el nuevo curso- leon trotsky

Upload: mamen-de-oz

Post on 05-Apr-2018

232 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    1/44

    1

    GRUPO GERMINAL (en defensa del marxismo)[email protected]

    cuadernos de formacin marxistaLen TROTSKY

    1923

    EL NUEVO CURSO

    PREFACIO

    Este opsculo aparece con un retraso considerable debido a un problema de salud. Pero, despus de todo,las cuestiones que aqu trato, recin han sido planteadas en la discusin llevada a cabo hasta el momento.

    Alrededor de esos problemas, concernientes al rgimen interno del partido y la economa del pas, selevantaron durante la discusin nubes de polvo que con frecuencia forman un velo casi impenetrable yqueman los ojos. Pero esto pasar. Las nubes de polvo, se disiparan y reaparecern los contornos reales delos problemas. El pensamiento colectivo del partido extraer progresivamente de las discusiones lo que lees necesario, adquirir una mayor madurez y se volver ms seguro de s mismo. Y, de esta manera, labase del partido se ampliar y su direccin, se fortalecer.

    Este es el sentido objetivo de la resolucin del Comit Central sobre el nuevo curso del partido,cualesquiera sean las interpretaciones restrictivas de que es objeto. Todo el trabajo anterior de depuracindel partido, el mejoramiento de su instruccin poltica, de su nivel terico y del nivel de preparacin desus funcionarios slo puede lograr su punto ptimo en la ampliacin e intensificacin de la actividadautnoma de todo e1 partido, actividad que es la nica garanta seria contra todos los peligros inherentes ala nueva poltica econmica y a la lentitud del desarrollo de la revolucin europea.

    Pero es indudable que el nuevo curso del partido slo puede ser un medio y no un fin en s mismo. Sepuede decir que el valor del perodo ser determinado exactamente en la medida en que nos facilite lasolucin de nuestra labor econmica.

    La administracin de nuestra economa estatal es necesariamente centralizada. La consecuencia de esto en

    los primeros tiempos fue que los problemas y las divergencias de opiniones vinculados a la direccineconmica central estuvieron limitados a un crculo estrecho de personas. La elaboracin colectiva delpartido an no se aboc directamente al estudio de los problemas y de las dificultades fundamentales de la

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    2/44

    2

    direccin centralizada y racionalizada de la economa estatal. An en el XII Congreso, los problemasrelativos al plan de la economa slo fueron abordados, en resumidas cuentas, de un modo formal. Estoexplica en gran medida que las vas y los mtodos establecidos en la resolucin de ese congreso casi nofueron aplicados hasta ahora y que el Comit Central debi plantear nuevamente la cuestin de lanecesidad de llevar a la prctica las decisiones econmicas del XII Congreso, en particular lasrelacionadas con el Gosplan.

    Pero esta vez tambin la decisin del Comit Central fue acogida por diferentes sectores con reflexionesescpticas sobre el Gosplan y la realizacin del plan por parte de la direccin. Ese escepticismo norecubre ningn pensamiento creador, ninguna teora, nada serio. Y si ese escepticismo barato es toleradoen el partido es precisamente porque el pensamiento colectivo del partido an no abord claramente losproblemas de la direccin centralizada y racionalizada de la economa. Sin embargo, de la realizacinfructfera de esas decisiones depende totalmente la suerte de la revolucin.

    En su ltimo captulo este opsculo aborda el problema de las relaciones entre el plan y la direccin, apropsito de un ejemplo particular que no hemos elegido arbitrariamente, sino que nos fue impuesto porla discusin interna del partido. Es de esperar que en la prxima etapa el pensamiento del partido abordetodos estos problemas de manera mucho ms concretamente de como lo hizo hasta ahora. A quien siguecomo espectador (y tal es ahora mi situacin) la actual discusin econmica, le parece que el partido ha

    retrocedido un ao para interpretar de una manera ms crtica las decisiones del XII Congreso. De elloresulta que los problemas que de alguna manera eran el monopolio de un crculo estrecho concentranahora poco a poco la atencin de todo el partido. Por mi parte, slo puedo aconsejar a los camaradas queafrontan los problemas econmicos que estudien atentamente los debates del XII Congreso sobre laindustria y los relacionen convenientemente con la discusin actual. Espero poder volver sobre estosproblemas muy pronto.

    ***Es preciso reconocer que durante la discusin oral y escrita del partido aparecieron una gran cantidad dehechos y de informaciones que no tienen nada en comn con la realidad y representan, para emplear uneufemismo, el fruto de inspiraciones pasajeras. De ello damos prueba en este libro. Recurrir a medios tancontundentes significa en el fondo una falta de respeto hacia el partido. Y, segn mi parecer, esteltimo debe responder a esos procedimientos con una verificacin minuciosa de las citas, cifras y hechos

    presentados. Esto constituye para el partido un excelente medio de educar a las masas y de educarse a smismo.

    Nuestro partido es lo suficientemente maduro como para no ser obligado a refugiarse en la apata o, por elcontrari, en el furor de la discusin. Un rgimen ms estable de democracia asegurar a nuestradiscusin el carcter que debe tener y ensear a presentar al partido solamente datos cuidadosamenteverificados. En tal sentido, la opinin pblica del partido debe formarse en el arte de la crtica despiadada.Las clulas de fbrica, en su experiencia diaria, deben verificar los datos de la discusin y susconclusiones. Tambin sera muy til que la juventud estudiantil tomara como base de sus trabajoshistricos, econmicos y estadsticos, la verificacin minuciosa de los datos empleados en la discusinactual del partido y sobre los cuales ste basar sus decisiones en el futuro.

    Vuelvo a repetir que la adquisicin ms importante que el partido ha hecho, y que debe conservar,

    consiste en el hecho que las cuestiones econmicas capitales, que antes eran resueltas en el seno deorganismos restringidos, se han convertido en el centro de atencin de la masa del partido. Entramos enun nuevo perodo. Las nubes de polvo levantadas por la discusin se disiparn, los datos falsos sernrechazados por el partido y ste mantendr los ojos fijos en las cuestiones fundamentales de laorganizacin econmica. Con ello, la revolucin saldr ganando.

    Len Trotsky

    Post-Scriptum: Este opsculo contiene, adems de los captulos publicados en Pravda, algunos captulosnuevos: El burocratismo y la revolucin, Tradicin y poltica revolucionaria, La subestimacindel campesinado, La planificacin en la economa. En cuanto a los artculos ya publicados, losreproduzco aqu sin cambiar una lnea, lo que permitir al lector juzgar en qu medida su sentido ha sidoy algunas veces es monstruosamente desnaturalizado a lo largo de la discusin.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    3/44

    3

    (1)

    EL PROBLEMA DE LASGENERACIONES EN EL PARTIDO

    En una de las resoluciones adoptadas durante la

    discusin de Mosc, sus firmantes se lamentabande que el problema de la democracia en el partidose hubiera complicado con las discusiones sobre lasrelaciones generacionales, con ataques personales,etc. Este reproche evidencia una cierta confusin enlas ideas. Los ataques personales y las relacionesgeneracionales son dos cosas muy diferentes. Si seplanteara ahora el problema de la democracia sinanalizar la composicin del partido, tanto desde elpunto de vista social como del de la edad y de laexperiencia poltica, no se podra llegar a ningunaconclusin.

    No es casual que el problema de la democracia sehaya planteado primeramente como un problema delas relaciones entre las diversas generaciones. Esees el resultado lgico de toda la evolucin denuestro partido, cuya historia puede dividirseesquemticamente en cuatro perodos: a) lapreparacin, que dur un cuarto de siglo y quefinaliz en Octubre; b) Octubre; c) el perodoposterior a Octubre; d) el nuevo curso, es decir,el perodo en el que entramos ahora.

    A pesar de su riqueza, su complejidad y ladiversidad de las etapas realizadas, hoy

    comprendemos que el perodo anterior a Octubreslo tuvo un carcter preparatorio. Octubrepermiti verificar la ideologa y la organizacin delpartido y de sus militantes. Por Octubreentendemos el perodo ms agudo de la lucha por elpoder que puede fijarse, aproximadamente, en lasTesis de abril de Lenin y que termina con la tomadel aparato del Estado.

    Aunque slo dur algunos meses, es tanimportante, por su contenido, como todo el perodode preparacin que se mide en aos y en decenas deaos. Octubre, no slo nos ofreci una verificacin

    infalible, nica en su gnero, del pasado delpartido, sino que se convirti en una fuente deexperiencia para el futuro. Gracias a Octubre, elpartido pudo, por primera vez, valorarse en su justamedida.

    La conquista del poder fue seguida de uncrecimiento rpido, casi anormal, del partido, queatrajo a sus filas no slo a trabajadores pococonscientes sino, tambin, a ciertos elementostotalmente extraos a su espritu: funcionarios,arribistas y politiqueros. En este perodo catico, elpartido nicamente conserv su naturaleza

    bolchevique gracias a la dictadura interna de lavieja guardia que haba demostrado sus aptitudes en

    Octubre. En todos los problemas, de mayor o

    menor importancia, los nuevos miembros aceptaronentonces, casi sin discusin, la direccin de la viejageneracin. Los arribistas consideraban estadocilidad como el mejor medio para consolidar susituacin dentro del partido. Pero sus clculosfallaron. Mediante una depuracin rigurosa de suspropias filas, el partido se desembaraz de ellos.Los efectivos del partido disminuyeron pero suconciencia aument. Esta auto-verificacin, estadepuracin, hicieron que el partido, despus deOctubre, se sintiera por primera vez un colectivocuya tarea no era simplemente la de dejarseconducir por la vieja guardia sino la de examinar y

    decidir por s mismo los problemas esenciales de lapoltica. En este sentido, el perodo crtico de ladepuracin constituye, en cierto modo, lapreparacin para ese cambio profundo que ahora semanifiesta en la vida del partido y que seguramenteentrar en su historia bajo el nombre de nuevocurso.

    Es preciso tener bien en claro una cosa: la esenciade las diferencias y de las dificultades actuales noreside en el hecho que los secretarios hayanexagerado la nota en ciertos aspectos y debellamrseles al orden, sino en que el conjunto del

    partido se dispone a pasar a una fase histrica mselevada. Es como si la masa de los comunistasdijese a los dirigentes: Compaeros, vosotrostenis la experiencia anterior a Octubre de la que lamayora de nosotros carecemos; pero bajo vuestradireccin hemos adquirido despus de Octubre unagran experiencia, que cada da se vuelve ms dignade consideracin. Y queremos no slo ser dirigidospor vosotros sino participar en la direccin delproletariado. Lo queremos no solamente porque esnuestro derecho en cuanto miembro del partido sinotambin porque es absolutamente necesario paraque la clase obrera avance. Sin nuestra experiencia,

    debida al hecho de estar en la base del partido,experiencia que no debe simplemente ser tenida encuenta en las esferas dirigentes sino que debe serintroducida por nosotros mismos en la vida delpartido, el aparato dirigente se burocratiza ynosotros, comunistas de base, no nos sentimossuficientemente armados ideolgicamente ante lossin partido.

    El viraje actual es, como ya lo he dicho, elresultado de toda la evolucin anterior. Desde hacemucho tiempo era preparado a travs de procesosmoleculares, invisibles a primera vista, en la vida y

    la conciencia del partido. La crisis econmicaimprimi un fuerte impulso al pensamiento crtico.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    4/44

    4

    La noticia de los acontecimientos de Alemania haconmovido al partido. En ese momento se ha vistocon particular claridad que el partido vive, dealguna manera, en dos niveles: el nivel superior,donde se decide, y el nivel inferior, que se limita atomar conocimiento de las decisiones. Sin embargo,

    la revisin crtica del rgimen interno del partido seha visto aplazada por la espera ansiosa deldesenlace, que pareca prximo, de losacontecimientos de Alemania. Cuando secomprendi que ese desenlace resultaba retrasadopor la fuerza de las cosas, el partido puso al ordendel da el problema del nuevo curso.

    Como sucede frecuentemente en la historia, esprecisamente durante estos ltimos meses cuando elaparato evidenci sus rasgos ms negativos eintolerables: aislamiento de la masa, suficienciaburocrtica, total desprecio por el estado de nimo,

    las opiniones y las necesidades del partido.Impregnado de burocratismo, rechaz desde uncomienzo, con una violencia hostil, los intentos dediscutir el problema de la revisin del rgimeninterno del partido.

    Esto no quiere decir, por cierto, que el aparato secomponga nicamente de elementos burocratizadosni, menos aun, de burcratas declarados eincorregibles. El periodo crtico actual ayudar a lamayora de sus miembros a comprender el sentidode esta discusin y les har renunciar a muchos desus errores. El reagrupamiento ideolgico y

    orgnico que surgir del viraje actual tendr, a finde cuentas, consecuencias beneficiosas tanto para lamasa de comunistas como para el aparato. Pero eneste ltimo, tal como aparece en el umbral de lacrisis actual, el burocratismo ha alcanzado undesarrollo excesivo, verdaderamente alarmante. Yeste hecho es lo que da al reagrupamientoideolgico actual un carcter de urgencia, surgidode legtimos temores.

    As, hace dos o tres meses, el solo hecho de sealarel burocratismo del aparato, la autoridad excesivade los comits y de los secretariados, era recibido

    entre los representantes responsables del viejocurso en las organizaciones centrales y locales conencogimientos de hombros o protestas indignadas.Los nombramientos convertidos en sistema? Puraimaginacin. Formalismo, burocratismo?Invenciones, oposicin por el nico placer deoponerse, etc., etc. Esos camaradas, con todasinceridad, no observaban el peligro burocrticoque ellos mismos representan. Slo bajo la presinde la base han comenzado, poco a poco, areconocer que realmente haba manifestaciones deburocratismo pero nicamente en ciertas regiones ydistritos, y que por otra parte no era sino una

    desviacin momentnea, etc. Segn ellos, elburocratismo era un mero resabio del periodo de

    guerra, es decir un fenmeno en vas dedesaparicin. Intil explicar cun falsa es estaconcepcin y explicacin del estado de la cuestin.

    El burocratismo no es una caractersticamomentnea de algunas organizaciones

    provinciales sino un fenmeno general. No va deldistrito a la organizacin central por intermedio dela organizacin regional sino ms bien de laorganizacin central al distrito por intermedio de laorganizacin regional. No es de ningn modo unresabio del perodo de guerra Sino que surge araz de haberse transferido al partido los mtodos ylos procedimientos administrativos acumuladosdurante estos ltimos aos. Por ms exageradas quefuesen algunas veces las formas que revisti, elburocratismo del perodo de guerra erainsignificante en comparacin con el actualburocratismo, que se ha desarrollado en tiempos de

    paz mientras que el aparato, a pesar de la madurezideolgica del partido, continuaba obstinadamentepensando y decidiendo por s mismo.

    Es por ello que, desde el punto de vista de losprincipios, la resolucin del comit central sobre laorganizacin del partido tiene una granimportancia, de la que el partido debe darse cuentaclaramente. Sera indigno, en efecto, considerar queel sentido profundo de las decisiones tomadas sereduce a modificaciones tcnicas en la organizaciny que se pretenda limitar a reclamar de lossecretarios y comits ms suavidad y solicitud

    hacia la masa. La resolucin del comit centralhabla de nuevo curso. El partido se prepara paraentrar en una nueva fase de desarrollo. No se trata,por cierto, de romper los principios de organizacindel bolchevismo, como algunos intentan hacercreer, sino de aplicarlos a las condiciones de lanueva etapa del partido. Ante todo, se trata deinstaurar relaciones mas sanas entre los viejoscuadros y la mayora de los miembros que hanentrado al partido despus de Octubre.

    La preparacin terica, el temple revolucionario, laexperiencia poltica representan nuestro capital

    fundamental, cuyos principales exponentes son losviejos cuadros del partido. Por otra parte, el partidoes esencialmente una organizacin democrtica, esdecir, un colectivo cuya orientacin depende delpensamiento y de la voluntad de todos. Es claroque, en la situacin complicada del perodoinmediatamente posterior a Octubre, el partidopoda abrirse paso tanto mejor cuanto ms utilizabaen su totalidad la experiencia acumulada por lavieja generacin, a cuyos representantes confiabalos puestos ms importantes en la organizacin. Elresultado de ese estado de cosas fue que,desempeando el papel de director del partido y

    absorbida por los problemas de administracin, lavieja generacin se habitu a pensar y a decidir por

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    5/44

    5

    el partido e instaurar preferentemente para lasmasas comunistas mtodos puramente escolares,pedaggicos, de participacin en la vida poltica:cursos de instruccin poltica elemental,verificacin de las nociones, escuelas del partido,etc. De aqu proviene el burocratismo del aparato,

    su aislamiento con relacin a las masas, suexistencia como un organismo separado, en unapalabra todas las caractersticas que constituyen elaspecto profundamente negativo del viejo curso.El hecho de que el partido viva en dos nivelesdistintos implica numerosos peligros, a los que yame he referido en mi carta sobre los viejos y losjvenes. (Por jvenes entiendo evidentemente noslo a los estudiantes sino a toda la generacinincorporada al partido despus de Octubre y, enprimer lugar, a los jvenes de las clulas defbrica.) Cmo se ha manifestado el malestar cadavez ms profundo dentro del partido? En el hecho

    que la mayora de los miembros se decan a simismos: Por ms que el aparato piense y decidabien o mal, siempre piensa y decide sin nosotros yen nuestro lugar. Cuando creemos necesariomanifestar una incomprensin, una duda, oexpresar una objecin o una crtica, se nos llama alorden, se apela a la disciplina. La mayora de lasveces se nos acusa de actuar como opositores o dequerer constituir fracciones. Estamos dedicados porentero al partido y dispuestos a sacrificar todo porl. Pero queremos participar activa yconscientemente en la elaboracin de susdecisiones y en la eleccin de sus formas de

    accin. Las primeras manifestaciones de esteestado de nimo pasaron indudablementeinadvertidas, el aparato dirigente no las tuvo encuenta y sa fue una de las principales causas de laformacin de grupos, cuya importancia es intilexagerar pero cuyo alcance no se puede desconocery que debe constituir para nosotros una advertencia.

    El peligro fundamental del viejo curso, resultantede causas histricas generales as como de nuestroserrores particulares, consiste en que el aparatomanifiesta una tendencia progresiva a oponer aalgunos millares de camaradas que forman los

    cuadros dirigentes con el resto de la masa que seconvierte para ellos slo en un medio de accin. Siese estado de cosas persistiese, se correra el riesgode provocar a la larga una degeneracin del partidoen sus dos polos, es decir entre los jvenes y loscuadros. En lo que concierne a la base proletaria delpartido, las clulas de fbrica, los estudiantes, etc.,el peligro es evidente. Al no sentir que participanactivamente en el trabajo general del partido y nover satisfechas sus aspiraciones, numerososcomunistas buscaran un sucedneo de actividadbajo la forma de grupos y de fracciones de todaclase. Precisamente en ese sentido hablamos de la

    importancia sintomtica de grupos tales como elgrupo obrero.

    Pero no menos grande es, en el otro extremo, elpeligro de ese rgimen que ha durado demasiado yque se ha convertido para el partido en sinnimo deburocratismo. Sera ridculo no comprender, onegarse a ver, que la acusacin de burocratismo

    formulada en la resolucin del comit central estdirigida contra los cuadros del partido. No se trata,con relacin a la lnea ideal, de desviacionesaisladas en el plano prctico sino de poltica generaldel aparato, de su tendencia profunda. Elburocratismo implica un peligro de degeneracin?Slo un ciego podra negarlo. En su desarrollogradual, el burocratismo amenaza con separar a losdirigentes de la masa, con llevarlos a concentrarnicamente su atencin en los problemasadministrativos, en las designaciones; amenazatambin con restringir su horizonte, debilitar susentido revolucionario, es decir, provocar una

    degeneracin ms o menos oportunista de la viejaguardia o al menos de un sector considerable desta. Esos procesos se desarrollan lenta y casiinsensiblemente, pero se revelan de manera brusca.Para considerar a esta advertencia, basada en laprevisin marxista objetiva, como un ultraje, unatentado, etc., es preciso en realidad lasusceptibilidad recelosa y la altanera de losburcratas.

    Pero realmente el peligro de esa degeneracin esgrande? El hecho de que el partido hayacomprendido este peligro y haya tratado de

    remediarlo (lo que provoc en particular laresolucin del comit central) evidencia suprofunda vitalidad y, al mismo tiempo, revela elantdoto poderoso de que dispone contra el venenoburocrtico. Esta es la principal garanta de suintegridad en tanto que partido revolucionario. Perosi el viejo curso tratase de mantenerse a cualquierprecio, por medio de la restriccin en la admisinde militantes, una seleccin ms severa o laintimidacin, en una palabra, por medio deprocedimientos que ponen de manifiesto unadesconfianza con respecto al partido, el peligroefectivo de degeneracin de un sector considerable

    de los cuadros aumentara inevitablemente.

    El partido no puede vivir nicamente de lasreservas del pasado. Es suficiente que el pasadohaya preparado al presente, pero es preciso que elpresente est ideolgica y prcticamente a la alturadel pasado para preparar el futuro. La tarea delpresente es la de desplazar el centro de la actividaden direccin a las bases.

    Pero quizs se diga que este desplazamiento delcentro de gravedad no se efecta de golpe; elpartido no puede arrumbar a la vieja generacin y

    comenzar inmediatamente una nueva vida. No valela pena detenerse en este argumento, tontamente

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    6/44

    6

    demaggico. Pretender desechar a la viejageneracin sera una locura. Lo que es preciso esque esta vieja generacin cambie de orientacin yas pueda ejercer en el futuro una influenciapreponderante sobre toda la actividad autnoma delpartido. Es preciso que considere al nuevo curso

    no como una maniobra, un procedimiento

    diplomtico o una concesin momentnea sinocomo una nueva etapa en el desarrollo poltico delpartido, para mayor beneficio de la generacindirigente y del conjunto del partido.

    Pravda, 29 de diciembre de 1923.

    (2)LA COMPOSICION SOCIAL DEL PARTIDO

    La crisis interna del partido no se limita, porsupuesto, a las relaciones entre generaciones.Histricamente, en un sentido ms amplio, susolucin est determinada por la composicinsocial del partido y, sobre todo, por la proporcinde clulas de fbrica y de proletarios industriales.

    Despus de la toma del poder, la primerapreocupacin de la clase obrera fue crear un aparatoestatal (ejrcito, rganos de direccin de laeconoma etc.). Pero la participacin de los obrerosen los aparatos estatal, cooperativo y otrosimplicaba un debilitamiento de las clulas defbrica y un aumento excesivo, dentro del partido,del nmero de funcionarios, fuesen o no de origenproletario. Aqu reside el problema. Y slo se podrresolver por medio de progresos econmicosconsiderables, de un fuerte impulso dado a la vidaindustrial y de una constante afluencia de obrerosmanuales a las filas del partido.

    Con qu rapidez se efectuar ese procesofundamental, a travs de qu flujos y reflujospasar? Por el momento, es difcil preverlo. En elestado actual de nuestro desarrollo econmico espreciso hacer, evidentemente, todo lo posible paraatraer hacia el partido a la mayor cantidad posiblede obreros que trabajan en fbricas. Pero no selograr modificar seriamente la composicin delpartido (de modo, por ejemplo, que las clulas defbrica constituyan sus dos terceras partes) sinomuy lentamente, y slo apoyndose en notablesprogresos econmicos. En todo caso, debemos

    prever un perodo an muy largo durante el cual losmiembros ms experimentados y activos del partido(incluidos naturalmente los comunistas de origenproletario) sern absorbidos por diferentesfunciones del aparato estatal, sindical, cooperativoy del partido. Y por eso mismo, este hecho implicaun peligro, ya que es una de las fuentes delburocratismo.

    La educacin de la juventud ocupa y ocuparnecesariamente en el partido un lugar excepcional.Pero al formar en nuestras universidades obreras,nuestras facultades, nuestros establecimientos deenseanza superior, al nuevo contingente deintelectuales, que cuenta con una gran proporcin

    de comunistas, separamos a los jvenes elementosproletarios de la fbrica no solamente durante elperodo de sus estudios sino generalmente para todasu vida. En efecto, la juventud obrera que hapasado por las escuelas superiores estar, enrealidad, totalmente afectada al aparato industrial,estatal o al del partido. Ese es el segundo factor de

    destruccin del equilibrio interno del partido endetrimento de sus ncleos fundamentales: lasclulas de fbrica.

    El problema del origen, proletario, intelectual o deotro tipo, de los comunistas tiene evidentementeimportancia. En el perodo inmediatamenteposterior a la revolucin, la profesin ejercida antesde Octubre pareca hasta decisiva. En efecto, laasignacin de los obreros a una determinadafuncin sovitica era considerada una medidaprovisional. Actualmente, en ese sentido, se haverificado un cambio profundo. Es indudable que

    los presidentes de comits regionales o loscomisarios de divisiones, cualquiera sea su origen,representan un tipo social determinado,independientemente del origen de cada uno deellos. Durante estos seis aos se han formado en elrgimen sovitico grupos sociales bastante estables.

    As, en la actualidad, y por un perodorelativamente bastante largo, un sector considerabledel partido, representado por los comunistas mscompetentes, es absorbido por los diferentesaparatos de direccin y de administracin civil,militar, econmico, etctera. Otro sector,

    igualmente importante, est dedicado a estudiar. Untercer sector est disperso por el campo y se dedicaa la agricultura. Slo la cuarta categora (que en laactualidad representa menos de la sexta parte de losafiliados) est compuesta por proletarios quetrabajan en las fbricas. Es evidente que eldesarrollo del aparato del partido y laburocratizacin inherente a ese desarrollo sonoriginados no por las clulas de fbrica vinculadasentre s por medio del aparato, sino por todas lasotras funciones que el partido ejerce a travs de losaparatos estatales de administracin, de gestineconmica, de mando militar, de enseanza. Enotras palabras, la fuente del burocratismo radica enla creciente concentracin de la atencin y de las

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    7/44

    7

    fuerzas del partido en las instituciones y aparatosgubernamentales y en la lentitud del desarrollo dela industria.

    Este estado de cosas debe hacernos comprender lospeligros de degeneracin burocrtica de los cuadros

    del partido. Seriamos fetichistas si considerramosa estos cuadros (por el solo hecho de haber seguidola mejor escuela revolucionaria del mundo) almargen de todo peligro de empobrecimientoideolgico y de degeneracin oportunista. Lahistoria es hecha por los hombres, pero los hombresno siempre hacen conscientemente la historia,incluso la suya propia. En definitiva, el problemaser resuelto por dos grandes factores deimportancia internacional: la marcha de larevolucin en Europa y la rapidez de nuestrodesarrollo econmico. Pero sera un error el atribuirde modo fatalista toda la responsabilidad a estos

    dos factores objetivos, as como buscar garantasnicamente en un radicalismo subjetivo heredadodel pasado. En la misma situacin revolucionaria, yen las mismas condiciones internacionales, elpartido resistir en mayor o menor medida a lastendencias desorganizadoras segn sea ms omenos consciente de los peligros y los combata conmayor o menor vigor.

    Es evidente que la heterogeneidad de lacomposicin social del partido, lejos de debilitar losaspectos negativos del viejo curso, los agrava alextremo. El nico medio de triunfar sobre el

    corporativismo, sobre el espritu de casta de losfuncionarios, es realizar la democracia.Conservando la calma, el burocratismo divide alpartido y afecta igualmente, aunque de maneradiferente, a las clulas de fbrica, a los trabajadoresen el campo de la economa, a los militares y a lajuventud estudiantil.

    Esta ltima, como habamos visto, reacciona demanera particularmente vigorosa contra elburocratismo. Lenin haba propuesto, justamente,para combatir el burocratismo, recurrirdecididamente a los estudiantes. Debido a su

    composicin social y a sus vinculaciones, losjvenes estudiantes son un reflejo de todos losgrupos sociales de nuestro partido as como de suestado de nimo. Su sensibilidad y su mpetu losllevan a imprimir inmediatamente una fuerza activaa ese estado de nimo. Como estudian, se esfuerzanpor explicar y generalizar. Esto no quiere decir quetodos sus actos y estados de nimo reflejentendencias sanas. Si as ocurriese, significara, y noes nuestro caso, o que todo marcha bien en elpartido o que la juventud ya no es el reflejo delpartido.

    En principio, es justo afirmar que nuestra base noson los establecimientos de enseanza sino las

    clulas de fbrica. Pero al decir que la juventud esnuestro barmetro, asignamos a susmanifestaciones polticas un valor no esencial sinosintomtico. El barmetro no crea el tiempo, selimita a registrarlo. En poltica, el tiempo se formaen las profundidades de las clases y en los campos

    donde estas ltimas entran en contacto entre s. Lasclulas de fbrica crean una vinculacin directaentre el partido y la clase, esencial para nosotros,del proletariado industrial. Las clulas rurales slocrean una vinculacin mucho ms dbil entre elpartido y el campesinado. Estamos ligados alcampesinado principalmente a travs de las clulasmilitares ubicadas en condiciones especiales. Encuanto a los jvenes estudiantes, provenientes detodos los sectores y capas de la sociedad sovitica,reflejan en su composicin heterognea todosnuestros defectos y nuestras cualidades, y sera unanecedad no conceder la mayor atencin a su estado

    de nimo. Adems, un sector considerable denuestros nuevos estudiantes son comunistas quehan tenido una experiencia revolucionaria bastanteimportante. Y los partidarios ms obstinados delaparato se equivocan enormemente al despreciara esta juventud que es nuestro medio de auto-control, que deber tomar nuestro lugar y a la quepertenece el futuro.

    Pero volvamos al problema de la heterogeneidad delos grupos del partido separados entre s por susfunciones en el estado. Repitamos que elburocratismo del partido no es un resabio del

    perodo anterior en vas de desaparecer sino, por elcontrario, un fenmeno esencialmente nuevo,originado por nuevas tareas, nuevas funciones,nuevas dificultades y nuevos errores del partido.

    El proletariado realiza su dictadura por medio delestado sovitico. El partido comunista es el partidodirigente del proletariado y, en consecuencia, de suestado. El problema consiste en ejercer activamenteese poder sin fundir al partido con el aparatoburocrtico del estado con el objeto de noexponerse al riesgo de una degeneracinburocrtica.

    Los comunistas se hallan agrupados de maneradiferente segn estn en el partido y en el aparatodel estado. En este ltimo, estn dispuestosjerrquicamente en relacin con los otroscomunistas y los sin partido. En el partido, sontodos iguales, en lo que concierne a ladeterminacin de las tareas y de los mtodos detrabajo fundamentales. Los comunistas trabajan enlas fbricas, forman parte de los comits de fbrica,administran las empresas, los trusts, los sindicatos,dirigen el Consejo de Economa Nacional, etctera.En la direccin de la economa, el partido tiene y

    debe tener en cuenta la experiencia, lasobservaciones y la opinin de todos sus miembros

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    8/44

    8

    ubicados en los diferentes niveles de la escala de laadministracin econmica. La ventaja esencial eincomparable de nuestro partido consiste en quepuede, en todo momento, observar la industria conlos ojos del tornero comunista, del especialistacomunista, del director comunista, del comerciante

    comunista, reunir la experiencia de esostrabajadores que se completan entre si, extraer losresultados y determinar as su lnea de direccin dela economa en general y de cada empresa enparticular.

    Es evidente que esta direccin slo es realizablesobre la base de la democracia viva y activa dentrodel partido. Cuando, por el contrario, los mtodosdel aparato prevalecen, la direccin ejercida porel partido cede el lugar a la administracin ejercidapor sus rganos ejecutivos (comit, oficina,secretara, etc.). Al reforzarse ese sistema, todos los

    asuntos se concentran en manos de un pequeogrupo, muchas veces en un slo secretario quenombra, destituye, imparte las directivas, sanciona,etctera.

    Si se tiene esa concepcin de la direccin, laprincipal superioridad del partido, es decir, sumltiple experiencia colectiva, pasa a segundoplano. La direccin adquiere un carcter de puraorganizacin y degenera frecuentemente en laestrechez de miras y en el espritu de mando. Elaparato del partido entra cada vez ms en el detallede las tareas del aparato sovitico, vive de sus

    preocupaciones diarias, se deja influenciar por l y,al preocuparse por los detalles, pierde de vista lasgrandes lneas.

    Si la organizacin del partido en cuantocolectividad es siempre ms rica en experienciasque cualquier rgano del aparato estatal, no ocurrelo mismo con los funcionarios consideradosindividualmente. En efecto, sera ingenuo creer que

    un secretario, gracias a su cargo, rene en l todoslos conocimientos y toda la competencia necesariospara la direccin de su organizacin. En realidad, secrea un aparato auxiliar con secciones burocrticas,un servicio de informaciones burocrtico y eseaparato, que lo acerca al aparato sovitico, lomantiene apartado de la vida del partido. Ycreyendo mover a los otros, l mismo es movidopor su propio aparato.

    Toda la prctica cotidiana del estado sovitico seinfiltra as en el aparato del partido e introduce enl el burocratismo. El partido, en cuanto

    colectividad, pierde el sentido de su poder pues nolo ejerce. De aqu surgen descontentos oincomprensiones, aun en el caso en que ese podersea ejercido de manera efectiva. Pero ese poderslo puede mantenerse en la lnea justa si no sediluye en detalles mezquinos y logra mantener uncarcter sistemtico, racional y colectivo. De esemodo, el burocratismo no solamente destruye lacohesin interna del partido sino que debilita laaccin necesaria de este ltimo sobre el aparatoestatal. Esto es lo que no observan ni comprendenla mayora de las veces los que reclaman con msardor para el partido el rol dirigente en el estado

    sovitico.

    (3)AGRUPAMIENTOS Y FRACCIONES

    El problema de los grupos y de las fracciones en elpartido se ha convertido en el eje central de ladiscusin. Dada su importancia intrnseca y suextrema virulencia, requiere ser tratado con totalclaridad, aunque hasta ahora ha sido planteado

    frecuentemente de manera errnea.

    Somos el nico partido del pas y, en el perodoactual de dictadura, no podra ser de otro modo. Lasdiferentes necesidades de la clase obrera, delcampesinado, del aparato estatal y de suscomponentes actan sobre nuestro partido, a travsdel cual tratan de buscar una expresin poltica. Lasdificultades y las contradicciones propias de nuestrapoca, el desacuerdo coyuntural de intereses entrelos diversos sectores del proletariado, o entre elproletariado y el campesinado, influyen sobre elpartido a travs de sus clulas obreras ycampesinas, del aparato estatal, de los jvenesestudiantes. Los matices de opinin, la diversidad

    de puntos de vista, aunque sean episdicos, puedenexpresar la presin de intereses socialesdeterminados y, en determinadas circunstancias,originar grupos estables. Estos grupos pueden, a suvez, tarde o temprano, adoptar la forma de

    fracciones organizadas que, al oponerse como talesal resto del partido, sean ms sensibles a laspresiones exteriores. Esa es la evolucin lgica delos grupos en un perodo en que el partidocomunista est obligado a monopolizar la direccinde la vida poltica.

    Cul es el resultado? Si no se quiere fracciones, nodebe haber grupos permanentes; si no se quieregrupos permanentes, es preciso evitar los gruposespordicos; finalmente, para que no haya gruposespordicos, no tiene que haber divergencias, puesdonde hay dos opiniones, fatalmente la gente tiendea agruparse. Pero, por otra parte, cmo es posibleevitar las divergencias en un partido de medio

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    9/44

    9

    milln de hombres que dirige el pas bajocondiciones excepcionalmente complicadas ypenosas? Esa es la contradiccin esencial, debida ala misma situacin del partido, de la dictadura delproletariado y que no se puede eliminar nicamentepor procedimientos puramente formales.

    Los partidarios del viejo curso que votan laresolucin del comit central con la conviccin deque todo seguir igual que antes razonan ms omenos as: observen cmo apenas comenzamos alevantar la tapa de nuestro aparato, sbitamentecomienzan a manifestarse en el partido tendenciasde todo tipo que tratan de agruparse; por lo tanto, espreciso poner rpidamente la tapa y cerrarhermticamente la olla. Gran cantidad dediscursos y artculos contra el fraccionalismoestn inspirados en este criterio tan estrecho. En sufuero interno, los partidarios del aparato estiman

    que la resolucin del comit central es, o un errorpoltico (y entonces debe impedirse por todos losmedios su aplicacin) o, si no, una maniobra (y enese caso se la debe utilizar). A mi entender, seengaan totalmente. Y si es una tctica capaz deintroducir la desorganizacin en el partido, es obrade aquellos que persisten en las viejasconcepciones, fingiendo la aceptacin respetuosade las nuevas.

    La elaboracin de la opinin pblica del partidonace inevitablemente de las contradicciones ydivergencias de criterios. Localizar dicha

    elaboracin en el aparato, que slo despus debesuministrar al partido el fruto de su trabajo enforma de directivas, rdenes, etc., significaesterilizar ideolgica y polticamente al partido.Hacer participar a todo el partido en la elaboraciny adopcin de las resoluciones es favorecer a losagrupamientos ideolgicos coyunturales que correnel riesgo de transformarse en grupos permanentes yhasta en fracciones. Cmo hacer? Es posible queno haya salida? Es posible que no haya para elpartido un camino intermedio entre el rgimen decalma y el de la divisin en fracciones? Lasolucin existe, y la tarea de la direccin consiste,

    cada vez que es necesario y particularmente en elmomento de las opciones, en elaborar la lnea quecorresponda a la situacin real del momento.

    La resolucin del comit central dice claramenteque el rgimen burocrtico es una de las causas delas fracciones. Esta es una verdad que ya nonecesita ser demostrada. El viejo curso estabamuy lejos de la democracia y sin embargo no pudopreservar al partido de la aparicin de fraccionesilegales de mejor manera que la difcil discusinactual, la cual, no se puede negarlo, puede conducira la formacin de grupos coyunturales o

    permanentes. Para evitarlo, es preciso que losrganos dirigentes del partido escuchen la opinin

    de las masas, no consideren a toda crtica como

    una manifestacin del espritu fraccional y no

    impulsen as a los comunistas conscientes y

    disciplinados a guardar sistemticamente silencio

    o a constituirse en fracciones.

    Pero, dirn los burcratas, esto es ni ms ni menosque una justificacin de episodios como el deMisnikov y sus partidarios. En primer lugar, lafrase que acabamos de enfatizar es una cita textualde la resolucin del comit central. Adems, desdecundo una explicacin equivale a unajustificacin? Decir que una lcera es el resultadode una circulacin sangunea defectuosa debida a laafluencia insuficiente de oxgeno no significa quese justifique la lcera y se la considere como unaparte normal del organismo humano. Hay una solaconclusin que extraer: es necesario escarificar ydesinfectar la herida y, sobre todo, abrir la ventana

    para permitir que el aire fresco proporcione eloxigeno necesario a la sangre. Pero lo malo es queel ala ms combativa del viejo curso estconvencida que la resolucin del comit central eserrnea, particularmente en su prrafo sobre elburocratismo considerado como motivo delfraccionalismo. Y si no lo dice abiertamente, esslo debido a razones propias de una mentalidadsaturada de formalismo, atributo esencial delburocratismo.

    Es indiscutible que, en la situacin actual, lasfracciones son un flagelo, y que los grupos, aun los

    coyunturales, pueden transformarse en fracciones.Pero la experiencia demuestra que no basta condeclarar que los grupos y las fracciones sonperjudiciales para Impedir su aparicin. Slo se losprevendr con una poltica justa, adaptada a lasituacin real.

    Basta estudiar la historia de nuestro partido, aunqueslo sea la del perodo de la revolucin, es decir ladel perodo en que la constitucin de fraccionesresultaba particularmente peligrosa, para observarque la lucha contra ese flagelo no puede limitarse asu condenacin y prohibicin formal.

    Fue en el otoo de 1917 cuando surgi en elpartido, a raz del problema fundamental de la tomadel poder, el desacuerdo ms peligroso. El ritmofebril de los acontecimientos imprimi una extremaintensidad a ese desacuerdo, que culmin casiinmediatamente con la constitucin de unafraccin. Quizs involuntariamente, los adversariosdel golpe de estado formaron un bloque conelementos que no pertenecan al partido, publicaronsus declaraciones en rganos externos, etc. En esemomento, la unidad del partido penda de un hilo.Cmo pudo ser evitada la escisin? Slo gracias a

    la rpida evolucin de la situacin y a su desenlacefavorable. La escisin se hubiera producido

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    10/44

    10

    inevitablemente si los acontecimientos se hubiesenprolongado y, con mayor razn, si la insurreccinhubiese terminado en una derrota. Bajo la firmedireccin de la mayora del comit central, elpartido, en una impetuosa ofensiva, pas porencima de la oposicin, muy poco numerosa pero

    cualitativamente muy fuerte, y adopt la plataformade Octubre. La fraccin y el peligro de una escisinfueron vencidos no por medio de decisionesformales basadas en los estatutos sino con la accinrevolucionaria.

    El segundo gran desacuerdo surgi con ocasin dela paz de Brest-Litovsk. Los partidarios de la guerrarevolucionaria constituyeron entonces unaverdadera fraccin que posea un organismocentral. Qu hay de cierto en la ancdota segn lacual Bujarin estuvo a punto, en un momento dado,de derrocar al gobierno de Lenin? No podra

    decirlo1. Lo cierto es que la existencia de unafraccin comunista de izquierda representabaentonces un peligro gravsimo para la unidad delpartido. Provocar una escisin no habra sido difcily no habra exigido por parte de la direccin ungran esfuerzo de inteligencia, pues bastaba conprohibir la existencia de la fraccin comunista deizquierda. Sin embargo, el partido adopt mtodosno tan simples: prefiri discutir, explicar,comprobar por medio de la experiencia y resignarsecoyunturalmente a esta amenazante anomala querepresentaba la existencia de una fraccinorganizada en su seno.

    El problema de la organizacin militar provocigualmente la constitucin de un grupo bastantefuerte y obstinado, que se opona a la creacin deun ejrcito regular con un aparato militarcentralizado, especialistas, etc. Por momentos, lalucha adquiri gran intensidad. Pero, al igual que enOctubre, el problema fue resuelto por laexperiencia: por la guerra misma. Ciertos errores yexageraciones de la poltica militar oficial fueron

    1 Posteriormente, Pravda del 21 de diciembre de 1923public una carta firmada por nueve de los ex comunistas

    de izquierda que aclara el problema. En una sesin delComit Ejecutivo de los Soviets, el socialistarevolucionario de izquierda Kamkov dice con un tonode broma a Bujarin y a Piatakov: Y bien, qu van ahacer ustedes si obtienen la mayora en el partido? Leninrenunciar y deberemos constituir juntos un nuevoConsejo de Comisarios del Pueblo. En ese caso, piensoque elegiremos a Piatakov como presidente Mstarde, el socialista revolucionario de izquierda Prochiandijo a Radek riendo: Usted no hace ms que escribirresoluciones. No sera ms simple detener a Lenindurante un da y declarar la guerra a los alemanes y luegoreelegirlo por unanimidad presidente del Consejo? Estasson las boutades que fueron presentadas como un

    proyecto de detener a Lenin.

    corregidos por la presin de la oposicin, y no slosin perjuicio sino con provecho para laorganizacin centralizada del ejrcito regular. Encuanto a la oposicin, poco a poco se fuedisgregando. Un gran nmero de sus representantesms activos participaron en la organizacin del

    ejrcito, donde en muchos casos ocuparon puestosimportantes.

    Otros grupos claramente individualizados seconstituyeron en la poca de la memorablediscusin sobre los sindicatos. Ahora que tenemosla posibilidad de abarcar con una sola mirada todoeste perodo y de entenderlo mejor a la luz de laexperiencia posterior, comprobamos que ladiscusin no estaba referida solamente a lossindicatos ni a la democracia obrera. Lo que seexpresaba en esas disputas era un profundomalestar que imperaba dentro del partido, cuya

    causa era la excesiva prolongacin del rgimeneconmico del comunismo de guerra, Toda laorganizacin econmica del pas estaba estancada.La discusin sobre el papel de los sindicatos y de lademocracia obrera ocultaba en realidad la bsquedade una nueva salida econmica. La solucinconsisti en la supresin de las requisas deproductos alimenticios y del monopolio de loscereales y en la hacer gradualmente independiente ala industria estatal en relacin con la tirana de lasdirecciones econmicas centrales. Esas decisioneshistricas fueron adoptadas por unanimidad ypusieron fin a toda discusin sindical dado que,

    como consecuencia de la instauracin de la NEP, elpapel de los sindicatos fue considerado en formadistinta. Algunos meses ms tarde, hubo quemodificar radicalmente la resolucin sobre lossindicatos.

    El grupo ms duradero y, en ciertos aspectos, mspeligroso fue el de la oposicin obrera. Reflej,desnaturalizndolas, las contradicciones delcomunismo de guerra, ciertos errores del partido,as como las dificultades objetivas esenciales de laorganizacin socialista. Pero esta vez tampoco selimit a una toma de posicin formal. Sobre los

    problemas de la democracia se adopt una decisinde principio, pero en lo relativo a la depuracin delpartido, se elaboraron medidas efectivas,extremadamente importantes, que satisfacan lo quehaba de justo y sano en la crtica y en lasreivindicaciones de la oposicin obrera. Y sobretodo, gracias a las decisiones y a las medidaseconmicas adoptadas por el partido (y cuyoresultado fue la desaparicin de las divergencias yde los grupos, el X Congreso pudo, con razonespara creer que su decisin no carecera de validez,prohibir formalmente la constitucin de fracciones.Pero, como lo demuestra la experiencia y el buen

    sentido poltico, es evidente que esa prohibicin,por s sola, no significaba ninguna garanta absoluta

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    11/44

    11

    ni tampoco seria contra la aparicin de nuevosagrupamientos ideolgicos y orgnicos. En estecaso, la garanta esencial es una direccin justa y laatencin puesta en las necesidades del momentoque se reflejan en el partido y la elasticidad delaparato, que no debe paralizar sino organizar la

    iniciativa del partido, que no debe temer a la crticani tratar de frenarla, por miedo al fraccionalismo.La decisin del X Congreso que prohibi lasfracciones no constituye por s sola una solucinpara todas las dificultades internas del partido.Sera un fetichismo organizativo creer quecualquiera que sea el desarrollo del partido, loserrores de la direccin, el conservadurismo delaparato, las influencias exteriores, etc., basta conuna decisin para preservarnos de losagrupamientos y de las perturbaciones ocasionadaspor la formacin de fracciones. Creer esto sera unaprueba de burocratismo.

    Un ejemplo evidente nos lo proporciona la historiade la organizacin de Petrogrado. Poco despus delX Congreso, que haba prohibido la constitucin deagrupamientos y fracciones, surge en Petrogradouna lucha muy enconada sobre el problemaorganizativo que dio origen a la formacin de dosagrupamientos netamente opuestos entre s. Aprimera vista, lo ms simple hubiese sido lanzar elanatema contra por lo menos uno de los dosagrupamientos. Pero el comit central se negcategricamente a emplear este mtodo, que se lesugera desde Petrogrado. Asumi el papel de

    rbitro entre los dos agrupamientos y, finalmente,logr asegurar no nicamente su colaboracin sinosu total fusin con la organizacin. Este es unejemplo importante que merece ser recordado y quepodra servir para iluminar a algunos cerebrosburocrticos.

    Hemos dicho antes que todo agrupamientoimportante y permanente dentro del partido, y conmayor razn toda fraccin organizada, tenatendencia a convertirse en el portavoz dedeterminados intereses sociales. Toda desviacinpuede, en el curso de su desarrollo, devenir la

    expresin de los intereses de una clase hostil osemihostil al proletariado. Ahora bien, elburocratismo es una. Desviacin, y una desviacinmalsana; esperemos que esta afirmacin no seacuestionada. En el momento en que esto ocurre,amenaza con desviar al partido de su lnea justa, desu lnea de clase; y aqu reside el peligro. Pero (yste es un hecho muy instructivo y a la vez uno delos ms alarmantes) los que afirman con mayornitidez, con mayor insistencia, y hasta brutalmente,que toda divergencia de criterios, todoagrupamiento de opinin, aun si es coyuntural, sonuna expresin de los intereses de las clases

    enemigas del proletariado, no quieren aplicar esecriterio al burocratismo.

    Y sin embargo, el criterio social estara, en estecaso, perfectamente justificado, pues elburocratismo es un mal bien determinado, unadesviacin notoria e incuestionablemente peligrosa,oficialmente condenada pero que no da muestras de

    desaparecer. Por otra parte es muy difcil lograr susbita desaparicin. Pero si, tal como lo dice laresolucin del comit central, el burocratismoamenaza con separar al partido de las masas y, porlo tanto, debilitar el carcter de clase del partido, esevidente que la lucha contra el burocratismo nopodra en ningn caso ser el resultado deinfluencias no proletarias. Por el contrario, laaspiracin del partido a conservar su carcterproletario inevitablemente debe engendrar laresistencia al burocratismo. Evidentemente, bajo laapariencia de esta resistencia, pueden manifestarsediversas tendencias errneas, malsanas, peligrosas.

    Y slo es posible descubrirlas por medio delanlisis marxista de su contenido ideolgico. Peroquien afirma que la resistencia al burocratismo seidentifica con una lucha de grupo que puede servirpara introducir en el partido influencias extraas aste, se convierte, por ello, en el canal de lasinfluencias burocrticas.

    Por otra parte, no hay que entender de manerademasiado simplista el pensamiento de quiensostiene que las divergencias del partido y, conmayor razn, los reagrupamientos no son otra cosaque una lucha de influencias de clases opuestas. En

    1920, la cuestin de la invasin de Polonia suscitdos corrientes de opiniones, una que preconizabauna poltica ms audaz, la otra que predicaba laprudencia. Constituan estas dos corrientesdiferentes tendencias de clase? No creo que puedaafirmarse tal cosa. Se trataba slo de divergenciasen la apreciacin de la situacin, de las fuerzas y delos medios. El criterio esencial era el mismo paraambas partes.

    Sucede con frecuencia que el partido est encondiciones de resolver un problema por diferentesmedios. Y si en este caso se producen discusiones,

    es para saber cul de esos medios es el mejor, elms expeditivo, el ms econmico. Segn elproblema en discusin, esas divergencias puedeninteresar a sectores considerables en el partido, peroesto no quiere decir necesariamente que exista unalucha entre dos tendencias de clase.

    Seguramente se producirn an numerososdesacuerdos, pues nuestro camino es arduo y tantolas tareas polticas como los problemas econmicosde la organizacin socialista originarninfaliblemente divergencias de opinin y deagrupamientos coyunturales. La verificacin

    poltica de todos los matices de opinin por mediodel anlisis marxista constituir siempre, para

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    12/44

    12

    nuestro partido, una de las medidas preventivas mseficaces. Pero es a esta verificacin marxistaconcreta a la que hay que recurrir y no a los clissque son instrumentos de defensa para elburocratismo. Se podr controlar mucho mejor laideologa poltica heterognea que hoy se levanta

    contra el burocratismo y depurarla de todos loselementos extraos y nocivos si se emprendeseriamente el camino del nuevo curso; pero estoser imposible sin un viraje serio en la mentalidad yen las intenciones del aparato del partido. De otromodo asistiremos a una nueva ofensiva del aparato,que rechazar toda crtica contra el viejo curso,que ha sido formalmente condenado pero an noliquidado, so pretexto de que se trata de una crticafraccional. Si es verdad que las fracciones sonpeligrosas (y en realidad lo son), entonces es delitocerrar los ojos ante el peligro representado por lafraccin conservadora burocrtica. Y es

    precisamente contra este peligro que est dirigidaen primer lugar la resolucin del comit central.

    Mantener la unidad del partido es la preocupacinprincipal para la gran mayora de los comunistas.Pero es necesario decir abiertamente que si existehoy un serio peligro para la unidad, o cuanto menospara la unanimidad del partido, ese peligro estrepresentado por el burocratismo desenfrenado. Deall se han levantado las voces provocadoras. Deall parti el atrevimiento de decir: no tenemosmiedo a la escisin. Son los representantes de estatendencia los que se alimentan del pasado,

    buscando en l todo aquello que pueda introduciruna mayor aspereza en la discusin; ellos reanimanartificialmente los recuerdos de la vieja lucha, de lavieja escisin para habituar insensiblemente alespritu del partido a la posibilidad de un delito tanmonstruoso, tan funesto, como puede serlo unanueva escisin. Se trata de oponer a la necesidad deunidad que es viva en el partido, la necesidad de unrgimen menos burocrtico.

    Si el partido se dejase influir, sacrificara as loselementos vitales de su democracia, se llegara auna lucha interna ms spera y resultara

    seriamente quebrantada su cohesin. No se puedepretender que el partido tenga confianza en elaparato cuando es el aparato el que no tieneconfianza en el partido. El problema radica aqu. La

    prejuiciosa desconfianza de la burocracia conrespecto al partido, a su conciencia y a su espritude disciplina, es la causa de todos los malesproducidos por el dominio del aparato. El partidono quiere las fracciones y nos las tolerar. Essimplemente monstruoso creer que el partido

    destrozar o permitir que alguien destroce suaparato. El partido sabe que el aparato estcompuesto por los elementos ms valiosos, queencarnan la mayor parte de la experiencia delpasado. Pero el partido quiere renovar el aparato, yrecuerda que es su aparato, que est elegidopor elpartido, y que no puede separarse de l.

    Reflexionando adecuadamente sobre la situacincreada en el partido y que se evidenci de modoclaro en el curso de la discusin, se ver que elporvenir se nos presenta bajo una dobleperspectiva: o el reagrupamiento ideolgico

    orgnico que se ha formado ahora en el partidosobre la base de las resoluciones del comit centralconstituye un paso adelante en el camino deldesarrollo orgnico de todo el partido, significa elcomienzo de un nuevo captulo (y sta es paratodos nosotros la solucin ms deseable y la msfecunda para el partido, que dar cuentas fcilmentede los excesos en la discusin y en la oposicin y,con mayor razn, de las tendencias democrticasvulgares), o bien, pasando a la contraofensiva, elaparato caer en cierta forma bajo los golpes de suselementos ms conservadores y, con el pretexto decombatir las fracciones, har retroceder al partido y

    restablecer la calma. Esta segunda eventualidades incomparablemente ms dolorosa; no impedir,como es obvio, el desarrollo del partido, pero estedesarrollo slo se dar al precio de grandesesfuerzos y de muy serios trastornos, pues estemtodo alimentar an ms las tendencias nocivas,que se oponen al partido y que amenazan condisolverlo. Tales son las dos eventualidades quedebemos considerar.

    Mi carta sobre el nuevo curso tena por finalidadayudar al partido a recorrer el primer camino, quees el ms justo y el ms econmico. Y mantengo

    totalmente sus trminos, rechazando todainterpretacin tendenciosa o falsa.

    Pravda, 28 de diciembre de 1923.

    (4)EL BUROCRATISMO Y LA REVOLUCIN

    (Proyecto de informe que el autor luego no redact)

    1.- Las condiciones esenciales que adems deobstaculizar la realizacin del ideal socialistamuchas veces constituyen para la revolucin unafuente de pruebas penosas y graves peligros sonsuficientemente conocidas. Ellas son: a) las

    contradicciones sociales internas de la revolucinque, en la poca del comunismo de guerra, eranautomticamente reprimidas pero que, bajo la NEP,se desarrollan fatalmente y tratan de encontrar unaexpresin poltica; b) la amenaza

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    13/44

    13

    contrarrevolucionaria que representan para larepblica sovitica los estados imperialistas.

    2.- Las contradicciones sociales de la revolucinson contradicciones de clase. Cules son las clasesfundamentales en nuestro pas? Ellas son: a) el

    proletariado; b) el campesinado; c) la nuevaburguesa, con el sector de intelectuales burguesesque la recubre.

    Desde el punto de vista econmico y poltico, elprimer lugar lo ocupa el proletariado organizado enestado y el campesinado que proporciona losproductos agrcolas, predominantes en nuestraeconoma. La nueva burguesa desempeaprincipalmente el papel de intermediario entre laindustria sovitica y la agricultura, as como entrelos diferentes sectores de esa industria y lasdiferentes ramas de la economa rural. Pero no se

    limita a ser un intermediario comercial sino queparcialmente asume tambin el papel deorganizador de la produccin.

    3.- Haciendo abstraccin de la rapidez deldesarrollo de la revolucin proletaria en occidente,la marcha de nuestra revolucin estar determinadapor el crecimiento proporcional de los treselementos fundamentales de nuestra economa:industria sovitica, agricultura, capital comercial eindustria privada.

    4.- Las analogas histricas con la gran RevolucinFrancesa (cada de los jacobinos) que establecen elliberalismo y el menchevismo, y con las queintentan consolarse, son superficiales einconsistentes. La cada de los jacobinos estabapredeterminada por la falta de madurez de lasrelaciones sociales: la izquierda (artesanos ycomerciantes arruinados), privada de la posibilidadde desarrollo econmico no poda constituir unapoyo firme para la revolucin; la derecha(burguesa) creca inevitablemente; adems,Europa, econmica y polticamente ms atrasada,impeda que la revolucin se extendiera ms all de

    los lmites de Francia.

    En todos estos aspectos, nuestra situacin esincomparablemente ms favorable. En nuestrocaso, el centro, juntamente con la izquierda de larevolucin, es el proletariado, cuyas tareas yobjetivos coinciden totalmente con la realizacindel ideal socialista. El proletariado es polticamentetan fuerte que, al permitir dentro de ciertos lmites,la formacin a su lado de una nueva burguesa,hace participar al campesinado en el poder delEstado no por intermedio de la burguesa y de lospartidos pequeos burgueses, sino directamente,

    cerrando de ese modo a la burguesa el acceso a lavida poltica. La situacin econmica y poltica de

    Europa no solamente no excluye sino que haceinevitable la extensin de la revolucin a suterritorio. Mientras que en Francia la poltica de losjacobinos, a pesar de ser la ms clarividente, eraincapaz de modificar radicalmente el curso de losacontecimientos, entre nosotros, donde la situacin

    es infinitamente ms favorable, la justeza de unalnea poltica trazada segn los mtodos delmarxismo ser por largo tiempo un factor decisivopara la salvaguardia de la revolucin.

    5.- Aceptemos la hiptesis histrica msdesfavorable para nosotros. Si se produjera unrpido desarrollo del capital privado, estosignificara que la industria y el comerciosoviticos, incluida la cooperacin, no aseguran lasatisfaccin de las necesidades de la economacampesina. Adems demostrara que el capitalprivado se interpone cada vez ms entre el estado

    obrero y el campesinado, y adquiere una influenciaeconmica, y por lo tanto poltica, sobre esteltimo. Es evidente que semejante ruptura entre laindustria sovitica y la agricultura, entre elproletariado y el campesinado, constituira un gravepeligro para la revolucin proletaria, un sntoma dela posibilidad de triunfo de la contrarrevolucin.

    6.- Cules son las vas polticas que podranconducir a la victoria de la contrarrevolucin si lashiptesis econmicas que acabamos de exponer serealizasen? Podra haber varias: la cada del partidoobrero, su degeneracin progresiva, unadegeneracin parcial acompaada de escisiones yde perturbaciones contrarrevolucionarias.

    La realizacin de una u otra de esas eventualidadesdepender sobre todo de la rapidez del desarrolloeconmico. En el caso en que el capital privadollegue poco a poco, lentamente, a dominar al capitalsovitico, el aparato sovitico sufrira posiblementeuna degeneracin burguesa con las consecuenciasque eso acarreara para el partido. Si el capitalprivado creciera rpidamente y llegase a ponerse encontacto, a soldarse con el campesinado, las

    tendencias contrarrevolucionarias activas dirigidascontra el partido probablemente prevaleceran.

    Si exponemos de forma cruda esas hiptesis, no esevidentemente porque las consideremoshistricamente probables (por el contrario, suprobabilidad es mnima) sino porque slo esamanera de plantear el problema permite unaorientacin justa y, en consecuencia, la adopcin detodas las medidas preventivas posibles. Nuestrasuperioridad, en cuanto marxistas, reside en nuestracapacidad de distinguir y de captar las nuevastendencias y los nuevos peligros, an en el caso de

    encontrarse todava en estado embrionario.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    14/44

    14

    7.- La conclusin de lo que acabamos de decirreferido al aspecto econmico nos remite alproblema de las tijeras, es decir a la organizacinracional de la industria, a su coordinacin con elmercado campesino. Perder el tiempo en estasituacin especfica significa reducir nuestra lucha

    contra el capital privado. Y sta es la tareaprincipal, la clave esencial del problema de larevolucin y del socialismo.

    8.- Si el peligro contrarrevolucionario surge (comohemos dicho) de ciertas relaciones sociales, esto nosignifica que, con una poltica justa no se puedaprevenir ese peligro (aun en condicioneseconmicas desfavorables para la revolucin),disminuirlo, alejarlo, aplazarlo. Ahora bien, lograraplazar un peligro puede ser la salvacin de larevolucin, al lograr asegurarle ya sea un virajefavorable para la economa interna ya sea el

    contacto con la revolucin victoriosa europea.

    Por eso, sobre la base de la poltica econmicaindicada anteriormente, es necesaria unadeterminada poltica del estado y del partido(incluida una determinada poltica dentro elpartido) que tenga por objeto contrarrestar laacumulacin y el reforzamiento de las tendenciasdirigidas contra la dictadura de la clase obrera yalimentadas por las dificultades y los fracasos deldesarrollo econmico.

    9.- La heterogeneidad de la composicin social denuestro partido refleja las contradicciones objetivasdel desarrollo de la revolucin, con las tendencias ypeligros que se derivan de ello:

    *las clulas de fbrica, que aseguran la vinculacinentre el partido y la clase fundamental de larevolucin, representan una sexta parte de losefectivos del partido;

    *pese a todos sus aspectos negativos, las clulas delas instituciones soviticas aseguran al partido ladireccin del aparato del estado; tambin su

    importancia es considerable; los viejos militantesparticipan en gran medida en la vida el partido atravs de estas clulas;

    *las clulas rurales dan al partido una ciertavinculacin (muy dbil an) con el campo;

    *las clulas militares realizan la vinculacin delpartido con el ejrcito y, a travs suyo, con elcampo (sobre todo);

    *finalmente, en las clulas de las instituciones de

    enseanza, todas esas tendencias e influencias semezclan y entrecruzan.

    10.-Por su composicin de clase, las clulas defbrica son, por supuesto, fundamentales. Perocomo slo constituyen una sexta parte del partido ysus elementos ms activos fueron retirados, para serafectados al aparato del partido o del estado, elpartido no puede, por desgracia, apoyarse

    nicamente (o ni siquiera preferentemente) en ellas.

    11.- Las tendencias contrarrevolucionarias puedenencontrar apoyo en los kulaks, los intermediarios,los revendedores, los concesionarios, en unapalabra, entre elementos mucho ms capaces deabsorber el aparato de estado que el propio partido.

    Slo las clulas campesinas y militares podranestar amenazadas por una influencia ms directa yhasta por una penetracin por parte de los kulaks.Sin embargo, la diferenciacin del campesinadorepresenta un factor capaz de contrarrestar esta

    influencia. La no admisin de los kulaks en elejrcito (comprendidas las divisiones territoriales)debe no slo seguir siendo una regla inviolable,sino tambin convertirse en un factor esencial de laeducacin poltica de la juventud rural, de lasunidades militares y sobre todo de las clulasmilitares.

    Los obreros asegurarn su papel dirigente en lasclulas militares oponiendo polticamente las masasrurales laboriosas del ejrcito con los sectoresrenacientes de los kulaks. Esta oposicin deber

    igualmente ser explicada. El xito de esta accinevidentemente depender, en definitiva, de lamedida en que la industria estatal logre satisfacerlas necesidades del campo.

    Pero cualquiera que sea la rapidez de nuestrodesarrollo econmico, nuestra lnea polticafundamental en las clulas militares debe estardirigida no slo contra la nueva burguesa, sinoante todo contra el sector de los kulaks, nicoapoyo serio y posible de todas las tentativascontrarrevolucionarias. Desde este punto de vista,es necesario un anlisis ms minucioso de los

    diferentes elementos del ejrcito desde el punto devista de su composicin social.

    12.- Es indudable que por medio de las clulasrurales y militares se infiltran y se infiltrarn en elpartido tendencias que reflejan ms o menos elcampo, con las caractersticas especiales que lodistinguen de la ciudad. Si no ocurriera as, lasclulas rurales no tendran ningn valor para elpartido.

    Las modificaciones del estado de nimo que semanifiestan en esas clulas constituyen para elpartido un aviso o una advertencia. Lasposibilidades de dirigir a esas clulas segn la lnea

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    15/44

    15

    del partido dependen de la justeza de la direccingeneral del partido as como de su rgimen internoy, finalmente, de nuestros xitos en la solucin delproblema decisivo.

    13.- El aparato de estado es la causa principal del

    burocratismo. Por una parte, absorbe a una grancantidad de los elementos ms activos del partido yensea a los ms capaces los mtodos deadministrar a los hombres y las cosas pero no ladireccin poltica de las masas. Adems acapara engran medida la atencin del aparato del partido, aquien influye con sus mtodos administrativos.

    Esa es la causa, en gran medida, del burocratismodel aparato, que amenaza con separar al partido delas masas. Precisamente este peligro es ahora elms evidente e inmediato. En las condicionesactuales, la lucha contra los otros peligros debe

    comenzar con la lucha contra el burocratismo.

    14.- Es indigno de un marxista considerar que elburocratismo es slo el conjunto de los maloshbitos de los empleados de oficina. Elburocratismo es un fenmeno social en tanto quesistema determinado de administracin de loshombres y de las cosas. Sus causas ms profundasson la heterogeneidad de la sociedad, la diferenciade los intereses cotidianos y fundamentales de losdiferentes grupos de la poblacin. El burocratismose complica debido a la carencia de cultura de las

    masas. Entre nosotros, la causa esencial delburocratismo reside en la necesidad de crear ysostener un aparato estatal que una los intereses delproletariado con los del campesinado en unaarmona econmica perfecta de la que an estamosmuy lejos. La necesidad de mantenerpermanentemente un ejrcito es tambin otra causaimportante del burocratismo.

    Es evidente que los fenmenos sociales negativosque acabamos de enumerar y que alimentan ahoraal burocratismo podran, si continuasen

    desarrollndose, poner en peligro a la revolucin.Ya mencionamos anteriormente esta hiptesis: elcreciente desacuerdo entre la economa sovitica yla economa campesina, el fortalecimiento de loskulaks en el campo, su alianza con el capitalcomercial e industrial privado seran, dado el nivel

    cultural de las masas trabajadoras del campo y enparte de la ciudad, las causas de los eventualespeligros contrarrevolucionarios.

    En otros trminos, el burocratismo en el aparato deestado y en el partido es la expresin de las peorestendencias inherentes a nuestra situacin, de losdefectos y de las desviaciones de nuestro trabajoque, bajo determinadas condiciones sociales,pueden socavar las bases de la revolucin. Y eneste caso, como en muchos otros, la cantidad,alcanzado un determinado grado, se transformaren calidad.

    15.- La lucha contra el burocratismo del aparatoestatal es una tarea excepcionalmente importante,pero que exige mucho tiempo, y ms o menosparalela a nuestras otras tareas fundamentales: lareconstruccin econmica y la elevacin del nivelcultural de las masas.

    El instrumento histrico ms importante para larealizacin de todas estas tareas es el partido.Evidentemente, el partido no puede prescindir delas condiciones sociales y culturales del pas. Pero,

    como organizacin voluntaria de vanguardia de losmejores elementos, los ms activos, los msconscientes de la clase obrera, puede, en muchamayor medida que el aparato de estado, prevenirsecontra las tendencias del burocratismo. Para ello,debe ver claramente el peligro y combatirlo sindescanso.

    De aqu la enorme importancia de la educacin dela juventud del partido, basada en la iniciativapersonal, si se quiere modificar el funcionamientodel aparato del estado y transformarlo.

    (5)TRADICION Y POLITICA REVOLUCIONARIA

    El problema de !as relaciones entre la tradicin y lapoltica del partido no es simple, sobretodo en laactualidad. En estos ltimos aos, hemos habladomuchas veces de la enorme importancia de latradicin terica y prctica de nuestro partido yhemos declarado que, en ningn caso, podamospermitir la ruptura de nuestra filiacin ideolgica.Pero debemos precisar bien el modo de concebir latradicin del partido. Para ello, comenzaremos con

    ejemplos histricos con los que reforzaremosnuestras conclusiones.

    Tomemos el clsico partido de la SegundaInternacional: la socialdemocracia alemana. Supoltica tradicional semisecular se basaba en laadaptacin del partido al rgimen parlamentario yen el crecimiento ininterrumpido de laorganizacin, de su prensa y de sus finanzas. Estatradicin, que no es totalmente extraa, tena uncarcter semiautomtico: cada da derivabanaturalmente del precedente y, tambin

    naturalmente, preparaba el siguiente. Laorganizacin creca, la prensa se desarrollaba y lasfinanzas aumentaban.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    16/44

    16

    En este automatismo se form toda la generacinque sucedi a Bebel: una generacin de burcratas,filisteos, espritus obtusos, cuya fisonoma polticase puso en evidencia apenas comenz la guerraimperialista. En cada uno de los congresos de lasocialdemocracia se hablaba invariablemente de la

    vieja tctica del partido consagrada por la tradicin.Y, en efecto, la tradicin era poderosa. Era unatradicin automtica, desprovista de espritu crtico,conservadora, que termin ahogando la voluntadrevolucionaria del partido.

    La guerra despoj definitivamente a la vida,poltica alemana de su tradicional equilibrio.Desde los primeros momentos de su existenciaoficial, el joven partido comunista entr en unperodo tempestuoso de crisis y perturbaciones. Sinembargo, en el curso de su historia relativamentecorta, es posible distinguir el papel no solamente

    creador sino tambin conservador de la tradicinque, en cada etapa, en cada viraje, se enfrenta conlas necesidades objetivas del movimiento y laconciencia crtica del partido.

    En el primer perodo de existencia del comunismoalemn, la lucha directa por el poder representabala tradicin, la tradicin heroica. Los terriblesacontecimientos de marzo de 1921 revelaron que elpartido no tena todava suficientes fuerzas comopara alcanzar ese objetivo. Hubo que cambiar detctica y emprender la lucha por las masas antes derecomenzar la lucha directapor el poder.

    Ese cambio fue difcil de realizar, pues se opona auna nueva tradicin. Actualmente, en el partidoruso, se recuerdan todas las divergencias decriterios, incluso las ms insignificantes, quesurgieron en el partido o en su comit centraldurante estos ltimos aos. Quiz convendratambin recordar la diferenciacin fundamental quese manifest durante el III Congreso de laInternacional Comunista. Es evidente ahora que elviraje que se produjo entonces bajo la direccin deLenin, a pesar de la resistencia encarnizada de unsector inicialmente considerable de la mayora del

    congreso, salv literalmente a la Internacional delaniquilamiento y de la disgregacin con que eraamenazada por el izquierdismo automtico,desprovisto de espritu crtico, que, en un brevelapso de tiempo, se haba constituido en rgidatradicin.

    Despus del III Congreso, el Partido ComunistaAlemn realiz, con bastante dificultad, el virajenecesario. Entonces comienza el perodo de luchapara ganarse a las masas bajo la consigna del frentenico, con largas negociaciones y otrosprocedimientos pedaggicos. Esta tctica dur ms

    de dos aos y suministr excelentes resultados.Pero, al mismo tiempo, esos nuevos procedimientos

    prologados de propaganda se transforman en unanueva tradicin semiautomtica, cuyo papel fuemuy importante en los acontecimientos del segundosemestre de 1923.

    En la actualidad, es incuestionable que el periodo

    que va desde mayo (comienzo de la resistencia enel Ruhr) o desde julio (aplastamiento de esaresistencia) hasta noviembre, momento en que elgeneral Seeckt toma el poder, constituye en la vidade Alemania una fase de crisis muy neta y sinprecedentes. La resistencia que la Alemaniarepublicana semimoribunda de Ebert-Cuno habaintentado oponer al militarismo francs esaplastada, arrastrando tras ella al lastimosoequilibrio social y poltico del pas. La catstrofedel Ruhr desempe en cierta medida para laAlemania democrtica el mismo papel que cincoaos antes desempe para el rgimen de los

    Hohenzollern la derrota de las tropas alemanas.

    Desvalorizacin inusitada del marco. Caoseconmico, efervescencia e incertidumbregenerales, disgregacin de la socialdemocracia,aflujo constante de obreros a las filas comunistas,espera generalizada de un golpe de estado Si elpartido comunista hubiese modificado bruscamentela orientacin de su trabajo y hubiese consagradolos cinco o seis meses que le conceda la historia auna preparacin directa poltica, orgnica y tcnicade la toma del poder, el desenlace de losacontecimientos habra sido muy distinto del que se

    produjo en noviembre.

    Pero el partido alemn haba entrado en la nuevafase de esta crisis, quizs sin precedentes en lahistoria mundial, armado slo con losprocedimientos utilizados durante los dos aosprecedentes y que estaban destinados, por medio dela propaganda, a estabilizar su influencia sobre lasmasas. En ese momento haca falta una nuevaorientacin, un nuevo tono, una nueva forma deabordar a las masas, una nueva interpretacin y unanueva aplicacin del frente nico, nuevos mtodosde organizacin y de preparacin tcnica, en una

    palabra un brusco viraje tctico. El proletariadotendra que haber visto en accin a un partidorevolucionario que se encaminase directamente a laconquista del poder.

    Pero el partido alemn continuaba, al fin decuentas, su poltica de propaganda, aunque a unaescala ms vasta. Slo en octubre tom una nuevaorientacin. Pero entonces ya le quedaba muy pocotiempo para desarrollar su iniciativa. Imprimi a supreparacin un ritmo febril, la masa no pudoseguirlo, la inseguridad del partido se contagi alproletariado y, en el momento decisivo, el partido

    se neg a combatir.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    17/44

    17

    Si el partido cedi sin resistencia posicionesexcepcionales, ello ocurri principalmente porqueno supo, a comienzos de la nueva fase (mayo-juliode 1923) liberarse del automatismo de su polticaanterior, establecida como si debiese durar muchosaos, y plantear decididamente en la agitacin, la

    accin, la organizacin y la tcnica, el problema dela toma del poder.

    El tiempo es un elemento muy importante enpoltica, particularmente en una pocarevolucionaria. Muchas veces se necesitan aos ydecenas de aos para recuperar algunos mesesperdidos. Lo mismo nos hubiese ocurrido anosotros si nuestro partido no hubiese tomado lainiciativa en abril de 1917 y no se hubieseapoderado del poder en octubre. Sin embargo,tenemos motivos para creer que el proletariadoalemn no pagar demasiado cara su vacilacin,

    pues la estabilidad del actual rgimen alemn, sobretodo a consecuencia de la situacin internacional,es ms que dudosa.

    Es evidente que, como elemento conservador, comopresin automtica del pasado sobre el presente, latradicin representa una fuerza extremadamenteimportante al servicio de los partidosconservadores, y profundamente hostil para unpartido revolucionario. Toda la fuerza de esteltimo radica, precisamente, en su libertad enrelacin con el tradicionalismo conservador. Estono significa de ningn modo que sea libre con

    respecto a la tradicin en general. Pero la tradicinde un partido revolucionario es algo muy diferente.

    Si se considera, por ejemplo, a nuestro partidobolchevique en su pasado revolucionario y en elperodo siguiente a Octubre, se reconocer que sucualidad tctica ms importante y valiosa es suaptitud inigualable para orientarse rpidamente,para cambiar de tctica, para renovar su armamentoy para aplicar nuevos mtodos, en una palabra, paraoperar bruscos virajes. Las difciles condicioneshistricas hicieron necesaria esta tctica, y el geniode Lenin le imprimi una forma superior. Esto no

    quiere decir que nuestro partido est totalmentelibre de un cierto tradicionalismo conservador: unpartido de masas no puede tener semejante libertadideal. Pero su fuerza se manifest en el hecho deque el tradicionalismo, la rutina, estaban reducidosal mnimo debido a una iniciativa tcticaclarividente, profundamente revolucionaria, a lavez audaz y realista. En esto consiste, y debeconsistir, la verdadera tradicin del partido.

    La burocratizacin ms o menos grande del aparatodel partido se ve acompaada inevitablemente deldesarrollo del tradicionalismo conservador con

    todos sus efectos. Es preferible exagerar estepeligro que subestimarlo. El hecho de que los

    elementos ms conservadores del aparato tiendan aidentificar sus opiniones, sus decisiones, susprocedimientos y sus faltas con el viejobolchevismo e intenten asimilar la crtica delburocratismo a la destruccin de la tradicin, esindudable y constituye por s mismo la expresin

    incuestionable de una cierta petrificacinideolgica.

    EI marxismo es un mtodo de anlisis histrico, deorientacin poltica, y no un conjunto de decisionespreparadas de antemano. El leninismo es laaplicacin de este mtodo a las condiciones de unapoca histrica excepcional. Es precisamente estaalianza de las particularidades del momento con elmtodo lo que determina la poltica audaz, segurade s misma, de los giros bruscos, cuyos ms altosejemplos nos fueron dados por Lenin y que lmismo en varias oportunidades explic y generaliz

    en el plano terico.

    Marx deca que los pases adelantados ofrecen encierta medida la imagen del porvenir de los pasesatrasados. De esta proposicin condicional seintent hacer una ley absoluta que estuvo en la basede la filosofa del menchevismo ruso. Por eso sele fijaba al proletariado lmites que derivaban no dela marcha de la lucha revolucionaria sino de unesquema mecnico. Y el marxismo mencheviqueera y sigue siendo nicamente la expresin de lasnecesidades de la sociedad burguesa, expresinadaptada a una democracia atrasada. En realidad,

    Rusia, debido a los fenmenos extremadamentecontradictorios de su economa y su poltica, resultser la primera en recorrer el camino de larevolucin proletaria.

    Ni Octubre, ni Brest-Litovsk, ni la creacin de unejrcito campesino regular, ni el sistema de requisade los productos alimenticios, ni la NEP, ni el plandel estado fueron ni podan ser previstos opredeterminados por el marxismo o el bolchevismoantes de Octubre. Todos esos hechos y todos esosvirajes fueron el resultado de la aplicacinautnoma, independiente, crtica, caracterizada por

    el espritu de iniciativa, de los mtodos delbolchevismo en una situacin a cada momentodiferente.

    Cada decisin, antes de ser adoptada, suscitabagrandes discusiones. La mera referencia a latradicin nunca fue un factor decisivo. Ante cadanueva tarea, en cada nuevo giro, no s trata debuscar en la tradicin una respuesta inexistente sinode aprovechar toda la experiencia del partido paraencontrar por s mismo una nueva solucinconveniente a la situacin y, de ese modo,enriquecer la tradicin. Tambin se puede decir que

    el leninismo consiste en no mirar hacia atrs, en no

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    18/44

    18

    dejarse influir por los precedentes, referencias ycitas puramente formales.

    El propio Lenin expres recientemente estepensamiento con una frase de Napolen: onsengage et puis on voit. Dicho de otro modo, una

    vez embarcado en la lucha, no ocuparse demasiadode los modelos y de los precedentes, profundizar enla realidad tal cual es y buscar en ella las fuerzasnecesarias para la victoria y las vas que conducen aella. Por seguir esta lnea, Lenin fue acusado en supropio partido, no una vez sino decenas de veces,de violar la tradicin y repudiar el viejobolchevismo.

    Recordemos que los otsovistas intervenaninvariablemente con el pretexto de la defensa de lastradiciones bolcheviques contra la desviacinleninista (se encuentran materiales muy interesantes

    sobre este terna en la Krsnaia Ltopis, nmero 9).Bajo la gida del viejo bolchevismo, en realidadbajo la gida de la tradicin formal, ficticia,errnea, todo lo que haba de rutinario en el partidose sublev contra las tesis de abril de Lenin. Unode los historiadores de nuestro partido (loshistoriadores de nuestro partido no tienen hasta elmomento mucha suerte) me deca en el momentoms crucial de los acontecimientos de Octubre: Noestoy con Lenin porque soy un viejo bolchevique ysigo siendo partidario de la dictadura democrticadel proletariado y del campesinado. La lucha delos comunistas de izquierda contra la paz de

    Brest-Litovsk y a favor la guerra revolucionariatambin se hizo en nombre de la integridad de latradicin revolucionaria del partido, de la purezadel viejo bolchevismo que haba que proteger delos peligros del oportunismo de estado. Es intilrecordar que toda la crtica de la oposicin obreraconsisti, en suma, en acusar al partido de violar lasviejas tradiciones. Recientemente hemos visto a losintrpretes ms oficiales de las tradiciones delpartido en el problema nacional entrar encontradiccin con las necesidades de la poltica delpartido en lo referente a ese problema as como conla posicin de Lenin.

    Se podra multiplicar estos ejemplos, dar grancantidad de otros histricamente menos importantespero igualmente convincentes. Lo que acabamos dedecir es suficiente para demostrar que cada vez quelas condiciones objetivas exigen un nuevo giro, unviraje audaz, una iniciativa creadora, la resistenciaconservadora manifiesta una tendencia natural aoponer a las nuevas tareas, a las nuevascondiciones, a la nueva orientacin, las viejastradiciones, el pretendido viejo bolchevismo, enrealidad la envoltura vaca de un perodo queacabamos de dejar atrs.

    Cuanto ms cerrado en s mismo est el partido,ms impregnado est del sentimiento de suimportancia intrnseca, reacciona ms lentamenteante las necesidades de las bases y tiende ms aoponer la tradicin formal a las nuevas necesidades,a las nuevas tareas. Y si hay algo capaz de asestar

    un golpe mortal a la vida espiritual del partido y ala formacin doctrinal de la juventud, ese algo es latransformacin del leninismo, mtodo que requiereen su aplicacin iniciativa, pensamiento crtico yaudacia ideolgica, en un dogma que slo exigeintrpretes escogidos de una vez para siempre.

    No podra concebirse el leninismo sin poderterico, sin un anlisis crtico de las basesmateriales del proceso poltico. Es preciso aguzar yaplicar incesantemente el arma de la investigacinmarxista. En esto consiste la tradicin, y no en lasustitucin del anlisis por una referencia formal o

    una cita casual. El leninismo no podra conciliarsecon la superficialidad ideolgica y la negligenciaterica.

    No se puede fragmentar el pensamiento de Lenin encitas apropiadas para todos los casos, pues paraLenin la frmula nunca estaba por encima de larealidad, siempre era el instrumento que permiteaprehender la realidad y dominarla. Se puedeencontrar fcilmente en Lenin decenas y centenaresde pasajes que formalmente parecen contradecirse.Pero hay que observar no la relacin formal de untexto con otro sino la relacin real de cada uno de

    ellos con la realidad concreta en la cual la frmulaha sido introducida como una palanca. La verdadleninista es siempre concreta.

    Como sistema de accin revolucionaria, elleninismo presupone un sentido revolucionarioestimulado por la reflexin y la experiencia y queequivale, en el campo social, a la sensacinmuscular en el trabajo fsico. Pero no hay queconfundir el sentido revolucionario con el olfatooportunista. Este ltimo puede aportar xitosefmeros, algunas veces hasta sensacionales; peroes un instinto poltico de orden menor, que siempre

    tiende hacia la lnea de menor resistencia. Mientrasque el leninismo trata de plantear y resolver losproblemas revolucionarios fundamentales, desuperar los principales obstculos, su contrapartidademaggica consiste en eludir los problemas, ensuscitar un apaciguamiento ilusorio, en adormecerel pensamiento crtico.

    El leninismo es ante todo el realismo, la mejorapreciacin cualitativa y cuantitativa de la realidad,desde el punto de vista de la accin revolucionaria.Tambin es inconciliable con la evasin de larealidad, la pasividad, la prdida de tiempo, la

    justificacin altiva de los errores del pasado con elpretexto de salvar la tradicin del partido.

  • 7/31/2019 El Nuevo Curso- Leon Trotsky

    19/44

    19

    El leninismo es la independencia verdadera conrespecto a prejuicios, al doctrinarismo moralizador,a todas las formas del conservadurismo espiritual.Pero creer que el leninismo significa que todo estpermitido sera un error irreparable. El leninismo