el revisionismo y la revolución espontánea

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El revisionismo y la revolución espontánea Revolución o Barbarie El revisionismo y la revolución espontánea Revolución o Barbarie “Es, pues, completamente natural e inevitable que en una época semejante, 1

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De por qué el revolucionismo y la barbarie conforman un todo sintético entre lo real y lo necesario para lo real.

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El revisionismo y la revolucin espontnea Revolucin o BarbarieEl revisionismo y la revolucin espontnea

Revolucin o Barbarie

Es, pues, completamente natural e inevitable que en una poca semejante, en una poca de huelgas polticas en escala nacional, la insurreccin no pueda adoptar la antigua forma de actos aislados, limitados a un lapso de tiempo muy breve y a una zona muy reducida. Es completamente natural e inevitable que la insurreccin tome formas ms elevadas y complejas de una guerra civil prolongada y que abarca a todo el pas, es decir, de una lucha armada entre dos partes del pueblo. Semejante guerra no puede concebirse ms que como una serie de pocas grandes batallas, separadas unas de otras por intervalos relativamente considerables y una gran cantidad de pequeos encuentros librados durante estos intervalos.

(Lenin, La guerra de guerrillas).

La totalidad de los destacamentos que componen el Movimiento Comunista Internacional, exceptuando el ala izquierda del maosmo, conciben la revolucin proletaria como un suceso espontneo que tendr lugar cuando se produzca una situacin revolucionaria, la cual tambin se dar, segn su concepcin, de forma espontnea. Partiendo de esta premisa determinista-espontanesta defienden que la tarea inmediata de los comunistas pasa por dirigirse al movimiento espontneo de masas, participar en sus luchas de resistencia, para acumular fuerzas (algunos sectores minoritarios defienden que tambin es necesario estimular a las masas mediante acciones armadas desvinculadas de las propias masas, es decir, mediante el terrorismo individual), esperando a que llegue ese momento revolucionario para ponerse al frente del movimiento de masas y dirigir a la clase obrera a la conquista del poder poltico. La tarea de los comunistas no es, de esta forma, preparar las condiciones para desarrollar la revolucin proletaria, sino realizar una actividad economicista, esperando a que llegue ese momento que nadie sabe cmo llegar.

Tal concepcin est evidentemente alejada por completo de la experiencia histrica de la Revolucin Proletaria Mundial. El proletariado no desarrolla conciencia de clase revolucionaria por s solo ni por su participacin en las luchas de resistencia, lo cual impide la posibilidad de una revolucin espontnea y hace necesario la existencia del sujeto revolucionario, del Partido Comunista como fusin de vanguardia y masas, para poder desarrollar la revolucin proletaria de la nica forma posible, es decir, de forma consciente. Sin embargo, el hecho de que la prctica, la cual constituye el criterio de la verdad, muestre que semejante concepcin espontanesta-insurreccionalista defendida por el revisionismo no se ajusta a la realidad no impide que, como hemos dicho al principio, la prctica totalidad de las organizaciones autodenominadas comunistas (marxistas-leninistas, trotskistas, comunistas de izquierda, etc.) compartan dicha visin. Esto hace necesario que tengamos que remitirnos a los orgenes de esta tesis para buscar las razones de su hegemona en el seno del Movimiento Comunista.

Origen del paradigma insurreccional espontneo: desarrollo de la revolucin desde 1789

Las bases de la concepcin proletaria del mundo, del marxismo, se elaboran a finales de la dcada de los aos 40 del siglo XIX, en plena poca de desarrollo del ciclo revolucionario burgus en Europa occidental, que transcurre de 1789 a 1871, esto es, desde el inicio de la Revolucin Francesa hasta la insurreccin de la Comuna de Pars. Esto tuvo como consecuencia que determinadas concepciones vigentes en el movimiento revolucionario de esta etapa histrica influyesen en la configuracin del socialismo cientfico. Una de estas concepciones que pasaron a formar parte del acervo de la concepcin proletaria del mundo fue el concebir la revolucin social como una insurreccin producida de forma espontnea, idea que posteriormente, en la poca ya de la revolucin proletaria, se afianzara tras una mala asimilacin de las experiencias revolucionarias en Rusia por parte del Movimiento Comunista.

El origen de esta visin se halla en el modelo de revolucin imperante en esta etapa histrica, que es el de la Revolucin Francesa de 1789, el de la revolucin burguesa, que da inicio al ciclo revolucionario de la burguesa. Esta no fue la primera revolucin liberal de la historia. Ms de un siglo antes ya haba tenido lugar en las Provincias Unidas (actual Holanda) y en Inglaterra, y una dcada antes en Norteamrica. Pero precisamente es lo que distingue la revolucin en Francia de las anteriores, junto con la cercana de esta con respecto al surgimiento del movimiento obrero, lo que hace que su paradigma penetrase en el movimiento revolucionario del proletariado.

En junio de 1789, el Tercer Estado (que agrupaba a burguesa, pequea burguesa, campesinado y proletariado, dirigidos todos ellos por la primera clase social) se autoproclama Asamblea Nacional, que a principios de julio adopta el nombre de Asamblea Nacional Constituyente. A continuacin se produce la toma de la Bastilla por las masas parisinas y en el campo francs se produce un levantamiento de las masas campesinas contra el feudalismo (periodo denominado como el Gran Miedo), que llevar a la supresin de los derechos feudales en agosto del mismo ao, aunque con muchas limitaciones que hacan que en la prctica aquellos continuasen existiendo en gran medida. Con estos acontecimientos daba comienzo la Revolucin.

Desde este ao hasta 1792 la caracterstica principal del proceso es el intento de alcanzar un compromiso por parte de la gran burguesa con la aristocracia, siguiendo el ejemplo de la Revolucin inglesa. Pero la oposicin al mismo por parte de la mayora de la aristocracia y del rey, Luis XVI, que representaba los intereses de esta clase, sumndole a esto el empuje ejercido desde abajo por parte de las masas populares, que rechazaban la poltica de compromiso y buscaban llevar la revolucin hasta el final, hicieron imposible el pacto.

Cuando la nobleza y el monarca recurren al exterior, a las potencias absolutistas, para acabar con la revolucin y se desata la guerra contrarrevolucionaria contra Francia, las masas cobran un mayor protagonismo en el desarrollo de la revolucin. En agosto de 1792 el pueblo asalta el Palacio de las Tulleras, acabando con la monarqua, y la revolucin entra en una nueva fase. Las posibilidades de pacto entre burguesa y aristocracia desaparecen por completo. En este periodo, un sector de la burguesa, representado por los jacobinos, consciente de que no era posible vencer a la aristocracia sin la alianza con las masas populares, establece dicha coalicin. Esto posibilitar la toma del poder por esta fraccin burguesa, que se corresponde con la mediana burguesa, frente a la gran burguesa, representada por los girondinos, que eran los que posean el poder poltico desde 1792 y se oponan a una participacin activa del pueblo en la revolucin, temerosos de que esto perjudicase sus intereses de clase, lo cual les llevaba a adoptar una postura vacilante frente a la reaccin.

Y de esta forma, mediante la coalicin formada entre la burguesa revolucionaria y el pueblo, nace en 1793 la Repblica del ao II. Durante este periodo los jacobinos, bajo la presin de los sans-culottes -las masas populares de las ciudades formadas por tenderos, artesanos y obreros- y el campesinado, llevaron a cabo una serie de medidas tales como la aplicacin del terror revolucionario dirigido contra las fuerzas reaccionarias, la direccin planificada de la economa, la eliminacin completa del feudalismo, la movilizacin de las masas contra la reaccin, etc.

Finalmente, se produjeron disensiones entre la burguesa revolucionaria y los sans-culottes, y en el seno de los propios sans-culottes, fruto de las contradicciones existentes entre burguesa y masas populares, en el primer caso, y dentro de las propias masas populares, en el segundo, al constituir estas un grupo heterogneo. Esto llev a los jacobinos a eliminar a los sectores polticos ms prximos a los sans-culottes, como los hbertistes y los enrags, lo que tuvo como consecuencia la ruptura de la alianza entre la mediana burguesa revolucionaria y el pueblo, dejando va libre para que la reaccin termidoriana triunfase y pusiese fin a este periodo revolucionario.

Esta etapa, la del gobierno revolucionario de los jacobinos apoyados por la sans-culotterie, que acabamos de exponer resumidamente, es lo que distingue la Revolucin Francesa del resto de revoluciones burguesas y tiene como consecuencia el influjo de la misma sobre el movimiento proletario revolucionario. Aunque este perodo revolucionario fue breve en el tiempo -poco ms de un ao-, las medidas revolucionarias de la Repblica del ao II, medidas que en ciertos aspectos fueron ms all de la revolucin burguesa, haban sido ya suficientes para que su experiencia, y con ella el paradigma insurreccional de la Revolucin Francesa, influyese y marcase a los intelectuales y movimientos revolucionarios del proletariado durante todo el siglo XIX. As, la insurreccin como forma de conquistar el poder poltico pasara a ser asumido por todos estos dirigentes y movimientos revolucionarios.

En 1796, dos aos despus del triunfo de la reaccin, se organiza la Conspiracin de los Iguales dirigida, entre otros, por Babeuf y Buonarroti. Este movimiento buscaba la implantacin de una comunidad de bienes y trabajos, mediante una insurreccin, siendo as el primer movimiento comunista de la Edad Contempornea. Ese mismo ao fue desmantelado por el Directorio, y sus lderes fueron condenados a muerte o a la deportacin (en el caso de Babeuf, este fue ejecutado, mientras que Buonarroti fue deportado). Este ltimo se encargara de difundir el babuvismo, la corriente del comunismo utpico formada por las aportaciones tericas de los Iguales, que influira en importantes organizaciones y dirigentes del movimiento revolucionario del siglo XIX como la Liga de los Justos y Blanqui. De esta forma el babuvismo constituye un enlace directo entre la experiencia de la Revolucin Francesa y el movimiento obrero del siglo siguiente.

Pero la Revolucin de 1789 tambin inaugur todo un ciclo de la revolucin burguesa en el Occidente europeo que produjo oleadas revolucionarias espontneas en los aos 1820, 1830 y, la ms importante de ellas, en 1848. En 1820 se produce un pronunciamiento militar en Espaa que dara lugar a la instauracin del Trienio Liberal. Con el influjo de este hecho se producen sublevaciones en la Pennsula Itlica, concretamente en Npoles y en el Piamonte, y en Portugal. Al ao siguiente, en 1821, se produce otra insurreccin en Grecia, que estaba bajo dominio del Imperio Otomano, que iniciara el camino hacia su independencia. En 1830 se produce otro periodo revolucionario, cuya intensidad es superior a la de 1820. En este ao se produce una insurreccin en Francia que dara lugar a la creacin de la monarqua de Julio y la revolucin se expande a Blgica, Polonia, Pennsula Itlica, etc.

En esta dcada de los aos 30 se crean las primeras organizaciones revolucionarias de la clase obrera, como la Sociedad de las Estaciones en Francia o la Liga de los Justos en Alemania. A finales del mismo decenio aparece el cartismo en Inglaterra, que constituye el primer movimiento de masas proletario. A la vez, durante esta misma poca tambin se producen los primeros levantamientos obreros espontneos en ciudades y regiones de estos pases, como los de Pars, Lyon, Silesia, etc. Todo esto supone un desarrollo del proletariado en el sendero hacia su independencia poltica en pleno ciclo revolucionario de la burguesa.

En 1848 tiene lugar la ltima oleada revolucionaria liberal en Europa occidental y la de mayor envergadura de todas ellas. Al igual que en el ao 1830, la revolucin comienza en Francia con la cada de la monarqua y la instauracin de la II Repblica. Rpidamente las revoluciones se expanden por gran parte de Europa: Austria, Italia, Hungra, Alemania, etc. En este contexto se produce la insurreccin obrera de junio en Pars, que es reprimida brutalmente por la burguesa. Este perodo revolucionario llegara a su final en 1849, al ser aplastadas las ltimas llamas de la revolucin por la reaccin.

Durante todos estos acontecimientos que se producen en Europa de 1789 a 1848 existe un entrelazamiento entre las revoluciones burguesas y el movimiento obrero. Este se manifiesta en el surgimiento del babuvismo en el seno de la Revolucin Francesa, que influye en las primeras organizaciones revolucionarias proletarias que se crean en el siglo XIX y en la participacin de la clase obrera y de los revolucionarios proletarios en las revoluciones burguesas que se producen durante la primera mitad de dicho siglo. Los propios fundadores del socialismo cientfico, Marx y Engels, comienzan su actividad poltica en la dcada de los 40 y, durante la revolucin de 1848, darn apoyo crtico a la revolucin burguesa (ya que ese es el carcter de la revolucin pendiente) en Alemania a travs de la Nueva Gaceta Renana.

Esta es una poca donde la revolucin est a la orden del da, donde la revolucin es algo real que se materializa cada cierto tiempo de forma espontnea. Como consecuencia de esto el movimiento obrero asume para s mismo que la revolucin es algo que se produce espontneamente. Pero lo que es vlido para la revolucin burguesa no lo es para la revolucin proletaria. El modo de produccin capitalista se desarrolla en el seno del modo de produccin anterior, el feudal, por ello la burguesa acaba tomando el poder poltico tarde o temprano. No sucede, en cambio, lo mismo con el modo de produccin comunista, el cual no se desarrolla dentro del sistema capitalista. Su implantacin tiene que ser un proceso consciente desde un principio y contra de la sociedad burguesa: comenzando con la creacin de los instrumentos revolucionarios de la clase explotada, pasando por el periodo de transicin que es la dictadura revolucionaria del proletariado, hasta finalmente alcanzar la sociedad comunista. Por este motivo no es posible una revolucin socialista espontnea a diferencia de las revoluciones liberales.

Continuando con la historia del desarrollo de la revolucin durante el siglo XIX, llegamos al ao 1871. En este ao culmina el ciclo revolucionario burgus en Europa occidental. Y termina tras la unificacin nacional de Italia y Alemania y el hecho que nos interesa en la conformacin del paradigma insurreccional de la revolucin: la insurreccin de la Comuna de Pars.

Con la Comuna el proletariado parisiense tom el poder poltico, instaurando la primera dictadura proletaria de la historia. Lo excepcional es que esta conquista del poder se hizo mediante el modelo de la revolucin burguesa: la insurreccin espontnea.

Durante el desarrollo de la Guerra Franco-Prusiana, que transcurre durante 1870-1871, se crea un vaco de poder en Pars cuando las autoridades francesas y el ejrcito abandonan la capital y firman un armisticio con Prusia. Las masas obreras parisienses se oponen a esta poltica de capitulacin y a la Asamblea Legislativa compuesta por una mayora de monrquicos que amenazaba la pervivencia de la Repblica. Ante esta situacin, cuando el gobierno intenta desarmar a la Guardia Nacional, formada en su inmensa mayora por los proletarios de Pars y encargada de la defensa de la ciudad, esta responde con la insurreccin y la clase obrera se hace con el poder. A partir de este momento existe un doble poder: la Comuna de Pars, como poder proletario, y el gobierno establecido en Versalles, como poder burgus. La Comuna consigue resistir durante algo ms de 2 meses hasta ser finalmente aplastada por la reaccin burguesa a sangre y fuego, dejando un saldo de decenas de miles de comuneros asesinados.

El hecho de que los obreros parisinos pudiesen conquistar el poder poltico en 1871 mediante el modelo revolucionario de la burguesa, la insurreccin espontnea, se debe a una excepcionalidad causada por la conjugacin de dos circunstancias. La primera es la existencia de un vaco de poder en la capital francesa, que se hallaba sitiada por el ejrcito prusiano, tras el derrumbamiento del II Imperio de Napolen III y el abandono de la ciudad por parte del gobierno de defensa nacional que se forma tras la cada del Imperio. Esto posibilita que el proletariado pueda llenar ese vaco con su propio poder poltico. La otra circunstancia que permite el triunfo de la insurreccin espontnea es la existencia de un destacamento armado de la clase obrera, que es la Guardia Nacional. Ninguna de estas dos circunstancias fueron creadas conscientemente por la clase explotada, sino que se produjeron en el desarrollo de una guerra entre potencias burguesas. El vaco de poder es fruto de los continuos reveses militares de Francia frente a Prusia y la creacin de la Guardia Nacional es obra de la burguesa con el objetivo de disponer de una organizacin armada que contribuya a la defensa de la ciudad frente a las tropas prusianas. De esta forma, no fue el proletariado el que se dot de su propia organizacin armada ni el que con su prctica cre el vaco de poder previo, sino que los obreros fueron maniobrando con los elementos que le venan dados durante el desarrollo de la guerra entre Francia y Prusia. Esto, que fue lo que permiti el triunfo de la insurreccin, constitua al mismo tiempo sus lmites, puesto que las masas proletarias iban a la zaga de los acontecimientos, lo cual no posibilit la iniciativa de las mismas una vez se hicieron con el poder y al final llev a la derrota de la experiencia de la Comuna.

La Comuna de Pars contribuy a forjar el paradigma insurreccional que adoptara el Movimiento Comunista, pero la experiencia de la Revolucin Proletaria Mundial ms determinante en ello an estaba por llegar.

Como ya mencionamos anteriormente, en Europa occidental el ciclo revolucionario de la burguesa, iniciado con la Revolucin Francesa, lleg a su final en el ao 1871. Pero en Europa oriental y en Asia, que haban permanecido ajenas a este ciclo burgus, el periodo de la revolucin burguesa comenz en 1905 con la revolucin en Rusia, continuando con la revolucin en Persia en 1905-1911, en Turqua en 1908, en China en 1911 y con la segunda revolucin democrtico-burguesa en Rusia en febrero de 1917 [1]. Y ser en este ciclo revolucionario de la burguesa cuando se produzcan las experiencias revolucionarias rusas, incluida la Revolucin Socialista de Octubre de 1917, que acabaron configurando el modelo de revolucin espontnea asumido por el movimiento revolucionario del proletariado.

A finales de 1904 y principios de 1905 la agitacin de las masas en Rusia estaba en crecimiento debido a la duras condiciones de existencia, empeoradas por la guerra ruso-japonesa. En enero de 1905, una manifestacin obrera congregada de forma pacfica frente al Palacio de Invierno, residencia del Zar, fue reprimida a tiros por el ejrcito, causando centenares de muertos y miles de heridos. Era el Domingo Sangriento y este daba comienzo a la revolucin en el territorio del Imperio zarista. Desde este ao hasta 1907 se sucederan de forma intermitente las huelgas, las manifestaciones, los enfrentamientos armados, las insurrecciones, las ocupaciones de tierras, los motines en el ejrcito -como el del acorazado Potemkin-, etc. Este movimiento tendra su punto lgido a finales de 1905 con la huelga poltica de Octubre y la insurreccin de diciembre en Mosc.

Aunque dicha revolucin tuvo un carcter democrtico-burgus por los objetivos que se propona, la fuerza dirigente de la misma fue el proletariado, no obstante fuese una direccin espontnea no liderada por ninguna organizacin poltica, a pesar del papel no desdeable jugado por los bolcheviques. Que la fuerza principal fuese la clase obrera posibilit que en el desarrollo de esta revolucin contra la autocracia zarista y el semifeudalismo apareciesen los primeros soviets de la historia. El primero de ellos se cre en mayo, en Ivanovo-Voznesensk, durante el transcurso de una huelga. Pero no ser hasta la huelga poltica de Octubre y la creacin del Soviet de Petersburgo en el desarrollo de la misma cuando el modelo sovitico se extender por las ciudades, incluida Mosc, y zonas mineras del Imperio Ruso, crendose tambin soviets de soldados y campesinos, aunque en una cantidad e importancia muchsimo inferior que la de los soviets de obreros. Los soviets, cuyos embriones fueron los comits de huelga, rpidamente se convirtieron en rganos de poder poltico, legislando y asumiendo funciones de direccin.

Finalmente, tras el punto ms alto alcanzado por la revolucin a finales de 1905, la represin zarista se ci sobre los soviets, acabando con ellos entre diciembre de ese mismo ao y enero de 1906. A partir de aqu comenz el largo declive de la oleada revolucionaria iniciada con los hechos del Domingo sangriento. A lo largo del ao 1906 se produciran algunos levantamientos aislados hasta que en 1907 la revolucin llegara completamente a su final.

De este modo, el rgimen zarista logr mantenerse en el poder capeando la revolucin mediante la combinacin de la concesin de una serie de reformas (el establecimiento de la Duma, la legalizacin de partidos polticos, el sufragio universal masculino, etc.) con la represin violenta sobre el movimiento revolucionario de masas.

Sin embargo, el impacto producido por la revolucin de 1905 dej huella en las masas oprimidas del Imperio Ruso y fue determinante para que se produjese la segunda revolucin democrtico-burguesa rusa en 1917. Lo ms importante de la revolucin de 1905 desde el punto de vista de la revolucin proletaria fue que supuso la aparicin del organismo mediante el cual el proletariado ejercera su poder poltico, el soviet, que reaparecera en Rusia con la revolucin de 1917. Los soviets permitan al proletariado tomar sus decisiones tras una discusin abierta y elegir a sus representantes (los cuales tenan un mandato imperativo y podan ser revocados en cualquier momento por los obreros), adems de aplicar en la prctica las decisiones previamente acordadas. Junto con todo esto, la revolucin de 1905 tambin fue un momento determinante de la constitucin del partido proletario de nuevo tipo, el POSDR(b), que sera el instrumento esencial que en 1917 permitira conducir la revolucin burguesa de febrero hacia la revolucin socialista de octubre.

Doce aos despus de la primera revolucin burguesa rusa, en febrero de 1917 las masas rusas volvieron a levantarse. Desde la finalizacin de la ola revolucionaria iniciada en 1905, el movimiento de masas haba vivido en Rusia un periodo de reflujo que solo haba conocido un periodo de auge entre 1912 y 1914, que fue abortado con el inicio de la I Guerra Mundial y el contagio del sentimiento patritico entre la clase obrera. Pero poco despus volvieron a comenzar las huelgas como consecuencia de la bajada del nivel de vida. Para 1917, tras tres aos de guerra imperialista, las condiciones de vida del proletariado haban empeorado considerablemente -los alimentos escaseaban, el precio de los mismos haba crecido, haba carencia de viviendas, la jornada laboral haba aumentado, etc.-, Rusia haba sufrido varias derrotas militares y ms de un milln y medio de soldados haban muerto en el frente. Ante esta situacin, a principios de 1917 se produjeron una serie de huelgas y manifestaciones que se convirtieron en una insurreccin de masas. Las tropas enviadas por el Estado zarista para reprimir el levantamiento, tras unos enfrentamientos en los primeros das con los huelguistas, se negaron a continuar con la represin y se unieron al movimiento revolucionario. Con la situacin fuera de su control el Zar abdic. Triunfaba as la segunda revolucin burguesa rusa con la cada de la monarqua zarista. Para sustituir al Zar en el ejercicio del poder burgus se cre el comit de la Duma, que despus establecera un gobierno provisional.

Pero, en el desarrollo de esta revolucin democrtico-burguesa y en el vaco de poder que se cre, tambin volvieron a aparecer los soviets. El primero de ellos se cre en la ciudad de Petersburgo, y la iniciativa de su constitucin correspondi en parte a las propias masas proletarias, que conservaban el recuerdo de la experiencia de la gestin de su poder poltico en los soviets de 1905, y en parte a los dirigentes de los partidos obreros, principalmente los mencheviques. Y, rpidamente, desde Petersburgo los soviets se extendieron por todas las ciudades y zonas industriales del Imperio ruso, creados tambin por decisin de los dirigentes de los partidos socialistas en combinacin con el movimiento de masas.

De esta forma, la revolucin de febrero de 1917 se saldaba con la constitucin de dos poderes: el poder burgus, representado por el gobierno provisional, y el poder obrero, representado por los soviets. Pero estos ltimos, al estar la mayora de ellos controlados por los oportunistas mencheviques y socialrevolucionarios (incluido el Soviet de Peterburgo, que era el ms importante y el cual ejerca influencia sobre el resto de soviets), delegaban su poder en el gobierno provisional. A pesar de que los soviets disponan de los resortes del poder (el Soviet de Petersburgo controlaba a las tropas o los ferrocarriles, legislaba en el mbito laboral, etc.), los mencheviques y eseristas hacan de ellos simples rganos de control sobre el gobierno burgus (en el caso del Soviet de Petersburgo) y sobre las Dumas de las ciudades (en el caso de los soviets locales), ya que, en base a la tesis de mencheviques y socialrevolucionarios (segn la cual, el carcter de la revolucin era y deba seguir siendo burgus), era al gobierno provisional al que le corresponda ejercer el poder poltico. Es decir, convertan a los soviets en los rganos a travs de los cuales la pequea burguesa y la aristocracia obrera, a las cuales representaban estos partidos, defendan sus intereses de clase presionando e influyendo a los gobiernos de la burguesa (a partir del mes de mayo entrarn ellos mismos en el gobierno burgus).

Aun as, no todos los soviets tenan este carcter. Desde la formacin de los soviets algunos ejercan el poder poltico efectivo en exclusiva, es decir, eran verdaderos rganos de poder (sobre todo en aquellos donde los bolcheviques tenan la mayora desde un primer momento). Estos dirigan el abastecimiento de alimentos, expropiaban fbricas, expropiaban a los terratenientes, creaban las guardias rojas, etc. Tambin se crearon en las empresas los consejos de fbrica, en los cuales los bolcheviques tuvieron una influencia importante desde un principio, a diferencia de lo que ocurri en los soviets. En muchos casos, estos consejos tambin se hicieron con el control y direccin de las fbricas.

La historia de la Revolucin Rusa desde febrero a octubre de 1917 es la historia de la lucha de los bolcheviques por conquistar a las masas obreras que se organizaban en los soviets, eliminando la influencia que los oportunistas mencheviques y socialrevolucionarios ejercan sobre ellas y transformando la conciencia de estas a conciencia revolucionaria (y como consecuencia de esto, convertir a los soviets en verdaderos rganos de poder poltico efectivo). Las especiales condiciones existentes en Rusia permitieron que el desarrollo de este proceso pudiese realizarse en lneas generales de forma pacfica, con la excepciones de las jornadas de julio (las cuales demostraron la imposibilidad del triunfo de la insurreccin proletaria sin la existencia de verdaderos rganos de Nuevo Poder y la direccin de un Partido Comunista, ya que el POSDR(b) fue a la zaga de los acontecimientos) y el golpe de Estado del general Kornilov en septiembre. Aun as, los soviets estaban armados desde un principio tanto por la participacin de soldados en ellos como por la creacin de milicias obreras propias, los guardias rojos.

La experiencia de las masas en la gestin de su poder y el compromiso de los oportunistas con el poder burgus -que por ello vaciaban de contenido a los soviets- hicieron que los bolcheviques fueran ganando progresivamente ms influencia. Cuando los bolcheviques se hicieron con la mayora en los soviets (lo cual ocurri en septiembre), la situacin estaba lista para lanzar la insurreccin, que se produjo finalmente en octubre. De este modo se inici la guerra civil revolucionaria, en la cual se produjo el enfrentamiento militar entre el poder proletario defendido por los bolcheviques y el poder burgus defendido por el movimiento blanco; una guerra civil revolucionaria que finalizara con el triunfo de la dictadura revolucionaria del proletariado sobre la dictadura de la burguesa.

La insurreccin de Octubre no fue una insurreccin espontnea, sino que fue una insurreccin preparada, dirigida e iniciada por el POSDR(b). Pero los rganos del nuevo poder proletario, los soviets, cuya existencia permitieron realizar la insurreccin, haban sido creados de forma externa a los bolcheviques. Es decir, no haban sido creados por el Partido Comunista sino que haban sido creados en el desarrollo de una revolucin burguesa espontnea, revolucin que an estaba pendiente en la Rusia de 1917 tras el fracaso de la revolucin de 1905. Este surgimiento de los soviets en la revolucin burguesa de febrero a travs de la iniciativa de las masas y de los dirigentes socialistas es lo que posibilit que, al existir un partido proletario de nuevo tipo en Rusia, este ltimo pudiera transformarlos en un poder poltico efectivo de la clase obrera y que, una vez conseguido esto, se pudiera lanzar la insurreccin para eliminar el poder burgus y conquistar el poder poltico para la clase obrera en todo el pas, lo cual se lleva a cabo mediante la guerra civil revolucionaria contra la burguesa.

En las revoluciones en Rusia se vuelve a presentar de forma ntida el mismo paradigma que durante el ciclo revolucionario burgus en Europa occidental [2], que no es otro que el entrelazamiento entre las revoluciones burguesas (las cuales son espontneas) con la revolucin proletaria (la cual es consciente). As, la primera aparicin de los soviets en la historia se produce en la revolucin burguesa de 1905 y los crean los propios obreros en el desarrollo de su movimiento espontneo. Esto permite que en la segunda revolucin burguesa, en febrero de 1917, se vuelvan a crear los soviets, esta vez ya con participacin de los partidos obreros en su generacin. A su vez, esto permite que el POSDR(b) conquiste a las amplias masas proletarias mediante la experiencia de estas en la gestin de su poder y pueda dirigir la insurreccin para el establecimiento de la dictadura proletaria en el territorio del antiguo Imperio zarista.

La circunstancia de que los rganos de poder de las masas proletarias surgieran en el desarrollo de una revolucin burguesa, y por tanto espontnea, y sin la intervencin del Partido Comunista, har que el modelo revolucionario espontanesta-insurreccional, que ya estaba arraigado en el movimiento obrero por el desarrollo de este durante el ciclo de la revolucin burguesa en Europa occidental, tal como ya hemos explicado, se extienda y se afiance en el movimiento comunista. Movimiento que nace adems con la Revolucin de Octubre y que por ello recoge los presupuestos de la misma. Aunque de forma limitada, poniendo el acento en los elementos espontneos y no en los conscientes.

Pero la inviabilidad de la insurreccin para conquistar el poder sin el previo establecimiento de los rganos del Nuevo Poder quedar rpidamente demostrada en Europa y en China en los aos siguientes a la Revolucin de 1917. Durante la oleada revolucionaria que sigue a la revolucin en Rusia se producirn insurrecciones en Alemania, Bulgaria y en otros pases.

En Alemania, en noviembre de 1918, se produce un levantamiento que se salda con la abdicacin del emperador Wilhelm II y la creacin de consejos (llamados rte) de obreros, de soldados y de campesinos por parte del movimiento espontneo de masas, bajo el influjo de la Revolucin de Octubre. La mayora de los consejos estaban controlados por el Partido Socialdemcrata Alemn (SPD), que, al igual que hicieron los mencheviques y eseristas en Rusia con los soviets, los utilizaban para defender los intereses de clase de la aristocracia obrera y la pequea burguesa y, a la vez, ejercan el poder desde el gobierno provisional, formado por el SPD y el Partido Socialdemcrata Independiente de Alemania (USPD), escisin del anterior que adoptaba una posicin intermedia conciliadora y centrista entre el SPD y las organizaciones obreras revolucionarias. Estos consejos no eran, por tanto, rganos de poder poltico de la clase obrera. Solo en un nmero pequeo de consejos tenan el control los revolucionarios vinculados a la Liga Espartaquista y otros grupos revolucionarios y actuaban, consiguientemente, como efectivo poder poltico del proletariado. Ante esta situacin, cuando en enero de 1919 los obreros de Berln se lanzan a la insurreccin sin la previa existencia del poder poltico obrero, esta es aplastada rpidamente por la reaccin. En estos acontecimientos el Partido Comunista de Alemania (KPD), que acaba de constituirse, fue a la zaga de los acontecimientos y acab pagando con el asesinato de cientos de sus miembros, entre ellos sus dirigentes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Solo en las regiones donde los consejos no estaban bajo control del SPD pudieron crearse Repblicas de Consejos, como fue el caso de Baviera, cuya duracin en el tiempo fue muy breve. Esto se debi en muy gran medida a la inmadurez del KPD, que no contaba con la experiencia del POSDR(b) (constituido en un proceso de lucha de dos lneas contra el revisionismo a lo largo del tiempo), y no pudo transformar los consejos en rganos de Nuevo Poder e infundir conciencia revolucionaria en las amplias masas de la clase obrera.

En Hungra, en 1918, tambin llegarn los ecos de la Revolucin sovitica y se crearn consejos de obreros, campesinos y soldados de forma espontnea. Estos estaban controlados tambin por socialdemcratas, lo que impeda su constitucin como verdaderos organismos de poder poltico. A la vez, el Partido Socialdemcrata tambin formaba parte del gobierno, junto con otros partidos burgueses. Ante el aumento de la influencia de los comunistas en los consejos y la imposibilidad del gobierno para controlar la situacin, este cede el poder a una coalicin formada entre el Partido Socialdemcrata y el Partido Comunista. Dicha alianza lleva a cabo la transformacin de estos consejos en verdaderos organismos de poder poltico del proletariado y crea la Repblica de Consejos de Hungra. Esta experiencia durar unos meses, desde marzo a agosto de 1919, cuando tras las derrotas militares frente a Rumana y los errores cometidos por los revolucionarios el gobierno caera y se suprimiran los consejos. (En este episodio histrico, como en la Comuna de Pars, la burguesa -en este caso la hngara- fue socorrida por otras burguesas, sobre todo la rumana, que envi tropas de ocupacin a Budapest para aplastar la revolucin. Y es que, a la hora de la verdad, las distintas burguesas nacionales forjan cuantas alianzas sean necesarias para machacar al proletariado.)

En las experiencias alemana y hngara los soviets tambin surgen por la accin espontnea del movimiento obrero de masas, pero este se debe a la influencia que la Revolucin de Octubre ejerci sobre el proletariado europeo y mundial. Las masas a las que les haban llegado las noticias de la formacin de soviets en Rusia imitaron el ejemplo ruso y crearon sus propios rganos. Aunque, como ya hemos mencionado, en su mayora estaban controlados por la socialdemocracia, que tambin ejerca el poder burgus desde el gobierno, y por lo tanto no eran verdaderos rganos de Nuevo Poder de la clase proletaria. Solo en los casos donde los soviets no estaban controlados por la socialdemocracia -Baviera- o donde los comunistas pudieron imponer a la socialdemocracia un pacto -Hungra-, pudo la clase obrera tomar el poder momentneamente. Pero, debido a la debilidad de los Partidos Comunistas recin creados en estos pases, la existencia de estas Repblicas socialistas fue muy breve (apenas unos meses de existencia).

En los aos siguientes se producirn otros levantamientos insurreccionales en Alemania, como el de la regin del Ruhr en marzo-abril de 1920, las tentativas insurreccionales del KPD en marzo de 1921 y la insurreccin en Hamburgo en octubre de 1923. Estas insurrecciones, al no existir Nuevo Poder proletario y, por consiguiente, no poseer conciencia revolucionaria las amplias masas del proletariado, fracasarn. En otros pases europeos (como Bulgaria en 1923 y Estonia en 1924) y en China (durante los aos 1925-1927), tambin tendrn lugar insurrecciones partiendo de las mismas condiciones, las cuales, por dicho motivo, tambin fracasarn.

A pesar de estos numerosos y continuos fracasos, el movimiento comunista internacional asumira el paradigma espontanesta de la revolucin debido a lo explicado en este epgrafe, es decir, el surgimiento del marxismo y del movimiento obrero durante el desarrollo del ciclo revolucionario burgus que transcurre de 1789 a 1871, al entrelazamiento de las experiencias revolucionarias del proletariado con las revoluciones burguesas (tanto en Europa occidental como en Rusia) y a una asimilacin deficitaria de la experiencia de la Revolucin de 1917. Sin embargo, habra dentro del MCI una excepcin que veremos en el tercer epgrafe y que abrira el camino hacia la conformacin de la estrategia revolucionaria del proletariado para la conquista del poder. Pero antes trataremos la concepcin de la revolucin vigente hoy en da en la casi totalidad del movimiento comunista internacional a travs del ejemplo de varios destacamentos que lo integran; una concepcin fundada en esta visin espontnea del proceso revolucionario.

El MCI y la revolucin espontnea en la actualidad

El ala ms derechista del Movimiento Comunista Internacional hace mucho tiempo que abandon tanto prctica como tericamente cualquiera pretensin de llevar a cabo la revolucin, de destruir el Estado de la burguesa y sustituirlo por un Estado del proletariado organizado en base a los rganos del Nuevo Poder. En vez de este objetivo, tienen como pretensin la gestin del aparato estatal de la burguesa, de la dictadura del capital, para desde esa posicin introducir ciertas reformas en el sistema. Reformas que cuando llegan al poder ni siquiera realizan.

En este sector derechista se encuadran, por ejemplo, a nivel europeo las organizaciones que forman el Partido de la Izquierda Europea (a las que, en su inmensa mayora, podra catalogrseles como los restos del eurocomunismo -PCE, PCF, etc.- y de los partidos del bloque socialista del Este de Europa -PCRM, KSCM, etc.-). Pero tambin hay organizaciones coaligadas con organizaciones del PIE que proceden de otras corrientes, como es el caso del PCOF, que proviene de la corriente pro-albanesa y forma parte del Front de gauche, o el KOE, que proviene del ala derecha del maosmo e integra la coalicin griega Syriza. Algunas de estas organizaciones que forman el PIE han gobernado incluso sus respectivos pases, como es el caso del PCRM en Moldavia y del AKEL en Chipre. A nivel extra-europeo hay otros ejemplos de partidos comunistas que gobiernan o han gobernado estados burgueses, como el SACP en Sudfrica, que gobierna ese pas en alianza con el Congreso Nacional Africano y la central sindical COSATU desde hace 20 aos, o el PCI y el PCI(marxista) en la India, que han gobernado Estados de ese pas como Bengala Occidental y Kerala durante aos hasta su reciente debacle electoral. El nmero de partidos que han abandonado el objetivo de la revolucin por completo es muy amplio. A los ya mencionados anteriormente se les podran sumar como ejemplos el CPUSA en los EE UU, el Partido Comunista Japons, el Partido Comunista de Brasil, el Partido Comunista de la Federacin Rusa, etc.

En este texto no entraremos en el anlisis de la lnea de estas organizaciones, ya que no contemplan la revolucin de ninguna de las maneras. Aqu trataremos la posicin de aquellos destacamentos que, defendiendo en el plano terico la revolucin para el establecimiento del Estado obrero, tienen una concepcin espontanesta de la misma y por tanto estn incapacitados para dirigir a la clase obrera a la toma del poder; es decir, de organizaciones que estn a la izquierda de este sector ultraderechista mayoritario en el MCI.

En el mbito internacional, el destacamento que en los ltimos tiempos ha conseguido agrupar tras de s a las organizaciones procedentes del revisionismo pro-sovitico que en el mbito terico an defienden la revolucin socialista a la vez que desarrollan una prctica sindicalista, es el Partido Comunista de Grecia (KKE). Esta organizacin se ha erigido en una especie de gua ideolgica para un sector del MCI donde se encuentran partidos tales como el PCPE, el TKP turco, el Partido Comunista de Mxico, etc. Esto tiene sus causas en que el KKE, tras el derrumbe de la URSS y del campo socialista del Este de Europa, mantuvo su retrica formalmente marxista-leninista, rompiendo con los elementos ms degenerados del revisionismo pro-sovitico (realizando una crtica limitada y oportunista al PCUS y a la URSS revisionista, ya que, por ejemplo, la consideran socialista hasta 1989-1991) y no deslizndose hacia el eurocomunismo-socialdemocracia, como hicieron otros partidos pro-soviticos. A la vez, conserv su base social, manteniendo su influencia en el movimiento obrero y sus resultados electorales y su presencia en las instituciones del Estado burgus griego [3]. Adems, adopt una posicin activa en el seno del MCI, promoviendo los Encuentros Internacionales de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) a partir de 1998.

Este partido, el KKE, en su ltimo congreso, el 19., celebrado en abril de 2013, aprob su Programa que, como dicen al principio del mismo, desarrolla la estrategia general del KKE por el socialismo. En l muestran sus concepciones acerca del proceso revolucionario, concepciones que beben directamente del paradigma espontanesta vigente durante el finiquitado Ciclo de Octubre.

Para este partido la crisis revolucionaria se produce de forma objetiva sin intervencin del movimiento revolucionario proletario en su gestacin, sin intervencin del factor subjetivo. As, dicen lo siguiente:

La situacin revolucionaria es un factor creado objetivamente. () No es posible predecir de antemano los factores que conducirn a la situacin revolucionaria. La profundizacin de la crisis econmica, la agudizacin de las contradicciones interimperialistas que incluso pueden convertirse en conflictos militares, pueden crear tales condiciones en Grecia.

Son factores externos a la iniciativa del proletariado organizado en movimiento revolucionario, como la crisis econmica o la guerra inter-imperialista, los que ponen como ejemplos para la creacin de esta situacin. Para ellos, el factor subjetivo nicamente se puede manifestar cuando se produce la crisis revolucionaria:

El KKE trabaja en la direccin de la preparacin del factor subjetivo en la perspectiva de la revolucin socialista, aunque el perodo de su manifestacin est determinado por las condiciones objetivas, la situacin revolucionaria.

Por tanto, el movimiento comunista, en poca no revolucionaria, apenas se diferenciara de un sindicato a la espera de que llegase la poca revolucionaria por causas ajenas al propio movimiento comunista.

Partiendo de esta concepcin, su actividad, la cual definen en el Programa como preparacin del factor subjetivo, solamente se puede basar en la acumulacin de fuerzas de las masas obreras mediante las luchas de resistencia hasta que llegue la crisis revolucionaria (que reconocen que no saben ni cmo, ni por qu, ni cundo se producir) para ponerse al frente de la clase obrera con el objetivo de la conquista del poder por parte de esta. As, el KKE lucha para la el fortalecimiento de lo que denomina Alianza Popular, que se corresponde con el movimiento de masas de carcter resistencial, con conciencia de clase en s. En la Resolucin Poltica, aprobada en el 19. Congreso, afirman:

La Alianza Popular responde a la cuestin de la organizacin de la lucha para rechazar las medidas antilaborales antipopulares brbaras, reuniendo fuerzas y lanzando una lucha de contraataque para tener algunos logros, en el camino de la lucha por el derrocamiento del poder de los monopolios. () En estas condiciones se organiza y se coordina para la resistencia, la solidaridad, la supervivencia.

Es decir, conciben la Alianza Popular como el movimiento organizado para llevar a cabo las luchas de resistencia de las masas frente a las medidas del Estado burgus y para la consecucin de reformas. Pese a que encuadren estas luchas en el camino hacia la conquista del poder, esta actividad tradeunionista imposibilita la consecucin de dicho objetivo.

Esta estrategia del proceso de toma del poder (conformada por una prctica sindicalista y conjugada con una concepcin espontanesta de la revolucin) que defiende el KKE, fue la que se asent en el movimiento comunista desde prcticamente su fundacin (por las causas expuestas en el primer epgrafe de este texto). Este fue y es uno de los factores principales que ha llevado al movimiento revolucionario de la clase obrera a su situacin actual de postracin y derrota. La casi totalidad de las organizaciones comunistas se dedican a participar en las luchas de resistencia de la clase obrera y obvian por completo la preparacin del factor subjetivo, del Partido de Nuevo Tipo entendido como movimiento proletario revolucionario de masas, para que una vez constituido sea este el que comience la lucha revolucionaria por el establecimiento del poder poltico de la clase obrera. El KKE, aunque concibe la preparacin del factor subjetivo -si bien simplemente como acumulacin de masas con conciencia de clase no revolucionaria, con conciencia de clase en s-, defiende que este solo se puede manifestar cuando se produzca la crisis revolucionaria de forma espontnea. Por ello, se deja a la pura espontanedad la posibilidad de organizar la revolucin.

La prctica sindical, es decir, la participacin/direccin por parte de los comunistas en las luchas de resistencia econmica de la clase obrera como base de su accionar poltico, no puede generar movimiento revolucionario. Esto se debe a que la clase obrera no adquiere conciencia de clase revolucionaria mediante las luchas de resistencia, esto es, las luchas contra las medidas del gobierno burgus, por mejoras de las condiciones de vida, contra despidos, etc. Tampoco adquiere la clase proletaria conciencia de clase para s mediante la agitacin realizada por los comunistas. Lo primero porque esas luchas no van a la raz, no se producen contra el sistema socio-econmico capitalista, sino que solamente se dirigen contra algunas de sus consecuencias y, por tanto, no rebasan el propio marco de las relaciones capitalistas. Como consecuencia de ello, las masas que participan en dichas luchas se conforman con pelear por las reivindicaciones parciales e inmediatas y no se cuestionan la existencia del modo de produccin capitalista. La agitacin como la presentacin a las masas de programas donde se recogen en ellos una serie de medidas a realizar, a su vez, no genera conciencia revolucionaria, puesto que las masas precisan la materializacin de las transformaciones sociales para convencerse de la necesidad de la conquista del poder y no las simples promesas de un futuro mejor realizadas por la vanguardia. Frente a esto, las amplias masas proletarias solo adquieren conciencia revolucionaria mediante su experiencia en la gestin de su poder, tal y como lo demuestra la experiencia de la Revolucin Proletaria Mundial y como veremos y analizaremos en el tercer y ltimo epgrafe del texto.

En el caso del KKE, en el ao 1999 impuls la creacin del Frente Militante de Todos los Trabajadores, ms conocido por sus siglas: PAME. Esta organizacin sindical, la segunda ms importante de Grecia, cuenta con una gran influencia entre las masas, contando con centenares de miles de afiliados, y ha convocado decenas de huelgas generales en el pas heleno desde el comienzo de la crisis econmica de 2008. Sin embargo, por los propios lmites del sindicalismo, este frente sindical no puede ir ms all de la lucha de resistencia y no constituye, evidentemente, ningn embrin de movimiento revolucionario. El KKE, a lo mximo que puede aspirar (como todas las organizaciones economicistas), es a traducir la influencia que ejercen en el movimiento de resistencia de las masas en votos en las elecciones a las instituciones parlamentarias del Estado burgus. Aunque ni siquiera a eso alcanza la actividad de estas organizaciones en el mbito sindical. En el supuesto concreto del KKE, los votos que obtiene son considerablemente inferiores al nmero de militantes del PAME.

Tambin hay que recordar que en las elecciones generales del ao 2012 se produjo un trasvase de votos considerable desde el KKE a Syriza, debido a la posibilidad de esta ltima formacin de alcanzar el gobierno (de las elecciones de mayo a las de junio el KKE perdi algo ms de 250 000 votos). Syriza es una organizacin abiertamente reformista cuyo objetivo es gestionar el Estado de la burguesa para implementar alguna que otra reforma dentro del propio marco burgus. Que una parte importante del electorado del KKE votase a esta coalicin evidencia el hecho de que las masas sobre las que el KKE ejerce influencia poseen, como no poda ser de otra forma, solamente conciencia de clase en s.

De esta forma, toda la actividad del KKE, tanto la sindical como la parlamentaria, se halla dentro del marco de las relaciones burguesas. Sus acciones no van ms all de lo que permite la legislacin del Estado burgus y, pese a su influencia sobre las masas, en ningn momento se plantea el KKE realizar acciones que supongan la creacin del poder obrero y la confrontacin de poderes entre este y el poder burgus. Toda su prctica se queda en el movimiento obrero con conciencia de clase en s, al estilo del movimiento proletario de viejo tipo. En los ltimos aos han planteado la creacin de comits populares en los barrios, pero estos no seran otra cosa que organismos sindicales organizados en los barrios de las ciudades. En la Resolucin Poltica del 19. Congreso, dicen:

Los Comits Populares, la Alianza Popular en los sectores y en los barrios deben garantizar la solidaridad, hasta incluso el pan que les falta a los pobres, proteger a los pobres de los embargos de casas. Participarn, apoyarn la lucha de los trabajadores contra las medidas brbaras. Protegern el barrio de los ataques de las fuerzas de represin estatal y de los criminales de Amanecer Dorado. La clase obrera, la alianza popular en el centro de trabajo y en el barrio organizar el pueblo en los levantamientos populares.

Sin entrar en la puesta en prctica de los mismos, las medidas que enumeran no van ms all de la resistencia, no suponen la aplicacin de poder poltico. En el caso de lo ltimo que mencionan (los levantamientos populares), no lo desarrollan, pero, teniendo en cuenta el resto de sus tesis y la prctica que llevan a cabo, eso no supondr nada ms que la realizacin de huelgas. De hecho, en su Programa, en coherencia con su concepcin espontanesta de la revolucin, la creacin de los grmenes de los rganos del poder obrero lo contemplan nicamente en el proceso revolucionario que se d cuando espontneamente se produzca la situacin revolucionaria y no antes. Y esto lo ratifica uno de los miembros del CC del KKE, quien plantea lo siguiente:

Esta alianza social, en condiciones de situacin revolucionaria, se convertir en un frente obrero-popular revolucionario, que crear los rganos del poder obrero-popular... [4].

Como corolario lgico de la prctica tradeunionista del KKE, al no poder con esta sentar las bases de un movimiento revolucionario ni gestarlo, este partido se ve obligado a plantear un salto en el vaco entre su actividad y la revolucin. As, la realizacin de esta ltima se deja a los designios del devenir histrico (sin comprender que la lucha revolucionaria del proletariado debe ser dirigida conscientemente), en un acto de fe en el surgimiento de la situacin revolucionaria. Ellos mismos reconocen que no saben cmo se producir, pero aun as confan en que se produzca, haciendo caso omiso a la inexistencia de precedentes histricos que puedan sostener dicha tesis, al menos desde que caduc la poca revolucionaria de la burguesa. Segn su concepcin, no es el factor subjetivo al que le corresponde desatar la guerra revolucionaria y provocar la crisis revolucionaria, sino que los comunistas deben aguardar a una situacin revolucionaria espontnea. Esto tiene sus races en la concepcin determinista y fatalista de que el capitalismo tarde o temprano tendr que caer y en el paradigma revolucionario espontanesta heredado por el movimiento comunista de la poca revolucionaria de la burguesa, que ya hemos explicado en el primer epgrafe. Sin embargo, el capitalismo ha demostrado a lo largo del siglo XX su capacidad para reestructurarse tanto tras las crisis econmicas como tras la crisis poltica que supuso para este sistema socio-econmico el triunfo de la Revolucin de Octubre y el consiguiente inicio del Ciclo revolucionario del proletariado y la construccin del socialismo. Por ello, la creencia de que el capitalismo est predestinado a su fin no deja de ser eso, una creencia idealista alejada de la realidad material e histrica.

Sin embargo, a pesar de las consideraciones del KKE acerca de las situaciones revolucionarias espontneas, su actuacin, cuando en diciembre de 2008 se produjo una tesitura similar en Grecia, nada tuvo que ver con organizar la revolucin, con la manifestacin del factor subjetivo, como argumentan ellos. En ese mes, tras el asesinato de un joven anarquista a manos de la polica en el barrio ateniense de Exarchia, se desat una revuelta y movilizacin de masas por todo el pas heleno, crendose vacos de poder en numerosas zonas. Ante este movimiento de masas, el KKE se limit a continuar con su actividad pacfica y legal, convocando algunas manifestaciones y mtines contra la represin y violencia estatal. En un comunicado del Comit Central del KKE sobre estos acontecimientos [5], se deca:

La situacin exige estar muy alerta en vista de la posibilidad de adelanto electoral, para que los partidos del sistema bipartidista sufran un gran golpe.

Al igual que en su participacin en el frente sindical, en las movilizaciones de masas espontneas, el KKE, por los propios lmites de su prctica, solo puede derivar estos movimientos como votos a las elecciones burguesas, haciendo gala de su cretinismo parlamentario. Y es que, pese a que en su Programa y en el resto de documentos contemplen la revolucin (cuando llegue ese da de la situacin revolucionaria espontnea, claro), al carecer de lnea militar, de aparato clandestino y, en suma, de estrategia revolucionaria para la conquista del poder poltico, aun en el caso de que se produzcan revueltas de masas y vacos de poder, como fue el caso de diciembre de 2008, estn incapacitados dirigir ningn proceso revolucionario. [6]

Como reverso del economicismo se halla el terrorismo individual, formando ambos las dos caras de la misma moneda revisionista. La poca dorada de este movimiento se vivi en las dcadas de los aos 70-80 del siglo pasado. En ese tiempo hubo varias organizaciones activas tales como las Brigadas Rojas en Italia, la RAF en la Alemania Occidental, las Clulas Comunistas Combatientes en Blgica, los GRAPO en el Estado espaol, etc. Su existencia se enmarca en una poca de auge revolucionario dentro del Ciclo de Octubre con las luchas de liberacin nacional a lo largo y ancho del mundo (como la de Vietnam), los movimientos espontneos de masas en Europa (como el mayo francs del 68 o el otoo caliente italiano del 69), y, especialmente, la Gran Revolucin Cultural Proletaria en China (no es casualidad que la mayora de estas organizaciones estuviesen influenciadas o tuviesen simpatas por el maosmo). Su apuesta por la lucha armada, desligada de las masas obreras, reflejaba el rechazo frente al economicismo legalista (ya que estas organizaciones que practicaban el terrorismo pequeo-burgus no dejaban de ser economicistas tambin), mayoritario en el movimiento comunista. Pero, al partir de los mismos principios que los de las organizaciones economicistas (principalmente la incapacidad para fusionarse con las masas proletarias mediante rganos de Nuevo Poder para conformar un movimiento revolucionario y, enlazado con esto, la concepcin espontanesta de la revolucin) y, al estar expuestos a la represin del Estado burgus por la realizacin de acciones armadas (sin estar enraizados en las masas), prcticamente todas estas organizaciones, despus de varias reapariciones de corto recorrido, terminaron desapareciendo.

Tomando como ejemplo de esta corriente el caso del Estado espaol, el PCE(r) concibe la lucha armada de la guerrilla como un medio para conquistar a las masas, como un medio de apoyo al movimiento de masas, a la espera de la insurreccin espontnea. As, en su Manifiesto-Programa sostienen lo siguiente:

En Espaa la guerrilla no va a poder acumular la fuerza necesaria, capaz de derrotar y aniquilar por s sola al ejrcito fascista. Tendr que ser la insurreccin general de las masas, combinada con la lucha del ejrcito guerrillero, la que en su momento habr de derrocar al Estado capitalista. De ah que las principales funciones que deber cumplir la guerrilla en esta etapa de la lucha poltico-militar sean las de seguir ayudando al movimiento de masas y a sus organizaciones, contribuir a crear todas las condiciones (polticas, econmicas, orgnicas, militares, etc.) para la incorporacin de las grandes masas a la lucha por el poder y procurar, a la vez, su propio fortalecimiento.

Pero la lucha armada practicada por la vanguardia desligada de las masas -al igual que la prctica sindical- tampoco genera conciencia revolucionaria en las masas de la clase obrera. Este mtodo de lucha ajeno al marxismo (y propio, histricamente, de corrientes pequeoburguesas como el anarquismo o el populismo ruso) solo puede traer efectos contraproducentes para el movimiento comunista. Y es que para el objetivo de ganarse a las masas proletarias es ineficaz, puesto que estas solo se convencen por su propia experiencia y no porque determinados individuos realicen acciones armadas que no suponen ningn cambio ni ninguna transformacin en la vida de las masas. En cambio, este tipo de acciones s producen que los militantes que las realicen queden expuestos a la represin abierta del aparato estatal burgus. Lo cual, al no haberse previamente fundido con las masas, lleva a que las organizaciones que practican el terrorismo individual o que lo apoyan sean destruidas por los aparatos represivos de la burguesa.

Al encontrarse con esta situacin objetiva (la imposibilidad de generar movimiento revolucionario proletario de masas a travs de las acciones armadas de la vanguardia divorciada de las masas), el PCE(r) solo puede plantear la resistencia hasta que se produzca esa insurreccin. De esta forma, exponen en su Manifiesto-Programa:

Por este motivo, aqu solo cabe la resistencia poltica y la lucha armada, de modo que cuando se produzca la insurreccin deber estar preparada por largos aos de resistencia del movimiento popular (...).

Pero ni el terrorismo individual, ni las luchas de resistencia [7], ni la resistencia en general pueden preparar a las masas para la revolucin. Entre la resistencia y la revolucin no hay continuidad: son luchas contrapuestas y la primera no sirve para desarrollar un movimiento revolucionario, al no adquirir el proletariado conciencia de clase para s con ese tipo de luchas. Por ello, el PCE(r), al igual que los economicistas con su actividad, se ve obligado a plantear otro salto en el vaco entre su prctica, incluidos los mtodos de lucha que defienden, y la revolucin, que ellos defienden mediante una insurreccin. As, la realizacin de est ltima se dejara a la espontaneidad de una insurreccin general de masas. Aunque, eso s, preparada con una prctica que en absoluto puede preparar la conquista del poder poltico al no basarse en la participacin de las masas desde sus propios organismos armados. Todo esto lleva al PCE(r), pese a defender la Guerra Popular Prolongada en el plano terico, a tergiversarla sustituyendo sus tres fases por dos: defensiva e insurreccin. As, la primera se correspondera con la lucha sindical y el terrorismo individual hasta que llegue el momento de la insurreccin. Ahora bien, esta no es la nica tergiversacin de la GPP que realizan. Entre otras, tambin la vacan de su contenido fundamental, que es la creacin consciente del Nuevo Poder, amparndose para ello en una supuesta imposibilidad (que en realidad esconde su incapacidad) de su creacin en los pases de capitalismo desarrollado. Pero pospongamos esto al tercer epgrafe, en el que trataremos ms detenidamente estas cuestiones.

La prctica -la cual constituye el criterio de la verdad- ya se ha encargado de demostrar que la concepcin sobre la revolucin, tanto de los economicistas como de los defensores del terrorismo individual, es errnea. Las organizaciones que defienden y practican estas desviaciones no han sido capaces, puesto que su prctica choca con impedimentos objetivos para ello, no ya de tomar el poder poltico, sino tan siquiera de poner en marcha ningn proceso revolucionario de masas.

Frente a estas prcticas y la concepcin de la revolucin como un hecho espontneo (cuya realizacin se hace depender de factores externos al proletariado revolucionario, como las crisis econmicas, las guerras inter-imperialistas, etc.), se debe abrir paso la nica estrategia de la revolucin proletaria que puede ponerla en marcha. Esto es, la concepcin de la revolucin como un proceso consciente dirigido y desarrollado por el Partido Comunista desde un principio o, lo que es lo mismo, mediante la estrategia revolucionaria de la Guerra Popular.

La estrategia del proletariado: la Guerra Popular

El abismo de la miseria humana y de la ignorancia es insondable. Todo sector que se yergue deja detrs de s otro que apenas intenta levantarse. Pero la vanguardia no debe esperar a la masa compacta de la retaguardia para iniciar el combate. La clase obrera aprender la tarea de despertar, estimular y educar a sus sectores ms atrasados cuando llegue el poder. (Lenin, Tesis para el II Congreso de la Internacional Comunista, en Obras completas, Akal, Madrid, 1978; tomo XXXIII, p. 313)

Como consecuencia de lo explicado en el primer epgrafe de este texto, el Movimiento Comunista Internacional hizo suya desde su constitucin la tesis que conceba la revolucin como una insurreccin organizada durante crisis revolucionarias surgidas de modo espontneo. Esta tesis fue fomentada tambin por el propio contexto existente en Europa, cuando se produjo la escisin del ala revolucionaria de la socialdemocracia para formar la III Internacional. En dicho periodo, tras la Revolucin de Octubre y bajo la influencia de esta, en los pases europeos se viva un estado de efervescencia revolucionaria (surgieron consejos obreros en Alemania, Hungra, Austria o Irlanda; se produjo el biennio rosso en Italia, tuvieron lugar movimientos huelgusticos en numerosos pases, etc.) que llev a creer a los comunistas que la revolucin internacional, al menos en Europa, estaba cerca de triunfar [8]. Todos estos fueron movimientos de masas en los que el factor espontneo (debido al ejemplo de la Revolucin socialista en Rusia y a la existencia previa de movimientos obreros organizados de masas en toda Europa) jug un papel fundamental, lo que tuvo como consecuencia que se reafirmase y consolidase la concepcin de que para desarrollar la revolucin era necesario que se produjesen situaciones revolucionarias espontneas, tomando como modelos a estas [9].

Al mismo tiempo que se asentaba la visin espontanesta-insurreccionalista de la revolucin se manifestaban concepciones economicistas en el seno del MCI. La causa de esto se halla en que, aunque el movimiento comunista rompi con las tesis revisionistas ms degeneradas de la II Internacional, dicha ruptura no fue total, no fue absoluta, y el movimiento comunista recibi la herencia del marxismo del movimiento obrero de viejo tipo. Tales concepciones comenzaron a manifestarse, sobre todo, cuando el impulso revolucionario que sigui a la Revolucin de 1917 empez a declinar (con el transcurso del tiempo, las concepciones revisionistas legadas por el marxismo socialdemcrata fueron aumentando su peso en el movimiento comunista hasta provocar la destruccin del propio movimiento revolucionario). De esta forma, en lo que respecta al economicismo, por ejemplo, en el III Congreso de la Internacional Comunista (IC), en 1921, se deca en las Tesis sobre la tctica:

La naturaleza revolucionaria de la poca actual consiste precisamente en que las condiciones de existencia ms modestas de las masas obreras son incompatibles con la existencia de la sociedad capitalista, y que por esta razn la propia lucha por las reivindicaciones ms modestas adquiere las proporciones de una lucha por el comunismo.

Esta afirmacin realizada por la IC (la cual sera repetida en los sucesivos Congresos de esta organizacin), que estableca un nexo directo entre la lucha por reivindicaciones inmediatas y la lucha revolucionaria, se contrapona a las enseanzas de Lenin. Por ejemplo en su obra maestra Qu hacer?, el marxista ruso expona, en su crtica a la desviacin economista en el movimiento socialdemcrata, la imposibilidad del desarrollo de la conciencia revolucionaria del proletariado en su lucha por mejoras econmicas, en su lucha por reformas. Estableca la necesidad de que la conciencia de clase para s deba ser introducida por la vanguardia en el movimiento obrero desde fuera de sus luchas de resistencia. Sin embargo, como vemos, a pesar de las enseanzas del lder bolchevique, la Komintern en los aos 20 adoptara una tesis en sentido contrario a la estrategia revolucionaria defendida por Lenin. El establecimiento por parte de la III Internacional de una continuidad entre la lucha por reivindicaciones inmediatas y la lucha revolucionaria (cuestin que la prctica se haba encargado ya de desmentir a esas alturas) era un sntoma de que el economicismo resurga con fuerza (en realidad, en mayor o menor medida, nunca se haba ido) en el movimiento revolucionario.

Con estos mimbres (economicismo y espontanesmo), el movimiento comunista organizado en la Komintern fue incapaz de desarrollar ningn proceso revolucionario al chocar con lmites objetivos para ello. En sus ms de veinte aos de existencia su lnea sufrira varios bandazos de derecha a izquierda y viceversa. Como muestra de ello, la IC pasara de plantear gobiernos obreros en alianza con la socialdemocracia en el IV Congreso de 1924 a considerar a esta, la socialdemocracia, el enemigo principal en el VI Congreso de 1928 para, posteriormente, volver a plantear en el VII Congreso de 1935 la alianza con ella para la lucha contra el fascismo (e incluso la fusin entre los Partidos Comunistas y los Partidos Socialdemcratas). Pero, independientemente de dichos cambios, las concepciones economicistas y espontanestas-insurreccionalistas siempre estaran presentes en dichas tcticas y en el sustrato ideolgico-poltico del MCI.

Sin embargo, entre todos los Partidos Comunistas que formaban la Internacional Comunista habra uno que rompera, ms en la prctica que en el plano terico, con la lnea imperante en ella y sentara las bases de la estrategia proletaria para la conquista del poder: el Partido Comunista de China.

En este pas, tras el fracaso de las insurrecciones en las ciudades y la ruptura de la alianza establecida entre los comunistas y el Kuomintang (el partido que diriga la revolucin burguesa en la China semifeudal y semicolonial), el PCCh se retirara al campo alrededor del ao 1927. A partir de esta fecha es cuando la estrategia de la Guerra Popular Prolongada defendida por Mao comienza a abrirse paso no sin grandes dificultades y obstculos en el Partido frente a las lneas oportunistas de derecha (la cual propona ir a la zaga del Kuomintang en la revolucin democrtica) y de izquierda (la cual defenda centrarse exclusivamente en el proletariado urbano y continuar con las intentonas insurreccionales en las ciudades). Estas lneas oportunistas coincidan en subestimar u olvidarse completamente del campesinado, el cual constitua la inmensa mayora de poblacin china: la de los oportunistas de derecha por la razn de que la actividad revolucionaria de los campesinos lesionara la alianza con el Kuomintang, al representar este ltimo los intereses de determinadas fracciones de los terratenientes, y los oportunistas de izquierda porque solo contemplaban al proletariado de las ciudades como clase revolucionaria, olvidando la tesis de Lenin sobre la alianza obrero-campesina. Ambas concepciones impedan el desarrollo de la revolucin china al convertir unos, los oportunistas de derecha, a los comunistas en un simple apoyo de la burguesa en su revolucin democrtica de viejo tipo y los otros, los oportunistas de izquierda, por centrarse exclusivamente en la clase obrera de las ciudades, clase ultraminoritaria en la China de la poca, y por defender la estrategia insurreccional que ya haba demostrado su fracaso en los aos precedentes.

Frente a ellas, como decamos, empez a ser aplicada en 1927, tras la ruptura de la alianza con el Kuomintang y el consiguiente repliegue del PCCh al campo e inicio de la segunda revolucin china, la Guerra Popular [10]. La consolidacin de la lnea revolucionaria no se producira hasta el ao 1935, con ocasin de la celebracin de la Conferencia de Zunyi. En ella se apart de la direccin a la lnea oportunista de izquierda que controlaba el PCCh desde finales de los aos 20, tras la destitucin del grupo oportunista de derecha encabezado por Chen Duxiu. Por lo tanto, la Guerra Popular se desarroll desde 1927 a 1935 en lucha de lneas contra la direccin del PCCh (apoyada por la Internacional Comunista, que continuaba defendiendo la estrategia insurreccional y pona trabas a la aplicacin de la GPP). Esta postura de la direccin oportunista desembocara en la situacin crtica de 1934, que solo pudo ser salvada mediante la realizacin de la Larga Marcha.

La nueva estrategia, la Guerra Popular, supona la creacin consciente por parte del Partido Comunista de China de los rganos del Nuevo Poder del pueblo, de los soviets de obreros y campesinos en el campo chino, conformando as las bases de apoyo revolucionarias [11]. En dichas bases, tras la expulsin del poder poltico burgus-terrateniente, eran las masas populares del campo las que ejercan el poder poltico, tomaban las decisiones y resolvan los problemas concernientes a su propia vida cotidiana. Eran las masas las que tomaban en sus manos la gestin del poder y, mediante la confrontacin entre la dictadura democrtica-popular y la dictadura burguesa-terrateniente, se decantaban por la primera y pasaban a las filas de la revolucin social. La estrategia de la construccin del Poder popular era acorde con la mxima de que las grandes masas solo adquieren conciencia revolucionaria mediante su experimentacin del poder poltico y las transformaciones sociales a l vinculadas. La GPP tambin conllevaba la creacin de los destacamentos armados de las masas populares, que conformaban el Ejrcito Rojo. Era el ejrcito del pueblo, dirigido por el Partido, el encargado de combatir a las fuerzas armadas del enemigo y de defender el Nuevo Poder. Era adems un instrumento de la lnea de masas del PCCh. All donde actuaban los destacamentos armados estos hacan labor de propaganda entre las masas, las organizaban, les ayudaban a establecer el poder poltico revolucionario y les entregaban armas para formar unidades guerrilleras.

Mediante esta estrategia, el PCCh se ira extendiendo por el territorio chino, conquistando cada vez ms sectores de las masas para la revolucin. La acumulacin de fuerzas de las amplias masas y la propia revolucin se hacan a la vez, a diferencia de lo que defiende la estrategia economicista-insurreccional de la casi totalidad del MCI que supona (y supone) la separacin de ambas tareas: primero, una acumulacin de fuerzas de carcter no revolucionaria, y luego, un salto en el vaco a la revolucin depositando las esperanzas en el estallido de una crisis revolucionaria espontnea. Rompiendo con este paradigma, en la GPP en China las masas se conquistaban a la vez que se estableca en el Nuevo Poder, a la vez que se haca la revolucin.

Exceptuando el periodo del grupo oportunista de izquierdas, denominado los 28 bolcheviques, en la direccin del PCCh (que sustituira la guerra de movimientos por la guerra de posiciones, llevando a su casi total desaparicin a la Repblica Sovitica de Jiangxi), el Partido no variara su estrategia en torno a la GPP durante todos los aos que dur la lucha por la conquista del poder poltico en China, incluida la etapa de la alianza con el Kuomintang frente a los invasores japoneses (1937-1945). Durante esta poca, aunque el Nuevo poder popular y el Ejrcito Rojo estaban integrados formalmente en la Repblica de China y en el Ejrcito Nacional Revolucionario del Kuomintang, respectivamente, eran en la prctica independientes de l. Esto permiti que durante este periodo, a la vez que combatan a los imperialistas nipones, el PCCh continuase estableciendo el Poder popular en el territorio chino y acumulando fuerzas de las grandes masas populares para la revolucin. Y de este modo, tras el fin de la guerra contra el Imperio del Japn, los comunistas chinos pudieron emprender la inevitable guerra civil contra la gran burguesa y los terratenientes, representados por el Kuomintang, desde una posicin de garanta al no haber renunciado previamente a la independencia ideolgica, poltica y militar del proletariado (a diferencia del PCE en la guerra civil espaola) y haber continuado con el establecimiento del Nuevo Poder, lo cual permiti la conquista del poder poltico en toda la China continental en 1949.

Esta estrategia [12] tambin fue implementada por algunos Partidos Comunistas en las guerras de liberacin nacional y las revoluciones democrtico-populares en sus respectivos pases durante la II Guerra Mundial. Tal fue el caso, por ejemplo, de Grecia, Albania o Yugoslavia. En estos pases, sus correspondientes Partidos Comunistas KKE, PCA, PCY crearon los destacamentos armados ELAS, ELN, EPLDPY y el Frente EAM, FLN, FPY, y desarrollaron la lucha contra las fuerzas ocupantes y sus Estados tteres. Durante la guerra, partiendo de una situacin de total inferioridad respecto del enemigo, consiguieron hacer partcipes a las grandes masas populares de estos pases en la lucha por la liberacin nacional implementando los rganos del Nuevo Poder que ejercan la dictadura democrtico-popular. Estas fuerzas fueron capaces de liberar la mayora del territorio de sus pases por sus propias fuerzas. As, cuando las tropas del Ejrcito Rojo sovitico, en su ofensiva contra la Alemania nazi, se adentraron en estos pases, las fuerzas ocupantes y sus lacayos en estos Estados estaban prcticamente derrotados. El mismo paradigma se produjo en Vietnam en la revolucin democrtica y la lucha de liberacin nacional contra el Imperio del Japn y los colonialistas franceses.

Tambin es la Guerra Popular la estrategia que ha permitido el desarrollo de los ms recientes procesos revolucionarios dirigidos por Partidos Comunistas: las ya finiquitadas guerras civiles revolucionarias en Per y Nepal y las que an continan en pie en India y Filipinas.

La propia Revolucin de Octubre, sin desarrollarse mediante la estrategia de la Guerra Popular, encajara dentro del esquema de la misma y compartira sus principios [13]. En el proceso revolucionario ruso estaban presenten los tres instrumentos de la revolucin: el Partido Comunista el POSDR(b), los destacamentos armados la Guardia Roja, que despus dara lugar al Ejrcito Rojo y el Frente-Nuevo Poder los Soviets de obreros, soldados y campesinos. Fue mediante la propia experiencia de la clase obrera en la gestin de su poder poltico, a travs de los rganos del Nuevo Poder, como estas adquirieron conciencia de clase para s y se sumaron a la revolucin. Y, partiendo el proletariado revolucionario como no puede ser de otra forma de un estado de desventaja frente a la burguesa y su aparato estatal, consigui acumular fuerzas pasando por las tres fases del proceso revolucionario defensiva, equilibrio y ofensiva estratgica hasta la total conquista del poder en el territorio del antiguo Imperio zarista. La diferencia principal con la estrategia de la GPP de la Revolucin rusa fue el hecho de que en ella la creacin de los rganos de poder de la clase obrera no fue obra del Partido Comunista, sino que estos rganos fueron creados en el transcurrir de una revolucin democrtico-burguesa todava pendiente en la Rusia de 1917, como ya explicamos antes. Pero eso constituye una particularidad, una excepcin, del proceso revolucionario ruso, no aplicable al resto de revoluciones proletarias, en las cuales dicha labor, la creacin de los rganos de poder, corresponde al movimiento revolucionario del proletariado, al Partido Comunista.

Esta coincidencia de las lneas generales de la Revolucin de 1917 y la Guerra Popular no es fruto de la casualidad, sino que se debe a que la Guerra Popular constituye la estrategia para la conquista del poder coherente con los principios y caractersticas de la revolucin proletaria. Por ello, consideramos que la GPP es la estrategia de aplicacin universal para la implantacin de la dictadura del proletariado. A continuacin trataremos los principios generales de la Guerra Popular.

La Guerra Popular requiere para su desarrollo la constitucin de los tres instrumentos revolucionarios: Partido Comunista, Ejrcito proletario y Frente-Nuevo Poder.

El Partido Comunista es el organismo social que plasma la fusin entre la vanguardia revolucionaria (portadora de la cosmovisin proletaria) y las masas obreras, constituyendo as el movimiento revolucionario del proletariado. La necesidad del Partido de Nuevo Tipo tiene su causa en el hecho de que las grandes masas del proletariado no desarrollan conciencia revolucionaria por s mismas, de forma espontnea. Esto implica que tiene que ser la vanguardia comunista, la cual s posee esa conciencia de clase para s, la encargada de dotar al proletariado de la conciencia sobre la necesidad de la superacin revolucionaria del modo de produccin capitalista, lo cual convierte todo el proceso encaminado hacia la sociedad comunista en un proceso guiado por el factor consciente, por la vanguardia comunista, en el cual esta va elevando a cada vez ms sectores del proletariado a su posicin (empezando por los sectores ms cercanos a su nivel de conciencia hasta alcanzar a los ms alejados). En el momento en que la vanguardia conquista a los elementos ms avanzados del movimiento obrero de resistencia (vanguardia prctica) y la cosmovisin proletaria penetra, a travs de los mecanismos de mediacin, en las masas de la clase, es cuando tiene lugar la constitucin del movimiento revolucionario del proletariado hacia el comunismo. Esto, este movimiento obrero de nuevo tipo que fusiona al socialismo cientfico con las masas, y no otra cosa (destacamento de vanguardia o partido de masas), es el Partido Comunista. Como tal, al Partido le corresponde la funcin principal en el desarrollo de la revolucin, tanto en la fase de conquista del poder mediante su construccin como despus de conquistado el poder definitivamente, es decir, durante la etapa de la dictadura del proletariado hasta la sociedad comunista. En correspondencia con esto, los otros dos instrumentos revolucionarios, el Ejrcito proletario y el Frente-Nuevo Poder, son creados de forma concntrica y dirigidos por el Partido.

El Ejrcito proletario, que, como acabamos de decir, es un organismo creado por el Partido y dirigido por este ltimo aplicando la mxima de que la poltica dirige el fusil, cumple varias funciones en el desarrollo de la guerra civil revolucionaria, de la GPP. Su funcin es enfrentarse con las fuerzas armadas del Estado burgus para generar vacos de poder, limitando la capacidad de intervencin de las organismos del aparato estatal capitalista y de este modo poder establecer los rganos del Nuevo Poder proletario. Como tal, tiene como misin defender y sostener la dictadura proletaria en su enfrentamiento armado con la dictadura de la burguesa durante la existencia del doble poder. El poder poltico, sea de la clase social que sea, no puede existir sin cuerpos armados para defenderlo e imponrselo a quien se le oponga. Pero su papel no se queda aqu, sino que el Ejrcito es durante la Guerra Popular un instrumento de la lnea de masas del PC (como vemos, la lnea general revolucionaria delimita claramente el papel del Ejrcito proletario, lo que de hecho previene una concepcin de tipo militarista sobre el movimiento proletario revolucionario que es una clara desviacin que contraviene el principio elemental de que el partido debe dirigir siempre el fusil). El Ejrcito, bajo la direccin del Partido de Nuevo Tipo, organiza y moviliza a las masas de la clase obrera, interviene en la construccin de los rganos del poder proletario y les proporciona armamento. En un primer momento, para el inicio de la GPP, el Partido Comunista organiza los destacamentos armados que en contacto con las masas forman las milicias proletarias y en conjunto, tanto estos destacamentos como las milicias, conforman el Ejrcito rojo.

En tercer lugar, el Frente se construye y se plasma en la prctica en el Nuevo Poder (ya se denomine Soviets, Consejos, Comits, etc.) de las masas proletarias. La direccin de su construccin le corresponde al Partido, en ella interviene el Ejrcito y participan las grandes masas del proletariado. Los rganos de Nuevo Poder son los que permiten a la clase obrera experimentar su propio poder de clase frente a la dictadura de la burguesa, y llevar a cabo las transformaciones sociales necesarias tomando sus propias decisiones y aplicndolas de forma conjunta en cuestiones como la vivienda, el abastecimiento, en la imposicin de condiciones a sujetos pertenecientes a otras clases, las sanciones a quienes cometen acciones contrarrevolucionarias, etc. En definitiva, en todo lo que afecta a la vida cotidiana de las masas de nuestra clase. Tambin son las masas quienes eligen a sus representantes, los cuales tienen un mandato imperativo y pueden ser revocados en cualquier momento. Este poder poltico es la nica forma de que la clase obrera adquiera conciencia revolucionaria y se implique en la revolucin socialista (y no la lucha por reformas o el terror individual como promulgan los economicistas y los partidarios del terrorismo pequeoburgus, respectivamente). Mediante esta confrontacin de dictaduras la burguesa, encarnada en el Estado burgus, y la obrera, en el Nuevo Poder es como el proletariado se decanta por la revolucin social y el Partido acumula fuerzas de las amplias masas de la clase en su camino hacia la conquista total del poder poltico. Es decir, la revolucin y la conquista de las grandes masas obreras se realiza al mismo tiempo. Este Nuevo Poder proletario no est vinculado a un determinado territorio, sino que se corresponde con las masas en armas. [14] Como tal, no tiene un carcter fijo en el espacio fsico, puede aparecer en un sitio y desaparecer para volver a aparecer en el mismo lugar o en uno distinto. As es como se va destruyendo el viejo poder de la burguesa, el viejo Estado burgus, y va siendo sustituido por el poder de las masas proletarias, del Estado de dictadura del proletariado en formacin.

En lo que respecta al desarrollo de la Guerra Popular, esta transcurre por tres fases: la defensiva, el equilibrio y la ofensiva estratgica. La primera etapa hace referencia al periodo de inicio de la guerra civil revolucionaria donde las fuerzas revolucionarias se encuentran en franca inferioridad respecto de las fuerzas con las que cuenta la burguesa. En ella prima la guerra de guerrillas y mediante la incorporacin de las masas amplias del proletariado con la construccin de las instituciones del Nuevo Poder obrero se transcurre a la siguiente etapa: el equilibrio. En ella las fuerzas revolucionarias alcanzan un punto de relativa igualdad con las fuerzas reaccionarias y se comienza a aplicar, junto con la guerra de guerrillas, la guerra de movimientos. Finalmente, en la tercera fase, el movimiento revolucionario se halla en una posicin ptima para lanzarse a la conquista total del poder poltico en todo el Estado y transcurre mediante la guerra de posiciones, adems de las dos formas de guerra anteriormente mencionadas [15]. Todo este proceso se realiza mediante la acumulacin de fuerzas por y para el movimiento revolucionario proletario con la construccin y ampliacin del Nuevo Poder obrero.

Lo que acabamos de exponer constituyen los principios de la revolucin proletaria y, en coherencia con ella, los de la estrategia revolucionaria de la Guerra Popular Prolongada. Y estos principios es posible desarrollarlos en cualquier pas con las adaptaciones oportunas en funcin de las condiciones concretas de cada Estado.

El revisionismo, para intentar negar la posibilidad de aplicacin de esta estrategia en pases de capitalismo desarrollado, en pases imperialistas, es decir, su universalidad, suele entremezclar los principios de la GPP con su aplicacin concreta en pases semifeudales y semicoloniales. En dicha labor se ven ayudados por el hecho de que en ningn pas imperialista se ha aplicado la GPP, bsicamente porque ningn destacamento comunista se lo ha planteado tan siquiera hasta los ltimos tiempos, al ser hegemnica en el MCI la lnea economicista-insurreccional. Como decimos, el revisionismo suele confundir, ya sea de manera consciente o inconsciente, la estrategia de la revolucin la Guerra Popular con el carcter de las revoluciones desarrolladas mediante la anterior revolucin democrtico-popular. De este modo, alegan, para defender la inaplicabilidad de la GPP en los pases capitalistas desarrollados, que el campesinado no puede ser la fuerza motriz de la revolucin o que no se puede cercar las ciudades desde el campo. Este tipo de argumentos se desacreditan por s mismos: el carcter de la revolucin pendiente en los Estados imperialistas es socialista y, por tanto, tanto la fuerza dirigente como la fuerza motriz de la misma solo puede ser el proletariado, y su centro, las reas urbanas de estos pases. Que en los pases donde se aplic (y aplica) la Guerra Popular el campesinado fuese (sea) la fuerza motriz de la revolucin (que no la dirigente) y el centro de la misma lo fuese el campo, no fue por causa de la estrategia revolucionaria, de la propia GPP, sino de las condiciones de estos pases (semifeudales y semicoloniales) y, por consiguiente, del carcter de la revolucin pendiente en ellos.

Sin embargo, el principal argumento que suele exponer el revisionismo en su defensa de que la Guerra Popular no es aplicable en los centros imperialistas es que, segn ellos, no es posible la generacin de vacos de poder del Estado burgus que puedan ser ocupados por el poder de las masas proletarias en armas. La falsedad de dicho argumento es fcilmente demostrable, pero antes mencionaremos a qu se debe en gran parte este argumento. Y es que el revisionismo alberga una concepcin errnea del Nuevo Poder, considerando que este est conformado por territorios liberados e inexpugnables para los cuerpos armados de la burguesa que solo podran ser creados, en consecuencia, en pases donde existe un Estado dbil con poca presencia y fuerza en las zonas rurales habitadas por las grandes masas campesinas, esto es, que solo podran crearse en los pases del denominado Tercer Mundo. Lejos de esto, el Nuevo Poder no se corresponde con dicha concepcin, sino que se corresponde con las masas revolucionarias y, por tanto, tiene un carcter mvil y no vinculado de forma fija a un determinado territorio. En los propios pases semifeudales y semicoloniales donde se ha desarrollado la Guerra Popular, el Nuevo Poder no tena estas caractersticas que le atribuye el revisionismo hegemnico en el Movimiento Comunista, sino que tena un carcter flexible y se expanda o contraa en funcin de las circunstancias. Basta recordar que en la propia revolucin china los comunistas abandonaron hasta en dos ocasiones incluso el territorio donde se hallaba la capital de la China roja para volver a tomarla posteriormente: primero, en la segunda guerra civil revolucionaria, cuando abandonaron Jiangxi para emprender la Larga Marcha; y luego, cuando, en la tercera guerra civil, abandonaron Yenn, que era la capital revolucionaria desde la guerra de liberacin nacional contra Japn. Adems, los Partidos Comunistas que desarrollaron Guerra Popular en estos pases no se limitaron solamente a las zonas rurales (aunque estas fuesen las reas principales de actuacin), sino que tambin actuaron en las ciudades.

En lo que respecta a la existencia de vacos de poder en Estados imperialistas, existen numerosos ejemplos, tanto creados por movimientos polticos que levantaron un contrapoder como generados por las propias masas profundas del proletariado en sus rebeliones espontneas.

Entre los primeros casos se puede citar el Movimiento Republicano Irlands, formado por el Sinn Fein y el IRA, que, en los barrios de la comunidad nacionalista irlandesa de las ciudades norirlandesas de Belfast y Derry, as como en zonas rurales como South Armagh, fue capaz de crear un vaco de poder dentro del Estado britnico y lo ocup con un contrapoder nacionalista enfrentado al anterior desde finales de los aos 60 hasta