el sentido de tu vida - coaching para elegir...4 conocimientos, sino de valores, de forma de estar...

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EL SENTIDO DE TU VIDA “EL SENTIDO DE LA VIDA ES VIVIR CON SENTIDO” AUTORA: Nieves Cogolludo de Pedraza

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EL SENTIDO DE TU VIDA

“EL SENTIDO DE LA VIDA ES VIVIR CON SENTIDO”

AUTORA: Nieves Cogolludo de Pedraza

1

El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí,

porque me ha ungido el SEÑOR

para traer buenas nuevas a los afligidos;

me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón,

para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los

prisioneros;

para proclamar el año favorable del SEÑOR,

para consolar a todos los que lloran,…

ISAIAS 61, 1

La Misión… que da sentido a mi vida…

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I N D I C E

POR QUÉ ESCRIBIR SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA ....................... 3

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA VOCACIÓN ................................... 11

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA MISIÓN ...................................... 14

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA FELICIDAD .................................. 15

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LO TRANSPERSONAL ........................... 17

LA PREGUNTA POR EL SENTIDO DE LA VIDA ................................ 19

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LOS VALORES ................................... 20

VIKTOR FRANK: LOGOTERAPIA

TERAPIA DEL SENTIDO

FRUSTRACIÓN EXISTENCIAL

NEUROSIS NOÓGENA

EL VACÍO EXISTENCIAL

EL SENTIDO DE LA VIDA

LA ESENCIA DE LA EXISTENCIA

PARA QUÉ PREGUNTARSE POR EL SENTIDO DE LA VIDA .................. 28

BIBLIOGRAFIA ................................................................... 33

3

POR QUÉ ESCRIBIR SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA

Me pregunto por qué entre todos los temas tan interesantes que existen, he

elegido este sobre el sentido de la vida, que llegó a mi conciencia desde el primer

momento.

Hago silencio, escucho. Aparecen imágenes de mi infancia, y me viene pensar en

aquello que era importante para mí, y que me hacía sentirme realizada y plena en

aquellos años.

Recuerdo que jugaba con mis muñecas a las profesoras, y descubrí que “cuando

fuera mayor” trabajaría con niñas y niños en un colegio, y cuando lo consiguiera,

llegaría a ser muy feliz.

De alguna manera, y sin yo entonces planteármelo, ya estaba buscando el sentido

de mi vida. Un “para qué” yo estaba en el mundo, y “cómo” llegaría a realizarlo.

Así que decidí cuando llegó el momento estudiar magisterio.

Entre unas y otras asignaturas ya se hablaba de la educación, del trabajo integral

con el niño para ayudarle a desarrollarse de forma plena, no sólo a nivel de

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conocimientos, sino de valores, de forma de estar en la vida, de relacionarse con

los demás…

Cada vez más sentía que yo estaba en el mundo para eso, para de alguna forma

guiar, orientar, ayudar a las personas también a ser felices y llegar a vivir la

plenitud que se pueda alcanzar en esta vida.

De siempre me acompañó esa dimensión transpersonal desde mi educación religiosa

desde la infancia, y afortunadamente tuve oportunidad de hacer experiencia de lo

Otro, del Misterio, del Amor, de Dios.

Y esto añadió un plus muy importante a la experiencia de felicidad y sentido a mi

vida. Era aún muy jovencita, pero me sentía lanzada como una flecha hacia mi “para

qué” en el mundo.

En ese momento me hacia una pregunta que para mí era esencial:

¿Cuál es mi vocación? ¿A qué me siento llamada? ¿Cómo discernir esa voz? ¿Cuál es

mi gran Misión en el mundo?

Y me puse en un camino de búsqueda apasionada hacia la Respuesta.

El Silencio, la Escucha, la Meditación, el Vaciamiento, tuvieron mucha

importancia en este Camino un lugar importante, y fueron siempre una luz que

permitía dar pasos hacia delante siguiendo la Voz del Corazón que me

proporcionaba la sensación de estar donde tenía que estar y hacer lo que tenía que

hacer, y eso tenía mucho que ver con la felicidad y el sentido de mi vida.

Y llegué a dar clases, y aunque la experiencia respondía a mí deseo infantil, y en

otras áreas de mi vida me sentía bien: familia, amigos etc… conviviendo con los

problemas de la vida, sentía nuevamente en mi interior que me faltaba algo, algo

más.

Y seguí buscando, y seguí escuchando. ¿Es esto para lo que yo he nacido? ¿Para

esto estoy aquí en esta vida? Me falta algo… algo más…

Y nuevamente, desde la Meditación, el Silencio, y también algo muy importante,

tener una persona que acompañaba mi camino, me ayudaba a discernir… continué

5

dando pasos.

Ese camino de búsqueda me llevó a tomar la decisión de llamar a las puertas de un

Monasterio de Vida Contemplativa. El “para qué” en mi vida pasaba por una

llamada interior, en el fondo del corazón, a servir al mundo desde la contemplación,

la vida comunitaria, la sencillez de la cotidianeidad vivida desde el amor… la

conciencia del poder de la oración, de la transformación interior, para mejorar el

mundo.

Y di el paso. Entré en una Comunidad que me acogió, y durante quince años el

sentido de mi vida, lo que me hacía despertar cada mañana al toque de campana,

era vivir esa vida con sentido, con mucho sentido… lo sentía dentro, mi corazón

rebosaba una felicidad muy grande, muy serena…

El ministerio que se me encomendó durante esos años fue de Acompañante. Muchas

personas se acercaban al Monasterio con una gran búsqueda espiritual y humana.

En esta larga etapa de mi vida, me sentía totalmente centrada, equilibrada,

viviendo esa vocación que yo sentía dentro, acompañar procesos personales, ser

testigo de lo más sagrado de las personas, su corazón, sus vivencias, sus

búsquedas, sus conflictos, sus deseos, sus heridas… fue para mí una fuente de

6

riqueza tal que me faltan palabras para expresar. Durante esos años fui tomando

cada vez más consciencia de que mi Misión era ser compañera de camino a nivel

humano – espiritual de personas que venían a pedir ese servicio. Muy consciente de

que mi vida, estaba plena de sentido.

Y me parecía comprender que en la vida era muy importante que cada persona

encontrara su “para qué” en el mundo, su misión única e irrepetible, y cómo

realizarla… esto era una fuente de equilibrio, serenidad, y una aportación muy

importante a este mundo. Era importante por tanto un buen discernimiento, y

tomar las decisiones más adecuadas con la luz que se tenía. Acompañar corazones

en este camino, una tarea apasionante que desde luego, sí llenaba mi vida de

sentido.

La luz iba más allá.

Se trataba también de vivir con sentido las pequeñas cosas de la vida, desde un

paseo por el jardín, respirando la brisa del atardecer, contemplando el florecer de

un almendro y los ciclos de la naturaleza, cantar una liturgia dejándose envolver

por la música del órgano y las voces de mis hermanas de comunidad, como fregando

los cacharros, haciendo la comida o barriendo un claustro.

El sentido de la vida no está en lo que se hace, sino en cómo y sobre todo desde

dónde…

Por tanto, el papel del Corazón, el Centro, el Hondón, lo Profundo… lo llamemos

como lo llamemos… ese lugar de donde brota todo…

Todo esto me parecía entender. Y verdaderamente, desde ahí intentaba caminar.

En cualquier vida hay momentos de cimas y valles, momentos de crisis que son

oportunidad, momentos de dejar el capullo de seda para convertirse en mariposa, y

algo así pude experimentar.

Todo cambia, el Espíritu es dinámico, siempre hay un camino que recorrer, unos

pasos que avanzar, y atravesé una etapa en la que nuevamente una pregunta llamó a

mi puerta: en este momento, ¿Qué da sentido a mi vida ahora? Porque, sentía que

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el zapato se me había quedado pequeño y me apretaba, y dañaba mi pie. La plantita

había crecido, el árbol había dado su fruto, y la flor debía ser trasplantada a otra

tierra para no morir.

Y la pregunta obtuvo una vez más, su respuesta.

En ese momento “tocaba” tomar una decisión y continuar

El siguiente paso, salir del monasterio, a la tierra del

mundo.

De Nirvana a Samsara. Al mercado. Del monte, al poblado.

En palabras de Robin Sharma:

Y ahora… como dijo aquel ilustre abogado tras su viaje en busca de la Vida, “me

siento agradecida de que todo cuanto aprendí en mis años de contemplación

pueda vivir ahora en tu interior”.

ROBIN SHARMA: El monje que vendió su Ferrari

Y ahora… me siento con la misión que el yogui le dio a nuestro protagonista: de dar

todo lo que aprendí:

Cuando hayas aprendido las verdades eternas deberás regresar a tu pais y hacer

partícipes de esta sabiduría a cuantos la necesiten. (….) debes darles la

esperanza que se merecen. Es más, debes darles las herramientas para que se

cumplan sus sueños. Es todo lo que te pido.

Y me siento tan identificada!!!

Y una vez más, guiada por esa voz interior que siempre me ha llevado hacia

opciones de vida, di un giro vital pasando por un momento fuerte de cambio… de

crisis y oscuridad, momento de romper ciertos esquemas, abandonar ciertas

creencias limitantes y abrirme a horizontes nuevos insospechados, que siguen

siendo para mí una aventura para disfrutar y compartir. Bendito momento aquél de

“reconstruir y plantar”. (Jer 1,10)

Son esos momentos de empezar de cero, de preguntarse. “Y ahora ¿qué? ¿cómo?

8

¿cuándo? ¿dónde? ¿con quién?… y dejar florecer una nueva etapa. Tengo que

decir que hubo personas en el camino que estuvieron ahí, acompañando mi “salto” al

vacío, con su vértigo y su pasión, con su duelo de lo que queda atrás, y la mirada

fija en lo que está por delante…

Y amaneció de nuevo. Y una vez más aparecieron personas en mi camino como

estrellas que se escondían tan solo para dejar brillar la luz del Sol. Y completé mi

formación en el área de los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid… y pasé

por el mundo de la docencia, y cursos, y experiencias y… y había un vacío que no

sabía cómo llenar, en la línea de mi misión… del “para qué”… hasta que vino a mí un

libro sobre el coaching, casi al mismo tiempo que la invitación a realizar la

formación para ser coach…

Una vez más… resonaba y protagonizaba con mucha fuerza el “para qué” estoy

ahora en el mundo. Y el “para qué” tenía tanto que ver con el sentido de mi vida…

¡Estaba claro! “¡Eso es lo mío!” Para eso mi formación anterior, para eso los muchos

procesos acompañados anteriormente, para eso mi vida de autoconocimiento y

búsqueda… para eso los años vividos en un monasterio de vida contemplativa… para

eso, para eso… sí… ser coach… coach profesional… ayudar a otras personas a

elegir caminos de vida para sus vidas, a dar marcha atrás y/o cambiar de camino

si las señales nos indican que por ahí no llegamos donde queremos llegar… mejorar

la autoestima, superar los miedos, rescatar el talento, relacionarse mejor… ¡no

dejar de soñar! Y mirar hacia delante, ¡siempre hacia delante!!!

Ahora sí… añadida a mi experiencia personal, se sumaban las herramientas,

conocimientos, relaciones que surgieron al entrar en este mundo maravilloso del

Coaching… y así, me embarqué nuevamente en un camino hacia la vida…

¡Y nuevamente a empezar!

Y en este momento, me nace dar las gracias de corazón a las personas que han

estado y están a mi lado: a mi novio, ahora mi marido, Juan Ramón, a mis amigos y

amigas incondicionales, que me apoyan día a día en lo que también ellos perciben, es

mi verdadera vocación. Y cómo no, a mis profesores y maestros, en este mundo

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maravilloso del Acompañamiento a las personas a través de Coaching…

Al mismo tiempo, me zambullí en la experiencia de una relación de pareja que a él y

a mí nos llevó a sellar nuestro amor con un compromiso. Siguiendo el camino del

corazón descubrí que la mística también se podía vivir en el matrimonio, en el

encuentro sexual, y que la virginidad tenía más que ver con la pureza de corazón y

el amor que con cualquier tema físico…

Vivir con mi pareja de esta manera, daba un plus al sentido de mi vida nuevamente,

y otra vez… el Amor… el Amor…

La experiencia acompañando procesos de Coaching está siendo maravillosa… ayudar

a sacar el potencial de la persona, caminar junto a alguien que desea una mejora en

su vida… es para mí una fuente de energía y de vida. Así he ido también

seleccionando y haciéndome consciente de qué es aquello que se me da bien,

aquello en lo que fluyo y en lo que me siento realmente feliz, aquello en lo que

mejor puedo ayudar a las personas a través de mi profesión y contribuir para

crear un mundo mejor.

Y el camino recorrido, y el testimonio de las personas que han hecho procesos

conmigo, me revela una vez más que el Coaching para una buena toma de

decisiones, decisiones desde el sentido más profundo de la vida… es

verdaderamente mi especialidad. Y esto que es para todos, lo he enfocado en un

perfil específico: La mujer.

La experiencia de estos años me ha invitado a escuchar desde otro nivel y darme

cuenta de que, un número muy grande de las personas que acudían a procesos, no

precisaban tanto sólo el Coaching cuanto un proceso terapéutico, y en muchos

casos, una demanda explícita que atendiera su dimensión transpersonal. De la

misma forma, acudían a mi consulta hombres en busca del sentido de su vida, o con

temas a trabajar, sanar, madurar… finalmente quedo abierta a trabajar con la

persona que lo necesite, independientemente del sexo, edad… La sanación es para

todos, y recordando mis años de estudio de Pedagogía, lo importante es conocer

cada flor del jardín, y saber qué necesita cada una, (sol, agua, temperatuta…) y dar

10

a cada una lo que necesite. Así con los pacientes: cada uno es único, diferente, cada

uno tiene una experiencia vital, una necesidad, unas características personales…

dar a cada un@ lo que necesite.

Y ejercitando la atención, y desde una toma de conciencia muy clara, siento la

llamada a ser acompañante a nivel terapéutico, de forma transpersonal. Y

siguiendo nuevamente esa llamada interior, en mi camino de búsqueda aparece la

Escuela de Desarrollo Transpersonal con sus programas de formación y me fijo

especialmente en el de Terapeuta Transpersonal. Tras ponerme en contacto con la

Escuela, nuevamente me doy cuenta de que encaja perfectamente y doy el paso a

comenzar esta formación que cada día confirmo más es para mí un camino de

crecimiento personal y me aporta desde lo profundo “herramientas” para

acompañar a mis pacientes.

Después de mi salida del monasterio y compatibilizando con mi Proyecto

Profesional, estuve dando clases en un colegio hasta que, en septiembre de 2013,

lo dejé para entregarme totalmente a esta Profesión – Vocación – Misión que da

verdaderamente sentido a mi vida.

Casi tres años después, sigo convencida de que es por aquí, no desde la “cabeza”,

sino desde el corazón, y sólo me queda seguir confiando en Dios, que guía mi vida,

como dice el Salmo:

“Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida”

(Salmo 53)

Confiada de que el Universo es generoso conmigo y me da los procesos necesarios

para vivir desde esta Profesión.

Es un tema importante para mí, este del Sentido de la Vida, y por ello, es crucial en

mi trabajo, que además me da la oportunidad de percibir que cuando la persona va

encontrando cuál es el sentido de su vida, su para qué está en el mundo,

puede buscar el cómo y es una fuente de felicidad y plenitud.

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EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA VOCACION

“La visión sólo llega a ser clara cuando uno puede mirarse el corazón. El que mira

hacia fuera, sueña; el que mira hacia dentro, despierta”.

CARL JUNG

¿Qué es la vocación?

“Vocare”, llamar. Se trata de esa llamada interior, ese fuego que arde en el

corazón, ese deseo, esa atracción, ese “tirón”, hacia algo, hacia un determinado

camino como medio para llegar a una meta, un “sueño”, algo que está llenando

nuestra vida de sentido.

Descubrir nuestra propia vocación y ayudar a otras personas en el camino a

descubrirla, acompañar hacia esa búsqueda de sentido, es algo esencial realmente

en la vida.

La vocación tiene mucho que ver con la misión. Llamada a algo, llamada personal,

única, irrepetible…

Y para ello, como dice Jung: “mirar hacia dentro”. Ahí está la respuesta. Se da el

despertar, y desde ahí… desde esa llamada interior surge el sentido de Misión, de

Propósito, de “para que” estoy en la vida.

Hasta hace unos años oír hablar de vocación se identificaba con seguir el camino de

la vida religiosa o sacerdotal. Una llamada especial para personas especiales,

Afortunadamente hoy cuando hablamos de vocación y misión hablamos de eso único

que cada persona única puede aportar al mundo desde un determinado camino.

Eso que hace feliz en su desempeño, y que es una forma de contribuir a mejorar el

mundo, y que nadie puede hacer de igual manera.

“Y un día, inesperadamente encontré mi pincel. Lo reconocí inmediatamente. Sí,

estaba allí. De hecho siempre había estado allí, conmigo. ¿Cómo no me había dado

cuenta antes?. Mi pincel era aquél sencillo útil con el que yo podía pintar mi cuadro,

como me dejó caer un sueño en una noche de verano; pero también era más: al

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identificarlo, supe que ese era mi pincel y no otro, y de repente, todo cobró

sentido y su conocimiento me transformó. Y como por arte de magia se reveló en el

lienzo de mi mente el cuadro del proyecto que deseaba emprender”.

ALBERTO SÁNCHEZ-BAYO

Alberto Sánchez-Bayo, especialista en talento, nos cuenta en su libro “Arqueología

del Talento” algo en lo que profundamente creo y experimento:

“La vocación está íntimamente relacionada con el talento personal, con la excelente

aptitud para desempeñar tareas de determinada naturaleza. Comience a dejarse

atrapar por aquello que le atrae, a dejarse fluir, y sus dones irán brotando del

manantial de los deseos.

Cuando desconocemos lo que queremos, intentamos controlar desesperadamente

nuestro destino. Cuando no sepa qué es realmente lo que quiere no vaya en su

busca, abandónese a las sugerencias, déjese encontrar por sus deseos, por sus

ideales. Y luego experimente. Vaya tras ellos e irá manifestándose esa capacidad

innata que le diferencia. Está acercándose al camino que desea. Y el talento que

esconde podrá revelarse con la oportunidad que le concede para brillar.

¿No es extraordinario? Estamos especialmente dotados para aquellas cosas que

más nos gustan, tenemos el talento para construir la vida que de verdad nos

deseamos.

La suerte la concede el Talento.

El entusiasmo lo provoca el jugar con talento. Esta es la diferencia de los que viven

la vida y los que se esfuerzan por levantarse cada mañana por existir un día más. Si

las personas tomaran su propia iniciativa, siguieran su propio camino, fuesen

consecuentes con sus deseos y sus dones, amanecerían cada mañana radiantes de

ilusión. ¿Por qué dejar para mañana el encuentro con la vida que nos entusiasma?

El recurso esencial para hacer los sueños realidad (que yo lo identifico con esa

Misión esencial), es el talento y ese es un regalo que se nos concede al nacer.

Cuando las personas saben lo que quieren, y están bien dispuestas, se ponen manos

13

a la obra con lo que tienen. Este proceder transmite fuerza, interés, ilusión y

provoca resultados. El talento es el centro de gravedad de nuestro hacer en este

mundo, nos sugiere cuál es nuestro lugar en él.

Hacer con talento es hacer aquello que nos gusta, nos seduce, y por tanto es en sí

mismo una fuente de disfrute y de placer. El talento nos libera del trabajo como

carga y nos inclina a realizar nuestra vocación”.

ALBERTO SÁNCHEZ-BAYO

14

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA MISIÓN

“Me di cuenta de que mi misión es servir a los demás y contribuir de algún modo a

hacer de este mundo un lugar mejor”.

ROBIN S. SHARMA

He comenzado este trabajo diciendo que para mí el sentido de la vida es una

vida con sentido. Robin Sharma lo dice sí:

“El propósito de la vida es una vida con propósito. Los verdaderamente esclarecidos

saben lo que quieren obtener de la vida, emocional, material, física y

espiritualmente. Definir claramente tus prioridades en cada aspecto de tu vida

jugará un papel similar al del faro, ofrecerte orientación y refugio cuando la mar

se vuelva brava. Cualquiera puede revolucionar su vida si primero revoluciona la

dirección hacia la que se mueve. Pero si no sabes siquiera a dónde vas, ¿cómo saber

si has llegado?”

ROBIN S. SHARMA

Por tanto, saber el Propósito, la Misión, es muy importante, y a partir de ahí,

buscar el “cómo” llevarlo a cabo. Es la respuesta a esa pregunta de ¿para qué he

nacido? ¿Cómo puedo ser más útil a este mundo? Y ponerse “manos a la obra”.

Alberto Sanchez-Bayo identifica una vida con significado, -o con sentido- con una

vida positiva de la que brota el servicio que deja huella:

“El talento tiene la ventaja de aportar significado en nuestras vidas. Una vida con

sentido es una vida activa y positiva; es una existencia que deja huella del servicio

que prestamos. El talento nos concede buenas razones para obrar y nos concede el

premio de la satisfacción y la felicidad”.

ALBERTO SÁNCHEZ-BAYO

15

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA FELICIDAD

Desde lo que estoy expresando me resulta fácil deducir que el sentido que da a la

vida cumplir la misión que la persona siente que es la suya, proporciona

plenitud y felicidad.

Nuestra misión, propósito de vida, tiene mucho que ver con nuestro talento, con

aquello que se nos da bien de forma natural, nos resulta fácil y agradable, y con lo

que contribuimos a mejorar este mundo. A todos se nos ha concedido una serie de

dones y talentos que nos permitirán realizar nuestra tarea terrenal. La clave está

en descubrirlos y ponernos en marcha.

“El secreto de la felicidad es simple: averigua qué es lo que te gusta hacer y dirige

todas tus energías en esa dirección. Si analizas a las personas más felices,

saludables y satisfechas de tu mundo, verás que todas han encontrado cuál era su

pasión y luego se han dedicado a perseguirla. Esta vocación suele ser casi siempre

la de servir a los demás. En cuanto concentres tu poder mental en conseguir lo que

amas, la abundancia inundará tu vida y todos tus deseos serán satisfechos sin

esfuerzo.

–O sea que se trata de averiguar lo que te gusta y luego hacerlo. ¿Es eso?

Si merece la pena, sí. ¿Y cómo defines lo que merece la pena?

Tu pasión debe mejorar la vida de los demás o servirla de alguna manera.

Viktor Frankl lo dijo mucho mejor que yo cuando escribió: «El éxito, como la

felicidad, no debe perseguirse, sino seguirse. Y eso sólo es posible como efecto

secundario de la dedicación personal a una causa mayor que uno mismo.»

Primero descubre cuál es la misión de tu vida, así despertarás cada mañana con una

reserva ilimitada de energía y entusiasmo. Todos tus pensamientos estarán

concentrados en tu objetivo. No tendrás tiempo para perder el tiempo. El poder de

la mente, por tanto, no se malgastará en pensamientos insignificantes.

Automáticamente, borrarás el hábito de preocuparte y te volverás mucho más

16

eficaz y productivo. Aún más, tendrás un profundo sentido de la armonía interna,

como si algo te guiara para realizar tu misión en la vida. Es una sensación

maravillosa. A mí me encanta.”

ROBIN S. SHARMA

Es importante saber con claridad qué objetivos desea la persona alcanzar en el

curso de su vida, ya sean materiales, emocionales, físicos o espirituales, para

encontrar la verdadera alegría, la alegría interna.

Una vez que se sabe el propósito hay que pasar a la realidad mediante la acción

consecuente. Al realizar ese Propósito saldrá la armonía interior y la satisfacción

duradera.

Finalmente, la felicidad tiene mucho que ver con el servicio, expresión del Amor.

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EL SENTIDO DE LA VIDA Y LO TRANSPERSONAL

Cuando hablamos de lo “transpersonal” nuestro pensamiento se puede ir al espíritu,

a esa otra dimensión, a Dios… lo Transpersonal tiene que ver con la

espiritualidad encarnada. Los ojos en el cielo y los pies en la tierra. Encuentro en

la meditación y en el mercado.

Lo transpersonal relacionado con la transformación, desde cada ser humano, de la

sociedad, tiene que ver con la contribución.

“Ahora que lo pienso bien, sería muy triste llegar al cabo de mi vida sin darme

cuenta de que tenía un don especial que hubiera podido liberar el potencial de mi

mente y ayudar a los demás... aunque fuera un poco”.

ROBIN S. SHARMA

¿Qué le da mucho sentido a mi vida? Vivir cada día como si fuera el último. ¿A qué

dedicaría mi tiempo? ¿Cómo actuaría? ¿Qué decisiones tomaría? ¿Cómo me

relacionaría con los demás?

“Poco después de levantarte, ve a tu santuario de silencio. Concéntrate. Luego

hazte esta pregunta: ¿Qué haría si hoy fuera mi último día? (…) si vives cada día

como si fuera el último, tu vida adopta una calidad mágica.”

ROBIN S. SHARMA

La unión con lo divino, la transformación personal, la plenitud tiene mucho que ver

con el Propósito Esencial de la vida: Servir.

“Por más grande que sea tu casa o más moderno tu coche, la única cosa que podrás

llevarte al final de tu vida es tu conciencia. Escúchala. Deja que ella te guíe. Tu

conciencia sabe lo que está bien. Ella te dirá que tu vocación es en definitiva servir

a los demás de una manera u otra.”

ROBIN S. SHARMA

18

Cuando la persona trabaja para mejorar la vida de los demás, indirectamente está

elevando la suya. Cuando la persona se preocupa de realizar actos bondadosos, su

propia vida se enriquece y gana en significado. Para cultivar la santidad de cada día,

es importante servir a los demás de alguna manera.

El sentido de la vida tiene mucho que ver con “vivir en el ahora”. El pasado ya

no está, y el futuro aún no existe. Para ello, la práctica de Mindfulness, es una gran

ayuda. La felicidad es un viaje, no un destino, por lo que hay que vivir hoy, pues ya

no habrá otro día igual que este.

Es importante no dejar para más tarde las cosas que son importantes para tu

bienestar y tu satisfacción personal. Vivir plenamente el día de hoy, sin esperar a

ganar a la lotería o el día de la jubilación. La vida no hay que postergarla.

Vivir cada día el regalo que trae la vida crea un corazón agradecido. Un corazón de

bendición, -decir bien-, invirtiendo más tiempo con quienes dan más sentido a la

vida. Haciendo las cosas que realmente son importantes para ti, aquello que más

valoras.

Desde lo Transpersonal, alcanzar el Nirvana es entrar en el cielo sin abandonar la

tierra. El sentido de la vida tiene mucho que ver con disfrutar del camino. El

camino es igual de bueno que su final.

Lo expresado en este trabajo son unas breves pinceladas de lo que habita mi

corazón. Y deseo continuar viviendo desde esta misión que llena de sentido mi vida.

“Y cumpliendo tu promesa de compartir esta sabiduría con otras personas,

facilitarás que también ellos transformen su mundo de ordinario en

extraordinario”.

ROBIN S. SHARMA

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LA PREGUNTA POR EL SENTIDO DE LA VIDA

El sentido de la vida está profundamente mezclado con las concepciones filosóficas

y religiosas de la existencia, la conciencia y la felicidad, y tiene que ver con el

valor, el propósito, la ética, el bien y el mal, el libre albedrío, las concepciones de

Dios, la existencia de Dios, el alma y el más allá.

Una pregunta importante: «¿Cuál es el significado de mi vida?». El valor de la

cuestión relativa a la finalidad de la vida puede coincidir con la consecución de la

realidad última, o un sentimiento de unidad, o una sensación de lo sagrado.

Las preguntas sobre el significado de la vida se han expresado de muchas formas,

incluyendo las siguientes:

• ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Quiénes somos?

• ¿Por qué estamos aquí? ¿Para qué estamos aquí?

• ¿Cuál es el origen de la vida?

• ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Cuál es el propósito de nuestra vida?

• ¿Cuál es el significado de la vida?

• ¿Cuál es el valor de la vida?

• ¿Cuál es la razón para vivir? ¿Para qué estamos viviendo?

Victor Frankl creador de la Logoterapia, tiene una profunda reflexión sobre el

sentido de la vida.

“Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud frente a la

vida. Resulta imposible definir el sentido de la vida en términos abstractos. Cada

individuo es único y singular, y esto confiere un sentido diferente a su existencia”

VIKTOR FRANK

20

EL SENTIDO DE LA VIDA Y LOS VALORES

TERAPIA DEL SENTIDO

Aunque me siento como “pez en el agua” como Terapeuta Transpersonal, voy a

referirme a Viktor Frank y la Logoterapia, ya que la veo totalmente alineada con

dicha Terapia, pues siento que no hay Transpersonalidad sin Sentido de la Vida, ni

Sentido de la vida, sin Transpersonalidad.

Viktor Frank en su libro: El hombre en busca de sentido, tras relatar su historia en

el campo de concentración, comienza a hablar de su forma de trabajar a nivel

terapeútico:

Es mi propia teoría; se llama logoterapia. La logoterapia mira más bien hacia el

futuro, es decir, al sentido y los valores que el paciente quiere realizar en el

futuro. La logoterapia es una psicoterapia centrada en el sentido.

Al aplicar la logoterapia, el paciente se enfrenta con el sentido de su propia vida, y

a continuación debe confrontar su conducta con ese sentido de la vida.

“Logos” es una palabra griega que equivale a “sentido” o Propósito”. (De ello he

hablado antes. La Logoterapia se centra en el sentido de la existencia humana y en

la búsqueda de ese sentido por parte de la persona.

Según la Logoterapia, la primera fuerza motivante de la persona es la lucha por

encontrar un sentido a su propia vida. Este sentido es único y específico y es uno

solo quien ha de encontrarlo.

Lo que da sentido a la vida es lo que es importante para la persona. Finalmente, qué

valora más en la vida, es decir qué valores le mueven… Los cuales dan un verdadero

sentido. El ser humano es capaz de vivir e incluso de morir por sus ideales y sus

valores.

Por ello, es importante identificar y clarificar cuáles son los valores personales

en la vida, y actuar según ellos.

“Honra cada día al menos un valor”

21

FRUSTRACION EXISTENCIAL

La Logoterapia habla de la frustración existencial. El término existencial se puede

utilizar de tres maneras: para referirse a:

- La propia existencia; es decir, el modo de ser específicamente humano

- El sentido de la existencia y

- El afán de encontrar un sentido concreto a la existencia personal, o lo que es lo

mismo, la voluntad de sentido.

La frustración existencial se puede también resolver en neurosis. Para este tipo de

neurosis, la logoterapia ha acuñado el término "neurosis noógena", en contraste con

la neurosis en sentido estricto; es decir, la neurosis psicógena. Las neurosis

noógenas tienen su origen no en lo psicológico, sino más bien en la dimensión

noológica (del griego noos, que significa mente), de la existencia humana. Este

término logoterapéutico denota algo que pertenece al núcleo "espiritual" de la

personalidad humana. No obstante, debe recordarse que dentro del marco de

referencia de la logoterapia, el término "espiritual" no tiene connotación

primordialmente religiosa, sino que hace referencia a la dimensión específicamente

humana.

NEUROSIS NOOGENA

Las neurosis noógenas no nacen de los conflictos entre impulsos e instintos, sino

más bien de los conflictos entre principios morales distintos; en otras palabras, de

los conflictos morales o, expresándonos en términos más generales, de los

problemas espirituales, entre los que la frustración existencial suele desempeñar

una función importante.

Resulta obvio que en los casos noógenos, la terapia apropiada e idónea no es la

psicoterapia en general, sino la logoterapia, es decir, una terapia que se atreva a

22

penetrar en la dimensión espiritual de la existencia humana. De hecho, logos en

griego no sólo quiere decir "significación" o "sentido", sino también "espíritu". La

logoterapia considera en términos espirituales temas asimismo espirituales, como

pueden ser la aspiración humana por una existencia significativa y la frustración

de este anhelo.

El sufrimiento puede muy bien ser un logro humano, sobre todo cuando nace de la

frustración existencial. Pone en marcha, motiva, despierta.

La frustración existencial no es en sí misma ni patológica ni patógena. El interés

del hombre, incluso su desesperación por lo que la vida tenga de valiosa es una

angustia espiritual, pero no es en modo alguno una enfermedad mental. Muy bien

pudiera acaecer que al interpretar la primera como si fuera la segunda, el

especialista se vea inducido a enterrar la desesperación existencial de su paciente

bajo un cúmulo de drogas tranquilizantes. Su deber consiste, en cambio, en

conducir a ese paciente a través de su crisis existencial de crecimiento y

desarrollo. La logoterapia considera que es su cometido ayudar al paciente a

encontrar el sentido de su vida.

Todo análisis, aun en el caso de que no comprenda la dimensión noológica o

espiritual en su proceso terapéutico, trata de hacer al paciente consciente de lo

que anhela en lo más profundo de su ser. La logoterapia considera al hombre

como un ser cuyo principal interés consiste en cumplir un sentido y realizar sus

principios morales.

Cierto que la búsqueda humana de ese sentido y de esos principios puede nacer de

una tensión interna y no de un equilibrio interno.

Ahora bien, precisamente esta tensión es un requisito indispensable de la salud

mental. Y sigue diciendo Viktor: “Y yo me atrevería a decir que no hay nada en el

mundo capaz de ayudarnos a sobrevivir, aun en las peores condiciones, como el

hecho de saber que la vida tiene un sentido”.

Hay mucha sabiduría en Nietzsche cuando dice: "Quien tiene un porqué para vivir

puede soportar casi cualquier como." Hay estas palabras un motor que es válido

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para cualquier psicoterapia.

Y desde la experiencia de Viktor Frankl en el campo de concentración se sabe que

los campos de concentración nazis fueron testigos (y ello fue confirmado más

tarde por los psiquiatras norteamericanos tanto en Japón como en Corea) de que

los más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les esperaba una

tarea por realizar.

Puede verse, pues, que la salud se basa en un cierto grado de tensión, la tensión

existente entre lo que ya se ha logrado y lo que todavía no se ha conseguido; o el

vacío entre lo que se es y lo que se debería ser. Esta tensión es inherente al ser

humano y por consiguiente es indispensable al bienestar mental. De esta forma se

despierta su Voluntad de Sentido.

Muchos pacientes se quejan hoy del sentimiento de que sus vidas carecen total

y definitivamente de un sentido. Se ven acosados por la experiencia de su

vaciedad íntima, del desierto que albergan dentro de sí; están atrapados en esa

situación que ellos denominan "vacío existencial". Es beneficiosa pues, la

urgencia de tener una misión por cumplir.

EL VACÍO EXISTENCIAL

El vacío existencial es un fenómeno muy extendido en el siglo XX. Este vacío

existencial se manifiesta sobre todo en un estado de tedio. De hecho, el hastío es

hoy causa de más problemas que la tensión y, desde luego, lleva más casos a la

consulta del psiquiatra.

No es comprensible que se extiendan tanto los fenómenos del alcoholismo y la

delincuencia juvenil a menos que reconozcamos la existencia del vacío existencial

que les sirve de sustento. Y esto es igualmente válido en el caso de los jubilados y

de las personas de edad.

Sin contar con que el vacío existencial se manifiesta enmascarado con diversas

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caretas y disfraces. A veces la frustración de la voluntad de sentido se compensa

mediante una voluntad de poder, voluntad de tener dinero y voluntad de placer.

Nunca conseguiremos que el paciente se sobreponga a su condición si no

complementamos el tratamiento psicoterapéutico con la logoterapia, ya que al

llenar su vacío existencial se previene al paciente de ulteriores recaídas. Así pues,

la logoterapia está indicada no sólo en los casos noógenos como señalábamos antes,

sino también en los casos psicógenos y, sobre todo, en lo que yo he denominado

"(pseudo)neurosis somatógenas".

Toda terapia debe ser, además, logoterapia, aunque sea en un grado mínimo.

Consideremos a continuación lo que podemos hacer cuando el paciente pregunta

cuál es el sentido de su vida.

EL SENTIDO DE LA VIDA

Al igual que Viktor Frank, dudo que haya ningún médico que pueda contestar a esta

pregunta en términos generales, ya que el sentido de la vida difiere de un hombre a

otro, de un día para otro, de una hora a otra hora. Así pues, lo que importa no es el

sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida de

cada individuo en un momento dado.

No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella

su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto.

Por tanto ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse; su

tarea es única como única es su oportunidad para consumarla.

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LA ESENCIA DE LA EXISTENCIA

La logoterapia intenta hacer al paciente plenamente consciente de sus propias

responsabilidades; razón por la cual ha de dejarle la opción de decidir por qué, ante

qué o ante quién se considera responsable.

Este énfasis en la capacidad de ser responsable se refleja en el imperativo

categórico de la logoterapia; a saber: "Vive como si ya estuvieras viviendo por

segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente

como ahora estás a punto de obrar."

Corresponde, pues, al paciente decidir si debe interpretar su tarea vital siendo

responsable ante la sociedad o ante su propia conciencia. Una gran mayoría, no

obstante, considera que es ante Dios.

En la misma medida en que el hombre se compromete al cumplimiento del

sentido de su vida, en esa misma medida se autorrealiza. En otras palabras, la

autorrealización no puede alcanzarse cuando se considera 'un fin en sí misma, sino

cuando se la toma como efecto secundario de la propia trascendencia.

Dicho está que el sentido de la vida siempre está cambiando, pero nunca cesa.

De acuerdo con la logoterapia, podemos descubrir este sentido de la vida de tres

modos distintos: (1) realizando una acción; (2) teniendo algún principio; y (3) por el

sufrimiento.

Yo diría: cumpliendo la Misión o Propósito de Vida, viviendo desde unos Valores y

encontrando un Sentido al sufrimiento. Entendiendo el sufrimiento:

Cuando uno se enfrenta con una situación inevitable, insoslayable, siempre que uno

tiene que enfrentarse a un destino que es imposible cambiar, por ejemplo, una

enfermedad incurable, un cáncer que no puede operarse, precisamente entonces se

le presenta la oportunidad de realizar el valor supremo, de cumplir el sentido más

profundo, cual es el del sufrimiento. Porque lo que más importa de todo es la

actitud que tomemos hacia el sufrimiento.

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Uno de los postulados, básicos de la logoterapia estriba en que el interés principal

del hombre no es encontrar el placer, o evitar el dolor, sino encontrarle un sentido

a la vida.

La psicoterapia tradicional ha tendido a restaurar la capacidad del individuo para el

trabajo y para gozar de la vida; la logoterapia también persigue dichos objetivos y

aún va más allá al hacer que el paciente recupere su capacidad de sufrir, si fuera

necesario, y por tanto de encontrar un sentido incluso al sufrimiento.

¿Y ante la muerte? La transitoriedad de nuestra existencia en modo alguno hace a

ésta carente de significado, pero sí configura nuestra responsabilidad.

La logoterapia, al tener en cuenta la transitoriedad esencial de la existencia

humana, no es pesimista, sino activista. Dicho figurativamente podría expresarse

así: el pesimista se parece a un hombre que observa con temor y tristeza como su

almanaque, colgado en la pared y del que a diario arranca una hoja, a medida que

transcurren los días se va reduciendo cada vez más. Mientras que la persona que

ataca los problemas de la vida activamente es como un hombre que arranca

sucesivamente las hojas del calendario de su vida y las va archivando

cuidadosamente junto a los que le precedieron, después de haber escrito unas

cuantas notas al dorso. Y así refleja con orgullo y goce toda la riqueza que

contienen estas notas, a lo largo de la vida que ya ha vivido plenamente. ¿Qué

puede importarle cuando advierte que se va volviendo viejo? ¿Tiene alguna razón

para envidiar a la gente joven, o sentir nostalgia por su juventud perdida? ¿Por qué

ha de envidiar a los jóvenes? ¿Por las posibilidades que tienen, por el futuro que les

espera? "No, gracias", pensará. "En vez de posibilidades yo cuento con las

realidades de mi pasado, no sólo la realidad del trabajo hecho y del amor

amado, sino de los sufrimientos sufridos valientemente. Estos sufrimientos son

precisamente las cosas de las que me siento más orgulloso aunque no inspiren

envidia".

Viktor Frank destaca el sentido de la libertad del ser humano desde su

experiencia, y tiene siempre la capacidad de elegir y decidir. Esto es aplicable al

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sentido de la vida.

“En los campos de concentración, por ejemplo, en aquel laboratorio vivo, en aquel

banco de pruebas, observábamos y éramos testigos de que algunos de nuestros

camaradas actuaban como cerdos mientras que otros se comportaban como santos.

El hombre tiene dentro de sí ambas potencias; de sus decisiones y no de sus

condiciones depende cuál de ellas se manifieste”.

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PARA QUÉ PREGUNTARSE POR EL SENTIDO DE LA VIDA

Terminando el verano, y saboreando aún la experiencia única de la acogida en

verano durante estos dos meses de Veriko, nuestra niña georgiana, esta niña

refugiada que forma ya parte de nuestra familia, y con la que hemos podido

compartir casa y amor, mucho amor.

Entre la playa, la montaña, los atardeceres, los juegos en el parque, visitar

diferentes ciudades, descansando y disfrutando en pareja junto a ella, daba

vueltas en mi interior al tema elegido para este trabajo del sentido de la vida, y

sobre todo me dedicaba a saborear ese sentido en la experiencia que estábamos

viviendo día a día, minuto a minuto.

Y me preguntaba: ¿No es este, en este momento concreto, el sentido de mi vida? Y

la respuesta era evidente…

Desde el contemplar su rostro apaciblemente dormido en la noche, a escuchar sus

risas y aplausos ante todo aquello que era nuevo para ella, contemplarla haciendo

castillos en la arena y jugar juntas saltando las olas… todo, todo llenaba de sentido

mi día a día, nuestra relación de pareja, gestionando incluso hasta alguna rabieta…

Y este sentido ha llenado de felicidad honda nuestros corazones, en cada momento

había un “para qué”, y hemos disfrutado minuto a minuto a tope con ella. Esta

experiencia nos ha abierto a nuevas preguntas sobre nuestras vidas, nuestros

deseos, nuestros sueños, nuestra misma relación.

¿No es esto vivir la vida con sentido?

A veces, las cosas no salen las cosas como se desea… a veces, las relaciones no van

como se quisiera, o después de poner la energía en algo no sale… así ha sido

también y ahora siento-pienso que tiene algún sentido, a veces misterioso, no

conocido… pero tengo la certeza de que las cosas pasan o no pasan por algo, y aquí

encuentro el sentido en la confianza y la aceptación, muy atenta a los nuevos signos

que nos vayan conduciendo en el camino.

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¿Para qué preguntarse por el sentido de la vida?

Lo siento muy ligado a la felicidad, a la plenitud, a la contribución y compromiso con

mejorar el mundo. Lo siento muy ligado con un Sentido Superior, con lo

Transpersonal, con lo divino. Mi ser humano-divino.

De pequeños, vamos creciendo desarrollando nuestra personalidad… y en la mitad

de la vida se dan crisis, a veces que se pone todo patas arriba y toca reformular,

reconstruir la vida. Y un horizonte, más o menos lejano, del que nos hacemos más

conscientes: la muerte.

“La confrontación con el sentido de la vida es la tarea más importante que la

persona tiene que realizar en la segunda mitad de su vida. Esto significa que tiene

que prepararse para la madurez y la muerte. Morir es el precio para obtener una

vida más alta. Sin muerte no habrá resurrección hacia una existencia más amplia.

Pero es necesario aprender a morir. Debemos realmente desprendernos de nuestro

cuerpo físico y nuestra existencia egotista. La muerte no es más que de una

separación de nuestra identidad más profunda de nuestro cuerpo físico”.

W. JAGER

La experiencia de Lo Transpersonal llena de un gran sentido mi vida. Esta vida que

se nos ha dado para que nos transformemos. Quien quiera cambiar, tendrá que

aprender el desasimiento como única manera de hacer posible la transformación.

Quien esté convencido, tendrá un enfoque diferente de la vida, del entorno y de la

sociedad. Disfrutará de todas las cosas como si fuera un huésped, sin apoderarse

de ellas o dominarlas. Tendrá valor para vivir una vida sencilla, porque en las cosas

simples siente la vida con intensidad mayor. Se da cuenta de que no se trata de

la cantidad, sino de la calidad. Y aterrizará al momento presente. Podrá decir como

un patriarca chino del zen:

“¡Qué maravilla, corto leña, traigo agua!”

La iluminación lleva al instante presente. Se traga de la calidad de la vida, no de la

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cantidad.

Vivir nuestra vida en el aquí y el ahora es un acto santo. El sacramento del

momento presente es el camino hacia la dicha.

Finalmente el sentido de la vida es caminar desde la libertad. Como dice San

Agustín:

“Ama y haz lo que quieras”

para ello, es necesario recorrer un camino de purificación en el amor.

El momento presente nos lleva a la experiencia de la vida, llenándola de

auténtico sentido. La vida está en el instante. Únicamente en él podemos

experimentar a Dios.

“Crees que verás a Dios y su luz. Necio, nunca le verás si hoy no le ves”.

ANGELUS SILESIUS

Un texto del sánscrito dice:

¡Presta atención a este día, pues es la vida, la vida de toda vida!

El ayer no es nada más que un sueño

Y el mañana tan sólo una visión;

El hoy, sin embargo, bien vivido,

Convierte todo ayer en un sueño de dicha

Y todo mañana en una visión llena de esperanza.

Por eso, ¡presta atención a este día!

Dios está en el andar, en el estar de pie, en el limpiar, en el cocinar, en la lectura,

en el escuchar música etc. Dicho así parece hasta de mal gusto. Pero si decimos: la

vida consiste en andar, en estar de pie, en limpiar, en cocinar, en leer, en escuchar

música etc, entonces resulta aceptable. Pero, ¿en qué consiste la diferencia entre

Dios y Vida?

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Es la fuerza sanadora de Dios, o la de la Vida, la que obra en el momento presente.

Dentro de nosotros hay una semilla divina que desea crecer y manifestarse a

través de todas las cosas materiales. El ser humano se encuentra en un constante

proceso de liberación.

La febril búsqueda por encontrar el sentido de la vida no es otra cosa que esa

secreta fuerza evolutiva de lo divino. Este sentido se encuentra en las capas más

profundas de la conciencia, y que la verdadera paz anida exclusivamente en el

orden espiritual oculto del ser.

Cuanto más conscientemente vivamos, tanto más adecuadas serán las decisiones

que tomemos en cada situación. De aquí que la atención desempeña un papel

fundamental en todos los caminos de búsqueda en profundidad.

Finalmente, ¿cuál es la razón, el sentido de estar aquí, en la tierra?

Vivir significa utilizar las coas, disfrutar de ellas, y también ser capaces de

prescindir de ellas.

Vivir va más en la línea del Ser que la del tener.

Por ello, buscar el verdadero sentido de la vida se hace en lo hondo del corazón, en

el castillo interior, donde se encuentra la perla preciosa que todos llevamos dentro.

Mientras me enfoco en este trabajo, y ahora, al leerlo, me he dado cuenta

de que todo en mi vida tiene un sentido. De que aquellos sueños de niña se

han cumplido con creces, ya no sólo con alumnos, sino a través de mi

experiencia en el monasterio siendo acompañante durante muchos años a

niveles muy profundos, y dejándome acompañar. Todo ello envuelto en una

dimensión Transpersonal que me llena de plenitud.

Todo está alineado. Después de volver a dar clases, doy otro salto

cualitativo para continuar mi vocación – misión acompañando a través de la

Terapia Transpersonal y el Coaching a las personas, en procesos

personales y de grupo, en nuestros talleres de Mindfulness y formaciones

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realmente transformadoras en las que podemos celebrar una y otra vez el

milagro que ocurre en quienes se comprometen con su desarrollo y con su

vida.

Y junto a mi marido ya hemos podido comenzar este otro camino de

aumentar nuestra familia acogiendo una niña refugiada, en verano. Todo va

cuadrando, y continúo en este camino del puzzle de mi vida donde las piezas

van encontrando su lugar y se puede contemplar una obra maravillosa.

Mi vida, entonces… está llena de sentido

¿Y la tuya?

Estaré encantada de que me cuentes.

Para cualquier cosa que desees o necesitas, puedes contactar conmigo en:

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BIBLIOGRAFIA

- FRANKL, Viktor. “El hombre en busca de sentido”, Herder, 2004.

- JÄGER, Willigis. “En busca del Sentido de la Vida”. El camino hacia la profundidad

de nuestro ser. Narcea 2007.

- SÁNCHEZ-BAYO, Alberto. “Arqueología del Talento. En busca de los tesoros

personales.” ESIC Editorial. Madrid, 2010.

- SHARMA Robin. “El Monje que vendió su Ferrari”. De Bolsillo, 2010.

- WIKIPEDIA