facciones, y pudieron ser pintadas por Botticelli. artística buena, la pintura muestra desigualdades; quizá fue pintada en parte por ayudantes, aunque las dos figuras de Nastagio en primer plano muestran

En la sala de pinturas italianas, están "los únicos fantasmas del Prado", según Sierra, que son los amantes crueles cuya leyenda reflejan las tres únicas tablas de Botticcelli que tiene el museo español, La historia de Nastagio degli Onesti del Decamerón. Su historia maldita también queda desvelada.

Nastagio degli Onesti, segundo episodio. Museo del Prado.

El segundo episodio de Nastagio degli Onesti tiene exactamente las mismas medidas que el primer panel. Se conserva, como el primero y el tercero, en el Prado.El cuadro muestra, a la izquierda, al joven Nastagio, que retrocede horrorizado por la aparición en el centro. La mujer ha resultado muerta y el caballero le hace un tajo en la espalda para sacarle el corazón y arrojarlo a los perros, lo que sucede en el extremo de la derecha. Al fondo se comprueba cómo el episodio fantasmal se repite con una nueva persecución. Esta escena en la lejanía está centrada y enmarcada por los troncos de los árboles. De esta manera quedan castigados la mujer, por burlarse del amor del caballero, y éste último, que se suicidó por amor.Según algunos críticos, el refinado uso de los colores en este cuadro evidencia que lo pintó Botticelli, pero otros creen que las figuras crispadas de Nastagio y la mujer son de otro autor, acaso Filippino Lippi. El caballo blanco es considerado acaso lo mejor del cuadro y se atribuye a Botticelli con bastante seguridad. Destaca asimismo el delicado paisaje del fondo.

Nastagio degli Onesti, tercer episodio. Museo del Prado.

El tercer episodio de Nastagio degli Onesti, de iguales medidas que los dos anteriores, se conserva en el mismo museo.Aquí se representa un banquete que tiene lugar en medio de un pinar. Nastagio lo ha organizado para que tanto su amada como la familia de ésta vean los fantasmas de la joven desnuda y su asesino. Así, se ve en el centro a la mujer atacada por los perros, con el jinete a la derecha. Nastagio, ligeramente a la izquierda, explica el sentido de la escena que están viendo los comensales. En el lateral derecho se ve a Nastagio hablando después con la criada de su amada, que le cuenta que la joven ha accedido a sus deseos. Se ven los escudos de los Bini y los Pucci y también, en el centro, el de los Médicis. Botticelli representa con gran detalle las mesas y los objetos del banquete, así como los diferentes rasgos de los invitados.Dentro de las dudas en cuanto a la autoría, algún experto afirma que la figura desnuda es de altísima calidad, y que fue pintada personalmente por Botticelli. También algunos de los comensales, como la novia vestida de blanco, están caracterizados con acierto y destacan sobre el resto, por lo que pudieron ser pintados por el maestro.

Carlos V en la Batalla de Mülberg’ Tiziano (1548) El cuadro conmemora la victoria de Carlos V en la batalla de Mühlberg, acaecida el año anterior. Muestra al emperador a caballo, detenido frente al río Elba; detrás de él, sólo un bosque. Tanto la luz como los colores son cálidos, rojos, ocres. El rostro del emperador está serio e impasible. Tiziano fue muy hábil, al suavizar los rasgos menos agraciados del monarca.En este retrato ecuestre, el emperador se nos muestra como un «soldado de Cristo» en defensa de la cristiandad atacada desde su propio interior por el protestantismo. Lleva una larga lanza, que recuerda a San Jorge (quien según la leyenda mató a un dragón, bestia asociada a la herejía) y una pistola de rueda en el arzón. De todas formas, la pintura no quiso hacer énfasis en la derrota militar, y el paisaje del fondo es plácido, sin tropas ni representación alguna de los enemigos derrotados.

Dánae ilustra el momento en que Júpiter la posee en forma de lluvia de oro. Tiziano pintó la primera Dánae en Roma en 1544-45 para el cardenal Alessandro Farnese y aludía a los amores del cardenal con una cortesana. Esta Dánae fue modelo para la de Felipe II, donde Cupido fue sustituido por una anciana celadora, cuya inclusión enriquece la pintura al brindar sofisticados contrapposto: juventud frente a vejez; belleza frente a fealdad; figura desnuda frente a vestida.

Dánae recibiendo la lluvia de oro, por Ticiano.

MADRID20-11-2014

UN SALUDO, SARA